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el diagnóstico
y tratamiento
de los trastornos
del sueño
Dr. Bernardo Ng Solís
presidente
Dra. Jacqueline Cortés Morelos
presidenta electa
Dr. Alejandro Molina López
secretario general
Dr. David Eduardo Saucedo Martínez
tesorero
Dr. Alexiz Bojorge Estrada
vicepresidente centro
Dr. Víctor Octavio López Amaro
vicepresidente noreste
Dra. Marisa Morales Cárdenas
vicepresidenta noroeste
Dr. Hugo Delfino Castellanos Martín
vicepresidente occidente
Dra. Salvador González Gutiérrez
vicepresidente sur
Dr. Rafael Medina Dávalos
secretario de publicaciones
ISBN: 978-607-99365-1-8
1. SUEÑO NORMAL
Introducción................................................................................................................................... 15
Filogenia del sueño ....................................................................................................................16
Características normales del sueño en seres humanos .........................................19
Ontogenia del sueño ................................................................................................................24
Importancia del sueño normal ............................................................................................ 32
Conclusiones ................................................................................................................................34
4. INSOMNIO CRÓNICO
Introducción..................................................................................................................................85
Definición .......................................................................................................................................85
Epidemiología ..............................................................................................................................86
Fisiopatología...............................................................................................................................87
Diagnóstico ...................................................................................................................................92
Tratamiento ..................................................................................................................................94
Terapia cognitivo-conductual del insomnio ................................................................. 95
Tratamiento farmacológico ..................................................................................................99
Conclusiones ..............................................................................................................................103
11
La segunda edición de este manual parecía una versión inmejorable.
Y el vértigo en que se consumieron todas sus existencias parecía corro-
borarlo. Hasta que llegó a nuestras manos esta tercera edición para des-
mentirnos: Jiménez Genchi y su equipo lograron un libro de trastornos
del sueño aún mejor. Por lo que me atrevo a decirlo, Guía clínica para el
diagnóstico y tratamiento de los trastornos del sueño en su tercera edición, es
el mejor libro de trastornos de dormir posible. Sin traicionar su sentido
práctico y sólidamente clínico, lograron una estructura más profunda y
amplía, abarcando desde los principios neurobiológicos más básicos, hasta
temas en especial particulares, pero con una argumentación contundente
de su inclusión y, sobre todo, de su utilidad para el lector. La revisión
completa a cada uno de sus capítulos y la aparición de otros nuevos, como
los de la propedéutica de los síntomas de los trastornos del sueño o el
tema fundamental del insomnio crónico, pueden servir de ejemplos con-
tundentes a nuestro lector potencial de la obra que tiene en sus manos.
No queda más que poner a su consideración práctica esta tercera ver-
sión de nuestra estrella editorial. En la espera de que también cumpla con
amplitud todas sus expectativas, como seguro lo hará. Solo me queda por
agradecer profundamente al Dr. Alejandro Jiménez Genchi su entusias-
mo perenne, su diligente e impecable trabajo, la efectiva coordinación de
todos los profesionales que convoca, su inquebrantable apoyo a nuestra
editorial y, sobre todo, su apreciable amistad. Muchas gracias por hacer
posible lo que hace pocos años parecía muy difícil.
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AGRADECIMIENTOS
Hace cerca de veinte años, cuando comencé a atender pacientes con tras-
tornos del sueño, experimenté la necesidad de contar con un texto al que
pudiera recurrir para encontrar las respuestas a preguntas como: ¿qué
debo preguntar a un paciente con problemas en su dormir? ¿Cómo debo
preguntarle? ¿Cómo debo tratarle? ¿Qué pacientes requieren polisomno-
grafía? ¿Cuál es el tratamiento del sonambulismo?, entre otras muchas.
Si bien, entonces se disponía ya de obras clásicas en el área de la medicina
del sueño, incluso libros en nuestro idioma, me parecía que ninguno de
estos me ofrecía la asistencia que necesitaba; es decir, la información pun-
tual y suficiente para identificar un trastorno del sueño, proporcionar el
tratamiento adecuado y dar el seguimiento correspondiente. Deseaba un
texto al que recurrir y revisar en el mismo consultorio, tras concluir una
consulta y antes de empezar la próxima o por las tardes como preparación
para la jornada del día siguiente. Años más tarde, cuando comenzaron a
rotar los médicos residentes por la Clínica de Sueño, dicha necesidad re-
surgió, pues ahora requería de ese texto para dárselo al médico el primer
día y decirle: ¡Toma, aquí está lo que necesitas para comenzar a atender a
los pacientes que vienen a la clínica!
En el 2013, con el apoyo del doctor Eduardo Madrigal de León
(Presidente de la Asociación Psiquiátrica Mexicana 2012-2013) y bajo
la admirable conducción editorial del doctor Rafael Medina Dávalos se
publicó la Guía clínica para el diagnóstico y tratamiento de los trastornos del
sueño. La primera edición fue tan bien recibida que en el 2016 durante
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GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
Alejandro Jiménez-Genchi
Ciudad de México, mayo de 2021
14
1. SUEÑO NORMAL
Erick Maya González
Areli Christian Urrea Rodríguez
Introducción
El sueño es un proceso extremadamente complejo que consiste en algo
más que cerrar los párpados. Es un estado regular del organismo, recu-
rrente y reversible, caracterizado por quietud relativa e incremento del
umbral de la respuesta a estímulos externos (Carskadon, Dement, 2017);
ocurre en intervalos y está regulado homeostáticamente (procesos que se
acumulan a lo largo de la vigilia para producir sueño) y de forma circa-
diana (procesos regulados por nuestro reloj biológico) (Brinkman, Reddy,
Sharma, 2020). El sueño es uno de los grandes misterios biológicos que,
aunque es omnipresente y esencial, todavía tenemos pendiente determi-
nar su verdadero propósito evolutivo (Keene, Duboue, 2018).
¿Por qué dormimos? Esta pregunta continúa sin tener respuesta pese
a toda la literatura existente. Desde hace cientos o quizás miles de años,
se conoce la función reparadora del sueño; sin embargo, a través del tiem-
po se han planteado diversas teorías que incluyen la conservación de la
energía, la restauración corporal y la plasticidad cerebral. No obstante,
con el descubrimiento del sueño de movimientos oculares rápidos (sueño
mor) y, posteriormente, con la gran cantidad de estudios de privación de
sueño en ratones y gatos que se han realizado (Segel, 2013), surgió la idea
del sueño como una necesidad universal y una función vital en todos los
organismos multicelulares, incluso unicelulares.
Aún no es posible explicar este arquetipo y los datos obtenidos no
proporcionan una respuesta universal. Existe evidencia de que algunos
15
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
16
1. Sueño normal
17
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
duermen más que los animales más grandes con tasas metabólicas más
bajas (Libourel, et al., 2018). Es decir, cuanto más grande es el animal,
menos duerme; por ejemplo, los elefantes duermen de 4 a 5 horas y las
jirafas, incluso menos que eso. Los animales más pequeños también tienen
un ciclo de sueño nmor/mor más corto que los animales más grandes
(Hartse, 2017).
Se han encontrado asimetrías hemisféricas de los patrones de onda
electroencefalográfica durante el sueño de ondas lentas bihemisférico
(bsws, por sus siglas en inglés), así como una mayor cantidad de sue-
ño en áreas corticales específicas asociadas con experiencias sensoriales
o motoras concretas durante la vigilia (sueño local) (Mascetti, 2016).
Algunos mamíferos (ballenas, delfines, lobos y leones marinos) muestran
un comportamiento de sueño diferente porque el sueño se induce en un
solo hemisferio, mientras que el otro hemisferio permanece despierto
(Rattenborg, Amlaner, Lima, 2000). A este fenómeno se le conoce como
sueño de ondas lentas unihemisféricas (usws) y contrasta con la lentitud del
sueño bihemisférico, además de otras características (Freiberg, 2020). No
obstante, la base evolutiva del usws no es clara todavía (Tabla 1.3).
UNIHEMISFÉRICO BIHEMISFÉRICO
Hipotonía/atonía muscular
EMG Postura particular al dormir.
simétrica.
18
1. Sueño normal
Tiempo Lights
de luces out time NA Tiempo de inicio de la grabación.
apagadas (hr:min)
Tiempo Lights
de luces on time NA Tiempo de finalización de la grabación.
encendidas (hr:min)
19
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
Índice de
Se obtiene dividiendo el número de movi-
movimiento
PLMS index < 15/hora mientos periódicos de extremidades por
periódico de
la cantidad de horas de sueño.
extremidades
Modificado de The AASM Manual for the Scoring of Sleep and Associated Events: Rules, Terminology and
Technical Specifications. American Academy of Sleep Medicine, 2018.
20
1. Sueño normal
ETAPA SMOR
VIGILIA
ETAPAS DE SUEÑO
SMOR
N1
N2
N3
A B C D
23 24 1 2 3 4 5 6 7 8
TIEMPO DE SUEÑO
ETAPA SMOR
VIGILIA
ETAPAS DE SUEÑO
SMOR
N1
N2
N3
23 24 1 2 3 4 5 6 7 8
TIEMPO DE SUEÑO
VIGILIA
Se define como un estado cerebral que ocurre en ausencia de sueño en
un individuo sano (Pollack, Thorpy, Yager, 2010). El estado de despierto
se caracteriza por un patrón de ondas de eeg dominado por ritmo alfa, o
actividad electrocortical, entre 8 y 13 Hz. Esta actividad alfa se produce
cuando los ojos están cerrados y el individuo está relajado (Berry, 2012).
Además de la actividad alfa característica de la vigilia, también hay ritmos
21
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
SUEÑO NMOR
Representa el 75 a 80% del tiempo total de sueño. El ciclo del sueño se
manifiesta por el sueño nmor que progresa a través de etapas más pro-
fundas, que finalmente conducen al sueño mor (Rama, Zachariah, 2013).
Al iniciar el sueño nmor, la respiración y los latidos cardíacos se vuelven
regulares, la presión arterial y la temperatura corporal disminuyen, y la
actividad electroencefalográfica se sincroniza (alta amplitud y baja fre-
cuencia) (Pollack, Thorpy, Yager, 2010). El sueño nmor se subdivide en 3
estadios:
22
1. Sueño normal
Figura 1.3. Disminución de la potencia delta a través de los distintos ciclos de sueño nmor
PODER DELTA
TIEMPO DE SUEÑO
SUEÑO MOR
Representa del 20 a 25% del tiempo total de sueño, está caracterizado
por movimientos oculares rápidos, atonía con excepción de los múscu-
los oculares y respiratorios, y actividad de frecuencias mixtas con bajo
voltaje con salvas ocasionales de ondas theta en “dientes de sierra” (2 a 6
Hz) (Jawabri, Raja, 2020). La densidad mor es el número de movimientos
oculares por unidad de tiempo, y tiende a incrementarse con los periodos
sucesivos de sueño mor. El sueño mor se subdivide en 2 fases: tónica y
fásica (Pollack, Thorpy, Yager, 2010; Berry, 2012).
23
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
24
Tabla 1.5. Características de ritmos electroencefalográficos y grafoelementos del sueño
a 3.5 Hz 50 a 350 N2
Delta Variable Variable
µV N3
N1
4 a 8 Hz
Theta Variable 10 a 150 µV Variable N2
SMOR
Vigilia
8 a 12 Hz 20 a 100 N1
Alfa Variable Occipito-parietal
µV SMOR
Alertamiento
>12 Hz
Beta Variable 10 a 30 µV Frontal o difuso Vigilia
1. Sueño normal
<0.5 N2
Complejo K N/A >100 µV Frontal
segundos N3
25
5 a 7 Hz
Ondas en dientes Hasta 10 Triangular,
Centro-parietal SMOR
de sierra segundos dentado
26
Tabla 1.6. Características clave de cada estadio de sueño
Movimientos
Actividad α: 8 a 13 Hz >50% de
Vigilia oculares rápidos, Tono elevado. N/A
una época.
parpadeo.
Sueño MOR
Husos de sueño.
Reducción en la corteza
sensorial primaria, pero con
Actividad rápida de bajo voltaje
Movimientos un incremento en las áreas
Sueño MOR menor a vigilia. Atonía muscular. 20 a 25%
oculares rápidos. corticales de asociación y el
Ondas en dientes de sierra.
sistema límbico.
Estado onírico.
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
27
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
28
Tabla 1.7. Recomendaciones de la duración del sueño en horas según el grupo etario
“24-Hour “24-Hour
“24-Hour Movement Movement Movement
AASM/SRS (Consensus
National Sleep Foundation Guidelines” Guidelines” Guidelines” WHO
Conference Panel, 2015;
(Hirshkowitz, et al., 2015) Canadá (Tremblay, Carson, Australia Sudáfrica (2019)
Paruthi, et al., 2016)
Chaput, 2016) (Okely, (Draper, et al.,
et al., 2017) 2020)
Lactantes
Lactantes menores Lactantes menores
12 a 15 12 a 16 menores 12 a 16 12 a 16 12 a 16 12 a 16
(4 a 11 meses) (4 a 11 meses)
(4 a 11 meses)
Lactantes
Lactantes mayores Lactantes mayores
11 a 14 11 a 14 mayores 11 a 14 11 a 14 11 a 14 11 a 14
(1 a 2 años) (1 a 2 años)
(1 a 2 años)
1. Sueño normal
29
7a8 Sin datos Sin datos Sin datos Sin datos
(≥ 65 años) (≥ 65 años) (≥ 65 años) desarrollo
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
30
1. Sueño normal
600
MOR
300
SUEÑO DE ONDAS LENTAS
200
N2
100 N1
0
5 10 15 25 35 45 55 65 75 85
EDAD
31
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
Tabla 1.8. Comparación por sexo, de los cambios en los parámetros polisomnográficos
por década tras los 20 años
N1 +2%/década +1.1%/década
Sueño
N2 Cambios no significativos +0.9%/década
NMOR
N3 -1.7%/década Cambios no significativos
32
1. Sueño normal
33
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
CONSECUENCIAS DE LA ALTERACIÓN
DEL SUEÑO NORMAL A LARGO PLAZO
Las consecuencias a largo plazo incluyen hipertensión arterial, dislipi-
demia, enfermedad cardiovascular (ecv), problemas relacionados con el
peso, síndrome metabólico, diabetes mellitus tipo 2 (dm2), así como el
incremento probabilidad de padecer ciertos tipos de cáncer y sobre la
mortalidad en general (Medic, Wille, Hemels, 2017).
Aún se encuentra en estudio el nivel de impacto del sueño sobre la
mortalidad y el desarrollo de un amplio rango de enfermedades, ya que
resulta difícil eliminar o minimizar el impacto de los factores de riesgo
“tradicionales”. Yin y colaboradores (2017), en un metaanálisis con re-
visión sistemática de 67 artículos que involucraron a poco más de 3.5
millones de participantes adultos, reportaron un incremento de 1.13 (ic
95% 1.10 a 1.17) veces en la mortalidad por todas las causas en los sujetos
con una duración del sueño menor a 7 horas y un incremento de 1.35
(ic 05% 1.29 a 1.41) veces mayor mortalidad por todas las causas en los
individuos con una duración del sueño mayor o igual a 8 horas. Además
establecieron un incremento del riesgo (expresado en porcentaje) para la
mortalidad por todas las causas y para presentar un evento por enferme-
dad cardiovascular, enfermedad coronaria y enfermedad cerebrovascular
por cada hora más o menos de sueño. Estos resultados se muestran en la
Tabla 1.9.
Conclusiones
El sueño es un estado complejo, que se encuentra regulado por procesos
homeostáticos y circadianos.
34
1. Sueño normal
Tabla 1.9. Asociación de la duración del sueño con el riesgo de mortalidad por todas las causas, y
eventos de enfermedad cardiovascular en total, enfermedad coronaria, enfermedad cerebrovascular
4 8% 9% 16% 5%*
5 4% 5% 11% 2%*
6 1% 2%* 5% 0%*
8 4% 3% 1%* 8%
35
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39
2. NEUROBIOLOGÍA DEL DORMIR
Itzamna Ángeles Tah
Introducción
El sueño y la vigilia son estados dinámicos de la conciencia; en ninguno
de los 2 se mantiene la misma actividad cerebral, conductual o metabólica
a lo largo del tiempo. Si bien el sueño es un estado de conciencia más bien
cíclico, esto se ha descrito hasta tiempos recientes.
En este capítulo revisaremos las bases biológicas de la vigilia y del
sueño en sus 2 fases: el sueño de movimientos oculares rápidos (mor) y
el sueño sin mor (nmor). En primer lugar, se examinará el modelo de los
2 procesos, posteriormente revisaremos las diferentes estructuras anató-
micas promotoras de la vigilia y del sueño, así como reguladoras del ciclo
circadiano, en conjunto con los mecanismos y componentes bioquímicos
subyacentes. Finalmente, se explicará cómo se conforman los diferentes
elementos característicos de cada una de las fases de sueño.
41
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
El mantenimiento de la vigilia
El hito más importante en la neuroanatomía de la vigilia es sin duda el
descubrimiento y descripción del Sistema Reticular Activador Ascendente
(sraa) que es parte de la formación reticular. En 1949, Moruzzi y Magoun
describieron con base en diversas intervenciones en gatos, un conjunto
de estructuras que se proyectaban de forma ascendente desde el bulbo
raquídeo (Moruzzi y Magoun, 1949). Antes de este hallazgo, el tronco en-
cefálico se consideraba solamente una continuación de la médula espinal
con núcleos y tractos de poca relevancia. El cambio más importante en la
concepción de la vigilia es la forma como el alertamiento se ve ahora: un
proceso global y altamente redundante. El entendimiento actual del sraa,
es que se trata de una estructura difusa; y el principal centro del control
de la vigilia se encuentra en el puente rostral, desde donde se realiza
la conexión a diversos componentes que se describirán a continuación
(Wijdicks, 2019).
42
2. Neurobiología del dormir
43
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
44
2. Neurobiología del dormir
45
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
46
2. Neurobiología del dormir
Figura 2.3. A. Esquema de los mecanismos promotores del sueño, en contraposición con el SRAA.
B. Representación gráfica del modelo flip-flop de inicio del sueño
Abreviaturas: hl, hipotálamo lateral; lc, jocus coeruleus; rd, rafe dorsal; tmn, núcleo tuberomamilar; vlpo, núcleo
ventrolateral preóptico del hipotálamo.
47
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
La principal salida del scn para dirigir los ritmos circadianos es la tasa de
disparo espontánea, que codifica para tiempo de luz solar, no para el nivel
de actividad del sujeto en cuestión. Esto significa que no importa si el
organismo es nocturno o diurno, la actividad del scn es más alta durante
el día circadiano (Deboer, 2018; Hastings, Maywood, Brancaccio, 2018).
El arrastre (por ejemplo el proceso por el cual un marcapaso circadia-
no endógeno se sincroniza con un ritmo externo —por ejemplo, el ciclo
luz-oscuridad— para que el marcapasos interno adopte la longitud del
periodo externo) en mamíferos está mediado a través del tracto retino-
hipotalámico (rht), que inicia en la retina con las células ganglionares
intrínsecas de la retina (rgc) productoras de melanopsina. Después el rht
libera polipéptido hipofisiario activador de adenilato ciclasa (pacap) y glu-
tamato hacia el núcleo del scn incrementando la tasa de disparo de éste.
Posteriormente, a través de gaba y en conjunto con varios neuropéptidos,
se comunica con el caparazón y de ahí inicia la actividad inhibitoria del
scn hacia el resto del snc, como se puede visualizar en la Figura 2.4. Las
aferencias principales del scn se han estudiado de forma extensa desde la
década de los ochentas, e incluyen a células preautonómicas, intermedias
y neuroendócrinas, como al núcleo paraventricular, hipotálamo dorsome-
dial y vlpo, respectivamente (Albers, et al., 2017; Lindberg, et al., 2019).
No se sabe cómo las señales salientes del scn dan ritmo al resto de los
sistemas controlados por el proceso C. Sin embargo, el descubrimiento
reciente de genes “reloj” (complejo bmal1-clock) en muchos tejidos aje-
nos al scn, ha dado lugar a que el sistema circadiano pueda ser un sistema
jerárquico, multioscilador que contiene marcapasos centrales y periféri-
cos (Albers, et al., 2017; Takahashi, 2017).
48
2. Neurobiología del dormir
Abreviaturas: Opn4+ rgcs, células ganglionares intrínsecas de la retina positivas a melanopsina; avp, arginina va-
sopresina; gaba, ácido gamma-aminobutírico; Glu, glutamato; pacap, polipéptido hipofisiario activador de adenilato
ciclasa; scndm, núcleo supraquiasmático dorsomedial; scnvl, núcleo supraquiasmático ventrolateral.
El sueño
El sueño es un proceso dinámico, cíclico y complejo. Desde el comienzo de
la ciencia moderna del sueño, se ha intentado delimitar y definir de forma
sistemática el inicio, las diferentes fases y los componentes del sueño. No
obstante, al ser un proceso global (y no sólo del snc, sino de todo el orga-
nismo) es difícil mantener definiciones operacionales estrictas. Un primer
intento de esto fue la clasificación de Rechtschaffen y Kales en 1968, que
en el 2007 fue modificada por la American Academy of Sleep Medicine
(aasm).
En el capítulo anterior, ya se han revisado las características de cada
una de las fases componen un ciclo de sueño, así como sus elementos elec-
troencefalográficos, electromiográficos y electrooculográficos, por lo que
a continuación se revisará cómo se conforman sus características princi-
pales en el registro polisomnográfico y sus correlatos neuroanatómicos.
• Proyecciones corticotalámicas.
• Núcleos talamocorticales de relevo (tc).
• Núcleo reticular del tálamo (re).
49
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
Sueño nmor
El principal marcador del proceso S para el sueño es el poder theta en el
eeg que se incrementa conforme más tiempo una persona se encuentra en
vigilia, sobre todo en vigilia “quieta”; a su vez, dicho hallazgo objetivo se
refleja en los reportes subjetivos de somnolencia (Bernardi, et al., 2015)
(Figura 2.1).
El inicio del sueño en adultos se da normalmente en sueño nmor (aun-
que en niños, en sueño mor es la norma). Al “accionar” el interruptor
flip-flop, el vlpo y el MnPO inician su inhibición sobre los mecanismos
promotores de la vigilia y esto hace una transición súbita a la fase N1
(Suntsova, 2002; Moszczynski, Murray, 2012) (Figura 2.3 B).
Al iniciar N1, el sujeto puede reportar que no se encuentra dormido,
esto podría deberse a que aún no existe una inhibición tan potente del
tálamo hacia la corteza. Sin embargo, inequívocamente se encontrará un
cambio en el eeg a frecuencias mixtas de baja amplitud. En N2 y N3 el
sujeto experimenta una progresiva desconexión del medio (y por lo tanto
un aumento en el umbral sensorial) por la misma vía re-tc. Recordemos
que el tálamo funciona, en parte, como un filtro para la transmisión de
información sensorial a la corteza (Gent, Bassetti, Adamantidis, 2018)
(Figura 2.5).
Igualmente, al inicio del sueño nmor se presentan movimientos ocula-
res lentos que paulatinamente desaparecen conforme el individuo se acer-
ca a N3. Dichos movimientos todavía no son comprendidos del todo; sin
50
2. Neurobiología del dormir
Figura 2.5. Circuito conceptual básico de la generación de los ritmos eléctricos en sueño
Abreviaturas: gaba, ácido gamma aminobutírico; sraa, sistema reticular activador ascendente.
51
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
52
2. Neurobiología del dormir
Figura 2.6. Secuencia de eventos temporales que producen los husos en sueño NMOR
Abreviaturas: ds, estado de calma o downstate; us, actividad alta de descarga o upstate.
