Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
CAPÍTULO 1a I
DE LA VIDA
LOS ASPECTOS INCONSCIENTES
LA MOTIVACIÓN
DE LA CONDUCTA
E el capítulo anterior hemos hablado de conducta como/expresión de la conciencia,
como una acción de la cual tenemos noticia y acerca de la cual nos resulta fácil entender
por qué la realizamos. No siempre ocurre esto. Tomemos por ejemplo a los hábitos, aque-
llas acciones que realizamos automáticamente, cast sin darnos cuenta, como guardar las
llaves al salir de casa. En algunas oportunidadcs esc automa-ismo fracasa y nos encontra-
mos en la calle inesperadamente. ¿Por qué en esa ocasión nc hicimos lo mismo que siem-
pre? En este caso no es la conciencia la que puede explicaric porque no tiene respuesta.
El estudio del porqué de la conducta es el estudio de la morivación. A menudo nos
preguntamos: ¿qué mouvo tuvo para hacer esto? El motivo es la fuerza interna producida
por un deseo o una necesidad, que excita al organismo y lo ~onduce hacia una meta. Mu-
chas de nuestras motivaciones son conscientes como la de romer cuando tenemos ham-
bre o llamar por teléfono a un amigo cuando deseamos 1r al cine, y otras escapan a nues-
tra conciencia. Volvamos a la memoria que descríbimos como una capacidad de la con-
ciencia. Es claro que, a lo largo de nuestra vida, recogemos una enorme cantidad de da-
tos que no tenemos presentes al mismo tiempo. Aquellos que no aparecen en un mo-
mento dado son “no conscientes", pero podemos disponer de muchos con cierta facili-
dad, como el nombre de nuestros abuelos, o la calle en la que vive un amigo, En la medi-
da en que la atencién produce un haz luminoso sólo sobre una parte de nuestros recuer-
dos y deja al resto afuera, lo que queda en penumbra o en oscuridad es lo no consciente.
Pero también existe el olvido, es dear aquello que ocurre con ciertos datos que a pesar
de que les prestemos atención y deseemos recordar, no podemos traer a la conciencia en
un momento dado. A veces, cuando menos lo esperábamos, surgen en nuestra mente
con toda claridad; otras veces, a menos que alguien nos lo diga, no tenemos posibilidad
de recordarlos a pesar de que no son algo nuevo para nosotros. ¿Qué ocurrió con esa 1n-
formación? Una bipótesis es que se encuentra en otra instar.cia o estructura psíquica que
€s inconsciente, es decir que está en nuestra mente pero no podemos acceder a ella habi-
tualmente.
LA HIPÓTESIS
DE LO INCONSCIENTE
El psicoanálisis ha basado su teoría en el concepto de Inconsciente. Sigmund Freud,
psiquiatra vienés, comenzó a realizar sus estudios sobre una enfermedad, la histeria, que
afectaba a gran número de mujeres. Un gran neuropatólogo de la época, Jean Martin
Charcot, había estudiado el tema, en particular las parálisis que presentaban algunas pa-
cientes luego de sufrir golpes o accidentes que les habían hecho sentir peligro de muerte
pero que no explicaban por sí mismos la magnitud de ia invalidez desencadenada. Char-
cot utilizaba la hipnosis, y en ese estado lograba reproducir en algunas voluntarias, paráli-
sis sin necesidad de un aconteamiento que la desencadenara. Se comprobaba así que la
misma tenía un origen exclusivamente psíquico.
“
PSICOLOGIA
Freud aceptó los hallazgos de Charcot, partió de la hipótesis de que existia un Incons-
ciente, una instancia que escapaba a nuestro conocimiento directo pero que era funda-
mental en nuestra vida psíquica. En ella debían encontrarse recuerdos muy desagradables
expulsados de la conciencia y cuya existencia provocaba las parálisis de las que sufrían
las pacientes histéricas. Si se lograba conocer ese matenial tan doloroso, traumático, ese
recuerdo que había actuado como un accidente en la vida de la persona dejándola invá-
lida, la hipótesis de Freud era que, al poder recordario, desaparecería el síntoma, la pará-
lisis. A partir de allí intentó dar con un método, mejor que la hipnosis (para el cual no se
consideraba demasiado apto) para acceder al recuerdo. Probó así otra técnica, el método
catártico creado por el médico clínico Joseph Brever. Catarsis significa “purga” y desde la
antiguedad, la idea de expuisar del organismo todo aquello que hiciera daño, como se
hacía con el uso de purgantes para el intesuno, era de uso habitual en la medicina. Al co-
mienzo el método consistía en permitir que la persona hablara bajo hipnosis todo lo que
pudiera y, al hacerlo, llegara a evacuar el recuerdo traumático buscado. Esta técnica tenía
limitaciones cuando no se usaba bajo hipnosis, de tal manera que Freud la sustituyó lue-
£6 por la asoctación librede ideas, eje central de la técnica psicoanalítica.
