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Guardaespaldas enamorados

DOMANDO CUATRO PERROS NEGROS

Carol Lynne

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Dedicatoria
Para Susie. Eres siempre un rayo de sol en un
día gris.

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Capítulo Uno

Addy Gabriel-Constentine ensartaba un bocado


de carne con el tenedor y veía a su alrededor.
Los cuatro hombres a los que les habían dado la
tarea de custodiarla se veían con el ceño fruncido
por encima de la mesa unos a los otros.

La tensión sexual entre los cuatro era tan densa


que se podía cortar con el cuchillo. Ella sabía lo
que había sucedido la última vez que habían
trabajado juntos, pero los hombres necesitaban
superar su fracaso en la protección de María
Valdez.

De la información que había sido dada a Addy


por Mac, el jefe de la agencia de protección los
tres socios, la muerte de María no se podría

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haber evitado. Sin embargo, el equipo conocido
como los Cuatro Perros Negro siguen echando
la culpa de la muerte de su cliente a la relación
sexual que habían mantenido unos con otros.

La vida en la mansión Constentine se había


vuelto casi insoportable. “Hablé con Joe Dunn
hace un momento.”

Jack Drake, el rubio, pulcro, todo-Americano del


grupo, levantó la vista de su plato. “¿Alguna
novedad?”

“Los federales hicieron una búsqueda intensiva a


la celda en la cárcel de Lenny, y encontraron un
teléfono celular oculto.” Ella casi se rio cuando
los cuatro hombres dejaron de masticar y la

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vieron. Bueno, eso es una manera de llamar su atención.

“¿Consiguieron algo del teléfono?”

Addy seguía comiendo tranquilamente su cena.


Dejar que los hombres supieran que la
conversación con Joe la había sacudido, no era
una opción. Tan preocupados como los cuatro ya
estaban, ella sabía que si ellos pensaban que
estaba preocupada, a ella ni siquiera se le
permitiría ir al baño sola.

“Joe, dijo que están trabajando en ello, pero


hasta ahora parece que Lenny sólo llamaba a
teléfonos de prepago.”

Lobo empujó su silla hacia atrás y se dirigió hacia

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la ventana, su cabello largo y castaño oscuro
rebotaba con cada paso que daba. Destrabó la
pequeña radio de su cinturón. “¿Dean?”

“Sí,” sonaba una voz por la radio.

“¿Algo inusual?”

“No. ¿Por qué?”

“Lenny Rafalo ha estado en contacto con alguien


en el exterior. Mantén los ojos bien abiertos.”

“Lo haré.”

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Lobo siguió viendo por la ventana.

“Siéntate y termina tu cena,” le dijo Addy.

“No tengo hambre,” murmuró Lobo.

Addy dirigió la mirada a Jack. Parecía ser el


único del grupo que podía calmar a Lobo.

Jack giro los ojos y se levantó. Empujó su silla y


se dirigió hacia el ex-mercenario de un metro
noventa y dos centímetros. “Oye” dijo, poniendo
una mano sobre el hombro de Lobo. “¿Por qué
no vienes conmigo al puesto de mando?”

Lobo se alejó de la ventana. “¿Crees que

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tenemos que ir por la seguridad?”

“Sí.”

Addy sonrió a la pareja mientras salían de la


habitación. Vio a Renaldo y a Carlo. Los dos eran
casi un reflejo del otro con el pelo muy corto
negro y grandes ojos marrones. Si no lo
conociera, Addy juraría que eran hermanos.
“Bueno, ¿no tienes que ir por la seguridad,
también?”

Carlo puso su vaso en la mesa y sacudió la


cabeza. “Dos de nosotros contigo en todo
momento, ¿recuerdas? Jack nos informara si hay
cambio de planes.”

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El comentario trajo a colación una pregunta
interesante. “Me he dado cuenta de que todos
parecen dirigirse a Jack. ¿Es el líder del equipo?”

Renaldo se encogió de hombros y vio a Carlo.


“No oficialmente.”

Addy podría decir que Renaldo quería decir más,


pero estaba preocupado. “Sé que los cuatro han
sido amantes.”

“¿Mac te dijo eso?” Renaldo se movió incómodo


en su silla.

“Sí. Él sentía que tenía derecho a saber sobre lo


que sucedió la última vez que todos trabajaron
juntos.” Ella extendió la mano y cubrió la de

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Renaldo. “Mac me dijo que no podrían haber
salvado a María.”

“Sí, bueno Mac no lo sabe todo,” murmuro Carlo.

Addy suspiró. Se dio cuenta por sus expresiones


cerradas que no obtendría nada más de ellos, al
menos no todavía. Ella se limpió la boca con la
servilleta y la dejó sobre la mesa junto a su plato.
“Si los dos me disculpan, tengo que llamar a Joe,
quiero decir al Agente Dunn, de nuevo.”

Cuando se puso de pie, los hombres se pusieron


de pie.

“Voy a estar bien. Lo prometo.”

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Renaldo sacudió la cabeza. “Nosotros
entendemos tu necesidad de privacidad, Addy,
pero necesitamos por lo menos estar alrededor
tuyo.”

“Voy a estar en la oficina. Como las ventanas


tienen rejas en ellas, creo que voy a estar
bastante segura si se sientan frente a la puerta
del pasillo.” Addy no esperó una respuesta. Ella
salió del comedor, a sabiendas de que sus
protectores la seguían de cerca.

