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J.

ALVAREZ
EL PRINCIPE DE HIELO

Gregory Rovtost. Conocido de esa forma por su gran temple y frialdad, su


madre desde que nació lo preparo para que gobierne Sivcar con gran fuerza
e inteligencia, nunca mostrando sus sentimientos, ni dejándose gobernar por
ellos, siempre creando una barrera entre los demás y él.

Hasta que la conoció a Ariel Kron, una mestiza y joven rebelde que entro a
su mundo y se convirtió en su fuente de calor y alegría, la única persona que
podía derretir el hielo de su alma y encender su pasión.

Se han amado desde siempre, a pesar de su diferente clase, de la oposición


de sus familias y de sus propios miedos. El primer amor dura toda la vida y
será tan fuerte para poder luchar contra las maquinaciones en contra de la
ascensión de Gregory como Rey y un nuevo y sorprendente enemigo.

Capitulo 1

Mirando a escondidas

En el presente.

La invasión sobre Sivcar había terminado y comenzó la misión de Annia,


Ignacius Zor, su abuelo, le mando con dos tareas: Primero a matar a Diana
(la nueva Dama Blanca) si sobrevivía, después de haber salvado a Nuis de
casi ser destruida por un sin número de monstruos, ella, igual que su
antecesora, violo el decreto de enamorarse de un hombre raza diferente.

Su segunda tarea era descubrir si Marina, la espía de su abuelo, no les había


mentido sobre lo que les dijo de haber matado a Ariel Lamar y a Nicolás
Kron. Además de verificar que no tuvieran descendencia, si la hubiera
asesinar también al mestizo.

Así que empezó a investigar haciéndose amiga de Razvan, uno de los


hombres más fieles de Arik, el traidor, que renuncio a sus costumbres y raza
por el amor a una mujer.

********

Ariel miró con desdén, la mayoría de sus hombres estaban riendo y


celebrando por haber sobrevivido a uno de los ataques más crueles de los
que se tenía noticia, caminaba sin ganas a las habitaciones reales, se sentía
cansada y utilizaba todas las fuerzas que tenía para hacer lo que creía
correcto y dejar Gregory.

Aún sentía sus labios ¿Como podía olvidar la suavidad de ellos, su dulce
presión cuando los había sentido? Cuantas noches había soñado con besarlo,
pero nada la había preparado para la pasión y dicha que sintió, su sabor, la
forma en la que la completaba, en sus brazos era una mujer bella y
deseable, no una mestiza o un marimacho. No sabía cómo sobreviviría sin él.

Fue a la habitación de Gregory a dejarle una nota de despedida, lo mejor que


podía hacer era dejarlo, abandonarlo. No permitiría que el consejo blanco lo
humillara o le obligara a renunciar a ser Rey, a pesar de que habían pasado
siete años recordaba su reunión con la reina y sus palabras.

-Mi hermana me ha dicho que pasas mucho tiempo en compañía de mi hijo


¿Es verdad?

-Somos amigos y estudiamos juntos, aunque usted lo va mandar a estudiar a


Dumar, así que no tiene que preocuparse.

-¡Insolente! ¡Quiero que lo dejes de buscar! Una mestiza como tú, una mujer
que sin clase, ni porte no me sucederá, primero preferiría que mi hijo
muriera antes de que tenga algo que ver contigo. Cualquier mujer con la que
decida casarse con él será aprobada por el consejo blanco y tú nunca serás
aprobada. Aunque estoy segura de que Gregory nunca dejara su ambición de
ser Rey por ti.
Solo con pensar en eso se le rompía el corazón, no podía pedirle que
renunciara a ser Rey. Sin embargo, tampoco podía conformarse con ser su
amante, solo pensar de verlo con otra mujer la llevaba a la locura.

Recordó por un momento a su madre que para protegerla casi nunca hizo
pública su relación con su padre, no quería pasar por lo mismo, no deseaba
ser un fantasma en la vida de él.

Fue a la habitación de Yusbel para ver si estaba bien, esperando no


encontrarse con su hermano, la joven princesa aun seguía dormida, pero no
estaba sola, Garnier Lafabre estaba junto a ella.

-¿Cómo está? ¿Algún cambio?

-Está bien. Solo revisaba que se encuentre bien, si buscas a Gregory está en
su despacho con Lord Castro, el concejo Blanco lo mando a llamar, quiere
una explicación de lo que ocurrió ¡Ahora si les importa Sivcar! Aunque
cuando estaba el país en peligro se fueron a Dumar, ni siquiera hombres
para luchar mandaron.

-Gracias por la información -Distraída por sus pensamientos miró el rostro


preocupado de su amigo, que no despegaba la vista de la princesa dijo - No
te preocupes por ella, mejorara, Otto y Darius se encargan de su curación.

-¡Era mi responsabilidad! Debí haberme dado cuenta.

-¡Todos fuimos engañados! Es mejor que vaya a ver a Gregory.

Salió de la habitación preguntándose qué hacia ahí, no deseaba ver a la


princesa en el fondo, esperaba verlo a él. Camino sin ganas despidiéndose de
cada cosa pero sobretodo de él, camino a su nuevo futuro, un futuro sin
Gregory.

Fue hacia la caballeriza donde guardaban los deslizadores y miro el jardín.


Las imágenes del pasado la asaltaron.

15 años antes.

Ariel apenas podía dormir, a una niña de 10 años no se le permitía decidir su


futuro, sus padres después de varias peleas y un extraño accidente habían
decidido ir a Sivcar ¿Por qué su papa quería ir a una ciudad tan ruidosa? la
molestaba, tanto como el vestido de lana gris de segunda mano, que le
obligaron a ponerse, le picaba toco el cuerpo y olía a naftalina.
Cada vez que alguien de la nave se acercaba, se sentía avergonzada, quería
que la tierra la tragara, ese vestido no combinaba con su pelo rojo y sus
horribles pecas. Suspiró mientras se quitaba el pelo de la cara, hace años
dejo de querer ser bonita o agradable, prefería estar sola pero no podía
regresar con sus padres, los había visto abrazándose en un sillón y aun falta
por lo menos quince minutos para llegar a Sivcar. Unos minutos más tarde
llegaron a Yumar, la capital Sivcar.

Un hombre, esperaba a su padre, lo ayudo con sus innumerables


experimentos mientras su madre y ella llevaban solas las pocas cosas que
tenían a su nueva residencia.

Cuando llegaron vio un hermoso palacio de cristal lleno de varias flores raras
y otras extrañas cosas, Ariel se le olvido de la picazón, lo único que quería
era explorar su nuevo hogar, mas su madre le sostenía su mano y la miraba
con atención, como sabiendo sus intenciones.

Unos hombres vestidos de blanco, con trajes elegantes y caros hablaban con
su padre ¡Que cambio de expresión! En unos minutos de alegre y encantador
a alguien peligroso y dispuesto a matar. Ariel y su madre se acercaron
preocupadas cuando estuvieron a una corta distancia alcanzaron a oír.

-¡Pero cuando acepte el puesto específicamente solicite si podría venir con mi


familia! Yo tome el puesto expresamente para que mi hija tuviera una buena
educación y conviviera con otros niños.

Un hombre calvo y con una gran barriga hablo -¡Lo sé! Sin embargo, nunca
nos especifico que su mujer fuera un ai. Pensamos que murió hace mucho,
su hija es mestiza ¿No es cierto?

-¡No, no lo es! Y si lo fuera mi vida privada no es su asunto ¡Si no les


convengo como profesor a pesar de mi excelencia y mis capacidades me iré!

Un hombre de pelo negro y barba que llevaba a una hermosa niña de la


misma edad que Ariel intervino.

-¡Sí, lo es cuando mi hija tiene que estudiar con ese monstruo!

Mestiza era una palabra que Ariel no había oído, pero no era bueno, su
madre estaba a punto de llorar. Ella apretó más su mano.

-¡Sí es así tendremos que marcharnos a Yasumir!


El hombre gordo se puso rojo y no supo qué hacer - ¡Pero la reina quería que
le diera clases particulares a su hijo! En el castillo, como lo hace la mayoría
de profesores de la escuela de magia a pesar de su edad.

-Sí, pero si no cumple mis condiciones ¡Me voy!

-¡Siempre huyendo Kron! Elisa es mejor que nos marchemos.

-¿No es eso lo que usted hace siempre, Lord Castro?

El hombre gruñó pero no dijo nada. Su padre dejo de hablar con el hombre
gordo y se acercó a ella y a su madre.

-¡Ten fe amor! Voy hablar con la reina aún hay una salida.

Horas más tarde estaban en el palacio real Nicolás Kron sería el tutor oficial
su alteza el príncipe Gregory. Les dieron unas habitaciones en la tercera
planta. A pesar de que había mucha gente, se sentía extraña en ese mundo
nuevo, su madre casi siempre quería que estuviera en la habitación, que no
hablara con nadie pero cuando se descuidaba ella salía a los jardines
necesitaba aire fresco.

Eran como las 5 de la tarde cuando vio a dos muchachos. Uno tenía 15 años
y el pelo negro y ojos violeta, corría con un caballo blanco hermoso pero
quien le robo el aliento parecía un príncipe de los cuentos que su madre le
leía, tenía el cabello plateado y algo en él le llamaba la atención, desde la
manera de cabalgar o hasta cuando el viento despeinaba su cabello
rebelando sus hermosas facciones, parecía un ángel.

Ariel quiso ser una artista para pintar y trazar ese bello rostro, mirar esos
ojos hasta perderse. Los vio correr, el joven de cabellos negros venció
fácilmente pero algo en la expresión de su príncipe le decía que nunca se
daba por vencido, aun seguía escondida en los matorrales cuando los oyó
hablar.

-¡Ya es suficiente su alteza!

-¡Otra vez por favor!

-Su madre quiere que vea al canciller - La triste mirada de Gregory ablandó
Cristian Darius, el príncipe era lo más cercano a un amigo - Bueno, pero que
sea una carrera rápida.
Desde ese día Ariel iba ver a su príncipe, el niño de cabellos plateados, era
su único consuelo ya que casi nunca podía ver a su padre, estaba demasiado
ocupados con sus experimentos y trabajo. Estaba cansada de no tener con
quien jugar o hablar, de estar siempre estudiando sola, sin embargo, lo que
más le molestaba era esconderse de la princesa Yusbel y sus amigas.

Solo una vez intentó acercarse a ellas y fue recibida con insultos y burlas,
especialmente de Elisa Castro, que cada vez que la veía la agredía diciéndole
monstruo o anormal, había llegado hasta botarle basura o escupirle. Desde
que la conoció, Ariel tuvo que aprender a pelear.

Por eso su único consuelo y alegría en ese mundo tan gris era él, esa tarde
se demoró ayudando a su madre a ordenar la ropa, salió corriendo sin ver a
donde iba cuando choco con Elisa, Ariel maldijo, hoy tendría que pelear, lo
único que esperaba fuera que no la hiciera sangrar o rompiera de nuevo su
ropa. Pero Elisa, junto a otras niñas que eran compañeras de la princesa, le
acorralaron - ¡Arruinaste mi vestido! ¿Qué voy hacerte por eso? Necesitas un
castigo, monstruo despreciable - Diciendo eso Elisa y sus amigas empezaron
romperle el vestido, mientras la sujetaban.

Ariel se soltó y lo primero que hizo fue lanzarse como una loca encima de
Elisa, las otras chicas trataron de quitarla de encima pero no podían. Gregory
estaba harto de las clases y de las horas en las que trataba asuntos de
estado, ¡Por la diosa! ¡Solo tenía 10 años! Su único alivio era montar a
caballo y su madre ya lo había amenazado que le gustaba demasiado, que
sería mejor dejarlo sin caballos por un tiempo.

Así que, con gran pesar iba dejar de montar sus dos horas y bajar solo a
una. Cuando regresaba a la caballeriza vio que se desarrollaba una pelea
aunque, no era entre niños sino con chicas, se acercó a ver qué pasaba. Miro
a Elisa tirarle tierra en los ojos a una niña muy pecosa y de cabellos rojos, su
vestido estaba completamente roto, le habían roto la nariz y tenía varias
magulladuras en la mejilla. Él se acerco ayudarla y ella lo golpeo tan fuerte
que lo tiro al piso. Ariel a pesar de que no podía ver se sentía victoriosa,
había golpeado a alguien, cuando por fin pudo ver se quedo fría ¿Cómo había
podido hacerlo?

Capitulo 2

Enfrentamientos

Un maullido trajo a Ariel a la realidad, miró hacia abajo y vio un pequeño


gato blanco, que por alguna razón se sentía tan triste como ella, cuando se
acercó el gato este salto a sus brazos, camino sin rumbo fijo con el animal,
perdida y llena de dudas.

Gregory veía los daños en su palacio y en su ciudad, muchos de sus mejores


soldados y gente de su pueblo habían muerto o estaban heridos pero nada
de eso importaba, por triste que fuera, al estar Ariel a su lado amándolo todo
tenía remedio y podía salir bien, se veía fuerte, indestructible porque estaba
junto a ella, tenía su amor y su apoyo, nada le podía detener.

Siempre había deseado y temido ser Rey, sin embargo, ahora tenía confianza
en futuro mejor, sabía que podía ser el Rey que su pueblo necesitaba y más
que todo por ser el hombre que Ariel esperaba que fuera, por ella lo lograría.
Ahora que tenía su corazón, en este momento que se había atrevido amarlo,
nada podía detenerlos, nadie los separaría por más fuertes que fueran sus
enemigos.

Iba enfrentar al primero de ellos, a Lord Castro, que pidió una audiencia
urgente, lo más probable era que venía a quejarse de que habían confiscado
las propiedades y el dinero a los miembros del consejo blanco y a los nobles.
Pronto objetarían su posibilidad de ser Rey por la elección de su compañera,
desde siempre Lord Castro ha querido que su hija sea Reina y esposa de
Gregory.

Se topó con él esperándolo en su despacho, también estaba convocado Lord


Darius como líder de la orden blanca, no sabía si venía como enemigo o
amigo, su ayuda oportuna los había salvado pero sus prejuicios y deseo de
venganza eran los que los habían metido en una guerra que hubiera podido
evitarse.

-Majestad- dijo Lord Castro haciendo una reverencia.

-¡Lord Castro que milagro verlo! Creí que estaba escondiéndose en Dumar -
Respondió Gregory indiferente mientras se sentaba.

El hombre se puso rojo – Majestad, como uno de los líderes del consejo
blanco era mi deber protegerme.

-Yo creí que su deber, al igual que él mío era cuidar del pueblo de Sivcar,
aunque lo más probable es que sea uno de los muchos puntos en los que no
estamos de acuerdo.

-Cómo miembro del Consejo Blanco me gustaría saber que fue lo que paso
¿Cómo murió el rey Nando y si su hermana está implicada? ¿Quién era el
Kut?
Gregory se puso muy triste cuando lo oyó hablar de su hermana, había
pensado por un momento que ella era responsable de la muerte de su padre
y era en realidad había sido Marina quien los había engañado a todos. Su
hermana después de Ariel era una de las personas que más amaba, a pesar
de que su madre trató de separarlos nunca pudo. La entrada de Darius a su
despacho lo alejo de sus pensamientos.

-Majestad, Lord Castro. Es un placer verlo ahora que creía que consejo
blanco nos había abandonado.

Gregory sonrió, mientras la piel de Lord Castro se volvía púrpura.

-Un kut fue liberado y terminamos con él pero antes mato a mi padre y
estuvo a punto de conquistarnos y si lo hacía ni en Dumar hubieran estado
seguros - Gregory respondió a su pregunta anterior con desgano.

-¡Pensé que estaban extintos! ¿Ya ve? por no matar a los ai, su irresponsable
proyecto majestad casi nos cuesta Sivcar, creo que debemos seguir como
estábamos.

Antes que Gregory respondiera lo hizo Darius - ¡Fue mi culpa! La orden


blanca no pudo darse cuenta de la identidad del kut. Fue una terrible
sorpresa saber que era Marina Ortiz, una de mis principales ayudantes y
consejeras. Sin la ayuda de Ariel Kron y de mi Dama Blanca no hubiéramos
podido acabar con él, por eso pido terminar con la orden blanca ya que no
cumplió su propósito.

Gregory se quedó asombrado, a pesar de que su cara no mostró nada,


Darius miro al Rey y le dedico una sonrisa, el Rey no se asustó, esperaba el
siguiente movimiento, sabía que algo tramaba.

-¿Pero quién se encargara buscar la piedra y de imponer el orden? Sin usted


y la orden blanca estaremos perdidos.

Darius dudo un momento antes de hablar.

-¡La piedra ya ha sido restituida! De imponer el orden creo que no hay nadie
más eficiente que Ariel Kron para ello, si es que no se convierte en su Reina,
no tengo más que decir, solo esperó la decisión de su majestad y del
consejo.

La expresión de Lord Castro cambió mostrándose más solemne.


-Majestad ¿es cierto que se va a casar con esa mestiza? Sabe que por
decreto de su madre el consejo blanco tiene que aprobarla y le digo de una
vez que no será aceptada.

-No es usted el único miembro del consejo blanco Lord Castro, mi vida
privada no se discute, quien elija de compañera es mi asunto y de nadie
más.

-Pero un Rey se debe a su pueblo ¡Una mujer así sería un insulto!

Gregory lo fulmino con la mirada la habitación parecía congelarse.

-¡Tenga cuidado Lord Castro ahora soy el Rey! Y no humille a Ariel Kron o
lamentara.

-Aún no es coronado majestad, puede que haya un mejor hombre para llevar
ese puesto.- contesto Lord Castro mirando a Darius.

Cristian Darius estaba satisfecho ¿Eso era lo quería o no? Ser rey era su
único propósito en los últimos años. Estaba a un paso entonces de lograrlo y
entonces no entendía la razón porque se sentía tan mal, como un traidor. Las
palabras de Gregory hicieron que volviera poner atención a la conversación.

-Se equivoca Lord Castro si cree que me va manejar como mi padre. Yo no


tengo miedo al Consejo Blanco. Si quiere guerra la tendrá ¡No sabe con
quién se está enfrentando!

-¡Majestad! -dijo un poco intimidado Lord Castro.- No queremos manejarlo


solo deseamos el bien de Sivcar y eso solo se puede lograr con un líder justo
y que no ponga sus intereses personales sobre nuestro país.

-¡Entonces queremos lo mismo Lord Castro! Espero que el consejo se reúna


cuanto antes y empiece a trabajar.

-Sí, su majestad.

Un momento más tarde Gregory se quedaba solo en su despacho, estaba


preparado para dar batalla, Sivcar tenía que modernizarse, el consejo blanco
debía cambiar o desaparecer.

Necesitaba reponer fuerzas, estaba cansado, su único alivio era saber que
pronto se encontraría en los brazos Ariel. Cuando entro en su habitación
encontró una nota, le faltaron fuerzas, se mareó, se arrimó a la puerta y la
leyó sintiendo que su corazón dejaba de latir.
Te amo pero no puedo seguir contigo. Es mejor para los dos que me vaya.
Perdóname

Ariel.

Ariel caminó sin rumbo fijo hasta que vio donde sus pasos la habían dirigido,
se encontraba en el pasillo que daba al dormitorio de Gregory, sin saber que
hacer suspiro, no podía dejarlo, no podía seguir con él.

Confundida se sentó frente a su puerta y empezó a llorar, ninguno de los dos


sabía que una ligera puerta los separaba, tan cerca y tan lejos el uno del
otro.

Capitulo 3

Viejas amistades.

Annia estaba enojada consigo misma, Razvan solo le había hecho perder el
tiempo, por lo menos saco la identidad del enmascarado, antes de irse le
agradecería que la liberó de una vida como esclava, se divirtió en pensar que
era una mujer como ella y se llamaba Ariel Kron.

Se puso a meditar en cómo ir a las habitaciones reales, tenía que matar a


Diana, era su única oportunidad antes de que se fuera. Estaba descansado
después de haber sido casi convertida en un kut por órdenes de Lord Darius
se encontraba en una de las alcobas reales.

Camino por el jardín eludiendo a los guardias, cuando oyó un ladrido


familiar, ¿No podía ser? ¡Sería un milagro Rebeca estuviera aquí! fue hasta
donde se oía el ladrido de un perro.

-¡Lulú! ¡Entra! no te vas comer ese gato - Decía una voz familiar.
La de su amiga y prima Rebeca Zor, que era una mujer de pelo castaño
claro, bajita y con grandes lentes que cubrían unos hermosos y expresivos
ojos verdes. Ella estaba ahí gritando a un gran perro de color dorado que
estaba acorralando aun pobre gato.

Annia se acercó y abrazo a la mujer que estaba perpleja. Mientras le decía.

-¡Beca que alegría! Pensaba que estabas en Yasumir.

Rebeca respondió a su abrazo con mucha alegría- ¿Annia qué haces aquí?
-Yo lo pregunte primero.

-Vendí unas flores y uno experimentos, creí que necesitaban mi ayuda con el
arquic y quería comprobar que las bombas que hice solo fueran utilizadas en
monstruos, así que vine con mis experimentos y mis niñas - Señalando a la
perra.

- ¿Y Algus?

-Murió hace 6 meses, estaba muy enfermo, me dejo la casa y algunos


trabajos.

-Me da pena oírlo, seguro que fue una buena persona.

Rebeca algo preocupada le respondió - Gracias ¿Pero qué haces aquí? ¿Está
enterado mi…?

-Me mando nuestro abuelo - Annia la interrumpió - Tengo una misión.

-¿Qué vas hacer Annia? - Dijo Rebeca temblando por la respuesta. Su abuelo
era un desalmado. Miro a su bella perrita ladrando al gato sin hacer caso a
nadie y freno imágenes de su violento pasado.

Annia con un poco de dudas le respondió - Me mando a matar a una blema y


averiguar algunas cosas.

-¿Y por qué la quiere muerta?

-Es una gran hechicera, una Dama Blanca. Cual sea su significado, cometió
el error de convertirse en la mujer Arik. ¿Lo recuerdas?

-Si ese chico eran tan dulce, creo que estaba un poco enamorado de ti.

-Eso fue hace tiempo - Dijo Annia con tristeza - Ahora está enamorado de
una estúpida y desabrida blema, tanto que desafió a Ignacius y se fue con
ella.

-¡No puedes matarla! No te conviertas en títere de mi abuelo, acuérdate de


lo que me paso a mí, puedes venir conmigo empezar de nuevo.

-Aunque quisiera ir contigo - Dijo Annia decidida –Primero mataré a esa


blema que me robo Arik. ¿Quieres ayudarme?

-No, sabes que soy curadora. No puedo matar, ni deseo matar a nadie.
-¡Entonces te dejo! cuídate Beca.- Se despidió Annia un poco desilusionada. -
Tengo que cumplir una misión hoy.

-¡No lo hagas, por favor!

-¡No puedes impedirlo! Si no quieres que Ignacius sepa que sigues viva y
donde estas ¡No me molestes prima! - Después de pronunciar esas palabras
Annia salió corriendo.

Rebeca no sabía que pensar, Annia no era una asesina, no iba dejar que su
abuelo la convirtiera en eso. Dejo un campo de fuerza protegiendo a su perra
y salió corriendo en busca de su prima.

Darius aún pensaba en la reunión que tuvo con Gregory sintiendo asco de sí
mismo, Lord Castro ya planeaba ayudarlo a ser Rey y casarlo con la mimada
de su hija Elisa, se preguntaba el motivo de porque se sentía así, ¡Debía
estar feliz! Desde el asesinato de sus padres cuando tenía cinco años por los
ai, se juró no amar a nadie más, que el destino de los demás se fuera al
caño mientras estuviera seguro, si tenía poder y riqueza nadie podía tocarlo,
nadie podía amarlo y herirlo.

De ser un gran hechicero y guerrero ahora era solo un traidor, Gregory


siempre fue un amigo, aunque lo aparto, a pesar de su odio por Ariel Lamar
y su hija los convirtió enemigos, siempre pensó en él como amigo y como un
Rey a quien seguir. Ahora que todo estaba saliendo como planeo, como
deseo tenía una sensación de soledad que le devoraba el alma sentía envidia
de Gregory y su relación con Ariel, de que su amigo pudiera amar y que él
estaba tan podrido que ni eso podía.

