Está en la página 1de 3

El sol y la luna.

Leyenda mexicana para niños

Cuenta la leyenda que cuando la tierra estaba en la oscuridad, era siempre de noche. Los más
poderosos, que vivían en el cielo, se reunieron para crear el Sol y que hubiera luz en la Tierra. Se
citaron en Teotihuacán, una ciudad que había en el cielo. Bajo ella, como un reflejo, estaba la
ciudad mexicana del mismo nombre.

Se dice que en esa ciudad celeste de Teotihuacán, encendieron una enorme hoguera. Aquel
poderoso que quisiera convertirse en el Sol, debía saltar esta hoguera para resurgir como el Sol.

Se presentaron dos candidatos para ser el Sol: el Primero era grande, fuerte, hermoso y rico y
además, estaba vestido con ropas de lujo y adornado con piedras preciosas. Este ofrecía a sus
compañeros oro y joyas como muestra de su orgullo; por otro lado, el Segundo era pequeño, débil,
feo y pobre; su piel estaba cubierta de llagas, y estaba vestido con su ropa de trabajo. Como el
Segundo era un ser muy pobre, sólo podía ofrecer la sangre de su corazón, sus buenos y humildes
sentimientos.

Cuando llegó la hora de saltar la enorme hoguera, el grande y rico no se atrevió, tuvo miedo y salió
corriendo, sin embargo, el Segundo, que era muy valiente, dio un salto enorme sobre la hoguera y
salió convertido en el Sol.

El Primer candidato al verlo convertido en sol, sintió vergüenza y sin pensarlo mucho tomó carrerilla
y saltó la hoguera. Y en el cielo apareció un segundo Sol. Los demás Poderosos estuvieron de
acuerdo de que no podían existir dos soles en el firmamento, así que decidieron apagar al Segundo,
para eso, tomaron un Conejo por las patas y con mucha fuerza lo lanzaron contra el segundo Sol. El
brillo de este disminuyó rápidamente y tras poco, se convirtió en la Luna.
La leyenda del maíz

Cuenta la leyenda que Quezalcóatl no quiso emplear la fuerza, sino la inteligencia y la astucia, y se
transformó en una hormiga negra. Decidió dirigirse a las montañas acompañado de una hormiga
roja, dispuesto a conseguir el maíz para su pueblo.

Tras mucho esfuerzo y sin perder el ánimo, Quezalcóatl subió las montañas y cuando llegó a su
destino, cogió entre sus mandíbulas un grano maduro de maíz e inició el duro regreso. Entregó el
grano a los aztecas que plantaron la semilla, y desde entonces, tuvieron maíz para alimentarse.

Los indios indígenas se convirtieron en un pueblo próspero y feliz para siempre y desde entonces
fueron fieles al dios Quetzalcóatl, al que jamás dejaron de adorar por haberles ayudado cuando más
lo necesitaban.
La flor de Nochebuena o Poinsetia. Leyenda de México

Cuenta una leyenda que hace mucho, mucho tiempo, en un pequeño pueblo de México, todos los
habitantes se reunían en la iglesia cada año durante el nacimiento de Jesús para dejarle algún
regalo.

A Pablo le encantaba aquella tradición. Todos los años veía llegar a muchas personas desde muy
lejos con regalos hermosos: cestas de fruta, ropa, algún juguete... Pero según pasaban los años,
Pablo se ponía más y más triste. Él sólo veía como todos iban y depositaban sus regalos pero él no
tenía nada que regalar, él era muy pobre y eso lo hacía sentir mal.

Pablo quiso esconderse para evitar que otro miraran que no tenía nada que dar, fue y se escondió
en un rincón de la iglesia y comenzó a llorar, pero pronto de sus lágrimas que habían caído al suelo,
comenzó a brotar una hermosa flor con pétalos rojos. Pablo comprendió que aquella flor era un
regalo de Dios, para que Pablo se la regalara al niño Jesús. Contento fue y deposito aquella flor
juntos con los demás regalos, pero manteniendo el secreto que había nacido de sus lágrimas.

El resto de personas, al ver aquella planta tan bella, decidieron llevar una idéntica cada año. Ese
gesto, poco a poco, se convirtió en una tradición, y hoy en todos los hogares, una bella flor de
Pascua deslumbra a todos con sus intensas hojas rojas. 

También podría gustarte