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Valentina Fuenzalida.
Christine Yáñez.
Curso: 2° Medio A
Asignatura:
Profesora:
Tabla de contenido
La Eutanasia......................................................................................................................................... 3
1. Origen de la eutanasia............................................................................................................. 4
2. Historia mundial de la eutanasia. ............................................................................................ 5
3. Historia nacional...................................................................................................................... 9
4. Divisiones y soluciones. ......................................................................................................... 10
5. Importancia del tema. ........................................................................................................... 19
6. Estadísticas y datos. .............................................................................................................. 19
29 países la prohíben y 9 la permiten ........................................................................................... 20
7. Relación y dinámica social. .................................................................................................... 25
8. Soluciones al tema. ............................................................................................................... 26
9. Leyes o normativas a nivel país. ............................................................................................ 29
10. Postura grupal ....................................................................................................................... 29
La Eutanasia
El término eutanasia deriva de los vocablos griegos "eu" cuyo significado es bueno y de
"thanatos" que significa muerte, por consiguiente, su significado etimológico es "buena muerte".
En el transcurso de la historia al término se le han ido atribuyendo diferentes significados, "muerte
rápida y sin dolor", "muerte tranquila, fácil, suave, natural". De acuerdo a lo que señala la
Organización Mundial de la Salud (OMS), así como la Asociación Médica Mundial (AMM), acepta
como definición de eutanasia: “el acto deliberado de poner fin a la vida, a petición propia o de
algún familiar” (Sierra, 2007) (Asociación Médica Mundial, 2002). Por su parte, la Real Academia
de la Lengua Española define la eutanasia como “acción u omisión que, para evitar sufrimientos a
los pacientes desahuciados, acelera su muerte, con su consentimiento o sin él” (Sociedad Médica
de Santiago, 2011).
Cualquier muerte que sea acompañada por el sufrimiento es considerada como indigna
en la mentalidad de la sociedad de hoy. En este contexto, la muerte sin dolor puede ser provocada
por la administración de una droga con la intención de finalizar la vida y al mismo tiempo el
sufrimiento. Esta intervención activa se selecciona porque acaba rápidamente con la vida del
enfermo y se propone hacerlo cuando no hay posibilidad decoración y el enfermo ha manifestado
su deseo de no continuar viviendo. Para muchos otros, el derecho a la muerte con dignidad
implica la no aplicación o la interrupción de terapias de soporte vital para enfermos terminales,
para permitir que el enfermo sucumba por la enfermedad, de esta forma liberándolo de la
esclavitud del llamado "encarnizamiento terapéutico", que consiste en tratarla enfermo con
terapias excesivas por no tener ya ninguna efectividad y someterlo a un prolongado sufrimiento.
Ha habido también un debate sobre el alcance del término eutanasia.
1. Origen de la eutanasia
Los seres humanos deben tener el derecho de poder decidir cuándo y cómo mueren
(autodeterminación).La eutanasia permite a una persona morir con dignidad y en control de su
situación. La muerte es un asunto privado y el estado no debe interferir con el derecho del
individuo a morir.
Es caro mantener a las personas vivas cuando no hay cura para su enfermedad. La
eutanasia liberaría recursos preciosos para tratar a las personas que podrían vivir.
La familia y los amigos se ahorrarían el dolor de ver a su ser querido sufrir una muerte
prolongada.
La sociedad permite que los animales sean sometidos como un acto de bondad cuando
están sufriendo; El mismo tratamiento debe estar disponible para los humanos.
El suicidio asistido significa que el médico provee los medios necesarios para que el
paciente finalice su vida. La eutanasia activa significa que el médico administra personalmente una
droga letal. La muerte se busca para finalizar una vida que ha llegado a ser intolerable por el
sufrimiento a causa de que el paciente no quiere continuar viviendo o porquera vida ha adquirido
tal condición mínima que no merece ser considerada digna. A partir de esto se ha logrado una
clasificación -no exenta de polémica y desacuerdo- que divide en eutanasia activa y pasiva,
pudiendo estas categorías clasificarse, a su vez, en voluntarias o involuntarias. Por otra parte,
también se distinguen los conceptos eutanasia indirecta y suicidio asistido.