****

Con los planos de la propiedad Constentine


colocados en la mesa, Jack señaló hacia el
perímetro. “... Así, creo que este es un punto
potencialmente débil, así como lo es el área más
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allá de la cancha de tenis.”

Al no recibir una respuesta, levantó la vista para


encontrarse a Lobo viéndolo fijamente. “¿Lobo?”

Su ex amante parpadeó. “Lo siento.”

Jack dejó su lápiz. Habían estado con Addy


durante meses, y todavía no podía hacer al
hombre abrirse a él como lo hacía antes. “¿Algo
te preocupa?”

Lobo rompió el contacto visual. “No”

Tomando la oportunidad, Jack se inclinó sobre la


mesa de conferencias y cubrió la mano de Lobo.

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“Los dos sabemos que no es cierto. ¿Soy yo?
¿Uno de los otros? ¿Qué?”

Lobo se recostó en su silla y se jalo el largo hasta


los hombros cabello castaño oscuro, en una cola
de caballo, asegurándolo con una banda elástica
color negro. “Pensé que esto sería más fácil.”

“¿El trabajo?”

Lobo negó. “El estar cerca de ustedes. Pensé


que se había ido.”

El corazón de Jack dio un vuelco “¿Y no lo hizo?”

Con un gruñido de frustración, Lobo se frotó los

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ojos. “No. No puedo verte y no desear que las
cosas sean como eran antes.”

Jack se sentía con deseos de levantar los brazos


al aire. Había intentado tanto reparar los puentes
que habían sido dañados por la muerte de María,
pero hasta ese momento, ninguno de ellos
estaba dispuesto a discutir lo que había pasado
entre ellos.

“Nunca traté de superarlo,” admitió.

Lobo por fin lo vio. “¿Por qué?”

“No lo sé. Supongo que pensé que si yo no podía


hacer que algo funcionara con mis tres mejores
amigos, no había mucha esperanza para mí.” No

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le dijo a Lobo de todas las noches que había
permanecido en la cama extrañando el olor y el
tacto de él. O de las veces que había imaginado
que lo veía en un bar, sólo para encontrar en un
examen más detallado que el hombre realmente
no se parecía en nada a Lobo.

“Traté de llamar a Carlo una vez. Yo había oído


que estaba en Buenos Aires cuando yo estaba
ahí, pero él nunca devolvió la llamada.” Lobo
comenzó a rayar la madera con la uña del pulgar.

“Me gustaría que me hubieras llamado.” Jack


frotó el pulgar contra el tatuaje de la araña
pequeña en el dorso de la mano de Lobo.

Girando la mano, Lobo entrelazo sus dedos con


los de Jack. “¿Alguna vez piensas en lo
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sucedido?”

“Todo el tiempo.”

“¿Estás de acuerdo con Mac? ¿No había nada


que podríamos haber hecho?”

Jack pensó en la noche que María fue


asesinada. Había estado en la cama con Lobo,
Renaldo y Carlo, tal como lo había estado
durante el año anterior. Otra unidad se le había
asignado el turno de la noche y todo parecía
tranquilo hasta que los rebeldes que iban detrás
de Maria usaron un lanzagranadas para destruir
la habitación donde dormía, matándola al
instante.

Jack había pasado el último año y medio viendo


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todos los escenarios posibles y sabía que su
opinión era personal. “Había cosas que
deberíamos haber hecho de otra manera, es
decir, trasladar su dormitorio a una parte más en
el interior de la mansión. Pero sigo creyendo que
alguien le vendió a Luís Moreno información
privilegiada. ¿Cómo si no, iban a saber
exactamente en qué habitación dormía María?”

Lobo se enderezó. “¿Crees que fue uno de


nosotros?”

“No, pero teníamos una gran cantidad de


guardias que trabajaban para nosotros en ese
momento. Algunos de los cuales nunca volví a oír
hablar de nuevo.” Jack, vio como un músculo en
la mandíbula de Lobo comenzó a temblar.

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Un ruido llamó la atención de Jack. “¿Has oído
eso?”

Lobo ladeó la cabeza hacia un lado mientras


esperaban el ruido de nuevo. “¿Qué crees que
fue?”

Jack se encogió de hombros. “Podría haber sido


alguien pasando afuera.”

Lobo de repente se puso en pie. “Voy a salir y


revisar el perímetro.”

Jack sabía que el hombre necesita un tiempo


para pensar, era la forma de Lobo. Él siempre
había desaparecido durante horas, a veces días,
seguidos “Voy a estar aquí, repasando las listas.”

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Los ojos verdes de Lobo vieron a Jack durante
un momento. “Pon a Carlo y Renaldo juntos.
Siempre han trabajado mejor como equipo.”

Jack asintió. “¿Puedes manejar trabajar conmigo


sin sentirte raro?”

“Define raro.”

“Tú sabes, de mal humor. Diablos, desde que he


estado aquí, me has tratado como al enemigo.
Sólo quiero asegurarme de que no me vas a
culpar por lo sucedido en el pasado.”

“No lo hago.” Lobo salió de la habitación sin decir


palabra.

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Jack apoyó la cabeza sobre la mesa. En
ocasiones, ocuparse de Lobo era más duro que
cualquier mujer que hubiera conocido. Lástima
que estaba enamorado del gran hijo de puta.

