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La bibliografía sobre lógica y falacias lógicas es amplia y exhaustiva.

La novedad de este
trabajo reside en el uso de las ilustraciones para describir un pequeño conjunto de
errores comunes de razonamiento que están muy presentes en nuestro discurso actual.
Las ilustraciones están en parte inspiradas en alegorías como las de Orwell en Rebelión
en la granja, y en parte en el cómico sinsentido de obras como las historias y poemas de
Carroll. Pero a diferencia de las anteriores, el nexo de unión no es narrativo, sino que se
trata de escenas independientes, conectadas mediante su tema y su estilo, lo cual ofrece
una mayor flexibilidad y posibilidades de reutilización. Cada falacia se expone en una
sola página, por lo que el laconismo expresivo es intencional.
Leer sobre lo que no se debe hacer es una experiencia de aprendizaje muy útil. Stephen
King, en su libro Mientras escribo, dijo: “Uno aprende qué no hacer con más claridad
cuando lee mala prosa”. Y describió su experiencia leyendo una novela particularmente
mala como “el equivalente literario de la vacuna contra la viruela” [King]. Al matemático
George Pòlya se le atribuye la cita, en una conferencia sobre la suma, de que para
entender bien esta operación hay que desentenderla [Pòlya]. Este trabajo trata
principalmente sobre lo que no se debe hacer en argumentación 1.
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1
Para tener otra visión, recomiendo el libro de T. Edward Darmer sobre razonamiento
incorrecto.
Hace muchos años, dediqué parte de mi tiempo a escribir especificaciones de software
usando lógica de predicados de primer orden. Era una forma curiosa de razonamiento
sobre invariantes, usando matemáticas discretas en vez de la notación usual (inglés). Y
aportó precisión donde había ambigüedad potencial, y rigor donde había vaguedad y
palabras insustanciales.
En esa misma época, estudié minuciosamente algunos libros sobre lógica proposicional,
tanto modernos como medievales, uno de los cuales fue A Handbook of Logical
Fallacies, de Robert Gula. Esta obra me recordó una lista heurística que había
garabateado en un cuaderno una década antes sobre cómo argumentar; era el resultado
de años de discusiones con extraños en foros online y tenía cosas como trata de no hacer
afirmaciones generales sobre nada. Para mí, ahora es algo obvio, pero para un colegial
era un descubrimiento excitante.
Pronto encontré evidente que formalizar los razonamientos propios puede tener
beneficios útiles, tales como claridad de pensamiento y expresión, objetividad y mayor
confianza. La habilidad de analizar argumentos también ayuda a establecer una regla
para saber cuándo retirarse de discusiones que no llevan a ningún sitio.
Temas y acontecimientos que afectan a nuestras vidas y a nuestra sociedad, como los
derechos civiles o las elecciones presidenciales, normalmente hacen a la gente discutir
sobre creencias y política. Observando algunas de estas discusiones, se adquiere la
sensación de que muchas de ellas carecen de razonamientos de calidad. El objetivo
7
de algunos de los escritos sobre lógica es ayudar a conocer las herramientas y
paradigmas que permiten el buen razonamiento y por tanto conducen a debates más
constructivos.
Teniendo en cuenta que en la persuasión intervienen otros aspectos además de la lógica,
es útil conocerlos. La retórica probablemente encabeza la lista, y me vienen a la cabeza
preceptos como el principio de parsimonia, o la “carga de prueba” y dónde descansa
esta. El lector interesado encontrará valiosa la amplia bibliografía sobre el tema.
En resumen, las reglas de la lógica no son leyes del mundo natural ni constituyen todo el
razonamiento humano. Como Marvin Minsky afirma, el razonamiento del sentido
común ordinario es difícil de explicar en términos de principios lógicos, al igual que las
analogías, añadiendo: “La lógica explica cómo pensamos tanto como la gramática explica
cómo hablamos” [Minsky]. La lógica no genera verdades nuevas, pero permite verificar
la coherencia y consistencia de cadenas de pensamiento existentes. Precisamente por esa
razón, es una herramienta efectiva para el análisis y comunicación de ideas y
argumentos.
Falacias informales › Pistas falsas › Argumentación dirigida a las consecuencias