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GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
Figura 2.7. Modelo que demuestra cómo funciona la consolidación activa de sistemas
Abreviaturas: ds, estado de calma o downstate; SWRh, explosiones de ondas agudas hipocampales.
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2. Neurobiología del dormir
El sueño mor
El sueño mor es un estado diferente de actividad neural. Por una parte,
algunos núcleos que se encontraban activos en vigilia lo vuelven a estar
en esta fase y otros que se encontraban activos durante el sueño nmor
empiezan a disminuir su actividad en cuanto se entra a N3 (Figura 2.8 A
y B). Para mayor claridad los podemos dividir como sigue:
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GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
Abreviaturas: hl, hipotálamo lateral; lc, locus coeruleus; ldt, núcleo tegmental laterodorsal; MnP, núcleo preóp-
tico paramediano; ppt, núcleo pedúnculopontino; rd, rafe dorsal; sn, sustancia nigra; tmn, núcleo tuberomamilar;
vlpo, núcleo ventrolateral preótico del hipotálamo; vta, área tegmental ventral.
56
2. Neurobiología del dormir
57
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
Figura 2.9. Vista lateral del encéfalo, demostrando las rutas donde ejercen
su actividad las ondas PGO
Abreviaturas: acp, área caudolateral peribraquial; Amyg, amígdala; cgl, cuerpo geniculado lateral; N. O., nervio
óptico; N. C. III, nervio oculomotor; pcm, pedúnculo cerebeloso medio; pgo, ponto genículo occipital; Q. O., quias-
ma óptico.
Durante la primera mitad del siglo xx, se pensaba que los mo podrían
reflejar algún tipo de seguimiento de las acciones realizadas por el indi-
viduo en sus ensoñaciones; sin embargo, existen 3 piezas de evidencia en
contra:
58
2. Neurobiología del dormir
LA ACTIVIDAD ONÍRICA
En 1975 se introdujo un modelo matemático, y en 1977 su subsecuente
hipótesis, en los que, con la tecnología disponible en el momento, Hobson
y McCarley proponían que la actividad de las células REM-On durante el
sueño mor, y la activación sucesiva de la corteza, resultaba en un intento
de darle sentido a esa actividad (ensoñaciones), por ello fue llamada hipó-
tesis de activación-síntesis (Mccarley, Hobson, 1975; Hobson, McCarley,
2009).
El modelo actual, que propone el mismo Hobson, postula que 3 facto-
res se interrelacionan:
Por otra parte, existe actividad onírica en sueño nmor que no se acompaña
de mo. Sin embargo, en los estudios de alertamiento serial (en donde parte
del estudio es despertarlos para cuestionar la presencia de experiencias
oníricas), se ha encontrado un fuerte correlato anatómico y temporal.
De acuerdo con dichos estudios, existe un área de interés a nivel pa-
rieto-occipital, en donde, independientemente del estadio de sueño, si hay
un incremento en la actividad eeg, el sujeto reportará actividad onírica.
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GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
Conclusiones
El sueño es un estado dinámico cuya modulación se da desde el tronco
encefálico. Se conforma de 2 grandes partes, el sueño nmor y el sueño
mor, dichos estados probablemente están iniciados por un switch diferente
en cada uno y ambos son complementarios para las funciones de memoria
y procesamiento emocional.
Los husos de sueño tienen una integración hipocampo-tálamo-cortical
y su relevancia es clara en la consolidación de la memoria. Las ondas pgo
son un área de oportunidad para futuras investigaciones en la ciencia del
sueño ya que la brecha entre estudios en animales y humanos sigue siendo
amplia.
Finalmente, los sueños no son exclusivos del sueño mor y presentan
un estado de conciencia diferente.
60
Referencias
61
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
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62
2. Neurobiología del dormir
63
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
64
3. EVALUACIÓN CLÍNICA DE LOS SÍNTOMAS
RELACIONADOS CON EL SUEÑO
Introducción
Los signos y síntomas que afectan el sueño son vastos y generalmente
no se presentan de forma aislada; un mismo síntoma se puede presentar
en diferentes trastornos del sueño. El interrogatorio detallado es impor-
tante en cada uno de ellos, para realizar un diagnóstico y tratamiento
adecuados, especialmente cuando el paciente llega a consulta externando
un diagnóstico específico, por ejemplo: “tengo insomnio”.
Para determinarlos es imperativo realizar una historia clínica completa
con un apartado que incluya un cuestionario de sueño detallado, donde se
especifique el patrón de sueño, incluyendo preguntas como: hora de acos-
tarse, hora de dormirse, despertares durante la noche (puntualizando el
motivo, la duración y la frecuencia), hora de despertar, hora de levantarse
de la cama, calidad de sueño, si se realizan siestas, consumo de sustancias
que puedan influir en el sueño como estimulantes o depresores, caracte-
rísticas del dormitorio y si se cuenta con compañero de cama, entre otros.
En este capítulo se presentan los síntomas cardinales del sueño en
los siguientes apartados: dificultad para dormir, somnolencia excesiva
diurna, movimientos y conductas anormales durante el sueño y otros
síntomas de importancia.
65
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
66
3. Evaluación clínica de los síntomas relacionados con el sueño
* Becker, P. (2006). Insomnia: Prevalence, Impact, Pathogenesis, Differential Diagnosis and Evaluation. Psychiatr
Clin N Am 29: 855-70.
** Perlis, M., Ellis, J., DeMichele Kloss, J. & Riemann, D. (2005). Etiology and Pathophysiology of Insomnia. En
M. Kryger, T. Roth & W. Dement (eds.) Principles and Practice of Sleep Medicine. Elsevier Saunders, 769-84.
*** Spielman, A., Caruso, L. & Glovinsky, P. (1987). A behavioral perspective on insomnia treatment. Psychiatr
Clin North Am 10: 541-53.
INSOMNIO INICIAL
Cuando se refiere un tiempo mayor a 30 minutos para lograr conciliar
el sueño, se considera anormal. Existen múltiples trastornos psiquiátri-
cos y médicos, así como cuestiones sociales que influyen o generan dicha
incomodidad.
Los trastornos de ansiedad se acompañan de quejas para conciliar
el sueño o mantenerlo, habitualmente asociado con rumiaciones o pen-
samiento excesivo al momento de dormir o de síntomas de descarga
adrenérgica.
En el trastorno por fase retrasada de sueño, existe dificultad para ini-
ciar el sueño en un horario convencional, presentándose muy tarde en la
noche o en la madrugada, por lo tanto, les cuesta trabajo despertar por
la mañana o despiertan tarde, siendo común en adolescentes (Pavlova,
2017).
El síndrome de piernas inquietas (spi) se caracteriza por sensaciones
desagradables o molestas en las piernas, que comienzan al atardecer o
en la noche en periodos de inactividad, por lo tanto, el paciente realiza
movimientos para aliviar la incomodidad causando insomnio inicial o de
mantenimiento.
Otros trastornos asociados pueden ser el trastorno obsesivo-compul-
sivo, la depresión o uso de estimulantes.
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GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
INSOMNIO DE MANTENIMIENTO
Cuando la queja es referida como presencia de despertares durante la
noche con dificultad para reiniciar el sueño, habrá que descartar mala
higiene de sueño, como tiempo excesivo en cama y trastornos de ansie-
dad; patologías que generen alertamiento o despertares como la apnea
obstructiva del sueño o el movimiento periódico de extremidades. Los
tratamientos farmacológicos, por ejemplo, los diuréticos, especialmente
si la toma se realiza al momento de acostarse a dormir, ya que pueden
alterar el sueño al incrementar la diuresis.
INSOMNIO FINAL
La queja es referida como despertarse antes de lo deseado, sin lograr
volver a dormir, como puede suceder en la depresión. En el trastorno
por fase adelantada de sueño, donde los pacientes refieren despertarse
antes de lo deseado, generalmente en la madrugada, dando la impresión
de insomnio final o de mantenimiento, ya que se caracteriza por conciliar
el sueño en la tarde o en las primeras horas de la noche y despertar en la
madrugada (Pavlova, 2017).
Para evaluar al insomnio contamos con escalas, como:
68
3. Evaluación clínica de los síntomas relacionados con el sueño
69
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
70
3. Evaluación clínica de los síntomas relacionados con el sueño
Narcolepsia*
Hipersomnia idiopática*
Síndrome de Kleine-Levin*
*Hipersomnias de origen central de acuerdo con la International Classification of Sleep Disorders 38.
71
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
72
3. Evaluación clínica de los síntomas relacionados con el sueño
73
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
¿Qué tan probable es que usted “cabecee” o se quede dormido en las siguientes
situaciones, a diferencia de sólo sentirse cansado? Aun cuando no haya hecho
algunas de estas actividades recientemente, intente imaginar cómo le afectarían.
1. Sentado y leyendo.
2. Viendo la TV.
3. Sentado inactivo en un lugar público (por ejemplo, una sala de espera, cine,
etcétera).
4. Como pasajero en un auto durante una hora y sin descanso.
5. Acostado para descansar por la tarde cuando las circunstancias se lo permiten.
6. Sentado y hablando con alguien.
7. Sentado tranquilamente después de una comida sin alcohol.
8. En un auto parado por unos minutos en el tráfico.
74
3. Evaluación clínica de los síntomas relacionados con el sueño
CONDUCTAS SIMPLES
Las conductas simples por lo general se presentan durante la transición
de la vigilia al sueño o del sueño a la vigilia, se caracterizan por ser de
duración corta, presentarse durante el sueño nmor e involucrar un área
corporal.
Según la icsd-3 (aasm, 2014) las conductas simples son:
75
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
CONDUCTAS COMPLEJAS
Los movimientos y conductas complejas durante el sueño también cono-
cidas como parasomnias, son una serie de eventos, movimientos, emocio-
nes y percepciones durante alguna de las etapas del sueño o durante los
alertamientos presentes en el sueño (Castelnovo, Lopez, 2018). La icsd-3
los divide en 3 categorías según la etapa de sueño en la que se presenten
(aasm, 2014):
76
3. Evaluación clínica de los síntomas relacionados con el sueño
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GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
Evaluación clínica
Se debe obtener una descripción completa de los eventos por parte de
un testigo, en este caso es ideal incluir al compañero de cama en el in-
terrogatorio, determinar los factores predisponentes, precipitantes o
desencadenantes.
Descripción de los eventos. Es de trascendencia documentar las si-
guientes características de los movimientos:
78
3. Evaluación clínica de los síntomas relacionados con el sueño
Factores predisponentes
Muchos de los eventos nocturnos se deben o se exacerban por los malos
hábitos de higiene de sueño, consumo de medicamentos u otros factores.
Los factores predisponentes más frecuentes son:
Polisomnografía nocturna
La polisomnografía nocturna puede aportar información importante para
determinar la etiología de los eventos nocturnos. En la mayoría de los
pacientes el diagnóstico se establece en el interrogatorio clínico, y allí se
recomienda solicitar una polisomnografía en caso de conductas anorma-
les atípicas, movimientos estereotipados, edad de inicio atípica, episodios
frecuentes, existencia de síntomas diurnos como somnolencia excesiva,
cuando se sospeche la presencia de otro trastorno del sueño (apnea obs-
tructiva del sueño, narcolepsia) y en caso de existir riesgo de autolesiones
o lesiones al compañero de cama.
79
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
80
3. Evaluación clínica de los síntomas relacionados con el sueño
RONQUIDO
El ronquido se define como la presencia de vibraciones audibles de la
vía aérea superior durante la respiración en el sueño. Algunos autores
consideran al ronquido primario o ronquido no asociado con apneas como
primer estadio de un trastorno respiratorio del sueño. Hoffstein y cola-
boradores (2005) categorizaron las distintas condiciones clínicas que se
caracterizan por la presencia de ronquidos cuyo criterio clave es el índice
de apnea/hipopnea (iah) el cual se refiere al número de eventos apneicos/
hipopneicos por hora medidos durante la polisomnografía (psg).
81
Referencias
82
3. Evaluación clínica de los síntomas relacionados con el sueño
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83
4. INSOMNIO CRÓNICO
Alejandro Jiménez-Genchi
Daniela D. Guarneros Roniger
Introducción
Sin lugar a duda, la alteración más frecuente del sueño tanto en la po-
blación general como en la clínica es el insomnio. La investigación rela-
cionada con este trastorno ha tenido progresos notables en las últimas
décadas, desde el refinamiento de su definición, las formas de evaluarlo,
hasta las alternativas terapéuticas actuales. Ahora es más claro el impacto
que tiene este trastorno en la vida diaria de las personas que lo sufren,
los riesgos a los que se exponen, pero también se cuenta con opciones de
tratamiento que han probado ser altamente eficaces. Considerando que el
clínico con frecuencia se encuentra con esta alteración del sueño entre los
pacientes que atiende, es imprescindible tener un conocimiento general
del insomnio, que incluya la forma de evaluarlo y de manejarlo. En las
siguientes páginas se brinda un panorama general de este trastorno del
sueño.
Definición
De acuerdo con la quinta edición del Manual diagnóstico y estadístico de
los trastornos mentales (dsm) (apa, 2013), el insomnio tiene como molestia
principal la insatisfacción con la cantidad y calidad del sueño asociada
con dificultades para empezar a dormir y/o dificultades para mantenerse
dormido y/o despertares prematuros. Estas molestias en el dormir, ade-
más, se acompañan de consecuencias en el funcionamiento diurno, como
85
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
Epidemiología
Los numerosos estudios que se han realizado sobre la distribución del
insomnio en la población general muestran que se trata de un problema
de salud con elevada prevalencia entre la población.
Las cifras varían, sin embargo, según la forma en que se investigue
(Ohayon, 2002). Cuando se ha investigado mediante preguntas que sim-
plemente evalúan su presencia o ausencia, la tasa de prevalencia es apro-
ximadamente de un 30%. Cuando se emplea la frecuencia de presentación
para definir la presencia de insomnio (por ejemplo >3 veces por semana),
la prevalencia desciende a un 16 a 21%; mientras que cuando se define a
partir de la intensidad o gravedad, la prevalencia es del 10 al 28%. Por
otro lado, cuando la prevalencia se estima considerando el insomnio que
tiene consecuencias diurnas o está asociado con insatisfacción con el dor-
mir, las tasas oscilan entre el 8 y 18%.
En nuestro país, diversos estudios epidemiológicos han investigado la
prevalencia de insomnio en muestras poblacionales (Téllez-López, et al.,
1995; Torre-Bouscoulet, et al., 2008; Jiménez-Genchi, Caraveo-Anduaga,
2017; Guerrero-Zúñiga, et al., 2018) (Tabla 4.1). En cuanto a la presen-
cia de síntomas de insomnio, todos reportan cifras similares (entre 35
y 39.7%); algunos proporcionan estimaciones para distintas definiciones
de insomnio que podrían acercarse a sus consecuencias, registrándose
cifras similares, entre el 16.4y 18.8% (Téllez-López, et al., 1995; Jiménez-
Genchi, Caraveo-Anduaga, 2017; Guerrero-Zúñiga, et al., 2018).
86
4. Insomnio crónico
Jiménez-Genchi,
Ciudad de 1,933 adultos
Caraveo- 39.7 17.3
México 18 a 65 años
Anduaga, 2017
Fisiopatología
Se considera que el insomnio es consecuencia de un estado de hiperaler-
tamiento, entendido como una condición en la cual el individuo muestra
una propensión a estar despierto, dificultándose el inicio y mantenimiento
del sueño.
La investigación desde diferentes perspectivas ha dado lugar a la for-
mulación de varios modelos teóricos para explicar la fisiopatología del
insomnio.
87
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
Fuente: Jiménez-Genchi, A. & Caraveo-Anduaga, J. (2017). Crude and adjusted prevalence of sleep complaints in
Mexico City. Sleep Sci 10(3): 113-21.
MODELO FISIOLÓGICO
Este modelo plantea que los sujetos con insomnio muestran indicadores
fisiológicos de un estado de hiperalertamiento (Perlis, et al., 2017; Perlis,
et al., 2012). Al comparar sujetos que duermen bien con pacientes con in-
somnio se ha encontrado que estos últimos presentan una tasa metabólica
corporal (consumo de oxígeno) más elevada a lo largo de las 24 horas del
día. También, mediante el estudio de la variabilidad de la frecuencia car-
diaca, se ha documentado que los pacientes con insomnio muestran una
mayor actividad simpática y una menor actividad parasimpática durante
todas las etapas de sueño. Otro indicador de hiperalertamiento en los pa-
cientes con insomnio es que exhiben más actividad electroencefalográfica
de frecuencias rápidas (ritmos beta y gamma) al inicio del sueño y durante
el sueño nmor.
En el contexto de la respuesta fisiológica al estrés, han surgido evi-
dencias del estudio del eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenales (hhs) que
sugieren una activación crónica de este sistema en el insomnio. Así, los
88
4. Insomnio crónico
MODELO COGNITIVO
En este modelo, la rumiación y/o preocupaciones son los elementos cen-
trales (Perlis, et al., 2017; Harvey, 2005). Se ha observado que los indi-
viduos con insomnio son más propensos a la rumiación/preocupación.
Éstas pueden tener origen al inicio en eventos estresantes de la vida dia-
ria, pero mientras que la rumiación/preocupación durante el día daría lu-
gar a la generación de respuestas adaptativas, su extensión hacia la noche
condicionaría alertamiento y dificultades para dormir como consecuencia
(Figura 4.2).
Mientras que, al principio, el foco de la rumiación/preocupación estaría
en las situaciones estresantes de la vida, posteriormente puede involucrar
al sueño mismo (por ejemplo, preocupaciones por no dormir bien, por las
consecuencias en el funcionamiento o emocionales), las cuales pueden ser
alimentadas por actitudes y creencias disfuncionales (por ejemplo, “tengo
que dormir 8 horas para estar bien”).
En el largo plazo, el insomnio se perpetúa por el desarrollo de mo-
nitoreo y atención selectiva (Harvey, 2005). Es decir, los pacientes “en-
cuentran” señales que asocian con un buen o mal dormir (ruidos ambien-
tales específicos, manifestaciones corporales, el buen o mal rendimiento
durante el día) y después las buscan. Por ejemplo, un paciente durante
una noche de insomnio “identifica” el ruido producido por el vuelo de
un mosquito, el cual percibe no le deja dormir. En noches subsecuentes,
89
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
EL DÍA EN CAMA
ACTIVIDAD COGNITIVA
NEGATIVA EXCESIVA CREENCIAS
ATENCIÓN SELECTIVA
Y MONITOREO
CONDUCE A
DÉFICIT REAL
Fuente: Perlis, M.L., Ellis, J.G., DeMichele, J. & Riemann, D.W. (2017). Etiology and pathophysiology of insom-
nia. En M. Kryger, T. Roth & W. Dement (eds.) Principles and Practice of Sleep Medicine. Elsevier, 769-84.
90
4. Insomnio crónico
MODELO DE LAS 3 P
El modelo de las 3 P fue propuesto por Spielman a fines de la década de los
ochenta (Spielman, Caruso, Glovinsky, 1987) (Figura 4.3). En él propone
que algunos individuos contarían con características de vulnerabilidad
para el desarrollo posterior de insomnio; es decir, serían una población
con Predisposición. La aparición de síntomas de insomnio sería determi-
nada por factores Precipitantes, como un evento estresante de la vida, una
enfermedad médica, un trastorno psiquiátrico, entre otros. En el mediano
y largo plazo, el individuo desarrollaría o se presentarían elementos que
promueven la persistencia del insomnio; es decir, lo Perpetúan; ejemplos
de estos últimos son el pasar más tiempo en la cama, las preocupaciones
por el sueño o los hábitos de sueño inapropiados.
Se han planteado otros modelos, como el de inhibición psicobiológica,
el neurocognitivo, el de control de estímulos, y más, cuya revisión reba-
sa el objetivo de este texto. Como puede apreciarse los modelos no son
mutuamente excluyentes, por el contrario, existen elementos comunes y
en cierto sentido pueden ser complementarios.
Fuente: Spielman, A.J., Caruso, S. & Glovinsky, P.B. (1987). A behavioral perspective on insomnia treatment.
Psychiatr Clin North Am 10: 541-53.
91
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
Diagnóstico
El diagnóstico de insomnio se establece mediante la evaluación clínica
(Durand Arias, Rojas-Ávila, Jiménez-Genchi, 2011). Una historia clínica
completa proporciona la información necesaria no solamente para la iden-
tificación de este trastorno del sueño, sino también acerca de los factores
que han contribuido a su aparición y desarrollo, los cuales deberán tomar-
se en cuenta en la planeación del tratamiento.
La semiología del problema para dormir debe incluir el inicio, du-
ración, factores desencadenantes y/o concomitantes; las características
de la evolución (continuo, intermitente), factores que lo exacerban y/o
disminuyen, así como las medidas terapéuticas que se han seguido, desde
la autoprescripción de sustancias o fármacos hasta el tratamiento formal
con hipnóticos, registrando la duración y respuesta observada con estos
tratamientos. Independientemente de que la molestia principal o motivo
de consulta sea el insomnio, existe una serie de síntomas relacionados con
el sueño que deben investigarse por su valor en el diagnóstico sindromá-
tico y diferencial, y por lo tanto terapéutico. Estos síntomas clave son:
insomnio, somnolencia, ronquido, comportamiento durante el dormir,
uso de sustancias/medicamentos (Durand Arias, Rojas-Ávila, Jiménez-
Genchi, 2011).
Como parte de los antecedentes personales patológicos es importante
tener en cuenta que numerosas enfermedades médicas se asocian con la
presencia de insomnio por lo que es de relevancia recopilar información
sobre padecimientos crónicodegenerativos tales como la diabetes melli-
tus, enfermedades cardiovasculares (hipertensión arterial, cardiopatía
isquémica), enfermedades respiratorias (pulmonar obstructiva crónica,
asma), enfermedades neurológicas (epilepsia, cefaleas, enfermedad de
Parkinson, traumatismos craneoencefálicos), enfermedades reumáticas
(artritis reumatoide, osteoartritis, fibromialgia), padecimientos ortopédi-
cos, trastornos psiquiátricos (depresión, ansiedad). Algunos de los fárma-
cos empleados para éstas y otras enfermedades pueden producir insom-
nio como efecto secundario (véase Tabla 4.2), por lo cual resulta de gran
importancia obtener información sobre los diferentes tratamientos que
el paciente esté recibiendo. Otras sustancias con efectos notables sobre
el sueño son la nicotina y el alcohol, de los cuales es necesario conocer la
cantidad y patrón de consumo.
Dentro de los antecedentes personales no patológicos es de relevan-
cia indagar sobre la presencia de algunos hábitos como la práctica de
92
4. Insomnio crónico
Otros
Antidepresivos Antihipertensivos Antiarrítmicos Hipolipemiantes
fármacos
Citalopram Clonidina
Escitalopram
Venlafaxina
93
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
Diario de sueño
Nombre: No exp.
Instrucciones: Este diario ayudará a identificar su patrón de sueño. Complételo por la mañana.
Especifique horarios, por ejemplo: 1:00 pm o 13:00, y donde sea apropiado utilice minutos (min.).
Tratamiento
El tratamiento del insomnio debe comenzar con una explicación breve
acerca de la naturaleza del insomnio. Puede emplearse el modelo de las
3 P para ilustrar al paciente con su propia información sobre la presencia
de factores predisponentes, precipitantes y que perpetúan el insomnio. De
esta manera se hace evidente al paciente la necesidad de abordar el pro-
blema integralmente, considerando la influencia de aspectos eminente-
mente biológicos y no modificables (como la edad y el género), influencias
relacionadas con el estilo de vida (estrés, horarios de trabajo, consumo
de cafeína) hasta el manejo de enfermedades comórbidas (enfermedades
respiratorias, dolorosas, trastornos psiquiátricos, etcétera).
