Está en la página 1de 7

16 Neuroeje, 2009, Vol. 23.

Nº 1 © Imprenta Faroga, San José, 2010

Meningiomas clinoideos

•Dr. Manuel S. Gadea N., Dr. David Salazar O., Dr. José A. Quesada G.
•Servicio de Neurocirugía, Departamento de Cirugía, Hospital México

Abstract: Resumen:
Clinoidal meningiomas are asóciate with high range of morbi-mortality and Los meningiomas clinoideos se asocian con altas tasas de morbi-mortalidad
they remain a theme of classification. These lesions are difficult to manage y continúan siendo motivo de clasificaciones; estas lesiones son difíciles de
and their radical resection is still a challenge for the surgeon. Recurrence is manejar y su resección radical sigue siendo un reto para el cirujano; las
expected when a subtotal resection has been done. Experience has demonstrate escisiones subtotales presagian su recurrencia. La experiencia ha demostrado
that these type of tumors can be classified into IV groups and with regard of que este tipo de tumores puede clasificarse en IV grupos y dependiendo de
his grade, radical resection can be accomplished. éste, la resección radical será ó no posible.

Key words: meningioma, clinoidal meningioma, microsurgery, skull base Palabras clave: meningioma, meningioma clinoideo, microcirugía, cirugía
surgery. de base craneal

Introducción La experiencia del cirujano, pero sobre todo, el do-


minio de la anatomía microquirúrgica, incluyendo un
Los meningiomas del ala esfenoidal comprenden extenso entendimiento de la anatomía del seno caver-
alrededor del 18 % de los meningiomas intracraneanos. noso, redundarán en mejores resultados ( 16, 17, 18, 19,
En 1910 y como un hallazgo de autopsia, Frotscher y 20, 21 ).
Becker fueron los primeros en describirlos ( 1 ), pero,
se debe al trabajo seminal de Cushing y Eisenhardt en La extensión de la escisión se clasifica de acuerdo
1938 ( 2 ), que los meningiomas del ala esfenoidal, son al sistema de Simpson ( 22 ) en grados I a IV y el tipo
clasificados por primera vez; ellos los dividieron en tres de tumor, ha recibido múltiples clasificaciones, algu-
grupos, los externos ( pterionales ), mediales ( alares ) y nas de las cuales toman en cuenta el tamaño, otras, la
los internos ( profundos, clinoideos ); los meningiomas afección del nervio óptico y algunos prefieren basar la
clinoideos constituyen menos de la mitad de las lesiones clasificación de acuerdo al involucramiento vascular. La
del ala esfenoidal y junto con aquellos de localización clasificación en tres grados utilizada por Al-Mefty ( 23 ),
petro-clival ( 3 ), tienen tasas de morbi-mortalidad altas, nos parece muy interesante y muy apegada a la realidad
a pesar de los grandes adelantos alcanzados durante quirúrgica.
los últimos treinta años, tanto en la depuración de las
técnicas micro-neuroquirúrgicas, como en los avances Desde el punto de vista quirúrgico, existen dos pun-
realizados en la cirugía de base de cráneo, junto con el tos de controversia; el primero, la vía de abordaje más
desarrollo de instrumental adecuado. Vincent ( 4 ) los óptima, así como la cantidad de fresado óseo necesario
denominó como esfeno-cavernosos y a pesar de su iden- y la segunda, el manejo idóneo de la porción cavernosa
tificación temprana, se continúan agrupando como su- del tumor; en este artículo presentamos la técnica que a
praselares ó del borde esfenoidal ( 5, 6, 7, 8, 9, 10 ). nuestro juicio es la más adecuada.

