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SINOPSIS

A veces vale la pena arriesgarlo todo para hacer justicia.

Después de que el jurado no se pusiera de acuerdo para condenar


al presunto violador, Paul "Jigger" Robinson, la víctima Eric Kloiber
y Will james, el detective a cargo del caso, tendrán que asumir la
posibilidad de que Jigger puede quedar libre a pesar de sus
crímenes.

Cuando Will ve la desesperación de Eric, decide no dejar piedra sin


levantar en su búsqueda de más pruebas contra Jigger. En mitad de
la investigación, Will empieza a sentirse protector hacia Eric y
pronto los dos se embarcan en una arriesgada relación.

A pesar de sus nuevos sentimientos por el macizo detective, Eric no


puede dejar atrás su obsesión de hacer pagar a Jigger por lo que le
ha hecho. Si el sistema de justicia no iba a ser de ayuda, Eric jura
bajarle los humos a Jigger, aunque ello signifique ponerse a sí
mismo en peligro. Cuando la búsqueda de venganza de Eric se
mete en medio de la investigación de Will, los dos tendrán que
llegar a un acuerdo o arriesgarse a perderlo todo, incluyendo su
relación.

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Capitulo Uno
Eric Kloiber se concentró en la pequeña mancha en la piel que
estaba intentando quitar desesperadamente con la esquina de su
mordida uña. Normalmente no se mordía las uñas, pero sus
doloridas y sangrantes cutículas habían sufrido tanto como su
cabeza y su corazón desde la noche en que había sido drogado y
violado.

—Algo va mal, —masculló Eric para sí mismo.

—¿Perdona?

Eric miró al oficial de policía colocado fuera de la puerta de la


sala de justicia. —Lo siento. Estaba... —Sacudió la cabeza—. No
importa.

El oficial volvió a su puesto, dejando a Eric preguntándose que


coño estaba pasando. Lo que debería haber sido un juicio rápido, se
convirtió en las dos semanas más duras de su vida. Después de su
testimonio inicial, la defensa de repente consiguió una copia de la
prescripción que Jigger había usado para conseguir el Rohypnol1.

Según el abogado de la defensa, a Jigger le habían prescrito


pastillas para dormir por sus extraños horarios de trabajo. Por
coincidencia, la receta había sido firmada por el hermano de Jigger,
el Dr. Adam Williams. La fiscalía argumentó que esa prueba debió
haberles sido presentada en la fase de instrucción del caso, pero la

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1 Al Rohypnol (Flunitrazepam) se le conoce más como la “droga de la violación” porque es incolora, inodora y es una
pastilla para dormir de acción rápida que se puede deslizar en un trago, dejando a la víctima con poca o nada de
memoria sobre el incidente, ya que produce amnesia
defensa argumento que acababan de obtener la copia por correo de
la farmacia en la que Jigger la compro.

Todo se había jodido. Incluso peor, todos le habían dicho que


el jurado debería hacer una rápida deliberación, pero no había sido
así. Seis días. ¿Qué coño había que discutir en un caso tan claro
durante seis días?

Eric se levantó y empezó a pasear adelante y atrás por el


pasillo de mármol. Deseaba haberle pedido a Becket que se sentara
con él mientras esperaban la decisión del jurado, pero no podía
obligarse a hacerlo. Becket había ido cada día del juicio con su
novio, Locky. No habría sido justo pedirle que se perdiera el
veredicto. Por desgracia, Becket había mantenido su violación en
secreto hasta que fue demasiado tarde para obtener la evidencia
necesaria para una condena.

La pesada puerta de la sala de justicia se abrió y Eric dejó de


caminar por la explosión de voces que se filtraron al pasillo. Gritos
de ultraje de varias voces familiares se llevaron el aliento de Eric.
Volvió a sentarse en el banco y miró hacia arriba al detective que
había estado a cargo de la investigación. El claro cabello marrón de
Will James, estaba más largo que cuando había empezado la
investigación, pero Eric asumía que su atención estaba enfocada en
encarcelar a Jigger como para preocuparse en algo tan trivial como
su aspecto. La expresión sombría en el rostro de Will pareció
confirmar el mayor temor de Eric.

—No culpable, —dijo Eric.

Will asintió y se sentó junto a Eric, su cuerpo mucho más


grande, hacía sentir a Eric pequeño y vulnerable. — No culpable del
cargo por la droga. No pudieron ponerse de acuerdo en el cargo de
violación. El juez no tiene más opción que declarar el juicio nulo.

—Juicio nulo. —Mientras decía la palabra, el cuerpo de Eric


empezó a entumecerse—. ¿Qué significa eso exactamente?

Will colocó los antebrazos en sus muslos y se restregó las


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manos.
—La fiscalía se tomará un segundo para revisar el caso y
decidir si va a intentar o no someterlo a un nuevo juicio.

—¿Quieres decir que podrían no hacerlo?

—Los juicios son caros. Evidentemente no tenían suficiente


caso como para convencer a este jurado. —Will suspiró—. Lo siento,
niño, pero honestamente no sé lo que Byron decidirá.

El enfado llenó a Eric. Si estaba enfadado con Byron, el fiscal,


o todo el jodido sistema judicial, no lo sabía ni le importaba, pero
se descargó contra Will. —No soy un niño. No pasas por lo que he
tenido que pasar y sigues siendo un maldito niño.

Will se sentó recto. —Tienes razón. Me disculpo.

La pesada puerta se abrió de nuevo y la gente empezó a salir


de la sala. El último lugar en el que Eric quería estar era en el
centro de la lástima de sus amigos. —Tengo que salir de aquí.

Antes de que Will o cualquiera pudiera detenerlo, Eric se


levantó y corrió por el pasillo. Consideró esconderse en el baño,
pero sabía que sería el primer lugar en el que Becket le buscaría.
En su lugar, bajó corriendo por las amplias escaleras, bajando los
escalones de dos en dos. Disminuyó el ritmo para caminar cuando
llegó a la sección de seguridad y asintió a los guardias antes de
salir del edificio.

Eric no se dio cuenta hasta que estuvo a dos manzanas que


Will no le había dicho si Jigger sería liberado. —¡Joder!

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—¿Qué coño pasó? —preguntó Will a Byron cuando el abogado
de la acusación dejó la sala.

—No había suficientes evidencias concretas.

—Jigger es un ex-convicto. Su esperma fue encontrado en los


jeans de Eric. Eric estaba sentado en la barra siendo atendido por
Jigger al final de la noche, y el Rohypnol fue encontrado tras la
barra, en la taquilla de Jigger del trabajo y en su casa. —Will cogió
aire mientras continuaba señalando lo que decía con sus dedos.

—Por no mencionar el surtido de herramientas sexuales


encontradas en el maletero de su coche.

—Pero nadie vio al Sr. Williams darle a Eric la droga o dejar el


club con él, y ya que Eric no puede recordarlo, simplemente no es
suficiente, —explicó Byron—. E ir a prisión durante seis meses a la
edad de dieciocho años por robar un coche para dar una vuelta con
sus amigos, está muy lejos de ser el pasado de un criminal
insensible.

Las manos de Will se apretaron en puños. No era la primera


vez que Byron le regañaba por usar el apodo de Paul Williams. —
¿Vas a intentarlo de nuevo?

Byron dejó de caminar y se giró para encarar a Will. —No, a


menos que tenga más evidencias. Consígueme eso, y yo haré mi
parte en conseguir una condena. Mientras tanto, el Sr. Williams
será liberado bajo fianza, pendiente de otro juicio. —Se inclinó
hacia Will—. Si me consigues algo más lo llevaré a juicio de nuevo.

La idea de Jigger, suelto en las calles volvería loco a Eric. —


¿Qué pasa con Eric, puede pedir una orden de alejamiento o algo?

—El juez le hizo varias advertencias al Sr. Williams antes de


fijar la fianza. A menos que no cumpla con esas advertencias, Eric
no necesitará pedir una orden alejamiento.

Will gruñó interiormente. La presión de conseguir más pruebas


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era abrumadora. No solo Byron contaba con él, sino que sabía que
la fe de Eric en el sistema judicial dependía de que hubiera una
condena. Era algo que Will no sabía si podía hacer, porqué a pesar
de sus talentos como investigador, no podía sacar pruebas del aire.
Infiernos, había trabajado muchísimo construyendo el caso en
primer lugar. Había interrogado a cada persona que Eric recordaba
haber visto en el bar la noche que había sido drogado y violado
y...nada. No había encontrado a ninguna persona que recordara ver
algo extraño la noche en la que Eric fue abandonado sangrando en
el vestíbulo del dormitorio. Era algo que siempre le había
molestado.

Después de mirar a su reloj, Byron colocó su maletín en el


suelo y se encogió en su abrigo beige. —Voy a la oficina. Por cierto,
el jurado estuvo encerrado desde las nueve hasta las tres. Casi
estamos, pero todavía no.

Will asintió cuando Byron recogió su maletín y empezó a bajar


los escalones. Debería volver a la comisaría, pero antes de volver a
enterrarse en los archivos, necesitaba asegurarse de que Eric
estaba bien. No, se regañó a sí mismo. Lo mejor que podía hacer
para mitigar su culpa era hacer su trabajo. Sostener la mano de
Eric haría sentir mejor a Will, pero no era lo correcto. No era el
momento de ser egoísta.

Antes de dejar el juzgado, se detuvo delante de la estatua de


la Justicia situada en la Gran Rotonda. Siempre le había encantado
la estatua y había pasado horas mirándola cuando era un niño.

—¿Un mal día?

Will se giró para encontrarse a su padre. Aunque se parecían


en el color del pelo y la altura, el estómago redondo de Henry era
testimonio de los años de comer la cocina de la madre de Will.

Apuntó a la estatua. —Me ha defraudado hoy.

Colocando una mano en el hombro de Will, su padre sacudió la


cabeza. —He limpiado este edificio durante treinta y siete años. 6
Observando los tipos de hombres y mujeres aquí de pie donde
estás tú y maldiciendo a esa estatua. —Se giró hacia Will.
—¿Sabes que tenían en común?

—Ellos perdieron, —sugirió Will.

—Solo porqué alguien no consigue el veredicto que quiere, no


significa que no sea el correcto.

Will apartó la mirada de la estatua y estudió a su padre


durante varios momentos. Su padre amaba la ley, estaba fascinado
por todo lo que ello implicaba e incluso después de treinta y siete
años sentado cada descanso en los procesos judiciales, la fe de
Henry James en el sistema nunca había aflojado. —¿Pillaste algo
del juicio?

—Claro, —contestó su padre.

Aunque su capitán probablemente lo mataría, Will confiaba en


su padre más que en nadie. —¿Qué fue mal?

Su padre se encogió. —No conocía al Sr. Williams. Byron Long


sentó a un hombre hermoso delante de cinco mujeres y siete
hombres e intentó convencerlos de que cometió un acto atroz, pero
no tenía las evidencias para corroborarlo.

Aunque su padre usaba a Byron como chivo expiatorio, Will


sabía que su padre le estaba hablando directamente a él. —¿Qué te
habría convencido a ti?

—Historia. ¿Torturaba gatos, espiaba por las ventanas de los


dormitorios de sus amigos? Un hombre que drogara y violara a un
joven no empezaría de la noche a la mañana. Si yo estuviera
sentado en el jurado, querría saber seguro que el hombre que voy a
encarcelar es malo. —El padre de Will sonrió—. Por lo que
demuéstrame que es una manzana podrida y que es peligroso para
la sociedad.

Will había comprobado los antecedentes de Jigger, pero no 7


había escarbado muy profundamente en el pasado del tipo. Su
atención había estado en Eric y en facilitar todo el proceso como
pudiera para el tipo.

No es que él alguna vez cruzara la línea con una víctima, pero


había admitido para sí mismo después del encuentro con Eric que
había algo especial con el joven hombre.

Joder. No era culpa de Byron, de la estatua de la Justicia o del


jurado que el juicio hubiera acabado así. La mayoría de la culpa
podría ponerse sobre sus hombros, pero se negaba a cargar con
todo. Vince, su capitán, le había asignado la investigación a Will por
su naturaleza. No sentía que los otros polis se sintieran cómodos
con la víctima o con el tema, y había tenido razón. Aun así, Vince
había escudriñado el tiempo que Will había pasado interrogando a
gente que estaba en el club y en el dormitorio la noche de la
violación de Eric. —No sé cuánto tiempo más me dará Vince para
esto, —admitió Will.

—Realmente no importará si es lo bastante importante para ti.

Su padre se encontró con la mirada de Will. —¿Lo es?

Will pensó en Eric y en la lucha por encontrar un equilibrio en


su vida después de ser expuesto públicamente de una manera tan
horrible. —Creo que Eric lo necesita. No estoy seguro de si será
capaz de seguir si no consigue una condena.

—Eso no es lo que pregunté. Es. Importante. Para. ¿Ti? —Su


padre preguntó de nuevo, estirando cada palabra individualmente.
Will había sido uno de los pocos afortunados. Había salido del
armario con sus padres de joven sin miedo o represalias, por lo que
sabía lo que su padre realmente le estaba preguntando. Se pasó las
manos por el cabello, sintiendo los ligeros rizos envolverse en sus
dedos mientras lo hacía—. Sí, me gusta, pero no sería ético
aprovecharme de la situación.

Su padre sonrió. —Entonces tendrás que encerrar a ese


hijodeputa, y los dos podréis quedar en un campo de juego libre.

Will ni siquiera sabía si Eric estaría interesado en salir con él.


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—Ha pasado por muchas cosas.
—Por supuesto. No digo que sea fácil, pero sé que nunca te
has echado para atrás con algo que quieras solo por eso.

Infiernos, necesitaba alejarse de su padre antes de que le


convenciera de que corriera hacia Eric y se lo confesara todo.

—Será mejor que me vaya. Parece que tengo un pasado que


investigar.

Después de dejarle a Becket un mensaje en su móvil, Eric se


apoyó en el árbol de un parque natural cercano y le dio otro sorbo a
su botella de Wild Turkey2. Hizo una mueca y tembló mientras el
fuerte whisky se deslizaba por su garganta y quemaba el camino
hacia su estómago. Había esperado a propósito a la hora de comer
en la Casa BK para llamar, sabiendo que la regla de no-teléfonos-
en-la-mesa, le salvaría de tener que hablar realmente con alguien.
Podría no vivir todavía oficialmente en la BK, pero se suponía que
tenía que obedecer las reglas de la casa.

Aunque no quería compañía, tampoco deseaba que sus amigos


se preocuparan. Miró al teléfono en su mano y deseó poder llamar a
casa, su verdadera casa, no la que se había hecho en BK. Por
desgracia, Jigger no solo le había quitado su virginidad, le había
arrebatado a su familia.

Eric tiró el móvil al suelo y alzó la botella de nuevo, haciendo


las mismas muecas que antes. ¿Por qué la gente bebía esto por
placer? Solo tenía una meta en ese momento, emborracharse lo
suficiente como para desmayarse.
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Wild Turkey es una marca de whisky bourbon producida desde 1940 por la destilería del mismo nombre en
Lawrenceburg (Kentucky) Estados Unidos.
La noche que había sido encontrado en el vestíbulo del
dormitorio, inconsciente y sangrando, la policía había contactado
con sus padres. Sorprendentemente, su madre y su padre
inmediatamente habían volado a Idaho para estar a su lado, pero
todo cambió en el momento en el que escucharon que había estado
en un bar gay antes de haber sido violado. Eric finalmente confesó
ser homosexual, algo imperdonable ante los ojos de sus padres.
Jodidos Baptistas Sureños. Tan rápido como vinieron, sus padres se
fueron, diciéndole a Eric que ya no era bienvenido en su casa hasta
que dejara ese vergonzoso estilo de vida y volviera al seno de la
iglesia que le había criado.

Por suerte para Eric el dinero para su universidad venía de una


pequeña herencia que le había dejado su abuela Kloiber. De otro
modo, lo habría perdido absolutamente todo la noche en que Jigger
le drogó.

Jigger. Testificar contra el hombre que le había violado fue la


cosa más dura que Eric había hecho. Apenas había hablado con
Jigger la noche que estuvo en el bar, aparte de pedirle un par de
cervezas. ¿Qué le había hecho pensar a Jigger que sería un objetivo
fácil? Eric odiaba admitirlo, pero Jigger era increíblemente sexy. Fue
la fanfarronería de Jigger la que lo había hecho nada atractivo para
Eric esa noche.

Algo pasó por la mente de Eric, una imagen mental de haber


despertado mientras Jigger con cuidado lo ponía en la parte de
atrás del asiento del coche. Eric intentó coger aire. Era el primer
recuerdo que había sido capaz de conseguir desde esa noche.
¿Ayudaría? Se preguntó si el detective y el abogado le creerían.
Se metió la botella de bourbon entre las piernas cruzadas y
encontró su móvil en la sombra de las hojas. Con manos
temblorosas, llamó al detective James.

—James, —contestó Will.

—Soy Eric. Eric Kloiber. He recordado algo. —Eric soltó las 10


palabras arrastradas por el alcohol, pero esperaba que el detective
no pusiera eso en su contra.
Le llevó al detective un momento contestar. —¿Estás
borracho?

—Quizá... Sí, probablemente, pero no es por eso por lo que


llamé. Recuerdo a Jigger metiéndome en un coche.

—¿Dónde estás?

—Reserva Natural Twin Creeks. Estoy fuera de unos de los


senderos del final sur.

El detective suspiró. —Está haciéndose de noche. Quédate


donde estás iré a por ti.

Eric sacudió la cabeza. —No, no es por eso por lo que llamé. Si


necesitara que me llevaran, llamaría a Becket o a Jack. Solo quería
que supieras que recordé algo que podrías poder usar.

—Y lo haré, pero tu seguridad es mi primera prioridad. —El


ruido de una puerta de coche cerrándose sonó de fondo—. Estaré
allí en diez minutos.

Eric apoyó su cabeza en el árbol. —No quiero que me recojas.


No hay ningún sitio al que quiera ir. La idea de ver la lástima en los
ojos de mis amigos es suficiente para mantenerme aquí toda la
noche.

—Preocupación no es lo mismo que culpa, y no voy a dejarte


dormir en un maldito parque, —gruñó Will.

Eric le dio otro trago a la botella. Sorprendentemente, el


bourbon estaba empezando a bajar mucho más fácil. Por el tono de
voz del detective, Eric sabía que no podría disuadirlo. —Bien. Puedo
ver un puente desde aquí. ¿Quieres que me encuentre allí contigo?

—No. No quiero que estés cerca del agua si estás borracho.


Solo mantén tu culito donde está. Te encontraré. 11
La llamada acabó de repente, lo que no era sorprendente dado
la zona. Eric se metió el móvil en el bolsillo de su camisa azul de
vestir y cerró los ojos. No podía evitar sonreír tontamente. El
detective había llamado a su culo pequeñito. ¿Significaba que lo
había mirado antes? Eric no conocía a muchos hombres hetéro que
comentaran el tamaño del culo de otro hombre, lo que le hacía
creer que Will James era gay. —Guay.

Había crecido en un pueblo de solo cuatro mil habitantes, era


normal para Eric sentirse atraído por tipos héteros, infiernos, eso
era todo lo que había por allí. Por lo que no había caído en ello
cuando tenía esas familiares mariposas en el estómago cuando Will
estaba cerca suyo. Lo había anotado como otra atracción no
correspondida, pero si el detective era gay, eso ponía las cosas en
una perspectiva totalmente diferente.

La polla de Eric empezó a endurecerse, sorprendiéndole


incluso más. Desde la violación, su deseo sexual había sido casi
inexistente, no es que hiciera mucho con ello de todas formas, pero
solía tener una buena relación con su mano derecha. Después de
que le dieran el alta en el hospital, incluso masturbarse no le había
apetecido ninguna vez.

Eric alcanzó y se restregó con la palma el duro bulto en sus


pantalones. Lentamente se bajó la cremallera y alcanzó el interior,
suspirando por el primer apretón duro a su polla en años. Estaba
creando un fuerte orgasmo cuando el sonido de la voz de Will
destruyó el momento.

—¡Eric!

Mierda. Mierda. Mierda. Eric rápidamente soltó su polla y con


cuidado subió la cremallera. Podría estar más borracho de lo que
pensaba. —Estoy aquí, —gritó.

Vestido con un par de jeans descoloridos y una vieja sudadera


roja, Will dejó el sendero y se dirigió a Eric. Era la primera vez que
Eric veía al detective sin su habitual traje barato arrugado, y
maldición el hombre se veía bien. Bajó la mirada a sus pantalones 12
con tienda de campaña incluida y suspiró. La botella de whisky era
todo lo que tenía para esconder su condición. Agarró la botella y la
colocó contra su bragueta. Joder, la presión se sentía bien.

Will se detuvo y se dobló para colocar sus manos en sus


rodillas, cogiendo aire. Era obvio que Will había corrido todo el
camino intentando alcanzarlo. Algo con ese pensamiento calentó a
Eric.

—Realmente no tenías que venir aquí. Habría vuelto a la BK


finalmente.

Will se dejó caer junto a Eric. —Se supone que las


temperaturas bajarán esta noche.

Con su pequeño tamaño y solo su chaqueta prestada para


mantenerlo caliente, Eric sabía que habría estado en problemas si
se hubiera desmayado. —Oh, —fue todo en lo que pudo pensar.

Cuando Will extendió la mano hacia la ingle de Eric, este soltó


el aliento. Estuvo tristemente decepcionado cuando Will envolvió su
mano alrededor del cuello de la botella de Wild Turkey en lugar de
lo que orgullosamente se mostraba debajo.

Will se detuvo mientras alzaba la botella de la erección de Eric.


Apartó su cabeza después de varios segundos y colocó el whisky en
el suelo entre ellos. —¿Tienes el tapón?

¿En serio? Eric no podía creer que Will fuera a actuar como si
no acabara de estar mirando su erección. ¿Se había equivocado con
Will? Quizá el comentario del culo que hizo antes solo era una
broma. Eric miró alrededor, buscando ociosamente entre las hojas
multicolores que estaban en el suelo. Debería estar por aquí.

De nuevo, Will empezó a alcanzar a Eric pero apartó su mano,


obviamente pensándoselo mejor. —Creo que está al otro lado de tu
pierna.

Eric cogió el tapón y lo alzó. —Bueno, que quieres.

Will cogió el tapón y lo puso en la botella. —Entonces háblame


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de tu recuerdo de nuevo.
Eric casi se olvida de por qué había llamado a Will en primer
lugar. —Como dije, solo ha sido un flash. Recuerdo abrir los ojos y
ver el rostro de Jigger cuando me cargó en el coche.

—Supongo que no recuerdas nada más, como ¿dónde estabas,


o si ya habías sido violado?

Eric se mordió el labio y sacudió la cabeza. —No, solo a él. —


Recordó la expresión del rostro de Jigger—. No creo que estuviera
feliz. Tenía la mandíbula tensa como cuando los tipos se enfadan.
Will cogió la botella y se levantó. Extendió la mano hacia Eric.

—Vamos a salir de aquí antes de que cierren el parque.

Eric tomó la mano de Will. Evidentemente, el hecho de que


finalmente tuviera un recuerdo de esa noche significaba poco para
el detective. —Esto no va a ayudar con el caso, ¿verdad?

