Está en la página 1de 9

El príncipe feliz

Oscar Wilde
(Adaptación teatral)
Fuente: http://www.kidsinco.com
PERSONAJES:

PRÍNCIPE FELIZ

MULTITUD

HIJA

MAMA

GOLONDRINA

HOMBRE POBRE 1

HOMBRE POBRE 2

MUJER POBRE 1

MUJER POBRE 2

MUJER POBRE 3

ALCALDE

GUARDIA

ÁNGEL

GUION:

(La estatua del Príncipe Feliz se encuentra sobre un pedestal. Su traje y su corazón son de oro. Sus ojos son dos zafiros azules. En la espada tiene un enorme
rubí. La Multitud, la Mama y la Hija entran al escenario. Caminan frente a la estatua, se detienen un momento, y la observan. La Multitud sale del escenario. La
Mama y la Hija permanecen observando la estatua).

HIJA: Mira mama, que hermosa estatua. ¿Cuál es su historia?.


MAMA: Esa estatua del príncipe ha estado aquí por muchos anos, y la gente cuenta varias historias de él. No sé si haya existido en realidad o sea solamente una
leyenda.

HIJA: Cuéntame lo que sabes.

MAMA: Se dice que fue un príncipe que vivía en un gran castillo que estaba en lo alto de una montaña. Su padre, el rey, era muy querido por sus súbditos debido
a su bondad, y ya que su riqueza era tan grande, la compartía con todos por igual. Tanto el rey como el príncipe eran queridos y respetados por su pueblo. ¡Y
eran tan felices!. ¡Nunca había habido otro rey como él!. Se dice que un día el rey enfermo y murió repentinamente, y que el príncipe al no poder soportar su
dolor, murió al poco tiempo.

HIJA: Oh, qué triste historia. ¿Y quién hizo esa estatua?.

MAMA: La gente del pueblo reunió todo el oro y las piedras preciosas que el mismo rey les había regalado, y le hicieron esa estatua a su hijo como una forma de
agradecimiento por todo lo que él había hecho por ellos. Y a la estatua la nombraron “El Príncipe Feliz”.

HIJA: ¡Pues más que Príncipe Feliz, parece un ángel!. ¡El también debió haber sido tan bueno como su padre!.

MAMA: Eso dicen. Vamos hija, que es tarde.

(La Mama y la Hija salen del escenario. Entra la Golondrina y se coloca debajo de la estatua)
GOLONDRINA: Este viaje migratorio hacia Egipto es demasiado largo y ya estoy muy cansada. Descansare un poco sobre esta estatua y mañana continuare mi
viaje.

(Le caen unas gotas de agua sobre el pico)

GOLONDRINA: ¡Vaya, y ahora empezara a llover!.

(Le caen más gotas de agua y voltea hacia el cielo)

GOLONDRINA: Que raro, si el cielo está bastante claro. ¿De donde están cayendo esas gotas de agua?.

(Voltea a ver los ojos de la estatua, y ve que está llorando)

GOLONDRINA: ¿Por qué lloras?. ¡Si tú eres el Príncipe Feliz!.

PRÍNCIPE FELIZ: Lloro porque cuando yo era humano vivía en mi palacio lejos de la preocupación. Lo tenía todo que no veía la fealdad, la miseria, la tristeza, ni
las lagrimas, por eso la gente me llamo el Príncipe Feliz. Y ahora desde aquí puedo comprobar el sufrimiento que existe y que siempre existió fuera de los muros
de mi castillo.
GOLONDRINA: Pero dicen que tu padre siempre ayudo a su pueblo.

PRÍNCIPE FELIZ: ¡Mi padre fue un gran hombre!. Los bienes y las riquezas que el proporcionaba los ayudaba a remediar su sufrimiento. Y ahora desde aquí yo
quiero hacer lo mismo, pero no puedo, estoy pegado a este pedestal y no puedo moverme. ¡Soy solo una estatua, y no necesito estar recubierto de oro y de
piedras preciosas que a mi no me sirven para nada!.

GOLONDRINA: ¿Te puedo ayudar en algo?.

PRÍNCIPE FELIZ: Si. Mira al final de esta calle veo todos los días a una mujer bordando el vestido que lucirá una bella dama en el baile del Palacio. Su hijo llora,
enfermo, en la cama, y ella sólo puede darle agua, porque es muy pobre. Golondrina, por favor, llévale el rubí de mi espada.

GOLONDRINA: Hare lo que dices, aunque retrase mi viaje.

(La Golondrina toma el rubí de la espada y sale del escenario. La Golondrina regresa y se coloca debajo de la estatua)

GOLONDRINA: Hice lo que me indicaste. La costurera no podía creer cuando deje caer el rubí frente a su ventana. Lo tomo en sus manos, lloro, y fue a abrazar
su hijo. ¡No sabes qué gran satisfacción sentí!.

