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Introducción a la literatura Española I

Omar Sanz

Antología de poesía medieval

Departamento de Filología Española


Universidad Autónoma de Barcelona
JARCHAS

JUDÁ LEVÍ

[1] “Una paloma que anida entre mirtos me mira mientras preparo mi canto o cuando me
lamento de mi tiempo. Me habla con una voz lastimera, como de muchacha que canta:

Ven, sidi, veni el querer es tanto bieni


dest al-zameni con filyo d’Aben al-Dayyeni.”

Ven, mi señor, ven, -¡el querer es tan gran bien de este tiempo!-, con el hijo de Aben al Dayyan.

[2] “Todo corazón tiene el deseo de ver (a su dueño, que es como) una colina de mirra,
para beber de sus manantiales y oír sus palabras –por eso va a consultar a una adivina:

Gar si yes devina y devinas bil’lhaqq


Gar me cand me vernad meu habibi Ishaq.”

Dime si eres una adivina que echa la buenaventura según la verdad, dime, cuándo vendrá mi amigo Isaac.

ABRAHAM IBN EZRA

[3] “Tratad amablemente a la gacela que suspira con voz amarga… por su amigo ausente:
“Bajaré dolorosamente a mi tumba”:

Gar, ¿qué farayu? ¿Com vivirayu?


Este al-habib espero por él morrayu.”

Dime, ¿qué haré? ¿cómo viviré? Espero a mi amigo; por él moriré.

TODROS ABULAFIA

[4] “Cuando viene, la ciudad se reviste de su gloria; todo el tiempo que él queda aquí, se
siente transportada de grandeza hasta los cielos. Por esto el día de su marcha, la ciudad
exclama:

¿Qué farayu o qué serád de mibi? Habibi, no te tolgas de mibi.”

Amigo, ¡no te apartes de mí! ¿Qué haré, qué será de mí si tú me dejas?


MUHAMMAD IBN ‘UBADA

[5] “La doncella se lamente incesantemente de la crueldad de un hombre. ¡Oh viento!


¿Quién podría sujetarse al que no quiere? Cuando ella, cautiva de amor, le contempla libre,
canta sin otra esperanza que la de poder volverse hacia él:

Meu sidi Ibrahim ya tu omne dolje vent’a mib de nojte


In (?) non si non queris yireym’a tib gar me ob legarte.”

‘Oh tú, mi dulce dueño Ibrahim, ven a mi casa por la noche. Si (?) no, si es que tú no quieres, yo me iré a
la tuya. ¡Dime dónde te encontraré!

ANÓNIMAS

[6] “Tras largo tiempo en el que ella fue atacada de locura y aprisionada en los labios de
amor, canta y llora por la soledad en que yo la he dejado:

Com si filyol alyenu, non mas adormis a meu senu.”

Como si fueras un hijo ajeno, ya no duermes sobre mi pecho.

[7] “La doncella, sola con su amigo, veía que el espía no les prestaba atención; entonces
con dulcísima voz dijo:

Si queris como bon a mib bejame da l-nazma duk


Boquella de habb al-muluk.”

Si me amas como hombre de bien, besa aquí esta sarta de perlas, esta boquita de cerezas.

[8] “¡Cuán bella es, gacela aterrorizada en su cuarto por nuestra separación! Tiene trece
años y los ojos arrasados de lágrimas. Apasionadamente, como si estuviera ebria, dice a su
madre:

Ya mamma meu ‘l-habibi vaise (?) y (?) non tornad(i)


Gar que faray ya mamma ………………………….

Madre, mi amigo se va (?) y (?) no vuelve. Dime, madre, ¿qué haré yo?...

[9] “Aman ya habibi al-wahsa me no ferás


bon beja ma boquella eu se que (?) tu n’irás.”

¡Gracias, amigo mío, no me enojes! Bueno, besa mi boquita; sé que (?) no te marcharás.
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CANTIGAS D’AMIGO Y OTRAS CANCIONES

[10]

Per ribeira do rio


vi remar o navio,
e sabor ei da ribeira.

Per ribeira do alto


vi remar o barco,
e sabor ei da ribeira.

Vi remar o navio:
i vai o meu amigo.
E sabor ei da ribeira.

Vi remar o barco:
i vai o meu amado.
E sabor ei da ribeira.

I vai o meu amado,


Quer-me levar de grado.
E sabor ei da ribeira.

[JOAN ZORRO]

Por las riberas del río vi remar el navío, y placer me da la ribera… Ahí va mi amigo, quiere llevarme
consigo.

[11]

-Tal vai o meu amigo


con amor que lh’eu dei
come cervo ferido
de monteiro del-rei.

Tal vai o meu amigo,


madre, con meu amor
come cervo ferido
de monteiro maior.

E se el vai ferido,
irá morrer al mar:
si fará meu amigo
se eu d’el non pensar.

-E guardade-vos, filha,
ca já un atal vi
que se fez coitado
por guaanhar de mi.

E guardade-vos, filha,
ca já un vi atal
que se fez coitado
por de min guaanhar.

[PERO MEOGO]

-Así va mi amigo con el amor que le causé como el ciervo por el montero del rey… Y si él [el ciervo] va
herido, irá a morir al mar: así hará mi amigo, si no me acuerdo yo de él. –Tened cuidado, hija, que yo ya
he visto a alguno que se ha finjido enamorado para alcanzar mi amor.

[12]

-Digades, filha, mia filha velida,


por que tardastes na fontana fria?
Os amores ei.

Digades, filha, mia filha louçana,


Por que tardastes na fria fontana?
Os amores ei.

-Tardei, mia madre, na fontana fria:


Cervos do monte a augua volvian.
Os amores ei.

Tardei, mia madre, na fria fontana:


Cervos do monte volvian a augua.
Os amores ei.

-Mentir, mia filha, mentir por amigo:


nunca vi cervo que volvess’ o rio.
Os amores ei.

Mentir, mia filha, mentir por amado:


Nunca vi cervo que volvess’ o alto.
Os amores ei.

[PERO MEOGO]

Digaisme, hija, hija mia hermosa, ¿por qué tardasteis en la fuente fría? –Amores tengo…- Tardé,
madre, en la fuente fría, porque los ciervos del monte revolvieron el agua… -Mentís, hija mía, mentís por
vuestro amigo: nunca he visto yo un ciervo que revolviese el río.
[13]

-Ai flores, ai flores do verde pinho,


se sabedes novas do meu amigo?
Ai, Deus, e u é?

Ai flores, ai flores do verde ramo,


se sabedes novas do meu amado?
Ai, Deus, e u é?

Se sabedes novas do meu amigo,


aquel que mentiu do que pôs comigo?
Ai, Deus, e u é?

Se sabedes novas do meu amado,


aquel que mentiu do que a mi á jurado?
Ai, Deus, e u é?

Vós me preguntades polo voss’ amigo,


e eu ben vos digo que é sa’ e vivo.
Ai, Deus, e u é?

Vós me preguntades polo voss’ amado,


e eu ben vos digo que é viv’ e sao.
Ai, Deus, e u é?

E eu ben vos digo que é sa’ e vivo


e seerá vosc’ ant’ o prazo saido.
Ai, Deus, e u é?

E eu ben vos digo, que é viv’ e sao


e s[e]erá vosc’ ant’ o prazo passado.
Ai, Deus, e u é?

[REY DON DENÍS]

Ay flores del verde pino, ¿sabéis nuevas de mi amigo…, de aquel que no cumplió su promesa? Ay, Dios,
¿dónde estará? –Me preguntáis por vuestro amigo, y yo os digo que está sano y vivo… y que estará con
vos antes de cumplirse el plazo”.
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LÍRICA TRADICIONAL

[14]

Canción de mayo

Entra mayo y sale abril,


tan garridico le vi venir.

Entra mayo con sus flores,


sale abril con sus amores,
y los dulces amadores
comienzan a bien servir.

[15]

Canción del alba

Al alva venid, buen amigo,


al alva venid.

Amigo, el que yo más quería,


venid a la luz del día

Al alva venid, buen amigo,


al alva venid.

Amigo, el que yo más amava,


Venid a la luz del alva.

Al alva venid, buen amigo,


al alva venid.

Venid a la luz del día,


Non trayáys compañía.

Al alva venid, buen amigo,


al alva venid.

Venid a la luz del alva,


non traigáis gran compaña.

Al alva venid, buen amigo,


al alva venid.
[16]

Canción de amor a la casada

Quiero dormir y no puedo,


qu’el amor me quita el sueño.

Manda pregonar el rey


por Granada y por Sevilla
que todo hombre namorado
que se case con su amiga.
Qu’el amor me quita el sueño.

Quiero dormir y no puedo,


qu’el amor me quita el sueño.

Que tod’hombre namorado


que se case con su amiga:
¿qué haré, triste cuytado,
qu’es ya casada la mía?
Qu’el amor me quita el sueño.

Quiero dormir y no puedo,


qu’el amor me quita el sueño.
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POESÍA DE CANCIONEROS

[17]

¡Oh, Castillo de Montagnes,


por mi mal te conocí!
¡Cuitada de la mi madre,
que no tiene más de a mí!

[JUAN DEL ENCINA, Cancionero]

Afirma Menéndez Pidal que esta canción se relaciona con la entrada de los Infantes de
Aragón en Castilla (1430).

[18]

¡Llorad, las damas, sí Dios os vala!


Guillén Peraza quedó en La Palma.
la flor marchita de la su cara.

No eres palma, eres retama,


eres ciprés de triste rama,
eres desdicha, desdicha mala.

Tus campos rompan tristes volcanes;


No vean placeres, sino pesares;
cubran tus flores los arenales.

Guillén Peraza, Guillén Peraza,


¿dó está tu escudo, dó está tu lanza?
Todo lo acaba la mal andanza.

Recogidas de la tradición oral canaria en 1632, estas endechas debieron de componerse


poco después del suceso al que aluden: la muerte, en 1443, del caballero sevillano Guillén
Peraza.

1 sí Dios os vala: ‘así Dios os valga’.

