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Fetichismo

Freud ha estudiado a los hombres con fetiches y la mayoría de ellos están contentos
con su fetiche.

El uso del análisis: los hombres no necesariamente buscan el análisis debido a su


fetiche, y no suele verse como un síntoma que causa angustia.

Estudio del caso: Freud narra un caso sorprendente de un hombre que fetichizó un
“brillo en la nariz” que en realidad surgió de una observación infantil de “glance in
the nose” en inglés.

El significado del fetiche: el fetiche es un sustituto de un pene específico y


significativo que el hombre puede haber perdido en la primera infancia.

Preservación del fetiche: el fetiche sostiene el apego del hombre al falo de su


madre, al que no quiere renunciar.

Análisis del fetiche: el fetiche es el resultado de la negativa del hombre a aceptar


que la mujer no tiene pene y del miedo a la castración.

Freud crítica la terminología del psicoanálisis, argumentando que el término


"escotomización" es inapropiado ya que sugiere el borrado completo de la
percepción en lugar de una negación activa.

Freud sugiere “desmentida” como un término más apropiado para describir la


negación de la percepción sin borrarla por completo.

El compromiso entre la percepción no deseada y el deseo conduce a un cambio de


interés hacia el sustituto del pene imaginario.

Freud sugiere que este interés por el sustituto aumenta debido al horror ante la
amenaza de castración.

El fetiche sirve como signo de triunfo sobre la amenaza de castración y protección


contra ella.

El fetiche tambien le permite al fetichista ver a la mujer como un objeto sexual


soportable y evitar volverse homosexual.

Freud cuestiona por qué algunos individuos se vuelven homosexuales mientras


otros usan el fetiche para sobrellevar el terror de la castración.
Aún se desconoce la causa de los raros resultados patológicos del fetichismo.

La sustitución del falo femenino por objetos u órganos que simbolizan los genitales
masculinos no es el factor principal en el desarrollo de fetiches.

La suspensión de ciertos procesos, similar a la detención de los recuerdos en la


amnesia traumática, parece ser el factor decisivo en la formación de fetiches.

Partes de la ropa o el calzado se convierten en fetiches para su proximidad a los


genitales femeninos, en concreto al vello pubico.

La investigación del fetichismo se recomiendo para los escépticos del complejo de


castración.

La aclaración del fetichismo tiene un significado teórico para distinguir entre


neurosis y psicosis.

El desarrollo de una psicosis no está necesariamente ligado a la negación de ciertos


aspectos de la realidad.

El fetichismo puede verse como una forma de hacer frente a eventos desagradables
o traumáticos.

Freud se dio cuenta de que eventos como los vividos por los dos jóvenes no son
raros en la infancia, lo que lleva a reconocer su error en la categorización de
neurosis y psicosis.

Freud encontró que los jóvenes no desvinculan completamente la muerte de su


padre como lo hacen los neuróticos, sino que conviven con dos actitudes
contrapuestas: la realidad y el deseo.

Para el caso de la neurosis, la disociación se convirtió en la base de una neurosis


obsesiva de grado medio donde el individuo oscilaba entre considerarse heredero
del padre fallecido y verse indirectamente impedido por la presencia del padre.

Freud establece múltiples paralelismos entre fetiches y las actitudes bi-escindida


que prevalecen en la neurosis y la psicosis de en los individuos.

La actitud bi-escindida en los fetiches se manifiesta en la construcción del fetiche,


donde el fetiche mismo puede soportar tanto la negación como la afirmación de la
castración, como lo demuestra el ejemplo de un hombre cuyo fetiche eran las
medias íntimas.
Además se pueden observar actitudes bi-escindida en los fetiches cuando está
presente una fuerte identificación con el padre, donde el fetichismo asume el papel
del padre e indirectamente castra a la mujer.

El tratamiento de los fetiches implica una mezcla de ternura y hostilidad que se


correlaciona con el reconocimiento y la negación de la castración.

Esta mezcla se presenta en mayor o menor grado y puede favorecer a uno u otro.

El “Cortador de trenzas” ejemplifica esta mezcla ya que él escenifica la castración y


no es consciente de ella, mezclando las afirmaciones contradictorias de que la mujer
conservó su pene y el padre la castro.

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