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necesario remarcar que cualquier intento de periodización de la psicología argentina parece ser
una empresa prematura, no podría tratarse más que de un esquema provisorio, tentativo,
pasible de ser rectificado en la medida en que las investigaciones parciales de carácter más
empírico vayan aportando nuevos conocimientos. De todas maneras, diferentes razones
inducen a avanzar en un intento de periodización.
En la psicología argentina ¿A qué temas habremos que referirnos para llevar acabo tal
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periodización? Podría afirmarse que una historia de la psicología incluye por lo menos:
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modelo, en palabras de Piñero “intelectualmente somos en realidad franceses”
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Traducciones al español de autores de otras lenguas.
En Argentina, tanto Piñero como Ingenieros señalaban que tres factores estaban en la base de
la nueva psicología: la observación clínica, la investigación experimental y la divulgación
científica. Esto ponía de manifiesto que, de aquel trio, solamente las figuras de Charcot y Ribot
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La denominación psicología experimental en la temprana psicología tenía poco que ver con el
concepto de psicología experimental producida en Alemania. Por el contrario, la denominación
psicología experimental se relacionaba directamente con la introducción a la Medicina
Experimental de Bernard, quien sostenía que la experimentación era la culminación de la
medicina científica, advertía que la medicina experimental no excluye la medicina clínica, sino
que viene detrás de ella.
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PERIODO DE LA PSICOLOGIA FILOSOFICA (1916-1941)
En este período, cuatro rasgos podrían caracterizar los principales desarrollos de la psicología:
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complejos de las funciones vitales del organismo (desde una perspectiva spenceriana
en el período que nos ocupa), lo más importante de los fenómenos psíquicos no podía
reducirse a su origen evolutivo, toda vez que involucraba valores y razonamientos que
interrogaban los presupuestos evolucionistas y situaban el psiquismo humano en un
plano diferenciado y singular. Como afirmaba Alejandro Korn “la identificación del
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hecho psíquico con lo orgánico es una superstición vulgar.
En segundo lugar, a pesar de las caracterizaciones más familiares sobre este
período, resultó notorio el intenso movimiento de circulación de autores, instituciones e
ideas psicológicas.
En tercer lugar, las relaciones con la tradición de las primeras décadas del siglo fueron
ambiguas, por una parte, no dejaban de señalarse los límites de la psicología
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nuevamente como una disciplina de carácter filosófico, ya que se consideraba que toda
cuestión de psicología era, al mismo tiempo, una cuestión de filosofía, lo que borraba las
diferencias entre filosofía y psicología era que ambas estaban centradas en fundamentar los
límites de la experiencia sensible. En ese marco (partiendo de Bergson, Scheler, y, sobre todo,
Ortega) la psicología argentina a partir de la tercera década del siglo se orientaría hacia
Una de las obras más importantes de este período fue Instinto, Percepción y Razón de
Mouchet, que llevaba por subtítulo Contribuciones a una psicología vital. Mouchet, con
reminiscencias de José Ingenieros, enfatizaba en el estatuto biológico de la psicología vital,
sostenía que el psicólogo vital es el biólogo de la introspección. Esto quiere decir que su
psicología era una psicología biológica. Sin embargo, aclaraba que «nuestra psicología vital no
es igual –ni de lejos– a lo que comúnmente se entiende por psicología biológica. El libro de
Mouchet fue considerado una de las cien obras más importantes en la historia de la psicología.
En esa dirección, eran constantes sus referencias a autores como Ribot y Dumas, aunque
también a Marx, Bergson, Scheler, von Uexküll y Köhler. Tal amplitud se debía a una
concepción enciclopédica inocultable, como también a un esfuerzo de especialización sobre los
diferentes dominios de la psicología que no era para nada despreciable, sobre todo cuando
Mouchet abordaba sus temáticas privilegiadas: los fenómenos de la emoción, la percepción de
obstáculos en ciegos, y ciertos fenómenos psicopatológicos como la despersonalización, la des
realización y los trastornos del lenguaje.
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1908 por Ingenieros, Piñero, de Veyga y Mercante, entre otros.
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Eugenio Pucciarelli, graduado en Medicina y Filosofía, reemplazaría a García Morente en el
dictado del curso de Psicología. La enseñanza de Pucciarelli, centrada en las corrientes de
psicología de la época, se iniciaba con un planteo acerca de la esencia de la psicología: si se
trataba de metafísica o de una ciencia, si consistía en un saber especulativo o se trataba de un
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conocimiento empírico.
freudiana, adleriana y junguiana. Las deudas de Pucciarelli hacia Dilthey serían una constante;
en su opinión, Dilthey era «un romántico rezagado condenado a vivir en una época positivista
hostil a la filosofía».
En Buenos Aires y en La Plata, luego del Golpe de Estado de 1943, los cursos psicológicos
serían ocupados por personalidades provenientes del campo de la filosofía. Sin embargo, en
contradicción con ese clima cultural, el contexto económico y social no autorizaba demasiado
una disciplina psicológica especulativa y filosófica y, paralelamente, comenzó a desarrollarse
un modelo de intervención psicológica centrado en la psicotecnia y orientación profesional.
En esa misma dirección, el Segundo Plan Quinquenal peronista fijaba el objetivo de «encausar
el aprendizaje y la orientación profesional» en el campo de la educación y el trabajo.
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En relación con el trabajo, se fijaba que la política social y económica del Estado debía
desarrollarse sobre diversas bases: establecimiento de correlaciones racionales entre la aptitud
del trabajador y su ocupación, a fin de obtener los más altos índices de productividad y d
retribución. Las aspiraciones evidenciadas en ese tipo de consideraciones se relacionaban con
la orientación profesional colectiva, la cual era concebida a partir de un interés público. Al
mismo tiempo, creaba condiciones para el desarrollo de una orientación profesional individual,
la cual encontraría mejores condiciones para su consolidación a partir de la década de 1960.
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Esas condiciones originarían un conjunto importante de intervenciones, inclusive, la creación
de nuevos espacios curriculares y de nuevas carreras.
(personalidad y aptitud) por una parte, y las necesidades sociales, por la otra. La orientación
profesional aspira a que se elijan los oficios y profesiones de modo congruente con la propia
personalidad, las aptitudes y el ámbito social.
En San Luis la orientación profesional aparecía menos relacionada con el ámbito del trabajo y
más con el de la educación, aun cuando estos campos pudieran haber estado íntimamente
emparentados. Las actividades de orientación profesional descritas, más todas aquellas que
preveía la Dirección de Psicología Educacional y Orientación Profesional, planteaban el
problema de la formación del personal técnico especializado. El propio Plácido Horas promovió
la creación de una «Especialización en Psicología», para lo cual tomaba en cuenta, entre otros
elementos, los antecedentes de carreras similares en España, Francia y Estados Unidos; el
desarrollo de la psicología en nuestro país y las relaciones entre la formación en Psicología y
los objetivos del 2.º Plan Quinquenal.
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y la organización de constelaciones ideológicas bastante complejas. Así, enfrentados a la
concepción taylorista, tanto Claparède como Alfredo Palacios en Argentina se adherían a ideas
de izquierda.
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tratado de psicotecnia y orientación profesional, en el cual se discutía al mismo tiempo
cuestiones teóricas, técnicas e institucionales.
El debate sobre el rol del psicólogo estaba originado, sobre todo, por la urgencia en clarificar
una nueva función profesional, todavía imprecisa. En uno de los extremos del debate, se
sostenía el papel del psicólogo como psicoanalista o mejor todavía, la propuesta de Harari
consistía en no confundir el psicoanálisis como una profesión, sino que, tal como lo planteaba
Freud, debía considerarse al mismo tiempo como una teoría, una terapéutica y un método de
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como agente de cambio. Bleger consideraba que la psicología constituía un oficio más que una
ciencia. A partir de tal concepción, definía el rol del psicólogo de diferentes maneras, pero
todas ellas orientadas en una misma dirección. “El psicólogo es un especialista en tensiones de
la relación o comunicación humana”.
psicoanálisis para quienes optaran por esta última vía, al contrario, el propio Bleger era un
prominente didacta de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA) y Juana Danis reconocía
que el psicólogo podría disponer de conocimientos psicoanalíticos. A diferencia del antropólogo
que principalmente se interesa en conocer, un psicólogo (por toda su tradición como
profesional empeñado en provocar cambios) no es solamente un mero conocedor de ese
nuevo campo, sino que debe encontrar estrategias de operación, inclusive sobre una
comunidad, lo que es muchísimo más complicado.
En 1967, el gobierno de facto sancionaría la ley 17132, de ejercicio legal de la medicina, por la
cual incluía las actividades del psicólogo en el capítulo 9, destinado a los auxiliares de la
medicina. Según el artículo 91 de tal normativa, el psicólogo sólo podía desempañarse
profesionalmente bajo dependencia del «médico especializado en psiquiatría» y sólo «por
indicación y bajo su supervisión».
En una dirección parecida, también se trataba de establecer el rol del psicólogo en la institución
escolar. También las áreas más tradicionales exigían una redefinición del rol profesional y, en
ese marco, comenzaban a reconocerse distintas actividades en el campo de la clínica, y, en
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particular, la posibilidad de terapias breves o de «procesos correctores de duración y objetivos
limitados», como los denominaba Kesselman. La posibilidad de las psicoterapias breves
también se daba en un contexto en el cual se negaban las posibilidades de «psicoanálisis para
todo el mundo», en función de ciertas condiciones o exigencias propias del psicoanálisis. Al
mismo tiempo, la propuesta de la psicoterapia breve también debía contextualizarse en las
necesidades de masificación de la asistencia psicológica, de una asistencia popular y nacional.
En 1976 se produjo un golpe militar que introduciría una de las dictaduras más represivas y
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sangrientas en América Latina. El impacto sobre la psicología fue inmediato, no sólo
interrumpió bruscamente las condiciones que habían favorecido el debate sobre el rol del
psicólogo, no sólo secuestró e hizo desaparecer a una enorme cantidad de psicólogos y
estudiantes de Psicología, no sólo cerró carreras universitarias de Psicología, sino que
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inclusive visualizó a la psicología como una de las ideologías que habían promovido una visión
ajena a la tradición del país.
La transición democrática iniciada hacia 1983, con todas sus limitaciones, ha creado
condiciones que favorecieron dos cuestiones centrales para el desarrollo de la psicología.
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Por una parte, el pleno ejercicio público de la profesión del psicólogo, a través de leyes,
reglamentaciones y disposiciones que ordenaron jurídicamente el campo psicológico. Por otro,
las tentativas de constitución de una tradición académica en torno a la enseñanza y la
investigación en psicología, la cual había sido sistemáticamente interrumpida por razones de
tipo ideológico-políticas en muchos momentos de los períodos anteriores. Un primer rasgo que
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Salta, Tucumán, Catamarca y San Luis. Estas coincidían en al menos tres características:
reconocían la plena autonomía del psicólogo, los diferentes campos de la práctica profesional y
la pertinencia del tratamiento psicoterapéutico en el campo clínico.
Hay que señalar el impacto del retorno al país de un número importante de psicólogos exiliados
durante la dictadura militar, que obtuvieron posgrados en el extranjero o que simplemente
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tomaron conocimientos de vías de implantación de la psicología muy diferentes a la argentina.
La circulación de nuevas perspectivas teóricas ha venido a dinamizar un campo que, desde el
punto de vista teórico, permanecía cristalizado en torno al desarrollo lacaniano del
psicoanálisis. No puede dejar de señalarse la incidencia de los fenómenos de globalización,
que ha contribuido a familiarizar a la psicología local con instituciones internacionales. Al
mismo tiempo, la experiencia del Mercosur, que incluye un área de compatibilización entre la
formación y práctica profesional de los países de la región, ha posibilitado el intercambio con
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experiencias académicas y profesionales de otros países de la región, los cuales, salvo
Uruguay, han transitado vías de desarrollo de la psicología muy diferentes a la argentina.
Todos esos factores han contribuido a establecer los límites del perfil profesional del psicólogo,
y a diseñar modelos curriculares alternativos.
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En definitiva, la psicología argentina a partir de 1983 pareciera encaminarse hacia un horizonte
de mayor pluralismo teórico y también profesional, sin abandonar el compromiso característico
con la esfera pública. Desde el punto de vista académico, la instancia abierta con la
democratización universitaria ha favorecido un replanteo de cuestiones centrales en la
formación del psicólogo, aun cuando el alcance de las reformas todavía parece muy limitado.
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ALEJNDRO DAGFAL
“PARA UNA ESTETICA DE LA RECEPCION DE LAS IDEAS PSICOLOGICAS”
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Dagfal hará un repaso de la noción de recepción, tal como fue concebida por la teoría de la
comunicación literaria de Jauss, y tal como ha sido utilizada en la historiografía de la psicología
argentina.
INTRODUCCION
La estética de la recepción se transformó, a partir de la década del ’60, en una teoría de la
comunicación literaria. El objeto de sus investigaciones es la historia literaria definida como un
proceso que implica siempre tres factores: el autor, la obra y el público. Un proceso dialéctico
en donde el movimiento entre producción y recepción pasa por la intermediación de la
comunicación literaria. De este modo, la noción de recepción es entendida en el doble sentido
de acogida (o apropiación) e intercambio. Dagfal se pregunta cuál es la pertinencia de este
debate (que en apariencia es interno al campo de las letras) para una historia de las ideas
psicológicas.
“Los autores y los modelos de conocimiento son europeos en general y franceses en particular.
Frente a esto se suele acentuar la “dependencia” y la idea de la mera copia. El problema es
más amplio que el de una historia de la psicología y tiene que ver con la cuestión de la
conformación de un pensamiento y una cultura nacionales. La categoría de recepción da
cuenta de una apropiación activa que transforma lo que recibe”.
El autor quiere determinar cuál ha sido el verdadero provecho de transpolar este concepto de la
teoría de la comunicación literaria a la historia de la psicología.