Will levantó a Eric y sacudió la cabeza. —Honestamente, no lo


sé. No será suficiente, pero quizá si tenemos suerte, empezaras a
recordar más cosas.

Habían pasado meses desde la violación y ni un solo recuerdo


había regresado a la mente de Eric. —Fue duro estar en el estrado
de los testigos y hablar sobre lo que pasó, quiero decir, ya sabes,
las partes que recuerdo. —Soltó el aire, oliendo el alcohol que había
bebido—. Sé que no es justo para ti o para el Sr. Long, pero no
quiero recordar exactamente lo que me pasó esa noche. —Eric se
metió las manos en los bolsillos delanteros y empezó a caminar
hacia el sendero.

—No quiero.

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Capitulo Dos

Will cerró la puerta del pasajero y caminó a la papelera más


cercana. Tiró la botella de whisky medio vacía y volvió al coche.
Como el típico borracho, Eric había pasado de cachondo a
deprimido en cuestión de minutos.

Deslizándose tras el volante, Will miró a su pasajero. El cabello


marrón de Eric que le llegaba a los hombros había caído por su
rostro, ocultando sus gruesas pestañas de la vista. Will se tomó un
tiempo para apreciar el delgado cuerpo de Eric. Al menos con su
repentino humor hosco la obvia erección de Eric había bajado. Bien.
Había sido demasiado tentador y extrañamente excitante. Eric era
el fruto prohibido que sabía que no podía tener, pero que deseaba
de todas formas.

—¿Quieres que te deje en la Casa BK o en el dormitorio? —


Will sabía que Eric había estado durmiendo en la antigua habitación
de Becket últimamente. Era una vergüenza que los otros
estudiantes del dormitorio de Eric le hubieran hecho pasar un mal
rato por su recientemente descubierta preferencia sexual, pero Will
estaba contento de que Eric hubiera encontrado un lugar en la Casa
BK.

—Ninguno, —masculló Eric.

—Tengo que llevarte a algún sitio.

Eric sonrió por primera vez desde que había empezado el


juicio.

—Puedes llevarme a tu casa. 15


—Tentador. —Se mordió el labio inferior, su mirada capturada
por Eric—. Realmente tentador, realmente, pero no puedo hacer eso
hasta que cerremos la investigación.

Eric se giró en el asiento. —¿Lo dices de verdad?

El humor en el coche se volvió serio, y Will fue pillado de


repente. Tanto como le encantaría atraer a Eric a sus brazos, no
podía. Pero, si fallaba en conseguir la evidencia que necesitaba para
condenar a Jigger, nunca sería capaz de hacer todas las cosas que
había estado soñando, porque en lo más profundo, sabría que Eric
nunca le perdonaría.

—Pregúntamelo de nuevo cuando metamos a Jigger en la


cárcel, —contestó finalmente Will.

—¿Por qué tenemos que esperar? Si me gustas y yo te gusto.


¿No es suficiente para ti?

Era más que suficiente, pero Will tenía que mantener su


cabeza fría. —Claro, es suficiente para mí, el hombre, pero soy el
jefe de la investigación y si el abogado de Jigger descubriera que
nos hemos estado viendo socialmente, echaría por tierra el caso.
Además, podría perder mi trabajo, y ser policía lo significa todo
para mí.

Eric echó la cabeza atrás y cerró los ojos. —En otras palabras,
Jigger me está jodiendo de nuevo.

Will apretó sus dientes de frustración. —El sistema no es


perfecto, pero ayuda más de lo que hiere. No te rindas, o Jigger
ganará.

Eric pateó el salpicadero de Will.

—Y no jodas mi coche, —añadió Will. Entendía por qué Eric


estaba frustrado, pero si Eric dejaba que sus emociones le
controlaran, le llevarían por el mal camino. Will intentó suavizar la 16
reprimenda extendiendo la mano. Apretó el hombro de Eric antes
de soltarlo.
—Ten fe en mí. Conseguiré lo que se necesite para atar este
caso tan bien que el jurado no tendrá nada que discutir.

Eric abrió sus ojos. —Espero que tengas razón, por qué no
creo que pueda pasar por esto de nuevo.

Aunque Eric todavía no se sentía cómodo por completo en la


Casa BK, era mucho mejor que vivir en el dormitorio con sus ex-
compañeros homófobos, Ira. Su nuevo compañero, Rusty Bonham,
era un estudiante de primer año, y demasiado nervioso para la paz
mental de Eric. Mono en una forma aniñada, Rusty raramente
hablaba y cuando lo hacía, su voz era tan suave que era difícil
entenderlo.

Eric entró en su habitación compartida y se quitó la chaqueta


prestada, esperando que Rusty no le preguntara por el juicio. Se las
había arreglado para entrar en la casa y subir las escaleras sin que
nadie le viera y quería tumbarse por el resto de la noche.

Rusty alzó la mirada de su libro de texto de física avanzada.


En serio, ¿qué estudiante de primer año se matriculaba para física
avanzada? No le había costado mucho a Eric descubrir que su
compañero de habitación era un cerebrito.

—Hola, —saludó Rusty.

Eric asintió, pero no habló. Quizá si se mantenía en silencio, le


daría a Rusty una pista de que no quería hablar. Colgó la chaqueta,
pero se dio cuenta de que necesitaría limpiarla antes de devolverla.
Rusty volvió a su libro de texto sin otra palabra, y Eric de repente 17
estuvo contento de tenerlo por compañero de habitación. Agarró su
toalla y su kit de afeitado y se dirigió al baño comunitario.

Todavía achispado, Eric esperó hasta cerrar la cortina del


pequeño vestidor de fuera de la ducha para desnudarse. Escuchó la
puerta del baño abrirse y rápidamente encendió el agua, esperando
evitar la conversación.

—Sé que estás aquí, —dijo Becket desde fuera de la cortina.

Eric se colocó bajo el chorro de agua y cerró la segunda


cortina, poniendo dos barreras de plástico entre él y Becket. Por
supuesto no le protegía de la voz de Becket, pero se sentía más
seguro sabiendo que Becket no podía verlo.

—Esto es un asco, —dijo Becket.

La sutileza del año. Eric derramó un buen chorro de jabón en


las palmas de su mano ante de ponerlas en su cuerpo. Su polla, la
cual había estado anhelando atención antes, ahora colgaba flácida
mientras se restregaba.

—No me voy a ir, —anunció Becket.

Eric rodó sus ojos. Becket era lo más cercano que tenía a un
verdadero amigo. Había tenido algunos compañeros en su pueblo,
pero siempre había mantenido el secreto de quien era realmente,
por tanto, nunca había pensado en ellos realmente como amigos,
solo gente con la que salir. Becket era diferente. No solo había
sufrido un ataque similar a manos de Jigger, uno que había
alcanzado a Eric como nadie nunca antes. Se lo debo.

—No quiero hablar de ello, —dijo Eric finalmente.

—Entonces, hablemos de otra cosa. ¿Dónde has estado esta


tarde?

—Emborrachándome en la Reserva Natural Twin Peaks. —Eric


intentó, de nuevo, hacer que su polla se interesara, pero falló. Se 18
rindió y se giró para lavarse el pelo.
—¿Con quién? —preguntó Becket.

—Solo. Bueno, un rato, luego llamé a Will.

—¿El detective James? —preguntó Becket—. ¿Por qué le


llamarías a él en lugar de a mí?

Eric acabó de lavarse el pelo antes de contestar. Apagó la


ducha y cogió la toalla del gancho. Después de secarse
rápidamente, Eric se puso unos pantalones de deportes y una
camiseta que le iba grande. Descalzo, apartó la otra cortina. No
quería hablar del caso, infiernos, en ese momento, no quería ni
pensar en él, pero sobretodo, no quería hablar de su atracción
hacia Will.

Eric decidió cambiar de tema sin contestar. —¿Tus hermanos


se han ido?

Becket sonrió. —Cade todavía estará en la ciudad hasta el


domingo si es lo que estás preguntando.

Eric se mordió el labio inferior. Había algo en el modo en que


el hermano mayor de Becket le miraba que encendía a Eric. Todavía
estaba lo bastante achispado para interesarse en el hecho de que
Cade estuviera todavía en la ciudad.

—Sí, supongo que eso es lo quería saber. —Pensó en Will, y un


sentimiento de culpa lo golpeó en las entrañas. No. Prácticamente
se había tirado hacia Will solo para ser rechazado por el
profesionalismo. Había perdido su virginidad, su familia y a la
mayoría de sus amigos por un violador, por lo que realmente no
tenía nada más que perder.

—¿Quieres su número? —preguntó Becket.

Eric caminó hacia el lavabo y empezó a peinarse. —¿Estas


ofreciéndome a tu hermano?

—Claro. Le gustas, puedo decirlo. No sé qué pasará. Le pidió el


19
divorcio a su mujer y se siente atraído por su mejor amigo, Scotty,
pero no creo que estén juntos todavía.

Al principio, Eric se desalentó por la idea de sustituir al mejor


amigo de Cade, pero rápidamente se dio cuenta de que Cade
sustituiría a Will, por lo que parecía tener sentido.

—Sí, dame su número.

Después de volver a su casa, Will se cambió sus jeans por


unos pantalones de pijama y se fue al sofá con una botella de
lubricante. Pasando los canales, dejó una vieja película de Cary
Grant.

Cuando se sacó la polla de los pantalones y derramó lubricante en


su mano, seguro que no pensaba en Cary Grant. Eric realmente le
había montado un numerito, y Will apenas había llegado a la Casa
BK sin saltar sobre el cuerpo del joven hombre.

Se pasó la mano por su longitud, reuniendo el pre-semen en


su pulgar con caricias a la cabeza cada vez que pasaba. Encuentra
la evidencia, cierra el caso, se dijo a sí mismo. Era algo extraño en
que pensar mientras un hombre se masturbaba, pero Will sabía que
no podía permitirse los placeres del cuerpo de Eric hasta que se
ocupara de su trabajo.

Bajando la pierna para colocar su pie en la mesa de café, Will


usó una mano para tocarse las bolas mientras con la otra acariciaba
su polla. Se imaginó a Eric entre sus piernas, lamiendo sus bolas y
chupando el pre-semen que se derramaba de su polla.
20
—Ahhh, joder. —No le llevó mucho tiempo explotar. El caso y
el juicio habían sido largos y agotadores y habían pasado siglos
desde que se preocupó por tirarse a alguien. No era que no
disfrutara de un lío de una noche, pero desde que conoció a Eric,
Will no había sentido ningún interés en otros hombres.

El hecho de que hubiera conocido a Eric después de su brutal


violación probablemente fuera enfermo y un poco pervertido, pero
había algo tan sincero y asustado en la mirada de Eric mientras
miraba a Will desde la cama de hospital que este no había sido
capaz de superarlo.

Eric esperó a que Cade le recogiera delante de la Casa BK.


Estaba más que nervioso y de repente preocupado por estar
cometiendo un error. A pesar de su anhelo por estar en los brazos
de otro hombre, realmente nunca había hecho algo tan deliberado.

Antes de que pudiera cambiar de idea y volviera a la casa, un


gran sedan se detuvo delante de él. Eric cogió aire ante la vista del
hermoso hombre tras el volante. Con la parte superior de su cuerpo
esculpido a la perfección por el trabajo exigente de un granjero,
Cade era jodidamente atractivo, y Eric sabía que sería un completo
idiota si dejaba pasar la oportunidad que tenía delante.

Decidido, Eric rodeó el coche y se deslizó en el asiento del


pasajero.

—Hey. Gracias por recogerme.

—Es un placer, —Cade contestó con una sonrisa en su rostro


bronceado por el sol—. Mis hermanos me estaban volviendo loco, y
esperaba verte de nuevo antes de que nos fuéramos.
21
Eric se abrochó el cinturón de seguridad mientras Cade bajaba
por la calle. —No planeaba ver a nadie, pero cuando Becket me
acorraló en el baño y me dijo que todavía estabas en la ciudad...

Cade estiró la mano y acarició la de Eric. —¿Qué te apetece


hacer?

Un número de ideas vinieron a la mente de Eric, pero una


parte de él estaba asustado de ellas. —¿Quieres pillar alguna
cerveza e ir al mirador de Summit Road?

—Claro, si me dices como llegar.

Eric apuntó a la intersección. —Ve a la izquierda. Hay una


licorería a un par de manzanas.

Cade giró en la esquina. —¿Alguna marca especial? —


preguntó, metiéndose en el aparcamiento.

—Soy un estudiante. Bebo lo que sea que esté mojado. —Eric


cerró su boca, avergonzado por lo que había dicho.

Riendo y sacudiendo la cabeza, Cade abrió la puerta del coche.

—Lo recordaré.

Eric miró el culo de Cade mientras entraba en la tienda. Los


vaqueros apretados le sentaban malditamente bien. Suspiró,
deseando que fuera el culo de Will. Eric golpeó con su cabeza el
asiento. No podía pensar así. Podrían pasar meses antes de que
tuviera una oportunidad con Will.

Con un pack de doce en la mano, Cade se acercó al mostrador


y habló cómodamente con el hombre tras la caja registradora. Eric
se preguntó, ¿Cade era tan amistoso por qué era de campo?
Cuando Will charlaba, siempre sonaba como un interrogatorio.

Eric tenía que esconder su estúpida sonrisa cuando pensaba


en el detective. Will, con su conducta gruñona y su profunda voz, 22
era por excelencia el poli que había llamado la atención de Eric.
Cade, por otro lado, era amable y sexy, y obviamente estaba
disponible, al menos para esa noche. Más importante, por lo que
Becket le había dejado creer, Cade acababa de salir del armario
recientemente, por lo que probablemente no era tan experimentado
como Will. Eric decidió que Cade era la persona perfecta para
enseñarle algunas cosas. Aunque hiciera el ridículo, Cade se iría, y
no estaría tan nervioso con Will cuando llegara el momento de
hacer su movimiento.

El asiento de detrás del conductor se abrió y Cade colocó la


cerveza en el suelo antes de colocarse tras el volante. —¿Dónde?

—Sal del aparcamiento por la izquierda y sigue por Hope


Springs y gira de nuevo a la izquierda para salir de la ciudad, —
indicó Eric. Encendió la radio y puso una emisora de country.

—¿Te gusta el country? —preguntó Cade, su voz llena de


sorpresa.

—Realmente no, pero supuse que a ti sí.

Cade rió y subió el volumen para cantar. —Tienes razón, me


gusta.

Mientras salían de la ciudad, Eric intentó estar del mismo buen


humor que Cade, incluso estuvo tentado de cantar la canción del
conocido Kenny Chesney. Cade pinchó a Eric en el brazo
juguetonamente. —¿No estudias música, verdad?

Eric contestó cantando más alto.

—Nop, ingeniería.

Era la primera vez desde que había sido violado que se sentía
como él mismo, sin gente mirándolo con preocupación y lástima, y
Eric sabía que se lo debía todo a Cade. —Gira ahí, —dijo apuntando
hacia una carretera estrecha de grava que llevaba a la parte alta de
una gran colina. No lo consideraría exactamente una montaña, pero
era bastante alta para ofrecer una vista increíble. 23
—¿Estás seguro que está bien estar ahí arriba? —Cade giró,
siguiendo las escarpadas curvas de la ruta serpenteante.

Eric se encogió de hombros. —No hay señales que digan que


no podamos.

—Oh mierda, —dijo Cade, aparcando en un claro—. Esto es


increíble. —Aparcó el coche a seis pies del borde y apagó el motor.

—Te lo dije. —Eric abrió la puerta y salió. Estiró sus brazos


sobre la cabeza y esperó a que Cade se le uniera—. ¿Crees que el
capó aguantara nuestro peso?

Pasándole a Eric una lata, Cade sacudió la cabeza. —Lo dudo.


Los coches ya no se hacen como antes.

Con un resoplido, Eric abrió su cerveza y se acercó al borde.


Entre el aparcamiento y el borde había un poco de hierba, bueno,
hierbajos, pero al menos era suave. —Siéntate.

Cade bajó el pack de cervezas y se sentó junto a Eric. Las


luces de la ciudad les iluminaban. Era difícil para Eric creer que el
mal seguía acechando a la vista de esa belleza.

—Hey, —dijo Cade, apretando la mano de Eric—. No te rindas.

Eric se apoyó contra Cade. —Sí, lo sé. —Alzó su cerveza y le


dio un largo trago. — No quiero que pensar en ello esta noche.

—Entonces no dejaremos que pase. —Cade colocó su brazo


alrededor de Eric, acercándolo más a su cuerpo.

Después de varios minutos, Eric reunió el valor de mirar a


Cade.

—Sé que tienes a alguien en casa.

Cade asintió. —Scotty. Me temo que podría haberlo arruinado.

—¿Cómo es eso?
24
—Esperé demasiado para enfrentarme a mi familia. —Cade
bajó la mirada y se encontró con la de Eric—. Scotty ha pagado el
precio de mi cobardía, y ahora no estoy seguro de que me acepte.

—Pero eso es lo que quieres, ¿verdad? —Eric se apartó del


abrazo de Cade y se sentó recto.

—Más que nada, —susurró Cade, más para sí mismo que para
Eric.

—¿Entonces, por qué estás aquí arriba conmigo? —Eric había


sabido antes de llamar a Cade que ambos tenían a alguien más con
quien preferían estar, pero quería asegurarse de que estaban en la
misma página.

—Soledad, supongo. ¿Tú?

—Igual, —estuvo de acuerdo Eric—. De alguna forma esperaba


que me enseñaras a besar. —Giró su cabeza para mirar las luces de
abajo—. Y a otras cosas.

Cade se estiró y tiró de Eric a su lado. —Vayamos de lección


en lección. —Selló sus labios sobre los de Eric y lentamente le llevó
a un profundo beso. Eric estaba sorprendido de cuán fácil era
aceptar la lengua de Cade en su boca. Cerró sus ojos y
tentativamente tocó con su propia lengua la de Cade.

Más feliz que en mucho tiempo, Eric no pudo evitar sonreír.


Claro, sabía que no era muy sexy y definitivamente se notaba su
inexperiencia, pero no podía evitarlo. Cuando Cade gimió y acarició
la lengua de Eric con la suya, Eric rió tontamente. Joder. No podía
creer que acabara de hacer eso.

Cade se apartó y retrocedió. —¿Qué es tan divertido?

Avergonzado, Eric sacudió la cabeza. —Nada, es...aarghh. —


Eric gruñó y rodó sobre su espalda. Miró las estrellas e intentó
explicarse—. No podía esperar a acabar el instituto y alejarme para 25
finalmente sentirme cómodo conmigo mismo. —Dejó que su voz se
apagara, todavía buscando las palabras correctas—. Este fue mi
verdadero primer beso.

Eric se giró hacia Cade, intentando evaluar la reacción de


Cade. Esperaba que fuera sin decir que no había tenido control con
lo que Jigger le había hecho. —Soy muy mayor para no tener
experiencia, ¿no?

De lado, Cade apoyó su cabeza en su mano. —Yo soy bastante


más mayor que tú y aunque tengo más experiencia, ese ha sido el
primer beso que he compartido con un hombre desde que era
adolescente. —Se inclinó y besó a Eric de nuevo, manteniéndolo
suave y gentil. Se apartó y frunció el ceño—. Sé que te obligaron a
salir del armario después de lo que pasó, pero quizá sea mejor así.
Yo estaba tan asustado por lo que pensaría mi familia que arruiné la
vida de tres personas porque no podía salir del armario para ellos.

Eric asintió entendiendo. Sentía mucho resentimiento por


cómo le habían quitado su vida y lo habían expuesto después del
ataque, pero quizá Cade tuviera razón. A pesar de su deseo de
entrar en la universidad como un orgulloso hombre gay,
inmediatamente se echó para atrás escondiéndose tras su reunión
con su deportista compañero de dormitorio. Como habrían sido sus
años de exploración fingiendo como había hecho en el instituto. —
Todo lo que siempre he querido es ser yo mismo, —admitió.

—Y ahora lo eres. —Cade apartó el cabello de Eric de su


rostro.

—Sí, pero a costa de mi familia y la mayoría de mis amigos, —


dijo Eric.

—Pero ahora tienes nuevos amigos y eres libre de encontrar a


alguien especial con quien compartir tu vida, —dijo Cade.

Eric estaba agradecido de que Cade no hiciera comentarios de


su estúpida familia de homófobos aunque Becket seguro que se lo
había contado. Sus pensamientos fueron hacia Will. Sería ingenuo
por su parte asumir que Will se convertiría en el amor de su vida. 26
—¿Con cuántos chicos a parte de Scotty has estado?
Cade sacudió la cabeza. —Nadie hasta esta noche.

—¿Entonces, por qué esta noche? —Un sentimiento de culpa


empezó a abrumar a Eric. Ninguno de ellos debería estar haciendo
esto, y aunque quería el contacto físico, la única persona que
realmente quería era a Will.

Cade suspiró y rodó sobre su espalda. —No lo sé. Supongo


que quería ver como se sentiría estar con otra persona. Tocar a otro
hombre sin sentir culpa.

Eric se sentó. Era obvio que los dos no iban a ir más allá del
beso caliente que habían compartido antes. —¿Y ahora que has
pensado en ello?

Cade se levantó y colocó sus manos en las caderas mientras


contemplaba la ciudad. —Eres un buen besador, experimentado o
no...

— Pero... —Eric dijo cuándo pareció que Cade no acabaría la


frase.

Cade se pasó las manos por su pelo corto, claramente


exasperado. —Han pasado años desde que besé a Scotty, pero
recuerdo que se sentía de alguna forma diferente. —Sacudió la
cabeza y se giró para mirar a Eric—. No fue la forma que besas,
por lo que sácate eso de la cabeza.

Sin experiencia, Eric no entendía. —¿Entonces, por qué era


diferente?

Cade se encogió. —Me gustas, pero amaba a Scotty, todavía lo


hago.

Eric extendió la mano y esperó a que Cade le ayudara a


levantarse. Se sacudió la suciedad de los jeans, sintiéndose triste y
avergonzado. —Creo que deberías ir a casa y hacer lo que sea 27
necesario para tenerlo de vuelta.
—Eso planeo, —estuvo de acuerdo Cade.

A Eric le encantó el beso que había compartido con Cade, pero


según Cade, se sentiría mucho mejor con Will. Su corazón empezó
a acelerarse solo de pensarlo. —¿Me harías un favor y me dejarías
en un sitio de camino al hotel?

—Por supuesto. —Cade ladeó la cabeza ligeramente, dándole a


Eric una mirada entrecerrada—. ¿A quién quieres besar realmente?
Eric se mordió el labio inferior. —Al detective James.

Cade frunció el ceño. —No sentí ninguna vibración gay de él.


¿Estás seguro?

Eric asintió. —No dejes que su ropa te engañe, a pesar de


esos trajes que lleva en el juzgado, es gay. Por desgracia, no me
pedirá salir hasta que Jigger esté tras los barrotes.

—Es un asco, pero tienes que entenderlo.

Después de alcanzar el maletero, Eric sacó otra cerveza y la


sostuvo. —¿Quieres una?

Cade aceptó la lata. —¿Te importa que te haga una pregunta


personal?

Eric rio y abrió una lata para sí mismo. —Acabas de tener tu


lengua en mi garganta, creo que puedo manejar una pregunta.

