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Competencia Lectora

PAES
forma: 5420666
INSTRUCCIONES

1.- Esta prueba contiene 65 preguntas. Todas las preguntas son de 4 opciones de respuesta
(A, B, C y D). Solo una de las opciones es correcta.

2.- Completa todos los datos solicitados en la hoja de respuestas, de acuerdo con
las instrucciones contenidas en esa hoja, porque estos son de tu exclusiva
responsabilidad. Cualquier omisión o error en ellos impedirá que se entreguen tus
resultados. Se te dará tiempo para completar esos datos antes de comenzar la prueba.

3.- Dispones de 2 horas y 30 minutos para responder las 65 preguntas.

4.- Las respuestas a las preguntas se marcan en la hoja de respuestas que se te entregó.
Marca tu respuesta en la fila de celdillas que corresponda al número de la pregunta
que estás contestando. Ennegrece completamente la celdilla, tratando de no salirte
de sus márgenes. Hazlo exclusivamente con lápiz de grafito Nº2 o portaminas HB.

5.- No se descuenta puntaje por respuestas erradas.

6.- Puedes usar este folleto como borrador, pero no olvides traspasar oportunamente
tus respuestas a la hoja de respuestas. Ten presente que para la evaluación se
considerarán exclusivamente las respuestas marcadas en dicha hoja.

7.- Cuida la hoja de respuestas. No la dobles. No la manipules innecesariamente.


Escribe en ella solo los datos pedidos y las respuestas. Evita borrar para no deteriorarla.
Si lo haces, límpiala de los residuos de goma.

8.- Recuerda que está prohibido copiar, fotografiar, publicar y reproducir total o
parcialmente, por cualquier medio, las preguntas de esta prueba.

9.- Tampoco se permite el uso de teléfono celular, calculadora o cualquier otro dispositivo
electrónico durante la rendición de la prueba.

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Texto 1

1. El niño y yo llegamos al malecón de Quibdó. Buscamos una canoa que nos lleve a
los dos, y al pingüino de tela que carga desde que salimos de casa, hasta Bellavista.
Nos sentamos en las escaleras de cemento que dan al río Atrato, le compro un
mango con limón y sal que me vende una señora, y esperamos. Las mañanas son
de las aves, cantan desde los árboles que se elevan a la orilla del río; hasta las más
jóvenes tienen un nido de polluelos desnudos, indefensos, hambrientos.
2. —Ma, mira, un pajarito —dice.
3. —No es un pajarito, es un gallinazo —respondo con la boca llena de mango.
4. El gallinazo cabecirrojo descansa sobre una bolsa de basura. No quiero explicarle
al niño la diferencia entre un animal tan sombrío y un pajarito, y él tampoco
pregunta. El animal alza el vuelo y la corriente se lleva la bolsa río abajo.
5. El pueblo nace en la margen derecha del río y se expande hasta internarse en
una selva que reclama su espacio cuando llena las paredes de humedad y moho.
En Quibdó, el Atrato huele a pescado en sal, naranja y madera mojada. Cauce
profundo, custodiado por casonas viejas, acompañado de niños y mujeres que lavan
ropa en la orilla. Es el río en sus primeros años; viene del Carmen de Atrato y muere
en el Caribe. Los habitantes del pueblo viven de él: pescan, lo navegan cantando,
le rezan. Un brazo ancho de tierra negra.
6. Adentro, en la selva, el Atrato no espejea como el Amazonas, no se parece al
verde Cauca ni al Magdalena que recorre el país enfurecido y espumoso. A veces
pardo, a veces canelo, tiene el olor que brota de un álbum de fotos que se abre
después de mucho tiempo.
7. Amarradas al muelle, esperando llenarse de pasajeros y comida: tres canoas de
madera y dos embarcaciones a motor, pangas, que son rápidas, blancuzcas. Cada
una con su conductor a bordo preparándose para la jornada. Todas las mañanas,
camino a la escuela, el niño y yo jugamos a despertar al pueblo: atravesamos la
calle Alameda mientras los negocios abren sus puertas; saludamos al señor de la
carnicería, acariciamos los pollitos de la tienda veterinaria, vemos la descarga de
bultos de arroz. Carretas de plátanos y canastas de limones se alinean entre la calle
y la acera; una anciana despeinada, que conozco hace tiempo, nos grita desde su
balcón que vamos tarde, y apuramos el paso.
8. El pueblo amanece con la ilusión de un niño que abre un libro por primera vez.
Ilusión que mengua cuando el sol llega a su punto más alto y comienza a descender
hacia la selva. El bochorno de las tardes de Quibdó pesa, el sol calienta, sofoca; brilla
en la frente de las personas hasta que, a las cuatro o cinco, revienta como aguacero.
No llueve: el cielo se desparrama sobre los negocios que tienen la mercancía al aire
desde la mañana.
9. La gente no sabe a dónde voy con el niño, caminan junto a nosotros como si
nada pasara. Algunos jeeps esperan racimos de plátano verde que traen desde los

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caseríos y llevarán hasta las tiendas de los barrios. El malecón empieza a llenarse
de viajeros, nos preparamos para embarcarnos en la canoa más barata. El niño no
entiende muy bien a dónde vamos —le dije que de paseo—, oculto la nostalgia que
me da volver al lugar que alguna vez fue mi casa, donde no queda nada de mi niñez.
Pero sí de la del niño.
10. La canoa sale en media hora, nos iremos en ella. La conductora se mueve bajo
un vestido verde con bordados indígenas y sandalias. Desde la canoa nos da los
buenos días y grita que lancemos el equipaje para acomodarlo en la bodega. Miro
al niño: una pulga aferrada a mi vestido, adivino su miedo. Le propongo un juego:
contar hasta tres y lanzar nuestras cosas a la canoa. Uno, dos, tres: la ropa de los
próximos días, pijama y cepillos de dientes vuelan dentro de una maleta pequeña.
La conductora la guarda en un compartimento cerca de los motores y vuelve la
mirada hacia nosotros. También lanzo mi bolso y el pingüino del niño.
11. —¿Y yo qué tiro, ma?
12. La conductora lo mira y le dice que salte sin miedo, que ella lo recibe. Tomo el
dije de limón que cuelga de mi cuello y lo beso. El niño me mira, de inmediato sabe
que puede saltar. El dije es una señal que él, muy seguro de sí, inventó una noche.
13. —Ma, siempre que estás con el limón entre los dientes dices que sí a todo.
14. Los niños establecen reglas inquebrantables. Me someto a su ley. A cambio le
pido que haga las tareas antes de salir a jugar. Lo preparo para una vida llena de
intercambios. Nos vamos educando mutuamente. Yo le enseño a ser y él me ayuda
a deshacerme, a vivir bajo nuevas formas, señales que nadie comprendería. Está
conmigo. No me nació a mí, pero soy su mamá. Lo digo para mí cada noche, una
oración al desapego. Frente a la canoa quiero pedirle que no salte, que volvamos a
la casa y prendamos la tele, que lo necesito. Le sonrío, su mano derecha libera mi
vestido, dejándolo lleno de arrugas.
15. —A la una, a las dos y a las. . . tres —grita, salta y lo recibe la conductora—.
¡Ma, te toca!

Lorena Salazar Masso, Esta herida llena de peces. Madrid: Editorial Transito
(2021), capítulo 1 (fragmento adaptado)

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1.- La historia del séptimo párrafo, sobre lo que hacen los personajes de camino a la
escuela, ¿qué función cumple en relación con el texto?
A) Crea conciencia de las dificultades que debe superar una madre soltera en una
ciudad.
B) Construye una atmósfera narrativa en la que se introduce a los personajes
secundarios.
C) Ejemplifica la relación cercana que había construido la narradora con el niño
en los años recientes.
D) Diferencia la situación narrada en el texto de la vida que llevaban los
personajes hasta ese momento.

2.- ¿Cuál es el sentido de la oración “No llueve” en el octavo párrafo?


A) El sol desciende sobre la selva como si fuera lluvia.
B) El calor es tan seco y sofocante que impide la lluvia.
C) La gente se abalanza sobre las mercancías como lluvia.
D) Cae un aguacero tan fuerte que no se debe llamar lluvia.

3.- ¿Cuál es el propósito comunicativo de la historia?


A) Explicar la cercanía que hay entre la narradora y el niño.
B) Describir lo que ocurre una mañana cualquiera en Quibdó.
C) Relatar la historia de cómo la narradora y el niño dejan Quibdó.
D) Criticar la forma en la que las ciudades destruyen la naturaleza.

4.- De acuerdo con el séptimo párrafo, ¿por qué la anciana despeinada les grita a la
narradora y a su hijo?
A) Porque hacen mucho ruido.
B) Porque se les hizo tarde.
C) Porque quiere saludar.
D) Porque no los conoce.

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5.- A partir de lo expresado en el relato, ¿cómo considera la maternidad la narradora?
A) Como esforzada y nostálgica.
B) Como complicada y frustrante.
C) Como enriquecedora y obligatoria.
D) Como intencional y transformadora.