****

Addy se sentó en el escritorio de su bisabuelo y


tomó el teléfono. Marcó el número que había
llegado a conocer de memoria y esperó.

“Agente Dunn,” respondió una voz profunda.

“Hola, Joe. Sólo quiero que sepas que le dije a


los Perros Negros sobre el teléfono que tus
hombres encontraron en la celda de Lenny.”

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“¿Y su reacción?”

“Predecible. Lobo está todo nervioso acerca de la


seguridad, y Carlo y Renaldo no quieren que me
aleje de su vista.” Addy estaba cómoda con el
hecho de que sus guardaespaldas fueran tan
protectores, pero había estado sola durante
muchos años. Al estar rodeado de hombres,
especialmente cuatro hombres grandes, la ponía
nerviosa a veces.

“Bien. Por lo menos sé que ellos se están


tomando en serio el descubrimiento. Me gustaría
que estuvieras más preocupada por esta
situación,” dijo Joe.

“No te engañes a ti mismo. Tengo miedo, pero he

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tenido una vida teniendo miedo. Creo que he
aprendido a lidiar con eso mejor que algunas
personas.”

“No deberías tener que lidiar con eso en


absoluto,” se quejó Joe. “Maldición, Addy, eres
demasiado buena mujer para involucrarte en los
jodido negocios de Lenny.”

Addy sonrió. Ella y Joe había estado bailando


alrededor de la obvia atracción de uno hacia el
otro durante semanas. No podía dejar de
preguntarse si Joe jamás pondría su cargo a un
lado el tiempo suficiente para actuar en
consecuencia.

“Yo no voy a meterme en el negocio. Pensé que

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lo deje claro a todos los involucrados. Tengo que
arreglar las cosas, sin embargo. Es lo que mi
madre hubiera querido.” Addy rió entre dientes.
“Además, ¿te imaginas la cara de Lenny cuando
se entere de que he utilizado el dinero en buenas
causas? Ver eso no tiene precio.”

A pesar de que los federales habían tomado los


activos de Lenny, la casa permaneció a nombre
de la familia. Gracias a Dios que su padre no
había querido a Lenny. Había grandes
cantidades de dinero adjunto a la propiedad de
su padre que también no se había quedado con
su sucio hermanastro. Fue gracias a esos fondos
que Addy decidió hacer el bien en nombre de su
madre. Y nada, ni siquiera las amenazas de
Lenny, la mantendrían lejos de hacer
precisamente eso.

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“Estás jugando un juego peligroso, Addy.”

“Tal vez, pero es el juego que he esperado toda


mi vida para jugar.”

Joe suspiró en el teléfono. “Mira, voy a ir otra


vez. ¿Puedes concertar una reunión con tu
equipo de seguridad para mí?”

“Claro que sí. Pero ¿Por qué vienes? ¿Estas


ansioso de verme?” Addy bromeó.

“Tal vez. Pero también quiero asegurarme yo


mismo de todo lo que se está haciendo para
mantener a nuestra testigos estrella segura.”

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“Voy a ver si puedo conseguir que los
muchachos se reúnan. ¿A qué hora?”

“¿En treinta minutos?” preguntó Joe.

Addy oyó el golpe de una puerta del coche y


sabía que Joe estaba en camino. “Eso está
hecho, agente Dunn.” Se rió y colgó el teléfono.

Sentada en el sillón de cuero grande, ella se


cruzó de brazos y se abrazó a sí misma. Cuando
se trataba de estar cerca de Joe, Addy se sentía
más como una mujer y menos como una víctima
de su pasado. Se puso de pie y se acercó a uno
de los grandes espejos en la sala. Lenny era tan
increíblemente engreído.

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Addy estudió su reflejo, decidió cambiarse de
ropa. Aunque el cuello de color rojo resaltaba su
coloración oscura a la perfección, lo necesitaba
para intensificar el vapor entre ella y el agente
Dunn. Pasando los dedos por el pelo largo y
oscuro, sonrió. ¿Cuántos años había sido
obligada a blanquear su cabello para permanecer
de incógnito? Ella casi había olvidado como era
su color natural y se vio a la cara convencida que
era mucho mejor de lo que el rubio jamás fue.

Abriendo la puerta de la oficina, Addy sonrió a los


dos guardaespaldas que inmediatamente se
separaron uno de otro. “¿Interrumpo?”

“No,” dijo Renaldo rápidamente. “Estábamos


hablando de algo.”

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Addy notó los labios hinchados y raspados por el
bigote en la cara y su sonrisa creció. “Está bien.”
Ella señalo hacia arriba. “Voy a cambiarme de
ropa. ¿Quieres contarle a Jack y Lobo que Joe
está en camino para una reunión en treinta
minutos?”

Carlo sacó su teléfono, ya que ambos siguieron a


Addy por el pasillo y la escalera. Ella pasó la
mano por el curvo barandal de caoba. “Recuerdo
que Gabe y yo nos deslizábamos por esto
cuando niños.”

Se detuvo y vio por encima del hombro a los dos


hombres. “¿Me pregunto si aún lo podría hacer?”

“Yo no lo intentaría,” dijo Jack, llegando a

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situarse en la parte inferior de la escalera. “No
estoy seguro de cómo le explicaría al fiscal que
su testigo no podría aparecer en el tribunal
porque se lesiono la columna.”