Pensó en Diana, la deseaba, tenían esa conexión tan especial pero no le


partía el alma perderla, más bien sentía un golpe en su ego que eligiera a
ese simio apestoso en vez de él. Decidió ver a Garnier, otro de sus amigos
perdidos, aunque se dio cuenta que él no tenía amigos, ni alguien a quien le
importara - ¡No los necesitaba! - Decía su mente mientras su corazón
protestaba.

Cuando caminaba decidiendo a donde ir choco con la mujer más extraña que
había visto, tenía el pelo castaño y ojos verdes, vestía un pantalón holgado
negro y una blusa de cuello tortuga negra pero aunque su ropa era fina
limpia, estaba llena de pelos dorados.

-¡Disculpe!

La mujer le sonrió mientras intentaba pararse, cuando la miro bien se dio


cuenta que era una ai. Mirándola con desprecio la dejo en el suelo y se fue
sin regresarla a ver. - ¡Que idiota! - Pensó Rebeca mientras se levantaba
para ir en busca de Annia e impedir que cometiera un error.

***************

Ariel se había sentado solo por dos minutos cuando el gato que estaba entre
sus manos se escabulló, se paró para alcanzarlo pero lo dejo ir y se quedo
mirando la puerta como hipnotizada. En ese momento se abrió mostrando a
un Gregory desencajado y angustiado.
Los dos se quedaron viéndose, evaluándose, deseándose, con miedo de
moverse.

Unos minutos después Ariel sin decir ninguna palabra se lanzó a los brazos
de Gregory, sin importarle nada, solo estar en los brazos del hombre amaba.
El príncipe le abrazo y la consoló, sin pedir explicaciones, ahora que estaban
juntos todo era posible.

Capitulo 4

Algo extrañó

Annia estaba en el pasillo, miraba hacia la puerta con la daga en las manos
sin saber qué hacer. Veía al guardia apostado en las habitaciones, soltó en
cuchillo con un suspiro, no era una asesina, sintió una respiración atrás, era
Rebeca cansada de haber corrido persiguiéndola.

-¿Lo hiciste?

-¡No! ¡Soy una cobarde!

-Es mejor así.

-¿Qué voy hacer ahora? Ni bien lo sepa nuestro abuelo ¡Querrá matarme!

-Aún sigue de pie mi propuesta, ¡Tienes un nuevo futuro Annia!

-Es mejor que nos marchemos.

Cuando estaban a punto de irse, caminado al pasillo para bajar las gradas
hacia los pisos inferiores, oyeron un grito. Rebeca giró y fue donde oyó el
grito. Encontró el corredor totalmente congelado y a un soldado convertido
en una figura de hielo, asustada camino para ver mejor al hombre, Annia
estaba atrás de ella.

-¿Qué paso?

-No sé. ¡Es algo que nunca lo he visto! -dijo Annia.

Rebeca se tocó su enmarañado cabello castaño, se mordió el labio


recordando algo de su pasado y dijo preocupada.

-¡Yo sí! Una vez en los libros de mi abuelo.

Aún recordaba la paliza que le dio cuando la encontró husmeándolos, casi


perdió su ojo derecho, desde ese día siempre debía llevar lentes gruesos, ya
que estaba casi ciega en su ojo derecho.

-¿Y que decía en él... - Annia no pudo continuar, se quedó paralizada al ver a
un hombre vestido completamente de blanco, con cabello negro y unos
impresionantes ojos violeta ir a hacia ellas.

Jalo a Rebeca que seguía examinaba al hombre congelado.

-¡Vamos antes que nos culpen!

Darius vio a las ai. Reconoció a la extraña mujer que choco con él. ¿Ella fue
la que hizo eso?. Fue a revisar a Diana para ver si se encontraba bien,
Dormía plácidamente, fue al pasillo a examinar al hombre, calculaba que solo
tenía cinco horas de vida. Lo mando a la enfermería a ver si Otto su padre
adoptivo, podía hacer algo.

Se quedó pensado. ¿Quién tendría semejante poder y sí sería capaz de


frenarlo?

************

Ignacious estaba tomando una copa de vino, la rompió, sintió un escalofrió,


una de sus sombras había escapado. Solo un ai o un mestizo podía liberarlos,
su gente no sabía la forma de hacerlo, se había encargado para ocultar ese
conocimiento. Los mestizos eran eliminados, medito un momento, había uno
que se le había escapado ¡Había un mestizo!

-¡Malditas mujeres! Son una raza inferior que solo sirven para dar hijos y
problemas - Se dijo. Tendría que entrar en acción y matar al híbrido.
Ariel que estaba en los brazos de Gregory, se sintió levemente mareada, un
frío recorrió su cuerpo indicándole que se acercaban problemas, se aferró
más Gregory que le dio su amor, su calor y la beso prometiéndole
protegerla.

Annia y Rebeca pudieron esquivar a los hombres que las persiguieron. Rieron
aliviadas sintiéndose a salvo, fueron a donde se hospeda la curadora
metieron a su perrita y entraron al cuarto.

Encontraron ahí sentado en un gran sillón al hombre de blanco, tomando una


copa de brandy de Jaen, como el dueño de casa - Se demoraron, las
esperaba. ¿Pueden sentarme y decirme que paso? -Ordenó Darius intentado
sonar tranquilo.

Rebeca y Annia no sabían que pensar o decir. Solo estaban seguras de que
tenían un gran problema.

Capitulo 5

El encuentro

Gregory sintió que Ariel tenía miedo y la beso profundamente, feliz de


tenerla en sus brazos, de por fin perderse en su boca de fresa, de saborear
cada parte de ella y saber que ella entendió que no podía correr más. Ariel lo
abrazaba fuertemente y dejo de temblar, tocando su pelo luego bajando a su
espalda. Se soltaron y se miraron con un poco de vergüenza, se conocían
hace tanto pero todo parecía tan nuevo, tan diferente.

Los hermosos ojos café de Ariel lo calentaban, ya había dejado de llorar,


estaba sonrojada, lo miraba con amor y deseo. Aún seguían de pie enfrente
de la puerta de su habitación sin atreverse a entrar o salir de la habitación
completamente.

De lejos Gregory vio acercándose a su tía Yasmín, siempre maquillada como


un payaso, con sus cabellos negros pintados de color rubio y sus ojos grises
fríos e intrigantes. Ariel la vio y sintió que el alma se le iba a los pies, quiso
irse pero Gregory la tenía bien sujeta.

Yasmín era una de las personas que más odiaba, era una bruja tonta y
maliciosa, su hermana era una santa comparada con esa vieja insensible y
ruin quien siempre la había humillado desde pequeña y sabía que lo
intentaría de nuevo.

-¡Gregory recién llego de Jaén y me encuentro con esto! Tu padre muerto y


mí querida Yusbel tan enferma ¿Por qué no me avisaste? ¿Estás bien?

Gregory asintió mientras Ariel intentaba ocultarse entre sus brazos.

-No hubo tiempo, estaba salvando el reino. Me alegro de que te encuentre


bien y que otra vez estés en casa tía.

-Querido, sé que eres adulto, acabas de enfrentarte a la muerte y que no me


debería meter, pero a falta de tus padres estoy aquí para guiarte. Ahora que
eres Rey escoge mejor a tu amante y ¡No lo hagas tan público! Necesitas una
chica mejor, con algo de belleza y clase, tal vez te pondría recomendar una.
¡Tú sabes que siempre me rodeo de belleza!

Gregory ardía por dentro, sin embargo, no quería mostrar debilidad a su tía.
Bostezo, se cubrió la boca y con frió desdén dijo.

-Ella no es solo mi amante tía, es mi amiga, mi compañera, mi futura Reina


y lo más importante es mi amor. ¡Buenas noches!

Y llevo a una sorprendida Ariel al interior de la habitación y con eso cerró la


puerta dejando a la vieja urraca sorprendida y llena de rabia. Ella aun lo
miraba sin decir nada.

-Eres todo eso y más - Dijo arrugando la nota en la que se despedía.- No voy
a de…

Fue interrumpido por un beso apasionado de Ariel, que se dio cuenta que le
importaba un pepino lo que pensara la vieja urraca.

Se besaron por un tiempo apasionadamente, saboreándose, sintiéndose.


Gregory la empujo a la puerta besándola cada vez más exigente y
profundamente, una de sus manos recorría su pequeño busto mientras la
otra tocaba su piernas, explorándolas por encima del pantalón de cuero.

Ariel se aferraba a él, pesando que si la soltaba caería, vio deslizando su


mano dentro de su blusa. Gregory dejo de besarla pero sus manos aun
exploraban su piel.

-¡No dejaré que te vayas Ariel! -Dijo, mirándola a los ojos, hipnotizándola.
Ella con la voz ronca de deseo y un poco avergonzada contesto.

-Lo intente pero no puedo dejarte. Estaré contigo siempre, en cualquier


forma que desees.

Unos ojos como plata fundida la fulminaron y con voz ronca le dijo al oído. -
Te quiero en mi cama, junto a mí como mi compañera ¡Te quiero de todas
las formas posibles que imagines y las que no puedas imaginar! Ariel no hay
momento en mi vida que no estés tú, he soñado con tocarte así desde que
tenía 13 años. Sé que debería esperar hacerlo más romántico mas no puedo
- Contesto abriendo otro botón.

-A los trece me odiabas y esto es lo más romántico que puedo imaginar


porque estoy contigo, viva entre tus brazos ¡Nada más importa!

Estaba aun apoyada en la puerta, el cuerpo de Gregory la aplastaba pero no


le importaba, el toque de sus manos la quemaba en cada lugar que se
atrevía a tocar, su corazón estaba a punto de estallar y su boca estaba seca
cuando no sentía la de él.

-¡Es verdad! ¿Sabes que soñaba con hacer esto todas las noches? - Dijo
besando la tira de su sostén negro, luego la retiro un poco y probó su piel
blanca y pecosa.

-Como imagine, es mejor que la nata. Deseo saborearte monstruo, quiero


comerte toda hasta que no haya parte de ti que no fuera probada por mí y
luego de comerte, volveré hacerlo de nuevo cien mil veces más. No creo que
pueda saciarme de ti, eres tan hermosa y solo mía ¡Nadie me alejara de ti! ni
siquiera tú. ¡Eres mía Ariel! ¡Dilo! Te necesito tanto… - Dijo en un gemido -
¡Dilo amor!

-¡Soy tuya! ¡Siempre lo seré! -Respondió frotándose en contra de él,


necesitándolo más cerca.

Gregory no era el hombre frió que tomaba decisiones sin ni siquiera temblar.
Era un hombre apasionado, enamorado, con miedo de perder a la mujer que
amaba pero decidido a luchar por ella con todas las armas que poseía, contra
todos para tenerla a su lado.

Ariel sintió como lamía él su otro seno encima de su sostén, gimió cuando
fue a su cuello y luego volvió a su boca. Se retiró a besarle su cuello y aspiro
su cabello.

-Amo tu olor amor, hueles a frutillas. Te amo tanto Ariel que temo despertar.
-No estás soñando -dijo besándole la oreja y mordiéndola suavemente - ¿Lo
ves? No me dejes Gregory, no ahora que he saboreado tus besos.

Se apretó fuertemente contra ella rozándola en su centro, Ariel pensó que se


iba fundir con él. Ninguno de los dos supo cómo llegaron a la cama de
Gregory ni les importo.

Ariel temblaba, era virgen, nunca había estado con un hombre, miles de
veces se había tocado soñando con Gregory pero nunca imagino sentir tal
placer y sentir tanto miedo a la vez, era peor que enfrentarse a un kut.

Se tendió a su lado como adivinado sus pensamientos, ella estaba con la


blusa abierta, mostrando su sostén negro, sus pezones erguidos mostraban
su gran deseo y el pantalón le molestaba, Gregory estaba completamente
vestido aunque con igual deseo. La miró recorriéndola toda, provocando
escalofríos de placer, con la mirada resignada y llena de amor le pregunto.

-¿Tienes miedo? Podemos esperar si es eso lo que deseas.

Ella acarició su mejilla, como si quisiera memorizar su cara en ese momento,


en voz baja, casi en un susurro hablo.- Soy virgen y no sé si podré
complacerte, puede que sea algo torpe para esto, pero aprendo con rapidez
por si no lo olvidas.

Él se rió -Tú me complaces, aunque me desobedezcas y ¿Te digo un secreto?


también lo soy - Dijo quitándole completamente la camisa y dejándola solo
en sostén y pantalones.

-¿Pero cómo? Yo pensé…

-Te he amado desde siempre, no podía estar con otra, era mentirme Ariel, tú
siempre serás la única que este en mi cama, en mi vida y en mi corazón.

Ella se estremeció de placer y alegría.

-¡Te deseo tanto! Hay demasiada ropa aquí ¿Puedo? - Dijo quitándole su
blusa.

-¡Eres tan bello como un ángel! Podrías tener a una mujer mejor que yo.

Él tomó su barbilla para que lo mire a los ojos.

-Ariel no hay mujer mejor que tú ¡Solo tú me complementas! ¡Solo tú haces


que arda! Te amo tanto.
Gregory le quito el sostén, dejando sus senos a su lujuriosa mirada. Ambos
temblaban y reían como niños a punto de hacer una travesura.

-¿Sabes que hay que hacer?

-Soy virgen, no tonto ¿Vamos a ver que hay aquí? - Dijo quitándole las botas
y sus armas, luego llego el turno del pantalón de cuero hasta que Ariel solo
tenía una minúscula tanga negra. Él se abalanzó sobre sus piernas y chupo
entre ellas como si degustara un manjar - Esto mejor que en mis sueños -
Susurro quitándole la tanga y volviendo a chupar su centro.

Ariel no podía decir palabra, había abandonado el mundo, solo existía la


lengua de Gregory tomándola, haciéndola suya. Cuando grito al llegar al
orgasmo él se quitó el pantalón mostrando sus hermosas y torneadas
piernas, luego se quitó el bóxer exhibiendo su hermoso y viril cuerpo ante
ella.

Ariel agradeció a la diosa tener un hombre tan bello en su vida, que le amara
tanto como ella a él. Toco su cuerpo con timidez, luego se acercó a su pene y
lo acaricio.

-¿Puedo besarlo tal como hiciste tú?

Él solo asintió.

Ella lo tomo solo como en sus sueños más lascivos. No se imaginó el placer
que se había perdido. Él gemía, si seguía así pronto se correría en su boca.
Ella leyó su pensamiento y se puso encima de él y lo monto como si
estuviera domando un animal salvaje, poseyéndolo, amándole y dándole su
alma entera.

Gregory nunca se había sentido así de feliz, tan completo, llegaron al mismo
tiempo al orgasmo, luego se abrasaron perdiéndose en los brazos del otro sin
saber que peligros asecharían mañana, pero seguros que podrían
enfrentarlos.

Capitulo 6

La pelea

Gregory se despertó por los ronquidos de Ariel, movió su cuerpo y lo


acomodo entre sus brazos, feliz por sentirla tan cerca miró su rostro tan
conocido, tan querido y se sorprendió que una vez la odiara.
Empezó a recordar su pasado, mientras la acariciaba y percibía el olor de
fresas de su cabello.

15 años antes.

Gregory estaba tirado en el suelo, sorprendido y enojado le dijo a la


muchacha - Así que tú, eres el monstruo que asustaba a Elisa.

Ariel oyó como le decía y se desilusionó de su príncipe, era como todos en


ese maldito lugar, que la creían un ser anormal, un monstruo por ser
diferente, si ella pudiera se hubiera largado de ahí.

Con lágrimas en los ojos y llena de furia se lanzó a pegarle, quería sentir su
sangre entre sus manos, que le implorara perdón. Le lanzo un puñete que le
golpeo el ojo. Gregory se quedó sorprendido ¿Que le pasaba a esa loca? Si
quería pelea la iba tener, sin importarle que fuera mujer. Cuando intento
volverlo a pegar la golpeo en estomago, luego le jalo el pelo y la lanzo al
suelo.

Elisa vitoreaba a Gregory encantada de la paliza que recibía Ariel. Ella


apenas podía respirar pero las burlas de Elisa hicieron que se parara a pesar
del dolor. Se dirigió a Gregory que estaba ufanándose y le dio una patada en
la ingle. El príncipe se dobló del dolor.

-¡Maldita! ¡Monstruo del infierno! Vas a ver.

Volvió a tomarla del pelo y le arranco unas mechas, luego le dio un puñete
en la nariz sacándole sangre. Ariel llena de dolor se tiró al piso. Gregory fue
a mirar como estaba, cuando ella a traición le dio un golpe en la boca que le
rompió el diente.
Dairus había estado siendo distraído por la Princesa Yasmín cuando oyó el
ruido de golpes y gritos, fue corriendo a separar a los dos niños, que a pesar
de un sin número de soldados que veían el espectáculo, nadie intento
calmarlos o distanciarlos.

Desde la ventana vio a la Reina Lilith sonreír y supo que sería alejado de
Gregory, la Reina había encontrado un nuevo reto para su hijo, con pesar
separo a los dos niños. Ordeno llevar a la pelirroja a donde su madre y él
llevo a Gregory a la enfermería.

La Reina estaba contenta de encontrar un nuevo desafió para su hijo,


últimamente se había apegado demasiado a Darius, no quería que su hijo
fuera tan débil como Nando, por eso hacia todo para convertirlo en un buen
Rey, según su criterio.
Gregory soportó la paliza que su madre le dio por perder y participar en la
pelea, aguanto en silencio sin decir nada cuando le dijo que no volvería a ver
Cristian Darius hasta un año después.

Ya conocía como actuaba, había sufrido por no ver a su hermana, no volvería


a huir como lo hizo cuando le prohibió hablarle o verla hasta que ella lo
decidiera. Sabía que la única forma de vencerla era no pedirle nada, no
suplicarle, un día tendría el poder y su madre perdería lo que más amaba se
prometió con ganas de llorar al perder a su único amigo.

Pero no lo hizo acepto en silencio la decisión de su madre. Los padres de


Ariel fueron citados a una audiencia, la única forma de que su padre
continuara con su puesto era que Ariel sea la compañera de estudios del
príncipe.

La chica entendió que no tenía salida, protestaba aunque era en vano pero
por lo menos podía quejarse. Ya encontrarse en el palacio era malo, recibir
clases con el príncipe sería horrible, si bien solo estarían los dos en ocasiones
tendría que ver a la protegida de la princesa Yasmín, detestaba a Elisa
Castro con todas sus fuerzas y peor ahora que también sería compañera de
estudios de la princesa Yusbel.

Su madre le hablo hasta la saciedad diciéndole como debía comportarse una


niña buena. Le pidió explicaciones porque golpeo al príncipe y a Elisa, sin
embargo, estaba tan dolida y humillada que no dijo nada.

A la mañana siguiente fue a clases con un vestido sencillo color gris, el aula
donde estudia Gregory era frente a donde estudia su hermana. Solo por unos
momentos los dos niños se veían y sonreían de lejos, por orden de la Reina
les era prohibido hablar o hasta escribirse, la Reina consideraba que Gregory
era dependiente del amor de su hermana y ese sentimiento lo haría mal Rey.

Cuando Ariel entró al pasillo Gregory no despegaba la vista de su hermana,


Ariel quería volverlo a golpear pero se quedo mirándole en silencio aun
impresionada con su belleza. Luego apareció una mujer con la cara muy
pintada y uno extravagantes rizos negros azulados, era la princesa Yasmín,
tomo Ariel de la oreja mientras la niña trataba de soltarle.

-¿Cómo pudiste entrar pequeña pordiosera? ¡Vas a ver cuál es tu lugar! Aquí
solo estudian los hijos de nobles ¡No basura como tú!

Todos los niños estallaron en carcajadas menos los príncipes. Un momento


más tarde entraron a sus respectivas aulas, Ariel aun intentaba soltarse de
los brazos vieja urraca, miraba a Gregory pidiendo ayuda pero él bajo la
vista y entro en el aula.

Cuando llamaron a los soldados para botarla y Ariel estaba histérica gritando.
El maestro de Ciencias de Gregory explicó que ella debía ser su nueva
alumna.

A pesar de eso la princesa Yasmín no la dejo a entrar a clases hasta que se


pusiera ropa decente, Ariel bajo a sus habitaciones con ella. Y fue duramente
criticada con cada ropa que se puso, hasta que la princesa al ver su precario
guardarropa, le dio unos vestidos para que pudiera ir a clases al otro día.

Un soldado le entrego las tareas que debía cumplir para el otro día, se quedo
sola aparte con sus libros y con rabia hizo sus deberes.

Al otro día fue a clases con un ridículo vestido amarrillo chillón con tomate y
tiras verdes, pasado de moda lleno de vuelitos y otras cosas horribles. Ariel
se sentía enferma de utilizar esa ropa pero sabía que tenía que hacerlo por
sus padres, caminó siendo objeto burlas.

Gregory estaba ansioso por ver a su hermana y por increíble que fuera
quería ver a la pequeña pelirroja. Cuando llego todos se burlaron de ella,
entro al aula con deseos de llorar, pero con la mirada altiva se sentó en
silencio.

Él continuaba riéndose hasta que el profesor de Lenguas le callo, cuando este


se viró para escribir en la pizarra Ariel recibió una nota de Gregory.

¡Ahora si pareces un temible monstruo!

Ariel juro que le pagaría por esa humillación y tuvo su venganza antes de lo
esperado, el príncipe se equivocó al conjugar los verbos y ella lo hizo
brillantemente tanto que el profesor la elogio. Desde ese momento, se
peleaban por ser el mejor, Ariel se pasaba todas las horas del día pensando
en cómo superarlo y si no podía lloraba de rabia y Gregory no se quedaba
atrás, era una guerra en donde pobre del que intervenía.

Así pasaron algunos meses Ariel aguantaba las burlas de Elisa, las
humillaciones de la princesa Yasmín venciendo a Gregory o intentándolo.
Gregory por más que no tenía amigos y extrañaba a su hermana y a Darius
por primera vez no se sentía solo, siempre estaba su monstruo pelirrojo
retándolo.

Luego de un mes de clases ocurrió un evento que cambio un poco su


relación. Ariel era un poco torpe en las clases de equitación por esa razón iba
todas las mañanas a ver si podía superar su miedo, Elisa se dio cuenta de
eso y con unas amigas la enceraron con un caballo que se encabritó.

La niña apenas podía evadir la coses del animal y por más que intentara no
podía huir, cuando pensaba que la iba golpear y matar oyó la voz de
Gregory.

-¡Quieto! - Mientras sacaba al animal de su cubículo y lo calmaba.

Cuando estuvo fuera de peligro pregunto. -¿Monstruo que haces aquí?


¿Ahora matas caballos?

Ella no dijo nada, solo salió llorando de alivio.

Esa mañana no fue a clases, lloro en su habitación, ni sus padres pudieron


sacarla de allí. Al tercer día sin ir a clases recibió una nota del príncipe junto
con sus deberes.

¡Pensaba que era más dura! Si de verdad eres un monstruo de temer, ve al


establo a las 9 de la noche.

Ella con miedo, pero aun más furiosa con él, culpándolo de todo fue al
establo. Gregory la esperaba acariciando a su caballo negro, él ni siquiera
regreso a verla aunque sabía que estaba ahí.

Molesta de ser ignorada tosió a ver que hacía, él le indico que se acercara y
acariciara al animal, Ariel lo hizo con miedo, había momentos que su mano
se encontraban y un toque de electricidad recorría todo su cuerpo.
Estuvieron así un buen rato luego Gregory saco al animal a correr sin ni
siquiera despedirse.

Al otro día Ariel fue a clases y lo humillo en la lección de matemáticas. No


hablaron, ni se sonrieron, ni siquiera comieron juntos pero a la noche ella fue
acariciar al caballo un rato y él montó.

Así pasaron tres años hasta que una noche él la tomo de la cintura y
cabalgo con ella, esa noche Gregory sabía que por su tía Yasmín convenció a
su madre que era nefasto que siguiera siendo compañero de ella.

Ya tenía trece años, era prácticamente un hombre, Ariel seguiría en el


palacio pero como compañera de su hermana y Elisa.
Cuando él se enteró que no la vería todos los días se le rompió el corazón,
estuvo a punto de suplicarle a su madre pero no lo hizo, salió cabalgar esa
noche y la miro, sin pensarlo dos veces la tomo de la cintura, a pesar de sus
protestas, que cesaron para luego convertirse en risas, esa noche se hicieron
amigos.

