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La humillación

La humillación es una experiencia de decepción que ataca el yo corporal, lo humilla, le quita


consistencia y energía. En sí, la humillación es una presencia oculta pero activa, pues una persona
humillada está profundamente herida a nivel emocional.

Aun así, cualquiera que se haya encontrado a sí mismo/a experimentando, al menos una vez en su
vida, un sentimiento de humillación, sin duda, puede declarar por su propia experiencia personal
que no se trata de una situación agradable, Por el contrario, puede afirmar que esta tiene un alto
impacto negativo en el sujeto. En este artículo de Psicología-Online veremos entonces qué es una
humillación y cómo sanarla. Además, desvelaremos qué tipo de humillaciones existen y ejemplos de
las mismas.

La humillación es una emoción social que ejerce una importante influencia negativa sobre la persona
y sobre sus dinámicas sociales como la familia, la escuela o el trabajo. Esa emoción que se
desencadena cuando se siente que el propio estatus social se reduce considerablemente, en
comparación con el de otros, debido a sus graves deficiencias.

¿Qué es humillar a una persona? La etimología de la palabra deriva de "humus", la tierra, por lo que
hace referencia a sentirse bajado hasta la tierra. Según la tesis de Klein (1991), hay al menos tres
intérpretes en la dinámica de la humillación:

El que humilla: una persona dispuesta a aprovecharse de la humillación de los demás.

El humillado: el que es incapaz de independizarse de los demás para la aceptación y el respeto de sí


mismo.

El testigo: persona que ante la humillación puede huir por miedo a ser también víctima.

Entre el humillado y el humillante hay una diferencia social que reafirma quien es el más fuerte, pero
degrada, confunde, hace vulnerable y ataca al humillado, que se siente impotente y despojado de
su identidad.

Tipos de humillaciones

Las humillaciones pueden manifestarse de distintas maneras. Veamos cómo lo hacen con distintos
ejemplos:

Humillación directa

Por humillación directa se entiende todos aquellos actos o palabras que hieren directamente a los
demás. A continuación, te mostramos algunos ejemplos de humillación directa:

El ataque explícito: se habla al sujeto con palabras que lo hieren y lo humillan profundamente.

El ataque implícito: se le pide a la persona que dé información sobre un tema que le resulta
incómodo y del que se avergüenza.

El ataque astuto: la broma devaluada irónica hecha en un momento en el que el sujeto no quiere o
no puede reaccionar.
La devaluación: se trata al sujeto con arrogancia, es decir, de la nada se le habla mal y se le
menosprecia. En la pareja puede ocurrir que durante una pelea se la humille criticando su
rendimiento sexual o su falta de masculinidad o feminidad.

La indiferencia: por ejemplo, el profesional de la salud que no protege suficientemente nuestra


privacidad e intimidad (un hombre después de la visita del urólogo se encuentra con los pantalones
bajados delante de una puerta abierta por el médico, que va sin importar que el paciente todavía se
está vistiendo.

Humillación indirecta

Las modalidades de humillación indirecta se refieren a las actitudes y a los no llamados que hieren
la dignidad de la persona. Algunos ejemplos son los siguientes:

La persona que cuida al otro de manera rápida e impersonal, verbalizando la necesidad de ser rápido
y profesional. Lo hace sentir "como un saco de patatas". Especialmente cuando el otro tiene
dificultades para reaccionar, ya sea por la edad, por deficiencias mentales o por problemas de
carácter.

Todas esas miradas piadosas o de sobra.

Qué es una humillación y cómo sanarla - Tipos de humillaciones

Cómo sanar una humillación

¿Qué hacer ante una humillación? Cuando uno/a se siente atacado/a, hay varios caminos a recorrer
para intentar salir de lo que parece un túnel de negatividad. A continuación, te mostraremos cómo
defenderse de una humillación:

Si se trata de un inocente malentendido entre amigos, desempolvar el libro de las palabras amables
y hablar en privado con el interesado o con uno o dos testimonios máximo.

Si nos encontramos ante una verdadera violación de nuestros derechos, podemos tener que recurrir
a terceras personas que, lúcidamente, puedan rectificar el punto muerto.

La humillación se presenta en diversas formas que van desde el rechazo, a la exposición hasta la
vergüenza pública por los errores cometidos. Aun así, la comprensión del vínculo que la une a las
reacciones del cerebro puede ser la mejor manera de responder de manera eficiente y,
probablemente, prevenir o afrontar el intenso dolor que esta emoción puede causar.

Entonces, ¿cuál es la mejor manera de sanar una humillación? Aquí te mostramos algunas
sugerencias simples y efectivas:

Evita las situaciones perjudiciales.

Sé humilde: enumera tus puntos fuertes y tus puntos débiles.

Aumenta tu autoestima: evita compararte con los demás.

Busca ayuda experta. En este sentido, en este artículo, te mostramos cómo saber cuándo ir al
psicólogo.
Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un
diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu
caso en particular.

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