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Universidad Nororiental Privada

“Gran Mariscal de Ayacucho”


Facultad de Derecho
Núcleo Cumaná
Sucesiones

HERENCIA
Prof. Graziani María E.

Realizado por:
Br. María V. Palomo C.I: 29.964.028
Br. María F. Moron C.I: 30.143.813
Br. Daniel J. Camino C.I: 29.964.717
Br. Valeria Barrios C.I: 29.822.288
Br. Cesar García C.I: 29.760.881

Cumaná, enero de 2022


EXPLIQUE LAS ACCIONES DE LOS HEREDEROS EN LA
HERENCIA
Al heredero corresponden, para hacer valer sus derechos contra los
terceros poseedores de cosas de la herencia, todas las acciones
personales o reales que correspondieron al difunto, es una lógica
consecuencia de la adquisición de tales derechos por él, de modo
que podría obtener con las mismas acciones que el de cujus hubiera
podido ejercitar, el reconocimiento judicial de todo crédito o
derecho real, también le corresponden todas las acciones posesorias,
aun cuando no hubiese aprehendido materialmente los bienes, pues
el heredero se reputa poseedor legítimo contra cualquiera que
pretenda dichos bienes.
Art. 995° C.C. «La posesión de los bienes del de cujus pasa de
derecho a la persona del heredero, sin necesidad de toma de
posesión material.
Si alguno que no fuese heredero tomase posesión de los bienes
hereditarios, los herederos se tendrán por despojados de hecho, y
podrán ejercer todas las acciones que les competan».
EXPLIQUE LOS DERECHOS Y OBLIGACIONES DE LOS
HEREDEROS SEGUN EL TIPO DE HERENCIA
Por la sucesión, el heredero como representante del difunto, subentra
en todas las relaciones jurídicas y queda investido de todos los
derechos y obligaciones de este como si originariamente hubiesen
surgido en la persona de dicho heredero. El patrimonio del causante
es adquirido por el heredero como una unidad indivisible sin que la
transmisión produzca modificación alguna, solo cambia el titular.
El heredero adquiere todos los bienes y derechos del difunto, de
igual forma, subentra en todas las deudas y obligaciones nuevas,
consistente en el cumplimiento de ciertos gravámenes que se crearon
precisamente en virtud de la sucesión. Además, aparece una acción
en favor del heredero llamada la petitiohereditatis, en la cual puede
pedir el heredero el reconocimiento de su cualidad frente a
cualquiera que lo desconozca o niegue y reivindicar el patrimonio
hereditario de todo tercero que ilegalmente lo detente.
Derechos transmisibles del heredero:
El principio según el cual el heredero subentra en todas las
relaciones jurídicas del difunto, está limitado a los derechos y
obligaciones cuya transmisión es posible. Por regla general se puede
afirmar que no se transmiten al heredero los derechos públicos, y de
los privados, aquellos que ofrecen un cierto carácter público o que,
siendo estrictamente privados, se fundan en una relación personal o
se hallan limitados en cuanto a su duración por la ley, o requieren
para su ejercicio una apreciación o valorización de que sólo es capaz
su titular.
Derechos intransmisibles:
1.Los derechos y poderes derivados de las relaciones familiares,
aunque hay excepciones a este caso, la acción de desconocimiento
del hijo, la de reclamación del estado de hijo, y la acción de nulidad
de los actos cumplidos por un cónyuge sobre bienes gananciales, sin
el consentimiento del otro cónyuge, las cuales si son transmisibles
mortis causa.
2.Los derechos de usufructo, uso y habitación.
3.Los derechos y obligaciones tanto del mandante, como del
mandatario, derivados del contrato de mandato.
4.Los derechos y obligaciones derivados del contrato de sociedad.
5.Derecho a alimentos y la obligación de suministrarlos.
6.El contrato de arrendamiento de obras, que se resuelve por la
muerte del obrero, del arquitecto o del empresario de la obra. Sin
embargo, el dueño de la obra debe pagar a los herederos de aquel, en
proporción del precio convenido, el valor de los trabajos hechos y de
los materiales preparados.
De esto surgen dos importante consecuencincias:
a).Extinción, por confusión, de los derechos reales que el difunto o
el heredero tenían sobre cosas del heredero o del difunto
respectivamente, ello debido a que los derechos que suponen la
existencia de dos patrimonios no pueden sobrevivir si estos se
concentran en un titular único, tal es el caso del usufructo, las
servidumbres, la hipoteca del heredero sobre el fundo hereditario o
del difunto sobre el del heredero y los débitos y créditos que entre
ambos existieran.
b).Siendo único el patrimonio, tienen derecho a cobrarse de el, tanto
los acreedores del difunto, como los del heredero, éste responde, de
todas las deudas del difunto como si las hubiere contraído el mismo,
por lo tanto, responde no solo con el patrimonio hereditario, sino
también con el propio.
Esta segunda consecuencia beneficia a unos y otros acreedores, si se
atiende a la doble posibilidad de que una herencia insuficiente sea
adquirida por un heredero solvente o viceversa. Además de las
deudas del difunto, el heredero debe satisfacer, incluso con el propio
patrimonio si la herencia no basta, todas las obligaciones y cumplir
