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Instituto Superior del Profesorado Nº 22

“Maestro Addad”

Profesorado de Educación Matemática

Trabajo Práctico

Espacio Curricular: Historia y Política de La Educación Argentina

Docente: Marisel Vera

Estudiante: Squarzon Pedro

Segundo Año

2023
La Ley Saenz Peña, el fin de la Primera Guerra Mundial y la Revolución Rusa, son reconocidos
como factores destinados a tener un peso un peso fundamental en la mentalidad de la sociedad, en
efecto –en opinión de Cossio-la Revolución Rusa “suministro a los estudiantes el concepto
revolucionario para la consecución de la Reforma Universitaria”. Para José Carlos Mariátegui el clima
de la época se encuentra descripto por “las esperanzas mesiánicas, los sentimientos revolucionarios,
las pasiones místicas propias de la posguerra repercutían particularmente en la juventud
universitaria de Latinoamérica”. Todo proceso que condujo a esta reforma merece ser interpretado
como una disputa entre el viejo régimen que había sido desplazado en 1916 y el movimiento
liderado por Hipólito Yigoyen que intentaba afianzar su poder haciendo pie en una institución que
había permanecido en manos de sus adversarios. Luego de la Reforma de 1918 –Manifiesto Liminar-
se celebran tres Asambleas Una, Córdoba, que sanciona las bases del gobierno democrático de las
universidades y su renovación pedagógica, el segundo se desarrolla en México en septiembre de
1921 y remarcó la importancia de la reforma de Córdoba en el contexto latinoamericano. El tercer
congreso se reunió en Bs As con otras características nuevamente, anti reformistas.

Paralelamente A principios de mayo de 1919, Alfredo Palacios viajó a Lima invitado por el
gobierno del Perú. Allí aprovechó para ofrecer una serie de conferencias en las que pregonó los
logros de la Reforma. Meses después los estudiantes universitarios peruanos profundizarían sus
protestas exigiendo la transformación de las estructuras universitarias. El Presidente Augusto Leguía
los respaldó y muchos de los cambios que reclamaban cristalizaron en decretos y luego en leyes. El
caso peruano no fue una excepción. Posteriormente, las protestas estudiantiles se extenderían a
Chile, Uruguay y Cuba. Luego se unieron Paraguay y Brasil. Los ecos resonarían largamente en el
resto de los países del continente. No solamente fue habitual entre los reformistas el sentimiento
de formar parte de un movimiento común, sino que también fueron similares los reclamos y el
lenguaje. La crítica a la orientación profesionalista de las universidades, la búsqueda de maestros,
el cuestionamiento al profesorado, los reclamos por la docencia libre, la asistencia libre a clase y la
participación estudiantil en el gobierno fueron principios compartidos por casi todos los
movimientos.

