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MM DBASTS Compressed
MM DBASTS Compressed
Esta traducción fue realizada sin fines de lucro por la cual no tiene costo
alguno.
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Sinopsis Capítulo 16
Capítulo 1 Capítulo 17
Capítulo 2 Capítulo 18
Capítulo 3 Capítulo 19
Capítulo 4 Capítulo 20
Capítulo 5 Capítulo 21
Capítulo 6 Capítulo 22
Capítulo 7 Capítulo 23
Capítulo 8 Capítulo 24
Capítulo 9 Capítulo 25
Capítulo 10 Capítulo 26
Capítulo 11 Capítulo 27
Capítulo 12 Capítulo 28
Capítulo 13 Epílogo
Capítulo 15
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Solo soy una chica, parada frente a una vitrina, intentando decidir
entre chocolates y cupcakes.
O…
Pero sí, los quiero. A ambos. ¿Cómo se supone que voy a elegir entre
dos hombres ardientes que están decididos a ganarse a esta tranquila
maestra de preescolar? Complacer mi gusto por los dulces está fuera de
discusión. Abandonar el vagón solo puede terminar en dolor.
—Sólo han pasado seis meses. —Seis meses desde la última vez que
tuve sexo, menos desde que mi mundo se salió de su eje. Cierro la tapa de
la caja rosa con una palmada, paso los dedos por encima de la etiqueta
dorada en la parte superior marcada como Summer Sweets, y la alejo. Sólo
porque mis padres me pusieron un nombre de stripper no significa que
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—Cállate —murmuro con una boca llena del más asombroso y divino
pastel de chocolate blanco, crema y relleno de frambuesa—. Oh, guau.
Sólo que te follen. Pero, pensándolo bien, tal vez deberías salir con alguien
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—¡Ay! ¿Tienes que ser tan asquerosa? —siseo—. No estoy segura que
esta ciudad sea lo suficientemente grande para manejarte. Y, soy
profesora. Una maestra de jardín de infantes. Hay ciertas expectativas de
mi comportamiento.
—Lo sé. —Se ríe—. Pero, eres heterosexual, no estás muerta. Hasta los
maestros necesitan amor sucio.
Tal vez tenga razón. Si no quiero terminar sola cuando muera, siendo
devorada por los gatos que voy a adoptar para evitar sentirme sola,
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Esa sonrisa que tira entre sus dientes y presiona lentamente para
soltarla. Es pornográfica. Sus ojos grises brillan, y se encoge de hombros, sus
manos metidas en los bolsillos de sus pantalones chinos.
—Ah, sí. Eso es cierto. —Se pasa el pulgar sobre el labio inferior, lo
Página
1 Alexander Johan Hjalmar Skarsgård, actor sueco. Conocido por sus papeles como el
vampiro Eric Northman en la serie de HBO True Blood, Meekus en Zoolander, Tarzan en The
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legend of Tarzan, Brad Colbert en la miniserie Generation Kill y Perry Wright en la miniserie
Big Little Lies.
probablemente piense que observa ballenas en su lugar), pero no me
hallaba preparada para la compañía.
tal vez diez en ese momento. No he visto a este tipo en cuánto, catorce,
tal vez quince años. Lo que lo hace casi un completo extraño enviándome
el pastel más ridículo que he visto.
—¿Quién?
—Dylan. Mi colega.
—¿Esto no fue idea tuya? —¿Es malo que ahora piense en Gabe y
en las pollas al mismo tiempo, en lugar de por separado, y que tenga que
luchar para no bajar la mirada más allá de su camisa de lino blanca a la
entrepierna de sus pantalones negros en un esfuerzo por compararlo con
el pastel?
—No. —Se ríe—. Esto tiene Dylan O'Brien escrito por todas partes.
—Entonces, ¿es sólo una broma pesada para ti? Eso es bueno. —
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Tomo un trapo y limpio el café que derramé antes de preparar dos tazas
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más—. Pero, deberías advertirle que a las mujeres no les gusta recibir pollas
de gente que no conocen. —En serio, a veces no entiendo cómo mi boca
se sale con la suya diciendo lo que dice antes de que mi cerebro se ponga
al día. Soy una maestra, por el amor de Dios. Pero, de nuevo, enseño a un
grupo de niños de cinco años, así que eso es todo.
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stoy sentada en mi escritorio a la hora del almuerzo el jueves
porque todavía me estoy adaptando a la nueva escuela y
cada vez que he almorzado en el salón de profesores, Rick
Ruckus, que enseña Educación Física, se ha encargado de ser mi nuevo
amigo. Lo cual estaría muy bien, si no sintiera también la necesidad de
hacer sutiles excavaciones sobre lo único que es mi nombre mientras usa la
silla a mi lado para balancearse y prácticamente empujarme su
entrepierna en la cara. Hay un número limitado de comidas que me
puedo perder, incluso si actualmente me estoy torturando con una dieta
constante de col rizada. En serio, esta planta es flácida, amarga y
completamente incomestible.
Continúa. Pregúntame.
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—¿Son cupcakes?
—Sí. —Sonríe—. Sólo los mejores cupcakes del planeta. Y tan lindas
también, con pequeñas mariposas.
Claro que son mariposas. Por otro lado, claramente podría ser peor.
Siempre pueden ser versiones en miniatura de genitales, o consoladores, o
esposas. Las esposas estarían bien. Siempre podría decir que tiene algo
que ver con la cárcel. No es que haya estado en la cárcel. Pero, tiene que
ser mejor que más rumores sobre mi difunta vida amorosa. La única razón
por la que me mudé aquí fue para alejarme de la gente que hablaba de
mí, y lo último que necesito es darle municiones a cualquiera.
—Oh, no, ¿en serio? ¿No hace entregas? No tenía ni idea. —Retiro la
envoltura y muerdo con cuidado el costado. Dios, puedo imaginar lo que
Sasha diría si me viera ahora mismo. Mi madre probablemente me diría
que lo deje caer, o que me estoy comiendo mis sentimientos. Si ese es el
caso, siento mucha dulzura hacia el misterioso Dylan. Aunque no hay
forma de que pueda ser tan bueno como Gabe—. Conozco a Gabriel
Nash. Nos conocemos desde hace mucho. Es amigo de mi hermano.
Somos amigos.
—¿En serio? —Sus ojos verdes brillan bajo su flequillo pálido y romo
ante ese chisme. Luego se toca la nariz y dice—: Tienes un poco de
glaseado.
—Nunca lo he conocido.
Y al azúcar.
Todas las cosas que juré dejar cuando decidí mudarme aquí desde
California. Lejos de la ciudad, lejos del imperio regimentado de mi madre,
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Superados sólo por los abogados que dan buena cara y te rompen
el corazón teniendo un romance con una colega tuya que resulta ser
conocida como Nancy “tetas grandes” Tuckett, y luego anuncian su
compromiso en la escuela en la que trabajas como una forma de romper
contigo. O en la que trabajaste, hasta que te convertiste en el centro de
atención por todas las razones equivocadas y quisiste esconderte bajo una
roca.
Sí, eso pasó de verdad. Por eso pensé que esta ciudad sería un buen
lugar para esconderme y lamer mis heridas. ¿Te dije que he terminado con
el macho de la especie? ¿Y de sentirme la segunda mejor después de
mujeres como Nancy Tuckett? Porque ya terminé, y por eso juro que
seguiré comiendo col rizada. Además, le daré a este imbécil... quiero decir
idiota... las cuarenta. Tampoco compraré cupcakes ni ningún otro de los
deliciosos chocolates que se exhiben en los estantes a mi derecha. Oh,
pero los caramelos de crema son tan bonitos. Y ese turrón de almendra
parece estar para morirse.
—Hola, ¿qué puedo hacer por ti? —Se pavonea mientras se limpia
las manos con un paño de cocina blanco y luego lo arroja por encima de
su musculoso hombro. El rastrojo oscuro ennegrece su mandíbula, y hay
rastros de azúcar en polvo o harina en su camiseta negra estirada y
demasiado apretada. No es que me vaya a quejar. Es una buena vista.
—Eres Sweets.
bragas.
—Soy así de bueno.
—Agh. ¿Hablas en serio? —Me alejo del chico guapo con complejo
de Dios. Una vez me bastó para correr en la dirección contraria de
hombres así—. Eso es tan egocéntrico.
—Por supuesto que puedo aceptar una broma. —Lo miro fijamente
mientras sigo dando marcha atrás—. Bueno, tengo que irme. Tengo un
plan de lecciones que repasar.
Sus ojos se arrugan por los bordes e incluso eso es demasiado para
mis bragas. Spanky2 salta por ahí agitando sus brazos, gritándome que le
deje hacérmelo, hacérmelo ahora. Cállate, Spanky, zorra tonta.
de polla se suponía que era una broma pesada para Gabe. ¿Cómo iba a
saber que decidiría que se lo entregaran? También tenía cupcakes listos
para llevar. Frambuesa con crema de queso. Todo lo que tenía que hacer
era abrir la maldita caja.
—Por favor. —Hace una mueca y toma la taza con ambas manos—.
Sé lo que debes pensar con un nombre como el mío, pero créeme que no
es el caso.
—Me gusta —le digo, estirando las piernas para que llenen el
espacio entre nosotros.
—Lo siento por eso —le digo, aunque no lo siento. Ignoró la invitación
de Gabe de venir a Cómeme por esos malditos cupcakes durante días. La
curiosidad se apoderó de mí, y supe que mi polla se pondría de pie
inmediatamente—. Debo haber perdido mi sentido del humor.
—Um, no.
silencio. Estaría en tu boca tan rápido que apenas podrías poner tus labios
a mi alrededor. —Y ahí voy de nuevo, hablando sin pensarlo bien. Porque
eso definitivamente sonó más como si quisiera meterle la polla en la boca
que sugerirle que se comiera el chocolate que claramente quiere. Ves, te
dije que mi habilidad para decir algo equivocado era un problema real.
—Por supuesto que sí. —Sonríe, y lo que sea que tenía en mente
cuando entré es dejado de lado—. ¿Qué te pareció Summer?
—Impresionante.