Aunque es sabido que la mejor oportunidad de cura


es la resección total de este tipo de lesiones, la mayoría Anatomía relevante
de los autores entienden que la resección parcial segui-
da de radiocirugía, es la terapéutica ideal en estos mo- La arteria carótida interna ( ACI ) emerge del seno
mentos, evitando de esta forma, las complicaciones de- cavernoso ( SC ) ínfero-medial a la apófisis clinoides
vastadoras, secundarias a las lesiones provocadas sobre anterior ( ACA ), penetra el espacio subdural, para su-
las estructuras neuro-vasculares involucradas en el área mergirse en la cisterna carotídea, la que está delimitada
( 2, 5, 6,11, 12, 13, 14, 15 ). hacia arriba por la duramadre situada sobre la ACA y el
Vol. 23. Nº 1, 2010 Meningiomas clinoideos 17

lóbulo frontal; inferiormente se delimita por la durama-


dre que recubre la superficie superior del SC; la aracnoi-
des, ni acompaña a la ACI en su recorrido hacia el SC, ni
se adhiere a la ACA. La ACI tiene un recorrido que varía
entre 1 a 2 mm en los cuales se encuentra “ desnuda “,
entre el techo del SC y su entrada a la cisterna carotídea;
este segmento arterial no debe de ser confundido con
aquel que se encuentra entre los dos anillos durales. Me-
dialmente la cisterna carotídea comparte la pared con
la cisterna quiasmática y está delimitada lateralmente
por el borde medial del lóbulo temporal, así como por el
borde libre del tentorio. La parte inferior de la cisterna
carotídea junto con la inferior de la cisterna interpedun-
cular forma parte de la membrana de Liliequist ( fig. 1,
Figura 2: vista panorámica del campo quirúrgico
2 ) ( 18, 24 ).
esquematizado.

adhesión hace imposible la disección del tumor de las


estructuras vasculares involucradas.

Grupo II. El tunmor se origina de las caras lateral y


superior de la ACA, por arriba de donde la ACI hace su
recorrido sumergida en la cisterna carotídea, de tal for-
ma que al crecer la lesión queda separada de la ACI por
una membrana aracnoidea y la cisterna silviana separa
el tumor distalmente de la adventicia arterial. A pesar
de que el tumor englobe los vasos, la membrana arac-
noidea permanece intacta, haciendo posible la disección
( 7, 25, 26 ).

En ambos grupos, I y II, el quiasma óptico y los ner-


vios ópticos están recubiertos por la membrana aracnoi-
dea de la cisterna quiasmática y la disección de la lesión
para liberar estas estructuras, es relativamente sencilla;
en aquellos Pacientes con cirugía previa, la continuidad
de la membrana aracnoidea de la cisterna quiasmática
se pierde y esto hace que la lesión se ponga en contacto
con la adventicia arterial, haciendo que la disección sea
Figura 1: esquema anatómico de las relaciones que guardan semejante a los casos del grupo I.
la ACI, el nervio óptico, la ACA, y los elementos aracnoideos.
Grupo III. En este grupo se encuentran aquellas
lesiones originadas en el agujero óptico, con extensión
hacia el canal y a la punta de la ACA; en general este
tipo de tumores son pequeños y al estar conservada la
Clasificación ( Al-Mefty ) ( 23 ) membrana aracnoidea, ésta la separa de los vasos, pero
no así del nervio óptico.
Grupo I. En este grupo se consideran a aquellas
lesiones que se originan en la cara inferior de la ACA; La fig. 3 esquematiza la dirección del crecimiento
el tumor involucra la ACI e invade su adventicia, en de este tipo de tumores ( 27 ) en una serie de 106 casos
ausencia de una membrana aracnoidea que los separe; operados y se correlaciona con lo observado por dife-
conforme el tumor crece, se continúa la adhesión de la rentes autores.
arteria hacia la bifurcación y conforme avanza el creci-
miento, se extiende hacia la arteria cerebral media; esta Algunos tumores complejos se extienden a lo largo
18 M. Gadea

Como en cualquier estrategia quirúrgica bien pla-


neada, habrá que seguir de forma secuencial una serie
de pasos ya bien establecidos y descritos en publicacio-
nes previas ( 28, 29, 30, 31 ); nosotros hemos escogido
la técnica descrita por Hakuba ( 19 ) aunque el colgajo
óseo lo obtenemos en una sola pieza y los pasos reco-
mendados incluyen: incisión fronto-temporal, colgajo
óseo órbito-cigomático, fresado del ala esfenoidal, orbi-
totomía posterior limitada, remosión postero-lateral de
la pared orbitaria, incluyendo la descompresión de la
fisura orbitaria superior, destechamiento del canal ópti-
co, clinoidectomía anterior extradural y total, liberación
y exposición de la punta del lóbulo temporal y apertura
de la envoltura del nervio óptico.

