Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Examina el efecto mecánico de las ondas sonoras mediante la revisión del uso del ultrasonido en la
acción terapéutica para diferenciar los parámetros de longitud de onda y frecuencia.
La historia del ultrasonido no es muy amplia, y desde sus inicios se ha ido desarrollando como una
herramienta terapéutica y diagnóstica versátil.
La historia del ultrasonido no es muy amplia, se convirtió en un método viable del diagnóstico por
imágenes aproximadamente en los años 50, y desde sus inicios, con el sonar de la Armada
Americana y las grandes bañeras donde el paciente debía sumergirse para su estudio, se fue
desarrollando como una herramienta terapéutica y diagnóstica versátil. Aún hoy, sigue expandiendo
sus funciones y beneficios. Las mejoras técnicas, optimizaciones y nuevas aplicaciones, algunas
todavía en desarrollo, como el Doppler, la elastosonografía y la ecografía 3D y 4D, permiten que la
ecografía continúe avanzando y tenga un lugar estratégico en el diagnóstico clínico.
Se estima que los sistemas de ecografía serán herramientas diagnósticas fundamentales para
obtener información valiosa sobre la superficie ósea. Gracias a la alta reflexión del ultrasonido en la
interfaz del tejido óseo con las partes blandas, estos sistemas son un método ideal para valorar los
contornos óseos. Los nuevos desarrollos de transductores de alta frecuencia (10-15 MHz) son más
efectivos en el examen de las estructuras anatómicas musculoesqueléticas. Para aquellos casos en
los que la lesión se ubica en la profundidad o en pacientes con musculatura muy desarrollada, se
dispone de transductores de baja frecuencia (3-5 MHz) [1].
El reto está en la alta resolución que disponga el ecógrafo, esta característica permitirá revelar los
cambios más sutiles de la superficie del hueso, a veces no detectables por radiografía simple, como
pequeñas reacciones del periostio, soluciones de continuidad y colecciones líquidas subperiósticas,
además de que puede diferenciar las lesiones de los tejidos blandos de las óseas [1]. El especialista
podrá identificar los cambios en la superficie del hueso, clasificándolos claramente como
adelgazamiento o engrosamiento de la línea hiperecoica, interrupción de la cortical ósea, incluyendo
una solución de continuidad, expansión o excavación, y reacciones del periostio, con la posible
visualización de los componentes intraóseos.
El ultrasonido es un equipo que transfiere ondas mecánicas de mayor frecuencia que las del
sonido, a través de un medio físico como puede ser un gel específico, que permite que pueda
propagarse y transmitir energía (calor profundo) gracias a la vibración que producen dichas ondas.
Ese calor no se siente, ni se nota.
-el incremento del metabolismo local, con estimulación de las funciones celulares y de la capacidad
de regeneración tisular.
-el incremento de la flexibilidad de los tejidos ricos en colágeno, con disminución de la rigidez
articular y de la contractura
-el efecto antiálgico y espasmolítico, que son los más útiles en lo que a indicaciones se refiere
La energía del ultrasonido terapéutico (dependiendo del tejido) alcanza aproximadamente las
siguientes profundidades:
Como la transmisión del ultrasonido no es la misma en cada tipo de tejido, algunos tejidos son
capaces de absorber la energía en mayor proporción que otros.
En términos de práctica clínica, los tejidos que absorben más energía son aquellos con alto
contenido de colágeno (ligamentos, tendones, fascia, cápsula articular, tejido cicatrizal). La
aplicación del ultrasonido terapéutico a los tejidos con una baja capacidad de absorción de energía
es menos probable que sea eficaz que la aplicación de la energía en un material de mayor
absorción.
Entre los beneficios del ultrasonido en la fisioterapia está también que los tejidos más
efectivamente calentados están el periostio, los tejidos colágenos (ligamentos, tendones y fascia) y
los músculos fibrosados.
Si la temperatura de los tejidos lesionados se eleva a 40-45 grados, se producirá una hiperemia,
cuyo efecto será terapéutico. Además, las temperaturas en este rango ayudan a iniciar la perfecta
cicatrización de estados inflamatorios crónicos.
El trabajo del fisioterapeuta se verá perfectamente compensado con la práctica del ultrasonido y
se tendrá un diagnóstico perfecto si además se aplican pruebas por imagen.
Aplicaciones médicas
Diagnóstico: La reflexión del ultrasonido de baja intensidad en los diferentes órganos internos
permite transformar la señal en imágenes sobre una pantalla. Es una técnica indolora y sin peligros.