—¿Por qué fuiste al club de Fallon esa noche? Quiero decir,


pensaba que todavía estabas en el armario.

—Lo estaba, pero me pasé todo el verano regañándome por


mentir a todo el mundo. Volví a la universidad antes que mi
compañero de habitación y vi un anunció del club de Fallon, por lo
que decidí ir a por ello. —Fue la peor decisión que Eric había
tomado nunca. No iba a ir al club en primer lugar, lo que le
perseguía, sino el no haberse sentado en una mesa en lugar de en 28
la barra. Quizá si hubiera escuchado a sus instintos y se hubiera
mantenido en las sombras, Jigger nunca lo habría notado.
—Mierda.

—Sí, —estuvo de acuerdo Eric. En lugar de salir del armario, la


violación le había empujado a una pesadilla infernal de la que a
menudo pensaba que no se despertaría nunca.

—La parte realmente estúpida es que no creo que hubiera ido


a la policía si el hospital no los hubiera llamado. —Eric le dio un
trago a su cerveza—. A veces creo que Becket tuvo suerte.

—Creo que Becket estaría de acuerdo contigo. —Cade cogió el


pack de doce y lo colocó a su lado—. ¿Estás seguro de que quieres
que te deje en casa del detective?

—Sí, ¿no te importa? —Eric se acabó la lata de dos tragos más


y le pasó la vacía a Cade. Al menos había conseguido un talento de
esas estúpidas fiestas de fútbol a las que le llevaba su compañero
de habitación, Ira.

—Claro, no me importa. Solo que no quiero verte herido. —


Cade abrió la parte de atrás y colocó la cerveza dentro junto a las
vacías.

Eric abrió la puerta del pasajero y entró. Todavía no estaba


seguro de que le diría a Will. Supuso que lo pensaría mientras
bajaran de la montaña.

Eric se secó las manos sudorosas en los jeans antes de llamar


a la puerta pintada de rojo. Era casi medianoche y probablemente
debería darse la vuelta y volver con Cade, que todavía le esperaba 29
en la vereda.
Después de varios momentos, llamó de nuevo antes de mirar
por encima de su hombro. Por favor no me hagas parecer un idiota,
Will, rezó Eric.

La puerta se abrió y Will apareció, llevando nada más que un


par de pantalones de dormir finos, parpadeó varias veces. —¿Eric?

Eric se quedó sin habla mientras miraba el cuerpo musculoso


delante de él. Oh mi jodido dios. Antes de que pudiera reunir sus
pensamientos, la atención de Will cambió al coche aparcado delante
de su pequeña casa.

—¿Quién es? —preguntó Will.

—Cade, el hermano de Becket. Me trajo, —dijo Eric.

—¿Te trajo desde dónde? —la profunda voz de Will se hizo más
baja.

—¿Puedo hablar contigo? —Cuando Will no contestó


inmediatamente, Eric lo intentó una vez más—. ¿Por favor? No me
quedaré mucho, pero no quiero parecer un idiota delante de Cade.

Will retrocedió varios pasos y atrajo a Eric dentro de la casa.

—Despídete, —le dijo a Eric.

Eric alzó una mano en agradecimiento a Cade antes de cerrar


la puerta. Se giró para encarar a Will y se encontró con una mirada
entrecerrada. —Lo siento. ¿Estabas dormido?

—Es más de medianoche en una noche de trabajo, ¿qué crees?


—Will debió pensarse mejor lo de su voz gruñona porque suavizó su
expresión. Señaló al sofá—. Siéntate.

Eric se sintió más que un poco torpe mientras se sentaba. Era


obvio que Will no lo quería aquí, y si la vista del magnífico cuerpo 30
de Will no fuera lo bastante apetecible, Eric probablemente ya se
habría ido.
—Ahora dime que estabas haciendo con ese chico a estas
horas de la noche. —Will se sentó lo bastante lejos de Eric en el
sofá para que sus piernas no se tocaran y se cruzó de piernas.

El movimiento llamó la atención de Eric al considerable


paquete metido dentro de los pantalones de Will. Apartó su mirada
e intentó pensar. La pregunta tenía trampa. Si mentía, y Will lo
descubría, las cosas entre ellos estarían acabadas antes de que
empezaran, pero no tenía ni idea de cómo reaccionaría Will a lo que
Eric tenía que decir. —Estábamos hablando, —tragó, reuniendo su
valor— y estaba intentando enseñarme como besar.

Los ojos de Will se entrecerraron como meras rendijas. —¿Por


qué de repente necesitas que un extraño te enseñe a besar?

Eric se acercó más a Will. —Por qué no quiero quedar como un


idiota contigo, —admitió. Alzó su mandíbula, esperando que Will
pillara la indirecta.

En un suave movimiento, Will atrajo a Eric a sus brazos y lo


besó. A diferencia de Cade, Will no empezó gentilmente, ni pidió un
silencioso permiso antes de empujar su lengua dentro de la boca de
Eric.

Eric aceptó el beso dichosamente y se movió para montarse a


horcajadas en el regazo de Will. En segundos, su cuerpo se sintió
ardiendo mientras las grandes manos de Will empezaban a apretar
el culo de Eric. Joder. El beso estaba más allá de lo que Eric había
esperado. Empezó a mover sus caderas, restregando su endurecida
polla contra el abdomen de Will. Más. Darse cuenta de que estaba
cerca de conseguir todo lo que había soñado lo golpeó, y Eric
decidió ir a por ello. Se echó lo bastante para atrás para conseguir
meter su mano entre sus cuerpos, bajando todo el camino hacia la
polla de Will.

Will gimió en la boca de Eric mientras este envolvía su mano


alrededor de la erección que se presionaba contra los pantalones de 31
fino algodón de Will. Esta era de nuevo otra primera vez para Eric
mientras acariciaba la cabeza de la polla de Will con su pulgar.
Brevemente se preguntó si lo estaba haciendo bien, pero los
continuos gemidos de Will eran bastante respuesta.

Todavía batallando con la lengua de Will, Eric se las arregló


para desabotonar la bragueta del pijama de Will y alcanzar el
interior. Palabras sucias sonaron en la mente de Eric mientras
tocaba la polla de otro hombre por primera vez. Piel con piel, la
polla de Will era más que impresionante, con sus gruesas venas y
los montones de pre-semen derramándose de la punta.

Will de repente echó su cabeza atrás, rompiendo el beso. —


No, —dijo, sacudiendo la cabeza. Empujó a Eric al sofá y se levantó
antes de meter su dura polla de nuevo en sus pantalones—. Te lo
dije antes, no podemos hacer esto, todavía no.

Eric se lamió sus hinchados labios. —¿Quién lo va a saber? —


Se levantó e intentó volver a los brazos de Will, pero este lo
mantuvo a distancia—. Por favor, no me alejes.

—Sé que no lo parece, pero honestamente esto es por el bien


de ambos. Solo se necesita una persona para que cuente qué
estabas haciendo en mi casa después de medianoche para echar
por tierra toda la investigación. —Will alzó sus manos de los brazos
de Eric y las llevó a su rostro—. Ve a casa, Eric.

—No me quiero ir, —dijo Eric.

—Lo sé, pero la química entre ambos no es algo que haya


experimentado alguna vez, y no puedo tenerte alrededor ahora. —
Will se inclinó y besó la frente de Eric—. Y para que conste, no
quiero que vuelvas a ver a ese tipo de nuevo. Sea o no un buen
profesor, no lo necesitas, porque ese fue un beso impresionante.

El cuerpo de Eric todavía estaba hipersensible por cada caricia


que le daba y cuando fue atraído a un abrazo, pudo sentir la
erección de Will presionándose contra él. —¿Cuánto tendré que
esperar?

—No lo sé, pero te prometo que me esforzaré para encontrar


32
la evidencia que necesitamos para meter a ese gilipollas tras las
rejas.

El cuerpo de Will se sentía tan bien para Eric que no quería


irse, por lo que siguió con la conversación, esperando distraer a
Will.

—¿Sabes que algunas drogas te hacen ser un adicto solo


probándolas una vez?

—Sí, —contestó Will.

—Creo que tú eres así para mí. —Maldición, a pesar de todo lo


que había ocurrido y todo lo que tenían en su camino, Eric estaba
determinado a que Will fuera su primer amante consentido. Se
mordió el labio inferior. Antes, se había preguntado si sería posible
tener una relación duradera con su primero, y ahora la respuesta
parecía más importante para él que antes.

—Siento escuchar eso, porqué vamos a tener que dejarte con


el mono, al menos por un tiempo. —Will retrocedió y caminó hacia
la puerta delantera—. Odio la idea de que regreses solo, ¿hay
alguien en quien confíes que pueda recogerte?

Eric sacudió la cabeza. —El único amigo de verdad que tengo


es Becket, y estoy seguro de que ahora está durmiendo.

Will se restregó la nuca. —Te llevaría, pero no podemos


arriesgarnos a que alguien me vea dejarte allí—. ¿Debería llamar a
un taxi?

—BK está solo a seis manzanas de aquí, puedo caminar. —El


pecho de Eric se tensó ante la idea de estar solo en las oscuras
calles vacías, pero no quería quedar como un bebé—. No es
problema, —le aseguró a Will.

Antes de que Eric llegara a la puerta, Will le agarró del brazo.


—Haznos a ambos un favor e intenta permanecer alejado de mí
hasta que esto acabe. No quiero tener que pasar por esto de 33
nuevo.
Si Will quería o no que sonara como sonó, sus palabras
hicieron que toda la esperanza y deseo que Eric había sentido
momentos antes agriaran sus entrañas. Miró a Will, pero no podía
estar de acuerdo con su decisión. Sin una palabra, dejó la pequeña
casa de Will y cerró la puerta tras él.

Con su cabeza alta, Eric miró a la Casa BK. Había caminado


dos bloques cuando escuchó un ruido que venía de un patio, en las
oscuras sombras. Deteniéndose, se quedó tan quieto como le fue
posible y esperó a escuchar el sonido de nuevo. Después de varios
momentos, se giró y empezó a correr.

Aunque no escuchó nada más, los pelos de su nuca seguían de


punta. Por alguna razón no podía alejar la sensación de que estaba
siendo observado. La última manzana la hizo a toda velocidad, y
para cuando buscó la llave de la puerta principal en su bolsillo,
estaba sin aliento.

Lo último que quería era pasarse el resto de su vida asustado


de la jodida oscuridad.

34
Capitulo Tres
Will entró en la comisaría llegando casi una hora tarde para el
trabajo. No podía culpar a Eric por haberse dormido, porque a
pesar de lo que le había dicho a Eric la noche anterior, no había sido
capaz de relajarse lo suficiente para hacer otra cosa que no fuera
estirarse en la cama y mirar al techo. Su inquietud fue peor
después de la visita nocturna de la noche anterior y el subsiguiente
beso y la sesión de restregarse con Eric.

—¡James! Entra aquí, —el capitán Vince Prater gritó antes de


que Will pudiera sentarse.

—Mierda, —Will masculló. Raramente su capitán hablaba con


él directamente, por lo que ser llamado a su oficina no era bueno.
¿Era posible que alguien hubiera visto a Cade dejando a Eric en su
casa? Con un gruñido, Will se preparó para la bronca que
seguramente vendría como resultado de ese tipo de delito.

Entró en la oficina y se quedó en la puerta. —¿Sí, señor?

—Cierra la puerta, —ordenó Prater.

El hecho de que no le pidiera que se sentara era otra mala


señal. Will hizo lo que le dijo y se apoyó contra la puerta cerrada.

—Byron Long no parece muy feliz con como salieron las cosas
ayer, —empezó Vince.

—No debería. —Will se negaba a poner excusas, pero no iba a


quedarse la culpa—. Fuiste tú quien me apartó porqué sentías que
estaba perdiendo tiempo en un caso que se cerraría fácilmente.
35
El capitán Prater se pasó los dedos por su corto bigote gris. —
Byron me dijo que la evidencia física era bastante para encerrarlo.
Como eres consciente, este departamento ha sufrido los mismos
cortes de presupuesto que otros de la ciudad. Mi trabajo es
asegurarme de llevarlo eficientemente, pero si tienes alguna
objeción por mis órdenes, deberías decirlas en el momento.

—Valoro tus órdenes, y no acostumbro a discutir con mis


superiores, señor. —Era un juego, y Will lo sabía, peor, se había
vuelto muy bueno jugándolo. Vince necesitaba distanciarse de la
cagada y parecía que Will acabaría mal si no conseguía algo para
Byron—. Pero si quieres que continúe indagando en el caso,
definitivamente lo haré con gusto.

—Sin horas extras esta vez, James, —advirtió Vince.

Will asintió entendiendo. —Empezare enseguida.

Will dejó la oficina del capitán y se detuvo en la cafetera de


camino a su escritorio. El lodo encajaba perfectamente con su
humor y se puso una gran taza. Sentado en su escritorio, encendió
su ordenador y esperó a que el viejo equipo volviera a la vida.

A pesar de lo que el capitán le había ordenado, no había


manera de reunir la evidencia que necesitaba en su horario normal
de trabajo, especialmente ya que sabía que tendría que viajar a
Loveland, Colorado, si realmente quería empezar desde el principio.

Antes de ser conocido como Jigger, Paul Williams había pasado


sus primeros dieciocho años de su vida en la misma ciudad, y
aunque los padres de Jigger ya no estaban vivos, Jigger
seguramente habría dejado algún tipo de rastro atrás.

Will le dio un sorbo a su café antes de mirar los registros de


viviendas, buscando los vecinos que podrían estar todavía en la
zona. Tuvo suerte, podría ser capaz de hacer una entrevista
telefónica.

No le llevó mucho tiempo exasperarse. Aunque la familia de 36


Williams había vivido en la misma casa durante años, la mayor
parte del barrio consistía en apartamentos y casas de alquiler.
Mierda. La búsqueda no sería tan fácil como había esperado, pero
estaba determinado a hablar con alguien, cualquiera, que recordara
a Paul Williams.

Con una botella de Wild Turkey discretamente bajo su


chaqueta, Eric entró a la casa y subió las escaleras hacia su cuarto.
Abrió la puerta y estuvo aliviado de ver la habitación vacía para
variar.

¡Sí!

Aunque nunca había dicho una palabra, era obvio que Rusty
no aprobaba el nuevo hábito de Eric de beber. Qué pena, pensó
Eric. No le hago daño a nadie. De una forma u otra, siempre se las
arreglaba para acabar sus deberes, y nunca se perdía una clase,
por lo que ¿cuál era el problema?

Eric se quitó los zapatos y agarró su portátil, manteniendo la


botella de whisky a su lado. Puso su página porno favorita y
destapó la botella. Habían pasado tres días desde que había besado
a Will, y la libido de Eric estaba haciendo horas extras.

Se bajó la cremallera de los jeans antes de bajarlos, junto a su


ropa interior, hasta medio muslo, dejando su flácida polla expuesta.
Empezó a mirar los nuevos vídeos subidos, buscando algo en
particular.

—Lo tengo, —dijo, haciendo clic en un link de un video de un


hombre dándole a la cabeza de otro. Colocó su portátil entre sus
piernas separadas y envolvió su mano alrededor de su polla. Con
un firme agarre, empezó a masturbarse, parando solo lo bastante 37
para abrir la botella de whisky y darle un trago.
Desde que tocó la polla de Will, Eric se había masturbado al
menos cuatro veces al día. No había estado bromeando cuando le
dijo a Will que era adicto. Había veces en las que pensaba que
agotaría su polla antes de tener la oportunidad de usarla
apropiadamente.

Treinta minutos, un tercio de la botella de Wild Turkey y dos


orgasmos más tarde, Eric estaba sintiéndose definitivamente mejor.
Estaba satisfecho cuando se escuchó que el pomo de la puerta
giraba.

—¿Eric? —Rusty llamó a través de la puerta cerrada.

—Mierda, —Eric gruñó y tiró su trapo de semen bajo el


colchón.

Se levantó y se subió los pantalones antes de cerrar el portátil.


Lo malo de tener un compañero de cuarto era la incapacidad de
disfrutar completamente el después.

Para cuando abrió la puerta, Rusty tenía el ceño fruncido, o ¿la


mirada de desdén de su compañero de cuarto tenía más que ver
con la botella en su mano? —Lo siento, —se disculpó Eric.

Rusty, con sus ciento diez libras, entró en la habitación y


colocó sus libros en su escritorio. —Apesta.

A Eric le gustaba el olor del semen, whisky y sudor, pero sabía


que no todo el mundo compartía su opinión. —Iré a buscar algún
ambientador, —se ofreció.

—No te molestes, tengo el mío. —Rusty abrió un cajón y sacó


una gran lata de spray desinfectante.

Fantástico. En lugar de oler a hombre, el lugar olería a


esterilización de hospital. Eric movió sus brazos, cubriéndose de la
nube que Rusty lanzó. —¡Compañero! 38
Rusty se encogió y guardó la lata en el cajón. —Necesito
estudiar.

—Es viernes por la noche, —le recordó Eric.

Rusty puso los ojos en blanco. —Como puedes disfrutar bien


del fin de semana teniendo tus deberes sin hacer en primer lugar,
no lo entiendo.

Eric colocó su portátil en su escritorio antes de irse a la cama.


—No has visto a Becket abajo, ¿verdad?

—Estaba en el comedor. —Rusty no se molestó en alzar la


mirada de su libro de texto—. Jack hizo pollo frito. —Finalmente
miró a Eric—. Estaba bueno, pero creo que tú te bebiste la cena en
su lugar. —Suspiró dramáticamente antes de mascullar—. De
nuevo.

—Ya sabes, quizá si no fueras un idiota tan estirado y


realmente bebieras de vez en cuando, tendrías amigos con los que
pasar tu tiempo en lugar de estar siempre estudiando, —bromeó
Eric.

—Sí, porque eso de beber te funciona muy bien. ¿Qué tienes,


un amigo y ni siquiera sabes dónde está? Claro, quiero ser como tú.
—Rusty cerró su libro y se levantó—. Creo que iré a ver si hay una
sala de estudio vacía.

Eric colocó la botella en el escritorio, el cual también servía de


mesilla de noche, y cerró sus ojos mientras la puerta se cerraba de
golpe. —Mierda, —masculló.

Solo, se sentía tan solo todo el tiempo, lo cual sabía que era
por su culpa. ¿Por qué tenía que estar pillado por Will? ¿Por qué no
podía ser como cualquier otro estudiante universitario e ir tras
cualquier cosa que tuviera dos piernas?

Con la mente clara, Eric alcanzó su móvil y buscó en sus


contactos antes de darle al de la persona con la que necesitaba 39
hablar.
—Hey, —contestó Will—. ¿Todo bien?

—Realmente no. Me preguntaba si podrías encontrarte


conmigo en algún sitio, ¿dónde nadie nos vea juntos? —Eric
aguantó la respiración, esperando la repuesta de Will.

—Estaría tentado si estuviera en la ciudad, pero estoy en


Colorado.

—¿Fuiste de vacaciones? —Eric no podía creer que Will se


fuera así.

—Más quisiera. No, estoy buscando antiguos vecinos de Jigger.


En mi tiempo libre, debería añadir, por lo que espero tener más
suerte de la que tuve hoy.

Parecía que no importaba de qué hablara Will, el efecto de su


voz en Eric era predecible. Eric se ajustó la polla. —¿Quieres tener
sexo telefónico?

Will rio. —¿Has tenido antes alguna vez sexo telefónico?

—Infiernos no, —admitió Eric—. Nunca he tenido sexo estando


consciente, pero he estado viendo mucho porno últimamente, y
estoy seguro de que cuando estés listo... —Su voz se fue apagando
antes de quedar como un idiota.

—El porno es divertido para mirarlo de vez en cuando, pero no


siempre es como son las cosas realmente.

—¿En serio? ¿Qué es diferente? —Eric abrió su botella de


whisky mientras esperaba la respuesta. Tenía que admitir que
disfrutaba de los suspiros exasperados de Will.

—Bueno, por una parte, después de correrte, se necesitan más


de un par de minutos para recuperarse antes de ponerte duro de
nuevo.

Eric pensó en sus dos orgasmos de antes, pero decidió no


40
mencionarlo. Dio otro trago. —¿Y?
—¿Estás bebiendo? —preguntó Will.

Pillado con la mano en la masa, Eric colocó la botella en el


escritorio. —Ahora no.

—Pero lo has estado, ¿verdad?

—Es viernes por la noche, —le recordó Eric a Will—. La mitad


del campus está bebiendo.

—Sí, y me importa una mierda lo que hagan los demás, me


preocupo por ti porque me gustas, y emborracharte solo en tu
habitación es...

—Patético, —acabó Eric por él.

—No, peligroso.

—¿Cómo me voy a poner en peligro? —preguntó Eric.

—La gente borracha no toma sabias decisiones.

Eric empezó a preguntarse si salir con un hombre mayor era


realmente lo que quería. —No necesito un padre, Will. Te llamé
porqué te echaba de menos.

—No intento parecer tu padre, pero he sido poli durante


mucho tiempo, y he visto lo que demasiado alcohol puede hacer. —
Will soltó una larga respiración—. Maldición, Eric, me preocupa lo
que pueda pasarte.

Eric se mordió la lengua. Quería discutir, pero reconoció que la


ira que tenía dentro no tenía nada que ver con la advertencia de
Will, sino con la sensación abrumadora de impotencia que
amenazaba con ahogarlo cada día. El whisky ayudaba, pero a
menos que bebiera suficiente para dormirse realmente nunca
ayudaba a pasar la noche sin despertarse con sudor frío. 41
—¿Eric? —dijo Will.
—¿Has encontrado algo? —preguntó Eric.

—Una mujer mayor que recordaba a Pauly -como ella lo


llamaba, no yo- de su antiguo barrio. Dice que era un buen chico
que solía ser ingenuo. Supongo solía ir con los chicos mayores y le
hacían hacer el trabajo sucio, pero según ella, tenía un gran
corazón cuando los otros chicos no estaban alrededor. Por
desgracia, una afirmación como esa podría explicar al jurado
porqué Jigger fue pillado conduciendo un coche robado cuando
todavía estaba en el instituto.

—Por lo que era un buen chico que se metió en problemas.


¿Qué demuestra eso? —Eric se negaba a ver las cualidades
positivas del hombre que lo drogó y violó—. Quizá tengas suerte y
te encuentres con su profesora de parvulario.

—Cuidado, —dijo Will—. Sé que estás molesto, pero me he


gastado mucho dinero para venir aquí.

Eric cerró fuertemente los ojos y rodó de lado. Se abrazó las


piernas contra el pecho y apretó el teléfono en su mano. —Lo
siento. Desearía poder culpar al Wild Turkey, pero creo que es más
que eso.

—Es comprensible, —dijo Will—. Pero será mejor que empieces


a confiar en mí si realmente quieres verme cuando esto acabe.

—La confianza es difícil para mí en estos días, pero lo


intentaré, —confesó Eric.

—Mientras tanto, por favor deja de beber.

—Solo si me prometes que me llamarás cuando vuelvas a la


ciudad.

—Estaré en casa para el domingo por la tarde.

—¿Entonces te encontrarás conmigo? —preguntó Eric.


42
—Ya veremos.