Existen, además, otras figuras jurídicas similares a la eutanasia, como es el “Suicidio Asistido”,
consistente en proporcionar a una persona, en forma intencionada y con su autorización, los
medios o procedimientos para suicidarse (Marciá, 2008).
Las prácticas eutanásicas y el suicidio por motivos altruistas, eran bastante frecuente en
los pueblos primitivos, pudiéndose destacar tres categorías: suicidios de hombres una vez han
llegado a la vejez o son atacados por una enfermedad; suicidios de mujeres a la muerte de su
marido; suicidios de clientes o servidores a la muerte de sus jefes.
Tanto en Grecia como en Roma, hubo numerosos defensores y algún detractor de la
eutanasia, como lo atestiguan numerosos documentos y testimonios literarios.
Séneca, basándose en que la ley eterna fija un solo modo de iniciar la vida, pero varios
para salir de ella, nos ha transmitido su opinión al respecto cuando dice "es al hombre a quien
corresponde decidir libremente sobre el sentido y su capacidad de soportar su existencia en el
cuerpo", "no se debe ni querer demasiado a la vida ni odiarla demasiado, sino buscar un término
medio y ponerle fin cuando la razón lo aconseje", "no se trata de huir de la vida sino de saber
dejarla" o "es preferible quitarse la vida, a una vida sin sentido y con sufrimiento".
Epíteto ve la muerte como una afirmación de la libertad. "la vida a veces no tiene rumbo
alguno y solo provoca sufrimientos tanto para el enfermo como para sus familiares, es por lo que
el enfermo tiene el derecho a decidir".
Marco Aurelio, en su Libro III "una de las funciones más nobles de la razón consiste en
saber si es o no, tiempo de irse de este mundo".
En la Edad Media la Iglesia Católica siguió condenando el suicidio, y por tanto la eutanasia,
por atentar contra: el amor debido a sí mismo, la sociedad y el derecho exclusivo de Dios sobre la
vida del hombre, y además ordenó la confiscación de todas las propiedades del suicida y todo tipo
de humillaciones para el cadáver. Sin embargo, no logró suprimirlo del todo, puesto que en
determinadas circunstancias se siguió produciendo, en las ordalías medievales se utilizaba un
puñal corto y afilado para "rematar" a los heridos sin posibilidad de curación, que recibía, no por
casualidad, el nombre de "misericordia".
En 1605 Francis Bacon introduce por primera vez, la actual concepción de eutanasia: "la
acción del médico sobre el enfermo incluyendo la posibilidad de apresurar la muerte".
David Hume, (1711 a 1776) justifica la eutanasia cuando dice "si el disponer de la vida
humana fuera algo reservado exclusivamente al todopoderoso, y fuese infringir el derecho divino
el que los hombres dispusieran de sus propias vidas, tan criminal sería el que un hombre actuara
para conservar la vida, como el que decidiese destruirla".
Los Utilitaristas, a finales del siglo XVIII y en el XIX, en su pensamiento mantienen que
cualquier acción es moralmente buena cuando produce mayores beneficios que perjuicios, y por
lo tanto, el valor ético de la conducta está determinado por el carácter práctico de los resultados.
Bentham identifica el "bien" con el placer o la felicidad, y el "mal" con el dolor o la infelicidad y
defiende "el mayor bien para el mayor número de gente". En relación a la eutanasia su
posicionamiento está basado en que será mayor el bien y la felicidad, tanto para el enfermo como
para su familia, si se ayuda al enfermo a morir de una forma digna, que si se le ayuda a prolongar
el sufrimiento.
Karl Binding y Alfred Hoche en 1920 utilizan el término eutanasia, para proponer la muerte
de personas social y económicamente inadaptadas como los enfermos mentales o minusválidos.
A finales de 1939, Hitler autorizó, por primera vez, la aplicación de la eutanasia, a un niño
ciego, deficiente mental, y con sólo dos extremidades, que se encontraba ingresado en una clínica
de Leipzig. En 1939 la Alemania Nazi aprobó una norma por la que se obligaba a informar a las
autoridades, del nacimiento de niños con defectos físicos, y tres peritos decidían si el niño debía o
no seguir viviendo. Poco después, Hitler dictó las normas legales que legitimaron la eutanasia en
Alemania. Por primera vez en la historia, una autoridad política, emanada de unas elecciones
democráticas, aprobaba la supresión de "vidas humanas sin valor".