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A la recepción se la puede entender como un acto que incluye el efecto producido por la obra
de arte y el modo en que su público la recibe. De este modo, la estética de la recepción le
restituye el valor a la función activa del lector, considerando que, a lo largo de la historia de la
literatura, han sido los lectores quienes han “concretizado” el sentido de las obras, por no decir
que lo han fijado, o incluso establecido. Por ello, podría decirse que la historia de la literatura
no es más que la historia de las interpretaciones de los textos, entendiendo por interpretación a
un intercambio de experiencias, un dialogo de preguntas y respuestas. Este rescate de la
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función activa del lector permite el reconocimiento de que la función de la obra de arte no es
solo la de representar lo real, sino también de crearlo.
El lector tiene una función de selección respecto de la tradición con la que se confronta: puede
apropiarse del pasado (incluyendo las interpretaciones realizadas por otros lectores) o puede
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rechazarlo y tratar de superarlo. En cualquiera de los dos casos, la interpretación que realice
será forzosamente parcial, ya que estará limitada por su propio punto de vista, por su propia
perspectiva. Es en esta concepción dialéctica (en el sentido de diálogo, de preguntas y
respuestas, de problemas y soluciones), en esta interacción entre producción y recepción, en
este “intercambio continuo entre autores, obras y públicos”, donde reside la originalidad de la
estética de la recepción.
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por un lado, permite una continua puesta en relación del presente y el pasado, se aplica tanto
al lector (en el momento que interpreta un texto) como al autor (en el momento en que lo
escribe), lo cual abre a una continua tensión entre el texto del pasado y el horizonte del
presente.
Por otra parte, el autor diferencia un horizonte de expectativas de tipo social, más general
sostenido por una comprensión de la realidad cotidiana, del mundo y de la vida y un horizonte
más propiamente literario, regido por los códigos estéticos de la literatura de la época, por las
normas específicas del género y por las formas de relacionar ficción y realidad.
En el proceso de recepción, el sentido de una obra surge de una doble fusión de horizontes,
que continuamente pone en relación dialéctica al presente con el pasado y a la literatura con la
sociedad. Es en este punto que la estética de la recepción aporta algo nuevo respecto de las
teorías literarias más tradicionales, resituando la interpretación en una dimensión histórica y
social.
Entre los textos pertenecientes al campo literario y aquellos que provienen del campo de la
psicología existen toda una serie de diferencias. En primer lugar, en los textos literarios prima
una voluntad de transmisión estética, mientras que en los textos psicológicos lo que se quiere
comunicar son los principios de una teoría o las particularidades de una práctica. Sin embargo,
aun cuando la dimensión estética no quede en primer plano, no puede negarse que, incluso en
los textos de tipo teórico, ella juega un papel importante. Aunque el placer estético no sea su
objetivo principal, la producción y la recepción de este tipo de textos también están
condicionadas por los cánones literarios de cada época, que determinan en el lector una cierta
afinidad o un rechazo que no pueden explicarse solamente en relación a los “contenidos
teóricos”.
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En cada momento histórico, en cada lugar, el “gusto” del público está más preparado para
recibir algunos conceptos, para adoptar ciertas teorías. La constitución de ese gusto, la
formación de esa sensibilidad, es el resultado de una experiencia estética intersubjetiva, en
donde el horizonte de expectativas articula aspectos estéticos y cognitivos que trascienden al
campo literario. En este sentido es importante la utilización de la categoría de interés
intelectual, este concepto, que debemos a Kurt Danziger, busca dar cuenta de la estructura
intencional transindividual que caracteriza a una disciplina, son sus objetivos, sus propósitos,
sus intereses, los que determinan su lugar respecto de otras disciplinas. Esos intereses
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permiten establecer las normas de evaluación de la producción de los miembros de esa
disciplina. Los intereses intelectuales permiten una doble legitimación: por un lado, en virtud de
ellos, una disciplina puede obtener el reconocimiento y la legitimación de otras comunidades
disciplinares u otros actores sociales, y por otra parte los intereses intelectuales delimitan el
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dominio dentro del cual trabajan los integrantes de una comunidad disciplinar, estableciendo
las metodologías a emplear y los resultados que serán considerados como válidos.
generador que, como fruto de la interacción social, plantea problemas comunes a un grupo
determinado. Se debe hacer una distinción entre problema y problemática. Los problemas
puntuales remiten a una dimensión individual y consciente, en la que los actores se
representan aquello que aparece ante ellos como un obstáculo o una dificultad. La
problemática alude en cambio a una estructura colectiva, patrimonio de un grupo, que es en
gran parte inconsciente, y que constituye el marco dentro del cual los problemas puntuales se
hacen posibles. Los objetos psicológicos no son el resultado de la invención de sujetos
individuales, sino que responden a actividades constructivas realizadas por grupos que
comparten una misma problemática. Por ello, los verdaderos sujetos históricos no serán
entonces los actores individuales, sino los sujetos colectivos.
A modo de ejemplo, trataremos de poner en relación la obra de dos autores argentinos de los
años 1960, Ravagnan y Bleger. Ambos fueron contemporáneos, en la misma época fueron
profesores de las carreras de psicología recién creadas, publicaron diversos libros y artículos
durante los años ‘50 y ’60, e incluso privilegiaron las referencias a los mismos autores
franceses, como Merleau-Ponty y Lagache. Sin embargo, si tenemos en cuenta cuáles eran las
problemáticas a las que querían dar respuesta y cuáles eran sus intereses intelectuales, en
realidad pertenecían a dos “épocas” radicalmente distintas. Sus horizontes de expectativas
eran totalmente disímiles y buscaban legitimarse en subcampos diferentes.
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Ravagnan era uno de los miembros más antiguos del grupo de profesores que intervino en la
creación de las carreras de psicología. Llegaba a esta disciplina a partir de preocupaciones
teóricas derivadas de su formación filosófica, publicaba con cierta frecuencia en órganos
emblemáticos de la cultura letrada y liberal, como el diario La Nación y en la revista Sur, o
incluso daba conferencias en el Instituto Francés de Estudios Superiores o en la Escuela
Superior de Guerra.
Bleger, era un joven médico que llegaba a la psicología desde su formación psiquiátrica y su
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pasión por el psicoanálisis, miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina y del Partido
Comunista, había ganado notoriedad a través de un libro polémico en el que trataba de
conciliar psicoanálisis y marxismo. Se había inspirado en sus camaradas franceses que siendo
también psiquiatras rescataban la psicología concreta de Politzer. Consideraba que la
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psicología era básicamente un oficio que se definía por su propia práctica.
Aunque hayan coincidido parcialmente en tiempo y lugar, mientras que Ravagnan era uno de
los últimos exponentes del pensamiento de los años ’40, Bleger era uno de los primeros en
hacerse cargo de los problemas que caracterizarían a los años ’60.
Una historia pensada solamente con las categorías del centro y del presente encuentra que los
hechos históricos de la periferia están fuera de lugar o fuera de época. Este desfasaje solo
podrá ser salvado en la medida en que la historia pueda descentrarse respecto del presente y
de la perspectiva de las metrópolis, para dar cuenta del carácter diferencial del tiempo y del
lugar histórico, basándose en categorías que, sin dejar de ser críticas, aspiren a una cierta
objetividad.
UNIDAD II
JOSÉ INGENIEROS (13 DE OCTUBRE DE 1906)
“PSICÓLOGOS FRANCESES”
DIARIO LA NACION
Todo el mundo se cree psicólogo, sostiene José Ingenieros. Cualquier amable conversador de
salón improvisa la “psicología” de un suceso de actualidad. El más zurdo periodista se atreve a
escribir la psicología de cualquier cosa: del chisme, de la educación, de la bicicleta, de una
época histórica. Surgen psicólogos por doquier y todas las cuestiones acaban por tener una
psicología.
Las funciones psíquicas son las más complicadas del animal viviente, por lo que, para
estudiarlas se necesitan nociones generales de biología y conocimientos especiales de
fisiología.
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para estudiar psicología, además de ser fisiólogo conviene ser médico, y los estudios del
laboratorio deben complementarse con los de la clínica. El resultado de esa labor constituye la
psicología biológica, única digna del nombre de ciencia.
El psicólogo debe ser, a la vez, un experimentador y un clínico. Estas dos condiciones pueden
estar reunidas en ciertos médicos; por eso, en todas las universidades modernas la enseñanza
de la psicología suele ser confiada a médicos y se lleva a cabo según los criterios de la
enseñanza fisiológica y clínica.
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En Francia esta Psicología es cultivada con interés. El curso oficial de psicología en el Colegio
de Francia, hasta hace algunos años lo dictaba Ribot, cuando éste pidió su jubilación se
planteó un verdadero conflicto, los candidatos para sucederle fueron Pierre Janet y Heni Binet.
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Janet tiene mayor preparación clínica, su cultura médica es grande, ha realizado estudios de
las enfermedades nerviosas y mentales, posee excelentes condiciones de expositor y cuenta
varios libros en su haber intelectual. Es más clínico y mejor conferencista. Binet es más hombre
de laboratorio, prefiere las investigaciones de psicología pedagógica, es una dedicación
ejemplar y ha escrito libros muy estimados, es un experimentador más diestro. La ventaja de
este último para suceder a Ribot consistía en que vive consagrado a sus tareas
experimentales, mientras que Janet se reparte entre la ciencia y el ejercicio de la medicina.
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Cuando llegó la ocasión del nombramiento definitivo, Janet fue designado sucesor de Ribot,
obteniendo un voto más que Binet, el cual quedó como director del laboratorio de psicología
experimental. Ribot no tomó partido por ninguno de ellos, ambos le parecían dignos de
sucederle, aunque desde diferentes puntos de vista.
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Janet es un hombre entre los cuarenta y cinco y cincuenta años, de buena presencia. Sus
estudios clínicos sobre la histeria, las obsesiones y las ideas fijas son de primer orden. Como
profesor posee cualidades que caracterizan a los maestros de la escuela francesa, su
elocución es nítida y fácil, convincente, prefiere tratar temas de Psicología clínica, en los cuales
desarrolla puntos de vista originales y demuestra tener una cultura excepcional. Para
Ingenieros sostiene que Francia aplica este principio: para tener buenos profesores hay que
pagarles bien, La cátedra debe dar para vivir, ya que de otra forma los profesores no se
dedicarían a ella. Mientras que en la Argentina el profesorado universitario es un adorno o una
ayuda, pero no una carrera.
En las sociedades científicas brilla por su ingenio y su disciplina intelectual. Sus estudios sobre
los estados intelectuales en la melancolía, el estado mental de Augusto Comte y de Saint
Simón, la tristeza y la alegría, etc revelan un talento superior. Cultiva con igual éxito los
trabajos clínicos y los experimentales. Junto con Janet, Dumas dirige la mejor revista de
psicología normal y patológica, complementaria de la revista dirigida por Ribot.
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HASTA LA CREACIÓN DE LA CARRERA DE LA PSICOLOGÍA”.
Cap. I: Los comienzos de psicoanálisis en la argentina.
En 1927 el Dr.Juan Ramón Beltrán, médico psiquiatra con una larga trayectoria en medicina
forense fue nombrado perito, para determinar el grado de competencia de un hombre acusado
de haber cometido asesinatos. Beltrán concluía que el acusado era un degenerado y un
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criminal innato. La degeneración se manifestaba en la presencia de ciertos “estigmas físicos”
tales como el pie plano y una forma inusual en las orejas y los dientes, y se atendía también a
la historia sexual del paciente. Para este autor, la conducta violenta del criminal era el resultado
de una combinación de degeneración e impulsos sexuales patológicos .Para realizar su análisis
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utilizo dos teorías incompatibles: la teoría de la degeneración y el psicoanálisis freudiano.
La extraña combinación teórica de Beltrán formaba parte en realidad de un patrón más amplio
de recepción del psicoanálisis por parte de los círculos médicos en la Argentina durante las
primeras décadas del S.XX. El psicoanálisis y otras corrientes de pensamiento fueron añadidos
al arsenal terapéutico y teórico existente, y esto dio origen a una mezcla que contenía
elementos incompatibles entre sí.
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Hasta fines del 40’ la psiquiatría no estaba definida en la argentina como una especialidad
médica autónoma y legitima (y por cierto, muchos menos el psicoanálisis).La psiquiatría era
considerada una subespecialidad menor de la medicina .La importancia de los psiquiatras
respondía más a su función social y política que a su status científico.
1. Desde fines de la década del 10’ hasta comienzos de los años 20’ el psicoanálisis fue
discutido inicialmente en los círculos médicos y era considerado una doctrina
extranjera. Su conocimiento provenía casi en su totalidad de fuentes francesas y era
concebido como una teoría puramente médica.
2. Desde mediados de los años 20’hasta fines del 30’ los psiquiatras más progresistas
comenzaron a incorporarlo gradualmente a su arsenal terapéutico , o a criticarlo
fuertemente, demostrando en ambos casos que la disciplina ya tenía un lugar
asegurado dentro del campo de las terapias y teorías disponibles.
Los psiquiatras argentinos fueron menos receptivos al Psa, durante las primeras décadas del
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siglo XX, que sus colegas de otros países como los EE.UU o incluso Brasil .Los psiquiatras
argentinos fueron los que iniciaron una discusión sobre las ideas freudianas a diferencia de
Francia, donde en un principio ciertos grupos artísticos de vanguardia se mostraron abiertos a
las ideas de Viena, que los círculos profesionales.
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Greve inició una tradición que daría forma a la recepción temprana del Psa. En la Argentina.
Freud seria leído en francés tanto por sus simpatizantes como por sus detractores.
Para finales de la década del 10’ el Psa. Estaba comenzando ser discutido por un número
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creciente de psiquiatras. Esta primera recepción fue negativa, ya que se discutía el psa. Para
criticarlo.
Durante la primera década del siglo XX la psiquiatría argentina se desarrolló bajo la influencia
de las escuelas francesas e italiana y no fue demasiado hospitalaria con la nueva disciplina.
“Desde el punto de vista intelectual, somos franceses “declaraba Horacio Piñeiro, el psiquiatra
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La enraizada tradición neurológica, la influencia de psicólogos como Pierre Janet que había
desarrollado su propia conceptualización de los fenómenos inconscientes (en muchos aspectos
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La teoría de la degeneración, introducida en Francia por el médico Morel, fue durante décadas
la corriente de pensamiento dominante del pensamiento psiquiátrico en la Argentina. Esta
teoría en nuestro país adquirió una dimensión particular al ser asociada con el tema de la
inmigración masiva. A comienzos del siglo xx, intelectuales nacionalistas, argumentaban-
citando evidencia “científica “-que la inmigración sin control podía degradar la raza nacional
incorporando grandes cantidades de degenerados en la sociedad.