Después de hablar con Will, Eric se sintió como una mierda por
sacar a Rusty de la habitación. Estaba de camino a buscar a su
compañero de habitación cuando se encontró con Becket en el
pasillo.

—Hey, me preguntaba si estabas por aquí, —dijo Becket.

—He estado en mi habitación.

Becket ondeó su mano delante de su cara. —Bebiendo,


supongo.

Eric se encogió. —¿Qué pasa?

—Pensé que quizá querías ir a ver una película. Se suponía


que Locky me llevaría a ver la nueva de Batman, pero está liado
con un drama de uno de primer curso abajo, por lo que me sugirió
que te lo pidiera a ti.

Eric nunca había sido muy fan de Batman, pero entendía el


atractivo de Christian Bale. —Dame cinco minutos, y me encontraré
contigo abajo.

—Bien.

Eric volvió a su habitación y se puso su camiseta favorita, y


metió sus pies en unas zapatillas de deporte. Su mirada aterrizó en
la botella de whisky y se detuvo lo suficiente para poner la tapa y 43
esconderla en su armario antes de coger su cartera y llaves.
Bajó en un minuto y buscó a Becket. Finalmente lo encontró
en la gran sala de juegos hablando con Chase. —¿Qué pasa?

Becket y Chase miraron por encima de sus hombros a una de


las salas de estudio. —Charlie y Locky llevaron allí a Rusty por
algún tiempo de encuentro o algo y se volvió loco, gritando y eso.
No sé qué le pasa, pero debe de ser serio.

La culpa se situó en las entrañas de Eric. —Se enfadó conmigo


antes por beber en la habitación, —admitió Eric.

Becket sacudió la cabeza. —No, no creo que sea algo tan


simple como eso. Locky y yo estábamos arriba echando una siesta
cuando Charlie lo llamó. Creo que es algo que tiene que ver con sus
padres.

—¿Deberíamos traer a uno de sus amigos o algo? —preguntó


Eric.

Chase y Becket se miraron, pero fue Chase quien contestó. —


Nunca lo he visto con nadie en particular.

—Vamos, tiene que tener a alguien con quien hablar, —discutió


Eric.

—El profesor Ryan, pero es su consejero. No sé si habla de


algo más que la universidad. Infiernos, no sé si Rusty alguna vez
habla de algo que no sean matemáticas o ciencias. —Becket se giró
hacia la puerta—. Si vamos a ver la peli, deberíamos irnos. Chase
también viene.

Aunque Eric no era cercano a Rusty, no podía dejarlo sin


intentar hacer algo por ayudar. —Sabéis qué, id, creo que me
quedaré para ver si Rusty necesita algo.

Chase silbó. —¿Dejando a Christian Bale por Rusty? Estoy


impresionado. 44
En un inesperado movimiento, Becket envolvió su brazo
alrededor de los hombros de Eric y le dio un apretón. —Y yo.

Eric recordó el modo en que Rusty le dio el espacio que


necesitaba después del juicio nulo y no le había preguntado
ninguna vez nada de lo que había pasado. Se encogió y se apartó
de Becket. —Soy su compañero de habitación. Es lo correcto.

—Sí, —estuvo de acuerdo Becket—. ¿Quedamos mañana?

—Claro. —Eric esperó a que Becket y Chase se fueran antes de


acercarse a la puerta cerrada. Llamó suavemente y esperó.

Locky abrió la puerta lo bastante para sacar la cabeza. —¿Sí?

—¿Hay algo que pueda hacer? —preguntó Eric.

Locky alzó un dedo. —Solo un segundo. —Miró por encima de


su hombro y habló con los otros en la sala antes de unirse a Eric—.
Por desgracia, no creo que haya nada que se pueda hacer
realmente para ayudar a Rusty ahora. Sus padres murieron en un
accidente de coche esta noche.

Eric se arrepentía de no haber intentado conocer mejor a


Rusty a parte de saludarlo por aquí y por allí. —Pero, estábamos
arriba y no dijo nada sobre ello.

—No lo sabía. La policía sintió que sería mejor pasarle la


información a Rusty en persona, por lo que llamaron a Charlie.

Eric intentó pensar en un modo de ayudar a su nuevo


compañero de habitación. —Chase me dijo que Rusty habla mucho
con el profesor Ryan. ¿Crees que debería intentar llamarlo?

Locky miró a la puerta cerrada. —No lo sé... quizá. Ahora


apenas habla con nadie. —Se restregó la mandíbula—. Déjame
preguntarle.

Mientras Locky volvía a la habitación y hablaba con Rusty, Eric 45


agarró los números de teléfono del campus de la gran mesa que la
mayoría de los chicos usaba para estudiar o jugar. Hizo una
búsqueda rápida del profesor Ryan, pero nada. Bajo el listado del
departamento de Ciencias, encontró el nombre del profesor Adam
Ryan y el número de su oficina, pero no mencionaba ningún
número fuera del campus.

Locky se reunió con Eric y sacudió la cabeza. —Rusty dice que


Ryan no tiene móvil, pero que normalmente puede encontrarlo en
el laboratorio.

—¿A esta hora de la noche? —preguntó Eric. ¿Era posible que


Rusty hubiera encontrado a su pareja en el departamento de
ciencias?—. ¿Sabe dónde vive el profesor Ryan?

Locky alzó sus hombros. —Todo lo que dijo es que


probablemente está en el laboratorio trabajando con el profesor
Corto Delgado.

Eric soltó aire en frustración. —Vale. Iré al edificio de ciencias


y veré si puedo encontrarlo.

—Gracias, —dijo Locky—. La mención del nombre del profesor


fue el primer signo de vida que Rusty exhibió desde que había
hecho pedazos la sala.

Eric fue corriendo hasta la mitad de camino del edificio de


ciencias antes de ponerse a caminar. Maldición, no debería haber
bebido tanto. Estaba casi en el edificio de artes cuando escuchó un
ruido a su izquierda, lo que no era del todo extraño en un campus
universitario, por lo que no le prestó demasiada atención.

No fue hasta que los pasos parecieron seguir el ritmo de Eric y 46


su dirección que se preocupó. Miró alrededor, poco iluminado por
unas luces pequeñas, y gritó: —¿Quién está ahí?

Después de varios segundos, una voz de hombre vino de las


sombras, y la respiración de Eric se congeló en sus pulmones.

—Necesito hablar contigo.

Con sus manos apretadas en puños, Eric sacudió la cabeza. —


¡Mantente alejado de mí!

Eric no le dio a Jigger la oportunidad de acercarse más. A


pesar de su anterior fatiga, la adrenalina corrió a través de él
haciendo que hiciera un rápido sprint hacia su destino. Por favor
que esté abierta. Por favor que esté abierta, rezó silenciosamente
mientras alcanzaba el edificio de ladrillos.

Subiendo los escalones corriendo, la mano de Eric se cerró


alrededor de la manija y tiró. Casi llora cuando la puerta se abrió
inmediatamente. Un guarda de seguridad, sentado a la derecha en
el edificio, se levantó sorprendido.

—El... hombre que... me violó... está ahí fuera, —dijo Eric


entre jadeos. Se apoyó en la pared y se dobló para colocar sus
manos en las rodillas, intentando no caer al suelo—. Llama a la
policía.

El guardia saltó a la acción. Agarró el móvil y llamó a la


seguridad del campus mientras salía deprisa del edificio. Eric sacó
su propio móvil y llamó a Will.

—Creía que ya estarías dormido, —contestó Will.

Todavía respirando pesadamente, Eric le pidió a su cuerpo que


se deslizara por la pared al suelo. —Los padres de Rusty murieron,
por lo que estaba cruzando el campus para ir a por el profesor Ryan
y escuché un ruido, pero no era ningún ruido porque lo siguiente
que supe era que escuché la voz de Jigger diciendo que necesitaba
hablar conmigo. Corrí al edificio de ciencias y el guarda está fuera 47
intentando encontrarlo, —relató rápidamente, apenas respirando
entre frases.
—¿Cuán cerca estaba? —preguntó Will, su voz volviéndose
más grave.

—No lo sé. ¿Qué tiene eso que ver?

—Porque se le ha ordenado permanecer al menos a quinientos


pies de distancia de ti. Es lo primero que los polis preguntarán.

Eric se secó el sudor de la frente. —Bueno, discúlpame por no


tener un jodido metro. Todo lo que sé es que está ahí fuera.

—Mierda, —maldijo Will—. Vale, lo más importante es que


estés seguro. Solo asegúrate de no dejar el edificio sin un escolta.
Con suerte, la policía encontrará a Jigger y lo pillarán.

—¿Entonces qué? —preguntó Eric.

—Tienes que ir a la comisaría y denunciarlo. Llamaré a un


compañero mío y veré si puede ir. Cuando llegues allí, pregunta por
el detective Riggs.

Eric de repente recordó la razón por la que había cruzado el


campus. —Vale, pero primero necesito subir y encontrar al profesor
Ryan.

—No dejes el edificio sin un escolta, ¿me oyes?

A diferencia de la anterior advertencia de Will, Eric podía sentir


la protección en las palabras de Will. —No te preocupes por eso. No
hay forma de que salga sin alguien con un arma a mi lado.

—Eric, —dijo Will después de unos momentos de silencio—.


Desearía estar ahí para ti.

Eric sonrió. —Sí, también desearía que lo estuvieras, pero sé


que lo que estás haciendo es importante.

—Vamos a conseguir encerrar a ese tipo un largo tiempo, solo


48
ten fe.
—La tengo. En ti, —añadió Eric.

Le llevó a Eric varios minutos encontrar el laboratorio que el


profesor Ryan compartía con el Profesor Corto Delgado, pero
finalmente llegó a la pesada puerta de hierro con los nombres de
ambos hombres. Llamó con el puño, esperando que el profesor
Ryan estuviera realmente trabajando y no en casa.

Eric llamó dos veces más antes de girarse para irse. Solo había
dado unos pocos pasos cuando la puerta se abrió.

—¿Sí? —preguntó un hombre, asomando la cabeza por la


puerta.

—¿Profesor Ryan? —preguntó Eric. Nunca había conocido al


profesor de microbiología avanzada pero el hombre no se parecía
para nada a los profesores que él tenía en el departamento de
ingeniería.

Vestido con unos jeans desteñidos y una apretada camiseta


blanca, el cabello corto del profesor Ryan estaba de punta en
extraños ángulos como si se acabara de despertar. — Sí. ¿Puedo
ayudarte?

—¿Mi nombre es Eric? ¿Vivo en la Casa BK? —Eric no tenía ni


idea de porqué hablaba haciendo preguntas. Quizá era por el sexy
profesor despeinado mirándolo—. Los padres de Rusty Bonham han
muerto en un accidente de coche esta noche y eres la única
persona con la que parece querer hablar.
49
La expresión del profesor Ryan se nubló, haciendo que Eric no
pudiera leerlo. Eric decidió intentarlo de nuevo. —¿Hay alguna
forma de que pueda volver conmigo a BK y hablar con él, quizá
ayudarlo con el shock?

—Sí, por supuesto. Un momento, por favor. —El profesor Ryan


volvió dentro del Laboratorio y cerró la puerta.

Eric se metió las manos en los bolsillos y se apoyó contra la


pared, preguntándose cuanto se suponía que tenía que esperar.
Tenía que tratar con sus propios problemas, pero cuanto más se
quedara dentro, seguramente la seguridad del campus atrapara a
Jigger.

La puerta se abrió de nuevo y el profesor Ryan salió al pasillo.


Había cambiado su blanca bata de laboratorio por una chaqueta
vaquera. —Lo siento. Tenía que contarle a Manuel lo que había
pasado.

¿Manuel? Aunque Eric nunca había escuchado el nombre,


asumió que debía de ser el del profesor Corto Delgado. Eso de los
dos apellidos Eric nunca lo entendía. Mientras caminaban hacia las
escaleras, Eric sintió que era correcto que el profesor supiera lo que
pasaba.

—No sé si Rusty te habló de mí, pero fui violado antes de que


empezara el semestre.

El profesor Ryan asintió. —Lo mencionó.

—Sí, lo suponía. —Eric odiaba el hecho de que su violación


todavía fuera algo de lo que la gente del campus hablara—. De
todas formas, mientras venía, el hombre acusado de violarme me
seguía. Ahora la policía del campus está intentando encontrarlo.

El profesor Ryan dejó de caminar. —¿Entonces todavía está ahí


fuera?

Eric asintió. 50
—Espera un minuto. —El profesor Ryan corrió de vuelta al
laboratorio y pasó su tarjeta de identificación. La puerta se abrió y
desapareció dentro una vez más.

Cuando la puerta se abrió de nuevo, un increíblemente tipo


caliente seguía al profesor Ryan. Manuel Corto Delgado. Eric dejó
que el sexy nombre pasara por sus pensamientos mientras se
tomaba un momento para fantasear con el profesor.

—Manuel está mejor equipado para tratar con tu atacante, si


es necesario, —anunció el profesor Ryan.

No jodas. El profesor Corto Delgado definitivamente tenía una


mirada letal para él. Aunque sus músculos no eran enormes, eran
definitivamente prominentes bajo la camisa de vestir, la que Eric se
dio cuenta de que estaba mal abotonada.

El profesor Corto Delgado simplemente asintió en acuerdo y


los siguió de cerca hacía el pasillo de abajo.

Eric miró por encima de su hombro mientras cruzaban las


puertas principales. No estaba seguro de si el español hablaba
inglés o no.

—Después de que volvamos a la Casa BK, necesito ir a la


estación de policía local para hacer una denuncia contra Jigger. ¿Te
importaría llevarme?

El profesor Corto Delgado alzó una ceja interrogante. —


Entonces quizá será mejor conducir. —Sin otra palabra, giró a la
izquierda por un pasillo que llevaba al aparcamiento de la facultad.

Eric miró al profesor Ryan. —¿Crees que le importaría,


profesor Ryan? —susurró.

El profesor Ryan sonrió. —No, a Manny le encanta hacer de


caballero de brillante armadura, y no eres mi estudiante, por lo que
siéntete libre de llamarme Adam.

—Y yo soy Manuel, —anunció el profesor Corto Delgado,


51
liderando el camino hacia un brillante Lexus LS negro.
Manuel abrió la puerta trasera para Eric antes de abrir la
puerta del pasajero de delante para Adam. Tendrás que darme
indicaciones, —mencionó mientras se deslizaba tras el volante.

Eric pasó la mano por el suave cuero blanco de los asientos. —


Estoy enamorado de este coche, —admitió.

Manuel rio. —Como Adam. Es quien ayudó a escogerlo.

Gloria a Adam por tener tan buen gusto. El coche debía de


haber costado cien de los grandes. Eric apartó la mirada de los
accesorios del asiento de atrás cuando salieron del aparcamiento.

—Ve a la derecha y luego la primera a la izquierda. —Aunque


la Casa BK no estaba oficialmente en el campus, solo estaba a
media manzana—. Justo ahí, —dijo Eric cuando se acercaron.

Manuel aparcó en un lugar disponible y apagó el motor. —


Esperaré aquí, —le dijo a Eric.

—Gracias. —Eric salió y cerró la puerta. Esperó a Adam que


parecía estar en una profunda conversación con Manuel durante
varios minutos.

Finalmente, Adam se inclinó y le dio a Manuel un beso,


sorprendiendo a Eric. Cuando Adam se unió a Eric, se encogió de
hombros. —Suponía que ya que vives aquí estás acostumbrado a
ver a dos hombres besándose.

—Lo estoy, pero nunca había visto a dos profesores


besándose. —Eric llevó a Adam hacia los escalones delanteros hacia
la puerta. Antes de abrirla, le sonrió a Adam—. Creo que tienes
muy buen gusto.

Adam rio. —Sí, —estuvo de acuerdo.

52
Capitulo Cuatro
Eran casi las tres de la mañana cuando Manuel aparcó delante
de la Casa BK. —¿Te importaría decirle a Adam que estoy aquí?

Eric estaba tan cansado física y emocionalmente por los


sucesos de la noche, que apenas tenía energía para contestar. —
Claro. —Empezó a salir pero se detuvo y miró a Manuel—. No
tenías que quedarte conmigo en la estación toda la noche, pero
estoy agradecido de que lo hicieras.

—No pienses en ello. Era lo correcto.

Con un suspiro, Eric salió del coche y subió los escalones.


Encontró a Rusty dormido en el sofá de la sala de entretenimiento y
Adam estaba sentado delante de él, con la cabeza hacia atrás, los
ojos cerrados. Eric tocó el hombro de Adam.

Los ojos marrón oscuros de Adam se abrieron de golpe e


inmediatamente se sentó recto en su silla, se enfocó en Rusty que
todavía dormía. Después de varios momentos, alzó su cabeza para
mirar a Eric. —¿Cómo fue?

—Mal, pero estoy seguro de que Manuel te lo explicará. —Eric


señaló a Rusty—. ¿Cómo está?

Adam volvió a mirar a Rusty. —Mal, me temo. Finalmente se


calmó lo suficiente para dormir hace una hora.

—Manuel está esperando fuera.

La expresión de Adam parecía desgarrada. —Odio dejarlo así.


53
—Estará bien. —Eric se sentó en un reclinable—. Dormiré aquí
abajo por si se despierta.

Adam le sonrió a Eric. —Has demostrado ser un buen amigo.

Eric sacudió la cabeza. —No, no lo he sido, al menos hasta


ahora.

Antes de irse, Adam se movió para estar junto a Rusty. Bajó


lentamente su mano para acariciar gentilmente la mejilla de Rusty.
Girándose hacia Eric, apuntó hacia el trozo de papel en la mesita de
café. —Escribí el número de Manuel. Por favor pídele a Rusty que
llame cuando se despierte.

—Lo haré. —Después de que Adam se fuera, Eric sacó el móvil


de su bolsillo y lo encendió por primera vez desde que llegó a la
estación de policía. Sabía que Will había dejado varios mensajes
porque finalmente llamó al detective Riggs para descubrir lo que
pasaba.

A pesar de la hora, Eric llamó a Will como prometió que haría


cuando llegara a casa.

Will habló, pero su discurso era tan confuso con el sueño que
Eric no pudo entenderlo. De repente se sintió mal por despertar a
Will.

—Vuelve a dormir. Te llamaré más tarde, —le dijo Eric.

—Estoy despierto, —dijo Will, todavía grogui—. Lo siento, no


quería dormirme.

—No lo sientas. Créeme, probablemente dormiré la mayor


parte del día cuando finalmente llegue a la cama.

—¿Pasó algo más desde la última vez que llamé a Riggs? —


preguntó Will.

—¿Te refieres además del hecho de que todos creen que 54


imagino cosas?
Los polis habían localizado a Jigger fácilmente. Había estado
en su apartamento, entreteniendo a algún chiquillo. Todavía era
difícil para Eric creer que alguien dejara que un hombre acusado de
violación lo follara. Le ponía los pelos de punta. —No estoy loco, —
añadió Eric—. Sé que tenía que ser él.

—No creo que estés loco, pero ya que realmente no viste su


cara, no hay mucho que se pueda hacer. Lo importante es que
estás a salvo.

Gracioso, Eric no se sentía muy seguro. El campus era su


territorio no el de Jigger. Era el único lugar, aparte de BK, en el que
debería ser capaz de caminar sin miedo a ser atacado. Bostezó. —
De todas formas, —empezó negándose a comentar la afirmación de
Will—. No puedo mantener mis ojos abiertos, por lo que te llamaré
más tarde.

—Te llamaré mañana cuando llegue, —dijo Will.

—Vale. —Eric colgó y se guardó el móvil en el bolsillo. Sintió


unos ojos en él y alzó la mirada para encontrar a Rusty mirándolo.
Sin sus habituales gafas de pasta, Rusty era realmente mono—.
Hey.

—¿El profesor Ryan se fue?

Eric asintió. —Hace unos minutos. —Señaló el trozo de papel


en la mesa—. Dejó el número de Manu... el profesor Corto Delgado.
Dijo que deberías llamarlo si te apetecía.

Rusty se alzó y se sentó y se restregó la nuca. —Debería


habérmelo pensado mejor antes de dormir en el sofá. —Se
levantó—. ¿Vas arriba?

— Sí. —Eric se acercó a Rusty—. Puedes apoyarte en mí si lo


necesitas.

Rusty miró a Eric. —¿Por qué estás siendo tan amable 55


conmigo?
—Debería haberlo sido siempre. Siento haber sido un idiota
antes. Solo es que estoy tratando con mucha mierda ahora.

—Lo sé.

Cuando alcanzaron la habitación, Eric se quitó las botas, apagó


la luz y cayó en la cama. —Siento lo de tu familia, —dijo con los
ojos cerrados.

—Gracias, tristemente no fue tan inesperado, —dijo Rusty


antes de que un suave ronquido sonara de su lado de la habitación.

Eric se preguntó que quería decir, pero antes de que pudiera


pensar demasiado en ello, él, también, cayó dormido.

—¿Estás seguro de que no necesitas que vaya contigo? —


preguntó Eric. Había pasado el día anterior durmiendo y pasando el
día con Rusty, pero era el momento de que su compañero de cuarto
volviera a su pueblo de Ruttland, Vermont. Tanto como Eric quería
estar allí para Rusty, no había forma de que pudiera permitirse el
billete de avión, pero suplicaría, pediría prestado si su reciente
amigo lo necesitaba.

—Gracias por la oferta, pero es algo que prefiero hacer solo. —


Rusty llevó su pequeña maleta abajo.

Locky, con Becket a su lado, entró en el salón. —¿Todo listo?

Rusty asintió, pasándole su maleta a Locky. —Gracias.

—No es problema. Te esperaremos en el coche, —dijo Locky. 56


Rusty se giró hacia Eric y le sonrió tentativamente. —Volveré
el fin de semana que viene.

—Tienes mi número, por lo que llama si necesitas hablar o


algo, —le recordó Eric.

Lágrimas cayeron por los ojos de Rusty. —Nunca he tenido un


amigo.

—Tonterías, —dijo Eric, rodando los ojos. Rusty podía ser


extravagante, pero Eric había descubierto rápidamente que buen
chico era.

Rusty sacudió la cabeza, y Eric le pasó su pesada mochila. —


No estoy bromeando, pero me gusta que pienses que sí.

Eric acompañó a Rusty antes de volver arriba. Estudió un poco


e incluso intentó ver porno, pero nada mantenía su atención. Ahora
que tenía la habitación para él solo, descubrió que no era tan
divertido como había pensado que sería.

Con un ojo en el reloj, prácticamente saltó al teléfono cuando


finalmente sonó. —Hey, —saludó a Will.

—Lo siento llego más tarde de lo que pensaba, pero creo que
te gustará la razón.

—¿Tiene algo que ver con verte? —preguntó Eric.

—De hecho sí, pero me tienes que hacer un favor, —dijo Will.

—Vaaaaalee, —dijo Eric de acuerdo.

—¿Tienes dinero para un taxi?

—No realmente, pero Becket está arriba. Me llevará a donde


sea que tenga que ir, y ya que de alguna forma sabe que me
gustas, no se lo dirá a nadie. 57
Will estuvo unos momentos en silencio antes de continuar. —
Pasé por casa de mi madre y mi padre de camino a casa y mi padre
se enfadó porque no he estado en las cenas de los domingos desde
hace meses, por lo que no dejarán que me vaya.