Su versión más conocida es la ecografía.
Funcionamiento del ecógrafo: Las ondas sonoras son emitidas por las máquinas hacia el interior
del cuerpo. Estas ondas, al chocar con
los órganos, se refl ejan en forma de eco, el cual es analizado e interpretado por medio de
computadoras. El medio idóneo de propagación de las ondas es precisamente cualquier estructura
con alto contenido de agua. Es por ello que no se utiliza para estudiar tejido óseo u órganos con
elevado contenido aéreo (cavidades con aire), porque en tal caso los ultrasonidos no hacen eco y
siguen su camino sin retorno.
Terapia: Probablemente la litotricia sea la principal técnica de terapia con ultrasonidos. Consiste en
la destrucción de cálculos en el riñon, la vejiga o la vesícula mediante ondas ultrasónicas. Estas los
trituran de tal manera que su diámetro se reduce y pueden ser expulsados por el organismo.
Tambiénson usados para tratar la tendinitis muscular cuando existen calsificaciones.
Aplicaciones industriales
Los ultrasonidos también tienen importantes aplicaciones en la industria, según los valores de su
frecuencia y su intensidad.
- Los ultrasonidos de baja intensidad pueden atravesar objetos sin producir modificaciones en
ellos. Se utilizan para detectar la presencia de fallas en el espesor de materiales sólidos, en la
medición de la pérdida de espesor en tubos y chapas, así como en la dispersión de pigmentos y
pinturas y tintes.
- Los ultrasonidos de alta intensidad destruyen bacterias y otros mocroorganismos, por lo que se
emplean en la limpieza de vidrios d laborayorio, instrumentos médicos, componentes electrónicos,
etc.
- Los ultrasonidos de muy alta intensidad se usan para realizar soldaduras metálicas y modelar
figura S in duda alguna, las alteraciones estéticas ocupan una gran preocupación en la sociedad y
es muy habitual en pacientes que acuden a consulta nos pregunten acerca del ¿por qué se
producen alteraciones dermatofuncionales como la celulitis?, y si algunas técnicas que se ofrecen en
el mercado para su mejoría, como la radiofrecuencia, son realmente efectivas.
RADIO FRECUENCIA
En el siguiente artículo se expondrá en qué consiste la mal llamada “celulitis”, los tipos que existen y
cómo podemos abordar dicha patología con terapias físicas no invasivas, como la radiofrecuencia.
Así mismo, se abordará, en qué consiste esta terapia, las indicaciones y contraindicaciones de la
misma y el modo de uso para obtener los resultados esperados y no crear falsas expectativas a
nuestros pacientes.
Introducción
Tradicionalmente se ha considerado la “celulitis” como un problema de salud estético, pero dado que
suele tener una evolución desfavorable y suele ir asociado a edemas, toxinas, fibrosis, incluso dolor
y limitación, se debe considerar como una entidad patológica, donde el fisioterapeuta, es una figura
muy importante para su entendimiento y abordaje.
Definición de celulitis
Consiste en una alteración cutánea, debido a una lipodistrofia, donde se observa una cambio
morfológico en el tejido adiposo subcutáneo y suele ir asociada a un compromiso en la circulación
cutánea, con aparición de edema en el espacio extracelular subdérmico, hipertrofia e hiperplasia
fibrosa y nódulos de grasa superficial.
Las zonas más comunes donde se localiza dicha patología son la zona glútea, miembros inferiores,
abdomen y brazos, y está altamente relacionado con cambios hormonales.
Dicho fenómeno, puede ir ligado a otra sintomatología donde destaca: la insuficiencia venosa
crónica, la presencia de teleangiectasias y microhemorragias, sensación de pesadez en miembros
inferiores, calambres, dolor local a la palpación o disminución de la temperatura en las áreas afectas.
Es por ello que la mal llamada “celulitis” no es un proceso inflamatorio de las células subdérmicas,
como da entender el término, sino que lo correcto, sería denominarlo paniculopatía edemato-
fibroesclerótica, aunque en este artículo nos referiremos a ella como celulitis, por la popularidad del
término.
Por todo lo anteriormente expuesto, la celulitis, no debe de considerarse como un problema de salud
estético aislado, sino como una patología global, donde los fisioterapeutas, como profesionales
sanitarios, tenemos un papel muy importante para abordarla y tratarla.
