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PROVINCIA DE BUENOS AIRES

DIRECCIÓN GENERAL DE CULTURA Y EDUCACIÓN


DIRECCIÓN DE EDUCACIÓN SUPERIOR
Instituto Superior de Formación Docente nº 41
Almirante Brown

PROYECTO DE INVESTIGACIÓN

Alumna: Alarcón Bernal, Joana.


Curso: 3° Historia.
Profesor: Carrera, Pablo.
Ciclo Lectivo: 2019.
Fecha de entrega: 11/11/2019.
Tema general: Elecciones presidenciales en Argentina, 1983.

Tema (recorte). “La participación político- estudiantil durante la transición a la


democracia. Elecciones en centros estudiantiles universitarios. La UBA (1982- 1983)”.

Pregunta: ¿Qué factores impulsaron la participación político- estudiantil en los centros

estudiantiles UBA durante 1982- 1983; cuáles fueron las limitaciones de los centros y

elecciones, y cuáles sus alcances, teniendo en cuenta la reivindicación político-democrática

luego de la última dictadura?

Objeto de estudio: Centros estudiantiles y elecciones UBA.

Objetivos:

∙ Analizar las transformaciones por las que atravesó el estudiantado y la estructura político-

institucional universitaria desde 1976 hasta 1983.

∙ Identificar con qué herramientas y recursos logró reorganizarse para llegar a reafirmarse en

1983 con la reivindicación de la democracia.

Objetivos específicos:

∙ Distinguir las razones políticas y sociales de la conformación de dichos centros

estudiantiles UBA.

∙ Indagar qué agrupaciones políticas participaron y tuvieron mayor impacto, y de qué

manera superaron la censura y prescripción de la actividad política.

Marco teórico: La participación político- estudiantil.

Marco empírico: Elecciones en centros estudiantiles universitarios. La UBA (1982- 1983).


Introducción

Durante la década de 1980 tuvo lugar en Argentina la reconstrucción del sistema


democrático tras el golpe de Estado de 1976. En 1982, tras la guerra de Malvinas
comenzaron a mostrarse fuertes evidencias de debilitamiento del gobierno militar. Al
mismo tiempo, crecía la presión social y comenzaba a salir a la luz los abusos, el terror y
las masacres cometidas en aquellos años. Sumergido en una fuerte crisis interna, el
gobierno anunció el llamado a elecciones, las cuales finalmente se celebraron hacia octubre
de 1983 otorgándole la presidencia a Raúl Alfonsín de la Unión Cívica Radical.

La reestructuración de las relaciones sociales que la dictadura impuso en 1976 tuvo a la


reducción y sus instituciones en la mira: las universidades fueron un objetivo claro del
terrorismo de Estado en la medida en que eran asociadas a la formación de la “subversión”
y “actividades subversivas”. En marzo de 1976, mediante la Ley 21.276, fueron
intervenidas quedando bajo control del poder ejecutivo al tiempo que se suprimieron los
órganos de gobierno colegiados, prohibiéndose así las actividades gremiales y políticas. El
golpe militar significó el auge de una seguidilla de episodios violentos que venían
gestándose años atrás1. Si nos basamos en lo dicho por Laura Rodríguez y Germán
Soprano, acerca de la situación universitaria entre 1974 y 1983, podemos decir que dicho
período comprende un lapso de nueve años en el que se impusieron mayores restricciones a
la autonomía universitaria y se practicó sistemáticamente el ejercicio de la violencia sobre
todos sus miembros: autoridades, profesores, investigadores, estudiantes, graduados y
empleados, muchos de los cuales debieron exiliarse, mientras que otros se contaron entre
las personas asesinadas o desaparecidas, primero por el accionar de organizaciones armadas
como la Triple A entre 1974 y 1976 y, luego, por el terrorismo de Estado de la última
dictadura2que continuó hasta el decisivo año de 1983.

