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Reino muy lejano

Por Adrian Heras

En un tiempo distinto al nuestro, en un valle, existe un reinado gobernado por un ambicioso


rey, que su reputación era defendida e incluso por sus maléficos actos por un pueblo que no
quería aceptar que eran dirigidos por unas injustas manos, el rey sabía que su pueblo
necesitaba algo, para levantarse contra él, por eso intentaba ser lo más justo y feliz en frente
de ellos, más, ellos sabían que sus juicios no eran justos y esa sonrisa era falsa, pero no podían
encontrar algo malo de él y así poder condenarlo con la misma ley.

Un día el rey anuncio que se esposa estaba embarazada, su primogénito iba a nacer, hizo
apuestas con el pueblo de cuál sería el sexo de su hijo. Los tiempos pasaron y su nacimiento se
tuvo a lugar, una gran fiesta se celebró y en ella declaró que hija a obtenido, el pueblo bailo y
se divirtió por su nombre, el rey tuvo que pagar su perdida, mas varón había apostado y les
cobró la mitad de los impuestos en el mes que siguiera.

Los años pasaron y la bebé ya era una niña, muy amble y de buen corazón, el pueblo andaba
orgullosa por su princesa, que sabía jugar con los niños del pueblo. Al rey no le agradaba
mucho la idea que su hija este con el pueblo, en muchas ocasiones le había prohibido, pero los
guardias le acompañaban, así desobedeciendo la palabra de su padre.

El día que su padre se enteró que su hija le desobedecía, una ira le invadió,

— Si mi hija no me obedece ¿Cómo podre yo, gobernar a un reino? Ellos comenzaran a pensar
así, ¿Qué respeto tendría yo después de eso?

Comenzó a beber hasta que su hija regresara, pero debido a una fiesta de un niño, regreso ya
después que el sol se escondiera, el rey muy ebrio, ingreso al cuarto de su hija a reprenderla
por sus actos.

La reina acudió a su hija para desearla una buena noche, cuando sorprendida encontró a su
esposo en el suelo con una botella de alcohol en la mano, rápidamente acudió a la cama de su
hija, pero al encontrarla toda inmóvil y fría, lloró amargamente en su cuerpo, el rey
levantándose preguntó a la esposa porque lloraba

— debería de levantar venganza contra ti, por la sangre de mi hija

Pero no lo hizo, lo amaba, el rey muy confundido se fue adormir, en la mañana cuando el rey
esta consiente se enteró de sus actos.

— ¿Cómo podre gobernar mi reino después de esto? El pueblo me condenará

Pero un guardia había escuchado la conversación de su reina con el rey, acudió


inmediatamente al cuarto de su princesa, donde ayándole muerta en su cama, rápidamente
salió del castillo para contar lo sucedido.

El rey debía de esconder el cuerpo, pero el pueblo reclamara verla, mando a dos guardias de
mucha confianza que aseguren que nadie entré en el cuarto de su hija, pensando
amargamente como salir ileso de este problema, su esposa surgió que la reviva con la bruja de
los lobos, ella era capaz de revivir a personas

— eso si no, esa vieja es la más chismosa del pueblo, todo acto por ella es difamado por el
pueblo, a esa bruja nada se puede comprar por su silencio

— entonces encuentra alguien parecida a nuestra difunta hija, pero ten en cuenta que la bruja
solo puede resucitar hasta el tercer día de muerto

El rey mando a sus hombre que buscaran por todo el reino e incluso en otros, una niña
parecida a mi hija, la recompensa sería muy grande.

El pueblo ya enterado, reclama ver a la princesa, el rey anunciaba escusas, pero el pueblo no
podía esperar.

En el pueblo se exclamaban las siguientes palabras.

— ¡Hagamos justicia como él lo hace contra nosotros! ¡A su hija ha matado, a nuestra princesa,
¿No está escrito que él que mate a sus hermanos, la fría mano de la justicia actué sobre su
cabeza?!

Si no mostraban a la princesa, el pueblo se levantaría contra el rey.

El rey ya desesperado, le anunciaron que no habían encontrado a ninguna parecida a la


princesa, y estaba por terminar el tercer día, ya sin ninguna esperanza partió a las tierras
lejanas, con el cuerpos de su hija, a donde la bruja de los lobos vivía.

— ¿Quién osa entrar en mi casa? — preguntaba la bruja

Al ver al rey se alegro enormemente.

— un rey ¿que podría pedir a una humilde vieja?

— revive a mi hija

— ¿Quién la ha matado?

— eso no es de tu convencía, revive a mi hija y silencio has de guardar

— ¿Qué me podrían hacer si no lo hago? Pues a la muerte no temo, mi amada es, pero…

— ¿Qué podría comprar tu silencio?

— ¿la amas? ¿Por eso es que la traes o porque el pueblo la reclama?

El rey al ver los oscuros ojos de la bruja no pudo decir ninguna mentira.

