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La sociología comprensiva de Max Weber, algunos aspectos

metodológicos.
Período histórico: en el ámbito científico, se comienza a delinear la existencia
de obstáculos en torno a la producción de conocimiento objetivamente válido y
respecto a la universalidad del mismo.

La relación entre ciencia y política.

Weber establece una distinción entre los juicios de valor (que implican una
toma de decisión) y el saber científico que puede dar cuenta de un
ordenamiento conceptual de los hechos. La ciencia en este sentido no es
portadora de ideales, no puede enseñarle a nadie lo que debe hacer. Enjuiciar
la validez de tales valores es asunto de la fe, y, junto a ella, quizá tarea de una
consideración e interpretación especulativas de la vida y del mundo con
respecto a su sentido.

La ciencia puede ofrecer al sujeto actuante la posibilidad de confrontar las


consecuencias deseadas y no deseadas de su actuación, en tanto que la
misma es capaz de determinar qué medios son adecuados o inadecuados para
los fines propuestos por el actor, y una vez dada la posibilidad de alcanzar
dicho fin solo él puede elegir medios y fines.

Weber señala que al realizar la distinción entre juicio de valor y saber empírico
se presupone que existiría realmente un tipo válido de conocimiento en el
campo de las ciencias sociales.

Las ciencias que refieren a la realidad del hombre son ciencias de la cultura
que se esfuerzan por comprender y explicar los valores a los cuales los
hombres han adherido y las obras que realizaron. Ahora bien, si las obras
humanas son creadoras de valores o se definen por referencia a valores
¿cómo puede existir una ciencia objetiva de obras cargadas de valor? ¿Cómo
se pueden establecer juicios de hecho universalmente válidos de obras
cargadas de valor?

Weber responde mediante la distinción entre juicios de valor y relación con


valores; los primeros son personales y subjetivos, son una afirmación moral
que el individuo realiza respecto de un valor (por ejemplo, puedo estar a favor o
en contra de la legalización del aborto o del matrimonio igualitario); mientras
que la relación con valores significa que el hombre de ciencia va a concebir a
estas problemáticas como objetos acerca de los cuales los sujetos históricos
han disputado, sin necesidad de declararse a favor o en contra; en este sentido
la relación con valores forma parte de un procedimiento de selección y de
organización de la ciencia objetiva. La distinción entre el juicio de valor y la
relación con valores le permite señalar la diferencia entre la actividad del sabio
y la del hombre político, y al mismo tiempo la similitud de interés entre ambos.

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Weber considera imposible acceder a los objetos sin la mediación de la cultura,
la teoría o algún tipo de interpretación.

Con la introducción de los valores como campo de significación Max Weber se


hace cargo de la subjetividad del investigador. Al abordar las acciones sociales
(la sociología que propone Max Weber intenta comprender, interpretar y
explicar las acciones sociales. Se trata de una de las nociones fundamentales
del autor ya que permite pensar; sentido, motivo, fines, medios y racionalidad
de las acciones siempre en referencia a las acciones de otros) señala que
aunque deseemos desprendernos de los valores somos parte de una cultura
pero además son esos valores los que la vuelven significativa. Son los valores
(en tanto significaciones culturales) los que vuelven significativo el recorte de
una realidad inconmensurable. Para la sociología comprensiva las acciones
sociales se investigan buscando su sentido (la acción que específicamente
reviste importancia para la sociología comprensiva es, en particular, una
conducta que 1) está referida, de acuerdo con el sentido subjetivamente
mentado del actor, a la conducta de otros; 2) está co-determinada en su
decurso por esta referencia plena de sentido, y 3) es explicable por vía de la
comprensión a partir de este sentido mentado subjetivamente), el sociólogo
está obligado a seleccionar fragmentos de la realidad y a conceptualizarlos
manteniendo una referencia a los valores de la cultura de la que es parte.
“Cultura” es una sección limitada de la infinitud desprovista del sentido del
acaecer universal, a la cual los seres humanos otorgan sentido y significación.
La premisa trascendental de toda ciencia de la cultura no consiste en que
encontremos plena de valores una determinada “cultura”, o cualquier cultura en
general, sino en que somos hombres de cultura, dotados de la capacidad y la
voluntad de tomar conscientemente posición ante el mundo y de conferirle
sentido. Y este, cualquiera que sea conducirá a que en la vida juzguemos
determinados fenómenos de la coexistencia humana a partir de él, y a que
tomemos posición frente a ellos como significativos.