Si bien la universidad fue una de las bases sociales del gobierno alfonsinista y la gestión
universitaria fue sensible a las demandas de completa autonomía por parte su ámbito,
también limitó de manera considerable su capacidad para diseñar e implementar

1
http://www.argentinahistorica.com.ar/ “Proceso de Reorganización Nacional” (1976-1981) 2 Rodríguez,
Laura Graciela y Soprano, Germán. La política universitaria de la dictadura militar en la Argentina:
proyectos de reestructuración del sistema de educación superior (1976 – 1983). En: Nuevo mundo,
mundos nuevos. Cuestiones de tiempo presente. 2009. http://journals.openedition.org/nuevo mundo/56023
(consultado el 19 de octubre de 2019).
1
una política para dicho sector. Una de las primeras medidas como el decreto 148/83 – el
cual derogaba las leyes y restricciones dictadas por los militares- postulaba un proceso de
“normalización” de las instituciones universitarias a través de la puesta en vigencia de los
estatutos aprobados antes de 1966, es decir, a partir de aquellas normativas que las
instituciones habían dictado desde el uso de su propia autonomía.

Aun así, en palabras de Buchbinder y Marquina “En estos años el sistema universitario es
más democrático y más amplio, pero también más caótico y fragmentario. Todo ello “a
pesar de” y “como causa de” múltiples políticas dirigidas al sector por parte de gobiernos
con diferentes proyectos para la universidad.”3

Durante la dictadura cívico-militar la matrícula registró un estancamiento como resultado


de la implementación de sistemas de cupos, aranceles o su desplazamiento al sector
universitario privado o hacia el nivel terciario. Contrario a esto, el gobierno de Alfonsín dio
prioridad al ingreso abierto a la universidad, por lo que muchas instituciones volvieron a
establecerlo de forma irrestricta, aunque tiempo después comenzaron a implementarse los
cursos de ingreso. De acuerdo con Pablo Buchbinder y Mónica Marquina, al volver al
ingreso irrestricto se produjo la expansión acelerada del número de estudiantes, y eso
constituyó sin duda, una variable central de la historia universitaria del período de la
transición democrática.4El ingreso abierto a la universidad se tradujo en un sustancial
aumento de los ingresantes y un acelerado crecimiento de la matrícula, según los autores en
1983 había 400.000 estudiantes universitarios y en 1984 llegaron casi a 500.000.5

No obstante, señalan que “El período de apertura y democratización no fue lo


suficientemente planificado. La política de ingreso irrestricto del gobierno como forma de
satisfacer las expectativas de la población no contempló una realidad marcada por la falta
de aulas, de docentes capacitados para atender a todos los ingresantes y de presupuesto

3
Buchbinder, Pablo y Marquina, Mónica. Masividad, heterogeneidad y fragmentación. El sistema
universitario argentino 1983-2007. Los Polvorines. Universidad Nacional de General Sarmiento; Buenos
Aires, Biblioteca Nacional. 2008. Introducción. Pág.7.
4
Ídem. Pág.27.
5
Ibídem. Pág. 29.
2
6
(…)” . A esta situación se sumó la grave coyuntura económica del país: altos índices de
inflación que terminaron por licuar los presupuestos universitarios y generar desmotivación
a nivel institucional.

Marco teórico: Sostendremos durante esta investigación que los centros de estudiantes,
independientemente de la ideología, se plantearon reivindicar, reactivar y reorganizar el
ejercicio de la democracia en la esfera política en las universidades.

En primera instancia, entendemos por “participación política” a lo que John Booth A. y


Mitchell A. Seligson llaman la acción realizada por ciudadanos con el objetivo de
influenciar las acciones o la composición del gobierno nacional o local.7Por otro lado, si
consideramos las palabras de Leopoldo Moreau –senador nacional asumido en 1995- “El
movimiento estudiantil es una expresión de los tiempos modernos, lo ubicaría en lo que se
denomina el tercer sector o sociedad civil. En Argentina ha tenido un papel relevante como
agente de cambios políticos y culturales. Entre otras cosas porque el alto nivel de
politización y organización que siempre ha tenido el movimiento estudiantil es un soporte
fundamental en las luchas por la defensa de las libertades públicas, la democracia, la prensa,
y además ha actuado como agente expansivo de un debate político e ideológico que no
solamente enriqueció al movimiento estudiantil (…) sino también a las organizaciones
sociales, a los partidos, o a las fuerzas políticas (…)”8. A estas conceptualizaciones,
podemos agregarle también que dicho movimiento se refiere al conjunto de condiciones y
posibilidades que existen para que el estudiante, en el sistema educativo, sea parte del
régimen político democrático en las instituciones educativas– en este caso universitarias-,
por ejemplo: la elección de cuerpo directivo, de centro de estudiantes, de espacios
asamblearios propuestos por éstos y la posibilidad de construir una o varias listas de cuerpo
directivo y centros de estudiantes diversos. Asimismo, un centro de estudiantes es una
organización democrática de una institución educativa, ya sea pública o privada. Posee un
carácter representativo, gremial, social, académico, integrativo y asociativo. Cada

