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Biografía:
Remedios Varo Uranga nace el 16 de diciembre 1908 en Anglés, Girona. Desde pequeña tuvo
diversas influencias. Por un lado, su padre era liberal y agnóstico, le inculcó su gusto por la
literatura, la mineroligía y el dibujo. En cambio su madre, de mentalidad conservadora y
católica, fue el influjo que marcó una visión cristiana del pecado y el deber.
En 1917 la familia se traslada a Madrid y fue una época importante para definir su estilo. Acudía
de seguido al Museo del Prado y se fascinó con las obras de Goya y el Bosco, además se
dedicó a leer autores como Julio Verne y Edgar Allan Poe, además de literatura mística y
oriental.
Realizó estudios de arte y en 1930 se casó con Gerardo Lizarraga, con quien se instaló en
Barcelona y se dedicó a trabajar en campañas publicitarias. Luego entró en contacto con
artistas vanguardistas y comenzó a explorar con el surrealismo.
En 1936 conoció al poeta francés, Benjamin Péret, y debido al comienzo de la Guerra Civil
Española, escapó a francia con él. Este ambiente fue decisivo para su obra, ya que se
relacionó con el grupo surrealista conformado por artistas como André Breton o René Magritte.
Tras la ocupación nazi se radicó en 1941 en México, vivió con Péret. En su primera etapa
viviendo en Mexico con el poeta, se encontraba en una situación de precariedad que no quiso
revelarles a sus seres queridos pero que podemos leer en las múltiples cartas de Péret. Era tal
su necesidad que llegó a aceptar las viejas ropas de la exmujer del escritor con quien todavía
se mantenía en contacto.
Tras su separación del poeta en 1947 se trasladó a Venezuela, marcando el final de esta etapa
de pobreza; allí trabajó como ilustradora técnica para el gobierno y para la farmacéutica Bayer.
En 1949 regresa a México y continúa dedicándose al arte comercial, hasta que conoce a Walter
Gruen, quién fue su pareja hasta el día de su muerte y quién la animó a dedicarse
completamente al arte. Así, a partir de 195e emprendió un trabajo y realizó la mayor parte de su
obra.
Obra:
El estilo en las obras de Remedios Varo está caracterizado por lo narrativo, ya que en
sus obras crea universos fantásticos donde refleja la cultura medieval, la alquimia, los
fenómenos paranormales, además de sentir una gran pasión por la ciencia y la magia
con anterioridad, por lo que al entrar en contacto con la cultura de ocultismo mexicano
esta pasión florece y podemos ver reflejada esta necesidad de comparar la magia,
encontrada en lo cotidiano, con fuerzas intangibles relacionadas tanto con la ciencia.
Existe una gran influencia de sus artistas preferidos como Goya, El Bosco y El Greco,
que puede notarse en sus figuras alargadas, en las tonalidades y en el uso de
criaturas extrañas.
El alquimista:
Esta obra realizada en 1955 destaca tanto por su poder simbólico como técnico;
debido a su gran destreza en el dibujo que podemos apreciar en el suelo rígido de
cuadros que sube por la figura del personaje principal cambiando su total rigidez en
una simple tela con la que se arropa sobre sus hombros sin ningún tipo de
preocupación.
Mientras que en lo simbólico entra en juego el nombre de la obra dado que ella nos
deja ver la intención de la artista, haciendo de nuevo una comparación entre la
complejidad de un proceso químico y la sencillez del mecanismo, que en este caso es
una polea que mediante su movimiento transforma el agua de la lluvia, en agua
destilada y embotellada.
Ademas de destacar que es un proceso realizado por una persona, la cual es la que
da lugar a que sea posible este proceso del embotellado del agua.
Cabe mencionar que el manto que rodea al personaje principal no solo importante por
reflejar la destreza técnica de la artista, sino que también revela el cambio de lo rígido
a la fluidez del manto lo que es una metáfora al cambio constante del estado de la
materia.
Tríptico
Es una obra realizada entre 1960-1961 que, a pesar de los deseos de la artista de que
fuese mostrada como un tríptico, a día de hoy se expone como tres obras individuales.
A pesar de ello, es importante comentarla tanto individualmente como en conjunto para
poder llegar a comprender la historia y simbología tras estas obras.
-Hacia la Torre
Este primer fragmento realizado en 1960 hace referencia a su infancia en las escuelas
católicas, se muestra un ambiente oscuro y sombrío en el que unas chicas aparecen
representadas vestidas y peinadas de forma idéntica, perdiendo así su individualidad y
escoltadas por un hombre y una monja.
Destaca una de las figuras de las chicas ya que aparece con la mirada desviada.
En relación a lo simbólico, como ya hemos mencionado previamente solo hay una
figura que rompe con este ambiente e imagen colectiva, incumpliendo las normas para
desviar la mirada casi de una forma cómplice; esto es necesario recalcarlo pues este
mismo persona es el que continúa trasgrediendo las aparentes “reglas” de la realidad
en los otros dos cuadros. Al dotarlo de tanta importancia es natural preguntarse a
quién representa realmente esta figura, y en este caso se trata de Varó, lo cual nos
revela la importancia autobiográfica de este tríptico.
-La huida
Con esta imagen completó el tríptico en 1961, sigue con el tema autobiográfico, pues
se observa a la misma chica que se sale de lo establecido habiendo hilado una
realidad en la que huye con su amante.
Se muestra con una pose activa y el cabello suelto, al fin logra liberarse de aquel
ambiente represivo y embarcarse en una nueva aventura.
Esta obra hace alusión al momento en el que la artista junto a Benjamin Péret huyen
de Francia en 1941 debido a la ocupación nazi a México, esto se refleja en el cuadro
con esta pareja enfrentándose a la adversidad con confianza en el futuro.
Además, las figuras alargadas y las tonalidades recuerdan a la obra de El Greco.
COMENTARIO/OPINIÓN
-Cosas a destacar
El gran interés por el mundo de lo oculto y su mención en casi todas las obras.
Su carga autobiográfica y por tanto política en su arte- Esto nos ha llevado a darle una
mayor importancia a su biografía en comparación con otros artistas cuyas biografías
no influyan de manera tan significativa en la obra.
CRÍTICA
En palabras de la escritora y crítica de arte Margarita Nelken, Remedios Varo “tiene el
sereno decurso de un río que nada empuja ni detiene. La técnica no es acierto, ni
siquiera certidumbre, es virtuosismo espontáneo”.
Vista por el público general actual, el discurso más repetido por todos los medios que
mencionan a esta artista es que ella fue una gran representante del surrealismo, de la
rama más cercana a la magia y al juego entre lo posible y lo inimaginable. Destacando
su gran destreza técnica y el gran impacto que tuvo en México, uno de los países
donde residió y creció como artista.
También es muy reconocida la carga no solo simbólica sino política de sus obras, la
cual se ha querido borrar en ciertas ocasiones para poder ser vendidos sus trabajos a
compradores individuales.