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La eutanasia

Integrantes: Pía Muñoz.


Benjamín Ortiz.

Valentina Fuenzalida.

Christine Yáñez.

Curso: 2° Medio A
Asignatura:
Profesora:
Tabla de contenido
La Eutanasia......................................................................................................................................... 3
1. Origen de la eutanasia............................................................................................................. 4
2. Historia mundial de la eutanasia. ............................................................................................ 5
3. Historia nacional...................................................................................................................... 9
4. Divisiones y soluciones. ......................................................................................................... 10
5. Importancia del tema. ........................................................................................................... 19
6. Estadísticas y datos. .............................................................................................................. 19
29 países la prohíben y 9 la permiten ........................................................................................... 20
7. Relación y dinámica social. .................................................................................................... 25
8. Soluciones al tema. ............................................................................................................... 26
9. Leyes o normativas a nivel país. ............................................................................................ 29
10. Postura grupal ....................................................................................................................... 29
La Eutanasia

El término eutanasia deriva de los vocablos griegos "eu" cuyo significado es bueno y de
"thanatos" que significa muerte, por consiguiente, su significado etimológico es "buena muerte".
En el transcurso de la historia al término se le han ido atribuyendo diferentes significados, "muerte
rápida y sin dolor", "muerte tranquila, fácil, suave, natural". De acuerdo a lo que señala la
Organización Mundial de la Salud (OMS), así como la Asociación Médica Mundial (AMM), acepta
como definición de eutanasia: “el acto deliberado de poner fin a la vida, a petición propia o de
algún familiar” (Sierra, 2007) (Asociación Médica Mundial, 2002). Por su parte, la Real Academia
de la Lengua Española define la eutanasia como “acción u omisión que, para evitar sufrimientos a
los pacientes desahuciados, acelera su muerte, con su consentimiento o sin él” (Sociedad Médica
de Santiago, 2011).

En los últimos años ha habido un considerable debate acerca de la etnicidad de permitir la


eutanasia activa voluntaria y el suicidio asistido para enfermos terminales. Existe una tendencia a
escribir en las revistas científicas en favor de aceptar la moralidad de la eutanasia en un esfuerzo
de conquistar el consenso público para su legalización. De hecho, en países como Holanda la
eutanasia ha sido descriminalizada desde hace tiempo; se han presentado leyes para su
descriminalización en Australia y en los Estados Unidos en el estado de Oregón, y es motivo de
debate en varios parlamentos a nivel mundial. El considerable avance de la Medicina en los
últimos años ha llevado a evaluar si es obligatorio usar todos los medios posibles para mantener a
una persona viva o si se ha de usar toda la terapia disponible, aun cuando hay pocas posibilidades
de obtener algún progreso. Se discute la cuestión del derecho a morir con dignidad. Para algunos,
morir con dignidad significa morir sin dolor por intervención médica directa o suicidio asistido.

Cualquier muerte que sea acompañada por el sufrimiento es considerada como indigna
en la mentalidad de la sociedad de hoy. En este contexto, la muerte sin dolor puede ser provocada
por la administración de una droga con la intención de finalizar la vida y al mismo tiempo el
sufrimiento. Esta intervención activa se selecciona porque acaba rápidamente con la vida del
enfermo y se propone hacerlo cuando no hay posibilidad decoración y el enfermo ha manifestado
su deseo de no continuar viviendo. Para muchos otros, el derecho a la muerte con dignidad
implica la no aplicación o la interrupción de terapias de soporte vital para enfermos terminales,
para permitir que el enfermo sucumba por la enfermedad, de esta forma liberándolo de la
esclavitud del llamado "encarnizamiento terapéutico", que consiste en tratarla enfermo con
terapias excesivas por no tener ya ninguna efectividad y someterlo a un prolongado sufrimiento.
Ha habido también un debate sobre el alcance del término eutanasia.

1. Origen de la eutanasia
Los seres humanos deben tener el derecho de poder decidir cuándo y cómo mueren
(autodeterminación).La eutanasia permite a una persona morir con dignidad y en control de su
situación. La muerte es un asunto privado y el estado no debe interferir con el derecho del
individuo a morir.

Es caro mantener a las personas vivas cuando no hay cura para su enfermedad. La
eutanasia liberaría recursos preciosos para tratar a las personas que podrían vivir.

La familia y los amigos se ahorrarían el dolor de ver a su ser querido sufrir una muerte
prolongada.

La sociedad permite que los animales sean sometidos como un acto de bondad cuando
están sufriendo; El mismo tratamiento debe estar disponible para los humanos.

El suicidio asistido significa que el médico provee los medios necesarios para que el
paciente finalice su vida. La eutanasia activa significa que el médico administra personalmente una
droga letal. La muerte se busca para finalizar una vida que ha llegado a ser intolerable por el
sufrimiento a causa de que el paciente no quiere continuar viviendo o porquera vida ha adquirido
tal condición mínima que no merece ser considerada digna. A partir de esto se ha logrado una
clasificación -no exenta de polémica y desacuerdo- que divide en eutanasia activa y pasiva,
pudiendo estas categorías clasificarse, a su vez, en voluntarias o involuntarias. Por otra parte,
también se distinguen los conceptos eutanasia indirecta y suicidio asistido.

1. Eutanasia Directa Consiste en adelantar la hora de la muerte en caso de una enfermedad


incurable, y que admite dos posibilidades: activa o pasiva (Marciá, 2008). Además, cada
una de estas categorías puede, a su vez, ser voluntaria e involuntaria.
A. Eutanasia Activa Es aquélla que consiste en efectuar las acciones específicas para
provocar la muerte del paciente. La muerte de éste resulta, en consecuencia, de una
acción directa (como pudiera ser la administración de dosis mortales de estupefacientes o
de una substancia letal) y efectiva de un tercero; generalmente un médico (Madrid, 2009).
B. Eutanasia Pasiva En este caso la muerte resulta como consecuencia de la interrupción de
intervenciones, cuyo objetivo sea simplemente ofrecer a la vida su soporte indispensable
(Madrid, 2009).
C. Eutanasia Voluntaria. Es aquélla que se produce cuando el paciente competente
(racionalmente hablando), después de discernir y evaluar la información sobre su estado
de salud, solicita la eutanasia.
D. Eutanasia “No-voluntaria” Se plantea cuando no se conoce, ni se puede conocer, si el
paciente desea morir. La expresión se suele utilizar en los casos de pacientes en estado
vegetativo que, mientras pudieron, no anticiparon directrices sobre sus preferencias de
tratamiento. Debido a la situación, la decisión debe ser tomada.

2. Eutanasia Indirecta Se denomina de este modo la eutanasia cuya intención básica no es


acortar la vida sino aliviar el sufrimiento. Consiste en procedimientos terapéuticos que
tienen como efecto secundario la muerte, por ejemplo, la sobredosis de morfina para
calmar los dolores, cuyo efecto secundario, provocaría como se sabe, una abreviación de
la vida (Marciá, 2008).

Existen, además, otras figuras jurídicas similares a la eutanasia, como es el “Suicidio Asistido”,
consistente en proporcionar a una persona, en forma intencionada y con su autorización, los
medios o procedimientos para suicidarse (Marciá, 2008).

Sin embargo, es necesario considerar que este es un tema emergente en la comunidad


internacional y, por tanto, las definiciones siguen aún en discusión, tanto en el ámbito médico
como en el ético.

2. Historia mundial de la eutanasia.

Las prácticas eutanásicas y el suicidio por motivos altruistas, eran bastante frecuente en
los pueblos primitivos, pudiéndose destacar tres categorías: suicidios de hombres una vez han
llegado a la vejez o son atacados por una enfermedad; suicidios de mujeres a la muerte de su
marido; suicidios de clientes o servidores a la muerte de sus jefes.
Tanto en Grecia como en Roma, hubo numerosos defensores y algún detractor de la
eutanasia, como lo atestiguan numerosos documentos y testimonios literarios.

Platón en su obra Fedón describe el comportamiento de Sócrates en sus últimos días.