La psiquiatría formaba parte de un engranaje medico amplio erigido por el Estado para
controlar y al mismo tiempo mejorar las condiciones de vida de las nuevas masas urbanas.
Hasta 1930 y también un poco más tarde, la psiquiatría en la Argentina estaba en sintonía con
lo que Hale denominaba “estilo somático “. Se pensaba que los orígenes de las enfermedades
mentales podían descubrirse en la morfología del cerebro o del sistema nervioso y que los
trastornos debían ser tratados de un modo acorde.
Influidos por la mirada francesa, los argentinos caracterizaban el psicoanálisis como una teoría
pansexualista. Aunque algunos elementos del método freudiano fueron aceptados de manera
gradual, Freud seguía siendo criticado por su dogmatismo- esto es, por el énfasis que ponía en
la preeminencia de la sexualidad en la etiología de las neurosis. Sin embargo, dicha disciplina
iría teniendo significado a la largo del tiempo para los médicos argentinos, al punto que incluso
aquellos que adherían a concepciones puramente biológicas de la enfermedad mental, sentían
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que era necesario prestarle atención.
Desde fines de la década del 10’ se verifico un creciente interés por parte de los intelectuales
latinoamericanos, hacia corrientes filosóficas de origen europeo, alejadas del positivismo. La
declinación de dicha corriente, coincidió con la emergencia de un campo de producción
cultural, ligado a la profesionalización de disciplinas tales como la filosofía y la literatura.
La crisis del positivismo afecto también a la profesión médica y abrió la puerta a la recepción de
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teorías terapéuticas alternativas .Durante la década del 20’, el paradigma de la degeneración
hereditaria comenzó lentamente a perder hegemonía .Los psiquiatras pasaron gradualmente
de un abordaje puramente somático de la enfermedad mental a una visión más global de los
pacientes que abarcaba la dimensión psíquica, la mente tanto como el cerebro.
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El declive del positivismo y la incorporación de terapias alternativas, colaboraron con la
aceptación de al menos ciertas lecturas del psicoanálisis por parte de la comunidad psiquiátrica
y de círculos intelectuales. Sin embargo, las primeras personas que presentaron el
psicoanálisis (o cierta versión de él) desde una luz positivista, fueron médicos extranjeros.
Mientras el positivismo perdía su influencia sobre la elite intelectual argentina en tanto visión
del mundo, y la idea de la degeneración hereditaria dejaba lenta pero gradualmente de gozar
del favor de los psiquiatras, el Psa hacía algunos progresos en los círculos médicos.
En 1929 un grupo de psiquiatras fundo la Liga Argentina de Higiene Mental, influidos por el
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movimiento de higiene mental que había surgido en Estados Unidos y en otros lugares del
mundo. Los higienistas mentales promovieron la noción de que la enfermedad mental podía ser
prevenida y curada así como también que la psicoterapia era una técnica efectiva.
La ideas de la posible curación de los trastornos mentales disparo el interés por la búsqueda de
nuevas formas de tratamiento.
En 1940, Enrique Pichón Riviére y su mujer Arminda Aberastury, trabajaban en los consultorios
externos creados por la Liga en el hospicio junto a Rascocsky, otro futuro fundador de la APA.
Otro miembro de la Liga era Goldemberg, un joven psiquiatra que hizo mucho por la promoción
del psicoanálisis en los 50’ y 60’.
A partir del 30’, nuevas terapias psiquiátricas comenzaron a estar disponibles en todo el
mundo, entre ellas diversos tipos de shock (eléctricos o químicos). Estas terapias eran
relativamente efectivas, pese a no contar siempre con un anclaje teórico firme.
El Psa podía incluso ofrecer una fundamentación teórica para algunas terapias somáticas. A
finales de la década del 30’mientras los psiquiatras en la argentina y en otras partes, admitían
no saber claramente cómo y por qué operaban las terapias de shock, Pichón Riviére, un
pionero en el uso de la terapia electro convulsiva en el país y más tarde miembro fundador de
la APA, propuso una explicación psicoanalítica .La terapia de shock funcionaba en los casos de
“melancolía”(enfermedad que sería luego considerada por él como la base de la enfermedad
mental) porque satisfacía el deseo de castigo del paciente, reduciendo así sus tensiones y
ansiedades.
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Por otro lado, en los años 10’ y 20’ el Psa comenzó a ser considerado como una de las
corrientes espirituales más importantes del momento .Hacia 1930, era discutido en nuevos
contextos .Se lo publicó en revistas populares. Hacia finales de esas décadas, varios
psiquiatras se sintieron atraídos por dicha doctrina, no como un método exclusivo sino como
una herramienta que podía ser agregada a técnicas y teorías más tradicionales, y a veces
combinada con ellas. Esto último dio cuenta de la gran flexibilidad por parte de los psiquiatras y
contribuyó al proceso de legitimación de la disciplina.
.C
La apropiación ideológica del psicoanálisis
Una vez que empezó a integrarse en la cultura argentina, se convirtió también en un tema
DD
sujeto a la apropiación ideológica. En la Argentina el consenso liberal que había conformado
una suerte de “mito fundador” para la elite a partir de la segunda mitad del siglo 19, entró en
crisis en los años 20’ y 30’, cuando comenzó a hacerse evidente que la “mano invisible” de la
economía no seguiría beneficiando eternamente los productos pampeanos, y cuando, por otro
lado, se hizo claro que una sociedad cada vez más compleja, requería intervenciones que iban
mucho más allá de las que resultaban aceptables a los “liberales reformistas” de las décadas
anteriores.
LA
Las revistas y las instituciones podían declarar abiertamente sus preferencias políticas aunque
el valor de las teorías científicas discutidas en ellas se justificaba dentro de la lógica del
discurso científico .Una de las revistas La psicoterapia, mencionaba que la psicoterapia era una
respuesta moderna a los problemas modernos originados por las condiciones críticas de la
época. Ella iba a jugar un papel importante en la construcción de una sociedad nueva, un rol
FI
que iría, más allá de la mera cura de las neurosis. .La revista planteaba la necesidad de
establecer una ruptura con la psiquiatría tradicional.
renovación y también parte de un programa político. Era considerada una herramienta para una
mejor comprensión de las críticas condiciones históricas y sociales por las que estaba
atravesando el mundo contemporáneo.
Pizarro Cresco, Bermann, Thénon y Beltrán representan sólo algunos ejemplos de personas
que buscaban compatibilizar el Psa con sus respectivas posiciones ideológicas .Todos ellos
combinaron dicha doctrina con otras teorías psiquiátricas.
El psicoanálisis comenzaba a gozar de una creciente aceptación en otros ámbitos .Si bien la
universidad de Buenos Aires no contaría con una carrera de psicología hasta entrados los años
50’, existía sí una cátedra de psicología desde 1896. El psicoanálisis fue introducido como
tópico de discusión en un programa de estudios por primera vez en 1914. Cuando Horacio
La orientación clínica psicopatológica del primer curso, y el declive del positivismo entre los
intelectuales argentinos abrieron una puerta para la entrada del psicoanálisis en el currículo de
psicología.
Fue Mouchet, un psiquiatra miembro del partido socialista quien dedicó un curso completo a la
discusión del psicoanálisis. Lo consideraba como uno de los métodos modernos de
investigación psicológica y lo presentaba junto a otros métodos de la psicología experimental.
Para este autor, dicha disciplina era menos una técnica clínica que un método de investigación.
Victor Mercante destacaba sus usos en la pedagogía, introduciendo otra manera de leer a
Freud. Este autor fue un reformista en educación que interpretaba el pensamiento de Freud
OM
desde una perspectiva biologicista.
El Colegio Novecentista fue un movimiento anti positivista argentino agrupado bajo el lema del
.C
novecentismo, una institución de cultura que fomentaba la libertad del pensamiento, constituido
por una juventud estudiosa que descontenta con la cultura argentina que imperaba en esa
época, invocaba el advenimiento de una nueva cultura nacional fecunda, con nuevos ideales.
Tenía como fin oponer resistencia a un perjudicial predominio del positivismo en los claustros
DD
docentes de las facultades (Filosofía y Letras, Derecho y Ciencias Sociales). Se propuso llevar
a cabo un conjunto de acciones destinadas a cuestionar los valores y principios que se
sostenían en el ambiente intelectual de la época, por medio de seminarios y conferencias, y a
través de la publicación de la revista Cuaderno. La juventud novecentista afirmaba sentirse
huérfana de buenos mentores y por lo tanto debió suplirlos a través del propio esfuerzo
autodidáctico.
LA
El colegio consideraba novecentista a toda actitud espiritual que afirmaba el carácter sustantivo
de la personalidad humana, este es el mínimo de doctrina que el novecentismo solicitaba al
adepto, cualquiera fuera la inclinación política, estética, religiosa, etc. El novecentismo era
creencia en la personalidad humana como valor supremo. Simpatiza con toda filosofía o forma
cultural que limite la interpretación mecánica del universo y tienda a definir la personalidad
FI
a partir de allí, sufrió una constante disminución. Una de las razones de su limitada expansión
fue la conflictiva interna entre sus miembros debido a sus diversas orientaciones.
OM
conocer el manifiesto liminar, y a partir de allí se llevaron a cabo diversos sucesos, como la
creación de organismos estudiantiles, la realización de asambleas universitarias para la
elección del rector y la celebración del primer Congreso Nacional de estudiantes, en donde se
insistió en la necesidad de autonomía, gobierno tripartito, régimen de concursos, entre otras
demandas.
Esta serie de acontecimientos culminó con la renuncia de los profesores más conservadores y
el ingreso a la docencia de muchos profesores reformistas, así como también se llevó adelante
.C
la reforma de los estatutos qué incorporaron los principios de docencia libre y participación de
los estudiantes en el gobierno de la Universidad.
El principal actor de la reforma universitaria fueron los estudiantes, junto con algunos
DD
profesores jóvenes, quienes llevaron adelante una revuelta de alcance local, pero con fuerte
impacto en el contexto nacional y más tarde latinoamericano. Fue una revuelta juvenil, por eso
la necesidad de entender la emergencia de la juventud como actor que demandaba
participación y representación en el gobierno de la Universidad.
Esta emergencia juvenil se ligaba con la necesidad de renovación de las elites, de ascenso de
las burguesías locales en países de componente inmigratorio como Argentina, qué ante el
LA
El manifiesto liminar es un texto marcado por una sensibilidad política de época, que da cuenta
de un diagnóstico crítico sobre la Universidad y la aspiración política de los jóvenes estudiantes
como portadores de un gesto y de una actitud renovadora y reformadora de la Universidad. Se
podría decir que el manifiesto liminar, al cuestionar la concentración de poder en la Universidad
La reforma universitaria de 1918 instaló principios claves como el cogobierno, los concursos
docentes y la asistencia libre, estos principios han configurado a la Universidad como república
democrática, un rasgo que caracteriza a la tradición universitaria Argentina.
El manifiesto liminar círculo en toda América Latina, la reforma universitaria significó la forma
más radical de participación política que encuentra el despertar de la posguerra de las capas
medias sacudidas por un mundo en proceso de cambio revolucionario. En cada país las
manifestaciones de los estudiantes y los procesos de reforma tuvieron un despliegue y una
resonancia particulares, pero en forma común, a partir de la década de 1920, la crítica anti
imperialista y la reivindicación de un espíritu latinoamericano fue convocando a los
movimientos universitarios. Movimientos que realizaron congresos, crearon centros y
UNIDAD IV
HUGO VEZZETTI (2016)
OM
“PSIQUIATRÍA, PSICOANÁLISIS Y CULTURA COMUNISTA. BATALLAS
IDEOLÓGICAS EN LA GUERRA FRIA”.
CAPITULO 2
.C
En 1948, la decisión de hacer un congreso en Londres obedecía a un doble propósito: por un
lado, recuperar los lazos con colegas pertenecientes a naciones que habían sido enemigas
durante la guerra, y, por otro lado, incluir la cuestión de la salud mental en un proyecto europeo
de reparación y de edificación de la paz. En el curso del congreso se instituía un cambio
DD
significativo en el vocabulario: el término “higiene mental” sería reemplazado por el de “salud
mental”. La reciente creación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la definición
ampliada de la salud, ofrecían el sustento para un cambio que ya se había producido en
algunos de los países participantes. La higiene arrastraba todavía sentidos asociados a la
tradición eugenésica, ahora relegada.
importancia de los vínculos humanos y las condiciones grupales en el origen de los trastornos
subjetivos y en las acciones de prevención. En consecuencia, la medicina tendía a perder su
posición dominante.
Nacían de esta manera las condiciones para una psiquiatría separada del reducto manicomial,
en un proceso que va a desplegarse a lo largo de tres décadas.
OM
subjetivos y desajustes menores y una nueva figura del paciente, separado del manicomio.
Esta primera operación será necesaria para el giro reformador que desembocará en el
movimiento de salud mental.
.C
de la psicosis y destacaba el factor ambiental. De esta manera, se consumaba una
transformación sin rupturas, el psicoanálisis proporcionaba la matriz de una psicoterapia para
pacientes ambulatorios y el modelo del entrenamiento correspondiente. El marco de recepción
postulaba el papel reactivo de los conflictos y reducía el peso de la herencia y la constitución.
DD
Lo que la nueva clínica proponía era crear un nuevo ambiente terapéutico, orientado por un
abordaje multidisciplinar en el que se incorporaba el psicoanálisis como un componente básico.
Allí nacieron algunos de los rasgos más permanentes de la renovación psiquiátrica y la
ampliación hacia el psicoanálisis y las ciencias sociales que van a fundar el moderno
dispositivo de la salud mental.
LA
Psiquiatría y sociedad
Williams Frankwood, psiquiatra estadounidense, fue el director del Comité Nacional de Higiene
Mental y tenía por objetivo elevar la ciencia de la psiquiatría con el objetivo de reducir el
número de casos de enfermedades mentales a través de la prevención.