Página
—Claire sigue trabajando en sus contactos nacionales. Y ha puesto
el formulario de inscripción para el concurso de Sweet Treats en la página
de Facebook de la feria.
—Genial. Así que ahora sólo tienes que ganarme. —Gabe se sienta
en uno de los taburetes altos de la isla.
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—V
aya, hola, cama. Qué casualidad verte aquí. —Me
acurruco en el colchón apoyado contra la pared y
hago círculos coquetos con los dedos sobre el
colchón de memoria. Sí, lo adivinaste. Por fin llegaron mis muebles, con una
semana de retraso—. Te extrañé. Tan pronto como tenga el resto de estos
muebles montados, voy a pasar algún tiempo de calidad contigo.
Desnuda. Extendida. Frotarme un poco en tu contra.
miro. Mis muslos se ponen tan calientes como mi cara, y la voz de Sasha
pasa por mi cabeza, recordándome que una cara roja sólo es apropiada
cuando uno se quema grasa por el ejercicio.
—Lo siento por él. Sólo bromea. —Gabe se abre paso entre el sofá y
la mesa de comedor y las sillas para pararse frente a mí—. Siento que voy a
decir eso mucho.
Dios mío, ¿acaba de empezar a hacer más calor aquí? Vago por el
desorden que es mi sala de estar hasta que llego al escritorio antiguo. Es
mejor empezar con algo más seguro que los muebles de mi dormitorio con
la esperanza de que no diré más estupideces sobre las camas.
—¿Por qué no compras una caja? Si no las bebemos esta noche, las
acabaremos la próxima vez. —Me pone en pie, tan cerca que me ahogo
en su olor y el calor que emana de él. Mientras me da la sonrisa más
deslumbrante que he visto en mi vida. Mi corazón se acelera mientras sus
dedos me rozan la muñeca, y en vez de dejarme ir me acerca un poco
más. Probablemente pueda oír mi corazón latiendo con fuerza. No hay
ninguna esperanza de tener las bragas secas ahora.
—Hola, madre.
—Está bien. —Aprieto los dientes por el hecho de que fuera ella
quien metió las narices en mi asunto y alteró las fechas originales que
organicé con la compañía de mudanzas. Dios, ha empeorado con los
años. Los últimos tres años, en realidad. Desde que papá murió.
—¿Es Gabe? ¿Ese amigo de Sam del que hablabas? Sabía que tu
hermano tenía algunas asociaciones cuestionables —dice con tono
condescendiente. Se refiere principalmente a sus amigos chefs. Son
groseros y toscos y muy divertidos; además, les encanta cocinar comida
rica y abundante, lo cual es increíble, pero la molesta. Además, estoy
bastante segura que Sasha no recuerda nada que no sea sobre ella o su
imperio. Toda esa col rizada que ha comido probablemente haya
convertido su cerebro en un vegetal.
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—No puedo creer que renunciaras a Brock por algo mucho menos.
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—¿C
ómo está mi hermana? —pregunta Sam al otro
lado de la línea mientras observo a Dylan meter
tablas en las muescas cortadas de los rieles
laterales del somier.
Jodidamente preciosa.
—¿Bueno, lo parece?
—Bien. —Me sonríe, girándose para salir por la puerta que lleva a la
cubierta—. Llama a Dylan. No sé ustedes, pero yo necesito una cerveza.
—Te lo merecías.
—Oye, ¿qué pasa? —Le quito los platos de la mano antes de que se
dé cuenta. Mira su teléfono con la otra mano y luego se lo mete en el
bolsillo mientras sacude la cabeza.
—No.
—Pues sí. —Se ríe, con la tensión dejando sus hombros—. Zorra roba-
novios. Pero, honestamente, esa no es la peor parte. Fueron los rumores los
que me mataron.
—¿Rumores?
—Sí, las historias que circularon por la escuela sobre por qué un tipo
tan bueno me engañó. No importa. No quiero hablar de ellos. —Se levanta
y sacude la cabeza—. Si vas a informar a mi familia sobre mí, diles que
estoy muy contenta con mi decisión. Sasha usará cualquier cosa para
intentar hacerme volver.
Estoy seguro que sí, y voy a hacer lo que sea para asegurarme de
ello. Por el bien de su hermano. Por su bien. Me acerco, le coloco un
salvaje mechón rubio detrás de su oreja, y sus ojos se abren de par en par.
Mi pulso golpea fuerte con el inocente toque, haciéndolo algo que siento
mucho más como un placer culpable. Lo cual es una locura, ¿verdad?
Luego se lame los labios dejando en ellos un brillo como miel, y quiero
probarlos más que nada.
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—Dios, te amo.
Hay más calor que en el Sahara entre nosotros, pero se me hace la boca
agua. El aroma de vainilla, naranja y canela que emana de él me hace
querer inhalarla como un asmático que necesita oxígeno.
colgar.
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Una vez que he completado mi ritual nocturno, me meto en la
cama. Es increíblemente cómoda. Incluso mejor de lo que recordaba.
Amontonando la almohada, me acurruco. Una hora después sigo
despierta, desconcertada por todo lo que pasó entre Gabe y yo esta
noche. Y cada pequeña mirada de Dylan. ¿Qué diablos me pasa que no
puedo dejar de pensar en ellos?
Es tarde y necesito dormir. Tal vez si lidio con algo de esta frustración
reprimida mi cerebro dejará de considerar las fantasías ridículas como una
solución útil a mi problema. Para eso tengo una mano y un novio que
funciona con pilas. Tomo el vibrador de color rosa brillante de mi cajón
superior y lo dejo caer a mi lado antes de meterme más debajo de la
sábana. Mi piel se estremece con escalofríos a medida que me quito los
pantalones cortos de dormir y paso un dedo por encima de mi clítoris. Un
shock de sensación me llena de excitación y aprieto la cabeza del
vibrador contra mi hendidura, usando mi propia humedad para metérmelo
en el coño mientras mi mente se dirige a Gabe y la forma en que me mira
como si pudiera comerme.
—Quiero probarla.
—Sabía que serías dulce. ¿No es la cosa más dulce que has tenido
en las manos, Gabe?
interior y acaricia esos puntos sensibles a los que nadie ha llegado antes.
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—Oh, mierda.
5Brock Vincent Phill Hurn, mejor conocido como Brock O'Hurn, es un modelo, actor y
entrenador físico estadounidense.
—Mierda, mierda, mierda. —Miro fijamente la grieta que corre
diagonalmente a lo largo de la ventana sobre la que ahora yace mi
vibrador.
—Tal vez, tal vez no. —Pone los ojos en blanco—. No es que yo lo
vaya a saber nunca. ¿Qué te tiene frustrada?
—N-nada. —No puedo decirle que estoy fantaseando con dos tipos.
No sólo dos hombres, sino dos de ellos al mismo tiempo. Besándome,
tocándome, follándome de maneras que nunca me han follado. Dos tipos
por los que no debería sentirme atraída en el mundo real y, sin embargo,
mi corazón se acelera cada vez que los veo. ¿Qué diablos me pasa?
Puede ser que esté intentando vivir mi propia vida sin obstáculos por las
demandas de Sasha Sweets de ser perfecta; cuerpos perfectos, imagen de
familia, yerno, pero volvamos a cómo realmente no tengo nombre de
estríper. Esta no soy yo. Para nada.
—La semana que viene. Vas a contármelo todo. —Se despide con la
mano—. Hasta entonces.
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Página
R
etiro la tapa de plástico de mi ensalada y saco la pequeña
bandeja de aderezo que se encuentra entre las hojas surtidas
que parecen como si alguien las hubiera arrancado de
cualquier hierba que creciera demasiado rápido en su patio trasero. La
sustancia en la bandeja es cremosa con semillas negras y casi la única
parte de este almuerzo que es sabrosa. Anoche se veía mucho mejor.
Dejando caer el aderezo de nuevo en el desorden de hojas, cierro la tapa
de plástico y lo tiro a la basura junto a mi escritorio mientras intento ignorar
la voz de Sasha en mi cabeza.
Odiaría oír lo que diría sobre Gabe y Dylan si supiera que mi cerebro
ha sido unidireccional desde que me ayudaron con mis muebles. No
ayuda que se hayan arraigado en mi subconsciente usando la técnica de
Pavlov. Imbéciles. Cada vez que pienso en el chocolate, que es más de lo
que debería ser, fantaseo con ese momento entre Gabe y yo. Tiene
mucho tiempo en mi cabeza. Mucho. Probablemente porque, bueno,
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chocolate.
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—Hola, Summer. ¿Tienes un momento? —Rick mete la cabeza en el
aula y luego, sin esperar una respuesta, se acerca a mi escritorio.
—Bueno, en realidad...
—No estoy segura de poder hacerlo. Tal vez sea mejor que vayas
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—¿Qué edad tienes que tener para que te enseñen a leer entre
líneas? —Gabe se inclina en la entrada—. No creo que tu colega esté
recibiendo el memo.
—¿Estás...?
—Es porque está conmigo —dice Gabe, caminando por las filas de
escritorios—. Esa debería ser razón suficiente para dejarla en paz, Ruckus.
No necesita que te le insinúes.
No creo que nunca haya visto algo tan sexy como el chico atractivo
frente a mí viniendo a rescatarme.
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—Eso no es... —Oh, Dios mío, necesito cruzar las piernas para
apisonar el calor que chispea entre ellas.
Hoy lleva falda otra vez. Algo suave, plisado y gris paloma
emparejado con una camisa rosa Oxford y tacones negros brillantes con
una correa. Apuesto a que la tela sería como seda en mis manos si la
subiera. Suave como su piel, resbaladiza, justo como estaría entre sus
piernas si la tocara allí. Mi polla se mueve y la saluda.
—Buscaba a Gabe.
Me muerdo con mis dientes traseros, apretándome la mandíbula. No
sé por qué no esperaba esa respuesta. Gabe es la gallina de los huevos de
oro para las mujeres. Lo miran y sus ovarios exigen fertilización. Triste pero
cierto. No estoy en el radar de Summer porque es una buena chica. Incluso
si no fueran amigos desde hace mucho tiempo, tendría sentido que se
presentara para él. Sólo soy la follada. Conozco la impresión que dan mis
tatuajes y el ceño fruncido, sé que no tengo una oportunidad con la chica
hermosa frente a mí. Maldición, un hombre puede desear. Al agacharme,
saco una botella de limpiador en aerosol y una toalla de papel y uso esa
molestia irracional para fregar la encimera.
