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Camila González González Tl12 s6

LA SOLEDAD DE LA PRINCESA GEORGINA

Hace mucho tiempo a mediados del siglo XV la princesa Georgina fue


enviada por padre al antiguo palacio lejano tras la guerra de los 7 mares.
Georgina se quedo sola, su madre se quedo con su padre a apoyarlo y no
tenia mas hermanos, no tenia a nadie mas que la ayudara con su soledad,
el padre la protegió del mundo exterior con uñas, por que ella era su única
heredera. A la que nunca la aceptaría el pueblo y nuca seria mas que una
reina no consorte.
Con el paso del tiempo Georgina se convirtió en una señorita al principio le
preguntaba a su dama de compañía.
-por que no puedo salir- pues por el balcón del palacio podía admirar a las
personas
-el mundo no es para personas como usted
alteza – con el paso del tiempo Georgia entendió que su deber era
el palacio, pero no por mucho tiempo.
los padres de Georgina le mandaban cartas hasta que la guerra se
intensifico el paso de las cartas era inexistente el reino contrario
estaba ganando y los padres sabían que si perdían la guerra
tendrían que hacer un matrimonio por conveniencia entre su hija y
el rey Magnus V para poder tener su reino intacto. Georgina sabia
que la ambición de su padre era mayor que el amor de su hija que
no le importaría venderla a un explosivo rey sin censura de matar,
el padre sabia que el rey Magnus aceptaría a la princesa Georgina
ya que ella era bellísima y su padre siempre lo repetía.
Georgina sabia lo que se debía de saber de una reina pero quería
saber lo que era el mundo exterior, así que una noche planeo como
seria su vida si no fuera princesa en estas paredes que sola sofocaban y quería que una
pequeña parte de ella sintiera lo que era la libertad de salir al exterior sin personas que le
digan como ser o que decir, quería escapase o fugarse para conocer la libertad soñada pero
sabia que sin un peso y en la guerra no sobreviviría todos la estarían buscando los de su reino,
en el reino contrario ella pagaría los pecados de su pueblo, pero nunca la habían visto. al día
siguiente se levantó con mejor sin pensar por que sabia que si le contaba a alguien reforzarían
y aumentarían la seguridad en el palacio, la reprenderían sin siquiera haberlo hecho , pero
sabia que algún día la guerra acabaría y saldría al mundo exterior pero con muchas ansias
esperaría ese día que no ocurrirá cerca y el futuro no se puede escribir y si el futuro no le
favorece arderá en dolor continuo a su muerte pero su final todavía no va a suceder y esperara
con a sabiduría un día inexistente pero es alegre cuando lo piensa. Pero se canso de pensar
con el paso de un año y decidió salir a la libertad.
El antiguo palacio estaba muy cerca de los territorios enemigo y a la ves lejos.
La princesa había planeado esto por meses
-fue mas fácil salir de lo esperado-se repetía la cabeza para no pensar en
su dama que le había hecho compañía durante meses.
Se adentro en el bosque blanco, ir a el bosque fue su única oportunidad ya
que al sur estaba el reino de su padre.
En la profundidad de el bosque la princesa se dio cuenta que alguien la
estaba siguiendo asi que empezó a correr sin fin, hasta que una flecha le
roso la oreja eso hizo que callara por el pavor de morir sin conseguir
todavía su libertad.
-Tenga clemencia-dijo la princesa Georgina aun todavía en el suelo con
hojas, apenas podía ver por el rabillo del ojo que era un hombre el que la
había atrapado, por su ropa no parecía un simple cazador o comerciante,
no es que haya visto muchos, solo a los que se escabullía para ver con su
dama de honor y única compañía decente para tener una conversación
agradable. La ropa que veía de aquel hombre era muy pulcra todo era negro,
tenia un perfil hermoso aunque solo veía un solo lado de su cara por que
estaba tapado un una mascara que parecía cocida a su rostro.
-enserio crees que tendría clemencia con una la princesa de el reino del sur-se
sujeto se burlaba, ella se sentía tan furiosa.
-como osas hablarme de esa manera si sabes quien soy-
-yo te hablo como quiera tu titulo no tiene peso en el reino enemigo, así que no
estoy hablando con una princesa- se agacho para sostenerla del brazo para
poder levarla como si ella pesara una pluma, ella se sorprendió y se dio cuenta
que tendría que tener cuidado ya que podría matarla con tan solo un golpe.
La había amarrado con fuerza como un perro y la había subido a su corcel y que contrastaba
con su ropa por ser blanco.
Al empezar a llegar a la civilización ella se cayo del corcel e ignoro el dolor que le carcomía los
hueso, para así poder escapar de ese abusivo verdugo.
Cuando empezó a correr se desato de la cuerdas hasta que llego a un pueblo que era perfecto
y eso le fascinó ya que pensaba que los habitantes del reino del norte eran pobres. Pero
recordó que el rey había ya conquistado muchos reinos aparte de querer el de su padre .
Se intentó esconder pero fue en vano ya que la encontró y la arrastró enfrente de todos hacia
el castillo enemigo. Se dio cuenta de lo cerca que está de su muerte espero que fuera mejor
después de la muerte y tuviera mas libertad.
-muchos podrían empezar una matanza por tu belleza y tan solo para poetizar y tener un poco
de tu atención, pero tu padre te vendió a mi-dijo el villano de la historia de Georgina al que
culpaba por su soledad mientras agarraba mi su muñeca y vio que se trataba de el rey al que
tanto odiaba por alejarla de su familia.
-Eso es mentira, no digas sandeces de mi padre, el nunca me
vendería-dijo Georgina al rey burlesco.
-yo podría ser asesino pero no mentiroso, tu querido padre te vendió a
cambio de su reino-el le propino un fuerte golpe que la dejó noqueada.
Se despertó en el castillo que hace años no veía en el que nació pero
no creció y ese fue el castillo del sur, se sintió enojada tanto que
podría matar a alguien por no poder nunca decidir sobre su vida.
-la princesa despertó-gritó una doncella del palacio.
De repente lo vi, a su padre aquel que la vendió y al que ella acababa
de matar sin siquiera notarlo, eso la hizo preocuparse, pero al darse
cuenta que ella ahora será la reina y que hablar con
ese inhumano rey la hizo entender que ella era más
de lo que veía.
Ese mismo día ella se proclamó Reyna y gracias a eso se quitó las cadenas
que privaban su libertad. Ese fue el mejor día en el que era feliz.
Pero de repente se despertó y se dio cuenta de lo desafortunada que era su
vida y qué haría algo para cambiarla.

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