Además, sin que importe cuál sea el contenido de esta toma de posición, tales
fenómenos tienen para nosotros significación cultural y únicamente en ella
estriba su interés científico.

Concepción de la realidad y límites del conocimiento.

La realidad se presenta a los hombres como caótica e inabarcable en su


totalidad, dada la finitud del hombre en cuanto a sus capacidades y de la
infinitud de lo que hay por conocer, se produce un hiato imposible de cubrir que
lo obliga a admitir que el conocimiento no puede ser más que fragmentario y
acumulativo.

Weber señala que la ciencia social que queremos promover es una ciencia de
la realidad. Queremos comprender la realidad de la vida que nos circunda, y en
la cual estamos inmersos, en su especificidad; queremos comprender, por un

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lado, la conexión y significación cultural de sus manifestaciones individuales en
su configuración actual, y, por el otro, las razones por las cuales ha llegado
históricamente a ser así-y-no-de-otro-modo. Cualquier conocimiento conceptual
de la realidad infinita por la mente humana finita descansa en el supuesto tácito
de que solo una parte finita de esta realidad constituye el objeto de la
investigación científica, parte que debe ser la única “esencial” en el sentido de
que “merece ser conocida”.

Es a partir de una relación con valores que algo de este caos se vuelve
significativo para el investigador, de modo tal que este puede definir el objeto a
investigar.

Realiza también una distinción entre naturaleza e historia, siendo la realidad


(en la primera) considerada respecto a su generalidad por ende tiende a la
construcción de un sistema de leyes. Mientras que en las ciencias históricas la
realidad es considerada respecto a su singularidad, en este sentido el relato
histórico es una reconstrucción selectiva de lo que sucedió en el pasado.

Weber insiste en que tanto el significado de la estructuración de un fenómeno


cultural así como sus causas, no se puede deducir de ningún sistema de leyes
por más perfecto que este fuera. Por ende, sería absurda la idea de que la
meta de las ciencias de la cultura sea la formulación de un sistema cerrado de
conceptos en el que la realidad quedara abarcada definitivamente. El punto de
partida de las ciencias de la cultura es plantear nuevos interrogantes a la
corriente eternamente inagotable de la vida.

La significación específica que un elemento de la realidad tiene para nosotros


no se encuentra en aquellas relaciones que comparte con muchos otros
fenómenos.

Las leyes no son fines del conocimiento sino medios cognoscitivos. Si para las
ciencias de la naturaleza las leyes son más valiosas en tanto que más
generales y abstractas, por el contrario, para el conocimiento de los fenómenos
históricos mientras más generales sean las leyes menos nos ayudarán en la
imputación causal de los fenómenos e indirectamente menos nos ayudaran a
comprender el significado de los acontecimientos culturales.

Explicación causal (condicional) y la validez universal del conocimiento.

La validez universal del conocimiento va a estar relacionada con el análisis de


las determinaciones causales, que en la investigación puede orientarse en dos
direcciones, la causalidad histórica (determinación de las circunstancias únicas
que han tenido participación causal en cierto acontecimiento) y la causalidad
sociológica (establecimiento de una relación regular entre dos fenómenos, de
manera tal que uno de ello pueda favorecer el desarrollo del otro).

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Para la atribución de causas es necesario construir una “individualidad
histórica” (por ejemplo: capitalismo occidental moderno), que permita
determinar con precisión las características de tal acontecimiento y por ende
encontrar elementos causales para el desarrollo del mismo, sugiriendo que la
inexistencia de tales elementos haría que el curso de los hechos fuera
diferente.