—No sé cocinar.
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—¿No puedes?
—Quiero decir que puedo. Puedo hacer una ensalada deliciosa. O
un filete perfecto. No soy buena con las cosas dulces.
—Uh, sí. —Me mira como si esperara que le dijera que le dije a él
quién era.
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—Sí. Tengo que irme. —Tommy eleva el pulgar por encima del
hombro en dirección a la puerta—. Nos vemos por ahí. —Luego se retira
apresuradamente por la puerta y cruza la calle mientras ambos lo miramos
fijamente.
—No puedo creer que hicieras eso —dice Summer en voz baja—. ¿Te
das cuenta que me hiciste sonar como una especie de come hombres?
—¿Qué? ¿Como una perdedora que tiene que probarse con todos
los tipos que se cruzan en su camino porque es la única forma de que la
noten? —Me mira fijamente, horrorizada.
rápido.
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—¿En serio? —Arquea una ceja, se envuelve los brazos debajo de las
tetas y quiero decirle que no creo que sea así en absoluto, porque estoy
seguro que no actúa de esa manera conmigo. Incluso si quiero que lo
haga.
—Lo arreglaré.
—Mira, le diré a Tommy que no quise decir eso. —Le agarro el codo.
—No.
—¿Como qué?
C
ruzando el camino y saltando la acera, me dirijo hacia la
puerta de Cómeme. Dylan estará emocionado con las
noticias que tengo para él. La cadena de televisión local,
RBS, va a televisar la competencia Sweet Treats de este año. Mejor, su
canal principal emitirá la maldita cosa a nivel nacional, lo que significa que
será mostrada a mucha gente en sus casas, y con suerte algunas de esas
personas donarán.
pero sobre todo porque estoy seguro que lo que necesita ahora mismo es
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—Y no quieres llamarla.
claramente hay algo entre nosotros. Me siento mal por él, pero al mismo
tiempo, cuanto antes sea consciente de que ligar con ella es una pérdida
de tiempo, mejor.
—Dormitorio —dice.
camisa.
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Arrancando el botón superior de su blusa, le rozo la mandíbula con
mis labios y encuentro el pulso justo debajo de ella.
—¿Summer? ¿Puedo?
Sin embargo, quiero ser más que su amigo. ¿Por qué coño me hace
desear más?
—Ojalá pudiera. —Se muerde el labio inferior, sus manos agarran mis
bíceps mientras mira entre nosotros donde agarro mi polla—. Pero sigo
pensando en tus manos sobre mí, y en la forma en que me besaste. Quiero
más. Quiero eso.
Son unas piernas increíbles. Son mis piernas. Solo puedo pensar en
cómo van a acunarme y apretarme. Recorro con mis dedos la parte
exterior de sus muslos, desde sus caderas hasta su perfecto trasero, y lo
agarro para poder levantarla y presionarla de nuevo contra los azulejos
mientras empujo mi dolorido pene en su hendidura que gotea.
—Vete.
Aún quiero golpearlo por tener sus manos sobre ella. Mi agarre de la
toalla se tensa y casi rompo el toallero de la pared cuando voy a colgarla.
Dylan y yo siempre nos llevamos bien. Incluso cuando estamos en
oposición directa a la contienda de Sweet Treats, nunca nos acercamos a
los golpes. Es un territorio desconocido, esta sensación de aversión hacia
mi mejor amigo. Esta intensa furia burbujeando dentro de mí. Este deseo de
vencerlo, y asegurarme de que entienda que ya he reclamado a Summer.
Me burlo de él.
Nunca hemos sido iguales. Cuando conocí a Dylan por primera vez
era un adolescente fibroso y delgado que probablemente no había
ingerido una comida saludable en su vida. Quizás no debí alimentarlo con
tantas cenas decentes antes de que decidiera hacer este argumento
físico.
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—¿Hablas en serio? —pregunta Gabe.
Nos quedamos ahí por un minuto, tal vez dos, o cinco. Sin estar
seguro por cuánto tiempo nos fulminamos con la mirada como si fuéramos
enemigos. Y luego, Gabe se da la vuelta y sale del baño, alejándose de la
conversación. Pero, maldición, esta chica, es increíble. No lo entiendo. En
serio no. Es alguien de quien no puedes simplemente alejarte. Que trae
todos mis instintos territoriales a primera fila.
—Me lo debes.
olvidarlo. Como si no recordara todo lo que ha hecho por mí. Tuve suerte
de tenerlo en mi vida, y no puedo fingir lo contrario. No es solo que se
encontraba allí cuando mi mundo se derrumbó. Cuando me arrestaron,
cuando murió mi hermana, cuando volví a la calle sin esperanza ni futuro.
Es que él es la única persona que me daría una oportunidad. A quien le
importo una mierda y en lo que me he convertido. Me rompo el culo para
tratar de pagarle por eso todos los malditos días. Para estar a la altura de
su fe en mí, aunque no me lo pida. Nunca me pidió nada. ¿Y ahora se lo
debo? ¿Summer? Lo único que quiere de mí, y no puedo apartarme de su
camino—. Primero me das un puñetazo, y luego...
—Bien.
—No seas tonto. —Sonríe—. Quiero decir que no hay nada malo con
una competencia sana. La elección de Summer.
—Trato hecho.
Estoy vertiendo un lote de pan de miel y cupcakes con esencia de
violetas en cajas. Detrás de mí, el estruendo de la multitud del sábado por
la mañana llena la fachada de la tienda. En su mayoría son esos malditos
Hadley que toman nuestras mesas y hacen que Dean, que trabaja a
tiempo parcial, desgaste la cafetera.
su aula. Con las manos en los bolsillos, intento ignorar la tensión que se
arrastra bajo mi piel. Summer es hermosa, equilibrada, y a cargo de treinta
Página
niños extraños que la miran como si fuera mágica, una princesa de cuento
de hadas. No estoy seguro de qué hago aquí, o por qué no me ha dicho
que me aleje de ella todavía. Pero, siempre existe la posibilidad de que lo
haga. Es solo cuestión de tiempo hasta que este pueblo le llene los oídos
con historias sobre el tipo de hombre que soy. La mayor parte es verdad,
incluso si es exagerada, retorcida y alejado de los hechos. Aunque,
probablemente es suficiente para hacer que deseara nunca haberme
prestado un momento de su atención en primer lugar.
—Si hubiera sabido que la escuela era tan sexy, habría ido más a
Página
—Estás loco.
queman la piel.
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—De acuerdo. Puedo comprar algo —comento para evitar que diga
lo que creo que va a decir. No hay ninguna buena razón para que una
mujer como Summer Sweets esté interesada en un hombre cuyo único
talento radica en los productos horneados. Especialmente cuando tiene
opciones. Gabe sería la elección más inteligente, la elección más
acertada. La única opción en realidad, pero eso no significa que no haré
todo lo que pueda para convencerla de lo contrario.
Ve a juzgarte a ti mismo.
—Oh, Dios, mamá. —Trago con fuerza alrededor del terrón de grasa
y azúcar que ya no sabe bien—. ¿Podemos, por favor, por favor, dejarlo?
carbohidratos de nuevo.
—Ni siquiera... —¿Qué se dice a eso? Dylan no ha sido nada más que
dulce y directo sobre lo mucho que me desea. No me manipula. Yo soy
quien se niega a ceder a mi atracción hacia él porque también estoy
obsesionada con Gabe cuando no debería interesarme ninguno de los
dos de esta manera.
—No.
—¿No?
¿No es así?
—Noté que no... oh, ¿te refieres a todos los tatuajes, la ropa oscura y
la motocicleta?
(hombres) están alrededor de una galleta y se tienen que masturbar hasta eyacular sobre
Página
ella: el último que eyacula se la tiene que comer cubierta con el semen de todos los
participantes.
verdad que el hombre ignore a su hijo. Por otra parte, no nos conocemos
tan bien, así que eso no es un indicador.
—¿Lo crees?
—Sólo amigos. Sólo amigos. Dos de los chicos más sexys de la ciudad
te llenan de atención. Quiero decir, claramente quieren meterse en tus
bragas, ¿y tú sólo quieres ser su amiga? —Se queda boquiabierta—. Lo
siento, pero realmente defraudas a todas las mujeres.
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—No estoy lista para salir con nadie. —Elijo un par de tacones rosas
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con una correa que va alrededor del tobillo y se engancha con un lindo
lazo de cuero—. Todavía me recupero de una relación a largo plazo.
Necesito estar sola por un tiempo.
—¿En serio me dices que ni siquiera piensas cómo sería estar con uno
de ellos?
—Por supuesto que no. —El calor sube por mi pecho, en mi cara, y
mis orejas empiezan a arder.
—Oye. —Me agarra del brazo, con los pies firmes en el suelo de
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—¿Quién?
—Así que Dylan O'Brien, ¿eh? —Rick se para frente a mí, con las
piernas abiertas, las manos en las caderas. Me bloquea completamente la
vista, así que tengo que mover la cabeza hacia un lado y fingir que me
rasco la oreja para mantener el contacto visual con Dylan—. Y yo que
pensaba que salías con ese otro imbécil. El tipo que tiene que ir a tres
pueblos para divertirse estos días, ya que ha pasado por cada chica que
vive más cerca. ¿Es por eso que Gabe no está aquí ahora? —Escanea a
los clientes—. No me sorprende que solo durara cinco minutos. Sabes que
no tiene relaciones. No desde...
—Te dije que no quería salir con nadie. Estoy intentando orientarme
en una nueva ciudad y Gabe es un amigo. Sólo cuidaba de mí. —¿Tiene
razón sobre Gabe? ¿Es por eso que ha estado fuera durante días? Me
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—Pensé que no era tu novio —se queja Rick—. ¿No es eso lo que
acabas de decir hace dos minutos?
—Vamos.
—¿No? —Quiero decir, por supuesto que no, pero la forma en que lo
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dice es tan contundente, tan inflexible, casi una orden—. No estoy segura
de por qué crees que es asunto tuyo.
