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SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL

1017/2023-S3

Sucre, 12 de septiembre de 2023

III. - FUNDAMENTOS JURIDICOS DEL FALLO. -

La parte accionante considera vulnerados sus derechos al debido proceso en sus


elementos de fundamentación, motivación y congruencia, a la igualdad de las
partes procesales, a la tutela judicial efectiva, a la “prueba”, así como a los
principios de legalidad, seguridad jurídica y verdad material; toda vez que, los
Magistrados accionados a tiempo de declarar infundado su recurso de casación: i)
Incurrieron en una incongruencia omisiva al no considerar las pretensiones de las
partes; ii) En ningún momento explicaron las razones y fundamentos legales
para omitir pronunciarse sobre la existencia de la empresa AGROMAC S.R.L.,
cuando ello fue reclamado en todas las instancias, menos aún consideraron la
prueba aportada al respecto, cuando de la misma se advierte que dicha empresa no
fue constituida legalmente lesionando el principio de verdad material y el derecho
a la “prueba”, lo que se traduce en la valoración sesgada de los argumentos
expresados en el proceso; iii) Si bien establecieron que la escritura de transferencia
no es suficientemente válida para establecer competencia y jurisdicción
administrativa, contradictoriamente y sin ninguna fundamentación que respalde
su razonamiento, sostuvieron que la misma supone la existencia de derechos de
ganancialidad, siendo necesaria la intervención de las esposas de Franklin Cuellar
Arteaga y Adolfo Zarate Zarate; iv) Anularon prácticamente todo el proceso,
cuando el Tribunal de alzada ejerció su facultad de mejor proveer a fin de referirse
al fondo del proceso; y, v) Para la nulidad del proceso se apoyaron en un
defecto formal totalmente subsanable de un acto válido, referente a la citación de
Víctor Castro Flores en sentido de que la misma no habría sido practicada en día
hábil, cuando de esa diligencia se advierte que únicamente fue un error en la
escritura, lo que evidencia la omisión considerativa de la prueba e inobservancia
del principio de conservación.

En consecuencia, corresponde en revisión determinar si tales argumentos son


evidentes a fin de conceder o denegar la tutela solicitada.

SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL

1017/2023-S3

Sucre, 12 de septiembre de 2023

SALA TERCERA

Magistrada Relatora : MSc. Karem Lorena Gallardo Sejas

/ Dirección: C/Prolongación Beni, No. 147; Edificio OFICENTRO; Piso 8, Oficina B-804, entre 1ª y 2ª anillo.
/ Telf: Of.: 3-245104 / Cel: 760-15152 (WhatsApp) / email: marcosreyes007@gmail.com
Acción de amparo constitucional

Expediente : 45945-2022-92-AAC

Departamento : Santa Cruz

En revisión la Resolución 11/22 de 15 de febrero de 2022, cursante de fs. 111 vta. a 114
vta., pronunciada dentro de la acción de amparo constitucional interpuesta por Ignacio
Salazar Torrez en representación legal de Amirino Becerra Banegas contra Marco
Ernesto Jaimes Molina y Juan Carlos Berrios Albizu, Magistrados de la Sala Civil
del Tribunal Supremo de Justicia.

I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA

I.1. Contenido de la demanda

Por memoriales presentados el 3 y 7, ambos de febrero de 2022, cursantes de fs. 45


a 51 y 60, la parte accionante manifestó lo siguiente:

I.1.1. Hechos que motivan la acción

Dentro del proceso de nulidad de documentos, mejor derecho propietario,


reivindicación, cancelación de matrícula, desocupación, entrega de inmueble y pago de
daños y perjuicios, seguido por su persona contra María Eugenia Landivar de Pardo,
Víctor Castro Flores, Franklin Cuellar Arteaga, Adolfo Zarate Zarate, AGROMAC
Sociedad de Responsabilidad Limitada (S.R.L.), el Gobierno Autónomo Municipal
(GAM) de Cotoca y el Concejo Municipal de dicho ente municipal, ambos del
departamento de Santa Cruz -ahora terceros interesados-, se emitió la Sentencia 05/19
de 30 de enero de 2019, cuya lectura se efectuó el 7 de marzo de igual año, declarando
probada la demanda y disponiendo la nulidad de los testimonios falsos, de los
certificados de tradición falsos, la cancelación de las matrículas computarizadas, la
reivindicación y desocupación del inmueble objeto del litigio en el plazo de quince días.

Ante ello, Vito Nery Montalván, pseudo representante de AGROMAC S.R.L., sin
acreditar legitimación válida y fehaciente interpuso recurso de apelación; asimismo,
Víctor Castro Flores presentó incidente de nulidad mal llamado recurso de apelación sin
ninguna expresión de agravios y extemporáneo, pues fue presentado once días después
de la notificación con la Sentencia 05/19, respecto a la cual la Sala Civil y Comercial
Segunda del Tribunal Departamental de Justicia de Cochabamba, emitió el Auto de
Vista 118/2019 de 20 de noviembre, declarando inadmisible el recurso de apelación de
Víctor Castro Flores, pero admitiendo el recurso de apelación de Vito Nery Montalván
y deliberando en el fondo declaró improbada la demanda. A raíz de ello, de su parte
formuló recurso de casación que dio como resultado el Auto Supremo (AS) 230/2020
de 19 de marzo, por el cual se ordenó al Tribunal ad quem ejercer su facultad para mejor
proveer y emitir una resolución orientada a resolver el fondo de la cuestión.

Es así que, durante la sustanciación del proceso en segunda instancia se tuvo


conocimiento de hechos nuevos como el concerniente a que AGROMAC S.R.L. no tenía

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firmada su acta de constitución ni constaban documentos que respalden la misma, de lo
que se advirtió que es imposible que dicha empresa haya nacido a la vida legal;
asimismo, tampoco existen escrituras a fin de que el pseudo representante pueda
apersonarse al proceso, pues fue comprobado que los poderes notariales para representar
a AGROMAC S.R.L. son insuficientes e ilegítimos, toda vez que la entidad que debería
otorgar esos poderes no tiene una constitución legítima, habiendo sido registrada
irregularmente en el Registro de Comercio, el cual se encuentra formalmente extinto y
depurado desde el 2004; por lo que, ante estos hechos de su parte interpuso incidente de
nulidad, pero ese fue rechazado mediante Auto incidental 75/20 de 2 de diciembre de
2020.

Posteriormente, el Tribunal ad quem, luego de producir todas las pruebas emitió el Auto
de Vista 09/21 de 3 de febrero de 2021, que ignorando por completo la verdad material
y solo considerando los argumentos falaces de Vito Nery Montalván, retrotrajo el
proceso inclusive hasta la admisión de la demanda incumpliendo no solo con lo
ordenado por el Tribunal Supremo de Justicia, sino también con el régimen jurídico de
las nulidades procesales, en función a lo cual interpuso un nuevo recurso de casación
que dio lugar al AS 631/2021 de 12 de julio, que pese a lo expuesto confirmó lo
determinado por el Tribunal de alzada.

En ese sentido, el citado Auto Supremo realizó una distinción sub realista de la
estructura del Auto de Vista 09/21, distinguiendo entre la apelación de Víctor Castro
Flores y consideraciones de oficio, por no decir consideraciones de Vito Nery
Montalván, así del contenido de dicho Auto de Vista se menciona la apelación de Vito
Nery Montalván en representación de AGROMAC S.R.L., de lo que se tiene claro que
sí consideraron los argumentos de esa empresa; sin embargo, incongruentemente el
Tribunal de casación, no motivó ni fundamentó las razones que a su juicio justificarían
abstenerse a declarar sobre la existencia legal de la misma, o porqué se justificaría no
pronunciarse sobre el recurso de apelación de Vito Nery Montalván, si se sigue
admitiendo su presencia en el proceso bajo el rotulo de representante legal de
AGROMAC S.R.L., en ese sentido referir que el Tribunal ad quem no se pronunció
sobre la inexistencia jurídica de AGROMAC S.R.L., y por otro lado tampoco tomaron
en cuenta el recurso de apelación planteada por esta, siendo un acto de incongruencia,
pues de uno u otro modo el Auto de Vista 09/21 contravine el art. 265 del Código
Procesal Civil (CPC) -Ley 439 de 439 de 19 de noviembre de 2013-.

En ese contexto, el Tribunal de casación no puede justificar la omisión de consideración


de los puntos impugnados, pues al confirmar el Auto de Vista está dando validez a los
recursos demandados sin que se consideren sus argumentos, tampoco explica por qué el
Auto de Vista podría tener derechos de abstenerse al respecto, lo que se agrava cuando
el Tribunal de casación manifestó: ‘“siendo insustancial cuestionar e incidir
reiteradamente sobre una posible declaración de inexistencia de la referida empresa,
cuando no se analizó esa circunstancia en el Auto de Vista’” (sic), declaración que
vulneró los elementos de fundamentación y motivación del debido proceso, toda vez
que es de estricta necesidad que las autoridades jurisdiccionales se refieran
expresamente sobre las partes del proceso y su legitimidad, siendo preciso que el
Tribunal de casación se pronuncie sobre la intervención procesal de una persona que no
demostró tener ninguna legitimación para hacerlo.

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Por otra parte, el Auto de Vista impugnado en casación consideró la apelación de Vito
Nery Montalván porque las consideraciones de jurisdicción y la solicitud de inclusión
de más sujetos procesales fueron sus argumentos propuestos. Al respecto, debe
considerarse que un acto nulo por falsedad no puede crear jurisdicción, menos
competencia legal, peor aún ganancialidad, aspecto que evidencia la contradicción
incurrida por el Tribunal de casación, pues si bien reconoce que los actos y documentos
demandados de nulidad no crean competencia administrativa por no haber sido emitidos
por ninguno de los entes administrativos correspondientes, no encuentra una
fundamentación congruente que respalde la suposición de derechos de ganancialidad
por los que fuese necesaria la intervención de las esposas de Franklin Cuellar Arteaga y
Adolfo Zarate Zarate. En ese sentido, considerando que el art. 553 de Código Civil (CC)
establece el principio de inconfirmabilidad de la nulidad, la nulidad de los testimonios
de adjudicación de los nombrados, abarca y tiene efectos sobre cualquier documento de
transferencia que involucre derechos fundados en los testimonios de adjudicación; por
lo que, el razonamiento del AS 631/2021 al considerar que la escritura de
transferencia es suficientemente válida para crear ganancialidad, pero no competencia
ni jurisdicción vulnera la normativa civil y el debido proceso en sus elementos de
legalidad y seguridad jurídica.

En cuanto a la dimensión de la nulidad declarada, tanto el Tribunal ad quem como el de


casación, decidieron anular prácticamente todo el proceso incluyendo el proceso
desplegado en uso de la facultad de mejor proveer en segunda instancia ordenado en el
AS 230/2021, facultad que es establecida para una mejor resolución del conflicto de
fondo, por lo que mal podría el Tribunal ad quem ejercer la facultad de mejor proveer
ordenando nuevas pruebas y diligenciando oficios para posteriormente anular todo lo
conseguido.