PRÍNCIPE FELIZ: Quédate por favor una noche más conmigo, así podrías llevar uno de los zafiros de mis ojos a aquel escritor que vive en esa casa. El está
hambriento y no tiene leña para calentarse, está tan débil que quizá no pueda entregar a tiempo la obra al director de teatro.
GOLONDRINA: Pero yo ya debería estar en Egipto, junto a las pirámides, viendo a los leones bajar a beber al Nilo, pero haré lo que tú deseas.

(La Golondrina toma uno de los zafiros de los ojos del Príncipe Feliz y sale del escenario. La Golondrina regresa y se coloca debajo de la estatua)

PRÍNCIPE FELIZ: Gracias por hacerme este gran favor.

GOLONDRINA: No sabes lo feliz que me sentí cuando llegue a su casa. ¡El hombre parecía desesperado!. Cuando vio que yo coloque el zafiro en su ventana, se
levanto rápidamente, lo tomo, y salió corriendo.

PRÍNCIPE FELIZ: Ahora necesito que entregues el otro zafiro de mis ojos.

GOLONDRINA: Pero príncipe, si tomo el otro zafiro…¡te quedarás ciego!.

PRÍNCIPE FELIZ: Eso no importa. Hazlo por favor.

GOLONDRINA: ¿A quién debo llevarlo?.


PRÍNCIPE FELIZ: En la plaza hay una niña descalza y sin abrigo, que vende fósforos. Se le han caído en el lodo y ahora no los puede vender. Su padre se enojara
si no lleva el dinero a casa. Yo no necesito este zafiro, ella lo necesita más que yo.

(La Golondrina toma el zafiro del otro ojo del Príncipe Feliz y sale del escenario. La Golondrina regresa y se coloca debajo de la estatua)

GOLONDRINA: Oh, príncipe hice lo que me dijiste. ¡Pobre niña!. La encontré sentada en el suelo llorando, así que me coloque frente a ella, después me vio y me
acaricio. Cuando vio que en mi pico yo llevaba ese gran zafiro, lo tomo y lo miro. Entonces yo volé y vi cuando se levanto y me siguió con su mirada.

PRÍNCIPE FELIZ: ¡Gracias!. ¡He cumplido como lo hacia mi padre!

GOLONDRINA: Príncipe, ahora que estás ciego… ¡No puedo dejarte!. Voy a quedarme a tu lado para siempre.

PRÍNCIPE FELIZ: Entonces ahora harás lo último por mí. Quiero que arranques las láminas de oro que recubren mi cuerpo, y que las repartas entre los que tienen
hambre o frío.

GOLONDRINA: Pero … no quiero que mueras.

PRÍNCIPE FELIZ: Entiéndelo. Mi pueblo me hizo una estatua con los mismos regalos de mi padre. Era su voluntad que el oro fuera de ellos, y yo quiero
regresárselos. Empieza ahora mismo, por favor.
(Los Hombres y Mujeres Pobres entran al escenario caminando lentamente. La Golondrina empieza a quitar las láminas de oro de la estatua, y se las entrega a los
Hombres y Mujeres Pobres que van pasando frente a la estatua)

HOMBRE POBRE 1: ¡Oh, ya podremos comer!.

HOMBRE POBRE 2: ¡Podremos comprar leña!.

MUJER POBRE 1: ¡Mis hijos no pasaran frío este invierno!.

MUJER POBRE 2: ¡Mi esposo tendrá la medicina que tanto necesita!.

MUJER POBRE 3: ¡Gracias a Dios!. ¡Esto es un milagro!.

(Los Hombres y las Mujeres Pobres salen del escenario corriendo y gritando de felicidad. La Golondrina cansada se coloca debajo de la estatua del Príncipe Feliz
y besas sus pies)

GOLONDRINA: Ya todo está entregado. Ahora dormiré un poco porque estoy muy cansada.
PRINCIPE FELIZ: Hazlo, buena amiga. ¡Te lo mereces!.

(La Golondrina cierra sus ojos y muere. El Alcalde, su Guardia y la Multitud entran al escenario y se colocan frente a la estatua)

ALCALDE: Hay una golondrina muerta junto a la estatua.

GUARDIA: ¡Ya no está el rubí, ni los zafiros, ni las láminas de oro que la recubrían!.

ALCALDE: Así ya no sirve para nada. Destruyámosla y tiremos sus pedazos a la basura, junto con la golondrina.

(El Alcalde, su Guardia, y la Multitud toman la estatua del Príncipe Feliz y a la Golondrina, y la destruyen dejando los pedazos en el suelo. El corazón de la estatua
y el cuerpo de la Golondrina quedan juntos. El Alcalde y la Multitud salen del escenario. Entra el Ángel)

ÁNGEL: ¿Donde encontrare las dos cosas más bellas que yo haya visto para llevárselas a Dios, tal y como El me lo pidió?.

(El Ángel se tropieza con los escombros y mira el corazón de oro del Príncipe y el cuerpo inerte de la Golondrina, y los toma en sus manos)
ÁNGEL: Oh, esto es lo más bello que he visto. ¡Se lo llevare a mi Señor!.

(El Ángel sale del escenario)

También podría gustarte