Me toma el codo y me empuja para abrir la puerta, arrastrándome
hacia la suave noche. Nos apresuramos por el borde del edificio hasta que
estemos fuera de la vista de la entrada. Su agarre fuerte y sus hermosos
tatuajes me transportan a la plática que Mandy y yo tuvimos antes. Y sí,
huele a peligro. Pero es un calienta bragas, que hace agua la boca,
induce al orgasmo... no, eso simplemente es peligroso para mí persona. No
puedo imaginar que tenga razón respecto a él. No tiene ningún sentido.
Tengo el impulso de chocar mis labios contra los suyos. ¿Son suaves,
duros o dulces? ¿Es normal estar tan distraído cuando se supera un
corazón roto?
—¿Soy yo?
tacto.
Asiento con la cabeza. No es mi intención. Ni siquiera sé por qué lo
hago. Probablemente porque huele como un maldito cupcake, y tengo
encima media botella de vino para convencerme de tirarle mis bragas.
Deberías ver lo que puedo hacer con una botella entera bajo mi
protección. Pero en realidad, solo quiero saber si el beso será tan duro o
tan suave como imagino.
—No lo sé. Estoy tan confundida. Por eso esto no puede ser real.
Estoy tan perdida en este momento.
—Te deseo, Sweets. —Exhala y deja caer sus manos de mis brazos—.
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—Todo esto es… es atracción. No estoy lista para sentir nada por
nadie, y ciertamente no sé lo que siento por ninguno de los dos. No estoy
segura que si lo hiciera no me encontraría queriéndolos a ambos —le
digo—. No quiero interponerme entre ustedes.
Mi pulso late más fuerte ante la idea de que compitan por mí,
peleando por mí. ¿Es por eso que la mandíbula de Dylan luce ligeramente
amarilla debajo de la barba? ¿Ya se han peleado por mí?
—¿Quién te dijo eso? —No parece tan sorprendido, aunque mira por
encima de su hombro a la luz proveniente de la entrada—. Fue Ruckus,
¿no? Ese imbécil.
96
Página
—A
la mierda. —Me alejo del bloque de enfriamiento
donde mi segundo lote de chocolate mal
templado se vuelve arenoso, y tiro la espátula a
través del área de la cocina. Choca contra la superficie de trabajo
metálica con un golpe antes de rebotar contra el suelo.
Me paso la mano por la boca, aprieto los labios, lo que sea para no
reírme de él cuando también estoy listo para matarlo. No puedo evitarlo.
Parece que un delincuente y un unicornio tuvieron un bebé, y el cuerno se
ubica en sus pantalones. Lo que me lleva de vuelta al maldito asesinato.
Concurso de cupcakes.
Los cuales tienen sus pantalones como si fuera un chico de trece
años sin autocontrol, no de treinta. ¿Y por qué? Sin duda le recuerdan a
Summer.
—Deja eso.
balanceándose sobre sus talones—. Eso no fue todo. Pero tus celos sacan
lo mejor de ti.
Página
El tatuaje rosa en el interior de su bíceps me guiña el ojo. Es un
enfriador instantáneo para mi irritabilidad. Un recordatorio de por qué
somos amigos y no dejamos que una chica hermosa se interponga entre
nosotros.
—¿Salió con él? —Siento una oleada de irritabilidad tan fuerte que
quiero golpear la mesa frente a mí. No lo sé, pero imagino la cara de ese
idiota en la superficie de acero por un momento.
—¿Disculpa?
—Pero si estuviéramos...
pregunta Dylan.
Página
Así que ahí es donde fue ese postre. Mi situación no es mejor. Un fino
hilo de chocolate se ha derramado por un lado y endurecido en su
102
103
Página
E
stamos sentadas en un sofá en la parte trasera de una enorme
habitación con tablas originales de madera y ladrillo visto. A un
lado, en medio del edificio, hay un bar y una estación de café
que separa la zona de la fachada de la tienda, donde los estantes
forrados de libros y las papeleras llenas de álbumes ocupan el espacio.
Incluso hay un muro de cabinas al estilo Empire Records detrás de nosotros.
En el escenario frente a nosotros, un tipo canta la primera canción de la
noche de micrófono abierto.
—No es así —le digo, insegura de por qué alguien necesita juzgarlo
por su aspecto—. Es divertido y dulce y... —Un poco misterioso, claro. Pero,
todos tenemos cosas que preferimos guardarnos para nosotros mismos,
¿no?
—No estoy lista. Salí con Brock durante dos años. No se supera eso.
—¿Hablas en serio?
—No creo que sepas quién eres. —Me lleva al bar y pide un par de
cócteles más. Entonces coloca uno frente a mí y bebe un trago del suyo—.
Página
Bien, escucha. Creo que has pasado veinticinco años intentando ser lo
que Sasha espera que seas. Y ahora estás aquí y sigues intentando ser la
hija que quiere tu madre.
—No, no podría...
—Lo haces. —Me quita la bebida y coloca los dos vasos sobre la
barra—. Y si lo haces con dos hombres, quiero todos los detalles sucios. —
Me da vuelta, señalándome la puerta—. Ahora vete de aquí. Tengo un
hombre que perseguir.
Alguien cruza al otro lado del camino a medida que se alejan a toda
prisa. ¿Evitándome? ¿Intentando no asustar a la chica petrificada por sus
propios deseos? Me rio y luego me pongo una mano sobre la boca porque
el sonido es fuerte y resuena. Debería irme a casa. Debería ser inteligente y
sensata y no estar aquí.
—Sé muchas cosas —le digo—. Como por ejemplo cómo hacer
Página
—No. —Me tiembla la mano mientras tomo la taza a mi lado. Tal vez
esas fotos me confundieron más de lo que pensaba después de todo. Aun
así, no me afectaron de la forma en que esperaba. Tan confundida como
me siento sobre tantas cosas, la inminente boda de Brock no es una de
ellas. Sasha definitivamente se equivocó, y de alguna manera se siente
bien—. ¿Puedo sentarme aquí un rato?
—¿Por qué?
—¿Sabes que la comida casera siempre sabe mejor cuando la hace
otra persona?
—Es porque sé cocina con amor. Así que puedes imaginarte cómo
mi frustración podría afectar a los pasteles.
—¿Una cosa?
—Chocolate.
—¿Bromeas? —susurro.
—Bueno, no.
—¿No hay suficientes tatuajes? —Sonríe, pero hay un destello de
dolor en su mirada—. ¿O es mi motocicleta? ¿Esperabas una gran bestia
sucia en una Harley? Oh, lo sé. —Y ahora se burlaba de mí—. No miro muy
fijamente. No estoy tan atormentado como para haber pasado tiempo
encerrado.
—¿Por qué? ¿Para que puedas hablarme como si fuera una idiota?
—No. —Suelta mi brazo y toma una toalla para limpiarse las manos—.
¿Por dónde empiezo? No sé cómo explicar esto. —Con un movimiento de
cabeza, respira hondo—. Es verdad. Si eso es lo que querías saber. Los
chismes sobre si cumplí condena.
—De acuerdo.
—¿No quieres saber por qué? —Su pecho se levanta y cae con
rigidez, agitándose en medio de cada respiración como si hablar de esto
fuera una pelea.
—Sweets, mejor que tengas cuidado ahora. Esta cosa entre tú, yo y
Gabe tiene reglas, aunque no las conozcas.
coloca justo enfrente de la mía, tan cerca que podría inclinarme unos
milímetros y chocaríamos. Pero, no me besa. Por un momento nuestro
aliento se mezcla en una silenciosa desesperación.
—Sí. —Se ríe—. Sí, podría haber algo de brillo en mis calzoncillos. Es
difícil de limpiar, y tuve que quedarme aquí para ponerme al día con el
trabajo que arruinamos al pelearnos por ti, así que aún no me he limpiado.
117
Página
M
i corazón podría explotar, aquí mismo, ahora mismo, con el
aliento caliente de Dylan en mi cuello, su cuerpo
virtualmente inmovilizándome contra el mostrador y sin
tocarme, y la mirada de Gabe fijada en mí como un rayo tractor.
—Es estúpido —susurro—. ¿Cierto? —Pero estoy tan excitada por las
imágenes en mi cabeza. Los dos hombres tocándome, besándome. Sus
manos sobre mi piel. ¿Estaría mal que pusiera a Dylan entre mis piernas
para que pueda hacer algo con el dolor que crece con cada segundo?
¿O que Gabe se una a nosotros, baje su boca a la mía y me bese sin
sentido al mismo tiempo?
palmas. Su aroma, esa dulce y sutil especia que me hace agua la boca,
gotea de sus dedos calientes en mis mejillas mientras me mira a los ojos—.
¿Eso es lo que quieres?
Página
—Sí —susurro. Estoy más excitada de lo que nunca he estado en mi
vida. Cada célula de mi cuerpo zumba con anticipación. Soy un cable
vivo estirado y tenso, un rocío de chispas listo para quemar todo lo que me
rodea hasta los cimientos.
antes de que pueda pronunciar las palabras que impedirían que esto vaya
demasiado lejos. Luego se muerde el labio inferior—. Tú, Summer y yo.
También tiene sentido que compartamos esto.
Parece que no puedo hablar, así que solo asiento. Puedo sentir lo
duro que está. Puedo sentir su calor contra mi hendidura, y entonces toma
mi boca y empuja su lengua contra la mía. Su rico sabor dulce y chocolate
envuelve mis sentidos mientras usa su boca para imitar la forma en que
imagino que quiere follarme. Despacio y con cuidado, y luego duro y
rápido hasta que no puedo evitar el gemido que rasga de mis labios en el
torrente de excitación que se despliega dentro de mí.
—Brazos arriba —susurra Gabe, luego desliza las palmas de las manos
por los costados y por encima de la curva de mis pechos mientras sigue el
material elástico.
hacen brillar.
—Abre los ojos, Sweets. Quiero verlo cuando Gabe te haga venir.
pasado aquí, esta noche, entre nosotros que es crudo, real y exactamente
correcto.