todas las cargas que el de cujus le hubiere impuesto en el testamento
o que la ley directamente impusiese al sucesor universal.
Al heredero corresponden, para hacer valer sus derechos contra los
terceros poseedores de cosas de la herencia, todas las acciones
personales o reales que correspondieron al difunto, es una lógica
consecuencia de la adquisición de tales derechos por él, de modo
que podría obtener con las mismas acciones que el de cujus hubiera
podido ejercitar, el reconocimiento judicial de todo crédito o
derecho real, también le corresponden todas las acciones posesorias,
aun cuando no hubiese aprehendido materialmente los bienes, pues
el heredero se reputa poseedor legítimo contra cualquiera que
pretenda dichos bienes.
DIFERENCIAS Y SEMEJANZAS ENTRE LA LIQUIDACION
DE LA COMUNIDAD HEREDITARIA (AD-INTESTADA Y
TESTAMENTARIA)
Diferencia
La herencia testada se rige por la voluntad del causante, expresada a
través del testamento, y la intestada la regula la Ley, prescindiendo
de la voluntad del causante.
La principal diferencia entre la sucesión intestada con respecto a la
testada, es que primera se regula, no por la voluntad del causante,
que es inexistente, sino por ministerio de la Ley. Los herederos
nombrados serán herederos legales. Se acude a la Ley para saber
quién tiene derecho a suceder y en qué orden. El grado de
parentesco con el causante es determinante para establecer el
derecho a suceder en las herencias intestadas y solamente tendrán
este derecho unos determinados grados de parentesco. En ausencia
de los posibles herederos legales, son las Comunidades Autónomas
o el Estado, los beneficiarios. El derecho a suceder queda fijado en
la Ley por unos criterios objetivos que relacionan causante y
sucesor: parentesco, matrimonio y ciudadanía. Siempre regidos por
un orden preferencial.
El expediente de declaración de herederos, en función del grado de
parentesco con el causante, podrá tramitarse notarialmente o en su
caso judicialmente. El resultado del mismo, será el nombramiento de
los herederos legales.
Semejanza
Las instituciones de indignidad y desheredación han perdurado hasta
tiempos contemporáneos (...) siempre con el mismo sustrato
axiológico: sancionar civilmente el incumplimiento de valores éticos
que han de regir en la unidad familiar en tanto seno donde la persona
humana tiene sus primeros contactos con el mundo en el que
habitamos.
a) Ninguna opera de oficio, pues no se sustentan en el orden público;
de aquí que la acción de indignidad, cuya titularidad recae sobre los
llamados a suceder, y la facultad de desheredación (exclusiva del
causante), sean derechos sustantivos, es decir, que pueden ser o no
ejercitados: queda a la libertad de los titulares de los llamados a
suceder y del testador, según corresponda.
b) Los efectos son personalísimos. Esto quiere decir que tanto la
declaración judicial de indignidad como la desheredación no
extienden sus efectos a los descendientes de quien ha sido excluido
de la herencia, de modo que aquellos pasan a suceder en
representación de este. La norma es justa en este sentido, pues los
sucesores no tienen que verse afectados por la inmoralidad de quien
es sancionado mediante la indignidad o desheredación, cuyas
acciones son de su entera y exclusiva responsabilidad.
c) Cabe el perdón, por lo que siendo este el caso queda sin efecto la
consecuencia jurídica de exclusión por indignidad y desheredación.
Esta facultad de perdonar al causahabiente condice con la naturaleza
potestativa de ambas instituciones y la autonomía de la voluntad que
tienen las personas para ordenar y decidir cómo operarán sus
intereses patrimoniales después de su muerte, así como la libertad
que tienen los llamados a suceder para decidir si quien incurrió en
alguno de los supuestos de indignidad aún merece suceder al
causante. Esto último es así por cuanto la indignidad, a diferencia de
las de desheredación, puede fundarse en hechos ocurridos con
posterioridad a la apertura de la sucesión; diferencia esta que
detallaremos en el siguiente apartado.
d) En ambos supuestos el excluido deberá restituir los bienes
heredados a la masa y reintegrar los frutos, y en caso haya enajenado
los bienes hereditarios, el derecho del adquirente se rige por el
artículo 665 del Código Civil, sobre acción revocatoria, y nace la
obligación de resarcir, regida por el artículo 666 del citado código.
Asimismo, tanto el indigno como el desheredado no ostentan el
derecho de usufructo legal de los bienes heredados a sus hijos
mediante representación sucesoria. Nos explicamos. Si bien ambas
sanciones son personalísimas, es decir, que sus consecuencias
jurídicas no repercuten a los sucesores del indigno o desheredado,
no obstante, sí se extiende al deber de reintegro patrimonial que pesa
sobre estos, de manera que la norma, una vez aniquilado el derecho
hereditario, obliga a restituir tanto el bien como sus frutos naturales,
civiles y/o industriales; además, proscribe el uso y disfrute de los
bienes heredados por los hijos del separado de la herencia por