6.- ¿Cuál de las siguientes frases, si se eliminara del texto, cambiaría más la forma de
percibir a la narradora?
A) “—No es un pajarito, es un gallinazo —respondo con la boca llena de mango”.
B) “El malecón empieza a llenarse de viajeros, nos preparamos para embarcarnos
en la canoa más barata”.
C) “La conductora la guarda en un compartimento cerca de los motores y vuelve
la mirada hacia nosotros”.
D) “No me nació a mí, pero soy su mamá. Lo digo para mí cada noche, una
oración al desapego”.

7.- La narradora compara el olor del río Atrato con el de


A) un álbum de fotos abierto después de un tiempo.
B) una bolsa de basura que flota sobre el agua.
C) carretas de plátanos y canastas de limones.
D) paredes cubiertas de humedad y moho.

8.- La narradora besa el dije de limón porque


A) es un ritual conocido en Quibdó.
B) tiene miedo de viajar en la canoa.
C) es una señal de confianza para el niño.
D) tiene esa costumbre desde hace tiempo.

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9.- ¿Cuál es la actitud de la narradora hacia Quibdó?
A) Apatía
B) Cansancio
C) Pertenencia
D) Indiferencia

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Texto 2

Más allá de la carne: insectos, leche cultivada y hongos para salvar al


planeta

En algún momento de lo que queda del siglo, el sistema de producción de alimentos


reventará. Su eslabón más crítico es la carne, en particular la de vacuno. Su
producción se ha doblado en sesenta años. El 80 % de la tierra agraria es para las
vacas, cerdos o pollos, ya sea en forma de pastos o para cultivar el grano con el que
alimentarlos. La agricultura es responsable de un tercio de las emisiones que están
tras el cambio climático, siendo de nuevo el ganado bovino el principal emisor.
Todo este escenario se verá sobrepasado por el aumento de la población mundial y
la mejora del nivel de vida y, por tanto, de la dieta. O se deja de consumir tanta
carne o se buscan otras fuentes de proteínas animales. La ciencia está señalando ya
varias alternativas: insectos, carne de laboratorio o nutrientes de origen microbiano.
Distintos modelos indican que son tan o más amigables con el planeta que las dietas
vegetarianas.

Científicos del Instituto Potsdam para el Estudio del Impacto Climático (PIK,
en Alemania) y el Centro Mundial para los Vegetales (Taiwán) han modelado qué
pasaría si se cambiara un porcentaje de la carne presente en la dieta por alternativas
que intentan imitarla. El trabajo, publicado hace unos días en la revista «Nature»,
se centra en una de estas alternativas, las proteínas procedentes de hongos. Isabelle
Weindl, investigadora del PIK y coautora del estudio, explica la elección: «Las hay
de origen vegetal, como las hamburguesas de soja, y las células animales cultivadas
en una placa de Petri, también conocida como carne cultivada. Pero también están
las proteínas microbianas derivadas de la fermentación».

Para Weindl, estas últimas son las más prometedoras. De elevado contenido
proteico, su textura recuerda a la de un filete gracias a la estructura filamentosa
del micelio de hongos como el «Fusarium venenatum». Además, a diferencia de
las alternativas vegetales como el tofu o el seitán, entre sus componentes está una
serie de aminoácidos esenciales. Ya hay salchichas y hamburguesas hechas con estas
micoproteínas de los hongos.

Pero lo más relevante es que su producción puede desvincularse en gran medida de la


producción agrícola. No necesitan la deforestación de nuevas superficies y liberarían
millones de hectáreas ahora cultivadas. «Nuestros resultados muestran que incluso
teniendo en cuenta el azúcar como materia prima, la proteína microbiana requiere
mucha menos tierra agrícola que la carne de rumiantes para ofrecer la misma
cantidad de proteínas», asegura la científica alemana.

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El trabajo de Weindl y sus colegas imagina que, para 2050, un determinado
porcentaje de la carne presente en la dieta es sustituida por estas proteínas
microbianas. Si para dentro de 30 años se lograra reemplazar el 80 % de las
proteínas animales por las fúngicas, el problema de la deforestación global casi
habría desaparecido, en especial en las cuencas del Amazonas y el Congo, las más
castigadas hoy en día. En cuanto a las emisiones de efecto invernadero, la reducción
respecto a un escenario de producción cárnica sin cambios sería del 87 %. Aunque
habría que dedicar nuevas tierras al cultivo de caña de azúcar o remolacha azucarera
(los azúcares son esenciales para la fermentación), podría tomarse de la recuperada
de pastizales y cultivos para forraje. Además, con menos vacas rumiando, habría
menores emisiones de metano, un gas con un potencial de calentamiento 23 veces
superior al del dióxido de carbono.

Incluso en un escenario menos ambicioso, con un 20 % de sustitución, la mejora


también sería muy grande. Lo dice Florian Humpenöder, también del PIK y primer
autor del estudio: «Vemos que, si sustituimos el 20 % de la carne de rumiantes
per cápita para 2050, la deforestación anual y las emisiones de dióxido de carbono
por el cambio de uso de la tierra se reducirían a la mitad en comparación con un
escenario convencional». La reducción del número de cabezas de ganado no solo
rebaja la presión sobre la tierra, explica Humpenöder, sino que también disminuye
las emisiones de metano del ganado y las emisiones de óxido nitroso al fertilizar el
forraje o por el manejo del estiércol.

Rachel Mazac, investigadora del Instituto de Ciencias para la Sostenibilidad de la


Universidad de Helsinki, publicó a finales de abril un trabajo sobre la incorporación
de los llamados nuevos alimentos a la dieta europea y cómo ayudarían a reducir el
impacto ambiental de la producción de alimentos. La investigación, publicada en
la revista «Nature Food», concluye que reemplazar las proteínas de origen animal
por las ofrecidas por estos nuevos alimentos podría reducir el potencial de cambio
climático asociado a aquellas proteínas en más del 80 %. Al comparar entre una
dieta vegetariana/vegana y otra enriquecida con insectos, lácteos fermentados y
micoproteínas, este trabajo encuentra una ligera ventaja de la primera sobre la
segunda.

Desde un punto de vista nutricional, parece saludable reducir de forma significativa


el consumo de productos de origen animal en las dietas europeas actuales.
Tanto Mazac como Humpenöder demuestran ahora que estas alternativas a las
proteínas animales son también buenas para el planeta. Una conocida cadena de
supermercados hace un lustro que comercializa insectos. Los rincones dietéticos de
muchas tiendas de alimentación tienen diversas carnes de origen vegetal desde hace
tiempo y la Unión Europea autorizó en febrero la comercialización y venta de los
grillos como alimento. Pero que acaben colándose en la dieta real de la mayoría ya
es otra cosa.

Para Ascensión Marcos, profesora de investigación del Instituto de Ciencia

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y Tecnología de Alimentos y Nutrición del CSIC (ICTAN), aún falta mucha
más investigación para que estos modelos tengan una aplicación real y, dice,
«quedan muchas incógnitas por resolver». Una de ellas es la palatabilidad de estos
nuevos alimentos. «Si no gustan, no gustan», recuerda. Reconociendo que es algo
esencialmente cultural, comenta que «una cosa es darle insectos a un animal y
te comas el animal y otra que seas tú el que se coma el insecto». Sin embargo,
recuerda que hay ejemplos históricos de cambios culturales que han rebajado o
hecho desaparecer la aversión hacia determinados alimentos. Menciona el caso del
jamón en el este de Asia o «el marisco, que para los japoneses era como comer
insectos».

Otra objeción que pone Marcos va más allá de la ciencia. «Nos guste o no, somos
omnívoros y tenemos que comer de todo». El problema real, concluye, «es que
tenemos una muy mala alimentación, tomamos una cantidad excesiva de proteínas,
pocos carbohidratos y muchas grasas; esto tiene su impacto en nosotros y en el
medio, y la industria alimentaria no ayuda».

Miguel Ángel Criado, “Más allá de la carne: insectos, leche cultivada y hongos
para salvar al planeta”. El País (5 de mayo de 2022)
(fragmento adaptado).

10.- ¿Cuál es el tema del párrafo que inicia con las palabras “Pero lo más relevante es”?
A) El paso a paso de la producción de micoproteínas.
B) Una ventaja del consumo de proteína microbiana.
C) Las diferencias entre la carne agrícola y la microbiana.
D) La cantidad de tierra para realizar cultivos microbianos.

11.- Según el texto, ¿cuál es eslabón más crítico en el sistema de producción de alimentos
actualmente?
A) El grano.
B) La carne.
C) El metano.
D) La verdura.

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12.- ¿Cuál de los siguientes enunciados sintetiza el contenido del párrafo que empieza
con las palabras “Rachel Mazac, investigadora del Instituto de Ciencias”?
A) Un estudio demostró que alimentarse con nuevos alimentos ayuda a reducir el
impacto climático casi como una dieta basada en plantas.
B) Si comparamos la dieta vegana con la enriquecida por insectos, encontraremos
que la primera es más saludable, según «Nature Food».
C) Se publicaron las conclusiones de una investigación sobre el uso de nuevos
alimentos en la dieta europea y su repercusión ambiental.
D) Rachel Mazac concluyó que una dieta basada en los nuevos alimentos reduce
el potencial de cambio climático en más del 80 %.