"Sócrates fue condenado a muerte, sus amigos le prepararon un plan de fuga, pero él prefirió
acatar la ley y murió por ello. Pasó sus últimos días de vida con sus amigos y seguidores. Poco
antes de cumplir su sentencia se bañó, para evitar con ello que las mujeres tuvieran que lavar su
cadáver. Una vez limpio bebió el veneno, y cuando sintió sus piernas ya pesadas, se acostó
dignamente sobre sus espaldas, sin quejarse ni mostrando sufrimiento alguno, si no al contrario él
era la persona más optimista que se encontraba en ese lugar ya que toda la demás gente sufría al
saber que Sócrates iba a morir, con esto despertó la admiración de cuantos lo rodeaban", o en su
libro III de La República también afirma que "cada ciudadano tiene un deber que cumplir en todo
estado bien organizado y habrá que establecer una legislación para el estado que cuide de los
ciudadanos bien constituidos de alma y cuerpo, pero respecto a los que no son sanos
corporalmente se les dejará morir".

Hipócrates se opuso a la eutanasia. Para él eran fundamentales la santidad de la persona y


el verdadero bienestar del paciente. Reconoció, sin embargo, que se podría violar fácilmente esta
ética ya que los médicos, no tienen sólo el poder para curar sino también para matar. Por esta
razón hizo que los médicos se comprometieran éticamente con el denominado Juramento
Hipocrático: "Y no daré ninguna droga letal a nadie, aunque me la pidan, ni sugeriré un tal uso, y
del mismo modo, tampoco a ninguna mujer daré pesario abortivo, sino que, a lo largo de mi vida,
ejerceré mi arte pura y santamente." El juramento permitió a la medicina proteger al paciente
vulnerable.

El Estoicismo fue la filosofía más influyente en el Imperio romano durante el periodo


anterior al ascenso del cristianismo. La base de la ética estoica se fundamenta en que el bien no
está en los objetos externos, sino en la condición del alma en sí misma, en la sabiduría y en el
dominio, mediante los que una persona se libera de las pasiones y deseos que perturban su vida.
Séneca, Epíteto y Marco Aurelio son los tres filósofos estoicos cuyos escritos se conservan, y ven
así la eutanasia.

Séneca, basándose en que la ley eterna fija un solo modo de iniciar la vida, pero varios
para salir de ella, nos ha transmitido su opinión al respecto cuando dice "es al hombre a quien
corresponde decidir libremente sobre el sentido y su capacidad de soportar su existencia en el
cuerpo", "no se debe ni querer demasiado a la vida ni odiarla demasiado, sino buscar un término
medio y ponerle fin cuando la razón lo aconseje", "no se trata de huir de la vida sino de saber
dejarla" o "es preferible quitarse la vida, a una vida sin sentido y con sufrimiento".

Epíteto ve la muerte como una afirmación de la libertad. "la vida a veces no tiene rumbo
alguno y solo provoca sufrimientos tanto para el enfermo como para sus familiares, es por lo que
el enfermo tiene el derecho a decidir".

Marco Aurelio, en su Libro III "una de las funciones más nobles de la razón consiste en
saber si es o no, tiempo de irse de este mundo".

El cristianismo, en un principio, no solo no condenó el suicidio, sino que incluso lo


consideró como un gesto heroico, para escapar al deshonor o como una forma de aceptar el
martirio. A partir del siglo IV, es cuando para evitar el gran número de suicidios de creyentes
fanáticos, que pretendían, a través de la inmolación, conquistar el paraíso, y para restablecer un
poco de valor a la vida humana, empieza a manifestarse en su contra. San Agustín equiparó el
suicidio al homicidio y no admitía ningún tipo de excepción, ni en casos de gran dolor moral ni
desesperación. El pensamiento agustiniano influyó en gran medida en la doctrina posterior de la
Iglesia. El Código Canónico empezó a condenar el suicidio a partir del Concilio de Arles en el año
452, estableciendo sanciones como la prohibición de la celebración de la misa y el canto de los
salmos, cuando se acompañaba al difunto a la tumba, también la prohibición de sepultura en
campo santo, y la excomunión para quienes solo lo hubieren intentado.

En la Edad Media la Iglesia Católica siguió condenando el suicidio, y por tanto la eutanasia,
por atentar contra: el amor debido a sí mismo, la sociedad y el derecho exclusivo de Dios sobre la
vida del hombre, y además ordenó la confiscación de todas las propiedades del suicida y todo tipo
de humillaciones para el cadáver. Sin embargo, no logró suprimirlo del todo, puesto que en
determinadas circunstancias se siguió produciendo, en las ordalías medievales se utilizaba un
puñal corto y afilado para "rematar" a los heridos sin posibilidad de curación, que recibía, no por
casualidad, el nombre de "misericordia".

En el Renacimiento se produce un cambio de mentalidad, y en lo que se refiere a la


eutanasia, a ésta se la relaciona con el buen morir en el sentido físico, como el último proceso de
la vida del ser humano. Tomas Moro, al describir en su obra Utopía, la forma del Estado ideal,
afirma por una parte que se debe prestar a los moribundos todo cuidado y solidaridad. Pero
considera que, en casos de dolores extraordinarios, se puede recomendar poner término a su vida.
Se le puede causar la muerte al enfermo, si éste está de acuerdo, privándole de los alimentos o
administrándole un veneno. También indica que se requiera el permiso de las autoridades y de los
sacerdotes para evitar posibles abusos.

En 1605 Francis Bacon introduce por primera vez, la actual concepción de eutanasia: "la
acción del médico sobre el enfermo incluyendo la posibilidad de apresurar la muerte".

David Hume, (1711 a 1776) justifica la eutanasia cuando dice "si el disponer de la vida
humana fuera algo reservado exclusivamente al todopoderoso, y fuese infringir el derecho divino
el que los hombres dispusieran de sus propias vidas, tan criminal sería el que un hombre actuara
para conservar la vida, como el que decidiese destruirla".

Los Utilitaristas, a finales del siglo XVIII y en el XIX, en su pensamiento mantienen que
cualquier acción es moralmente buena cuando produce mayores beneficios que perjuicios, y por
lo tanto, el valor ético de la conducta está determinado por el carácter práctico de los resultados.
Bentham identifica el "bien" con el placer o la felicidad, y el "mal" con el dolor o la infelicidad y
defiende "el mayor bien para el mayor número de gente". En relación a la eutanasia su
posicionamiento está basado en que será mayor el bien y la felicidad, tanto para el enfermo como
para su familia, si se ayuda al enfermo a morir de una forma digna, que si se le ayuda a prolongar
el sufrimiento.

La Revolución Francesa creó la tradición jurídica de la no punición del suicidio que se


refleja en la casi totalidad de la actual codificación penal.

Los Eugenistas buscan el perfeccionamiento de las cualidades de la raza humana mediante


el estudio de la herencia. Aunque la idea de eugenesia estaba ya presente en la República de
Platón, el actual concepto se fraguó durante la segunda mitad del siglo XIX con el darwinismo
social, fundamentado en la perfección de la especie humana y en una confianza cada vez mayor en
la ciencia como forma de conocimiento. Cuando sus lemas, "lucha por la supervivencia" y "ley del
más fuerte", se aplicaron a la sociedad, es cuando aparece la eugenesia moderna. A partir de
1900, con la aparición de la genética moderna, las corrientes interesadas en "mejorar" la raza
humana se transformaron en un movimiento institucionalizado, los Eugenistas, en el que cabe
destacar dos corrientes: la eugenesia positiva que se centra en aumentar el potencial educativo de
los individuos especialmente "adaptados", y la eugenesia negativa que subraya la necesidad de
apartar a aquellos particularmente "inadaptados". Entre 1910 y 1940 el movimiento,
estrechamente asociado con un sentimiento de superioridad blanca anglosajona, fue
especialmente intenso en Inglaterra, Estados Unidos y Alemania.

Karl Binding y Alfred Hoche en 1920 utilizan el término eutanasia, para proponer la muerte
de personas social y económicamente inadaptadas como los enfermos mentales o minusválidos.