—Oh. —Eric temía lo que Will quería decir.

—Las buenas noticias son que mi madre te ha invitado a cenar.


Por lo que, esperaba que vinieras.

Eric miró el techo. ¿Ni siquiera había empezado a salir


oficialmente con Will y ya esperaba que conociera a sus padres? —
No lo sé. ¿No crees que sería mejor esperar a conocernos mejor?

—No. Realmente, creo que es una buena idea. Mis padres son
fantásticos, y quería hablar con mi padre del caso. Creo que podría
tener interesantes puntos de vista.

—¿Por qué? ¿Es abogado? —Eric se dio cuenta de que sabía


muy poco de la familia de Will.

—No, trabaja de mantenimiento en el juzgado desde que salió


del instituto hace casi treinta y siete años. No dejes que su trabajo
te engañe, mi padre es el hombre más listo que he conocido.

A Eric le gustó escuchar que Will hablara de su padre con


tanto orgullo. Todavía no quería ir, pero el hecho de que parecía tan
importante para Will ayudó a tomar una decisión. —Vale, —
finalmente estuvo de acuerdo.

—Fantástico. Viven en el quince-cero-cuatro de Benson Mills.


—Eric encontró un viejo recibo del McDonald’s en su escritorio y
escribió la dirección detrás—. Vale. ¿Cuándo?

—Tan pronto como puedas llegar. —Will se aclaró la garganta—


. Tengo muchas ganas de verte.

—Yo también.
58
Para cuando Will colgó el móvil, estaba sonriendo de oreja a
oreja. Entró en el salón y se sentó en el sofá. —Eric estará aquí tan
pronto como consiga que lo traigan.

—Deberías haberlo recogido, —su padre, Henry, gruñó.

—Sabes que todavía no puedo ser visto con él. Infiernos, no


debería verlo ahora, pero no puedo evitarlo.

—Antes que nada, podrás tener treinta y seis años, pero


deberías pensártelo mejor antes de usar ese lenguaje en la casa de
tu madre, y segundo, no puedes seguir escabulléndote con ese
joven.

Will abrió la boca para protestar, pero su padre le lanzó una


mirada que lo cayó.

—No digo que no debas verlo o que deberías ir en dirección


contraria y sacarlo de la ciudad, pero si tratas lo que sea que pase
entre los dos, como si fuera algo de lo que estar avergonzado, uno
o los dos empezaréis a creéroslo. —Henry sacudió la cabeza—.
Odiaría ver que pasara eso.

Es la primera cita que traes a casa en años, y admito que es


bueno verte con los ojos brillantes de nuevo.

—Gracias, papá, pero si la defensa descubre...

—Preocúpate por el jurado, no por los abogados. Dale al


jurado algo a lo que agarrarse a parte del echo de si deberías o no
involucrarte con la víctima.
59
—Podría perder mi trabajo, —le recordó Will a su padre.
—Claro, y si tus sentimientos por Eric son pasajeros, te
recomendaría que no lo hicieras, pero creo que este joven es
diferente.

—Ni siquiera lo has conocido. —Había veces en las que Will


deseaba que sus padres no se sintieran tan interesados en su vida
amorosa. Este era uno de esos momentos.

—No, no lo he conocido formalmente, pero lo he visto sentarse


fuera del juzgado día tras día. Incluso he hablado con él en varias
ocasiones. —Henry alzó su mano antes de que Will pudiera objetar
algo—. Él no sabía quién era yo, y en ese momento, no sabía que
estabas interesado en él, por lo que no me digas que me estaba
entrometiendo.

—Bien. ¿De qué hablasteis vosotros dos? —preguntó Will, de


repente curioso.

Henry se rascó la cabeza, un hábito que tenía desde hace


años. Era un recordatorio de que ya no tenía pelo. —Nada de
importancia. No fue lo que dijo, sino como lo dijo lo que me
impresionó.

—Sí, supongo que es muy listo.

Henry sonrió. —No fue su inteligencia lo que me impresionó.


¿Tienes idea de cuantas personas vienen al juzgado a diario y
fingen no verme? Es algo raro que alguien me mire a los ojos y me
sonría, mucho menos que se tome el tiempo de hablarme. —Su
sonrisa creció—. Pero Eric lo hizo. Estaba sentado en ese banco o
paseando de un lado a otro, preocupado por lo que pasaba dentro,
pero realmente se tomaba el tiempo de preguntarme cada día que
lo veía como estaba, y no era por decir algo. Podría decir que
realmente quería saber la respuesta. Eso es algo especial. Ese es el
tipo de hombre que mereces.

Una extraña sensación de orgullo llenó a Will, probablemente 60


no podría ponerlo en palabras, pero era bueno saber que finalmente
se sentía atraído por un tipo amable. —Siempre me he sentido
orgulloso de que trabajaras en el juzgado, —admitió.

Por supuesto había habido niños mientras crecía que hacían


comentarios sobre que su padre era un conserje, pero nunca dejó
que le molestara. Había ido con su padre a trabajar bastantes veces
durante años, por lo que sabía exactamente cuánto trabajaba y
cuán importante era su trabajo para mantener el hermoso edificio
antiguo.

—Gracias, —dijo su padre—. Sé que no es el tipo de trabajo


que la mayoría de gente aspira a tener, pero es bueno, un trabajo
honesto y me permite cuidar de mi familia.

—Claro. —Will nunca había deseado nada mientras crecía,


pero en ese entonces nunca había pedido nada realmente. El día
después de convertirse en novato en el equipo de fútbol, una nueva
pelota y zapatos de fútbol lo esperaban en su dormitorio cuando
llegó a casa desde el instituto. Era como si su madre y su padre
siempre hubieran sabido lo que necesitaba y se lo dieran si era
necesario y razonable. Le trajo una sensación de comodidad y
confianza en sus padres que Will sabía que la mayoría de niños no
había tenido, y siempre estaría agradecido por el modo en que lo
aceptaron completamente cuando salió del armario. A su hermano
mayor le había costado un poco más, pero para ser justos, Stan
estaba en el último año del instituto cuando, como novato de
primero, Will salió del armario para su familia primero y luego sus
amigos. No había pasado mucho antes de que todos los estudiantes
supieran que prefería las pollas sobre las mujeres.

Actualmente Stan estaba bien con el estilo de vida de Will y


vivía en Seattle con su novia desde hacía cuatro años. A pesar del
deseo de su madre por nietos, Stan se negaba a casarse hasta que
sintiera que era el momento adecuado.

Cuando sonó el timbre, Will saltó y se secó las manos en los


jeans. —Ya te he hablado de los padres de Eric, por lo que no
preguntes por ellos, ¿vale?

—No merece la pena hablar de tema, —le dijo su padre.


61
—Vale. Bien. —Will no podía creer lo nervioso que estaba.
Extrañamente, no era que Eric conociera a sus padres lo que le
hacía sentirse extraño, deseaba atraer a Eric a sus brazos lo que
era diferente. Más de un ex-novio había declarado que Will era
demasiado distante y frío, algo que nunca había negado. Había
aprendido con su primer amor a proteger su corazón hasta que
estuviera seguro de que podía confiar en la persona con la que
salía. Aun no conocía a Eric tanto como esperaba hacerlo en el
futuro, pero se sentía diferente cuando Eric estaba cerca, más
relajado y definitivamente más sexualmente atraído de lo que había
estado en años.

Will abrió la puerta y le sonrió a Eric. Antes de dar un paso


atrás para dejarlo entrar, se tomó un momento para saludar a
Becket. —Estoy contento de que vinieras. —Animó a Eric a entrar
en la casa—. Vamos.

Eric entró en la casa y cerró la puerta. —Todavía no entiendo


por qué me invitaste.

Con solo un momento de vacilación, Will atrajo a Eric a sus


brazos.

—Tenías que conocerlos tarde o temprano, son una parte muy


importante de mi vida.

Eric se veía sorprendido por el comentario.

Todo lo que su padre le había dicho le pasó a Will por la


mente. Eric todavía era un novato en los de estar fuera del armario,
y pedirle que escondiera sus sentimientos había estado mal.

Will acercó a Eric a las escaleras, fuera de la vista de su padre,


y se inclinó para un beso.

Solo le tomó a Eric un momento devolvérselo y pronto los dos


estaban tan cerca que no había duda de lo excitados que ambos
estaban. Will lamió la boca de Eric, poniéndose más cachondo a 62
cada segundo. Con cada movimiento de la lengua de Eric contra la
suya, Will quería tirar a Eric sobre su hombro y llevarlo arriba al
antiguo dormitorio de su infancia.

Fue la voz de su padre lo que tiró un cubo de agua fría en el


interludio. —¿Vais a estar ahí de pie en las escaleras besándoos
toda la noche o venís a comer?

Will rompió el beso y apoyó su frente contra la de Eric. Sin


romper el contacto visual, contestó: —ahora vamos.

Eric se puso rojo mientras estiraba la mano entre ellos.


Restregó la parte de delante de los jeans de Will y sacudió la
cabeza. —Será mejor que pares o nos vas a avergonzar más.

—No hay forma de que pueda parar mientras me tocas así, —


susurró.

Con un suspiro audible, Eric se apartó, rompiendo el contacto


físico.

—Hablemos de otra cosa. ¿Qué tal tu viaje?

—Largo, pero creo que tengo una mejor idea del tipo de
hombre en el que Jigger se ha convertido. —Will estaba agradecido
de que hablar de Jigger ayudara a desinflar lentamente su
erección—. Hay algo más que encontré. Jigger solía vivir en Houma,
Louisiana antes de venir a trabajar aquí como camarero para Fallon
en la Quinta.

Eric sacudió la cabeza. —¿Y?

—Fallon Barrett vivía a más de treinta millas de Houma. Según


Fallon, no conocía a Jigger antes de contratarlo, pero encontré
extraño que vivieran tan cerca el uno del otro y que acabaran aquí
al mismo tiempo.

Eric frunció el ceño antes de asentir. —Veo lo que quieres


decir.

—La cena está lista. —Gritó la madre de Will desde la cocina.


63
—No creo que estén interesados en comer, —contestó el padre
de Will.

—Ahora vamos, —gritó Will—. Vamos antes de que mi padre


realmente empiece a hacerme sentirme culpable.

Eric aceptó el enorme cuenco de puré de patatas. —Todo se ve


delicioso. Gracias por invitarme.

—Es un placer, —dijo Violet, la madre de Will.

Eric se había sorprendido gratamente de encontrar al hombre


mayor amable del juzgado cuando entró en el salón. Había costado
que se tranquilizara, pero pronto se sintió verdaderamente
bienvenido en la casa de los James.

—Entonces háblame de tus estudios, —empezó Henry—. ¿Qué


planeas hacer cuando acabes la carrera de ingeniería?

Eric dejó la cuchara encima del puré de patatas, haciendo un


hueco para la salsa. —Me estoy concentrando en ingeniería civil. Me
gusta la idea de planear infraestructuras y esas cosas.

—Es una profesión honorable, —dijo Violet, añadiendo otro


trozo de pollo a la barbacoa en el plato de Eric.

Will tosió y casi se atragantó con su té helado. —Lo siento. —


Se secó la boca y la nariz con una servilleta limpia. Sonrió a Eric—.
Quería ser doctor, pero parecía más duro convertirse en uno de lo
que pensé.
64
Henry extendió la mano y le dio un golpecito a Will en la
cabeza con el dedo. —Vigila.

Haciendo una mueca, Will se restregó la cabeza. Era obvio


para Eric que era una forma familiar de castigo. —Lo siento, mamá,
—se disculpó Will.

Eric se mordió el interior de la mejilla para evitar reír. Era un


lado completamente diferente del detective normalmente gruñón, y
Eric se encontró enamorándose completamente del hijo de Henry y
Violet.

Después de cenar, Will ayudó a su madre con los platos antes


de darle un beso en la mejilla. —Fue fantástico, como siempre.
Gracias por ser tan buena con Eric.

—Me gusta. No puedo entender como una madre podría darle


la espalda, —dijo su madre.

—Yo tampoco, pero parece estar adaptándose. No creo que


para empezar fueran cercanos, lo que con suerte hará la transición
más fácil para él. —Will colgó el trapo—. Nos vamos.

—Mantenlo a salvo, —le recordó su madre.

—Siempre. —Will dejó la cocina en busca de su padre y Eric.


Los encontró en el garaje bebiendo cerveza.

Eric se sintió culpable cuando Will entró en escena, pero Will


decidió sacar a Eric del apuro. —¿Sabes? Este es el único lugar en
que mi madre permite el alcohol, —le dijo a Eric.

Eric sonrió. —Sí, eso es lo que dijo tu padre.

Will miró al gran garaje para dos coches. Aunque en una parte
estaba el pequeño sedan de su madre, su padre optaba por aparcar
la camioneta fuera para poder usar la otra mitad como cueva
provisional de hombres. El espacio se había mantenido
relativamente igual desde que Will era un niño a excepción del sofá. 65
Cada seis o siete años, su madre pedía un nuevo sofá para el salón
y el viejo acababa siempre en el garaje. El viejo reclinable de vinilo
verde era el mismo, pero Will dudaba que su padre se deshiciera de
la maldita cosa.

—¿Listo para irte? —preguntó Will.

Eric se sentó más recto. —Oh, claro, déjame llamar a Becket.

—No es necesario. Te llevaré. —Will esperaba darle a Eric la


montada de su vida cuando llegaran a su casa, pero no quería
presionar.

Eric se acabó la cerveza antes de ir a tirarla a la papelera de


reciclaje, dejando a Will con la suposición de que no era su primera
cerveza. —Gracias por esta fantástica noche, Sr. James.

El padre de Will estrechó la mano de Eric. —Vuelve cuando


quieras.

Miró a Will y sonrió. —Con o sin mi hijo.

—Lo haré, —dijo Eric después de reír.

Will se inclinó y besó a su padre en la frente. —Nos vemos,


papá.

—Conduce con cuidado, —le dijo su padre mientras salían por


la puerta del garaje.

Eric subió en la pequeña camioneta de Will y estaba


abrochándose el cinturón de seguridad cuando Will subió. — Me
gustan.

— Sí, son fantásticos. Sé que he tenido suerte. —Antes de ponerse


el cinturón de seguridad, Will se inclinó para darle un beso a Eric.
No duró tanto como el de antes, no fue tan intenso, pero aun así la
polla de Will se hizo notar.

—Llévame a algún lugar donde podamos estar solos, —susurró 66


Eric contra los labios de Will.
—Te llevo a casa conmigo, —contestó Will. Le dio a Eric otro
suave beso antes de apartarse—. Podré no ser capaz de llevarte
fuera, pero mientras tengamos cuidado, no veo razón para que no
podamos pasar tiempo juntos.

—¿Qué pasa con el caso?

Will se abrochó el cinturón de seguridad y arrancó el sedán.


Odiaba confesarle a Eric cuan frustrado estaba con el caso. A parte
de sus sospechas de que Fallon y Jigger se conocían antes de
mudarse a la ciudad, había vuelto con las manos vacías. Sin otra
víctima o un testigo que apareciera de la nada, sabía que no tendría
suficiente para convencer a Byron de que volviera a someter de
nuevo a juicio a Jigger. Lo que sabía era que sentía algo especial
por Eric, y eso más que nada debería demostrar cuanto había
trabajado para encontrar una evidencia.

Conduciendo hacía su lado de la ciudad, Will siguió discutiendo


consigo mismo. Eric merecía saber la verdad. Si el no conseguir
suficientes evidencias para condenar a Jigger iba a estar entre
ellos, era mejor descubrirlo pronto que tarde. —No he encontrado
nada concreto para entregar a Byron, —admitió—. Después del
juicio, mi padre me dijo que necesitaba pintar una imagen de Jigger
para el jurado. Que necesitaba demostrarles que Jigger era tan
malo como creemos que es. —Sacudió la cabeza. Todos los
detectives querían creer que los chicos buenos estarían arriba y que
siempre encontrarían las pistas para atrapar a los chicos malos,
pero no siempre sucedía así.

—¿Me estás diciendo que no lo van a juzgar de nuevo, no? —


preguntó Eric, la pregunta sonaba más una afirmación.

—Lo siento. Sé que te he decepcionado, pero no encontré a


una sola persona en Loveland que tuviera algo malo que decir de
Jigger. Incluso el policía que originalmente lo arrestó por robar ese
coche dijo que se sentía mal porque Jigger fuera culpable de violar
a esos chicos.

—¿Qué pasa con la conexión entre Fallon y Jigger? Quizá no fui


67
el primero de Jigger. Si alguien lo sabe, probablemente sea Fallon.
—Fallon testificó que no sabía que Jigger usaba Rohypnol en el
bar. Si se retractara de eso ahora, podría ser culpado de perjurio, y
puedo prometer que Fallon lo sabe.

—No puedes dejarlo, Will. No puedo soportar la idea de que


Jigger se salga con la suya después de lo que me hizo.

—No planeo dejarlo hasta que me lo ordenen, pero me temo


que ese momento se acerca, y quiero que estés preparado por si
eso pasa.

68
Capitulo Cinco
Después de aparcar detrás de la casa, delante del garaje
independiente, Will guió a Eric por la puerta de atrás. Eric todavía
estaba sorprendido por la idea de que Jigger podría quedar libre
con lo que les había hecho a él y a Becket.

Will se aclaró la garganta, y Eric se dio cuenta de que todavía


estaba de pie en la entrada. —¿Estás decepcionado conmigo, no? —
preguntó Will.

Eric entró unos pasos dentro de la cálida casa de Will y cerró


la puerta. —No estoy decepcionado contigo. Supongo que es más
con el sistema. Quiero decir, sé por qué las cosas son así pero eso
no hace que sean correctas.

—Le preguntaré a mi capitán si puedo interrogar a Fallon.


Quien sabe, quizá tengamos suerte y nos pase los trapos sucios de
Jigger en un cesto.

Eric no conocía a Fallon bien, pero dudaba que el hombre


cediera ante la presión. —Fallon parece demasiado bueno como
para implicarse en una mentira.

—No lo sabremos hasta que lo intente. —Will abrió la nevera y


sacó dos botellas de cerveza. Sacó la cabeza de la cocina y asintió a
la entrada—. Vamos al salón.

—¿Estás manteniendo esa cerveza como rehén?

Will se detuvo y movió la cerveza hacia Eric. —Ven conmigo o


nunca volverás a verla.
69
—Tonto, iría contigo aunque no tuvieras una cerveza. —
Caminó, cogió la botella de la mano de Will—. Pero preferiría
teneros a ambos.

Will se tomó un momento para cerrar las persianas y cortinas


antes de unirse a Eric en el sofá. —¿Qué ves normalmente? —
preguntó, encendiendo la televisión.

—No tengo tele en mi habitación, por lo que normalmente veo


lo que los chicos tienen puesto abajo. —Eric le dio un trago a su
cerveza—. ¿Por qué está bien que beba contigo pero no en mi
habitación?

Will se acercó más, le quitó a Eric la cerveza de la mano, y la


colocó en la mesa. Se sentó hacia atrás y envolvió sus brazos
alrededor de Eric. —Porque beber te pone cachondo, y a menos que
estés conmigo, me preocupa.

Decidiendo ir a por ello, Eric canalizó su identidad interior más


pornográfica y saltó sobre el regazo de Will. Pasó los brazos sobre
los hombros de este y se inclinó. —He pasado casi toda la semana
pasada tan borracho que me desmayaba antes de las diez y ni una
vez salí de la casa en busca de nadie más.

Will gruñó y cerró la distancia, concediéndole a Eric un caliente


beso con la boca abierta. Mmm. Eric amaba el sabor de la cerveza
en la lengua de Will y la chupó en su boca. El movimiento
obviamente sorprendió a Will, quien se tensó antes de entregarse a
la pasión de Eric.

Eric sintió la erección de Will presionarse contra él y deseaba


explorar y saborearla antes de que algo más pasara y Will lo alejara
de nuevo. Rompió el beso y empezó a salir del regazo de Will, su
mano en la bragueta de este. —¿Me dejarás tocarte?

Con Eric arrodillado en el suelo ante él, Will se levantó y se


quitó las botas antes de bajarse la cremallera de sus jeans y
bajarlos, junto a su ropa interior, y quitárselos.

La respiración de Eric se quedó atrapada en su garganta


70
mientras miraba la hermosa polla. —Oh. Dios. Mío.
Con una suave risa, Will se sentó y separó las piernas,
haciendo sitio para que Eric se colocara entre ellas. —Eres libre de
explorar tanto como quieras, pero no sientas que tienes que hacer
nada que te haga sentir incómodo.

Fue el turno de Eric de reír. —No tienes ni idea de cuantos


videos porno he visto desde que me besaste. —Pasó un dedo
lentamente por la longitud de la polla de Will desde la punta hasta
la base—. Eres mucho más grande que yo.

—Pero estoy seguro de que no tan grande como esos chicos de


los videos que has estado viendo.

Eric ahuecó el saco de Will y se maravilló por su peso. —


Algunas de esas pollas eran exageradas y no hay forma de que
quisiera tenerlas dentro de mí. —Se inclinó y tocó con su lengua el
presemen que bajaba por la cabeza. El sabor explotó en su boca,
probándose a sí mismo, de nuevo, que a pesar de los años que
llevaba escondiéndose, realmente era gay.

Un suave gemido de Will llenó a Eric de confianza, haciendo


que capturara su glande en la boca. La piel era suave y cálida
contra su lengua mientras más presemen se derramaba por su
garganta. Los videos que había estado viendo una y otra vez le
vinieron a la mente, y Eric deslizó sus labios tanto como pudo
manejar hacia abajo por la longitud de Will. Se quedó ahí unos
segundos antes de volver arriba. La polla de Will se salió en su
boca, mostrando la inexperiencia de Eric. Avergonzado, miró a Will
a los ojos.

La respuesta de Will no podría haber sido más perfecta.


Acarició la mejilla de Eric con su pulgar mientras guiaba su polla de
vuelta a su boca. La ternura y la necesidad en su expresión decía
más que las palabras. —Lo estás haciendo fantásticamente.

Complacido consigo mismo, Eric intentó imitar a las estrellas


porno a las que había visto hacerlo con mucha facilidad. 71
Will alcanzó la mano de Eric y la envolvió alrededor de la base
de su erección. —Te dará más control, —instruyó Will.

Eric asintió y apretó la polla llena de sangre. Solo le llevó unos


momentos establecer un ritmo y profundidad con el que estaba
cómodo.

—Eric, —jadeó Will—. Necesito... tienes que... —Apretó la nuca


de Eric, enterrando sus dedos en el cabello de Eric y tiró.

Eric sacudió la cabeza, negándose a hacer el trabajo sin


conseguir su recompensa. En lugar de soltar la polla de Will, Eric
incrementó la succión de su boca.

Con un fuerte gemido y un grito de “Jesús”, la boca de Eric de


repente se llenó del sabor ligeramente amargo del semen de Will.
Su propio cuerpo se sacudió cuando una sensación de euforia se
esparció a través de él. Le llevó un momento para que pasara la
sensación y cuando pasó, se dio cuenta de que se acababa de
correr en sus jeans. ¡Joder!