[19]

La niña gritillos dar:


Non es de maravillar.

Mucho grita la cuitada


con la voz desmesurada,
por se ver asalteada;
non es de maravillar
Amor puro la venció,
que a muchos engañó;
si por el se descibió
non es de maravillar.

Temprano quiso saber


el trabajo y el placer
que el amor nos haz haber;
non es de maravillar.

A los diez años complidos


fueron della conocidos
todos sus cinco sentidos;
non es de maravillar.

A los quince, ¿qué fará?


esto notar se debrá
por quien la praticará;
non es de maravillar.

[Cancionero de Herberay de Essarts]

se descibió ‘se engañó’. Obsérvese la extremada juventud de la muchacha, apta para gozar a
tan tierna edad -diez años- de “todos sus cinco sentidos”. En la Edad Media, el desarrollo
físico de la mujer era mucho más rápido que en la época actual. Y, consecuentemente, la
edad requerida para el matrimonio más temprana. Merece recordarse a este propósito que
Don Juan Manuel se casó en segundas nupcias con Dª Constanza, hija de Jaime II de
Aragón, en febrero de 1311, al cumplir ella los doce años de edad. Los esponsales se habían
celebrado bastante antes -en 1303-, y desde entonces la futura esposa fue internada en
Villena, de donde saldría para el matrimonio una vez alcanzada la edad legal.

[20]

Ojos de la mi señora,
Y vos, ¿qué habedes?
¿por qué vos abaxedes
cuando me veedes?

[Cancionero de Herberay de Essarts]

[21]

Ojos garzos ha la niña:


¿quién se los namoraría?
Son tan bellos y tan vivos
que a todos tienen cativos;
mas muéstralos tan esquivos
que roban el alegría.

roban el placer y gloria,


los sentidos y memoria;
de todos llevan vitoria
con su gentil galanía.

con su gentil gentileza


ponen fe con más firmeza;
hacen vivir en tristeza
al que alegre ser solía.

no hay ninguno que los vea


que su cativo non sea:
todo el mundo los desea
contemplar de noche y día.

[JUAN DEL ENCINA, Cancionero]

[22]

De amores son
mis ojuelos, madre,
de amores son.

Santa María,
¡qué fuerte pena,
tener amiga
y que non la vea!

[Cancionero de la Colombina]

[23]

Si la noche hace escura


y tan corto es el camino,
¿cómo no venís, amigo?

La media noche es pasada


y el que me pena no viene:
mi desdicha lo detiene,
¡que nací tan desdichada!
Háceme vivir penada
y muéstraseme enemigo.
¿Cómo no venís, amigo?

[Cancionero de Upsala]

[24]

Besóme el colmenero,
que a la miel me supo el beso.

[J. FERNÁNDEZ DE HEREDIA, Cancionero]

[25]

Decid quién os trae,


mi Dios y señor,
decir quién os trae
tan preso de amor.

[Cancionero sevillano]

[26]

Pues que me tienes,


Miguel, por esposa,
mírame, Miguel,
cómo soy hermosa.

¡Mira qué extremada


me hizo natura!
¡Cuánta hermosura
en mí está encerrada!
¡Tan aventajada
cuan bella y graciosa!

¡Mírame, Miguel,
cómo soy hermosa!

[Cancionero musical de Medinaceli]

[27]

Morenita me llaman, madre,


desde el día en que nací,
y al galán que me ronda la calle
blanca y rubia le parecí.

[Cancionerillos de Munich]

[28]

Señor Gómez Arias,


doleos de mí:
soy mochacha e niña
y nunca en tal me vi.

Señor Gómez Arias,


vos me trajistes,
y en tierra de moros
vos me vendistes.
Yo no sé la causa
por que lo hecistes,
que yo, sin ventura,
no os lo merecí.

Señor Gómez Arias,


doleos de mí:
soy mochacha e niña
y nunca en tal me vi.

Si mi triste madre
tal cosa supiese,
con sus mesmas manos
la muerte me diese.
No hay hombre en el mundo
que no se doliese
de la desventura
que vino por mí.

Señor Gómez Arias,


doleos de mí:
soy mochacha e niña
y nunca en tal me vi.

En cas de mi padre
estaba encerrada,
de chicos y grandes
querida y mimada.
Véome ora triste
o enajenada;
triste fue la hora
en que yo nací.
Señor Gómez Arias,
doleos de mí:
soy mochacha e niña
y nunca en tal me vi.

Señor Gómez Arias,


habed compasión
de la sin ventura
que queda en prisión.
Conmueva mi llanto
vuestro corazón;
no seáis tan cruel
en dejarme así.

Señor Gómez Arias,


doleos de mí:
soy mochacha e niña
y nunca en tal me vi.

Señor Gómez Arias:


si a Córdoba fuerdes,
a mi padre y madre
me encomendedes;
y de mis hermanos
vos os guardedes,
que no os den muerte
por amor de mí.

Señor Gómez Arias,


doleos de mí:
soy mochacha e niña
y nunca en tal me vi.

[SEBASTIÁN DE HOROZCO, Cancionero]

[29]

¿Cuál es la niña
que coge las flores
si no tiene amores?

Cogía la niña
la rosa florida;
el hortelanico
prendas le pedía.
Si no tiene amores.

[GIL VICENTE]
[30]

Tres morillas me enamoran


en Jaén:
Axa, Fátima y Marién.

Tres morillas tan garridas


iban a coger olivas,
y hallábanlas cogidas
en Jaén:
Axa, Fátima y Marién.

Y hallábanlas cogidas
y tornaban desmaídas
y las colores perdidas
en Jaén:
Axa, Fátima y Marién.

Tres moricas tan lozanas


iban a coger manzanas,
[y cogidas las hallaban]
en Jaén:
Axa, Fátima y Marién.

[Cancionero musical de Palacio]


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ROMANCES

[31]

El Cid en las Cortes

Tres cortes armara el rey, todas tres a una sazón:


las unas armara en Burgos, las otras armó en León,
las otras armó en Toledo donde los hidalgos son
para cumplir de justicia al chico con el mayor.
Treinta días da de plazo, treinta días que más no 5
y el que a la postre viniese que lo diesen por traidor.
Veinte nueve son pasados, los condes llegados son;
treinta días son pasados y el buen Cid no viene, non.
Allí hablaran los condes: -Señor, daldo por traidor.-
Respondiérales el rey: -Eso non faría, non, 10
qu’el buen Cid es caballero de batallas vencedor
pues que en todas las mis cortes no lo había otro mejor.-
Ellos en aquesto estando, el buen Cid que asomó
con trecientos caballeros, todos hijosdalgo son;
todos vestidos de un paño, de un paño y de una color 15
si no fuera el buen Cid que traía un albornoz;
el albornoz era blanco, parecía un emperador;
capacete en la cabeza que relumbra como el sol.
-Manténgavos Dios, el rey, y a vosotros sálveos Dios,
que no hablo yo a los condes que mis enemigos son.- 20
Allí dijeron los condes, hablaron esta razón:
-No somos hijos de reyes, sobrinos de emperador;
merescimos ser casados con hijas de un labrador.-
Allí hablara el buen Cid, bien oiréis lo que habló:
-Convidáraos yo a comer, buen rey, tomásteslo vos 25
y al alzar de los manteles dijístesme esta razón:
que casase yo a mis hijas con los condes de Carrión;
diéraos yo en respuesta:
“preguntar lo he yo a su madre, la madre que las parió;
preguntar lo he yo a su ayo, al ayo que las crió”. 30
Dijérame a mí el ayo: “Buen Cid, no lo hagáis, no,
que los condes son muy pobres y tienen gran presunción”.
Por no deshacer vuestra palabra, buen rey, hiciéralo yo.
Treinta días duraron las bodas, que no quisieron más, no;
cien cabezas matara de mi ganado mayor, 35
de gallinas y capones, buen rey, no os lo cuento, no.

El romance refleja un episodio que aparece también en el Cantar de Mio Cid: la convocatoria
de Cortes por Alfonso VI en Toledo para reparar el agravio hecho por los condes de
Carrión al Cid en la persona de sus hijas. Aunque algunos versos coinciden con lo narrado
en el Cantar, otros presentan motivos ausente en el poema épico, pero que se encuentran
en crónicas; Menéndez Pidal sugiere que puede derivar “de alguna de las refundiciones del
Mio Cid que sirvieron de fuente a las crónicas de los siglos XIII y XIV”, en contra de la
opinión de Milá, quien había deducido que el romance fue compuesto basándose en la
Crónica General.

1 cortes: ‘junta general del reino’.


9 daldo: ‘dadlo’.
16 albornoz: ‘especie de capa con capucha’.
18 capacete: ‘casco’
35 ganado mayor: el bovino.
36 capones: ‘pollos castrados y cebados’.

[32]

Abenámar

Por Guadalquivir arriba el buen rey don Juan camina;


encontrara con un moro que Abenámar se decía.
El buen rey desque lo vido desta suerte le decía:
-Abenámar, Abenámar, moro de la morería,
hijo eres de un moro perro y de una cristiana cautiva, 5
a tu padre llaman Hali y a tu madre Catalina;
cuando tú naciste, moro, la luna estaba crecida
y la mar estaba en calma, viento no la rebullía.
Moro que en tal signo nasce no debe decir mentira.
Preso tengo un hijo tuyo, yo le otorgaré la vida 10
si me dices la verdad de lo que te preguntaría.
Moro, si no me la dices, a ti también mataría.
-Yo te la diré, buen rey, si me otorgas la vida.
-Dígasmela tú, el moro, que otorgada te sería:
¿qué castillos son aquellos? Altos son y relucían. 15
-El Alhambra era, señor, y la otra es la mezquita,
los otros los Alixares labrados a maravilla;
el moro que los labró cien doblas ganaba al día
y el día que no los labra de lo suyo las perdía;
desque los tuvo labrados el rey le quitó la vida 20
porque no labre otros tales al rey del Andalucía.
La otra era Granada, Granada la noblecida
de los muchos caballeros y de la gran ballestería.-
Allí habla el rey don Juan, bien oiréis lo que diría:
-Granada, si tu quisieses, contigo me casaría; 25
dart’he yo en arras y dote a Córdoba y a Sevilla
y a Jerez de la Frontera que cabo sí la tenía.
Granada, si más quisieses, mucho más yo te daría.-
Allí hablara Granada, al buen rey le respondía:
-Casada so, el rey don Juan, casada soy que no viuda; 30
el moro que a mí me tiene bien defenderme querría.-
Allí habla el rey don Juan, estas palabras decía:
-Échenme acá mis lombardas doña Sancha y doña Elvira;
tiraremos a lo alto, lo bajo ello se daría.-
El combate era tan fuerte que grande temor ponía; 35
los moros del baluarte con terrible algacería
trabajan por defenderse, mas facello no podían.
El rey moro que esto vido prestamente se rendía
Y cargó tres cargas de oro, al buen rey se las envía;
Prometió ser su vasallo con parias que le daría. 40
Los castellanos quedaron contentos a maravilla;
Cada cual por do ha venido se volvió para Castilla.

