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SECCION 2ª

Mora

ART. 886. MORA DEL DEUDOR. PRINCIPIO. MORA AUTOMÁTICA. MORA DEL
ACREEDOR. La mora del deudor se produce por el solo transcurso del tiempo fijado para el
cumplimiento de la obligación.
El acreedor incurre en mora si el deudor le efectúa una oferta de pago de conformidad
con el artículo 867 y se rehúsa injustificadamente a recibirlo.

CONCORDANCIAS: arts. 259, 350 a 353, 746 a 772, 773 a 778 CCyCN.
FUENTES: arts. 1592, 1593, 1598 del Proyecto de Reforma del Código Civil de 1998; arts. 717 y 719 del
Proyecto de la Comisión del Poder Ejecutivo de 1993; art. 507 y 508 del Proyecto de la Comisión Federal de 1993.
CORRELATIVIDAD: Art. 509 Código de Vélez.

Introducción

Desde el punto de vista de sus efectos, la mora es una conducta antijurídica porque
comporta la violación del específico deber impuesto en orden al tiempo de su ejecución o del deber
genérico e indeterminado de no dañar a otro. 1
Es un supuesto de responsabilidad civil porque es fuente de la obligación de resarcir el daño
que causa al acreedor. 2 De allí que una posición considera fallida la ubicación de su regulación en
el nuevo Código Civil y Comercial, tras la regulación del cumplimiento específico y espontáneo. En
cambio, el nuevo Código, pregona que la mora no constituye sólo un fenómeno que atañe a la
responsabilidad civil, sino que resulta aplicable a un género de situaciones más amplio. 3 En ese
sentido, también debemos criticar su inclusión dentro del capítulo de pago y a continuación de las
disposiciones generales de éste, cuando su ubicación hubiera debido ser, en todo caso, en la sección
relativa a los efectos obligacionales.

Interpretación
Concepto. Importancia.

La mora es el retardo calificado jurídicamente, el incumplimiento jurídicamente relevante.


4
Desde el punto de vista de sus efectos, la mora es una conducta antijurídica porque comporta la
violación del específico deber impuesto en el contrato en orden al tiempo de su ejecución o del
deber genérico de no dañar a otro.
Entre sus múltiples efectos, se cuenta el de constituir una fuente de la obligación de resarcir
el daño que causa al acreedor y de allí su importancia en la responsabilidad civil.

Daño moratorio.

1
LLAMBIAS, Jorge. J., Tratado de Derecho Civil. Obligaciones, 7ma. Ed. ampl., tomo I, AbeledoPerrot, Bs. As., 2012,
nro. 102, pág. 99.
2
Esta era la ubicación que le daba el Proyecto de Código Civil de la República Argentina unificado con el de Comercio, en
los arts. 1592 a 1599.
3
En los Fundamentos del Anteproyecto del nuevo Código se lee: “La regulación de la mora se ha incluido dentro de la
materia obligacional y no como un elemento de la responsabilidad civil, como lo hiciera el Proyecto de 1998. Se trata de
un elemento que es aplicable a un género de situaciones muy amplio, que excede el campo de la responsabilidad”.
4
ALTERINI, Atilio. A.-AMEAL, Oscar J.-LÓPEZ CABANA, Roberto M., Derecho de obligaciones civiles y
comerciales, 4ta. Ed. act., AbeledoPerrot, Bs. As., 2008, nro 390, pág. 180.
Ese daño se configura en el patrimonio en relación con el tiempo que dura el retardo
(incumplimiento relativo); es decir, el perjuicio se incrementa por el transcurso del tiempo y la
pendencia de la obligación incumplida.
Si el retardo es imputable al deudor, pondrá a su cargo la reparación del daño moratorio y
deberá asumir el riesgo del contrato cuyo provecho para el acreedor se frustra por la pérdida de la
cosa o la imposibilidad de la prestación, aunque ello ocurra por un acontecimiento fortuito. 5

El cumplimiento defectuoso.

La inejecución defectuosa queda asimilada al incumplimiento total, en cuanto uno y otro


generan la responsabilidad civil del obligado.
Sin embargo, el incumplimiento total y el defectuoso pueden diferir con respecto a la
cuantía de la indemnización, ya que es diversa la situación del acreedor según que sea vea frustrada
enteramente su legitima expectativa de la prestación debida, o que lo sea parcialmente mediante un
cumplimiento defectuoso.
Pero es de hacer notar que el deudor no puede imponer al acreedor la recepción de un
cumplimiento defectuoso, por no haber identidad entre lo debido y lo que se intenta pagar. Y ello es
así al punto de que frente a la tentativa de un pago defectuoso, el acreedor tiene tres alternativas
posibles:
a) rechazar el pago. En ese caso, el pago defectuoso se asimila a la inejecución total.
b) aceptar ese pago sin reservas.
En cuyo caso funciona plenamente el efecto cancelatorio, por mediar, por acuerdo de partes,
dación en pago (art. 899, inc. d), 779 CCyCN).
c) aceptar el pago con reservas.
En ese supuesto, conserva el derecho a obtener indemnización del daño que le causa al
acreedor el defecto en el cumplimiento de la obligación.
El cumplimiento defectuoso ignorado es el caso en que el acreedor entienda recibir una
satisfacción plena y luego advierta la deficiencia del pago recibido.
Si así fuera y no resultara factible atribuirle culpa de su parte en la recepción del pago,
podrá exigir el resarcimiento de los daños que le ha ocasionado el cumplimiento defectuoso dada su
equiparación conceptual con la inejecución total.
La afectación de la calidad de la cosa comprometida, aunque ignorada y en cuanto es
diversa de la debida, compromete la responsabilidad del deudor por incumplimiento contractual. 6
Compete al deudor, asimismo y en su caso, la responsabilidad que emerge del capítulo IV
de la ley 24240 (Ley de Defensa de loa Consumidores y Usuarios), garantía que debe el vendedor
aún en el caso de defectos no ocultos, en la medida que la cosa recibida no coincida con las
características esenciales que se le atribuyen en la información o publicidad (arts. 4 y 8). Este
régimen de garantía de bienes de naturaleza duradera integra una obligación accesoria del contrato
principal mediante el cual se suministra el bien al consumidor o usuario. 7

