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Historia de la Filosofía

1º Prueba de Acceso a la Universidad

EvAU Aragón

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No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad.
 ÉTICA DE PLATÓN
Platón nace en Atenas en el año 427-428 a.C, en el seno de una familia aristocrática. Era una época de
gran florecimiento cultural, pero también muy convulsa desde el punto de vista político, lo que
determinó la evolución de su pensamiento. Tras el régimen de los Treinta tiranos y la vuelta a la
democracia, momento dónde muere Sócrates y al que describe como el mejor y más justo ciudadano de
su tiempo, Platón reniega de la política activa. Tras el largo periodo que está fuera de su polis, regresa a
Atenas donde muere en el 347 a.C. Sus obras se caracterizan por el uso del diálogo y su obra
literario-filosófica se puede dividir en cuatro etapas: los escritos socráticos, los diálogos de madurez, los
diálogos críticos y por último, los diálogos de vejez. Está influenciado por Sócrates, Pitágoras y
Parménides y sus sucesores principalmente.

La teoría de las ideas representa el núcleo de la filosofía platónica, el eje a través del cual articula todo
su pensamiento. En ella se da la escisión de la realidad en dos mundos: sensible o aparente, que
conocemos a través de los sentidos; e inteligible, que es el de las Ideas, el real.

Mientras funcionó un sistema de organización político-social de corte aristocrático, la virtud era

considerada una cualidad propia de la nobleza, heredable.
El desarrollo del comercio y el triunfo del sistema democrático llevan a que el poder económico, político
y militar ya no sea asunto exclusivo de la nobleza sino de todos los ciudadanos y, como consecuencia del
desplazamiento de estos poderes, se deja de vincular la virtud a la aristocracia. Anteriormente, los
Sofistas ya extienden la idea de que no es hereditaria sino que la virtud se puede enseñar por medio de
la educación y es por tanto alcanzable para todos los ciudadanos. Sócrates, intenta una nueva
fundamentación de la verdad y atribuye el conocimiento a las verdades universales. De este modo, la
virtud consiste en la sabiduría misma, solo quien sabe lo que es el bien puede obrar correctamente.

Tras analizar la concepción de la virtud anterior a Platón, vemos como este da un paso más en la
definición de virtud y como consecuencia de la división del mundo en Sensible e Inteligible, el
conocimiento del Bien, la justicia etc. no se conoce a partir de definiciones universales, sino en que las
ideas de Bien, Justicia, Verdad tienen su propio mundo, el de las Ideas, al que pertenece el alma
inmortal. Como el mundo inteligible pasa a ser real, lo que interesa por encima de todo es el éxito para
el alma. Alma de la que Platón distingue tres aspectos o tipos: racional, irascible y concupiscible.
A partir de aquí el término de virtud adquiere tres sentidos, que están vinculados a su teoría de las Ideas
y a su concepción del alma.

Por influencia de Sócrates la virtud sigue siendo considerada como sabiduría, ya que solo quien sabe lo
que es el bien puede obrar correctamente y, además, quien sabe lo que es el bien no puede obrar de
otro modo. La diferencia es que ahora el Bien, la Justicia, etc., son consideradas entidades subsistentes
por sí mismas.

Por influencia del orfismo y del pitagorismo la virtud es considerada como purificación, entendiendo por
tal un proceso por el cual el alma se va liberando paulatinamente del cuerpo. Para Platón, esta liberación
tendría por objeto último que el alma, ya enteramente libre y sin necesidad de reencarnarse en otro
cuerpo, pudiera contemplar las Ideas.

Y en virtud de su propia concepción tripartita del alma, la virtud es considerada como justicia. A cada
una de estas funciones le corresponde su virtud particular. Tenemos así: La sabiduría o prudencia que es

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 la virtud propia de la parte racional del alma. Se ve favorecida por el ejercicio intelectual, mayormente
por las actividades de carácter matemático y filosófico. Se correspondería al status de
filósofo-gobernante, cuya función es dirigir a los ciudadanos por el camino más justo.
La fortaleza o valor: propia del alma irascible. Es la que mueve al alma a superar las dificultades en su
ascensión al mundo inteligible. Es favorecida por la educación corporal y los ejercicios de autodominio
sobre la voluntad de poder. Corresponde al status de guerrero-guardián, que tiene como función
proteger a los ciudadanos.

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Y la templanza: propia del alma concupiscible. Se corresponde con la figura de los artesanos,
comerciantes y agricultores. Platón no propone que el hombre renuncie al placer corporal, solo defiende
que ese placer corporal debe ser moderado por la razón. Se fomenta con la obediencia a la razón y la
mesura.

La justicia sería una especie de armonía entre las tres virtudes o partes del alma. No es una virtud
específica de ninguna parte del alma sino que más bien es fruto de su funcionamiento ordenado y
racional. Sin embargo, Platón dice que es difícil que la justicia se de por dos motivos. En primer lugar, el
alma concupiscible puede confundir felicidad con placer, por lo que su virtud no se desarrollaría.
Además, cuando el alma irascible confunda ambición con felicidad, tampoco desarrollará su virtud, por lo
que tampoco se alcanzará la justicia.

En conclusión, con Platón el sentido de la virtud da un salto respecto a Sócrates, que consideraba que la
virtud consiste únicamente en la sabiduría. Y a su vez, la virtud en Sócrates había evolucionado de la
aristocracia antigua que defendía que la virtud se heredaba y de los sofistas que consideraban que era
algo enseñable.

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