6
Ibídem. Pág. 31.
7
Booth A., John y Seligson, Mitchell A. “Participación política en Latinoamérica: niveles, estructura,
contexto, concentración y racionalidad”. Universidad de San Antonio, Texas. 1978. 8 Romero, Ricardo. La
lucha continúa: el movimiento estudiantil durante el siglo XX. Buenos Aires, FUBA. Eudeba, 1988. El
surgimiento de la Franja Morada. Entrevista a Leopoldo Moreau “¿Qué es para usted el movimiento
estudiantil?”. Pág. 163.
3
organización establece sus propios fines y objetivos particulares, aunque generalmente su
rasgo común es la lucha por una mayor y mejor educación en defensa de los derechos
estudiantiles9, representándolos ante las autoridades de la institución. Por supuesto que
también es fomentar la participación estudiantil, realizar actividades académicas, sociales y
culturales que contribuyan a la integración de la comunidad.

Son establecidos entonces la denominación, los cargos de los miembros, los deberes y
derechos de los socios, la administración, las autoridades, sus funciones, las elecciones, las
asambleas, así como los mecanismos de cohesión, reforma y disolución. Los mismos son
aprobados por el conjunto estudiantil para regular el funcionamiento del centro. En
Argentina existen numerosos centros estudiantiles en diversos niveles educativos
superiores: secundario, terciario y universitario. Los centros estudiantiles son
reglamentados por las siguientes leyes10: en CABA: Ley Provincial N° 137; en provincia de
Buenos Aires: Resolución Provincial N° 900 (2005); provincia de Córdoba: Resolución
Provincial N° 124 (2010). En el marco de centros estudiantiles universitarios, nosotros
profundizaremos el caso de la Universidad de Buenos Aires (UBA) en 1983, año clave para
la historia de la democracia argentina y donde especialmente en las elecciones universitarias
del mismo año, los estudiantes recuperaron el derecho a participar de la política.

Marco empírico: En un contexto lleno de adversidades, propias del incipiente proceso de


normalización, “la explosión juvenil tuvo su correlato en las aulas universitarias de a UBA,
muy a pesar del último rector del ‘Proceso’, Carlos Segovia Fernández. El arancelamiento
de las carreras y el ingreso por cupos eran dos baluartes de la política restrictiva de la
dictadura, cada vez más cuestionada por los alumnos”.11 La participación político
estudiantil resurgió y fue diferente. Lo destacable fue que el movimiento estudiantil sí
acompañó las expectativas del conjunto de la sociedad en el gobierno, con altísimos niveles
de participación y movilización y con la elección de su conducción política. Esto se
evidenciaba ya desde fines de 1982, cuando se organizaron las primeras marchas y
asambleas, y se normalizaron los centros de Ingeniería, Psicología y Ciencias Exactas.

9
http://www.derechofacil.gob.ar/leysimple/centros-de-estudiantes/
10
https://es.wikipedia.org/wiki/Centro_de_estudiantes Legislación por provincia.
11
Ferrari, Germán. 1983: el año de la democracia. Buenos Aires. Planeta. 2013. Pág. 181.