Elementos de la mora:

Sus elementos son:


a) el incumplimiento en tiempo propio que perfila la conducta antijurídica;
5
BORDA, Guillermo A., Tratado de Derecho Civil-Obligaciones, 9ª ed., act. por BORDA, Alejandro, Tomo I, Ed. La
Ley, Bs. As., 2008, nro. 76, pág. 84.
6
TRIGO REPRESAS, Félix A., "Vicios redhibitorios y diferencia de calidad sustancial", LL 1982-C-375; C. Nac. Com.,
sala B, 17/9/1981, "Ravotti, José v. Ramvil S.A.", LL 1982-C-375.
7
STIGLITZ, Gabriel A.-STIGLITZ, Rubén S., Derechos y defensa del consumidor, Ed. La Rocca, Bs. As., 1994, pág.
319; FARINA, Juan M., Defensa del consumidor y del usuario, Ed. Astrea, Bs. As., 1995, pág. 163.
b) el daño que sufre el acreedor en su patrimonio;
c) la relación de causalidad entre el daño y la inejecución, y
d) la imputabilidad del deudor, sea culpa o dolo de éste o la imputación objetiva del deber
de responder.
e) Sin embargo, así reunidos estos elementos o presupuestos generales de la responsabilidad
civil el retardo no es aún mora, pues el régimen jurídico requiere que el deudor se halle encuadrado
dentro del estado de mora, esto es, que se lo halla constituido en mora. 8

Quid de la simple demora:

La demora es el incumplimiento material.


El mero incumplimiento tiene sus virtualidades: cuando entraña un incumplimiento
absoluto o definitivo (plazo esencial, obligaciones de no hacer) resulta suficiente para hacer nacer la
responsabilidad del deudor por el daño que la inejecución ha causado al acreedor. 9
También se atribuyen a la demora el derecho del acreedor a pagar por consignación, la
aptitud para requerir la resolución del contrato, para que comience el plazo de prescripción o de
caducidad, etc. 10

La regla. La mora automática:

Con motivo de la reforma producida por la Ley 17.711 al art. 509 del Código de Vélez
Sarsfield, mucho se criticó la ausencia de una regla general, a pesar que conforme la opinión de
Borda debía considerarse que tal regla era la mora automática por resultar aquella contenida en el
primer párrafo de la norma y resultar aplicable a la mayor cantidad de casos. 11
El nuevo Código resuelve la cuestión al establecer como regla la mora automática, la que
será aplicable a todo aquél supuesto que no se halle entre las excepciones de las que trata el artículo
siguiente. En efecto, tratando el artículo 887 las obligaciones a plazo tácito e indeterminado, la regla
se aplica pues a las obligaciones a plazo determinado, cierto o incierto, a las obligaciones puras y
simples, a las derivadas de los hechos ilícitos.

Las obligaciones a plazo:

Las obligaciones con plazo cierto son aquellas que vencen determinado día de un mes y de
un año dados o a tantos días de una fecha cierta. Las obligaciones a plazo incierto son las que tienen
plazo determinado por las partes, pero el mismo depende de un acontecimiento futuro y que
fatalmente ocurrirá, aunque no se conoce cuándo. Es decir, que las partes no saben el día en que
vencerá el plazo, pero entretanto la obligación no es exigible por el acreedor ni pagable por el
deudor, hasta que suceda el hecho futuro y fatal que constituye el término del plazo.
Algunos autores sostienen que en el régimen de la ley 17.711 no cabía hacer distinción
entre el plazo cierto e incierto, correspondiendo siempre la mora automática (BoffiBogero, Borda,
Gagliardo, Ghersi, Greco, Moisset de Espanes). 12 En cambio, en otra tendencia, se entiende que
8
PIZARRO, Ramón D.-VALLESPINOS, Carlos G, Instituciones de Derecho Privado-Obligaciones, tomo 2, Hammurabi,
Bs. As., 1999, nro. 500, pág. 515.
9
CAZEAUX, Pedro N.-TRIGO REPRESAS, Félix. A., Derecho de las obligaciones, 4ª ed. aument. y act. por
CAZEAUX, José M., tomo I, La Ley, Bs. As., 2010, nro. 153, pág.195.
10
LOPEZ CABANA, Roberto M., “Mora y Demora” en la obra ALTERINI, Atilio A.-LOPEZ CABANA, Roberto M.,
Temas de Responsabilidad Civil, Facultad de Derecho y Ciencias Sociales-Ediciones Ciudad Argentina, Bs. As., 1995,
nro. XVIII, pág. 53.
11
BORDA, Guillermo A., ob. cit., nro. 53, pág. 65
12
Ver por todos BORDA, Guillermo A., ob. cit., nro. 53, pág. 65; C. Civ. y Com. Morón, sala 2ª, 18/5/1993, "García, A.
cuando el plazo es incierto no basta con su mero vencimiento, sino que además sería necesaria la
interpelación al deudor (Cazeaux, Garrido, Andorno, Llambías, Racciati). 13 En una tercera postura,
se señala que si la realización del hecho incierto resulta ignorada por el deudor, la buena fe, (art.
1198, Cód. Civil) que debe prevalecer en las relaciones recíprocas, impondrá como solución
necesaria que el deudor no caerá en mora, mientras el acreedor no le hubiese notificado el hecho o
no lo hubiera conocido por otro medio. No es necesaria la interpelación, sino que bastaría una
declaración recepticia (Alterini-Ameal-López Cabana, Wayar, Trigo Represas). 14
El Código Civil y Comercial de la Nación despeja la interpretación de la cuestión en tanto
salvo las excepciones consagradas en el artículo 887, a las restantes hipótesis se les aplicará la regla
de la mora automática.

