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Lo inconsciente

Capítulo 1

Muchos argumentan en contra de la legitimidad de suponer una psique inconsciente


y trabajar con ella científicamente.

Sin embargo, la ausencia del inconsciente es necesaria y legítima ya que


disponemos de numerosas pruebas a favor de su existencia.

La conciencia muchas veces es incompleta, y muchos actos psíquicos conscientes


presuponen otros de los que la conciencia no es consciente.

Los actos conscientes se vuelven incomprensibles sin la interpolación de los actos


inconscientes inferidos.

Es necesario adoptar la visión de que no todo lo que sucede en nuestra psique sera
perceptible para la conciencia.

La mente consciente solo puede comprender una pequeña porcion de la psique total
en un momento dado.

La retención de la memoria de los recuerdos latentes apoya la existencia del


inconsciente.

La objeción de que los recuerdos latentes son residuos de procesos somáticos y no


psíquicos no es válida.

La equiparación convencional de lo psíquico con lo consciente no es adecuada y


conduce a dificultades insolubles y al abandono prematuro de la investigación
psicológica.

La cuestión de si concebir los estados inconscientes como psíquicos o físicos


amenaza con convertirse en una disputa terminológica.

La naturaleza física de estos estados es completamente inaccesible para nosotros,


pero tienen una estrecha relación con los procesos mentales conscientes.

La persistente negativa a admitir el carácter psíquico de los procesos mentales


latentes puede explicarse por su falta de estudio del psicoanálisis.

Se ha demostrado la existencia y modo de acción de los procesos mentales


inconscientes a través de fenómenos patológicos e hipnosis.
El concepto de inconsciente es legítimo y coherente con nuestra forma habitual de
pensar sobre la conciencia.

La identificación de nuestra propia conciencia con la de los demás es una premisa


fundamental para comprender su comportamiento.

Esta identificación se vuelve más dudosa a medida que aumenta la distancia con
uno mismo ya que ya no compartimos la misma constitución.

El pensamiento crítico nos ha llevado a cuestionar la atribución de conciencia a


animales, plantas y objetos inanimados.

La suposición de que los demás, especialmente los humanos, tienen conciencia se


basa en el razonamiento y no en la certeza inmediata.

El psicoanálisis nos anima a volver este razonamiento hacia nosotros mismos, a


explorar acciones y expresiones que no podemos vincular a nuestra vida
consciente.

Nuestra investigación sobre nuestra propia conciencia se ve obstaculizada por la


renuncia interna.

Freud argumenta que este proceso no descubre una inconsciencia, sino una
conciencia secundaria que está conectada a nuestra conciencia primaria.

La idea de una conciencia de la que su poseedor no sabe nada es diferente de una


conciencia externa, y su validez es cuestionable.

El enfoque psicoanalítico exige admitir la existencia de conciencias secundarias e


incluso terciarias.

Hay varios estados de conciencia desconocida que no sólo nos son desconocidos
sino que tampoco interactúan entre sí.

Algunos procesos latentes poseen características que parecen extrañas e incluso


increíbles, que van en contra de los rasgos familiares de la conciencia.

La existencia de actos psíquicos sin conciencia es mejor explicación que la


existencia de una segunda consciencia en uno mismo.

El término “subconsciente” se considera incorrecto y engañoso ya que los casos


conocidos de “doble conciencia” pueden explicarse como la división de la actividad
del alma en dos grupos.
El supuesto de actividad psíquica inconsciente en psicoanálisis es similar al
concepto de animismo primitivo, ya la advertencia de Kant de no juzgar la
percepción como idéntica a la incognoscible percibido.

El psicoanálisis nos aconseja no sustituir los procesos psíquicos inconscientes por


la percepción consciente de los mismos ya que no necesariamente es fiel a la
realidad.

La corrección de la percepción interna es menos difícil que la percepción externa, y


la psique es menos incognoscible que el mundo exterior.

Capítulo 5

El sistema inconsciente exhibe propiedades únicas que lo diferencian del sistema


preconciente superior. El sistema inconsciente incluye agencias que representan
impulsos que se coordinan entre sí sin contradicción ni negación. Convergen para
formar un compromiso cuando se activan simultáneamente.

Dentro del sistema inconsciente, solo existen contenidos investidos con mayor o
menor intensidad y una mayor movilidad de las intensidades de dinamización.

Los procesos inconscientes del sistema inconsciente se vuelven cognoscibles para


nosotros bajo las condiciones de soñar o neurosis debido a la regresión.

Las descargas del sistema inconsciente pasan a la inervación corporal para el


desarrollo afectivo.

El sistema preconsciente con el inconsciente por el control de las acciones


musculares.

El inconsciente puede ejecutar movimientos reflejos, sin que sea posible una acción
adaptativa sin el sistema Preconciente, como se indica en el éxito.

El sistema preconsciente inhibe las propensiones de descarga de las


representaciones invertidas. Estas inhibiciones se mantienen incluso cuando el
proceso pasa de una representación a otra.

El sistema preconciente permite la interacción entre representaciones, regula su


orden temporal e introduce principios de censura y realidad.

El recuerdo de la experiencia consciente depende del sistema preconsciente y


difiere de los rastros de memoria no consciente del inconsciente.
Los medios para acabar con la confusión sobre los nombres de los sistemas
preconscientes y conscientes radican en su asociación interrelacionada.

La interpretación actual se refiere únicamente al estado del adulto, donde el


inconsciente sirve como predecesor del sistema preconciente de organización
superior.

La importancia de los sistemas nervioso y endocrino debe investigarse por separado


en lugar de derivarse de nuestra descripción.

Las condiciones, como la patología, pueden alterar el contenido y las características


de ambos sistemas en el cuerpo humano.

La conexión entre los sistemas nervioso y endocrino debe examinarse durante el


desarrollo individual.

El significado de la conexión entre los sistemas nervioso y endocrino en animales no


debe derivarse de nuestra descripción sino investigar por separado.

Debemos estar preparados para descubrir casos en los que ambos sistemas se
alteran o intercambian en su contenido y características en condiciones patológicas
en humanos.

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