4
En 1983 se produjo un verdadero estallido del movimiento estudiantil: a partir de
septiembre, tuvieron lugar las primeras elecciones de centros de estudiantes, que concitaron
un intenso entusiasmo. Por lo general, las nuevas agrupaciones se referenciaron en los
partidos políticos nacionales. De este modo, tanto estas elecciones, como las del año
siguiente estuvieron fuertemente partidizadas y, en líneas generales, expresaron el liderazgo
ejercido por la UCR en vastos sectores de la clase media. En la Universidad de Buenos
Aires, las distintas vertientes de Franja Morada, brazo universitario del radicalismo,
obtuvieron la mayoría en ocho facultades12. Esto se debe a que sus consignas de este centro
empalmaban desde ya con las ideas que sostuvo el alfonsinismo en la campaña electoral de
1983, caracterizada por la “apelación a la democracia como la forma más legítima de
resolución de problemas y conflictos”13y una reafirmación de la idea “dejar atrás el pasado”.
En pocos meses, en la UBA, prácticamente la totalidad de los centros de estudiantes fueron
normalizados. Un proceso similar tuvo lugar en otros sitios del interior del país. El
Congreso de la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA), celebrado pocos días
después de las elecciones de 1983, eligió como titular al militante de Franja Morada,
Andrés Delich. El rasgo central de estos procesos de normalización de las organizaciones
estudiantiles fue que los mismos estuvieron marcados por una alta participación –se
calculaba entonces que en estas elecciones, no obligatorias, participó cerca de un 70% de
quienes estaban en condiciones de hacerlo– y por la opción a favor de agrupaciones
moderadas, a diferencia de lo que había ocurrido a principios de los setenta.14

Si bien la hegemonía de Franja Morada en la UBA expresaba una percepción de los


estudiantes no sólo con respecto a la realidad universitaria sino en gran medida sobre la
política nacional, también se registró presencia de otras fuerzas, existentes con anterioridad
al golpe. Sin embargo, éstas encontraron un descenso de su fuerza electoral durante la

12
Buchbinder, Pablo y Marquina, Mónica. Masividad, heterogeneidad y fragmentación. El sistema
universitario argentino 1983-2007. Los Polvorines. Universidad Nacional de General Sarmiento; Buenos
Aires, Biblioteca Nacional. 2008. La herencia de la dictadura. Pág.19.
13
Vommaro, Gabriel, Cuando el pasado es superado por el presente: las elecciones presidenciales de
1983 y la construcción de un nuevo tiempo político en la Argentina. En Pucciarelli, Alfredo (coord.).
Buenos Aires. Siglo XXI. 2006. Pág. 260.
14
Buchbinder, Pablo y Marquina, Mónica. Op. Cit. Pág 20.

5
normalización a principios de 1983: el peronismo era una fuerza minoritaria en las
universidades e intentaba formar frentes con la Juventud Universitaria Intransigente (JUI);
los jóvenes universitarios comunistas que se habían agrupado al Movimiento de Orientación
Reformista (MOR), no pudieron transformar en votos lo que prometían en capacidad
movilizadora.15 Por otra parte, la izquierda tuvo una presencia muy reducida debido a que,
como dicen Laura Polak y Juan C. Gorbier, “apenas se registra la presencia de militantes de
la JUP que ya a partir del 75 se habían desmembrado con motivo de las luchas internas y
que luego del golpe terminaron de desbandarse bajo el impacto de la represión que se
descargó sobre la izquierda peronista”.16

El propósito será analizar el rol activo de la participación estudiantil durante la transición a


la democracia. Tomaremos como eje central la siguiente pregunta: ¿Qué factores
impulsaron la participación- político estudiantil en los centros estudiantiles UBA durante
1982 y 1983? Además, se planteó las siguiente: ¿Cuáles fueron las limitaciones de los
centros y sus elecciones, y cuáles sus alcances, teniendo en cuenta la reivindicación
político- democrática luego de la última dictadura? ¿La coyuntura política influyó
significativamente en la consolidación de la Franja Morada como primera fuerza, o se debió
al debilitamiento de las demás agrupaciones de sectores del peronismo o la izquierda?
¿Hubo una ruptura en el paradigma político cultural que llevó a tal debilitamiento?

