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DESARROLLO

¿Cuáles son las 5 etapas del desarrollo de proyectos?


De nada sirve tener una gran idea si esta no se lleva a cabo correctamente, haciendo
real el dicho que las ideas “no valen nada” por sí solas. El desarrollo de proyectos es el
uso sistemático de recursos, conocimientos y prácticas para diseñar e implementar un
proyecto determinado y cumplir con sus metas y objetivos bajo requisitos específicos.
Este tiene como objetivo convertir ideas de innovación prometedora en conceptos de
proyectos factibles.

Si quieres conocer cuáles son las 5 etapas del desarrollo de proyectos y cómo llevarlas
a cabo, en este artículo podrás encontrar información interesante acerca de ello.
Adicionalmente también te damos algunos consejos prácticos que te serán de gran
utilidad para alcanzar el éxito en todos tus proyectos.

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Índice de contenidos

Las 5 etapas de desarrollo de proyectos


7 consejos prácticos para un buen desarrollo de proyecto
Las 5 etapas de desarrollo de proyectos

Utilizar una de las metodologías de desarrollo de proyectos disponibles para llevar a


cabo cualquier proyecto de negocio es sin duda una gran idea, ya que nos proporcionan
el orden y la organización que necesitamos para alcanzar las metas propuestas
inicialmente. A pesar de que las diferentes metodologías tienen sus particularidades en
la ejecución, todas siguen de forma similar las mismas 5 etapas:

1. Iniciación

Todo proyecto parte de una idea inicial. Para convertir esa idea en algo real deberemos
desarrollar esta idea en profundidad, investigar si es factible, cuál es el presupuesto
necesario y definir objetivos claros. Esta es la primera parte del desarrollo de
proyectos. Es muy importante dedicarle el tiempo necesario, ya que si nuestra premisa
de partida es errónea, probablemente todos nuestros esfuerzos serán en vano.

2. Planificación

La segunda etapa del desarrollo de proyectos es la planificación. En este momento será


cuando se decidirá cómo se llevará a cabo, qué herramientas se necesitan, cómo se
reparten los recursos disponibles, qué miembros del equipo se encargará de cada tarea,
el reparto de responsabilidades o cuánto tiempo se necesitará para llevarlo a cabo. De
la buena o mala planificación dependerá el éxito.

3. Ejecución

Llegó el momento de la verdad, el momento en el que la idea empieza a ser algo


“palpable” y real. Aquí es cuando ya debemos alinear todos los esfuerzos para seguir el
plan preestablecido previamente. También deberás asegurarte que existe una
comunicación fluida entre los miembros del equipo para así poder resolver activamente
los problemas que vayan apareciendo en el camino.

4. Control

La 4º etapa del desarrollo de proyectos, denominada como de control, se solapa con la


fase de ejecución. A medida que el proyecto vaya avanzando, será necesario realizar
sesiones de control en la que se comprobará si se están cumpliendo o no los objetivos,
qué problemas no previstos han aparecido o si se están cumpliendo los plazos.
Monitorizar periódicamente el proyecto evitará que este se salga fuera de control.

5. Cierre

La etapa de cierre del desarrollo de proyectos puede que no llegue nunca si se trata de
un proyecto continuado, pero sí se podrán cerrar fases antes de seguir con otras etapas.
En cualquier caso, durante esta fase será necesario realizar un informe en el que se
analice todo lo que ha ido sucediendo. De esta forma se podrá aprender de los errores y
de los aciertos para proyectos o etapas a futuro, así como comprobar si se han
cumplido con los objetivos propuestos inicialmente.
7 consejos prácticos para un buen desarrollo de proyecto

Ten en cuenta las destrezas disponibles: mira a tu equipo y comprueba qué destrezas,
habilidades y conocimientos hay disponibles. Haz un reparto equitativo de las tareas a
partir de ello.
Divide las tareas grandes en pequeñas: subdividir tareas grandes en pequeñas puede
aumentar la productividad del equipo, ya que así será posible ir cumpliendo pequeños
retos que nos motivará a seguir adelante.
Impulsa el intercambio de ideas: el desarrollo de un proyecto colaborativo debe abrir
un espacio de diálogo donde cada miembro pueda aportar sus ideas libremente. Esto
contribuirá a la mejora continua y aumentará la implicación del equipo.
Toma un camino flexible: seguir el plan elaborado en la segunda etapa del desarrollo
de proyectos es importante, pero aún es más importante ser flexible. Adaptarse a las
circunstancias, realizar cambios cuando sea necesario y no aferrarse a una idea si esta
no funciona, es fundamental.
Construye un producto mínimo viable cuanto antes: si quieres comprobar si el proyecto
puede tener éxito lo más rápido posible, construye cuanto antes un PMV o Producto
Mínimo Viable. De esta forma podrás ponerlo en producción rápidamente y analizar si
el producto cumple con lo previsto o por el contrario no fuera factible.
Anticipate a los problemas: ponerse en lo peor por breves momentos nos puede ayudar
a resolver problemas que pueden aparecer durante la etapa de ejecución. Podremos
construir planes para mitigar dichos problemas para así poder actuar rápidamente.
Documenta todos los pasos: documentar todos los problemas que van apareciendo y
los cambios que vamos realizando nos permitirá mantener el control y no volver a
cometer los mismos errores una y otra vez.

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