Habiendo hecho este abordaje y teniendo en mente


los preceptos de una estrategia quirúrgica planeada e
Figura 3: las flechas muestran la dirección en que la lesión individualizada, se tendrán las diferentes rutas de acce-
puede expanderse. so y la distancia de disección e iluminación adecuadas
para un mejor manejo de una lesión compleja.

Aspectos importantes de la técnica


del ligamento petroclival e involucran también la fisura quirúrgica
orbitaria superior; este tipo de lesiones, que a nuestro
juicio, merecerían ser considerados en un grupo adicio- Posición e incisión: el Paciente se coloca en decú-
nal ( grupo IV ), ya que no sólo afectan las estructuras bito dorsal, con la cabeza fijada al cabezal de Meyfield,
previamente consideradas, si no que también lo hacen rotada hacia el lado contralateral 45º, reflexionada entre
con la arteria basilar, la cerebral posterior y no pocas ve- 10 y 15º, de tal forma que el malar sea prominente en
ces, desplazan la arteria cerebelosa superior; este tipo de el campo operatorio; el hombro ipsilateral se eleva del
lesiones presentan características especiales al momento plano horizontal unos 15 cms. La incisión se incia inme-
de planear la estrategia quirúrgica, ya que parte de la diatamente por debajo del borde inferior del arco cigo-
lesión se localiza en la región del clivus, con extensiones mático, ascendiéndola por delante del trago en forma
mediales, dificultando enormemente su disección y es- curvilínea, rebasando la línea curva temporal superior,
cisión radical ( fig. 4, 5, 6, 7, 8 ). hasta situarla por detrás de la inserción del cabello, a
nivel de la línea pupilar. Este tipo de incisión sitúa la ar-
teria temporal superficial en sentido posterior, mientras
Estrategia quirúrgica que las ramas del nervio facial estarán localizadas en la
parte anterior; es importante preservar la arteria tempo-
La vía de abordar este tipo de tumores debe de con- ral superficial, en caso de que durante el transcurso del
templar algunos aspectos importantes, debiéndose con- acto operatorio se requiera realizar un puente arterial;
siderar las ventajas que ofrece el abordaje escogido; el las ramas frontales del facial se mantienen intactas reali-
cirujano deberá de estar situado lo más cercano posible zando la disección intrafascial ( 24 ).
a estos tumores localizados profundamente, mantenien-
do una distancia de disección lo más corta posible; el Colgajo óseo: el arco cigomático se diseca en forma
abordaje deberá de proveer la mayor cantidad de rutas subperióstica, hasta exponer la inserción del músculo
de ataque posibles, subfrontal, pterional (transilviano) y masetero, lo que se traduce en un abordaje más basal,
subtemporal; deberá de consistir en un colgajo óseo úni- obviando la interferencia del bulto que produce el mús-
co, evitando al final de un procedimiento demandante culo temporal, el que se retrae posterior e inferiormente,
una reconstrucción extensa ( anatómica, funcional y cos- exponiéndose la unión de los huesos cigomático, es-
mética ); debe de ser lo más basal, con el fin de requerir fenoidal y frontal. El colgajo óseo se retira en una sola
la menor retracción de tejido encefálico posible y per- pieza. El tiempo de fresado se incia con la remosión del
mitir una localización temprana del aporte vascular ha- pterion y el borde esfenoidal; habiendo realizado este
cia el tumor, evitándose con esto, pérdidas sanguíneas tiempo del fresado, se introduce el microscopio qui-
innecesarias. rúrgico en el campo y se realiza el destechamiento de
Vol. 23. Nº 1, 2010 Meningiomas clinoideos 19

involucradas; a continuación, la disección se dirige ha-


cia la bifurcación de la ACI y a la porción del segmento
A1 involucrado en la lesión; durante la disección de la
bifurcación carotídea y del segmento A1 se deberá de
tener extremada precaución con aquellas ramas perfo-
rantes hacia el espacio perforado anterior y el complejo
nervio óptico-quiasma-radiaciones; la disección se diri-
ge entonces hacia las arterias CoP y ChoA y seguida-
mente, hacia el tercer par, hasta su ingreso a través del
trígono al seno cavernoso.