¿En qué consiste este método? Se le pide a una persona que diga todo, absolutamente
todo aquello que se le ocurra, hasta los menores detalles de lo que pasa por su cabeza en
un momento dado. Quien logre hacerlo irá asociando, es deci: uniendo una idea o ima-
£en mental a otra por ciertos motivos. Por ejemplo, alguien puede asociar: aula-Paula
porque existe una vmculación formal, una semejanza entre ambas palabras; o bien, aso-
ciar puente-rio a través del significado de esas palabras. La asociación debe ser libre, la
fersona que la hace tiene que poder dejar de lado su vergilenza, su pudor, su temor a
parecer tonto o a mencionar detalles sin importancia. Interesa todo lo que produce esa
LOS ASPECTOS INCONSCIENTES
mente en ese momento y analizario detalladamente considerando las ideas que se aso-
cian y las relaciones que surgen entre ellas y que son particulares para esa persona. De
este proceso, aparentemente sencillo y sumamente difícil en la práctica, surgen las cla-
ves para comprender el psiquismo. A través de este método se llega a entazar recuerdos
que han escapado totalmente a la conciencia y que en la persona histérica dan síntomas
como la parálisis y en otras personas pueden produar depresiones, úlceras, psicosis 0
neurosis. El psicoanálisis se inscribe así dentro de una metodología introspeccionista, en
la cual cada uno debe mirar hacia dentro y llegar a autoccnocerse.
Cuando se pone en práctica este método se encuentra que aparecen trabas, resisten-
ctas, para realizarlo con total libertad, que se manifiestan como el pudor y la vergilenza
Gue mencionamos. Freud pensó que éstas eran producto de la oposición que generaba
la Conciencia para conectarse con aquello que escapaba de ella.
quica entre dos polos, el polo perceptivo(P) y el polo motor (14). El polo perceptivo es aquél
que recibe las excitaciones, por el cual entra la energía que llevará a generar una acción en
el polo motor. Entre ambos polos se encuentra un aparato psíquico con sus dos sistemas: lo
T
Inconsciente (icc), ligado al polo perceptivo, sede de las puliiones, los deseos y los recuer-
dos que reciben en nombre de puellas mnémicas (Mn) ya que son los contenidos de la me-
mona (al producirse al mismo uempo, quedan asociadas entre sí); y el Preconsciente (Po0),
donde se ubican capacidades como la atención, el pensamuento y la capacidad de aprender.
La Conciencia (Cc) en este modelo no era más que encrgia disponible que podía uti-
lizar el Preconsciente para actuar. Más tarde Freud consiá:ró un conjunto Pec-Ce capaz
de gobernar la conducta.
Los contenidos de lo Inconsciente no pueden acceder libremente al Preconsciente ya
que entre ellos exste una barrera, la censura. Esta censura deja pasar ciertos contenidos
inconscientes (por ejemplo, pulsiones sexuales modificadas en afectos o pulsiones sexua-
les en estado puro cuando se dan las condiciones para su descarga) y los deja pasar al
37
PSICOLOGÍA
P Polo Percaptivo
Mn: Huellas Mémicas
I Inconsciente
Pec-Ce: Proconscionte-Conciencia
146 - 21C: Primera y segunda Censura P Mn M
M: Polo Molor e. 2
_—/I'CZ'C M
Primer esquema del aparato psíquico,
En: La interpretación de los sueños.
Freud, S. (1900).