A finales de 1939, Hitler autorizó, por primera vez, la aplicación de la eutanasia, a un niño
ciego, deficiente mental, y con sólo dos extremidades, que se encontraba ingresado en una clínica
de Leipzig. En 1939 la Alemania Nazi aprobó una norma por la que se obligaba a informar a las
autoridades, del nacimiento de niños con defectos físicos, y tres peritos decidían si el niño debía o
no seguir viviendo. Poco después, Hitler dictó las normas legales que legitimaron la eutanasia en
Alemania. Por primera vez en la historia, una autoridad política, emanada de unas elecciones
democráticas, aprobaba la supresión de "vidas humanas sin valor".

Después de la segunda guerra mundial la eutanasia se vuelve un tema tabú.

3. Historia nacional.

A diferencia de otros temas de salud pública como el aborto, la eutanasia no es un asunto


resuelto en casi ningún lugar del mundo. En la actualidad sólo Holanda, Bélgica, Luxemburgo,
Suiza, Canadá, Colombia y algunos estados de Estados Unidos permiten este derecho o en algunos
casos, el suicidio asistido a pacientes desahuciados que deseen morir o por los dolores
insoportables que padecen.

Aún está fresco el recuerdo de Valentina Maureira, joven de 14 años que en el verano del
2015 pidió la eutanasia a la ex Presidenta Michelle Bachelet por padecer fibrosis quística y cuyo
deceso se produjo en mayo del mismo año.

Pese a que desde el año 2004 se han presentado varios proyectos de ley, aún no existe la
figura de la muerte asistida en el país. En Chile, ambas posibilidades están prohibidas. La
restricción se hace manifiesta en la Ley que regula los Derechos y Deberes del Paciente que data
del 2012, y establece que “ningún rechazo a tratamientos podrá tener como objetivo la
aceleración artificial de la muerte, la realización de prácticas eutanásicas o el auxilio al suicidio”.
Pese a lo tácito del artículo normativo, desde hace aproximadamente 15 años que se ha
intentado legislar sobre la muerte asistida.

En agosto de 2018 con ocho votos a favor, cuatro en contra y una abstención, diputados
de la Comisión de Salud dieron el sí sobre la idea de legislar sobre el tema, sin embargo, y hasta la
fecha, no se han visto avances desde entonces.

4. Divisiones y soluciones.

Argumentos en favor de la eutanasia y respuesta crítica

El argumento de la pobre calidad de vida.

Aquellos que defienden la eutanasia, argumentan Que en algunas circunstancias vivir es


peor que morir, ya que el dolor y el sufrimiento causado por una enfermedad terminal pueden
hacer la vida tan agonizante y difícil de llevar que la muerte puede parecer un "acto humanitario"
y se considera racional que el médico ayude al suicidio como una forma de morir con dignidad.
Para el enfermo terminal, el sufrimiento puede ir más allá del dolor como resultado de las
condiciones en que se encuentra y estas hacer la vida insoportable, como por ejemplo: la
progresiva pérdida de movimiento y actividad, la pérdida de libertad asociada con la dependencia
de otros, molestias físicas como náuseas, vómitos o disnea, la incapacidad de tragar de hablar, el
miedo a morir, la incontinencia, la debilidad, la pérdida de la dignidad personal, la demencia. La
vida pierde toda calidad y significado, de forma que la muerte es preferible.

 Respuesta crítica: En el argumento de la calidad de la vida se confunde el valor de la


calidad la vida humana tiene un valor intrínseco en sí misma. La buena salud no puede
dotar de dignidad a la vida humana, ya que la salud no posee vida en sí misma, más bien
participa de la vida. La salud es un bien que se ha de disfrutar y cuidar, pero no es un bien
absoluto al que haya que subordinar todo. La salud es para el ser humano y no el ser
humano para la salud. La dignidad de la persona no desaparece por la enfermedad. Más
bien, la pérdida de dignidad se imputa al enfermo por las reacciones de los profesionales
de la salud y de la familia del enfermo a la apariencia externa que este ofrece. El enfermo
mismo nos enseña con su estado que la salud, aun siendo muy importante, no es un valor
absoluto. Juzgar qué calidad tiene una vida, tiene un fuerte carácter subjetivo. Muy
fácilmente el profesional de la salud puede sustituir sin darse cuenta su concepto de
calidad de vida con aquel que tiene el paciente. No es posible juzgar que a partir de
conceptos existenciales individuales de la calidad de vida se pueda decidir el acabar
activamente con una vida. El morir con dignidad no ha de entenderse como un derecho a
la eutanasia activa o el suicidio asistido, cuando uno se encuentra bajo una pobre calidad
de vida por el dolor y el sufrimiento, sino como un derecho a morir en un entorno digno
del ser humano, recibiendo de las personas cercanas contactos humanos sencillos y el
derecho a no prolongar la vida por medio de una tecnología que no puede sanar. El
sufrimiento no es solo causado por el dolor, a la persona se la ha de ayudar atendiendo a
los valores que expresa que la hacen sufrir.

El argumento del respeto de la autonomía del enfermo.

Los defensores de la eutanasia consideran que el respeto por la autonomía de las personas
requiere el reconocer su derecho a decidir cómo vivir sus vidas. Esto incluye el proceso de la
muerte y la habilidad de elegir el destino propio. De tal forma que se propone el derecho de evitar
el sufrimiento intolerable ejerciendo un control sobre la forma de morir. Lo que está en juego es
ser libre para tomar responsabilidades sobre la propia vida, parte de la cual la constituye la
muerte. Cada persona tiene un nivel de tolerancia para el sufrimiento y por tanto no existe una
respuesta objetiva que se pueda aplicar a todos acerca de cuándo la vida se hace insoportable. Por
ello es necesario que el paciente se manifieste ejerciendo su autonomía. Algunos autores creen
que existe el derecho a cometer suicidio y que no debe haber restricciones irrazonables sobre la
forma en que uno puede ejercer este derecho.

El Estado no tendría derecho a privar al paciente de su libertad de quitarse la vida. Batín


ha argumentado que existe un derecho fundamental al suicidio, pero no hay igualdad en su
distribución. El derecho del paciente a la autodeterminación ha sido un argumento central en
favor de la eutanasia. Pero a menudo se asume, sin argumento, que esto implica el derecho del
paciente a pedir que otra persona intervenga en su ayuda para procurar la muerte. Un enfermo
terminal puede no ser capaz físicamente por sí solo de ejercitar la opción del suicidio. Se considera
que los enfermos terminales serían discriminados a causa de su incapacidad, ya que las personas
con capacidad física sí tendrían la opción. Se disminuiría además la ansiedad en futuros pacientes
si saben que existe la posibilidad de que un médico les asista en el suicidio. Además, hay que
considerar que aun con un adecuado cuidado paliativo hay casos en que no es posible evitar el
dolor.

 Respuesta crítica: El enfermo terminal se encuentra en una posición extremadamente


vulnerable, de forma que su capacidad de autonomía se halla comprometida, sufriendo de
depresión, ansiedad, miedo, rechazo o culpabilidad. El pedir la muerte no tiene por qué
reflejar un deseo duradero, voluntario, pasado por la reflexión. En las condiciones en que
se encuentra el enfermo terminal ocaso terminal es muy difícil tener una conciencia clara
para tomar decisiones, y la tendencia es a seguir casi ciegamente las indicaciones y
sugerencias del médico. El enfermo podría desear la muerte por deficiencias en la
atención médica, como el no poder aliviar el dolor, no por una decisión libre. Además no
es lo mismo cometer suicidio que ayudar a un suicidio. Lo último es una forma de
homicidio, aun cuando la razón por la que se haga sea por compasión. Aunque el intento
de suicidio se haya descriminalizado, el Estado sigue teniendo interés en prevenir contra el
suicidio, incluyendo la penalización de aquellos que ayudan a que otro se suicide. Por otra
parte, tampoco tenemos derecho a cometer suicidio, simplemente porque la vida no nos
pertenece por completo y, por tanto, nuestra autonomía se halla limitada. Nadie puede
decir que se ha dado la vida a sí mismo. No todas las posibilidades acerca de la vida de uno
mismo pueden ser consideradas como derechos que deben ser protegidos.