Eric tragó tan rápido como pudo, pero no tenía la suficiente


práctica para hacerlo limpiamente. Antes de tener arcadas y quedar
como un tonto, se apartó y se limpió el mentón. No fue hasta que
empezó a levantarse para sentarse junto a Will que recordó el
semen en sus pantalones. Cruzó las manos sobre la parte delantera
de sus jeans para intentar esconder su vergüenza.

Con sus ojos todavía cerrados, Will lo alcanzó, pero Eric se


apartó. —No puedo, —dijo Eric.

Will se sentó y miró a Eric. —¿Qué va mal?

La preocupación en la voz de Will hizo que Eric se sintiera


como un idiota. No quería alarmar a Will. Era obvio que este estaba
preocupado por haber presionado a Eric a algo para lo que no
estaba preparado, pero nada podía haber estado más lejos de la
verdad. Miró su regazo. —Me he ensuciado.

Will apartó las manos de Eric de su regazo. —Eso no es algo


72
por lo que tengas que estar avergonzado. Es caliente saber que
estabas tan dentro del placer que me estabas dando que te
corriste.

Eric se sentó junto a Will en el sofá, y Will de inmediato lo


envolvió en sus brazos, tomando su boca en un profundo beso.
Compartió el sabor del semen con Will, sabiendo que nunca
olvidaría el momento. Separándose para coger aire, sonrió. —Esto
fue mejor que ver porno.

Will rio. —Cualquier día de la semana, —estuvo de acuerdo


Will.

Will sacó la ropa de Eric de la lavadora y la metió en la


secadora mientras Eric veía otro episodio de Teen Wolf3. —Unos
cincuenta y cinco minutos más o así, —anunció, volviendo al salón.

Con solo una manta, Eric asintió. —Gracias.

Will se colocó junto a Eric y lo atrajo a sus brazos. Sabía que


Eric todavía estaba avergonzado por lo que había pasado, por lo
que no lo habían vuelto a mencionar y en su lugar habían
empezado una maratón de Teen Wolf. Eric se había reído de Will
por ver la serie hasta que acabó el primer episodio. Will sabía que
la repetición semanal probablemente era para una audiencia mas
joven, pero le encantaba la maldita cosa y por cómo se veía, a Eric
también.

Eric se acurrucó contra el lado de Will y ladeó su cabeza para


un beso. Desde la mamada, se habían dado muchos besos, pero
Will había intentado mantener sus manos para sí mismo. Después
73
3 Es una serie americana cuyo título se podría traducir como “lobo adolescente”, trata de la vida de un adolescente que
se convierte en hombre lobo al ser atacado por uno.
de todo por lo que Eric había pasado y al ser consciente de que
todavía era increíblemente nuevo en el sexo, hacía que lo último
que quería Will era presionarlo a empezar algo para lo que no
estuviera preparado. Mientras su beso se intensificaba, Eric se
movió para montar de nuevo en el regazo de Will, perdiendo la
manta en el proceso.

Will pasó sus manos por la espalda desnuda de Eric,


deteniéndose justo sobre su culo. Se apartó y miró a Eric a los ojos.
—Me estás matando.

Eric sacudió la cabeza y empezó a mover sus caderas,


restregándose contra Will. —Tócame.

Will había leído el informe del hospital docenas de veces, por


lo que sabía el tipo de heridas que Eric había sufrido a manos de
Jigger. Aunque no tenía duda de que Eric se había curado
físicamente en los meses que habían pasado desde la violación, no
podía dejar de preocuparse por el daño psicológico.

Will deslizó sus manos más abajo por la espalda de Eric hasta
colocarlas en su culo. Ahuecó la nalga de Eric y esperó algún signo
de incomodidad.

—No lo recuerdo, —susurró Eric, desabrochando la camisa de


Will—. No es follar lo que me preocupa; es el hecho de que no tuve
opción. —Bajó la camisa de Will por sus hombros—. Esto, contigo,
es lo que quiero.

Will se sacó la camisa y la tiró al suelo. — Entonces vamos al


dormitorio, —afirmó.

Después de otro profundo beso, Eric se levantó del regazo de


Eric. Empezó a alcanzar la manta para cubrirse, pero Will lo detuvo
con una mano en su antebrazo.

—Espera, —dijo Will, mirando detenidamente por primera vez


el cuerpo de Eric—. Maldición, eres sexy. —Se movió al borde del 74
sofá y deslizó sus manos por el delgado y suave pecho de Eric
hasta colocarlas en sus caderas. Inclinándose, Will besó un camino
desde el estómago de Eric hasta su ingle. Pasó la lengua por la
longitud de Eric antes de tomar la punta de la boca de Eric en su
boca.

—Por favor no hagas que me avergüence de nuevo.

Después de otra lamida contra la esponjosa cabeza, Will soltó


la polla de Eric y lo miró. —Hay algo que tienes que aprender, —
empezó a decir, levantándose.

Eric resopló. —Hay muchas cosas que necesito aprender.

Will cogió la mano de Eric y lo llevó hacia el dormitorio. Esperó


hasta que se desnudó y subió a la cama con Eric para continuar. A
su lado, con Eric estirado sobre su espalda, Will apartó las sábanas
de su cuerpo. —Nunca tengas vergüenza. Si no te sientes lo
bastante cómodo con un amante para hacer o pedir lo que quieres,
es que no deberías estar con él en primer lugar.

Eric rodó de lado y enterró su rostro en el cuello de Will. —Es


fácil para ti decirlo. Has estado con otros tipos, por lo que sabes lo
que estás haciendo.

Will acercó más a Eric e insinuó su pierna entre los muslos de


Eric. —Hiciste un muy buen trabajo haciéndome una mamada. El
sexo es algo natural. Solo escucha a tu cuerpo y sigue tus instintos.

Cuando Eric no contestó, Will decidió probar las aguas. Todavía


no estaba seguro de cuánto podría manejar Eric, por lo que decidió
ir despacio. Moviendo una mano en círculos, Will rozó los músculos
de las nalgas de Eric.

Automáticamente, Eric alzó más su pierna sobre la cadera de


Will, haciéndole más fácil a este que su dedo subiera y bajara por
su grieta. Cada vez que los dedos de Will rozaban su agujero, el
cuerpo de Eric se estremecía ligeramente. —¿Eso se siente bien?

Eric asintió, todavía escondiendo su rostro. Era obvio para Will 75


que a pesar de sus palabras, Eric todavía estaba avergonzado. En
lugar de intentar hablar de nuevo con Eric, Will rodó sobre su
espalda y alcanzó la pequeña lámpara de la mesilla de noche.
Apagó la luz, envolviendo la habitación en oscuridad. —¿Mejor?

—Sí, —admitió Eric.

Will alcanzó en el cajón una botella medio vacía de lubricante.

—¿Confías en mí?

—Por supuesto.

Will no tenía intención de follar a Eric, al menos no todavía, y


se preguntó si eso ayudaría a Eric si se lo decía. —Gira y alza tu
culo para mí. Solo quiero tocarte y saborearte. Habrá mucho
tiempo más adelante para ir más lejos.

—Está bien si quieres hacerme el amor, —dijo Eric, haciendo lo


que Will le había pedido.

El dedo de Will rozó el agujero de Eric, sintiendo la cicatriz


dejada por la brutal violación. —Estoy haciéndote el amor ahora.
Joder es un modo de hacerlo pero no la es la única opción.

Aunque Eric no dijo nada, soltó un suave gemido.

Separando las nalgas de Eric, Will pasó la punta de su lengua


contra el agujero herido, preguntándose si las recientemente
curadas heridas todavía le dolían a Eric. —Tengo que preguntarte
algo, y necesito que seas honesto.

—Vale, —estuvo de acuerdo Eric.

—¿Duele cuando vas al lavabo? —preguntó Will entre lamidas,


intentando calmar a Eric.

Le llevó varios momentos a Eric contestar. —A veces, pero no


siempre.

Will giró su lengua alrededor de la piel fruncida antes de


76
alcanzar la botella de lubricante. Aplicó más de lo que normalmente
usaba en sus dedos y cerró la tapa. —Tócate para mí, —dijo,
esperando hacer la experiencia lo más placentera posible para Eric.

—Si me toco la polla me correré, —dijo Eric.

—Eso está bien. Correrse es la recompensa. —Will introdujo la


punta de su dedo en el agujero de Eric—. Solo dime si te duele.

Will continuó masajeando el anillo de músculos exterior


usando un toque gentil hasta que su dedo estuvo dentro hasta el
segundo nudillo. —¿Bien?

— Mmm... hmm, —gimió Eric.

Después de varios minutos de introducir su dedo fácilmente


dentro y fuera, la polla de Will estaba tan dura como una roca. —
Aquí, vamos a probar algo más.

Will sacó su dedo y palmeó el culo de Eric juguetonamente. —


Súbete encima de mí y chúpame la polla.

Eric soltó su polla y se movió para permitirle a Eric estirarse en


la cama. —¿Sesenta y nueve? —preguntó con excitación en su voz.

—Solo si quieres. —Will alcanzó el lubricante mientras Eric se


reposicionaba. Aplicó más en sus dedos antes de guiar la polla de
Eric a su boca. Gimiendo por la primera probada del presemen de
Eric, Will alcanzó entre las piernas de Eric y encontró su agujero
estirado parcialmente.

Eric engulló la polla de Will como si hubiera chupado pollas


toda su vida. Will gimió de nuevo mientas lentamente añadía otro
dedo en el culo de Eric. Tragó la polla de Eric hasta la base antes de
apartarse para respirar. —No voy a durar mucho, —advirtió.

A pesar de la mamada que Eric le había dado antes, la polla de


Will estaba lista para explotar. Encontró la próstata de Eric y
acarició la sensible glándula. 77
Todo el cuerpo de Eric se estremeció, empujando su polla más
profundamente por la garganta de Will, se corrió sin advertencia.
Sin extrañarse por tener la boca llena de semen, Will dejó que el
semen bajara por su garganta sin tener arcadas.

En algún momento del proceso de tragarse cada gota de


semen de Eric, el propio clímax de Eric lo sorprendió. Se sacudió
con la intensidad del orgasmo mientras sacaba la polla de Eric de
su boca e intentaba respirar. —Joder, —dijo, jadeando por aire.

Eric limpió la polla de Will con su lengua antes de girarse para


apoyarse en el pecho de Will. Ninguno de los dos dijo nada durante
unos minutos hasta que Eric finalmente habló. —¿Eso estuvo
mejor?

Will acarició la espalda de Eric. —Si hubiera sido mejor, mi


cabeza habría explotado.

—¿Qué cabeza? —preguntó Eric, riendo.

—Ambas.

Después de caer en un exhausto sueño, Eric fue el primero en


despertarse. Estaba estirado contra el pecho de Will y sonriendo
como un tonto. Había sido la mejor noche de toda su vida, y
aunque no estaba preparado para que acabase, pero necesitaba
volver a la Casa BK. Había sido un fin de semana ajetreado y de
repente se dio cuenta de que no había acabado los deberes.
¡Mierda! Rusty había tenido razón, debería haberse ocupado de
ellos el viernes por la noche antes de empezar a beber. Eric había
asumido estúpidamente que tendría mucho tiempo antes de sus
clases del lunes. 78
Intentando salir de la cama sin despertar a Will, Eric se golpeó
la rodilla con la esquina de la mesa. —¡Mierda!

Will se sentó y encendió la luz. —¿Qué pasa?

Sacudiendo la cabeza, Eric se restregó la herida. —Nada, lo


siento. Tu mesa acaba de atacarme en la rodilla. Estoy bien.

—¿A dónde vas? —preguntó Will.

—Casa. Si me voy ahora, llegaré antes de que amanezca. —


Eric se levantó y se dirigió a la puerta.

—No tan rápido, —Will salió de la cama y detuvo a Eric antes


de que pudiera dejar la habitación—. Si quieres quedarte, eres más
que bienvenido.

—Gracias, pero tengo que hacer un par de cosas antes de


clase. —Juntó sus manos detrás del cuello de Will y bajó su cabeza
para un beso. Aunque habían pasado varias horas desde que se
había corrido en la boca de Will, todavía podía saborear su semilla
en la lengua de Will. Su cuerpo empezó a responder y antes de
darse cuenta, su polla esta dura y lista para otra ronda. Por
desgracia, tenía otras cosas que hacer.

Eric se apartó de mala gana. —Eres demasiado tentador, pero


realmente tengo que irme.

Con un fuerte suspiro, Will asintió y alcanzó sus jeans. —Ve a


vestirte y yo iré a ponerme unos zapatos.

—Puedo caminar. No está tan lejos realmente.

—Tonterías. Después de lo que pasó en el campus, no hay


forma de que te deje caminar solo.

Eric asintió. —Te encontraré en la cocina.

Mientras Will se vestía, Eric encontró su ropa y se vistió


79
también. Encontró algunas camisetas y jeans más en la secadora y
se tomó el tiempo de doblarlos, sintiéndose dichosamente
doméstico.

—No tenías que hacer eso, —dijo Will desde la puerta.

Eric se encogió. —No me importa. —Se puso delante del


hombre por el que haría cualquier cosa—. ¿Listo?

—No realmente. Me gusta tenerte aquí. —Will colocó sus


manos en las caderas de Eric, su expresión se volvió seria—. Tan
pronto como encuentre la evidencia para meter a Jigger tras las
rejas, me gustaría ver cómo van las cosas entre nosotros. ¿Estás
cómodo con ello?

De repente se dio cuenta. A penas había pensado en Jigger en


toda la noche. Por primera vez desde la violación, sentía que
realmente podía avanzar con su vida. Aunque todavía quería que
Jigger pagara por lo que había hecho, Eric sabía que no quería que
una relación con Will dependiera de si este encontraba o no
suficientes pruebas para volver a juzgar a Jigger.

—¿Me prometes algo?

Will frunció el ceño. —Vale.

—Si no encuentras nada nuevo la semana que viene o así, dile


a Byron Long que debería dejar el caso, —pidió Eric.

—¿Por qué querrías eso?

—Porqué Jigger ya me ha robado una parte de mi vida que


nunca podré recuperar. Creo que estoy listo para avanzar, y no
puedo, no podemos, —corrigió— hacerlo hasta que esta
investigación acabe.

—Te he decepcionado, ¿no? —preguntó Will.

—No, al contrario. Me has dado una razón para dejar el pasado 80


atrás. No soy ingenuo. Sé que los violadores se salen con la suya
todo el tiempo, y millones de personas aprenden a vivir con ello,
sabiendo la verdad pero incapaces de hacer nada.

—No te decepcionaré, —dijo Will.

—Es exactamente eso, no lo has hecho. Has hecho más por mí


que cualquier otro detective que hubieran asignado al caso.
Infiernos, viajaste a Colorado por mí. ¿Cuántos polis harían algo
así? —Antes de que Will pudiera contestar, Eric continuó—. Lo que
estoy diciendo es que si no encuentras nada más, puedo vivir con
ello mientras no te pierda a ti.

Will sacudió la cabeza. —No me perderás, pero hasta que


Byron o mi capitán me ordenen que deje de buscar, no me rendiré.

Eric pasó el resto del día pensando en lo que Will había dicho.
Aunque no se sorprendió por la respuesta de Will, sabía que las
cosas tenían que hacerse de otra forma. Después de una corta
llamada con Will, estaba más determinado que nunca.

Parecía que Fallon se negaba a hablar con Will, y el capitán de


este se negaba a darle a Will la autoridad legal para llevar a Fallon
a la comisaría para un interrogatorio oficial. Eric decidió que era el
momento de ser una parte activa de la investigación.

Vestido con la ropa más sexy que tenía, lo que no significaba


que fuera excesiva, pero era lo mejor que tenía, Eric dejó la casa y
cogió un taxi hasta el Fallon's en la Quinta. Apenas eran las nueve,
por lo que el lugar estaba casi vacío cuando entró al estiloso club.

Eric vio a Fallon de inmediato, pero no quería abalanzarse


sobre él con preguntas, sabiendo que Fallon no diría nada si se 81
sentía presionado. Encontró una pequeña mesa libre a la izquierda
de la mesa de Fallon, Eric pidió una cerveza a uno de los camareros
que pasaban.

Apartando su mirada de Fallon a propósito, Eric vio a los


profesores Ryan y Corto Delgado. Casi fue a saludar, pero se dio
cuenta de que eso haría fracasar su plan. No tenía ninguna duda en
su cabeza de que Fallon finalmente se acercaría a él, la única
pregunta era cuando ocurriría. Cogió su cerveza y buscó su cartera,
pero el camarero le dijo que iba por cuenta de la casa, el dueño
invitaba.

Era la oportunidad de Eric. Se giró hacia Fallon y alzó el vaso


en agradecimiento antes de darle un trago. Devolvió su atención a
los profesores. Parecía que estaban enfrascados en una seria
discusión, pero no podía escuchar nada de lo que decían.

—¿Esperas a alguien? —una fuerte voz dijo desde detrás de


Eric.

Eric miró por encima de su hombro para encontrar a Fallon. —


No, solo necesitaba salir de casa.

Fallon señaló la silla junto a Eric. —¿Puedo?

—Claro, supongo. —Eric se sentó recto y bebió.

—Tuve hoy una visita de tu amigo, el detective James.

Eric intentó actuar sorprendido. —No tenía ni idea, y no lo


llamaría un amigo. —Intentó mantener su voz neutra mientras
mentía. Nunca había sido bueno con ello, por lo que esperaba que
Fallon le creyera.

Fallon acercó más su silla a Eric. —Siento mucho lo que te


pasó. Si ayuda, mi negocio no ha ido igual desde que apareció la
noticia en los periódicos.

No ayudaba, pero Eric continuó siendo amable. —Siento 82


escuchar eso. Realmente es un lugar bonito.
—¿Entonces por qué no me dices por qué estás realmente
aquí? —preguntó Fallon sospechando.

Mierda. Eric sabía que la jodería. Piensa rápido, se dijo a sí


mismo. —He estado yendo a terapia, y mi psiquiatra me dijo que
necesitaba afrontar lo que me pasó. Pensé que venir aquí me
ayudaría a refrescar la memoria.

Las pequeñas cejas de Fallon se alzaron. —¿Y ha sido así?

Eric sacudió la cabeza. —Lo único que recuerdo de esa noche


es estar sentado en la barra por allí y ver el rostro de Jigger
mientras me metía en el asiento trasero de su coche.

—¿Recuerdas a Jigger? ¿Por qué eso no salió en el juicio?

—Por qué no lo recordé hasta después. —Se encogió—.


Todavía no es suficiente para volver a acusarlo, por lo que no me ha
hecho mucho bien. —Decidiendo hacer su siguiente movimiento,
Eric se inclinó hacia Fallon—. ¿Puedo preguntarte algo?

—Sí.

—¿Recuerdas haberme visto esa noche? ¿Me desmayé en el


bar o me fui?

Fallon sacudió la cabeza. —Ya le conté todo lo que recuerdo al


detective James. Estabas bebiendo y después miré alrededor y ya
no estabas. No pensé en ello hasta que los polis aparecieron
buscando a Jigger.

Eric respiró profundamente y decidió presionar más. —¿Alguna


vez alguien acusó a Jigger de violación cuando os conocisteis en
Louisiana?

—No que yo... —Los ojos de Fallon se entrecerraron mientras


le lanzaba a Eric dagas con los ojos—. ¿Cómo sabes que nos
conocimos en Louisiana? —Agarró la muñeca de Eric, apretando—. 83
Me mentiste. Estás aquí haciendo preguntas para el detective.
Eric intentó librarse del agarre de Fallon. —Estoy intentando
encontrar la verdad de lo que pasó esa noche. No creo que Becket
fuera la primera víctima de Jigger, y no puedo creer que tú tampoco
pienses lo mismo.

Fallon apretó más la muñeca de Eric, haciendo que Eric gritara


de dolor. —Sal de mi club y no vuelvas nunca.

Una sombra cayó en la mesa y lo siguiente que Eric supo es


que Manuel tenía el cuello de Fallon en sus grandes manos. —
Suéltalo.

Fallon lo hizo y Adam rápidamente apartó a Eric de la mesa.


Manuel se inclinó y habló en la oreja de Fallon. —Si alguna vez
vuelves a tocarlo te romperé el jodido cuello.

—Sal, —gruñó Fallon.

Manuel soltó a Fallon y caminó hacia Eric y Adam. —¿Estás


bien?

Eric se restregó la muñeca herida. —Nada roto, pero apreciaría


si me pudierais llevar.

Manuel asintió. —Claro. —Sacó su cartera y tiró varios billetes


a Fallon—. Aquí está el dinero de nuestras bebidas, y no te
preocupes, no volveremos jamás.

Adam y Manuel sacaron a Eric del club. En el momento en que


rodearon la esquina del aparcamiento, Eric empezó a temblar.

—¿Estás seguro de que estás bien? —preguntó Adam, alzando


el brazo de Eric para estudiar el hematoma con la luz de seguridad
del edificio.

Eric empezó a decirles que solo estaba nervioso cuando vio el


coche estacionado en la parte de atrás. El miedo lo envolvió cuando
reconoció el vehículo de su visión. Apartándose de Adam empezó a 84
andar en dirección contraria, necesitando estar tan lejos como
pudiera mientras sus piernas todavía lo sostuvieran.
—Para, —dijo Manuel, envolviendo el brazo de Eric y parándolo
con facilidad—. Estás a salvo.

Eric sacudió la cabeza apuntando al sedan. —Jigger está aquí.

Manuel y Adam se giraron hacia el coche. —¿Estás seguro?

Eric asintió. —Necesito salir de aquí.

Eric intentó soltarse de Manuel, pero el gran español no lo


dejaba. En su lugar, Manuel se inclinó y alzó a Eric en sus brazos y
se dirigió a su coche. —Abre la puerta, —le pidió a Adam.

—¿Debería llamar a la policía? —preguntó Adam.

A pesar de su necesidad de Will, Eric sabía que no podía


pedirles a los profesores que le dejaran en casa de Will. —Solo
llévame a casa.

Cuando Manuel lo dejó en el asiento trasero, Eric tuvo otro


recuerdo de la noche en que fue violado. Imágenes de Jigger
discutiendo con Fallon mientras estaba estirado desnudo y
sangrando en el suelo de un almacén, lo asaltaron. Eric gritó,
recordando cómo se había aferrado a Jigger mientras era dejado en
el coche.

—¡No! —gritó Eric.

Will paró de golpe en la Casa BK y salió del coche. Subió los 85


escalones de la casa y entró sin llamar. —¿Dónde está?
Jack, que estaba sentado en el salón con Charlie y dos
hombres que Will no conocía, se levantó y se acercó. —Está arriba
con Becket y Locky, pero no ha hablado desde que Manuel y Adam
lo trajeron a casa.

Will reconoció el nombre de Adam como el que le había


llamado para hablarle del altercado con Fallon. No se tomó el
tiempo en estrechar la mano de ningún hombre, estaba más
preocupado por Eric. —¿Qué habitación?

—Dos-cero-seis, —dijo Charlie.

Subiendo los escalones de dos en dos, Will estaba frente a la


puerta de Eric en segundos. Llamó antes de abrir. Eric estaba
acurrucado en la cama con los brazos de Becket a su alrededor y
Locky sentado a los pies de la cama.

