Está en la página 1de 5

El uso inadecuado de la eutanasia

La eutanasia es un término que ha venido tomando relevancia en el mundo, pues cada día

es más común hablar de ella y todo lo que implica, siempre relacionando el concepto con la

muerte digna, sin embargo, la verdad es que esta palabra ha sido utilizada muy a la ligera en los

debates en los que se habla sobre los derechos a morir que tienen las personas, especialmente

pacientes con enfermedades terminales o personas terminadas1, puesto que se malinterpreta el

significado correcto de eutanasia y muerte digna en la sociedad. Por tal motivo, es necesario

hablar de ambos términos teniendo claro sus significados y sus implicaciones legales, morales, y

éticas; tanto en la familia de aquel que decide proceder a la eutanasia como del doctor que lleva a

cabo el procedimiento.

La muerte digna es sinónimo de eutanasia, pero el uso inadecuado del término hace que

actualmente haya cierto recelo frente a este, por eso es importante empezar a transformar el

concepto que se tiene de eutanasia devolviéndole su verdadero significado y dejando de lado

todos los trasfondos negativos infundados, con el fin de que los debates que se dan frente al tema

sean objetivos y vistos desde el punto de vista de los derechos de los pacientes, y no desde los

problemas morales y éticos que la mala interpretación de la palabra conllevan actualmente.

La palabra eutanasia es una palabra de origen griego, la cual tenía un sentido lleno de

valor e importancia que no estaba siempre relacionada con alguna enfermedad.

La eutanasia se constituyó en objeto de deseo y de petición de todas las personas

sensatas, pues se refería a una muerte buena, en la que se han atenuado los sufrimientos

1
Persona lesionada o enferma no terminal con invalidez grave y permanente y dependencia de otros. Que por su
enfermedad y evolución previsible se considera a sí misma persona terminada.
extremos; de ninguna manera era una muerte provocada bajo la premisa de la compasión, ni

una muerte decidida por los médicos. (Barreto Vaquero, 2004, pág. 3)

Sin embargo, a pesar de tener un significado lleno de bondad y gloria, terminó

convirtiéndose en lo que es ahora a raíz de la Segunda Guerra Mundial, pues fue allí donde se

tergiverso por completo el término de eutanasia, el cual era usado por los nazis para justificar la

muerte de miles de discapacitados físicos y mentales, supuestamente hechas por piedad (2004,

pág. 3); cuando en realidad semejante acto solo corresponde a la distanasia 2. A raíz de esta

equivocación desde entonces la eutanasia ha estado siempre relegada a un acto que atenta contra

el orden natural de la vida generando así, que aquellos que desean acceder a una muerte digna se

vean enfrascados en un debate moral y ético que desde el principio no debería existir.

La muerte digna y la eutanasia son dos términos que no pueden dejar de mezclarse, pues

bajo la premisa del significado original de eutanasia, estas dos son lo mismo, pero es necesario

entender que la verdadera eutanasia no debe adelantar la muerte y su proceso natural, sino

permitirle al paciente llegar a este momento con la paz y la tranquilidad necesaria para afrontar

su destino, es por eso que los cuidados paliativos, es decir, “el cuidado activo y total de los

pacientes aliviándoles el dolor y otros síntomas y dando solución a sus problemas sociales,

emocionales y espirituales” (Soberón & Feinholz, 2008, pág. 68) son los que deberían tenerse en

cuenta como eutanasia, puesto que responden a la definición original de la misma.

De por sí, la eutanasia (en el sentido de una muerte digna y sin dolor) ha sido bien

recibida por las personas, por ejemplo, en Oregón, el único Estado de Estados Unidos que tiene

aprobada la eutanasia y el suicidio asistido, la gente aceptó estas opciones para morir debido a

2
Muerte con sufrimiento, sin dignidad, fuera del orden natural.
que ellos consideraban que la imposibilidad de gozar la vida, la perdida de dignidad y de

autonomía; eran suficientes razones para solicitar morir dignamente sin necesidad de pasar por el

calvario de una unidad de cuidados intensivos o de la prolongación de la vida por medio de la

tecnología, las cuales podían generar dolores y malestares que no estaban dispuestos a soportar

(2008, pág. 203), por lo que los cuidados paliativos se convierten en la mejor opción para que las

personas accedan a la muerte digna sin sufrimiento.

Sin embargo hay doctores que no tienen en cuenta esta definición y su implicación social,

y por el contrario siguen centrados en el dilema ético que les genera la eutanasia, debido a que

ellos al momento de empezar a ser doctores hacen el juramento hipocrático el cual reza que

“deben respetar la vida y ‘No dar… una droga mortal a nadie, si me lo solicitaren, ni sugerir…

este efecto’” (Gutiérrez Jaramillo, 1997, pág. 157), pero la verdad es que más allá de los

problemas que les pueda general moralmente, la vida del paciente prima, y si para que viva bien

debe morir, la eutanasia es la respuesta.

