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Lenguaje: Una perspectiva interdisciplinaria 1

“LENGUAJE: UNA PERSPECTIVA INTERDISCIPLINARIA” (Lara)


“Una visión posible de la interacción terapéutica” (Lara)
Las palabras adquieren su significado dentro del diálogo. Vigotsky, al referirse a la interacción adulto a niño
en la Z.D.P., sostiene que ambos interlocutores crean una realidad social temporalmente compartida, un
estado de intersubjetividad donde se interpreta la situación del habla y en donde la palabra adquiere su
significado en situaciones que dicha actividad se encuentra inmersa en un marco de significados y prácticas
culturales.
El concepto de intersubjetividad se ha relacionado con la ley genética general del desarrollo cultural de
Vygotsky, de acuerdo con el cual el desarrollo de los procesos mentales ocurre como resultado de la
relación inherente entre los planos interpsicológicos e intrapsicológico. Por lo tanto, el lenguaje se integra
en la interacción y su significado principal se deriva del modo en el que está inmerso dentro de los patrones
de relación. Los seres humanos existimos como tales en el lenguaje => los sistemas sociales (Maturana) son
redes de conversaciones en la cual las personas que la realizan operan en aceptación mutua.
Las influencias sociales repercuten en el progreso del conocimiento. La interacción social constituye un
factor importante de desarrollo tanto lingüístico como cognitivo. La ayuda adulta apoya los esfuerzos del
niño mediante el ofrecimiento de un andamiaje ajustado cuidadosamente, el cual facilita el acceso a un uso
adecuado del lenguaje, guiando al niño hacia las formas y funciones del lenguaje culturalmente aceptadas. La
comunicación entonces es el mecanismo de mediación que facilita el desarrollo del lenguaje y de la
cognición. Sin ella es imposible aprender, comprender, conocer o hablar.
El lenguaje, al operar por encima de nuestro nivel cotidiano de conciencia, estructura nuestro
pensamiento, puntuando corrientes circulares de interacción; determina nuestro pensamiento y
estructura una serie de dispositivos lógicos, descriptivos y explicativos que utilizamos para comprendernos
a nosotros mismos y a la realidad. El lenguaje es, él mismo, el vehículo del pensamiento. Pensamiento y
lenguaje se pertenecen uno al otro. Un niño aprende un lenguaje de tal manera que, de pronto, empieza a
pensar dentro de él.
Los S.H. no tenemos, fuera del lenguaje, manera alguna de referirnos a nosotros mismos, o a cualquier otra
cosa. La operación de referencia existe sólo en el lenguaje.

Enfoque sensoriomotor
Enfoque constructivista Planteo Interaccionista
(conductista)
Da cuenta de la Enfoque objetivista. Ontológico. Pensamiento: se organiza en un
emergencia del lenguaje  Considera la ontogenia del lenguaje  no sólo proceso formativo o evolutivo de
denotativo (solo da qué es => mundo objetivo (primero hubo cosas un momento a otro. Ocurre en
nombre a las cosas que ya y luego aprendimos a nombrarlas) y cómo palabras, en formas de habla.
existen) emergió. El centro organizador está en el
Connotativo => cuando pronuncio algo genero medio social que rodea al
algo en otros, un constructo en una red individuo.
semántico-relacional. Enfoque centrado en un sujeto
Nuestra vida interior y su naturaleza creativa social y lenguaje connotativo sin
poseen una existencia discursiva = nuestro “ser” profundidad para el análisis de los
está sólo en el lenguaje. problemas, en el campo terapéutico.

Toda representación lingüística es idiosincrática porque surge de un funcionamiento lingüístico de un sujeto