Argumentación dirigida a las consecuencias


La argumentación dirigida a las consecuencias se basa en hablar a favor o en contra de
una proposición apelando a las consecuencias de aceptarla o rechazarla. El hecho de que
una proposición conduzca a un resultado desfavorable no significa que sea falsa. Del
mismo modo, el solo hecho de que una proposición tenga consecuencias positivas no la
convierte automáticamente en verdadera. Como explica David Hackett Fisher, “no se
deduce que una cualidad ligada a un efecto sea transferible a su causa”.
En el caso de consecuencias positivas, un argumento puede apelar a las esperanzas de la
audiencia, y a veces adopta la forma de expresión de deseo. En el caso de consecuencias
negativas, los argumentos apelan al miedo. Por ejemplo, en esta cita de Dostoyevsky: “Si
Dios no existe, entonces todo está permitido”. Poniendo a un lado las discusiones sobre
la moralidad objetiva, la alusión a las consecuencias aparentemente sombrías de un
mundo puramente materialista no dicen nada sobre si el antecedente es verdadero o no.
Se debería tener en mente que estos argumentos solo son falaces cuando tratan sobre
proposiciones con valores de verdad objetivos, y no cuando tienen que ver con decisiones
o políticas [Curtis], como por ejemplo, el caso de un político que se opone a la subida de
impuestos por miedo a su impacto negativo sobre las vidas de los votantes.
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Falacias informales › Pistas falsas › Hombre de paja

Hombre de paja
La falacia del hombre de paja consiste en caricaturizar intencionadamente el argumento
del otro con la intención de atacar esta caricatura en vez del argumento real. Tergiversar,
citar de forma incorrecta, malinterpretar o simplificar en exceso son medios para poner
en práctica esta falacia. Así, se propone un argumento más absurdo que el real, más
sencillo de atacar, y como consecuencia, se lleva a nuestro oponente a defender dicho
argumento ridículo en vez del original, haciendo que pierda credibilidad.
Por ejemplo: Mi oponente está intentando convencerle de que descendemos de monos
que se columpiaban de los árboles, una afirmación verdaderamente ridícula. Esto
tergiversa claramente lo que afirma la biología evolucionista, que es la idea de que
humanos y simios compartimos un antepasado común hace varios millones de años.
Tergiversar la idea es mucho más sencillo que refutar las pruebas.
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Falacias informales › Pistas falsas › Falacia genética › Apelar a una autoridad irrelevante

Apelar a una autoridad irrelevante


Al apelar a una autoridad irrelevante hacemos una apelación al propio sentido de
modestia [Engel], es decir, a que otros son más sabios. La apabullante mayoría de las
cosas en las creemos, como en los átomos o en el Sistema Solar, descansan sobre una
autoridad fiable, al igual que todas las afirmaciones históricas, como señala C. S. Lewis.
Sin embargo, se puede apelar razonablemente a autoridades pertinentes, tal y como
hacen habitualmente científicos y académicos. Un argumento tan solo se convierte en
falaz cuando apela a una autoridad que no es experta en la materia. Una apelación sin
valor similar es aquella que se refiere a una autoridad vaga o a un colectivo difuminado.
Por ejemplo: Profesores alemanes mostraron que tales cosas eran ciertas.
Otro tipo de autoridad irrelevante es la sabiduría ancestral, donde se asume que algo es
cierto simplemente porque se ha creído así durante años. Por ejemplo: La astrología fue
practicada por civilizaciones tecnológicamente avanzadas como la Antigua China. Por
tanto, debe ser una ciencia verdadera. Se puede apelar al conocimiento tradicional para
sostener ideas que son idiosincráticas o que pueden cambiar con el tiempo. Por
ejemplo: La gente solía dormir nueve horas hace muchos siglos, por tanto, necesitamos
dormir lo mismo ahora. Hay todo tipo de factores que pueden haber hecho que la gente
durmiese más en el pasado, pero el hecho de que lo hicieran no ofrece pruebas para el
argumento.
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Falacias informales › Ambigüedad › Equívoco2

Equívoco
El equívoco explota la ambigüedad del lenguaje, cambiando el significado de una palabra
durante el desarrollo de un argumento y usando sus diferentes significados para sostener
una conclusión. Una palabra cuyo significado se mantiene es usada de forma unívoca.
Considerando el siguiente argumento: ¿Cómo puedes estar contra la fe cuando hacemos
actos de fe* todo el tiempo, por ejemplo, con amigos, futuras esposas e
inversores? Aquí, el significado de la palabra fe cambia de una creencia espiritual en el
Creador a la confianza en un proyecto arriesgado.
A menudo se invoca esta falacia en discusiones de ciencia y religión, donde la
palabra porqué puede ser usada de forma equívoca. En un contexto puede ser usada para
buscar la causa, como ocurre en ciencia, y en otros, el propósito, y tratar sobre temas
morales y lagunas de conocimiento para las que la ciencia puede no tener respuesta. Por
ejemplo, se puede argüir: La ciencia no puede decirnos por qué ocurren las cosas. ¿Por
qué existimos?, ¿por qué ser moral? Así, necesitamos alguna otra fuente que nos diga
por qué ocurren las cosas.
2
La ilustración se basa en una conversación entre Alicia y la Reina Blanca en A través del espejo, de Lewis Carrol.

