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los proteosomas son complejos proteicos que tienen una estructura cilíndrica formada por múltiples subunidades proteicas.

En su
interior, cuentan con un núcleo proteolítico compuesto por anillos concéntricos de proteínas llamados proteasas que degradan
proteínas dañadas o no deseadas en la célula, permitiendo así el reciclaje de aminoácidos y la regulación de procesos celulares

Tienen dos componentes principales: la parte catalítica y la parte reguladora.

1. Parte Catalítica está en el núcleo del proteosoma y contiene proteasas, que son enzimas responsables de la degradación de
proteínas.

2. Parte Reguladora está en la capa externa del proteosoma y está compuesta por proteínas que regulan la entrada de proteínas al
núcleo catalítico. Estas reconocen las proteínas objetivo marcadas con ubiquitina u otras señales.

La cámara proteolítica del proteosoma es el componente 20S, que consta de cuatro anillos concéntricos, dos anillos externos de
subunidades alfa y dos anillos internos de subunidades beta. Estos anillos se ensamblan en forma de barril. Las subunidades beta son
las que contienen las proteasas activas responsables de la degradación de proteínas.

El componente 19S Es un regulador del 20S. reconoce y despliega proteínas etiquetadas con ubiquitina para su entrada en el núcleo
proteolítico es decir 20S.

Existen proteosoma que tienen adaptaciones para desempeñar funciones particulares en diferentes contextos biológicos.

1. Proteosoma Intermedio contiene subunidades beta alternativas que cambian la especificidad de las proteasas en su núcleo
proteolítico, permitiendo la degradación de proteínas diferentes de las que degrada el proteosoma 20S convencional. Se ha observado
en diversos tejidos y condiciones, pero generalmente se asocia con situaciones como la respuesta a infecciones o la adaptación a
estrés celular. Algunos ejemplos de tejidos incluyen:

. Cerebro: está involucrado en la degradación de proteínas dañadas o agregadas, como las que se encuentran en enfermedades
neurodegenerativas como el Alzheimer o el Parkinson.

. Tejido muscular: En situaciones de estrés oxidativo o daño muscular, participa en la degradación de proteínas dañadas durante la
recuperación.

2. Inmunoproteosoma: se encuentra en las células del sistema inmunológico, como los linfocitos. Contiene subunidades beta
específicas que le permiten procesar péptidos derivados de proteínas que han sido marcadas como "antígenos". Estos péptidos se
presentan a las células T como parte del proceso inmunológico y son fundamentales para la respuesta inmunitaria.

3. Timoproteosoma: se encuentra en el timo, tiene la capacidad de degradar proteínas específicas que son esenciales para la selección
de células T funcionales. Esto garantiza que solo las células T con receptores que respondan de manera adecuada a antígenos
específicos sobrevivan y sean liberadas al sistema inmunológico.

La regulación de los proteosomas es esencial para mantener la homeostasis proteica y garantizar que las proteínas sean degradadas
de manera selectiva y controlada en las células.

1.Marcado de proteínas o ubiquitinación es un proceso de etiquetado que señala que la proteína es candidata para la degradación.

2. Regulación por proteínas asociadasa los proteosomas pueden regular su actividad. Por ejemplo, el componente 19S (también
conocido como PA700

3. Modificaciones post-traduccionales: como la fosforilación, pueden influir en la actividad de los proteosomas y cambiar su capacidad
para degradar proteínas, pueden ser desencadenadas por señales celulares o condiciones específicas como el estrés oxidativo o el
estrés por calor, pueden influir en la actividad de los proteosomas.

5. La expresión de genes que codifican proteínas de los proteosomas puede estar regulada en respuesta a señales celulares y
condiciones específicas. Esto puede cambiar la cantidad y el tipo de proteosomas presentes en una célula.

La ubiquitinación es un proceso que implica varios pasos para marcar una proteína específica

1. Una enzima llamada E1 se une a una molécula de ubiquitina y la activa mediante la adición de una molécula de ATP formando el
complejo E1-ubiquitina.