Tanto el Tribunal ad quem como el de casación inobservaron el cumplimiento de los


arts. 105, 107 y 109 del CPC, y el principio de conservación tratándose de las nulidades
procesales, pues para declarar la nulidad del proceso se apoyaron en un defecto formal
totalmente subsanable de un acto totalmente válido, referente a la citación de Víctor
Castro Flores, en sentido de que la misma no habría sido practicada en día hábil,
diligencia de la cual se aprecia solo un error de escritura al haber consignado como fecha
el 3 de “junio” -no señala el año-, cuando la fecha real es 3 de julio -no menciona fecha-
, toda vez que las otras diligencias fueron realizadas en esa data y que concuerda con la
hora de notificación, aspecto que igualmente se corrobora por el memorial de queja
presentado de su parte en el que se pidió al Oficial de Diligencias cumpliera con las
notificaciones en la fecha indicada. Dicha omisión en la consideración de las pruebas y
la total falta de observación del principio de conservación, vulnera su derecho a la tutela
judicial efectiva, pues su persona terminó siendo quien cargó con los efectos negativos
de la anulación del proceso alejando a su persona cada vez más de la reivindicación que
pretendía.

En ese sentido, el Tribunal de casación no brindó las razones que llevó a confirmar las
evidentes omisiones cometidas en el Auto de Vista 09/21, por lo que a su vez los actos
del Tribunal de casación demuestran incongruencia omisiva, porque no se pronuncia
sobre las pretensiones formuladas por las partes.

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Por otra parte, mostrando un desprecio por el principio de verdad material definen como
insustancial lo relativo a la existencia de la empresa AGROMAC S.R.L., cuando a partir
de las pruebas presentadas, el pronunciamiento sobre la existencia de la misma debió
haber sido de oficio, en especial de “fs. 808” donde claramente se evidencia que
AGROMAC S.R.L. no fue constituida legalmente.

I.1.2. Derecho, garantía y principio supuestamente vulnerado

La parte impetrante de tutela, considera lesionados sus derechos al debido proceso en


sus elementos de fundamentación, motivación y congruencia, a la igualdad procesal de
las partes, a la tutela judicial efectiva y a la “prueba”, como a los principios de legalidad,
seguridad jurídica y verdad material, citando al efecto el art. 115.I de la Constitución
Política del Estado (CPE).

I.1.3. Petitorio

Solicita se conceda la tutela impetrada, y en consecuencia se anule el AS 631/2021,


ordenando que los Magistrados accionados emitan uno nuevo con la debida motivación
y fundamentación respecto a cada uno de los agravios señalados en el recurso de
casación interpuesto por su persona respetando el principio de verdad material.

I.2. Audiencia y Resolución de la Sala Constitucional

Celebrada la audiencia pública virtual el 15 de febrero de 2022, según consta en el acta


cursante de fs. 109 a 111 vta.; presente la parte accionante asistida por su abogado, la
representante legal del Alcalde del GAM de Cotoca del departamento de Santa Cruz, y
la esposa de Franklin Cuellar Arteaga, tercero interesado, quien según refiere el informe
de la Secretaria de la Sala Constitucional habría comunicado su fallecimiento; ausente
los Magistrados accionados, y los terceros interesados María Eugenia Landivar de
Pardo, Adolfo Zárate Zárate, la empresa AGROMAC S.R.L. y el Concejo Municipal de
la indicada entidad municipal; se produjeron los siguientes actuados:

I.2.1. Ratificación y ampliación de la acción

La parte accionante ratificó y reiteró los argumentos expuestos en su memorial de acción


de amparo constitucional, ampliando en audiencia, señaló que la empresa AGROMAC
S.R.L. se constituyó por el plazo de diez años que fue ampliado hasta el 2006, por lo
que la misma feneció ese año; sin embargo, incurrieron en diversas maquinaciones para
seguir actuando dentro del proceso; por otra parte, manifestó que se tiene un certificado
notarial que establece que la Escritura Pública de constitución de la empresa no fue
firmada por el constituyente, aspecto ya dilucidado por AS “184/2014” que estableció
la nulidad de la Escritura Pública “085”.

I.2.2. Informe de las autoridades accionadas

Juan Carlos Berrios Albizu y Marco Ernesto Jaimes Molina, Magistrados de la Sala
Civil del Tribunal Supremo de Justicia, mediante informe escrito cursante de fs. 106 a
108, manifestaron lo siguiente: a) El Auto de Vista 09/21 es anulatorio de obrados por
haberse causado indefensión a diferentes personas en el proceso, que es donde
precisamente debió radicar los argumentos del recurso de casación, desvirtuando la

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indefensión observada por el Tribunal de alzada; sin embargo, conforme se explicó en
el AS 631/2021, en el proceso se generó omisión de actos de trascendencia como es la
citación de algunos sujetos procesales, que debieron desembocar en una nulidad
procesal a efectos de resguardar el derecho omitido; b) El accionante refiere que el
citado Auto Supremo no motivó ni fundamentó congruentemente las razones que
justificarían abstenerse a declarar sobre la existencia legal de AGROMAC S.R.L. o por
qué se justificaría no pronunciarse sobre el recurso de apelación de Vito Nery
Montalván; al respecto debe informarse que el AS 631/2021 realizó el análisis del Auto
de Vista en función a los agravios propuestos por el recurso de casación, considerando
que estos agravios estén enfocados a cuestionar el fundamento de alzada; c) Para
fundamentar la nulidad el Auto de Vista 09/21 estructuró su decisión en dos partes, una
en función del recurso de apelación de Víctor Castro Flores y otra como determinación
de oficio, en ambos casos, se consideró únicamente aspectos relacionados a una posible
indefensión del prenombrado, y en atención a su recurso de apelación, de Franklin
Cuellar Arteaga y Adolfo Zárate Zárate, que era el análisis de oficio, pero no consideró
en plenitud otros agravios de fondo de los recursos de apelación, entre el que estaba la
apelación de la empresa AGROMAC S.R.L.; d) Respecto a la falta de legitimación de
dicha empresa, en el AS 631/2021 se manifestó lo siguiente: ‘“…por lo que el Ad quem
no ingresó a considerar la impugnación de la empresa Agromac S.R.L. ni otra cuestión
de fondo de la controversia, siendo insustancial cuestionar e incidir reiteradamente
sobre una posible declaración de inexistencia de la referida empresa, cuando no se
analizó esa circunstancia en el Auto de Vista, que inhibe a este Colegiado manifestarse
al respecto, considerando que el examen del Auto Supremo se enfoca en la impugnación
de las determinaciones del Auto de Vista, conforme el art. 270 del Código Procesal
Civil, y siendo anulatoria la decisión de alzada, el análisis indefectiblemente se encauza
al mismo”’ (sic); de lo que se observa que se dio al entonces recurrente una lógica
respuesta al respecto, misma que no fue desvirtuada en la acción tutelar planteada
demostrando la irracionalidad del entendimiento asumido en el citado Auto Supremo;
e) Respecto a que la nulidad de Auto de Vista habría sido dispuesta en función al recurso
de apelación de Vito Nery Montalván y no por consideraciones de oficio, cabe señalar
que dicho aspecto resulta intrascendente pues aun considerando que el Auto de Vista se
valió de los agravios de los recursos, ello en nada merma el análisis de indefensión de
su contenido; f) El accionante a partir de una aparente falacia de forma pretende postular
una definición de fondo al referirse sobre la competencia, jurisdicción y ganancialidad,
argumento por demás desorientado, toda vez que, el AS 631/2021 no declaró la nulidad
de ningún acto jurídico o la ganancialidad de ninguna de las partes; g) El accionante
trata de que sus autoridades ingresen en error al manifestar que se estableció una nulidad
y una ganancialidad, cuando se ordenó la citación mediante edictos de las esposas de
Franklin Cuellar Arteaga y Adolfo Zárate Zárate, porque éstas participaron en la
suscripción del contrato que se pretende invalidar y no fue por una ganancialidad
declarada; h) El citado Auto Supremo no invalidó todo el proceso. El Auto de Vista
anuló obrados hasta la admisión de demanda; sin embargo, el AS 631/2021 dimensionó
esa nulidad únicamente hasta “fs. 247”, previo a la audiencia preliminar; i) Respecto a
la prueba obtenida en segunda instancia, en función a la decisión anulatoria, se
determinó: ‘“…a más de instar al Juez de grado que acoja toda la prueba documental
obtenida en segunda instancia para que coadyuve a resolver la problemática y si fuera
el caso, previo procedimiento en audiencia preliminar bajo el principio de
contradicción procesal’” (sic); y, j) El accionante no cuestionó ni se pronunció sobre
los puntos neurálgicos de declarar la nulidad que están enfocados en la indefensión de

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Franklin Cuellar Arteaga y Adolfo Zárate Zárate, que era necesario para establecer si la
nulidad era evidente o no. A partir de lo cual y considerando que no se lesionó derecho
alguno de la parte accionante solicitó se deniegue la tutela impetrada.

I.2.3. Intervención de los terceros interesados

Raúl Gonzalo Elvis Claudio, Alcalde del GAM de Cotoca, del departamento de Santa
Cruz, a través de su representante legal en audiencia se remitió a la Comunicación
Interna de Archivos “13/2017” que refiere que no se encontró documentación alguna
con relación a las dos adjudicaciones definitivas en favor de Franklin Cuéllar Arteaga y
Adolfo Zárate Zarate, en función a lo cual sostuvo que no se puede atribuir al municipio
la emisión de esas adjudicaciones y por lo tanto no se puede pretender establecer algún
tipo de responsabilidad ni siquiera por daños y perjuicios respecto a un acto
administrativo del cual no se puede afirmar su existencia.

El Concejo Municipal del GAM de Cotoca del departamento de Santa Cruz, no remitió
escrito alguno ni se apersonó a la audiencia de consideración de esta acción tutelar, pese
a su notificación cursante a fs. 93.

María Eugenia Landivar de Pardo, Adolfo Zarate Zarate y la empresa AGROMAC


S.R.L., no remitieron memorial alguno ni asistieron a la audiencia de consideración de
la presente acción de defensa, pese a su notificación cursante a fs. 65, 67 y 97,
respectivamente.

En cuanto a Víctor Castro Flores y Franklin Cuellar Arteaga, también demandados


dentro del proceso civil de referencia, se informó su fallecimiento, el primero a partir
de los comunicados de prensa adjuntos, y con relación al segundo a partir de lo
comunicado por su esposa, presente en la audiencia de consideración de esta acción
tutelar, respecto a la cual no se registra en el acta de audiencia intervención alguna.