Mora del acreedor:

La mora del acreedor es el retraso en el cumplimiento de la obligación, motivado por la


injustificada falta de colaboración, adecuada, oportuna y necesaria, del acreedor. 15
El tema asume especial relieve en aquellas obligaciones que, por sus características,
naturaleza, requieren de una actividad de cooperación por parte del acreedor, para que el deudor
pueda cumplir. El sistema debe proteger al deudor que quiere cumplir, frente a la pasividad o la
renuencia injustificada del acreedor. En procura de tutelar el derecho del deudor a pagar, existen las
instituciones de la mora del acreedor y el pago por consignación.
La mora es menos radical y más expeditiva que la segunda, pues sin liberarse de la
obligación le permite trasladar a la otra parte los riesgos y consecuencias que derivan del estado de
mora.
El nuevo Código señala ajustadamente que para constituir en mora al acreedor el deudor
debe efectuar una oferta de cumplimiento que cumpla con los requisitos exigidos por el objeto del
pago de identidad, integridad, puntualidad y localización (art. 867).

Los requisitos de la mora del acreedor:

a) existencia de una obligación exigible;


b) la obligación debe requerir de ciertos actos de cooperación del acreedor para que pueda
ser cumplida;
c) la obligación debe subsistir tras la falta de cooperación y ser susceptible de cumplimiento
tardío.16

Los efectos de la mora del acreedor:

a) quien se encuentra en mora responde por los daños y perjuicios causados al deudor por la
falta de cooperación (ej. gastos de conservación de la cosa, de traslado, etc.);
b) carga también con los riesgos de una eventual imposibilidad sobrevenida de la
prestación, motivada por caso fortuito o fuerza mayor, operada durante el estado de mora;
c) con la mora cesa el curso de los intereses moratorios y punitorios en las obligaciones de
dar dinero y de valor. En cambio, siguen corriendo los intereses compensatorios, toda vez que el
v. Zabaleta, B." , LL Bs. As. 1994-465; JA 1999-III, síntesis.
13
Ver por todos, LLAMBIAS, Jorge J., ob. cit., nro. 103 bis 1., pág. 102.
14
Ver por todos, WAYAR, Ernesto C., Derecho Civil-Obligaciones, 2da edición, tomo II, LexisNexis, Bs. As., 2007, nro.
224, pág. 27; CAZEAUX, Pedro N.-TRIGO REPRESAS, Félix. A., Derecho de las obligaciones, 4ª ed. aument. y act. por
CAZEAUX, José M., tomo I, La Ley, Bs. As., 2010, nro. 180, pág. 221.
15
BORDA, Guillermo A., ob. cit., tomo I, nro. 78, pág. 88.
16
LLAMBIAS, Jorge J., ob. cit., tomo I, nro. 139, pág. 133.
deudor conserva el capital en su poder. Para liberarse del pago de estos últimos deberá consignar
judicialmente, extinguiendo su obligación (Llambías, Alterini, Compagnucci de Caso); 17
d) el acreedor no podrá constituir en mora al deudor mientras no se purgue la mora;
e) la mora del acreedor impide invocar la teoría de la imprevisión;
f) en casos de gravedad, posibilita al deudor la resolución contractual por incumplimiento;
g) permite ejercer la facultad del pago por consignación;
h) la falta de cooperación provoca como efecto que el deudor quede en libertad de elegir la
prestación que deberá cumplir, tal lo que sucede en las obligaciones alternativas, cuando la elección
corresponde al acreedor y éste no elige;
i) la mora del acreedor puede provocar la liberación del deudor cuando el cumplimiento
ulterior de la prestación resulte imposible o se trate de un supuesto de plazo esencial, en el que
técnicamente no hay mora sino incumplimiento definitivo por causas imputables al acreedor. 18Por
ejemplo, el adquirente de una entrada para ver un recitar de música determinado, que deja de asistir
al espectáculo, no puede pretender que le sea entregada otra para otro espectáculo.

Extinción de la mora del acreedor:

Se produce la extinción de la mora del acreedor cuando el deudor recibe el cumplimiento de


la prestación. Tal situación no enerva la reparación de los daños y perjuicios que el retardo de aquél
pueda haber causado al deudor.
También se produce la extinción de la mora por la renuncia expresa o tácita del deudor a los
efectos de la mora del acreedor (si las partes acuerdan un plazo para recibir una determinada
prestación que fue antes rechazada por el acreedor, se presume que media renuncia a los efectos de
la mora, salvo reserva en contrario).
Por último, finaliza la mora del acreedor por la extinción de la obligación por cualquier
causa, sin perjuicio de los efectos ya producidos por la mora hasta ese momento.

La mora del acreedor en los proyectos de reforma:

El art. 719 del Proyecto del Poder Ejecutivo Nacional de 1993 la regulaba expresamente:
“Incurrirá en mora el acreedor que rehúse aceptar en tiempo la prestación del deudor, o que omita
prestar la cooperación necesaria para permitir el cumplimiento de la obligación. Se aplicarán las
disposiciones de los artículos precedentes”.
Enrolaba en la tesis que exige que debe mediar una oferta real de pago de parte del deudor
(Busso, Cazeaux-Trigo Represas, Llambías). 19
El Proyecto de la Comisión Federal del mismo año la regulaba en términos similares,
aunque no requería la oferta real de pago ni expresa, ni tácitamente.
Por su parte, el Proyecto de 1998 establecía que: “El acreedor incurre en mora si el deudor
le efectúa una oferta real de pago y se rehúsa injustificadamente a recibirlo. Se aplican en lo
pertinente, las disposiciones relativas a la mora del deudor”.

ART. 887. EXCEPCIONES AL PRINCIPIO DE LA MORA AUTOMÁTICA.- La regla


de la mora automática no rige respecto de las obligaciones:

17
ALTERINI, Atilio A.-AMEAL, Oscar J.-LOPEZ CABANA, Roberto M., ob. cit., nro. 876, pág. 439.
18
CAZEAUX, Pedro N.-TRIGO REPRESAS, Félix. A., ob. cit., nro. 198, pág. 259.
19
TRIGO REPRESAS, Félix A., en la obra de ALTERINI, Atilio A.-LOPEZ CABANA, Roberto M. (Dir), Reformas al
Código Civil, AbeledoPerrot, 1994, pág. 213.
a) sujetas a plazo tácito; si el plazo no está expresamente determinado, pero resulta
tácitamente de la naturaleza y circunstancias de la obligación, en la fecha que conforme a los
usos y a la buena fe, debe cumplirse;
b) sujetas a plazo indeterminado propiamente dicho; si no hay plazo, el juez a pedido de
parte, lo debe fijar mediante el procedimiento más breve que prevea la ley local, a menos que el
acreedor opte por acumular las acciones de fijación de plazo y de cumplimiento, en cuyo caso el
deudor queda constituido en mora en la fecha indicada por la sentencia para el cumplimiento de
la obligación.
En caso de duda respecto a si el plazo es tácito o indeterminado propiamente dicho, se
considera que es tácito.

