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La Armadura Espiritual

Como un discípulo, usted sabe que estamos en guerra.


Ha experimentado el conflicto espiritual entre las
fuerzas del bien y del mal en su personalidad. Ha
descubierto que no importa cuántas victorias gane,
Batanás siempre vuelve otro día a luchar contra
a e t e d , Una cosa que debe recordar es que no lucha en
una guerra privada. Es parte del ejército del Señor
llamado a derrotar a Satanás y sus fuerzas malignas.
Todos vivimos detrás de las líneas del enemigo y
continuamente hay guerra espiritual a nuestro alrede-
dor.

Dios nos capacita a los creyentes para que ganemos la


batalla. (Lea Efesios 6:10-20.) El quiere que todo
creyente esté firme en contra de Satanás y todas sus
estratagemas e~lucha espiritual (v. 11). El Señor
quiere que permanezcamos en pie en el día malo y nos
mantengamos firmes habiendo terminado la batalla (v.
13). Nos dice que no estamos luchando contra carne ni
sangre, sino contra poderes del mal, las fuerzas de
las tinieblas y huestes espirituales de maldad (v.
12). La manera de vencer a las huestes espirituales
de maldad es mediante el uso de la armadura espiri-
tual mencionada en este pasaje: la verdad, la justi-
;ia, el evangelio de la paz, la fe, la salvación y la
Palabra de Dios. Pablo comparó cada uno de estos
recursos del carácter cristiano con cada parte de la
armadura del soldado. Sin duda, él las conocía muy
bien porque estaba encadenado a un soldado romano.

Debe notarse que Pablo concluyó su lista de caracte-


rísticas con una exhortación a la oración: "Orando en
todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíri-
tu, y velando en ello con toda perseverancia y
súplica por todos los santos." El guerrero espiritual
comienza de rodillas. Es por medio de la oración que
se viste con todas las partes de la armadura espiri-
tual antes de salir a luchar contra el enemigo.

El versículo 18 se concentra en la oración como el


campo definido de batalla y coloca el énfasis en

-la oración constante


-toda clase de oración y especialmente la súplica
-el estar alerta
\-la perseverancia
-todos los santos

Las batallas espirituales comienzan con un presto


recurrir a la oración. Es una de las maneras en que
Dios nos fortalece con su poder omnipotente. Cuando
uno se viste de la armadura espiritual, se obtiene

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la victoria por medio de la oración. Así nos podemos
adelantar para ver las respuestas de Dios a nuestras
oraciones en el campo de batalla del mundo.
La obtención de la victoria por medio de la oración
se ilustra primeramente en un relato del Antiguo
Testamento. A Josafat se le amenazaba con un ataque
de tres reyes (2 Crónicas 20:1-25). Citó a toda la
nación a la oración. Después de un tiempo de ayuno y
oración, Dios les respondió: "··· no es vuestra la
guerra, sino de Dios ... No habrá para qué peleéis
vosotros en este caso; paraos, estad quietos, y ved
la salvación de Jehová con vosotros" (2 Crónicas
20:15-17). A la mañana siguiente exhortó a su pueblo
a creer en Dios. Colocó el coro adelante del ejército
al dirigirse a la batalla. ¡Qué extraña fuerza de
ataque! ¡Qué fe en Dios! Para cuando llegaron al
lugar donde se realizaría la batalla, Dios había
hecho que los tres ejércitos enemigos se aniquilaran
entre sí. Los israelitas sólo salieron al campo de
batalla a recoger los despojos.

El secreto de la victoria es este: gane primero la


victoria en la oración, y luego ataque al enemigo y
tenga la victoria que Dios ya ha ganado. A veces
tenemos que hacer algo más que salir a la batalla,
pero podemos tener la seguridad de que Dios nos ha
garantizado la victoria.

Permítame explicar cómo se coloca simbólicamente, en


oración, cada parte de la armadura espiritual. Las
pondré en orden como para que pueda recordarlas
fácilmente.

El Yelmo de la Salvación
Haga un cuadro mental del yelmo de la salvación que
recibimos cuando Cristo nos salvó. Que este símbolo
nos ayude a recordar lo siguiente:

l. Agradezca a Dios porque usted es una de sus


criaturas." mayor es el que está en v o s ot r o s ,
que el que está en el mundo" (1 Juan 4:4). Agradéz-
cale por su salvación.

2. Alabe a Dios por la vida eterna. El yelmo nos


protege en todo momento y en cualquier batalla.
Alábele por esto.

3. Aprópiese de la mente de Cristo (1 Corintior


2:16). Ha sido incluida en la salvación.