Página
Gabe se levanta y se limpia el brillo de mi humedad de su barbilla. Su
mirada se centra en mi boca, y quiero que me bese. Pero, ¿eso es raro?
Después de lo que acaba de pasar, ¿sería extraño para él? Extiende la
mano y toma una de las mías, tirando de mí hasta que me encuentro
sentada como cuando todo esto comenzó. En el borde del mostrador.
Luego enreda una mano en mi cabello y presiona los labios contra mi
frente.
126
Página
R
ecogiendo a Summer del mostrador, la llevo hacia la parte
trasera de la cafetería en donde se encuentran las escaleras
de nuestro apartamento. Me mira absorta con sus grandes ojos
azules, sin duda pensando en lo que acaba de pasar entre nosotros.
Puedo decir que quiere preguntar si era raro para mí, o si la idea de
besarla después de que la polla de Dylan ha estado en su boca me
desagrada, pero honestamente no estoy seguro de la respuesta. Así que
ignoro sus dulces labios separados y la forma en que su lengua se desliza a
través de ellos mientras subo las escaleras. Porque debería ser raro, ¿no?
Excepto que compartir a Summer con mi mejor amigo es lo más excitante
que he hecho. Que hemos hecho. Y no voy a parar sólo porque sea un
poco incómodo.
Casi digo las palabras en voz alta, sólo para decirlas. Como si al
guardarlas para mí, no fueran ciertas, y si no lo son, entonces ella no es mía
en lo absoluto.
—Sí, tu boca —reitero, porque carajo, sí, quiero ver eso. Ella de
rodillas, su boca abierta para mi polla.
—Bésala, Gabe.
Cuando Dylan la deja ir, sus labios lucen hinchados y abiertos para
mí. Sus ojos están llenos de deseo. Capturo su cara y devoro con avidez su
boca.
Mi corazón late muy fuerte, muy rápido. Siento que podría explotar
mientras gruño.
—Condón.
—Sí.
Sus dedos desaparecen entre los muslos y gime. Dylan sabe tan bien
como yo que está lista para tomarnos a los dos, uno tras otro. Se encuentra
empapada y lo ha estado desde que empezamos esto, pero él se asegura
que esté segura. Cada orden, cada pregunta que hacemos es para
asegurarnos de que Summer quiere esto. Cuando se quita los dedos del
coño, sus jugos los cubren. Dylan toma su mano y la chupa antes de
volverse hacia mí.
Por un segundo, los celos me aprietan como un puño, pero ver cómo
sus ojos se ensanchan y la mirada de placer que cruza sus rasgos mientras
se hunde en él le aporta claridad. El placer de Summer es para lo que
estamos aquí. Es la expresión orgásmica en su cara mientras él la levanta
de arriba bajo en su polla lo que me excita hasta que no puedo pensar
con claridad. Lo único que importa es cómo se siente, cómo sabe y cómo
suena al llegar al clímax.
mujer.
Me uno a ellos, pellizco y chupo sus labios mientras sus cuerpos se
mueven. Su sudor resbala y roza mi piel. Su duro y voluminoso brazo y
muslo. Sus suaves curvas. Él deja caer una de sus manos y ella me la
envuelve en el cuello, mientras profundiza nuestro beso. Alisando una
mano en su costado, le aprieto el culo y deslizo un dedo entre sus nalgas y
sobre ese pequeño nudo apretado.
hombro.
—¿Qué? ¿Por qué quieres saber eso? —Sus cejas se fruncen sobre sus
ojos.
—No lo diría así, pero sí, quiero follarte hasta dejarte sin sentido,
Summer. Si eso va a terminar hiriéndote porque aún no estás lo
suficientemente excitada, prefiero esperar.
El agua escurre el sudor y el olor a sexo que impregna el aire que nos
Página
rodea mientras Dylan enjabona sus manos y luego masajea sus senos,
cubriéndolos con agua jabonosa y trabajando lentamente hacia abajo
mientras ella inclina la cabeza hacia un lado y gime en agradecimiento.
Masajeo los nudos de su cuello, sus hombros, exploro su cintura y su trasero.
Luego seguimos nuestras manos con la boca, la lengua y los dientes.
Summer también nos enjabona, con sus manos flexibles moviéndose sobre
cada uno de nosotros al mismo tiempo. Ella me mantiene al borde, y
cuando miro sus manos sobre nosotros, acariciándonos al mismo tiempo
noto a través de una neblina de lujuria que la libido de Dylan se agita de
nuevo.
Dándome espacio con ella después de que la haya tenido primero. Las
manos de Summer me dan vueltas en la espalda mientras me tira hacia
Página
ella. Y hace esa cosa con el labio que me tira de las pelotas.
—¿Por qué los deseo tanto a los dos?
—Sí.
—Fóllala, Gabe.
138
Página
E
n realidad, no lo pensamos bien.
—Oh.
—Um.
—Uh.
—No, tú eres la chica que tiene su pastel y se lo comen los dos —le
digo, arrodillándome frente a ella y subiendo su vestido—. Déjanos tenerte.
Tan pronto como lo digo se moja más. Saber que nos escuchaba
mientras la hacía venir sobre mi cara la excita aún más. Y eso hace que
necesite follármela para que él pueda oír cómo le encanta. La introduzco
lenta y profundamente, entrando y saliendo como si tuviéramos todo el
tiempo del mundo, follándola sin prisa hasta que sus bajos gemidos se
vuelven roncos, y luego juego con su clítoris.
—Mucho.
—Oh, no —digo.
—Oh, no. —Me agarro la cabeza con un gemido. No hay cita, pero sí
una reunión de personal a la que debía asistir antes de distraerme.
Probablemente por eso Rick vino a buscarme, pero su insistencia en que
salga con él empieza a agotarme. Además, con la forma en que Gabe
asesina la puerta con su mirada, Rick probablemente debería hacer buen
uso de toda esa Educación Física y correr.
—Pensé que Gabe dijo que ella salía con él, aunque no parecía
estar de acuerdo con esa declaración la noche en la bolera. Y luego, se
fue contigo. —Rick suena amargado—. ¿Espera? ¿Les gusta acostarse con
la misma mujer o algo así? No sería de extrañar que estuvieras encima de
las sobras de Gabe.
—Creo que olvidas que ese eres tú, Rick. —El tono de Dylan es
asesino. Nunca lo oí tan enfadado.
—Eres una de esas personas que nunca escucha, Rick. Sin embargo,
todavía esperas que las mujeres se interesen por ti —dice Mandy, girando
su mirada y luego moviendo la parte posterior de su cabello para indicar
que probablemente yo debería hacer lo mismo—. Ni siquiera fuiste tú quien
le pidió que se uniera a nosotros para tomar una copa. Esa fui yo.
—Ahora que lo recuerdo. —La señalo, sin embargo, hasta que ella lo
dijo, yo estuve completamente distraída y nuestro encuentro para tomar
unas copas se me había olvidado por completo.
detrás de mí.
Página
—Sí. —Casi me tropiezo con un tubo de cartón que se desliza bajo mi
escritorio—. Absolutamente podría ir por ese trago.
Mandy se ríe.
lo que ofrecen.
Página
—Tal vez eso sea cierto. —Dylan saca algo de mi escritorio. Un
marcador permanente—. Eso no cambia el hecho de que estés con
nosotros. ¿Verdad, Sweets?
—Somos tuyos.
—Ella no sólo los tenía. —Mandy se ríe y toma otro sorbo de su cóctel,
algo rosa y nublado—. Los tenía en el armario de suministros de arte de la
escuela.
Estamos en fila en el bar, viendo a los dos chicos jugar al billar. Rick duró
media hora con los dos metiéndose con él antes de que finalmente
decidiera tomar la indirecta y marcharse—. No iba a acostarme con ellos
otra vez después de la primera vez.
156
Página
D
espués de dejar Blazers volvemos al apartamento de Dylan y
Gabe. Hay una pizzería a mitad de camino de Cómeme y el
olor a corteza fina hace que mi estómago retumbe tanto que
Gabe se ríe, y Dylan dice:
—Tenemos que darle pizza —le dice Dylan a Gabe—. Antes de que
diga algo más ofensivo.
Una par termina siendo cuatro. O él es tan malo como yo para tomar
decisiones o también tienen hambre después de las pocas copas que
tomamos antes. Mi zumbido empieza a desaparecer mientras esperamos
nuestra comida. La gente sigue mirándonos. A mí, a Dylan, a Gabe. Ojalá
supiera lo que pensaban o lo que vieron. ¿Pueden decir que somos más
que amigos?
Nuestra orden está lista y Gabe coge las cajas. Estaremos a mitad de
158
—¿Ria?
—Gabriel, ¿eres tú? —La mujer que le habla es hermosa, bonita de
una manera exótica y oscura. El cabello tan liso y negro, que brilla azul
bajo la luz de la señal por encima de la puerta de la pizzería. Sus delicados
rasgos resaltan sus grandes ojos verdes mientras mira a Gabe con
demasiada familiaridad—. No pensé que me encontraría contigo. Quiero
decir, me preguntaba por ti. Esperaba poder verte.
Dylan levanta las palmas de las manos, con los ojos azules helados, y
luego nos empuja a todos, agarrando las cajas de pizza de las manos de
Gabe en su camino.
—Estaré afuera.
—Por supuesto que sí. —Un nervio en su cuello late, pero su expresión
sigue siendo cautelosa.
Página
—Soy Summer. —Me lanzo hacia delante y la distraigo para que no
arrastre más esta dolorosa conversación agarrándole la mano y
sacudiéndola. Bueno, lo intento. Si sigue mirándolo como si fuera un
cachorro perdido, voy a tener que usar mis tacones para el mal en vez de
para ser sexy. La pincho y le digo—: ¿Y tú eres?
—Ria.
—Esposa —dice.
—Es un poco joven para ti, ¿no? —Ria se dirige a él—. Aunque he
oído suficientes rumores sobre tus hábitos estos días. ¿No puedes salir como
una persona normal?
Soy un desastre. Claramente Gabe puede ver eso tan bien como yo.
—Sí.
—Absolutamente —digo.
