Está en la página 1de 36

CENTRAL PARK WEST

De Woody Allen

PERSONAJES
Carol
Phyllis
Howard
Sam
Juliet

El espacioso apartamento de Phyllis y Sam Riggs, en Central Park West. Maderas


oscuras y libros. Viven allí y es también donde Phyllis ene su consultorio de
psicoanalista. La distribución del apartamento permite al paciente entrar por la puerta
principal y esperar en privado para pasar luego, en privado también, al
sanctasanctórum en que ene lugar la sesión. La vista predominante es la de la gran
sala y la de la puerta principal, aparte de una serie de puertas que conducen a otras
habitaciones.
Son aproximadamente las seis de la tarde de un sábado de noviembre. No hay nadie en
el escenario cuando oímos el mbre de la puerta y, al no obtener respuesta, unos
golpes. Los golpes siguen oyéndose durante el siguiente diálogo.

1 CAROL: (entre bas dores) ¿Phyllis? ¿Phyllis? (Phyllis entra por la derecha, totalmente
ves da. Se sienta en el extremo derecho del sofá.) ¡Phyllis! Soy Carol.
2 PHYLLIS: Ya voy.
3 CAROL: ¿Estás bien?
4 PHYLLIS: Estoy empapada. Me agarraste en la regadera. (Phyllis cruza el fondo del
escenario en dirección al bar. Se sirve una copa y se la bebe de un trago. Carol sigue
golpeando la puerta y dando mbrazos.) Voy, voy, ya estoy ves da. (Phyllis se dirige a
la puerta principal y le abre a Carol.)
5 CAROL: ¿Estás bien?
6 PHYLLIS: Sin entrar en detalles por favor.
7 CAROL: ¿Sin entrar en detalles de qué?
8 PHYLLIS: Dije que sin entrar en detalles.

1
ti
ti
ti
ti
ti
ti
ti
2

9 CAROL: ¿Está todo mundo bien?


10 PHYLLIS: ¿Todo mundo? ¿Te re eres también a los países del Tercer Mundo?
11 CAROL: ¿Los países del tercer mundo?
12 PHYLLIS: ¿Te re eres a países como Zimbabue?
13 CAROL: ¿Pasó algo en África?
14 PHYLLIS: Dios mío. Eres tan literal… Es una maldición ser literal. Qué despilfarro de
ingenio… Todas mis bromas y mis pequeñas ironías van directamente al escusado.
15 CAROL: ¿Qué pasa?
16 PHYLLIS: La alusión a los países del Tercer Mundo es sólo un chistecillo para resaltar
su lmente el dolor de la tragedia tan humana a la que nos enfrentamos.
17 CAROL: ¿Qué tragedia?
18 PHYLLIS: Por favor, me cuesta trabajo considerar que sea una tragedia.
19 CAROL: ¿Cuánto empo llevas bebiendo?
20 PHYLLIS: El su ciente como para fundirme con la naturaleza. O, dicho de otro modo,
para otar en los vapores del alcohol. ¿En qué se diferencia un sushi de una vagina?
21 CAROL: Phyllis…
22 PHYLLIS: En el arroz. Me lo contó uno de mis pacientes. No te esfuerces en
entenderlo, Carol; es un fenómeno demasiado abstracto para tu capacidad mental. Se
llama humor.
23 CAROL: Voy a hacer café.
24 PHYLLIS: Sólo si tú vas a tomarlo. Yo me conformo con seguir con mi Mar ni
especial superseco.
25 CAROL: ¿Qué pasó?
26 PHYLLIS: ¿De qué me estás acusando?
27 CAROL: ¿Cuál es la emergencia?
28 PHYLLIS: ¿Qué emergencia?
29 CAROL: El mensaje que me dejaste.
30 PHYLLIS: ( jándose en su indumentaria) ¿De dónde sacaste eso?
31 CAROL: ¿Qué?
32 PHYLLIS: ¿No enes ojos en la cara, bonita? El abrigo.
33 CAROL: ¿Este abrigo?
34 PHYLLIS: Vaya.
35 CAROL: Has visto este abrigo miles de veces.

2
ti
fl
fi
ti
fi
fi
ti
fi
ti
3

36 PHYLLIS: ¿De veras?


37 CAROL: ¿Sam está bien?
38 PHYLLIS: Sin entrar en detalles, por favor.
39 CAROL: ¿Sí o no?
40 PHYLLIS: Está bien. La peor amenaza para la salud de Sam ha sido un caso de pie de
atleta.
(Se sirve una copa)
41 CAROL: ¿Por qué estás tan alterada?
42 PHYLLIS: ¿Alterada? Todavía no he reaccionado… Esto no es nada. ¿Me en endes?
Nada, niente… ¿Dónde compraste ese abrigo?
43 CAROL: En Bloomingdales. Es del año pasado.
44 PHYLLIS: ¿Y te lo pones mucho?
45 CAROL: Siempre ¿por qué me dejaste ese mensaje histérico?
46 PHYLLIS: Preferiría no hablar de eso.
47 CAROL: ¿Que preferirías no hablar de eso? Recibo ese mensaje frené co y
desesperado… emergencia, crisis… socorro. Te hablé diez veces.
48 PHYLLIS: ¿Eras tú?
49 CAROL: ¿Dónde está Sam? ¿Qué pasa?
50 PHYLLIS: No quiero decírtelo.
51 CAROL: ¿Por qué me llamaste?
52 PHYLLIS: Porque tenía que hablar con alguien.
53 CAROL: Pues habla.
54 PHYLLIS: ¿Podemos cambiar de tema?
55 CAROL: Phyllis…
56 PHYLLIS: ¿No ves que estoy siendo evasiva?
57 CAROL: ¿Por qué?
58 PHYLLIS: Perdona si te he molestado.
59 CAROL: En absoluto.
60 PHYLLIS: ¿Habían hecho planes Howard y tú?
61 CAROL: No. Yo estaba en Sotheby´s
62 PHYLLIS: ¿Qué compraste?
63 CAROL: Nada. Subastaban unos cromos de béisbol y Howard quería verlos. Hoy es el
úl mo día.

3
ti
ti
ti
4

64 PHYLLIS: De modo que sí tenían planes.


65 CAROL: No porque Howard no podía ir. Hoy tenía que llevar a su padre a
Westchester para ingresarlo en el asilo de ancianos.
66 PHYLLIS: Qué triste.
67 CAROL: Tiene noventa y tres años. Ha llevado una buena vida, o quizás ha sido una
vida asquerosa, pero, en cualquier caso, longeva. Nunca ha tenido problemas de salud,
o esa impresión daba, pero lo que no sabía nadie era que había sufrido una larga serie
de derrames cerebrales impercep bles, hasta que de pronto empezó a olvidar cosas,
después a oír música dentro de su cabeza y, por úl mo, intentó alistarse de nuevo en el
ejército.
68 PHYLLIS: Howard debe estar desolado.
69 CAROL: (Mirando el reloj) Le dejé un mensaje y le dije que me alcanzara aquí. Así
que dime qué está pasando.
70 PHYLLIS: ¡Mírala ella, qué insistente!
71 CAROL: Ya basta. Tú me llamaste.
72 PHYLLIS: Y dale, quieres saber todo.
73 CAROL: Me llamas y me dices que es un caso de vida o muerte. Yo…
74 PHYLLIS: (en voz baja) Carol, me da vergüenza contarte lo que pasó.
75 CAROL: (al ver una estatuilla rota) Oye, la estatuilla de la fer lidad está rota… Se le
desprendió el pene.
76 PHYLLIS: No importa… Ya la llevaré a mi reparador de penes.
77 CAROL: En realidad, toda la casa parece un poco desordenada.
78 PHYLLIS: Sí que eres observadora.
79 CAROL: ¿Te peleaste con Sam?
80 PHYLLIS.- No exactamente.
81 CAROL.- ¿Qué quieres decir? Dios, esto es como intentar arrancar un diente con los
dedos.
82 PHYLLIS.- Tienes buenos dientes. Valió la pena que te gastaras aquella fortuna en las
carillas.
83 CAROL.- (lacónicamente) Gracias.
84 PHYLLIS.- Aunque por otro lado, la reducción de la barbilla…
85 CAROL.- ¿Te peleaste con Sam?
86 PHYLLIS.- Sí.

4
ti
ti
ti
5

87 CAROL.- Acabas de decir: “No exactamente”.


88 PHYLLIS.- ¿No exactamente qué?
89 CAROL.- No exactamente una pelea. Te pregunté: “¿Tú y Sam se pelearon?” Y
dijiste…
90 PHYLLIS.- Me peleé yo, no Sam.
91 CAROL.- ¿Y qué hacía Sam mientras te peleabas con él?
92 PHYLLIS.- Me observaba.
93 CAROL.- ¿Y entonces?
94 PHYLLIS.- Pues entonces agachó la cabeza.
95 CAROL.- ¿Le pegaste?
96 PHYLLIS.- Fallé. Le ré esa estatuilla en un intento desesperado de conver rme en
viuda.
97 CAROL.- Dios mío…
98 PHYLLIS.- ¿Se te antoja una copa?
99 CAROL.- ¿Qué pasó?
100 PHYLLIS.- ¡Ay, Carol! Carol…Carol…Carol…Mi amiga Carol.
101 CAROL.- Creo que voy a necesitar esa copa.
102 PHYLLIS.- Me dejó.
103 CAROL.- ¿De verdad?
104 PHYLLIS.- Sí.
105 CAROL.- ¿Cómo sabes?
106 PHYLLIS.- ¿Qué cómo lo sé? ¿Qué cómo sé que me dejó? Pues porque salió por la
puerta con sus cosas y va a tramitar el divorcio.
107 CAROL.- Me tengo que sentar… Me emblan las piernas.
108 PHYLLIS.- ¿Te emblan las piernas… a ?
109 CAROL.- ¿Qué razones te dio?
110 PHYLLIS.- Que no me quiere. Que no le gusta estar cerca de mí. Que le dan
náuseas imaginarse a sí mismo soportando para siempre la triste coreogra a del sexo
conmigo. Ésas son las vagas razones que me dio, pero creo que sólo estaba siendo
educado. Creo que lo que realmente no le gusta es mi forma de cocinar.
111 CAROL.- Es un golpe inesperado, no ene ningún sen do.
112 PHYLLIS.- Bueno, para mí no lo tenía, pero no soy perspicaz. Sólo soy psicoanalista.
113 CAROL.- ¿Nunca te dijo nada ni llegó a insinuarte algo?