La explicación de un “individuo histórico” implica una selección de la


multiplicidad de lo empírico y de las infinitas relaciones que ligan a infinitos
elementos. La totalidad de relaciones de causa efecto es inagotable, la
explicación se limita a una serie finita de elementos siguiendo sus relaciones en
una conexión particular.

En el proceso de imputación de un acontecimiento a sus causas Weber


configura un modelo de explicación condicional. La sociología no establece
factores determinantes sino que determina condiciones que junto a otras
vuelven posible un fenómeno. Por ende, causalidad histórica y sociológica son
solidarias y solo son posibles de plantear en términos de probabilidad, no existe
la determinación unilateral.

Para Weber no es posible determinar la sociedad futura a partir de las


características de la sociedad actual (no es posible determinar a partir de allí
los futuros regímenes políticos, ni los modos de pensar o vivir de los hombres
del futuro).

Tipo Ideal como herramienta metodológica.

El tipo ideal para Weber es el procedimiento adecuado para la formulación de


conceptos históricos específicos y rigurosos, que permiten el análisis y la
interpretación causal de los fenómenos históricos.

La construcción de un tipo ideal es el intento de aprehender la realidad como


individuo histórico. Un tipo ideal pudo haber sido en el pasado un ideal a
alcanzar en los hechos. Pero para el análisis sociológico se trata de conceptos
teóricos construidos lógicamente.

El tipo ideal no es exposición de la realidad pero busca generar medios de


expresión unívocos para representarla. Como concepto puro no puede
encontrarse empíricamente en la realidad. Plantea la tarea de comprobar en la
singularidad de cada caso la distancia entre la realidad y el tipo ideal sobre la
base de rasgos acentuados en un cuadro ideal sin contradicciones.

El tipo ideal permite alcanzar el aspecto original de cada fenómeno histórico


produciendo un realce conceptual de un aspecto (lo racional) de la realidad, a
fin de obtener una visión unívoca y coherente de la misma.

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La función de los tipos ideales consiste en hacer una comparación de los
mismos con la realidad empírica a los fines de hallar las divergencias
existentes. Por ende mientras más alejado se encuentre el tipo ideal de la
realidad más útil es para comprenderla por comparación. El paso siguiente
constituye la búsqueda por parte del científico de las causas de la desviación.

El tipo ideal de un individuo histórico es una reconstrucción parcial donde el


sociólogo elige en un conjunto histórico vierto número de rasgos para construir
un todo inteligible.

Un concepto típico-ideal puede tener la pretensión de guiar el juicio de


imputación que aunque no sea una hipótesis puede orientar a la formación de
hipótesis. Para Weber no es posible una ciencia de la cultura sustentada en
hipótesis que sometidas a contrastaciones con la realidad proporcionen leyes
explicativas generales. Las hipótesis son un medio para explicar algún aspecto
de la realidad mediante la imputación de causas.

El conocimiento que se produce a través de conceptos es resultado de un


proceso de abstracción en el que el sujeto que conoce hace una
representación mental del objeto a conocer de un modo general y abstracto. El
concepto se distingue de la imagen en que ésta posee características
concretas comunes con algún objeto determinado, mientras que el concepto
sólo contiene características generales, esenciales y definitorias, obtenidas por
abstracción. No sólo los conceptos son resultado de un proceso cognoscitivo,
sino que como representación mental, son necesarios para pensar las cosas.
El concepto posee una determinación que hace posible reconocer y
comprender lo percibido por los sentidos. Entendido como significado, refiere a
un mundo exterior y representa propiedades o atributos de objetos pero de
ninguna manera el concepto es la realidad. En este sentido los conceptos no
son fin sino medio y no debe confundirse tipo ideal con realidad histórica.

En la ciencias de la cultura humana la formación de los conceptos depende del


planteamiento de los problemas, y que este varía junto con el contenido de la
cultura.

Consideraciones finales.

Weber cuestiona la existencia de una esencia de la realidad, tomando


fuertemente la idea de una construcción de los objetos de conocimiento por
parte del investigador, quien de acuerdo a su interés cognoscitivo y basado en
una relación de valor producirá un recorte respecto a la infinitud de la realidad.

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