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PSICOLOGIA

CAPÍTULO 1a I

¿QUÉ HAY DETRÁS


DE LA CONDUCTA?
LOS ASPECTOS
INCONSCIENTES

DE LA VIDA
LOS ASPECTOS INCONSCIENTES

LA MOTIVACIÓN
DE LA CONDUCTA
E el capítulo anterior hemos hablado de conducta como/expresión de la conciencia,
como una acción de la cual tenemos noticia y acerca de la cual nos resulta fácil entender
por qué la realizamos. No siempre ocurre esto. Tomemos por ejemplo a los hábitos, aque-
llas acciones que realizamos automáticamente, cast sin darnos cuenta, como guardar las
llaves al salir de casa. En algunas oportunidadcs esc automa-ismo fracasa y nos encontra-
mos en la calle inesperadamente. ¿Por qué en esa ocasión nc hicimos lo mismo que siem-
pre? En este caso no es la conciencia la que puede explicaric porque no tiene respuesta.
El estudio del porqué de la conducta es el estudio de la morivación. A menudo nos
preguntamos: ¿qué mouvo tuvo para hacer esto? El motivo es la fuerza interna producida
por un deseo o una necesidad, que excita al organismo y lo ~onduce hacia una meta. Mu-
chas de nuestras motivaciones son conscientes como la de romer cuando tenemos ham-
bre o llamar por teléfono a un amigo cuando deseamos 1r al cine, y otras escapan a nues-
tra conciencia. Volvamos a la memoria que descríbimos como una capacidad de la con-
ciencia. Es claro que, a lo largo de nuestra vida, recogemos una enorme cantidad de da-
tos que no tenemos presentes al mismo tiempo. Aquellos que no aparecen en un mo-
mento dado son “no conscientes", pero podemos disponer de muchos con cierta facili-
dad, como el nombre de nuestros abuelos, o la calle en la que vive un amigo, En la medi-
da en que la atencién produce un haz luminoso sólo sobre una parte de nuestros recuer-
dos y deja al resto afuera, lo que queda en penumbra o en oscuridad es lo no consciente.
Pero también existe el olvido, es dear aquello que ocurre con ciertos datos que a pesar
de que les prestemos atención y deseemos recordar, no podemos traer a la conciencia en
un momento dado. A veces, cuando menos lo esperábamos, surgen en nuestra mente
con toda claridad; otras veces, a menos que alguien nos lo diga, no tenemos posibilidad
de recordarlos a pesar de que no son algo nuevo para nosotros. ¿Qué ocurrió con esa 1n-
formación? Una bipótesis es que se encuentra en otra instar.cia o estructura psíquica que
€s inconsciente, es decir que está en nuestra mente pero no podemos acceder a ella habi-
tualmente.

LA HIPÓTESIS
DE LO INCONSCIENTE
El psicoanálisis ha basado su teoría en el concepto de Inconsciente. Sigmund Freud,
psiquiatra vienés, comenzó a realizar sus estudios sobre una enfermedad, la histeria, que
afectaba a gran número de mujeres. Un gran neuropatólogo de la época, Jean Martin
Charcot, había estudiado el tema, en particular las parálisis que presentaban algunas pa-
cientes luego de sufrir golpes o accidentes que les habían hecho sentir peligro de muerte
pero que no explicaban por sí mismos la magnitud de ia invalidez desencadenada. Char-
cot utilizaba la hipnosis, y en ese estado lograba reproducir en algunas voluntarias, paráli-
sis sin necesidad de un aconteamiento que la desencadenara. Se comprobaba así que la
misma tenía un origen exclusivamente psíquico.

PSICOLOGIA

De aquí surgían dos preguntas:


L. ¿había una vida psíquica inconsciente capaz de generar esos sintomas, de la cual la
paciente no tenía noticia?;
2. ¿cómo llegar a ese material inconsciente y encontrar el motivo que había desenca-
denado la parálisis para superaria?
La hipnosis era el mecanismo que en algunos casos permilia superar la barrera de la
conciencia y llegar a los contenidos olvidados, inconscientes, de la vida de esa persona.
Era como entrar en otra parte de su mente de la cual no recordaba nada al despertar del
trance hipnótico; algunos autores de la época hablaban de “doble conciencia"

1+ El estudio do la hid'ena realizado por el


gran nouropatólogo Ofarco) fue ol punto
de partida para lcs estudios de Freud.
que lo llevaron a desarroliarla teoria
psicoanalíica.
En la magen: una lección
del Dr. Charcot en la Salpetriér, 1856.