—Hey, bebé, —dijo Will, arrodillándose en el suelo junto a la


cama. Apartó el cabello de Eric de la casa—. ¿Estás bien?

Eric miró de Will a Locky. —Necesito hablar contigo a solas, —


dijo con una voz tan suave que Will a penas lo escuchó.

Will se giró hacia Locky. —¿Puedo tener un momento a solas


con él?

Locky se levantó y estiró su mano hacia Becket. —Estaremos


abajo si nos necesitas.

Antes de dejar la habitación, Becket se secó las lágrimas de


sus ojos y se inclinó para darle un beso a Eric en la frente. —
Estarás bien. Will no dejará que te pase nada.

—Gracias, —dijo Eric sin apartar la mirada de Will.

En el momento en que Becket y Locky salieron de la


habitación, Will se quitó los zapatos y subió a la colocándose tras 86
Eric. Él se puso en cucharita, con su amante envuelto
protectoramente en su abrazo. —Adam me dijo que discutiste con
Fallon.

Eric sacudió la cabeza y se giró para encarar a Will. —Fallon


estaba allí esa noche.

—¿Cuándo Jigger te violó? —Will acercó más a Eric.

—Sí, —dijo Eric después de unos momentos—. Pero no creo


que fuera él quien me hirió. Creo que fue Fallon.

Will tenía la sensación de que Eric estaba transfiriendo de


alguna manera el incidente que había tenido esa noche con Fallon,
a la noche en que fue violado. —Cariño, fue el semen de Jigger el
que encontraron en tus jeans, no el de Fallon.

Eric sacudió la cabeza. —No, no estoy diciendo que Jigger no


me follara. Infiernos, por lo que sé todo el bar podría haber tenido
una ronda de mi culo. Solo sé en mi corazón que Jigger no fue
quien me hirió.

Will respiró profundamente. Después de haber intimado con


Eric, los detalles de la violación eran más duros de escuchar, pero el
detective en él necesitaba saberlo todo. —Dime exactamente lo que
recuerdas.

Eric cerró sus ojos. —Recuerdo el sonido de una puerta


cerrándose y despertándome. Estaba en el suelo de una habitación
en la que había cajas. Creo que podrían haber sido de botellas de
alcohol, porqué Fallon sostenía una en la mano. Estaba cubierto de
sangre, pero yo no podía entender de donde venía, hasta que
Jigger arrancó la botella de las manos de Fallon y la tiró contra la
pared. Le gritó a Fallon, le dijo que no caería por su culpa si yo
moría. Lo siguiente que recuerdo es a Jigger recogiéndome y
sacándome por la puerta trasera. —Eric abrió los ojos.

Había tanto dolor en la mirada de Eric que casi le rompe el


corazón a Will. Tanto como quería decirle a Eric que todo saldría
bien, no podía obligarse a hacerlo. Necesitaba muchas pruebas 87
antes de poder llevarle el caso a Byron Long. Fallon Barrett
procedía de una increíblemente rica y respetada familia, y no había
duda de que tenía suficientes abogados para sacarlo del lío.

—Necesitaré pruebas, —dijo Will finalmente.

—No creo que encuentres ninguna, —contestó Eric, sonando


desanimado.

—Entonces tendré que conseguir que Jigger se vuelva contra


Fallon.

88
Capitulo Seis
Después del viaje a la sala de emergencias para comprobar la
muñeca de Eric y fotografiar la evidencia, Will lo había llevado a la
comisaría para rellenar una denuncia oficial contra Fallon.

—Ahora, y como te dije antes, dudo que podamos salga algo


en claro de esto, pero al menos me dará una motivo para interrogar
a Fallon, —explicó Will, pasándole la denuncia a Eric para que la
firmara.

Eric asintió. —¿Puedo llamar a Locky o a Becket para que me


recojan antes de que Fallon llegue?

—Claro. —Will le pasó el teléfono de su escritorio a Eric. Tenía


un plan, pero necesitaría que todo encajara suavemente para que
funcionara.

Eric colgó. —Estarán aquí en unos minutos.

A pesar de que Eric había querido de buen grado presentar


cargos, Will todavía detectaba una nota de derrota en su voz.
Colocó sus antebrazos en el escritorio y se inclinó hacia Eric. —Me
siento bien con esto.

—Eso espero.

Will deseaba que estuvieran en otro sitio. Quería atraer a Eric


a sus brazos y apartar las sombras de sus ojos. Se levantó y le
pasó a Eric su abrigo. —Vamos, te llevaré fuera.

Eric pasó su muñeca vendada por la manga de su abrigo e


hizo una mueca. Era un recordatorio para Will de cuan cerca había 89
estado Eric de resultar seriamente herido de nuevo. Quería gritarle
a Eric por ir al club de Fallon, pero no era el momento adecuado.

Antes de dejar su escritorio, llamó al despacho y les dijo que


fueran a por Fallon Barrett por cargos de agresión.

Saliendo de la comisaría, Will acarició la mano de Eric. —


Llamaré tan pronto como tenga algo que decirte.

—Llama aunque no lo tengas, —dijo Eric, mirando a Will.

—Vale.

El coche de Locky paró delante de la comisaría y Will se acercó


con Eric al coche. Abrió la puerta y habló directamente con Locky.

—Solo tiene un esguince, pero se supone que tiene que


enfriarlo.

—Nos ocuparemos de ello, —le aseguró Locky.

Apartar a Eric era una de las cosas más duras que había hecho
nunca, pero rezó para que no fuera en vano. Cerró la puerta de Eric
y colocó su palma en la ventana antes de apartarse. Todavía había
una llamada que tenía que hacer, y esperaba que su capitán
estuviera de acuerdo con su plan.

Como suponía, Fallon insistió en tener un abogado presente


antes de contestar ninguna pregunta de Will. Eso le dio a Will el
tiempo que necesitaba para que Jigger llegara con su propio
abogado a tiempo.
90
—¿De qué va esto? —el abogado de Jigger, Chris Alton,
preguntó.

Will se había asegurado de que las persianas estuvieran


abiertas en la sala de interrogatorios donde Fallon estaba sentado
esperando a su abogado. —He descubierto información nueva y
supuse que sería mejor hablar con tu cliente antes de contactar con
Byron Long por la mañana.

La mirada de Jigger fue directa a Fallon. —¿Qué está haciendo


él aquí?

—De eso es de lo que quería hablar contigo. —Will llevó a


Jigger a la sala adjunta de interrogación—. Siéntate, —les dijo a
ambos hombres.

Will se tomó su tiempo jugueteando con la cámara de video


antes de cerrar las persianas entre las habitaciones. Se sentó en el
lado opuesto de la mesa, y fingió mirar un archivo.

—No respondiste a mi pregunta, —dijo Jigger finalmente—.


¿Qué está haciendo Jigger aquí?

Will alzó la mirada desde su papeleo y sonrió. —Cantando.

—¿Qué se supone que significa eso? —Jigger se tensó


incómodo en la pequeña silla de metal.

—Tiene mucho que decir sobre la noche en que Eric Kloiber fue
violado.

—Tonterías, —contestó Jigger.

Will se encogió. —Volvimos al Fallon's en la Quinta de nuevo y


encontramos rastros de sangre de Eric en el almacén. —Se inclinó,
mirando a Jigger—. Una habitación para la que ambos tenéis llaves.

Por supuesto era una mentira, pero Jigger no necesitaba saber


eso. —Ya que es el propietario, lo trajimos para interrogarlo. —Will 91
sacudió la cabeza—. Evidentemente, tu ex-jefe no es un amigo tan
leal como creías que era.
—No sé lo que te dijo, y no soy lo bastante estúpido como
para confesarte nada, pero deberías hablar con Joshua Carlisle en
Houma. Mejor aún, comprueba los registros del hospital y el banco.

Jigger se levantó y miró a su abogado. —¿Soy libre para irme?

—¿Planeas presentar más cargos contra mi cliente? —preguntó


Chris.

—No, ahora no estoy preparado, pero estoy seguro de que


Byron Long estará en contacto contigo en un día o dos. —Will abrió
la puerta y observó a Jigger y su abogado salir. Se giró hacia Fallon
y sonrió—. Te tengo, —masculló.

Will estaba dormido fuera de la oficina de Byron cuando


alguien se aclaró la garganta y el sonido hizo que se despertara.
Abrió los ojos y estiró sus brazos. —Buenas.

Byron lo miró. —¿Por qué me siento como si caminara hacia


una emboscada?

—Pillado. —Will se levantó y se puso bien la ropa—. Necesito


un favor.

Byron abrió la puerta de su oficina e hizo entrar a Will. —¿Qué


tipo de favor?

—Necesito que me des acceso a registros médicos y cuentas


bancarias. 92
—¿Quién?

—Joshua Carlisle. Vive en Morgan City y trabajó como


voluntario en la Casa Barrett durante un tiempo, casa que
pertenece a la familia Barrett, como Fallon Barrett.

—¿Y?

—Paul Williams me dijo que investigara a Joshua Carlisle


cuando creía que Fallon le estaba traicionando.

—¿Por qué pensaría que Fallon estaba hablando con la policía?


Fallon no nos ha ayudado ni una sola vez durante toda la
investigación, —preguntó Byron, colocando su maletín abajo y
sentándose en su escritorio.

Will sonrió. —Oh, quizá porque Fallon estaba sentado en una


de las salas de interrogatorios anoche cuando llamé al abogado de
Paul para que lo trajera para más preguntas.

Byron parecía totalmente confuso. —No te sigo.

Will respiró profundamente y se tomó su tiempo para explicar


los eventos de la pasada noche. Por supuesto dejó fuera lo de los
besos y abrazos de Eric antes de que se fueran al hospital, pero
todo lo demás estaba en la mesa.

—Bastante listo, —dijo Byron.

—Eso pienso. Ahora, ¿puedes darme acceso a la información


de Joshua Carlisle? Planeo llamarlo, pero sospecho que no va a
estar especialmente comunicativo conmigo.

—Veré que puedo hacer. No voy a mentir, interponer una


acusación judicial contra Fallon Barrett no va a ser fácil.

—Lo sé, pero al menos, le haré saber que vamos tras él.
93
Eric acabó su última clase y llamó a Will. Había hablado con él
a primera hora de la mañana, pero no había sabido nada de él
desde entonces.

—Hey, —contestó Will, sonando dormido.

—¿Te desperté?

—Sí, debí dormirme en el sofá. ¿Cómo está tu muñeca?

—Bien. Todavía un poco hinchada, pero al menos es la


izquierda, todavía puedo escribir. —Eric miró a ambos lados antes
de cruzar la calle—. Entonces, ¿encontraste algo sobre ese tipo,
Joshua?

—Sí, firmó algún tipo de acuerdo legal que decía que no podía
hablar de Fallon, lo que me dice mucho. Byron está trabajando en
conseguirme una citación, con suerte será mañana. —Will bostezó.

—¿Estás de camino a casa?

—Sí, casi estoy llegando, pero estoy seguro de que me podrías


convencer para pasar por tu casa.

—Me encantaría, pero creo que deberíamos tomárnoslo con


tranquilidad los siguientes días, al menos hasta que consiga acceso
a los registros de Joshua, y se lo pase todo a Byron.

Aunque Eric lo entendía, odiaba la idea de no ver a Will. —


¿Realmente crees que lo que sea que Joshua esconde será lo
bastante convincente para encerrarlo?
94
—No lo sé. Byron no parece pensarlo, pero tengo esperanza.
Eric se sentó en los escalones de la Casa BK y se quitó la
mochila.

—Si no es suficiente, me gustaría dejarlo, y avanzar.

—Lo sé, y no voy a mentir, podría acabar en nada a menos


que consiga una confesión, lo que dudo. Parece que Fallon y Jigger
tienen algún tipo de pasado, y aunque Jigger me diera el nombre
de Joshua, no creo que testifique en el juicio.

Eric ya había asumido su enfado por lo que había pasado. La


única razón por la que continuaba en el caso era porque sabía que
cerrarlo era importante para Will. —Ya sabes, si Fallon se sale con la
suya, hay otras formas de castigarlo.

—No quiero saberlo, —dijo Will.

Eric decidió no tramar “Operación Destrucción de Fallon” hasta


que tuviera más pruebas, pero definitivamente sería la venganza
para el hombre que lo violó. —¿Puedo llamarte más tarde?

—¿Por qué no te llamo antes de ir a la cama, lo que


probablemente sea en unas horas?

—Suena bien. Hablamos. —Eric colgó y se guardó el móvil


antes de recoger su mochila. Estaba preparándose para entrar
cuando un taxi paró delante de la casa.

—Hey, —dijo Rusty, saliendo del taxi. Esperó a que el


conductor sacara su equipaje antes de subir los escalones.

—Pensé que no volverías hasta el fin de semana —le dijo Eric,


cogiendo una de las maletas de Rusty.

—La hermana de mi madre, Virginia, quería que mis padres


fueran enterrados apropiadamente, pero yo sabía que ellos no
querían eso, por lo que llamé a la funeraria e hice los arreglos para 95
que sus cuerpos fueran incinerados y sus cenizas esparcidas aquí.
—Sonrió—. Entonces le dije a Virginia que se metiera sus demandas
por el culo y que saliera de mi casa.

La mandíbula de Eric cayó. —Eso no suena a algo que hicieras


tú.

—Sí, —rio Rusty—. Mi madre odiaba a su familia porque la


desheredaron cuando se casó con mi padre. Esta fue la primera vez
que vi a la mujer cara a cara. No podía creer que tuviera el valor de
intentar conseguir su dinero. Finalmente pasaré por todo, pero no
creo que pueda pasar por eso todavía.

Eric miró a Rusty. A pesar de la sonrisa de su nuevo amigo,


Eric podía decir que había tristeza bajo la superficie. Abrió la puerta
y esperó a que Rusty pasara por la puerta antes de seguirlo. —¿Tu
tía sabe que te fuiste?

—Lo dudo. No importa por qué no sabe dónde voy a la


universidad. Por lo que sé, estoy solo ahora.

—No, —dijo Eric, subiendo las escaleras hacia su habitación—.


Todavía me tienes a mí.

Después de una ducha rápida para lavarse la suciedad del día,


Eric bajo para cenar. Entró en el comedor y se detuvo. Solo había
cinco personas en la mesa, Charlie, Jack, Becket, Locky y... Dane.

Cuando Eric entró en la sala todos lo miraron, incluso Charlie.


—¿Qué pasa? —preguntó Eric. Era la primera vez en meses que
Dane visitaba la casa, por lo que sabía que no era una coincidencia.
—Becket me dijo lo que mi tío te hizo anoche, —dijo Dane.
96
Eric no quería tener la conversación, no ahora, no con Dane.
Alzó su venda. —Estoy bien, solo es un esguince.

—Es más que eso, y creo que todos en la mesa lo sabemos, —


contestó Locky.

Eric sacudió la cabeza. —No os hablare de esto. —Se giró y


salió de la sala. A penas había llegado a la salida cuando la puerta
se abrió y Becket y Dane salieron de la casa.

—Si estás ocultando algo, ¿no crees que tengo derecho a


saberlo? —gritó Becket tras él.

¡Mierda! Eric se giró para encarar a Becket y Dane. —Recordé


cosas la otra noche cuando Manuel me ayudó a entrar en el coche.

Dane se metió las manos en los bolsillos. —¿Sobre la noche en


que fuiste violado?

Eric asintió. —No puedo hablar con vosotros de esto. Lo siento,


no quiero sonar como un idiota, pero no puedo.

Los ojos de Dane se llenaron de lágrimas. —Es sobre Fallon,


¿no?

Eric tragó alrededor del nudo en su garganta. —No-no puedo.

Becket miró a Dane. —Danos un minuto, ¿vale?

Dane se alzó las gafas y se secó los ojos. —Estaré dentro.

Becket apuntó al balancín del porche. —Háblame.

—Fallon me folló con una botella de vino, —anunció Eric,


sentándose junto a Becket.

Becket palideció. —¿Estás seguro?

—No, solo bromeo. Por supuesto que estoy seguro. El 97


problema es que no puedo probarlo, nadie puede. Jigger estaba allí,
pero sé que fue Fallon quien me dejó sangrando.
Becket agarró el asiento a cada lado de él y se miró los pies.
—Lo último que recuerdo de esa noche es estar en el apartamento
de Fallon, —masculló—. Supongo que cuando no fui a la policía,
supuso que no recordaba nada. —Apretó su mano y se golpeó el
muslo—. ¡Joder!

—No irá a prisión, —le dijo Eric a Becket, sabiendo en su


corazón que tenía razón—. Supongo que Jigger tampoco.

—¿Entonces vamos a dejar que se salgan con la suya? —


preguntó Becket.

Eric miró hacia la casa. —Si pudiera hacerlo a mi manera,


escribiría con spray “Fallon es un violador” por todo el pueblo, pero
Dane también vive aquí.

—¿Entonces que deberíamos hacer?

Eric se levantó y cuadró sus hombros. —No sé tú, pero yo


estoy cansado de ser la víctima. Digo que vayamos a por Fallon y le
digamos lo que pensamos exactamente de él.

—¿Qué haría eso? Sabe que no tenemos pruebas.

—Quizá no, pero quiero mirarlo a los ojos y decirle que sé lo


que me hizo. —Eric se puso las manos en el pecho—. Lo necesito.
Me lo he ganado.

Becket se levantó y sacó las llaves de su bolsillo. —Esperemos


que a Locky no le importe que cojamos prestado su coche.

98
Habiéndose dormido después de la llamada de Eric, Will
alcanzó a tientas el móvil. Estaba tan cansado que no podía enfocar
los ojos en la pantalla, por lo que contestó a ciegas. —James.

—Will, soy Locky. Creo que deberías venir.

—¿Qué pasa? —preguntó Will, alcanzando sus zapatos.

—Eric y Becket han desaparecido con mi coche, —explicó


Locky.

—¿A dónde iban? —preguntó Will, agarrando las llaves de la


mesa de la cocina de camino a la puerta de atrás.

—Dane está aquí. Aunque Eric no le dijo a Dane que su tío


tiene algo que ver con la violación, se negó a hablar con Dane.
Dane dejó a Becket y Eric solos hablando y lo siguiente que sé es
que mis neumáticos están dejando goma en la entrada.

Seguramente Eric no era lo bastante temerario como para


enfrentar a Fallon en su propio club. —Estoy de camino. Pasaré por
ahí y te recogeré.

Becket aparcó y apagó el motor. —Vamos a hacer esto.

Eric salió del coche y fue a la puerta principal del club con
Becket a su lado. Fallon's en la Quinta no habría hasta dentro de
una hora y media, pero eso no detuvo a Eric de golpear la puerta
con su puño.

Cuando nadie contestó, Eric se giró, golpeando el cristal. — 99


¡Abre, hijodeputa!
Una sombra salió de la parte de atrás del club y se dirigió a la
puerta. En un momento, el rostro de Fallon miraba a Becket y Eric a
través del cristal. —Iros.

Eric sacudió la cabeza. La rabia que había mantenido


suprimida durante meses salió. —No hasta que hable contigo.
Ahora abre la maldita puerta antes de que tire una piedra y la
rompa.

Fallon abrió la puerta. —Me estás suplicando que llame a la


policía. Me pregunto a quién creerán esta vez.

—Me da lo mismo a quien cojones llames, —dijo Eric.

Fallon entró en el local y se puso detrás de la barra. —Di lo


que tengas que decir y vete.

Mientras Eric y Becket observaban, Fallon se sirvió un vaso de


vino. Eric abrió su boca para decir algo, pero Becket lo sorprendió
agarrando la botella de vino y rompiéndola contra la barra.

Becket sostuvo la botella rota con los afilados bordes


apuntando a la garganta de Fallon. —Escuché que te gusta jugar
con botellas de vino.

Los ojos de Fallon se ampliaron y fueron de la botella a Eric. —


¿Recuerdas?

La respiración de Eric quedó atrapada en su pecho. Fallon se


sentía amenazado y esa era una ventaja que Eric decidió
aprovechar para que Fallon aclarara lo ocurrido. —Sí, y sé lo de
Joshua Carlisle, —mintió.

Fallon empezó a retroceder, pero Becket, todavía sostenía la


botella rota y se acercó a él. —No te atrevas a dar otro paso.

—Josh firmó un secreto de sumario y fue pagado 100


generosamente por ello, nunca le diría a nadie nada.
Eric se movió alrededor de la barra para estar lo bastante
cerca de Fallon para poder mirarlo a los ojos sin ponerse en el
camino de Becket y su arma. —¿Por qué nos hiciste esto?

—No os diré nada más a ninguno de los dos, —dijo Fallon,


cruzando sus brazos sobre el pecho.

Eric tenía que arrinconarlo, más. —¿Es tu polla tan pequeña


que tienes que drogar a alguien y usar una botella de vino para
follarlos y así poder correrte? ¿Ese es el secreto que sabe Josh?
¿Vio tu pequeña pollita y amenazó con decirlo?

—Calla, —gruñó Fallon.

Eric sabía que estaba nervioso. Agarró la polla de Fallon a


través de los pantalones de vestir de este. Aunque la polla de Fallon
se sentía perfectamente normal, Eric nunca le dejaría saberlo. —
Mierda, ¿cómo meas con este pequeño gusanito?

Becket rio y Eric continuó. —No me extraña que tengas la


reputación de levantar un chico diferente cada noche. ¿Quién
volvería a por esta cosita tan pequeña una segunda vez?

—¡Debería haberte dejado sangrando hasta morir en el jodido


suelo! —gritó Fallon. Sin advertencia, empujó a Eric hacia la botella
rota.

Como a cámara lenta, Eric observó su rostro acercarse a los


afilados bordes. Giró su rostro a un lado justo cuando Becket apartó
la botella, arañándose el pómulo con una punta afilada. Escuchó a
Will gritar su nombre, pero todo pasó demasiado rápido para
contestar. Aunque no hubo dolor inmediato, sintió la calidez de la
sangre bajando por su rostro.

—¡Eric! —Will gritó de nuevo, saltando sobre la barra para


aterrizar junto a Eric.

—Coge a Fallon, —dijo Eric, ahuecando su rostro—. Dispara al 101


hijodeputa si tienes que hacerlo.
—Llama al 9-1-1, —gritó Will mientras corría tras Fallon.

Locky se quitó la camiseta y la presionó contra el rostro de


Eric antes de agarrar el teléfono de la pared de detrás de la barra.

Becket se veía mareado, y Eric sabía que se culpaba a sí


mismo por la herida de Eric. —No fue culpa tuya. Sin ti, no hay
forma de que hubiera aguantado para conseguir llegar a él.

Locky colgó y cogió la sangrante camisa de la mano de Eric. —


Déjame ver.

—No duele, —dijo Eric, más para Becket que para Locky—. Un
par de puntos y estaré bien.

—¿Crees que me arrestarán? —preguntó Becket.

—No, —Locky y Eric dijeron a la vez.

—Creo que te necesita más que yo, —le dijo Eric a Locky.

Locky asintió y se movió al otro lado de la barra junto a


Becket. Con Becket cuidado, Eric caminó a la mesa más cercana y
se sentó. No se movió ni cuando escuchó las sirenas fuera del
edificio. —No me importa si lo atrapan o no.

—¿Huh? —Locky apartó su atención de Becket.

—Lo sé, y él sabe que lo sé, y eso ya es suficiente para mí.

