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INVESTIGACION HISTORICA

Y PROYECTO DE RESTAURACION
Antoni González Moreno-Navarro

En la restauración objetivada, el conocimiento histórico -como mate-


ria y como disciplina- tiene un papel esencial, tanto en las interven-
ciones de «mimetismo científico» como en las aportaciónes creativas
de nueva arquitectura diacrónica. Es necesario, sin embargo, cambiar
algunas mentalidades y métodos de trabajo por parte de historiadores
y arquitectos.

e ADA día se insiste más en la necesi-


dad de metodizar la disciplina de la
restauración monumental con el fin de
objetivarla, de darle un carácter más objetivo'.
Entendiendo siempre que el objetivo genérico
de la restauración es proteger (no necesaria-
mente como sinónimo de preservar o conser-
var, sino de patrocinar, favorecer, alentar) el
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Se pretende con ello evitar o reducir las conse- triple carácter (documental, arquitectónico y
cuencias negativas de los factores subjetivos significativo) del monumento, y que el fin
inherentes a su propia historicidad: los de último de cada actuación no es tanto acrecen-
carácter colectivo (las mentalidades o actitudes tar el monumento, como garantizar que su
socio-culturales) y los de carácter personal, entorno humano pueda obtener un beneficio
propios de actividades en las que intervienen de esa acción en él.
la reflexión y la creatividad individuales. La
El método pretende también garantizar que en
aplicación rigurosa de un método es la mejor
cada acto restauratorio los fines y los medios
garantía de que la subjetividad inevitable no
se definan en el orden que les corresponde, es
se convierta en una indeseable arbitrariedad.
decir, los medios en función de los fines, no al
El método se basa en un principio fundamen- revés; en cuanto a los objetivos, que se satis-
tal: la necesidad de objetivar los fines y los fagan no sólo los más inmediatos o más evi-
medios de cada acto restauratorio, mediante la dentes para quien promueve la actuación, sino
adecuación, en función de sus circunstancias también los que se determinan desde la propia
(socio-culturales, económicas, etc.), de unos disciplina; y, por último, respecto de los
fines y medios genéricos preestablecidos. medios (considerando como tales las técnicas

-LV-
analíticas, las terapéuticas, y los criterios, con- como ohjeto construido descontextualizado
ceptuales y proyectivos), que se elijan en fun- históricamente), esta lectura sólo resultaría
ción, no de su existencia o su accesibilidad, o imprescindible en referencia a los aspectos
de apriorismos ideológicos, sino de su necesi- físicos, patológicos y de uso. Desde una ópti-
dad, idoneidad y eficacia reales. ca no menos miope, la lectura previa podría
circunscribirse a los aspectos históricos o
Las dos fases esenciales del método de la res-
artísticos del monumento.
tauración monumental derivado de estos prin-
cipios, son el conocimiento y la intervención. Respecto de la influencia de la lectura previa en
La primera, entendida como el conjunto de el planteamiento conceptual y proyectual de la
operaciones encaminadas a conocer la com- intervención posterior, normalmente se acepta
pleja naturaleza del monumento y su entorno, sin recelo cuando se trata de la lectura físico-
así como las diversas circunstancias que le constructiva, por haberse realizado precisa-
rodean en el momento de programar la actua- mente con ese fin. Resulta generalmente más
ción. La segunda, la intervención, definida difícil de enjuiciar la influencia de la lectura
como la voluntaria y programada acción sobre previa referida a los aspectos históricos, siendo
la materialidad del monumento con la inten- evidente una divergencia notable de criterios
ción de garantizar la asunción de los objetivos entre quienes sostienen que, casi siempre, los
previamente definidos 2• datos obtenidos sobre el pasado del monumen-
to constituyen un dictado de obligado cumpli-
56 La lectura previa del monumento miento por el proyectista de la intervención
Ya empieza a ser comúnmente admitido que, posterior y quienes creen que éste tiene total
salvo en caso de extrema perentoriedad, cono- libertad al diseñar o que, en todo caso, debe
cer el monumento, su entorno y sus circuns- aceptar esos datos como simples sugerencias.
tancias es prioritario en el tiempo a la inter-
En la restauración objetivada, el conocimiento
vención. Hay menos unanimidad respecto al
previo debe entenderse referido al conjunto de
alcance de esa «lectura previa» del monumen-
aspectos históricos, artísticos, constructivos,
to y, menos aún, respecto de la utilización
arquitectónicos y emblemáticos o significativos
posterior de sus resultados. Existe entre algu-
del monumento -dada la posible interrelación
nos profesionales la incertidumbre respecto
entre las respuestas que cada lectura pudiera
de si la lectura previa es un gesto culturalista
exigir-, y es esencial para plantear todos los
-inevitable, en todo caso, por haber arraigado
objetivos, para garantizar la eficacia de la inter-
como hábito en la disciplina- o si, ciertamen-
vención posterior e incluso para determinar los
te, se trata de un eslabón indefectible y tras-
criterios generales de ésta. (La restauración no
cendente de un proceso metodológico.
es «conservadora», «Crítica>>o «creativa>> en fun-
En cuanto al contenido, para quienes conside- ción de la escuela o doctrina que profesa el
ran aisladamente la materialidad del monu- restaurador, sino en función de esos objetivos
mento (es decir, que lo entienden y analizan definidos a partir del conocimiento).