5
ti
ti
ti
ti
ti
ti

ti
6

114 PHYLLIS.- Nunca me dijo nada, pero eso tal vez se debió a que nunca hablábamos.
115 CAROL.- ¡Phyllis, mujer!
116 PHYLLIS.- Bueno, ya sabes, hablábamos…No era sólo “pásame la sal”, aunque eso
también salía a colación de vez en cuando.
117 CAROL.- Tienes que haber mantenido conversaciones en las que te haya insinuado
algo.
118 PHYLLIS.- Por decírtelo de alguna manera: hablábamos pero los dos a la vez.
119 CAROL.- Falta de comunicación.
120 PHYLLIS.- ¡Wow, Carol, cómo sabes ir directamente al fondo de la cues ón!
121 CAROL.- Bueno, eso debería de haberte servido de señal.
122 PHYLLIS.- Y me sirvió.
123 CAROL.- Bien, ¿y qué?
124 PHYLLIS.- No sé, yo no escuchaba, sólo hablaba.
125 CAROL.- Y el sexo empezó a languidecer.
126 PHYLLIS.- ¿Cómo adivinaste?
127 CAROL.- No adiviné. Era sólo una suposición.
128 PHYLLIS.- Pues no supongas tanto. Las personas pueden dejar de comunicarse
verbalmente y aun así el sexo puede con nuar siendo feroz.
129 CAROL.- De acuerdo. Así que el sexo era estupendo.
130 PHYLLIS.- ¿Estupendo? Era mejor que estupendo: le daban náuseas.
131 CAROL.- A par r de un momento determinado, las relaciones sexuales se apagan
gradualmente, pero eso es sólo porque algo más profundo se ha apagado ya. ¿O es al
revés? El sexo se esfuma y luego todo lo demás pierde todo su brillo. La cues ón es…
que todo es e mero.
132 PHYLLIS.- ¿De veras, Carol?
133 CAROL.- Oh, yo que sé… se lo estás preguntando a la persona equivocada.
134 PHYLLIS.- No me acuerdo haber preguntado nada.
135 CAROL: Pero, ¿no te dijo a dónde se va?
136 PHYLLIS: (cambiando de ac tud) Ahora estoy empezando a reaccionar…
137 CAROL: Phyllis, has estado reaccionando…
138 PHYLLIS: No, de haber reaccionado, hubiera agarrado todos estos documentos
importantes, todo este trabajo que aún ene pendiente, y hubiera hecho esto. (Los

6

ti
ti
ti
ti
ti
ti
7

rompe en pedazos.) Eso sería una reacción, pero no soy una persona rencorosa… No
soy venga va, sino generosa y madura.
139 CAROL: ¡Cálmate!
(Phyllis se dirige a la mesita y coge el male n de Sam. Lo vacía y lo arroja a la otra
punta del escenario.)
140 PHYLLIS: (a la vez que rompe en pedazos los documentos esparcidos por el suelo)
Estábamos planeando restaurar la casa que tenemos en Amaganse . Le dije: “No la
hemos tocado desde que la compramos.” Le dije: “Llamemos a los arquitectos Paul y
Cindi y que la rehagan de arriba abajo.” Él dijo: “Phyllis, quiero hablar con go”. Yo dije:
“la casa está tan bien situada en la bahía, y hemos pasado tan buenos ratos allí…” Él
dijo: “Phyllis, no sé cómo decirte esto, pero quiero terminar.” No le oía, era una de esas
conversaciones en las que nadie escucha. Yo dije: “Siempre quisimos tener ventanales
y un baño más grande.” Él dijo: “Phyllis, voy a dejarte.” Y yo dije: “Con una de esas
regaderas llenas de chorros que te rocían por todos lados”. Me agarró y dijo: “Phyllis,
ya no te quiero. Quiero una vida nueva, quiero terminar, ¿en endes?, quiero terminar.
¡Se acabó!” y yo dije: “De qué color podríamos pintar el cuarto de invitados”.
141 CAROL: ¿Y qué dijo él?
142 PHYLLIS: Nada. Empezó a zarandearme por el cuello y, después de unos tres
minutos de sacudidas, empecé a darme cuenta de que estaba intentando decirme algo.
143 CAROL: ¿Qué te dijo exactamente?
144 PHYLLIS: Dijo: “Estoy enamorado de otra mujer”.
(Carol tose y casi se atraganta con su bebida)
145 CAROL: ¿Te dijo por quién te dejaba?
146 PHYLLIS: ¿Por qué se te ve tan incómoda?
147 CAROL: No estoy incómoda, solo empiezo a notar los efectos de esta copa.
148 PHYLLIS: Al principio, creía que se trataba de Anne Dreyfuss.
149 CAROL: ¿Anne Dreyfuss, la decoradora?
150 PHYLLIS: A ella le gustan los mismos rollos que a él: velear, pasear en el bosque,
esquiar…
151 CAROL: Él nunca saldría con Anne Dreyfuss.
152 PHYLLIS: ¿Y tú cómo sabes?
153 CAROL: ¿Qué quieres decir con eso de que cómo lo sé? Yo también conozco a Sam.
154 PHYLLIS: No tan bien como yo.

7
ti

ti
tt
ti
8

155 CAROL: No dije eso. Quiero decir que todos somos amigos desde hace años.
156 PHYLLIS: ¿Cuántos años?
157 CAROL: Cinco. Casi seis. ¿Eso qué ene que ver? No me imagino a Sam con Anne
Dreyfuss. Se queja todo el empo… con una personalidad muy irritante y, si me
permites que lo diga, no ene nalgas.
158 PHYLLIS: Pensé también que podría ser Nonny, la chica que trabaja en su bufete.
La ascendieron a socia del despacho…
159 CAROL: No conozco a Nonny, ¿Cómo es?
160 PHYLLIS: Guapa y pechugona. Una dientona, con unos colmillos prominentes muy
eró cos. Pero no es Nonny.
161 CAROL: La cues ón es que no sabes con quién se ha largado.
162 PHYLLIS: La cues ón es que lo sé.
163 CAROL: No me lo digas. No es asunto mío.
164 PHYLLIS: Claro que lo es.
165 CAROL: No lo es. Lamento que haya pasado… Me da vueltas la cabeza.
166 PHYLLIS: ¿Sabes quién es?
167 CAROL: Phyllis, por favor.
168 PHYLLIS: ¡Eres tú, puta!
169 CAROL: ¡Pura paranoia!
170 PHYLLIS: No me vengas con eso, cha ta. Te la ha estado me endo desde hace más
empo del que seguramente puedo imaginar.
171 CAROL: Estás como una cabra… ¡Contrólate!
172 PHYLLIS: De cualquier modo, vas a tener que confesarlo todo si quieres largarte
con él. Vaya regalito para Howard. Primero, el papá en la casa de la risa y, después, una
carta de ruptura de su mujercita.
173 CAROL: ¿Sabes? Estoy tan alterada que incluso me cuesta trabajo reaccionar como
es debido.
174 PHYLLIS: ¿Tuviste una aventura con Sam?
175 CAROL: No.
176 PHYLLIS: Dímelo.
177 CAROL: No.
178 PHYLLIS: Sólo quiero la verdad.
179 CAROL: No la he tenido… Eres tan cruel…

8
ti
ti
ti
ti
ti
ti
ti
ti
ti
9

180 PHYLLIS: Lo averigüé, ramera. Se han estado llamando por teléfono, se ven a
escondidas, han viajado juntos…
181 CAROL: No me quedaré aquí sentada para que se me acuse.
(Se levanta, pero al notarse mareada, vuelve a sentarse.)
182 PHYLLIS: Ahora, a toro pasado, recuerdo tantos detalles evidentes: las miradas por
encima de la mesa, la vez que se perdieron durante el viaje a Normandía. Howard y yo
los estuvimos buscando durante dos horas… Y la noche que cenaste aquí y Sam bajó
con go para buscarte un taxi. Y yo aquí, sentada en la cama durante hora y media,
porque él de repente decidió acompañarte a casa dando un paseo. ¿Sabes? Ahora que
lo pienso, recuerdo que hace tres años, hace tres jodidos años, tú y Sam se quedaron
solos una semana en Nueva York, mientras Howard estaba en Los Ángeles y yo en una
convención en Filadel a. Eso fue hace tres años, ¿o se remonta aún más atrás?
183 CAROL: ¡No soy yo!
184 PHYLLIS: Encontré su agenda. ¡Estás por todas partes!
185 CAROL: (se levanta, grita y llora) ¿Qué quieres que haga? ¡Nos enamoramos! ¡Eres
tan cruel!
186 PHYLLIS: ¡Carajo!
187 CAROL: ¡Cruel! Nos enamoramos… nadie lo planeó… Nadie quiso hacerle daño a
nadie.
188 PHYLLIS: Lo sabía desde la noche en que nos conocimos en los Hamptons. Me dije:
“Esta es una chita; además está hecha un desastre. Apesta a problemas. Transpira
neurosis por cada poro.”
189 CAROL: Esta aventura sólo nos ha causado angus a y dolor.
190 PHYLLIS: Sin mencionar alguno que otro orgasmo esporádico.
191 CAROL: No lo ensucies de esa manera. No es lo que te imaginas.
192 PHYLLIS: Esa primera noche, cuando volvíamos en coche, me dije: “Él parece
simpá co, un poco desorientado, aunque buena persona… Pero ella es una tarada y
una carnívora.”
193 CAROL: ¡Deja de ser tan crí ca! Sabes por tu trabajo que estas cosas ocurren. Es la
naturaleza… Es como un rayo: dos personas se conocen, salta la chispa y, de repente,
surge algo con vida propia.
194 PHYLLIS: Estás describiendo a Frankenstein.
195 CAROL: Phyllis, esto es un asunto serio.