En un plazo relativamente breve, entre los años ‘20 y los ’40, el papel de la herencia va a
FI
LONDRES 1948
OM
mental en una perspectiva global.
Surgía así un objeto nuevo y más ambicioso que eran las relaciones humanas en la escala de
situación mundial, produciéndose una ampliación de la mirada sobre los grupos y los vínculos
sociales que no se limitaba a la familia, el trabajo o la educación, que habían sido temas
clásicos de la higiene mental desde los años treinta. En esta perspectiva, la amenaza de la
guerra y por tanto la edificación de la paz, dependían mayormente de factores psicosociales,
de allí el propósito de estudiar y de discutir tópicos que emergían como centrales en este
.C
proyecto de una psicología y psicopatología social aplicada a la guerra y la paz.
“Mental Health and WorldCitizenship” (Salud mental y ciudadanía mundial) era el título del
documento que había preparado la comisión y allí se afirmaba que el objetivo último de la salud
DD
mental era ayudar a la gente a vivir con otros en el mismo mundo y promover en los pueblos y
naciones el mayor nivel posible de salud mental en la dimensión más amplia, médica, biológica,
educacional y social.
OM
nuevas técnicas en la gestión de los trastornos de la subjetividad.
Un tema mayor era la importancia de las relaciones humanas como un objetivo estratégico en
la prevención y en la promoción de una idea amplia de salud. Uno de los propósitos del
Congreso era el tema de la “ciudadanía mundial”, que aludía a una idea de las relaciones
humanas que en parte se separaba de los vínculos primarios y movilizaba otras referencias
emparentadas con la política como actividad asociativa y con el programa de una acción
directa sobre la sociedad.
.C
El fantasma de la guerra asomaba en el nuevo discurso de la psiquiatría, ampliada a los
problemas de la sociedad. Uno de los que expuso esto de modo provocador y descarnado fue
Chisholm, en dos conferencias que organizó después de concluida la guerra, quien
DD
diagnosticaba los males del mundo a la luz de la experiencia de la guerra, decía que la guerra
era una enfermedad y no se trata de una alteración pasajera. Por primera vez, se constituía en
una amenaza planetaria: cualquier guerra es amenaza para la humanidad. Evitar y prevenir
para siempre las guerras, exigía admitir que lo que debía cambiarse residía en el
comportamiento humano y las responsabilidades sobre los cambios necesarios recaían en los
científicos y profesionales de la conducta, psiquiatras y psicólogos, sociólogos, economistas y
políticos. El término clave para este autor era la “madurez”, que se conjugaba en una seria
LA
Las consecuencias para la psiquiatría eran obvias, ya no podían limitase a tratar individuos,
sino que, trasladado el énfasis a las tareas preventiva, debía trabajar para producir una
generación de ciudadanos maduros. Este autor desplegaba la cuestión de las
FI
Otro autor importante es Sullivan, que ponía el acento en la necesaria reforma de la disciplina
psiquiátrica y sus practicantes. Atribuía un papel de avanzada a quienes habían participado de
la experiencia de la guerra, en condiciones muy diferentes de las de la psiquiatría tradicional.
Se infería que era la guerra la que había despertado en algunos psiquiatras la voluntad de
alcanzar objetivos que no podían reducirse a la escala modesta del hospital o consultorio.
Salud mental global y ciudadanía mundial en los tiempos de la guerra fría “Mental Health and
WorldCitizenship” es el informe que preparó la Comisión Internacional y que aprobó como
declaración final el Congreso. Este informe exponía objetivos análogos a los de Chisholm,
sobre todo el tópico de “ciudadanía mundial”. El objetivo de la preservación de la paz
convocaba a formar una comunidad mundial edificada sobre el respeto por las diferencias
individuales y culturales.
El problema mayor era que en 1948, con el bloque soviético, los sentidos de la “paz” estaban
sometidos a fuertes disputas en el plano internacional. Desatada la Guerra Fría, para los
Estados Unidos la paz significaba consolidar el nuevo orden, expandir su idea de la democracia
El discurso de la salud mental recogía esa nueva agenda y ampliaba el elenco de problemas
respecto a los temas tradicionales de higiene mental y por ese motivo convocaba a las ciencias
sociales y políticas. Ante todo, el documento, insistía en la posibilidad de modificación y en la
plasticidad del comportamiento y de las instituciones humanas, como también exponía los
cambios en los paradigmas del saber sobre el hombre y la sociedad. La otra contribución, se
orientaba a un diagnóstico de los obstáculos (prejuicios, hostilidad o nacionalismo excesivos)
que se oponían a un desarrollo óptimo de la personalidad, afincados en las relaciones
tempranas, en la familia y en las instituciones básicas del aprendizaje social.
OM
La construcción de la paz, del diálogo, de la resolución pacífica de conflictos, debía cimentarse
en el terreno de las actitudes y los valores. Esa edificación excedía los objetivos de la
educación para la paz y debía enfrentar resistencias arraigadas en la personalidad, el grupo y
la cultura. El alcance ambicioso y dramático de la propuesta sobre la ciudadanía mundial era
proporcional a la enormidad de la amenaza de la paz. La comunidad mundial sería, según el
razonamiento que ilustraba este proyecto de mundialización de la salud mental, una condición
del bienestar y el equilibro subjetivos en la medida en que logra evitar los sentimientos de
inseguridad y ansiedad en un mundo amenazado por la destrucción. Pero el razonamiento era
.C
circular, si la paz era condición de la salud mental individual, la madurez psicológica de los
individuos y grupos era la condición de la paz.
La conferencia sobre psicoterapia médica había definido como tema general, la culpa, que sin
duda guardaba relación con la experiencia de la guerra. Por último, la Conferencia
Internacional de Higiene Mental fue la más importante y la que daba sentido al Congreso.
Recuperaba la tradición de los anteriores congresos, pero al mismo tiempo se renovaba al
constituirse en el nacimiento del nuevo movimiento de salud mental. Se desarrolló durante una
Más allá de la expresión de deseos condensada en la figura de ciudadanía mundial, no era fácil
cernir sus contenidos y alcances, a diferencia de las conferencias anteriores, en las
intervenciones apareció con más frecuencia el pensamiento de las ciencias sociales. La una
unimidad de los buenos propósitos disimulaba los malentendidos, pero el optimismo de la
voluntad chocaba con las experiencias recientes, la guerra, los muertos.
GALENDE, E. (1990)
OM
“PSICOANÁLISIS Y SALUD MENTAL”
CAPITULO 4
Desde comienzo del siglo XX se produjeron críticas tanto a la psiquiatría positivista como a la
institución asilar. En Estados Unidos, el movimiento de higiene mental, la experiencia del open
.C
door, el surgimiento del trabajo social que llevo a la creación de colonias de rehabilitación, etc.
En Francia, un destacado psiquiatra, Serieux, denunció la situación de los internados, las
condiciones de miseria en que habitan durante su encierro, la falta de medios materiales y
humanos a que los condena la política del Estado, sin embargo, no visualiza las causas
DD
generales del encierro manicomial ni la función de la ciencia médica en el sostén de estas
instituciones.
Este psiquiatra es quien más se aproxima en ese tiempo a mostrar la verdadera ignorancia
científica en la que se encontraba la medicina mental.
Desde el siglo pasado existían sectores de la sociedad, en general entre las clases altas y en el
LA
seno de las actividades de beneficencia, que habían creado instituciones de ayuda a los
enfermos internados, estas se denominaban Patronatos de Ayuda al Enfermo Mental, quienes
colaboraban en las condiciones de vida de los internos con ayuda económica y al llegar el
momento de la externación los protegían durante un tiempo. Otorgaban consejos en la
búsqueda de empleo, apoyo financiero y tenían también como misión la de lograr una
aceptación mayor de la sociedad hacia estos individuos excluido de la vida social. No se puede
FI
decir de estos movimientos que sean reformadores. No es casual que hayan cubierto con su
ayuda a los leprosos, enfermos mentales y presos, reeditando el viejo conglomerado de los
marginados.
Más interesante en Francia fue el movimiento que generó Toulouse, psiquiatra que inicia la
lucha por servicios abiertos a comienzos de este siglo, llego a crear el primer hospital
psiquiátrico libre, desde el cual extendió por toda Europa la crítica al manicomio. El debate
entre los partidarios de los servicios abiertos, libres y los que defendían el asilo cerrado,
comenzó con el siglo, lo impulso Serieux, fue agitado por Heuder y Toulouse, y fue
conformando una ideología anti-alienista que triunfó finalmente con la liberación del nazismo en
Francia y la realización de la política del Sector.
En el centro del reordenamiento de posguerra se sitúo la cuestión del poder, tras el final de la
guerra una nueva conciencia del poder invade al mundo. El nazismo, la guerra mundial, hacen
evidente la capacidad del hombre para dominar y destruir a otros hombres. En este contexto de
OM
solución práctica del manicomio.
El psiquiatra dispone de un poder sobre el enfermo que no ha servido para producir ningún
conocimiento ni para comprender mejor sus operaciones practicas; y que además ha utilizado
para defenderse del paciente, de la angustia frente a la locura y lo desconocido. El enfermo,
precisamente en cuanto internado, se adecua rápidamente a este poder objetivante, que lo
libera de la problemática real que no supo o no puede enfrentar. Ambos, psiquiatra y enfermo,
aceptan finalmente el poder de la institución que asigna lugares, distribuye saberes y regla el
.C
poder. Como afirma Jaspers, el diagnóstico es finalmente un juicio de valor, reconociendo la
incomprensibilidad de muchos procesos patológicos. En la realidad institucional el sujeto que
no comprende es intrínsecamente malo, y debe ser doblegado o reeducado, solo lo que es
comprensible se hace humano, empático, bueno. La guerra también ayudo a ver que la
DD
población de los hospicios provenía de los sectores más pobres de la sociedad, la selección de
clase entre los internados mostraba claramente la relación de estas instituciones con los
problemas más generales de la marginación social y explicaba cierta aceptación del
manicomio, ya que éste forma parte del conjunto de instituciones que regulan la vida social,
apartando y conteniendo a los que no se adaptan o fracasan.
LA
Además de la sensibilización de la consciencia social frente a las formas del poder, tres hechos
contribuyeron a partir del año ’45 a la reforma institucional de lo psiquiátrico.
En primer lugar, la guerra provocó la destrucción de las organizaciones de salud en los países
de Europa, tanto en la cantidad de recursos materiales y humanos como en los sistemas de
cobertura y financiamiento. Por otra parte, la guerra dejó una cantidad importante de individuos
FI
con necesidad de atención psiquiátrica, lo cual hizo necesaria una reconstrucción acelerada de
los sistemas de atención, pero a la vez facilitó que puedan introducirse reformas en el sistema.
OM
sociabilidad del grupo.
f. Proponer que la asamblea comunitaria, en lo posible en reunión diaria, sea el órgano
de gestión, organización y evaluación de todas las actividades.
Podemos tener en cuenta también los principios propuestos por Rappoport, como por ejemplo
propender a una democratización que otorgara el mismo valor de opinión para todos, incluidos
médicos, enfermeros y enfermos; generar un ambiente de permisibilidad que diluyera el rostro
siempre represivo de los reglamentos institucionales; construir una comunidad de intereses y
.C
objetivos, que consoliden al grupo en las tareas propuestas; propender a una relación de la
comunidad con el exterior.
Sin embargo, más allá de las críticas que ha merecido el dispositivo institucional de la
comunidad terapéutica, el panorama asilar cambió a partir de ella. La guerra forzó a los
psiquiatras en Europa a mirar fuera de los hospitales. Algunos volvieron a los asilos, pero ya no
LA
fue lo mismo: no se pudo seguir siendo psiquiatra sin hacer explícita su función social. En la
posguerra se había producido una importante modificación de los esquemas político-culturales
de la sociedad inglesa, con una participación inédita de la comunidad en responsabilidades
sociales. El gobierno implementó una medicina social y un sistema de cobertura previsional. El
éxito de la des-psiquiatrización que impulsó la comunidad terapéutica no hubiera sido posible
FI
fracaso. Basaglia sostuvo siempre que toda reforma que permita alguna forma de existencia
del asilo, termina por ser absorbida y neutralizada por éste. En los años ’50 se va definiendo el
nuevo reordenamiento de lo mental en el mundo. Crecen las socioterapias y se plasman
muchas comunidades terapéuticas. Con las políticas de Salud Mental se modifica la
concepción del daño psíquico: éste es puesto nuevamente en relación con la vida social.
En relación con las experiencias del Sector francés, en Italia la reforma es posterior, a partir del
’67 y por lo tanto había ya una aplicación, aunque parcial, de los ideales del Sector y existían
algunas comunidades terapéuticas. Basaglia, en ese entonces director del Hospital Psiquiátrico
de Gorizia, impulsó un movimiento social y político que logró en pocos años el cierre definitivo
de un número importante de estos establecimientos.
Basaglia acepta y se compromete con la dimensión sociopolítica del problema del asilo, y
advierte contra el encubrimiento que acompaña las categorías teóricas y técnicas. El enfermo
mental se constituye socialmente como tal en tanto estigmatizado social, es víctima de una
exclusión violenta, como el pobre, el asocial, el delincuente.
OM
propuesta de desinstitucionalización.
El incidente de Gorizia
.C
El hospital psiquiátrico de Gorizia era un asilo típico. En los años ’70 Basaglia, director del
hospital, junto a otros trabajadores del mismo, se plantearon una crítica del funcionamiento,
que se concretaron en propuestas para convertirlo en un hospital abierto.
