1-SIGLO XVIII-XIX: Industrial fue un proceso histórico de transformaciones económicas y sociales que tuvo lugar aproximadamente entre 1760 y 1840, y que desencadenó cambios sin precedentes en las sociedades occidentales y, luego, en todo el mundo.
La Primera Revolución Industrial comenzó en el siglo XVIII
mediante el uso de la energía de vapor y la mecanización de la producción. Lo que antes producía cuerdas sobre ruedas giratorias simples, la versión mecanizada lograba ocho veces el volumen en el mismo tiempo. La energía de vapor ya era conocida.
Se conoce como Revolución Industrial a una época de
transformaciones profundas y radicales en lo económico, social y tecnológico que comenzó en la Europa del siglo XVIII, específicamente en el Reino de la Gran Bretaña, y que se extendió a lo largo y ancho de Europa y de los Estados Unidos, finalizando a mediados del siglo XIX y comienzos del XX.
Los cambios suscitados en esta época fueron tan radicales que
únicamente se los puede comparar con los vividos por la humanidad en el Neolítico, y pueden resumirse en el abandono de un modelo agrario de comercio, trabajo y sociedad, en pos de uno urbano, mecanizado e industrializado.
La piedra angular de esta revolución lo constituyó la tecnología,
específicamente la aparición del ferrocarril y posteriormente de la electricidad, que modernizó las técnicas laborales y agrícolas basadas hasta entonces en el trabajo manual y las bestias de carga, respectivamente. Esto impactó en el producto interno bruto de las naciones y representó un crecimiento sostenido de la riqueza y un cambio permanente en el modo de vida de las grandes masas como nunca antes se había vivido.
La Revolución Industrial suele dividirse en dos etapas: una
Primera Revolución Industrial, que inicia alrededor de 1760 con la aplicación del modelo de fábricas textiles en una Gran Bretaña gobernada por la monarquía liberal no absolutista; y una Segunda Revolución Industrial, caracterizada por una aceleración de los cambios producidos por la nueva tecnología en la sociedad europea, que inicia alrededor de 1850 y culmina con el comienzo de la Primera Guerra Mundial en 1914.
2:segunda mitad del siglo XIX-1914:
Dos grandes zonas del mundo, África y el Pacífico, fueron
totalmente divididas por razones prácticas. No quedó ningún Estado independiente en el Pacífico, que fue totalmente dividido entre británicos, franceses, alemanes, neerlandeses, norteamericanos y japoneses. En 1914 África pertenecía a los imperios británico, francés, alemán, belga, portugués y español, con la excepción de Etiopía, la República de Liberia en el África occidental y una parte de Marruecos que todavía resistía la conquista total. El propósito de este artículo es analizar las principales razones que motivaron a las potencias europeas: Inglaterra, Francia, Alemania, Holanda, Portugal y Bélgica, a desarrollar una carrera imperialista en Asia y África, principalmente. Además, de reflexionar en torno a las consecuencias que trajo para el tercer mundo este proceso imperialista y las circunstancias sociales y económicas sobre las cuales se llevó a cabo el neocolonialismo. El imperialismo del fines del siglo XIX y comienzos del XX fue un proceso motivado por diferentes razones, principalmente económicas y estratégicas, que arrojó como consecuencia directa la explotación de millones de habitantes del tercer mundo, y posteriormente, derivó en un conflicto bélico (resultado directo del imperialismo y de la carrera armamentista europea de la época) de grandes proporciones entre las potencias imperialistas de turno. El propósito de este análisis es mencionar y reflexionar en base al camino que tomó este afán imperialista del siglo XIX y a los resultados que arrojó para el curso de la historia del siglo XX.
El acontecimiento más importante del siglo XIX es, en opinión de
Hobsbawm, “la creación de una economía global, que penetró de forma progresiva en los rincones más remotos del mundo, con un tejido cada vez más denso de transacciones económicas, comunicaciones y movimiento de productos, dinero y seres humanos que vinculaba a los países desarrollados entre sí y con el mundo subdesarrollado. De no haber sido por estos condicionamientos, no habría existido una razón especial para que los estados europeos hubieran demostrado en menor interés, por ejemplo, por la cuenca del Congo o se hubieran enzarzados en disputas diplomáticas por un atolón del Pacífico”7 .
Mediazos del siglo XX:
La Revolución Industrial significó un punto de inflexión en la historia
de la humanidad. Según la Enciclopedia Británica la Revolución Industrial fue “el proceso de cambio de una economía agraria y artesanal a una dominada por la industria y la fabricación de maquinaria. Este proceso se inició en Gran Bretaña y desde allí se extendió a otras partes del mundo”. En dicho proceso tuvieron lugar profundas transformaciones económicas, sociales, culturales y tecnológicas. La Revolución Industrial ha sido dividida en varias etapas. Lo que se conoce como la primera Revolución Industrial duró desde mediados del siglo XVIII, aproximadamente hacia el año 1760, concluyó en la década de 1840 y se limitó principalmente a Gran Bretaña. La segunda Revolución Industrial duró desde mediados del siglo XIX hasta principios del siglo XX y teniendo como centro a Gran Bretaña, se extendió a Europa continental, América del Norte y Japón. En el siglo XX, esta segunda Revolución Industrial se extendió a otras partes del mundo. La razón por la que constantemente se hace referencia a la Revolución Industrial, es porque este proceso marcó un antes y un después en la historia de la humanidad. La Revolución Industrial impactó de un modo u otro en todos los ámbitos de la sociedad y también en el medio ambiente. Hubo importantes innovaciones tecnológicas y científicas que llevaron a avances en el transporte y en la producción, todo lo cual implicó un aumento de la productividad. Cambiaron también los hábitos de consumo y comienzan a verse los primeros signos del consumismo que se extendería a los países más desarrollados durante el siglo XX.