9
ti
ti
fi
fi
ti
ti
10

196 PHYLLIS: ¿Cuánto empo ha durado lo suyo? ¿Tres años? ¿Cuatro? ¿Cinco?
197 CAROL: Ni siquiera tres.
198 PHYLLIS: ¿Dos, entonces? ¿Durante dos años se han estado escondiendo por la
ciudad como perros en celo?
199 CAROL: No hemos estado escondiéndonos por la ciudad… Tenemos un
departamento.
200 PHYLLIS: ¿Un apartamento? ¿Dónde?
201 CAROL: Entre la cincuenta y la sesenta este.
202 PHYLLIS: ¿Es grande?
203 CAROL: Pequeño.
204 PHYLLIS: ¿De verdad?
205 CAROL: Tres habitaciones.
206 PHYLLIS: ¿Para qué necesitan tres habitaciones? ¿Tienen invitados?
207 CAROL: Nunca. Lo juro. Sólo es un lugar para ir, para estar solos… Para relajarnos,
para… para… hablar.
208 PHYLLIS: Para hablar… Para intercambiar ideas. Para intercambiar uidos.
209 CAROL: Phyllis, estamos enamorados. ¡Ay, Dios! Nunca me imaginé diciendo esto…
Es… todo… sí, es sensual, pero es algo más que eso. Compar mos sen mientos y
sueños.
210 PHYLLIS: ¿Por qué te dejaría yo entrar en mi vida? Desde el primer momento, supe
que serías capaz de cogerte a una serpiente si alguien le sujetaba la cabeza.
211 CAROL: Phyllis, ¿qué quieres que te diga? Dejó de amarte hace muchos años. No
sé por qué. Pero, seguro, no fue por mí. Incluso antes de decírmelo, él daba lo suyo por
terminado.
212 PHYLLIS: ¿Cómo lo hizo la primera vez?
213 CAROL: ¿Hizo qué?
214 PHYLLIS: ¿Cuándo? ¿Qué noche?
215 CAROL: ¿Qué importa eso?
216 PHYLLIS: Tú querías saber. Yo quiero respuestas.
217 CAROL: En la esta de Lou Stein.
218 PHYLLIS: ¿Y qué pasó? ¿Quién manoseó primero a quién?
219 CAROL: No fue así. Él se me acercó… Yo estaba mirando los fuegos ar ciales por
la ventana y me susurró al oído: “¿Puedes comer conmigo la semana que viene sin

10
fi
ti
ti
fl
ti
ti
fi
11

decirle una sola palabra a Phyllis?” Bueno, ya puedes imaginarte que me sorprendió un
poco.
220 PHYLLIS: Por supuesto. Seguro que empezaste a lubricar.
221 CAROL: Yo dije: “¿Para qué?”. Él dijo: “necesito que me ayudes.”
222 PHYLLIS: ¿Y dónde estaba yo mientras tenía lugar esa pendejada adolescente?
223 CAROL: Te habías llevado a un grupo de gente, contra su voluntad, a ver los fuegos
ar ciales a la azotea, a veinte grados bajo cero. Y Howard estaba en la cocina
copiando la receta de Stein para preparar baba ghanoush.
224 PHYLLIS: Sí, ya me acuerdo. Tu marido acababa de apuntarse a un curso de cocina.
Todos estábamos tan orgullosos de él…
225 CAROL: Y yo le pregunté: “¿Qué clase de ayuda? ¿Con respecto a qué? Y Sam dijo:
“Se acerca el cumpleaños de Phyllis y quiero que me ayudes a escoger un regalo para
ella, pero ene que ser algo especial.”
226 PHYLLIS: Y vaya que lo fue, amiguitos, vaya si lo fue.
227 CAROL: Así que el jueves siguiente comimos en su club y estuvimos barajeando
varias posibilidades para tu regalo. Después de la comida, nos fuimos de compras…
recuerdo que estuvimos en Ti any´s y en James Robinson. Al nal, en esa diminuta
enda de an güedades que está en la primera avenida, encontramos unos
deslumbrantes aretes Art Decó… diamantes con pequeños rubíes…
228 PHYLLIS: Conozco esos aretes. Te los he visto puestos.
229 CAROL: Bueno, me quedé atónita. Los compró y, cuando salimos a la calle, me dio
la caja diciendo: “Aquí enes. Te deseo con toda mi alma:”
230 PHYLLIS: ¿Y tú que dijiste?
231 CAROL: Le dije: “¡A ver, a ver, alto ahí! Venimos a comprarle a Phyllis un regalo de
cumpleaños… Si quieres que acepte esto, tenemos por lo menos que comprarle algo a
ella.”
232 PHYLLIS: Gracias, eres una ricura. Así que tuve que conformarme con esos
horribles candelabros de plata.
233 CAROL: Costaron una fortuna.
234 PHYLLIS: Son unos candelabros de vieja solterona. Y, por supuesto, no se te ocurrió
decir: “Phyllis es tu mujer yo soy su amiga.”
235 CAROL: ¿Me dejas decirte por qué no?

11
ti
ti
fi
ti
ti
ti
ff
fi
12

236 PHYLLIS: Sé porque no lo dijiste, pu lla barata. Porque tenías tu mirada


depredadora puesta en Sam desde el primer momento en que lo viste.
237 CAROL: Nada de eso.
238 PHYLLIS: Déjate de tonterías. Nos conociste y le echaste el ojo. Empezaste a
frotarte las manos y a salivar, porque él trabaja en un bufete de abogados que se
especializa en asuntos del espectáculo, porque va al gimnasio y ene buenos músculos
y porque, comparado con tu marchito y castrado marido, Sam debe parecerte el gran
macho cabrío.
239 CAROL: No soportaba seguir casado con go, y así me lo dijo después de la
comida… Fue él quien inició la relación… Era él quien salivaba por mí… Mientras
comíamos, me miró directamente a los ojos y se le salieron las lágrimas. Dijo: “No soy
feliz.”
240 PHYLLIS: ¿Qué a Sam se le salieron las lágrimas? ¿Llevaba demasiado apretado el
suspensorio?
241 CAROL: Desde el primer momento que Howard y yo los conocimos a y a Sam,
supe que era infeliz. “Esta mujer no lo hace feliz.” Se lo dije a Howard la misma noche
que los conocimos.
242 PHYLLIS: ¿Me pasas tu bolsa para vomitar?
243 CAROL: Sam sen a una gran hos lidad, pero eso ya lo sabes.
244 PHYLLIS: Pensar en y en Sam hablando de mí después de tomar un cóctel o de
fumar un Marlboro post-coito me da náuseas.
245 CAROL: Intentamos dejarlo varias veces, pero no pudimos.
246 PHYLLIS: Estoy segura de que lo intentaron. Pero conozco a Sam… Cada vez que se
le desmadraban los espermatozoides, recibías una llamada de teléfono: “Vente
corriendo para acá, cariño, que quiero coger y quejarme de mi mujer.”
247 CAROL: No era así. La mayoría de las veces hablábamos en vez de hacer el amor.
248 PHYLLIS: ¿Sobre qué? ¿De qué carajos iba a hablar con go? Es un hombre hecho y
derecho. ¿De qué carajos podías hablar con él, aparte de mí? ¿De tu celuli s? ¿Del
retoque de tu ojo y del es ramiento de tu cara? ¿De las compras? ¿De tu entrenador?
¿De tu nutriólogo? ¿O te limitabas a reclinarte en su hombro y a reírte tontamente de
la loquera irónica que podía entender los problemas de todo el mundo menos los
suyos propios?
249 CAROL: No hice nada malo. Tu marido dejó de quererte antes de conocerme.

12

ti
ti
ti
ti
ti
ti
ti
ti
ti
13

250 PHYLLIS: ¡Y una mierda!


251 CAROL: Todos nuestros amigos se dieron cuenta.
252 PHYLLIS: No son nuestros amigos, son mis amigos. Te los presenté yo, como una
idiota. Los conociste gracias a mí.
253 CAROL: Todos sabían que tú y Sam eran un chiste como pareja.
254 PHYLLIS: Pura mierda.
255 CAROL: Créeme, yo no seduje a Sam. Te fue in el muchas veces antes que yo
entrara en escena.
256 PHYLLIS: No me interesan tus fantasías.
257 CAROL: Pregúntale a Edith Moss y a la secretaria de Steve Pollack.
258 PHYLLIS: ¡Men rosa! ¡Guarra! ¡Eres la puta de América! Tu diafragma debería
estar expuesto en el museo de antropología.
259 CAROL: ¡No me culpes a mí de todo! Yo no conver a tu marido en un mujeriego.
260 PHYLLIS: Zorra, calientahuevos, fulana…
261 CAROL: Qué hipócrita eres. Fingiendo todo el empo que tu matrimonio era
perfecto… todo el mundo se burlaba de .
262 PHYLLIS: Yo quería a Sam y he sido una esposa asquerosamente ejemplar.
263 CAROL: Dio la casualidad de que nos enamoramos. Pero antes de conocerme, él ya
se había acostado con varias de tus aristocrá cas amigas más ín mas, incluyendo a
Madelaine Cohen, que, al ser también psiquiatra, seguro que te diseccionó con más
minuciosidad y perspicacia que yo.
264 PHYLLIS: ¡Madelaine Cohen es una freudiana fundamentalista! ¡Si hasta ene
barba!
(Suena el mbre y Phyllis abre la puerta. Es Howard.)
265 HOWARD: No puedo más. Qué día. Necesito una copa.
266 PHYLLIS: Howard, ¿a que no sabes?
267 CAROL: Por favor, cállate.
268 HOWARD: (sirviéndose una copa) Lo ves en ese asilo y te das cuenta de que todo
se reduce a…eso. A eso. Dios mío, ¿qué sen do ene todo, si termina así?
269 PHYLLIS: Carol quiere darte una no cia que podría levantarte el ánimo.
270 CAROL: Por favor, basta. Está borracha, Howard.
271 HOWARD: Pues esta noche yo también pienso emborracharme. Carajo, Carol… Mi
papá… un hombre fuerte, viril, que me llevaba a ver los par dos de béisbol.