CONCORDANCIAS: arts. 259, 350 a 353, 746 a 772, 773 a 778 CCyCN.
FUENTES: art. 1595 del Proyecto de Reforma del Código Civil de 1998; artas. 717 y 718 del Proyecto de la
Comisión del Poder Ejecutivo de 1993; art. 509 del Proyecto de Código de la Comisión Federal de 1993.
CORRELATIVIDAD: art. 509 Código de Vélez

Introducción

Si la constitución en mora del deudor transforma el retardo en responsabilidad y traspasa


del patrimonio del acreedor hacia el del deudor, las secuelas perjudiciales de la conducta ilícita de
este último, va de suyo que es de suma importancia determinar los medios legales que constituyen
el estado en mora.
La mora se produce automáticamente, de pleno derecho y por la sola fuerza de las cosas,
cuando la obligación es a plazo y se produce su término. Esta es la mora ex re, según la cual como
decían los romanos diesinterpellat pro homine.
En el otro sistema de la mora ex personae, seguido en el antiguo derecho francés y recogido
por el Código Napoleón en el art. 1139, el deudor no cae en mora hasta que el acreedor le requiera
el cumplimiento mediante una interpelación formal.

Interpretación
Interpelación. Concepto y formas:

La interpelación es la exigencia de cumplimiento.


Puede ser judicial, cuando la intimación la hace un oficial de justicia a través de un
mandamiento del juez; o extrajudicial, cuando la realiza el acreedor. Este puede realizarla de
cualquier manera. Generalmente, se hace por carta documento para facilitar su prueba.

Los requisitos de la interpelación:

Los requisitos intrínsecos de la interpelación son:


1) categórica: debe ser un requerimiento indudable, concebido en el modo verbal
imperativo;
2) apropiada: sólo se puede intimar a cumplir lo adeudado, tiene que estar en relación con la
obligación;
3) coercitiva: bajo apercibimiento de sanción jurídica;
4) de cumplimiento factible: que permita al deudor realizar el cumplimiento. No deber ser
intempestivo;
5) circunstanciado: debe indicar las circunstancias de lugar, tiempo, monto, forma, etc. de
cumplimiento.
En cuanto a los requisitos extrínsecos, ellos son:
1) la cooperación del acreedor cuando ella es necesaria para el cumplimiento;
2) la ausencia de incumplimiento del acreedor: el acreedor no debe estar en mora con
respecto a esa obligación. 20

La constitución en mora en las obligaciones con plazo tácito e indeterminado:


La norma establece que la excepción a la mora automática resultan ser las obligaciones a
plazo tácito e indeterminado.
Las obligaciones de plazo tácito y aquellas de plazo indeterminado (no las obligaciones sin
plazo, como algunos autores las denominan y la propia reforma enuncia, porque dichas obligaciones
tienen plazo aunque no término), hallan su régimen de constitución en mora en las previsiones del
mismo artículo, sea por la interpelación, sea con la previa fijación judicial de término si la
obligación no tiene plazo determinado.
El plazo tácito es aquel que surge implícitamente de la naturaleza y circunstancias del acto
o de la obligación. No estamos frente a una obligación sujeta a plazo esencial, sino a plazo tácito,
que es una especie dentro del género más amplio del plazo indeterminado. 21 Se trata de
obligaciones que no tienen un término de vencimiento expresamente fijado por las partes, aunque
de su naturaleza y circunstancias es posible inferir tácitamente el momento a partir del cual el
acreedor podrá exigir el cumplimiento de la prestación (como por ej., el caso del mandatario que
debe intereses de las cantidades que aplicó al uso propio desde el día en que lo hizo y de las que le
reste deber desde que se hubiese constituido en mora en entregarlas (art. 1324, inc. g) y f)del
CCyCN); el depositante, quien puede exigir al depositario la restitución de la cosa antes del
vencimiento o el depositario gratuito puede exigir del depositante, en todo tiempo, que reciba la
cosa depositada (art. 1359 CCyCN); también el comodato puede darse con frecuencia una
obligación a plazo tácito (art. 1535, inc. e) delCCyCN). El acreedor deberá interpelar al deudor para
constituirlo en mora.
Cuando la indeterminación es absoluta por lo que corresponde su fijación judicial, a falta de
acuerdo de partes.Quedan comprendidos dentro de este supuesto aquellos casos en donde se ha
tomado en cuenta un acontecimiento no forzoso, con la finalidad de diferir los efectos del acto (y no
de condicionarlos), tal lo que sucede, por ejemplo, con la obligación de pagar cuando mejore de
fortuna o cuando perciba el crédito de un tercero. Si las partes no arriban a un acuerdo, se debe
requerir la fijación judicial a través del proceso más breve.

