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EL ABACO LA LIRA Y LA ROSA

Correa Avalos Karen Jocelyn


Ciencia y Sociedad
Grupo:21
En el mundo en el que vivimos se pueden distinguir tres formas de cultivar el
conocimiento metódico las cuales son el arte, la sabiduría y la ciencia que se
distinguen porque en ellas esta el ansia del conocimiento que caracteriza a
nuestra aventura humana, el conocimiento presupone una imagen adecuada del
mundo, la cual le permite al organismo actuar sobre el medio de forma eficiente y
sobrevivir.
El conocimiento está en la observación, en el arte, en el pensamiento, en el
significado de las cosas como lo es el conocer la palabra cálculo que deriva del
latín calculus, es decir, “piedra”, en referencia al uso primitivo de las piedras para
contar. Hace unos 5 000 años, en Babilonia, las piedras de cálculo fueron
colocadas en un tablero y así nació el ábaco, Por su genealogía y función, el
ábaco es un excelente símbolo de la ciencia, Emparentada con el ábaco de
manera aún más profunda que la mera forma, se encuentra la lira, la lira viene a
resultar el símbolo de la inspiración poética y aun de la armonía cósmica. Es por
eso que la cítara, la guitarra, el arpa y el laúd, parientes y vástagos de la lira,
continuarían su tradición de ser hasta nuestros días los instrumentos del poeta y el
trovador.
Por su forma, color y perfume la rosa es la flor por excelencia y el arquetipo de la
flor. Quizás por el tono favorito de su variedad roja y por su tallo espinoso, en la
iconografía cristiana la rosa es, como el cáliz y el Santo Grial, un símbolo de la
sangre derramada, sangre que regenera el alma. Escenifica el intrincado y
perfecto círculo de la creación. Y si bien la rosa ha venido a simbolizar en nuestro
tiempo al amor profano, en sus orígenes era el emblema del amor místico.
Su extracto y aroma es la metáfora de la esencia o el alma humana. Por todas
estas razones la rosa es un símbolo acabado de la sabiduría, no en el sentido de
la erudición, sino en el de las enseñanzas místicas tradicionales: el conocimiento
vivencial de lo inefable que se asocia comúnmente a la religión y que desde
antaño se cultiva metódicamente en las más diversas tradiciones de la sabiduría.
La ciencia, el arte y la sabiduría son formas depuradas y particulares del
conocimiento humano.
todos estos métodos del conocimiento utilizan las mismas facultades mentales de
observación, juicio, razonamiento, aprendizaje, atención, emoción e imaginación
para la obtención de resultados.

El deseo del saber y su satisfacción, conocer, son el teatro de la vida misma, un


drama permanente de conflicto y resolución que no sólo ha dado origen a la
ciencia; mucho antes haría florecer a la filosofía, y aun antes, en la aurora del ser
humano, al arte y a la técnica produjo sabiduría, sabiduría que nos ha llevado a un
gran avance gracias a la belleza que hay en el uso de la razón característica que
nos distingue al ser humano de las demás especies, que somos seres que utilizan
la razón en su vida cotidiana lo cual nos lleva a un mundo nuevo que construimos
a través de vivencias durante toda nuestra vida y que pueden quedar plasmadas
en la historia de la humanidad con nuestros descubrimientos y así crear cada vez
más conocimiento a través de generaciones.
Es así que aquellos pueblos que cultivaron el árbol del conocimiento cosecharon
civilizaciones, culturas acabadas de sello propio, y aquellos individuos que lo
labraron produjeron filosofías y enseñanzas, individuos y enseñanzas que han
matizado y en más de un sentido impelido el devenir de los seres humanos sobre
la Tierra. se dice que en esencia el conocimiento es una relación que se establece
entre un sujeto y un objeto. En tal relación el sujeto capta propiedades o
características del objeto y constituye una imagen o representación
el conocimiento se revela en un cambio conductual del individuo en referencia al
objeto, cambio que refleja el proceso mismo de su adquisición y que llamamos
aprendizaje Para muchos otros existe una limitación en la validez del conocimiento
en el sentido de que toda verdad es relativa
El conocimiento es una interacción entre el sujeto y su medio, que tiene lugar en
la totalidad del organismo, no en una pequeña y misteriosa parte de su cerebro.
Esto no implica que el cerebro no sea determinante en el conocimiento; sin duda
alguna lo es, y mucho se conoce sobre la neurología de la percepción, de la
memoria o bastante menos de la imaginación y el significado. Pero, según esta
concepción, es en el organismo íntegro, con todos sus órganos y flujos de
información, incluidos sus mecanismos conductuales, donde reside el
conocimiento