Capitulo 7

La reunión

Ariel se despertó en brazos de Gregory, aún no podía creer que fue su mujer,
por lo que le había dicho a su tía, pronto seria su Reina. ¿Ella Reina? era una
de las cosas que más la aterraban pero ser la compañera y esposa de
Gregory era algo más allá de cualquier sueño que se había permitido, verlo
desnudo su lado era tan mágico y sensual que el mejor de sus sueños.

Sintió un escalofrió y recordó la pesadilla que la despertó, miraba a un ser


pequeño sin rostro era azul y frió como el hielo, quería atacar a Darius por
miedo de que haga algo a Gregory y al no encontrarlo su ira había caído
sobre un guardia que intento atraparlo y lo dejo congelado como a todo a su
paso. La mano de Gregory estrechándola y buscándola la alejaron de
cualquier pensamiento.

-Buenos días amor, aun falta mucho para levantarse. ¡Ven!

Ariel lo beso y se perdió entre sus brazos, dejando sus dudas para otro rato.

**********

Darius apenas había dormido, se despertó furioso con un dolor que le partía
la de cabeza, todos sus planes se le habían ido a pique. Cuando atrapo a
esas dos mujeres estaba seguro de que había cazado al responsable del
ataque y congelamiento a su soldado pero al interrogarlas solo había sacado
un dolor de cabeza, pulgas y comerse uno que otro pelo de perro suelto.

Estaba enojado con todo el mundo y lo maldecía, ¡Si pudiera matara a los ai
con el pensamiento en especial a sus mujeres! Fue a bañarse y quitarse con
la ducha la furia que le carcomía por dentro, sin embargo, su mente iba una
y otra vez a sus recuerdos de la noche anterior.
Todo comenzó muy bien, logro que las dos jóvenes se asusten al verlo
esperando en la habitación donde se escondían, solo había llegado unos
minutos antes pero el efecto que causo en las dos no tenía precio.

Annia Zor confeso rápidamente había venido dispuesta matar Diana Arauz,
aunque se acobardó, había sido mandada por su abuelo el legendario
Ignacius Zor, Darius estaba a punto de saltar de alegría, desde que tenía
cinco años quiso vengare del asesino de sus padres, recién a los 25 años
pudo saber la identidad de quien planeo matarlos y sus razones para ello.

Cuando lo descubrió lo único en que pensaba era en matar a Ignacius Zor,


no había nada el mundo que lo alejara de su venganza, nadie lo haría
sucumbir. Creía que lo tenía casi en sus manos pero por seguridad decidió
interrogar a la fea y tranquila compañera que parecía más inofensiva, se
había mantenido callada todo el tiempo mirándose el pelo como si tuviera
miedo y estuviera intimidada. A Darius, le hizo gracia ese efecto.

Se dio cuenta que estaba equivocado cuando Rebeca Zor abrió la boca y se
transformo en una víbora, le reclamo que las interrogara en su casa, que se
adueñara o le hiciera algo a sus mascotas pero lo peor llegó luego, cuando
tuvo el descaro de preguntarle lo que sabía del hombre congelado.

A las dos de la madrugada ella sé haba adueñado de sus laboratorios y una


hora más tarde había dado una especie de cura que haría que el hombre
herido durara 7 horas más de las 5 que él creía. Otto y Magda como otros
curadores de su equipo parecían adorarla y respetar más su opinión que la
suya.

Darius había organizado una pequeña reunión con Gregory para informarle
de lo ocurrido, sin ni siquiera invitarle a Rebeca, iba a ir con Annia, convoco
a Otto, Magda y hasta Garnier que no tenía nada que ver con el asunto a ir.
El hechicero había discutido pero Rebeca no le hizo caso, luego se resignado
fue a dormir incrédulo del comportamiento de esa mujer, nunca nadie lo
había tratado así.

Las mujeres por lo general desean acostarse con él o le temían, siempre


había sido así, mas con ella no sabía que pensar, un momento era suave y
dócil y luego le daba órdenes como si fuera un niño, había momentos en que
dudaba que era humana o si quiera si era mujer.

Fue al despacho de Gregory esperando encontrar solo el lugar, el Rey le


mando a decir que iría a las nueve, así que tendría tiempo para organizar sus
ideas y decidir qué hacer. Últimamente pensaba mucho en su padre, en lo
que le dijera si estuviera vivo. Tratando de ahuyentar sus pensamientos
entro, cuando abrió una molesta voz le dio la bienvenida.

Rebeca aun estaba cansada pero feliz, casi había encontrado una cura si no
hubiera sido por el insufrible hombre, que se creía la divina papaya, tal vez
la hubiera encontrado. Debía concederle que era guapo pero era un
arrogante idiota.

-¡Vamos Annia! ¡Tranquilízate! Arik no va intentar matarte cuando sepa la


verdad, además yo estaré junto a ti, hasta el idiota de Darius vio que eras
inocente.

-Buenos días Annia, Rebeca.

-Buenos días.- dijeron las dos, Annia riendo y Rebeca colorada como un
tomate viéndolo con ojos entornados.

Rebeca se quitó el pelo de la cara e intento sonreírle.

-No esperamos a los demás hasta las nueve, falta poco.

-¿Cómo está el soldado?

-¿Por qué no le llamas por su nombre? ¡A ya sé! ¡No sabes su nombre! No,
me sorprende, eres tan arrogante y te importan poco los demás.

Darius comenzado a molestarse le dijo - ¿Y tú lo sabes?

-Nestor Domínguez. ¡Que poco te importan tus hombres! Sí, fueras un gran
hechicero y curador si te importaran.

Annia resopló otra vez iban comenzar. Ayer fue así toda la noche, gracias a
la diosa llegaron Otto y Magda.

Unos minutos más tarde, besándose y abrazándose, llegaron Arik y Diana.


Arik tenía la cara soñolienta pero estaba radiante, no dejaba de besarla y
decirle palabras al oído a Diana, igualmente feliz.

Darius al verlos tan acaramelados sintió náuseas y se intensificó su dolor de


cabeza. Aun sin entender como Diana había elegido a ese tipo tan ordinario
en vez de él. A pesar de los deseos de Arik que le se le informe por qué
estaban convocados, Darius no dijo nada, la verdad disfruto de su curiosidad.

Unos minutos más tarde aprecio Gregory con el rostro alegre y en paz, como
nunca lo había visto Darius, a su lado estaba Ariel tomándolo de la mano con
timidez, aunque muy feliz. Cuando Gregory vio a Darius se puso serio.

-Buenos días su majestad lo estábamos esperando.

-Buenos días ¿Qué era eso tan urgente para verme en mi despacho y citar a
tantas personas?

Dairus sin amilanarse contesto - Los he convocado por algo muy apremiante,
más que sus juegos con Ariel.

Ariel lo miro con odio, Gregory lo fulmino con esa mirada dura y gris que
congelaba todo y Arik parecía que le iba a lanzar una daga, hasta Rebeca lo
vio mal. Daruis suspiro y continúo hablando.

-Están convocados, por qué al cerrar el portar que abrió Marina, una criatura
escapó.

-¿Y sabes cuál es y qué podemos hacer? ¿Tienes pruebas? - Pregunto


Gregory contrariado al ver que su mujer palidecía. Ariel temblaba podía ser
que su pesadilla este conectada.

Darius explico el incidente, además contó como Annia intentó matar a Diana
por órdenes de Ignacius y como la chica al final no pudo hacerlo. Luego
describió lo que ocurrió al soldado e invito a verlo más tarde, Ariel temblaba,
sus peores temores se vieron cumplidos, apenas seguía las palabras de
Darius. Gregory se dio cuenta de su desasosiego pero no dijo nada, callo y
espero.

Rebeca interrumpió a Darius y les explico que ella sospecha de una sombra
mientras Darius creía que era un yit. Cuando parecían que iban discutir
nuevamente Gregory los fulmino con la mirada y dejaron de hablar.

Por orden de él Annia estaba en vigilancia pero libre, a pesar de las protestas
de Arik. Rebeca y Darius se encargarían de la investigación de la criatura, de
determinar que era y si había una cura posible, ayudados de Otto y Magda.
Arik mandaría espías para seguir a Ignacius, Diana y Ariel revisarían la
puerta por si sentía alguna presencia extraña.

Ariel salió de la habitación despidiéndose de Gregory con mucho miedo de


ser el monstruo o tener conexión con él, sintiendo que su felicidad pendía de
un hilo y sin saber si pudiera conservarla.
Capitulo 8

Miedos

Gregory miró preocupación en los ojos de Ariel ¿Sería que se sentía insegura
de su relación con él y otra vez huiría? Un vació se le produjo en el corazón,
no podía ni pensar en perderla, no después de lo de anoche, no después de
saber que lo amaba con la misma intensidad que él a ella.

A pesar de que solo quería perseguirla y que le aclare ese miedo espero a
que ella mismo se lo cuente, sabía que tarde o temprano lo haría, hablo con
sus asesores sobre la reunión del consejo blanco de esa noche y sobre otros
asuntos de estado.

Ariel fue a investigar con Diana, se sentía tímida en su presencia, siempre


que había estado con compañía de mujeres a lo menos de su edad había sido
objeto de burlas. Diana también parecía retraída, estuvieron un rato en
silencio evaluándose hasta que la Dama Blanca le agradeció por salvarle a
Arik dos veces y le pregunto si podría ser su maestra en el arte de defensa
personal. Luego hablaron de todo un poco, Ariel sintiéndose feliz de ser
aceptada y Diana de tener una nueva amiga.

La felicidad les duro poco, cuando iban a revisar si Yusbel tenía una mejoría,
apareció la princesa Yasmín y Elisa

Ariel y Diana de mala gana las saludaron - Buenos días su alteza, lady Castro
- A Diana la ignoraron por completo, sus miradas de odio y desprecio iban
dirigidas completamente Ariel.

-¡Es una sorpresa verte Ariel por aquí! Pensaba que estabas arrastrándote
hacia la cama Gregory, con lo desesperada que estas de ser Reina. - Dijo la
princesa con desprecio.

-¡Princesa creó que se equivoca de persona! - contesto Ariel furiosa


tratándose de controlar - ¡Elisa es la que se arrastra! Ella es la que desea a
Gregory a toda costa aunque siempre la rechazo.

Elisa se puso roja de la ira, parecía que iba lanzarse sobre ella y en el
proceso romper el corto vestido negro que llevaba.

-Bueno, ya que estas aquí y tienes poder por el momento, tus hombres no
me dejan pasar a ver a Yusbel, quita la guardia y hazme entrar.
-Me va disculpar, su alteza - Expreso Ariel intentado parecer contrariada -
pero no va hacer posible, El rey me lo prohibió, si quiere quejarse o que le
deje entrar hágalo con él.

-¡Vamos Elisa! No vamos conseguir nada de ese engendro. Pero no te creas


Ariel que esto te va a durar mucho. Haré todo lo posible para que mi sobrino
no cometa el error de casarse contigo y seas expulsada del castillo como el
insecto que eres. Tú no eres material para ser Reina, ni si quiera llegas a ser
una amante decente, solo eres una equivocación. Elisa si podría ser una
verdadera Reina y trataré con todas mis fuerzas de conseguir que lo sea -
Diciendo eso se alejaron del pasillo.

Ariel estaba tensa en la puerta cuando sintió la mano de Diana en el hombro


en señal de apoyo.

-¡Es una bruja! Pensar que creía que mi padre era lo peor que se podría
esperar en la tierra ¡Pobre su majestad! ¿Quieres que te acompañe a ver la
princesa o me quedo aquí?

-Entra conmigo amiga, tú no te burlaras de ella como lo haría Elisa o la


princesa.

Un momento más tarde Ariel y Diana fueron en busca a Gregory y Arik para
almorzar, por desgracia no lo encontraron solo en su despacho, estaban Elisa
y la princesa Yasmín quejándose de no poder ver a Yusbel.

Elisa se contoneaba toda y trataba de mostrarle el pecho y las piernas a


Gregory que apenas le hacía caso, cuando entro Ariel su atención se centró
solo en ella, la devoraba con la mirada, a pesar de que no vestía
llamativamente, estaba con un pantalón café y una blusa negra, sin nada de
maquillaje aunque para Gregory no había otra mujer en la habitación.

Cuando Yasmín pidió ver a su sobrina fue terminante, nadie entraría en la


habitación hasta que ella este sana. Luego de eso cambio a tema al funeral
de su Majestad, Yasmín quería encargase de todo con ayuda de Elisa.
Gregory dejo a cargo a una molesta Ariel, después de no haber conseguido
nada Yasmín y su acompañante se fueron furiosas, mirando con malicia Ariel,
quien solo tembló imaginando que harían.

Ya no era una niña, ahora podía enfrentarlas, esa tarde planeo un sencillo y
elegante funeral, sus ideas fueron criticadas duramente por la princesa
Yasmín y el mayordomo, que querían hacer algo fastuoso en lugar de algo
muy sencillo y elegante como era el deseo de Ariel. Pero ella se les enfrentó
como una leona sin dejarse intimidar, defendiendo sus ideas hasta que
fueron aceptadas, se quedó a la noche siguiente como seria la despedida del
Rey Nando.

Cansada y orgullosa fue a su habitación para irse a dormir, sabía que


Gregory aun seguía en una larga y acalorada discusión con el consejo blanco
y no quería incomodarlo. Media dormida oyó cuando Gregory entró en su
habitación y fue a su cama.

-Hola amor ¿Cómo te fue? ¿Qué haces aquí?

-Eso debería decir yo. -Dijo Gregory desnudándose y acomodándose a su


lado - ¡Me dio un terrible miedo no encontrarte en mi cama!

-Aún no estamos casados, se vería mal.

Él la miro fijamente -Ariel se que estás dolida porque no te pedí de una


forma romántica que te cases conmigo, prácticamente te lo ordene. Por favor
no me dejes, sé mi esposa te lo ruego, ¡Cásate conmigo! Quería dártelo el
día de nuestra boda - Le dio dos anillos muy simples y gastados, Ariel los
miro y empezó a llorar, lo abrazo fuertemente y hundida en su pecho le dijo
- ¡Sí, Gregory! Me casaré, contigo, gracias por darme los anillos de mis
padres ¿Cuando los encontraste?

-Hace algún tiempo pero no llores amor.

-Soy tan feliz a tu lado, temo que te des cuenta que no soy la Reina que
mereces.- Dijo hipando.

Él empezó a besar sus lágrimas y acariciarla lentamente – No, eres mucho


más que una simple Reina o la mujer correcta ¿No lo entiendes? Eres mi
corazón, mi alma, mi luz y mi conciencia, Ariel no sé si lo que siento por ti
fuera calificado de amor, es más fuerte que eso.

Ella lo beso fuertemente y dejaron de hablar, se dijeron lo que sentían de


otra forma.

A la mañana siguiente todo era un caos, Yasmín y Elisa en la noche con


ayuda del Mayordomo Rodolfo, deshicieron todo los arreglos florales y hasta
la carroza. Los entremeses y el conjunto musical para el velorio habían sido
despedidos.

Ariel se sentó en medio del jardín, furiosa, aun sin saber cómo arreglar
semejante desbarajuste. Cuando estaba a punto de acudir a Gregory
apareció Rebeca junto a sus tres perros y una maleta.
-Buenos días su majestad.

-Buenos días Rebeca. Por favor, llámame Ariel ¿Pensé que estabas instalada
en el ala norte, porque te mudas?

-Mayor comodidad, perdía mucho tiempo yendo de un lugar a otro, apenas


veía a mis niñas. Voy acomodarme en el ala este, la de la antigua orden
blanca.

-¿Que dice Darius?

- Fue prácticamente su idea. ¿Qué haces?

Ariel lo dudaba pero no dijo nada.

-¿Y qué te ocurre a ti?

-¡Todo! No tengo flores, los empleados, andan buscando mis arreglos y lo


que se planeó ayer. Pero nada la maldita de Yasmín y sus secuaces
destruyeron todo. Acabo de despedir al mayordomo, mas eso no me ayudara
a terminar con las cosas a tiempo.

En eso llegaron Diana y Arik y mientras Ariel les explicaba lo ocurrido Rebeca
se fue y trajo a Annia y a otras mujeres, entre ellos estaba Garnier, los
sirvientes y algunos miembros de la orden blanca y negra con ayuda de ellos
terminaron los arreglos y las cosas a tiempo.

Yasmín se quedó furiosa por eso pero le tenían preparada otra sorpresa,
cuando Ariel iba vestirse para el funeral encontró su vestido roto y entre
Annia y Diana le ayudaron a componerlo a tiempo. Ariel se sorprendió como
las mujeres se apersonaron, la apoyaron y lo cómoda que estaba en su
presencia, nunca antes había tenido amigas. Cuando fue al funeral a reunirse
con Gregory como su novia, según Diana, estaba magnifica, la cara de
sorpresa y furia de Yasmín y Elisa lo confirmaron.

El funeral fue mejor de lo que Ariel esperaba, Gregory estaba orgulloso de


ella y se dio cuenta que podía enfrentar su miedo siempre que él creyera en
ella, que estuviera su lado. Es noche fue perfecta, se sentía tan orgullosa de
sí misma, pudo resolverlo sola, bueno tuvo ayuda. Por primera vez en su
vida tenía amigas que le aceptaban tal como era y al hombre que amaba a
su lado, la vida no podía ser más perfecta.

Pero a media noche comenzó su pesadilla, hubo un doble ataque sorpresa


Yasmín y el ex mayordomo estaban congelados, sintió el ataque y una parte
muy profunda de ella hasta disfruto con él. Se despertó con miedo mirando a
Gregory dormir ¿qué iba hacer?.

Capitulo 9

Superando temores

Ariel se vistió, cuidando de no despertar a Gregory, salió, necesitaba aire


para pensar, camino hacia las caballerizas. Gregory sintió el momento que
ella salió de la cama, algo había pasado con Ariel, estaba preocupada, si no
era por ser Reina o estar junto a él. ¿Qué era? Sin vestirse fue a la ventana y
la vio saliendo de las caballerizas con su deslizador.

Cuando iba a partir Darius la interrumpió.

-¿Ariel adónde vas? ¿Otra vez huyendo?

-¡No te importa Darius!

-No puedes huir, ¡Te puedo ayudar!

-¿En serio! ¿Ahora eres mi amigo o mi enemigo? Decídete Darius.

-¡Sé nos está acabando el tiempo! Ariel no estoy para jugar, tienes que ver
con los ataques, lo puedo probar.

Ariel se puso pálida y dijo.

-¡No! tenemos nada que hablar ¡Déjame sola!

-¡No lo haré! ¡Ven conmigo! Tenemos mucho que hablar, tengo una teoría
que te parecerá interesante.

Pero ella no quería, ni estaba de humor para las intrigas de Darius, solo
deseaba correr un rato, ordenar sus ideas antes de contarle a Gregory su
máximo temor, que de alguna forma estaba relacionada con los ataques. Lo
empujo tirándole al piso y se fue.

Dairus, cayó al suelo.

-¡Muchacha idiota!
Cuando se iba a levantar, un gran perro de pelaje negro con blanco lo volvió
a tumbar y le lamió la cara. Otro perro dorado fue atrás y también pidió
atención. Rebeca sin aliento los perseguía, al verlo así empezó a reírse con
fuerza.

Darius se puso de pie mientras le decía.

-¿No podías dejarlas un momento?

-Creí que íbamos a rastrear a la sombra y ellas nos pueden ayudar mucho.
Darius, se rió. – ¡Por la diosa! con eso ayudantes ya perdimos - Rebeca, lo
vio horrible.

-Sí las miradas mataran ya estaría muerto, falta una bestia.

-¡No les digas así! Cleo está durmiendo.

-¡No, otra vez en mi cama! Rebeca ya te dije mil veces que no la dejes
entrar en mi habitación.

-¡Se me escapan! No sé por qué que mis niñas te quieren ¡Eres una bestia!

Darius, gruño como uno de sus perros.

-Vi Ariel correr ¿Que le hiciste? No le mencionaste la idiotez que me dijiste


anoche, ella no tiene que ver con los congelamientos.

-Que tú no lo creas no quiere decir que no sea cierto. - Dijo Darius


acariciando a las dos perras.

Un soldado se acercó a él, Lord Castro estaba en su despacho y desea verlo


con urgencia.

-¡Maldita sea! - Grito Darius sacando un papel y escribiendo algo encima del
lomo de uno de las perras.

-¡Rebeca necesito que hagas algunas cosas! Primero espera a Gregory y le


dices que ya decidí a qué lugar pertenezco, qué aun me acuerdo lo de Jaén.
Luego ve a la biblioteca e investiga esto.

-¿Algo más señor? - Rezongo Rebeca sarcásticamente.

Darius se le acerco y le susurro al oído - Lo que quiero que hagas


escandalizaría a mi soldado.
Rebeca se sonrojo y se alejó de él.

Darius sonrió por lo menos, a veces reaccionaba como una mujer. Luego ya
serio miro al soldado.

-¡Ve por Capitán Pasha! Y lo haces pasar a mis habitaciones - Con eso volvió
a ala este. Con miedo y expectación continúo caminando, había decidido su
destino, no había vuelta atrás.

**********

Arik estaba reunido con su informante, el pequeño Kum, un niño de 12 años


lleno de mugre y vivacidad, él le contó que Ignacius había venido a la cuidad
con Zuñi, se hospedaban en el cisne negro, un bar de mala muerte donde
Ignacius se estaba divirtiéndose con toda clase de mujeres.

Solo una vez se reunieron con un hombre a quien Zuñi llamo Lord Castro,
Arik se sorprendió ¿Que tenía que ver un hombre como Lord Castro con el
supremo líder de las tribus de los ai? El niño tomó un chocolate que Arik le
dio y siguió hablando. -Según el dueño del cisne, es muy común las
reuniones de ese Lord con Ignacius.

Arik despacho a Kum dándole una buena propina y se prometió que cuando
esto acabe velaría por el niño. Mientras iba a su casa provisional en el ala
este del palacio se acordó del algo que su hermano Nazin le había dicho.

-"Ignacius tiene suerte de que la orden blanca exista porque si no hubiera


resistido a la oposición, ninguna de las tribus deseaba seguir con su
liderazgo."

Podía ser que Ignacius tuviera nexos con la extinta orden blanca, entonces
fue uno de los responsables de la muerte de su familia. Arik intento dispersar
esos pensamientos. Necesitaba a Diana sus brazos y consuelo, por ella había
accedido vivir temporalmente en el ala oeste, aunque odiaba a Darius. Solo
sería por poco tiempo, hasta que estuviera lista su casa encima de la cueva
donde se enamoraron, habían decido ir a la casa de la tía de Diana pero esta
los rechazo argumentado que Diana era la vergüenza de la familia.

A ninguno de los dos les importaba lo que pensara la gente, mientras


estuvieran juntos, cuando estaba a punto de abrir la puerta de sus
habitaciones un soldado lo interrumpió, Darius lo necesitaba urgentemente.

Ariel aun seguía volando con deslizador, suspirando fue de camino regreso al
palacio a contarle sus miedos a Gregory, si él la dejaba estaba en su
derecho. Cuando regresaba por su camino predilecto, el que siempre había
tomado con Gregory, lo vio esperándola en el sendero sentado bajo la
sombra de un árbol muy enojado. Aterrizo sabiendo lo que se avecinaba.

-¿Vas a dejar de correr? ¿Qué está pasando Ariel? No puedo ayudarte si no


me lo dices.

-¿Cómo sabias que vendría por acá?

-¡Te conozco! Sé que es especial este camino, tanto para ti como lo es para
mí.

Ariel se acercó a él.

-¿Podemos cabalgar un poco? - Dijo a punto de llorar.

Él no dijo nada, le ofreció su mano y cabalgaron. Estuvieron en silencio sin


decir nada. Ariel con miedo hablar y Gregory esperando, sentía como latía su
corazón, sabía que estaba asustado, aunque ella lo estaba aun más.
Comenzó hablar llena de miedo, sujetando las riendas hasta lastimarse las
manos.

-Después de que te diga esto tal vez ya no quieras seguir conmigo - Miro al
anillo de su madre - Gregory te amo tanto… lo hice desde la primera vez que
te vi, te amo a pesar de que eres orgulloso, cabeza dura, mandón y me
sacas de quicio, adoro tu fidelidad, tu pasión y tu corazón.

Gregory no dijo nada, le abrazo tan fuerte que casi se la ahoga. Ariel respiró.