3. Historia nacional.
Aún está fresco el recuerdo de Valentina Maureira, joven de 14 años que en el verano del
2015 pidió la eutanasia a la ex Presidenta Michelle Bachelet por padecer fibrosis quística y cuyo
deceso se produjo en mayo del mismo año.
Pese a que desde el año 2004 se han presentado varios proyectos de ley, aún no existe la
figura de la muerte asistida en el país. En Chile, ambas posibilidades están prohibidas. La
restricción se hace manifiesta en la Ley que regula los Derechos y Deberes del Paciente que data
del 2012, y establece que “ningún rechazo a tratamientos podrá tener como objetivo la
aceleración artificial de la muerte, la realización de prácticas eutanásicas o el auxilio al suicidio”.
Pese a lo tácito del artículo normativo, desde hace aproximadamente 15 años que se ha
intentado legislar sobre la muerte asistida.
En agosto de 2018 con ocho votos a favor, cuatro en contra y una abstención, diputados
de la Comisión de Salud dieron el sí sobre la idea de legislar sobre el tema, sin embargo, y hasta la
fecha, no se han visto avances desde entonces.
4. Divisiones y soluciones.
Los defensores de la eutanasia consideran que el respeto por la autonomía de las personas
requiere el reconocer su derecho a decidir cómo vivir sus vidas. Esto incluye el proceso de la
muerte y la habilidad de elegir el destino propio. De tal forma que se propone el derecho de evitar
el sufrimiento intolerable ejerciendo un control sobre la forma de morir. Lo que está en juego es
ser libre para tomar responsabilidades sobre la propia vida, parte de la cual la constituye la
muerte. Cada persona tiene un nivel de tolerancia para el sufrimiento y por tanto no existe una
respuesta objetiva que se pueda aplicar a todos acerca de cuándo la vida se hace insoportable. Por
ello es necesario que el paciente se manifieste ejerciendo su autonomía. Algunos autores creen
que existe el derecho a cometer suicidio y que no debe haber restricciones irrazonables sobre la
forma en que uno puede ejercer este derecho.
Respuesta crítica: La compasión de que hablan aquellos que defienden la eutanasia refleja
una visión distorsionada de esta actitud. La verdadera compasión no puede ser eliminar al
que sufre, sino buscar el aliviar la causa del sufrimiento. De otra forma, se devaluaría la
vida de los enfermos. Además la compasión es una cualidad espiritual que significa "sufrir
con", estar presente al que sufre, no se trata de un principio o una razón auto justificante.
El elegir el suicidio asistido corta toda posible relación y los lazos que nos unen a las
personas que nos acompañan en los momentos difíciles de la cercanía de la muerte.
Además procurar la muerte por eutanasia no es competencia dela profesión médica.
Asistir al suicidio no es consistente con el compromiso del médico a curar y tratar la
enfermedad, va en contra de los códigos tradicionales de ética médica (promesa
hipocrática, Asociación Mundial de la Salud). Aceptar esto llevaría a una desconfianza de
las personas en general hacia los médicos. El profesional de la salud también tiene su
autonomía y no debe ser presionado para actuar en contra de los valores profesionales.
El argumento de que el principio del doble efecto es una forma de eutanasia activa.
A los médicos se les permite dar dosis en aumento de narcóticos cuando el dolor es severo
o al menos se presume, siempre que la intención sea aliviar el sufrimiento, a sabiendas de que
estas drogas pueden afectar la respiración y acelerar la muerte. Se argumenta que si la muerte de
la persona que desea morir no es un mal que se inflige a la misma, entonces la doctrina del doble
efecto no tiene relevancia para la permisividad de la eutanasia voluntaria.