La Biblia dice: "Pues aunque andamos en la carne, no


militamos según la c a r-ne ; porque las armas de nuestra
milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para

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la destrucción de fortalezas, refutando argumentos y
toda altivez que se levanta contra el conocimiento de
Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obe-
diencia a Cristo" (2 Corintios 10:3-5). (Léalo y
cítelo de memoria.)

~a Coraza de Justicia
.l a g a un cuadro mental de la coraza de la justicia que
ha recibido de Cristo, y que ha producido una vida
recta en usted. Piense en que simbólicamente protege
el corazón y la voluntad. Recuerde lo siguiente:

l. Pedir que Dios examine su corazón para ver si hay


algún camino de maldad allí (Salmo 139:23, 24).

2. Confesar cualquier pecado (1 Juan 1:9).

3. Apropiarse de la justicia de Cristo para cubrir


sus pecados y darle una posición correcta ante el
Señor (2 Corintios 5:21). Mantenga firmemente en su
lugar la coraza con un corazón recto y una vida
limpia.

La Biblia dice: "Si en mi corazón hubiese yo mirado a


la iniquidad, el Señor no me habría escuchado" (Salmo
66:18). (Léalo y cítelo de memoria.)

El Cinturón de la Verdad
Piense mentalmente en el cinturón de la verdad que
mantiene toda la armadura en su lugar. En este pasaje
la verdad significa integridad y rectitud moral. Que
esto le recuerde lo siguiente:

l. Sea sincero consigo mismo y con Dios cuando ora o


lucha en una batalla espiritual.

2. Aférrese a la verdad. Satanás es el padre de


mentiras y quiere engañarle.

3. Domine sus emociones. Sus emociones deben tener


la dirección de la verdad y no de la carne o Sata-
nás. La Biblia habla de esta parte del cuerpo
cubierta por el cinturón de la verdad como "entrañas
o partes interiores", lo que se define como la sede
de las emociones propiamente. Este cinturón le ayuda
a poder dominar sus emociones y a no comprometerse
en base a sus sentimientos. Si no tiene puesto el
cinturón de la verdad, no podrá pensar que sus
oraciones tendrán respuesta.

La Biblia dice: "Pedís, y no recibís, porque pedís


mal, para gastar en vuestros deleites" (Santiago
4:3). (Léalo o cítelo de memoria.)

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Los Pies Calzados con el Apresto del Evangelio de la
Paz
Piense mentalmente en las sandalias tachonadas de un
soldado, en sus pies. El apresto del evangelio de la
paz significa que uno está preparado y listo para la
batalla. Que este evangelio de la paz le haga recor-
dar que debe:

l. Estar preparado. Que debe prepararse antes de que


comience la batalla. Pida que Dios le prepare para
cualquier eventualidad.
2. Comparta el evangelio. La preparación del evange-
lio de la paz significa estar listos para proclamar
el evangelio. Pida que Dios le prepare para testifi-
car de él.

3. Interceda por los inconversos. Usted está prepa-


rado para atacar al enemigo por medio de la oración
o el testimonio. Pablo tenía éxito cuando testifica-
ba, porque él oraba por los perdidos (Romanos 10:1).
Pida por sus amistades inconversas que aparecen en su
lista de oración. Piense en los países del mundo con
sus millones de personas perdidas y ore por ellas.

La Biblia dice: "Exhorto ante todo, a que se hagan


rogativas, oraciones, peticiones y acciones de
gracias, por todos los hombres. Porque esto es bueno
y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual
quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al
conocimiento de la verdad" (1 Tirnoteo 2:1, 3, 4).
(Léalo o cítelo de memoria.)

La Espada del Espíritu


Piense mentalmente en la espada del Espíritu, la
Palabra de Dios, puesta en su mano derecha. La Pala­
bra aquí significa "una declaración de Dios", y alude
a que Dios le habla de situaciones definidas. Que la
espada en la mano le recuerde que debe:

i. Empuñar la Palabra. La Palabra de Dios es un arma


agresiva y "... es viva y eficaz , y más cortante que
toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el
alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y
discierne los pensamientos y las intenciones del
corazón" (Hebreos 4:12). Usela aunque el enemigo no
la reconozca corno tal.

2. Que el Espíritu use la Palabra. Es su espada.

3. Ore basándose en la Palabra. El Espíritu usará la


Palabra para revelarle la voluntad de Dios y ayudar-
le a saber cómo orar (Juan 16:13-15), y cómo ponerla
en práctica.

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La Biblia dice que Jesús oró y ayunó cuarenta días;
pero cuando Jesús fue tentado, la Palabra de Dios
ahuyentó a Satanás (Mateo 4:1-10).