DD
Se produce un crimen que dio lugar al llamado “incidente de Gorizia”, un paciente, internado
desde hacía 10 años, que había salido por unos días de visita a su casa, mata a su esposa a
golpes de hacha. La prensa aprovecha este episodio para atacar toda la experiencia de
apertura y transformación del hospital y Basaglia fue acusado de homicidio responsable y
procesado. Este proceso no prosperó y finalizó dos años después sin condena. Este episodio,
dio lugar a un gran debate público sobre la experiencia de la transformación del hospital y, por
LA
Este caso tiene la virtud de provocar el desnudamiento de los factores que convergen en la
sociedad para mantener el asilo. Las autoridades cautela en el proceso de reforma de modo
que no se conmocione el tejido social, hay tolerancia para que el hospital se transforme en
comunidad terapéutica, pero siempre que se mantenga el control sobre los enfermos
FI
internados.
a. Generar un movimiento social y político, organizado para apoyar en una primera etapa
la apertura de los hospitales psiquiátricos, para lograr posteriormente su cierre
definitivo.
OM
internaciones ni reinternaciones.
f. Los pacientes externados que requieren atención psiquiátrica son asistidos en el
Centro de Higiene Mental de la zona.
g. Algunos pacientes que no pueden ser desinstitucionalizados por incapacidades
diversas son conducidos a hogares especiales para vivir, en general, sin tratamiento
psiquiátrico, es decir, una forma no psiquiátrica de institucionalización.
El gobierno decide sancionar la nueva ley de Salud Mental en 1978. Por esta ley se establece
.C
que a partir de su sanción no puede admitirse ningún paciente nuevo en los hospitales
psiquiátricos de toda Italia y tampoco se puede reinternar a ningún enfermo que haya sido
externado. Para aquellas internaciones obligatorias que se crean necesarias (es decir, sin
consentimiento del enfermo), deben certificar el pedido al menos dos médicos y una autoridad
DD
civil local. Solo puede internarse por un periodo fijado y no mayor de diez días. Estas
internaciones, al igual que las voluntarias, pueden hacerse en los servicios de psiquiatría de
hospital general.
La ley crea en cada Unidad Sanitaria Local un Departamento de Salud Mental, el Servizio
d’Igiene Mentale (S.I.M). Todo el sistema está basado en la participación política local. En toda
la primera etapa se trabajó principalmente en el S.I.M. con los pacientes que se habían, o
LA
liberados.
El proyecto de psiquiatría democrática trataba de crear una conciencia social diferente sobre el
enfermo mental que hiciera posible políticas de salud mental no centradas en la internación.
Este proyecto no era viable sin la constitución de un frente social y político que lo legitimara y lo
impulsara en el seno de sus demandas por un bienestar general.
PICHON-RIVIERE
“TEORÍA DEL VÍNCULO. CAPITULO V”.
OM
El objeto central de las investigaciones psicológicas es el campo psicológico, donde se
establecen las interacciones entre la personalidad y el mundo. El concepto de situación es
importante porque connota las modificaciones en que el medio es el agente, en tanto que el
concepto de conducta connota las modificaciones en que la personalidad es el agente.
.C
campo era hueco o vacío a causa de la dicotomía que la psicología clásica establecía entre el
individuo y la sociedad. Pichón Riviére se plantea trabajando precisamente ahí, en el sitio
donde antes existía una dicotomía entre individuo y sociedad.
De modo que el campo psicológico estudia el contorno, la conducta exterior, la vivencia, las
modificaciones somáticas y los productos de la actividad del sujeto. En psicoanálisis se ha
tratado siempre de señalar que, en cierto modo, la teoría y la práctica están juntas en
FI
El autor plantea a lo largo del texto varias antítesis o dicotomías: normal/patológico (donde las
variaciones son predominantemente cuantitativas); conducta/conciencia (el aporte de Lewin
permite demostrar la unidad de ambos conceptos); consciente/inconsciente; psiquis/soma.
Pero se podría sostener que las más importantes o destacadas son las de individuo/sociedad y
la de constitucional/adquirido.
Con respecto a la dicotomía entre individuo y sociedad, el autor plantea que la sociedad está
adentro y está afuera, la sociedad que está adentro lo está de una forma particular para cada
Con respecto a las dimensiones de la temporalidad se puede ver cómo en cada acción del
sujeto, en cada conducta, en cada cosa que él hace o dice, en cada momento, están incluidos
siempre su pasado, presente y futuro. Y a través del emergente investigado en el análisis se
indaga qué es lo que está condicionando la actitud y la conducta del sujeto en ese momento. Al
autor le interesa contribuir a la investigación de las motivaciones que dirigen la conducta actual
OM
y presente del individuo, y trabajar más en profundidad con una teoría de la conducta. Si se
actúa en ese contexto, se podrá modificar el campo psicológico creando un nuevo campo
operacional donde el psicólogo podrá operar en forma activa.
.C
Para el autor, psicología es precisamente el descubrimiento de la interacción. Esta necesidad
responde a la noción de campo psicológico y a la de campo de las interacciones del organismo
con el medio. Esta teoría del campo fue sistematizada y desarrollada por Lewin y en ella se
DD
enfatiza la idea de que las conductas no dependen solo del organismo y del medio sino de la
interacción entre ambos. La noción de interacción es fundamental. Uno no puede representarse
una conducta sin establecerla en relación con otro. Pero la conducta en última instancia es
comprensible en la medida en que incluimos el mundo interno y los vínculos con los objetos
internos. Podemos entender el desarrollo de la personalidad como un proceso de socialización
progresiva.
LA
ENRIQUE PICHÓN-RIVIÉRE.”
Introducción
Si bien las historias tradicionales del movimiento de la higiene mental suelen situar su origen en
Estados Unidos a principios del siglo 20, Dagfal en este trabajo tendrá en cuenta también las
características de su surgimiento en Francia considerando el impacto que esos desarrollos iban
a tener en el río de la plata. Luego de la caída del paradigma heredo degenerativo que había
dominado gran parte del siglo XIX, las causas de la patología mental comenzaban a situarse
del lado del medio, en términos adaptativos. Así, la higiene mental comenzaba a hacer énfasis
en las condiciones ambientales de la enfermedad. En este marco, para evitar la aparición de
enfermedades mentales, era necesario apelar a medidas profilácticas, prestando atención a las
condiciones de habitación y de alimentación, promover el ejercicio físico y el deporte, entre
otros, que contribuían a una vida saludable.
La enfermedad mental admitía entonces ciertas diferencias de grado, lo cual hacía que las
afecciones menos importantes pudieran ser tratadas de forma ambulatoria, sin necesidad de
hospitalización, recomendando estos tratamientos para los alcohólicos, neuróticos y formas
leves de la locura. Sin embargo, el higienismo mental nunca llegó a cuestionar los asilos, sólo
limitó sus indicaciones terapéuticas, abogando por mejores condiciones de internación. Este
programa que fue determinante en la modificación de antiguas prácticas suscitó la oposición de
La higiene mental se apoyaba en ideas y en prácticas pero existentes que la emparenta van
por un lado con la eugenesia y por el otro con el higienismo y la medicina social, así la
prevención y el tratamiento de las enfermedades mentales se situaban en continuidad con la
lucha contra las enfermedades infecciosas como lo fue la tuberculosis o contra flagelos
sociales como el alcoholismo.
OM
Desde una perspectiva comparativa 30 años más tarde el nacimiento del movimiento de la
salud mental también va a tener características diferenciales que separan el ámbito anglosajón
del franco argentino.
.C
lado, si bien se tenía muy en cuenta el nacimiento institucional del movimiento de la higiene
mental en Estados Unidos las principales referencias de los protagonistas de este proceso eran
eminentemente francesas.
DD
Si bien el mayor impulso de la higiene mental llegó a la Argentina luego de la organización del
movimiento producido en Estados Unidos, todo indica, que en el plano local, el impacto de esta
nueva tradiciones se hizo sentir a partir de las instituciones y publicaciones francesas, Toda
ellas resultaban familiares para los médicos argentinos cuya formación seguía el modelo de la
Facultad de Medicina de la Sorbona y cuya especialización en psiquiatría implicaba un viaje a
Francia.
LA
Esta Liga fue creada en 1929 y dentro del grupo fundador cabe destacar la figura de Gonzalo
Bosch, quien sería su primer presidente. Bosch fue un personaje faro para la psiquiatría local
en los años ’30 y ’40. En 1931 fue designado director del hospicio de las Mercedes el enorme
hospital neuropsiquiátrico fundado por su tío abuelo, dentro del hospicio creo los primeros
FI
cursos de especialización en psiquiatría, pese a ser médico de formación clásica dice católica e
ideas nacionalistas, alentó a jóvenes psiquiatras progresistas que se aventuraron por nuevos
caminos, tal es el caso de Enrique Pichón Riviére. Bosch no pudo escapar a las
preocupaciones eugenésicas que, luego de la inmigración y de la crisis económica de los años
30, estaban a la orden del día.
Los higienistas se presentaban como los guardianes de un nuevo orden, de una moderación
saludable apoyada en principios científicos. Ante la necesidad de dar respuesta a las
problemáticas sociales emergentes, abrevaban tanto en el psicoanálisis como en la psicología
experimental la caracterología u otras disciplinas más efímeras.
Enrique Pichón Riviére probablemente sea una de las figuras más interesantes de la historia
psi latinoamericana, psiquiatra y psicoanalista, devenido psicólogo social fue también deportista
periodista y crítico de arte. En 1942 fue uno de los miembros fundadores de la Asociación
Psicoanalíticas Argentina (APA) de la cual se alejaría progresivamente a finales de los años 50.
Gracias a un recorrido poco ortodoxo, Pichón termina transformándose en el representante de
una psicología de base psicoanalítica que se implantó en la sociedad, luego de encontrar un
público ampliado, más allá de la institución analítica y de la Universidad. La trayectoria de este
psiquiatra psicoanalista, entre los años 30 y los años 60, sirve para ilustrar el pasaje de la
Enrique Pichón Riviére nació en Ginebra en 1907, tres años más tarde su familia partió rumbo
a Buenos Aires para instalarse luego en el noroeste de Argentina en las provincias de Chaco y
de Corrientes, es por ello que Enrique habló primero francés, luego guaraní, aprendiendo el
castellano más tarde en una escuela rural. Según su propio relato fue marcado profundamente
por esa infancia de inmigrante confrontado a una cultura extraña. A los 18 años el joven
Enrique partió a Rosario con el fin de iniciar sus estudios en medicina, una fuerte neumonía lo
obligó a regresar a Corrientes y luego partió a Buenos Aires donde retomó la carrera.
En 1934, Pichón había comenzado a ejercer como practicante en el Asilo Regional Mixto de
Retardados de la localidad de Torres, en Luján. Este asilo-colonia respondía al mismo proyecto
OM
de “puertas abiertas” que la Colonia Nacional de Alienados creada por Cabred, ambas
instituciones apoyaban su funcionamiento en una trilogía terapéutica que combinaba libertad,
trabajo y bienestar físico y moral. Las dos eran citadas como ejemplos de la concreción de los
ideales de la higiene mental. Fue en esta institución donde Pichón-Riviére realizó sus primeras
prácticas profesionales.
.C
psicoanalítica y quien también lo impulsó a unirse a la Asociación de Biotipología, Eugenesia y
Medicina Social. También fue Aberastury quien le presento a su hermana Arminda, con quien
Pichón se casó luego de obtener su título de médico. Pocos meses después accedió a un
cargo de médico en el hospicio de las mercedes.
DD
Pichón Riviére y la fundación de la Asociación Psicoanalítica Argentina.
A finales de los años 30, Pichón comenzó a frecuentar a Rascovsky, un pediatra amigo de
Aberastury, con el que conformaría el grupo local que posibilitó la creación de la Asociación
LA
En 1938, siendo ya jefe del servicio de admisión del Hospicio de las Mercedes, emprendió la
tarea de formar y sensibilizar a los enfermeros, con el fin de mejorar las condiciones de vida de
los pacientes. Para eso, los reunía en grupos, con el fin de discutir los distintos casos a la luz
FI
los propios profesionales a los que reemplazaban. Para Pichón tanto esta experiencia, como el
Asilo de Torres tomarían más tarde un valor fundacional. De este modo, habría sido su
voluntad reformadora y progresista la que lo habría llevado a cuestionar la lógica asilar.
El alejamiento de Pichón del hospicio dio inicio a la creación de una serie de instituciones que
él mismo dirigía y que, en un principio, funcionaba como complemento o extensión de la APA.
Al mismo tiempo, seguía creciendo dentro de la APA. Llegó a ocupar el cargo de presidente
entre 1951 y 1953. En esa época también con la ayuda del psiquiatra Muñoz fundo un Instituto
Privado de Asistencia, Enseñanza e Investigación, más conocido como la clínica de la calle
Si bien los orígenes de Pichón estaban más cerca de Jaques Lacan (por su interés por el
tratamiento de la psicosis y por la aventura surrealista) su futuro estaría más ligado a una
mezcla de kleinismo con psicología social lagachiana.
OM
en la sociedad en su conjunto. Cambio, libertad y aprendizaje serían entonces algunas de las
claves para comprender la salud del hombre, quien, a la luz de las ciencias humanas, ya no
podría ser considerado fuera de su contexto sociocultural.
Entre los golpes de estado de 1955 y 1966 (incluyendo los dos gobiernos democráticos de
corta vida) tuvo lugar una asombrosa renovación social y cultural, en el seno de la cual las
.C
universidades se democratizaron. Entre 1957 y 1959, se crearon carrera de psicología en cinco
universidades nacionales (Buenos Aires, Córdoba, La Plata, San Luis y Tucumán). Comenzó
entonces la historia de la psicología como profesión, que vino a sumarse a la historia de la
psicología como disciplina. Al mismo tiempo, el psicoanálisis dejaba de ser patrimonio
DD
exclusivo de algunos médicos, para insertarse en ámbitos diversos, desde los hospitales
públicos hasta la carrera de psicología. Y en cuanto a la psiquiatría, aceleraba rápidamente su
proceso de institucionalización.
En este marco, y mientras florecían iniciativas interdisciplinarias en todo el campo psi, Pichón-
Riviére comenzó a alejarse gradualmente de la APA, no se trató de una ruptura institucional ni
de una escisión, simplemente por sus nuevos intereses, dejó de participar en la institución
LA
madre para llevar el psicoanálisis a la escena pública. Si bien nunca abandonó del todo el
encuadre clásico (atención individual en consultorio), que era el que primaba en la APA, su
curiosidad ya apuntaba hacia otro tipo de iniciativas, más ligadas a lo colectivo y a dispositivos
grupales.
