Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Antecedentes históricos
Así las cosas, la defensa se articulaba, según el caso por esta vía o por la ex delito y
ello significa que el origen de la protección es de esta naturaleza.
Dice Mayr que "en cuanto a los orígenes de la vindicatio nos tenemos que limitar a
conjeturas" y que tampoco ayuda gran cosa la etimología, pero concluye que
cualquiera de las interpretaciones nos llevan al concepto del delito y de su expiación.
En armonía con ellas está el empleo de la varilla (vindicta o festuca) que coincide con
el uso de la lanza o jabalina en el proceso germánico, como reminiscencia del arma
con la cual el lesionado hacía valer primitivamente sus derechos.
Artículo 6.- El poseedor que niegue tener la posesión la perderá en beneficio del
demandante.
Artículo 7.- Puede ser demandada la reivindicación del poseedor que dejó de serlo
para evitar los efectos de la acción reivindicatoria. El demandado que paga la
estimación de la cosa, puede ejercitar a su vez la reivindicación.
La acción reivindicatoria compete al actor que alega ser el propietario de un bien que
el demandado tiene en posesión, o que detenta sin derecho.
El principal objetivo de la acción reivindicatoria es que el dueño de los bienes (el
demandante), ya sea muebles o inmuebles, pueda recuperarla, y que la persona que
la habita (el demandado) la entregue con sus frutos y accesiones.
El artículo 3005 del Código Civil Federal indica la necesidad de que los documentos
privados cuenten con la fe pública de un fedatario. De lo contrario puede
cuestionarse la autenticidad del documento.
Sólo se registrarán:
Excepciones
Artículo 8.- Al adquirente con justo título y de buena fe, le compete la acción para
que el poseedor de mala fe le restituya la cosa con sus frutos y accesiones en los
términos prescritos por el Código Civil. Igual acción le compete contra el que
teniendo título de igual calidad ha poseído por menos tiempo. No procede esta
acción en los casos en que ambas posesiones fuesen dudosas o el demandado
tuviere su título registrado y el actor no.
De la Acción Negatoria
Antecedentes históricos
La acción negatoria es también una acción real que puede ser ejercitada tanto por un
propietario, como por quien ostenta legítimamente otro derecho real. "La acción
negatoria asiste al propietario para obtener la declaración de que la cosa objeto de
su derecho no se encuentra sujeta al derecho que otro se atribuye sobre ella. Se
llama negatoria o de libertad de la propiedad y puede ejercitarla todo propietario,
poseedor o no, exclusivo o copropietario, tanto de bienes muebles como de bienes
inmuebles. Se trata de un medio de defensa contra la inquietación o intromisión en la
propiedad ajena, cometida sobre la base de atribuirse un derecho”.
Esta acción, está dentro del catálogo de las acciones civiles y persigue que no se
perturbe el derecho de propiedad de una persona. Esta perturbación no puede ser
posesoria, es decir, no se puede interponer acción negatoria para que una persona
deje de poseer una propiedad.
De la Acción Confesoria
Antecedentes históricos
Artículo 10.- Compete la acción confesoria al titular del derecho real inmueble y al
poseedor del predio dominante que esté interesado en la existencia de la
servidumbre. Se da esta acción contra el tenedor o poseedor jurídico que contraríe el
gravamen, para que se obtenga el reconocimiento, la declaración de los derechos y
obligaciones del gravamen y el pago de frutos, daños y perjuicios en su caso, y se
haga cesar la violación. Si fuere la sentencia condenatoria, el actor podrá exigir del
reo que afiance el respeto del derecho.
FUENTES CONSULTADAS
Alcalá-Zamora y Castillo, Niceto, Derecho procesal mexicano, México, Porrúa, 1976;
Iglesias, Juan, Derecho romano. Instituciones de derecho privado; 6ª edición,
Barcelona Ariel, 1979, 1979; Pallares, Eduardo, Tratado de las acciones civiles; 4ª
edición, México, Porrúa, 1981.
Becerra Bautista, José, El proceso civil en México; 8ª edición, México, Porrúa, 1980;
Pallares, Eduardo, Derecho procesal civil; 6ª edición, México, Porrúa, 1976; Pallares,
Eduardo, Tratado de las acciones civiles, 4ª edición, México, Porrúa, 1981.