*
En el original, se juega con los significados de faith, fe y confianza, por lo que en español sería más adecuado emplear la
expresión voto de confianza en lugar de de acto de fe. (N. del T.)
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Falacias informales › Hipótesis injustificada › Falso dilema3

Falso dilema
Un falso dilema es un argumento que presenta una pareja de posibles categorías, y
asume que todo lo que se discute debe pertenecer a una de ellas. Si una de esas
categorías se rechaza, entonces necesariamente se ha de aceptar la otra. Por ejemplo: En
la guerra contra el fanatismo no hay márgenes; estás con nosotros o con los fanáticos.
En realidad, hay una tercera opinión, que podría ser perfectamente neutral; una cuarta,
que podría estar en contra de ambas; e incluso una quinta, la cual podría empatizar con
elementos de ambas.
En The Strangest Man [Farmelo], se menciona que el físico Ernest Rutherford contó una
vez a su colega Niels Bohr una anécdota sobre un hombre que compró un loro en una
tienda y lo devolvió porque no hablaba. Después de varias visitas, el vendedor finalmente
le dijo: “¡Oh, de acuerdo! Usted quería un loro que hablase. Por favor, discúlpeme. Le di
el loro que pensaba”. Rutherford estaba claramente usando dicha historia para ilustrar el
genio del silencioso físico Paul Dirac, protagonista del libro, aunque se puede imaginar
que alguien podría usar este razonamiento para sugerir que una persona es ambas cosas:
silencioso y pensador, o hablador e imbécil.
3
Esta falacia se puede llamar también la falacia del medio excluido, del blanco y negro o de la falsa
dicotomía.
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Falacias informales › Falacia causal › Causa cuestionable

Causa cuestionable
Esta falacia asume la causa de un acontecimiento sin que haya realmente pruebas de que
esta exista. Dos acontecimientos pueden ocurrir bien de forma consecutiva, o bien
juntos, porque son correlativos, por accidente, o por otro factor desconocido, y no se
puede concluir que estén causalmente conectados sin una prueba. El reciente terremoto
fue debido a la desobediencia contra el rey no es un buen argumento.
Esta falacia tiene dos tipos específicos: “después de esto, por tanto, por causa de esto” y
“con esto, por tanto, por causa de esto”. En el primer caso, se dice que un acontecimiento
causa otro porque lo precede, y en el segundo, porque los dos acontecimientos suceden a
la vez, se dice que uno causa el otro. En varias disciplinas, se define como confundir
correlación con causa4.
Aquí hay un par de ejemplos, el primero, tomado del cómico Stewart Lee: No puedo
decir que, porque yo dibujé un robot en 1976, se estrenó Star Wars, y por tanto ellos
copiaron la idea de mí. Y este otro que vi hace poco en un foro online: Hackearon la
web de la compañía de trenes, y cuando miré el horario de llegadas, ¿sabes qué? ¡Iban
todos con retraso! Lo que no tuvo en cuenta quien escribió esto es que los trenes
raramente llegan a tiempo, por eso, sin ningún tipo de control científico, la inferencia es
infundada.
4
Resulta que comer chocolate y ganar el Nobel han mostrado estar altamente relacionados, y quizás esto eleve
las esperanzas de muchos comedores de chocolate.
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Falacias informales › Pistas falsas › Apelar a las emociones> › Apelar al miedo