Presunción de plazo tácito:

En caso de duda, lo que implica que se trata de una presunción que admite prueba en
contrario, debe interpretarse que la obligación es a plazo tácito.
El problema en la práctica se plasma en aquellos supuestos en los cuales resulta muy difícil
de precisar si el plazo es tácito o indeterminado propiamente dicho. En tal supuesto, la norma
proyectada prevé que, ante la duda, se considerará que el plazo es tácito. Para diferenciar un
supuesto de del otro, debe indagarse la voluntad de las partes, plasmada en las cláusulas
contractuales pertinentes, y determinar si lo que efectivamente ellas han querido es integrar el
convenio con una decisión judicial relativa al momento preciso en que la obligación debe cumplirse
(plazo indeterminado propiamente dicho) o, simplemente, diferir los efectos hacia el futuro, sin
tener en cuenta intervención judicial alguna (plazo indeterminado tácito). 22
En este último supuesto lo único que corresponde al juez es verificar si, teniendo en cuenta
la naturaleza y circunstancias de la obligación, ha transcurrido o no dicho plazo al tiempo de

20
LLAMBIAS, Jorge J., ob. cit., nros. 113/120 b, págs. 111 y sgtes.
21
CAZEAUX, Pedro N.-TRIGO REPRESAS, Félix A., ob. cit., nro. 183, pág. 226.
22
PIZARRO, Ramón D.-VALLESPINOS, Carlos G., ob. cit., nro. 507, pág. 538.
promoverse la demanda. En cambio, en el primer supuesto, debe intervenir para fijar el plazo e
integrar de tal modo el contrato. Entonces, el plazo se considerará indeterminado sólo cuando
resulte inequívoco para el juez que las partes han querido diferirlo a fijación judicial. Ante la duda,
se considerará que es tácito, con lo cual se alcanza una solución mucho más dinámica, previsible y
eficiente desde el punto de vista de la economía del proceso.

Obligaciones puras y simples:

La doctrina y la jurisprudencia mayoritarias, en el régimen actual, entienden que en estas


obligaciones el deudor no incurre en mora si no es interpelado por el acreedor. Quienes adhieren a
estas ideas descartan terminantemente que pueda aplicarse a ellas el régimen de mora automática y
que también es improcedente toda pretensión de fijación judicial de plazo, esto último es propio de
una especie de obligación modal, la sujeta a plazo indeterminado propiamente dicho, y no de una
obligación que se caracteriza, precisamente, por lo contrario: no tener plazo (en esta tesis, Llambías,
Alterini, Kemelmajer de Carlucci, Moisset de Espanés). 23
El Proyecto de la Comisión Federal de 1993 las regulaba expresamente disponiendo la
constitución en mora por interpelación.
En el nuevo Código, en cambio, al no quedar incluidas dentro de las excepciones
consagradas en el artículo 887, su constitución en mora será automática.

La mora en los hechos ilícitos:

La mora automática era propiciada por la doctrina (Llambías, Cazeaux-Trigo Represas,


Lafaille, Busso, Salvat-Galli, Wayar) y la jurisprudencia.24
En el nuevo Código resulta de aplicación la mora automática merced a la vigencia de la
regla general.

La constitución en mora en el Derecho Comparado:

Una tendencia acepta la mora automática cuando la obligación tiene plazo (Cód. Alemán,
art.284; Cód.Suizo, art.102; Cód.Brasil, art.960; Cód.Chile, arts.1551-52; Cód.Paraguay, art.
424).Otra tendencia exige la interpelación, haya o no plazo fijado (Cód. Francés, art- 1139; Cód.
Español, art. 1100; Cód. Uruguay, art. 1336; Cód. de Holanda, art. 1093).Una posición intermedia
es la del Cód. Civil italiano de 1942, art. 1219, exige la constitución en mora por interpelación, pero
consagra importantes excepciones.

La mora del deudor en los proyectos de reforma:

La mora en el Proyecto del PE de 1993: el art. 717 volvía al sistema de Vélez: “Para que el
deudor incurra en mora es necesario que se requiera judicial o extrajudicialmente el cumplimiento
de la obligación”.
Sin embargo, las excepciones reducían la aplicación del principio general: 1) plazo cierto,
aun cuando deba cumplirse en el domicilio del deudor, 2) plazo esencial, 3) cuando el deudor

23
Ver por todos, LLAMBIAS, Jorge J., ob. cit., nro. 103 bis 4, pág. 103.
24
La CNCiv., en pleno, 16.12.58, en autos “Gomez c/ Empresa Nacional de Transportes”, dispuso que los intereses
correspondientes a las indemnizaciones por hechos ilícitos “se liquidarán desde el día en que se produce cada perjuicio
objeto de la reparación” (LL, t. 93, p. 667). La CSJN siguió este criterio el 21.3.60, “Amarillo c/ Gob. Nacional”, LL 99-
765.
manifiesta su intención de no cumplir la obligación, 4) hechos ilícitos, 5) disposición legal o
convencional en contrario.
En cambio, el Proyecto de la Comisión Federal optó por la diferenciación de casos,
comenzando la norma con la mora automática prevista para las obligaciones sujetas a plazo expreso
(art. 509). En cambio, preveía la interpelación para las obligaciones de plazo tácito y las puras y
simples. 25
El Proyecto de 1998 también optó por la distribución de casos entre uno y otro sistema de
constitución en mora (arts. 1593 y 1595), disponiendo el primero la mora automática y el segundo,
la mora por interpelación. Admitía que sea el juez quien libere de los efectos de la mora automática
al deudor si se transgrede la regla de buena fe (art. 1594). 26

Valoración de la regulación en el nuevo Código.

Consagra una regla general, se disipan las dudas, el principio general es el de la mora
automática, la que comprende a las obligaciones puras y simples; en materia de hechos ilícitos; a las
obligaciones sujetas a un plazo determinado expreso, cierto o incierto; ello así cualquiera fuese el
lugar de cumplimiento de la obligación, esto es, aunque coincidiera con el domicilio del deudor.
El nuevo régimen tiende a reducir la litigiosidad en aspectos que generaron polémica en la
doctrina y jurisprudencia nacional.

Aclaración final. Crítica.