El argumento del principio de beneficencia o tener compasión por el que sufre.

El médico actúa bajo el principio de beneficencia para aliviar el dolor y el sufrimiento de


pacientes terminales. Bajo esta forma de pensar, la eutanasia es considerada un acto virtuoso. El
no abandonar al enfermo ha sido parte del cuidado tradicional ejercido por el médico. Se juzga
que el que el médico asista al enfermo en su suicidio es una forma de ejercer el principio ético de
no abandonarlo. Hoy día, los médicos son considerados los candidatos lógicos para buscar ayuda
en el morir, ya que para muchos enfermos terminales el asistir en la muerte es considerado como
una extensión del rol del médico de aliviar el sufrimiento y como una forma de ejercer su cuidado,
consistente con la profesión.

 Respuesta crítica: La compasión de que hablan aquellos que defienden la eutanasia refleja
una visión distorsionada de esta actitud. La verdadera compasión no puede ser eliminar al
que sufre, sino buscar el aliviar la causa del sufrimiento. De otra forma, se devaluaría la
vida de los enfermos. Además la compasión es una cualidad espiritual que significa "sufrir
con", estar presente al que sufre, no se trata de un principio o una razón auto justificante.
El elegir el suicidio asistido corta toda posible relación y los lazos que nos unen a las
personas que nos acompañan en los momentos difíciles de la cercanía de la muerte.
Además procurar la muerte por eutanasia no es competencia dela profesión médica.
Asistir al suicidio no es consistente con el compromiso del médico a curar y tratar la
enfermedad, va en contra de los códigos tradicionales de ética médica (promesa
hipocrática, Asociación Mundial de la Salud). Aceptar esto llevaría a una desconfianza de
las personas en general hacia los médicos. El profesional de la salud también tiene su
autonomía y no debe ser presionado para actuar en contra de los valores profesionales.

El argumento de la experiencia positiva de la aceptación de la eutanasia en Holanda.

Las personas en general y la profesión médica en ese país consideran positiva la


despenalización de la eutanasia, de forma que ningún médico que siga ciertas líneas puede ser
penalizado por la justicia por cometer un acto eutanásico. Estas líneas son: el enfermo tiene que
ser competente y pedir voluntariamente la muerte después de haber sido aconsejado; su
sufrimiento tiene que ser insoportable, no puede haber forma de hacérselo soportable al enfermo,
y el juicio del médico con respecto al diagnóstico y el pronóstico debe ser confirmado por otro
médico.

 Respuesta crítica: La experiencia de la eutanasia en Holanda ha demostrado la realidad


del argumentó de la "colina deslizante" (slippery slope). Se han dado pasos sucesivos en la
relajación de criterios por los que la acción eutanásica es permitida. De aceptarse solo
para enfermos terminales que hayan expresado su voluntad de terminar con la vida, se ha
extendido a enfermos no terminales, a menores, a personas con el síndrome de Down, a
pacientes con enfermedades mentales o con depresión severa o demencia, y se ha
extendido a casos de eutanasia involuntaria bajo ciertas condiciones. Esta realidad devalúa
el efecto positivo que se argumenta tenga la despenalización de la eutanasia.

El argumento de la disminución del estigma de culpa asociado al suicidio.


El estigma público adosado al suicidio ha disminuido en los últimos tiempos. En muchas
jurisdicciones el suicidio o el intento de suicidio es un acto que no está penalizado. Los estudios de
investigación demuestran que la mayor parte de los suicidios resultan de enfermedades mentales
transitorias, generalmente la depresión. Sin embargo, se argumenta que la razón por la que los
enfermos terminales desean acortar el proceso de la muerte es terminar con su sufrimiento. Esto
hace surgir el concepto de suicidio racional.

 Respuesta crítica: El suicidio sigue considerándose un mal en la sociedad y cuando se tiene


noticia de que alguien intenta suicidarse se toman medidas para prevenirlo. No importa
cuán enferma una persona esté, el hecho es que todavía se encuentra entre los vivos y por
lo tanto tiene el derecho a vivir. Los resultados de la investigación sugieren que el interés
de los enfermos por la eutanasia se debe en la mayoría de los casos a depresiones o estrés
psicológico, más que al dolor. Esto sugiere que la mayor parte del debate acerca de la
eutanasia está siendo manipulado, ya que se enfoca en el dolor y se usa la eutanasia como
una forma de liberarse del dolor, cuando de hecho el motivo principal por el que se pide la
eutanasia no es el dolor. El sufrimiento de origen psicológico puede ser tratado con el
aconseja miento adecuado y por intervención psiquiátrica o psicológica. Con el soporte
adecuado, incluyendo el alivio del dolor, la terapia psicológica y espiritual, y la amistad, el
enfermo puede morir de forma digna como miembro de la familia humana sin
intervención eutanásica. Ninguna legislación presente permite el ayudar al suicidio a una
persona que sufre de un período transitorio de depresión. Más bien, su depresión debe
ser tratada. El legalizar la eutanasia contribuiría a hacer a la sociedad insensible al hecho
del matar.

El argumento de la no diferencia moral entre matar y dejar morir.

La distinción entre eutanasia “pasiva" y "activa" ha sido criticada por depender de