A continuación, se establecen los objetivos, que incluyen: 1) mejorar
la calidad y duración del sueño, y 2) disminuir las consecuencias diurnas
relacionadas con el mal dormir. Es entonces que se plantean las opciones
94
4. Insomnio crónico
95
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
96
4. Insomnio crónico
97
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
TERAPIA COGNITIVA
La terapia cognitiva se basa en el modelo cognitivo del insomnio y va
enfocada a modificar las creencias y actitudes erróneas sobre el sueño
98
4. Insomnio crónico
que suelen tener los pacientes con insomnio y que desencadenan una cas-
cada de procesos que operan tanto por la noche como por el día (Yang,
Spielman, Glovinsky, 2006). Estos procesos son las preocupaciones, que
se acompañan de una activación y distrés, la atención selectiva y monito-
reo, una percepción errónea tanto del sueño como de los déficits diurnos,
creencias erróneas acerca del sueño y conductas de seguridad que resultan
ser contraproducentes (Harvey, 2005). En este sentido, la terapia cogni-
tiva en el contexto del insomnio busca modificar las actitudes y creencias
disfuncionales sobre el sueño para así disminuir la activación tanto física
como emocional y promover el sueño.
El objetivo de la terapia es guiar al paciente para que pueda reinter-
pretar al insomnio y sus consecuencias desde un punto de vista más real,
fortaleciendo las habilidades de afrontamiento y, por lo tanto, la sensación
de control en el manejo del insomnio y sus consecuencias diurnas, lo cual
disminuye la ansiedad anticipatoria a no poder dormir bien y rompe el
círculo vicioso que propone el modelo cognitivo del insomnio (Morin,
Espie, 2003). El terapeuta debe guiar al paciente a reconocer esas creen-
cias y actitudes disfuncionales para modificarlas a lo largo de la terapia.
Tratamiento farmacológico
Existen varios fármacos disponibles para el tratamiento del insomnio. En
el proceso de elección del hipnótico debe tenerse en cuenta: 1) el patrón de
síntomas, 2) los hipnóticos usados previamente y la respuesta obtenida, 3)
el costo, 4) las preferencias del paciente, 5) las condiciones comórbidas, y
6) el perfil de seguridad de los fármacos (contraindicaciones, interaccio-
nes medicamentosas, efectos secundarios) (Schutte-Rodin, et al., 2008).
Los fármacos aprobados por las agencias regulatorias para el trata-
miento del insomnio son los agonistas del complejo receptor gaba-Ben-
zodiacepina (gaba-bzd) y, recientemente, se han agregado la melatonina y
los antagonistas del receptor de orexina/hipocretina (Walsh, Roth, 2017;
Lemoine, et al., 2007). Dentro de los agonistas del receptor gaba-bzd es-
tán los hipnóticos benzodiacepínicos y los no benzodiacepínicos (Tabla
4.3). Los ensayos clínicos controlados y aleatorizados han mostrado que
ambos tipos de hipnóticos son eficaces y seguros en el tratamiento del in-
somnio. No parecen existir evidencias de superioridad de uno sobre otro,
ni en términos de eficacia ni de seguridad.
99
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
100
4. Insomnio crónico
Concentración
Vida media (horas) Dosis (mg)
máxima (horas)
Hipnóticos benzodiacepínicos
Hipnóticos no benzodiacepínicos
101
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
Concentración
Vida media (horas) Dosis (mg)
máxima (horas)
Benzodiacepinas
Antidepresivos
Trazodona 2 7 a 12 50 a 100
Amitriptilina 2a8 5 a 45 12.5 a 100
Doxepina 2a8 10 a 30 25 a 50
Mirtazapina 1a3 13 a 40 15 a 30
Mianserina 3 21 a 61 30 a 60
102
4. Insomnio crónico
et al., 2007), de los cuales puede hacer uso el paciente incluso antes de
visitar al médico. Entre estos se encuentran la melatonina, algunos an-
tihistamínicos (difenhidramina) y la valeriana. De la primera destaca su
eficacia en el insomnio en adultos mayores y su posible uso en niños, de
acuerdo con algunos estudios recientes. Con los antihistamínicos gene-
ralmente se presenta tolerancia por lo que su eficacia puede ser fugaz,
aunque podrían representar una opción en el insomnio en niños. De los
extractos herbolarios como la valeriana, la información es mixta, depen-
diendo probablemente de las preparaciones y concentraciones de las sus-
tancias activas. Se ha descrito el uso de valeriana como adyuvante durante
la reducción gradual del tratamiento con benzodiacepinas. En general,
antihistamínicos y herbolaria podrían utilizarse en casos de insomnio leve
y de corta duración, cuando el paciente no los ha empleado previamente.
Una pregunta pendiente de respuesta es ¿qué hacer cuando un hip-
nótico parece haber fallado? Consensos de expertos recomiendan los
siguientes pasos:
Conclusiones
El insomnio es el trastorno del dormir más frecuente en la población. El
cambio reciente en su definición parece favorecer su identificación y a
partir de esto, su tratamiento. Aunque existen modalidades terapéuticas
eficaces como la terapia cognitivo-conductual para el insomnio y el uso
de fármacos hipnóticos, aún se requiere de información sobre numerosos
103
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
104
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GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
106
4. Insomnio crónico
107
5. TRASTORNOS RESPIRATORIOS DEL DORMIR
José Luis Carrillo Alduenda
Martha Guadalupe Torres Fraga
Introducción
Los trastornos respiratorios del dormir (trd) son un grupo heterogéneo
de padecimientos, con fisiopatología diversa, cuadro clínico inespecífico
e importantes daños a la salud, que se caracterizan por eventos respira-
torios y/o alteración del intercambio gaseoso que se presentan y/o se
agravan durante el sueño (Matheus-Ramírez, et al., 2007).
Los trd son padecimientos muy frecuentes y en conjunto tienen la se-
gunda prevalencia más alta de todos los trastornos de sueño, sólo después
del insomnio. En México, el síndrome de apnea obstructiva del sueño
(saos, vide infra) tiene una prevalencia de 4.4% en hombres y 2.2% en
mujeres (Torre-Bouscoulet, et al., 2008) y casi un tercio de la población
adulta mexicana tiene alto riesgo de padecerlo (Guerrero-Zúñiga, et al.,
2018). La prevalencia de otros trd no ha sido medida en nuestro país,
pero en Estados Unidos de América se estima una prevalencia de 0.3% del
síndrome de hipoventilación por obesidad (Mokhlesi, Kryger, Grunstein,
2008). Los síndromes de apnea central son frecuentes en pacientes con
insuficiencia cardiaca (Javaheri, 2007) y los síndromes de hipoventilación
en presencia de padecimientos que se acompañan de debilidad muscular
(Torres-Fraga, et al., 2012) (distrofias musculares, alteraciones de la placa
neuromuscular, etcétera).
Los trd, además de frecuentes, generan complicaciones y se vinculan a
comorbilidades graves; de tal manera, el saos se asocia con eventos cardio-
vasculares isquémicos (Hung, et al., 1990), hipertensión arterial sistémica
109
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
Definiciones
Los trd se clasifican de acuerdo con el número y tipo de eventos respira-
torios que el paciente presenta durante el sueño (vide infra), y estos a su
vez se definen en el Manual de Calificación de Polisomnografía y Eventos
asociados de la American Academy of Sleep Medicine, de la siguiente
manera:
110
5. Trastornos respiratorios del dormir
111
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
Figura 5.2. Fragmento de un minuto de una poligrafía respiratoria, se muestran las señales
de arriba abajo: pulsoximetría, frecuencia cardíaca, flujo respiratorio, esfuerzo respiratorio,
ronquido, marcador personal de eventos y posición corporal; con flechas se señala el inicio
y el fin de 2 apneas obstructivas
112
5. Trastornos respiratorios del dormir
Figura 5.4. Fragmento de un minuto de una poligrafía respiratoria. Se muestran las señales de
arriba abajo: pulsoximetría, frecuencia cardíaca, flujo respiratorio, esfuerzo respiratorio,
ronquido, marcador personal de eventos y posición corporal; las flechas señalan el inicio y el fin de
una apnea mixta, se aprecia en la primera parte del evento ausencia de esfuerzo respiratorio y en
la segunda parte, a pesar de iniciar el esfuerzo no aparece el flujo
113
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
Clasificación
De acuerdo con la tercera clasificación de los trastornos de sueño (ac-
tualmente vigente), los trd se dividen en 5 grandes grupos (aasm, 2014):
TRASTORNO CIE-11
114
5. Trastornos respiratorios del dormir
Ronquido SC
Catatrenia SC
Abreviaturas: acs = apnea central del sueño, cie rcs= respiración de Cheyne-Stokes, sc= sin código.
115
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
Tabla 5.3. Criterios diagnósticos del síndrome de apnea obstructiva del sueño del adulto
116
5. Trastornos respiratorios del dormir
117
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
Cuello en cm
+ 4 si el paciente es hipertenso
+ 3 ronquido habitual
= 3 apneas presenciadas
118
5. Trastornos respiratorios del dormir
119
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
Deben cumplirse A, B y C
120
5. Trastornos respiratorios del dormir
Conclusiones
Los trastornos respiratorios del dormir son un diverso grupo de pade-
cimientos, muy frecuentes, algunos de ellos ocasionan grave deterioro a
la salud de quien los padece, a pesar de esto, son relativamente fáciles de
diagnosticar y tratar.
121
Referencias
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123
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
124
6. HIPERSOMNIAS DE ORIGEN CENTRAL:
NARCOLEPSIA, HIPERSOMNIA IDIOPÁTICA
Y SÍNDROME DE KLEINE-LEVIN
Introducción
El término viene del latín somnolentĭa. El Diccionario de la Real Academia
de la Lengua Española define la somnolencia como: pesadez y torpeza de
los sentidos motivados por el sueño, ganas de dormir, pereza, falta de
actividad. La somnolencia fisiológica es la manifestación de la necesidad
de dormir, que ocurre después de un tiempo de vigilia prolongado, en
circunstancias normales. La somnolencia tiene variaciones diurnas, en
condiciones normales tenemos un pico de somnolencia cercano a la media
noche y otro, 12 horas después cercano al mediodía.
La somnolencia excesiva diurna o hipersomnia es la manifestación clí-
nica esencial del grupo de trastornos en los cuales la hipersomnia afecta
negativamente el desempeño o la salud de un individuo.
En términos clínicos, la hipersomnia es la incapacidad o dificultad para
permanecer despierto. En nuestro país se ha reportado una prevalencia de
somnolencia en hombres de 16.6% (13.3 a 20) y en mujeres de 18.6% (15
a 22.2) definida como la dificultad para mantenerse despierto durante el
día; y la ocurrencia de siestas, medida indirecta de la somnolencia, se ha
reportado en 24.3% en hombres y 19.1% en mujeres (Torre-Bouscoulet,
et al., 2008). La percepción de somnolencia puede disminuir en función de
la motivación para realizar alguna actividad, ejercicio u otras necesidades
fisiológicas (hambre o sed); también se ve disminuida por factores am-
bientales como ruido, luz y temperatura.
125
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
• Narcolepsia tipo 1
• Narcolepsia tipo 2
• Hipersomnia idiopática
• Síndrome de Kleine-Levin
• Hipersomnia debida a enfermedad médica
• Hipersomnia debida a medicación o sustancias
• Hipersomnia asociada con un trastorno psiquiátrico
• Síndrome de sueño insuficiente
• Síntomas aislados y variantes normales
- Durmiente largo
126
6. Hipersomnias de origen central: narcolepsia, hipersomnia idiopática y síndrome de Kleine-Levin
Narcolepsia
La narcolepsia es una hipersomnia de origen central que se caracteriza
por un estado de disociación del sistema de sueño-vigilia con intrusiones
del sueño de movimientos oculares rápidos (mor) durante la vigilia. Las
primeras descripciones de esta enfermedad (Westphal, 1877; Gélineau,
1880), definían a la narcolepsia como una combinación de ataques de sue-
ño, con cataplejía, episodios repentinos de atonía muscular desencadena-
dos por emociones placenteras intensas, súbitas y generalmente positivas,
con duración ≤ 2 minutos.
La tcts-3 divide a la narcolepsia en tipo 1 (nt1) y tipo 2 (nt2). La
narcolepsia tipo 1 se manifiesta con cataplejía y/o disminución de hipocre-
tinas en líquido cefalorraquídeo (lcr); la narcolepsia tipo 2 no se presenta
con cataplejía y la concentración de hipocretinas en lcr es normal, no obs-
tante, si en un paciente con narcolepsia tipo 2 posteriormente se presenta
cataplejía será clasificada como narcolepsia tipo 1. Consideramos que la
tcts-3 clasifica a la narcolepsia de una forma más cercana al escenario
clínico que representa la atención de estos pacientes (ver Tablas 6.1 y 6.2).
Notas
1. En niños, la narcolepsia puede presentarse como tiempo de sueño nocturno excesi-
vamente largo o como siestas muy prolongadas.
2. Si la sospecha clínica de NT1 es muy alta pero no se cumple el criterio B1, una estra-
tegia posible es repetir la PLMS.
127
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
Nota
Si la cataplejía se presenta después del diagnóstico, debe ser reclasificado como NT1.
EPIDEMIOLOGÍA
De acuerdo con diversos estudios epidemiológicos, la prevalencia de la
narcolepsia es de 30/100 000 personas aproximadamente, siendo la pre-
valencia más alta la reportada por Japón (160/100 000) y la más baja
procedente de Israel (0.23/100 000) y Arabia Saudita (4/100 000). En un
estudio reciente, que incluyó una muestra de 8 444 517 sujetos que presen-
taban reclamos de pago a aseguradoras en Estados Unidos, se determinó
que la prevalencia total de narcolepsia era de 79.4/100 000; 65.4/100 000
correspondían a narcolepsia tipo 2 y 14/100 000 a narcolepsia tipo 1;
la incidencia anual era de 7.67, 7.13 y 4.87/100 000 personas/año, res-
pectivamente. La prevalencia e incidencia fueron aproximadamente 50%
mayores en mujeres que en hombres. Y la prevalencia mayor fue en el
grupo de 21 a 30 años (Scheer, et al., 2019). Este estudio aportó informa-
ción novedosa: mayor prevalencia que la reportada previamente, mayor
prevalencia en mujeres que en hombres y predominio de narcolepsia tipo
2 sobre narcolepsia tipo 1.
La hipersomnia suele ser el primer síntoma y puede presentarse de
forma insidiosa, por lo que los pacientes y sus familiares tienen dificulta-
des para identificarla y con frecuencia se atribuye a otros factores. Cuando
se agregan otros síntomas como cataplejía, alucinaciones hipnagógicas o
hipnopómpicas, y los pacientes acuden o son llevados a algún servicio de
128
6. Hipersomnias de origen central: narcolepsia, hipersomnia idiopática y síndrome de Kleine-Levin
GENÉTICA DE LA NARCOLEPSIA
Entre 2 a 3% de los casos se pueden presentar con un modo de heren-
cia autosómica dominante y penetrancia incompleta. Aunque las formas
familiares sugieren que la narcolepsia suele ser causada por una única
129
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
130
6. Hipersomnias de origen central: narcolepsia, hipersomnia idiopática y síndrome de Kleine-Levin
AUTOINMUNIDAD EN NARCOLEPSIA
Las descripciones y teorías acerca de la autoinmunidad en narcolepsia
(nt1) datan de inicios de la década de 1980, con la descripción de su aso-
ciación al hla. Muchos estudios dirigieron sus esfuerzos en busca de mar-
cadores de inmunidad humoral (autoanticuerpos) específicos que explica-
ran la destrucción selectiva de las células de hipocretina en el hipotálamo
lateral (Tanaka, et al., 2006). Del 20 al 40% de los pacientes con narcolep-
sia de reciente inicio producen un autoanticuerpo contra el Homólogo 2
de Tribbles (trib2), una proteína codificada por el gen trib2 cuya función
es regular la transmisión de señales intracelulares, y que se encuentra
expresada en las células de hipocretina. Sin embargo, trib2 es expresado
en muchos otros tipos celulares, y los signos de autorreactividad vistos
en pacientes con narcolepsia, podrían ser secundarios a la destrucción de
neuronas productoras de hipocretina por otros mecanismos.
Debido a la fuerte asociación de la narcolepsia con cataplejía con el
alelo hla-dqb1*06:02, se ha planteado que el origen de la enfermedad
estaría asociado al mimetismo molecular, mecanismo por el cual péptidos
propios son erróneamente percibidos como extraños, llevando a la des-
trucción celular, lo cual frecuentemente ocurre en el contexto de alelos
hla específicos. Las células presentadoras de antígenos reconocen como
extraños a los péptidos de hipocretina que al presentarlos al linfocito t
cd4+ autorreactivo, desencadena una respuesta inmunitaria de tipo ce-
lular específica. De la Herrán-Arita describió la presencia de linfocitos
cd4+ reactivos a epítopes de preprohipocretina con alta afinidad al hla
dqb1*06:02 (hcrt 56-58 y hcrt 87-99) en pacientes con narcolepsia (De
la Herrán-Arita, et al., 2013). Estos péptidos representan las secuencias
de la porción C terminal de las hipocretinas 1 y 2. Se piensa que la pérdida
de tolerancia inmunológica se debe a la activación inmunitaria después
de la exposición a un microorganismo infeccioso, o a la generación de
linfocitos t autorreactivos por mimetismo molecular.
Por otro lado, es conocido que para el desarrollo de una enfermedad
autoinmune no basta con el daño en un solo punto del procesamiento
131
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
132
6. Hipersomnias de origen central: narcolepsia, hipersomnia idiopática y síndrome de Kleine-Levin
SISTEMA HIPOCRETINÉRGICO
En 1998, un par de grupos de trabajo independientes reportaron el des-
cubrimiento de 2 péptidos, otorgándoles uno el nombre de hipocretina
(nombre que proviene de hipotálamo, y de su analogía de secuencia con la
secretina) (Tsai, et al., 2011), y otro el de orexina (debido al incremento
de la ingesta observado tras su administración intraventricular) (Sakurai,
et al., 1998). A pesar de cierta confusión inicial sobre los términos, hoy
en día se acepta hipocretina y orexina como sinónimos. Se han descrito
2 tipos de hipocretina, la hipocretina 1 (hcrt1) y la 2 (hcrt2), los cuales
133
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
DEFICIENCIA DE HIPOCRETINA
COMO CAUSA DE NARCOLEPSIA TIPO 1
La implicación del sistema de hipocretinas en la narcolepsia en seres
humanos fue demostrada por Nishino y colaboradores al observar por
radioinmunoanálisis niveles indetectables de hcrt1 en lcr en 7 de 9 pa-
cientes con narcolepsa y hla (antígeno leucocitario humano) dqb1*0602
positivo (Nishino, et al., 2001). Un trabajo más completo del mismo equipo
(Koepsell, Longstreth, Ton, 2010) describe un grupo de 38 pacientes con
narcolepsia con cataplejía, 36 de ellos hla dqb1*0602 positivos; y en 32
134
6. Hipersomnias de origen central: narcolepsia, hipersomnia idiopática y síndrome de Kleine-Levin
135
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
Desde que ocurren los primeros síntomas hasta que se realiza el diagnós-
tico pueden transcurrir hasta 10 años (Scammell, 2015).
La cataplejía (del latín cataplexis: pasmar) es el único síntoma específi-
co de narcolepsia. Se define como la pérdida súbita, transitoria y bilateral
del tono muscular, su duración es breve, generalmente no mayor a 2 mi-
nutos, desencadenada por carcajearse o bromear, característicamente no
hay pérdida del estado de alerta, lo que es útil para diferenciarla de otros
síntomas neurológicos o cardiovasculares. Todos los músculos esquelé-
ticos pueden ser afectados, excepto los respiratorios y extraoculares. A
pesar de que el desencadenante específico es una carcajada, puede ocurrir
por eventos que se acompañan de una emoción intensa, generalmente po-
sitiva. Las emociones “negativas” como el miedo o el enojo rara vez son
un disparador de cataplejía (Scammell, 2015).
En casos muy raros puede haber una secuencia de cataplejía sin que
el paciente recupere totalmente el tono muscular entre los episodios, esta
condición recibe el nombre de status cataplecticus. En ocasiones la cata-
plejía es imperceptible y se presenta solamente como parpadeo, apertura
bucal o protrusión de la lengua. Los pacientes pueden identificar los des-
encadenantes y evitarlos. Puede haber un “rebote” de cataplejía cuando se
suspende la medicación con antidepresivos.
Los otros 2 síntomas de la pentada “clásica” son parálisis de sueño y
alucinaciones hipnagógicas e hipnopómpicas. Se presentan en 40 a 80%
de los pacientes con narcolepsia. Estos síntomas pueden ocurrir esporá-
dicamente en sujetos sin narcolepsia y generalmente están asociados con
privación de sueño, algún trastorno neurológico o psiquiátrico o consumo
de sustancias (Scammell, 2015).
La parálisis de sueño es la incapacidad transitoria y generalizada para
moverse o hablar que ocurre durante la transición sueño-vigilia, persiste
algunos minutos y suele acompañarse de angustia y de la sensación de
“no poder respirar”, no poder moverse o no ser escuchado por los demás.
Ocurre porque al despertar persiste la atonía muscular característica del
sueño mor. En nuestra cultura reconocemos a este fenómeno como que
“se sube el muerto”.
Las alucinaciones hipnagógicas son alteraciones de la percepción sin
desencadenante externo, generalmente son visuales y también pueden
incluir alucinaciones táctiles, cenestésicas y auditivas. Suceden al inicio
del sueño, en la transición vigilia-sueño o sueño-vigilia (hipnopómpicas).
136
6. Hipersomnias de origen central: narcolepsia, hipersomnia idiopática y síndrome de Kleine-Levin
137
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
Clinimetría
La escala de somnolencia de Epworth fue desarrollada en 1991, es una
escala autoaplicable que mide la probabilidad que tiene un sujeto de que-
darse dormido en 8 diferentes situaciones que se califican de 0 a 3, la
calificación final es de 0 a 24 puntos. Ha sido traducida a varios idiomas y
ha sido validada al español. Tiene un punto de corte de 10 que representa
somnolencia clínicamente significativa.
La escala Ullanlinna para narcolepsia fue desarrollada en Finlandia en
1993 y ha sido traducida a varios idiomas; existe una traducción al espa-
ñol, aún no validada en nuestro país. Tiene un par de grandes dominios,
uno sobre somnolencia y otro sobre cataplejía, los autores proponen un
punto de corte para narcolepsia de 14, con una sensibilidad de 100% y una
especificidad de 98% (Hublin, et al., 1994).
PRUEBAS DIAGNÓSTICAS
La polisomnografía (psg) y la prueba de latencias múltiples a sueño (plms)
son el estándar de oro para el diagnóstico de narcolepsia. La polisomno-
grafía debe realizarse posterior a una semana en la que el paciente duerma
8 horas por noche en promedio, registrado en un diario de sueño o me-
dido por actigrafía para asegurarnos que no hay privación de sueño que
dé un resultado falso positivo. Debe suspenderse cualquier medicación
138
6. Hipersomnias de origen central: narcolepsia, hipersomnia idiopática y síndrome de Kleine-Levin
139
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
140
6. Hipersomnias de origen central: narcolepsia, hipersomnia idiopática y síndrome de Kleine-Levin
Figura 6.2. Hipnograma de PLMS del mismo paciente. Se observan episodios de sueño MOR
(SOREM) en todas las siestas realizadas
TRATAMIENTO
El tratamiento de la narcolepsia es sintomático y parcialmente efectivo.