13
ti
ti
ti
ti
ti
ti
ti

fi
ti
ti
ti
ti
14

272 PHYLLIS: Carol, díselo. Necesita algo que lo anime.


273 HOWARD: Esa pobre vieja, de noventa y un años, que había sido cantante, sentada
al piano… una ancianita… intentando entonar entre jadeos el estribillo de “Reloj no
marques las horas…” Y los otros mirando jamente, y algún aplauso mecánico. Y esos
muertos vivientes sentados y aletargados ante una única televisión, con la ropa
manchada por la comida que les chorrea por todo el cuerpo…
274 PHYLLIS: Espero que nos hayas reservado a todos un lugar.
275 HOWARD: ¡No puedo soportarlo! ¡Es demasiado!
276 CAROL: Tómate la copa.
277 HOWARD: Dos personas envejecen juntas, como mi padre y mi madre. Nos
deterioramos. Uno se enferma antes, el otro observa. Después de pasar juntos tantos
años, de repente te ves solo.
278 PHYLLIS: Howard, quizás a no te pase exactamente lo mismo.
279 HOWARD: No… (Hablando para sí.) Puede que no.
280 PHYLLIS: Carol, díselo.
281 HOWARD: ¿Decirme qué? ¿Qué pasa? ¿Qué haces borracha tan temprano? (Se
percata del desorden.) ¿Y qué es todo esto?
282 CAROL: Howard, hay algo de lo que tenemos que hablar.
283 HOWARD: ¿De qué?
284 CAROL: No creo que éste sea el lugar ni le momento.
285 PHYLLIS: Howard, Carol va a abandonarte.
286 CAROL: Por favor, déjanos en paz.
287 HOWARD: No en endo.
288 PHYLLIS: Va a abandonarte. Va a largarse con otro.
289 HOWARD: ¿Qué quieres decir?
290 PHYLLIS: Quiero decir que estás acabado. Te quedaste sin esposa. Ha estado
cogiéndose a mi marido durante tres años y se va con él.
291 CAROL: (A Phyllis.) Eres detestable.
292 PHYLLIS: ¿Acaso estoy min endo? Cierra la boca, Howard. Sube la mandíbula.
293 HOWARD: Carol, ¿es cierto?
294 CAROL: Sam y yo nos enamoramos. No pretendíamos hacerle daño a nadie.
295 HOWARD: (sentándose con len tud) Noooo… Estoy seguro de que tú no…
296 PHYLLIS: Carajo, ¿no vas a volverte loco?

14
ti
ti
ti
ti
fi
15

297 HOWARD: ¿Para qué? Eso no arreglaría nada.


298 PHYLLIS: Hay un momento para ser racional y un momento para perder la cabeza.
Los cuchillos para la carne están en la cocina.
299 HOWARD: (sin comprender) Tú nunca has hablado bien de Sam.
300 PHYLLIS: Te estaba engañando, Howard.
301 CAROL: ¡Cállate! Las cosas ya están su cientemente jodidas para que las enredes
más con tus comentarios venenosos.
302 HOWARD: (ingenuamente) Ella siempre estuvo tan celosa de , Phyllis.
303 PHYLLIS: Pues ahora se está vengando.
304 HOWRAD: Sam era mi amigo.
305 CAROL: ¿Por qué dices que estaba celosa?
306 HOWARD: Era mucho más que celos. Estabas obsesionada.
307 CAROL: Estás desvariando, Howard.
308 HOWARD: Carol, soy escritor. Sé reconocer una obsesión.
309 CAROL: Eres un escritor fracasado, Howard. A juzgar por los personajes que creas,
ni siquiera mereces que se te considere escritor. Deberías tener una papelería.
310 HOWARD: E incluso diría que estabas obsesionada con todo lo relacionado a ella.
311 CAROL: ¡Eres un pendejo, eso no es cierto!
312 PHYLLIS: No se peleen, niños.
313 HOWARD: Por Dios, Carol, la considerabas una ar sta. Tenías la intención de volver
a la universidad para estudiar psiquiatría.
314 PHYLLIS: Así que la verdad sale a la luz. El culto al héroe.
315 CAROL: Howard, deja de beber. Estás peor que yo.
316 HOWARD: Yo puedo beber, eres tú quién está haciendo el ridículo… Solía ves rse
como tú… ¿Te acuerdas? Incluso querías alaciarte el pelo.
317 PHYLLIS: Esto se está poniendo interesante de veras.
318 CAROL: Siempre me fascinó la psicología. La estudié como opta va en la facultad.
319 HOWARD: La materia opta va era historia.
320 PHYLLIS: Yo creía que era arte.
321 CAROL: Mi especialidad es historia del arte.
322 HOWARD: Le encanta decir que no se ha encontrado a sí misma.
323 PHYLLIS: ¿Ha buscado en el terrario, donde están los rep les?

15
ti
fi
ti
ti
ti
ti
ti
16

324 CAROL: (explicándose racionalmente) Hubo un empo en que me tenías


deslumbrada.
325 HOWARD: Incluso hablaba de hacerse psiquiatra.
326 PHYLLIS: Afortunadamente, existen leyes que regulan la prác ca y no le dan
permiso a cualquiera.
327 HOWARD: Iba a compaginarlo con el yoga, una religión oriental psicoterapéu ca.
Una forma de terapia oriental, holís ca, zen, en la que se sueña despierto.
328 PHYLLIS: ¿Cómo pensabas curar a tus pacientes? ¿Sumergiéndolos en el Ganges?
329 CAROL: Adelante, ríanse de mí.
330 HOWARD: Y durante una temporada se ves a como tú. Encargaba todas esas
faldas sencillas y tops. Incluso recuerdo que en más de una ocasión desechaste un
ves do porque decías que Phyllis Riggs jamás se pondría algo así.
331 CAROL: Eso se lo está inventando. Howard, tu padre se está muriendo. No te
desquites conmigo.
332 HOWARD: Carol siempre ha tenido problemas de iden dad. No sabe quién es. O,
más bien, sabe quién es y trata desesperadamente de ser otra. ¿Quién puede culparla?
333 CAROL: De acuerdo, tranquilízate. Creo que se te olvidó tomar tu medicina. Los
cambios de humor de Howard están empeorando. No quiere que se sepa.
334 HOWARD: No cambies de tema.
335 CAROL: Eso es lo que he tenido que soportar durante todos estos años, subidas y
bajadas maniacas. Hace poco intentó ingresar en la Sociedad Pro Eutanasia pero lo
rechazaron.
336 PHYLLIS: ¿Rechazado? Yo me hubiera suicidado.
337 CAROL: No digas eso. Tú no lo has visto en sus depresiones quedarse mirando
durante horas enteras las bolsas de plás co del super en el armario.
338 HOWARD: Te aviso que yo no voy a acabar en uno de esos asilos.
339 CAROL: Y luego, en un abrir y cerrar de ojos, se siente feliz. Demasiado feliz.
340 HOWARD: Carol, tranquila.
341 CAROL: Si tú crees que yo soy una despilfarradora, te diré que cuando Howard
entra en su fase eufórica se registra en el Hotel Plaza y ra el dinero en champán, en
caviar y en ropa que luego nunca se pone. Hace grande planes y grandiosos proyectos.
Lo único que lo desengancha es la electricidad. Este señor necesita su descarga de

16
ti
ti
ti

ti
ti
ti
ti
ti
17

vol os tanto como nosotras necesitamos el colágeno. Y me suplica que encubra su


trastorno.
342 HOWARD: Por lo menos yo tengo una iden dad. Soy Howard, el maniaco
depresivo. Carol quiere llegar a ser tú, pero tú ya estás ocupada por misma.
343 PHYLLIS: Así que me roba el marido.
344 HOWARD: Tú no eres la única. Ella se iden ca con mucha gente.
345 CAROL: No te robé el marido. Fue él quien vino detrás de mí.
346 HOWARD: Su crisis de iden dad más grave la tuvo con su profesora de arte de la
facultad.
347 CAROL: Bien, cambiemos de tema. Creo que deberíamos irnos a la casa.
348 HOWARD: ¿Qué casa? Ya no tenemos casa.
349 PHYLLIS: ¿Qué pasó con su profesora de arte?
350 CAROL: Howard, te lo advierto…
351 HOWARD: Ya que estamos de confesiones, te interesaría saber que, cuando nos
conocimos, Carol tenía una profesora de arte, una mujer muy brillante, no con tantos
méritos como tú, pero impresionante…
352 CAROL: Howard, no pienso quedarme aquí mientras cuentas esa historia.
353 HOWARD: Y Carol fue idealizando a esa profesora e iden cándose con ella.
354 CAROL: ¡Cállate! ¡Cállate!
355 HOWARD: (zarandeando a Carol) ¿Quieres callarte tú de una vez?
356 CAROL: Ni se te ocurra ponerme la mano encima.
357 PHYLLIS: Howard, enes temperamento. ¿Quién lo hubiera imaginado de un
hombre que llama Dorothy a su pez de colores?
358 HOWARD: Ella se iden có con la profesora Karin tanto como se ha iden cado
con go. Le copiaba la ropa, se trenzaba el pelo como ella, imitaba sus gestos, asumía
todos sus gustos. Y como la profesora Karin tenía un pequeñín, Carol decidió que
quería ser madre.
359 CAROL: No me importa que le cuentes esa historia. Puedo mantener la cabeza bien
alta.
360 HOWARD: Así que me pidió que la embarazara, cosa que por supuesto hice.
361 CAROL: Con algún esfuerzo, querido. No omitas el detalle de la impotencia
repen na. Explica cómo puede meterse una ostra en un parquímetro.
362 HOWARD: No es que yo quisiera tener un hijo… En el fondo, Carol tampoco.

17
ti
ti
ti
ti
ti
fi
ti
ti
fi
ti
ti
fi
ti
ti
fi
18

363 CAROL: Nunca has sabido lo que yo pensaba en el fondo acerca de nada.
364 HOWARD: Pero ¿de qué otra manera podía conver rse en la profesora Karin, el
ídolo en turno?
365 CAROL: No me pudiste embarazar, ¿esa es la historia que quieres contar? Porque,
en resumidas cuentas, se trata de eso.
366 HOWARD: Acudió a un especialista en fer lidad y cada dos o tres días tenía que
masturbarme dentro de un tubo de ensayo.
367 PHYLLIS: Bravo, qué buena puntería debes de tener.
368 HOWARD: Así que ella salía corriendo con el tubo en un taxi y, mientras los
espermatozoides estaban vivitos y coleando…
369 CAROL: Howard, los tuyos no coleaban. Deambulaban sin rumbo.
370 HOWARD: Resumiendo: la ciencia llevó a cabo la magia. Su sueño iba a hacerse
realidad. Pasados los nueve meses, sería como la mismísima profesora Karin, con sus
faldas Laura Ashley y sus joyas aztecas. No tendría que seguir siendo aquel poco
envidiable personaje llamado Carol.
371 PHYLLIS: Lo veo venir. Le dio miedo. Fue a un abor sta ilegal, y además borracho,
que por error le operó la cara y por eso ene la pinta que ene.
372 HOWARD: Miedo es exactamente lo que le entró, pero cuando estaba de ocho
meses. De repente, no quería ser madre.
373 CAROL: (en voz baja) No, no quería.
374 HOWARD: La realidad se impuso y se dijo a sí misma: “Oye, una cosa es dejarse
llevar por fantasías de iden dad… pero el caso es que no soy la profesora Karin y no
quiero tener un hijo.”
375 CAROL: ¿Por qué me haces esto?
376 HOWARD: En pocas palabras, dio a luz a un bebé de tres kilos y seiscientos treinta
gramos que, a pesar de estar pelón, era bastante guapo. Bueno, durante los primeros
días pude desarrollar vínculos afec vos con él, pero ella estaba empecinada en
desprenderse de él… Insis ó en darlo en adopción.
377 PHYLLIS: Y tú te desentendiste y dejaste que lo hiciera. Seguro que fuiste muy
razonable y educado.
378 HOWARD: Me acuerdo con absoluta claridad. El día en que lo entregamos pensé:
“Oye, si me era la cabeza en una de esas bolsas de plás co del super y me la amarrara
bien fuerte en el cuello, ¿no me sen ría mejor?”