En estos años se dedicó a la elaboración de dos sus teorías principales: la teoría del vínculo y
FI
la del grupo operativo. La primera de estas, en principio era una extensión psicosocial de la
relación de objeto kleiniana. Para él el vínculo era una estructura más compleja, más vasta que
la relación de objeto, ya que incluía también a la conducta. Las relaciones de objeto eran la
cara oculta de los comportamientos manifiestos, de aquello que Pichón denominaba “el campo
externo”. Si la relación de objeto remitía exclusivamente a la díada madre-hijo, el vínculo se
refería más bien al grupo familiar. Y es aquí donde se enlaza con la segunda teoría de Pichón-
Riviére que es la de los grupos operativos. El enfermo era aquel que asumía un rol patológico,
que en realidad le era atribuido por los miembros de la familia. Era entonces el “emergente
dinámico” de una configuración vincular colectiva. El líder, el portavoz y el chivo emisario
constituían roles inherentes a la vida grupal. Podían ser desempeñados de manera sucesiva
por miembros diferentes, en el marco de un juego de atribución y asunción de roles concebido
en términos de identificaciones proyectivas e introyectivas. En el juego de roles había siempre
un depositario, un depositante y algo depositado. La patología residía en la cristalización de un
rol, en la imposibilidad de desmarcarse de las funciones establecidas por los otros.
En cierto modo, podría decirse que la consecuencia de la teoría del vínculo fue la teoría de los
grupos operativos. En este sentido, no puede subestimarse la importancia de lo que el autor
denominaba “esquema conceptual, referencial y operativo” (ECRO) el cual se modificaba en
contacto con la realidad, confrontándose a lo existente, lo cual daba lugar a nuevos
“emergentes”, sobre los que había que trabajar. La extensión de este concepto a los grupos
En 1958, el IADES (El Instituto Argentino de Estudios Sociales) bajo la dirección de Pichón,
emprendió la tarea de probar los grupos operativos a gran escala. Se planificó una ambiciosa
intervención en la ciudad de Rosario, bajo la forma de laboratorio social. Se trataba de
“movilizar” a tantas personas como fuera posible, en un encuadre estrictamente implementado
por una veintena de coordinadores. Finalmente, la experiencia tuvo lugar en la Universidad
Nacional del Litoral, en las facultades de Economía, Filosofía y Letras y Medicina, con la
colaboración del Departamento de Psicología y el Instituto de Estadística.
Si a fines de los años 40 los grupos de enfermeros conformados por Pichón habían constituido
el mito de origen de un enfoque innovador de la cuestión asilar, “la experiencia de Rosario”
OM
cumpliría esa misma función respecto de una nueva psicología social.
Conclusiones
.C
Los dos golpes militares sucesivos (el de 1966 y el de 1976) implicaron un sucesivo repliegue
de los “practicantes psi” hacia el ámbito privado. En este marco, es comprensible que toda
práctica de tipo grupal o colectivo fuera considerada sospechosa e incluso peligrosa, mientras
que el consultorio privado se constituía en una suerte de refugio. De este modo fue
DD
produciéndose una paulatina privatización de las “actividades psi”. En este contexto se produjo
el fallecimiento de Pichón-Riviére, en 1977.
institucional a partir del cual puede y debe elaborarse una propuesta capaz de promover una
nueva organización institucional de la salud mental.
El debate sobre las instituciones de salud abordada en Los Libros tiene sin duda, un ámbito de
resolución: la política juega aquí su instancia decisiva y es en este marco en el que deben
leerse los textos que hoy publicamos.
1 ¿Cuáles son los rasgos más sobresalientes que determinan y configuran la estructura
de la asistencia psiquiátrica en la Argentina?
2 ¿Cómo se expresa, en la actualidad, la situación de crisis institucional, tanto en el
nivel corporativo como en el asistencial?
3 ¿Cuáles son los aspectos que presentan mayor urgencia en el desarrolla teórico y
técnico, en relación con la situación señalada en 1 y 2?
Lo que recorre como implícito los tres puntos del cuestionario es la pregunta por la salud
mental, su concepción y la organización del sistema asistencial y de prevención. La elaboración
de un criterio de salud es el único punto de partida posible para la caracterización y evaluación
de estructuras asistenciales, situaciones institucionales y puntos de urgencia en el desarrollo
teórico técnico en la formación de los agentes de salud.
OM
criterio de salud, la norma que evalúa la forma de adaptación a la realidad, es funcional
al sistema de relaciones sociales, como lo es la norma jurídica.
Quien rompe alguna de estas normas, la jurídica y la de salud, se hace acreedor, en nuestro
sistema, de una sanción social semejante: marginación y descalificación sistemática de sus
actos y pensamientos.
Existen hoy dos formas de ley: la escrita, codificada que constituye el orden jurídico y que
.C
expresa la voluntad de una clase en el poder, y otra forma de ley, que configura el criterio de
normalidad a partir del cual se juzga la conducta de los sujetos. Esa ley no escrita es también
expresión de intereses de clase.
verdadera relación de fuerzas y la escasa efectividad que ha tenido hasta hoy todo el "cambio"
en la asistencia psiquiátrica. Esto lleva a preguntarnos por el sentido "revolucionario" de
planteos como terapias breves, talleres protegidos, comunidad terapéutica, etc.
adecuación o inadecuación de la respuesta del sujeto a las exigencias del medio. A la conexión
operativa, transformadora o inoperante, empobrecida, entre sujeto y mundo. El sujeto es "sano"
en la medida en que aprehende la realidad en una perspectiva integradora y tiene capacidad
para transformar esa realidad transformándose a la vez él mismo. El sujeto está "activamente
adaptado" en la medida en que mantiene un interjuego dialéctico con el medio, y no una
relación rígida, pasiva, estereotipada. La salud mental consiste en aprendizaje de la realidad,
en una relación sintetizadora y totalizante, en la resolución de las contradicciones que surgen
en la relación sujeto-mundo.
OM
el orden social, es decir, debe lograrse el hombre adaptado que produzca y consuma.
Para ello usa técnicas que eliminan síntomas, medicamentos, métodos convulsivos.
Lo que no se puede solucionar en plazos breves pasa a formar parte del gran
contingente de los crónicos.
2 De la suma de los factores mencionados llegamos a la situación de crisis asistencial
actual. Expresada en el déficit de la cantidad y calidad de la Asistencia, en cantidad,
ya que sectores de la población como el infanto juvenil y el geriátrico no están
cubiertos y en cuanto a la calidad no responde a los adelantos teóricos y técnicos de
.C
la psicología y psiquiatría actual. La toma de conciencia de estos hechos, de la
importancia de los factores sociales en la causalidad de la enfermedad mental, ha
llevado a los trabajadores de la Salud Mental a Iiderar en el campo profesional las
luchas por un cambio sustancial de las condiciones de asistencia y trabajo en
DD
beneficio de las clases populares.
3 Yo privilegiaría en el campo de nuestras instituciones gremiales, la necesidad de un
frente conjunto con todos los trabajadores de la salud, sean o no profesionales. Es
importante no desgajar la salud mental de la salud pública como ha hecho hasta hoy el
sistema. Se deben reivindicar como puntos básicos:
a. Asistencia gratuita, eficiente y a cargo del estado para toda la población.
LA
OM
de medidas tendientes a la socialización de la medicina, la reestructuración
universitaria y un auténtico mejoramiento del bienestar social entendiendo por tal la
atención a las necesidades de vivienda, alimentación, instrucción y régimen laboral de
la población. La medida precaria más impostergable es la radical transformación de los
hospicios y la implementación de una campaña psicoprofiláctica intensiva.
.C
fundamentación de los tratamientos, la planificación de una estrategia adecuada, la necesidad
de responder a necesidades masivas de la población. Podemos decir que lo que está en
cuestión es el significado social de la práctica psiquiátrica y la vinculación de tal ejercicio con el
fenómeno de opresión social, marginación del pensamiento y represión de las conductas. Pero
DD
también hay ámbitos ajenos a esta polémica.
El sistema asistencial psiquiátrico sufre una larga cura de sueño cuyos efectos se miden en el
deterioro de volúmenes importantes de pacientes. El asilo es una escuela eficiente con un
producto uniforme. La única fuga a la violencia externa está en la auto-mutilación, en la
limitación, en perpetuar los síntomas. Un loco que sobrevive es un loco que se distrae, que no
FI
se da cuenta, que no se ubica y que no entiende, que no pregunta y que no protesta. Lo que
caracteriza a una institución asilar es su necesidad de persistir.
El hospicio no produce salud ni se centra sobre los pacientes. Está dirigido a su propia
permanencia. En ese sentido sus componentes pueden jerarquizarse según la importancia que
tienen para mantener a la institución. El cambio del hospicio no pasa por la introducción de
1 En una formación social como la de nuestro país, signada por relaciones de producción
pertenecientes a la esfera de un modo de producción capitalista dependiente, la
OM
psiquiátrica, el panorama muta radicalmente. Se hallan las clínicas, centros o institutos
privados que a aranceles medios intentan obviar las falencias de los hospitales y la privacidad
selectiva de los consultorios, a los que se accede desde la pequeña y mediana burguesía hacia
arriba.
.C
necesita acopiar experiencia y aprendizaje clínico, se ve forzado a luchar por la
obtención de un cargo gratuito en un hospital. Como de éste no ha de poder vivir, debe
a su vez privilegiar otra tarea, fundamentalmente la de consultorio privado. Cuando
comienza a intensificarse su trabajo privado, se puede pensar que su nivel científico-
DD
técnico es notoriamente superior al que ostentaba al ingresar al hospital: es el
momento, entonces, de dejarlo. Irse, para que otro recorra el mismo sendero. Vale
decir que el hospital, cuando capacita, expulsa.
3 Concibo al psicoanálisis como la práctica teórica que da cuenta de cualquier abordaje
fundado científicamente en el terreno de lo psíquico. Por lo tanto, urge imperiosamente
consumar el anhelo freudiano: crear la Facultad de Psicoanálisis en la Universidad, que
LA
UNIDAD VI
FI
ANONIMO (1954)
PRIMER CONGRESO ARGENTINO DE PSICOLOGÍA
En 1954, cerca del final del segundo gobierno de Perón, se realizó en San Miguel de Tucumán
Es notable la fluidez de los intercambios entre los “precursores” de este grupo pionero, la
mayoría de ellos se había desempeñado en instituciones de distintas ciudades, por ejemplo,
Ricardo Moreno, uno de los secretarios del Congreso, había dirigido la Dirección de Psicología
Educacional y Orientación Profesional de La Plata entre 1949 y 1952. Plácido Horas, egresado
OM
la Facultad de Filosofía y Letras, que encontró acogida en las autoridades de la Universidad. El
número de comunicaciones recibidas obligó a distribuir las tareas en diez comisiones, con el
siguiente temario: Problemas históricos y epistemológicos de la psicología; Psicología general,
especial, social y del arte; Técnicas psicológicas de exploración; Aplicaciones educacionales,
médicas, forenses, militares y económicas; Perspectivas y necesidades de los estudios
psicológicos en nuestro país.
.C
los delegados de las universidades argentinas también concurrieron representantes de los
Ministerios de Asuntos técnicos, de Defensa nacional, de Aeronáutica, de Marina, de Trabajo y
previsión y de Salud pública de la Nación.
DD
En carácter de delegados de la Facultad de Humanidades actuaron, entre otros, el doctor
Eugenio Pucciarelli que disertó sobre los estudios psicológicos en la Argentina, habiendo
presentado además una comunicación sobre Interpretación psicológica de la catarsis; y el
profesor Francisco González Ríos quien se ocupó sobre Psicología diferencial,
constitucionalidad, caracterología y de la personalidad, presentando tres comunicaciones sobre
OM
psicólogo queda justificada en las múltiples dimensiones de la conducta, cuya interpretación
exige la participación de todas las especializaciones científicas que puedan contribuir al
examen y solución de diversos problemas que refieren a la vida mental, aprendizaje, relaciones
humanas, delitos, etc.
.C
El campo de actividades del Psicólogo Educacional:
Asesora al educador para crear un clima psicológico favorable para el proceso del
aprendizaje.
Dicha formación pedagógica y psicológica que el médico no tiene, justifica la presencia del
psicólogo educacional. El psicólogo educacional deberá solicitar al médico diagnóstico y
medidas terapéuticas necesarias en los casos que deba establecerse la naturaleza de la
FI
Estos hechos justifican la presencia técnica del psicólogo laboral. Cuando los problemas
psicológicos se producen por afecciones de cualquier naturaleza, caen bajo la competencia del
médico laboral.
En cuanto al Psicólogo Clínico, dicha denominación exige una aclaración: es una traducción
literal de la expresión inglesa “Clinical Psychology”, rama de la psicología del campo de la
psiquiatría, que colabora con el médico en el examen de algunos aspectos psíquicos que
requerían técnicas psicológicas, tiene por objeto definir las características y aptitudes
vinculadas al comportamiento mediante métodos de medición, análisis y observación. Se
OM
Si bien la participación del psicólogo es ajena a todo ejercicio propio de las ciencias médicas,
esto no implica que él deba desconocer determinadas disciplinas o estudios particulares acerca
de los cuales deba poseer la información adecuada para que lo capacite para una eficaz
colaboración.
La psicología puede captar la unidad biopsicosocial del hombre sin necesidad de recurrir a la
medicina, la cual se ocupa de la salud y la enfermedad en el ser humano. Aquí participan
.C
factores psicológicos. Este hecho puede justificar la intervención del psicólogo en el equipo que
integra las clínicas de la conducta.
Señala que para contar la historia de los primeros recibidos es necesario hacer referencia al
marco político de ese entonces. A fines de 1955, durante el gobierno provisional que derrocó a
Perón, el ministro de educación Atilio dell’Oro Maini (vinculado a la alta jerarquía de la iglesia
católica) presentó una reforma al sistema universitario. En su artículo 28, esa reforma
establecía que la iniciativa privada podía crear universidades libres que estarían capacitadas
para expedir diplomas y títulos habilitantes. Esto implicó que se destinaran fondos públicos
para subsidiar los establecimientos privados, con el consiguiente debilitamiento de los
presupuestos destinados a la educación pública.