Teniendo en cuenta la prohibición de toda actividad política – y por ende, colectiva dieron
lugar a un proceso de pauperización – y desaparición- de la actividad democrática, se
profundizará sobre la importancia que tuvo para el ámbito educativo la “reapertura” de la
actividad política colectiva materializada en centros y agrupaciones que llevarían a cabo
elecciones como mecanismo de reactivación de la democracia. Investigar el surgimiento de
nuevas agrupaciones estudiantiles de la Argentina como respuesta de la juventud a un
contexto que experimentaba una transición, analizando las limitaciones que implicó, y los
alcances que logró, tanto a nivel institucional como a nivel político nacional.
15
Ferrari, Germán. 1983: el año de la democracia. Buenos Aires. Planeta. 2013. Cap. III: Preparando la
democracia. Juventud, divino tesoro militante. Pág. 182.
16
Polak, Laura y Gorbier, Juan Carlos. El movimiento estudiantil Argentino (Franja Morada 1976-1986).
Buenos Aires, CEAL. 1994. Pág. 166.

6
El objeto de estudio será los centros estudiantiles UBA y los factores que impulsaron la
participación de los estudiantes en las decisiones políticas durante el período de 1982 y
1983, convocatoria que derivaría en el triunfo de la Franja Morada como paradigma
político- estudiantil y social. El objetivo central es analizar qué transformaciones sufrió el
estudiantado durante el oscurantismo de los años de dictadura, y con qué herramientas y
recursos llegó a la década del 80 para reestablecer la democracia. Como objetivos más
específicos se pretenderá distinguir las razones de la conformación de dichos centros
estudiantiles UBA e indagar la reorganización de las agrupaciones políticas que volverían a
tener protagonismo después de años de censura y prescripción.

Para la confección y recolección de datos se utilizarán estadísticas y datos cuantitativos de


registros de los centros estudiantiles de las distintas agrupaciones de la UBA que hayan
participado durante las primeras elecciones luego del proceso dictatorial; material
bibliográfico histórico, junto con investigaciones de movimientos estudiantiles, es decir, del
campo de las Ciencias Políticas y Ciencias Sociales.

Para finalizar, la estructura de la presente investigación constará de las siguientes etapas: en


la primera se analizará el marco político- institucional vigente desde 1976 hasta 1983 para
luego analizar la llegada de Raúl Alfonsín a la presidencia, acentuando el interés en las
medidas que implementó respecto a la educación superior universitaria y si tuvieron –o no-
impacto real en la reorganización de los centros estudiantiles y el movimiento político-
estudiantil. Se hará un análisis de las relaciones entre el Estado y la esfera política, social y
educativa para observar qué transformaciones y contingencias se evidencian desde el
autodenominado “Proceso de Reorganización Nacional” hasta el retorno de la democracia.
Luego, se profundizará en la participación político- estudiantil, los mecanismos de
organización y participación (asambleas y concursos), y los factores – políticos, sociales,
culturales- que impulsaron una amplia convocatoria y adhesión por parte del estudiantado.
Finalmente, se estudiará el caso de la UBA, como uno de los principales puntos de
participación política durante la transición, cómo se gestó el auge de la Franja Morada, qué
otras organizaciones participaron, en qué medida tuvieron impacto, y si éste contribuyó a
desencadenar el triunfo del radicalismo a nivel nacional en octubre de 1983.

Bibliografía:

∙ Rodríguez, Laura Graciela y Soprano, Germán. “La política universitaria de la dictadura

militar en la Argentina: proyectos de reestructuración del sistema de educación superior

(1976 – 1983)”. En: Nuevo mundo, mundos nuevos. Cuestiones de tiempo presente.

2009.http://journals.openedition.org/nuevo mundo/56023

∙ Buchbinder Pablo y Mónica Marquina. “Masividad, heterogeneidad y fragmentación. El

sistema universitario argentino 1983-2007”. Los Polvorines, Universidad Nacional de

General Sarmiento; Buenos Aires, Biblioteca Nacional, 2008.

∙ Polak, Laura; Gorbier, Juan Carlos. “El movimiento estudiantil Argentino (Franja Morada

1976-1986)”. CEAL, Buenos Aires, 1994. ∙ http://es.m.wikipedia.org/wiki/Centro_

de_estudiantes

∙ Toer, Mariano. “El movimiento estudiantil de Perón a Alfonsín”. CEAL, Buenos Aires.
1988.

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