—Tengo que hacerlo —dice—. Tal vez Ria tenga razón. Tal vez soy
demasiado problemático. Seguro que lo era cuando te conocí, y ahora,
Página
con Sum…
—No eres un problema —le digo—. Eres parte de nosotros. ¿Verdad,
Summer?
—Absolutamente —concuerda.
—Lo siento.
—No había nada que contar —le dije a Dylan—. Durante un par de
semanas, me encontré estudiando la cara de todos los hombres de la
ciudad para ver si podía ver la nariz o los ojos de mi hija en alguno de ellos.
¿Qué importaba después de que Tilly resultara ser suya? —Y luego agregó
para beneficio de Summer—. Ria tuvo la hija de otra persona y la hizo
pasar por mía todo el tiempo que pudo. Cuando me enfrenté a ella y le
pedí el divorcio, me hallaba bastante seguro que sabía quién era el padre,
pero no lo mencioné. Pensé que me dejaría seguir siendo parte de la vida
de Tilly. Planeaba seguir siendo su padre, pero Ria le dijo que Tilly era suya,
y yo también la perdí. Por eso no me he involucrado con nadie desde
entonces.
clava los dedos en los bíceps e inclina la cabeza para besarme. Esos
dulces y sensuales labios se separan fácilmente para mí, y la punta de su
lengua se lanza contra la mía con un gemido casi inaudible.
Página
—No hay nada complicado en la forma en que te sientes en mis
brazos, o cómo sabes en mi lengua. —Cubro su cuerpo con el mío y le
acaricio el pulgar entre los pechos. Los dos pezones se endurecen dentro
de su vestido. Los brotes apretados se endurecen y ruegan por mi
atención—. Mierda, me haces la boca agua, mariposita.
Vamos, ambos sabemos que tiene que ser él. La chica tiene sus
rasgos, y eso explica por qué los tres hombres se odian. Y aquí estoy,
168
metiéndome en el medio.
Página
Todavía no puedo creer que esté tomando una decisión tan
imprudente mientras Gabe desliza dos dedos bajo la seda y el elástico y los
empuja dentro mí.
Asiento, incapaz de decir las palabras. Los quería a los dos de esa
manera. No tiene sentido que quiera hacer algo tan personal con ellos
169
contrario, podría estar con él ahora mismo y no atrapada entre una roca y
una dura... polla. Suspiro. Me derrito. En serio son tan calientes y duros
como puedo manejar. Más y me quemaría. Es como si realmente fuera
una mariposa con ellos, saliendo de mi caparazón y extendiendo mis alas.
No soy una mojigata. Esos rumores no son ciertos. Quiero a mis chicos
sucios, crudos y desordenados. Y reales. Hay una nueva yo, una que
apenas comienza a descubrir su sexualidad.
—Ajá…
Página
Mis rodillas tiemblan y son sólo las manos de Dylan en mis caderas las
que me impiden caer mientras apoyo mis palmas en el pecho de Gabe.
171
Página
¿D
ijo Summer que quería que la glasearan? ¿Como un
maldito cupcake? ¿Quiere que nos la follemos sin
protección, que la cubramos con nuestro semen? Podría
estar teniendo problemas para entender las palabras que susurró porque
mi cerebro está en llamas con lo caliente que me pone.
—¿Estás segura?
Gabe deja caer sus bragas al suelo al mismo tiempo y luego lame
una línea de azúcar de su pecho.
Recogiendo más glaseado, acuno sus pechos y juego con los puntos
duros, el glaseado se ablanda entre nuestros cuerpos calientes. Gabe
exprime más chocolate sobre sus tetas. Unas gotas de la mezcla cremosa
marcan su piel pálida y satinada, cayendo entre sus pechos y bajando por
su vientre. Se forman puntos en el suelo, crema rosa y chocolate negro
mezclándose sobre las baldosas.
—Es para tu culo —dice en voz baja, deteniéndose sobre sus labios
mientras ella se retuerce bajo nuestro tacto—. Una cosita para que te
prepares para tomar nuestras pollas. ¿Quieres probarlo?
—Lo quiero.
Página
La llevo a la sala y la deposito en medio de la alfombra. Gabe se
une a nosotros mientras me despojo de mi ropa y me pongo de rodillas a
su lado. Ella mira a Gabe, o más probablemente al juguete en su mano, así
que me pongo en su línea de visión y fijo mi boca a la suya mientras
empujo hacia atrás sobre la alfombra de felpa.
arrodilla entre mis piernas detrás de ella. Ya no es raro cuando sus músculos
duros rozan los míos o cuando sus dedos se encuentran con los míos
mientras le pasa una mano por la columna vertebral y le presiona el
juguete en el culo. Ninguno de los dos saltamos cuando las cosas están
demasiado cerca de lo íntimo. Esto es sobre Summer. Ambos estamos
perdidos en ella. Ambos enamorándonos de ella.
El aire se llena con el aroma picante del sexo y el sudor y los sonidos
de nuestros gruñidos animales, tanto los suyos como los míos, mientras
Summer nos canta.
177
encontró con Rick después del chocante golpe de descubrir que Tilly no
era su hija. Sabía algo de eso. La mayor parte. Lo suficiente como para
odiar al imbécil que separó a la familia de Gabe. Pero nunca compartió la
pérdida de largo alcance que se produjo al darse por vencido con Ria y su
hijita. La culpa que internalizó por no estar ahí para Tilly a pesar de que no
era suya. El dolor de no tener otra oportunidad con algo para lo que el
hombre nació.
¿Y yo?
Tal vez se supone que debo sentir celos, o rabia de que compartan
este momento sin mí. En cambio, siento paz. No puedo ver el futuro, y
honestamente, probablemente va a apestar en algún momento, pero
ahora mismo, en este momento, compartir a Summer sí funciona.
179
Página
—Y
en la posición del perro hacia abajo —dice la
instructora con una voz diseñada para
tranquilizarnos mientras todavía llegamos a la parte
de atrás de la sala.
Presiono los dedos del pie contra el suelo, también mis palmas, y
levanto mi trasero en el aire. Oh, Dios, ¿y si se me ve la ropa interior a través
de los pantalones de yoga o me tiro un pedo?
—Mira, solo estoy siendo la mejor amiga que se supone que debo
ser. —Sonríe, porque la razón por la que ahora estamos vestidas con ropa
180
—No dar una, más bien como dejarla usar mi casa para su polvo de
la semana.
Sí, podría tener un cerebro de una sola vía demasiado ansioso por
renunciar a todo lo demás para poder concentrarme en los chicos guapos
que me hacen sonreír. ¡Por la mierda de Dios! Me hacen feliz.
Cada vez que admito que puedo ser feliz por primera vez en mi vida,
me siento un poco agobiada porque me pregunto cuánto tiempo le
tomará a mi madre, a los medios de comunicación o a la junta escolar
arruinarlo. Porque tarde o temprano todo sale a la luz, ¿no?
—¿A quién ves que necesitas ser más flexible de lo que ya eres? —
pregunta Mandy, su elegante cola de caballo tocando el suelo.
—De hecho, nadie —dice Ashleigh—. Sabes que estoy aquí para ti.
—Oh, Dios mío. —Eso es todo. Soy un tomate o algún otro vegetal
rojizo púrpura. Mortificada.
—Todavía no me has dicho si has hecho todo con tus chicos —dice
Ashleigh, haciendo un movimiento de todo el cuerpo que me recuerda a
esos horribles videos de educación para la salud de la secundaria. En otras
palabras, finge ser un espermatozoide. Tal vez. Eso o una medusa.
—Para alguien que sale con dos tipos, eres más cerrada que una
almeja. —Mandy ríe entre sorbos de su nueva bebida favorita. Lo llama
bomba sexual porque es rosa y azul y está lleno de destellos. Y por alguna
Página
Mandy ríe.
—Por supuesto que sí. —La fulmino con la mirada—. Esa es la única
razón por la que me mudé aquí. Porque Brock me rompió el corazón y
necesitaba alejarme de él y de Tuckett para poder curarme. ¿Verdad?
¿Verdad?
estar triste. Bien, así que no estoy tan triste. Fue más bien un aguijón, pero,
aún así. Eso es amor. Lo de Dylan y Gabe no es así. No puede ser. Tres
Página
Los observo mientras se alejan del bar. Han estado hablando con
Dean, pero ahora se dirigen hacia nosotras, las chicas. Dylan con su
aspecto oscuro y salvaje, su trabajo artístico y su sonrisa fácil. Gabe con sus
serios ojos grises y su naturaleza protectora. Mi aliento se recupera como
siempre cuando vienen a por mí, y la idea de que esta cosa entre nosotros
termine es un dolor en el que no soporto pensar. Perderlos a los dos no solo
sería el doble de dolor. Sería suficiente para hacer un daño grave a mi
corazón. ¿Sabes que siempre dicen que no puedes perderte lo que nunca
has tenido? Sí, bueno, nunca he tenido nada de esto antes. No la felicidad.
No esta sensación de saber exactamente quién soy por primera vez en mi
vida. Por eso no puede ser demasiado tarde para evitar que las cosas
vayan demasiado lejos. No estoy saliendo con ellos. Esto no puede ser tan
serio.
como con Gabe. Querían que yo eligiera, y no pude. Esto es un lío porque
pensé que podría tener una aventura con dos chicos, y sería divertido. Una
Página
distracción para ayudarme con lo que esperaba que fuera un dolor de
cabeza.
187
Página
D
e pie en la entrada, veo a Summer revoloteando por el aula
y metiendo sillas debajo de las mesas. Recoge unos cuantos
crayones y los lanza en tazas en los pupitres pequeños. Es
viernes por la tarde y los niños salieron corriendo en cuanto sonó la última
campanada. Agarraron sus maletas y corrieron a través de las puertas
principales y hacia el sol. La falta de ruido de los niños corriendo por el
lugar es casi demasiado fuerte. Aun así, me da amplia oportunidad de
vigilarla.
—¿Otra vez dando vueltas como un mal olor? —Los pasos de Rick
resuenan en el pasillo vacío mientras camina hacia mí—. Uno pensaría que
un tipo como tú podría decir cuando una chica no se muestra interesada.
Vamos, hombre, entiende la indirecta.