I.2.4. Resolución

La Sala Constitución Segunda del Tribunal Departamental de Justicia de Santa Cruz,


por Resolución 11/22 de 15 de febrero de 2022, cursante de fs. 111 vta. a 114 vta.,
denegó la tutela solicitada, bajo los siguientes fundamentos: 1) Los Magistrados
accionados a tiempo de emitir el AS 631/2021, hoy cuestionado refirieron que mal
podrían pronunciarse sobre aspectos de los cuales no fueron dilucidados en el Auto de
Vista impugnado, formulación que reviste una motivación razonable y congruente, a
partir de lo cual no se advierte el agravio reclamado por la parte accionante ni tampoco
la relevancia constitucional suficiente, contando el fallo examinado con la debida
fundamentación y congruencia, ocurriendo lo propio respecto a la valoración en cuanto
a los documentos referentes a la existencia o no de la empresa, pues teniendo en cuenta
que ello no fue objeto del Auto de Vista, mal podría el Tribunal de casación referirse al
respecto; y, 2) En cuanto al derecho a la tutela judicial efectiva y el principio de verdad
material, relacionados a la notificación de Víctor Castro Flores “…se evidencia que el
formulario de fojas 176, notificación realizada a Adolfo Zarate Zarate. El Tribunal
Supremo de Justicia, establece que la fecha 03 de junio cae un día inhábil y que la
modificación de la segunda notificación de fojas 177, además de no consignar lo
corregido corre y vale, fuerza para que sea el mes de julio en vez del mes de junio lo

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que no coincide si quiera con el día que es el día lunes, estas son las razones por las que
considera el Tribunal Supremo de Justicia que no puede convalidar tal acto procesal y
por tanto sustenta la nulidad, modulando además el alcance del decisum y estableciendo
que la nulidad es hasta la audiencia preliminar al momento que tendrá la parte hoy
accionante la oportunidad de producir la prueba que considere pertinente e inclusive
fundamentar los aspectos que hoy considera extraña, no se hubieran fundado ni en el
auto de vista, ni en el auto supremo cual es la existencia de la empresa Agromac. Aquel
fundamento vertido por el Tribunal Supremo de Justicia para este Tribunal de garantías
coincide y cumple con los formalismos jurisprudenciales, sustanciales y procesales en
cuanto al cumplimiento del debido proceso en su vertiente de la tutela judicial efectiva,
puesto que ha dado una explicación lógica y razonable de las razones por las cuales
arriba a cierta determinación, aclarando que decidir no es motivar y motivar no es
fundamentar” (sic).

I.3. Trámite procesal en el Tribunal Constitucional Plurinacional

Por Decreto Constitucional de 16 de diciembre de 2022 (fs. 141), se procedió a la


suspensión del cómputo de plazo por solicitud de documentación complementaria;
reanudándose el mismo, por Decreto Constitucional de 23 de agosto de 2023, a cuyo
efecto la presente Sentencia Constitucional Plurinacional, es emitida dentro del plazo
procesal establecido por el Código Procesal Constitucional.

II. CONCLUSIONES

De la revisión de los antecedentes que cursan en el expediente, se establece lo siguiente:

II.1. Cursa Auto de Vista 09/21 de 3 de febrero de 2021, por el que la Sala Civil y
Comercial, de Familia, Niñez y Adolescencia y Violencia Intrafamiliar Segunda del
Tribunal Departamental de Justicia de Santa Cruz, dentro del proceso ordinario de
nulidad de documentos, mejor derecho propietario, reivindicación, cancelación de
matrículas, desocupación, entrega de inmueble y pago de daños y perjuicios seguido por
Amirino Becerra Banegas -ahora accionante- contra María Eugenia Landivar de Pardo,
Víctor Castro Flores, Franklin Cuellar Arteaga, Adolfo Zárate Zárate, AGROMAC
S.R.L., el GAM de Cotoca y el Concejo Municipal de esa entidad municipal, ambos del
departamento de Santa Cruz -hoy terceros interesados-, haciendo referencia al AS
230/2020 de 19 de marzo, que a tiempo de resolver un primer recurso de casación
interpuesto por el accionante, anuló el anterior Auto de Vista signado con el número
118/2019 de 20 de noviembre, y resaltando que primero resolverá cuestiones de forma
y que en caso de que las mismas fueran rechazadas, se procederá a resolver el fondo del
litigio, declaró la nulidad de obrados hasta fs. “166” inclusive, estableciendo que el Juez
a quo proceda a la revisión prolija de los antecedentes y pretensión, dando estricta
aplicación a lo dispuesto por el art. 113 del CPC (fs. 2 a 9 vta.).

II.2. Por memorial presentado el 24 de marzo de 2021, el accionante a través de su


representante legal, interpuso contra el Auto de Vista descrito ut supra recurso de
nulidad o casación en la forma y fondo (fs. 153 a 166 vta.), mismo que fue admitido
mediante AS 378/2021-RA de 3 de mayo (fs. 16 a 18 vta.).

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II.3. Consta AS 631/2021 de 12 de julio, mediante el cual Juan Carlos Berrios Albizu
y Marco Ernesto Jaimes Molina, Magistrados de la Sala Civil del Tribunal Supremo de
Justicia -ahora accionados- declararon infundado el recurso de casación planteado por
el impetrante de tutela, dimensionando la nulidad dispuesta únicamente hasta fs. “247”,
previo a la audiencia preliminar, fallo que fue notificado al accionante el 4 de agosto de
2021 (fs. 22 a 30).

III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO

La parte accionante considera vulnerados sus derechos al debido proceso en sus


elementos de fundamentación, motivación y congruencia, a la igualdad de las partes
procesales, a la tutela judicial efectiva, a la “prueba”, así como a los principios de
legalidad, seguridad jurídica y verdad material; toda vez que, los Magistrados
accionados a tiempo de declarar infundado su recurso de casación: i) Incurrieron en una
incongruencia omisiva al no considerar las pretensiones de las partes; ii) En
ningún momento explicaron las razones y fundamentos legales para omitir pronunciarse
sobre la existencia de la empresa AGROMAC S.R.L., cuando ello fue reclamado en
todas las instancias, menos aún consideraron la prueba aportada al respecto, cuando de
la misma se advierte que dicha empresa no fue constituida legalmente lesionando el
principio de verdad material y el derecho a la “prueba”, lo que se traduce en la
valoración sesgada de los argumentos expresados en el proceso; iii) Si bien
establecieron que la escritura de transferencia no es suficientemente válida para
establecer competencia y jurisdicción administrativa, contradictoriamente y sin ninguna
fundamentación que respalde su razonamiento, sostuvieron que la misma supone la
existencia de derechos de ganancialidad, siendo necesaria la intervención de las esposas
de Franklin Cuellar Arteaga y Adolfo Zarate Zarate; iv) Anularon prácticamente todo el
proceso, cuando el Tribunal de alzada ejerció su facultad de mejor proveer a fin de
referirse al fondo del proceso; y, v) Para la nulidad del proceso se apoyaron en un
defecto formal totalmente subsanable de un acto válido, referente a la citación de Víctor
Castro Flores en sentido de que la misma no habría sido practicada en día hábil, cuando
de esa diligencia se advierte que únicamente fue un error en la escritura, lo que evidencia
la omisión considerativa de la prueba e inobservancia del principio de conservación.

En consecuencia, corresponde en revisión determinar si tales argumentos son evidentes


a fin de conceder o denegar la tutela solicitada.

III.1. La fundamentación, motivación y congruencia como elementos del debido


proceso

La SCP 0559/2020-S3 de 16 de septiembre, asumiendo los entendimientos establecidos


por la jurisprudencia constitucional y citando la SCP 0753/2019-S1 de
26 de agosto, precisó que: [«La SCP 1250/2015-S3 de 9 de diciembre, sobre este
particular señaló: “El derecho al debido proceso se encuentra reconocido en el art.
115.II de la CPE, el cual dispone: ‘El Estado garantiza el derecho al debido proceso,
a la defensa y a una justicia plural, pronta, oportuna, gratuita, transparente y sin
dilaciones’, a su vez, el art. 117.I de la misma Norma Suprema, señala: ‘Ninguna
persona puede ser condenada sin haber sido oída y juzgada previamente en un debido
proceso…’.

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(…) ‘la garantía del debido proceso, comprende entre uno de sus elementos la
exigencia de la motivación de las resoluciones, lo que significa, que toda autoridad que
conozca de un reclamo, solicitud o que dicte una resolución dictaminando una situación
jurídica, debe ineludiblemente exponer los motivos que sustentan su decisión, para lo
cual, también es necesario que exponga los hechos establecidos, si la problemática lo
exige, de manera que el justiciable al momento de conocer la decisión del juzgador lea
y comprenda la misma, pues la estructura de una resolución tanto en el fondo como en
la forma, dejará pleno convencimiento a las partes de que se ha actuado no sólo de
acuerdo a las normas sustantivas y procesales aplicables al caso, sino que también la
decisión está regida por los principios y valores supremos rectores que rigen al
juzgador, eliminándose cualquier interés y parcialidad, dando al administrado el pleno
convencimiento de que no había otra manera de dilucidar los hechos juzgados sino de
la forma en que se decidió y al contrario, cuando aquella motivación no existe y se
emite únicamente la conclusión a la que ha arribado el juzgador, son razonables las
dudas del justiciable en sentido de que los hechos no fueron juzgados conforme a los
principios y valores supremos, vale decir, no se le convence que ha actuado con apego
a la justicia y finalmente, la motivación no implicará la exposición ampulosa de
consideraciones y citas legales, sino que exige una estructura de forma y de fondo. Así
la SC 1365/2005-R de 31 de octubre entre otras’”.

(…)

(…). Sobre este particular la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en el caso


Tristán Donoso Vs. Panamá sostuvo que: “…la motivación es la exteriorización de la
justificación razonada que permite llegar a una conclusión”. El deber de motivar las
resoluciones es una garantía vinculada con la correcta administración de justicia, que
protege el derecho de los ciudadanos a ser juzgados por las razones que el Derecho
suministra, y otorga credibilidad de las decisiones jurídicas en el marco de una
sociedad democrática"; en tal sentido, se tiene que la motivación debe ser entendida
como la justificación razonada de los fallos mediante la cual el juzgador arriba a una
conclusión y asume una decisión; imperativo por el que toda resolución debe contener
el desarrollo de los razonamientos de hecho por los cuales se emite el
pronunciamiento vinculados con cada uno de los asuntos sometidos a la decisión del
juzgador, esto es, las razones fácticas y circunstancias de hecho y probatorias que
sustenten la determinación asumida, constituyendo por ende la motivación de todo
fallo un deber fundamental inexcusable al momento de resolver los asuntos que
conozcan.

Por otra parte, la fundamentación constituye la estructura jurídico-legal que


sustenta los entendimientos fácticos expresados por el administrador de justicia,
quien recurre sistemáticamente a las normas relevantes del ordenamiento jurídico a
objeto de resolver las causas sujetas a su conocimiento, ello implica que las razones
fácticas o criterios que son parte de la motivación se subsumen a la norma aplicable
al caso, configurando ello los razonamientos legales de la decisión, así en el caso
concreto de un proceso penal, la fundamentación se constituye en una garantía de
observancia y respeto de los derechos fundamentales y garantías constitucionales de
los ciudadanos de ser juzgados por las normas vigentes que rigen los procesos a los
cuales están sometidos».

