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Conferencia Orientadora: Circulación Mayor

Sumario:
Circulación mayor. Concepto.
Arteria aorta. Porciones. Ramos parietales y viscerales.
Sistema venoso: sistema de la vena cava superior, sistema de la vena cava inferior, vena
porta- hepática. Vasos principales y territorios de drenaje. Principales anastomosis.
Distribución de la volemia. Área de corte transversal y velocidad de la sangre.
Presiones y resistencias en la circulación sistémica. Presión sistólica y diastólica. Valores.
Presión del pulso. Factores y significación clínica. Presión venosa central y su
importancia. Presión y resistencia venosa. Efecto de la presión hidrostática. Bomba
venosa.

En la actividad anterior orientamos el estudio de las características morfofuncionales de


los vasos sanguíneos, así como una serie de conceptos que les permitirán comprender la
dinámica circulatoria.
Las afecciones cardiovasculares constituyen una causa importante de morbilidad y
mortalidad en nuestro medio, muchas veces prevenibles por la labor del médico.
En esta actividad orientaremos el estudio de las características morfofuncionales de
circulación mayor o sistémica.

La circulación mayor o general está integrada por un conjunto numeroso de vasos


sanguíneos arteriales y venosos de diferentes calibres, a través de los cuales el corazón
izquierdo envía sangre rica en oxígeno y nutrientes hacia las redes capilares de órganos y
tejidos, y desde éstos retorna al corazón derecho. En la imagen se representa en rojo la
circulación de la sangre oxigenada y en azul la sangre venosa.
El estudio de las características morfofuncionales de estos vasos se realiza teniendo en
cuenta un sistema arterial extendido entre el ventrículo izquierdo y los tejidos corporales, y
tres sistemas venosos extendidos entre los tejidos y el atrio derecho.

El sistema arterial tiene un vaso central de gran calibre, la aorta, del cual parten los ramos
hacia las distintas regiones y órganos del cuerpo. Esta arteria se extiende desde el orificio
aórtico del ventrículo izquierdo hasta nivel de la cuarta vértebra lumbar donde se divide en
sus ramos terminales: las arterias ilíacas comunes o primitivas.

La aorta tiene tres porciones: ascendente, arco aórtico y descendente; esta última se
subdivide en torácica y abdominal al pasar por el hiato aórtico del diafragma.

La aorta ascendente, de unos seis centímetros de longitud aproximadamente, se sitúa


primero por detrás del tronco de la arteria pulmonar y luego entre ésta y la vena cava
superior por la derecha. Sus únicos ramos son las arterias coronarias izquierda y derecha
estudiadas anteriormente.

El arco aórtico es continuación de la porción ascendente de la aorta hacia atrás y hacia la


izquierda, por encima del bronquio principal izquierdo, hasta llegar a nivel de la cuarta
vértebra torácica.

Desde la superficie convexa del arco aórtico parten de derecha a izquierda tres ramos
arteriales: el tronco arterial braquiocefálico, la arteria carótida común izquierda y la arteria
subclavia izquierda; cuyas ramificaciones irrigan las estructuras de la cabeza, el cuello, el
miembro superior y parte de las paredes del tórax.

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El tronco arterial braquiocefálico se proyecta hacia arriba y a la derecha hasta llegar a
nivel de la articulación esternoclavicular derecha, donde se divide en las arterias subclavia
derecha y carótida común derecha.

Las arterias carótidas comunes derecha e izquierda tienen inicios diferentes en el tronco
arterial braquiocefálico y en el arco aórtico respectivamente; este hecho condiciona
diferencias de longitud y porciones entre uno y otro lado.
Ambas carótidas comunes se extienden hacia arriba hasta nivel del borde superior del
cartílago tiroideo donde se dividen en sus ramos terminales: las arterias carótidas interna
y externa.
En su trayecto por la parte lateral del cuello se relaciona estrechamente con el esófago y
la faringe, la tráquea y la laringe, el músculo esternocleidomastoideo, la vena yugular
interna y el nervio vago.
El conocimiento de la trayectoria y relaciones de la arteria carótida común es muy
importante desde el punto de vista médico para la exploración del pulso arterial, para
controlar sangramientos y para hacer estudios radiográficos contrastados.

Las arterias carótidas internas y sus ramos fueron estudiados oportunamente en la


vascularización del encéfalo y sólo deberán recordar ahora sus características generales
relacionadas con el inicio, trayecto y ramos.