—No seas así. —Me da una sonrisa cursi—. Solo porque Summer haya
tenido algunas citas conmigo, no significa que debas dejar de intentarlo.
Nunca se sabe, podría compadecerse de ti.
—Y aquí estaba absolutamente seguro que fingía que salía con ese
189
—¿Quién eres?
—Probablemente sea mejor que dejemos para otro día nuestra cita,
¿verdad, Summer?
—Esto es asalto. Presentaré cargos por esto. —Me empuja, pero todo
ese uso de esteroides no le ayuda a desengancharse—. Ayuda.
—No necesitas mentirme, Sum —le dice Sam, juntando sus gruesas
cejas—. Los vi a los dos besándose. Eso no parecía nada.
Tal vez ella no sienta lo mismo que yo. Tal vez no pueda pedirle que
nos quiera a Dylan y a mí. O tal vez estoy solo en medio de este trío. Pero,
aunque Summer y Dylan no se sientan así el uno por el otro, no puedo
guardármelo para mí.
con la que quisieras arriesgarte y otra vez ese amigo idiota tuyo se está
metiendo en el camino.
Página
¿Tiene razón? ¿Es eso lo que Summer piensa de mí? Lo dejo ir, tiro de
mi mano hacia un lado y me quedo ahí entumecido mientras escapa. La
idea de que Summer no me quiera es profunda, pero, ¿voy a perder
también a Dylan?
193
Página
—D
ímelo de nuevo desde el principio —dice Sam,
arremangándose las mangas de la camisa e
inclinándose sobre el horno.
—Sabes que Sasha moriría si supiera que cocinas así para mí.
—No hay nada que contar. —Me encojo de hombros y trato de fingir
que no me importa nada. Soy una mentirosa.
194
los aires. ¿Cómo iba a reaccionar ante su anuncio? ¿Qué se suponía que
debía sentir? Se suponía que solo íbamos a divertirnos. No esto, no lo que
sea que esté sintiendo ahora que ya no estoy entumecida por el shock. Es
una sensación incómoda en mi corazón y en mi vientre. Pero no es amor.
No puede ser.
Es solo que quiero una vida normal, y esta relación que tengo con él
y Dylan no es normal.
—Guau. No creo que debas estar contando estas cosas, aunque sea
tu hermano. Siguen siendo chismes. —Levanta las manos, haciéndome
señas de que me detenga a medida que se mueve para recoger su vaso y
rápidamente vacía la mitad del vaso—. Además, en realidad no quiero
escuchar lo cerca que has estado de un tipo que es demasiado viejo para
ti.
—No es viejo. Tiene la misma edad que tú y tú no eres viejo. Pero eso
no viene al caso porque no pasa nada.
195
—Indudablemente.
Se frota la cabeza, haciendo que su desordenado cabello rubio
pardo sobresalga en ángulos extraños, antes de agarrar la botella de mi
mano.
Ojalá pudiera decirle por qué estoy tan molesta por lo que pasó hoy,
pero no lo entendería. Ni siquiera estoy segura que lo sepa. Siempre ha
estado ahí para mí, protegiéndome y cuidándome. Especialmente cuando
se trata de Sasha y su habilidad para explotar cualquier situación que le
devuelva la atención del público. Pero, ¿que su hermana esté con dos
tipos?
—¿Honestamente?
—Santa mierda.
—¿Qué te lo diga a ti? —Me mira como si fuera uno de sus cocineros
197
¿qué hay de tu trabajo? ¿Cómo esperas seguir viendo a estos dos tipos y
mantener una posición respetada en la comunidad? ¿No es eso lo que
querías?
—No fue mi culpa que Brock se tirara a una mujer a mis espaldas. Y
me encanta enseñar.
—No quiero arruinar tu desfile, pero hay mucha gente que no querría
que sus hijos fueran enseñados por alguien que lleva un estilo de vida
alternativo. Y Dylan tiene antecedentes penales. ¿Sabías eso? —Recoge
nuestros platos y los raspa sobre la basura. El grito enojado de cada
sacudida zigzagueante del tenedor contra el plato hace que me duelan
los nervios.
—¿Me dices en serio que Dylan te dijo que tiene una condena y no
preguntas por qué? Porque es asalto, Summer. Le dio una paliza a alguien.
No me importa si se lo merecía. No me importa si Dylan ha probado que es
un buen tipo. Ese es el tipo de cosas que deberías averiguar. Diablos, no
importa trabajar en una escuela. Toma una cuota de lo que se le pagará a
Sasha por prostituirte a todos los medios de comunicación que pueda...
—La mayoría de la gente tiene una aventura con una persona. Sólo
una. Y ahora Gabe está dando vueltas alrededor de la palabra con A.
198
Suena bastante serio para mí. Apuesto a que, si tomo el teléfono y llamo a
Dylan, también la oiría de él. —Sus ojos azules brillan furiosos—. Por eso
deberías estar saliendo con un chico de tu edad. Sólo un tipo de tu maldita
Página
edad. No dos. No hombres que quieren cosas para las que no estás
preparada.
Sam y yo nos miramos fijamente el uno al otro, los dos nos pusimos
nerviosos. Ella camina a la vuelta de la esquina en la cocina y ve a mi
hermano.
sonrisa. Sin embargo, la tensión aún persiste alrededor de sus ojos, y sé que
eso significa que retomaremos el tema más tarde.
Página
—Ese es mi hermano.
Pero Sam apareció en Cómeme. Dejó muy claro que Summer había
terminado con nosotros y que estaría encantado de respaldar la historia de
Rick si no nos manteníamos a distancia. Tengo que creer que Sam es un ser
humano decente y no llegaría tan lejos, pero parecía muy enojado. Se
aseguró de recordarnos, especialmente a Gabe, que nos pidió que la
cuidáramos. Hicimos la promesa de asegurarnos de que nadie la lastimara
mientras ella intentaba adaptarse y asentarse, y en su lugar arruinamos su
vida. O al menos eso es lo que Sam insinuó.
—¿Lo somos?
—¿Estás seguro de eso? Tú también sientes algo muy fuerte por ella,
¿no?
—No lo sé. Sólo soy la polla extra. Fui un idiota al pensar que podría
tener un futuro con ella, pero tú puedes. Podías verlo claramente desde el
principio, ¿no? Nosotros tres juntos es una receta para el desastre.
—¿Y qué hay de ti? —Le empujo el hombro—. Yo soy el que mete la
pata. Siempre has sido el chico bueno y has puesto a todos por delante de
ti. Obviamente eres mejor para ella. Eres mucho mejor para ella de lo que
203
—Si eso es lo que sientes, ¿qué haces aquí? —Puede que le esté
gruñendo. No es mi intención, pero si la única razón por la que está aquí es
para decirnos por qué huye, ya lo he oído todo. Gabe también lo ha oído.
Hemos pasado por esa lista hacia atrás y hacia delante entre nosotros. Y
ahora habla de abandonar todo lo que hemos compartido, todo lo que
hemos construido juntos. Estoy perdiendo a mi chica y a mi mejor amigo en
una implosión gigante.
204
—Tengo miedo de perderlos a los dos. Que no soy suficiente para ti,
Summer. Que sólo me estoy interponiendo en el camino, Gabe. Y que vas
a resentirte conmigo por ello. Odiarme por ello.
Ahora, quiero ser el hombre de Summer, y su mejor amigo, así que sí,
vuelvo por donde vine. Para ella. Y para él. Ambos son muy importantes
para mí.
miran.
dolor.
—En mi lugar de trabajo, que, por cierto, revisaran mi actuación por
lo que pasó con Rick. —Pone una cara cuando se encuentran en el medio
del pasillo—. Todo va a explotar en nuestras caras.
—No tiene por qué. Cúlpame a mí. —Él le toca el brazo y ella le mira
la mano—. Diles, no sé, lo que sea que tengas que hacer. Diles que nunca
hubo nada entre nosotros y que actué por sentimientos no correspondidos.
—Mierda. —Se frota las sienes, pero sé que esconde sus ojos.
siente bien. Así es como somos. Nosotros tres. Juntos. Como los tres
mosqueteros.
Página
Summer exhala audiblemente y pone su mano sobre mi pecho al
mismo tiempo que pone una palma sobre el corazón de Gabe.
—Así es. —Un hombre que nunca vi se desliza por las puertas del
granero—. Summer, he venido a llevarte a casa.
208
Página
T
ienes que estar bromeando.
—Vivo aquí.
—¿Cuántos años crees que tiene este tipo? Suena como si tratara de
ser su padre —le susurra Dylan a Gabe detrás de mí y casi me rio—. Nunca
le hablaríamos así. Bueno, podrías hacerlo en el dormitorio. Te pones un
poco mandón.
Gabe sonríe detrás de mí. Lo puedo decir por el ruido sordo que lo
acompaña. Probablemente esté pensando lo mismo que yo cada vez que
digo su nombre. Rima con “que le jodan”.
—No puedo creerlo. —Me irrito al ver cómo trata a mis chicos, que
son mucho más de lo que él podría ser. ¿Y si se da cuenta que hablan de
cómo me tratan en el dormitorio? ¿Y si se da cuenta que estamos juntos?
Se lo dirá a Sasha y estaré jodida. Mi vida en serio se arruinará.
—Oh, Dios, por favor, paren —susurro. Puedo sentir el color que se me
va de la cara. Brock ha sido condescendiente y grosero desde que entró
en nuestro momento privado, y entiendo que Dylan y Gabe tratan de
protegerme, pero esto es ir demasiado lejos. En cualquier momento pondrá
a dos y a mí, y entonces mi vida habrá terminado—. ¿Gabe?
212
—No puedo creer que le hayas dicho a este imbécil que me amas —
replica Gabe.
—¿Te acuestas con los dos? —Brock finalmente se quita las gafas de
sol de la nariz. Puedo sentir cómo me juzga. Casi deseo que el suelo del
granero se abra y me trague—. Demasiado para ser frígida. —Se ríe—.
Resulta que eres una pequeña zorra. Tal vez nuestra vida sexual sea mejor
esta vez.
das un puñetazo?
—Esa es nuestra chica. —Sonríe Dylan, aunque su mirada luce llena
de preocupación.
—Está bien —digo con los dientes apretados a medida que me froto
los nudillos y me alejo de los tres.