concepciones de causación que son consideradas problemáticas y que se basan en la creencia de
que la diferencia entre matar y dejar morir es relevante moralmente. El discontinuar las medidas
de soporte vital y la eutanasia voluntaria activa son similares bajo el punto de vista del paciente en
que su deseo fundamental es una muerte más rápida y más confortable. Son también moralmente
similares en que ambas son hechas con la intención de acabar con la vida. Se argumenta que la
intención es moralmente irrelevante en la evaluación de la moralidad de la acción. Por ejemplo, en
el caso de dejar de alimentar artificialmente a un enfermo en coma, claramente se atenta contra
su vida con la intención de acabarla, ya que la persona moriría de hambre. En el caso de
discontinuar mecanismos de soporte vital y permitir que el enfermo muera, esto ocasiona días o
semanas de sufrimiento. Bajo esta forma de pensar, la eutanasia activa parece ser preferible
moralmente. Para algunos, discontinuar la ventilación mecánica no puede ser considerado negarse
a recibir un tratamiento, sino una petición de procurarse la muerte. Para Patrick Hopkins no existe
una diferencia moral intrínseca que sea esencial entre una máquina que sustituya funciones
orgánicas y órganos naturales del cuerpo; asique omitir un tratamiento, en que intervenga una de
estas máquinas es una forma de matar, ya que priva a la persona de un órgano que puede
solamente funcionar con la ayuda de una máquina o de tecnología médica y, por tanto,
necesitamos poner a un lado nuestros prejuicios en contra de lo artificial y extender la opción de la
buena muerte (eutanasia activa) a aquellos que han sido atrapados por la naturaleza al
encontrarse en estado terminal. Si nuestra sociedad ha sido capaz de reconocer que la vida puede
ser lo suficientemente irresistible bajo tratamientos de sostenimiento vital, tales como la
ventilación mecánica o las máquinas de diálisis, y que estas intervenciones médicas pueden ser
discontinuadas o abstenerse de ellas (lo que algunos llaman eutanasia pasiva),entonces también la
vida puede ser lo suficientemente irresistible como para justificar la eutanasia activa Respuesta
crítica: Existe una relación especial entre el médico y el enfermo. Una omisión, si resultan daño,
puede traer responsabilidad legal. Si un enfermo competente se niega a recibir un tratamiento o a
continuar con uno, el efecto legal es que el médico es absuelto de su deber de tratarla enfermo
por el enfermo mismo. El médico deja de tratar al enfermo y la muerte resultante es causada por
la enfermedad que tiene el enfermo. El médico por lo tanto no mata al enfermo, sino que deja que
se muera. No puede ser prohibida la aceptación voluntaria de una muerte que la intervención
médica solo puede posponer, ya que no hay posibilidad de curación. Una conclusión acerca de la
causas simplemente refleja un juicio acerca de la forma correcta de asignarles posibilidades.
Cuando una persona desconecta la ventilación mecánica de soporte vital sin autorización, está
claro que causa la muerte del enfermo, pero cuando un médico sigue las directrices del enfermo
de desconectar la ventilación mecánica cuando no hay esperanzas de recuperación, no actúa
equivocadamente, ya que no tiene el deber de continuar el tratamiento en contra del deseo del
enfermo, aun cuando su acción está causalmente relacionada con la muerte resultante del
enfermo. Además el derecho a poder negarse a un tratamiento médico está basado en el derecho
resistirse a invasiones físicas que sean consideradas desproporcionadas, no en el derecho a
acelerar la muerte, el cual no existe. A menudo en el diálogo existe una confusión entre la
eutanasia pasiva y la eutanasia por omisión. La última lleva consigo responsabilidad moral, pero no
la primera, ya que la muerte natural no es un homicidio y por tanto no es ni ilegal ni inmoral y no
está sujeta a responsabilidad. Se acepta el discontinuar la ventilación mecánica después de la
muerte cerebral total, el no aplicar terapias en el caso de un coma irreversible, excepto los
cuidados considerados ordinarios, la no aplicación e interrupción de las "terapias de sustento
vital" en el caso de enfermos terminales, el no emplear técnicas de reanimación cuando su
aplicación es considerada inútil u onerosa por la profesión médica, el no emplear terapias
ineficaces que aumenten el dolor o claramente desproporcionadas en relación a los costos
humanos y la utilidad para el enfermo. En este sentido, sería provechoso el que se evitase el
término de eutanasia pasiva mientras que se retiene el concepto de eutanasia omisiva, que
implica un acto de negligencia. Un ejemplo de que la intención tiene su lugar en la vida moral es
que cuando la persona no muere después de parar el tratamiento, a esta se la deja continuar
viviendo. Esto no ocurre con el suicidio asistido. Una cosa es desear la muerte y actuar para que
ocurra de forma activa y otra diferente desear la muerte y permitir que ocurra. Una cosa es
respetar el deseo del enfermo de rechazar el tratamiento y otra el tomar su vida. No es
simplemente una diferencia psicológica, sino moral. Matar constituye siempre una lesión del
principio de no maleficencia, pero permitir morir, bajo ciertas condiciones, no constituye una
lesión de este principio. El consentir que alguien muera de una enfermedad de la cual no es
responsable y que no puede ser curada, es permitir que la enfermedad sea la causa de la muerte.
La intención en permitir la muerte es por compasión y no por desear la muerte, mientras que la
intención de la eutanasia activa es procurar la muerte como medio de ejercer la compasión.
Continuar el tratamiento a un enfermo cuando no hay posibilidades de curación (tratamiento
ineficaz) es una forma innecesaria de hacer sufrir al enfermo y por tanto va contra su dignidad. Un
tratamiento ineficaz ya no produce ningún beneficio al enfermo, sino más bien daño. No es lo
mismo ayudar a vivir a alguien que está viviendo que prevenir morir a quien está muriendo. Un
tratamiento es considerado ineficaz si solo preserva la inconsciencia o no permite acabar con la
dependencia de la unidad de cuidados intensivos. Cuantitativamente, un médico puede considerar
infructuoso un tratamiento para el que los datos empíricos demuestran que tiene menos de un 1%
de probabilidad de ser beneficioso para el paciente. El optar por el tratamiento o el dejarse morir
no puede decidirse con absoluta certeza, simplemente porque no existe una relación estricta y
específica entre la etiología y la enfermedad. Nuestro conocimiento de una realidad empírica es
siempre aproximado, probable. No podemos pedir al médico un grado absoluto de certidumbre en
sus decisiones. Por lo tanto el enfermo está en su derecho de continuar con un tratamiento que es
considerado ineficaz, ya que no existe una certeza absoluta. Para que una acción de omisión sea
eutanásica, el tratamiento omitido o discontinuado debe haber sido considerado útil por la
profesión médica.

El argumento de que el principio del doble efecto es una forma de eutanasia activa.

A los médicos se les permite dar dosis en aumento de narcóticos cuando el dolor es severo
o al menos se presume, siempre que la intención sea aliviar el sufrimiento, a sabiendas de que
estas drogas pueden afectar la respiración y acelerar la muerte. Se argumenta que si la muerte de
la persona que desea morir no es un mal que se inflige a la misma, entonces la doctrina del doble
efecto no tiene relevancia para la permisividad de la eutanasia voluntaria.

 Respuesta crítica: Se puede proveer un cuidado óptimo paliativo para aliviar el dolor a la
mayor parte de los enfermos terminales. Las unidades de cuidado paliativo constituyen un
ejemplo de cómo es posible proveer una existencia lo más confortable posible al final de la
vida con cuidados de soporte que incluyen una atención integral a la persona. El legalizar
la eutanasia desviaría los esfuerzos y los avances que se han logrado en el manejo del
dolor y el cuidado paliativo hacia el camino fácil de acabar rápidamente con los enfermos
difíciles por medio de la eutanasia. Por otra parte, el acelerar la muerte por intervenciones
paliativas de manejo del dolor en pacientes terminales es aceptado ética y legalmente
siempre que la intención del médico sea aliviar el dolor y otros síntomas y no el producir la
muerte. Los médicos deben tener cuidado de no introducir drogas como la morfina en
grandes dosis, sin darle tiempo al paciente de que desarrolle tolerancia, ya que puede
deprimir la respiración. Una sedación desproporcionada, además, puede causar la
interrupción de la alimentación y la hidratación del paciente, que morirá de hambre o sed
en un estado de inconsciencia. En este caso, la eutanasia puede hacerse de una forma
escondida y es efectuada por una acción u omisión que conduce a la muerte del paciente.
A esta forma encubierta de eutanasia se la denomina "criptoeutanasia". Éticamente, el
médico debe buscar el método de alivio del dolor que tenga menos riesgo de abreviar la
vida y todavía liberar al paciente de sufrimiento innecesario.

El argumento del deber de no imponer cargas pesadas a los parientes y seres queridos.
John ha argumentado que cuando la Medicina moderna nos permite sobrevivir por mucho
más tiempo del que podemos cuidarnos a nosotros mismos, existe un deber o responsabilidad de
morir en consideración a los seres queridos, en quienes recae el peso económico, para no
imponerles cargas pesadas. En una sociedad en que la disponibilidad de recursos para la práctica
médica se halla muy restringida, puede no ser ético el embarcarse en tratamientos
extremadamente caros para enfermos terminales. David Tomasa considera que podría llegarse a
considerar ético el pedir suicidio asistido o eutanasia por amor a los parientes cercanos,
considerando que en la doctrina cristiana hay instancias en que matar está justificado y a que se
puede considerar que la aceptación de Cristo de la cruz, o la aceptación de la muerte de los
mártires, es un acto equivalente al suicidio, ya que pudiendo evitar la muerte, la aceptaron,
donando su vida por los demás.

 Respuesta crítica: Permitir que el médico asista al suicidio de enfermos terminales dejará
un impacto en otras personas que sufren por enfermedad, edad o debilidad. Esto
devaluaría las vidas de estas personas, que podrían verse presionadas a que ejerzan el
suicidio asistido. Mayor presión es ejercida si existen dificultades económicas, pero el
simple hecho de sugerir esto al enfermo es un signo de falta de generosidad. Los enfermos
terminales perderían los lazos con las personas que les acompañan en los últimos
momentos de la vida, tendrían que justificar su decisión de mantenerse vivos, en vez de
aceptar que la familia y la comunidad tienen el deber de cuidar a la persona hasta el final,
aunque resulte una carga y un sacrificio. El gesto de solidaridad que se pide a las personas
que acompañan al enfermo es liberarlo de presiones extras, ya tiene suficiente con la
enfermedad. Ayudar a descubrir, a través del sufrimiento, el significado de la vida en su
condición presente, puede liberar al enfermo del sentimiento de abandono y
desesperación que significa encarar la muerte. Para que un enfermo se sienta tratado con
dignidad, debe tener confianza en que las personas que lo acompañan van a estar con él
hasta el final y proteger su derecho a la vida. Tampoco se puede interpretar la aceptación
voluntaria de la muerte de Cristo como un acto de suicidio. Como ha señalado Tristán
Engel hardt, Cristo nos ha enseñado que la vida tiene como meta la unión con Dios y su
cruz fue una forma de ofrecimiento a Dios. El suicidio, en cambio, es un acto en que la
persona se vuelve sobre sí misma y busca la muerte sin perseguir dicha unión. Los mártires
nunca aceptaron la muerte bajo la premisa de evitar una carga sobre ellos mismos o sobre
sus parientes o hermanos en la fe. Al contrario, aceptaron con humildad la indignidad y el
sufrimiento de su muerte por una causa superior, la unión con Dios. Este criterio no tiene
nada que ver con la eutanasia o el suicidio.