-Lo que tengo tanto miedo de decir es que creo que soy yo la que causa los
ataques.

Gregory rió y soltó un gran suspiro de alivio.- ¿Ese tu gran miedo? ¡Pensé
que no me amabas! ¿Qué estabas arrepentida de lo que paso?.

-¡Tonto! ¡No te burles! ¿Y si soy un monstruo y te congelo?

-Amor, mi monstruito, te conozco mejor que nadie, tú no matarías a sangre


fría, ni cuando estabas llena de deseo de vengarte por lo ocurrido a tus
padres. No pudiste hacerlo porque eres recta y tu venganza se convirtió en
deseo de justicia, eres la única persona que conozco que quiere ayudar a una
raza que la desea muerta y a pesar de eso arriesga su vida para ayudarlos.
¡No Ariel! ¡Tú no eres lo que temes! Podría poner mis manos a fuego,
arriesgar mi reino por ti, por qué sé que nunca me fallaras.
-Pero he tenido visiones y he sentido una gran furia y luego alivio cuando
pasaron los ataques.

-Amor, eres una gran hechicera y una vidente, cuantas veces nos salvo tu
visión, hay una explicación lógica.

-Fue diferente a una visión.

Él la abrazo -¡Lo sé! Mientras estemos unidos encontraremos la solución


¿Estas lista para regresar?

Ella asintió.

Gregory aspiro su perfume a fresas que lo había fascinado desde siempre y


descubrió cuanto había cambiado Ariel y cuanto la amaba ahora, a la mujer
que era, de la que estaba orgulloso que fuera su compañera. Ya no era niña
fuerte y rebelde, ya no era la mujer vengativa y resentida, era la mujer
sensual, llena de vida y decidida a todo.

-Te amo, Gregory.

-Y yo a ti.

Por fin habían caído las barreras que los separaban, con alivio fueron en
busca de su destino.

Capitulo 10

Despedidas

Cabalgaron en silencio y Gregory recordaba el mismo instante en que se dio


cuenta que la amaba.

7 años antes.

Llovía a cantaros para cabalgar, a ninguno de los dos le importaba, era la


última vez que lo harían. Pasaría mucho tiempo antes de volver a verse,
hablar o cabalgar Gregory partiría por orden de su madre a estudiar a
Dumar. El agua se pegaba a su camisa y casi no podía ver nada, a pesar de
eso, ninguno de los dos aceleró el trote, tratando de alargar el tiempo lo
máximo posible. Gregory no sabía cómo iba sobrevivir tantos años sin ella,
sin su presencia, solo con sus cartas y alguna llamada.
Maldijo haberle enseñado a montar, era tan poco el contacto que mantenían
los dos, especialmente desde que al padre de Ariel le habían ofrecido un
puesto en la escuela de magia. Ahora residían allá, lo que hacía más difícil
verse, por lo general tenían que verse a escondidas, midiendo los segundos,
nunca era suficiente. Siempre deseaba una sonrisa de ella, una mirada y una
caricia.

Cada vez era más difícil no tomarla y besarla hasta perder el sentido, pero
Ariel siempre huía de él. No quería dejar Sivcar sin haberla besado antes, sin
haberle dicho que ya no la veía como una amiga o una hermana, ella era su
sueño de todas las noches, de todas horas, deseaba sus labios, su piel, todo
su ser aunque siempre se quedaba mudo al momento de decirlo, casi
paralizado. Luego hablaban de cosas sin importancia o peleaban.

Llegaron al castillo, con mala gana entraron al establo, nunca la había visto
más hermosa, toda mojada, con la ropa pegada al cuerpo marcando su
figura, su cabello cayéndole en a la cara y su hermosos ojos cafés mirándolo
con una extraña melancolía y deseo.

Gregory se quitó la camisa negra y le paso una toalla que tenía en sus
alforjas, con otra comenzó a secarse, Ariel trago cuando lo vio sin camisa, la
lluvia había mojado su bello y musculoso torso ¡Que ganas de ser una gota
de agua y recorrer su cuerpo!

El príncipe se le acerco y percibió el mismo deseo que sentía en los ojos de


Ariel. Cuantas noches la había deseado, cuantas veces había estado a punto
de besarla y Darius, ella o el destino se lo habían impedido. Solo deseaba
probar sus labios, un breve contacto lo llevaría a la vida eterna, deseaba
besarla, amarla más que nada en el mundo. Solo recordar que estarían
separados cinco años que le partía el corazón pero eran necesarios, si salían
bien sus planes sería independiente y podría hacer lo que quisiera, amar a
quien quisiera, aunque a su madre no le gustara.

Ariel temblaba, pero a pesar de eso no tenía frío y sin pensarlo se acercó a
él, podía oír el cómo latía su corazón, sentía su calor, Gregory veía su boca
cómo si fuera la cosa que más deseaba en su vida. El aire era eléctrico se
sentía el deseo de los dos, Ariel se acercó más hacia él con timidez y miedo.
Cuando estaba a punto de tocar sus labios apareció Darius enojado.

-¡Se los dije! ¡No voy a solapar sus citas clandestinas! ¡No son unos niños!
Gregory tu madre deseaba verte, quiere darte algunas indicaciones antes
que partamos en la madrugada, con el ridículo baile despedía que se empeñó
la princesa Yasmín no habrá tiempo de nada.
Gregory lo miro con resentimiento, mas no dijo nada. Darius, suspiro y puso
los ojos en blanco. Era un trabajo de tiempo completo intentar separar a ese
par de muchachos, prácticamente era imposible, por más que odiaba Ariel,
sentía una extraña empatía. Él también era rechazado, que solo contaba con
la amistad de Gregory.

Viendo la furia en los ojos de Gregory y la tristeza en los de Ariel dijo.

-¡Cinco minutos nada más! No te preocupes por Ariel yo la llevaré al Palacio


de Cristal.

Cuando se marchó Ariel lo abrazo con fuerza, las lagrimas estaban en su


cara, sería la última vez que lo viera en cinco años. Él solo aspiro su aroma
aguantando las ganas de besarla.

Ariel, abordo una esfera junto a Darius maldiciéndolo mentalmente ¿Por qué
tenía que aparecer justo cuando la iba besar? ¿Cuando por fin por fin ella a
pesar de su miedo se había atrevido a dar ese paso?

Se cambió y fue a cenar, una vieja amiga de su madre había llegado la noche
anterior, era muy agradable a pesar de lo rara que era, había momentos en
que percibía algo extraño en ella, sería su imaginación que desea distraerla
del gran dolor de perder a Gregory.

Esa noche fue al baile a verlo de lejos, Gregory se veía tan guapo con su
ropa de gala, que a ella se le caía la baba. Había soñado tanto con ir a un
baile como esté con un hermoso vestido, bailar toda la noche con él
causando envidia a todo el mundo, como si fuera una princesa de los cuentos
que su madre le leía de niña. Luego salir al balcón y ver la luna y más tarde
en el balcón él la estrecharía en sus brazos y le diría que la ha amado desde
siempre.

Era un sueño tan tonto, imposible, pero nada le impedía soñarlo, a pesar de
que nunca sería una chica elegante, ni sería una princesa de cuentos de
hadas, alejando la tristeza se acercó más para verlo. Cuando lo vio salir al
balcón acompañado de una chica, casi se le parte el corazón, Gregory estaba
con Elisa charlando y riendo, la frívola y malvada muchacha lucia tan
hermosa con su vestido turquesa y su bello peinado.

Ariel se examino, no era nada comparada con ella, vestía un pantalón roto
que se le había ensuciado por sentarse en la hierba, tenía el cabello hecho un
desastre. ¿Cómo Gregory podía fijarse en ella? ¡Era una desgracia! Debía
dejar de soñar con él, solo eran amigos.
Con un suspiro y el corazón roto se paró de su escondite, no podía ver como
besaba a otra mujer, se quedó parada mirando una vez más a esa cara que
tanto amaba y deseaba cuando sintió una mano atrás era Darius.

-¿Qué haces Ariel? ¡Te dije que no lo persigas!

Ariel intento soltarse pero no pudo, la presiono contra un árbol que estaba
cerca. Ella se giro confrontándolo.

-¡A ti que te importa!

-¡Me importa! ¡Más de lo que te imaginas!- Le dijo a ella mirándole con sus
atormentados ojos violeta, que mostraban una gran tristeza y una gran
soledad, estaba tan cerca que ella pensó que la iba a besar. Darius soltó una
maldición y le toco la mejilla antes de irse le dijo.

-¡Si sigues por este camino solo vas a sufrir!

Gregory distinguió el pelo rojo de Ariel, se separó con rapidez y algo de


brusquedad de la buscona de Elisa ¿Cuando entendería que no estaba
interesado en ella? Cuando llego vio una escena que le heló la sangre, Darius
estaba a punto de besarla, esos labios eran suyos ¡Nadie más podía tocarlos!

Corrió a prisa, Darius solo le acaricio la mejilla y se fue pero Gregory solo
quería matarlo y luego borrar esa caricia con sus besos, con sus caricias,
quería que ella entendiera cuanto la amaba, porque la amaba, era la mujer
de su vida, solo ella existía. Cuando llego vio a una confusa Ariel tocándose
la mejilla.

-¿Qué estabas haciendo con él?

-¡Nada! ¿Te importa? -Grito Ariel empezando a enojarse – ¡Yo no te pregunto


de tus juegos con Elisa!

Gregory la tomo entre sus brazos, furia y pasión se veían en sus ojos.

-¡Tú eres mía Ariel! ¡De nadie más!

- ¿Eso crees y andas besando a otras? ¡Además, solo soy tu amiga!

Cuando Gregory le iba a contestar oyeron la voz chillona de la princesa


Yasmín, que hablaba con Elisa. Ariel se soltó y huyo, dejando a un
sorprendido y molesto Gregory, que por más que quería alcanzarla no podía
librase de su tía tan fácilmente.
Ariel lloró hasta quedarse dormida.

Gregory maldecía su suerte, estaba lleno de celos y no pudo escaparse de la


ridícula fiesta, su madre prácticamente lo sujetaba del brazo, mientras le
hablaba de política y deber.

La Reina lo dejo libre cuando solo faltaban uno cuantos minutos para
marcharse. No podía dejar que el último recuerdo entre ellos sea ese, no
podría vivir cinco años con esa pena, a pesar de las quejas de Darius entro
en la escuela de cristal y trepo hacia el cuarto de Ariel.

Ella estaba en su cuarto dormida abrazando una almohada.

-¿Pensé que te habías ido?

-¡No podía hacerlo! ¡No hasta esto!

La beso suavemente en la boca, solo tocando sus labios con los de ella. Ariel
se quedo estática, nunca había imaginado algo tan puro y tan dulce, quería
más, deseaba perderse en ese placer pero él término el beso, la miro con
ternura y con amor.

-¡Ariel eres lo más importante en mi vida! - Gregory tenía tantas cosas que
decir y tan poco tiempo como quería besarla de nuevo. Pero un pitido le
indicaba que ya mismo tenía que irse a su nave.

Ariel, lo miro y lo abrazo.

-Siempre amigos, siempre juntos.

Gregory no solo quería su amistad pero no había tiempo de explicarlo. La


acaricio con ternura en su mejilla, luego en los labios que había besado y
salió, antes de marcharse le susurro - No somos solo amigos, la única mujer
que quiero besar eres tú - La miro de nuevo y salió corriendo antes de que
ella pudiera decir algo. Maldiciéndose Ariel se quedo viéndolo partir.

No iba dejar que se vaya sin decirle que lo amaba, salió corriendo tras él.
Alcanzo la nave antes de partir, estaba cansada, llego al atracadero, habían
esferas y muchas naves que surcaban los cielos.

Lo miro, él estaba en la ventana y le sonrió, mientras ella gritaba.

-Te amooooooooooooo.
Gregory se alegró de verla, ella ya no estaba molesta. Sintió, no poder oír lo
que decía.

*********

-Ya llegamos. La voz de Ariel le trajo de nuevo a la realidad.

-¿Estás preparada?

-Para todo mientras estemos juntos.

Gregory tenía miedo pero se sobrepuso sabía lo que se avecinaba, ella


necesitaba que sea fuerte.

Capitulo 11

Confiando

Llegaron, Gregory confiaba que Darius no lo traicionara, si Lord Castro


estaba a punto de acusar a Ariel no había mucho que hacer. La ayudo a
bajar.

-Confía en mi Ariel ¡No te fallare!

Ariel lo beso y abrazo esperando no ser el monstruo que tanto temía. Cuando
llegaron al palacio un soldado blanco que Gregory reconoció como uno de los
soldados del consejo apreso a Ariel. -Señorita Ariel Kron, esta arrestada por
los asesinatos de la princesa Yasmín Imaran, de Rodolfo Juárez y Néstor
Domínguez.

Ariel, estaba aun confundida sabía que tarde o temprano sospecharían de


ella pero ¿Tan pronto?

Lord Castro sonreía satisfecho, el trono estaba a un solo paso. ¿Habría


convencido a Darius de ayudarlo o no? Eso estaba por verse, pero no le
importaba, de lo único que estaba seguro es que con o sin el apoyo de
Darius tenía a la mestiza y a Gregory en sus manos. Pronto sería Rey o
gobernaría Sivcar a través de su hija.

Lord Bron un hombre bajo, gordo y cara de sapo llego a los poco minutos,
era el presidente del consejo blanco. Por lo general estaba del lado de
Gregory pero siempre había temido a Lord Castro, la situación lo enfermaba
no quería enemistarse con ninguno.

Gregory estaba parado en la entrada del palacio sin poder hacer nada,
mirado a la mujer que amaba siendo arrestada, tenía que actuar fríamente
para poder salvarla. Agradeciendo a su madre su terrible educación, hablo
con su voz más fría y decidida.

-Para lanzar tal fuerte acusación debe estar seguro Lord Castro. Ariel Kron es
mi prometida y mi futura Reina, si las acusaciones son infundadas podría ser
echado del consejo blanco o hasta encarcelado.

-¡Lo sé Majestad! pero tengo pruebas su futura Reina no es más que una
asesina.

-¡No la llame así! La insulta y me insulta - Dijo Gregory que hervía por
dentro. Darius debía estar aquí, llamo mentalmente a Arik si no la liberaban
por las buenas, lo harían por la malas.

-Será mejor que la joven dama sea llevada a la cárcel para ser juzgada.

-No tan deprisa - dijo Bron poniéndose verde, lo que le daba más apariencia
de sapo y con tanto miedo que caían las gotas de sudor al suelo.

-Como prometida de su majestad no hay como juzgarla en un tribunal


común.

Lord Castro lo miro con desprecio.

-No creo que juzgarla por parte del consejo blanco la salve de la ejecución.

-Debe ser tratada con la dignidad que se merece al ser nuestra futura Reina.
No se olvide que solo dentro de unos días será coronada Lord Castro - Dijo
la voz viril y tranquila de Cristian Darius.

-¡Lord Darius! entonces ¿Cree que ella debe ser juzgada?

-Yo no he dicho eso. Creo que debe ser presentada las pruebas al consejo
blanco para ver si debe o no ser juzgada ¿No lo cree nuestro querido
presidente del consejo blanco? - Dijo dirigiéndose a Bron.

Bron, seco el sudor con un pañuelo blanco, no sabía qué hacer, ni que decir
para quedar bien con los dos bandos. Con voz ahogada dijo. –Creo, que
debería hacer una reunión de emergencia del consejo blanco y ver que se
decide. Mientras tanto, será llevada a la cárcel.

-No creo que eso sea necesario - Dijo Gregory a punto de estallar -¿Duda del
honor de su futura Reina y del mío propio? Estará aquí, respetaremos la
decisión del consejo blanco.

Darius conciliador dijo. - No creo, que nuestra futura Reina tenga que pasar
en prisión. Ni creo, que habrá juicio hasta no ver las pruebas. Pero para que
estemos más seguros ¿Por qué no la dejan bajo jurisdicción de alguien sin
interés político, de alguien puro que no traicionara a nuestro país y ni
nuestro mundo? Me refiero a la Dama de Blanco.

Diana apareció cubierta la cara con un pañuelo, toda despeinada y vestida


sencillamente.

-¿Acepta mi queridísima Dama? -Exclamo lord Bron sonriendo


bobaliconamente.

Diana asintió.

Ariel y Diana fueron trasladas a una habitación a esperar los resultados.

Mientras se llamaba a todos los 50 miembros del consejo blanco a una


reunión de emergencia, Ariel sentía los nervios a flor de piel, agradecía a la
Diosa la presencia de Diana, no sabría qué hacer si no estuviera con ella.
Diana la abrasaba y le decía palabras de apoyo. Sin juzgarla.

Unas horas después de una reunión acalorada del consejo blanco se decreto
que Ariel Kron seria juzgada en juicio por los miembros del consejo blanco
para ver su culpabilidad, si lo era moriría en una ejecución rápida, su
acusador era Lord Castro prácticamente estaba satisfecho, ningún miembro
lo detendría, pronto sería su hija Reina.

Gregory vio todo el juicio pensado que se propondría Dairus, mientras


planeaba un plan b, si es que tenía que sacar Ariel por la fuerza. Cuando
Bron, pregunto quién la defendería el consejo blanco callo. Nadie quería
enfrentar a Lord Castro, que estaba satisfecho con el resultado. Gregory al
no ser miembro no podía hacer nada, estaba desolado por el silencio. Hasta
que la voz calmada de Darius dijo. - Yo la defenderé - Dejando al consejo
consternado.
Capitulo 12

Una oportunidad

Un soldado entró, hizo una reverencia.

- El consejo blanco la solicita señora.

Diana le palmeo el hombro. -No te preocupes. No va pasar nada, Gregory y


Arik no dejaran que te hagan nada.

Entro en una sala fría y amplía. El consejo blanco era una sala de debates
con mesas de madera y piso de mármol, al fondo colgaban cuadros de la
familia real, en el momento que entró, sintió la mirada de Gregory
protegiéndola, cuidándola para todos era un ser tan inaccesible, solo ella
conocía su apasionado corazón. Mirando altivamente a Lord Castro y Lord
Bron Se paró en el centro de la sala del consejo acompañada de Darius.
Esperando lo que tenían que decir.

-Ariel Gía Kron Lamar serás juzgada por los asesinatos la princesa Yasmín
Imaran, Néstor Domínguez y Rodolfo Juárez. Tu juicio empieza mañana a las
nueve ¿Algo que decir?

Ariel miró Gregory, que le sonrió para darle confianza.

-No, tengo nada que decir.

Con eso salió con la frente en alto.

Tenía el amor de Gregory, lo demás no importaba, entre los dos saldrían de


ese lío y aclararían su papel en esos acontecimientos. La mandaron a una
amplia habitación sencillamente amueblada, pero muy confortable, era un
logro de su defensor, que no la llevaran a una mazmorra, estaba encerrada,
tenía un campo de fuerza para que no escapara y dos soldados custodiando
la puerta.

Examino el cuarto que tenía una cama de dos plazas, el velador con algo de
libros, una mesa pequeña de trabajo, dos sillas y un baño amplio y limpio.
Se acostó pensado en todas las cosas que había pasado.

Cuando abrieron la puerta, se levantó pensando encontrar a Gregory en


lugar de él entro Darius cansado, como si sostuviera todo el peso del mundo
en sus hombros. Con el rostro atormentado y lleno de culpa.
-¿Cómo estas Ariel? Tenemos que hablar.

Ariel se alejo – ¡No hay nada que hablar!

Pero Dairus la tomo de su mano y le dijo - ¡Siéntate! -Señalo una silla y se


sentó junto a ella.

-Solo pido que me escuches, luego puedes odiarme, estás en tu derecho, la


culpa que estés aquí es mía, más de lo crees. Te odie antes de nacer.
Condene tus padres de la muerte de los míos, a pesar de que ellos no
hicieron ningún mal a los míos directamente, luego mi odio creció por
alejarme de mi mejor amigo, sin darme cuenta que mi ambición e idiotez nos
separaron. Como guardián de la dama debí proteger mejor a tu madre pero
mis prejuicios, mi edad y mi rencor pudieron más que mi obligación. Te juro
que intente protegerla, que casi morí por defenderla, mas no pude salvarla.
Ella me ayudo escapar el día que la atraparon para que yo cumpla con mí
deber. Aunque no lo hice, me creí superior a mis predicciones, pensé que no
te necesitaría, que podía vencer al kut yo solo y viste el resultado de no ser
por ti, Marina nos hubiera vencido y abierto una nueva etapa de oscuridad.

Ariel no quería que siguiera hablando, conocía esa disculpa porque se la dio
poco después de la muerte de su madre y del asesinato de su padre, pero no
sabía cómo callarlo. Con impotencia lo miro y en voz baja le dijo - Ya se esto
Dairus ¿Que quieres?

-Pedirte disculpas por no haber cumplido mi obligación y entrenarte como


era debido, por no haber sido el guardián que merecías.

-¡Pero no soy una Dama Blanca! ¡Tú no eres mi guardián! -Grito entre
exasperada y con lastima hacia Darius.

-No eres la dama blanca, eres la ejecutora y falle a mis padres, a tu madre y
hasta Gregory de muchas formas por negarlo, sin embargo, lo peor es que
no te prepare para tu gran poder y por esto estas ahora en prisión por eso.
Pretendo remediarlo si tú me dejas.

Capitulo 13

Explicaciones

Ariel se sentó mejor en su silla, estaba molesta y al mismo tiempo curiosa.


-Es mejor que te cuente como se originó tu poder y el de Diana.- Dijo Darius
un poco más calmado – Veras, hace mucho tiempo Nuis estaba dividido en
cinco reinos que vivían en paz. Los elfos que gobernaban la tierra y los
bosques. Los hechiceros de aire, de quienes desciende los ai que gobernaban
el aire. El reino de agua era gobernado por las sirenas y tritones. El reino de
fuego por lo dragones que vivían en el desierto lo que ahora es Yasumir. El
reino negro era gobernado por los duendes, trolls y orcos. La raza de la que
descendemos los dos, aún no tenía poderes mágicos y vivía en las montañas
pacíficamente sin intentar mezclarse con las otras razas.

El reino más rico y con mayor ambición era el de los hechiceros de aire, cuya
gobernante era la reina Pía, una mujer ambiciosa y arrogante que más que
nada deseaba dominar a los otros reinos. Según las leyendas que ella vendió
su alma a orlos (el diablo) para seducir al Rey los elfos Orodreth Alcarin y así
dominar su reino. Pero cuando el diablo pidió que lo matara Pía no pudo
matarlo porque se había enamorado de él, así que el diablo la castigo y la
convirtió en el primer Kut. El rey elfo al ver a Pía así la abandono. Pía en
venganza planeo tomar todo su reino y los otros 4 reinos, así empezó la gran
guerra de los reinos.

Ariel le interrumpió.- ¿Qué tiene que ver conmigo y con los asesinatos?

-No seas impaciente…

-Todos los reinos pelaban con los kut y otros demonios creados por Pía y su
innumerables experimentos, la guerra prácticamente acabo con la reserva de
magia y la vida de cada uno de los reinos. Por lo que decidieron un último
ataque y crearon un portal para enviar los kut y a las otras bestias a mundo
paralelo, esto requirió de toda su magia por lo que decidieron dormir
100.000 años.

Dejaron a los hechiceros de aire cuidado su mundo pero al hacerlo, les


quitaron su gran poder y se convivieron en simples magos y hechiceros que
fueron dejados de menos por los humanos, que adquirieron un poco poder y
se convirtieron en los hechiceros y magos que dominan nuestro mundo
actualmente.

Hasta que los otros 4 reinos despertaran quisieron encargar la llave del
portal a una mujer que sería la llave o la piedra para abrir provendría de su
corazón. Esta humana debía ser alguien que no fuera cegada por el poder,
los hechiceros de aire quisieron que fuera una de ellos pero las otras razas
no lo aceptaron. Los elfos pidieron que la dama blanca fuera inteligente, que
no se dejara engañar. Las sirenas pidieron un ser leal, que nunca pudiera
traicionar. Los dragones desearon a una mujer valiente. Los duendes alguien
cuya belleza fuera proveniente de su alma. Los hechiceros enojados dijeron
que esa persona o esa mujer siempre sería rechazada por su familia o esta
moriría en una forma terrible. Por esa razón los elfos mandaron a protegerla
a uno de ellos que se quedaría y tendría su familia con los humanos. Ese fue
el primer Darius. Él y su descendencia serían encargados de cuidar a la
portadora de la piedra, a la dama blanca.