Freud aceptó los hallazgos de Charcot, partió de la hipótesis de que existia un Incons-
ciente, una instancia que escapaba a nuestro conocimiento directo pero que era funda-
mental en nuestra vida psíquica. En ella debían encontrarse recuerdos muy desagradables
expulsados de la conciencia y cuya existencia provocaba las parálisis de las que sufrían
las pacientes histéricas. Si se lograba conocer ese matenial tan doloroso, traumático, ese
recuerdo que había actuado como un accidente en la vida de la persona dejándola invá-
lida, la hipótesis de Freud era que, al poder recordario, desaparecería el síntoma, la pará-
lisis. A partir de allí intentó dar con un método, mejor que la hipnosis (para el cual no se
consideraba demasiado apto) para acceder al recuerdo. Probó así otra técnica, el método
catártico creado por el médico clínico Joseph Brever. Catarsis significa “purga” y desde la
antiguedad, la idea de expuisar del organismo todo aquello que hiciera daño, como se
hacía con el uso de purgantes para el intesuno, era de uso habitual en la medicina. Al co-
mienzo el método consistía en permitir que la persona hablara bajo hipnosis todo lo que
pudiera y, al hacerlo, llegara a evacuar el recuerdo traumático buscado. Esta técnica tenía
limitaciones cuando no se usaba bajo hipnosis, de tal manera que Freud la sustituyó lue-
£6 por la asoctación librede ideas, eje central de la técnica psicoanalítica.
¿En qué consiste este método? Se le pide a una persona que diga todo, absolutamente
todo aquello que se le ocurra, hasta los menores detalles de lo que pasa por su cabeza en
un momento dado. Quien logre hacerlo irá asociando, es deci: uniendo una idea o ima-
£en mental a otra por ciertos motivos. Por ejemplo, alguien puede asociar: aula-Paula
porque existe una vmculación formal, una semejanza entre ambas palabras; o bien, aso-
ciar puente-rio a través del significado de esas palabras. La asociación debe ser libre, la
fersona que la hace tiene que poder dejar de lado su vergilenza, su pudor, su temor a
parecer tonto o a mencionar detalles sin importancia. Interesa todo lo que produce esa
LOS ASPECTOS INCONSCIENTES

mente en ese momento y analizario detalladamente considerando las ideas que se aso-
cian y las relaciones que surgen entre ellas y que son particulares para esa persona. De
este proceso, aparentemente sencillo y sumamente difícil en la práctica, surgen las cla-
ves para comprender el psiquismo. A través de este método se llega a entazar recuerdos
que han escapado totalmente a la conciencia y que en la persona histérica dan síntomas
como la parálisis y en otras personas pueden produar depresiones, úlceras, psicosis 0
neurosis. El psicoanálisis se inscribe así dentro de una metodología introspeccionista, en
la cual cada uno debe mirar hacia dentro y llegar a autoccnocerse.
Cuando se pone en práctica este método se encuentra que aparecen trabas, resisten-
ctas, para realizarlo con total libertad, que se manifiestan como el pudor y la vergilenza
Gue mencionamos. Freud pensó que éstas eran producto de la oposición que generaba
la Conciencia para conectarse con aquello que escapaba de ella.

UN MODELO DEL PSIQUISMO


En la medida en que avanzaron sus estudios Freud realizó un modelo acerca del funcio-
namiento del aparato psíquico, término que puede considerarse sinónimo de psiquismo y de
mente. En su pamer modelo de aparato psíquico postuló que por él arculaba energía psí-
T

quica entre dos polos, el polo perceptivo(P) y el polo motor (14). El polo perceptivo es aquél
que recibe las excitaciones, por el cual entra la energía que llevará a generar una acción en
el polo motor. Entre ambos polos se encuentra un aparato psíquico con sus dos sistemas: lo
T

Inconsciente (icc), ligado al polo perceptivo, sede de las puliiones, los deseos y los recuer-
dos que reciben en nombre de puellas mnémicas (Mn) ya que son los contenidos de la me-
mona (al producirse al mismo uempo, quedan asociadas entre sí); y el Preconsciente (Po0),
donde se ubican capacidades como la atención, el pensamuento y la capacidad de aprender.