Este romance fronterizo evoca poéticamente circunstancias del reinado de Juan II de


Castilla y de la injerencia castellana en el reino musulmán de Granada durante esa época. Se
han realizado intentos para localizar en un momento concreto de ese reinado el episodio
que el romance refleja: Menéndez Pidal llega a sugerir una fecha tan precisa como el 27 de
junio de 1431. Pero lo esencial es que en el diálogo entre el rey cristiano y un moro aliado
se trasluce la pasión del castellano por la bella ciudad -presentada como una mujer deseada
a la que el rey requiebra- y su frustración ante la imposibilidad de alcanzarla.

17 Alixares: otro palacio granadino.


18 dobla: moneda de oro de origen árabe, adoptada en la Edad Media por el sistema monetario castellano.
23 ballestería: ‘conjunto de gente armada con ballestas’.
33 lombardas: ‘cañones de gran calibre’.
36 baluarte: ‘obra de fortificación de figura pentagonal’; algacería: vocería de moros y de otras tropas al
sorprender o acometer al enemigo’.
40 parias: ‘tributo que paga un príncipe a otro en reconocimiento de superioridad’.

[33]

El prisionero

-Por el mes era de mayo, cuando hace el calor,


cuando canta la calandria y responde el ruiseñor,
cuando los enamorados van a servir al amor;
sino yo, triste cuitado, que vivo en esta prisión,
que ni sé cuándo es de día ni cuando las noches son 5
sino por una avecilla que me cantaba al albor;
matómela un ballestero, déle Dios mal galardón.
Cabellos de mi cabeza lléganme al corvejón,
los cabellos de mi barba por manteles tengo yo,
las uñas de las mis manos por cuchillo tajador. 10
Si lo hacía el buen rey, hácelo como señor;
si lo hace el carcelero, hácelo como traidor.
Mas quien agora me diese un pájaro hablador
siquiera fuese calandria, o tordico, o ruiseñor,
criado fuese entre damas y avezado a la razón, 15
que me lleve una embajada a mi esposa Leonor:
que me envíe una empanada no de trucha ni salmón
sino de una lima sorda y de un pico tajador,
la lima para los hierros y el pico para la torre.-
Oído lo había el rey, mandóle quitar la prisión. 20

Es este sin duda uno de los más bellos y logrados romances: el parlamento en primera
persona en que un desconocido prisionero se lamenta de sus situación, la descripción inicial
del entorno en que florece la primavera, el lirismo de la situación y la belleza de las
formulaciones se conjugan para conseguir un producto literario muy sugerente.

3 servir: en el sentido de servicio amoroso propio del código cortés.


4 sino: ‘excepto’.
8 corvejón: ‘articulación de la parte posterior de la pierna, opuesta a la rodilla”.
10 tajador: ‘que sirve para cortar’.
16 embajada: ‘recado, encargo’.
18 lima sorda: ‘la que hace poco ruido por estar embotada con plomo’.

[34]

Fontefrida

Fonte Frida, Fonte Frida, Fonte frida y con amor,


do todas las avecicas van tomar consolación
si no es la tortolica qu’está viuda y con dolor.
Por allí fuera pasar el traidor del ruiseñor;
las palabras que le dice llenas son de traición: 5
- Si tú quisieses, señora, yo sería tu servidor.
- Vete d’ahí, enemigo, malo, falso, engañador,
que ni poso en ramo verde ni en prado que tenga flor;
que si el agua hallo clara, turbia la bebía yo;
que no quiero haber marido porque hijos no haya, no, 10
ni quiero placer con ellos ni menos consolación.
Déjame, triste enemigo, malo, falso, mal traidor,
que no quiero ser tu amiga ni casar contigo, no.

Encontramos en este romance formulaciones y un estilo muy castizamente tradicionales,


que muestran que su vida oral debía de ser ya larga a comienzos del siglo XVI. En su
contenido, incorpora motivos de origen clerical junto a otros comunes en la canción
tradicional, y muy especialmente en la vinculada a ritos primaverales. No en vano, Eugenio
Asensio ha señalado que “ningún romance viejo ejemplifica […] la confluencia de la cultura
clerical y de la canción comunal con tan bella eficacia”. Francisco Rico ha sugerido su
posible nacimiento en la Italia de comienzos del siglo XV, de donde habría pasado al
ámbito del castellano a través del catalán.

1 Fonte Frida: es, naturalmente, arcaísmo por ‘fuente fría’, que aquí hemos versalizado como topónimo. Más
que –como sugería Menéndez Pelayo- un eco del castillo de Roca Frida, parece utilización de los motivos de
la fuente como lugar de encuentro amoroso y del agua fría como goce erótico, tan fecundos en la lírica
tradicional.
6 servidor: en el sentido de quien hace un servicio de amor.

[35]

Incendio de Roma

Mira Nero de Tarpeya a Roma cómo se ardía;


gritos dan niños y viejos y él de nada se dolía.
El grito de las matronas sobre los cielos subía,
como ovejas sin pastor unas a otras corrían
perdidas, descarriadas, llorando a lágrima viva. 5
Toda su gente huyendo a las torres se acogía;
los siete montes romanos lloro y fuego los hundía:
en el grande Capitolio suena muy gran vocería,
por el collado Aventino gran gentío discurría,
van en Caballo Rotundo, la gente apenas cabía, 10
por el rico Coliseo gran número se subía.
Llegaban los dictadores, los cónsules a porfía,
daban voces los tribunos, los magistrados plañían,
los cuestores lamentaban, los senadores gemían;
lloran la orden ecuestre, toda la caballería 15
por la crueldad de Nero que lo ve y toma alegría.
Siete días con sus noches la cibdad toda se ardía;
por tierra yacen las casas, los templos de tallería,
los palacios muy antiguos de alabastro y sillería,
por tierra van en ceniza sus lazos y pedrería. 20
Las moradas de los dioses han triste postrimería:
el templo capitolino do Júpiter se servía,
el grande templo de Apolo, el que de Mars se decía,
sus tesoros y riquezas el fuego los derretía.
Por los carneros y osarios la gente se defendía. 25
De la torre de Mecenas lo miraba todo y veía
el ahijado de Claudio que a su padre parecía,
el que a Séneca dio muerte, el que matara a su tía,
el que antes nueve meses que Tiberio se moría
con prodigios y señales en este mundo nacía, 30
el que siguió los cristianos, el padre de tiranía
de ver abrasar a Roma gran deleite recebía;
vestido en scénico traje decantaba en poesía.
Todos le ruegan amanse su crueldad y porfía:
Doríforo le rogaba, Esporo le combatía, 35
a sus pies Rubria se lanza, Acté los besa y lamía,
Claudia Augusta se lo ruega, ruégaselo Mesalina;
ni lo hace por Pompea ni por su madre Agripina,
no hace caso de Antonia que la mayor se decía
ni del padre y tío Claudio ni de Cepida su tía. 40
Auloplanco se lo habla, Rufino se lo pedía,
Por Británico ni Tusco ninguna cuenta hacía.
Los dos ayos se lo ruegan, el tonsor y el que tañía;
A sus pies se tiende Octavia, esa que ya no quería.
Cuanto más todos le ruegan él de nada se dolía. 45

Pese a su recargada erudición, que nos haría identificarlo como romance tardío, los
primeros versos de este Incendio de Roma están documentados en fecha tan temprana como
la de la primera edición de la Celestina (1499), en cuyo primer auto Sempronio los canta para
consolar a Calisto de sus penas de amor. Después tuvo amplio éxito: se incluye en el
Cancionero de Velázquez de Ávila y –lo que debió impulsar más su popularidad- en un
pliego suelto impreso a raíz de saco de Roma de 1527, en que aparece junto al antipapal
Triste estaba el padre Santo, romance de circunstancias en que se defiende la tesis “imperial”
sobre el saqueo de la Ciudad Santa perpetrado por las tropas de Carlos V: que el saco fue
permitido por Dios como escarmiento por el mal ejemplo que daba a los fieles la jerarquía
eclesiástica y el verdadero culpable de lo sucedido es, por tanto, el papa, mal pastor de sus
ovejas. Resulta evidente la intencionalidad política de imprimir juntos el romance de la
destrucción de Roma por culpa del mal papa y el de la otra destrucción –antigua- por la
crueldad incendiaria de un mal emperador pagano.