5. Importancia del tema.

La importancia de la eutanasia es que esta abre debates a nivel mundial, no solo afecta
como país si no cada uno de los países que componen el planeta tierra, por ello es un tema en el
que está en constante debate, ya que es algo literalmente de vida o muerte, y uno de los temas
más difíciles de resolver tanto a nivel individual como social.

Hay quienes piensan como un ser autónomo, se debe tener el derecho de tomar
decisiones que conciernen a la vida, incluyendo como y cuando terminarla. Y no solo impuesta por
personas externas la cual muchas veces no dimensionan la verdadera problemática y dolencias
que afectan a los que padecen las diferentes enfermedades, ni el dolor tanto a nivel individual
como familiar que se padece por ello es fundamental plantear y cuestionar por qué debería de
existir la eutanasia en los diferentes países de acuerdo a las necesidades sociales que estos tengan
y los recursos disponibles como país, así entregando una muerte digna para quienes la necesitan.

6. Estadísticas y datos.

La eutanasia se ha convertido en una nueva lucha por la vida a nivel mundial. Su legislación
y aplicación difiere de un país a otro. Por el momento son más los países que no la permiten que
los que sí, pero estos últimos están imponiendo el debate en la agenda mundial y están
consiguiendo grandes apoyos en diferentes niveles.
29 países la prohíben y 9 la permiten

Países donde la eutanasia está penada y perseguida

En 29 países la eutanasia activa está penada y perseguida por ley. La eutanasia pasiva (no
suministrar los medicamentos necesarios por petición del paciente) está prohibida también en
algunos casos aunque en la mayoría de ellos no es ilegal. El derecho del paciente a elegir o no
tomar un tratamiento prima sobre la vida del mismo.

 Belice: Penalizada por ley.


 Bolivia: El artículo 256 del Código Penal sanciona a los que ayudan a suicidarse y el artículo
257 sanciona el «asesinato por piedad».
 Brasil: El Código Penal establece en el artículo 121 que si el sujeto activo del delito lo
comete por un motivo de valor moral o social relevante, el juez puede reducir la pena de
una sexta parte a un tercio de la indicada para el simple homicidio. En el código de ética
médica, el artículo 41 prohíbe acortar la vida del paciente incluso si lo solicita.
 Bulgaria: Está prohibida desde 2004 y es punible con prisión de 1 a 6 años.
 Chipre: La eutanasia no está permitida. Aunque no existen leyes específicas sobre la
eutanasia y el suicidio asistido, se consideran delitos (asesinatos y asistencia suicida).
 Costa Rica: Prohibida pero existe un proyecto de ley para despenalizarla.
 Croacia: La eutanasia activa y el suicidio asistido no están permitidos. El Código Penal
prohíbe la eutanasia activa bajo el tipo de delito «Asesinato a petición». La pena es de 1 a
8 años en prisión.
 Cuba: Según el artículo 266 del Código Penal, toda persona que preste ayuda o induzca a
otra a suicidarse incurrirá en una pena de privación de libertad de dos a cinco años.
 Ecuador: Los artículos 90-92 del código de ética médica prohíben la interrupción de la vida
del paciente.
 El Salvador: El asesinato por motivos piadosos será castigado con prisión de uno a cinco
años. El médico puede permitir que el curso natural de la vida continúe sin su
intervención.
 Eslovaquia: La eutanasia y el suicidio asistido no están permitidos. La eutanasia y el
suicidio asistido se consideran homicidios de acuerdo con los artículos 145 y 154 del
Código Penal y conllevan una pena de prisión de 15 a 20 años y de 6 meses a 3 años
respectivamente.
 Eslovenia: La eutanasia no está permitida. Aunque no existe una legislación específica
sobre ésta, se considera un delito de sangre punible con el código penal esloveno en los
artículos 115 (homicidio involuntario), 116 (homicidio) y 117 (homicidio voluntario).
 La pena de prisión es el castigo más común en los países donde no se permite la eutanasia
 Francia: La eutanasia activa y el suicidio asistido están prohibidos.
 Guatemala: Actualmente no existe una regulación sobre la eutanasia, por lo que no se
puede aplicar. Practicarlo sin el consentimiento de la persona sería considerado como un
delito de homicidio.
 Grecia: La eutanasia y el suicidio asistido están prohibidos. De acuerdo con el Código Penal
griego se castiga con una pena de prisión de 10 días a 5 años.
 Honduras: Según el artículo 125 del Código Penal, quienquiera que induzca a otro a
suicidarse o preste asistencia para hacerlo será castigado con la cárcel.
 Italia: La eutanasia y el suicidio asistido están prohibidos, pero la ley reconoce el derecho
de los enfermos a rechazar la atención médica. La eutanasia activa se equipara al
homicidio voluntario.
 Lituania: Tanto la eutanasia como el suicidio asistido son ilegales.
 Nicaragua: Según el artículo 142 del Código Penal, causar la muerte de otro por solicitud
expresa alegando enfermedad o sufrimiento se castiga con una pena de 2 a 6 años.
 Panamá: La Ley 68 de 2003, que regula los derechos y obligaciones de los pacientes con
respecto a la información y la decisión libre e informada, estipula en el artículo 32 que el
ejercicio de la eutanasia está prohibido.
 Paraguay: El artículo 106 del Código Penal define la eutanasia como «homicidio motivado
por la apelación de la víctima».
 Perú: El artículo 112 del Código Penal condena la llamada “muerte por misericordia”.
 Polonia: La eutanasia se entiende como un asesinato. Se castiga con una sentencia de
entre tres meses y cinco años de cárcel, pero «en casos excepcionales» el tribunal
competente puede reducir la pena e incluso anularla.
 Portugal: No se permite la eutanasia y el suicidio asistido, aunque el Consejo de Ética
admite suspender el tratamiento en algunos casos. La eutanasia es considerada por el
código penal como homicidio según los artículos 133 y 134 del Código Penal.
 Puerto Rico: Según el artículo 97 del Código Penal, toda persona que a propósito ayude o
incite a otra persona a cometer o comenzar un suicidio será castigada con una pena de
prisión de 8 años.
 República Checa: La eutanasia y el suicidio asistido no están autorizados, pero se reconoce
el derecho del enfermo a rechazar la atención médica.

 República Dominicana: El artículo 30 de la Constitución Política establece que «el derecho


a la vida es inviolable desde la concepción hasta la muerte. En ningún caso se impondrá la
pena de muerte » lo que se ha considerado como una prohibición de la eutanasia.
 Rumanía: Eutanasia y suicidio asistido, prohibidos. Asistido La eutanasia no aparece en
ninguna ley, pero cualquier forma de asistencia para la muerte o el suicidio es ilegal y
condenable.
 Venezuela: El artículo 412 del Código Penal estipula que cualquiera que haya inducido a
un individuo a suicidarse, o que haya ayudado a ese fin, será castigado (si el suicidio se
completa) con una pena de prisión de 7 a 10 años.

Países donde la regulación es parcial, no existe o está en discusión


En 15 países la eutanasia tiene muy diversa regulación. En algunos se permite tanto el
suicidio asistido como la eutanasia pasiva, en otros solo la pasiva. En los que menos simplemente
no existe regulación al respecto o bien está en el debate social o político.