“Mierda. No eres divertido, Jack Drake.”

Jack se rió entre dientes. “No me pagan para ser


divertido. Me gano la vida evitando que nuestros
clientes actúen como niños traviesos.”

Sacudiendo la cabeza, Addy dio media vuelta y


continuó subiendo los escalones. Deslizarse por
el pasamano se había convertido en un desafío,
y no había nada que Addy amaba más que un
desafío.

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Entró en su dormitorio y se dirigió a su tocador y
sacó uno de sus favoritos suéteres de cachemira
con cuello en V. La prenda azul suave no sólo
era ajustada, sino con un muy halagador escote.

Después de un rápido cambio de sujetador a uno


más sexy, Addy se puso el suéter, sonriendo a su
reflejo. Era agradable sentirse atractiva. Pasó un
cepillo por el cabello y se retocó el maquillaje
antes de salir del dormitorio.

“¿El Agente Dunn no ha llegado todavía?”


Preguntó, dirigiéndose a la escalera.

“Sí. Está en el centro de mando con Lobo y


Jack,” le dijo Renaldo.

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“Bonito suéter,” añadió Renaldo.

En la parte inferior de la escalera, Addy se giro a


ver a los dos hombres. “¿En serio? ¿Te gusta?”

Renaldo sonrió. “Será como papel matamoscas


para Joe. No será capaz de mantener las manos
o los ojos fuera.”

“¿Quién ha dicho nada acerca de Joe?” Addy


preguntó con fingida sorpresa.

Carlo y Renaldo se vieron uno al otro antes de


reír. “Ustedes dos no son precisamente sutiles.”

Addy decidió darles una sopa de su propia

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medicina. “Al igual que ustedes cuatro. Saquen
fuera los problemas que tienen y jodan ya. La
única razón por la que estoy caliente todo el
tiempo es por verlos a los cuatro bailar alrededor
unos de otros.”

Se dio la vuelta y se dirigió hacia el centro de


mando sin esperar respuesta. Ellos solo lo
negarían de todos modos, ella lo sabía muy bien.

Al abrir la puerta, su mirada se concentró en el


Agente Dunn. Con bastante cabello gris para
satisfacer su atracción por un hombre mayor, Joe
era el hombre más sexy al que hubiera estado
alguna vez atraída, que era mucho decir teniendo
en cuenta a sus guardaespaldas. Se había
cambiado por una razón, y ver la reacción de Joe
le demostró que había hecho lo correcto.
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“Hola” saludó al pasar. Sacó una silla para
sentarse. Joe fue rápidamente a su lado,
empujándola para ella.

“Te ves excepcionalmente sexy hoy,” Joe le dijo


al oído.

Addy vio a Joe y le sonrió. “Gracias por darte


cuenta.”

“Cualquiera que tenga ojos se daría cuenta,”


Jack corto su conversación.

Addy se giro a ver a Jack. “¿Por qué siempre


haces eso?”

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“¿Qué?” Preguntó Jack, tratando de parecer
completamente inocente.

“Meterte,” acusó Addy.

“La mitad de tus senos están a la vista. ¿Cómo


crees que no serán el centro de atención cuando
entraras en una habitación llena de hombres?”
Preguntó Jack.

“Hay cuatro hombres homosexuales y sólo un


hombre hetero en esta sala. No creí que ustedes
cuatro estarían interesado en mis tetas,” trató de
defenderse.

Jack se encogió de hombros. “Nunca he tenido


un problema por ser atraído por las mujeres. Yo

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prefiero los hombres.”

Addy retiro el cabello de su cara y juntó las


manos en la parte superior de la mesa. Vio a Joe
y le sonrió. “Ahora que tenemos eso fuera del
camino, ¿qué necesitas hablar con nosotros?”

El Agente Dunn se aflojó la corbata gris oscuro y


desabrochó el botón superior de su camisa.
“Ellos mueven la fecha del juicio.”

Addy se inclinó hacia adelante, apoyándose en


sus antebrazos. “Eso es bueno, ¿no?”

Joe echó una mirada a Jack.

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“Esto significa que los fiscales se están poniendo
nerviosos,” agregó Jack.

“¿Nerviosos? Pensé que me dijeron que tenían


un caso sólido contra Lenny.”

“Ellos lo tiene. Con las grabaciones que


confiscaron del contador de Lenny, Joe Brussel,
ese lado de su caso aún se encuentra revestido
de hierro. Es su actividad ilegal más seria lo que
les preocupa. Si algo llegara a sucederte o a tu
primo, Alec, las cosas podrían venirse abajo.”

Joe se acercó y puso su mano en el brazo de


Addy. “Por eso es tan importante mantenerte
segura. También hemos decidido traer al recinto
a Alec Constentine. Tendré toda la zona que

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rodea la casa evacuada si es necesario.”

“¿Qué pasa con Gabe?” Preguntó Addy.

Jack sacudió la cabeza. “Aún se niega a tener


nada que ver con los guardaespaldas o el FBI."
Jack sonrió y se inclinó más cerca de Addy. “No
le digas a él, pero hemos puesto a un par de los
nuestro en su rancho como voluntarios del centro
de equitación.”