En la no deseable eventualidad de sangrado duran-


Figura 4: esquema del colgajo óseo obtenido en el te disección vascular, se colocan clips transitorios ( 30 g
abordaje recomendado. / mm ) en forma proximal y distal al sitio del sangrado
y la ruptura ó el desgarro se repara con sutura vascu-
lar ( 10-0 ); cuando esta eventualidad suceda, es muy
importante identificar que estas arterias no sean perfo-
la hendidura orbitaria superior y la clinoidectomía ex- rantes hipotalámicas ó parte del sistema arterial de la
tradural; estas dos maniobras exponen las ramas de la vía óptica. Durante la disección arterial es muy impor-
arteria meníngea media que pudieran estar aportando tante identificar y preservar la recurrente de Hübner, así
al tumor, además de que la clinoidectomía extradural como las perforantes estríadas. A pesar de que el tumor
prepara el campo para el abordaje directo de la porción se extienda hacia la fosa interpeduncular y desplace la
superior del seno cavernoso. arteria basilar ó la cerebelosa superior, usualmente no
hay necesidad de disecar la membrana de Liliequist, ya
Durotomía: la duramadre se abre en forma semicir- que ésta se encuentra intacta y desplazada, por lo que
cular, centrada en el pterion y replegándose y traccio- el tumor aquí localizado no presenta dificultades en su
nándose en sentido anterior y basal, procurando que la disección y remosión; cuando la lesión se extiende en di-
apertura lateral abarque tanto la fosa frontal y la porción rección caudal, la dificultad se presenta cuando el tumor
rostral del fosa temporal. se sitúa en la línea media, “ escondiéndose “ por detrás
de la apófisis clinoides posterior y el clivus ( grupo IV ).
Teniendo ya la durotomía hecha, en forma cortante
se diseca la porción proximal del valle silviano, lo que Disección del nervio óptico: en este tipo de casos el
permite traccionar la punta de los lóbulos frontal y tem- nervio óptico se encuentra desplazado en sentidos muy
poral y separarlos uno del otro; la disección del valle sil- variables; puede estar empujado hacia abajo y medial-
viano es conveniente realizar en el lado frontal, evitando mente ó protruir en el campo; en algunos casos el ner-
con esto tener que sacrificar las venas cerbrales medias vio óptico se encuentra envuelto por el tumor; en éstos,
superficiales. Hecho esto, se diseca el nervio olfatorio la disección debe de comenzarse desde el quiasma y en
de la base del frontal en forma cuidadosa, evitándose sentido anterógrado hasta el canal óptico; en algunos
la avulsión traumática del mismo. Esta maniobra per- casos el tunmor se extiende hacia el canal, por lo que en
mite introducir sin riesgo el aspirador y drenar líquido estos casos habrá que realizar además, un fresado del
cefalorraquídeo, lo que afloja el encéfalo y permite las canal.
maniobras subsecuentes.
Involucramiento del seno cavernoso: cuando este
Plano de clivaje y descompresión del tumor: se debe sea el caso, dentro de la planeación de la estrategia se
de establecer un plano de clivaje entre el tumor y los deberá de exponer la arteria carótida interna a nivel
lóbulos frontal y temporal y a continuación, incidiendo cervical, lo que permite tener control proximal y distal
el tumor, se descomprime cuidadosamente, pudiéndose de la arteria. Aquellos cirujanos con experiencia y entre-
utilizar en este tiempo el aspirador ultrasónico, tenien- namiento en cirugía de base de cráneo, la maniobra de
do en mente que su uso no debe de hacerse en la cer- control arterial se facilita exponiendo la porción petrosa
canía ni de la carótida, ni de la arteria cerebral media de la arteria.
involucrada en el área tumoral.
Generalmente la porción de tumor localizada en el
Disección arterial: habiendo descomprimido el tu- seno cavernoso se logra escindir a través de la apertu-
mor, la disección se dirige a disecar la cápsula de la por- ra del triángulo de Dolenc y/ó del triángulo del motor
ción proximal de la arteria cerebral media y sus ramas ocular común.
20 M. Gadea

