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Si bien “humanismos” hubo varios, como los de la Edad Media o el humanismo de la corte de
Carlomagno, cuando se habla de humanismo se suele hablar del Renacimiento italiano,
al que se conoce como humanismo renacentista. En general, todo estudio dedicado a la
lectura e interpretación de los textos clásicos es un estudio humanista.
También se suele decir que son humanistas los trabajos filosóficos que enfatizan el hacer
humano por sobre lo demás. Ejemplo de esto son las obras de Werner Jaeger, Erich Fromm,
Erasmo de Róterdam y Jean-Paul Sartre.
El humanismo se originó en Italia durante los siglos XIV y XV, en las ciudades de Roma,
Florencia y Venecia, a partir de los trabajos de Dante Alighieri (1265-1321), Francesco
Petrarca (1304-1374) y Giovanni Boccaccio (1313-1375).Esta época es también la del
Renacimiento italiano, conocido como “humanismo renacentista”. El Renacimiento italiano dio
origen a los studia humanitatis, los estudios humanistas, antecedentes de las “humanidades
actuales”.
El humanismo, que tuvo su origen en Italia, se vio influenciado por la persistente relación
de este país con la cultura clásica romana, así como con sus leyes, y la gramática, retórica
y oratoria latinas. Los humanistas italianos establecieron un ciclo de estudio dedicado a
investigar gramática, poesía, historia, retórica y filosofía moral. Esto contrastó con el ciclo
cristiano anterior, que fijaba su atención en teología, metafísica, medicina, matemáticas y
filosofía natural.
El clasicismo. Se retomó el contacto con los clásicos no por nostalgia sino por una
sensación de familiaridad y cercanía intelectual. Tanto Francesco Petrarca como
Coluccio Salutati y Nicolás Maquiavelo aseguraban sentirse próximos a Ciserón solo
por leer sus cartas.
La lectura analítica. Se promovió una lectura analítica que fuera capaz de dar con
una actitud crítica, necesaria para que cualquier lector pudiera comprender
cabalmente las ideas de los clásicos.
El realismo. Se instauró un rechazo a las suposiciones tradicionales para buscar, en
cambio, un análisis objetivo de la experiencia percibida y real. Una mirada realista de
la historia promovía una comprensión plena del presente. También se dio un
acercamiento realista al criticismo moral, especialmente en los trabajos de Erasmo de
Róterdam, Thomas More, François Rabelais y Michel de Montaigne.
El escrutinio crítico. Se incitó a la independencia en relación al mundo secular, en
particular respecto a los programas intelectuales heredados y sus preconceptos.
La emergencia de la dignidad humana y lo individual. Se vincularon estas ideas al
sentido de autonomía personal promovido por Petrarca. Si bien se observó al
individualismo con una mirada crítica y preocupada (por ejemplo, en los trabajos de
Maquiavelo), se promovió la idea de una dignidad humana autosuficiente, capaz de
llegar a la iluminación intelectual por su cuenta.
La virtud activa. Se difundió la idea de una virtud activa que, combinada con un
entendimiento filosófico y una retórica poderosa, podía cambiar la forma de vivir en las
ciudades. La virtud activa de la búsqueda de lo mejor podía incluso reconciliar ideas
opuestas, así como pensamientos rivales o antagónicos.
La Ilustración fue uno de los movimientos más importantes que surgieron en el siglo XVII
bajo la influencia del humanismo renacentista. Esta doctrina intelectual surgió en Francia y se
apoyó en el concepto de la razón humana como base para explicar la existencia, para
combatir la ignorancia y la superstición. Resultó de gran influencia en la Revolución Francesa.