Apelar al miedo
Esta falacia juega con los miedos de la audiencia imaginando un futuro temible al que se
llegaría si una determinada proposición fuera aceptada. En vez de ofrecer pruebas que
muestren que una conclusión sigue a un conjunto de premisas, las cuales supondrían
una causa legítima para dicho temor, tales argumentos descansan en la retórica, en
amenazas o mentiras descaradas. Por ejemplo: Pido a todos los empleados que voten
por mi candidato en las próximas elecciones. Si el otro candidato gana, subirá los
impuestos y muchos de vosotros perderéis vuestros trabajos.
Aquí hay otro ejemplo tomado de la novela The Trial: Deberías darme todos vuestros
objetos de valor antes de que llegue la policía. Las pondrán en el almacén y allí tienden
a perderse. Aquí, el argumento es una amenaza más probable aunque algo más sutil,
pero hay un intento de razonamiento. Amenazas obvias y órdenes que no tratan de
ofrecer pruebas no deberían confundirse con este tipo de falacias, incluso si explotan el
propio sentido del miedo [Engel].
La apelación al miedo puede proceder a describir un conjunto de acontecimientos
terroríficos que ocurren como resultado de aceptar una proposición sin que en realidad
existan lazos causales, creando lo que se conoce como efecto dominó o bola de nieve.
Igualmente, puede ofrecer alguna alternativa, en cuyo caso nos encontraríamos con un
falso dilema.
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Falacias informales › Analogías débiles › Ejemplos no representativos › Generalizaciones
precipitadas

Generalizaciones precipitadas
Esta falacia se debe a la generalización a partir de un ejemplo demasiado pequeño o
específico para ser representativo. Por ejemplo, preguntar a diez personas de la calle qué
piensan del plan presidencial para reducir el déficit no puede decirse que sea
representativo del sentimiento de la nación entera.
Aunque convenientes, este tipo de generalizaciones puede conducir a resultados costosos
y catastróficos. Por ejemplo, se podría argumentar que los supuestos de ingeniería que
condujeron a la explosión del Arianne 5 durante su primer lanzamiento fueron el
resultado de una generalización precipitada: el conjunto de casos de pruebas (o test
cases) que fueron usados en el controlador del Arianne 4 no fueron suficientes para
cubrir el conjunto de casos de uso en el controlador del Arianne 5. Refrendar tales
decisiones normalmente recae sobre la habilidad de ingenieros y directivos para
argumentar, y de aquí la relevancia de este y otros ejemplos similares para nuestra
discusión sobre falacias lógicas.
El ejemplo siguiente está tomado de Alicia en el País de las Maravillas, donde Alicia
infiere que si ella está flotando en una masa de agua, cerca debería haber una estación de
tren y, por consiguiente, alguien que la ayude: “Alicia había ido a la playa una vez en su
vida, y había llegado a la conclusión general de que, vayas donde vayas en la costa
inglesa encontrarás un buen numero de casetas de playa, algunos niños cavando en la
arena con palas de madera, una fila de hostales, y detrás, una estación de tren” [Carroll].
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Falacias informales › Falacia de los datos desaparecidos › Apelar a la ignorancia5

Apelar a la ignorancia
Considerar que una proposición es verdadera simplemente porque no hay pruebas que
demuestren que no lo es. Así, la ausencia de evidencias se convierte en evidencia de
ausencia. Un ejemplo de Carl Sagan: “No hay pruebas convincentes de que los ovnis no
estén visitando la Tierra; por tanto, existen”. Igualmente, como no sabemos cómo se
construyeron las pirámides, muchos concluyen que, a menos que se pruebe lo contrario,
deben haber sido construidas por un poder sobrenatural. La carga de la prueba, la
responsabilidad de demostrar la veracidad, recae sobre la persona que hace la
aseveración.
En realidad, siempre deberíamos preguntarnos qué es más probable y basarnos en la
evidencia de observaciones pasadas. ¿Es más probable que un objeto que vuela por el
espacio sea un artefacto fabricado por humanos o un fenómeno natural, o bien que sean
alienígenas de otro planeta? Partiendo de que lo primero lo hemos observado
frecuentemente, y lo segundo nunca, es más razonable concluir que es poco probable que
los ovnis sean visitantes del espacio exterior.
Una forma específica es el argumento de la incredulidad personal, donde la incapacidad
de una persona para imaginar algo conduce a la creencia de que el argumento es falso.
Por ejemplo: Es imposible imaginar que realmente mandáramos un hombre a la Luna,
por eso, nunca ocurrió. Respuestas que a menudo merecen réplicas ingeniosas como
“por eso tú no eres físico”.
5
La ilustración está inspirada por la respuesta de Neil de Grasse Tyson a una pregunta de un espectador sobre los
ovnis: youtu.be/NSJElZwEI8o.
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Falacias informales › Ambigüedad › Equivocación › Redefinición › Ningún escocés verdadero

