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El Silbón

El Silbón es un espectro del folclore de Venezuela 1, cuya leyenda es originaria de


la región de Guanarito, Estado Portuguesa;2 También es muy conocido y difundido
en Colombia como el Silbador.
Según la tradición oral, es el alma en pena de un joven que asesinó a su padre.
Enojado, su abuelo lo mandó a azotar, pero no tuvo el corazón de matarlo, así que
lo maldijo a cargar los huesos de su padre. Maldito por tal acción, vaga por los
Llanos cargando los huesos de su padre en un saco, lanzando tétricos silbidos al
aire con todas las notas musicales, de ahí su nombre. La leyenda del Silbón se
originó a mediados del siglo XIX.

La leyenda del Silbón


Según la leyenda, en vida era un joven terco, caprichoso, maleducado y consentido
al extremo, acostumbrado desde pequeño a ser complacido con todo. Él se la
pasaba de cantina en cantina desperdiciando su vida con el alcohol. Le apodaban
el Silbón porque eso era lo que mejor sabía hacer: "Silbar", pero una noche, se
enojo por lo que vio que le habían servido en la mesa, ya que le dijo a su madre que
quería asaduras de ciervo para cenar. Luego el se levantó se fue de su casa furioso
hacia la cantina para calmar su ira, por lo que la mujer le dijo que a su esposo que
fuera al bosque para cazar un ciervo para su hijo; sin embargo, el hombre no pudo.
Uso el cuchillo de caza de su padre y con el sacarle las tripas, y finalmente las
empacó en la tela de la camisa y se las llevó a casa. Tras este hecho, le llevó las
tripas a su madre, la cual al ver las últimas sospechó un poco, así que le preguntó
varias cosas y hasta que la madre se dio cuenta de que estaba cocinando las tripas
de su marido entró en pánico y comenzó a gritar pidiendo auxilio y de castigo su
abuelo lo mando a que lo ataran a un poste en el medio del campo, a destruirle la
espalda a violentos latigazos, para que luego sus heridas fueran lavadas con agua
ardiente y sábila, y al liberarlo lo pusieran junto a dos perros hambrientos y rabiosos.
Después de haberlo torturado, su abuelo lo condeno a vagar siendo perseguido por
los perros llamados "Perros Tareco" o "Perros del Diablo". Antes de liberarlo su
abuelo lo maldijo y condenó a portar los huesos de su padre por toda la eternidad.
Diciendo: "Maldito eres y maldito serás para el resto de la eternidad hasta que Dios
tenga piedad de tu alma Silbón"

Después de ser condenado fue a donde estaba el cadáver de su padre, el cuál los
animales silvestres se habían encargado de limpiar. Para luego meterlos en un saco
y llevárselos con él para convertirse en leyenda. Según los que supuestamente lo
han visto pasearse por el llano venezolano lo describen como un hombre adulto
delgado que llega a medir 6 metros de altura, que viste ropa desgastada, lleva un
sombrero enorme en su cabeza y lleva cargado un saco lleno de huesos. Se pasea
por el llano matando a personas mujeriegas y borrachas para beberse su sangre
alcoholizada. Se dice que su silbido suena como la melodía del "Do, re, mi, fa, sol,
la, si, do" pero de una forma espeluznante que suena en un sombrío y fantasmal
eco.

Salió a la luz gracias a un obrero de La Portuguesa llamado Rafael. Se dice que


cuando su silbido si se escucha muy cerca es porque está lejos, así que no hay
peligro, pero cuidado para los viajeros que caminen solos por los llanos
Venezolanos en altas horas de la noche, porque cuando su silbido se escucha lejos
es porque el Silbón esta cerca.

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