indignidad o desheredación, a fin de evitar que la sanción quede
inejecutable en los hechos.
e) El causahabiente excluido puede oponerse judicialmente, sea
contestando la demanda de indignidad interpuesta por los llamados a
suceder, o ejerciendo la acción de contradicción o contestando la
demanda de justificación de desheredación incoado por el testador
para probar la causal que lo motiva a desheredarlo
testamentariamente.[3] Como no puede ser de otra manera, el
sistema garantiza el derecho de defensa y contradicción al sucesor
sancionado, en estricto respeto a las garantías constitucionales
procesales y derechos fundamentales a la tutela jurisdiccional
efectiva y el debido proceso material y formal.
Ahora bien, no concordamos a plenitud con la primera y tercera
similitud que el autor esboza. La razón de ello es que la causal
primera del artículo 667 del Código Civil, sobre indignidad, tiene
sustento en un grave ilícito penal: el homicidio doloso o su tentativa,
cometidos contra el causante, sus ascendientes, descendientes,
cónyuge o conviviente supérstite de la unión de hecho. Aunque bien
es cierto que esta consideración no es propia de la doctrina, sino de
la formulación que el legislador optó, no obstante, es de notar que
estamos ante un supuesto que trascienden el ámbito privado de la
familia, para causar conmoción social, por lo que no vemos óbice
alguno para que el juez penal pueda declarar la indignidad de oficio.
Sucede que se trata, pues, de una causal que reviste graves
inconductas que afecta sobremanera los valores de solidaridad,
protección y cuidado, y, con mayor razón, un desprecio absoluto por
la vida del causante y sus parientes. Por tanto, concordamos con la
propuesta de Aguilar Llanos referida a la disgregación de este
numeral en un artículo aparte que establezca la exclusión automática
de la herencia por quienes cometan homicidio o su tentativa contra
el causante y/o sus parientes cercanos, es decir, sin necesidad de
declaración judicial o en todo caso de manera oficiosa por el juez
penal, pues ello supone que la sociedad y el derecho positivo no
queden impávidos ante estos ilícitos, ni dejen al arbitrio de los
llamados a suceder para ejercer la acción de indignidad[4].
Corresponderá emprender una reforma al respecto, máxime si el
último enunciado del inciso 1 del artículo 667 prescribe que “esta
causal de indignidad no desaparece por indulto ni gracia
presidencial”. Por tanto, la posibilidad del perdón sería un
contrasentido.
Por último, precisaremos otra similitud que suele pasar
desapercibida en la literatura jurídica, y es la referida a que tanto la
indignidad como la desheredación no son aplicables a los incapaces
menores de edad, ni a los mayores que por cualquier causa se
encuentran privados de discernimiento, conforme lo establece el
artículo 748 del Código Civil. El legislador ha sido sabio al formular
esta norma, pues con ello cumple el rol tuitivo que ha de cumplir el
Estado en el ejercicio de sus atribuciones y competencias cuando
incidan en la esfera jurídica de los integrantes del grupo familiar.
Así, esta disposición normativa exige la capacidad para ser indigno
o desheredado, lo que a su vez garantiza el disfrute de los derechos
hereditarios de los incapaces pertenecientes, en gran parte, a la
población vulnerable de la sociedad; además, reafirma la naturaleza
sancionadora de la indignidad y desheredación, lo cual establece
como presupuesto para operar, la plena capacidad de ejercicio de
quien es sancionado y el discernimiento necesario para comprender
las consecuencias del incumplimiento de los deberes familiares.
DIFERENCIA Y SEMEJANZAS ENTRE ALBACEA,
HEREDERO, LEGATARIO
Principalmente los 3 trabajan con las herencias, es de decir son
encargados de los bienes del testados. La diferencia radica en el
tiempo y forma de adquirir dichos bienes.
Principalmente el heredero adquiere los bienes a título universal, o
sea que recibe toda la herencia sin necesidad de determinar en
específico qué bienes se le heredan. El heredero responde de las
cargas de la herencia hasta donde alcance la cuantía de los bienes
que hereda, es decir, con los bienes, primero debe pagar las deudas.
Sin embargo, el legatario La persona que adquiere los bienes a título
particular y por lo tanto debe especificarse el bien que se va a dejar.
El legatario tiene preferencia, es decir que primero se paga el legado
y después lo restante se entregará a los herederos. y el albacea
también tiene participación en los bienes pero de una forma distinta
ya que Es la persona física o la Sociedad que se encargará de
administrar todos los bienes del testador desde su fallecimiento hasta
el momento de entregarlos a los herederos o legatarios, es decir, El
albacea es la persona o personas sobre la que, a petición del testador,
recaerá la función de velar por la adecuada ejecución del testamento
y aseguramiento de los bienes de la herencia, el legatario es aquel
impuesto por el testador de forma específica y el heredero adquiere
sus bienes de forma universal.

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