Así nació la dama blanca, al ser un ser mortal sería sustituida por otra, al
igual que su protector.

Los dragones en su gran sabiduría temieron que alguien abra los portales así
que en caso que eso ocurriera, surgirá una ejecutora que con ayuda del
protector de la dama impediría eso. La ejecutora sería la única que pudiera
matar a los kut o a otros demonios, que solo sería llamada cuando haya
posibilidades de que el portal sea abierto. El protector de la dama soñaría
con ella y tendría el deber de localizarla.

Los hechiceros de aire exigieron que sea una de ellos para poderla instruir
sobre la lucha y porque al ser su sangre pura podría manejar las armas
antiguas, que eran las únicas que derrotaban a los Kut para que pudiera
luchar cada reino le envió cinco mejores armas, en cinco medallones.

Las otras razas a regañadientes aceptaron, sin embargo, tendría que tener
todas las cualidades de la dama blanca. Además de un poder especial que
solo tienen las razas antiguas como los ai de convocar a las sombras. Esos
cinco medallones no me sirven de nada a mí, ni los humanos solo los ai
pueden utilizarlos y llamar a las sombras en caso necesidad.

Aquí tienes el que tu madre robó para ti cuando tuvo oportunidad. -Dijo
Darius dándole un collar con un pequeño libro, es igual que el arma con la
que mataste a Marina, también era un arma de los reinos.
Pero con el tiempo han sido mal utilizados, Ignacius mato a mis padres con
ellas por eso, fuiste perseguida y odiada. Ignacius quiere que los medallones
se queden en el poder de los ai, específicamente en su poder.

Ariel, lo miro fascinada - ¡No puede ser cierto!

-¡Lo es! El collar que te dio Arik si no estoy equivocado es el regalo las
sirenas ¿Podrías dármelo?

Se sacó el collar y se lo dio. Los dos collares centellaron y se unieron Darius


sonrió.

-¿Pero como Arik tenía algo tan valioso?


-Eso te lo contara Arik cuando regrese de su misión.

-Como ejecutora cuando estas puestas el collar, las sombras detectan por tu
sentimiento cuando te sientes amenazada y te protegen. Congelan para ti
sino es una amenaza muy fuerte, si lo es, los matan despiadadamente. Si te
sientes sola o triste se convierte en alguien que te consuele. Eso fue lo que le
paso a la princesa Yasmín y Rodolfo te sentías insegura de lo que planeaba
hacer para impedir tu boda con Gregory, Lo mismo sentías respecto a mí
pero la sombra sin querer atacó a un inocente. Eso pasa por no tener
entrenamiento.

-¿Eso ocurrió por mi culpa?

-No es para disculparme pero recién hoy me di cuenta que las sombras son
solo convocadas por los medallones, Rebeca me confundió con su teoría de
que salió un demonio.

-¡Entonces fue mi culpa los ataques! ¡Yo mate a esas personas!

-¡No los mataste! ¡Fue un accidente! Además tú no deseabas su muerte.

-¡Pero el resultado es el mismo! - Lloro Ariel.

-La congelación de una sombra no es mortal. Lo malo que para reanimar a


una persona del congelamiento de una sombra hay tres ingredientes, se
necesitan manzanilla, orquídea azul y sangre de un kut la cual es imposible
de conseguir. Ariel ahora sabes lo ocurrido, de ti depende que siga siendo tu
protector y defensor sino lo deseas. Arik puede ocupar mi lugar como tu
profesor y entre Gregory y yo buscaremos alguien que te defienda en el
consejo pero te juro que si me aceptas trataré de enmendar mis errores, sé
que he cometido muchos pero dame esta segunda oportunidad dijo Darius.
Atormentado y expectante.

Ariel, sintió lastima de él. Ella, también cometió muchos errores. Lo miro,
tomo su mano y dijo.

-Te perdono Darius. Enséñame a como dominar mi poder.

Darius sonrió aliviado, Ariel por primera vez vio, que su mirada no tenía el
dejo de amargura que había observado desde siempre.

-Ahora trataremos el asunto de tu juicio. Tengo una teoría sobre él, creo que
es un plan de Lord Castro para presionar a Gregory o al Consejo Blanco. El
Rey Nando casi no gobernaba a Sivcar y el Consejo Blanco, entre ellos yo
nos aprovechamos de ese hecho para prácticamente gobernar y hacer lo que
nos diera en gana siendo el principal beneficiado de esa política Lord Castro.
Pero cuando el rey enfermo Gregory tomo muchas de sus responsabilidades
y freno al consejo totalmente. Un ejemplo es la ley que libero de la
esclavitud a los ai, Lord Castro quedó prácticamente la ruina por eso, la
única opción de Lord Castro es atacar ahora antes de que Gregory sea
coronado, al ser nombrado Rey el consejo blanco le toca hace un pacto de
lealtad de que no tratara de sacarlo del trono. Cuando Gregory anuncio que
se casaba contigo quisieron presionar su salida con eso pero manejó muy
bien al consejo y el grupo de lord Castro apenas tenía votos suficientes para
impedir su boda.

-Yo no sabía eso.

-Estabas muy ocupada con el funeral del Rey y cuidando tus espaldas de la
princesa Yasmín. Lo que verdaderamente me preocupa es que Lord Castro
sepa de los atentados y que Ignacius esté aquí. Me hace pensar que quiere
utilizar las sombras en el juicio de alguna forma para desestabilizarte.

-¿Cómo cuál?

-Al no tener una prueba concreta y que se haya metido en este juicio
significa que pedirá que accedas a la prueba de Fenci.

-¿Y esa prueba en qué consiste?

-Es una prueba que se hace para saber si una persona es demonio, Kut o
está ligada o protegida por los demonios. Se le da al sospechoso una dosis
de veneno y si sale el demonio a protegerla o impedir que muera será
probado que es un demonio.
-Es primitivo.

-Pero si se hace en tu caso puede ser efectivo, por lo que quiero que
practiques relajación y que domines tus miedos, es importante que controles
tus emociones y temperamento mañana, especialmente si eres interrogada
por Lord Castro. Mande Arik a investigar cualquier indicio de Ignacius, temo
que cuando te hagan la prueba o te interrogue Lord Castro Ignacius lance
sombras. Al poseer dos medallones es algo muy factible.

Se oyó un golpe en la puerta - Me imagino que Gregory se cansó de esperar,


gracias Ariel por tu confianza, ahora voy a prepararme para el juicio y atar
unos cabos sueltos que me preocupan.

Cuando iba abrir la puerta.


-¿Darius, te puedo preguntar algo?

-¿Sí?

-¿Tú apruebas mi relación con Gregory?

Darius, sonrió.

-La verdad, no sé. No te quiero mentir diciendo que ahora te adoro y que tú
eres la pareja perfecta para mi amigo. Lo único que sé es su amor y su
amistad ha sido siempre muy fuerte. Muchos han tratado de separarlos sin
lograrlo. Me acuerdo de innumerables veces que de joven intente hacerlo, no
he visto un amor más fuerte que el de Gregory siente por ti. Siempre te ha
amado. Me acuerdo cuando su madre lo mando estudiar ¿Sabias lo que hacía
en vez de estudiar a conciencia como su madre quería? ¿No te lo contó?
Pensé, como ahora son pareja.

-No, ¿Qué hacia?

-No sé si debería…

-Por favor cuéntame.

-Ambos fuimos a Dumar, yo fui hacer algo de fortuna para no depender de la


Reina o de otra persona, así que entre a trabajar de mercenario para
proteger las naves que iban hacia Yasumir o, a otras distancias que no se
pueden transportar por medio de la magia. Gregory iba conmigo y trabaja
aun más duro que yo, así fue como conocimos Garnier. Siempre fue niño rico
y fue muy duro para él, pero de los que estábamos ahí era él que más
trabaja. Todo el dinero que ganaba lo reunía para tener un futuro contigo.
¡Cuántas veces peleamos por eso! A él no le importaba lo que pensaran los
demás, volvimos un año antes no de orden de la Reina como te hizo creer
después sino porque había reunido dinero suficiente para independizarse de
su madre y casarse contigo. No le interesaba si lo desheredaban, si no lo
dejaba ser Rey nunca, Por lo que sé el día baile en el palacio de cristal te lo
iba pedir. Yo no entendía su amor, tan profundo por ti y aún no lo entiendo
pero mirando la forma como lo miras y como has luchado por él, tal vez, lo
mejor es que estén juntos, lo único que te pido es que lo hagas feliz.

Bueno, ahora me voy, mañana temprano pasara Rebeca a enseñarte unas


frases para relajar a tus sombras, por si acaso no podemos atrapar antes a
Ignacius. Pero te prometo que no voy a dejar que nada ocurra. Nos vemos.

-Gracias Darius.
Él solo sonrió y se fue. Gregory entró en la habitación y Ariel se lanzó a sus
brazos.

-Te amo tanto.

-Yo también, todo estará bien. ¿Te gusta tu habitación?. Solo será por unos
días ¿Darius te trato bien? Si quieres puedo decirle que no te defienda, lo
puede hacer Lord Torres.

Ariel lo callo con un gran beso y se olvidaron de todo. Gregory empezó a


desvestir a Ariel con desesperación. Más tarde ella le contaría que era la
ejecutora y la relación que tuvo en los ataques, Gregory no dijo nada solo la
abraso y el escucho. Más tarde practicaron como manejar su poder luego
cenaron y volvieron amarse.

Capitulo 14

Medidas desesperadas

Darius llego a su despacho y tres perras lo saludaron, mientras estaba


acariciando a los animales Rebeca fue contarle su nuevo descubrimiento para
combatir a las sombras, cuando la miro sintió un pequeño malestar. Se puso
a meditar ¿Eso era ser recibido por alguien? Se sentía raro que buscaran su
presencia más allá de los favores políticos, estaba acostumbrado a su
soledad, esto era nuevo para él, temía acostumbrarse a la presencia de
Rebeca y los perros porque pronto se irían y eso le causo una gran tristeza.
Mientras comía con Rebeca y Diana les contaban lo que hablo con Ariel.
Diana apenas tocaba su plato se sentía muy triste por no ver Arik y además
preocupada por Ariel. Rebeca y Darius prácticamente se enfrascaron en una
pelea por las investigaciones sobre las sombras y apenas se dieron cuenta
que Diana se fue a dormir temprano, esperando que Arik regrese pronto.

***********

Elisa Castro llegó a su gran mansión que lucía un poco descuidada, ya no


quedaba tanto dinero para despilfarrar como antes, Los jardines que la
rodeaban estaban secos y el piso lleno de polvo. Estaba preocupada, dudaba
que su padre pudiera meter a la cárcel a esa mestiza zarrapastrosa, tenía
que poder sino ¿Que iba a ser de ellos dos? Prácticamente estaban en la
quiebra, no tenía opciones de casarse con alguien de dinero y ella sabía que
sería mejor Reina que ese monstruo pelirrojo. Fue por la mansión desierta
buscando a su padre, la había mandado a quedarse con unas amigas pero
descubrió que sin dinero y la protección de la Princesa Yasmín en verdad no
tenía amigas, no la querían a su lado y más bien se burlaban de ella.

Busco en cada habitación hasta que oyó la voz de su padre, hablaba con dos
hombres: uno viejo con barba blanca, pelo blanco, en sus ojos negros había
un gran odio. El otro un joven moreno un poco bajo de su misma edad,
cuando la vio le sonrió con lujuria. Su padre se molestó al verla.

-¿Qué haces Elisa aquí? Te dije que fuera con tus amigas.

-¡No tengo amigas! -Dijo Elisa haciendo una mueca de repugnancia al más
joven.

-¡Ve y has algo!

El viejo dijo - Que traiga algo de beber y que no sean esos vinos horribles
que tienes Castro.

-¡Nada de licor! Pronto deberás comenzar el ataque y no puedes fallar


Ignacius todo depende de ti.

***********

Unas dos horas más tarde Arik por fin llegaba a los brazos de Diana. Darius
le había mandado de aquí para allá en busca de información de sobre
Ignacius y los medallones, había conseguido suficiente información para que
expulsen y juzguen a Ignacius Zor Ahora lo único que deseaba era besar a su
Llanic (joya azul) y decirle cuanto la amaba, bañarse y dormir.
Cuando abrió la puerta vio a Diana dormida, estaba tan hermosa, toco su
cabello y ella se despertó.

-Arik amor ¿Este es un sueño? Te he extrañado tanto.

-Yo también Llanic.

La beso con desesperación y Diana empezó a quitarle la ropa.

-¡Cuanto te he extrañado! -Dijo abriéndole la camisa - ¿Cómo te fue en tu


misión?

Un soldado tocó la puerta.

-Capitán disculpe. Lord Darius, los necesita con urgencia a usted y a su


señora.
Arik maldijo y empezó a ponerse la camisa.

Darius sintió cuando el campo sobre la casa de Lord Bron fue levemente
invadido, lo había hecho especial para sentir si entraban sombras, como
había sospechado Lord Castro había lanzado un ataque.

-¿Darius que pasa aquí?

-Un gusto verte Arik no hay tiempo para trivialidades, Diana querida necesitó
que te concentres con la piedra en hacer un campo de fuerza en casa de
Lord Bron, que va hacer atacado por las sombras, sé que puedes hacerlo.
Rebeca tenemos trabajo que hacer, espero que ese descubrimiento tuyo en
realidad sirva.

-¿Gregory ya está enterado que las sombras pretenden invadir la casa de


Lord Bron?

-Sí, le mande avisar.

Rebeca, hizo la pregunta que Arik temía preguntar - ¿Es un ataque de Ariel?

-No, de Ignacius, quiere inculparla.

Arik los oía en silencio mientras caminaban.

-Pero… pensé que solo Ariel podía utilizar las sombras.


-Cualquier ai que utilice los medallones puede hacerlo, en especial si tiene
entrenamiento, Ignacius ha mantenido el secreto de los medallones para que
él solo pueda utilizarlos.

Llegaron minutos más tarde, Rebeca iluminaba todo con pequeñas esferas
que dispersaban a las sombras. El ataque duro poco y no hubo daños a la
casa de Lord Bron, cuando vieron llegar a los soldados del Rey como a los de
la orden, las sombras huyeron, registraron el lugar encontraron a unos
mercenarios muertos como a dos hombres que formaban parte de los
hombres de Zuñi.

-Arik vuelve al palacio con Rebeca, necesito que descanse los dos, mañana
será un día muy duro - Dijo Darius

-¡Lástima que no atrapamos a ningún hombre vivo! -Expreso Gregory, con


pesar.
-Eso no lo sabe Lord Castro, le tenderé una trampa en el juicio, puede ser
peligroso, hay que discutirlo con Ariel pero puede ser nuestra mejor carta.

A Ariel, no le gusto para nada el plan de Darius, era muy arriesgado pero no
había otra forma de salir de esto lo más rápido posible de ese odioso juicio.

Miro a la ventana pronto sería un nuevo día, el día de su juicio.

Capitulo 15

El juicio

Gregory, aun tenia sueño, casi no había dormido y sabía que Ariel estaba tan
nerviosa como él. Se desperezó, le beso suavemente en la mejilla y luego en
los labios.

-Te amo Ariel.

-Yo también

-Todo va salir bien.

-Eso esperó.

Ariel le sonrió mirándolo vestirse, nunca se cansaría de ver ese cuerpo tan
perfecto, Gregory se vistió para irse a su alcoba, le estaba matando que
estuviera prisionera, de tener que confiar en Darius para defenderla.

Estaba harto de que el Consejo Blanco interfiriera con su vida, de sus


prejuicios y estupidez pudieran hacer daño a la persona que más amaba,
quería nuevo futuro junto con la mujer que amaba, deseaba un nuevo reino
próspero y libre. Esperaba que plan de Dairus diera resultado, se bañó y se
dirigió al despacho de él, lo miró, tampoco había dormido revisando hasta el
último detalle.

Todo estaba listo.

Ariel estaba a punto de vestirse con una blusa negra, pantalón negro y sus
botas de batalla, no llevaba armas porque estaba prisionera, aunque tenía
dos escondidas pero eran invisibles. Darius insistió en que llevara los
collares, si sentía una sombra proveniente de otro collar debía avisarle, era
algo muy débil pero tenía que estar atenta.
Rebeca llego unos minutos después con Annia, que cargaba entre sus brazos
un elegante vestido de color verde agua y zapatos de tacón negro.

-Hola, ¿Como estas? - Dijeron las dos saludando alegremente a Ariel.

Annia, al verla vestida hizo un gesto de desaprobación.

-¿Ves? ¿Qué te dije? -Exclamo consternada a Rebeca.

-Ten. -Expreso, dándole el vestido a Ariel.- Esta ropa es más apropiada para
el juicio.

Mirado el cabello parado de Ariel. – ¡Vamos, tú puedes hacer crecer tu


cabello a voluntad! ¡hazlo! Te haré un moño. El presumido de Lord Darius
dijo que debes lucir lo más femenina e inofensiva posible.

Rebeca frunció el ceño.- ¡Es una idiotez! ¿Que se le vino al cabezota de


Darius? Pero no es mejor contradecirlo, casi llora cuando discutí hoy con él.

Ariel y rió se cambió el vestido, le sentaba muy bien, aunque odia utilizarlos.
Este en particular le hacía verse más femenina, a pesar de sí misma se
sentía bonita, Annia tenía buen gusto.

Rebeca que la vio viéndose al espejo le dijo- ¡Estás hermosa! Tienes suerte
que intervenimos, Darius quería un vestido floreado en color rosa fuerte con
grandes flores amarillas.

Ariel se rió nuevamente, solo esas mujeres podían hacer que se ría cuando
tenía el corazón en puño.

-Bueno ahora practiquemos tu respiración - Dijo Rebeca - Si te sientes


nerviosa o piensas que tu sombra aparecerá sin que tú la convoques di yusgy
gian, es lo que dice el libro del collar que Darius te dio. Cuando esto acabe
tenemos que revisar ese libro, habla de muchas cosas interesantes ¡Tantos
hechizos que aprender! Pero tendrá que ser a luego del juicio.

Annia, reviso como quedo - ¡Estás preciosa! Sé que debes estar nerviosa, yo
lo estoy con mi parte, ojalá no sea necesaria y el presumido sea un buen
orador.

Rebeca alzó la ceja.- ¡Ojalá! ¡Se cree tan perfecto! ¿Te imaginas que no me
dejo oír su argumentación porque según él, lo pongo nervioso?
En ese momento tocaron a la puerta, Arik, paso acompañado de Diana,
ambos parecían muy preocupados. Él iba vestido todo de negro como cuando
trabaja para la orden y Diana de azul con un velo blanco cubriéndole el
rostro.

Cuando llegaron Annia se fue incomoda a hacia la ventana, Diana y ella


tenían especie de acuerdo tácita, no intentaban ser amigas pero no eran
enemigas, las dos trataban de superar su aversión y soportarse
mutuamente. Arik llevo a Ariel a un lado para hablar en privado.

-Estas bellísima.

-Es obra de Annia.

-¿Estás segura que ese idiota te defienda?

-Sí lo estoy, Darius no es tan malo como parece.

-Lo que tu digas reik (hermana) vas a ver qué atrapo a Ignacius, todo va
salir bien. Te dejo en buenas manos.

Sin muchas ganas de desayunar fue forzada por Diana y Rebeca a tomar un
poco de té de valeriana, debía estar lo más relajada posible, fue acompañada
de sus amigas hasta un majestuoso edificio blanco donde funcionaba el
consejo blanco. Tenía sesión a las nueve pero empezaron a las diez.

Lord Castro, llego todo preocupado y nervioso. No estaba tan altivo como el
día anterior. Lord Darius en cambio se veía confiado cuando ingresaron en la
sala, le sonrió Ariel. Estuvieron sentados un minuto hasta todos los
miembros del consejo blanco entraron, se pararon cuando llego Gregory,
todos le hicieron una reverencia.

Ariel se le paro el corazón cuando lo vio entrar, estaba magníficamente


vestido, tan guapo como un príncipe de un cuento de hadas. Sus ojos se
posaron en ella y le sonrió con amor, miró al resto del consejo con desprecio,
se sentó en un su trono para empezar la sesión. El juicio empezó con una
plegaria a la diosa.

Lord Castro sería el primero en comenzar a establecer su caso, se paró con


decisión miro a Darius y Ariel con desdén y con voz elocuente empezó
hablar.

-¡Majestad y queridos señores del consejo blanco! Me es tán difícil cumplir


con mi deber. Sé que ahora estoy siendo rechazado, hasta por mis amigos
pero, siempre que uno tiene la razón no importa ser perseguido. Esta
hechicera ha lanzo un embrujo sobre su majestad, sobre el consejo blanco y
hasta sobre el mayor defensor de nuestros días Lord Darius. Su perfidia
puede costarnos el reino.

Una serie de murmullos se oyeron. Darius, se paró y protesto. - ¡No puede


hablar de esa forma sobre mi defendida!

Pero Lord Bron dijo con voz ahogada – ¡Tenga cuidado Lord Castro!
establezca su punto.

-Ariel Kron es mestiza, Es producto de una raza maldita y nuestra propia


raza. Los ai matan a sus mestizos porque son anormales, son monstruos que
tienen poderes extraños y demoníacos. Ella no debería haber nacido, es el
resultado de la negligencia de sus padres, que luego pagaron ese error
muriendo por culpa de ella.

Darius, se paró de nuevo.

-¡Por favor está insultando a la defendida! ¡Que pare esta sarta de insultos y
mentiras! ¿Tiene alguna prueba?

Lord Bron se quedó mirando de reojo a Ariel que estaba cabizbaja, antes de
decir - ¡Por favor Lord Castro! remítase a los hechos.

-¡En eso estoy! Majestad, Señor presidente, miembros del consejo blanco
téngame paciencia. Como venía diciendo… su propia historia es la prueba de
que este demonio está maldito y que contamina todo lo que toca.

Lord Bron asustado mirando la cara de Gregory dijo. – Lord Castro, por favor
es mi última advertencia.

Lord Castro asintió con la cabeza - Su madre fue la Dama Blanca y su padre
uno los mejores hechiceros pero ¿Que les paso? fueron muertos y raptados
por un kut. A ella en cambio no le paso nada, hasta mato al kut luego sin
sufrir ningún rasguño. Es porque tiene poderes nunca vistos, en su sangre
hay mal, solo con verla pueden sentir el mal dentro de ella.

Se oyeron murmullos y alguien dijo que era el diablo, monstruo,


abominación. Ariel intentaba relajarse a veces miraba a Gregory para sacar
fuerzas.

Darius se paro.
– ¡Esto ya es abuso! Señor presidente, que deje de insultar a mi defendida.

-Perdón - Dijo Lord Castro mirando a los miembros del consejo. Los tenía en
la palma de su mano.

-Es que estoy aquí, hablando por mi hija, por la vida de cada asistente en
esta sala. Si un simple kut hizo tanto daño ¿Que hará ella que mato al kut?
¡Hay que detenerla antes de que sea demasiado tarde! Ya ha cobrado tantas
víctimas, ayer ataco a nuestro querido presidente ¿Que esperamos?

Darius temblaba de rabia y anotaba ciertas cosas en un papel. Lord Castro


estaba satisfecho, los murmullos y las miradas acusadoras a Ariel parecían
dominar la sala, todo salía mejor de lo esperado, a pesar de Ignacius falló
ayer.

No había como hablar por la conmoción que estaba causando, Darius dijo en
voz alta. - ¡Una prueba, solo pido eso!

-Como ha dicho mi colega y amigo, por amor a la ley y señalando la justicia


del consejo pido que sea haga la prueba de fenci. Con eso demostraremos
que es un monstruo y haremos algo al respecto antes que sea demasiado
tarde - Dijo sentándose.
Darius se quedo sentado unos minutos, miro a Ariel que estaba llena de
rabia, tratándose de concentrar en sus manos. Diana estaba afligida, miraba
a Ariel con lastima, sus manos sostenían su piedra de poder, intentado
concentrar un campo de fuerza en la sala. Gregory, parecía tan frió pero si,
se le miraba bien, se veía ira en sus ojos, sabía que su amigo estaba
sufriendo.

Annia, estaba disfrazada de verdugo al final de la sala, temblado, teniendo


en sus manos un somnífero hecho por Otto en caso que la prueba fuera
realizada.