2e Sigmund Freud nació en Freiberg (Moravia)


en 1856. Desarrolló su obra on Viena y lalleció


en Lonoresen 1939, lugar donde se habla
refugiado a raiz de las persecuciones
del nazismo.
m

La Conciencia (Cc) en este modelo no era más que encrgia disponible que podía uti-
lizar el Preconsciente para actuar. Más tarde Freud consiá:ró un conjunto Pec-Ce capaz
de gobernar la conducta.
Los contenidos de lo Inconsciente no pueden acceder libremente al Preconsciente ya
que entre ellos exste una barrera, la censura. Esta censura deja pasar ciertos contenidos
inconscientes (por ejemplo, pulsiones sexuales modificadas en afectos o pulsiones sexua-
les en estado puro cuando se dan las condiciones para su descarga) y los deja pasar al

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PSICOLOGÍA

Preconsciente. En ocasiones no los deja p sar, reprimiéndolos, lo que significa enviarlos


nuevamente a la Incon iente. También un contenido que nació en el Preconse nte, una
idea 0 un deseo, puede ser rechazado por esta instancia y pasar través de la represión
4 lo Inconsciente. Esto significa que algo que tuvimos cerca de la Conciencia pasó a es-
tar fuera de ella y porlo tanto olvidado. Cuando Freud introdujo el conjunto Pec-Ce, tam-
bién consideró que existía una segunda censura entre esa s, Si la censura en-
tre lee y Pec, primera censura, era rígida, manteniendo a buen recaudo los contenidos
de lo inconsciente, la que se encontraba entre le Preconsciente y la Conciencia, segun-
da censura, era porosa, es decir, con cierto esfuerzo se pod s 1o que hacemos
cuando recordamos algo que no tenemos en la Conciencia pero que acude con facilidad
a ella.

P Polo Percaptivo
Mn: Huellas Mémicas
I Inconsciente
Pec-Ce: Proconscionte-Conciencia
146 - 21C: Primera y segunda Censura P Mn M
M: Polo Molor e. 2

_—/I'CZ'C M
Primer esquema del aparato psíquico,
En: La interpretación de los sueños.
Freud, S. (1900).

Como vemos, la única comunicación fluida de lo Inconsciente es con el polo per -


tivo, ya que tructura psíquica se nutre de las sensaciones. Las huellas que pueblan
lo Inconsciente están a a sensaciones placenteras (agradables) o displacenteras
(desagradables). Así, cuando un hebé ha sausfecho su necesidad de alimentarse guarda
en su Inconsciente (Jec), que corresponde a la totalidad de su psiquismo cuando es muy
pequeño, cierta representación de la stuación de recibir alimento, y también una sensa-
ción agradable, placentera, ligada a ésta.
Durante toda la vida, situaciones desagradables pueden ser repnmidas y enviadas ha
e lo Inconsciente.

BUSCANDO RASTROS
DE LO INCONSCIENTE
A lo hurgo de este capítulo, en algunos ca s, la palabra “inconsciente” upare-
ce con mayúscul: en otros, con mint cula. Lo mismo ocurre con el término “pre-
consciente”. Esto es así porque se utiliza con cllos la mayúscula cuando se habla
de la estructura que conforma el aparato psíquico y la mnúscula cuando estos mis-