Respuesta crítica: Se puede proveer un cuidado óptimo paliativo para aliviar el dolor a la
mayor parte de los enfermos terminales. Las unidades de cuidado paliativo constituyen un
ejemplo de cómo es posible proveer una existencia lo más confortable posible al final de la
vida con cuidados de soporte que incluyen una atención integral a la persona. El legalizar
la eutanasia desviaría los esfuerzos y los avances que se han logrado en el manejo del
dolor y el cuidado paliativo hacia el camino fácil de acabar rápidamente con los enfermos
difíciles por medio de la eutanasia. Por otra parte, el acelerar la muerte por intervenciones
paliativas de manejo del dolor en pacientes terminales es aceptado ética y legalmente
siempre que la intención del médico sea aliviar el dolor y otros síntomas y no el producir la
muerte. Los médicos deben tener cuidado de no introducir drogas como la morfina en
grandes dosis, sin darle tiempo al paciente de que desarrolle tolerancia, ya que puede
deprimir la respiración. Una sedación desproporcionada, además, puede causar la
interrupción de la alimentación y la hidratación del paciente, que morirá de hambre o sed
en un estado de inconsciencia. En este caso, la eutanasia puede hacerse de una forma
escondida y es efectuada por una acción u omisión que conduce a la muerte del paciente.
A esta forma encubierta de eutanasia se la denomina "criptoeutanasia". Éticamente, el
médico debe buscar el método de alivio del dolor que tenga menos riesgo de abreviar la
vida y todavía liberar al paciente de sufrimiento innecesario.
El argumento del deber de no imponer cargas pesadas a los parientes y seres queridos.
John ha argumentado que cuando la Medicina moderna nos permite sobrevivir por mucho
más tiempo del que podemos cuidarnos a nosotros mismos, existe un deber o responsabilidad de
morir en consideración a los seres queridos, en quienes recae el peso económico, para no
imponerles cargas pesadas. En una sociedad en que la disponibilidad de recursos para la práctica
médica se halla muy restringida, puede no ser ético el embarcarse en tratamientos
extremadamente caros para enfermos terminales. David Tomasa considera que podría llegarse a
considerar ético el pedir suicidio asistido o eutanasia por amor a los parientes cercanos,
considerando que en la doctrina cristiana hay instancias en que matar está justificado y a que se
puede considerar que la aceptación de Cristo de la cruz, o la aceptación de la muerte de los
mártires, es un acto equivalente al suicidio, ya que pudiendo evitar la muerte, la aceptaron,
donando su vida por los demás.
Respuesta crítica: Permitir que el médico asista al suicidio de enfermos terminales dejará
un impacto en otras personas que sufren por enfermedad, edad o debilidad. Esto
devaluaría las vidas de estas personas, que podrían verse presionadas a que ejerzan el
suicidio asistido. Mayor presión es ejercida si existen dificultades económicas, pero el
simple hecho de sugerir esto al enfermo es un signo de falta de generosidad. Los enfermos
terminales perderían los lazos con las personas que les acompañan en los últimos
momentos de la vida, tendrían que justificar su decisión de mantenerse vivos, en vez de
aceptar que la familia y la comunidad tienen el deber de cuidar a la persona hasta el final,
aunque resulte una carga y un sacrificio. El gesto de solidaridad que se pide a las personas
que acompañan al enfermo es liberarlo de presiones extras, ya tiene suficiente con la
enfermedad. Ayudar a descubrir, a través del sufrimiento, el significado de la vida en su
condición presente, puede liberar al enfermo del sentimiento de abandono y
desesperación que significa encarar la muerte. Para que un enfermo se sienta tratado con
dignidad, debe tener confianza en que las personas que lo acompañan van a estar con él
hasta el final y proteger su derecho a la vida. Tampoco se puede interpretar la aceptación
voluntaria de la muerte de Cristo como un acto de suicidio. Como ha señalado Tristán
Engel hardt, Cristo nos ha enseñado que la vida tiene como meta la unión con Dios y su
cruz fue una forma de ofrecimiento a Dios. El suicidio, en cambio, es un acto en que la
persona se vuelve sobre sí misma y busca la muerte sin perseguir dicha unión. Los mártires
nunca aceptaron la muerte bajo la premisa de evitar una carga sobre ellos mismos o sobre
sus parientes o hermanos en la fe. Al contrario, aceptaron con humildad la indignidad y el
sufrimiento de su muerte por una causa superior, la unión con Dios. Este criterio no tiene
nada que ver con la eutanasia o el suicidio.