Lord Castro, sonreía seguro de su victoria. Darius se paro.

-Majestad, miembros del consejo blanco. Por años he respetado y admirado


a Lord Castro. Por años he pensado que es el mejor de nosotros como
miembro del consejo blanco, pero me equivocado. No es más que un
charlatán y un traidor que está causando una conspiración en contra de su
Majestad.

Hubo un montón de murmullos. Lord Castro se paro furioso. - ¡No puede


insultarme así! ¡Yo no soy el acusado!
Lord Bron dijo - ¡Explíquese lord Darius!

-Lo haré señor presidente, Ariel Kron es una mujer humilde, mestiza, sin
mucho poder, es cierto que los ai matan a sus mestizos pero lo hacen porque
son seres sin poder, sin magia, todo lo contrario a lo que piensa Lord Castro
¡Yo si he investigado de su cultura! Que su majestad se haya enamorado de
ella es producto de la causalidad y de que estudiaron juntos. A pesar de los
pocos poderes que le dio la vida Ariel, le dio un gran espíritu, es una
guerrera, a diferencia de otros miembros del consejo blanco. Estuve las dos
veces que ataco el kut, la vez que mato a la madre de la señorita Kron y
hace pocos días. A diferencia de nuestro querido Lord Castro que la ataca sin
ver los hechos, sin tener pruebas, yo fui testigo de lo que paso, fui salvado
por ella, por su fuerza y valentía. Ella me demostró que la orden blanca no
servía, que había que mejorarla, adecuarla al nuevo tiempo para mejorar
nuestro querido Sivcar y pienso que todos los miembros de esta sala
queremos lo mismo.

Murmullos de aprobación se oyeron.

Darius miro a Lord Castro. - ¡Bueno no a todos! A Lord Castro no le


convienen estos nuevos vientos, prácticamente lo han arruinado.

Hizo toda esta farsa o más bien digamos, este falso juicio por su afán de
poder, ha creado estos atentados para usurpar el trono o menoscabar el
poder del Rey.

La sala estallo en voces, a favor y en protesta. Lord Castro estaba rojo de las
ira, protestaba pero nadie parecía oírlo. Lord Bron sudaba por volver a tener
el control de la sala. Después de cinco minutos por fin logro el silencio.

Luego dijo. – ¡Es una acusación muy seria! ¿Tiene pruebas Lord Darius? Si
no es así será amonestado por difamar a un miembro del consejo.

Darius saco unas carpetas y se las mostró a Lord Bron. Lord Castro palideció.

Darius, sonrió - A diferencia de Lord Castro si las tengo, cuentas bancarias


que nos dicen la situación desesperada de Lord Castro.

Lord Castro se paro y grito furioso.- ¡Por la diosa no soy el acusado! Por
favor que se atenga al juicio, ¡No es mi a quien están juzgando! ¿Cuántas
veces debo decirlo?

Bron, miro a Gregory y dijo - ¡Quiero oír sus pruebas Lord Darius!
Los amigos de Lord Castro pifiaban. Paso un momento antes de que la sala
vuelva estar en silencio.

Darius volvió a tomar la palabra. -El acusa y señala con desprecio a los ai
cuando ha tenido tratos ilegales con su líder Ignacius Zor. Lord Castro era la
fuente principal de esclavos y de información sobre los ai, eso era posible por
Ignacius Zor que, para seguir en el poder los ai, mandaba a sus enemigos a
la esclavitud. En la carpeta que le di están todos lo tratos detallados de
Ignacius Zor, parece que no confiaba mucho en mi colega. Además como si
no fuera poco tengo dos testigos, dos soldados ai que fueron atacar su casa.
Ignacius Zor es el que creo los ataques, tiene el conocimiento y el poder, no
mi defendida, que apenas puede hacer ese tipo de magia.- Señalo hacia Ariel
que intento sonreír y verse desvalida.

Más murmullos surgieron.

-El rey me mando a investigar los atentados. He aquí los informes de la


investigación. Los atentados no se dieron por azar, ¿Qué interés tenía Ariel
Kron en atacar Néstor Domínguez, un soldado que trabaja para mí? Ella y yo
somos amigos desde hace años, prácticamente fui su maestro, confiaba
tanto en ella que la convertí en mi sucesora para que organizara una nueva
orden. Lord Castro es testigo de eso ¿Por que desearía hacerme daño?
Estaba encantada con esa proposición, aunque no acepto por que iba a
casarse con nuestro Rey. Pero del otro lado Lord Castro si tenía motivos,
deseaba mi ayuda, se oponía a la elección de Ariel Kron como futura Reina.
Deseaba un nuevo Rey y me propuso serlo, Lord Gutiérrez es testigo, yo lo
rechace, porque solo hay un Rey y ese es Gregory Rovstost.

Más murmullos y un grito de asesino traidor se oyeron en la sala.

Bron grito - ¡Por favor silencio!

Lord Castro dijo - ¡Lord Bron por favor detenga esto! ¡Son solo rumores
infundados!

Pero Lord Bron no le hizo caso y hablo - Siga Lord Darius.

-La princesa Yasmín y Rodolfo Juárez si tuvieron problemas con la acusada,


pero la Dama Blanca es testigo que la princesa Yasmin pidió perdón a la
señorita Kron puede atestiguarlo. Dejo de apadrinar a la hija de Lord Castro,
eso también puede atestiguarlo, presencio la pelea de Elisa Castro con la
princesa. Así que examinando bien los hechos, nos topamos que la señorita
Kron no tenía interés en hacer los atentados y cuando estos se realizaron
estaba en compañía del Rey o ¿También a él se le va objetar su palabra?.
Lord Castro y su aliado Ignacius si tuvieron motivos y la oportunidad.

Lord Castro rojo de la ira volvió gritar- ¡Me opongo señor Presidente, no es
un juicio en mi contra!

-Tiene en razón - Dijo Lord Darius - Es un juicio contra una inocente que se
le pide la prueba fensi, que no solo es peligrosa para mi cliente, es insulto a
ella y a su Majestad al dudar de su palabra. Estamos de acuerdo en hacerla,
sin embargo, si sale negativa, como va ser el caso, Ariel Kron es inocente. Y
¿Como su majestad va a ver este Consejo Blanco? ¿Qué duda de su palabra
y de la futura Reina? ¿A este consejo que debería apoyarlo y más bien quiere
usurpar su puesto o chantajearlo? Cuando sea nombrado rey puede pedir al
pueblo un nuevo consejo blanco que vea por sus intereses. El pueblo está
con Gregory, quiere a este Rey que se preocupa por ellos ¿Desean
provocarlo? Después de que hayan hecho semejante prueba mostrado que
este juicio es una farsa, es algo preparado para menoscabar a nuestro Rey,
¿Van apoyar eso? Pido que el consejo vote si debe o no hacer la prueba fensi
sobre mi defendida.

Annia temblaba rezando a la diosa que no tenga que interpretar su papel.


Muchos murmullos se oyeron. Castro sudaba y estaba pensado que perdió la
pelea, ninguno de esos cobardes quería perder un puesto en el consejo pero
si estaba en riesgo sus vidas todo sería diferente.

Capitulo 16

Mucho ruido y pocas nueces

Darius vio cuando Lord Castro sospechosamente toco algo de su bolsillo


parecía nervioso. ¡El idiota iba actuar! Darius índico Ariel que avisara a Arik
por el extraño nexo que tenían, Gregory también fue avisado mediante una
señal, miró a Diana y la alerto con un mensaje mental para que hiciera más
poderoso su campo de fuerza.

Bron se puso de pie y dijo solemne. -Se pueden retirar para que el consejo
pueda deliberar.

Ya afuera, esperaron en una pequeña sala., Lord castro fue a mirar a la


ventana como si esperara algo, Darius se sentó cansado en la silla.

-¡Estuviste genial Cristian!


-Gracias, Ariel, pero es mejor que te sientes y relajes, creo que Lord Castro
va lanzar un ataque para ver si así nos gana. ¡Ojalá, el simio lo atrape!

-¡No le digas así!

-¡Otra admiradora que tiene ese hombre! Entre Rebeca y Diana me vuelven
loco, casi me matan cuando lo nombro así.

-¿Entonces porque lo haces?

-¡Me gusta provocar!- Respondió Darius sonriendo pícaramente.

-En especial a Rebeca.

Darius no respondió y miro a Lord Castro.

Lord Castro esperaba que Ignacius ataque el consejo blanco y que esos
mentecatos tuvieran tanto miedo que matarían Ariel Kron. Ignacius vio titilar
la piedra roja era su señal, estaba solo en un edificio viejo, a unas cuantas
cuadras del edificio del consejo blanco. Se concentró maldiciendo haber dado
a Zuñi uno de sus preciados collares, pero solo sería por poco tiempo. Zuñi
estaba enfrente del edificio del consejo blanco disfrazado, ya creo a sus
sombras por miedo a equivocarse, vio la señal de Ignacius y las mando,
tenían formas de panteras y lobos, todos negros se unieron a unas más
grandes convocadas por su maestro que caminaban por las calles congelado
todo o prendiendo fuego.

Arik fue el primero en verlas, junto a Rebeca siguieron el rastro de poder,


llegaron a una casa vieja frente al palacio del consejo blanco, indico a sus
hombres que no tocaran nada. Rebeca se concentró en desactivar el campo
de fuerza. Ignacius no se dio cuenta a tiempo que desactivaron su campo de
fuerza y fue capturado fácilmente por Arik

-¡Quedas arrestado Ignacius por conspirar contra el Rey Gregory! Pronto


serás también expulsado de las tribus ai, lo has perdido todo.

Zuñi vio a Razvan y lo siguió maldiciendo, recogió las sombras que convoco y
fue en busca de la Blema que parecía una diosa. Elisa fue despertada por ese
sarnoso que la miraba con deseo.

-¡Vístete amor! - Le dijo tocando levemente su seno - Tu padre será


arrestado, debemos nos irnos.
Ella dio un pequeño grito, se vistió a prisa y salió con el zarrapastroso, no
tenía elección.

Lord Castro esperaba un ataque pero no paso nada, maldijo a Ignacius que
había fallado de nuevo, lo peor sucedió después, cuando vio a un ai vestido
de negro que saludaba a Lord Darius y llevaba a Ignacius apresado. Tras de
ellos estaba una extraña mujer que abrazo Darius mientras le decía.

-¿Ves cabezota? Mi seguidor de sombras funcionaba, tenía razón.

Dairus se sentía extraño, nunca se había excitado tan solo por un simple
abrazo pero oliendo el perfume Rebeca, sintiendo su calor todo su cuerpo
ardió ¿Que le estaba pasando? Odiaba a esa mujer ¿Porque entonces tenía
unas ganas de hacerla callar besando salvajemente su boca? Pero no lo hizo
solo se separó y fue en busca de Lord Castro.

Mirándolo dijo – Todo término.

Mando un mensajero a Lord Bron indicándole lo sucedido. Unos minutos más


tarde Ariel fue citada para oír la deliberación del consejo. Lord Bron con voz
pétrea dijo. - El consejo blanco absuelve Ariel Kron, al encontrar a los
verdaderos culpables.

Gregory dijo fríamente - Les doy las gracias por su decisión pero el juicio
sobre mi prometida ha sido un ataque muy fuerte. Hoy mismo deseo que se
haga el juramento de lealtad de todos los miembros del Consejo Blanco. No
pasare por alto la traición de Raúl Castro.

Los miembros del consejo blanco estaban verdes y morados pero no dijeron
nada solo callaron. Bron en voz baja dijo. -Si majestad hoy mismo lo
haremos.

Gregory salió altivo de la sala en busca de Ariel y sus amigos. Lo habían


logrado, el Consejo prácticamente estaba en sus manos, Ariel pronto seria su
esposa y Cristian Dairus había vuelto a ser su amigo. Nada podía salir mal
ahora.

Capitulo 17

Malos recuerdos

Ariel a pesar de estar molida y con unos golpes en el cuerpo sonreía, ni


Gregory era tan buen profesor como Darius que se encargaba de entrenarla
como la ejecutora, Si no fuese porque Diana y Arik eran sus compañeros ya
hubiera desistido, era bueno tener amigos mientras estudiaba.

Arik había accedido a las clases al ser el sucesor de Darius, dirigiendo la


orden. La orden blanca y negra se había fusionado en un solo grupo, aunque
había algunos problemas, Arik esperaba que fuesen pocos, la orden por idea
de Gregory se llamaría la orden negra en un desafío abierto al consejo blanco
que protesto pero nada más. Tenían pavor que Gregory los disuelva, a pesar
de juramento de lealtad a Ariel, le habían enviado regalos y buenos deseos
para su inminente boda y coronación.

Además de las clases extenuantes, la futura Reina tenía que preparar su


boda y coronación, gracias a la ayuda desinteresada de Annia todo marchaba
en perfecto orden, sin la princesa Yasmín y ciertas nobles molestando el
castillo era un oasis de paz. Fue al cuarto de Gregory a cambiarse, esa noche
se daba un baile de bienvenida a los invitados de la boda y coronación del
día siguiente.

Se bañó y miro el vestido que con sus amigas había elegido, no era tan bello
como el que su madre y la perversa Marina hicieron para ella el día del baile
en palacio de cristal. Miró al vestido y recordó con preocupación cómo las
cosas pueden cambiar en un minuto.

7 años antes.

Ariel estaba nerviosa aun leía la carta de Gregory una y otra vez. Vendría, su
madre lo había llamado, no sabía por cuánto tiempo ¿Su relación iba ser la
misma? la había besado hace tanto, nunca en sus cartas le decía que la
amaba, no directamente, pero algo en ellas le hacía sospechar o soñar que él
compartía el mismo sentimiento.

Cuando llego hablaron muy poco, solo la abrazo, se sentía un poco rara y
emocionada, Gregory ya no era el niño con el que jugaba, era un hombre y
al sentir su calor, su abrazo miles de imágenes se le ocurrieron en la cabeza
él besándola, desnudándola y amándola.

Marina entro en su habitación, solo se iba quedar una semana y de eso ya


cuatro años. Algo en la amiga de su madre le incomodaba.

-¿Vas a ir al baile para celebrar el fin año electivo? ¿O vas hacer como el otro
año? Ariel debes divertirte, no puedes estar obsesionada ayudando a tu
madre en esos casos de mujeres desaparecidas. Ya cuenta con ayuda de ese
muchacho engreído y malcriado llamado Cristian Darius, que a pesar de
haber venido hace 6 meses se cree una autoridad en todo.
-Sí, siempre ha sido un poco extraño- dijo Ariel viendo nuevamente la carta.
No voy a ayudar a mamá, esta noche iré al baile, aunque la verdad no tengo
que ponerme.

Marina sonrió de forma maliciosa.

-Entonces iremos de compras.

Ariel tenía dinero ahorrado esperaba que con eso fuera suficiente, fueron a
innumerables tiendas y consiguieron un vestido verde que la no convencía
mucho. Cuando llegaron fueron recibidas por su madre, que estaba muy
alegre, tenía un nueva pista atraparía hoy al supuesto kut (monstruo) que
mataba a las mujeres.

-Hola ¿Cómo les fue? Nicolás me dijo que fueron de compras ¿Me vas a
acompañar en la caza?

Ariel miró al suelo, sintiéndose muy mal por no ayudar a su madre. En voz
baja dijo.

-Perdona mamá voy a asistir al baile.

-Me lo imagine, desde que supe que Gregory iría.

Ariel enrojeció.

-Deja ver el vestido que compraste.

Ariel se lo dio, su madre lo estudio examinándolo - ¡Le falta algo! Es muy


sencillo, no tiene vida, pero creo que lo puedo remediar.

-¿Podrás? - Dijo Marina algo nerviosa. -No te olvides que hoy ibas de caza.

-Lo sé pero es el primer baile de mi niña. Además, lo que pienso hacer no es


tan complicado si me ayudas.

Le pusieron una extraña tela negra que le regalo a su madre una amiga de
Yasumir. Luego de muchas horas quedo un vestido de cuento de hadas, era
bellísimo y raro, según su padres y Marina sería la más bella del salón. Ya
vestida y arreglada, por primera vez se sintió hermosa y capaz de conquistar
a Gregory.

El príncipe había discutido con su madre, se quedaría y se convertiría en


novio de Ariel Kron y vería a su hermana cuantas veces quiera, su madre
amenazó con desheredarlo y él dio una carta de renuncia al trono, si eso
quería la haría efectiva al consejo blanco al día siguiente, por primera vez su
madre no supo que decir. Luego dijo que atacaría a la familia Kron si él
seguía con esas ideas sobre la muchacha.

-¡Entonces me iré con ella y renunciaré al trono! - Había dicho Gregory su


madre al fin cedió por el momento hasta esperar alguna forma de frenar esa
relación.

Entró al baile en busca de Ariel pero no pensaba verla tan hermosa, con un
vestido negro con verde, tan bello como un ángel, contra todas las
costumbres fue en busca de ella y bailo la primera pieza, aunque le tocaba
hacerlo con la esposa o hija del presidente del consejo. Ariel temblaba
apenas conocía los pasos pero se dejó llevar por sus brazos, bailaron
causando estupor a todos.

Elisa estaba furiosa como esa mestiza apestosa, estaba tan linda y bailando
con él, algún día Gregory sería su prometido y esposo. Bailo con uno de sus
admiradores acercándose lo más posible a la pareja y en el momento menos
pensado tropezó con ellos y a propósito rasgo el vestido de Ariel,
rompiéndolo completamente. Ariel avergonzada salió del salón corriendo,
Gregory quedó estupefacto mientras Elisa y otros asistentes reían.
Gregory reaccionó y fue tras ella, la alcanzo, la estrecho en sus brazos Ariel
trataba de cubrirse y escaparse del pasillo, él se quitó la chaqueta y la
ofreció.

-¡Por favor Ariel! Escúchame.

Ariel asintió.

-Hoy vine por ti, no me importa como estés vestida, siempre estás hermosa,
hasta con ese vestido roto eres la más bella del salón.

Se acercaba tanto que Ariel percibió su perfume, lo miro perdiéndose en sus


ojos que se derretían, como plata fundida. Gregory se acercó más, cuando
estaba a punto de topar sus labios Darius apareció en el pasillo con la mirada
atormentada, chorreando sangre y sostenido por un soldado.

Ariel y Gregory se acercaron. A punto de desmayarse y con heridas en todo


el cuerpo Darius dijo con gran dolor.- Han raptado a tu madre. Intente….

No pudo decir nada más por qué se desmayó. Eso lo cambio todo Ariel y
Gregory buscaron desesperadamente a la madre de Ariel que era la antigua
dama de blanco sin encontrarla. El instinto de ella la llevaba a otro lado,
estaba convencida que Gregory y Darius se equivocaban al buscar indicios
mágicos. Mientras Ariel investigaba a las a las mujeres asesinadas, como lo
hizo su madre, solo Mariana creía que estaba en lo correcto.

Las semanas siguientes fueron duras apenas veía a Gregory, además, el


bruto de Darius acusó a su padre del ser el kut. No sabía si había escapado
de prisión o fue raptado como su madre. Esa noche discutió terriblemente
con Gregory, harta de no ser oída fue sola a buscar pistas, no quería esperar
al fastidioso de Darius, ni a Marina.

Gregory no había podido acompañarla porque su madre se enfermó de la


peste, estaba muy delicada y a punto de morir, cuando estaba saliendo de la
habitación de la Reina se encontró con Darius entre furioso y culpable.

-¡Es tu culpa! Siempre dejas que se salga con la suya, ahora no la encuentro.

-¿De qué hablas?

-Ha desaparecido Ariel, no el encuentro.

Gregory tembló, habían raptado a Ariel. No descansaron hasta encontrarla.


Diarius a pesar de su odio y antipatía podía sentir que estaba viva por su
rara conexión y se empeñó en encontrarla. A pesar del empeño de Marina,
Darius no le dio información, ni dejo que los ayude, los únicos que estaban al
cargo de la investigación eran Garnier, Morell que era un rastreador experto,
Gregory y Darius.

Gregory se sentía culpable, si la hubiera escuchado, si le hubiera permitido


que lo ayudara pero quería ser su héroe y solo término perdiéndola. Morell y
Darius luego de buscar incansablemente encontraron rastro de energía en
unas cuevas fuera de la cuidad pensaban que la bestia estaba ahí. Fueron
allá con un loco plan.

El hechicero distrae al kut, el tiempo suficiente para que Gregory entrara y


rastreara la cueva. De esa forma pudo hallar viva Ariel y a otra chica, pero el
Kut (monstruo) se dio cuenta y empezó a atacarlos muy mal heridos y
apenas sin municiones salieron victoriosos.

Ariel y la otra mujer estaban casi en estado de coma, Darius le indico que su
padre adoptivo Otto Fritz podía curarlas o por lo menos intentarlo. Gregory
estaba desecho, su madre murió dos días después de rescatar Ariel, Darius
se había vuelto un héroe, pero estaba enceguecido por el poder y el deseo de
venganza pero lo que más lo afectaba era que Ariel no reaccionaba, la otra
mujer ya había despertado y la mujer que amaba no lo hacía.
Habían pasado 7 meses, Gregory se sentía completamente solo, cuidaba
Ariel prácticamente todo el tiempo. Había comprado una casa, a las afueras
de la cuidad en la que residía con ella, no le importaba el reino ni su
obligaciones, solo ella. Se culpaba por no haber luchado por Ariel, por dejar
que a su madre gobierne su vida, por haber hecho tan poco.

Una noche, desesperado, se dio cuenta que Ariel no iba a reaccionar, por
más que la medicaba y cuidaba seguía sin vida, sin reaccionar, la llevo a
cabalgar como cuando eran niños pero seguía igual. Se acordó que cuando
ella se iba a ir del castillo que quería hacer un pacto de sangre y él se negó,
por considerarlo algo de niños.

Ariel había odio una leyenda que si se hacía un pacto entre amantes o
amigos, siempre estarían entrelazados para toda la eternidad, pensó que eso
la despertaría, con cuidado abrió su blusa, buscando cerca del corazón e hizo
una pequeña incisión y luego se hizo la misma herida, la abrazo para mezclar
la sangre, su magia y según Ariel su alma. Empezó a llover pero no le
importo estaba seguro que despertaría pero no lo hizo.

Empapados volvieron a la casa, la seco, le cambio la ropa y luego lloro hasta


que se quedo dormido abrazado a ella. Sintió un empujón Ariel había
despertado, pero sus ojos cafés ya no se veían ilusión sino deseo de
venganza. Para ayudarla recobrarse y a ayudar pueblo fundó la Orden Negra,
con lo que logro que Ariel tuviera una misión y a la vez la protegía de
cualquier mal. Pero ella no lo perdonaba le culpaba y se culpaba por la
muerte de sus padres.

Gregory no sabía que ella lo amaba con la misma intensidad, cuando parecía
que todo estaba perdido, al ser invadido por los kuts se dio cuenta lo tonta
que era al mantenerlo en distancia para salvarlo. Le dijo que lo amaba sin
importarle, que podía pasar.

-Ahora juntos nada podía detenerlos- se dijo. Miro su vestido, volviendo a la


realidad, no podía creer lo cerca que estuvo de perderlo todo, casi por su
cobardía lo deja pero ahora nada los separaría. Una puerta se abrió era
Gregory y ella fue a sus brazos.

Capitulo 18

El regalo

Gregory estaba nervioso ¿Y si a ella no le gustaba la sorpresa? No quería


ponerla triste con el recuerdo de sus padres, Ariel aún seguía en sus brazos
mientras le besaba el cuello y mordisqueaba la oreja.
-¿Cómo te fue hoy?- Dijo Ariel abriendo un botón de la camisa de Gregory.

- Recibí al Rey Alfonso, sabes lo aburrido que puede ser - Dijo Gregory
tratando de portarse indiferente a ella. Pronto vendría Annia con la sorpresa
de Ariel y no tendrían tiempo para nada.

-Sí. ¿Estás aburrido ahora? Puedo remediarlo.

-¿Sí? ¿De qué manera? - Pregunto Gregory perdiendo la batalla al sentir


como Ariel exploraba su pecho y jugueteaba con su vello.

-De esta forma - Respondió ella, llena de excitación, besando su pecho.


Lamiendo sus pezones.

Gregory no pudo contener más su deseo, la levanto con un moviendo un


poco brusco y la llevo a la cama.

-Como te amo y te deseo, he necesitado tus besos todo el día.

