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LA MAGIA DE LA TRANSMUTACIÓN

El pensamiento y el verbo

Hemos escuchado y leído en miles de ocasiones a maestros, magos y filósofos, hablar sobre la
transmutación de los pensamientos de un iniciado o adepto. Sin embargo, extrañamente, la mayoría
de estas propuestas, sólo se quedan en la “idea” y pocas veces nos señalan expresamente a qué se
refieren y el cómo hacerlo; el problema comienza, cuando en una mala interpretación, muchos nos
dicen que ésta transmutación de pensamientos, sentimientos o ideas, se trata únicamente de una
actitud seudo positiva, en la que el adepto tiene que cambiar sus pensamientos o actitudes negativas
y pensar o sentir “bonito” para que las cosas en su entorno sean buenas o aceptables y nada más
falso.

La verdadera magia de la transmutación del pensamiento es la manifestación de nuestros


pensamientos, ideas y sentimientos en acciones contundentes día a día, de ésta forma, si pensamos o
sentimos en conceptos (subjetivos por su esencia) como la felicidad, el amor, la estabilidad, el
equilibrio o el crecimiento personal, el reto no está en pensarlo o sentirlo, si no en llevarlo a la
práctica como una constante cotidiana en nuestras vidas.

El camino de la transmutación del pensamiento es simple: Si sabes que algo te daña, “DEJA DE
HACERLO”; si tratas de superar a tus propios demonios, deja de arrastrarlos día a día a cada una de las
decisiones que tomas o dejas de tomar; alejate de aquellos seudo amigos que te dañan, alejate de
aquellos patrones que te han sumido en lo que tanto desprecias y por el contrario, acercate a aquellas
cosas, personas, circunstancias y acciones que contribuyan en mayor o menor grado de forma
“positiva para ti” en ese sendero de plenitud y equilibrio al que tanto aspiras.

Como seres humanos, tenemos una naturaleza definida y un carácter formado por enseñanzas,
patrones y experiencias desde la alborada de nuestra primera infancia hasta el día de hoy; sin
embargo, ello no es excluyente o justificante de que vivimos en el acierto o en el error, y mucho
menos de que aquello que nos rodea (circunstancias o personas), tengan la obligación de adecuarse a
nuestros caprichos; por el contrario, el sendero del mago y del iniciado, nos obliga a una constante
introspección y reflexión, en la búsqueda de que es aquello que tenemos que corregir y transmutar
con nosotros mismos, incluidos nuestros vicios, manías o espirales destructivas a las que tanto apego
les tenemos a pesar del daño que nos causan. La verdadera experiencia de transmutación, conlleva un
gran sacrificio de nosotros mismos, entender y asumir en nuestras acciones, que apego no es amor;
que deseo no es aspiración; que astucia no es inteligencia y sobre todo que éxtasis momentáneo no
es plenitud, equilibro o felicidad; tras estas premisas, el iniciado debe entender que llevar el
pensamiento a la acción, la idea al verbo, es uno de sus primeros pasos a dar y ello implica, auto
reconocer que si queremos cambiar y rectificar el camino por el cual hemos transitado y que no es de
nuestra entera satisfacción, tenemos la oportunidad de corregir de fondo nuestros entornos a partir
del auto reconocimiento HONESTO de nuestras propias debilidades.

El iniciado, no justifica el error personal en las acciones o inacciones de los demás; el verdadero mago,
entiende que antes de hacer magia al exterior, la magia tiene que ser manifiesta en él, en su interior y
en sus acciones y que no puede bajo ninguna circunstancia, aspirar a la felicidad, a la plenitud, al
equilibrio o a la paz interior, repitiendo los patrones que lo han hecho infeliz, mucho menos, justificar
en experiencias pasadas la toma de decisiones actuales, ya que el verdadero mago, entiende que el
pasado, sólo es un cúmulo de experiencias que le permite una mejor toma de decisiones para NO
errar sistemáticamente y no así, permitir que esas experiencias del pasado, lo formen a través del
error, de la culpa o de la justificación.

Pretextos todos tienen, argumentos y disposición de auto reconocimiento sólo unos pocos; por ello,
sólo poco podrán aspirar al sendero del mago, ya que para la transmutación del estado actual a través
del pensamiento haciéndolo acción (verbo), se requiere necesariamente, visitar constantemente el
interior de nuestra propia caverna (psique) y RECTIFICAR (V.I.T.R.I.O.L.).
No resulta gratuito, que los grandes símbolos de transmutación alquímica, siempre conllevan el
báculo de Hermes, relacionado intrínsecamente a la sabiduría, al conocimiento y al sendero del auto
descubrimiento a través de la profundidad de la psique (emocional y racional); las potencias de los
planetas y elementos, nos refieren de forma directa al hallazgo interior de cada una de ellas y a entrar
su balance respecto a nuestro carácter y formación pasada, pero sobre todo, a la manifestación de la
idea en las acciones trascendentes a niveles espiritual y material. SOLVE et COAGULA, hacer espiritual
nuestras acciones y materializar nuestros pensamientos, siempre de forma consistente en el
ascenso/descenso de la serpiente de la sabiduría.

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