Una vez removido el tumor, se fresa cualquier pro- errónea, ya que se ha visto que las lesiones pueden tener
montorio óseo y se revisa cuidadosamente que no haya inserciones en las cubiertas durales de la pared lateral
ninguna celdilla etmoidal abierta, ya que esto es el ori- del seno cavernoso, pero no, originarse en él; la relación
gen de fístula licuoral postoperatoria. dural de la lesión puede ser con la pared lateral del seno,
la cubierta dural de la ACA ó con la del ala esfenoidal,
en su tercio interno; sin embargo, algunos meningiomas
Discusión clinoideos pueden invadir el seno cavernoso, como se
ilustra en las figuras ( 5, 6, 7, 8, 9 ). La clasificación de
Stern ( 32 ) ha propuesto que para evitar confu- Bonnal, que considera estas lesiones en el grupo A, se
siones en la clasificación de estos tumores, se agrupen corresponde con aquellos tumores esfeno-cavernosos
en una sola denominación, meningiomas de la unión de la clasificación de Ojemann ( 33 ).
cráneo-orbitaria; este tipo de lesiones corresponderían, Como se menciona durante este artículo, considera-
según la clasificación sugerida por Bonnal ( 11 ) a los del mos que la clasificación más apegada a la realidad qui-
tipo A y son los denominados como esfeno-cavernosos, rúrgica, es aquella propuesta por Al-Mefty, sin embargo,
según la clasificación de Vincent ( 4 ); de acuerdo con nosotros consideramos que puede haber un grupo IV,
los hallazgos quirúrgicos, esta última denominación es

Figura 5: TAC contrastada que muestra la lesión. Figura 7: IRM mostrando el involucramiento de la ACI
derecha, así como el desplazamiento de la arteria cerebral
posterior del mismo lado.

Figura 8: IRM mostrando la lesión, la cual involucra la fosa


Figura 6: TAC contrastada mostrando la inclusión de interpeduncular, así como la arteria basilar, la que desplaza de
estructuras vasculares. derecha a izquierda.
Vol. 23. Nº 1, 2010 Meningiomas clinoideos 21

considerando en éste a aquellos con involucramiento de


las arterias basilar, cerebral posterior, cerebelosa supe-
rior y extensión medial hacia el clivus ( fig. 5, 6, 7, 8, 9 ).

Si bien es cierto que muchos de este tipo de menin-


giomas invaden el seno cavernoso, existen tumores que
se originan y limitan en localización al seno cavernoso,
siendo estos últimos tumores de otra categoría y que
merecen una publicación aparte. Estas lesiones tienen
un cuadro clínico que se traduce en un síndrome del
seno cavernoso.

Figura 9: IRM que muestra lo extenso de la lesión. A pesar de los adelantos en imagenología, la contro-
versia en relación a la clasificación de este tipo de lesio-
nes persiste; algunos autores consideran que las lesiones
de tipo III de Al-Mefty, deben de ser consideradas como
meningiomas de la envoltura del nervio óptico ó tumo-
res del foramen óptico y no como correspondientes a
una variedad de los meningiomas clinoideos. Existe un
porcentaje de lesiones que se extienden medialmente
desde la ACA hacia el canal óptico, hacia su superficie
medial, provocando compresión del nervio óptico y és-
tos son principalmente aquellas lesiones grandes, con
adherencias muy firmes a la adventicia de la ACI y que
se corresponden al grupo I, incluyendo extensiones ha-
cia la fosa media y el plano esfenoidal; en algunos ca-
sos con involucramiento esfeno-petro-clival, no se pudo
precisar el verdadero origen y éstos, presentaron difi-
cultad para poder ser clasificados adecuadamente y está
en concordancia con lo reportado por otros autores.