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LOS AS! TOS INCONSCIENTES

mos son utilizados como adjetivos. Por ejemplo: cuando se dice que los sucesos reprmi-
dos están alojados en lo Inconsciente, a pesar de no tener el mismo una ubicación geo-
gráfica, aparece como una estructura del aparato psíquico que responde a determinado
modo de funcionamiento y adquiere la categoría de una instancia diferenciada. Cuando
se dice que algo es inconsciente se está solamente usando el término como calificativo,
señalando que no se lo tiene en la conciencia, pudiendo estar en el Preconsciente, y por
lo tanto ser recordable, o formar parte de las huellas de lo Inconsciente.
Dentro de la teoría freudiana, la actividad psíquica reside esencialmente en lo
Inconsciente, y en ella se originan los deseos que actúan como motores de la vida. Nues-
tras pulsiones les dan origen y para satisfacerlos debemos llegar al polo motor, pasando
por el Preconsciente. La censura les impide el pasaje al Preconsciente donde, o bien son
rechazados nuevamente hacia lo Inconsciente, o bien logran sortearla bajo algún disfraz.
De los disfraces que nos ingeniamos inventando para superar la censura trata lo que
sigue.
¿Tenemos posibilidad de llegar a conocer lo Inconsciente, tomando en cuenta las ba-
1reras que lo distancian de la Conciencia? la censura opone resistencia para ser levanta-
da. Una de las tareas principales de Freud fue encontrar situaciones en las cuales lo
Inconsciente se “filtrara” y nos permitiera acceder a su conocimiento. Descubrió así que
esto ocurría en los sueños (a los cuales llamó “vía regia” par1 acceder a lo Inconsciente),
en los chistes, en los actos fallidos y en los sintomas de las erfermedades psíquicas.

LA VIDA PSÍQUICA ES SUEÑO


Comprender el significado de los sueños ha sido desde la antigliedad un tema de
enorme interés para la humanidad. Los sueños, esa parte de nosotros que a menudo se
nos escapa por la mañana negándose a convertirse en recuerdo y que otras veces logra-
mos atrapar en palabras y nos sorprenden por su contenido absurdo, se creyeron con la
facultad de anticipar el porvenir.
Freud, en cambio, pensó que los sueños debían tener una importancia especial en la
vida psíquica dado el gran efecto que producen sobre nosotros. A veces nos angustian y
no sabemos por qué, otras nos divierten aunque su contenido a la luz del día no sea nada
gracioso. Prestaba particular atención a los sueños que le relataban sus pacientes y les
solicitaba con especial interés que asociaran libremente sobre cada aspecto de los mis-
mos. Con dichas asociaciones y considerando el contexto en el cual se habían producido.
los interpretaba, es decir, encontraba una explicación válida para esa persona en esa si-
tuación particular.
Veamos un ejemplo de sueño infantil: “Un niño, que aún no ha cumplido cuatro
años, cuenta: Ha visto una gran fuente en la que había un gran trozo de came asada con
guarnición de verduras, y el trozo era comido de un sólo bocado, sin cortarlo. No ha visto
a la persona que lo comi6.”
Para comprender el significado de este sueño es necesario conocer el contexto: unos
días antes el médico le había prescripto al niño una dieta por la cual no podía comer car-
ne, la tarde anterior al sueño se había portado mal y le habían prvado de la cena. En el
sueño aparece el deseo de comer algo prohibido, la came. Este deseo, que el niño no se
atrevía a manifestar ni menos a realizar despierto, aparece con toca su intensidad en su
sueño; pero como aun dormido tiene miedo a que se lo rete por él, lo atribuye a otra

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PSICOLOGÍA

persona que no ve, no puede soñarse a sí mismo comiendo. En el sueño, entonces, se


expresan y se cumplen deseos, es decir, pueden llevarse a cabo mientras dura el mismo,
deseos muy profundos que escapan a nuestra conciencia por la censura.
Freud consideró que los sueños constituian un cumplimiento inconsciente de deseos.
Hay deseos preconscientes o bien conscientes en nuestro aparato psiquico; pero pensó
que no era suficiente con éstos para formar un sueño sino que los mismos debían ser re-
forzados en los adultos por antiguos deseos mfantiles repnmidos. ¿Por qué aparecen en el
sueño? Porque durante el mismo la primera censura es menos rígida y permite algún pa-
saje de contenidos inconscientes, aunque de todos modos es necesario un disfraz, ese dis-
fraz es la armazón de nuestros sueños que a menudo los hzce muy absurdos para nuestra
Conciencia.