Ningún escocés verdadero


A veces, una afirmación general puede tratar sobre una categoría de cosas. Cuando la
enfrentamos al desafío de las pruebas, en vez de aceptarla o rechazarla, se puede
contrargumentar mediante una redefinición arbitraria de los criterios para encajar en
dicha categoría6.
Por ejemplo, se puede exponer que los programadores son personas sin habilidades
sociales. Si alguien sale y rechaza esa afirmación diciendo: “Pero John es un
programador, y él no es socialmente torpe en absoluto” puede provocar la respuesta:
“Sí, pero John no es un verdadero programador”. Aquí, ni están claros cuáles son los
atributos de un programador, ni la categoría de programadores está claramente definida,
como por ejemplo, digamos, la categoría de gente de ojos azules. La ambigüedad permite
a una mentalidad testaruda redefinir las cosas a su voluntad.
Esta falacia fue acuñada por Antony Flew en su libro Thinking about Thinking, donde da
el siguiente ejemplo: Hamish está leyendo el periódico y se encuentra una historia sobre
un inglés que ha cometido un crimen atroz, a lo que reacciona pensando: “Ningún
escocés haría eso”. Al día siguiente, encuentra una historia sobre un escocés que ha
cometido un crimen aún peor; en vez de cambiar su afirmación sobre los escoceses,
reacciona diciendo: “Ningún verdadero escocés haría eso”.
6
Cuando un oponente malicioso redefine una categoría, sabiendo bien que haciéndolo
está tergiversando, su ataque remite a la falacia del hombre de paja.
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Falacia informal › Pistas falsas › Falacia genética

Falacia genética
Los orígenes de un argumento o de la persona que lo expone no tienen ningún efecto
sobre su validez. Una falacia genética se comete cuando un argumento es defendido o
devaluado exclusivamente por su historia. Como señala T. Edward Damer, cuando uno
está emocionalmente ligado a los orígenes de una idea, no suele ser fácil separarse de
estos para evaluarla.
Consideremos el siguiente argumento: Por supuesto que apoya a los trabajadores en
huelga; después de todo, él es del mismo pueblo. Aquí, en vez de evaluar un argumento
basándose en sus méritos, se desestima porque la persona procede del mismo sitio que
los huelguistas. Por tanto, esta información se usa para inferir que sus argumentos no
tienen valor. Otro ejemplo: Como hombres y mujeres vivimos en el siglo XXI, no
podemos continuar abrazando esas creencias de la Edad de Bronce. ¿Por qué no?, se
podría preguntar. ¿Tenemos que desestimar todas las creencias originadas en la Edad de
Bronce simplemente porque nacieron en ese periodo?
Por el contrario, se puede invocar la falacia genética en un sentido positivo, diciendo por
ejemplo: La visión del arte de Jack no puede ser contestada; proviene de una larga
estirpe de reputados artistas. Aquí, como en los ejemplos previos, falta una prueba
sólida que sostenga la inferencia.
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Falacia informal › Pistas falsas › Culpabilidad por asociación

Culpabilidad por asociación


La culpabilidad por asociación es una forma de desacreditar un argumento resaltando
una idea compartida por una persona o un grupo demonizado de alguna manera. Por
ejemplo: Mi oponente está pidiendo un sistema de salud que remite a los países
socialistas. Eso sería claramente inaceptable. Si el sistema de salud propuesto sigue la
línea o no de los países socialistas no tiene nada que ver con si es bueno o no. Es, por
tanto, un completo non sequitur.
Otro tipo de argumento, que ha sido repetido ad nauseam en algunas sociedades, es
este: No podemos dejar a las mujeres conducir porque en los países infieles dejan a sus
mujeres conducir. Esencialmente, lo que este ejemplo y el anterior tratan de argumentar
es que algunos grupos de personas son absoluta y categóricamente malos. Por tanto,
compartir un solo atributo con dichos grupos nos convertiría en uno de sus miembros, y
nos transmitiría todo lo malo con lo que los asociamos.
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Falacia formal › Falacia proposicional › Afirmar la consecuencia