1 Nero: Lucio Domicio Nerón, emperador romano de la familia Julia-Claudia (37-68 d. C.); Tarpeya es la roca
del mismo nombre, promontorio sobre el foro romano.
3 matronas: ‘madres de familia’.
7 siete montes: las siete colinas de Roma: Aventino (citado en el v. 9), Palatino, Capitolio (v. 8), Quirinal,
Esquilino, Celio y Viminal.
10 Caballo Rotundo: se refiere al Circo Máximo, el más importante de Roma.
11 Coliseo: el anfiteatro de Roma.
12 dictador: magistrado supremo; cónsules: magistrados.
13 tribunos: magistrados elegidos por el pueblo; magistrados: cargos públicos.
14 cuestores: administradores del tesoro público.
18 tallería: ‘de talla, tallados’.
20 lazos: ‘adornos arquitectónicos’.
21 postrimería: ‘fin’.
26 Mecenas: estadista romano, protector de poetas como Horacio y Virgilio.
28 El filósofo estoico Lucio Anneo Séneca (ca. 4 a. C.-65 d. C.) fue maestro de Nerón, y el emperador le
ordenó que se suicidase en una conspiración romana.
29 Nerón nació nueve meses antes de la muerte del segundo emperador romano, Tiberio.
31 siguió: ‘persiguió’. Según la leyenda, Nerón acusó a los cristianos del incendio de Roma que él mismo había
provocado.
33 scénico traje: ‘el traje de salir a escena, el propio de los actores’.
35 Doríforo: esclavo liberto de Nerón, que participaba en sus orgías vestido de mujer; Esporo: esclavo castrado
por orden del emperador.
36 Rubria: una virgen vestal violada por Nerón; Acté: esclava cristiana que fue concubina de Nerón.
37 Claudia Augusta: es el nombre de la hija de Nerón y Popea, que murió cuando solo tenía cuatro meses. Tal
vez se confunda aquí con Claudia Antonia; Mesalina: tercera esposa de Claudio.
38 Pompea: segunda mujer de Nerón, a quien también mandó asesinar; Agripina: madre de Nerón, a quien su
propio hijo hizo asesinar.
39 Antonia la mayor: abuela de Nerón.
40 Claudio: debe ser el emperador mencionado en el verso 27, ya que era e n efecto tío abuelo de Nerón y lo
adoptó como hijo; Cepida: tal vez esté por Claudia Lépida, cuñada de Agripina.
41 Auloplanco: será Aulo Plauco, gobernador de Gran Bretaña que tomó parte en la conjura de Pisón contra
Nerón; Rufino: otro de los implicados en la misma conspiración.
42 Británico: hijo del emperador Claudio y de su tercera esposa Mesalina.
43 Debe de referirse a los dos preceptores que tuvo Nerón en su niñez, antes de ser educado por Séneca.
44 Octavia: primera mujer de Nerón, quien la repudió.
45 Se cierra la enumeración volviendo al verso del principio (2b).
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POESÍA TROVADORESCA

[36]

Farai un vers de dreit nien

I Farai un vers de dreit nien:


non er de mi ni d’autra gen,
nor er d’amor ni de joven,
ni de ren au,
qu’enans fo trobatz en durmen
sus un chivau.

II No sai en qual hora!m fui natz


no soi alegres ni iratz,
no soi estranhs ni soi privatz,
ni no!n puesc au,
qu’enaisi fui de nueitz fadatz
sobr’un pueg au.

III No sai cora!m sui endormitz


ni cora!m veill, s’om no m’o ditz;
per pauc no m’es lo cor partitz
d’un dol corau;
e no m’o pretz una fromitz,
per Saint Marsau!

IV Malautz soi e cre mi morir;


e re no sai mas quan n’aug dir.
Metge querrai al mieu albir,
E no!m sai tau;
bos metges er, si!m pot guerir,
mor non, si amau.

V Amigu’ai oeu, non sai qui s’es:


c’anc no la vi, si m’aiut fes;
ni!m fes que! plassa ni que!m pes,
ni no m’en cau:
c’anc non ac norman ni franses
dins mon ostau.

VI Anc no la vi et am la fort;
anc no n’aic dreit ni no!m fes tort;
quan no la vei, be m’en deport;
no!m prez un jau:
qu’ie!n sai gensor e belazor,
e que mais vau.

VII No sai lo luec ves on s’esta


si es en pueg ho es en pla;
non aus dire lo tort que m’a,
abans m’en cau;
e peza!m be quar sai rema,
per aitan vau.

VIII Fait ai lo vers, no sai de cui;


e trametrai lo a celui
que lo!m trametra per autrui
enves Peitau,
que!m tramezes del sieu estui
la contraclau.

Haré una poesía sobre absolutamente nada

I Haré una poesía sobre absolutamente nada:


no tratará de mí ni de ninguna otra gente;
no tratará de amor ni de juventud,
ni de ninguna otra cosa,
habrá sido compuesta mientras dormía,
sobre una caballo.

II Ignoro la hora en que nací,


no estoy alegre ni triste,
no soy huraño ni agradable,
y no puedo ser de otro modo,
pues así fui marcado por la noche,
en una alta montaña.

III Ignoro cuándo estoy dormido


y cuándo estoy despierto, si no me lo dicen;
por poco no se me parte el corazón
por una pena amorosa;
no doy por todo, el precio de una hormiga,
¡por San Marcial!

IV Estoy enfermo y creo morirme;


no sé nada más que lo que oigo decir.
Buscaré médico según mi deseo,
pero no conozco ninguno que me valga;
será buen médico si me puede curar,
pero no lo será si empeoro.

V Tengo amiga, no sé quién es:


nunca la vi, por mi fe,
ni hizo nada que me agradara o pesase
y no me preocupa:
nunca hubo abundancia
en mi casa.

VI Nunca la vi y la amo mucho;


nunca obtuve de ella favor, ni me ofendió;
cuando no la veo, poco me importa,
no lo precio un gallo:
pues sé de una más gentil y hermosa
y que vale más.

VII Ignoro dónde vive,


si es en montaña o en llano;
no oso decir lo injusta que me es,
sino que me callo;
me pesa que se quede aquí,
por eso me voy.

VIII Ya he hecho la poesía no sé de qué;


la enviaré a aquel
que por medio de otro me la transmitirá
al Peitieu,
para que mi dama me envíe la contrallave
de su estuche.

[GUILLERMO DE POITIERS]

[37]

Lo tems vai e ven e vire

I Lo tems vai e ven e vire


per jorns, per mes e per ans,
et eu, las!, no!n sai que dire,
c’ades es us mos talans.
Ades es us e no!s muda,
c’una!n volh e!n ai volguda,
don anc non aic jauzimen.

II Pois ela no!n pert lo rire,


a me!n ven e dols e dans,
c’a tal joc m’a faih assire
don ai lo peyor dos tans
-c’aitals amors es perduda
qu’es d’una part mantenguda-,
tro que fai accordamen.

III Be deuri’esser blasmaire


de me mezeis a razo,
c’anc no nasquet cel de maire
que tan servis en perdo;
e s’ela no m’en chastia,
ades doblara!lh folia,
que fols no tem tro que pren.
IV Ja mais no serai chantaire
ni de l’escola N’Eblo,
que mos chantars no!m val gaire
ni mas voutas ni mei so;
ni res qu’eu fassa ni dia,
no conosc que pros me sia,
ni no!i vei melhuramen.

V Sitot fatz de joi parvensa,


mout ai dins lo cor irat.
Qui vid anc mais penedensa
faire denan lo pechat?
On plus la prec, plus m’es dura;
mas si’n breu tems no!s melhura,
vengut er al partimen.

VI Pero ben es qu’ela!m vensa


a tota sa volontat,
que, s’el’a tort o bistensa,
ades n’aura pietat;
que so mostra l’Escriptura:
causa de bon’aventura
val us sols jorns mais de cen.

VII Ja no!m partrai a ma vida,


tan com sia sals ni sas,
que pois l’arma n’es issida,
balaya lonc tems lo gras;
e sitot no s’es cochada,
ja per me no!n er blasmada,
sol d’eus adenan s’emen.

VIII Ai, bon’amors encobida,


cors be faihz, delgatz e plas,
frescha chara colorida,
cui Deus formet ab sas mas!
Totz tems vos ai dezirada,
que res autra no m’agrada.
Autr’amor no volh nien!

IX Dousa res ben ensenhada,


cel que!us a tan gen formada,
m’en do cel joi qu’eu n’aten!

El tiempo va y viene y vuelve

I El tiempo va y viene y vuelve


a través de días, meses y años
y yo, ¡desgraciado! no sé qué decir,
pues siempre tengo el mismo deseo.
Siempre es el mismo y no cambia,
pues a una quiero y he querido,
de la que nunca tuve gozo.

II Mientras ella no pierde la sonrisa,


a mí me llegan penas y daños,
pues me ha hecho sentar a tal juego
en el que tengo dos veces lo peor
-es amor perdido
el que se mantiene por una sola parte-
hasta que ella llegue a un acuerdo.

III Tendría que maldecirme


a mí mismo con motivo,
pues aún no nació de madre
quien tanto sirviese en vano;
y si ella no me castiga,
se doblará mi locura,
pues el loco no teme hasta que recibe.

IV Nunca ya seré cantor


ni de la escuela de Ebles,
pues mi canto no me vale nada,
ni mis estrofas, ni mis melodías;
ni nada que yo haga o diga
me es de provecho, que yo sepa,
ni encuentro que mejore.

V Aunque tengo apariencia de alegría,


dentro tengo muy entristecido el corazón.
¿Quién vio nunca cumplir
la penitencia antes del pecado?
Cuanto más le suplico, más dura me es;
si en breve no mejora,
llegaré a alejarme de ella.

VI Está bien que me venza


según su voluntad,
pues si hace injusticia o reticencia,
pronto tendrá compasión;
así lo muestra la Escritura:
en cuestión de felicidad
un solo día vale más que cien.

VII En toda mi vida no me alejaré


mientras esté sano y salvo,
pues cuando el grano se suelta,
el tamo vuela ligero;
y aunque no se apresure,
no será maldecida por mí,
con tal de que se enmiende.

VIII ¡Ay! ¡Buen amor apetecido,


cuerpo bien hecho, delgado y suave,
fresca cara sonrosada,
que Dios formó con sus manos!
Siempre os he deseado,
pues ninguna otra cosa me agrada.
No quiero otro amor.

IX Dulce cosa bien educada,


Aquel que os hizo tan gentil
que me dé el gozo que espero.