- LVI -
Este artículo pretende reflexionar sobre el primer lugar, que este conocimiento no es úni-
papel que juega en ambas fases, conocimiento camente subsidiario de la intervención poste-
e intervención, un aspecto de esa lectura pre- rior, sino que tiene objetivos propios. Y en
via: la inl'estigación histórica , tanto el proce- segundo lugar, que tanto unos como otros, esos
so en sí -por ser uno de los medios esenciales objetivos deben definirse y acotarse desde la
del conocimiento- como sus resultados, en óptica de los fines globales de la actuación y
cuanto afectan al planteamiento proyectual de desde la valoración sensata de los recursos.
la intervención.
Ya dije antes que objetivar la restauración per-
sigue que no se orillen los fines que se fijan
El papel del conocimiento histórico
desde la propia disciplina, aunque sean ajenos
Es incuestionable que la historia -no entendi- a la intervención. Uno de éstos es garantizar la
da ahora como conjunto de sucesos del pasa- plena protección (como sinónimo de explota-
do ni como la disciplina que los estudia y na- ción, en este caso) del aspecto documental del
rra, sino como la conciencia colectiva de ese monumento. Por ello, conviene aprovechar el
pasado- juega en la restauración monumental momento histórico excepcional que para todo
un papel decisivo. Si la historia es la memoria monumento supone su restauración (con la
colectiva, la restauración es la resignificación acumulación de recursos económicos, técni-
permanente de esta memoria plasmada en el cos y profesionales impensables en otro mo-
patrimonio arquitectónico. mento) para obtener una información cuyo
interés puede trascender al propio monumen- 57
Es consecuente, por lo tanto, que, desde un to (y a la intervención en él) y extenderse a la
punto de vista metodológico, exista una estre- historia del territorio y de la colectividad.
cha relación de la restauración con la historia Dedicar una parte del presupuesto de toda
(entendida, ahora sí, como disciplina). La irre- actuación en un monumento para profundizar
nunciable condición del monumento como en el conocimiento de éste -aunque no sea
documento histórico hace que su lectura desde estrictamente necesario para proyectar des-
el análisis histórico sea imprescindible para su pués- es un deber ético-científico que todos
conocimiento profundo, y fundamental para los profesionales de la restauración deben asu-
plantear la intervención en él'. La Carta de mir conscientemente, especialmente los que
Venecia, el veterano documento aún moral- tienen la responsabilidad de distribuir los
mente vigente, proclamó esa necesaria rela- recursos disponibles.
ción en su artículo noveno: «11 restauro sará
No desaprovechar esta ocasión es especialmen-
sempre preceduto e accompagnato da uno stu-
te importante en lo referente al análisis material
dio archeologico e storico del monumento» •.
del monumento, ya que este tipo de estudios es
No obstante, en el planteamiento de los traba- el más difícil de programar al margen de un
jos y estudios que han de conducirnos al cono- proceso restaurador. Por otra parte, constituye
cimiento histórico del monumento hay dos una ineludible medida cautelar, ya que en el
aspectos que deben tenerse muy en cuenta. En proceso de intervención posterior pueden