3+ Salvador Dail realizó gran


parte de su obra
con composiciones que parecen
extraídas de sus sueños.
Por otra parte, los sueños no quedan totalmente separados de la vigilia; cuando esta-
mos despiertos, en fa víspera de soñar, ocurren sucesos que actian como disparadores de
los mismos llamados restos diurnos. Por ejemplo, no es raro que si estamos preocupados
por un examen, soñemos algo relacionado con esa situación aunque no necesanamente
el deseo inconsciente del sueño est£ ligado a ella, simplemente esa idea tan presente en
nosotros no pudo dejar de aparecer en el sueño.

LAS LEYES DE LO INCONSCIENTE


En la estructura de los sueños se manifiestan las ¡eyes que ngen el Inconsciente
Ellas son:
1. la obtención rápida de placer. Para lo Inconsciente no existe la posibilidad de
esperar para satisfacer un desco, por eso el sueño permite cumplir lo deseado
inmediatamente.
2. ausencia de negación. En el sueño todo es posible, no existe el no, nada es-
tá prohibido;
3. ausencia de duda. En los sueños tenemos seguridades absolutas;
4. falta de principio de contradicción. Cuando soñamos la lógica no existe, los
muertos viven, nosotros somos niños y viejos al mismo tiempo, etc.,
5 falta de temporatidad. 1a noción del tiempo no existe; hechos o personas del
pasado conviven con el presente.
N
LOS ASFECTOS INCONSCIENTES

¡¿CÓMO PUDE HACER ESTO?!


Los actos fallidos son situaciones que se nos plantean -otidianamente,
en las cuales
creemos tener una intención y actuamos de otro modo al esperado. En el caso de Igna-
<o, El creyó haber guardado su llave para poder volver a su casa sin tener que pedir que
le abrieran la puerta, pero no lo hizo. Hubo un olvido y una consecuencia, la falta de lla-
ve. Ese olvido, ¿fue casual? ¿ocurrió simplemente por azar, porque a cualquiera puede
ocurrirle que se olvide de algo cuando sale apurado? Ciertamente muchas situaciones po-
drán ser casuales pero algunas serán interpretadas como actos fallidos en la medida en
que se pueda entender qué significado tienen para la persona que los realiza, o los sufre.
Si pensamos en lo que había ocurrido en la vida de Ignacio antes de salir él a la calle, no
s descabellado suponer que, sin proponérselo, no tuviera ningún deseo de volver a su
casa. Pero, por otra parte, sabía que no podía dejar de hacerlo, por lo tanto, una hipóte-
sis posible es pensar que el tema lo resolvió inconscientemente al olvidarse las llaves co-
mO si este hecho fuera suficiente para no volver. Ignacio sae que no puede hacerlo y se
resigna a llamar por el portero eléctrico, esto lo hace conscientemente y lo hace con rabia
porque su deseo inconsciente era quedarse afuera y no tener que volver a hablar con su
padre. El acto fallido resuelve aquí el conflicto que se produce entre el deseo inconscien-
te de no volver y la obligación consciente de hacerio.
Entre los actos fallidos se encuentran los fallidos del lenguaje. Un ejemplo del mismo
lo da una nena de cuatro años cuando mantiene el siguiente didlogo con su hermana de
dos:
Ana (dos años): Mala mamá, ¡no me da postre!
Julieta (cuatro años): No, Anita, mamá no es mala, el pstre se come después del de-
sayuno; digo, del almuerzo.

¿TE CUENTO UN CHISTE?