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Por su parte, la SCP 0619/2018-S1 de 11 de octubre, en lo concerniente al principio de
congruencia, señaló que: «Al respecto la SCP 1302/2015-S2 de 13 de noviembre,
estableció que: “Como se dijo anteriormente, la congruencia de las resoluciones
judiciales y administrativas, constituye otro elemento integrador del debido proceso, al
respecto la SC 0358/2010-R de 22 de junio, señaló lo siguiente: ‘la congruencia como
principio característico del debido proceso, entendida en el ámbito procesal como la
estricta correspondencia que debe existir entre lo peticionado y lo resuelto, en materia
penal la congruencia se refiere estrictamente a que el imputado no podrá ser condenado
por un hecho distinto al atribuido en la acusación o su ampliación; ahora bien, esa
definición general, no es limitativa de la congruencia que debe tener toda resolución
ya sea judicial o administrativa y que implica también la concordancia entre la parte
considerativa y dispositiva, pero además esa concordancia debe mantenerse en todo su
contenido, efectuando un razonamiento integral y armonizado entre los distintos
considerandos y razonamientos emitidos por la resolución, esta concordancia de
contenido de la resolución y su estricta correspondencia entre lo pedido, lo considerado
y lo resuelto, conlleva a su vez la cita de las disposiciones legales que apoyan ese
razonamiento que llevó a la determinación que se asume. En base a esos criterios se
considera que quien administra justicia debe emitir fallos motivados, congruentes y
pertinentes’.

En el mismo sentido, el Tribunal Constitucional Plurinacional, en la SCP


1083/2014 de 10 de junio, sostuvo que el principio de congruencia: ‘…amerita una
comprensión desde dos acepciones; primero, relativo a la congruencia externa, la cual
se debe entender como el principio rector de toda determinación judicial, que exige la
plena correspondencia o coincidencia entre el planteamiento de las partes (demanda,
respuesta e impugnación y resolución) y lo resuelto por las autoridades judiciales, en
definitiva, es una prohibición para el juzgador considerar aspectos ajenos a la
controversia, limitando su consideración a cuestionamientos únicamente deducidos por
las partes; y, segundo, la congruencia interna, referido a que, si la resolución es
comprendida como una unidad congruente, en ella se debe cuidar un hilo conductor
que le dote de orden y racionalidad, desde la parte considerativa de los hechos, la
identificación de los agravios, la valoración de los mismos, la interpretación de las
normas y los efectos de la parte dispositiva; es decir, se pretenden evitar que, en una
misma resolución no existan consideraciones contradictorias entre sí o con el punto de
la misma decisión’”»] (las negrillas nos corresponden).

Por su parte la SCP 0005/2019-S2 de 19 de febrero, a tiempo de añadir a los


entendimientos asumidos por la jurisprudencia respecto a estos elementos del debido
proceso, complementó el razonamiento refiriéndose a la consideración de la relevancia
constitucional, al respecto estableció: “Ahora bien, la jurisprudencia precedentemente
citada debe ser complementada a partir de la relevancia constitucional que tenga la
alegada arbitraria o insuficiente fundamentación y motivación de las resoluciones, es
decir, que deberá analizarse la incidencia de dicho acto supuestamente ilegal en la
resolución que se está cuestionando a través de la acción de amparo constitucional;
pues, si no tiene efecto modificatorio en el fondo de la decisión, la tutela concedida por
este Tribunal únicamente tendría como efecto el que se pronuncie una nueva Resolución
con el mismo resultado; consiguientemente, a partir de una interpretación previsora, si
bien la arbitraria o insuficiente fundamentación, aún carezca de relevancia, deberá ser
analizada por el Tribunal Constitucional Plurinacional; empero, corresponderá

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denegar la tutela por carecer de relevancia constitucional. Con la aclaración que este
entendimiento es únicamente aplicable a la justicia constitucional que no exigirá para
efectuar el análisis, que la o el accionante cumpla con carga argumentativa alguna”.

III.2. Sobre la valoración integral de la prueba. Jurisprudencia reiterada

Al respecto la SCP 0159/2019-S1 de 26 de abril, remitiéndose a la SCP


1916/2012 de 12 de octubre, asumió el siguiente entendimiento: “…por regla general,
la jurisdicción constitucional está impedida de ingresar a valorar la prueba, por ser
una atribución conferida privativa y exclusivamente a las autoridades jurisdiccionales
o administrativas; empero, tiene la obligación de verificar si en dicha labor: 1) Las
autoridades no se apartaron de los marcos legales de razonabilidad y equidad; 2) No
omitieron de manera arbitraria la consideración de ellas, ya sea parcial o totalmente;
y, 3) Basaron su decisión en una prueba inexistente o que refleje un hecho diferente al
utilizado como argumento. Claro está que además de ello, en cualquier caso, se debe
demostrar la lógica consecuencia de que su incumplimiento ocasionó lesión de
derechos fundamentales y/o garantías constitucionales al afectado; lo que se traduce
en relevancia constitucional. Supuestos que constituyen excepciones a la regla
aludida; dado que se admite injerencia de la jurisdicción constitucional, únicamente
cuando se evidencian dichas vulneraciones; empero, dicha competencia se reduce
únicamente a establecer la ausencia de razonabilidad y equidad en la labor valorativa,
o bien, si existió una actitud omisiva en esta tarea, ya sea parcial o total; o finalmente,
si se le dio un valor diferente al medio probatorio, al que posee en realidad,
distorsionando la realidad y faltando al principio de rango constitucional, como es la
verdad material, pero en ningún caso podrá pretender sustituir a la jurisdicción
ordinaria, examinando directamente la misma o volviendo a valorarla, usurpando una
función que no le está conferida ni legal ni constitucionalmente.

Para que el Tribunal pueda ingresar al análisis de la valoración de la prueba, la ya


citada SC 0965/2006-R estableció que la parte procesal que se considere agraviada con
los resultados de la apreciación efectuada dentro de un proceso judicial o
administrativo, debe invocar la lesión a sus derechos fundamentales y expresar: ‘Por
una parte, qué pruebas (señalando concretamente) fueron valoradas apartándose de
los marcos legales de razonabilidad y equidad previsibles para decidir; o, cuáles no
fueron recibidas, o habiéndolo sido, no fueron producidas o compulsadas (…).

Asimismo, es imprescindible también, que el recurrente señale en qué medida, en lo


conducente, dicha valoración cuestionada de irrazonable de inequitativa o que no
llegó a practicarse, no obstante haber sido oportunamente solicitada, tiene incidencia
en la Resolución final; por cuanto, no toda irregularidad u omisión procesal en
materia de prueba (referida a su admisión, a su práctica, a su valoración, etc.) causa
por sí misma indefensión material constitucionalmente relevante, correspondiendo a
la parte recurrente, demostrar la incidencia en la Resolución final a dictarse, es decir,
que la Resolución final del proceso hubiera podido ser distinta de haberse practicado
la prueba omitida, o si se hubiese practicado correctamente la admitida, o si se hubiera
valorado razonablemente la compulsada…’” (las negrillas son nuestras).

III.3. Análisis del caso concreto

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Conforme al planteamiento efectuado por la parte accionante, el análisis a desarrollarse
en la presente acción tutelar, convergerá en la verificación acerca de la falta de
fundamentación, motivación y congruencia del AS 631/2021 de 12 de julio, a
partir del cual la parte peticionante de tutela reclama la vulneración de los derechos
invocados, denunciando concretamente que los Magistrados accionados a tiempo de
emitir el citado fallo: a) Incurrieron en una incongruencia omisiva al no considerar las
pretensiones de las partes; b) En ningún momento explicaron las razones y fundamentos
legales para omitir pronunciarse sobre la existencia de la empresa AGROMAC S.R.L.,
cuando ello fue reclamado en todas las instancias, menos aún consideraron la prueba
aportada al respecto, cuando de la misma se advierte que dicha empresa no fue
constituida legalmente vulnerando el principio de verdad material y el derecho a la
“prueba”, lo que se traduce en la valoración sesgada de los argumentos expresados en
el proceso; c) Si bien establecieron que la escritura de transferencia no es
suficientemente válida para establecer competencia y jurisdicción administrativa,
contradictoriamente y sin ninguna fundamentación que respalde su razonamiento,
sostuvieron que la misma supone la existencia de derechos de ganancialidad, siendo
necesaria la intervención de las esposas de Franklin Cuellar Arteaga y Adolfo Zarate
Zarate; d) Anularon prácticamente todo el proceso, cuando el Tribunal de alzada ejerció
su facultad de mejor proveer a fin de referirse al fondo del proceso; y, e) Para la nulidad
del proceso se apoyaron en un defecto formal totalmente subsanable de un acto válido,
referente a la citación de Víctor Castro Flores, en sentido de que la misma no habría
sido practicada en día hábil, cuando de esa diligencia se advierte que únicamente fue un
error en la escritura, lo que evidencia la omisión considerativa de la prueba e
inobservancia del principio de conservación.

Puntualizadas las temáticas a abordar, a fin de contextualizar lo desarrollado en el


proceso de conformidad a los antecedentes del caso así como a lo manifestado por la
parte accionante se tiene en principio que el accionante interpuso una demanda de
nulidad de documentos, mejor derecho propietario, reivindicación, cancelación de
matrículas, desocupación, entrega de inmueble y pago de daños y perjuicios respecto a
la propiedad rústica denominada “La Purísima” ubicada en el cantón Cotoca, provincia
Andrés Ibáñez del departamento de Santa Cruz, misma que fue dirigida contra María
Eugenia Landivar de Pardo, Víctor Castro Flores, Franklin Cuellar Arteaga, Adolfo
Zárate Zárate, AGROMAC S.R.L., el GAM de Cotoca y el Concejo Municipal de dicha
entidad municipal, ambos del indicado departamento, que se declaró probada mediante
la Sentencia 05/2019 de 30 de enero. Contra tal determinación, Vito Nery Montalván en
representación de la empresa AGROMAC S.R.L., al igual que Víctor Castro Flores,
plantearon recurso de apelación a raíz de lo cual se emitió un primer Auto de Vista
consignado bajo el número 118/2019 de 20 de noviembre y mediante el cual se declaró
improbada la demanda principal e inadmisible el recurso de apelación de Víctor Castro
Flores. Este fallo fue impugnado por parte del accionante a través de un primer recurso
de casación que derivó en la emisión del AS 230/2020 de 19 de marzo, que determinó
anular el pronunciamiento de segunda instancia, ordenando la emisión de un nuevo fallo
que observe la facultad de prueba de mejor proveer. En consecuencia, y luego de que en
dicha instancia se proceda a la producción de prueba, se emitió el Auto de Vista 09/21
de 3 de febrero de 2021, que anuló obrados hasta “fs. 166 inclusive”. Es en función a
este pronunciamiento que el impetrante de tutela, formuló su segundo recurso de
casación, dando origen al AS 631/2021 que declaró infundado tal planteamiento, pero
dimensionando la determinación de nulidad solamente hasta “fs. 247” previo a la

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audiencia preliminar, fallo que es cuestionado en la presente acción tutelar y que se
constituye en su objeto de análisis (Conclusiones II.1 a II.3).