13.- En el texto, ¿a quién se le atribuye la expresión «una cosa es darle insectos a un


animal y te comas el animal y otra que seas tú el que se coma el insecto»?
A) Rachel Mazac.
B) Isabelle Weindl.
C) Ascensión Marcos.
D) Florian Humpenöder.

14.- Según Isabelle Weindl, en caso de que se lograra reemplazar el 80 % de las proteínas
animales por las fúngicas, ¿qué problema por poco desaparecería?
A) El consumo de azúcar
B) La deforestación global
C) Las emisiones de óxido nitroso
D) Los efectos del dióxido de carbono

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15.- ¿Qué opción representa la idea principal del párrafo que inicia con las palabras
“Desde un punto de vista nutricional”?
A) Es recomendable reducir de forma significativa el consumo de productos de
origen animal.
B) La Unión Europea ha autorizado la comercialización y venta de los insectos
como alimento.
C) Reducir el consumo de productos de origen animal resulta beneficioso para la
salud y para el planeta.
D) Los rincones dietéticos de muchas tiendas de alimentación ya ofrecen diversas
carnes de origen vegetal.

16.- ¿Cómo se puede calificar la postura del autor a partir de la forma en que presenta
la información?
A) Como controversial, porque se centra en resaltar las ventajas de consumir
insectos como fuente de proteína.
B) Como comercial, porque promueve los beneficios de los nuevos alimentos para
favorecer a ciertas empresas.
C) Como crítica, porque señala el impacto negativo que tiene el consumo de carne
animal en el medio ambiente.
D) Como imparcial, porque presenta las bondades de las nuevas fuentes de
proteína sin dejar de lado los desafíos.

17.- En el primer párrafo, ¿con qué finalidad se menciona el cambio climático?


A) Para informar sobre su avance.
B) Para destacar una de sus causas.
C) Para promover acciones correctivas.
D) Para ejemplificar sus consecuencias.

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Texto 3

¿Cómo es el cerebro de la gente feliz?


Endorfinas, oxitocina, serotonina y dopamina. Este cuarteto es el responsable de la
banda sonora de nuestra felicidad. Y se puede activar con pequeños gestos.

Hace milenios que la filosofía y la espiritualidad se ocupan de este terreno brumoso


que es la felicidad humana. Sin embargo, ha habido que esperar a la era moderna
para que la neurociencia aporte datos sobre lo que sucede en el cerebro de las
personas felices. Algunos investigadores denominan “el cuarteto de la felicidad” a
la dopamina, la oxitocina, la serotonina y la endorfina. Estas aliadas del bienestar
protagonizan El cerebro de la gente feliz, un libro reciente fruto de la colaboración
entre la neurocientífica Sara Teller y el escritor Ferran Cases, cuya historia llama
la atención.

Aquejado de ataques de pánico desde su adolescencia, Cases permaneció varios


años encerrado en su casa, padeciendo incluso parálisis corporal. Al cumplir los
20, se decidió a explorar todas las posibilidades que tenía en su mano: médicos,
psicólogos, terapias alternativas, deporte, alimentación. . . , con el fin de recabar el
máximo de información para sanar. Tras vencer la ansiedad, en este libro Cases
examina, guiado por una científica, cómo hacer sonar mejor a cada integrante de
este cuarteto que pone la banda sonora a nuestra felicidad.

Las endorfinas mitigan el dolor —son analgésicos naturales— y, al estimular los


centros de placer, son responsables de nuestros momentos de bienestar e incluso
euforia. Segregamos endorfinas al practicar ejercicio, pero también al realizar
actividades placenteras, como bailar, reír u ocuparnos con un hobby que nos
apasiona.

La oxitocina, a veces llamada “hormona del abrazo”, promueve que nos vinculemos
a otras personas y desarrollemos la confianza y el amor. Algunos investigadores la
asocian con el contacto físico y con placeres intensos. La fórmula para aumentar los
niveles de esta hormona: tocar, abrazar y besar. Meditar de forma regular parece
favorecer también su producción.

La serotonina recibe por derecho propio el apelativo de antidepresivo natural.


Dado que la mayor concentración de serotonina está en el intestino, a menudo se
infravalora el impacto que tiene una dieta equilibrada. Otro factor importante es
la exposición a la luz natural.

La dopamina promueve el placer y la relajación, además de alimentar la motivación.

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Este neurotransmisor está muy presente en la gente feliz e interviene en multitud
de procesos cerebrales relacionados con la conducta y el aprendizaje. Para que esté
presente de forma generosa, es esencial dormir una media de ocho horas diarias.
Practicar ejercicios y celebrar los logros estimula su producción.

Ferran Cases y Sara Teller explican en su libro que podemos lograr un cerebro feliz
con algunas de estas claves:
1. Vivir en modo presente en lugar de gastar energías proyectándote al
pasado o al futuro. Eso incluiría gestionar a tiempo real el estrés y el miedo,
sin dramatizar ni agobiarnos, aceptando que son emociones tan naturales como
pasajeras.
2. Practicar la resiliencia, que es el arte de sobreponerse a las dificultades.
Hace casi dos milenios, Marco Aurelio ya recomendaba esto: “Acepta lo que puedes
controlar y deja ir lo que no puedes controlar”. Algunos neurocientíficos han
calcuado que esa parte que no puedes controlar es la genética (40 %), mientras
que la que sí puedes controlar es la “neuroplástica” (60 %), es decir, la parte del
cerebro que es susceptible de cambiar.
3. Probar cosas nuevas. Un exceso de rutina nos lleva a repetir las mismas
sensaciones y recuerdos, lo cual desata la apatía, el desánimo y los pensamientos
negativos recurrentes. Para salir de esa cárcel mental, el mejor antídoto es buscar
nuevas experiencias que pongan a trabajar nuestra neuroplasticidad.
4. Echarle humor a la vida. El prestigioso psicólogo Martin Seligman considera
que el buen humor es un factor clave de las personas resilientes, además de un
indicador de la salud mental. Reír y tomar distancia de nuestros dramas cotidianos
combate la rigidez mental, una característica que dispara la ansiedad porque aspira
al control en un mundo caótico. Al sonreír, mandamos a través del nervio vago el
mensaje al cerebro de que todo está bien, lo que pondrá a tocar al cuarteto de la
felicidad.

“Happy-go-lucky”

‚ Hay personas que tienen un talante naturalmente optimista,


como si hubieran nacido para ver el lado soleado de la realidad.
La politóloga y escritora Xenia Vives relata en su libro Tener
suerte en la vida depende de ti que la cultura anglosajona
cuenta con una expresión para este tipo de personas: Happy-
go-lucky, algo así como “a las personas felices les salen bien
las cosas”.
‚ ¿Se puede cambiar la polaridad, cuando llevas tiempo
viviendo en el lado de la sombra? Según Vives, sí, ya que
se trata básicamente de una elección: cada persona escoge su
actitud ante la vida. Podemos ser héroes, protagonistas de
nuestra aventura o víctimas incapaces de hacer nada hasta
ser rescatadas.

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Francesc Miralle, “¿Cómo es el cerebro de la gente feliz?”. El País (2 de diciembre
de 2021) (fragmento adaptado).

18.- El texto hace referencia a la adolescencia de Ferran Cases porque


A) nos permite entender su relación con la neurocientífica.
B) es importante para profundizar en los detalles de su libro.
C) esa etapa de su vida lo convirtió en un experto en la felicidad.
D) muchos adolescentes tienen problemas similares a los suyos.

19.- ¿Qué aspecto le otorga credibilidad a lo expuesto en el texto?


A) El uso de ejemplos concretos.
B) La estructura de la información.
C) El empleo de un lenguaje coloquial.
D) La inclusión de expertos en el tema.

20.- En el texto, el propósito de mencionar a Marco Aurelio es


A) enfatizar la sabiduría que heredamos de la época clásica.
B) resaltar el carácter neuroplástico del desarrollo del cerebro.
C) explicar el concepto de resiliencia en relación con la felicidad.
D) presentar la idea que tenían en la Antigüedad de una vida feliz.

21.- ¿Cuál es el propósito comunicativo del texto anterior?


A) Explicar la importancia que tienen las hormonas en nuestra felicidad.
B) Describir acciones concretas que podemos emprender para ser felices.
C) Presentar el libro de Cases y Teller sobre la relación entre el cerebro y la
felicidad.
D) Demostrar que para ser felices debemos procurar mantener un equilibrio
hormonal.

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22.- De acuerdo con las claves que Cases y Teller proponen en su libro, ¿cuál de las
siguientes acciones es conveniente para lograr un cerebro feliz?
A) Ver los retos de otros con una actitud humorosa.
B) Hacer un esfuerzo por no controlarlo todo.
C) Buscar mantener una rutina predecible.
D) Enfocarse en el futuro y hacer planes.