Por eso es importante que el término eutanasia esté bien utilizado, de esa manera los

doctores pueden librarse de la dicotomía ética que genera la malinterpretación de la eutanasia,

que además de ser confundida con distanasia, también debe luchar con la definición de activa y

pasiva, que simplemente no corresponden a la realidad del concepto. La eutanasia no es la

eutanasia activa, la cual implica que el médico aplicará medicamentos que alivien su dolor,

permitiéndole permanecer consciente de su realidad y de su entorno, pero que al final terminarán

haciendo que muera por causas no naturales (Palacios , 2009, pág. 70); la cual sí podría implicar

un problema ético con el juramento hipocrático que realizan los médicos.

En Colombia, uno de los cinco países en los cuales la eutanasia es permitida desde 1997,

la decisión se logró debido a que la vida digna también debe incluir la posibilidad de morir
dignamente (Mazariegos, 2019), puesto que la muerte hace parte de la vida, de hecho, es lo único

seguro que existe en ella, y bajo esta premisa todos los médicos deberían actuar. Es necesario

entender que la eutanasia, en el sentido estricto de la palabra, es algo que todos tenemos derechos

a pedir porque la muerte afecta nuestra vida, pero es importante tener en cuenta que:

Pertenecemos a una sociedad, a una familia y nuestras decisiones afectarán siempre a otros.

La autonomía absoluta afectará la integridad propia y la de otros seres. La autonomía de cada

uno podrá tropezar con la autonomía del otro. Cuando un paciente pide que se termine con su

vida, tiene que contar con la autonomía y la conciencia moral de su médico y de sus seres

queridos. (Gutiérrez Jaramillo, 1997)

Por eso, aunque la eutanasia es una decisión sobre la vida propia, la sociedad debe

cambiar el concepto errado de la palabra, porque esto afecta a las familias que siguen creyendo

en la malinterpretación del concepto y se enfrentan a la decisión de su familiar de querer acceder

a la muerte digna.

La muerte digna y la eutanasia son lo mismo y su concepto es algo que debe aceptarse

con más facilidad en la sociedad, puesto que la muerte es parte esencial de la vida, para eso es

importante implementar debates reales del significado de eutanasia, para que así el discurso

frente a la muerte bajo estas condiciones sea objetivo y no se vea mediado por temas éticos y

morales que no deberían entrar en la discusión al no ser significativos a la hora de decidir sobre

la vida de una persona que se encuentra con enfermedades terminales o son personas terminadas.
Bibliografía
Barreto Vaquero, D. (enero - marzo de 2004). Reflexiones en torno a la eutanasia como problema de
salud pública. Revista Cubana de Salud Pública, 30(1), 87 - 91. Recuperado el 8 de julio de 2020,
de https://www.redalyc.org/pdf/214/21430110.pdf

BBC News Mundo. (7 de junio de 2019 ). Qué son la eutanasia pasiva y activa y en qué se diferencian del
suicidio asistido. BBC . Recuperado el 8 de julio de 2020, de
https://www.bbc.com/mundo/noticias-48551092

Gutiérrez Jaramillo, J. (1997). Eutanasia activa en pacientes terminales. Colombia Médica, 28(3), 157 -
160. Recuperado el 8 de julio de 2020, de https://www.redalyc.org/pdf/283/28328308.pdf

Mazariegos, M. (3 de junio de 2019). ¿Cómo llegó Colombia a ser uno de los pocos países del mundo que
permiten la eutanasia? (J. Caraballo, Ed.) Radio Ambulante. Recuperado el 8 de julio de 2020, de
https://radioambulante.org/extras/eutanasia-colombia

Palacios , M. (2009). Soy mi dignidad, Eutanasía y suicidio asistido (primera ed.). LibrosEnRed .
Recuperado el 8 de julio de 2020, de
https://books.google.com.co/books?hl=es&lr=&id=ijgjtpE8n4IC&oi=fnd&pg=PA66&dq=eutanasi
a+LIBROS&ots=zBmOYfBlXx&sig=snEEtJyQEvE0ijsyWaHYB12mmv0#v=onepage&q=no%20es%20
&f=false

Soberón, G., & Feinholz, D. (2008). Muerte digna, una oportunidad real (primera ed.). México DF,
México: Comisión Nacional de Bioética. Recuperado el 8 de julio de 2020, de http://conbioetica-
mexico.salud.gob.mx/descargas/pdf/publicaciones/memorias/muertedigna.pdf#page=199

También podría gustarte