— entonces, lo que reclame de ti, es tu hija, de este día hasta cinco años en el futuro, tú,
encontraras a quien la pueda sustituir, y me entregaras a tu hija, no te preocupes, lo harás,
pero cinco años es mucho tiempo, la memoria falla, ¿verdad? Por eso, en estos cinco años te
padecerá una gran enfermedad, no morirás, pero te será de recuerdo nuestro pacto, el día que
encuentres a su sustituta, ese día mejoraras, y sabrás que falta tres días para el cumplimiento,
y si no cumples, no puedes imaginar las cosas que pasaran

— pero ¿guardaras silencio?

— ni siquiera la macabra sonrisa de los muertos podrá guárdasela mejor que yo

El rey desesperado accedió al pacto y como arte de magia, la niña abrió los ojos, su piel
retorno su color habitual y vivía una vez más.

Al regresar al castillos, el rey mostro su hija al pueblo, y este se calmó, preguntaron a la bruja si
el rey había hecho algún pacto con ella, pero como un niño pequeño, engañó, declarando que
no había visto al rey, como a la bruja le encantaba declarar todo lo que hacía, el pueblo la
creyó.

La niña no recuerda haber muerto, por eso seguía animada como siempre, pero al pasar los
días, su padre cayó enfermo, ni los mejores medico podían curarlo, pero él sabía que era.
Debido a su invalidez, la reina tomo el mando del reino.

Su dolor y su clamor, su grito, un crujir de dientes, se escuchaba a tan lejano pueblo. Nadie le
tomaba atención, ni lo guardias, ni siquiera su esposa, estaba solo, lloraba amargamente por
las noches, pero un día su hija lo escuchó, desde ese día su hija fue quien lo atendía, la única
quien oraba por su salud.

El rey la amó como nunca había amado, pero las noches seguían amargas, pensando que él fue
quien la mató, ahora tendría que entregarla a la vieja bruja, pero decía, “mucho falta para eso,
descansar tengo yo que hacer”

Pero los años como días sucedieron y la fecha llegaba a su fin.

Lilith, la princesa, se había convierto en una de las mujeres más hermosas del reino, muchos
jóvenes venían a pedir su mano, pero cada uno era rechazado. A quien no sea dueño de mi
corazón, ese será rechazado — decía la princesa.

Pero como en su niñez, la princesa visitaba muy seguido el pueblo, y este la quería demasiado,
que en cualquier casa era la invitada. A diferencia a su madre, ella casi nunca vestía elegante,
ni joyas, ni oro, nadie quien no la conociera, pensara que era una princesa.

Un día la princesa estaba caminando por las calles del pueblo, cuando escuchó gritar a una
chica, donde dos hombres grandes venían tras ella, Lilith quedó impactada cuando la joven
que venía corriendo, era parecida a ella, cualquiera que las viera, digieran gemelas son.

— Deténganse — dijo la princesa

— esta chica se robo las manzanas de mi tienda

La joven se puso a las espaldas de la princesa, y dándose la vuelta, los hombres se


sorprendieron demasiado al ver el parecido con la princesa, que hasta se les temblaron las
piernas.
La princesa admirada del parentesco, la llevo al castillo para mostrarle a su padre, cuando esta
entró al castillo, de arte de magia, el rey se levanto ya liberado de la maldición, totalmente
feliz de su mejora, va a anunciar este evento, al bajar con el encuentro de su hija.

— padre mira a quien he traído — La princesa le mostro a la joven —su nombre es Laura, es
muy parecida a mí, ¿le parece?

La joven se inclino en saludo y le extendió la mano

— buenas tarde mi señor

Al rey se le bajo la sangre al suelo, las palabras de la bruja le vino a la cabeza “el día que
encuentres a su sustituta, ese día mejoraras, y sabrás que falta tres días para el cumplimiento”
el pacto estaba a punto de terminar.

El rey acudió a su reina, donde le contó lo sucedido.

— ja, ya era hora

— ¿de qué hablas?

— espero que su sustituta sea mejor que nuestra hija

— ¿no eras tú quien había deseado venganza por su muerte?

— mala imagen da de nosotros, anda con trapos en el pueblo, como si fuera una de ellos

Los tres días terminaron, la reina alisto el carruaje para llevarla hasta la bruja, pero el rey
estaba decidido en luchar por su hija, quien le había cuidado estos años, al llegar al lugar, la
bruja salió con sus lobos a recibirlos.

— oh, gran bruja de las tinieblas, aquí hemos traído lo que hemos prometido

— ¿Por qué vinimos donde la bruja? — preguntaba la princesa

— para pagar su deuda, y para ello has de servir — dijo la bruja

— no, me niego a entregar mi única hija a ti bruja

— ¿acaso no quieres cumplir con tu deuda? Y más, ¿acaso de tu amor no era propietaria?

— No lo era, pero ahora, la amo más que a nada — el rey se inclino — me ofrezco como
remplazo

— ja, al tal inservible viejo me has de entregar, ni hablar, un pacto es un pacto, o ¿Qué rey
gobierna con su palabra que no vale nada?