El Escudo de la Fe
Sobre todo, haga un cuadro mental de su persona
sosteniendo el escudo de la fe en su otra mano. El
'escudo romano era largo, ovalado y de madera. Cuando
las flechas encendidas del enemigo le pegaban, se
incrustaban en la madera y eran extinguidas. De igual
manera, cuando las flechas de maldad están dirigidas
hacia uno, puede avanzar con el escudo de la fe y
apagar los dardos encendidos del maligno. Que el
escudo de la fe le ayude a:
l. Declarar la victoria. La fe es la victoria que
vence al mundo (1 Juan 5:4).
2. Avanzar con fe. La fe sin obras es muerta (San-
tiago 2:20); debemos respaldar nuestras oraciones
con acciones concretas.
3. Apagar todos los dardos encendidos del maligno.
La Biblia dice: "Por tanto, os digo que todo lo que
pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os ven-
'í r-á" (Marcos 11:24). (Léalo o cítelo de me m o r i a; )

La Oración
Está vestido con la armadura espiritual de protec-
ción. Su mente está protegida por el yelmo de la
salvación; el corazón y la voluntad protegidos por la
coraza de justicia, y las emociones por el cinturón
de la verdad. Camina con los pies calzados por el
apresto del evangelio de la paz. En una mano lleva la
espada del Espíritu, la Palabra de Dios. Junto con
eso, en la otra mano, tiene el e s c u d o de la fe.
Existen, por lo menos, tres ocasiones cuando esta
armadura puede usarse con precisión:
l. Cuando está buscando ser liberado del dominio de
Satanás en alguna esfera de su vida.
2. Cuando Satanás le ataca.
3. Cuando ataca a Satanás. Se ataca a Satanás cuando
entramos en sus dominios para reclamar, por medio de
la intercesión y el testimonio, a los que él haya
capturado. 1 Juan 5:19 dice: "Sabemos que somos de
Dios, y el mundo entero está bajo el maligno." Los
perdidos y alejados están bajo el control de Sata-
nás, y él pelea por conservarlos.

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La Oración de Batalla
La armadura espiritual le prepara para interceder por
otros. Ahora está en condiciones de poder orar por
otros y esperar una respuesta. Este pasaje termina
con las palabras: "Con toda oración y súplica orad
siempre en el Espíritu, y así velad con toda perseve-
rancia y súplica por todos los santos" (Efesios 6:18,
BLA). ¡Ya empezó la batalla! Avance vestido con l<
armadura de Dios. Persevere en intercesión hasta que
la victoria sea ganada y permanezca triunfante con
los trofeos de la gracia. Ore para que el plan de
Dios se lleve a cabo y su evangelio sea proclamado
con audacia (Efesios 6:19, 20).

Esta clase de oración requiere más de cinco minutos.


La guerra espiritual significa luchar con el enemigo.
Puede requerir una hora, o un día, o una semana, o
más. Dios está buscando soldados de oración, armados
para el combate. Todo triunfo del reino depende de
las oraciones de los santos. Dios le ha constituido
en socio pleno en el establecimiento del reino, y por
lo tanto manda que se ponga la armadura espiritual en
oración y entre en la guerra espiritual.

Todo creyente debe apartar un tiempo especial para la


oración en su combate contra el enemigo, además de
los tiempos regulares de oración. Puede empezar cor
una hora por semana y aumenta~ el tiempo a un día de
ayuno y oración. La tarea del combatiente en oración
no es solamente para los "santos viejos" que no
pueden ser activos en el campo de batalla del mundo.
Dios quiere que todo creyente ore siempre "con toda
oración y súplica". Cuando Dios quiere que algo sea
hecho en el mundo, mueve a personas a orar para
lograr este propósito. El privilegio más grande que
nos da es el de luchar en su ejército a favor de
aquellos que han sido capturados por Satanás.

La lucha en la oración nos prepara para la lucha en


el mundo. Sin la oración, entraremos al combate sin
toda la armadura de Dios. Usemos las armas espiri-
tuales al movernos dentro de las líneas del enemigo.
¡Pongamos pies a nuestras oraciones!

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La Armadura Espiritual

El Yelmo de la Salvación
-i\f~1·.ttlf'7J':1 :1 Dios por· SPr· su t.tjo
-fil:1be n Olor. por :;1; ví d., C"t,<:1·n:1
-PosP:-1 la mon t o Lle Cr- t st.o

La Coraza de Justicia
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-üon r 1 o s e todo pee a do
-Po s e a la ju s tí ct a dr- Cristo

El Cinturón de
la Verdad
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-ti.fi-rrPSE" a 1.: ver-dn d
-Dom t no sus s en t m t e nt.o s
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-!lag;, suya la vi c t oría


-Avanc o con re
-i\rri.gue los da r-do s del malt grio

La Espada del
Espíritu El Calzado--el
-Empuñe In Pn l n b r-a
Evangelio de la Paz
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