BUSCANDO RASTROS
DE LO INCONSCIENTE
A lo hurgo de este capítulo, en algunos ca s, la palabra “inconsciente” upare-
ce con mayúscul: en otros, con mint cula. Lo mismo ocurre con el término “pre-
consciente”. Esto es así porque se utiliza con cllos la mayúscula cuando se habla
de la estructura que conforma el aparato psíquico y la mnúscula cuando estos mis-
38
LOS AS! TOS INCONSCIENTES
mos son utilizados como adjetivos. Por ejemplo: cuando se dice que los sucesos reprmi-
dos están alojados en lo Inconsciente, a pesar de no tener el mismo una ubicación geo-
gráfica, aparece como una estructura del aparato psíquico que responde a determinado
modo de funcionamiento y adquiere la categoría de una instancia diferenciada. Cuando
se dice que algo es inconsciente se está solamente usando el término como calificativo,
señalando que no se lo tiene en la conciencia, pudiendo estar en el Preconsciente, y por
lo tanto ser recordable, o formar parte de las huellas de lo Inconsciente.
Dentro de la teoría freudiana, la actividad psíquica reside esencialmente en lo
Inconsciente, y en ella se originan los deseos que actúan como motores de la vida. Nues-
tras pulsiones les dan origen y para satisfacerlos debemos llegar al polo motor, pasando
por el Preconsciente. La censura les impide el pasaje al Preconsciente donde, o bien son
rechazados nuevamente hacia lo Inconsciente, o bien logran sortearla bajo algún disfraz.
De los disfraces que nos ingeniamos inventando para superar la censura trata lo que
sigue.
¿Tenemos posibilidad de llegar a conocer lo Inconsciente, tomando en cuenta las ba-
1reras que lo distancian de la Conciencia? la censura opone resistencia para ser levanta-
da. Una de las tareas principales de Freud fue encontrar situaciones en las cuales lo
Inconsciente se “filtrara” y nos permitiera acceder a su conocimiento. Descubrió así que
esto ocurría en los sueños (a los cuales llamó “vía regia” par1 acceder a lo Inconsciente),
en los chistes, en los actos fallidos y en los sintomas de las erfermedades psíquicas.
39
PSICOLOGÍA
42
LOS ASPECTOS INCONSCIENTES
LOS SÍNTOMAS
En ocasiones la represión es muy fuerte y las pulsiones cue oculta en lo Inconsciente
no aparecen a través de actos fallidos, chistes o sueños, simolemente provocan síntomas
psíquicos, es decir, que la persona se enferma. La histerta fue la enfermedad que Freud
estudió en primer térmno y en la que hizo este descubrimieto. Llegó a la conclusión de
que, cuando a una persona se le paralizaba'una piema por =jemplo, sin causa de origen
neurológico que lo justificara, era necesarío buscar y se encóntraba una explicación a tal
síntoma dentro de la historia de esa persona. Un conflicto, una lucha entre sus descos ubi-
cados en lo Inconsciente y lo que su Conciencia le permitía aceptar, llevaban a que se pro-
dujera como resultado el síntoma. El musmo desaparecía si se encontraba el recuerdo per-
dido en lo Inconsciente que le había dado origen.
Este primer esquema del aparato psíquico pensado por Freud, con el Inconsciente, el
Preconsciente y las dos censuras, no resultó suficiente para explicar todo lo que ocurría
en la mente de los seres humanos. Freud planteó entonces un segundo esquema que no
elimina al primero, sino que lo incluye.
El segundo modelo 0 esquema del aparato psíquico se basa en tres instancias: Ello, Yo
Y Superyo. El Ello corresponde a todo lo puisional de nuestra vida que pugna por salir a
la luz, hacerse consciente. Existe en nosotros desde el nacimiento a través de las imáge-
nes mentales que producimos mouvadas por las pulsiones; e. Superyo o conciencia moral
comienza a formarse a los dos años de vida a partir del Ello, convirtiédose en su polo
opuesto. En el ejemplo del sueño infantil, el Ello deseaba comer came y el Superyo sabía,
aun dormido, que no debía hacerlo. Se han definido principios para regir estas instancias:
P-Cc
el Ello lo hace siguiendo el principio de placer, es decir que obtener placer es el motor
que lo impulsa, nuentras que el Superyo se nge por el principio del deber, cample con las
normas, con lo que la educación le ha enseñado a esa persona. Entre ambos, actuando de
mediador, está el Yo, que se 1rá formando lentamente desde ei comienzo de la vida, a par-
43
PSICOLOGÍA
tir del Ello. Para cumplir su papel, el Yo se relaciona con el Ello, con el Superyo y con la
realidad de manera de decidir en cada momento qué hacer. Se ha dicho del Yo que actúa
como servidor de tres señores: ia realidad, el Ello y el Superyo, y su funcionamiento se 1-
ge por el principio de realidad. La conducta resulta así de ¿spectos conscientes e incons-
cientes ya que el Ello es totalmente inconsciente muentras que el Yo y el Superyo lo son
parcialmente, Puede resultar difícil pensar que una parte de nuestroYo sea inconsciente,
pero resulta más claro si recordamos cuántas veces los demás se dan cuenta de aspectos
de nosotros mismos que desconocemos o no reconocemos fácilmente.