23.- ¿Qué función cumple la metáfora de la “banda sonora”?


A) Demostrar la importancia neurológica de las hormonas.
B) Ejemplificar el carácter intangible de las hormonas.
C) Explicar la configuración cerebral de las hormonas.
D) Ilustrar la articulación armónica de las hormonas.

24.- ¿Qué función cumple el recuadro que está en la última sección del texto?
A) Promocionar la venta del libro titulado Tener suerte en la vida depende de ti.
B) Cuestionar a las personas que tienen una visión negativa de lo que les sucede.
C) Presentar el término anglosajón que se utiliza para nombrar a las personas
felices.
D) Insistir en la idea de que las personas pueden escoger sus acciones para ser
más felices.

25.- Según el texto, cuando se practican ejercicios y se celebran los logros, se estimula
la producción de una hormona llamada
A) endorfina.
B) oxitocina.
C) serotonina.
D) dopamina.

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Texto 4

La curiosa relación entre la microbiota intestinal, la soledad y la


sabiduría

Las personas sabias albergan un conocimiento que trasciende lo puramente


académico. Por su parte, las personas que viven en soledad experimentan un
sentimiento de dolorosa desconexión respecto al resto de seres humanos que
las rodean. Pero ¿qué relación guardan ambos fenómenos con lo que sucede en
nuestras tripas? Mucho más de lo que parece, según los últimos estudios científicos.
Concretamente, la elevada riqueza de nuestra flora intestinal se asocia a niveles
bajos de soledad, a mayor sabiduría y a una tendencia acentuada a aprovechar el
apoyo social disponible.

El eje intestino-cerebro

Decir que el cerebro humano alberga misterios insondables no es nada nuevo.


Después de todo, se trata del órgano sobre el cual se cimienta todo cuanto somos,
nuestra personalidad y nuestros anhelos. Pese a que el conocimiento acumulado
sobre el cerebro crece exponencialmente, todavía estamos muy lejos de desentrañar
por completo sus complejidades.
Uno de los aspectos que más interés ha suscitado durante los últimos años es el
modo particular en que la microbiota intestinal, entendida como el conjunto de
microorganismos que habita en ese rincón tan recóndito del cuerpo, puede asociarse
a dimensiones psicológicas tan aparentemente alejadas de las entrañas como los
pensamientos y los sentimientos.
El eje intestino-cerebro escenifica nítidamente este tipo de relaciones. Lo hace
planteando una comunicación bidireccional entre ambos órganos e introduciendo
incógnitas fascinantes sobre cómo ciertos hábitos interfieren en la salud emocional
o neurológica.
Pese a que en sus inicios la mayor parte de los estudios se centraban en las
interacciones entre la dieta y los trastornos de ansiedad o del estado de ánimo,
recientemente se ha introducido la posibilidad de que la citada microbiota pueda
explicar (al menos parcialmente) fenómenos tan filosóficamente profundos como la
sabiduría o la soledad.

Sabiduría, soledad y salud emocional

La sabiduría y la soledad son fenómenos difícilmente definibles, aunque en ambos


casos existen acepciones coloquiales que nos ayudan a apreciar su significado.
Entenderlos es importante porque ambos impactan directamente en nuestro

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bienestar psicológico: mientras el primero nos protege del sufrimiento inherente
a la vida, el segundo promueve trastornos como la depresión mayor.
Las personas sabias disponen de conocimientos que van más allá de lo puramente
académico, y que generalmente parten de la experiencia reflexiva sobre la propia
existencia. Se trata de una dimensión que no solo facilita una mejor resolución de
los problemas cotidianos, sino que también supone una aproximación más serena a
las tensiones naturales que se desprenden del hecho de vivir. La sabiduría permite
una visión privilegiada de las cosas que aúna la sensibilidad y la inteligencia de un
modo armónico y proactivo.
La soledad, por su parte, es un sentimiento de dolorosa desconexión respecto al
resto de seres humanos que nos rodean. Como valoración subjetiva que es, cuesta
cuantificarla. Quien vive sumido en esta sensación cree estar desprovisto de todo
tipo de apoyos (emocional, instrumental, etc.), lo que hace extremadamente difícil
su capacidad percibida para adaptarse al estrés.
Una de las funciones de la psicología es comprender ambas realidades y determinar
qué mecanismos psicoterapéuticos permiten optimizarlas. No obstante, el enfoque
integral desde el cual hoy en día se contempla la salud ha abierto la puerta a que
puedan analizarse también bajo el prisma de la biología. Veamos, pues, qué nos
dice la ciencia actual sobre la forma en que el intestino puede contribuir a esta
empresa.

Sentir que estamos solos en el mundo depende de la flora intestinal

En el cuerpo humano habitan aproximadamente 38 billones de microorganismos.


Cada uno de nosotros actúa, por tanto, como anfitrión de una cantidad
impresionante de virus, bacterias y arqueas. Aproximadamente tres kilogramos
de nuestro peso corporal corresponden a estos. . . ¡el doble de lo que pesa un cerebro
promedio!
El intestino es uno de sus repositorios fundamentales, al dar cobijo a la mayoría
de estos diminutos polizones. Su número o composición es variable, además de
único para cada individuo, como una huella digital. Concretamente, depende de
aspectos tan específicos como la dieta, el modo en que se cocinan los alimentos, la
masa corporal o el consumo de fármacos. A todo ello se suman el estilo de vida, el
ejercicio físico o el entorno en que residimos habitualmente.
En este contexto, un estudio reciente concluyó que la elevada riqueza de nuestra
flora intestinal se asocia a niveles bajos de soledad, a mayor sabiduría y a una
tendencia acentuada a aprovechar el apoyo social disponible. Así pues, la variedad
de microorganismos en esta región del cuerpo influye en variables clave para la vida
emocional y puede explicar indirectamente los efectos positivos de ciertos hábitos
sobre la salud psicológica.
Más en concreto, se encuentra una relación lineal entre la diversidad alfa (que
considera la flora a nivel local) y la sensación subjetiva de no estar solos en el mundo.
Por su parte, existe una asociación positiva entre la diversidad beta (que contempla

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el número de microorganismos locales en contraste con el de los regionales) y los
índices de sabiduría.
Estos resultados son muy interesantes, pues sustentan el conocimiento previo sobre
la relación entre la pobreza microbiótica y la fragilidad de la salud mental, pero
aportando un punto de vista útil para el futuro de la psicoterapia. Quizá, en el
futuro, podamos hacer uso de estos avances para contribuir a mejorar la calidad de
vida de muchas personas.
Joaquín Mateu Mollá, “La curiosa relación entre la microbiota intestinal, la
soledad y la sabiduría”. The Conversation (7 de septiembre de 2021) (fragmento
adaptado).

26.- Según la sección “Sentir que estamos solos en el mundo depende de la flora
intestinal”, ¿qué pesa el doble que un cerebro promedio?
A) La flora intestinal de una persona sana.
B) La masa corporal libre de microorganismos.
C) Los microorganismos en el cuerpo humano.
D) Los virus, bacterias y arqueas en los intestinos.

27.- Según la lectura, una característica de las personas sabias es que


A) cuentan con conocimientos que van más allá de lo académico.
B) experimentan la sensación de estar desprovistas de apoyo.
C) están exentas de retos emocionales.
D) tienen una inteligencia superior.

28.- En relación con el texto, el primer párrafo cumple la función de


A) explicar la relación entre la digestión y ciertos factores psicológicos.
B) destacar los beneficios psicológicos de una flora intestinal diversa.
C) resumir los factores que influyen en la salud del sistema digestivo.
D) presentar la idea principal que se va a desarrollar en el texto.

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29.- ¿Cuál de los siguientes enunciados sintetiza el contenido del tercer párrafo de la
sección “Sentir que estamos solos en el mundo depende de la flora intestinal”?
A) Mientras más sabia sea una persona, mejor será su aprovechamiento del apoyo
social disponible.
B) Distintos estudios científicos recientes explican los efectos indirectos de los
microorganismos.
C) El apoyo social de una persona depende de la variedad de microorganismos
que alberga.
D) La riqueza de la flora intestinal influye positivamente en la vida emocional.

30.- ¿Cuál es el objetivo del autor respecto del tema?


A) Contrastar la salud intestinal con la salud mental.
B) Señalar los factores que influyen en la salud digestiva.
C) Exponer la relación entre la flora intestinal y la salud psicológica.
D) Presentar la sabiduría como un fenómeno determinado por la microbiota.

31.- ¿Con qué propósito se usan los paréntesis en el penúltimo párrafo del texto?
A) Para ejemplificar conceptos.
B) Para definir términos técnicos.
C) Para presentar sinónimos coloquiales.
D) Para hacer conexiones con ideas previas

32.- ¿Qué se puede inferir a partir de lo expresado en el segundo párrafo de la sección


“Sentir que estamos solos en el mundo depende de la flora intestinal”?
A) Que los hábitos inciden directamente en la flora intestinal.
B) Que los alimentos fritos afectan negativamente nuestro intestino.
C) Que el ejercicio físico es un requisito necesario para tener una microbiota
saludable.
D) Que el intestino humano es uno de los hábitats principales de los
microorganismos.