Los objetivos son controlar los síntomas diurnos y mejorar el sueño
nocturno. Las estrategias terapéuticas de modificación de conducta son
útiles, aunque no suficientes y son difíciles de seguir por los pacientes.
Dos tipos de fármacos funcionan para los síntomas, los estimulantes para
disminuir la somnolencia y los antidepresivos que disminuyen la cataple-
jía y mejoran la continuidad del sueño nocturno (Tablas 6.3 y 6.4).
141
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
Mecanismo Efectos
Fármaco Dosis
de acción secundarios
Inhibe el transporta-
150 a 250 mg, dor de dopamina.
Cefalea, náusea,
Armodafinil una dosis al día
ansiedad, insomnio.
por la mañana. Inhibe recaptura de
dopamina.
Inhibe el transporta-
dor de dopamina.
10 a 30 mg, 2 veces Hiporexia, náusea,
al día. cefalea, insomnio,
Inhibe recaptura de
Metilfenidato taquicardia,
dopamina.
Dosis máxima arritmias, dolor
60 mg/día. abdominal.
Aumenta la liberación
de dopamina.
Antagonista y agonis-
ta inverso del recep-
tor H3 de histamina.
8.9 a 35.6 mg, una Cefalea, insomnio,
Pitolisant
dosis al día. náusea.
Incrementa la sín-
tesis y liberación de
histamina.
Inhibe el transporta-
dor de dopamina y
noradrenalina. Cefalea, náusea,
Solriamfetol 75 a 150 mg. hiporexia, ansiedad,
Inhibe la recaptura insomnio.
de dopamina y
noradrenalina.
142
6. Hipersomnias de origen central: narcolepsia, hipersomnia idiopática y síndrome de Kleine-Levin
Antidepresivos
La eficacia de los antidepresivos tricíclicos en el control de la cataple-
jía es debida a su capacidad para inhibir la recaptura de catecolaminas,
incrementar el tono muscular y suprimir el sueño mor. Sus efectos cola-
terales incluyen sequedad de boca, constipación, retención urinaria, dis-
función eréctil e incremento del apetito. Son causa de pérdida de la atonía
muscular propia del sueño mor y pueden causar status cataplecticus cuando
se suprime su uso.
La fluoxetina a altas dosis ha mostrado ser eficaz para disminuir la ca-
taplejía. Los inhibidores de recaptura de serotonina y noradrenalina tie-
nen más eficacia que los inhibidores selectivos, con menos efectos colate-
rales que los tricíclicos. La atomoxetina, inhibidor de recaptura de nora-
drenalina, es eficaz cuando la venlafaxina pierde eficacia para controlar la
cataplejía. El uso de tricíclicos, inhibidores de recaptura de serotonina e
inhibidores de recaptura de serotonina y noradrenalina no están aproba-
dos por las agencias regulatorias europea y americana para el control de
la cataplejía; sin embargo, su eficacia y la recomendación para su uso está
respaldada por consensos y opinión de expertos.
OXIBATO DE SODIO
El oxibato de sodio (gama-hidroxibutirato) disminuye la cataplejía, la
somnolencia diurna y el sueño nocturno fragmentado en los pacientes
con narcolepsia. Actúa como un agonista gabaérgico, sobre el receptor
GABAB y consolida el sueño mor nocturno, aunque se desconoce el me-
canismo de acción por el que controla la cataplejía. En dosis de 30 mg/
kg consolida el ciclo de sueño nmor-mor, tiene una vida media muy cor-
ta (90 a 120 minutos), debe tomarse al estar acostado para disminuir el
riesgo de caídas y una segunda dosis 2.5 a 4 horas después de la primera
dosis, por lo que los pacientes deben despertar a mitad de la noche para
tomarlo. La dosis eficaz fluctúa entre 6 y 9 gramos. La disminución en
la somnolencia es inmediata y su efecto terapéutico máximo puede ser
alcanzado hasta 2 a 3 meses después (Scammell, 2015). Es frecuente que
143
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
ESTIMULANTES
Desde 1930 se han utilizado estimulantes como tratamiento para la som-
nolencia, inicialmente cafeína, efedrina, después anfetaminas, metanfeta-
minas y metilfenidato. A dosis bajas, los estimulantes liberan dopamina y
noradrenalina actuando sobre sus transportadores presinápticos; a dosis
mayores inhiben al transportador de monoaminas. Sus efectos colaterales
incluyen irritabilidad, cefalea, insomnio, hiporexia, náusea, diaforesis, ta-
quicardia, hipertensión, infarto al miocardio. Producen tolerancia en 33%
de los pacientes que los utilizan.
Mecanismo
Fármaco Dosis Efectos secundarios
de acción
Inhibidor selectivo
Náusea, boca seca,
Fluoxetina 20 a 80 mg. de recaptura de
insomnio.
serotonina.
2.25 a 4.5 al
Náusea, mareo,
acostarse y 2.25 a Agonista
Oxibato sódico incontinencia urinaria,
4.5, 2.5 a 4 horas GABAérgico.
sedación, ansiedad.
después.
144
6. Hipersomnias de origen central: narcolepsia, hipersomnia idiopática y síndrome de Kleine-Levin
Hipersomnia idiopática
La hipersomnia idiopática es un trastorno caracterizado por somnolen-
cia diurna, frecuentemente acompañada por tiempo de sueño nocturno
aumentado, sueño no reparador, dificultad para despertarse, disfunción
cognitiva y síntomas autonómicos (Trotti, 2017). En la Tabla 6.5 se
muestran los criterios diagnósticos para la hipersomnia idiopática.
DATOS EPIDEMIOLÓGICOS
La prevalencia es desconocida. Se cree que existe un sujeto con hipersom-
nia idiopática (hi) por cada 10 pacientes con narcolepsia, de acuerdo con
estimaciones clínicas (Trotti, 2017). En la población general se estima
una prevalencia de 1 a 2 de cada 10 000 habitantes. En centros de referen-
cia, hasta el 75% de sujetos con hi son mujeres. Generalmente inicia entre
16 y 24 años (Arnulf, Leu-Semenescu, Dodet, 2019). Puede desaparecer
espontáneamente en el 14% de pacientes.
145
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
Notas
1. La inercia de sueño severa y prolongada, conocida como borrachera de sueño
(definida como dificultad prolongada para despertar después de repetidos periodos
de sueño, irritabilidad, conductas automatizadas y confusión): y/o siestas no repara-
doras, de más de una hora de duración, son características clínicas de apoyo.
2. Eficiencia de sueño > 90% en la polisomnografía previa es un hallazgo de apoyo.
3. El tiempo de sueño en 24 horas requerido para el diagnóstico debe adaptarse al
grupo etario de niños y adolescentes.
4. Ocasionalmente, los pacientes pueden tener una latencia a sueño mayor a 8 minutos
en la prueba de latencias múltiples y un tiempo de sueño menor a 660 minutos en
24 horas. El juicio clínico debiera ser usado para decidir si se corrobora el diagnósti-
co de hipersomnia idiopática.
146
6. Hipersomnias de origen central: narcolepsia, hipersomnia idiopática y síndrome de Kleine-Levin
FISIOPATOLOGÍA
Existen pocos datos relacionados con la fisiopatología de la enfermedad.
No se han encontrado alteraciones en neurotransmisores que promuevan
la vigilia. En un estudio reciente se encontró que el bloqueo de receptores
gaba-A con flumazenil y claritromicina disminuía la somnolencia en pa-
cientes con hi; sin embargo, estos resultados no se han replicado en otros
estudios (Trotti, 2017).
Alteraciones en el sistema circadiano y homeostático de regulación del
sueño y un sistema de alertamiento disfuncional se han postulado como
mecanismos fisiopatológicos. Un porcentaje mayor de sujetos con hiper-
somnia idiopática tienen biorritmo nocturno y funcionan mejor durante
la noche que en la mañana. Se han reportado disminución en la etapa 1
del patrón cíclico alternante y aumento de la actividad delta, pero esta
información tampoco ha sido consistente.
147
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
TRATAMIENTO
El tratamiento es sintomático, no existe tratamiento preventivo y la hi-
giene de sueño no tiene impacto en los síntomas. La respuesta favorable
al tratamiento ocurre con menor frecuencia que en narcolepsia y sólo 50%
de los pacientes tienen respuesta significativa. Cuando haya síntomas de-
presivos asociados deben ser tratados. El modafinilo es considerado por
expertos como primera línea de tratamiento. Las dosis utilizadas son de
100 a 400 mg.
Síndrome de Kleine-Levin
El síndrome de Klein-Levin (skl) es un trastorno de hipersomnia recu-
rrente y remitente, asociado a alteraciones cognitivas, psiquiátricas y
conductuales, con periodos libres de síntomas. La Tabla 6.6 muestra los
criterios diagnósticos (aasm, 2014).
DATOS EPIDEMIOLÓGICOS
La hipersomnia recurrente es una enfermedad rara, se han reportado
aproximadamente 200 casos en la literatura. La relación hombre-mujer
es de 4:1 y cuando la enfermedad sólo tiene como síntoma la somnolencia
la relación es más balanceada.
148
6. Hipersomnias de origen central: narcolepsia, hipersomnia idiopática y síndrome de Kleine-Levin
GENÉTICA Y AMBIENTE
La etiología del skl es desconocida. La presencia de hla dqb1*02, dq1 y
dr5 se ha asociado a pacientes con skl. Una infección viral de vía aérea
superior o, con menos frecuencia, una gastroenteritis se han reportado
como antecedente inmediato al inicio de los síntomas. Otros desencade-
nantes: exposición a anestesia o consumo de alcohol (aasm, 2014).
Por el inicio de los síntomas en la segunda década de la vida y su
asociación con infecciones se ha atribuido una etiología autoinmune; sin
embargo, tampoco está demostrada.
FISIOPATOLOGÍA
Se han realizado estudios post mortem en 4 casos, pero los hallazgos han
sido inconsistentes. Se han identificado infiltraciones linfocíticas peri-
vasculares en el hipotálamo, amígdala y sustancia gris en el lóbulo tem-
poral parecido a una encefalitis leve; también se encontró disminución
en el tamaño del locus coeruleus y disminución en la pigmentación de la
sustancia nigra.
Los síntomas también se han atribuido a alteraciones neuroendócrinas
por daño en el hipotálamo e hipófisis. Se ha mostrado disminución en
la respuesta a cortisol inducida por hipoglicemia durante los episodios
sintomáticos.
149
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
TRATAMIENTO
El tratamiento es sintomático; la terapia con luz, metilfenidato, litio, car-
bamazepina y ácido valproico han sido utilizados con resultados incon-
sistentes. El litio 300 mg al día ha sido utilizado como tratamiento de
mantenimiento.
150
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154
7. TRASTORNO DEL RITMO CIRCADIANO
DE SUEÑO-VIGILIA
Introducción
Existen variaciones ambientales periódicas que se repiten a intervalos
constantes de tiempo (ciclos geofísicos como el ciclo luz-oscuridad, las
estaciones y las mareas), por lo que también existen variaciones en plan-
tas y animales que se ajustan a estos cambios. Estas variaciones se deno-
minan “ritmos biológicos”; de acuerdo con su duración se pueden dividir
en: 1) ritmos circadianos, a los ciclos cercanos a las 24 horas; 2) ritmos
ultradianos si su duración es menor a un día; y 3) ritmos infradianos si
son mayores a un día (Golombek, Cardinali, 2010).
Los ritmos circadianos tienen 3 características básicas: a) automatis-
mo: son procesos endógenos originados por un marcapaso de libre fun-
cionamiento, cuyo ritmo persiste incluso en ausencia de señales externas;
b) en condiciones naturales se coordinan o alinean con los ciclos externos
ambientales, proceso que se denomina “sincronización o arrastre”; c) la
temperatura corporal puede compensar la velocidad del reloj o el ciclo;
sin embargo, cambios ambientales en la temperatura no afectan estos pro-
cesos de manera significativa (Aguilar-Roblero, 2015).
155
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
156
7. Trastorno del ritmo circadiano de sueño-vigilia
Disfunción en los mecanismos del reloj - Trastorno del ritmo irregular del ciclo
circadiano endógeno. sueño-vigilia.
Para la Clasificación internacional de los trastornos del sueño 3 (icsd-3, por sus
siglas en inglés International Classification of Sleep Disorders) la duración de
todos los trcsv, con excepción del jet lag, es de al menos 3 meses (aasm,
2014).
En el dsm-5, los trcsv no incluyen al jet lag como un diagnóstico, pero
para los otros diagnósticos agrega 3 especificadores de acuerdo con la
presentación de los trcsv, que pueden ser: a) episódico, duración mayor
a un mes y menor a 3 meses; b) persistente, si dura más de 3 meses; o c)
recurrente, si se presentan 2 o más episodios en un año. Además, existen
otros 2 especificadores: 1) el especificador de presentación “familiar” que
se aplica cuando existen antecedentes familiares de fase de sueño retrasa-
da o adelantada y se aplican al trastorno de fase retrasada y adelantada de
ciclo sueño-vigilia, respectivamente; 2) el especificador de “superposición
a un tipo de sueño-vigilia no ajustado a las 24 horas”, que se puede aplicar
exclusivamente al trastorno de fase retrasada de ciclo sueño-vigilia cuan-
do exista comorbilidad con éste (apa, 2014).
157
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
Historia clínica
Es el elemento más importante para el diagnóstico de los trcsv, enfocán-
dose especialmente en los síntomas relacionados con el sueño, horarios
y patrón de actividad. Se debe diferenciar de otros trastornos del sueño,
además de observar su conveniencia en una evaluación psiquiátrica para
la evaluación de comorbilidades (Magee, et al., 2016).
Diarios de sueño. Se tratan de instrumentos de autoinforme que se com-
pletan al despertar y a lo largo del día, en los cuales los pacientes regis-
tran los horarios habituales de sueño y vigilia tales como: el horario de
acostarse, la latencia del sueño, el tiempo de vigilia posterior al inicio del
dormir, la hora de despertar, la calidad subjetiva del sueño y la presencia
de somnolencia excesiva diurna. Adicionalmente pueden documentarse
el uso de medicamentos y el consumo de sustancias. Son herramientas
básicas en la evaluación de los trcsv, de los que se requiere un registro
mínimo de 7 días, aunque se recomienda que se registren 14 días (Abbott,
Reid, Zee, 2017).
Actigrafía
A través de un dispositivo similar a un reloj que se utiliza en la muñeca
no dominante del paciente, se monitoriza mediante un acelerómetro el
nivel de actividad y la exposición a la luz. Este método requiere además
del llenado simultáneo de los diarios de sueño (Magee, et al., 2016). Véase
la Figura 7.1a para un ejemplo de una actigrafía de un día normal.
Escalas de evaluación. Aunque existan algunas escalas de tamizaje para
los distintos trastornos del sueño, las escalas más utilizadas en los trcsv
son las que evalúan el cronotipo, que corresponde al patrón de actividad
y la preferencia en los horarios de sueño-despertar, ya que determina-
dos cronotipos se asocian con trcsv específicos, aunque presentar algún
cronotipo no es diagnóstico de un trcsv (Abbott, Reid, Zee, 2017). En
la Tabla 7.2 se describen las escalas más usadas en la evaluación de los
cronotipos.
158
7. Trastorno del ritmo circadiano de sueño-vigilia
159
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
Nota: a) Actigrafía normal; b) Actigrafía en trastorno de fase retrasada (tfr); c) Trastorno de fase avanzada (tfa);
d) Trastorno de ritmo diferente de 24 horas; e) Trastorno de ritmo irregular.
16 a 30 31 a 41 42 a 58 59 a 69 70 a 86
Se reportan de manera separada los distintos parámetros del sueño para días laborales
y días no laborales. Con información previa se realiza un autorreporte de entre las
siguientes 7 categorías:
6 5 4 3 2 1 0
Escala compuesta de matutinidad de Smith (Greenwood, 1994)
23 a 43
22 puntos o menos 44 puntos o más
puntos
160
7. Trastorno del ritmo circadiano de sueño-vigilia
Cuadro clínico
El cuadro clínico típico involucra a un individuo con un historial de di-
ficultad para dormir y despertarse en horarios socialmente apropiados,
ya que el inicio del sueño suele ocurrir después de 2 a 6 horas de la hora
esperada; sin embargo, la duración del sueño es normal si se deja a li-
bre demanda. Este retraso se asocia con un incremento en la latencia del
sueño y combinado con los horarios escolares y laborales resulta en una
restricción crónica y pobre calidad de sueño (Micic, et al., 2016). Los in-
dividuos con tfrcsv experimentan disfunción diurna significativa, que
incluye pobre rendimiento académico, incremento en la irritabilidad y
somnolencia excesiva diurna (Abbott, Reid, Zee, 2017); de hecho algunos
individuos presentan una inercia excesiva del sueño, que se manifiesta
con confusión y una dificultad extrema para mantenerse despierto en las
mañanas. Los individuos suelen consumir alcohol, sedantes-hipnóticos
y estimulantes para aliviar los síntomas de insomnio y la somnolencia
excesiva diurna, los que puede perpetuar el tfrcsv (Micic, et al., 2016).
161
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
Diagnóstico
El diagnóstico se realiza con base en la historia detallada del sueño. Se
recomienda el monitoreo conjunto mediante diarios de sueño y actigrafía
de cuando menos 7 días, pero es preferible 14 días de monitoreo (Abbott,
Reid, Zee, 2017). Los parámetros registrados en la actigrafía y/o los
diarios de sueño muestran un incremento significativo en la latencia de
inicio del sueño, con un horario habitual para dormir aproximado entre
la 01:00 a 06:00 horas y para despertar entre las 10:00 a las 14:00 horas;
sin embargo, no muestran otras alteraciones. Los diarios de sueño y la
actigrafía permiten calcular el “punto medio del sueño en los días libres”,
que se obtiene del promedio de inicio del sueño en los días no laborales/
escolares, el cual es un marcador de fase de sueño que se relaciona de
manera importante con otros marcadores de fase como el dlmo (Nesbitt,
2018). El patrón de actividad vespertino es frecuentemente reportado en
los cuestionarios y escalas de evaluación del cronotipo, aunque no es diag-
nóstico del tfrcsv (Abbott, Reid, Zee, 2017). Véase la Figura 7.1b para un
ejemplo de la actigrafía de tfrcsv.
El dlmo presenta también un retraso, en concordancia con la fase del
ciclo sueño-vigilia. La medición de la concentración de melatonina salival
para determinar el dlmo continúa siendo costoso y poco usado (Nesbitt,
2018). La polisomnografía no está indicada para el diagnóstico de los
tfrcsv, únicamente se realiza cuando existe sospecha de otro trastorno
del sueño concomitante (Abbott, Reid, Zee, 2017).
Comorbilidad
Se ha estimado que el 10% de los pacientes con insomnio crónico han
desarrollado un tfrcsv (Van Geijlswijk, Korzilius, Smits, 2010). El 70%
de los pacientes con tfrcsv tienen una comorbilidad psiquiátrica, con una
asociación importante con los trastornos depresivos. Un estudio de Corea
del Sur sugiere que el trastorno afectivo estacional es 3.3 más frecuente
en los pacientes con tfrcsv. También se ha asociado con otros diagnós-
ticos psiquiátricos como trastorno obsesivo-compulsivo, trastorno por
déficit de atención, trastorno del espectro autista y fobia social (Magee, et
al., 2016; Nesbitt, 2018).
Tratamiento
La aproximación en el tratamiento del tfrcsv es multifactorial, e implica
una fase inicial en la cual se produce el avance y una fase de mantenimiento
162
7. Trastorno del ritmo circadiano de sueño-vigilia
163
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
Cuadro clínico
El cuadro clínico involucra a pacientes con somnolencia vespertina y des-
pertar precoz. Es importante aclarar que tanto el adelanto del inicio del
horario de sueño y despertar son involuntarios, y no corresponden mera-
mente a una preferencia por dormir en un horario determinado (Abbott,
Zee, 2017).
El esquema de fase adelantada del ciclo sueño-vigilia aparece antes
de los 30 años, y no se mantiene por el uso de estimulantes matutinos o
por el uso de sedantes vespertinos. No debe desarrollarse en los 3 meses
siguientes a una lesión cerebral traumática, ni tampoco deberse a otras
condiciones médicas, neurológicas o psiquiátricas (Culnan, McCullough,
Wyatt, 2019; Abbott, Zee, 2017).
Los pacientes suelen tener una duración adecuada del sueño para su
edad y suelen acomodar la mayoría de sus actividades en la mañana, por
164
7. Trastorno del ritmo circadiano de sueño-vigilia
Diagnóstico
Al igual que otros trastornos del sueño, la historia clínica detallada es su-
mamente importante. Debido a la presencia de la somnolencia vespertina
debe diferenciarse de aquellos trastornos que generen hipersomnolencia
como el síndrome de apnea-hipopnea obstructiva del sueño o la narcolep-
sia. El “despertar precoz” debe diferenciarse de los trastornos afectivos,
sobre todo de la depresión con características melancólicas (Abbott, Reid,
Zee, 2017; Abbott, Zee, 2017).
Se recomienda el monitoreo conjunto con diarios de sueño y actigra-
fía, los que deben realizarse por un mínimo de 7 días, siendo preferible el
registro por un plazo de 14 días (Abbott, Reid, Zee, 2017). En ausencia
de demandas psicosociales, profesionales o influencias ambientales, los
pacientes con tfacsv usualmente duermen antes de las 20:30 y despiertan
antes de las 05:30 horas, lo que suele confundirse con un “despertar pre-
coz”; sin embargo, la duración del sueño y otros parámetros son normales
(Culnan, McCullough, Wyatt, 2019; Curtis, et al., 2019). Véase la Figura
7.1c para un ejemplo de actigrafía de tfacsv.
El patrón de actividad matutino es frecuentemente reportado en los
cuestionarios y escalas de evaluación del cronotipo, aunque no es diagnós-
tico del tfacsv (Abbott, Reid, Zee, 2017).
El dlmo en el tfacsv se encuentra adelantado en concordancia con el
avance de fase del ciclo sueño vigilia, pero la medición de la concentración
de melatonina salival para determinar el dlmo continúa siendo costoso y
poco usado (Nesbitt, 2018). La polisomnografía no está indicada para el
diagnóstico de los tfrcsv, únicamente se realiza si existe sospecha de otro
trastorno del sueño concomitante (Abbott, Reid, Zee, 2017).
Tratamiento
El tratamiento del tfacsv ha sido menos estudiado debido a su menor
prevalencia. Entre las estrategias de tratamiento se encuentran la crono-
terapia, fototerapia y farmacoterapia (Abbott, Reid, Zee, 2017).
La cronoterapia en el tfacsv consiste en adelantar 3 horas el horario
de acostarse cada 2 días, hasta alcanzar el horario deseado (Abbott, Reid,
165
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
Cuadro clínico
El cuadro clínico típico es el de un paciente con ceguera total, que presen-
ta problemas recurrentes y periódicos para iniciar y mantener el sueño;
por lo que usualmente presentan insomnio y somnolencia excesiva diurna
(Culnan, McCullough, Wyatt, 2019). Es característico que el ciclo sue-
ño-vigilia se retrase cada día, por lo que los pacientes presentan dificulta-
des periódicas para mantener los horarios de sueño y vigilia socialmente
aceptados. Sin embargo, si el sueño y la actividad se dejan a libre deman-
da, la duración y las otras características del sueño resultan normales
(Abbott, Reid, Zee, 2017; Abbott, Zee, 2017).