-LVII-
echarse a perder datos históricos que guarda el El criterio general de intervención, normal-
monumento en su materialidad, no sólo obje- mente, viene propiciado, más que por el
tos, sino grafitos, monteas, policromías casi resultado de la lectura previa, por los objeti-
perdidas, huellas antrópicas, deformaciones vos generales de la intervención, sobre todo,
constructivas o casi invisibles fisuras, etc., que por las necesidades del entorno humano que
pueden constituir una información valiosísima deben satisfacerse. (No se renuncia a una reu-
sobre el monumento o su entorno. tilización colectiva de un monumento para
plantear una reconstrucción mimética que la
Pero, inmediatamente, es necesario insistir en
imposibilite, sólo por el hecho de haber
la necesidad de valorar estos objetivos y pro-
encontrado documentación fidedigna del
gramar estos estudios desde una óptica global,
estado anterior del monumento.) Pero los cri-
no únicamente desde los intereses de los pro-
terios para resolver determinados aspectos
pios estudios. El alcance y las prioridades del
parciales de la intervención sí pueden verse
objetivo general de la actuación, la amplitud
afectados por el resultado de la investigación.
de la intervención posterior a la lectura previa,
(La existencia de información cierta sobre
los recursos disponibles, han de condicionar
algunos episodios puede sugerir su recupera-
el desarrollo de estos estudios analíticos. No
ción mimética, aunque el criterio general sea
debe ocurrir, como en ocasiones acontece, que
otro.)
se invierta en análisis más que en soluciones.
En general, para analizar esa diversa influen-
58 Conocimiento histórico y proyecto cia proyectual del resultado de la investiga-
Ya se ha apuntado que en la restauración obje- ción histórica, cabría distinguir las interven-
tivada se considera que el conocimiento del ciones (o episodios parciales de ellas) en las
monumento puede tener siempre, en mayor o que el criterio finalmente adoptado es la recu-
menor grado, una influencia en las soluciones peración de arquitecturas perdidas o desfigu-
proyectuales. Desdeñar las lecciones que el radas mediante mimetismos o mediante analo-
monumento nos suministra (no sólo históricas gías, de aquellas en las que la problemática
y formales, sino también tipológicas, cons- planteada obliga o sugiere al proyectista una
tructivas, de adaptación al medio, de relación intervención sin fidelidades formales ni esti-
con los usuarios, etc.), repercute indefectible- lísticas hacia el pasado.
mente en contra de la eficacia de la actuación.
El primer caso es propio de la intervención en
Respecto al uso para el proyecto de los re- arquitecturas testimoniales, es decir, aquellas
sultados de la investigación histórica, puede arquitecturas que por su antigüedad o singula-
variar, sin embargo, en función del criterio de ridad tipológica, o por razones didácticas o
intervención que finalmente se haya adopta- sentimentales, su conservación y restauración
do, criterio que a su vez puede variar -al se justifica únicamente por su condición de
menos en aspectos parciales- en función de testimonio del pasado y se recuperan o con-
los propios resultados de la investigación. servan como tales testimonios. En estas oca-