 Alemania: El suicidio asistido y la eutanasia pasiva son legales, pero la eutanasia activa
está prohibida.
 Argentina: La eutanasia no es un problema regulado. Los artículos 1 y 6 de la Ley 26742 de
2012 permiten el rechazo por parte del paciente de los procedimientos quirúrgicos,
preventivos o paliativos, la hidratación o la alimentación cuando son excesivos en
comparación con la perspectiva de mejoría.
 Austria: La eutanasia activa y el suicidio asistido están prohibidos aunque se tolera la
eutanasia pasiva.
 Canadá: La eutanasia pasiva es legal aunque la eutanasia activa es ilegal y se considera
asesinato.
 En Letonia: por ejemplo, la eutanasia es ilegal pero tolerada
 Chile: La Ley 20584 de 2012 (artículos 14 y 16) establece el derecho a rechazar el
tratamiento médico siempre que esto no conduzca a la eutanasia ni acelere la muerte.
Según el artículo 121 del Código Penal, se contempla una reducción en el castigo cuando el
crimen es impulsado por un valor social relevante (no especifica cuáles).
 Dinamarca: La eutanasia pasiva es legal, pero se prohíbe la eutanasia activa y el suicidio
asistido.
 España: La eutanasia no está autorizada, pero la ley reconoce el derecho de los enfermos
a rechazar la atención médica y expresar sus deseos en forma de testamento en vida. La
eutanasia y el suicidio asistido se consideran un delito según el artículo 143.4 del Código
Penal.
 Estonia: Se permite la eutanasia pasiva, pero la eutanasia activa es ilegal. No hay
legislación específica.
 Guayana: Sin regulación.
 Guayana francesa: El 27 de enero de 2016, Francia aprobó una nueva ley de fin de vida,
que permite la sedación profunda para evitar el sufrimiento en pacientes terminales pero
que prohíbe la ayuda activa para morir a través de la eutanasia o el suicidio asistido.
 Haití: Sin regulación.
 Hungría: La eutanasia y el suicidio asistido no están permitidos, pero se permite la
eutanasia pasiva y el derecho de los enfermos a rechazar la atención médica.
 Letonia: La eutanasia es ilegal, pero tolerada.
 México: El artículo 15, sección III, de la Constitución mexicana lo excluye como acción
criminal con el consentimiento del bien jurídico del afectado. En 2008, se legalizó la
eutanasia pasiva.
 Reino Unido: Se permite la eutanasia pasiva y la sedación paliativa y / o terminal, pero no
la eutanasia o el suicidio asistido aunque desde febrero de 2012, la justicia suaviza la
persecución de personas que han ayudado a morir a un familiar que lo ha solicitado.

Países donde sí está permitida y/o no se persigue

Por el momento son sólo nueve países los que permiten la eutanasia en todos los niveles,
y en caso de que haya un limbo legal, no la persiguen. Es de esperar que el efecto dominó también
exista en esta práctica y muchas legislaciones la acepten tan solo por asimilación cultural de otros
países.

Los países más sonados son Bélgica y Holanda por ser pioneros y en los que ha habido gran
polémica por la mala praxis de algunos médicos.

 Australia: El estado de Victoria aprobó la eutanasia en noviembre de 2017.


 Bélgica: La eutanasia es legal desde el 28 de mayo de 2002 cuando se aprobó la «Ley de
eutanasia» que la despenaliza la eutanasia, ya que el suicidio asistido no es punible por el
Código Civil.
 Colombia: En la Sentencia C-239 de 1997, el Tribunal Constitucional determinó que la
eutanasia era un derecho y no estaba penada con sanciones penales si cumplía con ciertos
requisitos de consentimiento. Con el Proyecto de ley 30/2015 no solo se aprueba la
eutanasia, sino también el suicidio asistido.
 Estados Unidos: Los estados de California, Vermont, Oregón y Virginia Occidental
permiten la eutanasia.
 Finlandia: Se permite la eutanasia pasiva, pero no la eutanasia activa aunque el suicidio
asistido es tolerado.
 Holanda: La eutanasia y el suicidio asistido son legales. Desde octubre de 2016 el gobierno
holandés busca expandir la opción del suicidio asistido a las personas que sienten que su
vida ha llegado a su fin y desean morir, incluso si no están enfermas.
 Luxemburgo: Se convirtió en el tercer país del mundo en despenalizar la eutanasia en
febrero del 2008. Se llevó a cabo en medio de un conflicto constitucional ya que el jefe del
Estado, el duque Enrique de Luxemburgo, se negó a firmar la ley alegando un problema de
conciencia. Poco después, el Parlamento limitó sus poderes y aprobó más tarde dicha
legislación.
 Suecia: La eutanasia pasiva y el suicidio asistido están legalizados, aunque se prohíbe la
eutanasia activa. La pasiva se legalizó en 2002 y el suicidio asistido es tolerado por la falta
de disposiciones legales en el Código Penal.
 Uruguay: De acuerdo con el artículo 27 del Código Penal, un juez puede perdonar la pena
por un homicidio cometido por piedad para que el moribundo evite el sufrimiento y
cuando la muerte sea inminente.

7. Relación y dinámica social.

Desde la sociedad se puede ver desde muchos puntos de vista ya que como se dijo con
anterioridad este puede ser a favor o en contra. Un elemento relacionado con la eutanasia
voluntaria es la libertad de cada individuo de decidir sobre su propia vida, ¿pero qué tan libre se
toma una decisión como aquella? Estudios demuestran que si se controlan los síntomas de la
agonía deterioro del estado de la conciencia o sensación de ahogo, el dolor, las alteraciones
respiratorias etc., los deseos de morir disminuyen en la mayoría de las casos, así la eutanasia
repercute en un ámbito diferente, se vuelve un tema de justica social, pues no todas las personas
cuentan con los recursos económicos para poseer las condiciones necesarias para una tener una
“muerte digna” con los cuidados paliativos adecuados, de hecho una de las razones más comunes
por las que una persona solicita la eutanasia voluntaria, se relaciona con no ser una carga
económica para sus familias, en estos casos lo que menos existe es la libre posibilidad de elegir, ni
apelando al sufrimiento.

Son más bien decisiones tomadas en torno a factores económicos. Lo anterior nos lleva a
pensar si es justo que en el caso dela pobreza, la eutanasia se vuelva la mejor opción, en vez de
buscar las medidas de justica social más adecuadas, para no sólo promover una vida digna sino
también una muerte digna, además cabe mencionar otro tema relacionado con la libertad, es el
caso de la eutanasia involuntaria, en la que nos podemos cuestionar hasta qué punto se tiene
derecho de tomar decisiones sobre la vida de otro, como es el caso la eutanasia de neonatos en
Holanda, o personas inconscientes de cualquier edad. Sin duda las situaciones que pueden o no
justificar la eutanasia son muy variadas, se debe de pensar las implicancias que pueden derivarse
de la aceptación de la generalización de este procedimiento considerando el contexto social y
cultural que actualmente predominan en nuestro país e invitar a la reflexión.

8. Soluciones al tema.

Una posible solución a la eutanasia son los cuidados paliativos los tienen como objetivo
ayudar a los pacientes con una enfermedad grave a sentirse mejor. Éstos previenen o tratan los
síntomas y efectos secundarios de la enfermedad y los tratamientos. Con los cuidados paliativos,
también se tratan problemas emocionales, sociales, prácticos y espirituales que la enfermedad
plantea. Cuando los pacientes se sienten mejor en estas áreas, tienen una mejor calidad de vida.

Los cuidados paliativos pueden brindarse al mismo tiempo que los tratamientos
destinados para curar o tratar la enfermedad. Usted puede recibir cuidados paliativos cuando se
diagnostica la enfermedad, durante todo el tratamiento, durante el control y al final de la vida.

Los cuidados paliativos se les pueden ofrecer a personas con enfermedades como:

 Cáncer, Cardiopatía, Enfermedades pulmonares, Insuficiencia renal, Demencia, VIH/SIDA,


ELA (esclerosis lateral amiotrófica).

Cualquier profesional de la salud puede brindar estos cuidados paliativos, pero algunos se
especializan en ellos. Como lo son:

 Un equipo de médicos, personal de enfermería, nutricionistas certificados, Trabajadores


sociales, Psicólogos, Masajistas terapeutas, Capellanes.