[BERNART DE VENTADORN]
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[38]

Cantar de Mio Cid

Cantar Primero

De los sos ojos tan fuertemientre llorando


Tornava la cabeça e estávalos catando.
Vio puertas abiertas e uços sin cañados,
alcándaras vazías, sin pielles e sin mantos,
e sin falcones e sin adtores mudados. 5
Sospiró mio Cid, ca mucho avié grandes cuidados,
fabló mio Cid bien e tan mesurado:
-¡Grado a ti, Señor, Padre que estás en lo alto!
¡Esto me han buelto mios enemigos malos!-

Allí piensan de aguijar, allí sueltan las riendas. 10


A la exida de Bivar ovieron la corneja diestra
e entrando a Burgos oviéronla siniestra.
Meció mio Cid los ombros e engrameó la tiesta:
-¡Albricia, Álbar Fáñez, ca echados somos de tierra!-

Mio Cid Ruy Díaz por Burgos entró, 15


en su compaña sessaenta pendones.
*Exiénlo ver mugieres e varones,
burgeses e burgesas por las finiestras son,
plorando de los ojos, tanto avién el dolor,
de las sus bocas todos dizían una razón:
-¡Dios, qué buen vasallo, si oviesse buen señor!- 20

Conbidarle ien de grado, mas ninguno non osava:


El rey don Alfonso tanto avié la gran saña.
Antes de la noche, en Burgos d’él entró su carta
con gran recabdo e fuertemientre sellada:
que a mio Cid Ruy Díaz que nadi no!l’ diessen posada, 25
e aquel que ge la diese sopiesse vera palabra,
que perderié los averes e más los ojos de la cara,
e aún demás los cuerpos e las almas.
Grande duelo avién las yentes cristianas,
ascóndense de mio Cid, ca no l’osan dezir nada. 30
El Campeador adeliñó a su posada,
Así commo llegó a la puerta, fallóla bien cerrada,
por miedo del rey Alfonso que assí la avién parada,
que si non la quebrantás por fuerça,
que non ge la abriese nadi.
Los de mio Cid a altas vozes llaman, 35
los de dentro non les querién tornar palabra.
Aguijó Mio Cid, a la puerta se llegaba,
saco el pie del estribera, una ferida!l’ dava;
non se abre la puerta, ca bien era cerrada.
Una niña de nuef años a ojo se parava: 40
-¡Ya Campeador, en buena ora cinxiestes espada!
El rey lo ha vedado, anoch d’el entró su carta
Con grant recabdo e fuertemientre sellada.
Non vos osariemos abrir nin coger por nada;
si non , perderiemos los averes e las casas, 45
e demás los ojos de las caras.
Cid, en el nuestro mal vós non ganades nada,
mas el Criador vos vala con todas sus vertudes santas,-
Esto la niña dixo e tornós’ pora su casa.
Ya lo vee el Cid, que del rey non avié gracia; 50
partiós’ de la puerta, por Burgos aguijava,
llegó a Santa María, luego descavalga,
fincó los inojos, de coraçón rogava.
La oración fecha, luego cavalgava,
salió por la puerta e Arlançón passava; 55
cabo essa villa en la glera posava,
fincava la tienda e luego descavalgava.
Mio Cid Ruy Díaz, el que en buena ora cinxo espada,
posó en la glera cuando no!l’ coge nadi en casa,
derredor d’él una buena conpaña; 60
assío posó mio Cid commo si fuese en montaña.
Vedada l’an conpra dentro en Burgos la casa
de todas cosas cuantas son de vianda;
non le osarién vender al menos dinarada.

Martín Antolínez, el burgalés conplido, 65


A mio Cid e a los suyos abástales de pan e de vino;
non lo conpra, ca él se lo avié consigo,
de todo conducho bien los ovo bastidos.
Pagós’ mio Cid e todos los otros que van a so cervicio.
Fabló Martín Antolínez, odredes lo que á dicho: 70
-¡Ya Canpeador, en buena ora fuestes nacido!
Esta noch yagamos e váimonos al matino,
ca acusado seré por lo que vos he servido,
en ira del rey Alfonso yo seré metido.
Si convusco escapo sano o bivo, 75
Aun cerca o tarde el rey quererm’á por amigo;
Si non, cuanto dexo no lo precio un figo.-

1-14 El texto conservado comienza con un pasaje cuya cuidada composición e innegable
eficacia emotiva han hecho pensar a algunos autores que se trataba del auténtico inicio del
Cantar y que la hoja perdida estaba en blanco (aunque esto es muy improbable). El Cid se
aleja de Vivar camino de Burgos y, antes de decidirse por completo a partir, contempla
entristecido la casa que abandona en total desolación, enumerando los objetos de los que
queda vacía, lo que acentúa el dolor de la partida y atrae sobre el héroe la simpatía del
público. Después, pasando de la contemplación a la acción, el Campeador y los suyos se
apresuran en dirección a Burgos, y en el trayecto observan los augurios contrapuestos de
las cornejas. Es el momento sin retorno de su marcha hacia el destierro.
15-64 El mal augurio de los versos anteriores se cumple en Burgos, cuyos habitantes, pese
al afecto que sienten por el Cid, no son capaces de contravenir el mandato real que les
prohíbe hospedar o vender alimentos al desterrado. Se narra primeramente la llegada del
Cid a Burgos, con la llorosa acogida y buenos deseos de sus ciudadanos (15-20). En
contraste con este recibimiento, se refieren a continuación la prohibición del rey Alfonso,
que había llegado la noche anterior (21-30), y la tensa escena en la que el Cid y sus tropas
están a punto de entrar por la fuerza en su posada (31-39). La violencia solo es
interrumpida por la aparición de la niña de nueve años, que informa al Cid de la disposición
real (40-49). Conocida esta, el Campeador decide acampar a la orilla del río, pasando la
noche fuera de la ciudad, como un marginado (50-64).
65-77 El Cid, acampado a orillas del río, recibe la ayuda de un vasallo suyo burgalés, Martín
Antolínez, quien le provee de alimentos.

1 ‘Llorando tan intensamente por los ojos’, es decir, ‘llorando en silencio’.


2 ‘Volvía (tornava) la cabeza y los estaba mirando (catando)’. Se refiere seguramente a los palacios citados en los
versos anteriores.
3 uços sin cañados: ‘puertas sin candados’.
4 alcándaras: ‘perchas’ tanto para la ropa como para atar en ellas las aves de cetrería.
5 adtores mudados: ‘azores que han acabado de mudar la pluma’ y son, por tanto, aptos para la caza.
6 ‘Pues (ca) tenía (avié) muy grandes preocupaciones (cuidados)’. En la Edad Media, el verbo aver poseía su
sentido actual de ‘haber’ y también el de ‘tener’.
8 grado a ti: ‘gracias a ti’, ‘te lo agradezco’.
9 me an buelto: ‘han urdido contra mí’, ‘han tramado en mi contra’.
10 piensan de aguijar: ‘se disponen a cabalgar deprisa’.
11 exida: ‘salida’.
11-14 ovieron la corneja diestra: ‘les surgió al paso una corneja por la derecha’. Esta aparición constituye un
augurio, que se complementa con el de la corneja de la izquierda, de modo que el conjunto del agüero se
compone de una señal mala y de otra buena. A continuación el Cid ‘meneó’ (meció) los hombros y sacudió
(engrameó) la cabeza (la tiesta)’, gesto que parece ser la conjuración del mal aviso. ‘Qué buena noticia (albricia),
Álvar Fáñez, pues hemos sido desterrados!’, podría ser la aceptación del buen presagio o tener como objeto
cambiar de sentido el malo.
15 Ruy es el hipocorístico o forma abreviada y átona de Rodrigo.
16 pendones: cada caballero llevaba una lanza con un pendón o gallardete; ‘salían a verlo hombres y mujeres’.
20 Verso de sentido dudoso. Las propuestas de interpretación se reducen básicamente a dos, una condicional
‘¡Dios, qué buen vasallo sería el Cid, si tuviese un buen señor!’, y otra optativa, ‘¡Dios, qué buen vasallo es el
Cid! ¡Ojalá tenga un buen señor!. La primera resulta preferible.
21 ‘Le convidarían con gusto’.
22 la grand saña: ‘la ira del rey’.
23 antes de la noche: ‘anoche’, ‘ayer’.
24 con gran recabdo: ‘con mucho cuidado’; fuertemientre sellada: ‘convenientemente validada con el sello del
rey’.
26 Literalmente, vera palabra es ‘una palabra verdadera’, en el sentido de que los términos de la prohibición
real se cumplirán inexorablemente.
27 e más: ‘y además’.
29 duelo: ‘pesar’.
31 adeliñó a su posada: ‘se dirigió al lugar donde solía hospedarse en Burgos’.
33 ‘Que por miedo del rey Alfonso la habían dispuesto (parada) así’.
38 ferida: ‘golpe’.
40 ‘Se le paró a la vista (a ojo), esto es, se le puso delante’.
41 Quiere decir que fue armado caballero bajo el influjo positivo de las estrellas. La frase equivale, por tanto,
a ‘caballero afortunado’.
44 coger: ‘acoger’.
52 Santa María: la catedral de Burgos, consagrada a la Virgen.
53 fincó los inojos: ‘se puso de rodillas’.
55 Arlançón: el río Arlanzón, a cuyas orillas se asienta Burgos.
56 glera: ‘playa pedregosa de un río’.
62 conpra: capacidad legal de comprar libremente; casa: tenía un sentido amplio, que podía abarcar desde ‘aldea’
hasta ‘ciudad’.
63 ‘De toda clase de vituallas’.
64 dinarada: cantidad de comestibles que se podía comprar con un dinero (moneda de poco valor) y que solía
equivaler a la ración diaria de una persona.
65 Martín Antolínez es un personaje ficticio. En el Cantar es uno de los principales caballeros del Cid.
68 ‘De toda clase de provisiones (todo conducho) los tuvo bien abastecidos.
69 pagós’: ‘se alegró’.
70 odredes: ‘oiréis’.
71 ‘Oh Campeador, nacisteis en un buen momento’, ‘nacisteis con un horóscopo favorable’. Se trata de una
variante del epíteto astrológico visto en el verso 41.
75 convusco: ‘con vos’.
76 aun cerca o tarde: ‘más tarde o más temprano’.
77 no lo precio un figo: ‘no me importa nada’.