“Gracias.” Addy sacudió la cabeza ante la


negativa de Gabe de aceptar ayuda. “Siempre
fue un niño testarudo. Así que ¿cuando llega
Alec?”

“En dos días. Estamos equipando la cochera

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para él y sus guardias,” dijo Joe.

Addy se dio cuenta de cómo el pulgar de Joe


estaba acariciando distraídamente su muñeca,
pero no lo dijo. Se sentía bien de ser tocada de
una manera íntima, aunque fuera un gesto tan
inocente. “¿Por qué la cochera? Hay más
habitaciones en esta casa de las que estamos
utilizando.”

Una vez más, Joe parecía incómodo. “Es más


seguro tenerlos a los dos en lugares separados,
pero este complejo entero fue construido con la
defensa en mente. Es perfecto para nuestra
misión para ayudar a mantenerlos a salvo, pero
por si acaso, pensamos que Alec debe quedarse
en un edificio separado.”

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La uña larga y pintada en el índice de Addy
empezó a recoger la cutícula del pulgar. Era algo
que siempre había hecho cuando ella no quería
dejarse ganar por sus nervios. Joe había sido
honesto desde el principio acerca de los peligros
involucrados en testificar contra un importante
jefe del crimen organizado, pero cuanto más
cerca estaban del juicio, más las palabras
comenzaron a llegarle.

“¿Qué tengo que hacer de manera diferente de lo


que ya hago? Quiero decir, apenas he salido de
casa desde que llegué aquí.”

La mano de Joe se movió para parar a Addy de


sangrarse el dedo. “Confía sólo en la gente en
esta sala. No estoy diciendo que todos los demás
no son de fiar, pero siempre, y quiero decir,
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siempre mantén la guardia cuando no estés con
uno de nosotros.”

Una vez más, la respuesta seria de Joe llevó a la


casa peligros para Addy. En lugar de mostrar
ninguna emoción más delante de los hombres,
ella apoyó las manos sobre la mesa y se levantó.
“Si me disculpan, hay algunas cosas de las que
me gustaría encargarme antes de irme a la
cama.”

Jack y Lobo se levantaron, pero Joe los devolvió


con un gesto a sus asientos. “Voy a estar atento
a Addy hasta que se retire a dormir. Voy a
llamarlos una vez que se instale en su habitación
para que puedan tomar el relevo.”

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Addy se complació en secreto cuando Joe la
siguió al salir de la oficina. Una vez dentro de la
sala ricamente amueblada, se volvió hacia Joe.
“Sólo necesito contactar con algunos email a las
fundaciones con las que he estado hablando. Lo
siento. Cosas aburridas.”

Joe metió la mano en el bolsillo y sacó el


monedero pequeño que contenía su placa y la
identificación y la puso sobre la mesa al lado de
la cadera de Addy.

“Estoy oficialmente fuera de servicio, y no puedo


esperar otro momento para hacer esto.” Joe
apretó a Addy en sus brazos y la besó.

El calor del cuerpo de Joe en pleno contacto

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puso el deseo de Addy en sobremarcha. Antes
de que ella lo pudiera evitar, Addy comenzó a
desabrochar la camisa de Joe al tiempo que
permitía a la lengua moverse libremente dentro
de su boca.

Las manos de Joe se quedaron debajo del borde


del suéter de Addy y se abrieron camino hasta
sus pechos.

Addy rompió el beso y gimió mientras Joe


hábilmente pellizcaba y acariciaba sus
posesiones más preciadas. “Hazme el amor.”

Rápidamente, Joe tomó a Addy en sus brazos.


Se dirigió hacia el sofá, pero ella lo detuvo con
una mano en la mejilla.

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“Llévame al piso de arriba. ¿Por favor?” Era la
primera vez en su vida adulta quería más que
solo compañía. Sería una noche que nunca
olvidaría y merecía que ocurriera en una cama de
verdad.

****

Después de que Addy y Joe se dirigieron a la


habitación, Jack sabía que era una de las raras
ocasiones en que los cuatro iban a estar juntos
sin un trabajo inmediato para hacer. Addy había
tenido razón acerca de la tensión sexual entre los
cuatro, y Jack sintió que era hora de limpiar el
aire.

“Tenemos que hablar,” comenzó.

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Capítulo Dos

“¿Sobre qué?” Preguntó Lobo, de repente muy


interesado en los tatuajes de sus fuertes
antebrazos.

“Sobre nosotros, y lo que dejamos pasar con


nosotros,” dijo Jack. Estaba cansado de bailar
alrededor de su pasado. Sí, una mujer había
muerto y había afectado a cada uno de ellos de
maneras muy diferentes, pero finalmente tenía la
oportunidad de ver si quedaba algo entre ellos,
algo que había extrañado como el infierno.

Lobo sacudió la cabeza, la cara oculta por su


oscuro cabello. “Ya es hora de seguir adelante,
eso es todo. Dejaste eso malditamente claro en

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ese momento.”

“Y una mierda. Corriste. Todos ustedes. En lugar


de apoyarnos unos a otros y tratar de averiguar
qué coño había salido mal, ustedes se
dividieron,” Jack los acusó, cruzando los brazos
sobre el pecho.

Lobo inclinó la cabeza hacia un lado y estudió a


Jack con el único ojo visible a través de las
largas tiras de cabello castaño oscuro.