La importancia de la eutanasia es que esta abre debates a nivel mundial, no solo afecta
como país si no cada uno de los países que componen el planeta tierra, por ello es un tema en el
que está en constante debate, ya que es algo literalmente de vida o muerte, y uno de los temas
más difíciles de resolver tanto a nivel individual como social.
Hay quienes piensan como un ser autónomo, se debe tener el derecho de tomar
decisiones que conciernen a la vida, incluyendo como y cuando terminarla. Y no solo impuesta por
personas externas la cual muchas veces no dimensionan la verdadera problemática y dolencias
que afectan a los que padecen las diferentes enfermedades, ni el dolor tanto a nivel individual
como familiar que se padece por ello es fundamental plantear y cuestionar por qué debería de
existir la eutanasia en los diferentes países de acuerdo a las necesidades sociales que estos tengan
y los recursos disponibles como país, así entregando una muerte digna para quienes la necesitan.
6. Estadísticas y datos.
La eutanasia se ha convertido en una nueva lucha por la vida a nivel mundial. Su legislación
y aplicación difiere de un país a otro. Por el momento son más los países que no la permiten que
los que sí, pero estos últimos están imponiendo el debate en la agenda mundial y están
consiguiendo grandes apoyos en diferentes niveles.
29 países la prohíben y 9 la permiten
En 29 países la eutanasia activa está penada y perseguida por ley. La eutanasia pasiva (no
suministrar los medicamentos necesarios por petición del paciente) está prohibida también en
algunos casos aunque en la mayoría de ellos no es ilegal. El derecho del paciente a elegir o no
tomar un tratamiento prima sobre la vida del mismo.
Alemania: El suicidio asistido y la eutanasia pasiva son legales, pero la eutanasia activa
está prohibida.
Argentina: La eutanasia no es un problema regulado. Los artículos 1 y 6 de la Ley 26742 de
2012 permiten el rechazo por parte del paciente de los procedimientos quirúrgicos,
preventivos o paliativos, la hidratación o la alimentación cuando son excesivos en
comparación con la perspectiva de mejoría.
Austria: La eutanasia activa y el suicidio asistido están prohibidos aunque se tolera la
eutanasia pasiva.
Canadá: La eutanasia pasiva es legal aunque la eutanasia activa es ilegal y se considera
asesinato.
En Letonia: por ejemplo, la eutanasia es ilegal pero tolerada
Chile: La Ley 20584 de 2012 (artículos 14 y 16) establece el derecho a rechazar el
tratamiento médico siempre que esto no conduzca a la eutanasia ni acelere la muerte.
Según el artículo 121 del Código Penal, se contempla una reducción en el castigo cuando el
crimen es impulsado por un valor social relevante (no especifica cuáles).
Dinamarca: La eutanasia pasiva es legal, pero se prohíbe la eutanasia activa y el suicidio
asistido.
España: La eutanasia no está autorizada, pero la ley reconoce el derecho de los enfermos
a rechazar la atención médica y expresar sus deseos en forma de testamento en vida. La
eutanasia y el suicidio asistido se consideran un delito según el artículo 143.4 del Código
Penal.
Estonia: Se permite la eutanasia pasiva, pero la eutanasia activa es ilegal. No hay
legislación específica.
Guayana: Sin regulación.
Guayana francesa: El 27 de enero de 2016, Francia aprobó una nueva ley de fin de vida,
que permite la sedación profunda para evitar el sufrimiento en pacientes terminales pero
que prohíbe la ayuda activa para morir a través de la eutanasia o el suicidio asistido.
Haití: Sin regulación.
Hungría: La eutanasia y el suicidio asistido no están permitidos, pero se permite la
eutanasia pasiva y el derecho de los enfermos a rechazar la atención médica.
Letonia: La eutanasia es ilegal, pero tolerada.
México: El artículo 15, sección III, de la Constitución mexicana lo excluye como acción
criminal con el consentimiento del bien jurídico del afectado. En 2008, se legalizó la
eutanasia pasiva.