Se dice entonces que el conocimiento es verdadero o no es conocimiento. Una


creencia falsa no es conocimiento es solo ignorancia, el humano es capaz de
diferenciar lo real de lo falso es por ello que al contar sobre una historia fantástica
se tiene conocimiento pero un conocimiento subjetivo por el simple hecho de
conocer sobre la historia pero también tener el conocimiento de diferenciar si solo
es ficción o es un dato verídico saber diferenciar entre lo que es real y lo que es
ficticio.

El conocimiento es un arte, la obra de arte es así un vínculo entre quien la


produce y quien la observa y experimenta. El arte es interacción. Ahora bien,
estos atributos que son esenciales para el arte lo son también para la ciencia. El
científico produce información y la ciencia requiere observadores que juzguen,
valoren y verifiquen la obra. Esto último podría parecer que marca una diferencia
entre ambas actividades: la ciencia requiere réplica y contrastación, la obra de
arte simplemente se contempla y se goza. Sin embargo, hay elementos gozosos
en la ciencia, así como también hay elementos cognitivos en el arte. El científico
goza el placer estético que le produce un experimento bien diseñado, al que
califica de “elegante”, y el artista o el crítico bien saben que la reflexión y la
contrastación no están excluidas del arte; de hecho, le son consustanciales.

Entonces se puede decir que el conocimiento es la base de todas y cada una de


nuestras actitudes y toma de decisiones; es una relación que se establece

entre un sujeto y un objeto, un suceso y su medio ambiente en el que se


desarrolla, por medio del cual, el sujeto desarrolla experiencias consecuentes del
mencionado suceso y lo obliga a cambiar de mentalidad, creando nuevas
perspectivas acerca de la variedad de situaciones que se le podrán presentar en
un futuro determinado en que tendrá que aplicar el uso de sus conocimientos y
habilidades.

Para ampliar nuestros conocimientos, se requieren de nuevos descubrimientos


científicos, evolución e innovaciones tecnológicas, etc. en donde la mayoría de
estos se obtienen gracias a la ciencia y al modelo científico, en el cual ambos
constituyen una parte trascendental en la representación de la ciencia y la
tecnología al mundo. Creando de esta manera la oportunidad de adquirir el
conocimiento científico, que consiste en la generación de modelos y teorías que
nos ayudan en nuestra vida diaria y en todos los sectores como lo es el sector de
la salud, es por ello que el conocimiento es tan importante ya que gracias a él ha
mejorado nuestra esperanza de vida gracias a la creación de nuevos
medicamentos y nuevas tecnologías que hacen más amena la vida humana con lo
que nos rodea desde décadas pasadas, la población se protegía y curaba con
únicamente productos provenientes de la naturaleza. Con el tiempo y las
innovaciones, se crearon vacunas, pastillas, jarabes, etc. realizados con químicos
y en otros casos, llevados a cabo con productos naturales. Esto es un ejemplo de
lo que la ciencia puede llegar a hacer, mejorando en cualquiera de sus
dimensiones, la calidad de vida de cada uno de los individuos que habitan en
nuestro país. Pero a pesar de ello, la ciencia no es el único método que existe
para adquirir conocimientos, sino también los valores y la ética ya que sin ellos no
podríamos avanzar y mucho menos convivir en sociedad y solo nos llevaríamos a
nuestra destrucción.

Finalmente puedo agregar que las diferentes modalidades de conocimiento,


entregan juntas una plataforma para que éste florezca en toda su dimensión, que
es por demás deseable para el progreso de saber.

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