Luego de la Ley 1420 –promulgada por Roca- la adopción de políticas públicas y las
alternativas educativas orientadas por sectores divergentes confluyeron en la dinámica de la
construcción de una sociedad argentina en proceso de escolaridad creciente, definiendo al sujeto
pedagógico de manera diferenciada. La diversidad de los sujetos emergentes de estos complejos
procesos educativos, se habían transformado en los actores sociales partícipes de un nuevo proceso,
la transición del régimen conservador, acosado por fuertes convulsiones urbanas reclamando
demandas sociales de una mejor distribución de las riquezas y las políticas, aspirando a mayor
participación ciudadana y a lograr legitimidad en la representación. Un sector de estos actores
sociales (masculinos mayores de 18 años) en 1916 votarán gracias a la ley Saenz Peña de sufragio
universal, dando el triunfo de Hipolito Irigoyen de UCR, iniciándose una nueva etapa que debía
atender reclamos de amplio espectro, entre ellos los provenientes del campo educativo –Ley
Saavedra Lamas-. La política de Irigoyen debió enfrentar el desfavorable contexto de la guerra y la
crisis de la posguerra, signado por la inflación, el deterioro del salario real, la desocupación y la
consecuente ola de huelgas entre 1917 y 1919. No obstante, y más allá de la ambigüedades, su
actitud fue esencialmente distinta a la de los gobiernos conservadores, porque aspiraba a arribar a
una cierta justicia distributiva e integrar políticamente a los trabajadores en el sistema. Esta
concepción marcó un nuevo tipo de relación entre el Estado y la clase obrera. No tanto por una
legislación protectora y reguladora, que avanzó lentamente, entre otros motivos, por la misma
oposición, como por un estilo de intervención directa en los conflictos entre el capital y el trabajo.
Por su propia convicción y por la oposición parlamentaria a sancionar proyectos de ley sobre salario
mínimo, duración de la jornada laboral y seguro de trabajo, el presidente apeló a su participación
personal –a la que volveremos después frente a la dualidad “personalistas-antipersonalistas”- y al
abritraje para resolver huelgas y otros conflictos gremiales (algunos con resultados positivos otros,
con represión-. Durante el gobierno de Irigoyen, la estrategia política se basó en la instrumentación
de técnicas de patronazgo político, lo cual desembocó en la creación de numerosos cargos
burocráticos y profesionales. La entrega de puestos se usaba con el objetivo de vincular al gobierno
con los comités de la UCR y sus respectivos caudillos e, indirectamente, estimular al electorado. La
excesiva cantidad de cargos creados durante estos años parece haber incidido negativamente en el
gasto público. Simultáneamente se produjo una transformación de los partidos políticos, que se
convirtieron en organización de masas de carácter nacional, pues la actividad electoral se había
irradiado a todo el país. Aunque la oposición fue descarnada no presentó un frente unificado,
mientras los conservadores en fuertes también tenían sus propias divisiones internas, por otra
parte, los demócratas progresistas solo tenían peso en la provincia de Santa Fé. Era más efectiva la
crítica periodística de diarios como “La Prensa” y “La Nación” quienes centraban su ataque en la
figura de Irigoyen, desde sus columnas se lo acusaba de ignorante y demagogo por su peculiar
relación con los sectores populares, se criticaba la política de intervenciones provinciales y la falta
de consulta al Parlamento. En este sentido, uno de los grandes problemas del Radicalismo era el
Parlamento formado mayoritariamente por la oposición conservadora. Durante el Segundo
Gobierno Radical de 1922 –Marcelo T de Alvear- si bien se caracterizó por un período de paz su
gobierno se signó por el distanciamiento de Irigoyen, el conflicto era “personalistas –Irigoyenistas”
y “antipersonalistas”. Si bien, la segunda presidencia de Irigoyen fue con una amplia mayoría de
votos, su gobierno fue débil. Se suma a su avanzada edad y la elección de su gabinete, una fuerte
oposición por parte del Ejercito. La conspiración militar ya manifestada en 1927 por el General Justo
a través de su oposición abierta frente al gobierno. La tendencia golpista era liderada por José F de
Uriburu, un general de tendencia nacionalista y corporativista, apoyado por un grupo de
intelectuales que vinculaban la retórica de “la bolchevización” –todavía vigente, transformada- de
la sociedad con el sufragio universal con Irigoyen y el radicalismo. El 6 de septiembre de 1930,
comienza una etapa de durará 13 años denominada la “década infame” en la que la fue
caracterizada por las interrupciones institucionales, gobiernos de factos y fraude electoral. En este
período estuvieron , José Félix Uriburu (1930-1932), Gral Agustin P. Justo (1931-1938) , Roberto
Ortiz (1938-1940) y Ramón Castillo.
2) El 4 de junio de 1943 acontece el segundo golpe militar quien tuvo, a lo largo de 3 años
más 3 presidentes que culminarían con Juan Domingo Perón. Es en este contexto de, por un lado, a
nivel internacional definir la posición neutral de Argentina frente a la Segunda Guerra Mundial y a
nivel nacional; crisis institucional, apatía, descontento ciudadano donde emerge Perón como
secretario de Guerra. Con el correr de los años (1945) y, bajo la presidencia de Farrel, Perón gana
terreno como secretario de Trabajo. Durante este período impulsa el Estado Interventor
desarrollando una política social. Acá se concibe un nuevo sujeto de educación que no va a involucrar
únicamente a los sectores más favorecidos sino los desposeídos, confiriéndoles derechos sociales y
participación de los sectores productivos en función de la planificación y dirección. Es así que surgen
las Escuelas Técnicas de Oficios que forman obreros especializados ganando mucho terreno en
cuanto a matrículas. La supervisión de dicha formación queda a cargo de La Secretaría de trabajo y
Previsión (a cargo de Perón). Cabe aclarar que también se Crea La Dirección de Aprendizaje y trabajo
de los menores, con el expreso objetivo de propender al mejoramiento moral y material de los
trabajadores y, vigilar y regularizar el trabajo infantil .

Ya con Perón como presidente, mediante la ley 12921 se formalizan las Escuelas Fábricas
que abarcaban la enseñanza técnico-práctica y la misma resulta complementada con formación
cultural, moral y cívica. En el período comprendido por las dos presidencias de Perón se crean 78
escuelas fábricas, 103 escuelas de aprendizaje, 106 escuelas de medio turno, 304 escuelas de
capacitación obrera y 78 escuelas de capacitación para mujeres. A partir de la Universidad Obrera
Nacional –predecesora de la Universidad Tecnológica Nacional-se habilitaría una alternativa
Universitaria. En el año 1952 mediante el decreto Nº 2164, se implanta un ciclo básico que reúne
los niveles de capacitación y perfeccionamiento en el Ciclo Básico. A modo de cierre, las Escuelas
Industrias, Técnicas y la formación de Universidad Obrera Nacional, incorporó, mediante políticas
de estado (Planes quinquenales) a la clase media en ascenso a cargos reservados para los sectores
acomodados, afianzando un nacionalismo productivo y capacitado técnico y tecnológicamente a las
necesidades del mercado.