Las firmes adherencias del tumor a la ACI y sus ra-


Figura 10: TAC contrastada que muestra la resección mas, así como al nervio óptico, tienen un impacto di-
bastante amplia de la lesión; nótense la craneotomía, así recto sobre la evolución postoperatoria funcional y la
como la clinoidectomía; también se puede apreciar el infarto cantidad de complicaciones neurovasculares; además
témporo-polar. de las firmes adherencias, muchos de estos Pacientes
tienen enfermedad arteriosclerótica de sus vasos intra-
craneales y en el momento de la disección, la migración
de émbolos es muy probable ( fig. 10, 11 ), ocasionando
infartos en territorios de los vasos involucrados en la
disección y en las adherencias del tumor.

La invasión hacia el seno cavernoso es un factor


pronóstico en la recurrencia de estos tumores, al igual
que la extensión medial ( grupo IV ) hacia la región del
clivus, hecho que se puede anticipar con los estudios
de imagen preoperatorios; este tipo de lesiones son los
tributarios de ser manejados posteriormente con radio-
cirugía y en nuestro medio, con la adyuvancia de ra-
dioterapia con acelerador lineal. La mayoría de autores
concuerdan que cuando existe una invasión del seno
cavernoso, esta porción del tumor se puede manejar
posteriormente con radioterapia; nosotros considera-
mos que cuando la lesión corresponde al grupo IV, el
Figura 10: TAC contrastada que muestra cómo la lesión remanente de la lesión es tributaria de ser manejada con
intracavernosa fue escindida radicalmente.
22 M. Gadea