La reina se acercó al rey y le dijo al oído

— así, juntos hemos de gobernar como nos parezca


La princesa con lágrimas en los ojos miraba a su padre que aceptaba. Los lobos se acercaron y
la arrastraron hasta el fondo de donde vivía la bruja.

— su palabra ha cumplido y yo la mía

El reino siguió gobernado por ellos, el rey no se pudo perdonar por su acto, la sustituta de la
princesa, con grandes vestidos, con gran educación, muy buena imagen entregaba, el pueblo
confundido con la nueva reacción de su princesa, pero no sabían el secreto.

Mientras que la princesa vivió con la bruja, quien se le había ganado cariño, aprendió sus artes,
como madre la trato, tal trato nunca había recibido de sus padres, odio en la mirada de su
madre, y su padre, que para tan pequeña una gran carga fue, tantos años en su cuidado, su
amor le había entregado, más le había traicionado y abandonada fue. Más la bruja insistía que
los odie.

Pero el tiempo había pasado, y la bruja murió, la princesa se había quedado en su lugar, mucha
gente del pueblo la vio, creyendo que era la bruja que había robado identidad de su princesa,
que aun, cuando la actual era egoísta, y engreída, la amaban, se ofendieron contra ella, quien
se alzaron.

La sustituta le había quitado a sus padres, a su gente. Sumergida en odio jura reclamar
venganza.

Después de convencer al pueblo que ella era la verdadera princesa, les contó todo lo que el
padre había hecho, después de unos cuantos encantos, el pueblo enfurecido se alza contra su
rey y reina.

El pueblo enfurecido ahora tenía una razón para derrocar a tan injusticia, derribaron a la
guardia del reino.

Los reyes con su princesa estaban saliendo desde la parte de atrás, cuando una manada de
lobos se impusieron en su camino

— ¿hija?

— si padre — apareció entre los lobos

— al parecer la bruja te ha heredado el nombre, bruja y ¿Cómo anda ella? — menciono la


reina

— ella anda con los muertos ahora

— ¿para qué has venido?

— a reclamar la sangre que me ha suplantado

Laura se puso atrás de la reina con miedo

—hija perdóname por mis acto — el rey lo decía entre lagrimas


— muy tarde es, la muerte me has entregado, por salvarte me salvaste, pero incluso te ayude
en los tiempos difícil, fui la única que te apoyo, pero incluso así, me entregaste a la bruja y te
dejaste influenciar por quien te dio las espaldas cuando lo necesitabas

— ya te he dicho, que con lo de gobernar al reino, no tuve tiempo para ti, cariño — le digo la
reina al rey

—por favor, ¿no puedes decir algo mejor que eso?, dejen de estupideces y apartasen de ella —
decía la princesa

— ¿Qué podre hacer para ganarte el perdón tuyo? — preguntaba arrepentido el padre

— su sangre me has de entregar

El rey miro a la pobre joven asustada.

— no puedo, no puedo derramar más sangre

— conmigo si pudiste, y no sufriste

La gente se acercaba y tomaron como rehén a los reyes

— dejadme a la princesa — gritó Lilith

A los reyes los ataron.

— por favor, tus padres me ofrecieron sacarme de mi vida de miseria si me pasaba por ti

— a ti te ayude con los señores que habías robado, ¿Cómo justicia no es demandar a los
ladrones?

— sí, recuerdo que me ayudaste, estoy muy agradecida, pero por favor no me mates, que mi
culpa no es, sino de ellos

Viendo los ojos sinceros, confundidos y llenos de lágrimas, los mismos ojos que tenía el día que
fue entregada a la bruja, y le perdonó la vida, se dirigió a sus reyes y digo al pueblo

— dejadnos solos

Cuando estaban solos, el padre volvió a suplicar, su madre lloraba

— te daremos otra oportunidad, no, danos una oportunidad, podremos ser una familia como
deseas

— ni para suplicar sirves, pero mi corazón se llenó de ira al no importarles, a mí, su propia hija,
pero eso no importa, vengare a mi propia sangre

Sacó una daga cuando la alzo para matar a su padre, de ella salió una lágrima

— no puedo, no puedo matar a quien amé, no puedo hacerlo, ¿me perdonas, padre?

Arrepentida bota la daga y se inca a los pies de su padre, llorando


— no, yo te pido perdón, hija, he pecado contra ti

— si no puedes matar, yo si

Laura cogió la daga botada en el suelo y decapita a la princesa, al ver su dama muerta, los
lobos atacaron a su asesina, destrozándola por pedazos.

El pueblo al ver a sus dos princesas muertas, abandonan a los reyes, que murieron atados
hasta el cuarto día.

Un hombre justo y recto, con gran poder, obtuvo el puesto de rey, fue el reino más justo que
se podría mencionar en el pasado.

A la princesa que fue muy querida por el pueblo, se dice que no les abandonó, su espíritu
seguía en el, incluso se decía que se le podía verla jugando con los lobos en el bosque, y cual
quiera que perdiera a su hijo a temprana edad, decían que ella los recogía y jugando en el
bosque se les podía ver, y así los padres poderse despedir de su hijos por última vez, por eso
fue conocida como la dama de los lobos.

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