Radiofrecuencia en celulitis
La radiofrecuencia se define como una técnica de electroterapia de alta frecuencia (0,3 y 100 MHz)
que provoca un incremento térmico interno en el organismo.
La generación de energía térmica, produce grandes cambios a nivel dérmico, entre los cuales
destaca, el aumento de la fibras de colágeno y el grosos de las fibras elásticas, mejora de las
características de las fibras de colágeno ya existentes, aumento de la vasodilatación de la zona,
provocando una mejora circulatoria y una reabsorción de líquidos intercelulares excesivos y por
consiguiente una mejor oxigenación y eliminación de toxinas, además de acelerar los procesos
reparadores celulares.
Una de las grandes ventajas de dicha terapia, es la de que permite tratar selectivamente tanto las
capas dérmicas profundas como las superficiales, sin producir ninguna lesión y con una
recuperación muy rápida, además de poder aplicarse en todo tipo de pieles.
Es por lo anteriormente descrito, que la radiofrecuencia, se considera una técnica muy eficaz en el
procedimiento de mejoría para la celulitis, dado que corrije las características del tejido conjuntivo
(mejorando la flacidez), y una homeostasis dérmica, ayudando a rejuvenecer la zona tratada.
Además, ayuda a eliminar los depósitos de grasa sin producir una necrosis en la misma y de manera
inmediata.
Sensación de calor: el paciente puede sentir calor durante la aplicación de la técnica, pero
este fenómeno, desaparece a los pocos minutos de haberse aplicado.
Edema: suelen ser insignificantes, en cuanto a tamaño y suelen reabsorberse en corto
espacio de tiempo.
Equimosis: existen algunos casos que se puede dar por una mala aplicación del cabezal
sobre la piel del paciente, pero en ese caso, desaparece en breve espacio de tiempo
Dolor: hay algunos pacientes que refieren dolor tras la aplicación del tratamiento, pero éste,
desaparece en unas 48h, tras la sesión.
Sensación de estiramiento de la piel: puede ocurrir en las primeras 12h tras la aplicación
de la técnica y dicha sensación desaparece también, en unas 48h. Durante ese tiempo, está
indicado el uso de crema hidratante o aloe vera.
Por otra parte, es importante mencionar que como toda técnica de electroterapia, existen
contraindicaciones para su uso, entre las cuales destacan:
Embarazo.
Presencia de marcapasos, desfibriladores, válvulas cardíacas, o cualquier otro implante
electrónico.
Prótesis metálicas.
Lesiones neoplásicas o tumores malignos
Infecciones víricas o bacterianas
Epilepsia
Parkinson
Aplicación de radiofrecuencia
La duración de la aplicación oscilará entre los 20-50 minutos, por cada extremidad, en
función de la dimensión de la zona y del grado de afectación.
El número de sesiones recomendadas varía entre 8-20 sesiones, pudiéndose ampliar si el
paciente lo requiriese.
La frecuencia de aplicación de radiofrecuencia será de una vez por semana, dejando una
semana de descanso en periodos iniciales y aumentando el descanso en 15 días, conforme
vaya evolucionando el tratamiento.
Se recomienda ingerir medio litro de agua antes de la sesión y medio litros tras la misma,
para favorecer los resultados.
Se utilizará un gel conductor o aceite, como mecanismo conductor y evitar la fricción con la
piel.
Se deberán colocar los electrodos de manera plana sobre la superficie de la piel. Así mismo,
se desplazará el mismo por toda la superficie de manera continua, con un ritmo uniforme y
con una presión suficiente para mantener siempre contacto con la piel, pero que no sea
molesta al paciente. Todo ello, con el fin de no producir quemaduras.
Es recomendable el uso de frecuencias bajas (0,3- 0,5 MHz), para conseguir mayor
profundidad. En zonas donde no exista excesivo tejido adiposo, se deberá de aumentar la
frecuencia aplicada.
Es aconsejable el uso de un termómetro infrarrojo para controlar la temperatura superficial;
se considera que ésta debe de estar entre los 40-42º C.
El aumento de la temperatura a un ritmo más lento es mejor para la efectividad del
tratamiento, ya que se le da más tiempo a los adipocitos para la liberación de grasas.
Al terminar la sesión deberemos de refrescar la zona con gel aloe vera o crema hidratante.
Los resultados definitivos se observan aproximadamente a los 3 meses y suelen durar hasta
dos años si se mantienen hábitos de vida saludables, aunque es conveniente hacer
sesiones de “recuerdo” anuales.
Conclusiones