18
ti
ti
ti
ti
ti
ti
ti
ti
ti
ti
ti
19

379 PHYLLIS: Muy bien, son ustedes una pareja encantadora. Si la Academia diera un
Oscar para humanos anormales, contarían con mi voto. Y ahora voy al baño. Cuando
vuelva quiero que los dos se hayan largado.
(Phyllis sale por la izquierda)
380 HOWARD: Así que supongo que lo nuestro se acabó. Después de todos estos
años…
381 CAROL: Creo que nunca debió haber empezado.
382 HOWARD: ¿Por qué dices eso, Carol? Sin duda alguna, empezó bien. Los primeros
días fueron bastante buenos.
383 CAROL: No. Fue culpa mía. Hubiera sido mejor que te casaras con esa… ¿Cómo se
llamaba?...Ida…, Ida…
384 HOWARD: ...Rondilino…
385 CAROL: Rondilino. No debí haberte separado de ella. Pero yo quería estar con una
persona crea va. Con un escritor.
386 HOWARD: No me separaste de Ida. Te vi y fui por .
387 CAROL: Eso es lo que tú crees. La noche en que salimos decidí casarme con go, ya
estabas perdido.
388 HOWARD: Pobre Ida.
389 CAROL: Ida era una sosita. Pero mucho más adecuada para que yo. Nos hemos
defraudado demasiado.
390 HOWARD: ¿Me habías engañado antes de haberte me do con Sam?
391 CAROL: No. Bueno, sí. Una vez, con mi den sta.
392 HOWARD: Carol…
393 CAROL: ¿Sabes que me cobró una amalgama de más?
394 HOWARD: ¿Y con quién más?
395 CAROL: Con nadie más… Jay Roland.
396 HOWARD: ¿Mi colaborador?
397 CAROL: Ay, Howard, era un escritor tan malo, aunque tan sexy, con esa coleta que
tenía…
398 HOWARD: ¿Te acostaste con mi colaborador literario?
399 CAROL: Una vez. Estabas en el hospital, recibiendo tu tratamiento de
electroshocks, y los dos estábamos tan preocupados por que no sabíamos cómo
expresarlo.

19
ti
ti
ti
ti
ti
ti
ti
20

400 HOWARD: ¿Con alguien más?


401 CAROL: Con nadie más. Eso es todo. Sí, eso es todo. Durante años, nunca logré
reunir el valor su ciente para irme, pensando erróneamente que tu inestabilidad
mental era un signo inequívoco de genialidad literaria, cuando de hecho, era sólo una
locura vulgar.
402 HOWARD: ¿Y adónde vas a vivir?
403 CAROL: Sam ha comentado que en Londres.
404 HOWARD: Carol, no quiero que me dejes.
405 CAROL: ¿Cómo que no, Howard? Estoy enamorada de un hombre que signi ca
algo para mí, algo importante. Lo que hay entre nosotros es real. Hay sen mientos. Hay
pasión.
406 HOWARD: Carol, soy una persona que no puede estar sola.
407 CAROL: Te las arreglarás. Howard, trata de entender. No me hagas sen r culpable.
408 HOWARD: Pero estoy asustado.
409 CAROL: Ya sé que esto te ha provocado uno de tus bajones. Por si fuera poco,
acabas de internar a tu papá en el asilo. ¿Por qué no llamamos al doctor Carr? Puede
ser un buen momento para ingresarte y borrarlo todo de tu cabeza. (Se da cuenta de
que Howard ha sacado un revólver del bolsillo.) Howard, ¿qué estás haciendo?
410 HOWARD: Creo que la vida es un agujero negro.
411 CAROL: ¡Ay, Dios mío, no lo hagas!
412 HOWARD: ¡Es insoportable! No quiero vivir.
413 CAROL: ¿De dónde sacaste esa pistola?
414 HOWARD: Estaba entre las cosas de mi papá. Luchó en la segunda guerra mundial.
415 CAROL: ¡Suelta eso!
416 HOWARD: ¡Todo es tan repugnante, tan carente de sen do!
417 CAROL: ¡Phyllis, ayúdame! ¡Phyllis!
418 HOWARD: ¡Cállate, me está a punto de estallar la cabeza!
419 CAROL: El suicidio no es la solución.
420 HOWARD: Todo se reduce a nada. El vacío, el asilo de ancianos…
421 CAROL: ¡No lo veas todo tan negro, Howard! Es sólo cosa del momento. ¡Phyllis!
¡Carajo! El suicidio no es la solución.
422 HOWARD: ¡Tengo miedo!
423 CAROL: ¡Ay, Dios, no quiero mirar!

20
fi
ti
ti
ti
fi
21

424 HOWARD: No tendrás que mirar. Primero voy a matarte a y luego me mataré yo.
425 CAROL: ¿A mí? ¡Howard, estás bromeando!
426 HOWARD: ¡Primero tú, después yo!
427 CAROL: ¡Auxilio! ¡Phyllis!
428 HOWARD: ¡Deja de ladrar!
(Amar lla la pistola)
429 CAROL: ¡Howard, no! ¡No lo hagas!
430 HOWARD: Dame una buena razón por la que tú y yo debamos seguir viviendo.
431 CAROL: Porque somos seres humanos, Howard. Falibles y a menudo estúpidos,
pero no malvados, la verdad es que no. Sólo paté cos, equivocados, desesperados…
432 HOWARD: ¡Estamos solos en el cosmos!
433 CAROL: Howard, esto no es el cosmos. ¡Esto es Central Park West!
434 HOWARD: ¡No! ¡Es inú l! ¡Quiero morir! (Howard se lleva la pistola a la cabeza y
aprieta el ga llo, pero se encasquilla. Apunta a Carol, aprieta el ga llo varias veces,
pero vuelve a encasquillarse.) ¡Puta madre! Es demasiado vieja. Demasiado vieja. Se
atora.
(Carol le quita la pistola a Howard)
435 CAROL: ¡Dame eso! ¡Estás loco! ¿Qué te pasa? ¡Estoy temblando como un an!
¡Me estoy mareando! Necesito un Valium.
(Phyllis entra ignorante de lo que ha pasado.)
436 PHYLLIS: ¿Qué es todo este escándalo? Creo haberles dicho que se largaran.
437 CAROL: (temblando) Howard quería matarme. A mí y a él. Primero yo y luego él. La
pistola de su padre. Un souvenir, pero… pero… pero se encasquilló. Apretó el ga llo,
pero se encasquilló.
(Phyllis coge la pistola y juega con ella)
438 PHYLLIS: A esta pistola no le pasa nada, Howard. Olvidaste quitarle el seguro.
439 CAROL: ¡Voy a vomitar!
(Carol sale y Phyllis se sienta con Howard en el sofá)
440 PHYLLIS: Howard, la verdad es que, a pesar de que estás sufriendo una de tus
depresiones habituales, esta vez enes razones de sobra para estar deprimido. Incluso
un reloj descompuesto da la hora correcta dos veces al día. Te han pasado cosas
deprimentes. Primero llevaste a tu querido padre a un asilo de ancianos de segunda
categoría…

21
ti
ti
ti
ti
ti
ti
ti
fl
ti
22

441 HOWARD: No es de segunda categoría.


442 PHYLLIS: Howard, enfréntalo, ni siquiera la mejor es buena, pero la que elegiste,
según tu presupuesto, es una pocilga, y lo sabes muy bien. Después de la experiencia
de separarte de un padre, que, por cierto, te sitúa psicológicamente un paso más cerca
del nal de tu propia vida, tu mujer te abandona por tu mejor amigo, un macho
triunfador con un nivel de testosterona más alto que el tuyo, con quien ella te ha
estado engañando durante dos años. Así que casi te resulta sano estar deprimido. Si no
estuvieras deprimido, serías un idiota. ¿Te estoy sirviendo de ayuda?
443 HOWARD: Extraño a mi hijo…
444 PHYLLIS: Le doy seis meses a todo este asunto.
445 HOWARD: ¿A lo de Sam y Carol? Puede que se muden a Londres.
446 PHYLLIS: Seis meses, ya sea en Londres o en Tierra de Fuego. Los dos son
demasiado disfuncionales.
447 HOWARD: Yo sabía que él se acostaba con todo lo que se le ponía enfrente.
448 PHYLLIS: ¿Sí?
449 HOWARD: ¿Y quién no lo sabía?
450 PHYLLIS: Sólo yo, me imagino.
451 HOWARD: Sí, Phyllis, creo que eras la única que no se había enterado. Incluso oí a
un mesero del restaurante 21 hacer una alusión soez al respecto.
453 PHYLLIS: ¿El mesero lo sabía?
454 HOWARD: Por supuesto, lo que no sabía era que yo los conocía a Sam y a ; en ese
momento Sam entraba y yo estaba comiendo y vi cómo el mesero le daba un codazo a
su jefe y, moviendo la cabeza en dirección a Sam, señalaba a una morena sexy y decía:
“¡Qué cara más dura ene el po! Se la está cogiendo y viene siempre aquí con su
mujer como si nada.” Me sorprendió que conociera el verbo coger, porque acababa de
llegar de Polonia.
455 PHYLLIS: Es una historia genial, Howard. El capitán y su mesero polaco lo sabían,
pero yo no.
(Se abre la puerta principal y entra Sam)
456 SAM: (fríamente resuelto) Vine a buscar el resto de mis documentos. (Ve los
documentos de trabajo esparcidos por el suelo) Carajo, ¿qué hiciste?
457 PHYLLIS: Necesito que respondas un par de preguntas don intocable.