Diagnóstico
El diagnóstico incluye la historia detallada del sueño, descartando otras
causas de insomnio y somnolencia excesiva diurna. Los registros con
166
7. Trastorno del ritmo circadiano de sueño-vigilia
Tratamiento
El tratamiento suele ser complejo e incluye el utilizar sincronizadores
distintos a la luz. Se realiza un cronograma de actividades que incluya
horarios estrictos del sueño y despertar, horarios estrictos en los reforza-
dores sociales como la actividad física y los horarios de alimentación. Por
tanto, la educación en la higiene de sueño es fundamental (Abbott, Zee,
2017). La terapia lumínica no está indicada, se usa únicamente si se de-
muestra supresión de la secreción de melatonina en respuesta al estímulo
luminoso (Abbott, Reid, Zee, 2017).
El tratamiento farmacológico del tcsvd-24 incluye la administración
de melatonina entre las 20:00 a 21:00 horas (Abbott, Reid, Zee, 2017) o
una hora antes de la hora deseada de sueño (Abbott, Zee, 2017), a dosis
de 0.3 a 10 mg, aunque se prefieren las dosis más bajas posibles. El tasi-
melteón, un agonista sintético de la melatonina se encuentra aprobado
por la fda para el tratamiento del tcsvd-24, aunque no está disponible
en México; se recomienda su administración de 20 mg en las noches a la
misma hora todos los días; pueden presentarse cefalea y pesadillas como
efectos secundarios (Abbott, Reid, Zee, 2017; Abbott, Zee, 2017).
167
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
Datos epidemiológicos
Se desconoce la prevalencia de este trastorno y no se establecen diferen-
cias de género; sin embargo, el trastorno es frecuente en adultos mayores
hasta en un 70% (Van Someren, 2000), sobre todo en aquellos institu-
cionalizados; en afectados por trastornos neurodegenerativos como la
enfermedad de Alzheimer u otros tipos de demencia se mencionan cifras
de entre 25 a 60% (Lim, Gerstner, Holtzman, 2014). También se encuen-
tra comúnmente en niños con retraso en el neurodesarrollo (Oyegbile,
Videnovic, 2019).
Fisiopatología
La patogenia exacta no se comprende completamente; no obstante, se
cree que se debe a una disfunción dentro de los procesos centrales in-
volucrados en la generación y mantenimiento de los ritmos circadianos
(Oyegbile, Videnovic, 2019). El desarrollo de patrones irregulares de
sueño-vigilia suele deberse a: a) cambios dentro del nsq o cambios en la
entrada que recibe el nsq; b) reducción en la exposición a sincronizadores
o zeitgebers, como la luz; c) una transmisión alterada de la señalización
de la luz al nsq; y d) así como a cambios en la secreción de melatonina
(Figueiro, 2017).
Cuadro clínico
Los pacientes o sus cuidadores mencionan quejas de insomnio o somno-
lencia excesiva asociada con múltiples (3 o más) siestas irregulares a lo
largo del día, cada una de duración variable. Con frecuencia el insomnio
es de mantenimiento, dando lugar a un sueño fragmentado. Además, las
personas con este trastorno mencionan la incapacidad de participar en
actividades diurnas habituales durante periodos prolongados debido a
su excesiva somnolencia diurna (Auger, et al., 2015). El tiempo total de
sueño durante las 24 horas puede ser normal para la edad (Pavlova, 2017).
Véase la Figura 7.1e para un ejemplo de actigrafía de trastorno por ritmo
de sueño vigilia irregular.
168
7. Trastorno del ritmo circadiano de sueño-vigilia
Diagnóstico
El diagnóstico es principalmente clínico mediante una historia clínica que
demuestre la presencia de un sueño fragmentado y periodos de vigilia
con síntomas crónicos de insomnio de mantenimiento y somnolencia ex-
cesiva diurna; no obstante, el diagnóstico se puede apoyar de la actigrafía
junto con un diario de sueño durante un periodo de 7 días a 14 días. Un
actígrafo muestra un ritmo circadiano perturbado de baja amplitud con
una pérdida de patrones diurnos de sueño-vigilia normales (Oyegbile,
Videnovic, 2019) (Figura 7.1e). El actígrafo también muestra al menos
3 periodos distintos de sueño durante 24 horas (Abbott, Zee, 2015). Es
importante realizar el diagnóstico diferencial con trastornos del sueño
asociados con mala higiene del sueño y el mantenimiento voluntario de
un horario de sueño irregular, como el trabajo por turnos o el jet lag
(Oyegbile, Videnovic, 2019).
Tratamiento
Las medidas destinadas a la consolidación del ciclo del sueño son el nú-
cleo de las intervenciones para este trastorno. El objetivo es mejorar la
amplitud de los ritmos circadianos y alinearlos con el entorno físico ex-
terno (Abbott, Zee, 2015). El manejo implica un entorno estructurado
con exposición a la luz programada en las horas de la mañana, buscando
consolidar la vigilia por la mañana y el sueño por la noche, melatonina e
intervenciones conductuales. Las estrategias pueden incluir aumentar la
exposición a la luz brillante y permanecer fuera de la cama durante el día,
imponer rutinas estrictas a la hora de acostarse, eliminar el ruido y redu-
cir la iluminación en el dormitorio durante la noche (Oyegbile, Videnovic,
2019). En niños y adultos con retraso en el desarrollo psicomotor, la me-
latonina en dosis de 3 a 5 mg puede mejorar y consolidar los patrones de
sueño, así como reducir el sueño durante el día. Se debe tener precaución
cuando se administran sedantes para el tratamiento, y con la melatonina
en el adulto mayor con demencia (Pavlova, 2017).
169
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
Datos epidemiológicos
La prevalencia depende de la región donde se estudie; aunque se men-
ciona que 1 de 5 trabajadores en esta modalidad de cambio de turnos
desarrollará el trastorno (Wickwire, et al., 2017). Otro estudio indica que,
aunque la interrupción del sueño-vigilia es común en los trabajadores
por turnos, sólo del 5 al 10% de los trabajadores por turnos tienen un
trastorno por cambio de turno laboral (Drake, et al., 2004).
Fisiopatología
La razón por la que sólo algunas personas se ven afectadas con el cambio
de turnos no es del todo clara. Se cree que las diferencias individuales
en la susceptibilidad a la interrupción circadiana, incluida la edad, el
sexo y el cronotipo circadiano, contribuyen a la expresión del trastorno
(Gumenyuk, et al., 2015).
Cuadro clínico
Los pacientes presentan somnolencia en los horarios laborales nocturnos,
dificultad para dormir durante el día y una duración corta de sueño (Kim,
Duffy, 2018). Parece haber 2 fenotipos: a) aquellos con insomnio y som-
nolencia; y b) aquellos con insomnio, pero sin somnolencia (Gumenyuk,
et al., 2015). Los trabajadores por turnos también presentan más pro-
babilidades de tener disfunción en otras áreas, así como mayor riesgo
de padecer otros trastornos, como el trastorno por consumo de alcohol,
los trastornos por abuso de sustancias y depresión (Abbott, Zee, 2015).
Como la somnolencia diurna puede ser una queja sintomática importante,
debe descartarse la presencia comórbida de otro trastorno como la apnea
obstructiva del sueño o la narcolepsia, por lo que la semiología de dicho
síntoma será de suma relevancia.
170
7. Trastorno del ritmo circadiano de sueño-vigilia
Diagnóstico
El diagnóstico es predominantemente clínico, determinando las quejas de
sueño-vigilia con el cambio de horario laboral; además se debe discernir
la regularidad y la duración del sueño (Drake, et al., 2004). El registro de
diario de sueño y la actigrafía durante 14 días apoyan en el diagnóstico.
Tratamiento
El tratamiento se compone de múltiples estrategias, divididas en no far-
macológicas y farmacológicas (véase Tabla 7.3). Las no farmacológicas
comprenden estrategias conductuales para mejorar la calidad del sueño.
Durante el turno de trabajo, una mayor exposición a la luz brillante ha-
cia el comienzo del turno puede mejorar el estado de alerta; para evitar
cambios significativos en la fase circadiana, al llegar a casa es importante
hacer que la habitación sea lo más propicia para dormir como cortinas
opacas para minimizar la exposición a la luz, disminuir el nivel de ruido
al que se está expuesto e instruir a los miembros de la familia para mini-
mizar la interrupción del individuo durante su tiempo de sueño (Abbott,
Zee, 2017).
Tabla 7.3. Intervenciones para el manejo del trastorno por cambio de turno laboral
Siestas planeadas.
No Reducir la somnolencia
Cafeína.
farmacológica
Empatar su cronotipo con su cambio de
turno.
Alineación circadiana Exposición a luz artificial.
Exposición a oscuridad.
Uso de melatonina como cronobiótico.
Hipnóticos.
Mejorar el sueño
Melatonina.
Farmacológica
Promotores de la vigilia.
Reducir la somnolencia
Cafeína.
Modificado de: Cheng, P. & Drake, C. (2019). Shift work disorder. Neurol Clin 37(3): 563-77.
171
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
172
7. Trastorno del ritmo circadiano de sueño-vigilia
Melatonina: tomar
Tomar 0.5 La melatonina por la mañana puede ser útil
3 a 5 mg 2 horas
mg por las a dosis de 0.5 mg. Comience de 2 a 3 días
antes de llegar al
mañanas antes de la salida.
destino
Modificado de: Simmons, E., McGrane, O. & Wedmore, I. (2015). Jet lag modification. Curr Sports Med
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173
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
Conclusiones
Los trastornos del ritmo circadiano de sueño-vigilia son causados por un
patrón recurrente o crónico de disrupción del ritmo sueño-vigilia. Los
síntomas más comunes de los trcsv son el insomnio y la somnolencia
excesiva diurna. El diagnóstico es fundamentalmente clínico, aunque se
puede apoyar de registros de diarios de sueño y actigrafía. Con excepción
del jet lag, el resto de los trcsv deben estar presentes al menos 3 meses
para su diagnóstico. El trastorno de fase retrasada del ciclo sueño-vigilia,
es el trastorno del ritmo circadiano más frecuente. A manera de resumen,
véanse las Tablas 7.5 a y b con las principales características de los tras-
tornos del ritmo circadiano.
Insomnio de
Somnolencia ex- Insomnio y somno-
conciliación y
Cuadro clínico cesiva vespertina y lencia excesiva diurna
somnolencia
“despertar precoz”. periódicos.
excesiva matutina.
Retraso gradual/
Retraso en el hora- Adelanto en el
escalonado en el
Hallazgos rio de dormir horario de dormir y
horario de dormir y
y despertar. despertar.
despertar.
Adelantar en 3 Cronograma de
Retrasar en 3 horas
horas el horario de actividades con ho-
el horario de
acostarse cada día, rarios estrictos para
Cronoterapia acostarse cada 2
por 5 a 6 días, hasta dormir, despertar,
días, hasta alcanzar
alcanzar el horario actividad física y de
el horario deseado.
deseado. alimentación.
174
7. Trastorno del ritmo circadiano de sueño-vigilia
Exposición matutina
a la luz brillante.
Terapia Evitar la luz brillante Exposición vesperti-
lumínica
Poco útil.
vespertina (goggles na a la luz brillante.
con filtro azul o
lentes ámbar).
Melatonina
0.3 a 5 mg entre las
Melatonina 0.3 a 20:00 a 21:00.
Administración ma-
Terapia 5 mg 4 a 6 horas
farmacológica
tutina de melatonina
antes del promedio Tasimelteón 20 mg
0.3 a 5 mg.
del inicio del sueño. antes de dormir
(no disponible en
México).
Trastorno
Trastornos Jet lag
del ritmo
por cambio
irregular del ciclo
de turnos Oeste Este
sueño-vigilia
Pacientes con
Durmientes
Epidemiología trastornos neuro- No específico
largos.
degenerativos.
Síntomas
Insomnio de Insomnio de Somnolencia
de insom-
mantenimiento y conciliación y excesiva con
Cuadro clínico nio con
somnolencia somnolencia síntomas
síntomas
excesiva crónica. excesiva diurna. somáticos.
somáticos.
Matutino (mayor
Cronotipo No específico. No específico.
severidad).
Clínico. Relación
Clínico. Apoyo Clínico. Relación temporal
temporal entre
Métodos de de diario de sueño entre sintomatología y
diagnóstico
síntomas y cam-
y actigrafía un viaje mayor a 2 husos
bio de horario
de 7 a 14 días. horarios.
laboral.
Tres periodos de Somnolencia Similar al Similar al
Hallazgos sueño durante durante el turno avance de retraso de
24 horas. laboral nocturno. fase. fase.
Dos periodos de
sueño que cum-
Estrategias con-
plan 7 a 9 horas, En días En días pre-
ductuales como
el de mayor du- previos al vios al viaje
horarios para
Cronoterapia ración al finalizar viaje retrasar adelantar el
comer, dormir,
la jornada laboral; el horario de horario de
despertar
el otro periodo se acostarse. acostarse.
y actividad física.
sugiere previo a
la jornada.
175
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
En el lugar
destino
Exposición exponerse
matutina a la luz En el lugar a la luz bri-
Exposición a luz
brillante. destino llante coin-
Terapia brillante al inicio
lumínica
exposición cidiendo
del turno laboral.
Evitar la luz vespertina a con la hora
brillante luz brillante. habitual de
vespertina. despertar
(del lugar
de salida).
En el lugar
Promotores de En el lugar
destino
la vigilia o hipnó- destino
melatonina
Terapia Melatonina ticos de acción melatonina
farmacológica
3 mg en
3 a 5 mg. corta según la 3 mg en
toma
sintomatología toma
vespertina-
predominante. matutina.
nocturna.
Agradecimientos
Agradecemos al doctor Itzamna Ángeles Tah por la elaboración de la
Figura 7.1 de este capítulo.
176
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GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
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7. Trastorno del ritmo circadiano de sueño-vigilia
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179
8. TRASTORNOS DEL MOVIMIENTO
RELACIONADOS CON EL SUEÑO
Introducción
Existe un grupo de entidades clínicas caracterizadas principalmente por
movimientos simples, generalmente estereotipados, que alteran el inicio
y/o continuidad del sueño, con consecuencias diurnas como fatiga y som-
nolencia excesivas.
La Clasificación internacional de los trastornos del sueño (icsd), en su ter-
cera edición, las agrupa en la categoría de trastornos del movimiento
relacionados con el sueño (tmrs) (American Academy of Sleep Medicine,
2014) (ver Tabla 8.1). En este capítulo se abordarán las entidades cono-
cidas con mayor prevalencia, así como con mayor evidencia de opciones
terapéuticas, sin restar importancia a otros tmrs.
La Clasificación internacional de enfermedades, en su decimoprimera edi-
ción (cie-11), se aproxima más a la icsd que la edición anterior y agrupa a
estas entidades en la categoría de trastornos del ciclo sueño-vigilia, y en
la subcategoría de trastornos del movimiento relacionados con el sueño.
La diferencia entre la cie y la icsd es que la primera incluye el trastor-
no de comportamiento del sueño mor y agrega además el diagnóstico de
trastorno de movimientos anormales relacionados con el sueño provoca-
dos por medicamentos (Organización Panamericana de la Salud, 2014).
El Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales en su quinta
edición (DSM-5) contempla únicamente el síndrome de piernas inquietas
181
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
182
8. Trastornos del movimiento relacionados con el sueño
EPIDEMIOLOGÍA
La prevalencia en población general es de entre 5 y 10%. En poblaciones
asiáticas, la prevalencia es menor (Merlino et al., 2007), y en la mexicana
del sexo femenino, se encontró una de 15.6% (Lajous et al., 2014). Durante
el embarazo, es de 21% (Chen et al., 2018) La prevalencia y severidad
de los síntomas incrementan con el tiempo, con una edad promedio de
inicio entre los 30 y los 40 años, aunque no es infrecuente experimentar
síntomas de inicio temprano, siendo del 2 al 4% la prevalencia en edad
pediátrica (Picchietti et al., (2007).
ETIOPATOGENIA
Los factores genéticos, la disfunción en el transporte de hierro en el sis-
tema nervioso central y, finalmente, una disfunción dopaminérgica son
considerados los principales factores en la fisiopatología del spi, los cua-
les, se piensa, ocasionan una alteración de la función de las vías sensitivas
medulares e hiperexcitabilidad motora medular.
La hipótesis sobre una implicación de los sistemas dopaminérgicos en
la patogénesis del spi se sustenta en varios hechos, entre los que ocupa
un papel relevante el efecto terapéutico de los agentes dopaminérgicos
(Winkelman et al., 1994). Además, los síntomas de spi pueden ser precipi-
tados o exacerbados por la administración de bloqueadores dopaminérgi-
cos, particularmente si tienen efecto a nivel central.
Existe una relación bien establecida entre los niveles de hierro y la
función dopaminérgica. El decremento en los niveles de hierro cerebral
puede reducir la función dopaminérgica, debido a la disminución en la
actividad de la tirosina hidroxilasa, paso limitante para la síntesis de do-
pamina, así como para la expresión de sus transportadores y receptores,
lo que reduce la disponibilidad de dopamina para su unión a receptores
postsinápticos. Asimismo, el hierro se ha relacionado con la síntesis de
mielina y el mantenimiento de la densidad sináptica. Actualmente, sabe-
mos que la anemia se asocia al spi en casi el 25% de los pacientes. En 1994,
O’Keeffe, Gavin y Lavan (1994) observaron una relación inversa entre
niveles de ferritina sérica y la gravedad de los síntomas del spi (Rho de
183
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
FACTORES PRECIPITANTES
Se incluyen condiciones que inducen deficiencia de hierro, como el em-
barazo (principalmente si existen antecedentes familiares o se presenta
184
8. Trastornos del movimiento relacionados con el sueño
Factores
CLASIFICACIÓN
La evidencia en la literatura no es suficiente para apoyar subtipos de spi. La
clasificación de “secundario” se ha sugerido cuando el síndrome ocurre
en asociación con deficiencia de hierro, embarazo o insuficiencia renal.
En cuanto a su desarrollo, los estudios sugieren una superposición y un
espectro continuo entre factores genéticos, ambientales y comórbidos
(Trenkwalder, 2016).
DIAGNÓSTICO
El diagnóstico del spi es clínico y se basa en los criterios de la icsd y
del Grupo Internacional de Estudio del Síndrome de Piernas Inquietas
(irlssg), en donde se les denominan “criterios esenciales”, revisados y ac-
tualizados en el 2012. La diferencia con los de la icsd, es que estos últimos
contemplan compromiso en la funcionalidad.
Los criterios de la icsd se describen a continuación:
185
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
186
8. Trastornos del movimiento relacionados con el sueño
EVALUACIÓN DE LA SEVERIDAD
DE LOS SÍNTOMAS Y ESTUDIOS PARACLÍNICOS
La severidad del spi generalmente se evalúa mediante clinimetría como la
escala de evaluación del irlssg. Ésta consiste en 10 preguntas, cada una
con cinco posibles respuestas que pueden ser puntuadas entre 0 y 4 (pun-
taje total 0-40), en donde a mayor puntaje corresponde mayor severidad
(Walters et al., 2003).
Aunque la evaluación objetiva mediante estudios paraclínicos no es ne-
cesaria para el diagnóstico, pues éste se basa en la historia y hallazgos clí-
nicos, puede proporcionar información valiosa para definir el tratamiento.
A continuación se describen cuatro tipos de estudios paraclínicos:
• Ferritina sérica. Los niveles menores de ferritina sérica han sido aso-
ciados con un incremento en la severidad del spi (Allen et al., 2018).
Dado que los parámetros de hierro sérico no predicen los niveles
cerebrales de hierro, es poco probable que un nivel específico sea
útil. Sin embargo, las guías establecidas por el irlssg recomiendan
187
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
Las condiciones que semejan o mimetizan el spi debido a que cumplen o se
aproximan a los criterios esenciales y se confunden continuamente, tanto
en la práctica clínica como en estudios epidemiológicos, son: mialgias, es-
tasis venosa, edema de extremidades, calambres, artritis, entre otras. Con
menor frecuencia y similitud están la acatisia, polineuropatía y mioclonía
hípnica, aunque no cumplen en su totalidad con los criterios esenciales.
188
8. Trastornos del movimiento relacionados con el sueño
TRATAMIENTO
Al evaluar el spi, primero debe determinarse si los síntomas requieren un
tratamiento, es decir, si interfieren con el sueño o el funcionamiento diur-
no. Después, hay que asegurar que no existan factores precipitantes, como
la deficiencia de hierro. Deben también considerarse otras entidades que
mimeticen los síntomas o se encuentren de manera comórbida.
Existen varios fármacos utilizados para el tratamiento del spi con un
nivel alto de evidencia y recomendación, como el pramipexol, ropinirol,
gabapentina enacarbil o levodopa, con un inhibidor de la dopamina des-
carboxilasa, y otros con un nivel de evidencia de moderado a bajo, como
carbamazepina, gabapentina, pregabalina, clonidina, suplementación
con hierro y opioides. El uso de opioides está indicado cuando no hay
adecuada respuesta o tolerancia al resto de los tratamientos disponibles
(Winkelman et al., 2016). Cuando se desea un abordaje no farmacológico,
pueden utilizarse dispositivos de compresión y estimulación magnética
transcraneal (Trotti & Becker, 2019).
SUPLEMENTACIÓN DE HIERRO
Ante la aparición de síntomas de spi o la exacerbación de éstos, se debe
evaluar el hierro mediante la determinación de un panel completo que
incluya niveles séricos de hierro, ferritina, capacidad de unión, porcentaje
de saturación e índice de saturación de transferrina (tsat). Los niveles
de ferritina aislados pueden elevarse ante estados inflamatorios al ser un
reactante de fase aguda. Un nivel de ferritina <75 μg/ml o a tsat <25%
indica deficiencia de hierro. Los niveles de ferritina menores a 45-50 ug/l
se relacionan con una mayor severidad de los síntomas de spi. La terapia
con hierro mejora los síntomas en pacientes con niveles de ferritina me-
nores a 75 ug/l e incluso independientemente de éstos, como se encontró
en un ensayo con carboximaltosa férrica (Allen et al., 2011; Trenkwalder
et al., 2017).