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siones, el conocimiento histórico no sólo es vo, evidentemente, la información histórica
absolutamente imprescindible en la lectura no dicta las soluciones proyectuales. Pero
previa, sino que impone las pautas proyectua- puede ser de gran utilidad para ayudarnos a
les globales de la intervención posterior '. diseñar las nuevas soluciones «adaptando al
espíritu de hoy el estilo ... o creando formas ...
El segundo caso es hoy mucho más frecuente,
dentro de un determinado carácter, poseyendo
al tener las actuaciones casi siempre una fina-
su espíritu».
lidad reutilizadora que obliga a transforma-
ciones o adaptaciones del monumento. Los
La fiabilidad del análisis histórico
criterios derivados de esta actitud, sin embar-
go -aunque resulte paradójico-, son más cer- En todos los casos, sin embargo, es lícito
canos al concepto más tradicional de actua- plantear la duda razonable sobre si el desarro-
ción en la arquitectura preexistente, que fue llo actual de algunos conocimientos históri-
siempre más propicio a la diacronía -la suma cos, el nivel de las facultades universitarias
de arquitecturas con valores expresivos pro- donde se forjan los historiadores y el ejercicio
pios- que al mimetismo. profesional posterior de éstos permiten alber-
Antoni Gaudí, a propósito de su intervención gar esperanzas de que las pautas que han de
en la Seo de Mallorca, dijo a principios de si- recibir los proyectistas tengan suficiente cre-
glo: «Hagamos arquitectura sin arqueología: dibilidad.
... no debemos copiar las formas, sino estar en 59
Es evidente que toda generalización es peli-
condición de producirlas dentro de un deter-
grosa e injusta y que esa fiabilidad variará
minado carácter, poseyendo su espíritu» ".
mucho en función del entorno cultural, inclu-
También por aquellas fechas el restaurador
so de las personas que actúan en cada caso.
catalán Jeroni Martorell afirmó: «En cada
Como también según a qué rama del conoci-
hora se ha de hablar el lenguaje artístico pro-
miento histórico nos refiramos.
pio. Mientras la construcción en sí dé suficien-
tes datos para completarla según el espíritu de Desde hace bastantes años, la arqueología,
los que en otro tiempo la hicieron, mientras la entendida como análisis estratigráfico de todo
arqueología con casos similares nos ilustre, el monumento -subsuelo, cubiertas, espacios
sigamos sus indicaciones, pero si no, entonces cerrados, alzados o paramentos, etc.-, y el
vale más hacer arte moderno, adaptando al
conjunto de ciencias concurrentes (paleogra-
espíritu de hoy el estilo -si a más no nos atre-
fía, estudio de fuentes documentales, ceramo-
vemos- o creando nuevas formas si Dios nos
logía, antropología física, palinología, numis-
hubiera favorecido con inspiración para
mática, dendrocronología, etc.) ha alcanzado
hacerlo» '.
un elevado grado de eficacia en cuanto al
En estos casos en que, siguiendo a los maes- conocimiento del monumento que se persigue
tros, renunciamos a recuperaciones miméticas en la primera fase de la restauración monu-
o analógicas en aras de un criterio más creati- mental.

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Los riesgos, en este caso, no están en la pro- planteamientos más elementales los que difi-
pia ciencia, sino en su práctica. En primer cultan su utilidad, como he tenido ocasión de
lugar, porque aunque la arqueología sea una comprobar en las restauraciones de carácter
ciencia con grado de fiabilidad muy alto, no estrictamente testimonial que he tenido la res-
tienen por qué serlo -como ocurre en todas ponsabilidad de dirigir".
las disciplinas- todos los profesionales que
El análisis del papel que juegan los estudios
la ejercen. Y lo cierto es que la extensión de
la arqueología aplicada a la restauración no de historia del arte en la restauración, y la rei-
se ha visto correspondida en las facultades vindicación del papel de los profesionales
universitarias con una ampliación de las correspondientes, son hechos recientes. Los
enseñanzas. simposios sobre historia y restauración cele-
brados en 1983 en Roma 10 y en 1984 en Vic"
En segundo lugar, porque el propio prestigio iniciaron la discusión desde una plataforma
de la disciplina ha inducido en ocasiones a pluridisciplinar. La incorporación de esos pro-
convertir los trabajos arqueológicos en sí mis- fesionales a los equipos interdisciplinarios de
mos como objetivo de la restauración, más la restauración monumental, continúa, sin
que como medio o mecanismo de ésta. Esta embargo, siendo lenta y problemática: «... por
pretendida «autonomía» y protagonismo del haber permanecido hasta ahora más vincula-
método arqueológico ha producido en ocasio- dos a la investigación de tipo académico ... y
nes desequilibrios presupuestarios entre la por tener que enfrentamos a una actividad
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fase de análisis y la de intervención y, en el para la que los estudios de nuestras facultades
terreno teórico, ha propiciado dislates como no capacitan específicamente, los historiado-
afirmar que «la ruptura del enmarañamiento res del arte implicados (en la restauración)
teórico y metodológico que ha rodeado la his- hemos tenido que enfrentamos a una reflexión
toria de la restauración ha venido del mundo autodidacta y aislada ...» 12•
de la arqueología ... » o que «el método de aná-
lisis estratigráfico se ha situado en el centro de Las informaciones, teorías y criterios que
la discusión sobre la restauración monumen- puede aportar la historia del arte , por lo
tal. .. » ' , una grave confusión entre medios y tanto, deben deducirse aún casi siempre de
fines, cuando parece evidente que la defini- trabajos generales, pocas veces escritos con
ción conceptual de la restauración, no puede la perspectiva de la restauración y, por consi-
plantearse a partir de sus medios sino de sus guiente, con pocas posibilidades de ser real-
fines y el análisis estratigráfico no deja de ser mente útiles. Es difícil encontrar en esos tra-
sino un mero medio. bajos datos sobre materiales constructivos
(pavimentos, cerramientos, revestimientos,
En el caso de otras ramas del análisis históri- morteros, etc.) de edificios en particular y, a
co, como la historia del arte o de la construc- menudo, poco se dice también de los am-
ción (siempre desde la óptica de su aplicación bientes o del uso de los espacios, aspectos
a la restauración monumental), son aún sus fundamentales todos ellos para poder enfocar