Los chistes también
son para el psicoanálisis manifestaciones inconscientes, pero a m-
vel no ya individual sino social. En ellos aparece disfrazado, oculto, algún sentimiento
que no puede expresarse directamente. algo agresivo o bien de contenido sexual, relacio-
nado con las puisiones y por lo tanto con la parte inconsciente de nuestra vida.
Existen algunos mecanismos básicos que utilizamos en los chistes verbales para cons-
truidos:
L. el doble sentido
de una palabra
y en algunos casos la condensacion, cuando una
palabra al estar formada por pedazos de otras reúne diferentes significados;
2. el desplazamiento, que significa cambiar el cursode la atenciónde un temaa otro.
Tomemos chistes para ejemplificar ambos mecanismos:
“¿Cuál es el colmo de un mosquito?”, “Jugar con los amiguitos a Los tres mosquiteros”.
En este caso el chiste se basa en una condensación En “Los tres Mosquiteros" se
unen dos cadenas asociativas
de ideas: 1. “mosquito-mosquitero”
y 2. "Mosqueteros”. Son
las asociaciones ligadas a ambas palabras las que provocan un absurdo y con €l la gracia
del chiste.
PSICOLOGÍA N
Son mucho más comunes los chistes basados en el doble sentido de una palabra.
Dentro de los colmos uno de ellos sería:
“¿Cuál es el colmo de un crujano?”, “No poder cortar una relación”. En este caso se
Juega con el doble sentido que se le da a “cortar” (dividir en pedazos/terminar una rela-
ción).
*¿Cómo anda?”. preguntó un ciego a un paralítico. “Como usted ve”, fue la respuesta
de éste al ciego.
En este ejemplo aparece por un lado el doble sentido de las palabras “anda” (sentirse
© caminar) y “ve" (con los ojos o darse cuenta) y una parte del chiste se basa en ellos;
pero también hay desplazamiento desde el momento en que, luego de la pregunta del
ciego, se espera una respuesta en relación a cómo se siente el otro y el tema se desplaza
hacia la falta de visión del primero. En este chistese puede observar también cómo, bajo
€l mismo, quedan encubiertos sentimientos agresivos que socialmente no son aceptados
(nadie haría referencia al defecto de un ciego o de un paralitico, el chiste en cambio se lo
permite). En todos los chistes referidos a grupos sociales (gallegos, judíos, etc.) aparecen
sentimientos de discriminación disfrazados bajo el efecto humorístico.
Muchos chistes, como el del ciego y el paralítico que es muy viejo y sobrevive, no
necesitan para su comprensión que el oyente conozca datos del momento en el cual se
producen; en cambio, los chistes politicos no pueden entenderse sin conocer el contexto.
En todos los casos, el chiste establece una complicidad con el oyente: ambos, el autor del
chiste o quien lo cuenta y el oyente, se asocian para refrse de un tercero. Para eso recu-
mren a los mecanismos descriptos y muchas veces también al absurdo. Si alguien cuenta
que *un psicólogo curó al semáforo, ahora ya no se pone más colorado", parte de un ab-
surdo y al mismo tempo busca la complicidad del oyente para reírse de los psicólogos;
Juega, además, con el doble sentido de la expresión “ponerse colorado” que alude al
cambio de luces en el semáforo y al rubor en una persona.

4* El humor permite expresar ideas policas. En unio


de 1873, El Mosquito publicó este chiste en el cual
aparecen Avellaneda, Alsina y Mitre apurados
por legar el poder. Sarmiento les reprocha
“¡Un momentol; ¡Carambal*

Al ser el chiste una manifestación inconsciente, su forma es el disfraz provocado por


la censura, el filtro que no le permite salir de lo Inconsciente a menos que queden disi-
muladas las pulsiones originales.

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LOS ASPECTOS INCONSCIENTES

LOS SÍNTOMAS
En ocasiones la represión es muy fuerte y las pulsiones cue oculta en lo Inconsciente
no aparecen a través de actos fallidos, chistes o sueños, simolemente provocan síntomas
psíquicos, es decir, que la persona se enferma. La histerta fue la enfermedad que Freud
estudió en primer térmno y en la que hizo este descubrimieto. Llegó a la conclusión de
que, cuando a una persona se le paralizaba'una piema por =jemplo, sin causa de origen
neurológico que lo justificara, era necesarío buscar y se encóntraba una explicación a tal
síntoma dentro de la historia de esa persona. Un conflicto, una lucha entre sus descos ubi-
cados en lo Inconsciente y lo que su Conciencia le permitía aceptar, llevaban a que se pro-
dujera como resultado el síntoma. El musmo desaparecía si se encontraba el recuerdo per-
dido en lo Inconsciente que le había dado origen.
Este primer esquema del aparato psíquico pensado por Freud, con el Inconsciente, el
Preconsciente y las dos censuras, no resultó suficiente para explicar todo lo que ocurría
en la mente de los seres humanos. Freud planteó entonces un segundo esquema que no
elimina al primero, sino que lo incluye.
El segundo modelo 0 esquema del aparato psíquico se basa en tres instancias: Ello, Yo
Y Superyo. El Ello corresponde a todo lo puisional de nuestra vida que pugna por salir a
la luz, hacerse consciente. Existe en nosotros desde el nacimiento a través de las imáge-
nes mentales que producimos mouvadas por las pulsiones; e. Superyo o conciencia moral
comienza a formarse a los dos años de vida a partir del Ello, convirtiédose en su polo
opuesto. En el ejemplo del sueño infantil, el Ello deseaba comer came y el Superyo sabía,
aun dormido, que no debía hacerlo. Se han definido principios para regir estas instancias:

P-Cc

Segundo esquema del aparato psíquico;


31* Conferencia de Introducción al Psicoanélisis;
Freud, 5. 1932.

el Ello lo hace siguiendo el principio de placer, es decir que obtener placer es el motor
que lo impulsa, nuentras que el Superyo se nge por el principio del deber, cample con las
normas, con lo que la educación le ha enseñado a esa persona. Entre ambos, actuando de
mediador, está el Yo, que se 1rá formando lentamente desde ei comienzo de la vida, a par-

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PSICOLOGÍA

tir del Ello. Para cumplir su papel, el Yo se relaciona con el Ello, con el Superyo y con la
realidad de manera de decidir en cada momento qué hacer. Se ha dicho del Yo que actúa
como servidor de tres señores: ia realidad, el Ello y el Superyo, y su funcionamiento se 1-
ge por el principio de realidad. La conducta resulta así de ¿spectos conscientes e incons-
cientes ya que el Ello es totalmente inconsciente muentras que el Yo y el Superyo lo son
parcialmente, Puede resultar difícil pensar que una parte de nuestroYo sea inconsciente,
pero resulta más claro si recordamos cuántas veces los demás se dan cuenta de aspectos
de nosotros mismos que desconocemos o no reconocemos fácilmente.
Un elemento muy importante que forma parte del Superyo es el Ideal del Yo. Es
el ideal que cada persona organiza dentro suyo acerca de cómo debiera ser y de es-
te modo conformar al Superyo. Esta imagen intema ideal se va gestando desde la in-
fancia hasta la adolescencia a partir de lo que se nos enseña que debemos ser y de
las personas a quienes tomamos por modelos. El Ideal del Yo también puede gene-
rar conflictos con los deseos inconscientes que proviene del Ello, en la medida en
que una persona puede desear ser de un modo que por otro lado sabe que no de-
be ser. Esto sucede a menudo con la elección vocacional, cuando entra en conflicto
lo que a alguien le gustaría hacer con lo que le conviene por diferentes motivos o
lo que le gusta a su familia y elige para no enfrentarse con ella.

LAS BATALLAS DEL PSIQUISMO


El psicoanálisis ha postulado que el conflicio es esencial en el aparato psiqui-
co y que debe entenderse como tal al enfrentamiento de fuerzas opuestas. Así co-
mo hablamos de conflicto bélico cuando se enfrentan ejércitos enemigos, también
habrá conflicto entre las instancias de nuestro psiquismo. El Ello intentará, sin nin-
guna capacidad de espera, lograr satisfacción, ya que se nge por el principlo de
placer. El Superyo, que se nge por el principio del dever, le impondrá prohibicio-
nes, límites, y entre ellos aparecerá un conflicto que generará tensión en esa per-
sona. Como los diplomáticos de países neutrales que intervienen para evitar que se
desencadenen las guerras, aparece en escena el Yo dispuesto a negociar, conside-
rando las situaciones de cada uno y lo que la realidad permite, ngiéndose por el
principio de realidad.
las soluciones pueden ser: esperar hasta que los deseos puedan ser satisfechos,
realizar ciertos esfuerzos que implican en el momento limitar el placer pero con-
seguir otro mayor con el tiempo o transgredir algunas normas cuando dicha trans-
gresion no produce un mal mayor. Si pensamos en un niño pequeño, de 1 1/2
año, por ejemplo, su capacidad de espera es nula; cuando quiere un caramelo lo
quiere en ese momento, lo cual lo lleva a hacer berrinches, patalear, etc. El desa-
rrollo del Yo y la experiencia permiten esperar sabiendo que el carameio puede
llegar a obtenerse en otro momento sin necesidad de tanto desgaste de energía.
Los niños más grandes, que ya saben que si esperan consiguen, suelen mirar con
un dejo de desprecio a sus hermanitos que se desgañitan llorando. El Ello busca
una satisfacción inmediata a los deseos, y en esa línea no exste la posibilidad
de renunciar a un placer para lograr con esfuerzo otro mayor. Quien tiene que
entrenarse varias horas por día jugando al tenis pierde seguramente pequeños pla-
ceres cotidianos y puede hacerlo si tal esfuerzo le permite lograr otro mayor como
ganar un campeonato. Quien hace un régimen para adelgazar está en el camino