Un elemento muy importante que forma parte del Superyo es el Ideal del Yo. Es
el ideal que cada persona organiza dentro suyo acerca de cómo debiera ser y de es-
te modo conformar al Superyo. Esta imagen intema ideal se va gestando desde la in-
fancia hasta la adolescencia a partir de lo que se nos enseña que debemos ser y de
las personas a quienes tomamos por modelos. El Ideal del Yo también puede gene-
rar conflictos con los deseos inconscientes que proviene del Ello, en la medida en
que una persona puede desear ser de un modo que por otro lado sabe que no de-
be ser. Esto sucede a menudo con la elección vocacional, cuando entra en conflicto
lo que a alguien le gustaría hacer con lo que le conviene por diferentes motivos o
lo que le gusta a su familia y elige para no enfrentarse con ella.
44
LOS ASPECTOS ¡NCZ&
de someter a su Ello para lograr con esfuerzo un placer mayor al de comer aigo rico, que-!
€s el de conseguir belleza y salud, pero también puede ocurrir que en algún momento lo
transgreda detrás de una torta deliciosa, aflojando la prohibicién que el Superyo le
impone.
Volvamos ahora a pensar en Ignacio y el olvido de sus llaves. ¿Puede pensarse
que el mismo es el resultado de un conflicto? Es dificil entrar: en la mente de una persona
con tan pocos elementos como los que contamos en este caso, pero podemos suponer
que tal conflicto exuste entre: un Ello que sentiría más placer no volviendo a su casa, un
Superyo que sabe que debe volver para no preocupar a nadie y un Yo que lo resuelve
con un “olvido” involuntario,
Hemos hablado en este capítulo de aparato psíquico. El término “aparato” recuerda la
anatomía ya que también hablamos de aparato respiratorio o locomotor, por ejemplo; en
ese sentido seria un conjunto de órganos. Pero esto no es lo que ocurre a nwvel psiquico
donde no existe una localización, un lugar atribuible a cada rastancia. En este caso el i
muno aparato debe entenderse como estructura, como un tod> organizado de elementos y
las relaciones de éstos entre sí. Los elementos en este caso son instancias intangibles: Ello,
Yo, Superyo. Si bien las mismas no se pueden ubicar geogáficamente, sí se reconocen
por su origen, por los principios que las rigen, por el modo en que funciona cada una en
relación a las otras.
LA CAJA NEGRA
Es importante señalar que muchas escuelas psicológicas no aceptan conceptos como
el de Inconsciente; otras lo hacen pero no consideran de gran importancia establecer si
ciertas conductas se molivan consciente o inconscientemente y, menos aún, que sea im-
portante desarrollar hipótesis como lo hace el psicoandlisis sobre el aparato psíquico. Para
Estas, como la psicología conductista por ejemplo, el psiquismo debe entenderse como
una Caja Negra. Este nombre hace referencia a las cajas de equipos electronicos que lle-
van los aviones y que durante la guerra eran capturadas a los enemigos. Era peligroso
abrirlas porque podían contener explosivos y por lo tanto su contenido resultaba miste-
11050 tal como lo son en la actualidad la mayoría de los aparatos electrénicos cuyo funcio-
namiento sólo entienden los especialistas. Lo que sí ve un odservador es que hay cables
que entran y cables que salen del aparato, los cuales son claramente detectables y relacio-
nan dicho aparato con el medio. Así no nos servirá, dicen los psicólogos de la conducta,
hacer hipótesis sobre lo que la caja negra, nuestra mente, contiene, como lo hace el pst-
coanálisis ya que no podemos experimentar y comprobar su validez.
Sólo podemos estar seguros de qué estímulos le llegan y qué respuestas da (los ca-
bles de entrada y salida) y ocuparnos solamente de éstos como objeto de nuestras investi-
a
ciones. CAJA NEGRA
Entrada Salida
45