La arteria carótida externa se inicia a nivel del borde superior del cartílago tiroides y se
proyecta hacia arriba por la parte lateral del cuello hasta alcanzar la altura del cuello del
cóndilo mandibular, donde se divide en sus dos ramos terminales las arterias temporal
superficial y maxilar. En su recorrido por el cuello emite ramos para la glándula tiroides, la
lengua, piel y músculos de la cara, el músculo esternocleidomastoideo, faringe, región
occipital y musculatura masticatoria, entre otras.
Obsérvese la distribución de las arterias auricular posterior y occipital, ramas de la
carótida externa.
Obsérven en esta imagen la amplia distribución de la arteria maxilar por las estructuras
del aparato masticatorio.
En esta imagen puede observarse el recorrido de la arteria lingual a través del piso de la
cavidad bucal.
Obsérven en esta imagen la distribución de algunos ramos de la arteria maxilar por las
cavidades nasal y bucal.
La arteria subclavia se extiende por debajo de la clavícula, sobre la primera costilla entre
los músculos escaleno anterior y medio, hasta nivel del borde externo de este hueso
donde se continúa en la arteria axilar.

La arteria subclavia se divide para su estudio en tres porciones según su relación con los
músculos escalenos; de las cuales salen ramos de menor calibre como la arteria
vertebral, los troncos tirocervical y costocervical y la arteria torácica interna.
Las arterias subclavias derecha e izquierda, al igual que las carótidas comunes, tienen
inicios distintos en el tronco arterial braquiocefálico y el arco aórtico respectivamente; este
hecho condiciona diferencias en su longitud y porciones entre uno y otro lado.
Obsérven en esta imagen la disposición de la arteria subclavia del lado derecho entre los
músculos escalenos anterior y medio.

La arteria axilar es continuación de la arteria subclavia y se extiende hacia abajo y


lateralmente desde el borde externo de la primera costilla hasta el borde inferior del
músculo pectoral mayor. Se divide para su estudio en tres porciones según sus relaciones

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con el músculo pectoral menor. Entre sus ramos principales se encuentran las arterias
circunflejas humerales anterior y posterior, subescapular, torácica lateral y
acromiotorácica.
Es importante precisar mediante el estudio independiente el territorio de irrigación de la
arteria axilar.

La arteria braquial o humeral se extiende desde el borde inferior del músculo pectoral
mayor por el surco bicipital medial del brazo, como continuación de la arteria axilar, hasta
el nivel de la articulación del codo donde se divide en sus dos ramos terminales, las
arterias radial y ulnar.
En su recorrido por el brazo se acompaña de nervios del plexo braquial y de las venas
humerales, y emite varios ramos para las estructuras de esta región; siendo el más
grueso la arteria braquial profunda.
Observen en esta imagen el recorrido de la arteria braquial por el surco bicipital medial
acompañada por los nervios mediano, ulnar y braquiocutáneo medial.

Las arterias radial y ulnar descienden por la cara anterior del antebrazo más o menos
paralelas a los huesos de igual nombre, protegidas por los grupos musculares de esta
región. Particularmente la arteria radial se sitúa superficialmente en su tercio distal por
delante del radio, hecho que le confiere una significación clínica especial como punto de
exploración del pulso arterial.
Ambas arterias emiten ramos que participan en la irrigación de las estructuras del
antebrazo, incluidas las articulaciones del codo y de la muñeca.

Las arterias radial y ulnar al llegar a la región de la mano se anastomosan entre sí y


forman los arcos arteriales palmares superficial y profundo. El arco palmar superficial se
forma por la unión del ramo palmar superficial de la arteria radial con la arteria ulnar como
se observa en la imagen. De este arco parten cuatro ramos más finos para los dedos con
los nombres de digitales palmares comunes, de los cuales parten distalmente los ramos
digitales palmares propios.

El arco palmar profundo se encuentra formado por la continuación de la arteria radial y el


ramo palmar profundo de la arteria ulnar; en un plano más profundo y en posición
proximal con respecto al arco palmar superficial. De su convexidad parten tres arterias
metacarpianas palmares.
Es importante comprender que los arcos palmares, junto a las redes carpianas con las
cuales establecen anastomosis, constituyen circuitos especiales que aseguran la
irrigación de las estructuras palmares y dorsales de la mano, con independencia de su
estado funcional específico.
Una vez orientado el estudio de las características morfofuncionales macroscópicas de las
arterias que se distribuyen por las estructuras de la cabeza, cuello, parte de las paredes
del tórax y miembro superior; podemos pasar al estudio de la porción descendente de la
aorta. Recordemos que esta porción se subdivide en torácica y abdominal.