-No tanto como yo, he tenido un día muy duro, Darius es un salvaje, me
mando seis rayos y me noqueo tres veces.

-¿Estás muy herida? ¿A ver? yo te curo. -Dijo él mientras sus manos


acariciaban su cuerpo, produciendo escalofríos de deseo en Ariel.

*************

Annia llegaba tarde y todo era por culpa de Rebeca, había momentos que
estaba súper irritada y se la tomaba contra todo el mundo y otras que se
ponía a llorar en los rincones ¿Como sucedió a ese un momento? Cuando por
fin se tranquilizó ya llevaba 10 minutos de retraso.

Desde el día del juicio de Ariel, su prima y Darius estaban extraños, antes
peleaban todo el tiempo y ahora se evitan, ni siquiera se veían a los ojos.
Annia daría lo que sea para saber que paso entre ellos dos.

Fue corriendo a la habitación de Ariel, esperaba que la sorpresa de Gregory


le gustara a Ariel, ya que había pasado dos noches cosiendo el vestido.
Cuando giraba tropezó con Darius que, últimamente, estaba de un humor de
mil demonios.

-¡Annia, ten cuidado! Y no deberías hacer todo si necesitas ayuda un criado


que puede auxiliarte.
-¡Es que la carga que llevo es especial!

Darius, con exasperación dijo. – ¡A ver! deja que te ayude. ¿Por qué estás
tan contenta? Me imagino que es por el baile y la boda de mañana.

-No es solo por eso, convencí a Rebeca de quedarse un poco más


ayudándome, no sé cómo voy a ser de acompañante de una Reina.

Darius se puso contento y luego se maldijo ¿Qué rayos le estaba pasando?


Se concentró en Annia antes de responderle.

-¡Pero ella no es una Reina común!

-La verdad que no- dijo Annia pensativa - Pensar que vine a matarla pero no
pude, la admiro y a pesar del poco tiempo que la conozco le tengo cariño.
Ariel me acepto como si nada y me brindo su amistad.

-Ariel es una mujer fuerte y generosa.


-Sí, lo es, ojalá el baile sea todo un éxito, se lo merece. Espero que Rebeca
se anime un poco, no sé qué le pasa, hace poco la encontré llorando.

Darius, que ya de por si se sentía mal, ahora se sentía peor. Él si sabía el


motivo de lo que pasaba con Rebeca y lo perseguía todo el tiempo. Se decía
que había actuado de la forma correcta entonces ¿Porque no podía dejar de
pensar en ella?

Todo había comenzado muy inocente, el día anterior al juicio se había


quedado dormido en su escritorio, Rebeca que pasaba por ahí, giro su silla y
le puso una manta, pero él se despertó.

-¡No hagas, eso! -Le grito incomodo y hasta grosero con ella.

-¡No te tengo miedo! - Darius la tomo en sus brazos y la estrecho hacia él.
Casi los dos caen de la silla, Rebeca lo miraba con sus ojos grandes entre
asustada y algo excitada.

-Deberías o ¿Lo que quieres es que te haga el amor? ¿Es eso Rebeca?- La
estrecho y acercó su cuerpo a de él, lamiendo su cuello y tocando sus senos
levemente.

Ella tembló llena de deseo, Darius la soltó y Rebeca hizo algo inesperado, se
acercó hacia él y lo beso en la boca, él se estremeció mientras ella se paraba
y caminaba hacia la puerta, antes de irse dijo.
-¡El único que tiene miedo aquí eres tú! Buenas noches, Darius.

Darius no pudo borrar ese beso por más que quiso, se sumergió en su papel
de defensor de Ariel, cuando por fin dijo los alegatos y estaba con Ariel
esperando los resultados, Arik y Rebeca se acercaron a ellos con su esperado
prisionero.

Solo ver a Rebeca le causo desearla aún más, cuando lo abrazo emocionada
porque su invento funcionó, Dairus estaba lleno de lujuria, solo tenía que
tomar su barbilla y besarla como lo deseaba pero no lo hizo. Rebeca era
demasiado inocente para un hombre como él, además era la nieta del
hombre que más odiaba. Se separó de ella y estuvo el resto del día mal
humorado, a pesar de su victoria, el deseo lo carcomía y no se le ocurría
nada salvo buscarla para saciarlo.

Era de noche y como de costumbre salía con las perras de Rebeca a caminar,
cuando fue a dejarlas en la habitación, la encontró a ella a oscuras, llorando.
Metió a las perras a la habitación que subieron a la cama, fue con ellas y se
sentó junto a ella.

-¿Qué te pasa?

Ella no respondió, siguió llorando. Darius se sorprendió abrazándola y


consolándola. Luego de un tiempo Rebeca le respondió sollozando.

-Vi a mi abuelo y recordé lo mucho que le temía. Volví a ser esa niña débil,
que golpeaba y humillaba.

-Ahora está arrestado, nada te pasara. ¡No dejaré que te pase nada a ti o tus
niñas!

Rebeca sonrió y lo miro, se acercó más a Darius. Él nunca la había visto sin
grandes lentes, estaba preciosa, sus ojos verdes a pesar de que estaban a
oscuras brillaban. Darius sintió un estremecimiento de placer, solo de pensar
en besarla ya estaba duro. Ella se acercó más él y toco sus labios con los
suyos muy suavemente, Darius gimió.

-No sigas Rebeca. Si me besas de nuevo yo te corresponderé y tendremos


sexo, te deseo mucho, no te imaginas cuanto. Si estás preparada para una
aventura, para algo salvaje y placentero ven a mi habitación, sin embargo,
solo será sexo - Diciéndole eso la beso en la mejilla muy cerca de los labios y
luego salió de la habitación.
Rebeca estuvo muy tentada a ir a su habitación, de hecho lo hizo un par de
veces, pero regreso acobardada de nuevo a su cuarto. Darius sintió cuando
Rebeca se paró y casi estuvo a punto de entrar a su cuarto, en una ocasión
se levantó para ir a su encuentro pero sus pies no le respondieron. A la
mañana pensó que hizo lo correcto hasta que ella anuncio que se iba
Yasumir. La voz de Annia lo saco de sus pensamientos.

-Ya llegamos.

-Ten

-Gracias

-De nada - Dijo Darius y fue a ducharse de nuevo.

Annia golpeo tres veces la puerta, de mala gana Gregory abrió, poniéndose
la camisa - Creo que iré a la otra habitación a arreglarme para la fiesta
amor.

Ariel aun tendida en la cama sonrió.- ¿Qué traes ahí? -Le dijo a Annia.

-Es un regalo de Gregory.

-Espero que te guste, si no lo quieres comprenderé - Dijo Gregory


expectante aun parado en la puerta.

Ella se levantó, tomo la caja de las manos y la abrió. Era el mismo vestido
negro con verde que utilizo en el baile, estaba como nuevo.

-Sino deseas utilizarlo, puedes ir con él que elegiste.

Ariel, fue a la puerta y lo beso apasionadamente en señal de agradecimiento.

-Esta noche - Le dijo - Será maravillosa, nada podrá separarnos.

Capitulo 19

El pacto.

Zuñi miro a su compañero o carcelero Pietro a su lado antes de entrar al


castillo como trabajadores, no le gustaba haber pactado con la despiada Inés
Victoria para liberar su maestro, ni siquiera Ignacius Zor se atrevía a
traicionar a esa mujer.

Al principio, cuando fue a buscarla a Dunar, ella no quiso recibirlo tuvo que
contarle que había visto a Rebeca Zor y que estaba viva para accediera
ayudarlos. Estaba contento de no estar en los zapatos de Rebeca, la
venganza de Inés Victoria sería terrible. Miro a los futuros reyes llegar y se
escondió.

Vestida Ariel fue con Gregory al salón principal a recibir a sus invitados.

-No estés nerviosa amor. Eres la mujer más hermosa y maravillosa del salón.

-No es eso, tengo un mal presentimiento.

Gregory se puso serio. Cuando Ariel percibía algo malo casi siempre sucedía.
Llamo a uno de sus guardias y le indico que estén pendientes de cualquier
cosa extraña y se lo comuniquen directamente a él.

-¿Ves amor? Nada arruinará esta noche. - Le dijo cariñoso, mientras le


besaba en la mejilla.

A Elisa la peluca le picaba, había entrado en el castillo vestida como


sirvienta, habiendo pasado toda su vida ahí y siendo confidente y protegida
de la princesa Yasmín conocía todos los pasadizos y el funcionamiento del
castillo. Pronto lograría su venganza Zuñi y diez hombres más liberarían a su
padre e Ignacius no sin antes impedir esa boda, matar Ariel, Gregory y al
resto de invitados.

Vio de lejos Ariel, la estúpida lucía radiante de felicidad, Gregory la llevaba


del brazo, presentándoles a todos los invitados. Vestida así parecía una
Reina, la maldijo, ya probaría su venganza. Luego tomo el veneno que
estaba poniendo en las copas de champaña, pronto brindarían por su
compromiso y morirían todos.

Darius vio a todos felices en la fiesta, aumentando su soledad, Gregory


estaba dichoso junto Ariel, que sonreía tímidamente, Annia reía junto a dos
caballeros muy elegantes que parecían pretenderla. Busco en el salón hasta
que encontró bailando relajadamente a Rebeca en los brazos del hijo de Lord
Bron, estaba bellísima con un vestido apretado color rojo, se la veía sexy e
interesante, tanto que su acompañante babeaba. Darius estaba
terriblemente celoso, no podía entender sus celos, ni cuando pensó que
estaba enamorado de Diana se sintió así.
Lo que necesitaba era respirar, un poco de paz. Cuando iba salir al jardín vio
a Diana y Arik en balcón, besándose como dos jovencitos a escondidas. Bufo
y luego dirigió su mirada por última vez al salón, Ariel y Gregory bailaban sin
impórtales, ni fijarse en nadie más. Pensó que lo único que le pasaba era que
había demasiadas parejas enamoradas que se le pegaban como chicle.
Estaría mejor de director en la escuela de magia una semana más tarde, en
el palacio de cristal encontraría la paz que tanto necesitaba. Salió a caminar
llevando a los perros de Rebeca.

De todas las personas alojadas en lo que fue su hogar, solo a ella y a los
animales extrañaría. Le daba mucha paz caminar acompañado de ellos, se
sentía por primera vez aceptado y como si estuviera con su familia. Cleo la
perra más pequeña y a la que más quería Darius escapo hacía la cocina.

-¡Perra malcriada! - Exclamo Darius.

La persiguió y le helo ver a Elisa disfrazada poner algo en las copas del
brindis que se serviría tan solo en unos minutos. Tomo al animal con cuidado
y salió para advertir a los demás de lo que ocurría. Zuñi distinguió una
sombra en la oscuridad y le lanzo una daga al corazón. Darius, cayo soltando
a la pequeña perrita.

Capitulo 20

Ataque sorpresa

Darius soltó a la perrita y cayó al suelo, Elisa se acercó haber que pasaba y
rió al verlo en suelo. Cleo escapo y fue hacia el salón a alertar a su dueña.
Zuñi molesto le dijo.

-¿Ves? Por distraerte casi nos atrapan. Ve a coger a ese animal antes que no
descubran, un soldado te vio de forma extraña, hace un momento, no quiero
tener que utilizar el plan b.

Elisa molesta no se dignó a responderle, fue por la perrita pero la arrestaron


unos minutos después, cuando quiso atraparla. Con mucha cautela para no
alertar a los invitados fue llevada a la prisión de máxima seguridad junto con
su padre.

Zuñi y el hombre enorme que parecía un orangután fueron a coger el cuerpo


de Darius, cuando se dieron cuenta que aun estaba vivo y lo iban a rematar,
dos perras enormes entraron a la cocina, una de color dorado y la otra negro
con blanco empezaron a ladrar y gruñir defendiendo a Darius. El hombre que
parecía orangután vio a la perra de color dorado.

-La puta de Rebeca esta aquí. Zuñi no mintió, le haré pagar el despreciarme.
Primero voy a matar a este sucio animal de una vez por todas y luego va a
desear no haber nacido.

Lucho con el animal un buen rato hasta que Zuñi le ayudo y entre los
acorralaron a la perra. El otro animal gruñía intentado defender a su
compañera, el hombre grandote, cogió un gran cuchillo y cuando iba a tratar
de herir al perro Darius le pego un rayo derribándolo.

Rebeca fue a la cocina con Cleo en sus brazos acompañada de Garnier y


varios soldados. Lo vio todo, agradeció a la diosa que Darius, estaba vivo y
que defendió a Lulu.

Las dos perritas corrieron a brazos de su dueña que las llevo a un lugar
seguro. Los hombres de Garnier actuaron rápidamente y arrestaron sin
problemas a los asesinos. Zuñi escapo por uno de los túneles que le
enseñara Elisa y fue directo a las mazmorras para seguir el plan b. Ahora
todo dependía de la tonta de Elisa y del medallón que tenía escondido.

*****

Gregory y Ariel estaban enterados de todo pero no quería causar pánico. Ella
intranquila sonría a los invitados, estaba agradecida de que su príncipe la
acompañaba porque no hubiera podido fingir y comportarse apropiadamente.
El Rey observaba, todo estaba listo actuar si los rebeldes aparecían, cuando
vieron Arik seguido de Garnier sonrientes se aliviaron. Habían atrapado
fácilmente a los hombres de Zuñi, que había escapado, ya lo estaban
rastreando en cada pasadizo, solo era cuestión de tiempo arrestarlo.

Darius estaba mal herido pero ya era atendido por Otto y se recuperaría.
Rebeca dejó la fiesta y fue a esperar que Darius salga de la intervención de
urgencia. No entendía a ese hombre, podía ser despreciable y luego hacía
cosas como salvar a sus perras ¿Que iba hacer? Estaba empezando a
enamorarse de él.

La fiesta fue éxito, aunque termino más rápido de lo que se esperaba,


Gregory y Ariel se excusaron por eso. Querrían ir a las mazmorras a
interrogar a Elisa y a Zuñi, que fue capturados por Razvan, una media hora
más tarde no deseaban que nada entorpeciera su boda y coronación
mañana. Llegaron a la prisión acompañados de Diana y Arik
Cuando trajeron a Elisa esta sonrió y grito - ¡Ahora Ignacius!

A pesar de que se quemó con el campo de fuerza que protegía la celda de


Ignacius, le entrego el collar que le había dado Zuñi. Ignacius se concentró
aunque le había quitado su preciado collar ahora tenía una nueva
oportunidad gracias a la muchacha. La mujer que le había quitado su collar
era una mestiza, sin experiencia no podía enfrentarse a él.

Saco sus sombras, era feroces animales negros que hacía temblar todo y
congelaban las celdas quitando el campo de fuerza, Castro y otros presos
salieron, los guardias estaban congelados, un hombre grito pidiendo ayuda
antes de caer congelado.

Gregory y sus acompañantes salieron, Ariel, Diana y Arik hicieron lo que les
enseño Darius y fácilmente doblegaron a las sombras y a los prisioneros que
intentaron escapar. Gregory, también ayudo creando un campo de fuerza
súper fuerte. Ignacius se dio cuenta que estaba casi perdido, sus sombras
tan grandes y fuertes no le haría nada a la pelirroja que estaba protegida por
dos campos de fuerza, por Arik y el hombre de cabellos plateados que no
dejaban que nadie se le acercaran. Además, la condenada creó unas
sombras feroces que eliminaban a las suyas con facilidad.

Transformo su collar en una flauta y empezó a tocar. Todos alrededor de


Ariel se empezaron a quedar dormidos, solo Diana continuaba de pie pero
cada vez más débil. Cuando Arik cayó al piso seguido Ariel se asustó por más
que creara sombras no podían llegar a Ignacius, si seguía así el viejo la
vencería. Pensó un rato ¿Y si apuntaba a la flauta con un medallón? Tomo el
más pequeño y lo lanzo a la flauta, a Ignacius se le cayó de las manos y una
gran sombra blanca parecida a un león blanco lo mordió mortalmente.

Las personas que estaban dormidos empezaron a levantarse. Ignacius miro


alrededor, pronto moriría, no podía vencer a la pelirroja y a la Dama de
Blanco. Si iba hacer su final por lo menos mataría al resto de sus amigos
tomo nuevamente la flauta y se transformó en collar. Dijo con su último
aliento - Gian tui (Conviértanse en piedra)

La habitación se nublo y empezó a caer gotas de lluvia, cuando tocaba a las


lo seres vivos los convertían en piedras. Diana sintió que algo la debilitada y
cayó al piso mirando Arik por última vez. Ariel vio caer a Diana y se acerco a
socorrerla, cuando regreso a ver si Gregory estaba bien se había convertido
en piedra como todos en la habitación a excepción de Diana y ella.
Capitulo 21

La cura

Rebeca, Annia y Garnier llegaron a la prisión, muy alegres Darius estaba


fuera de peligro. Cuando bajaron por las escaleras, se quedaron mudos todo
estaba mojado y las personas alrededor estaban convertidas en piedra.

Ariel lanzaba a sus sombras sobre Gregory intentando curarlo, mientras


Diana lloraba abrazada a la estatua de Arik. Rebeca no dejo entrar ni a Annia
o Garnier, temerosa que el agua los transforme en piedra grito desde la
puerta sin querer tocar el agua.

-¡No hagas eso puedes empeorar las cosas! ¿Tienes el collar con el libro?

Ariel se sacó collar y se lo dio a Rebeca que se sentó en las escaleras, leía lo
más rápido que podía, todos la miraban expectantes, casi sin respirar.

-¡Maldita sea!- Grito desde las escaleras entrado a la habitación - Pueden


pasar, el agua es segura - Les dijo a Annia y Garnier.

Luego camino examinando las piedras, Ariel y Diana se le acercaron llorosas,


mirándolas muy seria les dijo. -Hay dos formas curarlos. Una es conseguir
todos los medallones, la otra es una cura a base de elementos muy
complicados. Lo malo es que no tenemos mucho tiempo, solo tres horas.
Annia ve por Otto, lo necesito - La muchacha salió corriendo, luego de unos
minutos regreso con el curador.

Rebeca muy seria dijo - No sé si logremos encontrar el medallón que falta. Ni


siquiera sabremos quién lo tiene. La otra cura es muy difícil y requiere
muchos elementos y hay que ser muy precisos.

Ariel secándose las lagrimas y tocando su pecho pregunto. -¿En qué


consiste?

– Necesitamos 6 elementos primarios. Tres son de este mundo y tres están


en el mundo donde viven los Kuts.

Diana que, hasta entonces había estado callada, dijo.

-Creo que hay que intentar las dos curas dividirnos en dos y ver cual equipo
tiene suerte.
Todos asintieron.

Ariel miró a Annia y Garnier con aire de mando que le caracterizaba dijo -
Ustedes irán en busca del medallón.

Garnier la miro desafiante – ¡Soy un guerrero! Debería ir contigo al mundo


de los kut

Ariel miró a Garnier altiva, pero antes de que le responda Rebeca la


interrumpió - Pero no eres ai, no puedes utilizar los collares como Ariel y yo.
Diana es inmune a los ataques porque tiene la piedra de poder, nosotras
iremos.

-Por lo menos lleven a Razvan - Dijo Garnier

-Razvan apenas tiene poderes mágicos, sería más estorbo que ayuda.

Protestando Garnier hizo lo que se mandó y fue con Annia a las montañas.
Ariel y Diana fueron a prepararse para ir a la misión, la primera busco armas
y arquic, mientras la segunda contenedores para los elementos que
necesitarían. Rebeca daba instrucciones a Otto intentando darse coraje.

-Otto, quita las estatuas con cuidado, luego limpia bien esta habitación
Coloca incienso. Cuando este muy limpio pon las figuras piedra, busca tierra
más fértil y con cuidado las entierras en ella, luego le echas abono del más
fuerte y fino. Cuando estén las estatuas cubiertas las riegas con agua de las
montañas la más pura que encuentres, más tarde les pone un letrero para
saber donde está enterrada cada persona y podamos ayudarlas a salir.

-Entendido - Otto asintió y salió corriendo para realizar lo que se le encargo.

Rebeca fue a ver a Darius y a sus niñas, las beso. Acaricio muy fuerte a los
animales y les dijo – Cuídenlo.

Luego fue a la cama de Darius y lo beso en la boca, él estaba aun dormido


por la operación.

-Volveré.

Ariel cargaba tres deslizadores cuando fue al establo y lloro como


magdalena, Se sentía tan débil e insegura, se tocó el pecho, él aun estaba
con vida iba a salvarlo cueste lo que cueste.
Diana se vistió, aun lloraba un poco, se tranquilizó, era la Dama Blanca, vio
su anillo de casada, sonrió, a Arik no le gustaría que ande llorosa, ni que se
dé por vencida. Se encontró con las otras chicas mientras bajaban a la
prisión.

Rebeca frunciendo el ceño dijo - Si conseguimos todos los elementos


también tendremos que donar sangre, creo que será más efectivo si la
sangre que despierta a las piedras es de alguien que los ama.

-Entonces ¿Quien dará sangre para Elisa? No creo que en este lugar haya
alguien que la aprecie.- Dijo Ariel tratando de alegrar el ambiente.

Rebeca y Diana sonrieron.

Diana pregunto -¿Qué vamos a buscar?

-Son tres cosas; sangre de Kut, Frottuz necesito sus plumas y pico.

-¿Que es esa froplus?


-Si estudiaras como Darius te dice lo sabrías Diana. Es una mutación entre
cuervos puercos espines y no sé qué otra cosa, creó que tarántulas, son muy
venenosos así que todo el tiempo debemos estar con guantes, de los más
resistentes, tocas una espina y mueres.

Ariel y Diana hicieron una mueca.

-También debemos encontrar un Xot, es una especie de piedra, bueno


parece una roca, más bien es un químico muy inflamable. Generalmente se
halla en los pantanos, pero los del mundo de los Kut son más poderosos.
Vamos abrir un portal desde aquí, cuando estemos allá tenemos que
regresar por el mismo punto, ya que si abrimos en otro lugar, no sé en qué
lugar de nuestro mundo regresemos. ¿Me entendieron? ¿Alguna duda más?
¿Preparadas?

-¿Por que llevas esas cosas? - Dijo Rebeca al ver los deslizadores.

-Es para ahorrar tiempo.

-Yo no sé utilizarlos y de una les advierto tengo miedo a las alturas

Ariel un poco molesta le dijo. -Yo te ayudare. No hay más tiempo que
perder.
Ariel y Diana miraron por última vez a sus amados y dijeron en voz alta y
decidida - Preparadas.

Capitulo 22

En el mundo Kut

Abrieron la puerta con ayuda de Diana, la más nerviosa de las tres, cuando
pasaron cayeron al vacío, el cielo era entre rojo y café, el aire era denso
apenas se podía respirar. Rebeca gritaba mientras caían al vació, Ariel se
puso el deslizador y se lo dio a Diana, que casi se cae del suyo pero mantuvo
el equilibrio, Ariel en un rápido movimiento recogió Rebeca que parecía que
la iba dejar sorda y la sujetaba apenas dejándola respirar.

-¡No tan fuerte! ¡Necesito aire! - dijo jadeante Ariel. Rebeca, solo cerró los
ojos y la agarro menos fuerte.

-Ya que estamos aquí. Vamos primero por el Frottuz

-¡Creo que ellos vinieron por nosotras! -Dijo Ariel, gimiendo porque Rebeca
la apretó más fuerte.

Sin abrir los ojos y con terror en la voz dijo Rebeca. -¡Con tu medallón llama
a unos dragones! Yo haré lo mismo, ¿Diana tienes el polvo de azum? ¡Lanza
el contenido de uno de los frascos! ¡Pónganse mascaras no queremos inhalar
eso! ¡No te muevas tanto Ariel!

-¡Madre mía! ¡Esas cosas escupen fuego! - Grito Diana

-¡También escupen ácido!

Unos minutos más tarde se oyó un gran estruendo, como doce grandes aves
caían a un suelo gris y arenoso. Descendieron.

Rebeca daba saltos de alegría. Ariel tocándose las costillas murmuro sin
aire.- ¡Vamos! Recojamos las aves, no hay tiempo que perder.

Rebeca y Diana mataban a las aves rápido y las ponían en el contenedor,


mientras Ariel con asco apenas se les acercaba.

-¡Ayuda Ariel! ¡Tenemos prisa! -Gruño Diana guardando otra ave.