Afirmar la consecuencia
Una de las muchas formas válidas de argumentación es conocida como modus
ponens (el modo de afirmar mediante afirmación) y toma la siguiente forma: Si A
entonces C, A; por tanto C. Más formalmente:
A ⇒ C, A ⊢ C.
Aquí nos encontramos tres proposiciones: dos premisas y una conclusión. A es llamada
antecedente y C consecuente. Por ejemplo: Si el agua está hirviendo al nivel del mar,
entonces su temperatura es al menos de 100 °C. Este vaso de agua está hirviendo al
nivel del mar; por lo tanto, su temperatura es al menos de 100 °C. Tal argumento es
válido además de sólido.
Afirmar la consecuencia es una falacia formal que toma la siguiente forma:
Si A entonces C, C; por tanto A.
El error nace de asumir que si la consecuencia es verdad, entonces el antecedente debe
ser verdad, lo cual no tiene por qué ser necesariamente el caso. Por ejemplo: La gente
que va a la universidad tiene más éxito en la vida. John tiene éxito; por tanto, debe
haber ido a la universidad. El éxito de John puede deberse a su educación académica,
pero podría ser también el resultado de su crianza o de su entusiasmo para superar
dificultades. Más generalmente, no se puede decir que, porque la educación académica
implique éxito, si uno tiene éxito es porque ha recibido dicha educación.
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Falacia informal › Pistas falsas › Falacia genética › Ad hominem › Recurso a la hipocresía

Recurso a la hipocresía
Conocida también por su nombre latino, tu quoque (tú también), implica contrarrestar
una acusación con otra para desviar la atención del argumento original. Por ejemplo,
John dice: “Este hombre está equivocado porque no tiene integridad; solo pregúntale
por qué fue despedido de su último trabajo”, a lo que Jack replica: “¿Y qué pasa con lo
que hablamos de la prima que te llevaste el año pasado a pesar de que se despidió a la
mitad de tu compañía?”. Este recurso se utiliza cuando una persona ataca a otra porque
lo que está argumentando choca con sus acciones pasadas [Engel].

En el programa británico de actualidad Have I Got News For You, un tertuliano criticó una protesta en
Londres aludiendo a la aparente hipocresía de los manifestantes, señalando que mientras aparentan
estar contra el capitalismo, continúan usando smartphones y tomando café en las grandes cadenas. Su
intervención se puede ver aquí: youtu.be/8WvAkhW-XNI.

En la película de Jason Reitman Gracias por fumar (Fox Searchlight Pictures, 2005), un
diálogo cargado de tu quoque termina con estas palabras del representante del lobby del
tabaco, el embaucador Nick Taylor: “Simplemente me divierte la idea de que este
caballero de Vermont me llame hipócrita cuando, en su día, él mismo dio una rueda de
prensa en la que pidió que los campos de tabaco de América fueran arrasados y
quemados, se montó en su jet privado y voló a Farm Aid**, donde se montó en un
tractor sobre el escenario y se lamentó amargamente de la caída del agricultor
americano”.
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Falacia informal › La causa por la causa › Efecto dominó

Efecto dominó
El efecto dominó7 desacredita un argumento apuntando a que su aceptación conduce
inevitablemente a una concatenación de efectos indeseables. Aunque puede darse el caso
de que esta secuencia suceda, la transición de un efecto a otro ocurrirá con alguna
probabilidad, y no de forma absolutamente inevitable, como se asume en el argumento
sin que se ofrezca ninguna prueba para sostener tal cosa. La falacia juega con el miedo de
la audiencia, y está relacionada con varias otras falacias, tales como la apelación al
miedo, el falso dilema y la argumentación dirigida a las consecuencias.
Por ejemplo: No deberíamos permitir el acceso incontrolado a Internet. Lo próximo que
sabrás es que la gente frecuenta webs pornográficas, pronto nuestra moral se
desintegrará y nos convertiremos en auténticos animales. Está claro que no se aporta
ninguna prueba, sino tan solo conjeturas infundadas y ciertas presuposiciones sobre la
conducta que implican que el acceso a internet supone la desintegración de la moral
social.
7
La falacia de efecto dominó descrita aquí es de tipo causal.
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Falacia informal › Pistas falsas › Seguir al rebaño

Seguir al rebaño
También conocido como argumento ad populum o sofisma populista, esta falacia se basa
en el hecho de que un número considerable de gente, o incluso la mayoría, cree en algo, y
se emplea esta creencia como una prueba de verdad. Muchas veces, este tipo de
argumentos han impedido la aceptación generalizada de ideas pioneras. Galileo, por
ejemplo, tuvo que enfrentarse a la ridiculización por parte de sus compañeros por seguir
el modelo copernicano.
Más recientemente, Barry Marshall tuvo que tomar la extrema determinación de
inocularse a sí mismo con la bacteria H. Pilory para demostrar que era la causante de la
úlcera péptica, una teoría que inicialmente fue ampliamente desestimada.
Atraer a la gente mediante la popularidad de un argumento es un recurso muy usado en
política y en publicidad. Por ejemplo: Todos los chicos de moda usan esta gomina; sé
uno de ellos. Aunque convertirse en un “chico de moda” es una oferta seductora, nada
sostiene que haya que comprar el producto anunciado. Los políticos suelen usar una
retórica similar para añadir impulso a sus campañas e influir sobre sus votantes.
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Falacia informal › Pistas falsas › Falacia genética › Ad hominem8