[39]

Cantar Segundo

80

Tierras de Valencia remanidas en paz,


adeliñó pora Castiella Minaya Álbar Fáñez;
dexarévos las possadas, non las quiero contar. 1310
Demandó por Alfonso, dó lo podrié fallar;
fuera el rey a San Fagunt aún poco ha,
tornós’ a Carrión, y lo podrié fallar.
Alegre fue de aquesto Minaya Álbar Fáñez,
con esta presentaja adeliñó pora allá. 1315

81-82

De missa era exido essora el rey Alfonso,


afé Minaya Álbar Fáñez, dó llega tan apuesto;
fincó los inojos ante tod el pueblo,
a los pies del rey Alfonso cayó con gran duelo,
besávale las manos e fabló tan apuesto: 1320
-¡Merced, señor Alfonso, por amor del Criador!
Besávavos las manos mio Cid lidiador,
los pies e las manos, commo a tan buen señor,
que l’ayades merced, sí vos vala el Criador.
Echástesle de tierra, non ha la vuestra amor; 1325
maguer en tierra agena, él bien faze lo so:
ganada á a Xérica e a Onda por nombre,
priso a Almenar e a Murviedro, que es miyor,
assí fizo Cebolla e adelant Castejón
e Peña Cadiella, que es una peña fuert; 1330
con aquestas todas de Valencia es señor.
Obispo fizo de su mano el buen Campeador
e fizo cinco lides campales e todas las arrancó.
Grandes son las ganancias que!l’ dio el Criador,
fevos aquí las señas, verdad vos digo yo: 1335
cient cavallos gruessos e corredores,
de siellas e de frenos todos guarnidos son,
bésavos las manos que los prendades vós;
razónas’ por vuestro vassallo e a vós tiene por señor.-
Alçó la mano diestra, el rey se santigó: 1340
-De tan fieras ganancias commo á fechas el Campeador,
sí me vala Sant Esidro, plazme de coraçón
e plázem’ de las nuevas que faze el Campeador;
recibo estos cavallos que m’enbía de don.-
Maguer plogo al rey mucho pesó a Garcí Ordóñez: 1345
-¡Semeja que en tierra de moros non á bivo omne
cuando assí faze a su guisa el Cid Campeador!-
Dixo el rey al conde: -¡Dexad essa razón,
que en todas guisas mijor me sirve que vós!-
Fablava Minaya y a guisa de varón: 1350
-Merced vos pide el Cid, si vos cayesse en sabor,
por su mugier doña Ximena e sus fijas amas a dos,
saldrién del monesterio do elle las dexó
e irién pora Valencia al buen Campeador.-
Essora dixo el rey: -Plazme de coraçón; 1355
Yo les mandaré dar conducho
mientra que por mi tierra fueren,
de fonta e de mal curiallas, e de desonor;
cuando en cabo de mi tierra aquestas dueñas fueren
catad cómmo las sirvades vós e el Campeador.
¡Oídme, escuelas e toda la mi cort! 1360
Non quiero que nada pierda el Campeador:
a todas las escuelas que a él dizen señor
porque los deseredé, todo ge lo suelto yo;
sírvanles sus herdades do fuere el Campeador,
atrégoles los cuerpos de mal e de ocasión, 1365
por tal fago aquesto que sirvan a so señor.-
Minaya Álbar Fáñez las manos le besó,
sonrisós’ el rey, tan vellido fabló:
-Los que quisieren ir servir al Campeador
de mí sean quitos e vayan a la gracia del Criador; 1370
más ganaremos en esto que en otra desonor.-
Aquí entraron en fabla los ifantes de Carrión:
-Mucho crecen las nuevas de mio Cid el Campeador,
bien casariemos con sus fijas pora huebos de pro.
Non la osariemos acometer nós esta razón, 1375
mio Cid es de Bivar e nós de los condes de Carrión.-
Non lo dizen a nadi e fincó esta razón.
Minaya Álbar Fáñez al buen rey se espidió.
-¡Ya vos ides Minaya, id a la gracia del Criador!
Levedes un portero, tengo que vos avrá pro; 1380
Si leváredes las dueñas, sírvanlas a su sabor,
Fata dentro en Medina denles cuanto huebos les fuer,
desí adelant piense d’ellas el Campeador.-
Espidiós’ Minaya e vasse de la cort.

83

Los ifantes de Carrión […] 1385


*dando ivan conpaña a Minaya Álbar Fáñez:
-En todo sodes pro, en esto assí lo fagades:
saludadnos a mio Cid el de Bivar,
somos en so pro cuanto lo podemos far,
el Cid que bien nos quiera nada non perderá.-
Respuso Minaya: -Esto non me á por qué pesar.- 1390

1308-1390 Al salir de Valencia, Minaya se dirige a un lugar sin especificar, probablemente


Burgos, en busca del rey. Se le informa entonces (seguramente por boca de los oficiales
reales) que el monarca se encuentra en Carrión, de acuerdo con el carácter itinerante propio
de la corte altomedieval. En consecuencia, Minaya se dirige hacia allí (1308-1315). Al llegar,
ofrece a don Alfonso el regalo del Campeador y le refiere la conquista de Valencia, así
como la petición del Cid sobre su familia. El rey, complacido, accede a que esta parta hacia
Valencia y además permite a cualquier vasallo suyo que se una al Cid (1316-1344 y 1350-
1371). Los favores del rey ocasionan en la corte reacciones contrapuestas. Por una parte, el
despecho despectivo de Garcí Ordóñez (1345-1349); por otra, la codiciosa admiración de
los infantes de Carrión, que se plantean la posibilidad de casar con las hijas del Cid, pese a
la notable diferencia de linaje, y, sin decir aún nada, envían un saludo al Campeador a través
de Minaya (1372-1390).

1310 Este verso es una fórmula de abreviación, que le permite al narrador resumir el itinerario del viaje.
1312 San Fagunt: Sahagún.
1313 y: allí.
1315 ‘Con este regalo se dirigió hacia allí’.
1316 essora: ‘entonces’.
1317 ‘Ved aquí a Minaya Álvar Fáñez, adonde llega tan oportunamente’.
1319 duelo: dolor.
1320 tan apuesto: ‘tan oportunamente’.
1321 merced: ‘por favor’.
1322-1323 Una vez más, el besar manos y pies es el gesto cortés que precede a la petición, como si dijera ‘os
ruega muy humildemente que’. Pero, al igual que en anteriores ocasiones, la mención del señorío atrae el
gesto a la esfera del vasallaje, según expresa el gesto 1339. Nótese, además, que aquí Alfonso empieza a se de
nuevo el buen señor anhelado para el Cid en el verso 20.
1326 ‘Aunque está en tierra extranjera, él lleva adelante sus asuntos’.
1328 miyor: ‘mejor’, ‘más importante’.
1329 Castejón: Castellón.
1330 peña fuert: ‘risco’, ‘fortaleza elevada’.
1332 Álvar Fáñez lleva el buen mandado de la erección de un obispado. La noticia no tiene como única
finalidad el alegrar a los castellanos por la expansión de la cristiandad, sino mostrarle al rey el carácter
definitivo del asentamiento en Valencia y las prerrogativas regias que ha alcanzado el Campeador.
1333 cinco lides campales: ‘cinco batallas en campo abierto’.
1335 señas: ‘muestras’.
1336 gruessos: ‘robustos’.
1339 razónas’: ‘se tiene por’, ‘se considera como’.
1340 se santigó: ‘se santiguó’. La persignación es signo de admiración y sorpresa en el lenguaje gestual del
Cantar.
1342 sí me vala Sant Esidro: ‘válgame San Isidro’. El rey Alfonso jura a menudo en el Cantar por San Isidro, el
de León. Se trata de San Isidoro de Sevilla, cuyas reliquias fueron trasladadas desde esa ciudad a León en
1063, por Fernando I. Era fama que Alfonso VI le tenía especial devoción a dicho santo.
1343 las nuevas que faze: ‘las novedades que realiza’, es decir, ‘sus nuevas hazañas’.
1345 ‘Aunque satisfizo al rey, le desagradó mucho a Garcí Ordóñez’. Se refiere a un personaje histórico,
García Ordóñez, conde de Nájera. Fue coetáneo de Rodrigo Díaz, con el que, al parecer, mantuvo buenas
relaciones en un principio, pero del que luego se convirtió en un claro enemigo. En el Cantar es la cabeza
visible de los antagonistas cortesanos del Cid y, aunque no se dice explícitamente, se deja suponer que fue
uno de los calumniadores que provocaron su destierro.
1347 ‘Cuando así obra a su antojo el Cid Campeador’.
1348-1349 ‘Le dijo el rey al conde: -¡Dejad de hablar así, / que en cualquier situación me sirve mejor que vos!’
Con esta respuesta, don Alfonso deja claro su creciente distanciamiento de los intrigantes que acusaron al Cid
y su paulatino acercamiento a este. En realidad, Alfonso VI y el conde don García mantuvieron siempre una
relación muy estrecha, basada en la confianza política y en los lazos de parentesco, por lo que la manera poco
amistosa con la que le trata el rey en el Cantar forma parte de la ficción poética.
1350 a guisa de varón: ‘como un hombre’, es decir, ‘con valentía’.
1351 si vos cayese en sabor: ‘si fuese de vuestro agrado’. Minaya le está pidiendo al rey algo más que un favor. Se
trata de una auténtica merced que preludia el perdón regio, pues el exiliado perdía la patria potestad sobre su
familia. Por tanto, el permiso del rey para que esta se reúna con el desterrado significa su reintegración como
paterfamilias.
1356 conducho: ‘provisiones (de viaje)’.
1357 ‘Y (mandaré) defenderlas de cualquier afrenta (fonta), daño y deshonra’; curiallas es el infinitivo de curiar
‘cuidar’, con asimilación de la erre final a la ele del pronombre enclítico.
1358-1359 ‘Cuando estas damas estén en la frontera de mis territorios, / vos y el Campeador veréis cómo las
servís’. El rey le hace a la familia del Cid la deferencia de aprovisionarla y escoltarla mientras atraviesa su
reino, pero esta responsabilidad queda en manos del Campeador al cruzar la frontera.
1360 escuelas: ‘séquito de un señor’.
1364-1365 ‘Que sus propiedades estén a su servicio dondequiera que esté el Campeador, / les aseguro sus
personas contra cualquier daño o peligro grave’.
1368 tan vellido: ‘tan hermoso’, aquí con sentido adverbial, ‘tan bien’.
1370 quitos: ‘libres’.
1371 otra desonor: ‘otra deshonra’.
1372 ‘En este momento se pusieron a hablar entre sí los infantes de Carrión’. Se refiere a Diego y a Fernando
González, dos jóvenes vástagos (ifantes) de la estirpe de los Vanigómez, condes de Carrión, una noble familia
de gran importancia política tanto en Castilla como en León. Ambos personajes son históricos, y están
documentados en la schola regis de Alfonso VI a finales del siglo XI, pero no parece que tuvieran relación
alguna con Rodrigo Díaz.
1373 mucho crecen las nuevas: ‘son cada vez más importantes las noticias’, o bien, ‘aumenta mucho la fama’.
1374 pora huebos de pro: ‘para atender a nuestro provecho’. Los infantes, cuya alta nobleza y posesiones
territoriales no excluyen problemas financieros, codician las riquezas en efectivo del Campeador.
1375-1376 ‘No nos atreveremos a plantear esta proposición, / pues el Cid pertenece al linaje de Vivar y
nosotros al de los condes de Carrión’; es decir, el Cid procede de la baja nobleza y los infantes de la más alta
alcurnia, por lo que se trataría de un matrimonio desigual, que podría suscitar el rechazo de la corte.
1377 e fincó esta razón: ‘y dejaron estar el asunto’.
1378 espidió: ‘despidió’.
1380 ‘Llevad un portero, creo que os vendrá bien’; el portero era un subalterno de la corte.
1382-1383 ‘Hasta llegar a Medinaceli que les den todo lo que necesiten, / de ahí en adelante que sea el
Campeador quien se preocupe de ellas’. Medina es Medinaceli, en el valle del alto Jalón, al sur de la actual
provincia de Soria. Su mención como plaza fronteriza castellana es un anacronismo, pues no fue conquistada
por Alfonso VI hasta 1104, cinco años después de la muerte de Rodrigo Díaz.
1386 ‘En todo sois excelente, haced esto siéndolo también’. Los infantes halagan a Minaya para intentar
ganarse su confianza.
1388 ‘Estamos por su provecho en todo cuanto podemos hacer’. Se trata de una mera fórmula de cumplido,
como el actual ‘estamos a su disposición para lo que guste’, pues es obvio que los infantes no han hecho nada
en provecho del Cid.
1390 ‘Respondió Minaya: -Esto no tiene por qué contrariarme.-‘ La contestación de Álvar Fáñez equivale a
‘No me parece mal’ o ‘¿Por qué no?’; se trata, por tanto, de una aceptación tibia y distanciada.
[40]