Los cuidados paliativos los pueden ofrecer los hospitales, las agencias de atención médica
domiciliaria, las clínicas de oncología y las clínicas de convalecencia. El médico o el hospital pueden
darle los nombres de especialistas en cuidados paliativos cercanos a usted.

La diferencia entre cuidados paliativos y tratamiento paliativo


Tanto los cuidados paliativos como el tratamiento paliativo para desahuciados brindan
bienestar. Sin embargo, los cuidados paliativos pueden empezar en el momento del diagnóstico y
al mismo tiempo que el tratamiento. El tratamiento paliativo para desahuciados comienza después
de que se suspende el tratamiento de la enfermedad y cuando es claro que el paciente no va a
sobrevivir a ella. El tratamiento paliativo se ofrece normalmente sólo cuando se espera que la
persona viva 6 meses o menos.

¿Que incluyen los cuidados paliativos?

Una enfermedad grave afecta más que simplemente el cuerpo. Impacta todos los ámbitos
de la vida y de la vida de los miembros de la familia. Los cuidados paliativos pueden abordar estos
efectos de la enfermedad de la persona.

Problemas físicos. Algunos síntomas o efectos secundarios incluyen:

 Dolor, Dificultad para dormir, Dificultad para respirar, Inapetencia y sentirse enfermo del
estómago.

Los tratamientos pueden abarcar:

Medicamentos, Orientación nutricional, Fisioterapia, Terapia ocupacional, Terapias


integradoras Problemas emocionales, sociales y de afrontamiento. Los pacientes y la familia
enfrentan estrés durante una enfermedad que puede provocar miedo, ansiedad, desesperanza o
depresión. Los miembros de la familia igualmente pueden responsabilizarse de brindar los
cuidados, incluso si también tienen trabajos y otros deberes.

Los tratamientos pueden abarcar:

 Asesoramiento, Grupos de apoyo, Reuniones familiares, Remisiones a profesionales en


salud mental,
 Problemas prácticos. Algunos de los problemas planteados por una enfermedad son de
carácter práctico, tales como problemas de dinero o laborales, inquietudes sobre el seguro
y asuntos legales. El equipo de cuidados paliativos puede:
 Explicar los formularios médicos complejos o ayudar a las familias a entender las opciones
de tratamiento.
 Proporcionar o remitir a las familias a asesoría financiera.
 Ayudar a conectarse con recursos de transporte y de alojamiento.
 Asuntos espirituales. Cuando las personas son retadas por una enfermedad, pueden
buscarle un sentido o cuestionar su fe. El equipo de cuidados paliativos puede ayudar a los
pacientes y a sus familias a explorar sus creencias y valores para que puedan acercarse a la
aceptación y la paz.

Para entender que los cuidados paliativos son un tipo especial de servicios médicos que
ayudan a los pacientes a sentir un alivio del dolor, los síntomas y la angustia emocional que
provocan las enfermedades graves o los tratamientos para curarlas. Se trata de mucho más que
cuidados de alivio. El objetivo de los cuidados paliativos es mejorar el modo en que el paciente se
siente todos los días, así como también mejorar su calidad de vida durante el curso de una
enfermedad grave. Los cuidados paliativos pueden aplicarse junto con tratamientos cuyo objetivo
sea curar al paciente.

9. Leyes o normativas a nivel país.

La Constitución Política de la República “asegura a todas las personas el derecho a la vida y


a la integridad física y psíquica. La ley protege la vida del que está por nacer”1. De conformidad
con el precepto constitucional, la normativa legal vigente es clara en especificar la protección del
derecho a la vida. En este orden, revisamos la Ley 20.584, de 2012, que regula los derechos y
deberes que tienen las personas en relación con acciones vinculadas a su atención en salud, y el
Código Penal.

1.Constitución Política de Chile en el Capítulo III, de los Derechos y Deberes


Constitucionales, Articulo 19, Nº 1. Biblioteca del Congreso Nacional de Chile | Asesoría Técnica
Parlamentaria 4 1. Ley N° 20.584, de 2012 La Ley N° 20.584, que regula los derechos y deberes que
tienen las personas en relación con acciones vinculadas a su atención en salud, dispone en el
párrafo 6 “De la autonomía de las personas en su atención de salud”, en el artículo 14, que “Toda
persona tiene derecho a otorgar o denegar su voluntad para someterse a cualquier procedimiento
o tratamiento vinculado a su atención de salud

2. Este derecho debe ser ejercido en forma libre, voluntaria, expresa e informada, para lo
cual será necesario que el profesional tratante entregue información adecuada, suficiente y
comprensible3”. Agrega, además, que “En ningún caso, el rechazo a tratamientos podrá tener
como objetivo la aceleración artificial de la muerte, la realización de prácticas eutanásicas o el
auxilio al suicidio”. A pesar de lo que dispone el artículo 14, el artículo 15 da cuenta de que no se
requerirá la manifestación de voluntad, en tres situaciones claramente determinadas: a. En el caso
de que la falta de aplicación de los procedimientos, tratamientos o intervenciones suponga un
riesgo para la salud pública, de conformidad con lo dispuesto en la ley, debiendo dejarse
constancia de ello en la ficha clínica de la persona. b. En aquellos casos en que la condición de
salud o cuadro clínico de la persona implique riesgo vital o secuela funcional grave de no mediar
atención médica inmediata e impostergable y el paciente no se encuentre en condiciones de
expresar su voluntad ni sea posible obtener el consentimiento de su representante legal, de su
apoderado o de la persona a cuyo cuidado se encuentre, según corresponda; c. Cuando la persona
se encuentra en incapacidad de manifestar su voluntad y no es posible obtenerla de su
representante legal, por no existir o por no ser habido. En estos casos se adoptarán las medidas
apropiadas en orden a garantizar la protección de la vida. En el caso del enfermo terminal, el
artículo 16 establece que la persona que fuere informada de que su estado de salud es terminal,
“tiene derecho a otorgar o denegar su voluntad para someterse a cualquier tratamiento que tenga
como efecto prolongar artificialmente su vida, sin perjuicio de mantener las medidas de soporte
ordinario. En ningún caso, el rechazo de tratamiento podrá implicar como objetivo la aceleración
artificial del proceso de muerte”. “Este derecho de elección no resulta aplicable cuando, como
producto de la falta de esta intervención, procedimiento o tratamiento, se ponga en riesgo la
salud pública, en los términos establecidos en el Código Sanitario. De esta circunstancia deberá
dejarse constancia por el profesional tratante en la ficha clínica de la persona”.

10. Postura grupal

El grupo conformado por, Benjamín Ortiz, Christine Yáñez, Pía Muñoz y Valentina
Fuenzalida, está plenamente de acuerdo con expresado anteriormente, tanto por sus motivos y
soluciones como por sus críticas y juicios de este.

Desde una perspectiva de lo que pasa con cada una de las personas que vivencian estas
enfermedades en las cuales solo piden la eutanasia esta se justificaría desde el punto de vista del
sufrimiento que padecen , pero como país está esta al debe de hace muchos años a pesar de los
proyectos de ley y de las reiteradas veces en que diferentes personas las cuales estan sufriendo y
solo piden un descanso digno, no han sido escuchados y esta sigue estando si revisión, o con votos
en contra en la cámara de diputados, somos un país en que le falta mucho a un en este ámbito
como en otros, critica mucho este tipo de procedimientos a pesar que es empleado en animales,
en cuanto al ser humano se ve como algo poco digno o aberrante, por pensar en la vida, pero al
pensar en una vida debemos pensar en una vida digna en la cual no se sufra cada segundo y cada
día, nadie está dispuesto a vivir con dolores insoportables, o con enfermedades en la cual no
puedes encontrar alivio, y tener una vida normal y feliz junto a los tuyos. Es un tema de bastante
discusión y ahí muchas posturas a favor como otras en contra, pero se debe considerar la opinión
de aquellos que padecen estos dolores en los cual no ven minutos de felicidad o de calma.

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