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33.- En el primer párrafo, ¿qué afirma el autor en relación con la flora intestinal?
A) Que consta de microorganismos aún desconocidos.
B) Que la psicología apenas la ha empezado a investigar.
C) Que su elevada riqueza se asocia a una mayor sabiduría.
D) Que exige un estudio que transciende los estudios formales.

34.- En el primer párrafo de la sección “Sentir que estamos solos en el mundo depende
de la flora intestinal”, ¿con qué finalidad se menciona el peso de los billones de
microorganismos que habitan en nuestro cuerpo?
A) Para demostrar su relevancia en nuestra dieta y estilo de vida.
B) Para establecer su importancia en comparación con la del cerebro.
C) Para destacar la cantidad de virus y bacterias con los que convivimos.
D) Para proporcionar datos objetivos en apoyo de afirmaciones científicas.

35.- El tema principal del penúltimo párrafo es la relación entre la diversidad de


la microbiota, la soledad y la sabiduría. ¿Qué idea, si se agregara al párrafo,
contribuiría al desarrollo del tema principal?
A) En qué consisten los niveles locales y regionales mencionados.
B) Cuáles mecanismos se utilizan para medir los índices de sabiduría.
C) Qué otros tipos de diversidad se conocen en relación con nuestro cuerpo.
D) Cómo puede describirse la sensación subjetiva de no estar solos en el mundo.

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Texto 5

La desaparición de los rituales

Los ritos son acciones simbólicas. Transmiten y representan aquellos valores y


órdenes que mantienen cohesionada una comunidad. Generan una comunidad
sin comunicación, mientras que lo que predomina hoy es una comunicación sin
comunidad. De los rituales es constitutiva la percepción simbólica. El símbolo,
palabra que viene del griego symbolon, significaba originalmente un signo de
reconocimiento o una «contraseña» entre gente hospitalaria (tessera hospitalis).
Uno de los huéspedes rompe una tablilla de arcilla, se queda con una mitad y
entrega la otra mitad al otro en señal de hospitalidad. De este modo, el símbolo
sirve para reconocerse.

El mundo sufre hoy una fuerte carestía de lo simbólico. Los datos y las informaciones
carecen de toda fuerza simbólica. En el vacío simbólico se pierden aquellas imágenes
y metáforas generadoras de sentido y fundadoras de comunidad que dan estabilidad
a la vida. Disminuye la experiencia de la duración. Y aumenta radicalmente la
contingencia.

Los rituales se pueden definir como técnicas simbólicas de instalación en un hogar.


Transforman el «estar en el mundo» en un «estar en casa». Hacen del mundo
un lugar fiable. Son en el tiempo lo que una vivienda es en el espacio. Hacen
habitable el tiempo. Es más, hacen que se pueda celebrar el tiempo igual que se
festeja la instalación en una casa. Ordenan el tiempo, lo acondicionan. En su novela
Ciudadela, Antoine de Saint-Exupéry describe los rituales como técnicas temporales
de instalación en un hogar: «Y los ritos son en el tiempo lo que la morada es en
el espacio. Pues bueno es que el tiempo que transcurre no nos dé la sensación de
gastarnos y perdernos, como al puñado de arena, sino de realizarnos. Bueno es
que el tiempo sea una construcción. Así voy de fiesta en fiesta, y de aniversario
en aniversario, de vendimia en vendimia, como cuando iba de niño de la sala del
consejo a la sala del reposo en la anchura del palacio de mi padre, donde todos los
pasos tenían un sentido».

Al tiempo le falta hoy un armazón firme. No es una casa, sino un flujo inconsistente.
Se desintegra en la mera sucesión de un presente puntual. Se precipita sin
interrupción. Nada le ofrece asidero. El tiempo que se precipita sin interrupción no
es habitable.

Los rituales dan estabilidad a la vida. Parafraseando las palabras de Antoine


de Saint-Exupéry, se puede decir que los ritualesson en la vida lo que en el
espacio son las cosas. Para Hannah Arendt es la durabilidad de las cosas lo

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que las hace «independientes de la existencia del hombre». Las cosas tienen «la
misión de estabilizar la vida humana». Su objetividad consiste en que brindan a la
desgarradora mutación de la vida natural una identidad estabilizante que se deduce
de que día a día, mientras el hombre va cambiando, tiene delante con inalterada
familiaridad la misma silla y la misma mesa.

Las cosas son, pues, polos estáticos estabilizadores de la vida. Esa misma función
la cumplen los rituales. Estabilizan la vida gracias a su mismidad, a su repetición.
Hacen que la vida sea duradera. La actual presión para producir priva a las cosas
de su durabilidad. Destruye intencionadamente la duración para producir más y
para obligar a consumir más. Demorarse en algo, sin embargo, presupone cosas
que duran. No es posible demorarse en algo si nos limitamos a gastar y a consumir
las cosas. Y esa misma presión para producir desestabiliza la vida eliminando lo
duradero que hay en ella. De este modo destruye la durabilidad de la vida, por
mucho que la vida se prolongue.

El smartphone no es una cosa en la acepción que Hannah Arendt da al término.


Carece justamente de esa mismidad que da estabilidad a la vida. Y tampoco es
especialmente duradero. Se distingue de cosas tales como una mesa, que yo tengo
ante mí en su mismidad. Sus contenidos mediáticos, que acaparan continuamente
nuestra atención, son cualquier cosa menos idénticos a sí mismos. Su trepidante
alternancia no permite demorarse en ellos. El desasosiego inherente al aparato lo
convierte en un trasto. Además, nos hace adictos y nos obliga a echar mano de él,
mientras que de una cosa no deberíamos sentir que nos mete presión.

Son las formas rituales las que, como la cortesía, posibilitan no solo un bello
trato entre personas, sino también un pulcro y respetuoso manejo de las cosas. En
el marco ritual las cosas no se consumen ni se gastan, sino que se usan. Por eso
pueden llegar a hacerse antiguas. Por el contrario, bajo la presión para producir
nosotros nos comportamos con las cosas, es más, con el mundo, de manera que
terminamos consumiendo en lugar de usando. En contrapartida, ellas nos desgastan.
Un consumo sin escrúpulos hace que estemos rodeados de un desvanecimiento que
desestabiliza la vida.

Hoy consumimos no solo las cosas, sino también las emociones de las que ellas se
revisten. No se puede consumir indefinidamente las cosas, pero sí las emociones. Así
es como nos abren un nuevo e infinito campo de consumo. Revestir de emociones la
mercancía es un acto sometido a la presión para producir. Su función es incrementar
el consumo y la producción.

Las emociones son más efímeras que las cosas. Por eso no dan estabilidad a la
vida. Además, cuando se consumen emociones uno no está referido a las cosas,
sino a sí mismo. Se busca la autenticidad emocional. Así es como el consumo de la
emoción intensifica la referencia narcisista a sí mismo. A causa de ello cada vez se
pierde más la referencia al mundo, que las cosas tendrían que proporcionar.

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También los valores sirven hoy como objeto del consumo individual. Se convierten
en mercancías. Valores como la justicia, la humanidad o la sostenibilidad son
desguazados económicamente para aprovecharlos: «Salvar el mundo bebiendo té»,
dice el eslogan de una empresa de comercio justo. Cambiar el mundo consumiendo:
eso sería el final de la revolución. También los zapatos o la ropa deberían ser
veganos. A este paso pronto habrá smartphones veganos.

Byung-Chul Han, La desaparición de los rituales. Una topología del presente.


Trad. Alberto Ciria. Herder (2000) (fragmento adaptado).

36.- Según el penúltimo párrafo, las emociones se diferencian de las cosas en que las
emociones
A) aumentan el consumo y la producción.
B) diversifican la mercancía y su consumo.
C) son de corta duración, efímeras o pasajeras.
D) incrementan la individualidad y el narcisismo.

37.- A partir de la lectura del párrafo que comienza con las palabras “El smartphone
no es una cosa”, se infiere que el autor considera a los smartphones como un(a)
A) cosa que, como la instalación de un hogar, da estabilidad y durabilidad a la
vida humana.
B) aparato que se diferencia de otros objetos por su capacidad de presentar
contenidos mediáticos.
C) cosa que, como casi todas las que ocupan el espacio, es estable y está dotada
de durabilidad.
D) aparato que, en lugar de contribuir a la independencia de las personas, les
genera adicción.

38.- ¿Cuál es el tema del tercer párrafo?


A) La función de los rituales como acondicionadores del tiempo.
B) La importancia de los rituales en la transformación del mundo.
C) El papel de los rituales en la construcción de los espacios.
D) El significado del tiempo en la realización del individuo.