La parte torácica de la aorta descendente se extiende por el mediastino posterior a la


izquierda de la línea media en estrecha relación con los cuerpos vertebrales y el esófago;
desde la altura de la cuarta vértebra torácica hasta el orificio aórtico del diafragma. En su
recorrido emite ramos para los órganos y estructuras mediastinales, excepto el corazón;
también emite ramos para las paredes del tórax, las arterias frénicas superiores e
intercostales posteriores.

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La aorta abdominal es continuación de la aorta torácica y se extiende a la izquierda de la
vena cava inferior, desde el hiato aórtico del diafragma por arriba hasta nivel de la cuarta
vértebra lumbar, donde se divide en sus dos ramos terminales las arterias ilíacas
comunes. En su trayecto emite numerosos ramos para los órganos y paredes
abdominales.

Los ramos de la arteria aorta abdominal se dividen en parietales y viscerales según su


distribución. Los primeros son las arterias frénicas inferiores, lumbares, y para algunos
autores las ilíacas comunes; los segundos se subdividen en ramos pares para las
glándulas suprarrenales, las gónadas y los riñones, y ramos impares para distintas
porciones del intestino, hígado, bazo y páncreas.
Por su mayor complejidad nos detendremos en los ramos viscerales impares.

El tronco celíaco se inicia en la superficie anterior de la aorta por debajo del hiato aórtico
del diafragma y después de un corto trayecto se divide en tres ramos: las arterias gástrica
izquierda, hepática común y lienal o esplénica. De cada uno de estos ramos se
desprenden otros más finos, como se observa en la imagen, para irrigar partes del
páncreas, duodeno, estómago, vesícula y vías biliares. Es importante precisar en los
mismos sus territorios específicos de distribución a través del estudio independiente
siguiendo las orientaciones que aparecen en el CD.

La arteria mesentérica superior se inicia en la superficie anterior de la aorta abdominal por


debajo del tronco celíaco y se proyecta hacia abajo y a la derecha, entre las dos hojas del
mesenterio, hasta la vecindad de la desembocadura del intestino delgado en el ciego. En
ese recorrido emite numerosos ramos, como se observa en la imagen, para completar la
irrigación del duodeno y el páncreas, el yeyuno, el íleon y la mayor parte del intestino
grueso. Es importante profundizar en estos contenidos a través del estudio independiente
según las orientaciones que aparecen en el CD.

La arteria mesentérica inferior, como se observa en la imagen, se inicia en la superficie


anterior de la aorta abdominal un poco por encima del inicio de las ilíacas comunes. Se
proyecta hacia abajo y hacia la izquierda entre las hojas del mesocolon sigmoides y emite
ramos para el colon descendente y sigmoides y la porción superior del recto. Es
importante profundizar en estos contenidos a través del estudio independiente según las
orientaciones que aparecen en el CD.

Las arterias ilíacas comunes son los ramos terminales de la aorta abdominal. Las mismas
se proyectan hacia abajo y lateralmente hasta alcanzar el nivel de las articulaciones
sacroilíacas, donde se dividen en arterias ilíacas interna y externa. Las ilíacas comunes
no emiten ramos colaterales, las ilíacas internas se ramifican ampliamente para irrigar las
paredes y los órganos de la cavidad pélvica; por último, las ilíacas externas se proyectan
hacia abajo en dirección al miembro inferior y al pasar por detrás del ligamento inguinal se
continúan en las arterias femorales. Es importante profundizar en estos contenidos a
través del estudio independiente según las orientaciones que aparecen en el CD.

La arteria femoral, continuación de la arteria ilíaca externa por debajo del ligamento
inguinal, se extiende a lo largo del muslo describiendo una trayectoria en espiral: su parte
superior se encuentra en el triángulo femoral en la superficie anterior del muslo,
acompañada de la vena y del nervio femorales, su parte media ocupa una posición medial
y penetra hacia abajo en el canal de los aductores, para aparecer por el ángulo superior
del rombo poplíteo por detrás de la articulación de la rodilla; ahora con el nombre de

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arteria poplítea. Durante su trayecto el ramo de mayor calibre que emite es la arteria
femoral profunda.
La arteria poplítea se divide en sus dos ramos terminales: las arterias tibiales anterior y
posterior.