La terapia con hierro se puede indicar tanto en vía oral como intra-
venosa. Existen varias presentaciones disponibles. El modo intravenoso
muestra una mayor tolerancia y una respuesta más rápida. En un metaa-
nálisis se asoció a este procedimiento con reacciones por infusión, que
aproximadamente ocurren en uno de cada 255 casos. Sin embargo, en
189
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
190
8. Trastornos del movimiento relacionados con el sueño
Medica-
FDA Dosis Vía Indicaciones Efectos adversos
mento
Considerar en todos los pacientes
1. Ferritina <75 ug/ml
2. Suplementar con
325 mg c/12 vitamina C, 200 mg 1. Estreñimiento
horas 3. Tomar en ayuno 2. Constipación
4. Reevaluar cada 3 3. Molestias gastrointestinales
Sulfato ferroso - Presentación VO meses o si los sínto- 4. Buscar antecedente de
en México es de mas recurren hemocromatosis (éste no
200 mg, 200 mg 5. No debe indicarse es un efecto adverso)
c/8 horas de manera empí- 5. Riesgo de sobrecarga
rica por riesgo de
sobrecarga
1. Se ha reportado
beneficio indepen-
dientemente del
1 000 mg divi- nivel de ferritina 1. Reacción por infusión
Carboxi- didos en 2 dosis 2. Reevaluar cada 3 2. Buscar antecedente de
maltosa - con diferencia IV meses o si los sínto- hemocromatosis (éste no
férrica de 5 días entre mas recurren es un efecto adverso)
aplicaciones 3. No debe indicarse 3. Riesgo de sobrecarga
de manera empí-
rica por riesgo de
sobrecarga
Tratamiento con presentación intermitente
Tratamiento
Codeína - 30-60 mg VO
intermitente
Tratamiento
Tramadol - 50-100 mg VO
intermitente 1. Codeína: único opioide
asociado a fenómeno de
Tratamiento intermi- potenciación
Carbidopa/ 25 mg/100 mg
- VO tente; puede usarse 2. Constipación, náusea
levodopa
liberación prolongada 3. Riesgo de fenómeno de
potenciación y trastorno de
Tratamiento con presentacion crónica persistente control de impulsos
4. Náusea, cefalea, congestión
Incremento de dosis nasal, constipación, insom-
cada 2-3 días hasta nio, edema en miembros
Inicio: 0.125 mg
Pramipexol + VO obtener respuesta; pélvicos, hipersomnia
Hasta: 0.75 mg
toma 2 horas antes de 5. Monitorizar por el riesgo
síntomas de potenciación (gene-
ralmente ocurre a los 9
Incremento de dosis meses de inicio)
Inicio: 0.25 mg 0.25-0.5 cada 2-3 días; 6. Irritación en sitio de aplica-
Ropinirol + VO
Hasta: 4 mg toma 1.5 horas antes ción (rotigotina)
de síntomas
191
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
Inicio: 300 mg
Gabapentina - VO
Hasta: 2 400 mg
Toma a las 17:00 hrs 1. Somnolencia
Inicio: 75 mg o por la tarde noche 2. Mareo
Pregabalina - VO o antes de la hora de 3. Inestabilidad
Hasta: 450 mg
dormir (según presen- 4. Ganancia ponderal
Gabapentina Inicio: 600 mg tación y tolerancia) 5. Depresión
+ VO
encarbamil Hasta:1 200 mg
Refractariedad a tratamiento
Inicio: 5-2.5 mg 1. Precaución por potencial
Oxicodona-
- Hasta: 20-10mg VO de abuso
naloxona
2 veces al día 1. Para síntomas seve- 2. Somnolencia
ros y refractarios 3. Compromiso cognitivo
Hidrocodona - 5-20 mg VO 2. Mantener dosis 4. Inestabilidad/riesgo de
bajas caídas
3. Buscar monodosis 5. Constipación
y/o presentación de 6. Puede empeorar/preci-
Metadona - 5-40 mg VO acción prolongada pitar síndrome de apnea
obstructiva, central o
complejas
FENÓMENO DE POTENCIACIÓN
El fenómeno de potenciación consiste en el empeoramiento de los sínto-
mas con el uso de agentes dopaminérgicos. La presentación es de mayor
intensidad, menor latencia de aparición al reposo y en horarios y áreas del
cuerpo en donde no se manifestaban previamente.
La estrategia más efectiva para prevenirlo es nunca iniciar tratamiento
con agentes dopaminérgicos o mantener las dosis más bajas posibles. En
caso de presentarse, se pueden dividir la dosis, administrando una parte
por la tarde-noche y otra más cercana a la hora de dormir. También se
pueden utilizar presentaciones de liberación prolongada sin incrementar
la dosis. Si el aumento de ésta es necesario, se debe monitorizar de forma
estrecha, y si se identifica progresión en la potenciación, el tratamiento
debe suspenderse. Se puede considerar el cambio a otro medicamento de
la misma clase, dando preferencia a los parches de rotigotina; sin embargo,
si continúa, no deben usarse más los fármacos dopaminérgicos. La opción
es cambiar a uno de la clase ligandos de calcio alfa-2-delta; la transición se
puede hacer mediante una disminución gradual del fármaco dopaminér-
gico hasta el retiro y, entonces, iniciar el nuevo fármaco. Otra opción es la
suspensión, dejando un periodo de lavado, y posteriormente, iniciar nuevo
fármaco de otra clase. La disminución de los agonistas dopaminérgicos
debe ser gradual para evitar efectos de retiro (0.25 mg de pramipexol y
192
8. Trastornos del movimiento relacionados con el sueño
Tabla 8.4 Consideraciones clínicas para guiar la elección del tratamiento farmacológico
en la presentación crónica persistente del spi
Nota: Aunque se puede individualizar la elección de tratamiento, se recomiendan los ligandos de canales
de calcio alfa-2-delta como primera opción, debido al riesgo de presentar fenómeno de potenciación con los
agonistas dopaminérgicos.
TRATAMIENTO NO FARMACOLÓGICO
La estimulación magnética transcraneal repetida (rtms) es un tratamien-
to no invasivo utilizado para modificar la excitabilidad cortical. Puede
193
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
NUEVOS TRATAMIENTOS
Con base en los avances e hipótesis sobre la participación de glutamato
y adenosina en la etiopatogenia del spi, han surgido nuevos tratamientos
farmacológicos que, aunque no están aprobados ni difundidos, suponen
futuras posibilidades terapéuticas (Ferré et al., 2017). En un ensayo con
22 pacientes durante ocho semanas, el perampanel —un anticomicial,
antagonista no competitivo y selectivo de los receptores ionotrópicos de
glutamato de tipo ampa (ácido alfa-amino-3-hidroxi-5-metil-4-isoxazole-
propiónico)— reportó una mejoría en el puntaje de la escala irlssg, de
una media de (±SD) 23.7±4.2 a una de 11.5±5.3, y una disminución en
el índice de movimientos periódicos de extremidades, de una media de
(+SD) 27.8±6.9 a una de 4.36±2.0 (García-Borreguero, Cano & Granizo,
2017). El uso de dipiridamol, un fármaco que bloquea los mecanismos de
recaptura de ENT-1 y así incrementa la adenosina extracelular, resultó en
una mejoría de los síntomas y disminución del spi (García-Borreguero
et al., 2018).
194
8. Trastornos del movimiento relacionados con el sueño
195
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
ETIOPATOGENIA
La etiología es desconocida. Sallustro y Atwell (1978) sugieren que los
movimientos rítmicos son una forma de autoestimulación vestibular,
mientras que otros autores (Aurora et al., 2012) los consideran como par-
te de una conducta aprendida en la que el niño reproduce los movimientos
cuando es mecido por los padres.
En la génesis de los trastornos del movimiento rítmico se encuentran
involucradas estructuras subcorticales. Se han descrito formas familiares
en el 20% de los casos. Tienden a producirse en la transición de la vigilia
a N1 durante el sueño no mor (nmor) y el mor, de manera que pueden
presentarse en ambos. Se ha considerado como una posible variante de
trastorno de conducta del sueño mor cuando los movimientos aparecen
exclusivamente durante esta etapa.
Suele afectar a niños por demás sanos, quienes llegan a presentar
síntomas neurológicos, como desintegración sensomotora, confusión
izquierda-derecha, incremento de sensibilidad a ciertos estímulos y dis-
minución frente a otros, decremento del sentido del riesgo y aumento de
la ansiedad en situaciones normales.
Los estudios muestran que las zonas periféricas del sistema vestibular
están intactas, mientras que los circuitos centrales se encuentran menos
desarrollados en individuos que cursan con bodyrocking y headbanging.
Está poco estudiada la relación con alteraciones de la conducta.
Laberge et al. (2000) identificaron puntuaciones elevadas en cuestionarios
de ansiedad entre 42 niños con bodyrocking comparados con 1 296 sin
historia de parasomnias.
CUADRO CLÍNICO
Clínicamente, son movimientos estereotipados: headbanging (movimien-
tos anteroposteriores de la cabeza), headrolling (movimientos de laterali-
zación de izquierda y derecha de la cabeza) y bodyrocking (movimiento de
balanceo de todo el cuerpo). Los primeros son los más frecuentes. Suelen
iniciarse antes de los 12 meses de edad, y raramente persisten más allá
de los dos años. Klackenberg afirma que el 66% de los niños a los nueve
meses y el 6% de los de cinco años muestran algún tipo de movimiento
196
8. Trastornos del movimiento relacionados con el sueño
DIAGNÓSTICO
El diagnóstico de certeza se realiza mediante un estudio de psg noctur-
na, aunque la evaluación clínica y las grabaciones de video realizadas
por la familia son suficientes. Los episodios de movimientos rítmicos
nunca van precedidos por actividad autonómica ni de cambios en el
electroencefalograma.
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
Dadas sus características clínicas, este trastorno debe distinguirse de las
siguientes entidades:
• Autismo.
• Crisis tónico-clónicas.
• Trastornos de ansiedad.
• Trastorno de movimientos periódicos de extremidades.
• Tics.
• Autoagresión.
TRATAMIENTO
Es necesario informar sobre el diagnóstico y el curso benigno con el fin
de disminuir la ansiedad en los padres, así como implementar medidas de
seguridad para evitar lesiones y favorecer aquellas de higiene de sueño.
En casos graves pueden utilizarse benzodiazepinas de acción prolongada.
Bruxismo
El bruxismo es una actividad nocturna y no funcional de los músculos
de la masticación, es decir, los pacientes aprietan las estructuras denta-
les durante el sueño. Existen dos desencadenantes principales (Lavigne,
Manzini & Kato, 2005): 1) el estrés, pues existe una relación entre los
niveles de éste y la intensidad del bruxismo, y 2) las interferencias oclu-
sales o, en otras palabras, alteraciones en los dientes que provocan su
mal acoplamiento, lo cual obliga al organismo a intentar desgastar estas
interferencias para una mejor oclusión, lo cual provoca inversión de cús-
197
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
TRATAMIENTO
El tratamiento consiste en reducir al mínimo los niveles de estrés. Sin
embargo, al ser un acto inconsciente, es difícil de evitar por completo. Por
lo tanto, el tratamiento va encaminado a minimizar los efectos perjudi-
ciales mediante la consecución de una oclusión estable y la utilización de
guardas nocturnas.
Los estudios sugieren que la mayoría de los dispositivos orales son
efectivos para el tratamiento, en especial aquellos con mecanismos de
avance mandibular. Existen estudios con medidas farmacológicas, como
el uso de toxina botulínica, clonazepam y clonidina. A pesar de que otras
opciones no farmacológicas, como la biorretroalimentación, la terapia
cognitiva conductual y la estimulación eléctrica del músculo masetero,
han mostrado ser efectivas en la reducción del bruxismo, a excepción
de los dispositivos orales, no hay suficiente evidencia para establecerlas
como recomendación de tratamiento (Manfredini et al., 2015).
198
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8. Trastornos del movimiento relacionados con el sueño
203
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
204
9. PARASOMNIAS
Iván Saúl Herrera Jiménez
Introducción
Las parasomnias constituyen un grupo heterogéneo de fenómenos
conductuales, neurovegetativos, motores y sensitivos que se presentan
durante el dormir. El origen de la palabra deriva del sufijo griego para,
que significa “al margen” o “junto a”, y del latín somnus, que significa
“sueño”. Anteriormente, se pensaba que los tres estados de consciencia
del ser humano —vigilia, sueño de movimientos oculares rápidos (mor)
y sueño de no movimientos oculares rápidos (nmor)— eran mutuamente
excluyentes y que las transiciones de uno a otro no eran rápidas, sino
que antes requerían la reorganización de diversos centros neuronales. Sin
embargo, las conductas durante el dormir proporcionan un buen modelo
para demostrar que el sueño y la vigilia no son necesariamente un fenó-
meno cerebral global y que los comportamientos electrofisiológicos diso-
ciados de sueño-vigilia coexisten dentro del cerebro dormido. El traslape
de estos estados da lugar a una inestabilidad en el sueño o el despertar, lo
que produce una excitación irregular durante este proceso manifestada en
comportamientos anormales (Bollu et al., 2018).
Las parasomnias se clasifican de acuerdo con la etapa del sueño en la
que surgen. La Clasificación internacional de los trastornos del sueño en su
tercera edición (icsd-3) las divide en tres grupos: 1) las relacionadas con
el sueño nmor, también llamadas “trastornos del alertamiento”, donde
se incluye a los despertares confusionales (dc), sonambulismo (snbl), te-
rrores nocturnos (tn) y el trastorno de alimentación relacionado con el
205
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
sueño (tars); 2) las del sueño mor, como el trastorno conductual (tcsm), la
parálisis aislada recurrente del sueño (pasr) y el trastorno por pesadillas
(tp), y 3) otras parasomnias que, por sus características poco específicas,
no han podido ser incluidas en los dos grupos previamente mencionados;
éstas son: el síndrome de la cabeza explosiva (sce), las alucinaciones re-
lacionadas con el sueño (ars) y la enuresis nocturna (en). Aquí también
se agrupan aquellas debidas a una condición médica, a una sustancia o
medicamento y las no especificadas, las cuales carecen de características
determinadas y son originadas de manera secundaria a otra circunstan-
cia, por lo que no serán abordadas en este capítulo. En el apartado de
“Síntomas aislados o variantes normales” se hace referencia a conductas
que pueden manifestarse durante el dormir, pero que no constituyen un
trastorno, como los somniloquios (hablar dormido) (American Academy
of Sleep Medicine, 2014).
En la quinta edición del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos
mentales (dsm-5), la subcategoría de parasomnias se divide en tres apar-
tados: 1) los trastornos del despertar del sueño nmor, que contemplan al
snbl y los tn (cabe mencionar que los dc no aparecen aquí, ya que se han
considerado como un subtipo de snbl, mientras que el comportamiento
sexual relacionado con el sueño, también llamado “sexsomnia”, y la inges-
tión de alimentos relacionada al sueño aparecen como especificadores del
snbl); 2) al tp, como en la anterior edición, se le toma como una categoría
aparte, y 3) las características diagnósticas del tcsm, ausente en edicio-
nes anteriores, corresponden prácticamente a las propuestas en la icsd-3
(American Psychiatric Association, 2014).
En la décima edición de la Clasificación internacional de enfermedades
(cie-10) sólo aparecen clasificados el snbl, los tn y el tp, sin dividirlos
según la etapa de sueño. En los cambios propuestos para la cie-11, los
trastornos del sueño-vigilia se separaron de los trastornos mentales y del
comportamiento en un capítulo aparte. Además, de manera idéntica a la
icsd-3, diferencia entre parasomnias del sueño nmor y del mor, debido a la
participación de la Academia Americana de Medicina del Sueño (aasm) en
la configuración de este capítulo (Gaebel, Zielasek & Reed, 2017).
La mayoría de las veces, el diagnóstico se realiza con base en las carac-
terísticas clínicas de los episodios (ver Tabla 9.1), por lo que, de acuerdo
con las guías prácticas para la evaluación de las parasomnias publicadas
por la aasm, la video-polisomnografía (v-psg) sólo está indicada cuan-
do: 1) son atípicas o inusuales en términos de edad de inicio, duración
206
9. Parasomnias
207
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
Amnesia
Segmento
Grupo o con-
de la no- Activa- Sexo en Acti- Duración
etario de fusión
Parasomnia che en que ción auto- que vidad del
presen- poste-
más se nómica predomina motora episodio
tación rior al
presenta
evento
Algunos
Desper-
Primera minutos; en
tares Rara vez En la Presente
mitad de la NE Presente raras casio-
confusio- presente infancia +/++
noche nes pueden
nales
prolongarse
Algunos
minutos;
Primera
Sonam- En la Presente en algunas
Sueño NMOR
Primera
Terrores Presente En la Presente Pocos
mitad de la NE Presente
nocturnos +++ infancia +++ minutos
noche
Algunos
minutos;
Primera En la
Presente Mascu- Presente en algunas
Sexsomnia mitad de la adultez Presente
+/++ lino ++/+++ ocasiones
noche joven
pueden
prolongarse
Trastorno
de alimen- Primera En la
Feme- Presente Algunos
tación mitad de la Ausente adultez Presente
nino +++ minutos
relacionado noche joven
al sueño
Finales
Sueño MOR
Puede de la
Trastorno Segunda
estar adultez Mascu- Presente Pocos
conductual mitad de la Ausente
presente media/ lino ++/+++ minutos
del MOR noche
+/++ adulto
mayor
208
9. Parasomnias
Algunos
Parálisis minutos;
Segunda En la
aislada Rara vez en algunas
mitad de la adultez NE Ausente Ausente
recurrente presente casiones
Sueño MOR
noche joven
del sueño pueden
prolongarse
Puede
Trastorno Segunda
Presente En la estar Algunos
por mitad de la NE Ausente
+/++ infancia presente minutos
pesadillas noche
+/++
Puede Puede
Síndrome Primera En la
estar estar Algunos
de la cabeza mitad de la adultez Femenino Ausente
presente presente minutos
Otras parasomnias
Alucina-
En la
ciones rela- Pocos
NE Ausente adultez Femenino Ausente Ausente
cionadas al minutos
media
sueño
Enuresis En la Pocos
NE Ausente Femenino Ausente Ausente
nocturna infancia minutos
209
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
HALLAZGOS POLISOMNOGRÁFICOS
La mayoría de los estudios que examinan la macroestructura general
del sueño en los dc no han revelado resultados significativos o hallazgos
importantes asociados a éstos. Investigaciones recientes de v-psg han
reportado que, en comparación con los controles, los pacientes con dc
presentan reducción de las etapas N1 y N2 de sueño, además de incre-
mento en la duración de éstas y menor tiempo de latencia del sol. Estos
hallazgos no son lo suficientemente consistentes como para considerarse
diagnósticos y no difieren de lo encontrado en el snbl (Loddo et al., 2019).
TRATAMIENTO
El tratamiento de primera línea consiste en brindar información y edu-
cación básica del diagnóstico, evaluar comorbilidad y eliminar o reducir
los factores precipitantes. En cuanto a los niños, además, es necesario
tranquilizarlos a ellos y a sus padres. Se sugieren los despertares pro-
gramados o anticipados como una técnica conductual de prevención, es
decir, despertar al niño 30 minutos antes del tiempo usual de ocurrencia
de los dc, con el fin de alterar el estado de sueño y, por lo tanto, abortar
el evento. Una vez iniciado el episodio, se debe permitir que siga su curso,
a menos que intente salir de la cama, pues los esfuerzos para frenar el
210
9. Parasomnias
Sonambulismo (snbl)
Constituye probablemente el arquetipo de las parasomnias. Ha sido re-
presentado en obras cinematográficas y literarias, como en Macbeth de
Shakespeare o el personaje de Rachel Baker, “La predicadora durmiente”,
del libro Wild Nights.
Los episodios de snbl pueden comenzar de forma muy similar a un
dc o bien de manera abrupta cuando el sujeto se levanta de la cama y
camina o corre. Los comportamientos pueden ser simples y sin propósito,
o complejos y prolongados, como tocar un instrumento musical, orinar
en el armario o salir de la casa (Singh et al., 2018; Loddo et al., 2019). Las
caminatas pueden terminar espontáneamente, a veces en lugares inapro-
piados, o el sujeto puede volver a la cama, acostarse y reanudar el sueño
sin alcanzar la consciencia del evento.
Durante el episodio se está desorientado, con habla lenta y respuestas
inadecuadas, aunque en algunas ocasiones pudieran referirse a lo que se
le pregunta (Howell & Schenck, 2012). A pesar de la percepción redu-
cida a los estímulos externos, el individuo puede parecer despierto, ya
que permanece con los ojos abiertos, aunque con un rostro inexpresivo
(Loddo et al., 2019; Howell & Schenck, 2012). Regularmente, se presenta
una amnesia total del suceso y no se logra recordar contenido onírico; no
obstante, en algunas ocasiones, de forma poco clara, pueden relacionar su
actuación con el contenido de éste (Loddo et al., 2019).
Al igual que con otros trastornos del alertamiento, los episodios suelen
ocurrir en las primeras horas de la noche por el predominio de sueño N3
(Singh et al., 2018). La relación de las parasomnias con los trastornos psi-
quiátricos es discutida, aunque se ha encontrado que el snbl se manifiesta
de dos a tres veces con más frecuencia en pacientes con trastornos del
espectro ansioso, depresivo y psicótico, en comparación con la población
general. Hallazgos recientes han demostrado una relación importante
con el uso de fármacos antidepresivos, como bupropión, mirtazapina y
211
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
212
9. Parasomnias
ESTUDIOS EN GENÉTICA
Hasta el momento son pocos los datos sobre marcadores genéticos en el
snbl. Un estudio publicó los resultados de la investigación de todo el geno-
ma de una familia de 22 sonámbulos. Los autores establecieron un vínculo
significativo con el cromosoma 20q12-q13.12 para ellos (Castelnovo et
al., 2018; Heidbreder et al., 2016). En otro ensayo clínico, se encontró una
alta frecuencia del alelo hla-dqb1*05: 01 (antígeno leucocitario humano)
en una muestra clínica de 60 sonámbulos adultos y niños, además de una
elevada transmisión de hla-dqb1*05 y hla-dqb1*04 en casos familiares
(Heidbreder et al., 2016).
HALLAZGOS POLISOMNOGRÁFICOS
La hipersincronía delta (hsd), caracterizada por la presencia de varias
ondas delta de alto voltaje continuo (≥150 μV) durante el nmor, fue el
primer marcador electroencefalográfico descrito en relación con el snbl y
con otros trastornos del alertamiento (Castelnovo et al., 2018; Heidbreder
et al., 2016; Zadra & Pilon, 2011). Se ha observado que, independiente-
mente de si existe o no el episodio conductual, los sonámbulos presentan
significativamente más actividad de hsd que los grupos control (Zadra
& Pilon, 2012). Sin embargo, ésta tiene una especificidad relativamente
baja, ya que también se ha encontrado en controles sanos, especialmente
después de la ps o en personas con trastornos respiratorios del dormir
(Castelnovo et al., 2018; Zadra & Pilon, 2012).
El patrón cíclico alternante (pac) es una actividad electroencefalográ-
fica periódica de larga duración que consta de dos patrones alternantes
durante el nmor: eventos fásicos (fase A) y ritmo de base (fase B), los cua-
les están relacionados con las fluctuaciones de los sistemas de excitación.
Las secuencias del pac reflejan tanto el proceso de mantenimiento del sue-
ño nmor, como su fragmentación (Castelnovo et al., 2018; Zadra & Pilon,
2012). Los pacientes que experimentaron snbl o algún otro trastorno del
alertamiento han mostrado un aumento de la tasa de pac, con fases B más
cortas. También se ha observado un aumento en sonámbulos crónicos
adolescentes, con o sin aos, incluso en noches sin episodios sonámbulos
(Heidbreder et al., 2016; Zadra & Pilon, 2012). Estos resultados sugie-
ren que una característica distintiva de los trastornos del alertamiento,
y principalmente del snbl, es la intrusión abrupta y más frecuente de las
fases A del pac durante las fases B, lo que interrumpe el proceso homeos-
tático, el cual podría estar mediado por el sol (Castelnovo et al., 2018).
213
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
TRATAMIENTO
A pesar de que comúnmente el snbl puede causar preocupación en los
padres, en la gran mayoría de los casos es benigno y se resuelve espon-
táneamente. Por lo tanto, el tratamiento de primera línea es de apoyo y
educación básica para reducir o eliminar los factores precipitantes y crear
un ambiente seguro. Se puede brindar al paciente una ayuda silenciosa
llevándolo de regreso a la cama en caso de ser necesario (Galbiati et al.,
2015).
Al igual que con los demás trastornos del alertamiento, los desperta-
res anticipados se usan aquí. Este tratamiento es el más apropiado cuando
los episodios ocurren en un momento altamente predecible cada noche y
los padres están dispuestos a implementar el protocolo durante, al menos,
una a cuatro semanas (Balbiati et al., 2015). Aunque se han reportado
resultados positivos en los niños, hay pocos datos sobre su eficacia en
pacientes adultos. Se ha propuesto que la psicoterapia puede ser útil, pues
los ayuda a desarrollar estrategias para abordar los conflictos psicológi-
cos y puede conducir a un mayor control de los episodios (Zadra & Pilon,
2011).