Se sabe que la educación por sí mismo no determina los procesos histórico-sociales, pero es
un arma poderosa. Ante el hecho de la extensión y ampliación de los servicios educativos
durante el gobierno peronista, los sectores sociales conservadores trataron de lograr un
domino sobre los mismos.
El intento de reglamentación del artículo 28 tuvo una repercusión muy intensa a nivel de los
tres claustros de las universidades, y en los sectores populares. En septiembre de 1958 se
realiza una movilización histórica frente al Congreso, pero el artículo 28 se mantuvo, aunque se
lo tachó de inconstitucional. En este marco convulsionado, se crea la carrera de Psicología en
La Plata a mediados de 1958. La clase inaugural de la carrera estuvo a cargo de la primera
directora de la misma, Fernanda Monasterio. Delucca también ubica las figuras de E.
Pucciarelli y N. Pousa en Filosofía, Ravagnan en Introducción a la Psicología.
Señala que esta marca fundante les imprimió a los de esa generación una actitud de
resistencia y de participación activa, un “espíritu militante”, que supone poder articular en cada
OM
acción esa participación activa con un sentido de pertenencia: a un grupo, a un movimiento, a
la búsqueda de ir “más allá” del objetivo individual, para enriquecerlo con metas que hacen
cadena, eslabones con otros. Delucca caracteriza a la primera promoción como la generación
de la resistencia y la generación “rastrillo”, porque respetaban a quienes los respetaban, pero
se oponían duramente a quienes usurpaban sin idoneidad el lugar de las cátedras.
.C
profesores. Señala que la propuesta del psicoanálisis fue la más rica, sistematizada y
coherente, ya que les aportó un conocimiento o una interrogación nueva sobre el ser humano.
A fines de los 50 y principio de los 60 se instaló en Argentina la disputa entre el campo medico
psiquiátrico y la recién creada carrera de psicología, por el ejercicio de la psicoterapia. Al no
estar reglamentada dicha profesión, la formación clínica que se impartía a los estudiantes
amenazaba con poner en peligro la exclusividad del ejercicio de la psicoterapia por parte de los
médicos. Se generó una polémica produciendo divisiones dentro del mismo campo psiquiátrico,
algunos profesores de la carrera de psicología eran médicos y pensaban que los psicólogos
debían estar autorizados para curar por medio verbales.
Para ser psicólogo se debe tener formación universitaria y no ser un mero aplicador de test, se
debe tener una formación biológica con agudo espíritu crítico para poder enfrentar diferentes
escuelas sin base empírica (psicoanálisis) con amplia base de humanidades y suficiente
experiencia personal.
OM
conducta en los niños, luego en la neurosis y psicosis de los adultos. La discusión se potencia
en relación al ámbito de la psicoterapia. Hay un punto inatacable en la resistencia de los
médicos a permitir la entrada de estos intrusos: es la existencia de la responsabilidad médica.
El psicólogo no está vinculado a un juramento hipocrático del ejercicio de su profesión,
diferente al médico que debe responder ante la justicia llegado el caso, por los errores
cometidos, que pueden acarrear daños considerables o la muerte de su enfermo. La resolución
de la UNLP que facilita el ejercicio de la profesión de los futuros psicólogos los autoriza a
ejercer la psicoterapia por medio verbales sin haber tenido en cuenta que un psicólogo
.C
inexperto (que no está obligado a ningún juramento médico) puede provocar el suicidio de un
deprimido ansioso por una terapia mal conducida, etc. Siendo lo más grave la aplicación en la
psicosis.
DD
Nadie que no sea medico tiene derecho a curar, con medio físicos o con medios psicológicos.
El psicólogo no es médico y carece de autoridad científica y profesional para ejercer la
psicoterapia por medios verbales, la labor del psicólogo es otra.
asistenciales de los Hospitales neuropsiquiátricos, las cuales están sin médicos, ni enfermeras,
repletas de pacientes. ¿Cuál sería su tarea? Lo primero que tendrían que hacer los psicólogos
es aplicar los test a los enfermos, trabajo que no siempre tiene tiempo de hacer el psiquiatra.
Un psicólogo puede proporcionar al médico una completa historia psicológica del paciente,
proporcionada por los datos de los test, más informaciones provenientes de familiares y
allegados. El psicólogo como cooperador del médico, también colaboraría con él en los
FI
OM
la promoción de bienestar y salud.
Bleger sostiene que no se debe enfrentar el crecimiento de las enfermedades mentales con un
incremento de la cantidad de psiquiatras y psicoterapeutas que trabajan de manera individual.
Los psicoanalistas no se han ocupado sistemáticamente del tema de la higiene mental y de la
profilaxis.
.C
para mejorar la vida de los seres humanos, pero ¿cómo aplicarlos de manera que beneficien a
toda o gran parte de la comunidad? Entonces el problema ya no es el de la enfermedad mental
sino el de la promoción de la salud: la psicoprofilaxis en su más alto nivel. El problema está en
construir una estrategia que permita aplicar y aprovechar nuestros conocimientos
DD
psicoanalíticos en una escala mucho más amplia.
PSICOANÁLISIS CLÍNICO
El psicoanálisis se define por constituir al mismo tiempo una terapia, una teoría y una
investigación, sin embargo, debemos reconocer que el valor social del psicoanálisis en cuanto
terapia es bastante limitado, es decir, hay una limitación social de psicoanálisis, ya que es
LA
utópico pretender formar tantos psicoanalistas para que toda la población sea sometida a
tratamiento psicoanalítico.
puede resolver por sí solo el problema de la salud mental en la amplitud y extensión en que ello
se hace necesario en el presente, por lo tanto, formar más psicoanalistas para enfrentar este
problema es insostenible. Pero la investigación del psicoanálisis clínico aporta resultados y
conocimientos de gran valor, que son los que sí pueden y deben emplearse en vasta escala en
los programas de higiene mental. Sus aportes pueden ser utilizados en dos estrategias de la
salud pública:
Mientras que psicoanálisis operativo, puede considerarse como una variante del aplicado, ya
que al igual que este, se realiza fuera del contexto en el que se lleva a cabo el psicoanálisis
clínico, se caracteriza por:
OM
(cambios de lugar, de estado civil, de empleo, paternidad o maternidad, muerte de
familia-res, eta.), además de las crisis normales del desarrollo.
• Indaga los dinamismos y las motivaciones psicológicas inconscientes, pero se utiliza
dicha indagación para lograr modificaciones a través de la comprensión de lo que está
ocurriendo, cómo y por qué.
• Esta intervención (operación) se realiza a través de múltiples procedimientos, sea
interpretando las relaciones, la tarea, los procedimientos, la organización, la institución,
la comunicación, etc., para lograr una modificación de las situaciones, la organización o
•
.C
las relaciones interpersonal, en función de la indagación realizada y de las
conclusiones obtenidas.
Toda psicología y psicoterapia grupal de inspiración psicoanalítica, debe ser incluida
como variante del psicoanálisis operativo.
DD
El psicoanálisis operativo abre perspectivas importantes en el campo de la higiene mental y la
psicoprofilaxis.
No admitir ninguna urgencia por formar más psicoanalistas para resolver el problema
social de la salud y la enfermedad mental, es necesario no perder la rigurosidad y
condiciones para su formación.
Revisar nuestros programas de estudio para que no se orienten a formar profesionales
del psicoanálisis, sino investigadores del psicoanálisis, incrementando la enseñanza de
FI
PSICOLOGÍA Y PSICÓLOGOS
La psicología recibe un aporte valioso del psicoanálisis, el problema está en que sigan
recibiendo estos aportes, pero sin dejar de ser psicólogos, es decir que se transformen en
psicoanalistas silvestres. Los psicólogos se orientan a tomar el modelo del trabajo profesional
de la actividad médica, es decir de carácter individual y orientada a la curación (asistencial) y
no a la prevención o a la higiene, por lo tanto el psicólogo no debe ser alentado a ser terapeuta,
sino que tienen que ser orientados hacia el campo de la psicohigiene, se les debe proporcionar
Los psicólogos legalmente deben ser autorizados para ejercer la psicoterapia, pero no deben
ser alentados a ello, ya que desde el punto de vista social no es lo óptimo preparar
profesionales que se dediquen en su mayor proporción a la actividad asistencial e individual,
porque lo que necesitamos es la atención de la salud pública en el plano de la promoción de
salud y en escala social.
OM
La preparación de los psicólogos como auxiliares de la medicina es totalmente errónea, ya que
su campo está principalmente fuera de la medicina y fuera de la enfermedad. Hay que aclarar
que, no significa que no debe enseñarse psicoanálisis a los psicólogos, todo lo contrario.
.C
humanos en la vida cotidiana, tanto en el ámbito individual, grupal, institucional y comunitario,
comprender las motivaciones inconscientes, reconocer los conflictos, los mecanismos de
defensa y las ansiedades.
PSICOANÁLISIS Y MÉDICOS
DD
Es importante incorporar la formación y el pensamiento psicoanalítico en los médicos, pero sin
que estos abandonen su campo específico para transformarse en psicoanalistas, ya que se
considera esto como nocivo, porque entonces el psiquiatra, pediatra, u otro médico, que
emprendía un análisis o requería información sobre psicoanálisis, terminaba en la disyuntiva,
de convertirse en psicoanalista (formándose en el Instituto de Psicoanálisis) o seguir con su
LA
propia especialidad.
Es necesario crear una formación psicoanalítica seria (para los especialistas de distintas ramas
de la medicina) en los aspectos que le son necesarios, para que puedan seguir
desempeñándose mucho mejor dentro de sus tareas específicas.
Debemos contar con la posibilidad no sólo de extender los grupos de enseñanza a otros
profesionales o líderes en distintas actividades, sino de crear también un Centro de Consulta
en el cual los psicoanalistas podamos intervenir asesorando sobre los problemas psicológicos
a distintas instituciones o lo que se denomina personas "claves" de la comunidad.
EL PSICOANALISTA EN EL HOSPITAL
OM
CONICET”
La revista argentina de Psicología (RAP) se presentó en sociedad en el año 1969. En ese
entonces Argentina contaba con varias camadas de egresados de las distintas carreras de
psicología creadas entre 1955 y 1959. La revista participó del proceso de politización creciente
que caracterizó a una parte importante de los intelectuales de nuestro país en ese periodo. La
política se convirtió en un instrumento privilegiado para interpretar la realidad, actuar sobre ella
.C
e intentar transformarla. La RAP no fue ajena a este movimiento, por lo que el debate por la
profesionalización se desplazó al terreno de la política y puso en primer plano una interrogación
por las posiciones ideológicas de los actores.
En este contexto, este nuevo grupo profesional (que luchaba por la apropiación de un lugar
DD
específico en la distribución de los saberes) decidió emprender un proyecto editorial orientado
a afirmar la eficacia de sus prácticas. Estas prácticas se habían visto conmovidas por la
sanción de la ley de ejercicio de la medicina en 1967, que encuadró la tarea de los psicólogos
en la categoría de “auxiliares de la Psiquiatría”. Desde el punto de vista legal, las funciones
permitidas al psicólogo (aplicación de test, investigación, rehabilitación, entre otras) requerían
de la supervisión de un médico, al tiempo que se les prohibía el ejercicio de la psicoterapia y el
LA
psicoanálisis.
Este articulo tiene por objetivo analizar las diferentes polémicas que recorrieron el primer año
de la publicación de la revista, allí residen las claves para situar la tensión interna que definió
Uno de los artículos del primer número de la revista se tituló “Leer a Freud” y es un resumen de
una conferencia de Masotta del ´69 donde critica un libro de Rodrigué. En ese año Masotta
tenía 39 años y una formación heterogénea qué articulaba saberes y tradiciones diversas como
la crítica literaria, la filosofía fenomenológica francesa y la introducción de las ideas lacanianas
en Argentina. Mientras que Rodrigué era un psicoanalista de la asociación psicoanalítica
argentina, miembro didacta de la institución, se había formado en Londres con psicoanalistas
kleinianos y fue uno de los que introdujo las teorías analíticas inglesas en la Argentina. El
ataque de Masotta al libro de Rodrigué da cuenta de una divisoria de aguas que refleja un
modo moderno de leer a Freud que se destaca sobre otro modo antiguo y sesgado de seguir
las enseñanzas del creador del psicoanálisis. El tema de las disputas psicoanalíticas y acerca
del psicoanálisis va a ocupar un lugar protagónico en las discusiones de los psicólogos.
Masotta (que se remite a Althusser para articular un encuentro entre Marx y Lacan) le permite
abordar desde la lingüística contemporánea un proyecto de retorno al verdadero Freud
reprimidos según el por los psicoanalistas contemporáneos. Este movimiento (que formaba
parte de un proceso intelectual más complejo de introducción del pensamiento estructuralista
en la Argentina) vino a abrir camino el caso del psicoanálisis para una lectura al mismo tiempo
moderna en términos culturales y de izquierda desde una perspectiva política.
OM
2da polémica ¿cómo debe trabajar un psicólogo de izquierda?
Esta discusión delimitó un tema clave para entender el pensamiento social de este periodo en
general y en particular la instalación de los jóvenes psicólogos en el contexto de politización
creciente. ¿De qué manera enlazar una práctica profesional y una práctica política?
En la transición de los ´60 a los ´70 los jóvenes graduados en psicología conciben a la
disciplina como un campo sólidamente asociado a una moral del compromiso social y político.
.C
El artículo de la revista que se toma para dar cuenta de esta polémica es una crítica de Sastre
(graduado de la carrera de psicología de la UBA) a un artículo de Kesselman (medico
psicoanalista).
Lo que debe discutirse son las distintas modalidades que puede asumir la relación entre
psicoterapia y política. El desafío planteado por Kesselman es desarrollar una práctica
psicoterapéutica que sea eficaz, nacional y popular, para ello resulta necesario comprender
que lo reprimido en juego es la “responsabilidad social” del sujeto que consulta, en palabras del
LA
autor “la responsabilidad social son los sentimientos, pensamientos y acciones que demuestran
que el sujeto es capaz de identificarse con los intereses de su clase o con los intereses de otra
clase, creo que solo la liberación social puede garantizar el valor social de la liberación de los
impulsos reprimidos”.