Cantar Tercero

133

-¿Ó eres, Muño Gustioz, mio vassallo de pro?


En buen ora te crié a ti en la mi cort.
Lieves el mandado a Castiella al rey Alfonso,
por mí bésale la mano d’alma e de coraçón,
cuemo yo so su vasallo e él es mio señor, 2905
d’esta desondra que me han fecha los ifantes de Carrión
que!l’ pese al buen rey d’alma e de coraçón.
Él casó mis fijas, ca non ge las dí yo;
cuando las han dexadas a grant deshonor,
si desondra y cabe alguna contra nós, 2910
la poca e la grant toda es de mio señor.
Mios averes se me han levado que sobejanos son,
esso me puede pesar con la otra desonor.
Adúgamelos a vistas o a juntas o a cortes,
commo aya derecho de ifantes de Carrión, 2915
ca tan grant es la rencura dentro en mi coraçón.-
Muño Gustioz privado cavalgó,
con él dos cavalleros que!l’ sirvan a so sabor
e con él escuderos que son de criazón.
Salién de Valencia e andan cuanto pueden, 2920
no!s’ dan vagar los días e las noches.
Al rey en San Fagunt lo falló,
rey es de Castiella e rey es de León,
e de las Asturias bien a San Çalvador,
fasta dentro en Santi Yaguo de todo es señor 2925
e llos condes gallizanos a él tienen por señor.
Assí commo descavalga aquel Muño Gustioz,
omillós’ a los santos e rogó al Criador;
adeliñó pora!l’ palacio do estava la cort,
con él dos cavalleros que l’aguardan cum a señor. 2930
Assí como entraron por medio de la cort,
violos el rey e coñosció a Muño Gustioz;
levantós’ el rey, tan bien los recibió.
Delant el rey fincó los inojos,
besábale los pies aquel Muño Gustioz: 2935
-¡Merced, rey Alfonso, de largos reinos
a vós dizen señor!
Los pies e las manos vos besa el Campeador,
Elle es vuestro vasallo e vós sodes so señor.
Casastes sus fijas con ifantes de Carrión,
Alto fue el casamiento, ca lo quisiestes vós. 2940
Ya vós sabedes la ondra que es cuntida a nós,
Cuémo nos han abiltados ifantes de Carrión.
Mal majaron sus fijas del Cid Campeador,
majadas e desnudas a grande desonor,
desenparadas las dexaron en el robredo de Corpes 2945
a las bestias fieras e a las aves del mont.
Afelas sus fijas en Valencia, do son.
Por esto vos besa las manos commo vasallo a señor
que ge los levedes a vistas o a juntas o a cortes.
Tiénes’ por desondrado, mas la vuestra es mayor, 2950
E que vos pese, rey, commo sodes sabidor;
que aya mio Cid derecho de ifantes de Carrión.-
El rey una gran ora calló e comidió:
-Verdad te digo yo que me pesa de coraçón
e verdad dizes en esto tú, Muño Gustioz, 2955
ca yo casé sus fijas con ifantes de Carrión,
fizlo por bien que fuesse a su pro;
¡siquier el casamiento fecho non fuesse oy!
Entre yo e mio Cid pésanos de coraçón,
Ayudarl’é a derecho, sí!n’ salve el Criador, 2960
lo que non cuidava fer de toda esta sazón.

133 bis

Andarán mios porteros por todo mio reino,


Pregonarán mi cort pora dentro en Toledo.

133 ter

Que allá me vayan cuendes e ifançones;


mandaré cómmo y vayan ifantes de Carrión 2965
e cómmo den derecho a mio Cid el Campeador,

134

e que non aya rencura podiendo yo vedallo.


Dezidle al Campeador, que en buen ora nasco,
Que d’estas siete semanas adóbes’ con sus vasallos,
véngam’ a Toledo, esto!l’ dó de plazo. 2970
Por amor de mio Cid esta cort yo fago,
saludádmelos a todos, entr’ellos aya espacio,
d’esto que les avino aun bien serán ondrados.-
Espidiós’ Muño Gustioz, a mio Cid es tornado.
Assí como lo dixo, suyo era el cuidado; 2975
non lo detiene por nada Alfonso el castellano,
enbía sus cartas pora León e a Santi Yaguo,
a los portogaleses e a galizianos,
e a los de Carrión e a varones castellanos,
que cort fazié en Toledo aquel rey ondrado, 2980
a cabo de siete semanas que y fuessen juntados,
qui non viniesse a la cort
non se toviesse por su vasallo.
Por todas sus tierras assí lo ivan pensando,
que non falliessen de lo que el rey avié mandado.
135

Ya les va pesando a los ifantes de Carrión 2985


Porque el rey en Toledo fazié cort,
miedo han que y verná mio Cid el Campeador.
Prenden so consejo assí parientes commo son,
ruegan al rey que los quite d’esta cort;
dixo el rey: -Non lo feré, sí!n’ salve Dios, 2990
ca y verná mio Cid el Campeador,
darl’edes derecho, ca rencura ha de vós.
Qui lo fer non quisiesse o no ir a mi cort
quite mio reino, ca d’él non he sabor.-
Ya lo vieron qué es a fer los ifantes de Carrión, 2995
prenden consejo parientes commo son;
el conde don García en estas nuevas fue,
enemigo de mio Cid, que mal siempre!l’ buscó,
aqueste consejó los ifantes de Carrión.
Llegaba el plazo, querién ir a la cort, 3000
en los primeros va el buen rey don Alfonso,
el conde don Anrich e el conde don Remond
(aquéste fue padre del buen emperador),
el conde don Fruela e el conde don Beltrán.
Fueron y de su reino otros muchos sabidores, 3005
de toda Castiella todos los mejores.
El conde don García con ifantes de Carrión
(Diego e Ferrando y son amos a dos), 3009
e Asur Gonçález e Gonçalo Assúrez 3008
e con ellos grant bando que aduxieron a la cort, 3010
enbaírle cuidan a mio Cid el Campeador.
De todas partes allí juntados son,
aún non era llegado el que en buen ora nació,
porque se tarda el rey non ha sabor.
Al quinto día venido es mio Cid el Campeador, 3015
a Álvar Fáñez adelante l’enbió,
que besasse las manos al rey so señor,
bien lo sopiesse, que y serié essa noch.
Cuando lo oyó el rey, plógol’ de coraçón,
Con grandes yentes el rey cavalgó 3020
e iva recebir al que en buen ora nació.
Bien aguisado viene el Cid con todos los sos,
Buenas compañas que assí an tal señor.
Cuando l’ovo a ojo el buen rey don Alfonso,
firiós’ a tierra mio Cid el Campeador, 3025
biltarse quiere e ondrar a so señor.
Cuando lo vio el rey, por nada non tardó:
-¡Par Sant Esidro, verdad non será oy!
Cavalgad, Cid, sinon non avría dend sabor;
saludarnos hemos d’alma e de coraçón, 3030
de lo que a vós pesa a mí duele el coraçón.
¡Dios lo mande, que por vós se ondre oy la cort!-
-¡Amén!- dixo mio Cid el Campeador,
besóle la mano e después le saludó:
-¡Grado a Dios cuando vos veo, señor! 3035
Omíllom’ a vós e al conde don Remond,
e al conde don Anrich e a cuantos que y son.
¡Dios salve a nuestros amigos e a vos más, señor!
Mi mugier doña Ximena, dueña es de pro,
bésavos las manos e mis fijas amas a dos, 3040
d’esto que nos abino que vos pese señor.-
Respondió el rey: -¡Sí fago, sí!n’ salve Dios!-