Bajo ese contexto fáctico, y toda vez que en el caso esencialmente se cuestiona la falta
de fundamentación, motivación y congruencia del AS 631/2021, en principio se
procederá a conocer los fundamentos de dicho fallo para posteriormente abordar cada
una de las problemáticas planteadas.

En ese sentido, los Magistrados accionados a fin de sustentar su decisión de declarar


infundado el recurso de casación planteado por el accionante, manifestaron:

1) “Se acusa que deliberadamente se omite considerar la inexistencia legal de


Agromac S.R.L., que se desconoce los elementos de validez de un proceso y da libre
tránsito a esa empresa a pesar de su inexistencia y que se ajusta a lo determinado por
Auto Supremo. Al respecto, se debe considerar que, conforme se analizó supra, el Auto
de Vista estructuró su decisión en dos partes, una en función del recurso de apelación
de Víctor Castro Flores, y la otra parte, como determinación de oficio con relación a la
nulidad del testimonio y certificado franqueado por el Instituto Nacional de Reforma
Agraria, la nulidad de los testimonios de adjudicación de la Honorable Alcaldía
Municipal de Cotoca a favor de Franklin Cuellar Arteaga y Adolfo Zárate Zárate y de
la vulneración a derechos y garantías constitucionales de los codemandados Franklin
Cuellar Arteaga y Adolfo Zárate Zárate; por lo que el Ad quem no ingresó a considerar
la impugnación de la empresa Agromac S.R.L. ni otra cuestión de fondo de la
controversia, siendo insustancial cuestionar e incidir reiteradamente sobre una posible
declaración de inexistencia de la referida empresa, cuando no se analizó esa
circunstancia en el Auto de Vista, que inhibe a este Colegiado manifestarse al respecto,
considerando que el examen del Auto Supremo se enfoca en la impugnación de las
determinaciones del Auto de Vista, conforme el art. 270 del Código Procesal Civil,
y siendo anulatoria la decisión de alzada, el análisis indefectiblemente se encauza
al mismo” (el énfasis es añadido).

2) La determinación de alzada, en un fundamento inicial, sí fue adecuada a los


agravios del recurso de apelación de Víctor Castro Flores; así también, dicho fallo
emitió un “…fundamento de oficio orientado a observar cuestiones de competencia y
de infracción de derechos constitucionales de algunos codemandados, que encuentra
su permisión en el art. 108.I del Código Procesal Civil que indica: ‘El tribunal de
segunda instancia que deba pronunciarse sobre un recurso de apelación, apreciará si
se planteó alguna forma de nulidad insubsanable de la sentencia o nulidad expresa de
actos de la primera instancia, conforme a lo dispuesto en el presente Código’” (sic [las
negrillas nos corresponden]); por lo que corresponde analizar la pertinencia de los vicios
anulatorios afirmados por el Tribunal de alzada.

“Con relación a las pretensiones de nulidad del testimonio franqueado por la Secretaría
del Instituto Nacional de Reforma Agraria, el certificado emitido por María Selva
Mercado y de los testimonios de adjudicación municipal de Franklin Cuellar Arteaga y
Adolfo Zárate Zárate (…) existe una interpretación errada por el Auto de Vista de las
pretensiones descritas, que no cuestionan la eficacia de los actos administrativos de
origen, al contrario pretenden la invalidez de estos documentos por considerar que
no corresponden en su extensión a esas instituciones estatales; lo que permite

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establecer que esta pretensión, sin considerar su pertinencia o no, en la forma que está
dispuesta, es de competencia del juez ordinario civil.

Con relación a la citación de Rodolfo Cuellar Portugal, la demanda pretende la nulidad


de la Escritura Pública Nº 085/97, cuyo contrato inserto es de transferencia de terrenos
que está suscrito por Rodolfo Cuellar Portugal, Franklin Cuellar Arteaga y Adolfo
Zárate Zárate, en su calidad de vendedores, con la empresa AGROMAC S.R.L., en su
calidad de comprador, con anuencia de Delina Alcazar Villca, Nidia Quenevo Torrez y
Lourdes Ñandauca Camacho, por ser cónyuges de los vendedores. En este contexto, el
Auto de Vista observó la indefensión de Rodolfo Cuellar Portugal porque el mismo no
fue considerado como demandado a tiempo de activar la pretensión, litisconsorcio que
según su criterio, debe ser subsanado. A esto, los términos de la demanda detallan que:
‘…el Certificado y plano de la Dirección de Catastro de fecha 31 de mayo de 2002
(Prueba Nº 21), dichos documentos, certifican que existe una sobreposición parcial
entre la superficie de mi propiedad, es decir, las 12.0600 Has., expresadas en metros
cuadrados, y cuya aparente propiedad corresponde a Víctor Castro Flores (propietario
apócrifo); y los terrenos de AGROMAC S.R.L. de una superficie de 249.398.72 mt2
(superficie que fue adquirida mediante venta de Franklin Cuellar y Adolfo Zárate)…’,
lo que implica que la demanda limita al sujeto pasivo conforme la sobreposición que
considera afecta a su derecho propietario, por lo que, por el principio dispositivo, se
verifica que la parte demandante no incluyó a Rodolfo Cuellar Portugal como
demandado en función de su pretensión de nulidad, circunstancia que debe ser
analizada por los juzgadores a tiempo de decidir el límite de la pretensión de
invalidez de la escritura pública de referencia, empero no puede el Tribunal de
alzada insertar a una persona que por lo descrito en la demanda, no incide sus
derechos aparentemente afectados; no siendo sustancial la observación en este punto
del Tribunal de segunda instancia.

Así también, el Auto de Vista identificó citaciones que causaron indefensión a Franklin
Cuellar Arteaga y Adolfo Zárate Zárate; a esto, en fase de conciliación, a tiempo de la
notificación de los codemandados mencionados la Oficial de Diligencias del Juzgado
Público Civil y Comercial Nº 1 emitió informes cursantes de fs. 154 a 155, señalando
sobre la imposibilidad de la citación de ambas personas, porque la casa no tenía número
y los vecinos afirmaron que ya no vive en la zona respecto a Adolfo Zárate Zárate, y
que en relación a la otro codemandado, las personas que habitan la vivienda
manifestaron no conocer a Franklin Cuellar y los vecinos afirmaron que no vive por la
zona y no conocen su paradero; sin embargo, admitida la demanda, pese a esos
informes mencionados, la misma oficial de diligencias que informó de la
imposibilidad de citación en esos domicilios, procedió a citar a Adolfo Zárate
Zárate (ver fs. 177) y a Franklin Cuellar Arteaga (ver fs. 178) en los mismos
domicilios que señaló que no corresponden a los codemandados, sin observarse una
salvedad por esa contradicción en los domicilios que permita practicar la diligencia,
generando de este modo -tal como identificó adecuadamente el Auto de Vista-
indefensión a Adolfo Zárate Zárate y Franklin Cuellar Arteaga, que debe ser
reparado dejando sin efecto las diligencias de citación de fs. 177 y 178, y todo acto
procesal concerniente a sus personas, y anularse obrados pero no hasta fs. 166, sino
hasta fs. 247 solamente, dimensionando la nulidad ordenada, para que los indicados
asuman defensa dentro el proceso; debiendo el Juez de la causa, ante la
incertidumbre de sus domicilios, proceder a su citación mediante edictos, en el

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marco del art. 78.II del Código Procesal Civil. Debiendo proceder de la misma
manera -citando mediante edictos- también con relación a Nidia Quenevo Torrez
y Lourdes Ñandauca Camacho, en su calidad de cónyuges de Franklin Cuellar
Arteaga y Adolfo Zárate Zárate, respectivamente, conforme la cláusula cuarta del
contrato que se pretende invalidar, en la que participaron otorgando su conformidad con
la transferencia; citación ordenada para evitar cualquier tipo de indefensión que pueda
perjudicar el desarrollo de la causa.

Se debe explicar también que lo más óptimo para el desarrollo del proceso es que, luego
de la nulidad del Auto de Vista N° 118/2019, la determinación de alzada hubiera
ingresado el fondo de la controversia, considerando las pruebas documentales
obtenidas en segunda instancia, sin embargo, no se puede soslayar la vulneración del
derecho a la defensa previamente examinada que fue advertida en el Auto de Vista
recurrido; y, por impero del
art. 115 de la Constitución Política del Estado, este Tribunal de casación tiene como
condición la protección oportuna y efectiva de los derechos de la persona, ya que el
derecho a la defensa es una garantía que el Estado ofrece, que no puede ser inobservada
ante los hechos sobrevinientes descritos; a más de instar al Juez de grado que acoja toda
la prueba documental obtenida en segunda instancia para que coadyuve a resolver la
problemática, y si fuera el caso, previo procedimiento en audiencia preliminar bajo el
principio de contradicción procesal” (sic [el resaltado es nuestro]).

3) “El Auto de Vista en su contenido atendió la impugnación presentada por Víctor


Castro Flores en la que, en suma, cuestiona que se le citó en un domicilio diferente al
que tenía y, además, que la citación se verificó en día inhábil. Se debe explicar que no
es posible una declaración de inadmisibilidad del recurso de apelación interpuesto por
carencia de expresión de agravios, porque esa situación ya fue definida por el Auto
Supremo Nº 230/2020, cursante de fs. 759 a 762 vta., correspondiendo su apreciación;
también, la alusión que el recurso de apelación fue presentado extemporáneamente no
es correcta, teniendo en cuenta que del 29 de abril a 14 de mayo de 2019 se computa
once días, empero debe considerarse el feriado del Día del Trabajador del 1º de mayo,
que debe ser descontado para contabilizar los diez días hábiles.