Hasta fines de 1955 las universidades estaban sujetas a un régimen legal que las hacía
extremadamente dependientes del Poder Ejecutivo nacional no rigiendo ninguna autonomía
universitaria. Legal y efectivamente todas las universidades eran estatales. El gobierno previsional,
encabezada por Aramburu deroga esa ley y la reemplaza por la ley Avellaneda, que le permitía a las
universidades dictar sus propios estatutos y regular su funcionamiento (incluyendo la manera de
designar profesaros. También intervino todas las universidades nacionales y llamó a concurso para
todas las cátedras. Recordemos que la revolución libertadora tenía como objetivo la proscripción
del peronismo de manera que resulta congruente el reemplazo de aquellas ideas, por éstas.
Además, se habilita la iniciativa privada de universidades. En relación a esto, y , con el apoyo del
episcopado católico –enemistado con el gobierno de Perón por prohibir que, en su segunda
presidencia, las escuelas fueran católicas, se formula la idea de educación privada.

Para contextualizar los años democráticos de Frondizi tuvieron avances significativos en


materia de educación; se crea el Consejo de educación técnica y la transformación de UOM en UTN,
también durante su presidencia se transfiere las escuelas nacionales a las provincias

Durante los períodos comprendidos entre finales del años cincuenta y principios de los
ochenta –se gestó un aparato represivo estatal que fue delimitando el accionar cultural de la
sociedad. Tal discurso represivo no aparecería con una fecha precisa, sino que se iría construyendo
lentamente por etapas alternadas que fueron dominando un espectro cada vez más amplio, tendría
además, la característica de tener leyes que se fueron interconectando y afianzando desde tiempos
anteriores que culminarían en la la necesidad de examinar todos los fenómenos culturales, la
literatura, el cine, la música culta y la música popular, la prensa escrita, la radio y la televisión. Allí
empiezan a delimitar categorías susceptibles de ser censuradas, se penaliza el material, en
cualquiera de los formatos, presuntamente inmoral y se construye desde el estado, un aparto
regulador que le brindaba la capacidad de recortar películas en caso de no aprobar sus propias
demarcaciones morales. Es importante recalcar que tal fenómeno fue transversal a toda esa época.

La dictadura de la autodenominada Revolución Argentina (1966) planteó como sus objetivos


la reorganización de la economía y de la sociedad, su objetivo: “el anticomunismo”. Tales así, que si
la SIDE (Secretaría de Informaciones del Estado) declaraba un comunista, tal sujeto era inhabilitado
para ejercer funciones públicas y/ o docencia. Con el objetivo de optimizar la formación de los
recursos humanos, se inició un proceso de cambios para la formación de maestros , estableciendo
la educación terciaria a través del decreto 8051/68, se suprime el magisterio y se establecen
bachilleratos con orientación pedagógica. Debemos recordar que los sectores populares habían sido
incorporados con mayor cantidad de derechos a partir de los gobiernos de Perón y las políticas
represivas lejos de callarlos, los potenciaron hacia un afianzamiento dicotómico “peronistas-
anitiperonistas”.

El estallido del Cordobazo, en mayo del 1969, fue un esfuerzo colectivo entre Trabajadores y
Estudiantes quienes se alzaron contra la dictadura de Onganía. La protesta estudiantil se alzó a partir
de la suba de precio de los comedores y de la feroz represión desatada por el gobierno ante sus
reclamos. A ella se sumaron los obreros en defensa de sus derechos laborales; La rebelión iniciada
en Córdoba se extendió por todo el país y marco el ocaso de la Revolución Libertadora.