En opinión del director de la obra, además de la desubicación metodológica de la mora en el


articulado del Código Civil y Comercial, específicamente en esta disposición que se comenta se
incurren en ciertas imprecisiones conceptuales que distan mucho de resolver las controversias que
suscitaba el tema antes de la reforma.
Por ello, es preciso enunciar algunas posturas críticas a esta norma, a saber:

a) El plazo tácito
El inciso a) de esta norma trata de las obligaciones en las que el plazo está determinado, ya
sea en forma expresa o tácita, que son los modos de manifestación de la voluntad, refiriéndose
específicamente al plazo tácito.
En otros términos: estamos convencidos que el plazo tácito es una especie dentro de la
clasificación de “plazo determinado”, la que comparte junto al plazo “expreso”. Esta apreciación en
cuanto a su conceptualización resulta bien distinta que la del plazo indeterminado, en la que no
puede desentrañarse el tiempo del pago de la obligación sin la ineludible intervención judicial.

b) El plazo indeterminado
En relación al inciso b), encontramos una flagrante contradicción.
Por una parte crea una nueva categoría de plazo indeterminado “propiamente dicho”,
cuando la doctrina habla simplemente y en forma clara de “plazo indeterminado” sin admitir una
doble categoría, lo que introduce en la interpretación de la norma una sensible confusión.
Por otra parte, identifica las obligaciones que no tienen plazo (“si no hay plazo”) con las de
plazo indeterminado, ignorando que si la obligación no tiene plazo es pura y, por lo tanto, la mora
es automática como más adelante se explicita.
Asimismo, cuando el plazo es indeterminado es correcto que lo determine el juez a través
del proceso más breve y que se puedan acumular las acciones como lo indica la norma, en cuyo

25
TRIGO REPRESAS, Félix A., ob. cit., nro. 13, pág. 214.
26
ALTERINI, Atilio A.-AMEAL, OSCAR J.-LOPEZ CABANA, Roberto M., ob. cit., nro. 413, pág. 189.
caso al decir “que el deudor queda constituido en mora en la fecha indicada por la sentencia para el
cumplimiento de la obligación” se colige que la mora es automática, por lo cual no se admite que se
regule como excepción en el artículo que se comenta.

c) Presunción de plazo tácito:


La presunción introducida por la reforma en nuestro criterio no tiene lógica conforme a la
clasificación de plazo determinado (expreso y tácito), y plazo indeterminado, que fue aceptada por
la doctrina mayoritaria en forma pacífica.27
La clasificación que no admitimos surge de considerar que las obligaciones de plazo
esencial son aquéllas en que el plazo es tácito y que estaban contenidas en el inciso 2° del art. 509
reformado por la Ley 17.711, pero allí entendemos que estamos en presencia de un plazo expreso
que fuera establecido por las partes para que su cumplimiento (determinante para el acreedor) se
efectivice en el acontecimiento fijado por las partes, caso contrario, el deudor queda constituido en
mora en forma automática porque el posterior cumplimiento carece de sentido para el acreedor,
circunstancia que era conocida por el “solvens”.

ART. 888. EXIMICIÓN.- Para eximirse de las consecuencias jurídicas derivadas de la


mora, el deudor debe probar que no le es imputable, cualquiera sea el lugar de pago de la
obligación.

CONCORDANCIAS: arts. 259, 350 a 353, 746 a 772, 773 a 778, 1732/1733 CCyCN.
FUENTES: art. 1594, 1596 y 1597 del Proyecto de Reforma del Código Civil de 1998; art. 721 del Proyecto de
la Comisión del Poder Ejecutivo de 1993 y art.506 del Proyecto de la Comisión Federal de 1993.
CORRELATIVIDAD: art. 509 Código de Vélez

Introducción

La mora genera diversos efectos jurídicos. El deudor, a fin de eximirse de tales


consecuencias, deberá probar que no le es imputable, cualquiera sea el lugar de pago de la
obligación. 28

Interpretación
Efectos de la mora:

1) apertura de las acciones por responsabilidad. Ante la mora del deudor, el acreedor tiene
derecho a: pretender su ejecución forzada; obtener la ejecución por otro; reclamar la indemnización
sustitutiva (art. 730 CCyCN);
2) indemnización del daño moratorio (arts. 1716, 1737 y sgtes.);
3) imputación del caso fortuito: el moroso soporta el caso fortuito a menos que sea
irrelevante (art. 1733, inc. c);
4) inhabilidad para constituir en mora al acreedor: en las obligaciones correlativas la parte
morosa no tiene derecho a constituir en mora a la otra (arg. arts. 1031 y 1032 del CCyCN);
5) operatividad de la cláusula resolutoria: en los contratos con prestaciones recíprocas, el
contratante inocente puede pedir la disolución del vínculo con los daños a cargo del moroso (art.
1087 CCyCN);
27
ALTERINI, Atilio A., AMEAL, Oscar J., LÓPEZ CABANA, Roberto M., “Derecho de Obligaciones Civiles y
Comerciales”, 2ª ed. actualizada, Ed. AbeledoPerrot, Bs. As., 1998, núms. 272 y 406, págs. 119 y 173, respectivamente.
Ello, sin desconocer el tratamiento del tema al comentarse el art. 350 en el Tomo 1 de esta obra.
28
COMPAGNUCCI DE CASO, Rubén H., en la obra colectiva ALTERINI, Jorge H. (Dir)-ALTERINI, Ignacio E.
(Coord), Código Civil y Comercial. Tratado exegético, tomo IV, La Ley, Bs. As., 2015, pág. 447.
6) pérdida de la facultad de arrepentirse cuando se pacta la seña penitencial (art. 1059
CCyCN): la mora propia es un impedimento para arrepentirse del contrato. La seña debilita el
vínculo contractual, pero cuando el deudor incurre en mora, pierde la facultad de arrepentirse del
mismo;
7) facultad de exigir la cláusula penal (art. 792 CCyCN);
8) imposibilidad de invocar la teoría de la imprevisión (art. 1091 CCyCN).

Eximición de la mora:

El deudor se exime de la mora si acredita que ella no le es imputable. La mora exige la


concurrencia de un factor de atribución subjetivo u objetivo. En las obligaciones de medios, el
deudor se liberará por la prueba de la no culpa (diligencia debida), mientras que en las obligaciones
de resultado, la eximente sólo se alcanzará por la prueba del corte de la cadena causal (art. 1723
CCyCN), esto es, la culpa de la víctima (art. 1729 CCyCN), el caso fortuito (art. 1730 CCyCN), el
hecho de un tercero por el que no deba responder (art. 1732 CCyCN) o la imposibilidad de
cumplimiento (art. 1732 CCyCN), con fundamento en que el deudor ha prometido un resultado
eficaz (art. 774, inc. c) CCyCN). 29

La mora y el domicilio del deudor.