En revisión del fundamento del Auto de Vista para la nulidad de la citación efectuada a
fs. 176; el apelante en su memorial de fs. 637 a 640, manifestó que su domicilio, junto
a su esposa, en la calle Oruro Nº 491 fue desde el año 1973 hasta el 20 de agosto de
2010, y luego se trasladó a un departamento en el edificio Torre Anteire, barrio Don
Bosco, avenida Gualberto Villarroel, y posteriormente, el 05 de abril de 2014, definió
su domicilio en calle Cochabamba Nº 799, Torre Centrum, departamento 8-A, siendo
ese su domicilio a la fecha de la citación. En ese contexto, debemos observar que de la
prueba documental presentada por Víctor Castro Flores para respaldar sus argumentos,
se tiene copia de su carnet (fs. 570) que fue extendido el 08 de febrero de 2011, en el
que se señala que su domicilio es en la calle Oruro Nº 491, siendo discordante con el
argumento que desde el año 2010 cambió de domicilio; contradicción que se ahonda por
el argumento de un incidente de nulidad dentro un proceso de ordinario seguido por
Agromac S.R.L. contra Víctor Castro Flores, presentado el 10 de julio de 2014 por este
último, conforme copias legalizadas de fs. 658 a 662, en el que manifiesta que su
domicilio es en calle Oruro Nº 491 desde el año 1973 hasta esa fecha. Por consiguiente,
el argumento que desde el 05 de abril de 2014 tiene su domicilio en calle Cochabamba

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Nº 799, Torre Centrum, departamento 8-A, no corresponde, pues según las legalizadas,
al 10 de julio de 2014 seguía manifestando su domicilio en calle Oruro Nº 491. En tal
circunstancia no es convincente su alocución impugnatoria por las inconsistencias
descritas. No obstante, cabe manifestar que la diligencia a fs. 176 establece que se citó
a Víctor Castro Flores el “lunes 03 de junio del año dos mil diecisiete”, dato que no es
consistente entre la fecha y el día detallado, pues el 03 de junio es día sábado, o sea día
inhábil, y no corresponde a día lunes. El art. 105.II del Código Procesal Civil
determina que: “No obstante, un acto procesal podrá ser invalidado cuando carezca de
los requisitos formales indispensables para la obtención de su fin. El acto será válido,
aunque sea irregular, si con él se cumplió con el objeto procesal al que estaba destinado,
salvo que se hubiere provocado indefensión”, aplicación normativa por la que se pudo
considerar que esa diligencia desarrollada a pesar de ser en día inhábil, al cumplir con
su cometido, pudo ser considerada válida, sin embargo, no se tiene certeza de cuándo se
estableció, pues las diligencias circundantes no tienen correlación de ese dato, por lo
que al ser un acto procesal que carece de requisitos formales debe ser invalidado por
causar indefensión. En tal caso, por principio de celeridad y eficacia de la
determinación, habiendo tenido Víctor Castro Flores conocimiento de la demanda
y actos posteriores del proceso, se entiende su tácita citación, por lo que no es
necesaria una nueva, debiéndose computar el plazo de contestación para asumir
defensa, en el marco del art. 125 del Código antedicho, desde la notificación con la
providencia de radicatoria en el juzgado de origen, sin ninguna otra formalidad”
(sic [las negrillas fueron agregadas]).

4) “Por último, el recurrente sostiene alegando cuestiones de fondo, la inexistencia del


apoderado de Agromac S.R.L., pues crearon expectativa con la producción de prueba y
contradictoriamente se anuló obrados; con relación a la falsedad de la escritura, respecto
a las pruebas para demostrar la nulidad de citación de Víctor Castro Flores, de los actos
administrativos del INRA, de los actos administrativos del municipio de Cotoca y de la
nulidad de la Escritura Pública Nº 085/97.

El recurrente expone agravios de fondo del asunto, así exterioriza en su memorial de


casación, por lo que, ante la decisión anulatoria del Auto de Vista y no haber ingresado
al fondo de la controversia, no es posible analizar estas situaciones que no fueron
decididas por el Ad quem, siendo el límite de la determinación de este Tribunal de
casación las decisiones anulatorias asumidas por el inferior.

Por lo manifestado, se concluye que los argumentos de casación no son suficientes para
revertir la decisión asumida en el Auto de Vista recurrido, aunque debe ser
dimensionada la nulidad conforme se explicó en la fundamentación expuesta, por lo que
corresponde emitir resolución en la forma prevista por el art. 220.II del Código Procesal
Civil” (sic).

Glosado como se encuentra el AS 631/2021, a fin de su cabal consideración,


corresponde referirnos a los cuestionamientos realizados en la instancia constitucional.

Sobre la incongruencia omisiva

Al respecto, es pertinente remarcar que; no obstante, de que el accionante únicamente


haya realizado una mención general en sentido de que el Tribunal de casación no

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consideró las pretensiones de las partes, se ingresará a verificar si el Auto Supremo
cuestionado cuenta con las respuestas a los planteamientos formulados en el recurso de
casación en función al petitorio realizado en la demanda constitucional en el que
expresamente se solicitó que se establezca que el Tribunal de casación se refiera a cada
uno de los agravios planteados en el recurso de casación, en atención a lo cual y ya
habiendo glosado los fundamentos principales del AS 631/2021, a continuación se
realizará el respectivo contraste considerando al efecto el planteamiento del memorial
del recurso de casación interpuesto por el impetrante de tutela.

En ese sentido, de la lectura del memorial del recurso de casación se aprecia que el
mismo está dividido en el recurso de casación en la forma y en el fondo. En cuanto al
recurso de casación en la forma, en inicio se aprecia que el entonces recurrente a tiempo
de realizar una amplia relación de todos los actuados procesales desarrollados en el caso,
en lo esencial cuestionó la existencia de la empresa AGROMAC S.R.L. y el
apersonamiento de su apoderado. Así sostuvo que a lo largo del proceso y a partir de los
mecanismos pertinentes en su oportunidad cuestionó los aspectos antes señalados
referentes a la existencia y representación de dicha empresa, manifestando en líneas
generales que esa empresa se encuentra disuelta por el vencimiento del término en 25
de febrero de 2006, y que en ese sentido los que deben apersonarse son los liquidadores
del patrimonio, proceso de liquidación al que no se habría procedido, además que la
matrícula de la empresa AGROMAC S.R.L. estaba depurada desde el 2003, por lo que
dejó de existir como sociedad comercial; así también hizo mención al Certificado de
“30” de septiembre de 2020, emitido por la “…Notaria de Fe Pública 9…” (sic) a raíz
de lo dispuesto por el Tribunal ad quem cursante a fs. “808” del proceso civil, en el
que se certifica que la minuta y el protocolo de la Escritura Pública 305/85 de 18 de
junio de 1985, de constitución de la empresa, no se encuentra firmada por sus otorgantes,
lo que a su criterio deriva a considerar a dicho instrumento público como inexistente.
En cuanto al ilegal apersonamiento del apoderado de la empresa AGROMAC S.R.L.,
Vito Nery Montalván, sostuvo su postulación a partir de la consideración de dicha
empresa como una persona jurídica inexistente dado su vencimiento y su constitución
ilegal, además porque el poder de representación otorgado al antes nombrado no tiene
valor legal por corresponder -reitera- a una sociedad inexistente y extinguida careciendo
Carlos Romer Viruez Hinojosa, de legitimidad para representar a una persona jurídica
inexistente. En función a lo cual solicita se declare el recurso de apelación interpuesto
por dicha empresa como inadmisible.

Considerando lo expuesto se advierte que lo referido se encuentra relacionado con la


segunda problemática identificada en esta acción tutelar en la que se denunció que los
Magistrados accionados no explicaron las razones y fundamentos legales para omitir
pronunciarse sobre la inexistencia de dicha empresa y que menos aún consideraron la
prueba aportada de su parte al respecto, por lo que sobre este punto no solo se verificará
la existencia de respuesta sino también su debida fundamentación y motivación, y de
corresponder la consideración en el caso de la omisión valorativa.

Al respecto, del AS 631/2021 anteriormente glosado en sus partes más relevantes, se


advierte que en respuesta al planteamiento referido en cuanto a la inexistencia de la
empresa AGROMAC S.R.L. y la falta de legitimidad de su apoderado, los Magistrados
accionados fueron claros en sostener que el análisis efectuado en el Auto de Vista estuvo
enfocado a la consideración de oficio con relación a la nulidad de testimonio y

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certificado franqueado por el INRA, la nulidad de los testimonios de adjudicación del
ahora GAM de Cotoca, en favor de Franklin Cuellar Arteaga y Adolfo Zárate Zárate,
así como la vulneración a derechos y garantías de estos últimos, y si bien inicialmente
se basó en los planteamientos del recurso de apelación de Víctor Castro Flores, dicha
formulación justamente cuestionaba aspectos relacionados a la vulneración de sus
derechos fundamentales como la citación practicada dentro del proceso donde
observaba aspectos referentes a su domicilio y el día que se practicó tal diligencia,
siendo por ello que su análisis se circunscribió a tal consideración resaltando que la
vulneración de derechos fundamentales entre ellos el derecho a la defensa, con base al
cual, como se verá más adelante, se determinó que la nulidad de obrados no podía ser
desconocido por la instancia casacional considerando al efecto al imperio del debido
proceso protegido constitucionalmente a partir del art. 115 de la CPE.

Es bajo ese contexto, que el Tribunal de casación enfatizó que teniendo en cuenta tales
aspectos el Auto de Vista no analizó la circunstancia que el entonces recurrente
reclamaba, y que siendo así, de su parte, su actuación tampoco podría circunscribirse a
ese análisis, toda vez que el AS 631/2021 debe enfocarse en las impugnaciones de las
determinaciones del Auto de Vista, y siendo que su determinación fue anular obrados,
su análisis únicamente se enfocaría en tal situación, lo que resulta ciertamente lógico y
razonable.

Ahora bien, en esta acción tutelar, el accionante cuestiona que las autoridades
jurisdiccionales en inicio deberían referirse sobre las partes procesales y su legitimidad,
y que el Tribunal de casación no justificó por que el Tribunal ad quem tendría permitido
abstenerse de referirse al respecto no habiendo considerado el tema de la inexistencia
de la empresa AGROMAC S.R.L. y la falta de representación de su apoderado; al
respecto, del AS 631/2021, se advierte que el Tribunal de casación enfatizó en que la
actuación del Tribunal de alzada estuvo enfocada en una análisis de oficio considerando
entre otros aspectos la vulneración de derechos fundamentales relacionados al debido
proceso, actuación de oficio legalmente sustentada a partir de lo establecido en el art.
108 del CPC, siendo por ello que al advertirse la vulneración insubsanable de defectos
procesales que se determinó la nulidad de obrados a fin de garantizar el ejercicio pleno
y eficaz del derecho a la defensa de todas las partes procesales, en función a lo cual y
siendo este el fundamento central de la nulidad dispuesta, los Magistrados accionados
coherentemente sustentaron en lo insustancial de cuestionar una posible declaración de
inexistencia de la empresa AGROMAC S.R.L., pues además de que ello no fue un
aspecto considerado por el Tribunal de apelación, se entiende que no obstante, los
argumentos que refiere el accionante dado los defectos advertidos, la nulidad de obrados
dispuesta a partir del análisis de oficio realizado estaba no solo justificada sino que
también era imprescindible y necesaria.

En cuanto a la omisión valorativa, al margen de que la postulación del accionante resultó


poco clara e imprecisa aduciendo una supuesta lesión al derecho a la “prueba”, más aun
teniendo en cuenta los parámetros jurisprudenciales establecidos sobre la valoración de
la prueba que por regla general es una labor que la jurisdicción constitucional está
impedida de realizar, misma que se encuentra delimitada únicamente y de forma
exclusiva para las autoridades ordinarias y administrativas, conforme se tiene del
entendimiento glosado en el Fundamento Jurídico III.2 de este fallo constitucional, en
función al cual el impetrante de tutela a más de no haber señalado de forma especifica

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qué elementos probatorios adjuntos de su parte fueron omitidos en su valoración,
haciendo referencia de forma abstracta y general únicamente al certificado de fs. “808”,
tampoco estableció su relevancia constitucional para la definición del caso, falta de
sustento argumentativo que se enfatiza aún más a partir de la consideración expuesta
referente al fundamento del Tribunal de casación sobre la insustancialidad de dicho
aspecto frente a la declaración de nulidad por la vulneración de derechos fundamentales,
por lo que en ese marco, tampoco es posible considerar favorablemente los argumentos
realizados respecto a esta supuesta omisión de valoración de la prueba.