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39.- Según el fragmento leído, las cosas son
A) elementos construidos para ocupar el tiempo, hacerlo habitable.
B) objetos desprovistos de durabilidad, que agudizan el consumo.
C) elementos dependientes que desestabilizan la existencia humana.
D) objetos duraderos que proveen de estabilidad a la vida humana.

40.- Respecto a la idea de los rituales, ¿qué información es pertinente agregar al texto
para mejorar su comprensión?
A) Importancia y función de los rituales.
B) Explicación de la definición de ritual.
C) Influencia de los rituales en la vida humana.
D) Ejemplos de lo que se concibe como ritual.

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Texto 6

Las rarezas de pi, el número con más fanes del mundo

Catorce de marzo: 14/3. Si lo leemos en la nomenclatura inglesa, es 3/14. Al


decir “tres catorce”, rápidamente se dibuja en nuestra mente un número que nos
recuerda al salón de clases. Es muy posible, además, que al escucharlo sigamos
la retahíla: quince, noventa y dos, sesenta y cinco. . . hasta donde nos alcance la
memoria para recordar las cifras del singular número pi.

En 2009, el Congreso de los Estados Unidos declaró oficialmente que este día,
el 14 de marzo, sería el Día de π. Tuvo un enorme éxito desde sus inicios, y la
idea creció hasta que, en 2019, la UNESCO lo declaró el Día Internacional de las
Matemáticas. Desde entonces, cada año más y más gente se ha ido uniendo a la
celebración, con π como símbolo de los que amamos las matemáticas.

Pi no es realmente un número

Empecemos por aclarar algo: pi es la decimosexta letra del alfabeto griego (π)
y en matemáticas la usamos para representar algo mucho más interesante que un
número (que no digo yo que los números no lo sean). Así pues, la primera rareza
de pi es esa, que no es un número. Pero entonces, si no es un número, ¿qué es pi?

Pi representa la proporción que guarda la longitud de la circunferencia con su


diámetro. Una proporción que tiene la particularidad (aquí su segunda rareza)
de ser constante, esto es, de valer siempre lo mismo sin importar lo grande o lo
pequeña que sea la circunferencia.

En particular, en la geometría euclídea —la que debemos a Euclides (325-265


a. e. c.) y que nos asegura cosas como que por dos puntos pasa una única recta—
el valor constante de pi es tan especial (y ya van tres) como para ser irracional.

No es que haya perdido la razón, sino que, a pesar de ser el resultado de dividir
el perímetro entre el diámetro, no puede expresarse nunca como la división de dos
números enteros. Si el diámetro de una rueda es un valor “exacto”, sin decimales,
el espacio que recorrerá al dar una vuelta no lo será. Pero ¿cuánto será? Nos
acercamos a una cuestión clave, el valor de pi. . . pero déjenme que antes siga con
otra de sus rarezas, la cuarta ya.

Pi es trascendente. No es que sea tan importante como para que transcienda


(que también), sino que es trascendente, sin n. Esta propiedad matemática nos
asegura que pi no será nunca la solución de ningún polinomio con coeficientes

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enteros. ¿Polinomio? Seguro que lo recuerdan de sus estudios de matemáticas. Los
polinomios son las ecuaciones en las que la incógnita aparece elevada a uno o varios
números naturales (por ejemplo, x2 ` x ` 3 “ 0).

Pues bien, da igual los exponentes y los números que se pongan: no hay un
polinomio para el que la x valga pi. Cabe mencionar, además, que esta es una
propiedad que no cumplen muchos números, así que, a estas alturas, ya está
demostrado que pi es rarito, pero aún falta lo mejor. Ahora sí, vamos a hablar de
su valor.

El escurridizo valor de pi

Como decíamos al inicio, el valor constante de pi (en la geometría euclídea) es


de 3,141592. . . pero, precisamente por el hecho de que es irracional, sabemos que
tendrá infinitos decimales. Infinitos, como suena, sin fin. Además, en este caso no
solo es que sean infinitos, sino que no siguen ningún patrón. Parecen colocados al
azar, con todas las cifras del 0 al 9 teniendo la misma probabilidad de aparecer.
De hecho, pueden usarse sus valores como un generador de números aleatorios
y es posible buscar entre ellos cualquier sucesión de cifras, incluso el número de
identificación de una persona cualquiera, que seguro que se encuentra en alguna
parte. Sin embargo, lo más importante de esta propiedad de pi es que se ha
convertido en una fuente de inspiración para el trabajo de muchísima gente.

Desde los tiempos más remotos (hay indicios de que a pi ya lo conocían los
babilonios hace 4000 años) se han hecho esfuerzos por conseguir establecer su
valor con la mayor precisión posible. En particular, uno de los primeros en dar sus
frutos fue el de Arquímedes de Siracusa (287-212 a. e. c.), quien diseñó un método
con polígonos y círculos para acotar el valor de esta rara constante. Arquímedes
consiguió dar un intervalo de valores para pi, que tenía un error máximo del 0,040 %
sobre el valor real. . . vamos, cerquita, cerquita.

A la idea de Arquímedes le siguieron muchas otras y de muy diversa índole.


Algunas fueron, incluso, desde el punto de vista de la probabilidad y la estadística,
como fue el caso de Georges-Luis Leclerc (1707-1788), el Conde de Buffon, que halló
pi mientras trataba de determinar lo probable que era que, al lanzar una aguja
sobre un conjunto de líneas paralelas, esta caiga cruzada sobre una de las rectas.
(Leclerc concluyó que, si las líneas estaban separadas por la misma distancia que
la longitud de la aguja, dicha probabilidad era de 2 dividido por pi).

Sin embargo, con la llegada de la era de la computación apareció la quinta rareza


de pi: ser un número computable. En particular, Alan Turing, allá por 1936, definió
que un número es computable si existe un algoritmo que nos permite aproximar su
valor con una cantidad de cifras decimales predeterminadas.

Se han calculado 63 billones de decimales de pi

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Siguiendo esta premisa, en 1949 una máquina consiguió romper el récord establecido
hasta la fecha por el ser humano y calcular los 2037 primeros decimales de pi, dando
el pistoletazo de salida a una carrera que ha llegado hasta los 63 billones de cifras
con las que fue calculado en 2021 por un equipo de una universidad suiza.

Pero pi no es solo una entidad matemática curiosa que ha hecho sonar las cuerdas
del pensamiento humano desde la antigüedad. Pi es, como asegura Rhett Alain, un
número asombroso que aparece de manera natural allá donde menos lo esperamos:
en la estimación de nuestra posición por GPS, en el movimiento del péndulo de un
reloj de pared o hasta en el modo en que un asistente por voz es capaz de reconocer
que el usuario quiere, por ejemplo, que le cuente un chiste. Sobre todo, pi es la
excusa perfecta para que cada catorce de marzo celebremos las matemáticas y todo
lo que nos dan.

Anabel Forte Deltell, “Las rarezas de pi, el número con más fanes del mundo”.
The Conversation España (13 de marzo de 2022) (fragmento adaptado).

41.- ¿Qué finalidad tiene la inclusión de las fuentes utilizadas en el texto?


A) Conceder proyección al contenido.
B) Contribuir a la exposición del tema.
C) Aportar en la organización de los datos.
D) Demostrar la vigencia de las explicaciones.

42.- Según el texto, desde el 14 de marzo de 2019 celebramos oficialmente el Día


A) de π.
B) de Alan Turing.
C) Internacional de las Estadísticas.
D) Internacional de las Matemáticas.

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43.- En el primer párrafo de la sección “El escurridizo valor de pi”, se menciona un uso
que se da a los infinitos decimales de pi. ¿Cuál es ese uso?
A) Identificar a una persona.
B) Generar números aleatorios.
C) Inspirar el trabajo de mucha gente.
D) Comprender la geometría euclídea.

44.- ¿Cuál es el propósito comunicativo del texto leído?


A) Contribuir a la celebración del Día de π.
B) Demostrar que pi es más que un número.
C) Informar sobre las particularidades de pi.
D) Fomentar el interés por descubrir el valor de pi.

45.- ¿Qué opción presenta la idea principal del último párrafo de la sección “Pi no es
realmente un número”?
A) No hay un polinomio para el que la x valga pi.
B) Está demostrado que pi es un número muy raro.
C) Existen números que tienen propiedades poco frecuentes.
D) No importan los exponentes ni los números en los polinomios.

46.- ¿Cuál es el tema del segundo párrafo de la sección “El escurridizo valor de pi”?
A) Las dificultades de calcular pi.
B) El valor de pi según Arquímedes.
C) Las aproximaciones al valor de pi.
D) El error del método de Arquímedes.

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47.- En relación con el texto, el último párrafo cumple la función de
A) destacar la relevancia de pi en experiencias cotidianas.
B) señalar que pi ha sido estudiado por muchos pensadores.
C) recordar la fecha en que celebramos la importancia de pi.
D) reconocer que pi provoca curiosidad desde la antigüedad.