2904 ‘Ruégale de mi parte muy encarecidamente’


2911 la poca e la grant: ‘la pequeña y la grande’, es decir, que el rey participa de cualquier posible deshonra que
se derive de esta afrenta. La insistencia con la que el Cid se había desentendido de la formalización de los
matrimonios tiene ahora sus repercusiones: dado que el responsable de tales nupcias fue el rey, es a él a quien
ahora le afecta la deshonra del abandono, por más que la de las injurias cometidas contra sus hijas le alcance
al Cid mismo.
2914 adúgamelos: ‘tráigamelos’ (tercera persona del singular del presente de subjuntivo del verbo aduzir). El Cid
enumera los distintos tipos de reuniones judiciales cortesanas, pues deja al arbitrio del rey escoger el que le
parezca adecuado.
2915 commo: ‘de modo que’.
2916 rencura: aún aquí sus dos sentidos, el afectivo de ‘aflicción’, ‘rencor’, y el jurídico, ‘causa de una querella
criminal’.
2919 escuderos que son de criazón: ‘jóvenes hidalgos aún no armados caballeros que eran vasallos suyos, criados
en su casa’ (en la del Cid, de la que el propio Muño Gustioz era vasallo de criazón). El escudero llevaba el
escudo, la lanza y la espada del caballero al que servía hasta alcanzar él mismo tal dignidad.
2921 no!s’ dan vagar: ‘no se dan tregua’.
2923 Este verso y los tres siguientes constituyen una relación de los territorios sometidos al rey Alfonso, lo
que magnifica su figura en el momento en que se erige como garante de la justicia en todo su reino.
2924 las Asturias: en la Edad Media este corónimo designaba tanto la actual Asturias (las Asturias de Oviedo)
como la parte occidental de Cantabria (las Asturias de Santillana); San Çalvador: Oviedo, cuya catedral está
consagrada al Salvador.
2925 Santi Yaguo: Santiago de Compostela.
2926 gallizanos: ‘gallegos’.
2930 que l’aguardan cum a señor: ‘que le protegen como a su señor’.
2936 largos reinos: ‘muchos reinos’.
2942 abiltados: ‘envilecidos’, ‘deshonrados’.
2943 mal majaron: ‘golpearon cruelmente’.
2951 sabidor: ‘entendido’, ‘prudente’.
2957 ‘Lo hice para bien, para que fuese en provecho suyo’.
2959 entre yo e mio Cid: ‘tanto al Cid como a mí’.
2960 a derecho: ‘con derecho’, ‘con justicia’; sí!n’ (<si me): ‘así me’, ‘ojalá que me’.
2961 ‘Lo que no pensaba hacer en todo este tiempo (sazón)’.
2963 Como muestra de deferencia hacia su buen vasallo (v. 2971), pero quizá también por hallarse el mismo
involucrado, el rey convoca la reunión judicial de mayor categoría, las cortes pregonadas o curia
extraordinaria, a la que debían asistir todos los nobles del reino. Por esta razón se iba pregonando, único
modo de difundir suficientemente la convocatoria, aunque esta se realizaba también por escrito (v. 2977).
2964 cuendes e ifanzones: ‘todos los nobles, los de alto rango (condes) y los de bajo (infanzones)’.
2967 ‘Y que no tenga motivo de querella (rencura), pudiendo yo evitarlo (vedallo)’.
2969 ‘Que de aquí a siete semanas se prepare (adobés’) con sus vasallos’.
2972 espacio: ‘alivio’, ‘desahogo’.
2978 portogaleses: ‘portugueses’.
2982 La asistencia a la curia extraordinaria era obligatoria. Don Alfonso amenaza a quienes no asistan con la
ira regia, es decir, la ruptura del vínculo vasallático y el destierro, pena impuesta al Cid al comienzo del Cantar.
2984 ‘Que no faltasen a lo que el rey había mandado’.

2985-3532 La convocatoria de cortes desagrada a los infantes, pero no logran que el rey les
dispense de asistir. Ante esta situación, congregan a sus parientes, a los que se une Garcí
Ordóñez, como enemigo del Campeador (2985-2999). Llegado el plazo, acuden a Toledo el
rey y sus magnates, los mejores jurisperitos del reino y el bando de los infantes. Poco
después llega el Cid con sus hombres (3000-3043). Al día siguiente, tras la entrada triunfal
del Cid y sus mejores caballeros, lujosamente ataviados, comienza la sesión de cortes, con
el nombramiento de los jueces y otras formalidades (3044-3141). A continuación, el rey da
la palabra al Campeador, quien parece desentenderse de la parte criminal de la querella (la
afrenta infligida a sus hijas) y solo se ocupa de la civil, exigiendo la restitución de sus dos
espadas, Colada y Tizón. Los infantes, creyendo que el Cid se limitará a eso, acceden a la
petición (3142-3198). Sin embargo, el Campeador hace una nueva demanda: la devolución
de los tres mil marcos de dote que dio a sus hijas, pues la disolución del matrimonio por
culpa del marido obligaba a este a reintegrar la dote a su mujer. Los de Carrión alegan
defecto de forma, pero el rey admite la demanda. Los infantes se ven entonces en un gran
apuro, pues han gastado todo ese dinero y han de pagarle en especie: caballos, mulas,
armas, arneses (3199-3249). Por fin, cuando las demandas parecían concluidas, el Cid
plantea la querella criminal: el abandono y las lesiones de sus hijas, por las cuales los acusa
de menos valer. Le responde entonces Garcí Ordóñez, que actúa como portavoz o
abogado de los infantes y alega, como justificación, la enorme diferencia de linaje. El Cid le
recuerda que está deshonrado, por haberse dejado mesar las barbas por el Campeador sin
exigir reparación, lo cual le incapacita para intervenir en la corte (3250-3290). Los infantes
se ven obligados a abogar por sí mismos y repiten los argumentos de Garcí Ordóñez. Los
caballeros del Cid les responden recordándoles su cobarde actuación en Valencia, que
demuestra su menos valer. De este modo, Pero Vermúdez desafía a Fernando González,
Martín Antolínez a su hermano Diego y Muño Gustioz al hermano mayor, Asur González
(3291-3391). En ese momento, se presentan ante la corte los embajadores de los príncipes
de Navarra y Aragón, solicitando la mano de las hijas del Cid para sus respectivos señores.
El matrimonio se concierta, lo que agrada a casi todos los presentes (3392-3428). Tras esto
continúa la sesión y Minaya reta de nuevo a los infantes y a su bando. Le responde Gómez
Peláyet, pero el rey no concede más que las lides que ya se habían concertado, cuya
realización se aplaza, dado que los infantes han entregado todo su equipo al Cid como pago
de la deuda (3429-3485). Con esto se dan por finalizadas las cortes y el Cid se despide del
rey, dejando bajo su protección a sus campeones, y regresa a Valencia (3486-3532).

2988 ‘Se reúnen para deliberar tantos parientes cuantos son’.


2989 que los quite d’esta cort: ‘que les exima de asistir a estas cortes’.
2990 sí!n’ salve Dios: ‘así me salve Dios’, ‘válgame Dios’.
2995 qué es a fer: ‘qué hay que hacer’, ‘que tienen que hacer’ (asistir a la corte).
2997 El conde Garcí Ordóñez no es pariente de los infantes, pero se suma a ellos a causa de su inveterada
enemistad con el Cid.
3001 en los primeros: ‘entre los primeros’ en llegar.
3002 don Anrich: Enrique de Borgoña, sobrino de la reina Constanza, segunda esposa de Alfonso VI, estaba
casado con una hija ilegítima de este, Teresa, y era conde de Portugal; don Remond: Raimundo de Borgoña,
primo y rival político del anterior, estaba casado con Urraca, hija y heredera de Alfonso VI, y era conde de
Galicia.
3003 el buen emperador: Alfonso VII, rey de Castilla y León (1126-1157), que adoptó el título de totius Hispaniae
imperator, ‘emperador de toda España’, al menos desde 1117.
3004 don Fruela: Fruela o Froila Díaz, conde de León, Astorga y Aguilar; don Beltrán: no hubo en la Corte de
Alfonso VI ningún conde de este nombre, que además no concuerda con la rima, por lo que cualquier
identificación resulta arriesgada.
3005 sabidores: ‘jurisperitos’, ‘expertos en derecho’.
3010 bando: ‘conjunto de familiares y secuaces’ de los infantes.
3011 enbaírle cuidan: ‘piensan maltratarle’.
3014 La tardanza del Campeador está destinada quizá a suscitar cierta inquietud en el auditorio, en el
momento mismo en que todos se han reunido para hacer justicia a favor del Cid.
3018 ‘Que tuviera por cierto que llegaría allí esa noche’.
3024 l’ovo a ojo: ‘lo tuvo a la vista’.
3025 firiós’ a tierra: ‘se echó a tierra’, descabalgó’.
3026 biltarse: ‘humillarse’.
3028 ‘verdad non será oy: ‘esto no sucederá hoy’ (la humillación del Cid).
3034 ‘Le besó en la mano y después en la boca’, signos respectivamente de respeto y de afecto.
3039-3041 ‘Mi mujer doña Jimena, una dama de pro, / y mis dos hijas os ruegan / que os pese, señor, lo que
nos ha sucedido’.
3042 sí fago: ‘así lo hago’.
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