Cuando Lobo permaneció en silencio, Jack se


rompió. Agarró a Lobo por la barbilla y besó al
magnifico hombre, introduciendo su lengua en la
boca de su ex amante. Por varios largos y
gloriosos segundos, Lobo aceptó su beso antes

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de morder el labio de Jack lo suficiente para
extraer sangre.

Jack se apartó y se limpió la boca. La evidencia


de la ira de Lobo manchándole toda la mano la
sintió como un puñetazo en el estómago.
“¡Jodete!”

El asalto a la puerta antes de volverse para hacer


frente a los hombres con los que no sólo había
compartido su cama, sino su corazón también.
“Pensé que ustedes tres eran diferentes de todos
los hombres que había dejado que me jodieran
en las habitaciones traseras y callejones oscuros.
Ahora sé que fui un tonto. La única diferencia
entre lo que me hicieron ellos y lo que me
hicieron ustedes, es que ustedes me importan, lo
siento, imbeciles.”
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Sin una palabra más, Jack se dio la vuelta y salió
de la habitación dando un portazo al salir. Se
encaminó por el pasillo hacia la oficina de Addy,
cuando se abrió la puerta. Jack se detuvo antes
de llegar al par besándose frente a él.

Salió del camino y dejo que Joe pasara.


“¿Supongo que estarás aquí por un tiempo?”

Joe asintió con la cabeza, pero no retiró la lengua


de la boca de Addy el tiempo suficiente para
contestar. Una vez que estuvieron fuera de la
vista, Jack entró en el despacho de Addy y tomo
el teléfono. Sacó un pequeño pedazo de papel de
su cartera y marcó el número.

“Lon,” el guardaespaldas de Alec respondió.

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“Hey, soy Jack. Sólo quería comprobar para ver
si todo está en su lugar.” Apoyó la cadera contra
la mesa, con las manos todavía temblando de la
confrontación anterior.

“Sí. Bram acordó enviar un par de guardias para


asegurar que llevemos a Alec a Chicago con
seguridad. ¿Quién nos recogerá en el
aeropuerto?”

“No lo sé todavía. Voy a tener que preguntar al


Agente Dunn cuando reaparezca.” Jack cogió el
monedero del mostrador y estudió la placa de
Joe. Pequeño bribón.

“¿Huh?” Preguntó Lon, obviamente sin entender


el comentario de Jack.

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Jack se rió entre dientes. Joe lo mataría si se
enterara que Jack estaba contando sus secretos.
“Nada. Hasta mañana, podré darte los detalles
finales.”

“Eso estará bien.”

“Hasta luego,” dijo Jack cuando Lobo entró en la


oficina. Colgó el teléfono y colocó la placa de Joe
de nuevo en el escritorio. Se pasó la lengua por
la pequeña herida, recordándose a sí mismo no
acercarse demasiado al hombre de nuevo.
“¿Qué?”

Lobo cerró la puerta y apoyó su ancha espalda


contra ella. “Nunca fue tan sólo joder para mí.”

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La lengua de Jack tocó la herida en el labio
inferior. “Podrías haberme engañado.”

Lobo se apartó de la puerta y avanzó hacia Jack.


“Tienes una memoria muy selectiva a la hora de
los eventos inmediatamente después de la
explosión.”

“¿Qué se supone que significa eso?”

Lobo no se detuvo hasta que llego junto a Jack.


Él agarró el cabello de Jack en un puño y lo cerro
tan fuerte que sus nudillos estaban blancos.
“Después de que recogimos los pedazos de la
mujer de la que éramos responsables, te
cerraste. ¡No nosotros! Tú insististe en que
éramos los culpables y no escuchabas a nadie.

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Nos enviaste a la selva de mierda para encontrar
a los bastardos responsables y cuando volvimos,
no estabas en ninguna parte, donde poder
encontrarte, hijo de puta. Así que no nos hables
de nosotros, hijo de perra, y toma tu parte de
culpa de esta mierda.”

Jack fue arrastrado tan lejos por el dolor y la


emoción en los luminosos ojos verdes de Lobo,
que no podía moverse. Nunca había estado tan
confundido como estaba en ese momento. “Yo...
yo no sé, de lo que estás hablando. No salí hasta
que llego tu mensaje.”

Lobo mantuvo el cabello de Jack mas relajado.


“¿Qué mensaje?”

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Jack se echo hacia atrás y se separo del agarre
de Lobo por completo. Él se apartó de la mesa y
fue hacia la ventana, las manos metidas
profundamente en los bolsillos. “Varios días
después de que los tres partieron en busca de
Eduardo, recibí una carta, me llego, por uno de
los espías que se encontraban en la zona.”

“¿Quién?” Preguntó Lobo. “Yo no envié ninguna


carta. Estábamos en medio de una selva de
mierda.”

Jack se frotó los ojos con las palmas de las


manos. “Martin... algo. Yo lo conocía de un año
antes, cuando estábamos en Santiago.” Jack
sacudió la cabeza. “Era tu letra.”

“¿Por qué iba yo a pasarte una carta a través de


51
alguien de la CIA? No se suponía que ni siquiera
sabían que estábamos ahí.”

Jack se giro hacia Lobo y levantó las manos. “No


lo sé. Yo estaba tan jodido, que apenas sabía mi
nombre. Cuando vi la carta de tu puño y letra,
creo que sólo lo tomé de ti.”