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LOS ASPECTOS ¡NCZ&

de someter a su Ello para lograr con esfuerzo un placer mayor al de comer aigo rico, que-!
€s el de conseguir belleza y salud, pero también puede ocurrir que en algún momento lo
transgreda detrás de una torta deliciosa, aflojando la prohibicién que el Superyo le
impone.
Volvamos ahora a pensar en Ignacio y el olvido de sus llaves. ¿Puede pensarse
que el mismo es el resultado de un conflicto? Es dificil entrar: en la mente de una persona
con tan pocos elementos como los que contamos en este caso, pero podemos suponer
que tal conflicto exuste entre: un Ello que sentiría más placer no volviendo a su casa, un
Superyo que sabe que debe volver para no preocupar a nadie y un Yo que lo resuelve
con un “olvido” involuntario,
Hemos hablado en este capítulo de aparato psíquico. El término “aparato” recuerda la
anatomía ya que también hablamos de aparato respiratorio o locomotor, por ejemplo; en
ese sentido seria un conjunto de órganos. Pero esto no es lo que ocurre a nwvel psiquico
donde no existe una localización, un lugar atribuible a cada rastancia. En este caso el i
muno aparato debe entenderse como estructura, como un tod> organizado de elementos y
las relaciones de éstos entre sí. Los elementos en este caso son instancias intangibles: Ello,
Yo, Superyo. Si bien las mismas no se pueden ubicar geogáficamente, sí se reconocen
por su origen, por los principios que las rigen, por el modo en que funciona cada una en
relación a las otras.

LA CAJA NEGRA
Es importante señalar que muchas escuelas psicológicas no aceptan conceptos como
el de Inconsciente; otras lo hacen pero no consideran de gran importancia establecer si
ciertas conductas se molivan consciente o inconscientemente y, menos aún, que sea im-
portante desarrollar hipótesis como lo hace el psicoandlisis sobre el aparato psíquico. Para
Estas, como la psicología conductista por ejemplo, el psiquismo debe entenderse como
una Caja Negra. Este nombre hace referencia a las cajas de equipos electronicos que lle-
van los aviones y que durante la guerra eran capturadas a los enemigos. Era peligroso
abrirlas porque podían contener explosivos y por lo tanto su contenido resultaba miste-
11050 tal como lo son en la actualidad la mayoría de los aparatos electrénicos cuyo funcio-
namiento sólo entienden los especialistas. Lo que sí ve un odservador es que hay cables
que entran y cables que salen del aparato, los cuales son claramente detectables y relacio-
nan dicho aparato con el medio. Así no nos servirá, dicen los psicólogos de la conducta,
hacer hipótesis sobre lo que la caja negra, nuestra mente, contiene, como lo hace el pst-
coanálisis ya que no podemos experimentar y comprobar su validez.
Sólo podemos estar seguros de qué estímulos le llegan y qué respuestas da (los ca-
bles de entrada y salida) y ocuparnos solamente de éstos como objeto de nuestras investi-
a
ciones. CAJA NEGRA

Entrada Salida

5* La Caja Negra so ha tomado como modelo


de nuestro aparato psiquico desdo las escuelas
que profieron no hipotetizar sobre lo que pueda
haber dentro de él

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