22
fi
ti
ti
ti
23

458 SAM: Me agrediste. Intenté ser razonable. No estoy dispuesto a que una histérica
me fracture el cráneo.
459 HOWARD: Has mantenido relaciones con mi mujer durante dos años.
460 SAM: Con go sí quiero hablar, Howard. Y voy a empezar con una disculpa.
461 PHYLLIS: Y eso lo arregla todo, ¿no?
462 SAM: Dije que no quiero saber nada de . Vine a recoger mis papeles.
463 HOWARD: Sam, me es di cil aceptar tus disculpas. Yo creía que éramos amigos.
464 SAM: (enfadado con Phyllis, mientras recoge los documentos del suelo) Tengo unos
casos bastante complicados. Mira lo que hiciste…
465 PHYLLIS: Con que has estado cogiendo con todas mis amigas…
466 SAM: Estos dos úl mos años no han sido fáciles para mi, Phyllis. En el trabajo no
me ha ido bien. ¿Por qué hiciste trizas todo esto?
467 PHYLLIS: Dije que has estado cogiendo con todas mis amigas.
468 SAM: Yo no he estado cogiendo con todas tus amigas.
469 PHYLLIS: ¡Men roso! Lo sé. ¡Lo sé todo!
470 SAM: Si lo sabes todo, no necesitas que te cuente nada. Quita tus pies de esos
documentos. Quítalos. (Forcejea) ¡Quítalos!
471 PHYLLIS: ¡Pendejo!
472 SAM: Te di la oportunidad de aclarar las cosas, me abrí con go ¿y para qué?
473 PHYLLIS: Con aba en . ¿Cómo podía saber yo que en el fondo te sen as tan
insa sfecho? Deberías haber sido honesto, en vez de dejar que tu insa sfacción se
enquistara y acabaras acostándote con mis amigas.
474 HOWARD: (Incorporándose agresivo) Estoy furioso con go, Sam. Me conver ste
en un cornudo.
475 SAM: (lo empuja hacia abajo) Siéntate, Howard. Hablaremos después. Ya te dije
que lo siento.
476 PHYLLIS: Sé que te acostaste con Edith y con Helene. Y con Polly, ¿qué?
477 SAM: Estás mal de la azotea. Me alegro muchísimo de que esto se haya acabado.
478 PHYLLIS: Todavía no se acaba, ricura.
479 SAM: En cuanto ponga esto en orden, será historia.
480 HOWARD: Sabe lo de la morena del 21, la del equito y labios carnosos.
481 SAM: Howard, siento lo mío con Carol. Sinceramente, nunca pensé que lo
descubrirías.

23
ti
ti
fi
ti
ti
ti

ti
fl
ti
ti
ti

ti
24

482 HOWARD: Phyllis, ¿qué clase de mujer eres para que todas esas amigas
aparentemente ín mas te traicionen de tan buena gana?
483 PHYLLIS: (paralizada por la pregunta, recupera el aplomo) Howard, necesitas
tratamiento de electroshocks. ¿Por qué no te mojas los dedos y los metes en el
enchufe?
(Sam se sirve una copa)
484 HOWARD: Es una castradora. Pero has hecho algunas cosas horribles, Sam.
485 SAM: No he hecho nada de nada.
486 HOWARD: ¿Y qué hay de aquella morena del 21?
487 SAM: Howard, ¿por qué no te tomas un descansito?
(Entra Carol sorprendida de ver a Sam)
488 CAROL: ¡Sam!
489 SAM: Hola, Carol.
490 CAROL: Phyllis y Howard lo saben todo. Que nochecita.
491 HOWARD: Es como cuando se exprime un barro y revienta toda la pus.
492 CAROL: Sam, ¿nos vamos? Necesito una hora para hacer las maletas.
493 SAM: ¿Ir adónde?
494 CAROL: A nuestro apartamento, a Amaganse , o si pre eres, derecho a Londres.
Ya no me importa nada.
495 SAM: No en endo. ¿Adónde vamos?
496 CAROL: Fuera de aquí. Mira, está claro que todos necesitamos empezar de nuevo,
no sólo Sam y yo, sino también Howard y Phyllis. Tratemos de interpretar esta noche
como un comienzo. Ya sé. Para mí es fácil decirlo, porque Sam y yo nos tenemos el uno
al otro, pero podemos ser civilizados y ayudarnos a superar esto.
497 SAM: A ver, espérame. Nosotros no vamos a ninguna parte.
498 CAROL: Bueno, mencionaste Londres. Quiero decir que irse signi ca exactamente
no quedarnos aquí.
499 SAM: Carol, creo que entendiste mal.
500 CAROL: ¿Qué?
501 SAM: Conocí a alguien y estoy enamorado.
502 CAROL: ¿Qué quieres decir?
503 SAM: Que conocí a una mujer y estoy enamorado de ella.
504 CAROL: No en endo. Tú estás enamorado de mí.

24
ti
ti
ti
tt
fi
fi
25

505 SAM: No. Tuvimos una aventura, pero nunca estuvimos enamorados.
506 CAROL: Yo lo estoy.
507 SAM: Ah, pero yo no, nunca. ¿Creías que iba a dejar a Phyllis por ?
508 CAROL: Sam…
509 PHYLLIS: A veces Dios se aparece de improviso.
510 SAM: Carol, he sido más claro que el agua en ese punto. Al menos creí serlo.
511 CAROL: (tambaleándose) Las piernas, las piernas me emblan. La sala me da
vueltas.
512 HOWARD: Aplícate unas sales. (Riéndose) Ja, ja, ja…
513 PHYLLIS: (A Carol) Cariño, ¿qué pensabas?
514 CAROL: Sam, Sam, todas aquellas tardes… Hablábamos…
515 SAM: Pero eso fue todo. Lo nuestro era sólo una aventura.
516 CAROL: Fue una aventura al principio.
517 SAM: Y nunca dejó de serlo.
518 CAROL: Claro que sí.
519 SAM: Claro que no.
520 HOWARD: (diver do con el cariz que toma la situación) Qué diver do.
521 CAROL: Pero todo lo que hablamos acerca del futuro… Y de Londres…
522 SAM: Era hablar por hablar. Nunca hubo un plan de verdad.
523 CAROL: Sí lo hubo.
524 SAM: No pudo haberlo. Nunca tuvimos ese po de relación.
525 CAROL: Claro que la tuvimos.
526 SAM: Nunca estuvimos enamorados. Por lo menos yo.
527 CAROL: Me dijiste que sí.
528 SAM: Claro que no. Te lo imaginaste.
529 CAROL: “Me tengo que divorciar. Me estoy as xiando. Ahogando. El empo que
paso con go es lo único que me man ene vivo.”
530 SAM: Hay que entenderlo en el contexto del sexo ilícito. Te expuse las reglas
básicas desde el primer día.
531 CAROL: Sí, pero parecía… parecía que cambiaba, que la relación iba haciéndose
más profunda. Me preguntaste si podría ser feliz en Londres.
532 SAM: Carol, estás dándole una importancia que no tuvo.
533 CAROL: (entendiéndolo todo) Cabrón. Me u lizaste.

25
ti
ti
ti
ti
ti
fi
ti
ti
ti
ti
26

534 PHYLLIS: (enfadada) ¿Con que te estaba as xiando? ¿Eh? ¡Payaso!


535 HOWARD: (riéndose cada vez más) Es un payaso. Esto es un circo y él es un payaso.
Y nosotros somos los monstruos de feria.
536 CAROL: Me men ste.
537 PHYLLIS: Te lo mereces, criptoputa.
538 CAROL: “Quiero estar con go, Carol, con go soy feliz, con go experimento los
únicos momentos verdaderos. Rescátame de esta generala egocéntrica que está
triturando mis esperanzas.”
539 PHYLLIS: ¿Una nazi? ¿Le dijiste que soy una nazi?
540 SAM: (ingenuamente) Nunca dije que fueras un miembro del par do
nacionalsocialista propiamente dicho.
541 CAROL: ¡No puedo creer que esto esté pasando! No se puede hacer el amor de esa
manera sin sen r amor.
542 PHYLLIS: Un pene erecto no ene conciencia.
543 CAROL: (hecha añicos) Pero era autén co, verdadero.
544 SAM: (volviéndose hacia Carol) ¡No me responsabilices de tus ilusiones! Siempre
fui honesto con go.
545 CAROL: No.
546 PHYLLIS: Una mujer con muy poco sen do de la realidad…
547 CAROL: Tú eres la que no ene sen do de la realidad. Engañada, y pensando que
tenías tu matrimonio bajo control, mientras él se acostaba con todas.
548 SAM: Ya basta, Carol.
549 CAROL: En tu propia cama se acostó con Nancy Rice.
550 SAM: (a Carol) Que ganas de provocarla.
551 PHYLLIS: ¡Nancy Rice es la presidenta del comité é co en el hospital!
552 SAM: Sí, tuve un desliz con Nancy Rice cuando estuviste en Denver, pero ella lo
buscó. Además tú y yo ya no teníamos vida sexual.
553 PHYLLIS: Ahora sé porque no la teníamos: un hombre no es una máquina
eyaculadora.
554 SAM: ¡Eso no ene nada que ver!
555 PHYLLIS: ¡¿No? ¿Y entonces?!
556 SAM: ¡¿Entonces qué? ¿Por qué estamos gritando?!
557 PHYLLIS: ¿Cuál es la razón por la que nuestras relaciones sexuales se esfumaron?

