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2.4.

Teletrabajo

El teletrabajo se encuentra regulado en nuestro país por la ley 30036 y su

reglamento, aprobado por el decreto supremo 017-2015-TR, que lo definen

como una forma de prestación de servicios en la que, mediante el uso de las

tecnologías de la información y las telecomunicaciones (TIC), no se requiere

la presencia física del trabajador en el centro de trabajo. Así, el empleadorefectúa la


supervisión y la fiscalización de las actividades del teletrabajador

a través de las TIC.

Uno de los principios esenciales del teletrabajo es su carácter voluntario y

reversible. En efecto, el teletrabajo está condicionado al acuerdo de partes,

por lo que ninguna parte puede imponerlo a la otra, sin perjuicio que esta

modalidad no puede ser utilizada con el objeto de disminuir o afectar los

derechos y beneficios del trabajador[7]. El teletrabajo puede convenirse a

plazo determinado o indeterminado.

A su vez, la reversibilidad del teletrabajo puede efectuarse: (i) por acuerdo

entre el trabajador y el empleador; (ii) por decisión unilateral del empleador

en uso de facultad directriz, debiendo sustentar las razones por las cuales el

teletrabajo no cumplió con las expectativas u objetivos trazados; o (iii) por

decisión del teletrabajador, pero el empleador podrá negar la reversión en uso

de su facultad directriz, debiendo sustentar por escrito las razones por las

que rechaza la solicitud.

El contrato de teletrabajo se sujeta a una formalidad específica, vale decir,

debe celebrarse por escrito y ser registrado ante la autoridad administrativa

de trabajo. En el contrato deben indicarse expresamente los medios

informáticos o TIC que se utilizarán para la prestación del servicio, y si estos

serán asumidos por el empleador o por el trabajador.

En este último supuesto, debe pactarse la forma en la que el empleador

procederá a reembolsar o asumir los gastos por su utilización, la jornada de

trabajo aplicable, la forma cómo se realizará la supervisión y fiscalización de

las actividades del teletrabajador, entre otros.

Resulta de particular importancia estipular con precisión las condiciones a


las que se sujetará el teletrabajo, de manera que el teletrabajador pueda

diferenciar sus actividades laborales de sus actividades personales, sin que

las primeras se entremezclen con las segundas o la utilización de las TIC

constituya una injerencia ilegítima en su intimidad personal y familiar.

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