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En primer lugar para contextualizar la ley 388 de 1997 es importante saber que explica los objetivos
o fines que buscan que una ciudad cumpla con el desarrollo del ordenamiento territorial de manera
responsable y consciente, el cual busca delimitar y definir tipologías de usos del suelo que sean
efectivas y que además respondan al contexto en el que se encuentran. Teniendo eso en cuenta,
esta ley es importante dado que funciona como guía para las ciudades y para poder proveer en un
futuro ciudades organizadas y que logren funcionar efectivamente, ya que esta guía de planeación
busca que todas las partes sean beneficiadas desde el propietario hasta el vecino que vine a 4 casas
de él, porque todo suelo tiene una historia y una importancia ecológica y social que debe mantener
y que además debe ser protegida. El conocer y entender esta ley permite que no se construya un
supermercado cada lote que esté vacío o una casa al lado de una industria de reciclaje, esta ley
sanciona esos usos arbitrarios del espacio que al fin y al cabo es público, porque afecta a la
manzana, lo que afecta al barrio y por ende a la ciudad, para bien o para mal.
El contexto, las zonas verdes, la topografía, el barrio y/o sector en el que se encuentre, los vecinos,
la fauna y flora presente o ausente, todos estos factores determinan la calidad de un suelo, la
caracterización de este, permite que sea estudiado y que se busque que es lo mejor para ese espacio,
que proveerá en un futuro y cómo afectará a lo presente, qué consecuencias puede traer a la calidad
de vida, si puede mejorarla o no, todo esto para que en un conceso y complejo estudio se determine
cuál es el uso más favorable y el por qué, de manera que pueda ser entendido y procesado por la
comunidad para que se aceptado y además respetado.