26
ti
ti
ti
ti
ti
ti
ti
ti
ti
ti
fi
ti
ti
ti
ti
27

558 SAM: ¿Quieres saber la razón?


559 PHYLLIS: Sí, sí. La razón. Dime cuál es la maldita razón.
560 SAM: Pues que perdimos la espontaneidad.
561 PHYLLIS: ¿Crees que estás hablando con una retrasada mental? Yo no soy ella.
(Señala a Carol)
562 HOWARD: Si algo no es Carol, es retrasada. Tiene una discapacidad de aprendizaje,
que no es lo mismo.
563 CAROL: Howard, ¿quieres callarte de una vez?
564 HOWARD: Oye, déjame en paz. Intentaba explicar por qué pareces retrasada, pero
en el fondo no lo eres.
565 CAROL: Se le murió el deseo porque no te tomas la moles a de sa sfacer
sexualmente a un hombre. ¿Miento, Sam? ¿No u lizaste la expresión “catatónica
desnuda”?
566 SAM: No te metas donde no te llaman.
567 HOWARD: Creo que el problema es que Phyllis puede llegar a ser castradora.
568 SAM: Oye, lárgate.
569 HOWARD: Eso fue lo que me dijiste, Sam. Cuando te emborrachas después de la
comida, te pones a balbucear cosas como: “¿En qué se me ha ido el empo? ¿Qué ha
sido de todas mis expecta vas? ¿Debería considerarme tan sólo el marido de Phyllis
Riggs?”.
570 PHYLLIS: ¿Qué locura es ésta? ¿Todo el mundo intenta cas garme por ser una
triunfadora? Mis amigos, mi marido…
571 HOWARD: La gente nunca te odia por tus debilidades; te odia por tu poder.
572 CAROL: Sam, me engañaste. Me dijiste que me querías.
573 SAM: Nunca, nunca lo dije.
574 CAROL: Sí.
575 SAM: Tuve la cautela de no u lizar jamás esa palabra.
576 PHYLLIS: Nunca te acuestes con un abogado. Te chingan por la terminología.
577 HOWARD: ¿Ponemos algo de música?
578 CAROL: ¡Carajo! Ése es siempre el síntoma inicial de una de sus subidas eufóricas.
579 HOWARD: Yo le gano a Sam en el tenis.
580 SAM: Seguro que sí, Howard.

27
ti
ti
ti
ti
ti
ti
ti
28

581 HOWARD: (poniendo música) Se pone como loco… ¡Es musculoso, pero no
coordina!
582 SAM: Lo que tú digas, Howard…
583 CAROL: Sam, ya tenía todo planeado. Ibas a dejar a Phyllis.
584 HOWARD: Y la ha dejado, Carol. ¿No pones atención?
585 CAROL: ¡Ya cállate, maniaco psicó co!
586 HOWARD: Todo el mundo está tan deprimido…
(Sube el volumen de la música)
587 CAROL: ¡Apaga eso!
588 HOWARD: ¿Qué?
589 CAROL: ¡Apaga eso! ¡Apágalo! ¡Ya basta!
(Sam apaga la música)
590 HOWARD: ¿Qué mosca les ha picado? ¿Creen que están en un funeral?
591 SAM: Howard, cálmate.
592 HOWARD: Todo el mundo se volvió loco… Quizás es porque enen hambre.
¿Preparo algo rápido?
593 CAROL: ¡Idiota!
594 HOWARD: ¿Qué?
595 CAROL: ¡Idiota! ¡Pendejo!
596 HOWARD: ¡Baba ghanoush! ¡Es perfecto!
(Howard sale por la derecha en dirección a la cocina)
597 CAROL: Sam, yo te quería, te quería de verdad. Todavía te quiero.
598 SAM: Nunca quise darte esperanzas. Traté de ser cuidadoso en ese aspecto. No fue
mi intención hacerle daño a nadie.
(Suena el mbre de la puerta. Carol, que es la que está más cerca, la abre. Entra una
jovencita muy guapa y sexy llamada Juliet Powell.)
599 JULIET: (A Sam) Estaba esperando abajo y me preocupé. Como antes casi te rompe
la cabeza y, no bajabas…
600 PHYLLIS: No. No. No.
601 CAROL: ¿Es ésta?
602 JULIET: Dudé si subir o no, pero como dijiste cinco minutos…
603 SAM: Es ésta, digo, ella, Juliet Powell. Las presento: Carol… Phyllis. Bueno, la
doctora Riggs no necesita presentación.

28
ti
ti
ti
29

604 PHYLLIS: No, no la necesito. Con que me metan al psiquiátrico.


605 CAROL: ¿Se conocen?
606 SAM: Mira, pongamos todo esto en claro e intentemos no decir pendejadas. Juliet
es… bueno, era, una paciente de Phyllis
607 PHYLLIS: ¿Cuándo la…?
608 SAM: (a Carol) Una vez, hace ya empo, dio la casualidad de que me jé en ella
cuando la vi en la sala de espera. Tengo mi propio acceso privado, pero, muy de tarde
en tarde, vislumbro a una paciente de Phyllis que entra o sale, llorando, o que está
sentada allí, leyendo el Hola. Y recuerdo que pensé: “Dios mío, qué criatura tan
encantadora, tan joven y tan saludable. ¿Qué problemas puede tener a su edad?” Y
después, hace varias semanas, como si fuera cosa del des no, salí del departamento a
la misma hora en que Juliet salía del elevador para ir a su sesión. Le hablé. Solo le dije:
“Hola”, pero, como sabía que ella bajaría en cincuenta minutos, compré un periódico y
me senté en un banco del parque, al otro lado de la calle. Y, en efecto, a los cincuenta y
dos minutos exactos, salió y la saludé de nuevo, “qué sorpresa”, le dije. Y ahora voy a
casarme con ella.
609 PHYLLIS: (a Juliet) Y yo voy a dejar de ser psiquiatra y me voy a hacer miembro de
la Sociedad Pro Eutanasia.
610 JULIET: (ingenuamente) Por eso dejé el tratamiento. No me parecía razonable
con nuar mi psicoanálisis con go mientras yo estaba…
611 PHYLLIS: ¿…cogiendo con mi marido? Gracias Miss América Adolescente.
612 CAROL: Sam, podría ser tu hija.
613 SAM: Pero no lo es. Es la hija de los señores Morton Powell, a quienes no
conocería si no leyera el Wall Street Journal.
614 CAROL: Pero ¿qué carajo pueden tener en común?
615 SAM: Te sorprendería saberlo. Es una joven encantadora, educada, de vein cinco
años…
616 JULIET: Vein uno.
617 SAM: Bueno, pronto tendrás vein cinco. Cuatro años pasan volando.
618 CAROL: Señorita Powell, ¿a qué se dedica?
619 JULIET: ¿Dedicarme?
620 CAROL: ¿En qué trabaja?
621 JULIET: Editora de cine. Bueno, lo seré cuando me gradúe.

29
ti
ti
ti
ti
ti
ti
fi
ti
30

622 CAROL: (a Sam) ¿Irás al baile de graduación?


623 JULIET: Ya debería haberme graduado, pero me tomé un año sabá co.
624 PHYLLIS: La señorita Powell ha tenido algunos problemas emocionales graves.
625 JULIET: Sí, bueno…
626 PHYLLIS: Vino a verme hace un año. Era introver da, estaba confusa, anoréxica y
le aterrorizaban los hombres. Mi obje vo era liberarla, para que de esa manera pudiera
salir hecha toda una mujer y seguir adelante.
627 JULIET: Exacto, y lo conseguiste.
628 PHYLLIS: Ya me di cuenta.
629 JULIET: Es terrible, porque me molesta mucho perderte como psicoanalista. Por
otro lado, siempre me alentaste a actuar según lo que más me convenía.
630 PHYLLIS: ¿Y tú crees que mi marido está entre las cosas que más te convienen?
631 JULIET: Bueno, al principio tuve algunos sueños desagradables. Volví a soñar con
arañas, sólo que esa vez tú eras la viuda negra, mi mamá el escorpión y… Carol era la
tarántula.
632 CAROL: Pero si ni siquiera me conocías…
633 JULIET: Sam me habló de , y por la manera en que te describió…
634 CAROL: ¿Una tarántula?
635 JULIET: Mi subconsciente creó la imagen de la araña a par r de las cualidades de
peluda y posesiva…
636 CAROL: ¿Peluda y posesiva?
637 JULIET: Pero, contestando a tu pregunta, Phyllis, te diré que sí. Tuve algunas dudas,
pero Sam me hizo la descripción de un matrimonio muerto desde hacía mucho, y me
pareció que no me interponía entre nadie. Además, ya estaba acostándose con Carol y
con la señora Bucksbaum.
638 PHYLLIS: ¿Con quién?
639 JULIET: Con la señora Bucksbaum. La coja.
640 PHYLLIS: Sam, ¡pero si es una lisiada!
641 SAM: ¿Y eso qué ene que ver? Estoy de acuerdo que no estuvo bien engañarte,
pero no porque la mujer tuviera una pierna más corta que la otra.
642 PHYLLIS: ¿Cómo lo hacías con ella? ¿La subías a un escalón?
643 CAROL: (a Sam) ¿Por qué soy peluda y posesiva? ¿De qué manera he intentado
poseerte? Yo me entregué. Me entregaba una y otra vez. Salía corriendo en cuanto me

30
ti
ti
ti
ti
ti
ti
31

llamabas, cancelaba citas, inventaba men ras, hacía malabarismos con mi agenda para
complacerte y jamás te pedí nada a cambio. ¿Cómo pudiste darle a entender que yo
era una tarántula?
644 SAM: Yo no soy responsable de los sueños que ella tenga con go.
645 CAROL: ¿Te das cuenta de la clase de hombre con el que vas a casarte?
646 JULIET: Bueno, en realidad eso de casarnos es más una idea de Sam que mía. Yo
me conformo con dejar que las cosas sigan su curso.
647 SAM: No, yo quiero el compromiso, lo necesito. No puedo con nuar así. Por
primera vez quiero algo estable. Tengo que dar un sen do a mi vida. Juliet, tú eres todo
lo que siempre he soñado.
648 CAROL: ¿Una anoréxica de veinte años?
649 SAM: Vein uno, y además editora de cine.
650 PHYLLIS: Hace seis meses, era incapaz de mirar a un hombre a los ojos sin que le
saliera herpes.
651 SAM: Miren, sé lo que están pensando, pero esto es amor de verdad. A pesar de lo
que ustedes dos digan, mi vida de donjuán terminó. La promiscuidad no es la solución.
¿Creen que alguien puede alcanzar la plenitud con un adulterio vacío, barato y
estúpido?
652 CAROL: Gracias, Sam. Para mí también fue algo muy valioso.
653 SAM: (a Juliet) Lo que trato de decir es que te encontré y que quiero que lo
nuestro sea para siempre.
654 PHYLLIS: ¿Qué pasará cuando ella tenga mi edad? Ya no tendrás dientes y estarás
tragando papilla en un asilo público.
655 CAROL: Sé que no soy joven ni guapa, pero esto ya es demasiado. Es más de lo que
puedo soportar.
656 HOWARD: (saliendo a escena) He decidido hacer ravioli. Es lo único que hay.
657 CAROL: Mi vida es un desastre.
658 HOWARD: Es una pena que no haya pesto. Pero puedo preparar una salsa de
crema. Y haré unas ensaladitas con anchoas y vinagre balsámico. ¿Quién es ésta?
659 JULIET: (estrechándole la mano) Soy Juliet Powell.
660 HOWARD: Yo soy Howard.
661 JULIET: ¿Ven? Hace seis meses ni siquiera me podría haber presentado a mí
misma.