De acuerdo con la evidencia, el manejo farmacológico es controversial,
ya que algunos de los fármacos recomendados pueden, en ciertas ocasio-
nes, incrementar la frecuencia de los episodios. En caso de ser necesaria la
administración de fármacos, se sugiere que éstos sean tomados antes de ir
a la cama. Algunos que han mostrado resultados favorables son: a) diaze-
pam (5-10 mg/día), b) clonazepam (0.5-2 mg/día), c) trazodona (100-150
mg/día) y d) imipramina (25-75 mg/día) (Howell & Schenck, 2012).
214
9. Parasomnias
215
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
TRATAMIENTO
Ya que los datos actuales están basados principalmente en reportes de
casos, la información sobre la experiencia terapéutica es limitada y esca-
sa. Sin embargo, se sugiere que el manejo terapéutico debe incluir trata-
miento tanto conductual como farmacológico (Martynowicz et al., 2018).
Es importante educar al paciente y a su compañero de cama sobre las
implicaciones del trastorno para evitar el estigma y efectos negativos,
tanto en su relación de pareja como en el aspecto legal. También se debe
informar acerca de los factores que pueden precipitar los eventos, como
la ps o una mala calidad en el dormir, así como el consumo de alcohol o
tabaco y algunos fármacos (Martynowicz et al., 2018; Schenck & Hurwitz,
2012).Con respecto al tratamiento farmacológico, el clonazepam a dosis
de 0.5 a 1 mg/día ha mostrado efectividad en la mayoría de los casos.
Algunos inhibidores selectivos de la recaptura de serotonina (isrs), como
escitalopram (10 mg/día) o paroxetina (10 a 20 mg/día), administrados
por la noche, pueden también funcionar (Martynowicz et al., 2018).
216
9. Parasomnias
más común es que durante los episodios se consuman alimentos con alto
contenido calórico, como dulces, o bien no preparados, como carne cruda,
e incluso comida para mascotas. También se ha reportado la ingesta de
materiales no comestibles, como cartón o plástico u otros que pueden
llegar a ser tóxicos (Singh et al., 2018).
La mayoría de los casos han sido reportados en mujeres (60 a 83%),
y con frecuencia coexisten con trastornos de la conducta alimentaria
(Martynowicz et al., 2018; Pirzada, Almeneessier & BaHammam, 2019).
Los episodios persistentes pueden provocar aumento de peso, lesiones
orales o dentales por el mal manejo de los alimentos, diabetes o dislipide-
mia (Singh et al., 2018; Schenck & Hurwitz, 2012).
Es importante diferenciar al tars del síndrome del comensal nocturno.
En este último, la persona consume conscientemente una gran cantidad
de alimentos, generalmente antes de acostarse, o bien se despierta duran-
te la noche para ir en busca de ellos (Singh et al., 2018). Su mecanismo fi-
siopatológico no está bien establecido, aunque se ha propuesto que varios
factores pueden desempeñar un papel causal.
Es especialmente interesante la relación del tars con el spi, ya que
algunas características compartidas sugieren una disfunción dopaminér-
gica subyacente (Howell & Schenck, 2012). La actividad muscular rítmica
masticatoria y el bruxismo, fenómenos dopaminérgicos asociados con
el spi, han sido observados en los estudios v-psg en pacientes con tars
(Martynowicz et al., 2018). Es frecuente que el spi sea catalogado de forma
errónea como insomnio, y el tratamiento con medicación hipnótica-se-
dante, especialmente con el zolpidem, resulte en el incremento del tars.
Por otro lado, existe una amplia gama de medicamentos psicotrópicos
también relacionados con este trastorno, como el triazolam, mirtazapina,
olanzapina, risperidona, quetiapina y, principalmente, el carbonato de litio
(Singh et al., 2018). De igual manera, se le ha asociado con otros tras-
tornos del sueño, como la aos y la narcolepsia. En la misma línea, se ha
vinculado al consumo de alcohol y otras sustancias, dejar de fumar, estrés
agudo, hepatitis autoinmune y encefalitis (Schenck & Hurwitz, 2012).
TRATAMIENTO
Lo primero es identificar y corregir los trastornos del sueño concomitan-
tes y eliminar, de ser posible, los fármacos relacionados con la aparición
de los episodios. En un gran número de casos, con la interrupción de los
medicamentos sospechosos de promover el tars, se remite la conducta de
217
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
218
9. Parasomnias
ESTUDIOS EN GENÉTICA
Los tn tienen una importante predisposición familiar. Algunos estudios
han mostrado una alta prevalencia del hla-dqb1*04 y hla-dqb1*05: 01,
mismo que se ha relacionado con otras parasomnias nmor (Leung et al.,
2019).
HALLAZGOS POLISOMNOGRÁFICOS
El patrón polisomnográfico no difiere ampliamente de las otras para-
somnias nmor. Algunos estudios han reportado la presencia de un patrón
eeg lento, caracterizado por una actividad predominante difusa y lenta
sincrónica (Loddo et al., 2019). También se han descrito otros patrones
consistentes en actividad delta difusa e irregular de voltaje moderado a
alto, además de actividad theta entremezclada con actividad alfa y beta,
que se traduce en inestabilidad del sueño. Pero la principal característica
es una activación autonómica intensa, con un aumento dramático de las
frecuencias cardiaca y respiratoria, aunque no es específica, ya que se pue-
de presentar también en los dc o en la epilepsia nocturna (Loddo et al.,
2019; Schenck & Hurwitz, 2012).
TRATAMIENTO
La educación y el apoyo de los padres se consideran de primera línea
cuando se trata de un niño. Deben evitarse los intentos de interrumpir el
episodio, ya que dicha acción puede confundir y asustar aún más al pacien-
te y conducir a un aumento de la agitación (Leung et al., 2019). Hay que
identificar y evitar los factores precipitantes, como la falta de sueño. Es
importante que, tanto en el niño como en el adulto, se tengan una buena
higiene del sueño y un ambiente adecuado para dormir (Howell, 2012;
Leung et al., 2019). Se deben evitar también las bebidas que contengan
cafeína y, de ser posible, los fármacos que pudieran facilitar la presencia de
los tn. Los despertares anticipados también son efectivos (Zadra & Pilon,
2011; Leung et al., 2019).
En cuanto al tratamiento farmacológico, el clonazepam es una benzo-
diazepina que puede suprimir notablemente el sol, por lo que reduciría
los episodios. Para un nivel efectivo en las primeras horas de sueño, el
medicamento debe administrarse al menos 90 minutos antes de que el
219
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
niño vaya a la cama. Una vez con resolución o mejoría, el fármaco debe ser
retirado gradualmente, pues la interrupción abrupta podría generar un
rebote del cuadro (Howell, 2012). Otros medicamentos utilizados, aunque
con resultados menos consistentes, son la melatonina y los antidepresivos
tricíclicos (atc) (Zadra & Pilon, 2011; Howell, 2012). En los adultos, la
paroxetina ha mostrado ser bastante eficiente a dosis de 20 a 40 mg antes
de dormir. Otros isrs como la fluoxetina, de los que se cuenta con menor
información, parecieran ser menos efectivos. El clonazepam también se ha
suministrado en adultos con relativo éxito en dosis de 0.5 a 1 mg (Zadra
& Pilon, 2011; Leung et al., 2019).
220
9. Parasomnias
221
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
222
9. Parasomnias
HALLAZGOS EN GENÉTICA
En estudios de genes candidatos, los polimorfismos de un solo nucleótido
(psn) en scarb2 (rs6812193) y mapt (rs12185268) se asociaron significa-
tivamente con el tcsm. Los portadores del pink1 psn rs45478900 entre los
pacientes con tcsm tienen un mayor riesgo de conversión a ep (OR: 2.92)
que los no portadores. Aquéllos con ep que portaban la mutación del gen
glucocerebrosidasa tenían un (OR) de 6.24 para tcsm (Li et al., 2018).
HALLAZGOS POLISOMNOGRÁFICOS
En el tcsm, la v-psg posee una mayor utilidad diagnóstica en comparación
con las otras parasomnias. Tanto la icsd-3 como el dsm-5 incluyen en
sus criterios la presencia de mor sin atonía en los registros (American
Academy of Sleep Medicine, 2014; American Psychiatric Association,
2014). El diagnóstico de más del 80% de los casos de tcsm se puede reali-
zar en un único registro de v- psg (Li et al., 2018). Se considera entonces
mor sin atonía cuando se presenta una actividad muscular sostenida con
un incremento en la amplitud del tono del emg submentoniano en más
del 50% de la época, y una actividad muscular transitoria elevada, que
se define por la presencia de cinco o más miniépocas (una época de 30
segundos se divide 10 miniépocas de 3 segundos) en la actividad muscular
transitoria que dure por lo menos 0.5 segundos (Silber et al., 2017).
TRATAMIENTO
El clonazepam y la melatonina continúan siendo los dos fármacos de
primera elección. La guía de tratamiento para el tcsm establece niveles
de recomendación de acuerdo con la evidencia contada para cada trata-
miento, en orden descendente, nivel A, B y C. Para el clonazepam, la dosis
recomendada es de 0.5-2.0 mg/día, 30 minutos antes de ir a la cama (nivel
B) (Heidbreder et al., 2016; Aurora et al., 2010). El clonazepam reduce
la actividad fásica durante el mor, con un efecto mínimo sobre la activi-
dad tónica. Parecer ser especialmente efectivo en aquellos casos que han
progresado a la ep o en comorbilidad con narcolepsia (St Louis & Boeve,
2017). La melatonina está principalmente indicada en pacientes con aos, y
en algunos casos puede ser administrada en combinación con clonazepam
(St Louis & Boeve, 2017; Aurora et al., 2010). La dosis recomendada es
de 3-12 mg/día antes de ir a la cama, y la dosis promedio efectiva es de 6
mg/día (nivel B). La evidencia es menos consistente que con clonazepam,
pero muestra menos efectos colaterales. Algunos otros fármacos pueden
223
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
224
9. Parasomnias
PREVALENCIA
La pasr es sorprendentemente común; no obstante, es complicado deter-
minar las tasas de prevalencia precisas. Se estima que alrededor del 7.6%
de la población general ha experimentado al menos un episodio a lo largo
de su vida. Se han encontraron tasas mayores, entre un 30 y un 40%, en
poblaciones de estudiantes y en aquellas con algún trastorno psiquiátrico
o antecedente de trauma emocional (Sharpless, 2016; Denis, French &
Gregory, 2018). Con respecto al género, los reportes son inconsistentes.
Algunos estudios afirman que las mujeres la experimentan con más fre-
cuencia que los hombres, pero otros, por su parte, no han encontrado di-
ferencias significativas. Ciertos estudios reportan que es menos frecuente
en poblaciones caucásicas, en comparación con afroamericanas e hispanas
(Sharpless, 2016; Denis, French & Gregory, 2018).
HALLAZGOS POLISOMNOGRÁFICOS
Los estudios de v-psg muestran supresión del tono muscular en el emg
de mentón y de las extremidades, además de un patrón eeg de vigilia
con movimientos oculares y de parpadeo, típicos del estado de despierto
(American Academy of Sleep Medicine, 2014).
TRATAMIENTO
Algunos reportes han sugerido que evitar dormir en decúbito supino pue-
de disminuir la presencia de los episodios, y que los movimientos oculares
durante ellos pueden reducir su intensidad. Sin embargo, estas afirma-
ciones son anecdóticas, por lo que deben ser tomadas con cautela. Las
medidas de higiene de sueño pueden ser útiles como preventivos, y algu-
nas intervenciones cognitivo-conductuales también han mostrado resul-
tados alentadores (Sharpless, 2016; Denis, French & Gregory, 2018). En
cuanto al tratamiento farmacológico, los agentes más utilizados son los
antidepresivos tricíclicos y los isrs. Su mecanismo de acción hipotético es
la supresión del mor. Los tricíclicos más utilizados son: a) clomipramina
(25-50 mg/día); b) imipramina (25-150 mg/día), y c) desmetilimipramina
(25-150 mg día). Los isrs con mayor evidencia son: d) fluoxetina (40-80
mg/día) y e) sertralina (50-100 mg/día) (Sharpless, 2016).
225
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
226
9. Parasomnias
HALLAZGOS POLISOMNOGRÁFICOS
Se muestra un despertar abrupto del mor, precedido por un incremento
en su densidad (movimientos oculares por minuto) con variaciones en la
frecuencia cardiaca y respiratoria. No se han encontrado datos objetivos
de una alteración en la arquitectura del sueño (American Academy of
Sleep Medicine, 2014).
TRATAMIENTO
Las estrategias terapéuticas no farmacológicas y farmacológicas enlis-
tadas a continuación han mostrado en ensayos clínicos su efectividad
en pesadillas principalmente asociadas con el tept, aunque también se
han obtenido algunos resultados satisfactorios para las pesadillas ajenas
a éste. Al igual que en el tcsm, se cuenta con una guía de tratamiento
que establece niveles de recomendación con base en la evidencia obtenida
(Gieselmann et al., 2019; Aurora et al., 2010).
Dentro del enfoque de la terapia cognitivo-conductual (tcc) para el
manejo no farmacológico de las pesadillas, se incluyen diversas interven-
ciones psicoterapéuticas y técnicas conductuales. Entre las variantes que
se centran específicamente en el tratamiento del tp están: a) La terapia
de ensayo de imaginería (tei) o en imaginación: una técnica que implica
alterar el contenido de una pesadilla creando un nuevo conjunto de imá-
genes positivas y ensayando el escenario del sueño durante 10 a 20 mi-
nutos por día mientras se está despierto (nivel A). b) La desensibilización
sistemática o terapia de exposición graduada, usada para el tratamiento
de pesadillas idiopáticas: un tipo de terapia conductual que utiliza el prin-
cipio de exponer gradualmente al paciente a lo que teme, quien además es
entrenado para hacer frente y gradualmente manejar los estresores antes
de que sea expuesto a las pesadillas (nivel B). c) La terapia de exposición,
relajación y reescritura (terr): una modificación de la tei para pesadi-
llas que combina educación sobre higiene del sueño, relajación muscular
progresiva y exposición al trauma con reescritura de las pesadillas (nivel
C) (Gieselmann et al., 2019; Aurora et al., 2010). d) Existen otras técni-
cas menos utilizadas y con menor evidencia de éxito, como la terapia de
227
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
Otras parasomnias
Como con el tars, ya previamente comentado, la icsd-3 trajo consigo
modificaciones en este apartado con respecto a la edición anterior. Una
de ellas está relacionada con la catatrenia, que ahora se incluyó dentro
de los trastornos respiratorios como una variante anormal o un síntoma
aislado (American Academy of Sleep Medicine, 2014; Silber et al., 2007).
Ésta se caracteriza por un quejido o gemido que parece asociado a una es-
piración prolongada y que regularmente se presenta en el mor (American
Academy of Sleep Medicine, 2014).
228
9. Parasomnias
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GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
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9. Parasomnias
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234
10. TRASTORNOS DEL SUEÑO ASOCIADOS
CON TRASTORNOS PSIQUIÁTRICOS
Ruth Krisel Saldívar Hernández
Alonso Tena Razo
Introducción
Los trastornos del sueño son frecuentes en personas con trastornos men-
tales. La relación entre dichos padecimientos suele ser bidireccional, es
decir, los unos incrementan el riesgo de desarrollar los otros, y viceversa.
Los problemas del dormir tienden a empeorar el curso de las condiciones
psiquiátricas coexistentes y aminorar su respuesta al tratamiento. En este
capítulo se describen las anormalidades del sueño presentes en los princi-
pales trastornos mentales y las opciones para tratarlas.
235
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
Nota: MOR: sueño de movimientos oculares rápidos; NMOR: sueño de no movimientos oculares rápidos; BDNF:
factor neurotrófico derivado del cerebro; TNF: factor de necrosis tumoral; IL-1B: interleucina 1 beta; MAO-A:
monoaminooxidasa A; SERT: transportador de serotonina.
236
10. Trastornos del sueño asociados con trastornos psiquiátricos
del sueño (ls) y del tiempo despierto después de su inicio (tddis). Sin
embargo, el hallazgo más específico es la disminución del sol, en especial
durante el primer ciclo de la fase del sueño de no movimientos oculares
rápidos (nmor). Las anormalidades del mor incluyen aumento de su densi-
dad y acortamiento de su latencia (lsmor) (Kryger, Roth & Dement, 2010;
Thase et al., 1998). Las afectaciones estructurales del sueño persisten aun
tras la remisión de los edm, sobre todo la reducción del sol y de la lsmor
(Baglioni et al., 2011).
El tratamiento de primera línea para el tdm son los inhibidores selec-
tivos de la recaptura de serotonina (isrs) y los inhibidores de la recaptura
de serotonina y noradrenalina (irsn), además de otros fármacos como el
bupropión y la mirtazapina. Algunos antidepresivos pueden empeorar el
insomnio, en especial si se administran por las noches (Kryger, Roth &
Dement, 2010). Las intervenciones psicoterapéuticas también son útiles
para manejar los edm, en particular la terapia cognitivo-conductual (tcc)
y la terapia interpersonal. Ambas suelen combinarse con el tratamiento
farmacológico, aunque pueden usarse como monoterapia en casos de de-
presiones leves.
El tratamiento del insomnio aumenta la posibilidad de remisión del
tdm (Boland et al., 2020), y contempla intervenciones farmacológicas
y psicoterapéuticas. La terapia cognitivo-conductual para el insomnio
(tcc-i) es una opción eficaz y segura (Ballesio et al., 2018). Respecto a
los fármacos, suelen utilizarse agentes hipnóticos, como el zolpidem. Una
alternativa son los antidepresivos sedantes, como la trazodona, la mirta-
zapina y la doxepina (Kryger, Roth & Dement, 2010).
237
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
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10. Trastornos del sueño asociados con trastornos psiquiátricos
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GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
240
10. Trastornos del sueño asociados con trastornos psiquiátricos
Fobia social
También llamada “trastorno de ansiedad social”, quienes la padecen
presentan mucha ansiedad al exponerse a situaciones sociales en las que
pueden sentirse exhibidos y, por lo mismo, tratan de evitarlas (American
Psychiatric Association, 2014). Como ocurre en otros trastornos de an-
siedad, se conoce poco sobre las anormalidades del sueño en individuos
con este padecimiento. Se sabe que pueden tener más dificultades para
dormir, en especial cuando anticipan alguna situación social, por ejemplo,
el día previo a una presentación del trabajo (Stein, Kroft & Walker, 1993;
Brown, Black & Uhde, 1994). Las personas con fobia social tienen mayor
riesgo de depresión y de abuso de alcohol. Ambas condiciones pueden
generar insomnio (Kryger, Roth & Dement, 2010).
La terapia cognitivo-conductual es esencial para tratar la fobia social
(Kaczkurkin & Foa, 2015). Cuando ésta se limita a ciertas situaciones
como hablar en público, suelen usarse betabloqueadores (bb) como el pro-
pranolol; no obstante, falta evidencia que respalde tal recomendación. Se
aconseja evitarlos por la noche, ya que pueden empeorar el insomnio. Los
medicamentos de elección para tratar la fobia social son los isrs y los
irsn; al inicio pueden combinarse con ciertas benzodiacepinas (Katzman
et al., 2014). Aún no hay información sobre tratamientos específicos para
el insomnio en esta población (Kryger, Roth & Dment, 2010).
Fobias específicas
Las fobias específicas se caracterizan por miedo o ansiedad circunscritos
a ciertos objetos o situaciones denominados “estímulos fóbicos”. Quienes
las padecen buscan evitarlos (American Psychiatric Association, 2014).
Los estímulos fóbicos suelen encontrarse en el ambiente; por ello, los pro-
blemas para dormir son infrecuentes. Sin embargo, las personas pueden
experimentar ansiedad anticipatoria, la cual afecta la calidad del sueño.
241
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
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10. Trastornos del sueño asociados con trastornos psiquiátricos
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GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
Esquizofrenia
Es el principal representante de los trastornos psicóticos. Sus síntomas
pueden agruparse en tres categorías: positivos, negativos y cognitivos.
Los primeros abarcan las ideas delirantes, las alucinaciones y la desor-
ganización del lenguaje y el comportamiento. Ejemplos de los síntomas
negativos son el aplanamiento afectivo, la falta de voluntad y la pobreza
de la expresión. En relación a los cognitivos, suelen afectarse la atención
y la memoria de trabajo (American Psychiatric Association, 2014).
Entre 30 y 60% de las personas con esquizofrenia presentan algún
trastorno del sueño (Kryger, Roth & Dement, 2010). El insomnio es el
más frecuente, con una prevalencia de 23% (Batalla-Martín et al., 2020).
Se estima que la prevalencia de saos en este padecimiento es de 4.52%
(Gupta & Simpson, 2015). Los síntomas positivos son capaces de em-
peorar la calidad del sueño (Benson, 2015). También son frecuentes los
244
10. Trastornos del sueño asociados con trastornos psiquiátricos
245
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
Hallazgo Observaciones
Nota: 5-HT: serotonina; NE: norepinefrina; ACh: acetilcolina; LsMOR: latencia al inicio del sueño de movimientos
oculares rápidos; N3: fase tres del sueño de no movimientos oculares rápidos; LCR: líquido cefalorraquídeo.
246
10. Trastornos del sueño asociados con trastornos psiquiátricos
Tabla 10.3 Anormalidades en mediciones objetivas del sueño asociadas con el uso de sustancias
THC:
Intoxicación 🡩,🡩 = = 🡩 🡩 🡩 sedante y
CBD:activador
Abstinencia 🡩 🡩 🡩 🡩 🡩 🡩
Cocaína y anfetaminas
Intoxicación 🡩 🡩 🡩 🡩 🡩 🡩,=
Somnolencia
Abstinencia 🡩 🡩 🡩 🡩 🡩 🡩
diurna
Opiáceos
Intoxicación 🡩,= 🡩 🡩 🡩 🡩 =,🡩 SACS*
Abstinencia NE NE 🡩 NE 🡩 🡩
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GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
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10. Trastornos del sueño asociados con trastornos psiquiátricos
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GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
Trastornos neurocognitivos
En las clasificaciones actuales, el término de “demencia” se sustituyó por
el de “trastorno neurocognitivo mayor” (tnm). Las personas que lo sufren
presentan deterioro en distintas áreas de su desempeño cognitivo, tales
como la memoria, el lenguaje y las funciones ejecutivas. Dicho deterioro
suele dificultar su independencia para realizar las actividades cotidianas
(American Psychiatric Association, 2014). Se propone que la principal
causa de tnm es la enfermedad de Alzheimer (ea). También son comunes
el tnm con cuerpos de Lewy (cl) y el tnm frontotemporal (dft).