Lobo dio varios pasos hacia adelante, para


encontrarse frente a Jack. “Pues no lo era. ¿Qué
decía?”

“Que estaban todos de acuerdo en que era mi


culpa. Que los tres nunca querían tener nada que
ver conmigo, nunca más.” Jack nunca olvidaría
ese día. Fue el día en que todo lo que había
querido se derrumbó a sus pies.

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Lobo movió la cabeza de lado a lado. “Yo no te
escribí esa carta de mierda. Yo no haría eso.”

“Me tomé un tiempo libre de la compañía y confié


en que cambiaran de opinión si tan sólo les daba
tiempo suficiente.” Jack no le dijo a Lobo sobre el
mes de enterrarse a sí mismo en la botella, tan
lleno de dolor por los hombres que había perdido
que se hundió en un pozo de depresión.

“Pero no lo hiciste. Hablé con Carlo y Renaldo un


par de veces, pero era como si les hiciera sentir
incómodos. Cada conversación fue breve, como
si odiaran el sonido de mi voz.”

Lobo suspiró y se dejó caer para sentarse en uno


de los sillones de orejas de cuero y bajó la

53
cabeza. “Eras nuestro pegamento, hombre.
Simplemente todo se vino abajo sin ti.”

“¿Por qué no me llamaste?” Preguntó Jack. Se


sentó en el sofá de mechones oscuros de cuero
marrón. Se negaba a creer en que sus meses de
dolores de cabeza se deben a un malentendido.

Cuando Lobo levantó la vista de sus manos, Jack


vio las lágrimas. “Yo lo hice. Aproximadamente
un mes después de regresar a los Estados
Unidos. No podía aguantar más así que me
tragué mi orgullo y llamé a tu condominio.”

Una lágrima escapó y corría por la cincelada


mejilla de Lobo. “Un hombre respondió. Me dijo
que estabas en la cama. Me imaginé que era

54
eso.”

Jack bajó la barbilla hasta el pecho. “Mi hermano,


Kevin, vino a quedarse conmigo. Yo era un
desastre y la familia tenía miedo que hiciera algo
estúpido, así que enviaron a Kev de niñera.”

No había sido la primera vez que se había ido al


borde de la depresión. A pesar de que le llevó a
su familia un rato en darse cuenta acerca de su
sexualidad, siempre lo habían querido.

“¿Por qué estaban tan preocupados? ¿Estás


bien ahora?” Preguntó Lobo.

Jack había compartido todo con sus tres

55
amantes, excepto la parte de sí mismo de la que
estaba más avergonzado. “Es un día por día.”
Veía a los ojos a Lobo. “He sufrido episodios de
depresión extrema toda mi vida.”

“¿Qué?” Lobo sacudió la cabeza. “¿Por qué no lo


sabía?”

“Porque yo no quería. Porque cuando yo estaba


con ustedes tres, yo estaba más feliz de lo que
yo había estado nunca.”

Lobo se movió rápidamente para arrodillarse en


el suelo delante de Jack. “Y cuando pensabas
que los tres te culpábamos de la muerte de
María, ¿recaíste?”

56
No podía hablar por el nudo en la garganta, Jack
asintió. “Yo no sé lo que hubiera hecho si Kev no
hubiese estado ahí.” Él sacudió la cabeza. “Me
sentía tan enojado con ellos por entrometerse,
pero eso al fin me mantuvo con vida.”

Lobo frunció el ceño mientras se acercaba y


colocaba sus manos sobre los muslos de Jack.
“¿Trataste de suicidarte?”

“No” dijo Jack. “No esta vez. Kev vio los síntomas
y dejó todo para venirse a vivir conmigo.”

“Me gustaría reunirme con él en algún momento.


Estrecharle la mano.” Lobo se insinúo entre las
piernas de Jack. “¿A dónde vamos desde aquí?”

57
Jack se encogió de hombros. “Yo aún te amo.
Eso nunca cambiará.”

Lobo envolvió sus brazos alrededor de la cintura


de Jack y se apoyó contra él. “Lo siento, no
estaba allí para ti.” Él calmó la mordida anterior
en el labio inferior de Jack con la lengua. “Yo me
sentí descontrolado al oír a otro hombre en el
teléfono.”

Jack abrió la boca para la suave lengua de Lobo,


disfrutando de un beso real desde la primera
noche después de la muerte de María. Cuando
sus emociones amenazaron con aplastarle, Jack
trató de concentrarse en el aspecto físico de
todas las cosas que él había anhelado.

58
Se agachó y tiró de la apretada camiseta negra
de la cintura de los jeans de Lobo y tocó el
estómago de lavadero que había extrañado.
“Eres jodidamente sexy.”

Lobo gruñó y trató de empujar su lengua hacia


atrás en la boca de Jack. Cuando Jack se echó
atrás para tirar de la camiseta de Lobo sobre su
cabeza, Lobo comenzó a besar su camino hacia
abajo por la mandíbula de Jack a su cuello.
“Me vuelves loco,” murmuró Lobo, chupando la
piel debajo de la oreja de Jack.

La cabeza de Jack estaba empezando a girar.


Sólo una hora antes, se había sentido solo en el
mundo. Ahora parecía que Lobo estaba tratando
de consumirle. Jack tiró del suave algodón hasta
que finalmente lo sacó sobre la cabeza de Lobo.