48.- A partir de la manera en que está redactado el texto, ¿qué tono utiliza la autora
para dirigirse a los lectores y las lectoras?
A) Dialógico
B) Metafórico
C) Anecdótico
D) Autobiográfico

49.- En el último párrafo de la sección “El escurridizo valor de pi”, el propósito de


mencionar a Alan Turing es
A) presentar usos cotidianos de pi.
B) destacar la relevancia de un tema.
C) otorgar credibilidad a una definición.
D) explicar los algoritmos matemáticos.

50.- ¿Cuántas rarezas de π menciona la autora?


A) Dos
B) Tres
C) Cinco
D) Nueve

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51.- ¿Cuál de los siguientes enunciados presenta la idea principal del primer párrafo de
la sección “Pi no es realmente un número”?
A) Pi no es un número.
B) Pi es la decimosexta letra del alfabeto griego.
C) Los números no son tan interesantes como pi.
D) Las letras son más interesantes que los números.

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Texto 7

El ruido es la nueva banda sonora de tu vida


No es un efecto secundario, es un estado general

La sobrecarga de información convierte lo que verdaderamente importa en un ruido


inquietante. Cuando hay demasiadas señales, se avecina el colapso. Se suele pensar
que el ruido tiene que ver con el correo basura, los molestos troles y la interminable
avalancha de comentarios y «me gusta». Pero hay demasiadas ocasiones en las que
los correos importantes también se quedan sin leer. En esta frenética era digital, la
clásica distinción de la ingeniería entre señal y ruido se está volviendo arbitraria.
Los límites son fluidos, del mismo modo que vivimos la supuesta vida real como
una interrupción de lo que nos llega a todas horas a través de las redes sociales.
Los padres, los colegas y los amigos son ahora señal y ruido a la vez. La interacción
entre la atracción y la distracción se convierte en un círculo vicioso.

«Según la teoría de la comunicación, el ruido distorsiona el mensaje y ofusca


su claridad», dice la teórica del ruido Martina Raponi. «Sin embargo, esa
interpretación del ruido confunde la idea fundamental de que el ruido es en
sí mismo portador de información, y que contribuye a crear la señal a la que
prestamos atención. Es decir, el ruido es una distracción necesaria en el proceso
de extraer información». Desde el punto de vista de los sentidos, Raponi indica
que no podemos evitar fijarnos en él, «por muy débil o muy fuerte que sea. Una
derivada es el gusano auditivo, la melodía pegadiza que se nos queda grabada en la
cabeza y que nos persigue sin cesar después de haberla oído. La valencia emocional y
afectiva del ruido o gusano auditivo es crucial para capturar la atención del oyente».

Hace una década, el estadounidense Howard Rheingold propuso utilizar la


«detección de basura» como una técnica para remediar el «fracaso del filtro»,
pero muy pocos comprendieron su importancia. El agotamiento y la indiferencia
convierten las señales de la pantalla en ruido blanco. A medida que se desplaza
la pantalla, los fragmentos de información empiezan a difuminarse. Entonces,
levantamos la vista y dejamos el teléfono a un lado.

En esta época, la cuestión de las redes sociales ya no es un tema central. Los


bulos o noticias falsas ya no son noticias: simplemente están ahí. El ruido es
el mensaje. Después de una década de estudios alternativos, de repente todos
tenemos claro el diagnóstico. Las multitudes entienden por fin cómo funciona el
capitalismo de las plataformas, pero no hacen nada al respecto. Como no va a haber
unas leyes antimonopolio que desmantelen los monopolios tecnológicos, la censura
política parece la opción más fácil. Con plataformas centralizadas, que cada uno
aprenda por su cuenta parece la única salida. Cada usuario tendrá que resolver

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por sí mismo la cuestión del ruido, como investiga la filósofa holandesa Miriam
Rasch en su último ensayo. Rasch señala una paradoja: las empresas tecnológicas
socavan nuestra autonomía, nuestra libertad de elección y nuestras posibilidades
de actuación individuales, al mismo tiempo que alaban esos valores.

Ya sabemos lo que ocurre cuando se pide a los gigantes de las plataformas que nos
proporcionen soluciones tecnológicas para los problemas de «adicción» que ellos
mismos han creado deliberadamente. El ruido tecnosocial está en nuestra cabeza,
en los dedos, controla los ojos y excita los nervios. Eliminar el ruido se considera
un asunto personal, una responsabilidad moral que recae en el individuo, en el
usuario, y que puede resolverse con meditación (pensemos en los largos retiros de
meditación que realiza el escritor israelí Yuval Noah Harari), con aplicaciones de
desintoxicación digital, apagando las notificaciones o instaurando días sin móvil.

La noción original de la cibernética, formulada por Norbert Wiener en los años


cuarenta del siglo pasado, afirma que se puede predecir mejor el futuro si se elimina
el ruido. En la ideología occidental «sin fricciones», eso se plasma en el ideal de la
optimización, el culto a la prolongación de la vida y a la compresión del tiempo
para dar cabida a todas las experiencias posibles. En este contexto, el Otro se
convierte en última instancia en ruido, un obstáculo que hay que eliminar después
de haberlo consumido.

Aparte de un grupo de artistas del sonido electrónico que está envejeciendo a toda
velocidad, ¿quién disfruta del ruido? Esta es una pregunta engañosa. El ruido está
en todas partes e incluso se utiliza como recurso. La distracción no es el enemigo.
Perder la concentración se considera, en general, como un alivio temporal, un gesto
de protección y una huida justificada. Las informaciones falsas siguen reclamando
nuestra atención, aunque solo sea durante una fracción de segundo. El ruido ya no
es un subgénero cultural que nos despierta los sentidos. Es un estado general. Un
ejemplo es el inversionista indio Vibhu Vats, para quien el ruido es la norma: «A
la naturaleza humana no le gusta el silencio. Eso está pensado para ascetas, santos
y ermitaños. El ruido es la sal de la vida. Si se elimina, la vida sería sana pero
aburrida. No despreciemos el ruido. Es mejor aceptarlo como un mal necesario y
regular su consumo».

Con Rasch llegamos a la conclusión de que asumir el ruido significa olvidar la


identidad y la autenticidad, ponerse máscaras inconsecuentes. Rompe con la dócil
mentalidad de «seguir» al rebaño de las redes, pero sigue viviendo a la altura de
los valores de tus ídolos. Esto es de lo que escribe Mieke Gerritzen en Help Your
Self. The Rise of Self-Design (Ayúdate: el ascenso del autodiseño). Gerritzen es
una diseñadora que está intentando hacerse un hueco personal en el océano de
influencias de las redes sociales. Pero hay que recordar que solo la acción colectiva
puede reclamar (y defender) la autonomía personal, concluye Rasch. Así que, al
estilo franco y directo de los holandeses, como Rasch y como yo, sigamos aceptando
lo inaceptable.

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Geert Lovink, “El ruido es la nueva banda sonora de tu vida”. Trad. María Luisa
Rodríguez Tapia. El País (26 de mayo de 2022)
(fragmento adaptado).

52.- ¿Cuál es el propósito comunicativo del texto leído?


A) Presentar nuevas formas de entender el ruido.
B) Cuestionar la responsabilidad de la tecnología.
C) Criticar concepciones tradicionales sobre el ruido.
D) Advertir sobre la distracción que causa la tecnología.

53.- ¿Cuál es la actitud del autor hacia el ruido?


A) Crítica
B) Admiración
C) Resignación
D) Escepticismo

54.- ¿Cuál es la idea principal del párrafo que empieza con las palabras “La noción
original de la cibernética”?
A) La optimización da cabida a todas las experiencias posibles.
B) En la ideología de Occidente el Otro se convierte en ruido.
C) Si el ruido se anula es posible predecir mejor el futuro.
D) El ruido es un obstáculo que es importante eliminar.

55.- ¿Qué función cumple el párrafo que empieza con las palabras “La noción original
de la cibernética”?
A) Presentar una idea para contrastarla con otras en el párrafo siguiente.
B) Plantear datos que cuestionan lo expuesto en el párrafo anterior.
C) Anticipar información que se incluye en el párrafo siguiente.
D) Ejemplificar un concepto planteado en el párrafo anterior.

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56.- A partir del párrafo que empieza con las palabras “Ya sabemos lo que ocurre”, ¿qué
se infiere acerca del “ruido tecnosocial”?
A) Es la molestia que se resuelve meditando.
B) Es el sonido que producen las notificaciones.
C) Es la distracción generada por las redes sociales.
D) Es el estado de intoxicación digital por uso excesivo.

57.- Cuando el autor afirma que un grupo de artistas “está envejeciendo a toda
velocidad”, quiere decir que esos artistas están
A) quedando obsoletos.
B) llegando a su jubilación.
C) perdiendo calidad musical.
D) padeciendo una enfermedad.

58.- ¿Cuál es el tema del párrafo que empieza con las palabras “Aparte de un grupo de
artistas”?
A) El ruido en nuestros tiempos.
B) El ruido como un recurso.
C) La creatividad del ruido.
D) La distracción del ruido.

59.- ¿De qué nacionalidad dice ser el autor del texto?