Las diferentes causas de tnm se asocian con lesiones en ciertas áreas
cerebrales indispensables para regular el sueño; por tal motivo, estos
individuos suelen presentar anormalidades en él. La frecuencia de éstas
asciende al 80%, aunque varía dependiendo de la causa del tnm. Los pa-
decimientos del dormir disminuyen el desempeño cognitivo y funcional,
y simultáneamente, aumentan el desgaste del cuidador y la probabilidad
250
10. Trastornos del sueño asociados con trastornos psiquiátricos
Tabla 10.4 Anormalidades del sueño asociadas con las principales causas
del trastorno neurocognitivo mayor
Frecuencia de
Trastornos del
Causa de TNM anormalidades Hallazgos en PSG
sueño asociados
del sueño
- Incremento de N1
- Reducción de on-
- Insomnio das delta, husos de
Enfermedad
25-50 % - Ritmo irregular sueño y complejos
de Alzheimer
- SAOS K
- Acortamiento de
MOR
- TCSMOR
- Hipersomnia
Cuerpos de Lewy 85% - MPE - MOR sin atonía
- Ritmo irregular
-Insomnio
- TCSMOR
- Insomnio - Intrusiones de
Enfermedad de - Hipersomnia MOR durante
60-90%
Parkinson - SPI NMOR
- MPE - MOR sin atonía
- SAOS
- SAOS
Vascular Sin información Sin información
- Insomnio
- Fase adelantada
Frontotemporal Sin información Sin información
- Insomnio
Nota: SAOS: síndrome de apnea obstructiva del sueño; TCsMOR: trastorno conductual del sueño de movimientos
oculares rápidos; MPE: movimientos periódicos de extremidades; SPI: síndrome de piernas inquietas; MOR:
sueño de movimientos oculares rápidos; NMOR: sueño de no movimientos oculares rápidos.
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10. Trastornos del sueño asociados con trastornos psiquiátricos
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10. Trastornos del sueño asociados con trastornos psiquiátricos
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10. Trastornos del sueño asociados con trastornos psiquiátricos
Trastornos disociativos
Estos trastornos suponen una clase de desconexión psicológica generada
por la desintegración entre ciertas funciones mentales, como la memoria,
la identidad y las percepciones. Algunos ejemplos son la despersonaliza-
ción y la amnesia disociativa (American Psychiatric Association, 2014).
Los episodios de disociación pueden presentarse en distintos trastornos
psiquiátricos. Existe un subtipo de td, caracterizado por episodios que
emergen en el periodo de sueño, en el cual las personas aparentan y per-
ciben estar dormidas, pero la actividad cerebral es propia de la vigilia. Por
tal motivo, se le denomina “pseudoparasomnia disociativa”. A diferencia
de con las parasomnias, estos individuos pueden presentar episodios es-
tando despiertos (Kryger, Roth & Dement, 2010; American Academy of
Sleep Medicine, 2005; Van Der Kloet et al., 2013).
Con frecuencia, las personas con td muestran anormalidades del sue-
ño, cuya presencia se asocia con peor pronóstico. En estos individuos pue-
de incrementar la proporción de mor. También se reportan experiencias
257
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
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10. Trastornos del sueño asociados con trastornos psiquiátricos
267
11. TRASTORNOS DEL SUEÑO RELACIONADOS
CON ENFERMEDADES NEUROLÓGICAS
Introducción
Siendo el sueño una conducta compleja de origen cerebral, no es difícil
imaginar que exista una alta frecuencia de diversos trastornos del dormir
en enfermedades neurológicas agudas o crónicas, adquiridas o congénitas.
Éstos pueden presentarse de manera comórbida, ser consecuencia de la
enfermedad neurológica o como parte de la sintomatología y/o fisiopa-
togenia de alguna entidad. Debido a la heterogeneidad de ambos padeci-
mientos, su frecuencia de presentación varía. A continuación se describen
las entidades más usuales, así como su posible relación bidireccional e
implicaciones terapéuticas.
Demencias
Es sabido que diversos parámetros del dormir se van modificando con el
envejecimiento. En personas mayores de 60 años, la eficiencia del sueño
disminuye. Incluso, algunos estudios epidemiológicos indican que la mi-
tad de ellos reporta diversos trastornos del dormir, y que esta prevalencia
aumenta según las comorbilidades médicas del individuo (Ohayon et al.,
2004; Foley et al., 2004).
La alta frecuencia de trastornos del dormir y alteraciones de los ciclos
circadianos en personas ancianas se asocia con un riesgo aumentado de
deterioro cognoscitivo, lo que sugiere una posible relación causal.
269
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
Síntomas
Enfermedad Trastorno del
de sueño Evaluación
neurológica dormir asociado
más comunes
Apnea,
Enfermedad AOS, retraso fase somnolencia diurna,
PSG, actigrafía
de Alzheimer circadiana sundowning,
roncopatía
Insomnio, hiper-
somnia, AOS, sín- Despertares
Enfermedad drome de piernas tempranos, somno-
Video-PSG
de Parkinson inquietas, trastorno lencia diurna, sueño
de conducta del fragmentado
sueño MOR
AOS, apnea
Trauma
central, insomnio, Somnolencia diurna PSG
craneoencefálico
pleiosomnia
AOS, insomnio,
síndrome de
Esclerosis Fatiga, somnolencia
piernas inquietas, PSG
múltiple diurna
apnea central,
narcolepsia
Video-PSG con
Epilepsia AOS, insomnio Sueño fragmentado montaje completo
de EEG
PSG combinada
Hipoventilación
Cefalea matutina, con
nocturna, AOS,
Enfermedades hipersomnia, sueño oximetría, gases
somnolencia exce-
neuromusculares fragmentado y arteriales,
siva diurna (distro-
ortopnea pruebas de función
fia miotónica)
respiratoria
Nota: AOS: apnea obstructiva del sueño; PSG: polisomnografía; EEG: electroencefalograma, MOR: movimientos ocula-
res rápidos; sundowning: fenómeno asociado a la puesta del sol en pacientes con demencia.
270
11. Trastornos del sueño relacionados con enfermedades neurológicas
Son varios los estudios que asocian tanto al sueño corto como al prolon-
gado con un mal desempeño cognoscitivo y riesgo de demencia. Se han
propuesto diversos mecanismos para explicar la relación entre el sue-
ño corto y el declive cognoscitivo, mas no así para el sueño prolongado
(Kronholm et al., 2009; Xu et al., 2011; Faubel et al., 2009; Ramos et al.,
2013; Ferrie et al., 2011; Loerbroks et al., 2010).Ambos, sueño corto o
prolongado (≤6 horas o ≥8 horas, respectivamente), se han asociado con
adelgazamiento cortical frontotemporal durante ocho años de seguimien-
to. El sueño corto, particularmente, se ha relacionado con mayor dilata-
ción ventricular como marcador de atrofia cerebral y pudiese contribuir
al deterioro cognoscitivo por degeneración hipocampal debido a cambios
en la excitabilidad neuronal, disminución de la plasticidad sináptica y de
la neurogénesis (Spira et al., 2016; Lo et al., 2014; Tononi & Cirelli, 2014;
Kreutzmann et al., 2015).
La apnea obstructiva del sueño (aos) también se ha asociado con diver-
sos cambios cerebrales, como atrofia cortical, alteraciones de la sustancia
blanca y desarrollo de lesiones vasculares, tanto en jóvenes como en per-
sonas de mayor edad. Es reconocida como un factor de riesgo cardio-
vascular, y predispone a enfermedad vascular cerebral (evc) y trastornos
del ritmo cardiaco, ambas entidades factores de riesgo para demencia
(Zimmerman & Aloia, 2006; Kim et al., 2013; Arzt et al., 2005; Hermann
& Bassetti, 2009; Redline et al., 2010).
Además de los trastornos del dormir y las alteraciones circadianas
asociadas principalmente con varios tipos de demencias, existen factores
adicionales que pueden empeorar los síntomas del dormir o complicar
su tratamiento: comorbilidades que causan dolor o malestar, trastornos
psiquiátricos como la depresión y el uso de medicamentos. La higiene del
sueño, como la regularidad, la hora del dormir y despertar, la siesta, el ri-
tual de la hora de acostarse, la actividad diurna, la presencia de luz y ruido
nocturno, puede verse afectada en pacientes con demencia, en especial en
aquellos que se encuentran asilados, y así exacerbar los problemas de sue-
ño-vigilia. Debido a esta compleja interrelación de factores, es necesario
dar un enfoque integral e individualizado al diagnóstico y tratamiento de
los trastornos del dormir en la demencia.
271
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
272
11. Trastornos del sueño relacionados con enfermedades neurológicas
273
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
274
11. Trastornos del sueño relacionados con enfermedades neurológicas
A pesar del manejo del trastorno primario, los pacientes pueden per-
sistir con hipersomnia u otro síntoma del dormir, por lo que se sugieren
medidas farmacológicas y no farmacológicas. Se debe insistir en mejorar
las medidas de higiene de sueño en tanto sea posible y favorecer la acti-
vidad física y social; recientemente ha tomado relevancia la fototerapia
de luz brillante. Aunque mejorar las medidas de higiene de sueño no es
fácil en pacientes con demencia, sobre todo en aquellos que se encuen-
tran asilados, algunos estudios por actigrafía han demostrado que éstas
aumentan las horas de sueño, así como su eficiencia. Al favorecer la ac-
tividad física y social, incrementa el tiempo despierto de personas de la
tercera edad durante el día y su tiempo de sueño durante la noche. A pesar
de algunos hallazgos controversiales, la combinación de programas de
actividad física con fototerapia de luz brillante y medidas de higiene de
sueño ha mostrado beneficios en estos pacientes (McCurry et al., 2012;
Ouslander et al., 2006; Naylor et al., 2006; McCurry et al., 2011).
Finalmente, el uso de fármacos correspondiente no debe provocar ma-
yor deterioro cognoscitivo o favorecer otras circunstancias que pongan
en riesgo al paciente, como son las caídas, el abuso y la dependencia o la
sedación extrema y postración asociadas. Los efectos secundarios siem-
pre deben considerarse como una causa de interrupción del sueño. Los
inhibidores de acetilcolinesterasa, como donepezil y rivastigmina, se usan
principalmente como agentes sintomáticos en las etapas leves y modera-
das de la enfermedad. Todos pueden inducir el insomnio de inicio del sue-
ño. Por el contrario, el uso frecuente de antipsicóticos típicos y atípicos,
generalmente para problemas de agitación o de comportamiento, puede
inducir hipersomnia. La melatonina y la fototerapia se pueden considerar
en sujetos con disritmia circadiana. La agitación nocturna, las alucinacio-
nes, los despertares confusos y la deambulación nocturna pueden mejorar
con agentes antipsicóticos atípicos a la hora de acostarse (quetiapina, clo-
zapina, olanzapina, risperidona). El insomnio se puede tratar, cuando se
requiere, con trazodona u otros antidepresivos sedantes al acostarse. El
modafinilo puede mejorar la somnolencia diurna en casos seleccionados
(Ooms & Ju, 2016).
A manera de conclusión, el tratamiento de los trastornos del sueño en
la ea es un desafío y debe ser individualizado debido a la alta prevalencia
de comorbilidades en estos pacientes y, en general, en todas las demencias.
275
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
276
11. Trastornos del sueño relacionados con enfermedades neurológicas
277
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
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11. Trastornos del sueño relacionados con enfermedades neurológicas
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GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
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11. Trastornos del sueño relacionados con enfermedades neurológicas
281
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
Frecuencia en Frecuencia en
Trastorno del dormir
población general TCE
282
11. Trastornos del sueño relacionados con enfermedades neurológicas
embargo, hay que recordar que éstos, al estar presentes, pueden contribuir
a la fatiga universal del paciente con em (Tobin, 2019; Krupp, 2006).
Debido a la diversa sintomatología (como dolor crónico, espasticidad,
nicturia, depresión, ansiedad, etcétera), la prescripción de medicamentos
puede contribuir a las alteraciones del sueño. Los inhibidores selectivos
de recaptura de serotonina pueden interferir con la calidad del sueño en
algunos pacientes, y la mayoría de los antidepresivos, así como algunos
antihistamínicos, empeorar de manera potencial el síndrome de piernas
inquietas. También los fármacos modificadores de enfermedad utilizados
en em, como el interferón, pueden producir insomnio. Existen otras ma-
nifestaciones poco caracterizadas aún con la utilización de los anticuer-
pos monoclonales (Byerley et al., 1988; Bliwise, Zhang & Kutner, 2014;
Nadjar et al., 2011).
Una vez descartadas otras causas, la narcolepsia, el trastorno de con-
ducta del sueño mor, los trastornos del dormir asociados con la respira-
ción y el insomnio son los más comunes en em. Todos ellos contribuyen a
la presencia de fatiga e impactan en la calidad de vida.
En general, el insomnio se presenta en 30% de los pacientes, mientras
que el síndrome de piernas inquietas, en 13 al 65%, y se asocia principal-
mente a lesiones medulares. Tanto la aos como acs se han reportado en em.
La aos difiere en su prevalencia en em, con reportes del 12 hasta el
70%. Los pacientes que toman medicamentos modificadores de la enfer-
medad presentan con menor frecuencia aos. Se reportan índices mayores
de apnea-hipopnea y mayor sintomatología en pacientes con em que en
controles con aos. Asimismo, la severidad de la aos tiene impacto en la ca-
lidad de vida y la cognición. La acs es más común en aquellos con lesiones
de tallo o medulares cervicales (Braley et al., 2012).
El síndrome de piernas inquietas se ha reportado en el 13 al 65% de
los pacientes con em, y se relaciona con lesiones medulares, siendo más se-
vero en los que tienen más lesiones o más manifestaciones asociadas con
ellas, como la espasticidad, las alteraciones sensitivas y el dolor. Al igual
que la aos, el síndrome de piernas inquietas se trata como en población
general, sin ser clara la respuesta; se utilizan pramipexol, gabapentina
y se sugiere suplementar con hierro, de ser necesario. De acuerdo con
una investigación, el 23% de pacientes con em referidos a polisomnografía
presentó movimientos periódicos de las extremidades. En estos indivi-
duos se sugiere tratamiento si existe fatiga o insomnio, particularmente
si los movimientos generan microdespertares o aumento de la frecuencia
283
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
Cefalea
En comparación con otros padecimientos neurológicos, la presenta-
ción concomitante de cefalea y trastornos del dormir sugiere más una
coincidencia. Las alteraciones del sueño pueden predisponer, provocar
o perpetuar la cefalea, mientras que un dormir adecuado mejoraría esta
condición. Por ejemplo, la cefalea puede ser el resultado de un sueño in-
adecuado o de algún evento sucedido en éste, como la hipoxia e hipercap-
nia durante la apnea obstructiva del sueño. Por el contrario, la alteración
del dormir puede ser el resultado de una cefalea primaria, por ejemplo,
los despertares secundarios a la cefalea hípnica. En el caso particular de
la migraña, que es también una cefalea primaria, se sabe que hasta el 86%
de los pacientes con migraña episódica reportan mala calidad del sueño
(Freedom, 2015; Walters, Hamer & Smitherman,2014).
Por otro lado, los individuos con insomnio reportan mayor frecuencia
de dolores de cabeza y severidad de los episodios. Las parejas de personas
con ronquido reportan también mayor constancia. Existen cefaleas que
emergen de algunas etapas del sueño, como son la cefalea en racimos,
que se presenta durante el sueño mor; la cefalea hípnica, que despierta al
paciente después de una o tres horas de haber iniciado el sueño; ciertas
formas de migraña, que lo despiertan y que están asociadas con la pre-
sencia de sueños vívidos; así como algunos casos de cefalea hemicránea
paroxística, que lo despiertan con un dolor desgarrador durante la ma-
drugada y que además es diagnóstico diferencial de causas secundarias de
cefalea intensa durante el dormir, como la ruptura de aneurismas. Tanto
la migraña, la cefalea en racimos y la cefalea hípnica sugieren un patrón
circadiano (Singh & Sahota, 2013). En niños, son más frecuentes las pa-
rasomnias en aquellos que padecen migraña y otros tipos de cefalea (Isik
et al., 2007).
284
11. Trastornos del sueño relacionados con enfermedades neurológicas
La cefalea despierta a la
persona en la madrugada de
Cefalea hípnica manera súbita, generalmente Litio, cafeína
a la misma hora (1:00 y 3:00
am)
Epilepsia
Es una enfermedad neurológica heterogénea caracterizada por la presen-
cia de crisis epilépticas, las cuales pueden ser de diversas características,
de acuerdo con la clasificación de la Liga Internacional Contra la Epilepsia
(s.f.). Según la Organización Mundial de la Salud (2019), la epilepsia afecta
285
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
286
11. Trastornos del sueño relacionados con enfermedades neurológicas
Felbamato, ocasionalmente
Benzodiacepinas,
Inicio del sueño levetiracetam, lamotrigina,
fenitoína
topiramato, zonisamida
Gabapentina,
Sueño NMOR Benzodiacepinas
pregabalina
287
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
Enfermedades neuromusculares
Existen diversas enfermedades neuromusculares asociadas con trastor-
nos del dormir, principalmente con aquellos asociados con la hipoventila-
ción, debido a la restricción torácica secundaria a la debilidad de músculos
288
11. Trastornos del sueño relacionados con enfermedades neurológicas
289
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
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12. TRASTORNOS DEL SUEÑO RELACIONADOS
CON OTRAS ENFERMEDADES MÉDICAS
Introducción
La finalidad de este capítulo es ilustrar la comorbilidad, severidad y pre-
valencia de trastornos del sueño con enfermedades médicas comunes en
la práctica clínica rutinaria.
301
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
302
12. Trastornos del sueño relacionados con otras enfermedades médicas
Fibromialgia
La fibromialgia es una condición debilitante caracterizada por mialgias di-
fusas, fatiga, estrés psicosocial y perturbaciones del sueño. Los trastornos
del sueño son comunes, afectando a más del 90% de los pacientes (Bigatti
et al., 2008). Las quejas más comunes incluyen despertares frecuentes,
persistencia de sueño ligero/no reparador y movimientos involuntarios
de piernas, y van en proporción directa con la severidad y número de
puntos dolorosos (Hauri & Hawkins, 1973). Se ha postulado que una tera-
pia destinada a mejorar el sueño puede interrumpir el ciclo dolor-sueño/
estrés y producir mejoras importantes (MacFarlane & Moldof, 1973). Los
antidepresivos sedantes, así como el zolpidem, han demostrado eficacia a
corto plazo para el tratamiento de insomnio, fatiga, dolor y estrés rela-
cionados con la fibromialgia. Sin embargo, el beneficio de estos agentes
puede disminuir a largo plazo y no se reducen las intrusiones de ondas
alfa durante el estudio polisomnográfico (Moldofsky et al., 1996).
Una aproximación terapeútica alternativa, la terapia cognitivo-con-
ductual (tcc) para el insomnio, resulta prometedora para pacientes con
fibromialgia, ya que su eficacia ha sido ampliamente demostrada en
pacientes con trastornos psiquiátricos, así como para otros trastornos
médicos (Edinger, Wohlgemuth & Krystal, 2005). Edinger y colabora-
dores realizaron un estudio en 47 pacientes con fibromialgia y quejas de
insomnio concomitantes. Se compararon tcc, reglas de higiene del sueño
y tratamiento habitual de fibromialgia. Las medidas para obtención de
resultados fueron subjetivas (por medio de diarios del sueño) y objetivas
(a través del tiempo total de sueño, latencia, despertares después de inicio
del sueño y cuestionarios que miden los síntomas globales de insomnio,
dolor, estado del ánimo y calidad de vida). Se demostró que con la tcc
los síntomas de sueño disminuyeron en un 50%, tanto en los diarios del
303
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
304
12. Trastornos del sueño relacionados con otras enfermedades médicas
Los tratamientos
El tratamiento de los trastornos del sueño asociados a diferentes en-
fermedades deberá ser integral, evaluando de forma individualizada la
relación entre la condición de base y el trastorno, y verificando que los
manejos para ambos no interfieran mutuamente.
Existen tratamientos específicos para algunos de ellos, como en el caso
del síndrome de apnea de sueño, que responde al uso de terapia de presión
positiva continua (cpap) para vías aéreas o a la uvulopalatofaringoplastía
(upps). Los medicamentos hipnóticos y promotores de la vigilia, como
zolpidem o modafinil, ofrecen alternativas terapéuticas a los pacientes
que presentan insomnio o somnolencia excesiva, mostrando una efecti-
vidad importante para disminuir la fragmentación del sueño, así como
incremento del estado de alerta, además de contar con un perfil de segu-
ridad confiable. En el caso de la ttp, ésta ha demostrado una efectividad
notable en el tratamiento de los principales trastornos del sueño, como el
insomnio o la hipersomnia idiopática o asociada a la narcolepsia (Agudelo
et al., 2014). Sin embargo, el uso de esas medidas dependerá de la seve-
ridad del trastorno asociado. En pacientes con comorbilidad con alguna
condición médica, se deberá individualizar cada caso, ya que los pade-
cimientos presentan particularidades que pueden modificar de manera
importante la calidad de sueño en distintas formas y medidas (Smolensky,
Milia & Ohayon, 2011).
Los trastornos del sueño son un hallazgo frecuente en los pacientes
con asma y enfermedad pulmonar obstructiva crónica (epoc). Tienen un
impacto negativo en la calidad de vida y el curso clínico de la enfermedad.
Sus causas son múltiples e incluyen, por ejemplo, síntomas respiratorios
y sus comorbilidades. Por otro lado, en el sueño se presentan múltiples
cambios fisiológicos en la respiración, por lo que éste en sí interactúa con
305
GUíA CLíNICA PARA EL DIAGNóSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
Asma
Los trastornos respiratorios del sueño (trs) pueden estar asociados con
la aparición y exacerbación del asma, una de las principales enfermedades
respiratorias crónicas. Durante el último siglo, se presentó un aumento de
la morbilidad y carga económica del asma, al grado de convertirse en una
preocupación de salud pública.
Muchos pacientes experimentan un empeoramiento de los síntomas
durante la noche en algún momento de sus vidas. Éstos son un signo de
mal control del asma; así lo demuestra la inclusión de preguntas sobre
el dormir en cuestionarios que la evalúan. Una revisión de las visitas a
urgencias indica que los pacientes con síntomas respiratorios son más
propensos a presentarse en la sala de urgencias entre la medianoche y las
8:00 am. El mecanismo exacto para la exacerbación del asma nocturna
no está completamente establecido; sin embargo, es claro que el sueño
tiene profundos efectos sobre la función de las vías respiratorias. Durante
éste, existe un aumento en la inflamación y la reactividad bronquial, un
incremento concomitante en la resistencia de las vías respiratorias y una
reducción en las tasas de flujo de aire y la capacidad residual funcional.
No obstante, no todos los individuos con asma experimentan un empeo-
ramiento durante el sueño, lo cual sugiere una compleja interacción entre
los factores antes mencionados.
Los volúmenes pulmonares tienden a disminuir durante el sueño nor-
mal: hasta un 20% de la capacidad residual funcional en sujetos normales,
y un 41% en los pacientes asmáticos, en comparación con valores du-
rante vigilia y en posición supina. Se ha postulado que la reducción en
el volumen pulmonar durante el sueño puede ser importante en el desa-
rrollo de la broncoconstricción nocturna en el asma (Khan, Mohsenin &
D’Ambrosio, 2014). Además, en estos pacientes se ha observado una ten-
dencia a puntuaciones altas del índice de calidad de sueño de Pittsburgh
(Teodorescu et al., 2013).
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12. Trastornos del sueño relacionados con otras enfermedades médicas
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AUTORES
319
Iván Saúl Herrera Jiménez
Médico psiquiatra, alta especialidad en trastornos del dormir, UNAM.
Departamento de Salud Mental y Clínica de Sueño.
Hospital General de Especialidades 450, Durango, Durango.
Alejandro Jiménez-Genchi
Médico psiquiatra, maestro en psiquiatría.
Clínica de Sueño, servicios clínicos.
Instituto Nacional de Psiquiatría “Ramón de la Fuente Muñiz”.
Academia Mexicana de Medicina del Dormir.
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Ruth Krisel Saldívar Hernández
Médico psiquiatra, alta especialidad en medicina del sueño.
Práctica privada.
Cuidado editorial