que es único y que se manifiesta como tal, no solamente cuando le faltan las palabras, sino también cuando
las dice.
Para comprender en qué medida el sujeto está determinado por el lenguaje, es necesario señalar que ya desde
que es concebido el niño es hablado, se habla de él antes de ser gestado en los proyectos, en los deseos. De
esta manera, va adquiriendo gradualmente el lenguaje a través de otro que habla de él, que le habla, en este
caso la madre, que espera de él una respuesta y viceversa. Así se va estableciendo una situación dialéctica,
configurándose una instancia bipolar en donde los términos cambian alternativamente del lugar.
El LENGUAJE se compone de la lengua y el habla. La LENGUA se nos presenta como un producto
social homogéneo y de naturaleza concreta. El individuo la registra y, sobre la base de un proceso de
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selección y coordinación, la utiliza en un acto individual del HABLA. Acto que sólo es posible en la
medida en que haya otro que escuche. Es la puesta en marcha de la lengua, el habla, lo que lleva al
plano del discurso como representante de la subjetividad. Se representa el habla desde el hablar bajo
el aspecto de los sonidos articulados portadores de significación.
La subjetividad surge en cuanto aparece un locutor, revelándose como sujeto, diciendo “yo” y demandando
así, de quien lo escucha, que se sitúe en el lugar de “tu”. En esta polaridad Yo-Tú se determina el estatuto
lingüístico de la persona en donde el tipo de oposición de ambos términos es el de complementariedad y
reversibilidad y, sólo son posibles, en la condición de diálogo en la instancia discursiva.
Al considerar al sujeto presente en el discurso, y no fuera de él, se deja de ver en el lenguaje simplemente
como un instrumento para la comunicación. El sujeto se vuelve activo al estar presente en lo que dice. La
lengua es el lugar donde el sujeto habita, posibilitando la subjetividad un sujeto deseándote que se
estructura gracias a ella.
Desde esta perspectiva, la acción terapéutica es orientada como una instancia de interacción dialógica, como
la interacción con la lengua que estructura al sujeto y le posibilita el pasaje del infans a hablante que
funciona en el lenguaje. El otro, en este caso terapeuta, es quien hace posible la interacción con la lengua a
partir de su habla, pero es con esa lengua presente en su habla con la que el sujeto/niño interactuará para
conformarse en ella. La interacción dialógica se significa como un espacio de intersubjetividad que favorece
la adquisición del lenguaje en función de la subjetividad en relación con el otro, pero fundamentalmente con
la lengua.
El fenómeno lingüístico no surge como un proceso directo de la interacción social, como una relación de
causa-efecto, lineal. Afirmarlo significaría desconocer el proceso de subjetivación definible por los cambios
de la posición del niño dentro de la estructura en la que la lengua y el hablar del otro están inextricablemente
relacionados con un cuerpo pulsional, con el niño como un cuerpo cuya actividad demanda interpretación.

“La importancia del vínculo madre-hijo en el inicio de la constitución subjetiva” (Yorlano)


Lenguaje y constitución subjetiva se encuentran íntimamente ligados desde el inicio y es el vínculo madre-
hijo el escenario donde se pone en marcha. En este tiempo, se juega la primera vuelta de la constitución
subjetiva, de cómo un bebé a partir de un cuerpo puro organismo, construye un cuerpo erógeno con historia
y destino singular.
WINNICOTT  Pequeño y cuidado materno forman una unidad, se pertenecen mutuamente y son
inseparables. Aquello que hace unidad con el R.N. no es una persona, sino una función puesta en acto por
una madre, un padre o una niñera. Un medio ambiente satisfactorio posibilita la marcha ininterrumpida de
los procesos de maduración. El R.N. aporta un potencial heredado, pero es el medio quien promueve u
obstaculiza su desarrollo.
Todo aquello que el adulto haga en el ejercicio de esta función estará determinado por su historia, en la que a
su vez incluye la historia de sus propios padres en relación a él como hijo. Aquello que hace una madre en
relación a su hijo es un producto del saber inconsciente transmitido a lo largo de generaciones, constituido y
retrabajado en cada madre en función de su historia individual, dentro de la cultura en la cual vive.
ESTEBAN LEVIN  Fn materna => dos saberes:
 saber histórico que le ha dado experiencia como madre (en el caso de tener otros hijos), o como
mujer que desea ser madre.
 saber que emerge del lugar de esa mujer como hija y de su singular recorrido de la infancia.
Ambos, que se sostienen y dan forma a la función materna, deberían anudarse a las producciones del bebé.
En principio, un hijo será aquel que los padres imaginan e inventan a partir del ideal de cada uno. Ideal que
le otorgará a este niño recién llegado a un lugar dentro del mito familiar, mito que se asemeja a una trama
disociada y contradictoria => hechos, dichos y no dichos, los cuales necesitarán ser leídos y ordenados para
comprender así qué significante representa a ese niño. La única posibilidad que tiene un R.N. de convertirse
en un sujeto deseante es encontrar y asirse a un significante que lo represente dentro del discurso familiar. El
bebé deberá trabajar encontrarlo  él vive en cada mirada, palabra o acto que su madre realice. Es
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condición necesaria e indispensable para su constitución subjetiva que haya Otro que le dé lugar.
El niño buscará los significantes primero donde están: en el cuerpo en el que vive (ya no físicamente) = el
Otro se encarna en la madre, quien, a partir de sus manos, mirada, voz le da forma al cuerpo del bebé. Los
matices de cada uno de estos actos hacen a la singularidad de cada estructuración subjetiva.
(Pág 16ss) Partida  primera vivencia de satisfacción, para entender de qué manera esta articulación
significante que opera en los padres deja marcas fundantes en un R.N.  Ño al nacer => solo superficie en
la que se van a inscribir marcas según lo que le impacte desde los estímulos recibidos por los órganos de
percepción.
Carta 52: Tres sistemas de inscripción: signos de percepción, inc y precte, los que se ubican entre percepción
y ccia  marcas siempre fugaces marcas idelebles en sus registros de memoria, aunque el bb
no sea capaz aun de reconocer ese algo que le otorga placer como objeto externo a su cuerpo  primer trazo
que será el núcleo alrededor del cual irá construyendo el objeto que quedará como perdido ya que, en
adelante, solo encontrará sustitutos más o menos satisfactorios.
La 2da vez  alucina; pero el hambre insiste y trae displacer => el yo apr: no catectizar las imágenes
motrices ni la idea desiderativa = si dirige su atención a nuevas percepciones, alcanzará la satisfacción
perseguida.