La máquina de vapor fue la base sobre la que se asentó todo el
desarrollo que propició la Revolución Industrial. El hierro y el carbón mineral fueron fundamentales para permitir el desarrollo y la generalización de las innovaciones que tuvieron lugar en esta etapa. Algunos inventos importantes que trajo consigo la Revolución Industrial fueron la máquina de hilar (1767), la máquina de vapor (1769), el barco de vapor (1787) y el ferrocarril (1814). La Revolución Industrial, tuvo importantes consecuencias: la mecanización del trabajo y el surgimiento de grandes fábricas, cambios en la estructura económica y social, y el éxodo masivo de habitantes de las áreas rurales hacia las ciudades, con el consecuente crecimiento y precarización de las condiciones de vida en estas últimas. El impulso del carbón mineral como principal fuente de energía, provocó tanto desde sus inicios como hasta el día de hoy un importante impacto ambiental. Jeremy Rifkin, sociólogo, escritor, economista y activista ambiental estadounidense ha expresado: “Tenemos que poner en marcha la Tercera Revolución Industrial y cambiar el mundo. Hacerlo ahora y rápido”, afirma Jeremy Rikfin, inspirador y promotor de una transformación radical del modelo económico y social sobre la base de un Green New Deal global. Se muestra esperanzado —aunque solo en los más jóvenes— cuando afirma que “tenemos que ser capaces de construir las infraestructuras para vivir de una forma distinta”. “De otro modo, vendrán más pandemias y desastres naturales. Estamos ante la amenaza de una extinción”
Siglo XXI:
REVOLUCIÓN INDUSTRIAL PARA EL SIGLO XXI
Llega la 3ra revolución industrial para mitigar el
calentamiento global Se reconoce a la “Primera Revolución Industrial” como ese conjunto de transformaciones tecnológicas, económicas, sociales y políticas que se desarrollaron durante la segunda mitad del siglo XVIII y primera mitad del siglo XIX: una transición que acabó con siglos de producción basada en la fuerza muscular de trabajo humano y de tracción animal, sustituyéndolos con la máquina de vapor y el carbón como fuente principal de energía. Ferrocarriles y grandes embarcaciones de vapor, uso de la electricidad y la aparición de motores de combustión interna durante la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX, se reconocen como la “Segunda Revolución Industrial”.
En la primera mitad del siglo XX y durante las dos grandes guerras,
el petróleo se convirtió en la principal fuente de energía y catapultó el proceso de esta segunda revolución industrial a escala mundial. El nivel de vida continuó incrementándose y la población creció cada vez más rápidamente, apoyada con vacunas, antibióticos y mejor alimentación promedio. Todo esto posible Sin embargo, durante la segunda mitad del siglo XX cada vez se hizo más claro que este modelo civilizatorio de industrialización implica grandes costos sociales (desigualdad, pobreza, marginación), enormes pérdidas de recursos naturales renovables y crecientes costos ambientales. La primera Conferencia de las Naciones Unidas sobre medio ambiente humano y desarrollo, en Estocolmo 1972, marca el inicio de esta nueva conciencia planetaria para Homo sapiens: UNA SOLA TIERRA. Luego, el Reporte Brundtland, en 1987, hace explícito nuestro DESTINO COMÚN y edita el paradigma del DESARROLLO SOSTENIBLE. En Río de Janeiro, 1992, la comunidad de naciones aprueba la Agenda 21 para aplicar el paradigma; se adoptan las tres grandes Convenciones sobre cambio climático, biodiversidad y combate a la desertificación. El año 2000, 189 países adoptan los Objetivos del Milenio para superar la desigualdad y resolver la pobreza. Veinte años después de la Cumbre de Río, en 2012, Río+20 reconoce que a pesar de todos los esfuerzos cada vez somos más insustentables. Y en septiembre 2015 todos los países miembros de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) adoptan renovados Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS 2030), así como la gran aspiración del “Acuerdo de París” (COP-21) por limitar el cambio climático a cuando mucho +2 centígrados, respecto de la temperatura superficial promedio mundial de la época pre-industrial.
No queda duda que esta línea de análisis crítico va en la dirección
correcta; y que la fuerza de los conocimientos científicos y de la razón ha vencido a quienes todavía ponen en duda el origen humano de esta catástrofe ambiental de escala planetaria. El problema es que las decisiones políticas y económicas apropiadas llegan con gran retraso. El mundo ha empezado a pagar los costos de los impactos adversos derivados del calentamiento global y de la sexta gran extinción de biodiversidad causada por Homo sapiens.
En este contexto de preocupación internacional, el “Acuerdo de
París” anuncia el fin de un modelo de industrialización fundado en fuentes fósiles de energía, para acceder a un modelo fundado en fuentes renovables de energía. Tomará décadas lograrlo. La Unión Europea se ha posicionado como líder de esta transición. Desde marzo 2007 el Parlamento Europeo estableció las bases para la “Tercera Revolución Industrial”, con tres pilares: (1) fuentes renovables de energía; (2) nuevas tecnologías para almacenamiento durable de energía; y (3) redes eléctricas inteligentes. El documento completo, elaborado por Jeremy Rifkin
racias al subsidio de biomasa fósil al sistema humano.