Conforme a lo expuesto, y advirtiéndose que en el caso planteado, no solo se advierte


la existencia de respuesta, sino que la misma resulta lógica, razonable y coherente, y
con los suficientes fundamentos de orden fáctico y normativo, que en cuanto al reclamo
constitucional efectuado al respecto corresponde denegar la tutela solicitada.

Continuando con los planteamientos del recurso de casación en la forma, seguidamente


el accionante cuestionó aspectos relativos al recurso de apelación planteado por Víctor
Castro Flores en función a los cuales solicitó que el mismo sea declarado inadmisible.

Dicha solicitud la plantea el accionante a partir básicamente de tres aspectos: uno


señalando la existencia de contradicción al haberse desarrollado diligencias sobre el
fondo pero luego declarar la nulidad de obrados en la forma; otro, sosteniendo que debió
volverse a declarar la inadmisibilidad del recurso dado el incumplimiento de plazo y la
ausencia de expresión de agravios; y finalmente, refiriendo que el Tribunal de apelación
no ejerció sus facultades para producir prueba con relación a la notificación de Víctor
Castro Flores que motivó la nulidad de obrados ni cumplió con su deber de velar por la
buena fe y lealtad procesal.

Con relación al primer punto el entonces recurrente refirió que el Tribunal de alzada a
partir del Auto 47/20 de 27 de agosto de 2020, donde se dispuso la realización de las
diligencias probatorias, tácitamente estableció que no existen cuestiones de forma que
resolver, puesto que si ya determinó que se ingresará al fondo del asunto y señaló
diligencias al efecto, no puede retrotraer el proceso a la consideración de cuestiones de
forma. Al respecto, debe considerarse que lo apuntado se encuentra vinculado al cuarto
punto de análisis de esta acción de amparo constitucional en el que precisamente se
reclamó la contradicción en la dimensión de la nulidad declarada, a partir de la cual se
anuló prácticamente todo el proceso, incluso el desarrollo desplegado de las diligencias
realizadas en uso de la facultad de mejor proveer en segunda instancia ordenado en el
AS 230/2021, considerando el accionante que mal podría el Tribunal ad quem ejercer la
facultad de mejor proveer ordenando nuevas pruebas y diligenciando oficios para
posteriormente anular todo lo conseguido.

Sobre este punto de la lectura del AS 631/2021, se advierte que lejos de existir una
incongruencia omisiva al respecto, los Magistrados accionados fueron claros y precisos
al manifestar que lo más óptimo en el caso, era que el Tribunal de alzada, luego de la
nulidad del Auto de Vista 118/2019, ingrese al fondo de la controversia más
considerando las pruebas documentales obtenidas en segunda instancia; empero, que en
el caso se presentaron hechos sobrevinientes que no fueron advertidos anteriormente,
relativos a la vulneración de derechos fundamentales de algunos de los demandados,
lesionándose el debido proceso consagrado a partir del art. 115 de la CPE y más

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específicamente el derecho a la defensa dada su falta de citación con el proceso que se
puntualizará más adelante al ser uno de los puntos también cuestionados en esta acción
tutelar, pero que en esta parte nos ayuda a comprender el sustento fundamental para dar
curso a la nulidad de obrados pese a que en el caso en efecto se desarrollaron ciertas
diligencias a fin de la resolución de fondo del asunto, resaltando el Tribunal de casación
su obligación de la protección oportuna y efectiva de los derechos fundamentales de la
persona, y del Estado a fin de garantizar el derecho a la defensa de las partes, es por ello
que teniendo presente tal actuación y desarrollo de diligencias que los Magistrados
accionados fueron expresos al ordenar al Juez de primera instancia que acoja toda la
prueba obtenida en segunda instancia a fin de la resolución de la problemática.

De lo expuesto, se aprecia que la respuesta referida no solo logra vencer el reclamo de


incongruencia omisiva, sino que la misma contiene los suficientes fundamentos fácticos
como lógico-jurídicos que sustentan su decisión y a partir de la cual no podría
considerarse la vulneración del debido proceso desde el punto de vista de la
congruencia, fundamentación y motivación como fue denunciado, correspondiendo al
respecto denegar la tutela solicitada.

En cuanto al incumplimiento del plazo para la interposición del recurso de apelación y


la ausencia de agravios, el accionante en su recurso de casación manifestó que el
memorial de apelación fue presentado once días hábiles después de la notificación al
recurrente, y que además de su contenido se advertiría la ausencia de expresión de
agravios al exponer una mera consideración de nulidad acerca de su citación
malinterpretando lo establecido por el AS 230/2020; al respecto el AS 631/2021, fue
específico al señalar que lo aludido respecto al incumplimiento de plazos no resultaba
evidente toda vez que si bien del 29 de abril al 14 de mayo de 2019, se computan once
días; no obstante, correspondía en el caso descontar el feriado dispuesto por el primero
de mayo, en función a cuya sumatoria en total se contabilizaban los diez días hábiles
respectivos.

Sobre la falta de expresión de agravios, y la supuesta mala interpretación del AS


230/2020, cabe señalar que fueron los propios Magistrados accionados que
establecieron que en el caso no es posible una declaración de inadmisibilidad del recurso
de apelación a partir de la reclamada carencia de expresión de agravios, toda vez que
esa situación ya fue definida por el Auto Supremo antes mencionado, correspondiendo
su consideración, resaltando al respecto como se tiene dicho el cumplimiento en el plazo
para la interposición de dicho recurso. Es en función a la respuesta vertida por las
autoridades accionadas que conforme se vio, se refirieron de forma muy clara y puntual
al reclamo efectuado a partir de cuya respuesta no corresponde de forma alguna
determinar una supuesta incongruencia omisiva.

Finalmente, en cuanto a los reclamos del recurso de casación de forma concerniente al


recurso de apelación de Víctor Castro Flores, el accionante en su memorial de
interposición del recurso refiere que considerando que el apelante denunció que fue
erróneamente citado, y toda vez que el Tribunal de alzada decidió considerar su
formulación, también debió verificar la mala fe del recurrente a cuyo efecto debió haber
propuesto diligencias para probar la supuesta nulidad de su citación a fin de esclarecer
la verdad material respecto a dicho reclamo, evidenciando que el recurrente sí estuvo en
conocimiento del proceso inclusive en la etapa de conciliación. Así, para sustentar tal

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postulación el accionante en su recurso sustentó que Víctor Castro Flores había
manifestado que en 2010, dejó su domicilio de calle “Oruro 491” y que al haberlo citado
en dicha dirección no podía tener conocimiento de la demanda, cuestionando al respecto
que si en 2010 cambió su domicilio, por qué su cedula de identidad de 2011, señala
como su domicilio la calle “Oruro 491”; asimismo, por qué señala como relevante el
hecho de que la empresa “COSAICA” funciona en la citada dirección, si la misma
siempre estuvo ahí desde su constitución en 2007; además de que en 2014, Víctor Castro
Flores dentro del proceso iniciado por la empresa AGROMAC S.R.L. mediante
memorial había señalado que vive en el inmueble de la calle “Oruro 491”, presentando
certificados del Servicio General de Identificación General (SEGIP) y del Servicio de
Registro Cívico (SERECI) acreditando vivir en dicho domicilio en 2014.

Al respecto, el Tribunal de casación, lejos de incurrir en una incongruencia omisiva,


más bien consideró los aspectos referidos por el accionante, señalando que de la
documental adjunta por la propia parte apelante se tenía copia de su cedula de identidad
que fue extendido el 8 de febrero de 2011, en el que se señala como su domicilio la calle
“Oruro 491”, siendo discordante con su argumento de que en 2010, cambió de
domicilio, incongruencia que señala se agudizó aún más a partir de las copias
legalizadas referentes a un incidente planteado el 10 de julio de 2014, por Víctor Castro
Flores, dentro de un proceso ordinario seguido por la empresa AGROMAC S.R.L. en el
que el prenombrado manifestó que tiene su domicilio en la calle “Oruro 491” desde
1973, aspecto que permitió al Tribunal de casación sostener que el argumento del
apelante de que desde el 5 de abril de 2014, tendría su domicilio en la calle
“…Cochabamba 799, Torre Centrum, departamento 8-A…” (sic), no correspondía
concluyendo que dicha alocución impugnatoria no era convincente.

A partir de lo cual se advierte que el Tribunal de casación si consideró los argumentos


de la parte accionante en función a los cuales no podría de manera alguna establecerse
una incongruencia omisiva al respecto.

Ahora bien, con relación a este último punto de análisis, el accionante a través de esta
acción tutelar cuestiona que; no obstante, lo expuesto precedentemente, la
determinación de nulidad se basó en un aspecto totalmente subsanable de un acto válido
como era la citación de Víctor Castro Flores, habiendo sostenido el Tribunal de casación
que dicha diligencia no habría sido practicada en día hábil, cuando de la misma se
advertiría que ello únicamente se debió a un error en la escritura al consignar 3 de junio
y no 3 de julio, ambos de 2017, lo que evidencia la omisión considerativa de la prueba
e inobservancia del principio de conservación, punto de análisis que fue identificado en
la quinta problemática.

Al respecto, del AS 631/2021 que se analiza, evidentemente; no obstante, de que a partir


de la consideración de los documentos que fueron detallados precedentemente
estableciera que el argumento impugnatorio del apelante en sentido de que en 2010,
habría cambiado de domicilio no correspondía y que no era convincente, a partir de la
verificación que el Tribunal de casación realizó de la diligencia cuestionada, estableció
que la misma habiéndose practicado el 3 de junio de 2017, no era consistente con la
fecha dado que ese día era sábado, es decir inhábil, manifestando que si bien dicho
aspecto podía haber sido considerado válido a partir de lo establecido en el art. 105.II el
CPC teniendo a la diligencia practicada como un actuado que cumplió su finalidad;

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empero, que en el caso, no se tenía certeza de la fecha de su realización pues las demás
diligencias circundantes no tenían relación con ese dato, en función a lo cual se
consideró que el mismo carece de los requisitos formales debiendo ser considerado
invalidado.

Como se tiene dicho, el impetrante de tutela cuestiona que el argumento referido,


manifestando que el Tribunal de casación no consideró el principio de conservación y
que además vulneró el derecho a la “prueba” por cuanto de la diligencia practicada se
advertiría que en realidad la misma se realizó el 3 de julio de 2017, considerando al
efecto las demás diligencias practicadas a las partes, siendo solo un error en la escritura,
habiendo sustentado la nulidad del proceso en función a dicho error escritural de la
citación.

Al respecto, debe tenerse en cuenta que la nulidad dispuesta como se verá más adelante,
no únicamente estuvo sustentada en esta diligencia de citación, sino más bien en la
incorrecta citación de otros dos demandados y sus cónyuges, por lo que cabe aclarar que
lo referido por el accionante en sentido de que la nulidad del proceso estuvo dispuesta
solo en función a la diligencia practicada a dicho demandado no resulta evidente.