—Bueno, no es suficiente para mí, —dijo Will, saliendo de


detrás de Eric. Sacó una silla y se sentó junto a Eric—. Está al final
de una encrucijada, y hay cuatro personas en esta sala que
escucharon como decía que debería haberte dejado morir esa
noche. —Apretó el muslo de Eric bajo la mesa—. Vamos a
emergencias.

—No vale la pena, —dijo Eric, dejando que Will le ayudara a 102
levantarse.
—Me has quitado diez años de vida del susto, —masculló Will.

—Lo siento, pero valió la pena.

Después de otra larga noche en la sala de emergencias y en la


comisaría, Will paró detrás de su casa. El sol ya había salido, pero
aún era demasiado temprano. Luchó para abrir la puerta del
conductor mientras el cansancio amenazaba con abrumarlo.

Un movimiento en el pequeño porche trasero le llamó la


atención y se preparó para una lucha. —¿Quién está ahí?

—Yo, —dijo Eric, levantándose—. Sé que se supone que no


tendría que estar aquí, pero no podía quedarme lejos.

Will guardó sus llaves y su móvil y fue a ayudar a Eric. —


¿Cuánto tiempo has estado aquí?

Eric se encogió. —Un par de horas. Me dormí, por lo que no


estoy seguro.

Con un brazo alrededor de la cintura de Eric, Will sacó las


llaves y abrió la puerta. —Ya sabes, hay una llave bajo la piedra que
está delante del cobertizo.

—Lo recordaré. —Eric entró a casa de Will y fue directo al


dormitorio.

Aunque sabía que tenía que llevar a Eric a casa, Will no pudo
hacer nada más que cerrar la puerta y seguirlo. Paró en el baño y
echó una larga meada antes de quitarse la ropa y unirse a Eric bajo 103
las sábanas.
—¿Becket está en problemas? —masculló Eric, acurrucándose
contra Will.

—No. —Will rodeó a Eric con sus brazos—. Duerme primero,


hablaremos luego.

—Mmm-hmm, —estuvo de acuerdo Eric.

Will besó la pequeña venda en la mejilla de Eric donde había


recibido los puntos por el pequeño corte y cerró los ojos.

—¿Will? —preguntó Eric, saliendo del baño.

Will abrió los ojos. —Buenos días, —masculló.

Eric sonrió y se unió a Will en la cama. —Es por la tarde y tu


capitán ha estado llamando las últimas dos horas.

Los ojos de Will se abrieron de golpe y se sentó. —Mierda.


¿Por qué no me despertaste?

—Lo intente. Créeme, que lo intente, incluso te chupé la polla,


pero no funcionó.

—No te creo. —Apartó las sábanas y pasó las piernas por el


lado de la cama—. No contestaste a las llamadas de Vince,
¿verdad?

—No. —Eric le pasó el móvil a Will—. Dejó mensajes, pero


tampoco los he escuchado. 104
Will miró por encima de su hombro. —Lo siento, no quería que
sonara así. —Se estiró y atrajo a Eric a un profundo beso—. ¿Me
perdonas?

—Si puedo conseguir unos cuantos más de esos, —contestó


Eric.

—Definitivamente, pero déjame comprobar los mensajes


primero.

Eric se entretuvo escribiendo palabras sucias con su dedo en la


espalda de Will. Se había perdido otro día de clase, pero dudaba
que tuviera algún problema recuperándolo. Eso era mejor que
dormirse en medio de una de las lecturas y que le gritaran en una
clase llena de gente.

—Encontraron rastros de tu sangre en el almacén, —Will dijo


por encima de su hombro.

—Tiene sentido sabiendo que fue allí donde casi me desangre


hasta morir, —Eric se arrepintió inmediatamente de sus palabras.

—Lo siento.

—Me debes un beso.

—Y estaré encantado de pagártelo. —A pesar de todo lo que


había pasado, o quizá debido a ello, Eric estaba de un humor
fantástico. Se sentí más ligero y no iba a dejar que los recuerdos de
su violación, ni Jigger o Fallon lo desanimaran.

—Mierda, —maldijo Will y empezó a marcar.

—¿Algo va mal? —preguntó Eric, presionándose contra la


espalda de Will.

—La información sobre Joshua llegó, pero Vince dijo que no


iba a esperar todo el día a que contestara el maldito teléfono para 105
abrir el sobre. Quiero decir, son tonterías, ya sé que Fallon violó al
chico, pero necesito la prueba para dársela a Byron. —Will apenas
respiró después de hablar de nuevo—. Soy James. Lo siento... sí,
pero no he tenido mucho... lo sé, Vince no fue intencionado. Solo
dime... por qué no puedes... eso son tonterías.

Eric esperó ansioso a que Will colgara ya que no podía


entender de qué hablaba.

—Bien, lo que sea, —Will ladró en el teléfono antes de


apagarlo. Retrocedió como si fuera a tirarlo contra la pared pero
cambió de idea y lo dejó en la mesilla de noche. Se giró y volvió a
subir las piernas a la cama—. Estoy fuera del caso.

Eric se mordió el labio inferior. No había estado cerca de James


el detective demasiado tiempo y no sabía como acercarse a él. —
¿Es por mí?

—Sí. Byron y Vince sospechan que hay algo entre nosotros, y


Byron no quiere que nuestra relación “enturbie las aguas”.

—Eso es lo mismo que le dijo a Becket. —Eric se movió junto a


Will—. ¿Te dijo algo más?

—Por las heridas que Fallon te hizo, Byron quiere lo peor para
él y va a hacer un trato con Jigger para que eso ocurra.

—¿Entonces Jigger saldrá libre?

—Lo dudo, pero Byron podría reducir los cargos para que pase
menos tiempo en prisión.

Eric recordó la preocupación en los ojos de Jigger cuando


colocó a Eric en el coche. —Estoy satisfecho con eso, ya no me
preocupa.

—A mí sí. —Will abrazó a Eric contra su pecho.

Eric colocó su cabeza contra Will y tiró juguetonamente de los


pelos de su pecho. —Lo sé, pero ¿te preocupas tanto como para no 106
darme esos besos y la mamada que me debes?
—Estoy de acuerdo con los besos, pero no tengo pruebas de
que me hicieras una mamada, —bromeó Will.

Eric envolvió su mano alrededor de la dura polla de Will. —


Bien, si no quieres no me creas, pero yo sé la verdad.

Will los hizo rodar a ambos hasta que estuvo sobre Eric. —
¿Qué tal si te compenso?

—Eso depende, ¿hablas de una mamada o de que por fin vas a


follarme?

Will se estiró hacia el cajón junto a la cama y sacó una caja


nueva de condones y el lubricante. —Tengo estos desde que rescaté
tu culo borracho en el parque después del juicio de Jigger.

—Bastante seguro de ti mismo, ¿no? —bromeó Eric, y empujó


el pecho de Will.

Will usó sus piernas para separar las de Eric antes de


arrodillarse entre ellas. —¿Tengo alguna razón para no estar seguro
de que te enciende mi cuerpo?

Eric no estaba seguro si era la falta de sueño o su cercanía con


el filo afilado de una botella de la noche anterior, pero parecía haber
una ligera vibración en la habitación. —Ya sabes, cuando viniste al
hospital a interrogarme la primera vez, pensé que eras el HDP4 más
gruñón, aparte de mi padre, que había conocido nunca.

—Probablemente lo fui, no había follado a un joven


universitario en mucho tiempo. —Will derramó lubricante en su
mano y empezó a preparar el agujero de Eric.

Eric gimió, olvidándose de toda su conversación. Intentando


no herirse más la muñeca, enganchó sus antebrazos bajo sus
rodillas y alzó las piernas contra su pecho. El modo en que Will
tocaba su agujero era increíblemente íntimo. Eric miró la longitud
de su cuerpo y observó a Will de cerca. 107
4 En ingles SOB de Son Of a Bitch, en español Hijo De Puta
Había estado esperando el momento adecuado para decirle a
Will que estaba enamorado de él, pero en ese momento teniendo
un dedo dentro de su culo no parecía adecuado.

—¿Bien? —preguntó Will cuando pilló a Eric mirándolo.

—Más lubricante, —instruyó Eric, orgulloso de sí mismo por


pedirlo. Sus cicatrices no eran exactamente dolorosas, pero todavía
estaban sensibles y a veces le hormigueaban un poco.

Con su mano libre, Will abrió la botella y derramó más


lubricante directamente en el agujero de Eric.

—Frío, —dijo Eric, saltando ligeramente.

—No te preocupes, se calentará. —Will empezó a empujar el


lubricante en el agujero de Eric, asegurándose de que las cicatrices
exteriores estuvieran bien mojadas.

Cuando Will introdujo otro dedo en el culo de Eric, Eric no


pudo evitar preguntar. —¿Cuántos de esos tengo que tener dentro
antes de pasar la prueba?

Will miró su polla. —Tres, por lo que solo siéntate y disfruta.

No era que Eric no estuviera disfrutando, para nada, pero


había soñado durante años en sentir una polla dentro de él. El
hecho de que Will lo haría, de que al menos en su mente, sería su
primero, emocionaba a Eric.

—¿Has usado un tapón o un dildo alguna vez? — preguntó


Will.

Sorprendido por la repentina pregunta, Eric sacudió la cabeza.


—¿Dónde lo habría comprado? Ardería en llamas si hubiera
intentado meter uno de esos en la casa de mis padres, y no puedo
imaginar lo que Ira hubiera hecho si encontraba un dildo lila 108
gigante en nuestro dormitorio.
Eric frunció el ceño, y se le ocurrió algo. —¿Quieres decir que
debería conseguir uno?

—Sí. Realmente, creo que ayudaría con tus cicatrices si las


estiras diariamente un tiempo.

—Oh, ese es el tipo de deberes que no me importaría hacer.


Por supuesto sería mucho más divertido si tuviera un sexy profesor
que me enseñara como hacerlo bien.

La respuesta de Will fue derramar más lubricante en sus dedos


y gentilmente introducir un tercer dedo junto a los otros dos. Oh,
joder, el culo de Eric se sentía tenso y Will solo había entrado un
par de pulgadas. ¿Cómo se sentiría tener nueve pulgadas de la
polla de Will dentro? Se estremeció ante la idea.

—Abre una de esas gomas por mí, ¿quieres? —pidió Will.

Eric alcanzó la caja. —Estos son para el placer de ella. ¿Quién


es ella y por qué se lleva mi placer? —bromeó Eric, abriendo el
envoltorio. Giró el envoltorio una y otra vez, buscando una pequeña
muesca como la de los paquetes de patatas—. ¿Cómo abres esto?

—Normalmente con tus dientes. —Will empezó a alcanzar el


condón, pero Eric lo apartó.

—Puedo hacerlo. —Eric usó sus dientes y finalmente la maldita


cosa se abrió. Lo recogió de su pecho donde había caído y lo miró
de cerca—. Estas gomas no se ven lo bastante grandes como para
dar placer a nadie.

Will cogió el condón y se lo enrolló rápidamente por su


longitud. —Es lo de dentro lo que realmente cuenta.

—Lo dices como un experto.

—No, solo como un hombre que se muere por follarte. —Will


aplicó un generoso chorro de lubricante en su ya lubricado condón 109
antes de colocar la cabeza de su polla en el agujero de Eric.
Antes de que Will pudiera pedir lo de siempre, Eric asintió. —
Te diré si es demasiado.

Will sonrió. —Ya me conoces demasiado bien.

Eric respiró profundamente y lentamente exhaló mientras la


polla de Will pasaba por el anillo exterior de músculos.

—No empujes, —dijo Will entre los dientes apretados.

La descomunal polla de Will entró en su interior, Eric de


repente sentía un nuevo aprecio por las mujeres que daban a luz.
No es que fuera el mismo agujero o incluso en la misma dirección,
pero era sorprendente. Cuánto un cuerpo se las arreglaba por
estirarse para acomodar una gran polla estaba más allá del
razonamiento para Eric en ese momento.

—Deja de pensar tanto y relájate.

Eric abrió los ojos y miró a Will. No se atrevía a decirle a Will


que estaba intentando apartar su mente del dolor por miedo de que
Will inmediatamente saliera y no lo volviera a intentar nunca más.

—Estoy relajado. No puedo relajarme mucho más que esto.

A medio camino en su interior, Will se detuvo y aplicó más


lubricante.

—Vigila o nos resbalaremos de la cama, —advirtió Eric.

Will rio. —Lo siento, pero tus cicatrices están empezando a


estirarse demasiado. Temo volver a hacerte daño.

—Estoy bien.

—Sí, eso es lo que dijiste antes. Consiénteme. —Will empezó a


moverse adentro y afuera del culo de Eric solo cuatro o cinco
pulgadas de su polla. 110
Aunque Eric deseaba poder tomar toda la longitud de Will y su
grosor, confiaba en que Will hiciera lo mejor. Will tenía razón. Lo
último que Eric quería era otro viaje al hospital. No importaba, Will
definitivamente sabía cómo hacer funcionar su polla, la mitad que
seguía follándole merecía algún tipo de premio.

Eric llevó una de sus piernas al hombro de Will antes de


agarrar firmemente su polla. —Inténtalo más profundo, —suplicó.
Lo último que quería era ser un raro que no podía tomar toda la
longitud de su hombre.

Más frío lubricante fue añadido al agujero de Eric mientras Will


seguía empujando un poco más cada vez que empujaba. —Eso es,
—jadeó Will.

Eric quería gritar de gozo cuando sintió el saco de Will golpear


contra su culo por primera vez. Estaba tan excitado que no pudo
aguantar el orgasmo ni un momento más. El primer chorro cayó en
su estómago seguido de algunos más. —Sigue, —animó, montando
su orgasmo—. No mucho, —anunció Will.

El dolor en el rostro de Will sobresaltó a Eric. —¿Te estoy


haciendo daño?

Will sacudió la cabeza. —Sí, pero dolor del bueno.

El culo de Eric quemaba como un hijodeputa, por lo que tenía


una buena idea de lo que Will hablaba. Pasó sus dedos por el pecho
de Will hasta donde estaban unidos. Deseaba poder ver la polla de
Will deslizándose dentro y fuera de él. —Necesitas un espejo en el
techo, —dijo, mirando arriba.

—¡Joder! —Will bajó mientras empujaba profundamente


dentro del canal de Eric. Se quitó la pierna de Eric del hombro y
colapsó encima de él, gimiendo con cada chorro de semilla que
llenaba el condón.

Eric, ya recuperado de su clímax, enterró sus manos en el


cabello de Will y susurró en su oreja. —Te amo. 111
Epilogo

Will estaba junto a Eric mientas esperaban que el juzgado


abriera para lo que esperaban fuera el último día que tuvieran que
ver a Fallon Barrett.

—Hey, hijo, —saludó el padre de Will, poniéndose a su lado.

Will estaba impresionado por el atuendo de su padre.


Raramente veía a su padre sin otra cosa que su uniforme o un par
de jeans, pero Henry James vestía sus mejores ropas de domingo.
—¿Alguien ha muerto?

Su padre le golpeó el brazo. —Me tomé el día libre, para estar


aquí para Eric.

—No tenía que hacerlo, Sr. James, —dijo Eric.

—Sí, tenía, —estuvo en desacuerdo Will—. Probablemente sea


el primer día de vacaciones que se ha tomado en los últimos diez
años.

—Estarías equivocado. Llevé a tu madre a Spokane hace tres


años para un fin de semana largo.

—Oh, es cierto, realmente te tomaste medio viernes libre para


poder sortear el tráfico, —bromeó Will.

—Cuidado.

Will golpeó los hombros de su padre con los suyos. —Es algo
bueno que hacer, viejo suave. 112
—Calla, —su padre gruñó pero sonrió.

Becket llegó con Locky y sus hermanos. Will reconoció a Cade


como el que estaba sentado fuera de su casa la noche en que Eric
lo visitó por primera vez. —¿Qué está haciendo aquí? —le preguntó
a Eric.

Eric pinchó el lado de Will. —Relájate, está aquí por Becket no


por mí.
—Será mejor que no esté aquí por ti. —Will no estaba por
encima de los celos y cuando Cade lo miró antes de mirar a Eric, su
sangre empezó a hervir. El guiño que Cade le hizo a Eric no
ayudaba mucho, y Will dio un paso al frente del cowboy—. ¿Tienes
un problema?

—Nop, —dijo Cade, las esquinas de su boca se alzaron en una


sonrisa—. ¿Tú?

—Sí, supongo que sí.

Eric se puso entre los dos hombres. —Will, este es el hermano


mayor de Becket, Cade. Cade, este es mi extremadamente celoso
pero sexy novio, Will.

El anuncio de Eric se llevó algo del fuego de Will, pero se


prometió que mantendría un ojo en el hermano mayor de Becket.

Las puertas se abrieron y la multitud empezó a entrar. A


diferencia del juicio de Jigger, el de Fallon había sido en una sala
más grande con mucha más gente. Aunque las cámaras no se
permitían en la corte, había varios reporteros y artistas. Por suerte,
el juez advirtió que no se podría usar el nombre de Eric ni sacar su
foto los medios.

—Vamos, —le dijo Eric a Will llevándolo hacia la puerta.

Cada día que fueron se habían sentado en la parte de atrás de


la sala, lo cual no había sido cada día. Eric había dejado claro que 113
no se perdería ninguna clase más por Fallon o Jigger. Era una
promesa fácil con el caso de Jigger. Su juicio había durado dos días
por cargos de asalto. Había sido condenado y sentenciado dos
meses antes.

Will sabía que el caso de Fallon Barrett era la joya de la corona


de la carrera de Byron Long. Y, aunque Will odiara admitirlo
después de ser alejado del caso, Byron había hecho un magnífico
trabajo hasta ahora.

Eric se sentó junto a Will y alcanzó su mano. Los dos se


habían vuelto muy cercanos durante los últimos cinco meses y
planeaban pasar el verano juntos. Will incluso había pedido dos
semanas de vacaciones para llevar a Eric de crucero.

La puerta se abrió y el jurado entró en momentos antes de


que el alguacil pidiera que se levantaran mientras el juez entraba
en la sala. Will apretó la mano de Eric, rezando para que fuera el
veredicto que esperaban.

—Podéis sentaros, —dijo el juez y puso su atención en el


portavoz del jurado—. ¿El jurado ha tomado una decisión?

—Sí, su señoría. —El portavoz le pasó al alguacil un trozo de


papel.

El alguacil se acercó al estrado y le pasó al juez Westfall el


veredicto. Después de leer el papel y tomar notas, el juez se lo
volvió a dar al alguacil que se lo devolvió al portavoz.

Eric se levantó, se inclinó, y susurró en la oreja de Will. —


Recuerda, sin importar qué, salimos de aquí tan pronto como acabe
los finales.

Will asintió. —Lo recordaré.

114
Mientras todos celebraban el veredicto de culpabilidad de
Fallon, Eric se sentó en la sala de juegos, viendo episodios de Teen
Wolf. Le había pedido a Will algo de tiempo a solas y hasta ahora
todos lo habían respetado.

La única persona que parecía no poder quitarse de la cabeza


era Dane. Eric sabía que el juicio había sido duro para él y había
querido llamarlo en más de una ocasión, pero Will dijo que Byron
Long se opondría. Ahora que no tenía que preocuparse de lo que
pensara el jodido Byron, Eric alcanzó el teléfono y la agenda de
estudiantes.

—¿Hola? —contestó una profunda voz, seguramente Magnus.

—Siento molestar, pero ¿me harías un favor y le darías a Dane


un mensaje por mí?

—¿Quién es? —preguntó Magnus.

—Eric. Eric Kloiber. Solo quería decirle a Dane que lo siento.

—Un minuto.

Eric podía escuchar la profunda voz de Magnus hablando con


alguien al fondo unos momentos antes de que la voz de Dane se
pusiera al teléfono. —¿Eric?

—Sí. Mira, sé que es un mal momento, pero quería que


supieras que lo siento.

—No tienes que disculparte por nada, —contestó Dane.

—No siento lo que he hecho, pero sé cuánto querías a tu tío, y


siento que esto le pasara a tu familia, —intentó explicarse Eric.

—Gracias. Se necesita ser una persona muy especial para


pensar en la familia de su violador en un día como este. Solo quería
que supieras, que aunque lo que hizo es imperdonable, no es tan 115
malo.
Eric no sabía que decir. — Supongo que tendré que creerte.
Solo quería que supieras que estaba pensando en ti.

Will entró en la sala y señaló el teléfono. —¿Con quién hablas?

Habiéndole dicho todo lo que quería a Eric alzó un dedo. —


Vale, bien, supongo que te veré por ahí.

—¿Eric? —Dane dijo antes de que Eric pudiera colgar.

—¿Sí?

—No quiero que las cosas sean extrañas entre nosotros.

—No te preocupes, no lo serán. —Eric sonrió, sabiendo que no


había perdido a su amigo. Colgó y se secó los ojos.

—¿Dane? —preguntó Will.

Eric asintió. —Quería ver como estaba.

—¿Estás listo para ir a mi casa?

—Sip, pero necesito meter algunas ropas más en mi mochila.


Antes de que te des cuenta, todas mis cosas estarán en tu casa.

—¿Es eso algo malo? —Will siguió a Eric arriba.

—No empieces. Ya te lo he dicho, tengo un año más de vida


salvaje universitaria y planeo disfrutarlo. —Entró en su habitación y
saludó a Rusty que estaba tirado en la cama con los auriculares
puestos. Lo extraño era que no había nada enchufado a los
auriculares, por lo que básicamente, Rusty estaba escuchando los
sonidos de su propia sangre contra sus oídos. Raro.

—Pero de todas formas siempre estás en mi casa, —discutió


Will.

—Cierto, la vida salvaje universitaria de la que hablaba. No


116
sería para nada rebelde si realmente viviera allí. —Eric tiró su
camiseta en la mochila antes de mirar en sus cajones—. No tengo
jeans, deben estar todos en tu casa. Recuérdame que haga la
colada cuando llegue a casa.

—Ahí lo tienes, lo has dicho.

—¿Dicho qué? —Eric miró a Rusty, preguntándose cuando de


su conversación podía oír realmente su compañero de habitación.

—Casa, llamaste a mi casa, casa.

—No. —Eric agarró un par de bambas extras para empezar a


correr con Will por las mañanas.

—Sí, lo hiciste. —Will se paró en medio de la discusión y


señaló a Rusty—. ¿Puede escucharnos?

—No, pero puede estar seguro de que te ve con el rostro rojo,


—dijo Eric.

—Quizá deberíamos preguntarle si lo dijiste.

—Estás loco. —Eric se puso la mochila—. ¿Listo?

—Supongo, —dijo Will, sacudiendo la cabeza de frustración.


Eric le guiñó un ojo a Rusty—. Te llamo mañana.

—Vale, sabes que tenéis una extraña relación, —masculló


Rusty.

—Lo sé, ¿no es divertido? —Eric prácticamente salió corriendo


de la habitación, más contento que nunca en su vida.

Fin
117
Coordinador de Proyectos

Pervy
Traductor

Vero
Corrector

Luca
Edicion y Portada

Idhum
118
No olvides comprar los libros de los autores que nos gustan, sin ellos no

tendremos estas bellas historias.

Abril 2013

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