Ad hominem
Un argumento ad hominem es aquel que ataca las características personales en vez de lo
que dice el individuo, con la intención de distraer la discusión y desacreditar su
argumento. Por ejemplo: Tú no eres un historiador, ¿por qué no te quedas en tu propio
campo? Aquí, el hecho de que la persona sea o no un historiador no tiene ningún
impacto sobre el mérito de su argumento, y no refuerza de ningún modo la posición de
su atacante.
Este tipo de ataque personal se define como un ad hominem ofensivo. Un segundo tipo,
llamado circunstancial, es cualquier argumento que ataca al oponente por razones
cínicas, juzgando sus intenciones. Por ejemplo: En realidad, no te importa reducir el
crimen en tu ciudad, lo único que quieres es que la gente vote por ti. Sin embargo, hay
ocasiones en las que es legítimo sacar a relucir el carácter de una persona y su
integridad, como por ejemplo, durante una declaración judicial.
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La ilustración está basada en una discusión sobre Usenet hace años, en la que
participaba un programador muy testarudo y demasiado entusiasta
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Falacia informal › Falacia de la petición de principio › Razonamiento circular

Razonamiento circular
El razonamiento circular es uno de los cuatro tipos conocidos como petición de principio
[Damer], donde se asume la conclusión, explícita o implícitamente, en una o más
premisas. En el razonamiento circular, la conclusión es usada como premisa de forma
evidente, o más a menudo, reformulada para parecer una proposición diferente cuando
realmente es la misma. Por ejemplo: Estás completamente equivocado, lo que dices no
tiene ningún sentido. Estas dos proposiciones realmente son la misma, porque estar
equivocado y no tener sentido, en este contexto, es lo mismo. El argumento es
simplemente afirmar: “Por causa de x, entonces x”, lo cual no tiene sentido.
A veces, un argumento circular descansa en premisas que no se dicen, lo cual puede
hacer más difícil que sea detectado. Aquí hay un ejemplo de la serie de TV
australiana Please Like Me, donde uno de los personajes condena a otro, ateo, al
infierno, a lo cual este responde: “Eso no tiene sentido. Es como si un hippy te
amenazase con pegarle a tu aura”. En este ejemplo, la premisa silenciada es la
existencia de un Dios que envía a un subgrupo de gente al infierno. Por tanto, la
premisa Existe un Dios que envía a los ateos al infierno se usa para sostener la
conclusión Existe un Dios que envía a los ateos al infierno.
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Falacia informal › Hipótesis injustificada > Composición y división

Composición y división
Composición es inferir que un todo debe tener una determinada particularidad porque
una de sus partes la posee. Que cada oveja de un rebaño tenga una madre no implica que
el propio rebaño tenga una madre, para parafrasear a Peter Millican. Otro ejemplo: Cada
módulo de este sistema de software ha estado sujeto a un conjunto de tests y los ha
pasado todos. Por tanto, cuando el software se ensamble, el sistema no violará ninguna
de las invariantes verificadas por dichos tests. La realidad es que la integración de
partes individuales introduce nuevas complejidades en el sistema que se deben a
determinadas dependencias que pueden introducir nuevas vías de fallo potencial.
Por el contrario, la división infiere que una parte debe tener algún atributo porque el
todo al que pertenece lo tiene. Por ejemplo: Nuestro equipo es imbatible. Cualquiera de
nuestros jugadores sería capaz de enfrentarse a un jugador de otro equipo y eclipsarlo.
Mientras puede ser verdad que el equipo sea imbatible, no se puede usar esta evidencia
para inferir que cada uno de sus jugadores sea imbatible. El éxito de un equipo no es,
claramente, la suma de las habilidades individuales de sus jugadores.
CONSIDERACIONES FINALES

Hace muchos años escuché a un profesor introducir los argumentos deductivos usando
una metáfora maravillosa, describiéndolos como tuberías herméticas donde la verdad
entra por un extremo y sale por el otro. Y esta fue la inspiración para la portada del libro.
Llegando al final, espero que el lector tenga una mejor apreciación de los argumentos
herméticos, sin lagunas, en la validación y expansión del conocimiento, sino también de
la complejidad de los argumentos inductivos, donde la probabilidad entra en juego. Con
estos argumentos en concreto, el pensamiento crítico se convierte en una herramienta
indispensable. Espero que el lector se marche también con la conciencia de los peligros
que ofrecen los argumentos endebles, y de lo presentes que estos están en nuestras vidas.
DEFINICIONES

Proposición: Afirmación que puede ser verdadera o falsa, pero no las dos cosas a la vez. Por ejemplo, Boston es
la ciudad más grande de Massachusetts.