El último párrafo del artículo en comentario hace referencia a una cuestión que dividía a la
doctrina y jurisprudencia. Cuando el lugar de cumplimiento de la obligación era el domicilio del
deudor, bastaba al acreedor con no presentarse para dejarlo constituido en mora (Alterini-Ameal-
López Cabana). 30 Por ello, se sostenía que, en ese caso, a pesar que el plazo fuere cierto, la
constitución en mora del deudor, exigía la interpelación. Borda sostenía que en esta cuestión existía
un error conceptual cuando se afirmaba que el solo vencimiento del término no sería eficaz para
provocar la mora del deudor, porque habría faltado la necesaria cooperación del acreedor que no
hubiese acudido al domicilio del obligado a recibir el pago y que en los casos en que el acreedor
debe recoger la prestación en el domicilio del deudor, su incumplimiento equivaldría a la negativa a
recibirla. Argumentaba que era notorio que se confundía así constitución en mora con imputabilidad
de la inejecución, que son dos conceptos diferentes (en igual postura, Bustamante Alsina, Garrido,
Cifuentes, Wayar, Morello, Bueres, Gesualdi, Silvestre).31
Sin embargo, no se pone en duda que si el acreedor no presta la necesaria cooperación no
existe mora del deudor, simplemente porque no le es imputable desde que no incurre en culpa. Pero
si esto hace a los presupuestos de fondo de la responsabilidad civil por mora, otra cosa es la prueba
del hecho de no haber cumplido el acreedor, o sea de la falta de culpa del deudor. Lo expuesto
involucra las diferencias entre las denominadas obligaciones portables (el deudor debe portar el
cumplimiento al domicilio del acreedor, de las querables, donde el que debe llevar la iniciativa es el
acreedor, por lo que se obliga al deudor a preconstituir prueba en caso de incomparecencia de aquél.
32

29
CALVO COSTA, Carlos A., en la obra LORENZETTI, Ricardo L. (Dir), Código Civil y Comercial de la Nación
Comentado, tomo V, RubinzalCulzoni, Santa Fe, 2015, pág. 393.
30
ALTERINI, Atilio A.-AMEAL, Oscar J.-LOPEZ CABANA, Roberto M., ob. cit., nro. 404, pág. 185.
31
BORDA, Guillermo A., ob. cit., nro. 54, pág. 66; Esta postura tuvo recepción en dos fallos plenarios (CNCiv., 21.03.80,
“Caja de Jubilaciones c/ Ruiz, Juan”, LL 1980-B, 126; CNCom., 2.8.82, “García, Adolfo c/ Sniafa SA”, LL 1982-D, 116).
32
ALTERINI, Jorge H.- ALTERINI, Ignacio E., en la obra colectiva ALTERINI, Jorge H. (Dir)-ALTERINI, Ignacio E.
(Coord), Código Civil y Comercial. Tratado exegético, tomo IV, La Ley, Bs. As., 2015, pág. 435.
La cuestión queda resuelta en el nuevo Código ya que no hay dudas que se aplica la mora
automática prevista como regla del sistema, cualquiera resulte el lugar de cumplimiento de la
obligación, esto es, coincida o no con el domicilio del deudor. 33

Purga de la mora:

El deudor moroso tiene derecho a pagar, con tal que anexe a la prestación debida los
accesorios derivados de la mora (Llambías, Alterini-Ameal-López Cabana, Moisset de Espanés,
Wayar). 34 Es la tendencia que prevalece en doctrina y jurisprudencia, excepción hecha de los casos
de plazo esencial y cuando el acreedor hizo uso de la cláusula resolutoria (en contra, Abelleyra,
Busso).

Cesación de la mora:

Se produce la cesación de la mora del deudor si el acreedor renuncia a la mora de aquél. Esa
renuncia puede ser expresa o tácita, total o parcial. También se da ese efecto cuando el deudor
cumple su prestación con más los daños y perjuicios moratorios o consigna judicialmente lo debido.
En cambio, la mora no cesa ante la existencia de una demanda judicial del acreedor si la misma se
declara caduca. 35

SECCION 3ª

Pago a mejor fortuna

ART. 889. PRINCIPIO.- Las partes pueden acordar que el deudor pague cuando pueda,
o mejore de fortuna; en este supuesto se aplican las reglas de las obligaciones de plazo
indeterminado.

FUENTES: Freitas, art. 1065 y 1066; Goyena, art. 1648; Aubry-Rau, párr. 396, notas 12 y 13; Código francés,
art. 1981; Código de Nápoles, art. 1773; Código sardo, art, 193; Código holandés, art. 1798, tít. 16, lib. 50, Dig.; Código
chileno, art. 1625; Proyecto de Reforma del Código Civil de 1998, art. 827.
CORRELATIVIDAD: arts. 620 y 752 del Cód. de Vélez Sarsfield.

Introducción
La ubicación metodológica del pago a mejor fortuna en el nuevo Código es
sensiblemente mejor que en el Código Civil de Vélez Sarsfield, ya que en éste se encontraba
regulado entre las obligaciones de dar dinero (art. 620). El Código Civil y Comercial de la Nación
regula la institución dentro del capítulo de pago, a continuación del tratamiento de la mora y con
anterioridad al beneficio de competencia.

Interpretación

El pago a mejor fortuna tiene lugar cuando las partes acuerdan postergar el pago para la
oportunidad en que el deudor mejore de fortuna, es decir, cuando su situación patrimonial le
permita, o cuando pudiere cumplir su obligación.
33
SILVESTRE, NORMA O. (Dir)-MARINO, Abel. E.-MAGLIO, María C.-BURGOS, Débora, Obligaciones, La Ley, Bs.
As., 2014, nro. 3.3.4, pág. 275.
34
ALTERINI, Atilio A.-AMEAL, Oscar J.-LOPEZ CABANA, Roberto M., ob. cit., nro. 415, pág. 191.
35
LLAMBIAS, Jorge J., ob. cit., nro. 134, pág. 129.
El nuevo Código acierta por tanto también en consagrarlo como una estipulación que las
partes pueden introducir en la obligación y también en cuanto discierne otra controversia como
resultaba la referida a su naturaleza jurídica del pago a mejor fortuna. La discusión estaba referida a
si se trataba de un plazo (Salas, Llambías, Busso, Colmo, Trigo Represas) 36 o una condición
(BoffiBoggero, Borda). 37
La tesis que resulta ahora legalmente consagrada encuentra apoyo en que a través del pago
a mejor fortuna:

a) no se encuentra supeditada la existencia de la obligación sino sólo su exigibilidad;


b) en caso de fallecimiento del deudor, caduca el beneficio que se le concedió (caducidad de
plazo), tornándose exigible el cumplimiento de la obligación respecto a sus herederos;
c) en el supuesto de concurso o quiebra del deudor, su acreedor puede reclamar el cobro de
la deuda.
Establecido mayoritariamente que su naturaleza jurídica era la de un plazo, se generó
todavía la discusión si se trataba de un plazo incierto o indeterminado, deviniendo la última tesis la
que mejor ajusta a la naturaleza del instituto, ya que si las partes no logran ponerse de acuerdo
acerca de si el deudor mejoró o no de fortuna, ello deberá ser determinado por el juez.
El nuevo Código resuelve la cuestión considerándolo como un plazo indeterminado y
sujeto, por tanto, al régimen previsto en el art. 887, inc. b) CCyCN.

ART. 890. CARGA DE LA PRUEBA.- El acreedor puede reclamar el cumplimiento de la


prestación, y corresponde al deudor demostrar que su estado patrimonial le impide pagar. En
caso de condena, el juez puede fijar el pago en cuotas.

CONCORDANCIAS: arts. 887 inc. b), 889, 1735 y 2559 CCyCN.


FUENTES: Proyecto de Reforma del Código Civil de 1998, art. 827.
CORRELATIVIDAD: No existe correlatividad con normativa anterior.

Introducción

En lo que respecta a la carga de la prueba, la norma establece que el acreedor pueda


reclamar el cumplimiento de la prestación, y que corresponda al deudor demostrar que su estado
patrimonial le impide pagar. A su vez, dispone que en caso de condena, el juez pueda fijar el pago
en cuotas.

Interpretación
El onusprobandi:

La norma es novedosa, pero se ajusta a lo que la doctrina había interpretado a consecuencia


de la naturaleza de pago a mejor fortuna como plazo indeterminado. El acreedor debe limitarse a
pedir judicialmente que se fije el plazo en que el deudor deberá cumplir la obligación, o acumular,
además, la acción de cumplimiento.
El juez deberá fijar el plazo en el procedimiento más breve de la jurisdicción de
conformidad a lo previsto por el art. 887 inc. b) del CCyCN para las obligaciones sujetas a plazo
indeterminado propiamente dicho, sin requerir al acreedor prueba alguna de la mejoría de fortuna.

36
LLAMBIAS, Jorge j., ob. cit., nro. 103 bis 4, pág. 103.
37
BORDA, Guillermo A., ob. cit., nro. 55-2, pág. 71
Ante el pedido del acreedor que alega el mejoramiento de fortuna del deudor, le
corresponde a éste, como imperativo de su propio interés, desvirtuar tal aserto mediante la prueba
de que ello no ha ocurrido o, incluso, que ha empeorado su situación económica.
Resultan aquí de aplicación la premisa establecida en el artículo 1735 del CCCN, en cuanto
a que la distribución de la carga probatoria, en este caso, redundará en la búsqueda de la verdad
objetiva y permitirá al juzgador apreciar con mayores elementos la pertinencia –o no- de esta
institución.

Prescripción

Si el crédito está sujeto a plazo indeterminado, se considerará exigible a partir de su


determinación. Asimismo, la prescripción para deducir la acción para la fijación judicial del plazo
se computa desde la celebración de acto. Si prescribe la acción, también prescribe la de
cumplimiento (art. 2559 CCyCN).

ART. 891. MUERTE DEL DEUDOR.- Se presume que la cláusula de pago a mejor
fortuna se establece en beneficio exclusivo del deudor; la deuda se transmite a los herederos
como obligación pura y simple.

CONCORDANCIAS: arts. 889, 890 y 2280 CCyCN.


FUENTES: Proyecto de Reforma del Código Civil de 1998, art. 827.
CORRELATIVIDAD: No existe correlatividad con normativa anterior.

Introducción

La normativa contempla el supuesto de muerte del deudor. Toda vez que se presume que la
cláusula de pago a mejor fortuna se establece en beneficio exclusivo del deudor, la deuda se
transmitirá a los herederos como obligación pura y simple.

Interpretación
Extinción del beneficio:

Se resuelve la duda que existe en el Código de Vélez Sarsfield: la muerte del deudor torna
exigible la obligación que se transmite a sus herederos, como obligación pura y simple. Ello es así,
por cuanto, se trata de una cláusula intuitupersonae, en razón de que se ha acordado exclusivamente
en beneficio de la persona del deudor.

El pago a mejor fortuna en los proyectos de reforma:

El Proyecto del Poder Ejecutivo de 1993 trataba el pago a mejor fortuna en forma unificada
con las obligaciones a plazo indeterminado, disponiendo que el juez fijaría su término por el
procedimiento más breve previsto en la ley local (art. 788, segundo párrafo), 38 enrolándose en la
corriente que considera innecesaria la prueba de la mejoría de fortuna, bastando con acordar al
deudor un plazo razonable para cumplir, salvando sus dificultades económicas (Alterini-Ameal-
López Cabana). 39
En el Proyecto de 1998, el pago de mejor fortuna era tratado también dentro del modo
extintivo pago, a continuación del tiempo de pago (art. 827), resultando previsto su tratamiento
como una obligación a plazo indeterminado y su extinción en caso de muerte del deudor
38
TRIGO REPRESAS, Félix A., ob. cit., nro. 13.4 pág. 218.
39
ALTERINI, Atilio A.-AMEAL, Oscar J.-LOPEZ CABANA, Roberto M., ob. cit., p. 187, n° 407.
beneficiario. Resultaba prevista la carga probatoria en cabeza del deudor y como novedad se
establecía el derecho de acreedor a solicitar se fije la fecha de cumplimiento para los pagos
parciales de la obligación.

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