Una vida ordinaria que he querido desde que era pequeña. Una en
la que mis vaqueros ajustados siempre me quedan bien, y mi madre se
queda lejos. Una en la que me caso con un hombre y tenemos 2,5 hijos y
un perro. Uno donde soy normal y promedio, y nadie más que yo misma
puede juzgarme por mis decisiones. Simplemente normal. ¿Por qué nunca
puedo ser normal?
siguiéndome.
Sólo quiero alejarme de todos ellos. Encontraré a Sam y me llevará a
Los Ángeles con él. Puedo esconderme en su apartamento hasta que
decida qué hacer.
Suena tan serio, ¿pero no lo hacía siempre? Hasta que descubrí que
se iba a casar con otra mujer. Levanto una ceja. Mi corazón va a un millón
de kilómetros por hora, pero no por él. Late por Dylan y Gabe. Me golpea,
diciéndome que no los deje.
—Siento que hayas venido hasta aquí —le digo. Todavía estoy un
poco sorprendida de haberle pegado—. Pero no estaba enamorada de ti.
Sólo tomaba el camino de menor resistencia y haciendo lo que Sasha
quería. No voy a hacer eso nunca más.
¡Santa mierda! Pongo una mano sobre mi corazón que late como un
martillo a medida que me encuentro cara a cara con Sasha. Ella levanta
una ceja perfecta sobre el borde de sus anteojos de sol y luego levanta
Página
una mano recién manicurada para quitárselos antes de meterlos en su
clásico bolso blanco acolchado de Chanel.
—Son dos kilos —le digo—. ¿De verdad acabas de decir que
parezco embarazada?
—Oh, cariño, esos no son dos kilos en ningún universo. —Me pincha el
estómago, lo que no ayuda a que la sensación de náuseas se asiente allí—
. La gente podría ser perdonada por pensar que estás embarazada.
chico que hace cupcakes. Supongo que tengo que agradecerte por el
trabajo que voy a tener que hacer para que mi hija vuelva a tener una
Página
forma atractiva.
—Sasha, yo…
—¿Qué?
—Se hundió con los dos. —Se encoge de hombros—. Tu hija tiene
una aventura con los dos.
—¿Te has estado acostando con los dos? —pregunta Sasha, dudosa.
Amo a los dos hombres detrás de mí. Los amo tanto que me duele el
corazón. Y la charla de Gabe sobre irse es como un corte de papel en el
pecho. Pica. De hecho, duele mucho. Por una vez me gustaría ser valiente
y decirles a él y a Dylan que la razón por la que no debería irse es porque
no quiero que ninguno de los dos me deje.
concursante?
el escenario de madera.
—¿Estás bien, Summer? —Rick se adelanta a medida que casi le
arreo encima. Agarrándome de los brazos, me arrastra contra su pecho—.
¿Por qué no entiendes la indirecta, Gabe? Summer ha terminado contigo.
¿Eso es maíz?
219
Página
C
on un gemido, alcanzo mi cabeza dolorida. Hay un paño
fresco sobre mis ojos y lo arrastro hacia abajo. Algo huele
mal. Soy yo. Tan asqueroso.
—Deberías haberlo visto. Eras como algo del Exorcista. —La risa de
Mandy me hace estremecer porque mi cabeza se siente horrible. Sentada,
tomo un sorbo de agua helada—. Rick salió corriendo del granero como
un monstruo del pantano. Por suerte, Gabe te agarró antes de que
cayeras al suelo y te llevó a la casa.
—¿Dónde está?
—Tal vez no sea normal, pero tú tampoco lo eres. Los que te amamos
no te juzgaremos. Sólo queremos que seas feliz. —Abre la puerta y duda—.
Y en caso de que no sepas lo que te hace feliz...
Podría no estarlo.
224
Eventualmente iba a tener que dejarla ir. Dejar que mi mejor amigo sea el
hombre que tenga todo su corazón. Los dos pueden hacerse felices el uno
al otro.
tal vez algún día eso incluya a los niños. No tengo nada que ofrecerle.
Déjame hacer esto por ustedes dos.
Página
—No puedo creer que hayas dicho eso. —Sus ojos se oscurecen y un
músculo tiembla en su sien—. Pero si tienes tantas ganas de irte, adelante.
Sólo despídete primero para que Summer no espere que vuelvas. Que sea
una ruptura limpia. —Me agarra el brazo tan fuerte que me va a salir un
moretón y me empuja hacia la casa—. Estar los dos con ella era una cosa.
No la compartiré con tu fantasma.
—¿Por qué no ves que esto es lo único que tiene sentido? —me
quejo a medida que me empuja a través de la casa. Podría pelear con él
si quisiera. Probablemente no ayudaría, pero podría retrasar el momento
en que lastime a Summer y tenga que ver ese dolor en sus ojos. Incluso si es
lo mejor que puedo hacer por ella y Dylan. Una sensación dolorosa golpea
rítmicamente dentro de mí y lastima el centro de mi pecho.
—Me dijo que les dijera que quiere verlos a los dos. —Mandy sale de
la habitación.
—Vamos —dice.
habitación.
—¿Sweets? —llama Dylan y luego se dirige al baño adyacente.
—Creo que voy a lavarme las manos. —Él no la deja ir cuando entra
al baño y los sigo.
—No sé cómo funciona todo esto, pero nada de esto está mal. ¿A
quién le importa si no podemos encajar en una ridícula noción anticuada
de lo que deberíamos ser? ¿A quién le importa si a tu loca madre no le
gusta? ¿O si tu hermano tiene dificultades para lidiar con ello? Solamente
quiero que seas feliz. Dylan sólo quiere que seas feliz.
—¿Qué hay del bebé? ¿El posible bebé? —Sus ojos son brillantes y
relucientes, su voz llena de preocupación.
—Hay mucho tiempo. —La saco del baño—. Mientras nos tengamos
el uno al otro.
—Tal vez tu casa es la mejor. Hay más espacio para todos nosotros.
—Llévenme a casa.
230
Página
Dos semanas después…
Han pasado dos semanas desde que el video del vómito salió en las
noticias locales y luego se difundió a través de YouTube y otras redes
sociales. Pasaron unos días más antes de que se extendiera a revistas y
páginas web de chismes. La mayoría de los grupos mediáticos más
populares publicó un titular que empezaba con “La hija de Sasha Sweets”,
como si Summer no fuera relevante para la historia. Aparentemente no lo
es para Sasha, que se fue con ese imbécil de Brock y desde entonces no le
ha dicho ni una palabra a su hija.
—Ustedes dos son terribles. —Summer niega con la cabeza, pero sus
ojos azules brillan de alegría a medida que acerca la revista—. Tenía una
intoxicación alimentaria o algo así.
—Por eso me hace querer tener sexo con él. Ya lo tuve. —Gabe se lo
traga—. ¿Vas a ponerle el nombre de Summer?
Aunque tengo que admitir que entiendo por qué quieres degustarme todo
el tiempo.
Página
—Estoy bastante seguro que eres tú, mariposita. —La voz de Gabe
baja lo suficiente como para que nuestros clientes no puedan oír mientras
su mirada se oscurece de lujuria y se acerca a su lado—. Tú eres la que
parece no tener suficiente polla en su boca.
—Hacen que los desee tanto. —Me pone una mano en el pecho y
otra en el de Gabe—. Sus dos hermosos corazones. Sus dos pollas duras
como una roca. Han llenado todos mis huecos con su dulce amor. Nunca
me canso de ustedes.
nuestra casa.
—No voy a dejar a ninguno de los dos —dice ella, bajándose del
taburete y yendo hacia su hermano—. Estar con Gabe, estar con Dylan,
eso es lo que me hace feliz. Tú más que nadie sabes lo importante que es
eso.
235
Un mes después…
Página
La vida es lo que pasa cuando estás ocupado intentando estar a la
altura de los ideales de los demás. Han pasado cuatro semanas, tal vez un
poco más desde que elegí mi propio camino. El que tiene dos hombres
hermosos que me aman. En la que me como todos los cupcakes y el
chocolate que quiero sin regaños ni culpa. Es increíble cómo ya no soy tan
golosa. Uno pensaría que habría empeorado. Apuesto a que te preocupa
el tamaño de mi trasero.
Todo el tiempo.
En todas partes.
Eso y esta noche, quiero llegar hasta el final con mis chicos. Estamos
hablando de sexo anal, gente.
Me pregunto si dolerá.
236
Página
—¿Estás segura de esto, mariposita? —pregunta Gabe a medida
que me lleva a su regazo desnudo.
—Quiero esto —les digo—. Quiero todo con ustedes. Amor loco,
finales felices, bebés. Incluso sexo anal. Nos pertenecemos el uno al otro, y
quiero compartir cada una de mis partes con los dos. Los amo. Estoy lista.
poco, pero es más presión que dolor cuando agarra mis caderas y empuja
constantemente hacia dentro.
Página
—Maldición. —Maldice suavemente.
239
pecho a medida que capto la mirada de Dylan sobre ella. Luce tan
jodidamente feliz, y cuando ella levanta la cabeza yo capto la misma
chispa en sus ojos. La misma sensación que me recorre el pecho todos los
días. Mierda, los amo a los dos. No es que vaya a decirle eso a Dylan,
porque no somos así.
—Los amo a los dos. —Sonríe tan ampliamente que hace que mi
corazón lata raro.
sentido.
—¿Cómo es eso? —Enrolla un brazo alrededor de mi cuello y el otro
se mueve detrás de ella para agarrar la pierna de Dylan.
—Eso es. —Me quedo sobre sus labios—. Y me sentirás allí pronto
mientras te follemos de nuevo. Pero, quiero ser tu marido.
Lo difícil es atraparlo.
Ah, y ¿mencioné que todo este falso plan de citas fue idea suya?
Es una gran creyente en los defectos que nos hacen humanos, y que
no a todo el mundo le gusta el tocino. También es adicta al chocolate y
teme los efectos cuando estos escasean. Maldice como un jod#%@
marinero, y piensa que las obscenidades gráficas deberían ser tan reales
en la ficción como en la vida real.
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Bella’
Esther C
Corrección
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