Premisa: Proposición que proporciona el apoyo para la conclusión de un argumento. Un argumento debe tener
una o más premisas.

Argumento: Conjunto de proposiciones dirigido a persuadir a través del razonamiento. En la estructura del
argumento, un subconjunto de proposiciones, llamadas premisas, proporcionan el soporte necesario para otra
proposición llamada conclusión.

Argumento deductivo: Argumento en el cual, si las premisas son verdad, la conclusión debe ser verdad. Se
dice que la conclusión deriva por necesidad lógica de las premisas. Por ejemplo: Todos los hombres son
mortales. Sócrates es un hombre. Por tanto, Sócrates es mortal. Un argumento deductivo se plantea como
válido, pero evidentemente, puede no serlo.

Argumento inductivo: En un argumento en el que las premisas son verdad, es probable que la conclusión sea
también verdad9. La conclusión no deriva por tanto de las premisas por necesidad lógica, sino más bien por
probabilidad.

9
En la ciencia, se suele proceder de los datos a las leyes, y de estas a las teorías, así que la inducción es el
fundamento de muchas ciencias. La inducción normalmente presupone la necesidad de experimentar para
probar una proposición o un ejemplo, bien porque sería imposible, o bien porque no sería práctico hacerlo de
otra manera.

Por ejemplo: Cada vez que medimos la velocidad de la luz en el vacío, esta es de 3 x 108 m/s. Por tanto,
la velocidad de la luz en el vacío es una constate universal. Los argumentos deductivos proceden
generalmente de lo específico a lo general.

Falacia lógica: Error de razonamiento que lleva a un argumento inválido. Dichos errores tienen que
ver estrictamente con el razonamiento usado en la transición de una proposición a la siguiente, y no con
los hechos. Para explicarlo de otra manera, un argumento inválido en la expresión de una cuestión no
implica necesariamente que la cuestión no sea razonable. Las falacias lógicas son violaciones de uno o
más de los principios que construyen un buen argumento, como una buena estructura, consistencia,
claridad, orden, relevancia o integridad.
Falacia formal: Una falacia cuya forma no se adecua a la gramática y las reglas de la inferencia y el
cálculo formal. La validez del argumento puede ser determinada mediante el análisis de su estructura
abstracta, sin necesidad de evaluar su contenido.

Falacia informal: Una falacia lógica que se debe a su contenido y su contexto más que a su forma. Si
el error de razonamiento es invocado comúnmente, el argumento se considera una falacia informal.

Validez: Un argumento deductivo es válido si su conclusión se deriva lógicamente de sus premisas. En


caso contrario, se dice que es inválido. Los descriptores válido e inválido se aplican exclusivamente a
los argumentos y no a las proposiciones.

Solidez: Un argumento deductivo es sólido si es válido y sus premisas son verdaderas. Si una de estas
condiciones no se cumple, el argumento no es sólido. La verdad se determina atendiendo a la
concordancia entre las premisas y conclusiones y los hechos del mundo real.

Fuerza: Un argumento inductivo es fuerte en el caso de que sus premisas sean verdad, por lo que es
altamente probable que su conclusión sea también verdadera. En el caso contrario, cuando es
improbable que la conclusión sea verdadera, se dice que es débil. Los argumentos inductivos no son
nunca garantes de la verdad, pues nunca se da el caso de que una conclusión verdadera tenga que
derivar necesariamente de las premisas aunque estas lo sean.

Contundencia: Un argumento inductivo es contundente si es fuerte y las premisas son realmente


verdaderas. De otro modo, se dice que no es contundente o que es dudoso.

Falsabilidad: Atributo de una proposición o argumento que puede ser refutado o reprobado a través
de la observación o la experimentación. Por ejemplo, la proposición Todas las hojas son verdes puede
ser refutada señalando a una hoja en concreto que no es verde. La falsabilidad es un signo de la fuerza
de un argumento más que de su debilidad.

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