La arteria tibial anterior desde el hueco poplíteo perfora la membrana interósea de la


pierna y desciende entre los músculos anteriores de esta región, continuándose
superficialmente en la arteria dorsal del pie, vaso de importancia médica por las
posibilidades de lesiones y para la exploración del pulso arterial a ese nivel. La arteria
tibial anterior emite ramos finos para las articulaciones de la rodilla y del tobillo, además
de aquellos que irrigan parte de la musculatura y piel de la pierna.

La arteria tibial posterior desciende entre los músculos posteriores de la pierna y se sitúa
por detrás y por debajo del maleolo medial, sitio donde puede explorarse su pulso, y llega
entonces a la planta del pie donde se divide en los ramos plantares medial y lateral.

Las estructuras del dorso del pie son irrigadas mediante ramos de la arteria dorsal del pie;
los de mayor significación son la arteria arqueada y el ramo plantar profundo, el cual
establece comunicación con las arterias plantares.

Las estructuras de la planta del pie son irrigadas por ramos de las arterias plantares
medial y lateral, ramos terminales de la arteria tibial posterior. Debe destacarse la
significación funcional del arco arterial, formado por las arterias plantar lateral y el ramo
plantar profundo de la dorsal del pie; el cual asegura la irrigación de las estructuras del pie
desde ambas arterias tibiales, aún en situaciones de compresión.
Una vez orientado el estudio de las características morfofuncionales macroscópicas de las
arterias de la circulación mayor, estamos en condiciones de abordar el estudio de las
venas.

Toda la sangre distribuida por el organismo a través del sistema arterial de la circulación
mayor, excepto las coronarias, regresa al corazón siguiendo el cauce venoso del sistema
de las venas cavas superior e inferior o de la porta hepática, cuyas características
morfofuncionales macroscópicas serán estudiadas a continuación.

El sistema de la vena cava superior está constituido por el conjunto de venas a través de
las cuales es drenada la sangre procedente de la cabeza, cuello, miembros superiores y
parte de las paredes del tronco hacia el atrio derecho. Su tronco venoso principal es la
vena cava superior con una longitud promedio de 5 a 6 centímetros, formado por la
confluencia de los troncos venosos braquiocefálicos izquierdo y derecho por detrás de la
primera articulación esternocostal derecha; quedando situado a la derecha y algo por
detrás de la aorta ascendente.

Los troncos venosos braquiocefálicos se forman por la unión de las venas subclavia y
yugular interna de cada lado por detrás de la articulación esternoclavicular
correspondiente.

La vena yugular interna es el vaso principal para el drenaje de la sangre de las estructuras
intracraneales. Se extiende profundamente por la parte lateral del cuello desde el agujero
yugular de la base del cráneo hasta su unión con la vena subclavia correspondiente. En
este trayecto se acompaña de la arteria carótida interna primero y luego de la carótida
común, así como del nervio vago. Recibe otros afluentes al descender por la parte lateral
del cuello, según se observa en la imagen.

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La sangre procedente de estructuras más superficiales del cuello drena a través de las
venas yugulares anteriores y externas, las cuales generalmente desembocan en las
venas subclavias.
La vena subclavia es continuación directa de la vena axilar y drena la sangre procedente
de los territorios irrigados por ramos directos de las arterias del mismo nombre; así como
de la parte libre del miembro superior. Ambas venas se sitúan por delante y medialmente
respecto a las arterias homónimas, en estrecha relación con el plexo braquial.

La vena axilar se forma por la unión de las venas humerales de cada lado. A ella llega
sangre desde la parte libre del miembro superior a través de venas profundas que
acompañan en número de dos a cada arteria y que llevan sus mismos nombres; y de una
red de venas superficiales que se inicia en la parte distal del miembro.

Las venas superficiales del miembro superior se inician en el dorso de la mano en un


grupo de vasos más o menos cortos que confluyen entre sí y se organizan en sentido
craneal en dos grandes venas situadas en los bordes medial o ulnar y lateral o radial del
antebrazo y después en el brazo en los surcos bicipitales lateral y medial: las venas
cefálica y basílica respectivamente.
La vena cefálica, situada en el surco bicipital lateral del brazo desemboca en la vena
axilar; mientras que la vena basílica se sitúa en el surco bicipital medial del brazo y
desemboca en las venas humerales o braquiales que acompañan a la arteria de igual
nombre.
Es importante precisar que ambas venas superficiales se comunican entre sí por delante
de la articulación del codo, mediante un tronco venoso llamado vena mediana cubital, en
la cual desembocan otras venas más finas procedentes de la superficie anterior del
antebrazo y la mano. Esta vena tiene gran significación práctica desde el punto de vista
médico como vía para la extracción de sangre y la administración de medicamentos.