-LX-
con rigor la restauración, especialmente la de rios que han aconsejado una u otra solución
carácter testimonial. proyectual, son datos que forman parte de
esa historia del monumento, una historia sin
Las opiniones de algunos historiadores permi-
solución de continuidad que se inició con la
ten albergar esperanzas respecto de una cola-
colaboración de la primera piedra en tiem-
boración eficaz de estos profesionales en el
pos remotos y que el historiador no puede
futuro, tanto en la aportación de informacio-
marginar.
nes sobre los aspectos materiales del monu-
mento como el conocimiento global que ha de
A modo de conclusión
permitir el enfoque genérico de la restaura-
ción: « ... La labor más importante del histo- Para mejorar la eficacia del conocimiento
riador del arte radica en intentar salvar la histórico en las dos fases esenciales de la
distancia establecida por el devenir histórico restauración monumental, debe adaptarse la
para comprender el hecho artístico, el Mo- enseñanza universitaria de las diversas ra-
numento, en este caso, en su globalidad ... >>u. mas del análisis histórico, proporcionan-
«No podemos comprender el valor y el senti- do elementos metodológicos para esa apli-
do del patrimonio histórico si no entendemos, cación concreta, incluso favoreciendo la apa-
aunque sea mínimamente, a los hombres que rición de nuevas especialidades, como la his-
lo crearon y proyectaron, que realizaron el toria de la construcción, que poco tiene que
encargo, si no nos acercamos a su universo ver, al menos en estos momentos, con la his-
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mental, a sus creencias, temores, condiciones toria del arte.
económicas y culturales, a su vida, en fin. Por
esta razón, en la recuperación del Patrimonio Y deberían también mejorarse las condicio-
la labor de los historiadores del arte y arqueó- nes de colaboración entre los profesionales
logos debe ir más allá de la simple observa- de las diversas ramas del análisis histórico,
ción y del análisis material de los restos, para en un plano de mayor igualdad (sin predo-
preocuparse por sus condiciones de creación y minios de una rama sobre las demás, como
evolución.>> 14 ocurre a menudo ahora con la arqueología).
Así como mejorar el tipo de la relación de
Falta también, a mi juicio, que los historia- todos los profesionales de la historia con los
dores asuman un papel importante, desdibu- equipos pluridisciplinares de la restauración
jado hasta ahora debido a esos planteamien- monumental, a partir del mutuo conocimien-
tos deficitarios. Se trata de la crónica de la to y respeto metodológico (el arquitecto de-
actuación. Toda restauración es historia de be conocer, valorar y respetar el conoci-
la transformación del monumento y, por miento histórico y los métodos científicos
tanto, historia del monumento: el inventario que le son propios, tanto como el historiador
de lo que desaparece, cambia o se incorpora debe conocer, valorar y respetar el método y
en el proceso restaurador (de la fábrica, el los criterios de proyecto que corresponden al
mobiliario o las artes aplicadas), y los crite- arquitecto). O

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NOTAS:

1 A. González, <<En búsqueda de la Restauración monumental en Cataluña en la primera mitad del siglo
Objetiva», en Com i pera qui restaurem, Memoria 1985- XX» , Actas del Seminario sobre Teoría e historia de la
1989 del Servicio de Patrimonio Arquitectónico de la restauración en España. 1900-1936, Universidad
Diputación de Barcelona, Barcelona, 1990. Internacional Menéndez y Pelayo, Valencia, junio de
1994.
2 En este texto se utiliza la palabra intervención como sinó-
nimo de <<actuación>>, acepción ésta que preferimos reservar M <<Leer el documento construido», monográfico de
para el conjunto de las dos fases de la acción. Nada tiene Informes de la Construcción, n. 435, Instituto Eduardo
que ver aquí, por lo tanto, la palabra <<intervención>> con el Torroja, Madrid, enero/febrero de 1995, p. 17.
sentido que tantas veces se le dio en la pasada década, es
decir, como sinónimo de una determinada forma de actuar
9 A. González, <<Historia de 1'Art i restauració monumen-
sobre el monumento, especialmente para significar una con- tal. Algunes reflexions a proposit de Sant Quirze de
Pedret», en Butlletí del Museu Nacional d'Art de
ducta alejada de las atribuidas a los por entonces despresti-
giados <<restauradores». Cata/unya. Barcelona, diciembre de 1995.
10 Roma, 12-14 de octubre de 1983, XXI Congresso di
3 A. González, <<Por una metodología de la intervención
en el patrimonio arquitectónico (El monumento como Storia dell 'Architettura, sobre <<Storia e Restauro
documento y como objeto arquitectónico)>>, Fraf?mentos, dell'Architettura». Actas publicadas en G. Spagnesi (ed.),
n. 6, Madrid, 1985. Storia e restauro del/' architettura. Proposte di metodo.
Roma, 1984.
4 <<Secondo Congresso Intemazionale degli Architetti e
11 Vic (Barcelona), del 12 al 14 de diciembre de 1984,
Tecnici dei Monumenti>>, Venecia, del 25 al 31 de mayo
de 1964. <<Historia i arquitectura. La recerca historica en el procés
d ' intervenció en els monuments», organizado por el
5 A. González, <<Especificidad y dificultad de la restaura- Servicio de Monumentos de la Diputación de Barcelona.
ción de la arquitectura testimonial>>, en Actuacions en el Actas publicadas en A. González (ed.), Historia i
patrimoni edifica!: la restauració de /'arquitectura deis Arquitectura. Memoria 1984 del Servei de Catalogació i
seg/es IX i X, Quadems Científics i Tecnics, n. 4, Conservació de Monuments, Barcelona, 1986.
Diputación de Barcelona, Barcelona, 1992.
12 M. P. García Cuetos, <<El historiador del arte en los pro-
6 Citado en Bergós Massó, Joan. Gaudí, /' home i /'obra. cesos de intervención en el patrimonio. Reflexiones desde
62 Editorial Ayma. Barcelona, 1953. Gaudí utiliza aquí el la experiencia profesional», en Actas de las Jornadas
término arqueología, no refiriéndose a la disciplina histó- nacionales Historia del Arte y bienes culturales. (CEHA),
rica, sino como sinónimo de arqueologismo, expresión no Cádiz, junio de 1992.
recogida por los diccionarios, pero de empleo común, que
identifica la restauración de monumento con la imitación 13 Cit. supra. n. 12.
acrítica de los estilos antiguos.
14 G. Adán, R. Alonso Alvarez, M. P. García Cuetos, <<El
7 <<Conservación y catalogación de monumentos», ponen- papel de arqueólogos e historiadores del arte en la inves-
cia presentada en el <<I Congrés d' Art Cristia a tigación y recuperación del patrimonio. Labor multidisci-
Catalunya», Sant Cugat del Vallés, 28 de octubre de 1913. plinar y cuestiones metodológicas », en Actas de las pri-
Texto inédito. Citado en A. González, <deroni Martorell i meras jornadas sobre patrimonio, Prief?O (Córdoba).
Terrats (1876-1951 ): teoría y práctica de la restauración Universidad de Córdoba, 1992.

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