Sastre critica la lectura demasiado rápida que a su entender realiza Kesselman, ataca un
sistema que cataloga como falso y plagado de mitos y prejuicios “pequeño-burgueses”. Frente
FI
a esto propone llevar la discusión al terreno de la ciencia y distinguir con claridad los niveles de
intervención posibles del terapeuta. Si bien Sastre reconoce los aportes de Kesselman en
términos de incorporación de nuevos recursos al quehacer terapéutico, su visión del problema
es otra e implica e implica avanzar más lentamente pero con mayor seguridad en el desarrollo
de las categorías de análisis teóricas.
Esta polémica se inscribe en la estructuración del campo profesional, se trata de una polémica
entre psicólogos que se origina y desarrolla en las páginas de la revista. Danis era una de las
primeras egresadas de la carrera de psicología de la universidad de Buenos Aires y participó
directamente en la fundación de la asociación de psicólogos de Buenos Aires. Harari también
era licenciado en psicología en la misma universidad, formaba parte del consejo de redacción
de la revista y era en ese momento presidente de la asociación de psicólogos de Buenos Aires.
¿Qué discutieron Danis y Harari en 1969? La relación que se establece entre psicología y
psicoanálisis desde el punto de vista de las competencias profesionales, cual es el ámbito de
intervención propio de “ellos” y de “nosotros”. ¿Qué no discutieron? Al psicoanálisis como
corpus proveedor de legitimación profesional. Es la relación fundante con el psicoanálisis la
que le va a otorgar el sello diferencial a la historia de la profesionalización de la psicología en la
Argentina.
Harari sostenía que el único objeto que legítima tanto a la psicología como al psicoanálisis es la
investigación del inconsciente, en este sentido no es posible plantear diferencias entre ambas
profesiones. Esta delimitación del objeto de trabajo del psicólogo implica para Harari una
definición tajante de lo que deben y lo que no deben hacer los nuevos profesionales: exclusión
para el psicólogo de los animales, de lo fenomenológico exclusivo, de lo laboratorial, etc. Sin
embargo, no resulta difícil leer en los planteos de Harari la atracción que ejerce el espacio
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público como ámbito especial de intervención para el psicólogo. De allí que la discusión entre
Danis y Harari se sitúa más en el terreno de las teorías que en el de las practicas.
La respuesta de Danis a la crítica de Harari desplaza la polémica del plano teórico para insistir
en un abordaje grupal y de Psicología social qué le permite distinguir las particularidades de
cada una de las profesiones, a la vez que insistir con una palabra clave para entender estos
años que define un rol diferencial para el psicólogo: “psicólogo que asiste psicólogo que asiste
cambios”.
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4ta polémica ¿Qué valores deben guiar la práctica profesional de los psicólogos?
En un número de la revista publicó un artículo que fue atacado por el propio director de misma.
señalar los límites no siempre explícitos de la misma y desarrollar a partir de allí una teoría de
la contratransferencia que pone el acento en los valores del analista y sobre todo en su
preocupación por cuidar los intereses del paciente.
sino que tipo de valores entran en juego en esta tarea. Valores que defienden el status quo
social y cultural establecido o valores revolucionarios que critican el orden imperante.
Estos valores definen a su vez características de clase y de pertenencia social que nos
posibilitan distinguir a los psicólogos de los psicoanalistas. A su vez la propuesta del director
promueve una discusión acerca de la flexibilización del encuadre psicoanalítico tradicional en
Reflexiones finales
El objetivo principal de tomar a la revista como objeto de investigación fue rastrear las
características particulares que asumió el proceso de profesionalización de la psicología en
Argentina y en especial en Buenos Aires. Una conclusión importante qué podemos destacar es
que la discusión por la profesionalización no se dirige a lo concreto de las prácticas y a un
debate por las competencias técnicas específicas sino que asume un estilo ideológico y
político. Las discusiones se ordenan alrededor de 2 núcleos: por un lado el psicoanálisis entra
en escena como el protagonista central de esta historia, marco de referencia teórico, ideal
profesional, emblema de prestigio, instrumento para entender la sociedad en la que viven, el
psicoanálisis determinó el campo en el que se describe la discusión a la vez que fija el deber
ser de esta nueva profesión en la Argentina. Por otro lado el psicólogo tiene que intervenir en la
escena pública para asistir al hombre contemporáneo en sus ámbitos concretos de acción y de
UNIDAD VII
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MASOTTA OSCAR (1969)
“EL INCONSCIENTE FREUDIANO Y EL PSICOANÁLISIS FRANCES
CONTEMPORANEO”
PRÓLOGO
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En este prologo Masotta da cuenta de la situación actual del psicoanálisis francés y señala las
encrucijadas de la interpretación del pensamiento de Freud que, en la línea de la investigación
francesa, aparece en los límites mismos fuera de los cuales no sería posible hablar en serio de
Freud ni de psicoanálisis.
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En el centro de estas encrucijadas se halla el objeto básico de la conceptualización
psicoanalítica: el inconsciente. Masotta sostiene que el trabajo que Laplanche y Leclaire
presentaron en Bonneval constituyó un buen resumen de la problemática, que puede ser
considerada como el aporte francés al psicoanálisis actual, y que se halla vinculada a la
tradición del pensamiento francés contemporáneo: la fenomenología francesa de Sartre y
Merleau Ponty. El autor considera que esta vinculación no es de inclusión sino de exclusión, ya
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que lo es que verdaderamente especifico del análisis psicoanalítico comienza allí donde
terminan las búsquedas fenomenológicas.
La exhumación de los conceptos no termina con las dificultades de interpretación que plantea
la totalidad de la obra freudiana. El trabajo de Green, en contestación a la ponencia de
Bonneval, llama la atención sobre las dificultades que esta visión de Freud podría acarrear si
se dejaran de lado los conceptos económicos.
UNIDAD VIII
ALEJANDRO VAINER (2005)
Alejandro Vainer se centra en los efectos que aún siguen presentes en la actualidad y que nos
determinan en el campo de la Salud Mental. ¿Qué continúa hoy de la última dictadura en
nuestro medio? Los desaparecidos y sus huellas. Hay dos clases de desaparecidos.
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1 Los 110 Trabajadores de Salud Mental y los 66 estudiantes. Es necesario recordar que
la impunidad del poder les quitó sus vidas. Se destacan como símbolo de todos a
Beatriz Perosio, la presidenta de la Asociación de Psicólogos de Buenos Aires y a Juan
Carlos Risau, Secretario Gremial de la Federación Argentina de Psiquiatras.
2 Los otros desaparecidos en Salud Mental. En el campo de Salud Mental tenemos otros
desaparecidos: las teorías y las prácticas que la maquinaria de la dictadura intentó
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borrar.
El golpe del 24 de marzo de 1976 vino para consolidar algo que había empezado: la
instauración del capitalismo financiero en nuestro país, para eso, en nuestro territorio, se
impuso el Terrorismo de Estado que focalizó sobre toda la sociedad, pero especialmente contra
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intermedias, como gremios, instituciones, etc. En nuestro país funcionaron 340 campos de
concentración. Se prohibieron todos los encuentros grupales, salvo que tuvieran autorización
policial, sino eran tildados como “subversivos”. Este fue un método para aterrorizar y paralizar a
la población frente al avance del nuevo “modelo”.
En la década del ‘70 nos encontrábamos con un sistema manicomial aún sostenido, pero
cuestionado por diversas “experiencias piloto” que mostraban que otras formas de pensar y
trabajar en nuestro campo eran posibles, por ejemplo, las experiencias de las comunidades
terapéuticas, que demostraban que los manicomios de por vida eran una decisión política de
los psiquiatras manicomiales. Con menos recursos económicos se podían atender mejor y
externar a aquellos pacientes crónicos. Por otro lado, se habían logrado implantar los
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Las “experiencias piloto” en Salud Mental fueron todas cerradas: Comunidades terapéuticas,
los trabajos comunitarios y barriales también, los tratamientos grupales tendieron a
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desaparecer. Luego vendría el desprestigio que comenzaron a tener hasta hoy. Los servicios
de Salud Mental más avanzados fueron atacados especialmente, sus principales referentes
fueron siendo desaparecidos. En los hospitales del país hubo cesantías por motivos
ideológicos, las Residencias de Salud Mental habían comenzado a cerrarse durante el
gobierno de Isabel Perón, la dictadura avanzó aún más, había que desarticular la formación de
los denominados “Trabajadores en Salud Mental”, hasta desapareció ese nombre gestado a
fines de los '60. Se comenzó a hablar de “profesionales de Salud Mental” o simplemente de
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psicólogos, psiquiatras, psicoanalistas. Se desarticuló lo poco o mucho que se venía haciendo
contra el edificio de la psiquiatría manicomial, que retomó toda su fuerza el campo.
La desarticulación de los espacios gremiales fue un eje del Terrorismo de Estado para
implantar el nuevo modelo económico. “Desapareció” la Federación Argentina de Psiquiatras
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debido a las desapariciones y persecuciones; se cerró la Coordinadora de Trabajadores de
Salud Mental y su Centro de Docencia e Investigación. Es de destacar también la lucha de las
diferentes Asociaciones de Psicólogos del país no sólo por la demorada “Ley del Psicólogo”,
sino por los derechos humanos, antes y después de la desaparición de Beatriz Perosio.
La destrucción también llegaba a las teorizaciones que ponían en cuestión el estado de cosas.
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Luego del descrédito, vino la desaparición. Durante los ‘80 y ‘90 la hegemonía en nuestro
campo intentó hacer como que nada había sucedido y que había que importar las novedades.
El mayor de los ejemplos está en los abordajes psiquiátricos farmacológicos, que pretenden
hacer pasar toda la subjetividad por un desorden molecular que debe ser solucionado en ese
nivel.
Este activo olvido de los desaparecidos físicos y las experiencias tienen un sentido de
convalidar un modelo de país y de subjetividad con técnicos en Salud Mental que promuevan la
adaptación a este capitalismo financiero que hasta ahora ha sido el vencedor. Por ello, la
importancia de retomar la memoria, que no es cualquier memoria, sino una memoria de estas
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• El 24 de marzo de 1976 derrocaron ustedes a un gobierno del que formaban parte, a
cuyo desprestigio contribuyeron como ejecutores de su política represiva, y cuyo
término estaba señalado por elecciones convocadas para nueve meses más tarde. En
esa perspectiva lo que ustedes liquidaron no fue el mandato transitorio de Isabel
Martínez sino la posibilidad de un proceso democrático donde el pueblo remediara
males que ustedes continuaron y agravaron.
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• Invirtiendo ese camino han restaurado ustedes la corriente de ideas e intereses de
minorías derrotadas que traban el desarrollo de las fuerzas productivas, explotan al
pueblo y disgregan la Nación. Una política semejante sólo puede imponerse
transitoriamente prohibiendo los partidos, interviniendo los sindicatos, amordazando la
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prensa e implantando el terror más profundo que ha conocido la sociedad argentina.
• En la política económica de ese gobierno debe buscarse no sólo la explicación de sus
crímenes sino una atrocidad mayor que castiga a millones de seres humanos con la
miseria planificada. En un año han reducido ustedes el salario real de los trabajadores
al 40%, disminuido su participación en el ingreso nacional al 30%, elevado de 6 a 18
horas la jornada de labor que necesita un obrero para pagar la canasta familiar,
resucitando así formas de trabajo forzado que no persisten ni en los últimos reductos
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coloniales. Congelando salarios a culatazos mientras los precios suben en las puntas
de las bayonetas, aboliendo toda forma de reclamación colectiva, prohibiendo
asambleas y comisiones internas, alargando horarios, elevando la desocupación al
récord del 9% prometiendo aumentarla con 300.000 nuevos despidos, han retrotraído
las relaciones de producción a los comienzos de la era industrial, y cuando los
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El furor represivo desatado connotó como “políticas” y “subversivas” prácticas a las que sus
protagonistas rechazan en la actualidad atribuirles dichas propiedades. Un ex residente de
psiquiatría recordaba como todas las actividades con los pacientes internados –no sólo las
grupales y comunitarias- se habían convertido, para la mirada de la derecha, en focos de
agitación comunista:
Pocos días después del golpe, el nuevo subsecretario de Medicina Asistencial y Rehabilitación
firmo la “licenciatura extraordinaria” de jefes de servicio o personal subalterno, de médicos,
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psicólogos o asistentes sociales ya la prohibición de asistencia del personal concurrente. Entre
las justificaciones de la medida, se aducía que los afectados incurrían en “presunta o potencial
perturbación ideológica”
Los centros de salud mental de CABA, los hospitales neuropsiquiátricos, fueron desmantelados
y reducidos a un funcionamiento mínimo. En general, se eliminaron los cargos ad honorem, las
actividades formativas (por ende, las residencias médicas) y las supervisiones. En varios
aspectos se regresó a situaciones ya superadas: por ejemplo, se prohibió a los psicólogos que
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efectuaran psicoterapia, permitiéndoseles únicamente la aplicación de test psicológicos, y se
volvieron a emplear técnicas de tratamiento que habían sido abandonadas o marginadas
durante el curso de los años 1960, como electroshock.
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“De los 150 profesionales que integraban el servicio hacia mediados de los años 1970,
quedaron apenas 40, debido a las cesantías forzosas y el éxodo generalizado como
consecuencia del terror provocado por la presencia permanente en el hospital de soldados
armados. El Hospital de Día, donde desde hacía unos meses funcionaba el club “Amanecer”,
fue cerrado definitivamente; se prohibieron los grupos terapéuticos y se fue limitando la
internación en las salas hasta quedar reducidas a un 50% de su dotación de camas (Ibáñez
LA
1992.145: La Opinión, 30 de Abril de 1976). Muchas de las actividades que se realizaban con
los pacientes internados, como las asambleas o las fiestas, fueron suprimidas, limitándose a
atenderlos de modo Individual (Ibáñez 1992:145). Además, fue destruida gran parte de la
biblioteca del servicio, al igual que las historias clínicas (Feldman 1992:124)
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