31
ti
ti
ti
ti
ti
32

662 SAM: Dime que no enes ninguna duda en casarte conmigo.


663 JULIET: Solo quiero que estemos seguros. Eso es todo. ¿No sería su ciente con
seguir saliendo juntos y a ver adónde nos lleva todo esto?
664 SAM: Estás faltando a tu palabra. Creí que lo habíamos decidido. Anoche estabas
segura.
665 HOWARD: (a Juliet) ¿Para qué quieres casarte? Eres una niña.
666 SAM: Howard…
667 HOWARD: No, lo digo en serio. Es una niña y tú un anciano. Bueno, no quiero decir
un anciano, sino que eres demasiado mayor para ella.
668 SAM: Eso es asunto nuestro.
669 HOWARD: Y llegas a ella con todo tu pesado bagaje, con tantas cicatrices y
amarguras grabadas ya en tu carácter…
670 SAM: Howard, yo no estoy amargado. Sólo quiero empezar de nuevo.
671 HOWARD: Oye, ¿quién no querría? (a Juliet) El matrimonio es un paso decisivo
para cualquiera… Y más aún para una niña como tú y para un insensato Casanova de
mediana edad.
672 JULIET: No hago más que decirle que creo que deberíamos esperar.
673 SAM: Yo te quiero.
674 HOWARD: Está nervioso porque sabe que conocerás a otro.
675 SAM: ¿Quieres no meterte en lo que no te importa? Este hombre es un demente
declarado.
676 HOWARD: No tan rápido. Escucha lo que dice esta jovencita. Estás presionándola
demasiado. (A Juliet) ¿Qué necesidad enes de casarte? No deberías encerrarte con
llave con ningún po. Deberías salir a saborear la vida. Sólo se es joven una vez.
677 JULIET: La verdad es que estoy empezando a salir del caparazón, gracias a Phyllis.
678 PHYLLIS: Si es gracias a mí, me apuntaré a un tratamiento de electroshocks. Y deja
de llamarme Phyllis. Todavía soy la doctora Riggs.
679 CAROL: (corre hacia Sam y lo golpea) ¿Soy una araña? ¿Soy una araña peluda y
posesiva?
680 SAM: Carol, deja de pegarme.
681 HOWARD: Lo que digo es que ella no debería pensar todavía en casarse, y menos
con go. Recuerda, Juliet: el matrimonio signi ca la muerte de la esperanza.
682 JULIET: La muerte de la esperanza. Qué manera tan poé ca de decirlo.

32
ti
ti
ti
ti
fi
ti
fi
33

683 HOWARD: De hecho, soy escritor.


684 SAM: (a Howard) Para fue la muerte de la esperanza. Para nosotros es un futuro
prometedor.
685 JULIET: El planteó el tema del matrimonio. Yo me sen a confusa.
686 HOWARD: Juliet… ¿Puedo llamarte Juliet? Si este po está hablándote de un
compromiso para toda la vida, sigue mi consejo y corre, salva tu vida, tu joven vida.
Después de todo eres tan guapa y tan ape tosa, tan deliciosa y suculenta…
687 PHYLLIS: Por Dios, Howard, lo dices como si quisieras cocinarla.
688 SAM: ¿Cómo vas a darle un mínimo de credibilidad? Es una caricatura.
689 JULIET: Te lo dije, Sam: yo nunca, hasta ahora, había tenido una aventura amorosa.
690 HOWARD: Muchos hombres se van a enamorar de . Eres encantadora. Yo podría
hacerlo y apenas acabo de conocerte.
691 SAM: Está haciéndome la competencia. No puedo creerlo. Está haciéndome la
competencia.
692 HOWARD: ¿Qué planes enes a futuro?
693 JULIET: Me gustaría ser editora de cine.
694 HOWARD: ¡Oye, perfecto para mí! He escrito varios guiones…
695 SAM: …de los que no ha vendido ninguno. Ah, y una novela.
696 JULIET: (impresionada) ¿Escribiste una novela? Qué maravilla.
697 SAM: (perdiendo un poco el control) Fue un rotundo fracaso. Una novela que
cuenta la historia real, apenas maquillada, de un ex atleta universitario que compite
con una brillante y malhablada esposa que dirige el departamento de un hospital. La
mujer escribe libros y es el centro de atención adondequiera que vayan y jamás se da
cuenta de que él es débil y de que ella, sin querer, está castrando al pobre güey, así que
sólo vive para disfrutar el sexo adúltero.
698 PHYLLIS: Con discapacitadas sicas y psíquicas.
699 HOWARD: Juliet, tengo unos cuantos proyectos estupendos en Hollywood… En
realidad, mañana mismo espero una llamada de Paramount.
700 SAM: Lo que ene son delirios de grandeza, Juliet. Howard no ene nada. No es
nada.
701 JULIET: Creo que me está dando migraña.

33
ti
ti
ti

ti
ti

ti
ti
34

702 SAM: Esto es increíble. Lo que empezó como una moles a de nada ha ido
convir éndose en una catástrofe. Juliet, yo te amo. Nos juramos que sería para
siempre, así que vámonos.
703 HOWARD: No tan rápido, Sam. Juliet y yo tenemos muchas posibilidades.
704 SAM: Está como una cabra. Emocionalmente es un tarado. Dentro de diez minutos
tendremos que rescatarlo del marco de la ventana.
705 HOWARD: Piensa lo de California. Lo único que tengo que decir es “sí” a un gran
contrato con la MGM.
706 JULIET: ¿No dijiste Paramount?
707 HOWARD: (hablando muy rápido) Tengo una gran idea para una película, y cuando
logras un éxito en taquilla, te presionan con un contrato para tres películas. Tengo
algunas ideas muy buenas… Una de ellas me gustaría dirigirla. Siempre han mostrado
cierto interés en mí como director, pero he dicho que no. Aún podría reconsiderar el
asunto con la condición de que me lleguen al precio… Tú podrías encargarte de la
edición… Mandaré un mail a mi agente inmobiliario en Beverly Hills y alquilaremos una
casa… Es una tontería comprar una al principio: nunca sabes cuánto empo vas a
quedarte. Desde luego, ene que ser espaciosa. Tal vez en Bel Air… me encantaría que
tuviera una alberca olímpica. Para los niños sería diver do. En realidad, creo que leí
que George Clooney iba a vender su casa. George es un gran amigo mío. No es que nos
veamos mucho, pero lo conocí en un mi n polí co. (Mira el reloj) Podría llamarlo
ahora… Veamos, allí son tres horas menos…
708 SAM: (harto ya agarra a Juliet) Ven, nos largamos de aquí.
709 HOWARD: (deteniéndolo) Oye, no tan rápido.
710 SAM: Quítate de en medio Howard.
711 HOWARD: No, Sam. No siempre vas a salirte con la tuya.
712 SAM: Dije que nos vamos.
713 JULIET: Está bien, pero espérate tan to. Me estoy angus ando.
714 SAM: No espero. Lo discu mos en el coche.
715 HOWARD: Deja que Juliet haga lo que quiera.
716 SAM: Howard…
717 HOWARD: Te lo digo en serio, Sam. No permi ré que esta chica sea obligada a
nada. Me propongo pasar el resto de mi vida con ella.
718 SAM: ¡Te dije que te quites de en medio!

34
ti
ti
ti
ti
ti
ti
ti
ti
ti
ti
ti
35

(Sam empuja a Howard y se enzarzan en una refriega. La pelea, para sorpresa de


todos, pasa a mayores.)
719 PHYLLIS: Está bien, párenle. No estamos en la selva. Esto es Central Park West.
720 JULIET: ¡Basta! ¡Suéltalo!
721 HOWARD: Me estás estrangulando.
722 PHYLLIS: Basta ya.
723 JULIET: Por favor, no lo soporto. ¡Paren! ¡Paren! ¡Paren!
(Se produce un revuelo general cuando todos intentan detener a Sam. Juliet coge la
pistola y dispara a Sam. Gritos.)
724 SAM: ¡Ay, Dios mío!
725 PHYLLIS: ¡Sam!
726 JULIET: ¿Qué pasó? ¡Se disparó!
727 SAM: Me dieron en la nalga.
728 PHYLLIS: Llamen una ambulancia.
729 JULIET: Fue sin querer.
730 PHYLLIS: (A Carol) ¡Llama una ambulancia!
731 JULIET: Todo está rojo.
732 CAROL: Sólo es una niña, pero sabía muy bien cómo quitarle el seguro. ¡Bravo!
733 PHYLLIS: Vete de aquí antes de que llegue la policía. Sal tranquilamente por la
puerta y vuelve a tu casa.
734 JULIET: Sam, lo siento muchísimo.
735 SAM: ¿Qué hacía una pistola en la mesa de mi sala?
736 HOWARD: ¿Cómo les gustan los ravioli? ¿A alguien se le antoja una ensalada?
737 PHYLLIS: (A Juliet) Vete, va a llegar la policía. Verán que eres la preciosa hija de un
conocido banquero, se relamerán y llamarán a la prensa.
738 JULIET: Fue sin querer. Fue un accidente.
739 PHYLLIS: No hay accidentes, nena. ¿Todavía hace falta que te lo diga? Ahora vuelve
a tu casa y no te muevas de allí. Hablaremos de todo esto el lunes. (A Carol) ¡Dame
eso!
740 CAROL: Howard, ponte tu abrigo. Nos vamos a casa.
741 HOWARD: ¿Podemos pasar al super? No tengo cacao.
742 CAROL: Con el cacao que enes dentro de la cabeza, te sobra para el resto de tu
vida.

35
ti
36

743 JULIET: Adiós, doctora Riggs. La veré el lunes a la hora de siempre.


744 SAM: Juliet, Juliet, no te vayas. Te amo.
(Las luces van apagándose)
745 PHYLLIS: Madura de una vez, Sam. Te disparó en el culo. ¡A eso se le llama
rechazo!

FIN

36

También podría gustarte