radioterapia y con ello, la morbi-mortalidad postopera- 9. Olivecrona H: The surgical treatment of intracranial tumors, in Olivecrona H,Tönnis W
toria, disminuye considerablemente. La morbilidad se ( eds ): Handbuch der Neurochirurgie, Berlin: Springer-Verlag, 1967, pp 1-301
correlaciona con el involucramiento de estructuras neu- 10. Symon L, Rosenstein J: Surgical management of suprasellar meningioma. Part I: The
rovasculares críticas. influence of tumor size, duration of symptoms, and microsurgery on surgical outcome in
101 consecutive cases. J Neurosurg 61: 633-641; 1984
En el momento actual, no existe una evidencia con- 11. Bonnal J, Thibaut A, Brotchi J et al: Invading meningiomas of the sphenoid ridge. J
vincente de que el tratamiento quirúrgico radical sea Neurosurg 53: 587-599; 1980
beneficioso en términos de recurrencia, sin embargo, las 12. Fischer G, Fischer C, Mansuy L: Pronostic chirurgical des méningiomes de l’aréte
resecciones radicales se han asociado a una alta tasa de sphénoidale. Neurochirurgie 19: 323-346; 1973
complicaciones; habiéndose dejado un residuo pequeño 13. Kempe LG: Operative Neurosurgery. New York: Springer-Verlag, 1968, vol 1, pp 109-
de tumor, las tasas de recurrencia oscilan entre el 10 % 118
y el 38 % y con un índice de deterioro del 14 % a largo 14. Pertuiset B, Farah S, Clayes L et al: Operability of intracranial meningiomas. Personal
plazo; en relación a esto, la radiocirugía estereotáctica series of 353 cases. Acta Neurochir 76: 2-11; 1985
tiene un futuro promisorio en el control a largo plazo en 15. Watts C: Sphenoid wing meningioma, in Long DM ( ed ): Current Therapy in Neuro-
el crecimiento tumoral. logical Surgery, 1985-1986, Toronto: CV Mosby, 1985, pp 14-16
16. Al-Mefty O: Surgery of the Cranial Base. Boston: Kluwer, 1988
17. Al-Mefty O, Smith RR: Surgery of tumors invading the cavernous sinus. Surg Neurol
Conclusiones 30: 370-381; 1988
18. Dolenc VV: Anatomy and Surgery of the Cavernous Sinus, Wien: Springer-Verlag,
Aquellos tumores localizados y clasificados como 1989
meningiomas clinoideos ( fig. 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11 ) deben 19. Hakuba A, Liu SS, Nishimura S: The orbitozygomatic infratemporal approach: a new
de ser manejados con técnicas de cirugía de base de crá- surgical technique. Surg Neurol 26: 271-276; 1986
neo, lo que maximiza una resección amplia, pero sobre 20. Pellerin P, Lesoin F, Dhellemmes P et al: Usefulness of the orbitofrontomalar approach
todo, con bajas tasas de morbi-mortalidad. associated with bone reconstruction for frontotemporosphenoid meningiomas. Neurosur-
gery 15: 715-718; 1984
Es muy importante que los casos complejos sean 21. Sekhar LN, Sen CH, Jho HD et al: Surgical treatment of intracavernous neoplasms: a
operados por cirujanos con vasta experiencia y entrena- four-year experience. Neurosurgery 24: 18-30; 1989
dos en las técnicas descritas en este artículo; el cirujano 22. Simpson D: The recurrence of intracranial meningiomas after surgical treatment. J
joven aprenderá al lado del experto y no al leer un texto Neurol Neurosurg Psychiatry 20: 22-39; 1957
de técnicas quirúrgicas el día previo de la cirugía. 23. Al-Mefty O: Clinoidal meningiomas. J Neurosurg 73: 840-849; 1990
24. Yasargil MG: Microneurosurgery. Stuttgart: Georg Thieme Verlag, 1984, vol I, pp
Dedicatoria 26-32
25. Al-Mefty O, Holoubi A, Rifai A et al: Microsurgical removal of suprasellar meningio-
El autor principal ( MSGN ) de este artículo dedica mas. Neurosurgery 16: 364-372; 1985
el trabajo al Dr. Francisco Saborío Vargas, pionero de la 26. Malis LI: Tumors of the parasellar region. Adv Neurol 15: 281-299; 1976
neurocirugía en Costa Rica. 27. Hischam B, M. Siamak A, Sandalcioglu IE, Seifert V, M.D.,2 Stolke D, Marquardt G:
J Neurosurg 111:1078–1090, 2009
Referencias bibliográficas 28. Tobias S , Kim CH, Gregory Kosmorsky G, Lee JH: Management of surgical clinoidal
meningiomas Neurosurg Focus 14 (6): 1-7; 2003
1. Frotscher B, Becker: Zur Kasuistik der Duraendotheliome. Arch Psychiatr Nervenkr 29. Dolenc VV: A combined epi- and subdural direct approach to carotid-ophthalmic artery
47:196–199, 1910 aneurysms. J Neurosurg 62: 667–672, 1985
2. Cushing H, Eisenhardt L (eds): Meningiomas of the sphenoidal ridge, in Meningiomas: 30. Evans JJ, Hwang YS, Lee JH: Pre- versus post-anterior clinoidectomy measurements of
Their Classification, Regional Behavior, Life History and Surgical End Results. Spring- the optic nerve, internal carotid artery, and optico-carotid triangle: a cadaveric morphome-
field: Charles C Thomas, 1938, pp 298–319 tric study. Neurosurgery 46:1018–1023, 2000
3. Al-Mefty O: Clinoidal meningiomas. J Neurosurg 73:840–849, 1990 31. Yonekawa Y, Ogata N, Imhof HG, et al: Selective extradural anterior clinoidectomy for
4. David M., Mahoudeeau D.: Les méningiomes de la petite ailed u shénoide ( considera- supra-and parasellar processes. Technical note. J Neurosurg 87:636–642, 1997
tions anatomo-cliniques et thérapeutiques ), Gaz Med France: 11-130, 1935 32. Stern WE: Meningiomas in the cranio-orbital junction. J Neurosurg 38: 428-437; 1973
5. Andrews BT, Wilson CB: Suprasellar meningiomas: the effect of tumor location on 33. Ojemann RG: Meningiomas of the basal parapituitary region: technical considerations.
postoperative visual outcome. J. Neurosurg 69:523-528; 1988 Clin Neurosurg 27: 233-262; 1980.
6. Brihaye J., Brihaye van Geertruyden M: Management and surgical outcome of suprase-
llar meningiomas. Acta Neurochir Suppl 42:124-129; 1988
7. Fohanno D, Bitar D: Sphenoidal ridge meningioma. Adv Tech Stand Neurosurg 14:
137-174; 1986
8. Grant FC: Intracranial meningiomas. Surgical results. Surgical Gynecol Obstet 85:
419431; 1947

También podría gustarte