Experiencia que modificará su actitud mental primitiva convirtiéndose en una actitud secundaria más
adecuada a un fin => cargar la Hm como recuerdo y no como alucinación.  Debe poder recordar el dato de
los signos que le produjeron placer, aprender a incluir un signo de realidad a partir de los signos de
percepción que le indica que el objeto está presente y no alucinado. Registrar el propio llanto (en un
principio automático) ahora con el poder de provocar la aparición buscada a partir de las variaciones según la
necesidad => esbozo de lo que más adelante será demanda verbal.
En el sistema de signos de percepción va quedando inscrito sólo aquello que alcanzó a diferenciarse en
función del valor libidinal que adquiere para el organismo, es decir, el valor como objeto de satisfacción
en lo real, generador de placer o displacer. Les llevará varias semanas al bebé darse cuenta de que ese
objeto que ve tiene algo que ver con lo que toca o escucha. Este es el tiempo del establecimiento del objeto
de la pulsión. Las marcas producidas a partir de la primera experiencia de satisfacción y las sucesivas
repeticiones formarán las primeras Hn a las que Lacán dará el estatuto de letra (no de significante), y, más
adelante, al aparecer los primeros S2 como palabras del niño, esas marcas pasarán a adquirir el estatuto de
S1. Según como estas primeras marcas fundantes sean instaladas y según cuál sea su concatenación,
quedará facilitado o no el surgimiento del deseo.
RODULFO  Jugar como hilo conductor. Práctica que atraviesa la infancia. Jugando, el niño crea
superficie, contorno, agujeros sobre su cuerpo, porque es él quien debe fabricar su cuerpo con materiales que
provienen del Otro.
La angustia del 8vo mes (Spitz) inicia el proceso en tanto que se inscribe por primera vez algo extraño a la
madre: “Un solo extraño es suficiente para introducir el derrumbe en el conjunto “todo madre”, que así
pierde de un único golpe su vigencia y validez universal”
Freud con el Fort Da muestra de qué manera se juega la dialéctica presencia-ausencia creando allí un espacio
que antes no existía. Esta desaparición que hoy el niño puede simbolizar, antes era insoportable. Este espacio
que crea inaugura la posibilidad de representarlo y da curso a una regulación diferente de la angustia.
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“Lenguaje y estructuración subjetiva” (Ronchese)