El malestar social agravado por la situación económica había puesto en jaque al presidente
de facto Tte. Juan Carlos Onganía, y, tras el secuestro y asesinato del Tte. General Pedro Eugenio
Aramburu por parte de Montoneros, la junta militar resuelve un nuevo interventor, el general de
Brigada Roberto Marcelo Levingston, quien intento un acercamiento con los partidos políticos a fin
de acercar poder popular a su mandato. En medio de una crisis inflacionaria importante surge “La
hora del Pueblo” a través de Perón y Balbin. Esta inestabilidad se ve reflejada cuando la junta de
Comandantes le pide la renuncia el 23 de marzo del 1971. Fue sucedido por el Tte. General Alejandro
Lanouse. Durante su breve gestión se reabrieron los comités de los partidos políticos y eligiendo un
candidato presidencial que lo continuara, Lanouse entrega el poder en elecciones libres. Durante
esta gestión sucedieron los primeros secuestros de militantes de izquierda en argentina y es a partir
de estos que comenzó a generalizarse la desaparición forzada de personas como método de
terrorismo de Estado. Durante este período es necesario destacara la masacre de Trelew cuando
miembros de la FAR, ERP y Montoneros copan la prisión de Rawson para emprender la fuga, 19
presos que no lograron escapar fueron fusilados. Las elecciones democráticas del 1973, trajeron a
Perón e Isabelita Martinez de Perón, como candidatos ganadores. La muerte y Asunción de Isabelita,
aceleraron el proceso de derechización de la política de gobierno. Se desarrolló una cruzada
anticomunista en el terreno educativo que formó parte de una operación más amplia destinada a l
conjunto de la sociedad. El nuevo Ministro de Educación, Ivanissevich, sostuvo que la escuela
argentina está enferma, y convocaba a luchar contra la infiltración roja que daría comienzo a la
dictadura 1976.
El objetico principal de la dictadura fue remover los elementos democráticos que habían
caracterizado a la educación pública para sustituirlos por otros que privilegiaran los intereses
particulares de determinados sectores sociales. Se propuso redefinir el papel del estado respecto al
sistema educativo, procurando ser más eficaz. Una de sus acciones fue la descentralización
privilegiando el rol subsidiario del Estado y los preceptos de la doctrina católica. Según Cecilia
Braslavsky las características de las tendencias políticopedagógicas de este periodo fueron:
autoritarismo, subsidiaridad, descentralización. Estas tendencias eran consecuencia del diagnóstico
oficial sobre el mundo de la cultura y de la educación: la sociedad estaba infectada por el virus de la
subversión, por ello se debían tomar medidas drásticas. Según Pinaeu hubo dos estrategias que la
dictadura desplego para incidir en la configuración del sistema educativo: - La estrategia represiva:
los grupos conservadores entendían que valores como rigor, orden y disciplina había perdido
prestigio en los discursos y las prácticas educativas de los años 60 y 70. La censura de libros, la
persecución física e ideológica y la clausura de editoriales formación parte de esta estrategia. Todo
libro fue objeto de control ideológico. También el uso de algunas palabras fueron censuradas:
proletariado, liberación, explotación y capitalismo. También se avanzó en modos correctos de
comportarse en la escuela durante el tiempo libre, en los modos de vestir y sobre otros aspectos de
la vida extraescolar. Se procuró instruir a los docentes para que sean capaces de identificar
elementos subversivos presentes en las instituciones educativas. - La estrategia discriminadora: se
incorporaron concepciones elitistas, neoliberales y eficientistas. La implementación de esta idea
tuvo como efecto la desarticulación de los dispositivos homogeneizadores favorables a la
democratización social presente en la escuela argentina y su reconfiguración en un sistema
educativo fuertemente fragmentado, a través de circuitos diferenciados de acuerdo con los distintos
sectores sociales. Una de las estrategias más importantes fue el vaciamiento de contenidos,
retardando la adquisición de algunos contenidos lo máximo posible, estableciendo que el
aprendizaje es individual y que dependía de la maduración psicológica de cada niño. Así, los
contenidos estaban determinados por las posibilidades de aprendizaje y estas, a su vez, estaban
sujetas a las etapas evolutivas. A pesar de no pode aprender, se recomendaba que estuvieran en la
escuela, porque allí, al menos, se les enseñaba a comportarse, a tomar el lápiz, a respetar los
renglones y a orientarse de izquierda a derecha. Los docentes no debían intervenir en los objetivos
educativos, prohibiéndoles el abordaje de determinados contenidos.

Las presidencias de Videla, Viola y Galtieri conformó el período más obscuro para la nación
Argentina dejando 30400 víctimas de terrorismo de estado, La guerra de Malvinas y un
endeudamiento con el Fondo Internacional que propició una crisis hiperinflacionaria durante el
retorno de la democracia en el 1983.
Bibliografía

Chiroleu, A. (2000). "La reforma Universitaria"

Freidenberg, F. (2013). ¿Qué es el populismo? Enfoques de estudios y una nueva propuesta de


definición como un estilo de liderazgo.

Jiménez Rebora, J. (1999). La cuestión de la libertad de enseñanza

Malatesta, A. (2010). La creación de la Universidad Obrera Nacional y la hora de la industria. Capítulo


III: El proyecto educativo industrialista estatal.

Pineau, P. (1997). De zoológicos y carnavales: las interpretaciones sobre la Universidad Obrera


Nacional.

Andrés Avellaneda (2006) el Discurso de la Represión Cultural (1960-1983)

Terán, O. (2008). Historias de las ideas en la Argentina. Lección 10.

Marisel Vera. Apuntes de Cátedra: Historia y Política de la educación Argentina

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