Reino Unido: Se permite la eutanasia pasiva y la sedación paliativa y / o terminal, pero no
la eutanasia o el suicidio asistido aunque desde febrero de 2012, la justicia suaviza la
persecución de personas que han ayudado a morir a un familiar que lo ha solicitado.
Por el momento son sólo nueve países los que permiten la eutanasia en todos los niveles,
y en caso de que haya un limbo legal, no la persiguen. Es de esperar que el efecto dominó también
exista en esta práctica y muchas legislaciones la acepten tan solo por asimilación cultural de otros
países.
Los países más sonados son Bélgica y Holanda por ser pioneros y en los que ha habido gran
polémica por la mala praxis de algunos médicos.
Desde la sociedad se puede ver desde muchos puntos de vista ya que como se dijo con
anterioridad este puede ser a favor o en contra. Un elemento relacionado con la eutanasia
voluntaria es la libertad de cada individuo de decidir sobre su propia vida, ¿pero qué tan libre se
toma una decisión como aquella? Estudios demuestran que si se controlan los síntomas de la
agonía deterioro del estado de la conciencia o sensación de ahogo, el dolor, las alteraciones
respiratorias etc., los deseos de morir disminuyen en la mayoría de las casos, así la eutanasia
repercute en un ámbito diferente, se vuelve un tema de justica social, pues no todas las personas
cuentan con los recursos económicos para poseer las condiciones necesarias para una tener una
“muerte digna” con los cuidados paliativos adecuados, de hecho una de las razones más comunes
por las que una persona solicita la eutanasia voluntaria, se relaciona con no ser una carga
económica para sus familias, en estos casos lo que menos existe es la libre posibilidad de elegir, ni
apelando al sufrimiento.
Son más bien decisiones tomadas en torno a factores económicos. Lo anterior nos lleva a
pensar si es justo que en el caso dela pobreza, la eutanasia se vuelva la mejor opción, en vez de
buscar las medidas de justica social más adecuadas, para no sólo promover una vida digna sino
también una muerte digna, además cabe mencionar otro tema relacionado con la libertad, es el
caso de la eutanasia involuntaria, en la que nos podemos cuestionar hasta qué punto se tiene
derecho de tomar decisiones sobre la vida de otro, como es el caso la eutanasia de neonatos en
Holanda, o personas inconscientes de cualquier edad. Sin duda las situaciones que pueden o no
justificar la eutanasia son muy variadas, se debe de pensar las implicancias que pueden derivarse
de la aceptación de la generalización de este procedimiento considerando el contexto social y
cultural que actualmente predominan en nuestro país e invitar a la reflexión.
8. Soluciones al tema.
Una posible solución a la eutanasia son los cuidados paliativos los tienen como objetivo
ayudar a los pacientes con una enfermedad grave a sentirse mejor. Éstos previenen o tratan los
síntomas y efectos secundarios de la enfermedad y los tratamientos. Con los cuidados paliativos,
también se tratan problemas emocionales, sociales, prácticos y espirituales que la enfermedad
plantea. Cuando los pacientes se sienten mejor en estas áreas, tienen una mejor calidad de vida.
Los cuidados paliativos pueden brindarse al mismo tiempo que los tratamientos
destinados para curar o tratar la enfermedad. Usted puede recibir cuidados paliativos cuando se
diagnostica la enfermedad, durante todo el tratamiento, durante el control y al final de la vida.
Los cuidados paliativos se les pueden ofrecer a personas con enfermedades como:
Cualquier profesional de la salud puede brindar estos cuidados paliativos, pero algunos se
especializan en ellos. Como lo son:
Los cuidados paliativos los pueden ofrecer los hospitales, las agencias de atención médica
domiciliaria, las clínicas de oncología y las clínicas de convalecencia. El médico o el hospital pueden
darle los nombres de especialistas en cuidados paliativos cercanos a usted.
Una enfermedad grave afecta más que simplemente el cuerpo. Impacta todos los ámbitos
de la vida y de la vida de los miembros de la familia. Los cuidados paliativos pueden abordar estos
efectos de la enfermedad de la persona.
Dolor, Dificultad para dormir, Dificultad para respirar, Inapetencia y sentirse enfermo del
estómago.