En ese marco, de la formulación realizada por el accionante, se advierte que lo que


cuestiona es la labor valorativa realizada por el Tribunal de casación respecto a dicha
diligencia y las practicadas a los demás sujetos procesales, en función a lo cual cabe
resaltar y reiterar que por regla general no le corresponde a la jurisdicción constitucional
ingresar a realizar labor valorativa alguna de manera directa, sino únicamente verificar
si en ese trabajo de valoración no se omitieron criterios de razonabilidad ni equidad, no
se omitió la valoración como tal de algún elemento probatorio, o si no se otorgó un valor
distorsionado al que el elemento estaba destinado a probar, siendo necesario que el
accionante, además de ser específico en el elemento del cual cuestiona la labor de
valoración y el ámbito de su observación, debe necesariamente sustentar la relevancia
de su cuestionamiento; en el caso, a más de que el accionante no establecería de forma
específica en que defecto de la labor de valoración se incurrió, pues en ningún momento
negó que efectivamente la diligencia consignaba como fecha de realización el 3 de junio
de 2017, menos aún sustentó la relevancia de su consideración, ello teniendo en cuenta
que además de que la nulidad no estuvo únicamente sustentada en la citación practicada
a este demandado, las autoridades accionadas determinaron que siendo de conocimiento
del apelante tanto la demanda como los actos posteriores, dicha citación con la demanda
sea considerada tácita no requiriéndose la realización de una nueva, computando su
plazo para la contestación a partir de la notificación con la providencia de radicatoria en
el Juzgado de origen, a partir de lo cual, no se advierte relevancia constitucional alguna
para determinar la nulidad del AS 631/2021, resaltándose el hecho de que dada la falta
de citación de los otros demandados y su cónyuges -aspecto que no fue cuestionado por
el accionante- igualmente el proceso sería sancionado con la nulidad dispuesta, por lo
que en función a esas consideraciones en cuanto a este punto de reclamo no corresponde
conceder la tutela solicitada.

Continuando con la denuncia de incongruencia omisiva, seguidamente a las


postulaciones relativas al recurso de casación en la forma, el accionante procedió a
sustentar sus argumentos de la casación en el fondo; respecto a lo cual los Magistrados
accionados puntualmente señalaron que ante la decisión anulatoria del Auto de Vista y

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dado que no se ingresó al fondo de la controversia, dicho análisis tampoco correspondía
ser realizado en la instancia de casación, siendo el límite de su pronunciamiento las
determinaciones del Tribunal ad quem, con lo que ante la evidencia de respuesta por
parte del Tribunal de casación, la denuncia de incongruencia omisiva no resulta evidente
correspondiendo al respecto denegar la tutela solicitada.

Habiendo concluido con el contraste respectivo a fin de verificar la lesión al elemento


de congruencia desde su tipología de la incongruencia omisiva, lo que a su vez, dado a
los planteamientos efectuados en el recurso de casación, posibilitó consideración de los
aspectos cuestionados en la presente acción tutelar, únicamente resta por abordar la
tercera problemática identificada en el objeto procesal de esta acción.

En ese sentido, dentro del señalado punto del reclamo constitucional, el accionante
refirió que si bien los Magistrados accionados establecieron que la Escritura de
transferencia no es suficientemente válida para establecer competencia y jurisdicción
administrativa, contradictoriamente y sin ninguna fundamentación que respalde su
razonamiento, sostuvieron que la misma supone la existencia de derechos de
ganancialidad, siendo necesaria la intervención de las esposas de Franklin Cuellar
Arteaga y Adolfo Zarate Zarate.

Al respecto y a fin de comprender la referencia a la competencia y jurisdicción que


menciona el accionante, es preciso tener en cuenta, conforme también lo señaló el AS
631/2021 a tiempo de contextualizar los fundamentos de su decisión, que uno de los
argumentos del Auto de Vista impugnado radicó precisamente en estos aspectos al
aducir la irregular admisión y sustanciación de la causa, concluyendo que la nulidad del
testimonio franqueado por la Secretaría del Instituto Nacional de Reforma Agraria
(INRA) que contiene la Sentencia, Auto de Vista y Resolución Suprema que dispone la
extensión del título ejecutorial pronunciadas dentro del proceso social agrario relativo
al fundo “La Purísima”, así como la del certificado emitido por una funcionaria del
INRA que se encuentra contradicho por otras certificaciones en sentido de que los actos
jurídicos que acreditan tales documentos serían inexistentes, no puede ser declarada por
la jurisdicción ordinaria civil, ocurriendo lo propio en relación a la nulidad de los
testimonios de supuesta adjudicación del ahora GAM de Cotoca en favor de Franklin
Cuellar Arteaga y Adolfo Zárate Zarate.

Frente a lo cual, y disintiendo con este razonamiento que alude a la incompetencia de la


vía civil para referirse a la nulidad de estos documentos, los Magistrados accionados
manifestaron que las pretensiones de nulidad del testimonio franqueado por Secretaría
del INRA y el Certificado emitido por una de sus funcionarias, se fundan a criterio de
la parte actora en que estos documentos son falsos materialmente, pues la institución
estatal no emitió los mismos y que fueron forjados para afectar su derecho propietario,
ocurriendo lo mismo respecto a la pretensión de nulidad del testimonio de adjudicación
municipal que se basa en la falsedad de dicho documento, remarcando en ese sentido,
que la pretensión de nulidad no está dirigida a cuestionar los actos de estas entidades
administrativas, sino a pretender su invalidez por considerar que no corresponden a esas
reparticiones del Estado, en función a lo cual concluyeron que no es posible considerar
que el Juez ordinario civil no cuente con la competencia para resolver tal cuestión;
entendimiento con el que la parte accionante se encuentra plenamente de acuerdo.

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La discrepancia radica en que a decir del accionante dicho razonamiento sería
contradictorio con la determinación del Tribunal de casación de confirmar la nulidad de
obrados a partir de la falta de citación a las esposas de Franklin Cuellar Arteaga y Adolfo
Zárate Zarate, asegurando que un acto nulo por falsedad no puede crear jurisdicción
menos competencia y peor aún ganancialidad, dando a entender que dicho Tribunal
habría declarado la nulidad de dichos testimonios (del INRA y del GAM de Cotoca) y
que por lo tanto no sería congruente anular el proceso a partir de supuestos derechos de
ganancialidad derivados de dichos actos remarcando que los actos nulos no crean
competencia administrativa y por lo tanto tampoco supuestos derechos de
ganancialidad, cuando resulta totalmente claro, que el Tribunal de casación no ingresó
al análisis de fondo precisamente ante la determinación anulatoria del Auto de Vista y
por lo tanto de manera alguna podría haber establecido que los actos cuestionados serían
nulos por falsedad, habiendo sido claro a fin de determinar la competencia de la vía civil
para conocer la denuncia de nulidad, que la pretensión de nulidad del actor estuvo
sustentada en la supuesta falsedad material de dichos documentos en sentido de que los
mismos a decir del accionante no habrían sido emitidos ni por la Secretaría del INRA ni
por la indicada entidad municipal, aspecto que precisamente debe definirse en el proceso
ordinario instaurado.

Ahora bien, es importante a fin de que quede claro el motivo de la nulidad de obrados
confirmada en casación, que esta se debió a la determinación de oficio acerca de la
incorrecta diligencia de citación que se habría practicado en fase de conciliación a
Franklin Cuellar Arteaga y Adolfo Zárate Zárate también demandados en el proceso
civil a partir de la transferencia que estos habrían realizado a la empresa AGROMAC
S.R.L. sobre tres parcelas del predio en cuestión, errónea diligencia de citación
sustentada a partir de que dichas diligencias se habían practicado en los mismos
domicilios en los que previamente el Oficial de Diligencias informó que no
corresponden a los codemandados habiendo afirmado en relación a Adolfo Zarate
Zarate, que la casa no tenía número y que los vecinos aseguraron que ya no vive en la
zona, y en relación a Franklin Cuellar Arteaga que las personas que habitaban la
vivienda afirmaron no conocer al prenombrado, asegurando los vecinos de igual manera
que el mismo ya no vive en la zona y que no conocen su paradero; empero, pese a dichos
informes, las diligencias como se tiene puntualizado fueron practicadas en los
domicilios observados.

Es en función a ello que el Tribunal de casación confirmó el criterio del Auto de Vista
en sentido de la indefensión que se les había causado en principio a los codemandados
Franklin Cuellar Arteaga y Adolfo Zárate Zárate, determinando su citación mediante
edictos, pero también a Nidia Quenevo Torrez y Luordes Ñandauca Camacho que en
consideración a la cláusula cuarta del contrato que se pretende invalidar participaron en
calidad de cónyuges de los antes nombrados otorgando su conformidad con la
transferencia, de lo que se advierte que la nulidad determinada no solamente se debió a
fin de la notificación de las esposas de Franklin Cuellar Arteaga y Adolfo Zárate Zárate,
como el accionante enfocó su reclamo, sino principalmente a partir de la incorrecta
diligencia de citación practicada a los antes nombrados, aspectos que de ninguna forma
contradicen la determinación de resolver en la vía civil la demanda de nulidad de los
documentos cuestionados, sino que más bien la corrobora.

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De lo expuesto se advierte que las denuncias del accionante concerniente a una aparente
incongruencia interna entre los fundamentos del Auto Supremo y la falta de
fundamentación y motivación de la decisión asumida no resultan evidentes, pues como
se señaló no existe ninguna contradicción entre haber determinado la competencia de
vía civil para la resolución de la demanda de nulidad o lo que es lo mismo la
incompetencia de la vía administrativa como lo refiere el accionante, y la determinación
de proceder a la citación de las cónyuges de los codemandados Franklin Cuellar Arteaga
y Adolfo Zárate Zárate que a su vez tampoco fueron citados correctamente, por lo que
en función a lo aludido, advirtiéndose una clara, congruente y motivada determinación
asumida al respecto, corresponde simplemente denegar la tutela solicitada.

En consecuencia, la Sala Constitucional, al denegar la tutela impetrada, obró de manera


correcta.

POR TANTO

El Tribunal Constitucional Plurinacional, en su Sala Tercera; en virtud de la autoridad


que le confiere la Constitución Política del Estado y el art. 12.7 de la Ley del Tribunal
Constitucional Plurinacional; en revisión, resuelve: CONFIRMAR la Resolución 11/22
de 15 de febrero de 2022, cursante de fs. 111 vta. a 114 vta., pronunciada por la Sala
Constitucional Segunda del Tribunal Departamental de Justicia de Santa Cruz; y en
consecuencia: DENEGAR la tutela solicitada.

Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional Plurinacional.

Fdo. MSc. Karem Lorena Gallarda Sejas

MAGISTRADA

Fdo. Dr. Petronilo Flores Condori

MAGISTRADO

/ Dirección: C/Prolongación Beni, No. 147; Edificio OFICENTRO; Piso 8, Oficina B-804, entre 1ª y 2ª anillo.
/ Telf: Of.: 3-245104 / Cel: 760-15152 (WhatsApp) / email: marcosreyes007@gmail.com

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