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Origen del camino de Santiago

Para buscar el origen del Camino de Santiago hay que


remontarse a la época de Jesucristo y detenerse en la figura de
uno de sus discípulos: Santiago. Sabemos por la Biblia que es
natural de Galilea, hijo de Zebedeo y Salomé y que era conocido
como “el hijo del Trueno” por su fuerte carácter. Fue uno de los
seguidores más cercanos a Jesús, a quien acompañaría en los
momentos más importantes de su vida.
A la muerte de Jesús, al igual que el resto de los Apóstoles,
dedicaría su vida a predicar y extender el Evangelio por todo el
mundo, llegando hasta tierras de Hispania. Poco se sabe a ciencia
cierta de su periplo por la Península Ibérica pero la tradición
cuenta que llegó hasta tierras de Gallaecia, la actual Galicia.
Tras un arduo trabajo regresó a Palestina en el año 44 d.C., donde
el rey Herodes Agripa I ordenaría su muerte. Santiago se
convierte así en el primer Apóstol en morir por la fe cristiana.
Con la muerte de Santiago el Mayor comienza una gran
aventura que acabaría conformando lo que hoy en día es Santiago
de Compostela. Y, cómo no, una de las rutas milenarias más
importantes del planeta: el Camino de Santiago.
Cuenta la leyenda que son los propios bueyes los que deciden
finalmente el lugar del enterramiento de Santiago. Sería en una
zona cercana a la fuente en la que se pararon a beber y que hoy en
día se conserva en la Rúa do Franco de Santiago, a apenas 100
metros de la Catedral y de la Plaza del Obradoiro.
Ante este milagro, la reina Lupa se convertiría al cristianismo
y proporcionaría un sepulcro al Apóstol. Es lo que conocemos como
Arca marmárica, que quedó al cuidado de los discípulos de Jesús. A
su muerte, sus cuerpos fueron enterrados junto a los de su señor y
la tumba quedó en el olvido durante siglos.
Ocho siglos tendrían que pasar para que los restos del Apóstol
fuesen reencontrados. El responsable fue Pelayo, un humilde
ermitaño que vivía en el monte Libredón. Corría el año 813 (siglo
IX) cuando Pelayo comenzó a ver en el cielo unos destellos
luminosos y como unas estrellas señalaban un lugar concreto.
Tras ver el fenómeno varias noches, el ermitaño decidió
abandonar su cueva y corrió a contárselo a Teodomiro, obispo de
Iria Flavia. Tal era la insistencia de Pelayo que el obispo decidió
comprobar con sus propios ojos el fenómeno estelar. Ambos
decidieron acercarse al lugar y descubrieron oculto un sarcófago
con tres cuerpos. El obispo Teodomiro se dio cuenta enseguida
cuenta que acababan de encontrar la tumba del Apóstol.
Ante la importancia del hallazgo, Teodomiro decide
desplazarse a Oviedo, capital del reino, y contárselo al monarca
Alfonso II, el Casto. El rey es consciente de la importancia del
descubrimiento y decide trasladarse personalmente para verlo. Así,
el rey Alfonso II se convierte en el primer peregrino de la Historia.
Y su recorrido entre Oviedo y la tumba del Apóstol, en la primera
Ruta Jacobea, la que hoy conocemos como Camino Primitivo.
El propio monarca mandará construir un templo para albergar
los restos del Apóstol y que sea digno de visitar por parte de otros
monarcas cristianos. Este será el inicio de lo que es hoy la Catedral
de Santiago y de la conformación del ‘Campus Stellae’, la actual
Santiago de Compostela.
A esta primera peregrinación de Oviedo a Santiago le
sucederían en seguida muchas más. La noticia se fue extendiendo
como la pólvora, no solo en lo que hoy conocemos como territorio
español, sino por toda Europa.
Los monarcas cristianos iniciaron así su peregrinación a
Santiago. Primero a través del hoy denominado Camino del Norte,
una Ruta que recorría todo el norte peninsular y evitaba los
territorios conquistados por musulmanes.
A medida que la Reconquista fue avanzando, el recorrido más
popular comenzó a ser el que comenzaba sus pasos en territorio
español en Roncesvalles o Jaca. Hablamos del Camino de Santiago
Francés, que el monje Aymeric Picaud inmortalizó en el
famoso Códice Calixtino en el siglo XII. Se trata de una primigenia
guía de viaje en la que aparecen detallas las etapas del Camino
Francés, alojamientos, monumentos…
Con el paso del tiempo surgieron otras rutas del Camino de
Santiago por toda Europa y toda la Península. Podéis ver las
principales rutas de peregrinación a su paso por España en nuestra
sección web dedicada a Los Caminos.
El Camino de Santiago no es un solo un itinerario que dirige
nuestros pasos a la tumba del Apóstol. Con los siglos, se ha
convertido en una vía de civilización y de desarrollo cultural,
artístico y social en toda Europa. Por ello, el Camino de Santiago
fue declarado Patrimonio de la Humanidad además de convertirse
en el primer Itinerario Cultural Europeo.

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