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Gian Lorenzo Bernini

Escultor, arquitecto y pintor italiano. Bernini es el gran genio del barroco italiano, el
heredero de la fuerza escultórica de Miguel Ángel y principal modelo del Barroco
arquitectónico en Europa.
Nació en Nápoles en 1598 y murió en Roma en 1680

Aprendió la base de la escultura en el taller de su padre, Pietro , un escultor manierista


de cierto relieve. Fue también su padre quien lo puso en contacto con algunos de los
mecenas más importantes de su tiempo, lo que le permitió manifestar su talento de una
forma bastante precoz. En sus obras más tempranas (Eneas, Anquises y Ascanio, El
rapto de Proserpina) resultan ya evidentes la ruptura con el manierismo tardío y una
concepción radicalmente distinta de la escultura.
En 1629, Bernini fue nombrado arquitecto de la basílica de San Pedro por el
papa Urbano VIII. Desde entonces hasta su muerte trabajó ininterrumpidamente para los
sumos pontífices, salvo un cierto paréntesis durante el pontificado de Inocencio X,
quien prefirió a otros artistas y le encargó pocas obras. De sus realizaciones para San
Pedro destacan el gran baldaquino sobre el altar mayor y el grupo escultórico de los
Padres de la Iglesia que, observado a través de las columnas del baldaquino, ofrece
efectos de una gran fuerza teatral, tal como pretendía el artífice.
Su mejor aportación a la basílica de San Pedro fue, sin embargo, la columnata que rodea
la plaza, justo delante del templo, que le ha valido elogios continuos por su armonía y
sus efectos escenográficos. Esta columnata representó una gran novedad, no sólo por
sus dimensiones, sino sobre todo por su disposición elíptica, una forma muy cara a los
arquitectos barrocos, inclinados a conferir a todas sus obras efectos de movimiento. Las
monumentales estatuas que la rematan en su parte superior dotan al conjunto de un aire
todavía más majestuoso y solemne si cabe.
Aunque en menor medida, Bernini trabajó también para mecenas privados, y fruto de
esa colaboración es la obra quizá más representativa de su estilo escultórico, el Éxtasis
de Santa Teresa. Resulta difícil concebir una mayor intensidad dramática y una mayor
fuerza dinámica en una realización de pequeñas dimensiones ejecutada mediante un
tratamiento exquisito del mármol. Por su condición de elemento para la decoración de
una capilla y sus magníficos efectos de claroscuro, esta representación es considerada
un compendio magistral de las tres artes mayores, arquitectura, escultura y pintura, y
por ello ha quedado como modelo incomparable de la escultura barroca.
De sus realizaciones como arquitecto, la más valorada, además de la columnata de San
Pedro, es la pequeña iglesia de San Andrea al Quirinale, en la que arquitectura y
escultura se unen en una búsqueda de efectismo destinada a crear un ambiente adecuado
para suscitar la fe y los sentimientos religiosos. El palacio Chigi-Odescalchi, que ejerció
una influencia decisiva en toda Europa, es uno de sus edificios civiles más conseguidos.
Con sus hermosos edificios barrocos, Bernini aporto multitud de estatuas y fuentes
monumentales que todavía contribuyen en la actualidad a la belleza de la urbe. La que le
encargó Inocencio X para decorar la piazza Navona, llamada Fuente de los cuatro ríos,
es la más espectacular de estas realizaciones.

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