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INTEGRANTES:
Cervantes, Santiago. 42.817.847
sceravntes14@gmail.com
claudioleona1@gmail.com
julieta.tribulo@hotmail.com
PROFESOR:
Fracchia, Diego.
Indice
1. Introducción………………………………………………… Pagina 2.
2. Desarrollo…………………………………………………… Pagina 3.
2.1 La transicion
2.2 Tecnociencia de vocacion faustica
2.3 El avance de la IA y su impacto en el discurso
2.4 La ciencia como objeto
2.5 Capitalismo y Ciencia
3. Conclusión……………………………………………… Pagina 11.
4. bibliografía……………………………………………… Pagina 12.
INTRODUCCIÓN
LA MÁQUINA HUMANA
Es evidente, no más abrir los ojos a la mañana, que el salto cuantitativo y cualitativo de
la tecnología, en los últimos treinta años sobre todo, es abrumador.
No es casual la elección de las IA por sobre las otras tecnologías, habida cuenta que
trataremos de argumentar sobre los mecanismos de dominación que utiliza el
“neoliberalismo” a partir del advenimiento de las mismas y como estos modifican,
controlan, someten y coaccionan nuestras subjetividades.
A modo de simple repaso, desde los primeros ensayos de conectar computadoras en una
universidad de EEUU, pasando por la masificación de los ordenadores hogareños (PCs),
la popularización de la Internet y la Web, la irrupción de las Redes Sociales y la
democratización de la creación de contenidos, la aparición de las IA es la frutilla en el
postre de la vida teotecnologizada actual.
Ahora bien ¿cuán preciso es el análisis que nos debemos imponer? Es evidente que no
es objeto de este escrito ahondar en las IA específicamente y mucho menos nuestro
expertos, empero lo cual si nos enfocaremos en tratar de responder, desde un abordaje
sociológico (pidiendo disculpas desde un principio por lo presuntuoso), las preguntas
que dan sentido a nuestro trabajo.
Una sucesión de pasos lógico/matemáticos donde una serie de datos constantes y otros
variables se entrelazan y combinan para dar algo nuevo, un resultado. Eso es nada más y
nada menos que un ALGORITMO.
Ahora imaginemos una aldea gobernada por decisiones tomadas en base al resultado de
un algoritmo. Bueno, eso ha sucedido desde siempre, siempre utilizamos un algoritmo
en la toma de decisiones. Si llueve abro el paraguas, llueve por lo tanto le saco el forro,
lo abro, lo coloco sobre mi cabeza, no me mojo. Listo, he aquí un algoritmo.
¿Qué es lo que hace, entonces hoy, tan impresionantes a los algoritmos? Sin dudas no
ellos en sí mismos, sino las máquinas que los utilizan y que en una fracción de
milisegundo procesan más datos que un humano en décadas y el uso que de ellos se
hace.
Un simple pedazo de piedra viaja errante por el espacio. Casi insignificante ante la
inmensidad del vacuo y oscuro universo. Pero ese “cachito” de roca encierra un temible
poder, puede destruir planetas. Es pequeño pero aterrador.
Hace unos cuantos millones de años nuestra casa común, esférica y azul, cambio y para
siempre, indeleblemente, por causa de un pequeño pedazo de piedra que se le dio por
estrellarse contra ella.
Pero ¿en qué se relacionan una piedra y un algoritmo? Pues en nada, o en todo.
El soberano tenía la posibilidad de ejercer poder total sobre los súbditos e incluso
someterlos al encanto de Tánatos. El domino era en cuerpo y alma y de característica
externa al sujeto dominado.
Los datos que tan libremente aportamos nos condicionan o preparan como votantes.
Desde las redes sociales nos formatean, nos hacen participes involuntarios de una
ingeniería social de la que nos somos del todo conscientes. Participamos de grietas
ideológicas, políticas, sociales y cuando no económicas, alimentadas o creadas desde el
oscurantismo digital de las redes.
Volvamos a la piedra. En la película “No mires arriba” del director Adam McKay
(2021), vemos claramente como el dispositivo de dominación neoliberal se propaga,
como un líquido sobre una superficie plana, envolviendo la sociedad.