A) India
B) Israelí
C) Holandesa
D) Estadounidense

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60.- Según el texto, ¿quién formuló “la noción original de la cibernética”?
A) Vibhu Vats.
B) Miriam Rasch.
C) Norbert Wiener.
D) Howard Rheingold.

61.- Según la teórica Martina Raponi, ¿qué es el ruido?


A) Un estado general.
B) Un efecto secundario.
C) Una distorsión sonora.
D) Una distracción necesaria.

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Texto 8

La huella de carbono de nuestra vida digital

The Carbon Trust, una organización independiente, ha publicado recientemente


un informe en el que cuantificaba en 55 gramos de CO2 el impacto de una hora de
vídeo en streaming (por ejemplo, Netflix o YouTube).

Una noticia así puede provocar desconcierto: ¿es eso mucho?, ¿hay que sentirse mal
por ello? Al fin y al cabo, algunos lectores sabrán que un vehículo de combustión
emite unos 100 gramos de CO2 por cada kilómetro recorrido. En ese sentido, mi
conciencia puede estar tranquila por meterme un atracón de series, ¿no? Y, además,
¿qué tiene que ver el CO2 con Netflix?

Noticias de este tipo sería mejor tratarlas desde una perspectiva más general.
No es correcto focalizar el problema en un servicio en concreto. Y es que la
mayoría de los usuarios no son conscientes de la cantidad de energía que requiere
el funcionamiento de todos los servicios y aplicaciones digitales que forman ya una
parte indispensable de nuestro día a día.

La mayoría de estos servicios corren en el cloud (la nube). Esta es una entidad
abstracta y difusa para muchos, pero con un consumo energético bien real y
escalofriante.

El costo energético de recoger información de 1000 millones de km


en 220 países

No solo generamos huella de carbono cuando vemos vídeos en streaming. Pongamos


otro ejemplo. Cuando usamos Google Maps en nuestro teléfono para llegar a un
sitio determinado, para encontrar un restaurante o cualquier otro punto de interés,
en realidad estamos haciendo dos cosas. En primer lugar, orientarnos. Es evidente.
En segundo lugar, estamos compartiendo con Google nuestra ubicación.

Google Maps incorpora una aplicación denominada Traffic, que nos permite saber
en tiempo real el estado del tráfico de las carreteras y calles. Para obtener esta
información, Google recopila continuamente la ubicación de todos los dispositivos
que en ese instante tienen instalado Google Maps. De esta forma, puede conocer
a qué velocidad se están moviendo los usuarios que están transitando por una
determinada vía.

Tras eliminar datos erráticos o que aportan información dudosa, y tras calcular que
la velocidad de la mayoría de los usuarios en las proximidades de esa vía es muy

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baja, Google puede determinar que probablemente hay un atasco. ¿Inteligente, no?

Para cumplir solo esa función, Google está constantemente recogiendo información
de usuarios de todo el planeta, en cada calle, en cada carretera (según ellos mismos,
cubren 1000 millones de kilómetros en 220 países). Pero Google no solo informa
al usuario del estado del tráfico en tiempo real, sino que es capaz de predecir
con sorprendente exactitud a qué hora va a llegar a su destino. Para ello, no solo
utiliza la información disponible en el instante actual, sino que realiza estimaciones
mediante potentes algoritmos de inteligencia artificial que son capaces de adivinar
cómo estará cada vía en los próximos minutos. ¿Y cómo aprende una inteligencia
artificial? Básicamente, a partir de la información del pasado. Google lleva más de
10 años almacenando datos de todas las carreteras del mundo.

Las lucrativas macrogranjas de datos

Es difícil imaginar la ingente cantidad de datos que hay que transferir y almacenar
y la potencia de computación necesaria para realizar una acción como la que
acabamos de describir a escala global. Detrás de esta hercúlea tarea está el cloud,
una tecnología que nos podríamos imaginar como una enorme flota de vehículos de
alquiler, donde cada empresa de servicios (desde Spotify hasta Wallapop) alquila
los recursos que utiliza en cada momento.

Pero la nube no es una entidad etérea. La nube se traduce en el plano material en


los centros de datos, aquellas instalaciones que alojan los dispositivos de procesado,
almacenamiento y comunicación.

Existen multitud de centros de datos en diferentes lugares y de todas las escalas


imaginables. En los últimos años, han aparecido centros de datos de dimensiones
descomunales (los llamados hyperscale data centers). Estamos hablando de grandes
naves —o quizás algo más parecido a macrogranjas— con kilómetros de pasillos
que albergan decenas de miles de procesadores y unidades de almacenamiento.

Los centros de datos son la columna vertebral del mundo digitalizado moderno.
Más allá de las plataformas de ocio o del comercio electrónico, los servicios en la
nube se han vuelto esenciales para otros sectores industriales, como los sistemas de
fabricación distribuida, la logística, las finanzas y muchos otros.

No hay un único culpable. Es un problema a escala global: detrás de cada aplicación


en nuestro smartphone (o teléfono inteligente), de cada sitio web que visitamos y
de cada servicio que opera discretamente en la nube, existen centros de datos
encargados de procesar la colosal cantidad de información que se genera en nuestra
vida digital.

Para aquellos que trabajan con una computadora, es un buen ejercicio revisar
el historial del navegador en los últimos días: verán que han visitado cientos de

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sitios de Internet.

Para todos los demás, piensen por un momento en las aplicaciones que han utilizado
en las últimas horas (acceso al banco, comprobar el tiempo, pedir un Uber); piensen
también en las redes sociales (TikTok, Instagram, Facebook, Twitter), o en la simple
comunicación (WhatsApp, Telegram).

Toda nuestra actividad gira ya alrededor de los datos, infinidad de datos que
deben ser procesados y almacenados en la nube, es decir, por esos grandes centros
repletos de procesadores y dispositivos de almacenamiento. Esta frenética actividad
digital centrada en los datos no parece tener límite en un futuro próximo.

El 1 % del consumo mundial de electricidad

Los centros de datos son instalaciones que consumen una enorme cantidad
de energía. A nivel global, la energía necesaria para abastecer sus nodos
de computación e instalaciones se estimó en unos 205 TWh en 2018. Para
contextualizar, este valor supone aproximadamente el 1 % del consumo mundial
de electricidad (22.848 TWh en 2019, según la IEA), el equivalente a la demanda
total de un país de tamaño medio como España (249 TWh en 2019).

Hay que destacar que las empresas que dominan el mercado mundial de la
nube —entre ellas, Google, Amazon y Microsoft— afirman estar fuertemente
comprometidas con la reducción de su impacto. Hay quien puede dudar de la
sinceridad de estas afirmaciones, pero es innegable que los centros de datos
modernos son mucho más sostenibles que las generaciones anteriores, en parte
debido al uso de procesadores mucho más eficientes, pero también a la mejora en
los sistemas de refrigeración y otros avances.

Pero en este artículo nos gustaría también centrarnos en la otra parte de la


ecuación: en los usuarios.

No existe a corto plazo una solución para mitigar el impacto de las tecnologías
digitales. Lo que sí podemos plantear es hacer un uso responsable. Podemos empezar
por poner consciencia en nuestra relación con todas las aplicaciones digitales. ¿Están
a nuestro servicio? ¿O somos nosotros los que estamos a su servicio?

Estas aplicaciones están específicamente diseñadas para incrementar el tiempo


que pasamos en ellas, mientras recolectan nuestros datos con los que después hacen
su negocio.

Antes de dejar que Netflix reproduzca sin preguntarnos el siguiente capítulo de


la serie que estemos viendo, pensemos si realmente eso es lo que queremos hacer,
teniendo en cuenta el impacto en nuestras propias vidas y en el medio ambiente.

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Borja Martínez Huerta y otros, “La huella de carbono de nuestra vida digital”.
The Conversation España (22 de marzo de 2022) (fragmento adaptado).

62.- La postura de los autores con respecto al tema se puede considerar


A) crítica.
B) objetiva.
C) reflexiva.
D) científica.

63.- Según el texto, cuando usamos Google Maps para llegar a un sitio determinado, no
solo nos orientamos, sino que también
A) compartimos nuestra ubicación.
B) analizamos la ruta que tomamos.
C) optimizamos el tiempo de llegada.
D) decidimos qué medio de transporte usar.

64.- ¿Cuál de los siguientes enunciados presenta la idea principal del párrafo que empieza
con las palabras “Hay que destacar que las empresas que dominan”?
A) Los procesadores actuales tienen buenos sistemas de refrigeración.
B) Google, Amazon y Microsoft dominan el mercado mundial de la nube.
C) Los centros de datos modernos son mucho más sostenibles que antes.
D) Las compañías tecnológicas dicen que les preocupa el medio ambiente.

65.- ¿Cuál es el tema del párrafo que inicia con las palabras “Existen multitud de centros
de datos”?
A) La escala de los centros de datos
B) La ubicación de los centros de datos
C) La infraestructura tecnológica de los centros de datos
D) La capacidad de almacenamiento de los centros de datos

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