DE AQUÍ Y DE ALLÁ
Nº 12 SIGNOS 4
BANCOS COMUNALES Y
LIDERAZGO DE LAS MUJEREs
por Mitsy Yoselin Vargas Romero, socióloga de la UNMSM
A mediados de agosto del 2014, el
grupo de voluntariado universi-
tario del IBC iniciamos nuestro apo-
yo a la organización ACOGE, ubicada
en el AA.HH Bocanegra (Callao). El
comienzo de nuestra aventura inves-
tigativa como voluntarios nos llevó
a adentrarnos en la experiencia del
manejo de los “Banquitos comunales
de ACOGE”. Aquí pudimos apreciar la
labor del equipo de mujeres que fue-
ron formadas en anteriores experien-
cias de Ongs, como el programa “La
chanchita” de Alternativa, de donde
aprendieron el manejo y la adminis-
tración de los bancos comunales.
Un espacio donde se conocieron
mujeres luchadoras venidas de orga-
nizaciones como el Vaso de leche y
comités de organización de Asenta-
mientos Humanos. A partir de ahí, un
grupo de mujeres tomó la iniciativa
de formar un banco comunal para los
pobladores de Bocanegra, y que los
fondos generados por los intereses
fueran para el desarrollo de progra-
mas sociales en beneficio de la co-
munidad. De esta manera, el 2005 un
grupo de pobladores dieron origen
a la “Asociación comité de gestión
para el desarrollo de Bocanegra y el
Callao”, que a partir del 2014 pasaría
a denominarse por las siglas ACOGE
cuyo nombre transmite también la
idea del compromiso con la protec-
Crédito: Archivo IBC
Los banquitos comunales promovidos por ACOGE constituyen una alternativa
de mejora económica para las mujeres.
MAR 2015.
ción y bienestar de la población. Sus
inicios fueron muy duros, por temas
presupuestales sólo existía un ban-
co de fondos particulares, al cual se
denomina “Banco N° 1”. Actualmente
se tiene un total de 354 socios apro-
ximadamente, que han adquirido
como mínimo un préstamo entre
los 9 banquitos comunales que fun-
cionan en distintos sectores de Bo-
canegra. Entre el 2007 y 2014 se han
otorgado 874 préstamos, siendo los
bancos N° 2, N°6 y N° 3 los de mayor
porcentaje.
Logros y aprendizajes
Los riesgos con el manejo de dinero
fueron una constante. Sin embargo,
este grupo de valientes mujeres lide-
radas por Luzmila, Edy y Paula fue re-
forzando sus vínculos entre todos los
socios, generalmente entre las muje-
res que corresponden al 77 % frente
a un 23% de varones asociados, por
lo cual es un reto en la cuota de gé-
nero equilibrar las tasas participativas
especialmente con los varones. Pero
ACOGE no sólo significa préstamos a
bajos intereses (4 %) para los socios,
y aquí cabe recalcar una diferencia
entre otros bancos comunales impul-
sados por las Ongs y los generados
desde los vínculos de la participa-
ción ciudadana con los espacios te-
rritoriales. La experiencia de ACOGE
t ra n s c i e n d e
el ámbito me-
ramente eco-
nómico-pro-
gramático y
se adentra en
cambios im-
portantes de
la vida cotidia-
na (éstos es-
pecialmente
identificados
en las muje-
res). La mayor
parte de en-
trevistadas reconocen que la expe-
riencia de ACOGE les ha hecho sentir-
se más libres y seguras de sí mismas:
expresan que son escuchadas y va-
loradas; así mismo, se sienten plena-
mente identificadas con el desarrollo
de su Asociación. Pero sobre todo,
estas mujeres han experimentado
un cambio en el trato dentro de sus
familias. Si bien antes ellas estaban
supeditadas al dinero que el hom-
bre traía a la casa, la independencia
económica que ellas generaron em-
prendiendo sus pequeños negocios
financiados por los préstamos, logró
afianzar más la seguridad de ejercer
sus plenos derechos y de tener el mis-
mo grado de respeto y consideración
en su ambiente familiar.
Empoderamiento de la mujer
La mujer ya no estaba sola, ante cual-
quier problema que pudiera surgir las
socias estaban allí para poder apoyar-
se mutuamente. Estos grados de inte-
rrelación y desarrollo humano como
económico, abren sin duda los espa-
cios más propicios para el fortaleci-
miento de una nueva sociedad civil,
aquella que no está esperando que le
regalen el pescado sino que le ense-
ñen a pescarlo. Las lógicas económi-
cas no sólo pueden ser vistas desde
los sujetos particularizados; la expe-
riencia de ACOGE nos enseña que las
lógicas de progreso individual pue-
den complementarse con las lógicas
de progreso en comunidad. Que las
dualidades no existen si trabajamos
bajo el compromiso humano del de-
sarrollo de todos. Las economías soli-
darias desde una perspectiva menos
radical ayudan a entender que el cre-
cimiento y desarrollo de nuestro país
no sólo se ofrece en las cifras y datos
económicos, sino en el grado de inte-
rrelación y apoyo que sus principales
actores refuerzan desde sus espacios
cotidianos hasta la incidencia en la
construcción de su sociedad.