Cuando vieron una especie de roedor caminando por debajo de la arena.


-¡Coge el deslizador y arriba! Creo que tenemos suficientes aves y no quiero
averiguar qué es eso - Ariel y Diana se le quedaron viendo divertidas e
hicieron que el contenedor la sigas. Rebeca volvió a ir con Ariel cerrando los
ojos y rezando a la diosa.

-¿Ahora donde? -Dijo Ariel casi sin poder respirar - ¡Rebeca no tan duro!

Rebeca sin abrir los ojos dijo - Hupq o sie nueccteo o sie kuts (Guíame a los
pantanos y a los kuts) - Un gran pájaro blanco salió del medallón.

Viajaron por un rato, llegaron a un lugar de aspecto horrible y de terrible


olor, el pájaro desapareció. Los árboles eran negros y parecían podridos, el
agua negra salía a borbotones, mosquitos, babosas y grandes arañas junto
con otros insectos caminaban libremente.

Cuando descendieron, las tres estaban asqueadas por lo que miraban y por
el olor azufre del ambiente. Rebeca y Ariel empezaron a trabajar mientras
Diana gritaba a cada insecto que veía.
Ariel exasperada dijo – No quiero que nos hallen los kut ¡Tranquilízate!
Cogieron las piedras con cuidado, Ariel se sentía entre frustrada y furiosa.
Sus dos amigas no eran unas guerreras, debía haber ido con los hombres de
Arik.

Fue cuando sintió un jalón un Kut, se la llevaba, se quedó paralizada, Diana


sin pensarlo dos veces, a pesar del asco se metió en el agua, mientras
Rebeca tomo el deslizador de Ariel y empezó a tabalearse en distrayendo a
Kut. La liberaron por poco, ambas cansadas y muertas miedo.

-¿Por qué se arriesgaron tanto? - dijo Ariel un poco avergonzada.

Diana limpiándose la cara con un pañuelo. –Somos amigas, tú harías lo


mismo. ¡Vamos coger su sangre!

Rebeca viendo el contenedor dijo - ¡Necesitaremos más!

Ariel aterrorizada apenas podía hablar, quince Kuts las estaban rodeando.

-¡Parece que tendremos los suficientes si salimos vivas! Yo seré la presa -


Dijo Diana, los llevaré al acantilado por donde empezamos esto, cuando me
vean pasar lance piedras y todo el arquic (sustancia hecha de orquídea azul
que mata a los kuts) que puedan.

-¡Yo seré la presa! - Protesto Ariel reaccionando, pero era demasiado tarde.
Diana se había marchado.
-¡Vamos! ¡No hay tiempo que perder!

Llegaron solo unos minutos antes que Diana, quien casi se cae del deslizador
algunas veces, pero no lo hizo. Diana sintió el olor a orquídea y un gran
fuego azul, casi la deja ciega por unos minutos, las explosiones cesaron vio a
ocho kuts muertos, el resto se había ido.- ¡Muévete Diana! No tenemos
tiempo pronto vendrán con refuerzos.- Dijo Ariel.

Estaban llenando el último contenedor, miro y a lo lejos vieron como treinta


de Kuts, 20 frottuz y otras criaturas asquerosas las rodeaban.

Capitulo 23

Curaciones

Diana hizo brillar su piedra de poder y Rebeca gritó –¡No!


- Se abrió un portal.

-¡Es hora de irnos! - Chillo Ariel llena de miedo.

-¡No sabemos a dónde iríamos!

-¡No hay otra salida! Pero si quieres te dejamos -Dijo Diana.

Salieron por el portal y nuevamente lo cerró, cayeron en medio de una


fuente de agua, Rebeca estaba empapada, casi le cae un contenedor en la
cabeza. Diana aterrizo junto a ella con el cuerpo mitad sobre el agua y mitad
en el piso de cemento lastimándose las piernas. Ariel fue la única que pudo
descender bien, fue a ver a sus compañeras y luego a los contenedores.

-Bueno, no estuvo tan mal. No estamos lejos del castillo. -Dijo Diana.

Rebeca las vio como si quisiera matarlas.

-¿Como les iría a Garnier y a su equipo?

Garnier, estaba frustrado, cansado de dar vueltas sin sentido y angustiado.


No sabía nada de las chicas.

Investigaron todos los documentos que encontraron en la casa de Ignacius y


descubrieron que daba fuertes sumas una mujer que vivía en Dumar, su
nombre era Inés Victoria Paz Miño.
Cuando descubrieron el nombre, Annia se puso a temblar, luego hablando
más para sí, que con Garnier - Bien que está muerto Igancuis, quería
venderme como hizo con Rebeca a la familia Paz Miño.

-¿Qué quieres decir con eso?

-Bueno como creo que se relaciona con los medallones, te contaré. La vieja
bruja debe tener el collar, es la única razón para que tuviera tratos con mi
abuelo, para que le dé tanto dinero e intente casar a sus nietas con ese
maldito gorila de su hijo. Si bien la vieja cumple todas nuestras costumbres,
mi abuelo le teme como todo ai y que la conoce, ella y sus seguidores tiene
un culto a un dios pagano, por eso el consejo tribal no les reconocía como ai.

Ignacius quería que vuelvan a ser considerados en las tribus, para lograrlo
iba a casar a su propia nieta Rebeca Zor, que estaba a su cargo, con el hijo
de Inés. Pietro, uno de los seres más despreciables que existe, creo que tú lo
conociste reciente, fue el hombre al que Darius casi mato esta noche.

-¿Donde podemos localizarla?


-Por lo que dice aquí, está en Dumar.

Razban entro en la cabaña de Ignacius. -Señor, su majestad lo ha logrado ha


vuelto del portal.

-Tal vez, necesiten nuestra ayuda volvamos, aunque tarde o temprano


volveremos a buscar el último medallón.

Annia con una mueca dijo. –Estoy prácticamente segura que lo tiene esa
vieja.

Llegaron en unos minutos. Y fueron directamente a las mazmorras, que


estaban en silencio. Otto y Ariel no los dejaron pasar. Ariel con mirada
cansada les pregunto - ¿Cómo les fue?

-Estamos casi seguros de quien tiene el último collar.

Rebeca y Diana fueron a la puerta y saludaron a sus amigos.

-¿Averiguaron algo?- pregunto Diana.

-Eso les íbamos a contar, creemos que el collar lo tiene Inés Victoria.
Rebeca palideció y casi se desmayó. – ¡Esa vieja bruja, tenía que ser!
Completaré mi misión y cuando esto acabe me iré lo más rápido que pueda.
-Rebeca nadie te hará daño, no lo permitiremos -dijo Annia abrazándola.

Ariel mirando con preocupación a Rebeca pregunto - ¿Ya esta listó todo para
la ceremonia?

-Solo falta un poco de sangre. Garnier, Annia donen sangre y póngala allá.

Rebeca les pregunto a Diana y Ariel. -¿Están seguras, que quieren hacer el
ritual conmigo? verán que es un poco peligroso.

-¡Estamos seguras!

El cuarto estaba lleno de tierra y miles de espinas lo recubrían, solo en el


centro no había nada, las tres chicas se colocaron ahí. Cada joven tenía una
especie de regadera en el que estaba mezclada la sangre de los humanos
con la de los kut, cuando regaron toda la tierra esta empezó a absorber la
mezcla.

Rebeca dijo - Te consagramos diosa estos elementos, cura a nuestros seres


amados, te pedimos por el aire representado por las raras plumas Frottuz -
Rebeca con guantes y mucho cuidado lanzó unas cuantas plumas.

- Te pedimos por la tierra que representa aquí -Ariel tiró un puñado de tierra.

-Te pedimos por el agua - Diana regó un poco de agua, representada en


estas gotas.

-Te pedimos por el fuego -Ariel encendió un fósforo y lo tiro al piso. -


Representados por estas llamas purificadoras - Todo empezó arder.

-Te lo pedimos por la sangre de nuestros enemigos, la cual fue muy difícil
conseguir - Las tres regaron unas gotas al suelo.

-¡Te lo pedimos y te damos nuestra propia sangre! - Las muchachas se


hicieron una leve herida en la mano y dieron su sangre.

-¡Diosa por favor!

Un remolino de aire las silenció, levanto la tierra y luego empezó a llover


truenos que encendieron el ambiente. Apenas se podía respirar por el humo,
más tarde la sangre empezó a caer y unos granizos las golpearon
directamente secando sangre. Las tres se sostenían un poco asustadas, todo
cesó unos minutos más tarde pero nada pasaba.

Luego una mano excavó de la tierra, Ariel y Diana expectantes, hasta vieron
de quien se trataba, era Lord Castro, que fue ayudado a salir por unos
soldados para ser examinado y luego puesto nuevamente en prisión. Luego
salió un soldado, Ariel miraba a la tierra ansiosa, Diana se puso de comerse
las uñas, solo Rebeca estaba tranquila.

Otra mano quiso salir, Arik fue ayudado cuando estuvo libre, Diana lo
examino y abrazo. Luego salió Elisa Castro, Gregory fue el siguiente, Ariel
estaba dichosa, lloraba sin importarle que todos la vieran.

Ya libre Gregory la abrazo – ¡Tranquila, monstruo! Estoy bien.- Dijo


abrazándola y besándola suavemente en la boca.

Elisa miraba la escena muerta de ira, la voz de una mujer extraña la saco de
sus pensamientos. - ¡Cuidado toquen las espinas, son venenosas! -Les dijo a
unos soldados que iban encarcelar a Elisa, que fingió desmayarse para coger
unas espinas muy cuidadosamente.

Gregory tomando la mano de Ariel se acercó a Rebeca. –Muchas gracias por


todo - Cuando ella iba responder Elisa escapó de los guardias y fue directo a
Gregory.

–¡Morirás Gregory! ¡Me la pagaras por todo! - Ariel la vio y se interpuso,


siendo ella picada por las espinas.

Elisa intento escapar en la confusión y fue interceptada por Garnier.-


¡Maldita! ¡Vas a morir por esto!.- Le dijo.

Ariel fue examinada por Rebeca y Otto pero no había nada que hacer estaba
muerta, tuvieron que sedar a Gregory para que la soltara, perdió todo lo que
había anhelado en sus veinticinco años en apenas unos minutos.

Lo único que deseaba era morir ¿De qué le servía la vida sin ella? Miro
alrededor en su habitación, había tantos recuerdos, tantas caricias, tantas
risas y a veces también lágrimas. Habían compartido su odio, su soledad,
amistad, pasión y amor, no había nada que él no supiera de ella y nada que
Ariel no conociera de él.

Como podía vivir en el castillo y ser el rey que su pueblo merecía. Si ya no


tenía corazón, ni alma. Toco el lugar donde hizo el juramento con ella cuando
estaba desesperado por perderla. Sí, estuviera viva lo sentiría se dijo.
Se duchó, necesitaba el agua corriendo, limpiando sus penas. Cuando estuvo
seco y vestido fue a su estudio, cada paso que daba era una tortura, le
esperaba una larga vida de soledad. Entro y vio sus papeles y se puso
afrontar decisiones, la primera no podría ser Rey como estaba ahora, sería
perjudicial para su pueblo, hasta que despertara Yusbel su puesto lo ocuparía
Darius. Él se marcharía después de la ejecución de Elisa.

En la mañana hablaría con Darius, sabía que no estaría contento con su


decisión, paso un buen rato dejando todo preparado para su sucesor. Luego
entro en el cuarto de su hermana, Garnier salía por la otra puerta, no quiso
pensar que su amigo sentía algo por su hermana, nunca llegaron a conocerse
realmente pero no lo podía juzgar, también había vivido un amor imposible.

Beso a su hermana y le contó todo, vació su alma, como cuando eran niños y
su madre le decía que era débil, ella era su fuente de consuelo, antes de que
Ariel llegara a su vida. Mas ahora no había palabras de consuelo tan solo el
tiempo. Recordó un poema de su infancia y se lo repitió una y otra vez en su
cabeza esperando algún día encontrar consuelo.

Haz que la olvide, hazme indiferente.


Que el recuerdo amargo, triste y latente,
Se vaya en las aguas de vuelta al oriente.
Tu todo lo borras, ¡Oh tiempo clemente!
Haz que la olvide, hazme indiferente.

Pero desde ya sabía que eso nunca ocurría, Ariel estaba en su alma, en su
piel, en su corazón. Vio su imagen tan fuerte y decidida, luchando siempre,
sin rendirse aunque no la tuviera siempre estaría en su corazón, con su
recuerdo, en sus acciones.

¿Cómo iba dejar su obra? ¿Sus planes de hacer un mejor Sivcar? Solo por
ella sería Rey aunque eso matara lentamente su corazón, viviría tratando de
hacer un mundo mejor, intentado que su muerte no sea en vano, no quería
que nadie tenga que pasar por todas las pruebas que les toco vivir para
lograr su amor.

-¡Ariel no querría que huyera! - Se dijo mirando el jardín desde la ventana de


su hermana, ella deseaba que fuera Rey, que cambiara su mundo y lo
convertiría en un lugar mejor, eso era lo que haría por su amor, por su
recuerdo. Daría lo mejor de sí aunque a él no le quedara nada porque vivir,
solo sería una sombra sin vida hasta que se reunirá con ella algún día.
Porque sabía que nadie ocuparía su corazón de nuevo, ahora estaba solo con
sus recuerdos, carcomiéndole el alma, algún día le dejaría de doler tanto, lo
dudaba y fue a su habitación, alguien estaba ahí, una mujer sentada
esperándolo, vestía con un camisón blanco como un fantasma, giró cuando lo
oyó entrar. No lo podía creer.

-¡Ariel!

Ella lo miro con sus profundos ojos cafés y se lanzo a sus brazos. Gregory
agradeció mentalmente a la diosa mientras la besaba – ¿Estas viva y esto no
es un sueño?

-No y te lo probare - Le dio un apasionado beso.

-¿Pero como ocurrió?

-Las sombras me salvaron, Amor mío.

Un aullido de un gato blanco los separo. Ariel miro al gato y asombrada, el


felino hablo- Ella aun no está viva por completo, para que estén juntos hay
una condición.

Gregory tomo de los brazos y beso fuertemente Ariel - ¿Que tengo que
hacer?

-Tienes que renunciar a tu mundo y a tu vida por ella.

Sin ni siquiera dudarlo Gregory dijo – ¡Acepto!

La sombra dio un cuchillo, se lo dio Ariel y dijo. - Mata a Gregory con él es la


única forma en la que estarán juntos.

Ariel, tomo el cuchillo y se negó - ¡Prefiero ser un fantasma o hasta vender


mi alma pero no puedo hacerle daño, lo amo más que a mi propia vida!

La sombra se dirigió a Gregory que tomo cuchillo para clavárselo - La amo de


la misma forma, no puedo estar sin ella, si quieres mi vida te pertenece, solo
deja que este junto a ella ¡Ayúdanos!

El felino se quedo viéndolos por un rato y luego se dirigió Ariel - Nos


liberaste de un mal amo, a muchos de nosotros, a otros de estar en el
olvido, nos trataste con respeto. Todos queremos estar unidos, faltan dos
collares, tráelos y con todo nuestro poder veré que hacer para que estén
juntos siempre. Sin tener que sacrificar ninguna vida.
Gregory iba a llamar a sus hombres para traer a Rebeca y que devolviera el
otro collar y luego ver como conseguían el último medallón que tenía Inés
Victoria, pero la sombra no lo dejo.

-¡Espera, Ariel los puede llamar! Es muy simple, solo ella puede al ser
nuestra legítima dueña ¡Concéntrate y llámalos!

Ariel se puso verde, si lo hubiera sabido no hubiera tenido que ir al mundo


de los Kuts, recordando todo lo que sufrió, solo suspiro y los llamo.

Rebeca por fin se durmió después de haber llorado a Ariel un rato, sus tres
perros la acompañaban en el piso de su habitación, ninguno se dio cuenta
que el collar salió de su cuello e iba para la habitación de Gregory.

En una casa en Dumar, una mujer vieja que caminaba con un bastón se
enteró que su estúpido hijo fue apresado.- ¡Maldita Rebeca! vas a pagar con
tu sangre lo que le pase a Pietro -dijo tirándole a un empleada un florero.

La mujer lo esquivo pero estaba temblando.

-¡Basura, torpe! ¡No te escondas! Ve y prepara mi habitación, me voy a


dormir, mañana tendré que ver como líbero a mi querido hijo.

Paula salió de su escondite evadiendo el bastón, iba a salir, cuando oyó a su


patrona gritar. Un collar era retirado del cuello, la vieja cayo a suelo
intentado quedarse con el collar, que salió con rumbo desconocido.

Uno minutos más tarde golpeaba la ventana de Gregory, fue abrir la


ventana, Ariel lo tomo cuando todos los collares estuvieron unidos se formo
un pequeño escudo.

-¡Ariel, te damos este regalo por que nos has tratado con respeto! Tu alma
es pura y el amor que se profesan también. Las sombras no podíamos darte
este gran regalo a ciegas, les hicimos una prueba su amor y es muy
profundo, su alma es pura y justa, se merecen este regalo. Ariel, volverás
con los tuyos.

Gregory sonrió y tomo a Ariel en sus brazos mientras oía a la sombra.

-Pero nunca podrás desprenderte de los collares, enseñaras a tu sucesora el


mismo respeto y amor que nos profesas - Ariel asintió -Al estar muerta tu
cuerpo debe ser unido a la fuerza de vida de un humano, me imagino que
esa persona será Gregory Rovstost, morirás cuando él lo haga.
Gregory dijo – Gracias.

-Aun no he acabado, estarán juntos toda su vida, aunque nunca podrán


tener hijos ¿Aceptan?

Gregory miro a Ariel y la beso en la boca.

– No te preocupes por el reino amor, siempre podemos adoptar. Mientras


estemos juntos lo demás no importa.

Ariel lo abrazo más fuerte y dijo - ¡Aceptamos!

Un rayo atravesó su corazón por unos minutos, Gregory y Ariel cayeron al


piso. La sombra se había marchado.

Gregory se levanto llevo a Ariel a la cama.- ¿Estás bien? - Ella solo le


respondió besándolo y quitándole la camisa.

Unos minutos más tarde tocaba Arik desesperado a la puerta de Gregory,


habían robado el cuerpo de Ariel, Gregory abrió su cuarto y dejo ver Ariel
caminando a la puerta a saludarlo.

-¡Es un milagro!- Exclamo Arik confundido a punto de abrazar Ariel.

-Las sombras me salvaron.

Gregory semi-desnudo le corto el paso y le dijo – Gracias por preocuparte


amigo, avisa a los demás que ella está bien ¡Buenas noches! - Y cerró la
puerta en sus narices.

Ariel rió – ¡Eres malo!

Gregory empezó a quitarse los pantalones – Por el momento no quiero


compartirte con nadie.

Ariel se acerco para ayudarlo.

A la mañana siguiente sus amigos la aceptaron sin pedir ninguna explicación,


estaban alegres que se encontraran juntos otra vez. Solo Darius la miro un
poco extrañado y le pidió verla a solas. Ariel estaba nerviosa solo faltaban
minutos para su boda.

-¿Moriste no es verdad? - Le dijo Darius serio - ¡No puedes ya quitarte los


collares!
Ariel asintió esperando una reprimenda o por lo menos que la tildaran de
monstruo o algo así.

-¡Te han dado un regalo invaluable Ariel! Te lo mereces, espero que seas
feliz con Gregory, ahora en tu condición podrás tener algunos problemas. Si
necesitas ayuda, estaré aquí para ti como tu guardián y tu amigo ¡Espero
que seas feliz! - Dijo cuando estaba a punto de dejarla sola.

-¡Gracias Darius! ¿Que pasara con Lord Castro, su hija, Zuñi y sus hombres?

-¡Mañana serán ejecutados! Hoy es un día felicidad.

Minutos más tarde Ariel y Gregory se casaron, había gente influyente pero a
Ariel y a Gregory apenas les importaban que estuvieran ahí, todos sus
amigos estaban presentes y los aceptaban sin importarles nada.

Era una nueva vida, un nuevo comienzo, habría muchas cosas por las que
llorar y otras por las que celebrar pero siempre estarían juntos apoyándose
día a día, paso a paso siendo muchos más que dos.
EPILOGO

7 años después

Ariel se despertó sin ganas, sintiendo el lado derecho de su cama vació, hace
cinco días Gregory partió, esperaba que volviera en su aniversario, le hacía
mucha falta. Con pereza y tristeza se quedó abrazada a su almohada
pensando o deseando que fuera su esposo.

Unos minutos más tarde alguien golpeaba a la puerta San Criff, su hijo
adoptivo de nueve años entraba con una bandeja de desayuno. Su hermano
mayor estaba atrás, aun huraño saludo a su madre solo con la cabeza,
aunque llevaba un ramo de rosas rojas y azules.

Ariel suspiró un poco tensa, a pesar de que fueron adoptados hace cuatro
años, los niños a veces tenían aun reservas, en especial Sand Grey, que fue
duramente torturado antes de ser rescatado por ellos.

Como sabiendo que hizo algo mal el muchacho la miro con sus hermosos y
fríos ojos azules se acercó, le dio un beso sin decir palabra, le ofreció el ramo
mientras su hermano acomodaba la bandeja.

Ariel intrigada pregunto - ¿Por qué me da esa sorpresa?

Sand Grey alegre le dio una carta - Estábamos en el comedor cuando llego,
me imagino que es de papá, Tía Yusbel recibió una igual.

Sand Criff lo interrumpió - ¡Lo extraño! ¡Ojalá venga pronto!

No era el único pensó Ariel abriendo la carta. Era una escueta nota.

Hola Ariel, espero que estés bien, la Reina Elena y su bella hija Sara te
envían saludos. Volveré el mes que viene da muchos besos y abrazos a los
niños.

Gregory.

Ariel revisó una y otra vez la nota, Gregory se había olvidado que era su
aniversario, quiso llorar pero su hijo menor se sentó a su lado, intento
respirar hondo y no mostrar sus emociones.

El día paso lento y aburrido, trabajó y estuvo tratando de no pensar en su


esposo, tal vez ya se dio cuenta que no era lo que esperaba de una Reina.
Se forzó a cenar con sus hijos, declino hacer algo especial con sus amigas e
iba a su habitación a tratar de dormir, mas no quiso, miro a la ventana y
decidió irse a montar pero cuando estaba en la caballería todo le recordó a
Gregory.

Como una histérica hizo lo que se había prometido no hacer en todo el día,
se puso a llorar hasta que perdió el equilibrio y estuvo a punto de caer, unas
manos fuertes le sostuvieron y un olor conocido la calmo.

-¡Monstruo no deberías llorar! ¡Espantas a los caballos!

-¿Qué haces aquí?

-¿Es la forma como recibes a tu esposo?

-Pensé - Dijo sorbiéndose la nariz - Que te no volvería a ver en un mes.


¿Qué haces aquí?

-Eso debería preguntarlo, estás arruinando mi sorpresa.

Toco una piedra negra y aviso a Darius para que dejara de buscar a Ariel.

-¡Ya que estamos aquí iremos a caballo!

-¿Aun…? - Antes que pudiera formular otra palabra Gregory le beso con gran
pasión, saboreando sus labios hasta perder la noción del tiempo. Minutos
más tarde cargo a su esposa, que estaba aun mareada y la subió a un
caballo blanco

-Extrañaba tenerte en mis brazos

-Pensé…

-¿Qué idea tuviste monstruo?

-¡No me digas así!

Cabalgaba lentamente ella en su brazo mientras él inhalaba su olor a fresas.

-¡No te tengo miedo monstruo!

-Deberías.

-¿Qué vas hacer?


Ella se volteó y lo beso con pasión, casi se caen del caballo si no fuera
porque Gregory era tan buen jinete, el animal paro.

-Será mejor que continuemos o nos vamos a atrasar.

-Cobarde.

-¿Me retas?

-Cobarde.

-¡Ya verás! - La beso con dulzura.

Ella empezó a quitarle la camisa.

-Vamos a llegar tarde a la nave para nuestra segunda luna miel.

-No me importa, mientras estemos juntos cualquier lugar es bueno para


celebrar.

-Te amo Ariel Kron

Ella bajo del caballo y comenzó a quitarse la camisa.

Tres horas más tarde llegaron a una nave pequeña rumbo a lo desconocido,
pero a ella no le importaba porque estaba al lado de su amor.

Fin

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