Las redes sociales, tan glorificadas, destrozan y enaltecen las vidas insignificantes de
personas significantes y de fulgurantes imágenes de realmente insignificantes
personajes.
Las aplicaciones que instalamos en nuestros grilletes electrónicos nos conducen a una
vida feliz totalmente regulada, a la vez que condicionan nuestra capacidad de
razonamiento encadenándonos cada vez más y más.
El autor Pablo Kreimer en el texto "El científico también es un ser humano", cuenta la
ciencia como objeto y dice: "Desde el comienzo, la institución científica estuvo ligada
al poder político: "dame protección y apoyo" (dice la ciencia), "dame resultados útiles y
utilizables" (dice el poder político)". En la película No mires arriba, podemos ver como
el CEO de la empresa más importante de tecnología, cuando un amigo le envía la
información del cometa, dedica todo su equipo a investigar si este tiene alguna utilidad
y descubre que está compuesto de minerales muy costosos y casi inexistentes en la
tierra, por eso le ofrece a la presidente detener el desvío del cometa, para poder con
drones específicos, romperlo en pedazos más pequeños para que tengan un menor
impacto y así poder utilizar los minerales que el cometa contiene. Peter le ofrece a la
presidente terminar con la pobreza, la injusticia social y la pérdida de biodiversidad con
la ganancia que producirán dichos minerales, la presidente ordena abandonar la misión
de desviar el cometa por los "resultados útiles" que le ofrece el científico de confianza,
sin tener en cuenta que la más mínima falla significa el fin de la humanidad.
En el texto hay un párrafo que dice: " Hay un inconveniente adicional: ningún
conocimiento "cura una enfermedad", ni "genera más energía", ni "produce más agua
potable", ni "mejora la alimentación". Para que ello ocurra, es decir, para que un
conocimiento tenga una utilidad social afectiva, es necesario que se "objetive", que se
pueda encarnar en un producto, proceso o practica social (y, en general, también
económica).
Al intentar poner explosivos en el cometa con drones que no habían sido probados en el
espacio, estos comienzan a fallar y todo el conocimiento de los astrogeólogos y
científicos no sirve de nada, ya que no hay tiempo para hacer ninguna otra cosa porque
el cometa está demasiado cerca de la Tierra. El ego y la avaricia de las personas que
tienen las personas va más allá de sus conocimientos, prefirieron arriesgar a toda la
humanidad por minerales para poder crear más objetos tecnológicos, que valorar lo que
tenemos.
CAPITALISMO Y CIENCIA
Galliano habla de la industria 4.0 como capitalismo 4.0 ya que en las anteriores había
capitalismo o comunismo, pero ahora solo es capitalismo y además la gran mayoría de
los usos de estas tecnologías, de la inteligencia artificial y demás son meramente
capitalistas.
CONCLUSIÓN
Luego de analizar los textos mencionados, ver la película “no mires arriba” y leer
algunos artículos periodísticos que nos ayudaron con la realización de este trabajo,
llegamos a la conclusión que el capitalismo utiliza la inteligencia artificial, los
algoritmos, las plataformas y demás para manipular a la sociedad y hacer que crean que
todo está a su alcance sin importar su estatus social y económico, que es bueno
endeudarse para cumplir sueños, que no hay límites. También utilizan los avances
tecnológicos para controlar a la sociedad con más eficiencia, ya que todos los teléfonos
poseen GPS y pueden controlar donde esta cada uno, con las nuevas billeteras virtuales
saben los movimientos económicos, etc. Si bien para la sociedad resultan útiles estos
avances, siempre están dirigidos a lo que les sirve a las grandes corporaciones que son
quienes manejan el sistema.
BIBLIOGRAFÍA
● https://www.uc.cl/noticias/header-que-impactos-socioculturales-
tienen-los-usos-de-la-inteligencia-artificial/
● https://www.bbvaopenmind.com/articulos/la-ultima-decada-y-el-
futuro-del-impacto-de-la-ia-en-la-sociedad/