Para entender que los cuidados paliativos son un tipo especial de servicios médicos que
ayudan a los pacientes a sentir un alivio del dolor, los síntomas y la angustia emocional que
provocan las enfermedades graves o los tratamientos para curarlas. Se trata de mucho más que
cuidados de alivio. El objetivo de los cuidados paliativos es mejorar el modo en que el paciente se
siente todos los días, así como también mejorar su calidad de vida durante el curso de una
enfermedad grave. Los cuidados paliativos pueden aplicarse junto con tratamientos cuyo objetivo
sea curar al paciente.
2. Este derecho debe ser ejercido en forma libre, voluntaria, expresa e informada, para lo
cual será necesario que el profesional tratante entregue información adecuada, suficiente y
comprensible3”. Agrega, además, que “En ningún caso, el rechazo a tratamientos podrá tener
como objetivo la aceleración artificial de la muerte, la realización de prácticas eutanásicas o el
auxilio al suicidio”. A pesar de lo que dispone el artículo 14, el artículo 15 da cuenta de que no se
requerirá la manifestación de voluntad, en tres situaciones claramente determinadas: a. En el caso
de que la falta de aplicación de los procedimientos, tratamientos o intervenciones suponga un
riesgo para la salud pública, de conformidad con lo dispuesto en la ley, debiendo dejarse
constancia de ello en la ficha clínica de la persona. b. En aquellos casos en que la condición de
salud o cuadro clínico de la persona implique riesgo vital o secuela funcional grave de no mediar
atención médica inmediata e impostergable y el paciente no se encuentre en condiciones de
expresar su voluntad ni sea posible obtener el consentimiento de su representante legal, de su
apoderado o de la persona a cuyo cuidado se encuentre, según corresponda; c. Cuando la persona
se encuentra en incapacidad de manifestar su voluntad y no es posible obtenerla de su
representante legal, por no existir o por no ser habido. En estos casos se adoptarán las medidas
apropiadas en orden a garantizar la protección de la vida. En el caso del enfermo terminal, el
artículo 16 establece que la persona que fuere informada de que su estado de salud es terminal,
“tiene derecho a otorgar o denegar su voluntad para someterse a cualquier tratamiento que tenga
como efecto prolongar artificialmente su vida, sin perjuicio de mantener las medidas de soporte
ordinario. En ningún caso, el rechazo de tratamiento podrá implicar como objetivo la aceleración
artificial del proceso de muerte”. “Este derecho de elección no resulta aplicable cuando, como
producto de la falta de esta intervención, procedimiento o tratamiento, se ponga en riesgo la
salud pública, en los términos establecidos en el Código Sanitario. De esta circunstancia deberá
dejarse constancia por el profesional tratante en la ficha clínica de la persona”.
El grupo conformado por, Benjamín Ortiz, Christine Yáñez, Pía Muñoz y Valentina
Fuenzalida, está plenamente de acuerdo con expresado anteriormente, tanto por sus motivos y
soluciones como por sus críticas y juicios de este.
Desde una perspectiva de lo que pasa con cada una de las personas que vivencian estas
enfermedades en las cuales solo piden la eutanasia esta se justificaría desde el punto de vista del
sufrimiento que padecen , pero como país está esta al debe de hace muchos años a pesar de los
proyectos de ley y de las reiteradas veces en que diferentes personas las cuales estan sufriendo y
solo piden un descanso digno, no han sido escuchados y esta sigue estando si revisión, o con votos
en contra en la cámara de diputados, somos un país en que le falta mucho a un en este ámbito
como en otros, critica mucho este tipo de procedimientos a pesar que es empleado en animales,
en cuanto al ser humano se ve como algo poco digno o aberrante, por pensar en la vida, pero al
pensar en una vida debemos pensar en una vida digna en la cual no se sufra cada segundo y cada
día, nadie está dispuesto a vivir con dolores insoportables, o con enfermedades en la cual no
puedes encontrar alivio, y tener una vida normal y feliz junto a los tuyos. Es un tema de bastante
discusión y ahí muchas posturas a favor como otras en contra, pero se debe considerar la opinión
de aquellos que padecen estos dolores en los cual no ven minutos de felicidad o de calma.