¿Cuál es la relación del lenguaje con la constitución del psiquismo?
LENGUA  Producto social de la facultad del lenguaje y conjunto de convenciones necesarias, adoptadas
por el cuerpo social. Es una entidad abstracta de la cual el sujeto se apropia.
LENGUAJE  Sistema de signos, simbolizaciones que utilizamos para intercambiar pensamientos y
sentimientos con los pares. Sistema que combina símbolos significativos de acuerdo con determinadas
reglas.
El sistema lingüístico está conformado por los componentes fonológico, sintáctico y semántico. El lenguaje
se presenta entonces como el uso particular que un sujeto hace de la lengua.
HABLA  Estrictamente individual y, al mismo tiempo, acción comunicativa y su resultado o producto. Por
ello, el aspecto creativo del lenguaje va a quedar circunscripto al habla. El acto de hablar no todo es dicho,
hay
también un mostrar con el cuerpo, los gestos, posturas, vestimenta, etc.
Para que el niño logre adquirir el lenguaje, necesita de ciertos recursos psíquicos y cognitivos que lo tornan
capaz de registrar diferencias, oposiciones, combinar elementos entre sí siguiendo una legalidad
determinada, reconocer y construir sentidos, explicitar intenciones, crear sistemas representacionales.
Aproximadamente a los cinco años, los niños han adquirido básicamente su lengua materna. A partir de
allí les queda perfeccionar algunas de las construcciones lingüísticas más complejas.
Tres conocimientos que el niño debe adquirir e integrar para hacer un hablante competente en su lengua:
1) Conocimientos generales acerca del mundo físico y social que lo rodea (le van a proporcionar los
contenidos semánticos de los mensajes).
2) Las reglas fonológicas, morfológicas y sintácticas.
3) El uso posible del lenguaje (funciones).
Fn del otro  imprescindible para el proceso de adquisición del aprendizaje.
Vigotsky => perspectiva socio histórica. Lenguaje, fn superior. Se origina en un proceso interpersonal que
luego se transforma en intrapersonal, a través del mecanismo de internalización. En el desarrollo cultural del
niño, las fn superiores se originan como relaciones entre los S.H.
Brunner => Formato = microcosmos definido por reglas en donde el niño puede señalar intenciones,
presuposiciones, etc. en el marco de interacciones. Al inicio el establecimiento de los formatos está bajo
control del adulto, luego, el niño puede iniciarlos. A través de ellos el adulto provoca, organiza y regula los
contactos del niño con su habla materna. Proporcionan la base para los actos del habla = ayudan a la
adquisición del lenguaje en cuanto a la forma, la función y el uso.

Es a lo largo de todo ese tiempo originario de encuentro con el Otro materno que se irá construyendo esa
matriz dialógica y semiótica, que le permitirá al bebé ir registrando ritmos, silencio, sonidos, gestos,
vehiculizados por un deseo que lo capture, haciéndolo participar de esa dupla. Es en el acontecer de este
encuentro libidinizante donde se activarán los procesos de constitución psíquica del sujeto a advenir, entre
los cuales ubicamos como mecanismo originario, la represión originaria que, por tener a su cargo el
sepultamiento del autoerotismo en el inconsciente, funda la diferenciación entre el sistema inconsciente y el
preconsciente-consciente, instalándose en cada uno diversos funcionamientos y contenidos.
Tras la percepción y emisión de distintos sonidos en un juego dialógico con un otro libidinizante y
manifestando un psiquismo incipiente, el bebé podrá ir discriminando los contrastes fonémicos que son
pertinentes en su lengua materna, y distinguiendo las diversas modalidades afectivas de las variantes
prosódicas que el otro expresa.
La comprensión y la producción de la lengua no sigue en un desarrollo paralelo. La producción alude al
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componente fonológico de la lengua, y su aprendizaje involucra específicamente a la percepción. La


comprensión ataña la significación e implica comprender el componente sintáctico, morfológico y
semántico. Esto requerirá que se pongan en marcha nuevos procesos subjetivos.
El niño, desde su “condición de escuchante”, irá internalizando la gramaticalidad de la lengua gracias a su
participación en la situación dialógica primordial libidinizante con otro. A su vez, dichas reglas podrán ir
siendo aprehendidas gracias al marco ordenador que la introducción de la función paterna habilita; es
decir, la posibilidad de que ingrese otro diferente que oficie de terceridad respecto a la dupla
primordial imaginaria, madre-hijo facilitará la salida del niño de ese espacio en el que reina una jerga
materno-filial no sujeta a las normas del “bien decir”. La demanda que genera el nuevo el nuevo
“alocutorio” apunta a un hablar adecuado a las normas del bien decir de la lengua (reglas lingüísticas,
sociales y culturales) con el fin de evitar la exclusión del grupo humano. A partir de aquí, la estructura
triádica conducirá lo que resta del proceso de construcción del lenguaje, incluyéndose luego, en tal estructura
triádica, los distintos ámbitos escolares y culturales en los que participará el niño. Este desgajarse del otro
primordial abre curso la conformación del “yo” y a la asunción subjetiva del “yo” como pronombre .
Momento clave en la construcción del lenguaje que se ubica alrededor de los tres años.
El ”yo” como pronombre posibilita al sujeto salir de la concretud de la presencia física para brillar en el
plano simbólico del lenguaje.

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