2. El complejo E1-ubiquitina transfiere la ubiquitina activada a una enzima transportadora llamada E2. Esto se conoce como la
conjugación de la ubiquitina.
3. La E2 cargada con ubiquitina se une a una enzima llamada E3 que reconoce la proteína objetivo y facilita la transferencia de la
ubiquitina de la E2 a la proteína objetivo. Esto implica la formación de un enlace covalente entre la ubiquitina y un residuo de
aminoácido en la proteína.

La proteína objetivo ahora está marcada con una etiqueta de ubiquitina.

En algunos casos, se pueden agregar múltiples moléculas de ubiquitina a la proteína objetivo, formando una cadena de ubiquitina.
Estas cadenas pueden tener diferentes topologías y afectarán el destino de la proteína

Las proteínas ubiquitinadas son reconocidas por los receptores proteicos en el proteosoma.

Antes de que la proteína objetivo pueda ingresar al proteosoma, debe ser desplegada y desnaturalizada. Esto implica el desenrollado
de la estructura tridimensional de la proteína.

Una vez que la proteína objetivo ha sido reconocida y desplegada, es dirigida al núcleo del proteosoma donde ocurre la degradación.

las enzimas proteolíticas dentro del complejo proteolítico comienzan a cortar la proteína en fragmentos más pequeños. Estas enzimas
son proteasas que rompen los enlaces peptídicos entre los aminoácidos de la proteína.

A medida que las enzimas proteolíticas continúan cortando la proteína, se generan fragmentos más pequeños. Estos fragmentos
pueden ser péptidos de diferentes longitudes o incluso aminoácidos individuales. Los péptidos más pequeños pueden ser sometidos
a proteólisis adicional hasta que finalmente se obtengan aminoácidos individuales.

Los productos finales de la degradación proteolítica, es decir, los aminoácidos, pueden tener diferentes destinos. Pueden ser reciclados
y utilizados para sintetizar nuevas proteínas, o bien, pueden ser eliminados si no son necesarios.

. Las células tienen sistemas de reciclaje especializados que capturan las moléculas de ubiquitina liberadas y las devuelven a su forma
activa. Esto implica la reactivación de la ubiquitina para que esté lista para marcar nuevas proteínas objetivo. Para reactivar la
ubiquitina, se requiere la unión de ATP por medio de E1, que proporciona la energía necesaria para volver a cargar la ubiquitina.

Una vez que la ubiquitina ha sido reactivada, puede ser transferida nuevamente a las enzimas E2 y luego a las enzimas E3

El proceso ocurre igual hasta la proteolisis

Algunos de los péptidos generados durante la proteólisis en el proteosoma son péptidos antigénicos, es decir, que son fragmentos
específicos de las proteínas que se unirán a las moléculas del complejo principal de histocompatibilidad MHC

es un grupo de genes ubicados en los seres humanos en el cromosoma 6, se encuentran en la superficie de la mayoría de las células
nucleadas. Su función principal es presentar fragmentos de proteínas derivadas de patógenos o sustancias extrañas que han sido
fagocitadas. Los linfocitos T reconocen estos complejos MHC y desencadenan respuestas inmunológicas apropiadas, se expresan en
células presentadoras de antígenos, como las células dendríticas, los macrófagos y las células B.

estas complejas moléculas se transportan a la superficie de la célula, donde serán presentadas a las células del sistema inmunológico.

Los linfocitos T (células T) son células del sistema inmunológico que pueden reconocer los péptidos antigénicos presentados en las
moléculas de MHC. Cuando un linfocito T reconoce un péptido antigénico que corresponde a una amenaza o anormalidad, se activa y
desencadena una respuesta inmunológica. como la activación de células B o la amplificación de la respuesta inmunitaria.

El procesamiento de antígenos en los proteosomas es fundamental para la detección y eliminación de patógenos y células anormales
por el sistema inmunológico.

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