Las venas ácigos y hemiácigos se inician en las venas lumbares ascendentes derecha e
izquierda respectivamente, en la pared abdominal posterior; atraviesan el diafragma y
acompañan a la columna vertebral por ambos lados en dirección craneal.
La vena ácigos recibe sangre de las venas lumbares e intercostales posteriores derechas
y de estructuras del mediastino; y desemboca en la vena cava superior cruzando por
encima del bronquio principal derecho a nivel de la cuarta o quinta vértebra torácica.
La vena hemiácigos recibe sangre de las venas lumbares e intercostales posteriores más
inferiores del lado izquierdo; así como de estructuras del mediastino. Asciende por el lado
izquierdo de la columna vertebral y a la altura de la séptima u octava vértebra torácica gira
hacia la derecha y termina desembocando en la vena ácigos. Las venas intercostales
posteriores más superiores del lado izquierdo drenan en la hemiácigos a través de la
vena hemiácigos accesoria.

El sistema de la vena cava inferior está constituido por un conjunto de venas de diferente
calibre que permiten el drenaje desde los miembros inferiores, las paredes y los órganos
de la pelvis, una parte de las paredes del abdomen y los órganos pares de la cavidad
abdominal. Su tronco venoso principal es la vena cava inferior, la vena de mayor calibre
del organismo, formada por la unión de las venas ilíacas comunes; situada a la derecha
de la aorta abdominal y extendida desde el nivel de la cuarta vértebra lumbar hasta el
orificio de la vena cava inferior del diafragma.

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Las venas ilíacas comunes se forman por la unión de las venas ilíacas interna y externa, a
través de las cuales reciben sangre desde los órganos y paredes de la pelvis y de la parte
libre del miembro inferior.

Obsérven en esta imagen la disposición de los vasos venosos en la pared rectal y sus
relaciones con la vena ilíaca interna. Tienen particular significación las venas del canal
anal como sitio de asiento de dilataciones varicosas llamadas hemorroides.

El drenaje venoso de la parte libre del miembro inferior se realiza a través de venas
profundas y superficiales.
Las venas profundas acompañan en número de dos a cada arteria del pie y la pierna y en
una relación de una a una para las arterias poplítea y femoral como se ilustra en la
imagen.

Las venas superficiales se disponen por debajo de la piel conformando dos troncos
venosos principales: safenas magna y parva.
La vena safena magna, se inicia hacia la parte medial del dorso del pie y asciende por la
superficie medial de la pierna y del muslo hasta desembocar en la vena femoral a nivel del
hiato safeno.
La vena safena parva, se inicia en la parte lateral del dorso del pie y asciende por la parte
posterior de la pierna hasta desembocar en la vena poplítea.
Entre ambas venas existen numerosas anastomosis y son sitio frecuente de formación de
várices.

El sistema de la vena porta hepática drena sangre procedente de los órganos impares de
la cavidad abdominal excepto el hígado, que lo hace directamente a la vena cava inferior.
Su tronco venoso principal es la vena porta, formada por la confluencia de las venas
mesentéricas superior e inferior con la lienal, por detrás de la cabeza del páncreas. La
misma se proyecta hacia arriba y a la derecha entre ambas hojas del omento menor,
acompañada de la arteria hepática y el conducto colédoco, hasta atravesar el hilio
hepático.

Entre los distintos sistemas venosos estudiados se establecen numerosas anastomosis


que se agrupan para su estudio en:
Anastomosis cava / cava.
Anastomosis porto / cava superior.
Anastomosis porto / cava inferior.
Es importante señalar que éstas funcionan como vías complementarias, y en ocasiones
decisivas para el retorno venoso de determinadas regiones del cuerpo, cuando existe
compresión de troncos venosos importantes como ocurre en el curso de la cirrosis
hepática.

Después de orientado el estudio de estos contenidos, arribamos a las siguientes


conclusiones:
Las arterias de la circulación mayor conforman un sistema de conductos de ramificación
continua que garantiza en condiciones normales la llegada de sangre hasta las redes
capilares de todos los tejidos del organismo.
Cada sistema venoso de la circulación mayor está relacionado con el drenaje de una
parte específica del cuerpo, a la vez que las anastomosis existentes entre ellos les
permite funcionar como un todo.

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