59
Gimió mientras las hebras del largo cabello
oscuro abanicaron sobre el pecho tatuado de
Lobo.

Jack sacudió sus dedos sobre los aros de plata


que traspasaban los pezones prominentes.
Maldición. Él había amado siempre las sensibles
protuberancias. A pesar de la atención que su
cuello estaba recibiendo, Jack quería el placer
del hombre en el que había pensado tantas
veces.

Empujó a Lobo de espaldas. Antes de que el


hombre pudiera cuestionar la acción, Jack se
inclinó y capturó la areola de Lobo entre los
labios.

“Oh....mierda” La mano de Lobo se metió a

60
través del corto cabello en la parte posterior de la
cabeza de Jack y lo sostuvo contra su pecho
mientras gemía.

Jack bromeó con el pezón serpenteando en la


punta de la lengua a través del aro para tirar
mientras seguía chupando. Abrió los ojos para
ver el extremo plano de uno de los más antiguos
tatuajes de Lobo, un estrella que rodeaba la
areola.

Recordó la expresión del rostro de Kevin la


primera vez que Jack le mostró una foto de las
cuatro juntos. Era una fotografía que María había
tomado uno de los días más calurosos del año.
Todos estaban sin camisa y brillantes de sudor,
la manera preferida de Jack para ver a sus
amantes.

61
Los ojos de Kevin había mirado fijamente, al
hombre tatuado a su izquierda. Cuando Jack
trató de explicar que cada tatuaje significaba un
importante acontecimiento en la vida de Lobo,
Kevin había silbado y comentó: “Ese tipo debe
haber tenido un infierno de historia entonces.”

Jack liberó el pezón de Lobo y vio a los


hermosos ojos verdes. “Por favor no me dejes de
nuevo.”

Lobo sacudió la cabeza con vehemencia. “Yo


no...” Él cerró la boca y cerró los ojos. Empujó a
Jack al sofá, Lobo descansaba su mejilla contra
el pecho de Jack. “No lo haré.”

Aunque era más de lo que pensó que nunca


recuperaría, todavía no se sentía completo.
62
“¿Qué hay de Ren y Carlo? ¿Crees que me
perdonaran?”

Lobo se sentó y lo vio fijamente. “Ellos ya lo


hicieron. Te lo dije, hemos pensado que no
querías tener nada que ver con nosotros. Ellos
han sufrido, tanto como yo.”

Ahora que su ardor se había enfriado un poco,


Jack recordó la carta que había recibido. “¿Por
qué crees que me dieron esa nota, en primer
lugar? ¿Cuál sería la ganancia de la CIA por
acabar con nuestra relación?”

Lobo sacudió la cabeza y se puso de pie,


sosteniendo la mano de Jack. “No lo sé. Tal vez
deberíamos ir a hablar con Renaldo y Carlo al

63
respecto.”

Lobo jalo a Jack a sus brazos. “Siempre fuimos


buenos en calcular cosas como un grupo. A
pesar de lo que pasó, carajo, trabajamos bien
juntos.”

“¿Ahora? ¿Crees que deberíamos hablar con


ellos ahora?” Los nervios de Jack, normalmente
tranquilo y sereno, lo atraparon una vez más.
Podía mirar por el cañón de un arma y no
flaquear, pero la idea de hacer frente a Renaldo y
Carlo con sus sentimientos le asustaba
jodidamente. ¿Y si era rechazado una vez más?

“Detente,” dijo Lobo, dando un beso rápido a


Jack.

64
“¿Detente de qué?”

“Piensas demasiado. Ellos dos ya han reanudado


los vínculos, Hace poco.”

“¿Ellos han estado jodiendo?” Preguntó Jack.


¿Por qué no lo había visto?

“No lo sé, pero ¿no te has dado cuenta antes que


los dos están sufriendo de un caso grave de
quemaduras por bigote?”

Jack se echó a reír y sacudió la cabeza. “Se me


paso.”

Lobo apoyó la palma de la mano en el culo de


Jack. “Esta vez me aseguraré de que estoy cerca

65
en caso de que se te pase.”

Jack se apretó aún más contra Lobo. Tendría


que explicar que su depresión de vez en cuando
le pegaba de la nada, sin causa aparente, pero
esperaba que hubiera tiempo suficiente para esa
conversación en particular.

****

Encontraron a Renaldo en la cocina lavando los


platos, con un delantal blanco sencillo cubriendo
la parte frontal de su camisa y costosos
pantalones a la medida.

Jack vio a Lobo, no sabiendo cómo empezar.

66
“¿Dónde está Carlos?” Lobo preguntó, con la
mano apoyada en la espalda baja de Jack.
Renaldo vio por encima del hombro. “Él salió a
echar un vistazo alrededor. ¿Por qué, lo
necesitas?”

Una vez más, Lobo y Jack se vieron. Lo habían


discutido antes de entrar en la habitación y
ambos acordaron que no había manera de ser
sutil acerca de la conversación que tenían que
tener. Jack se quedo en silencio con Lobo
tomando la iniciativa.

La esquina de la boca de Lobo se inclinó hacia


arriba en una media sonrisa antes de que él se
inclinase en un rápido beso. Jack trató de poner
todas sus esperanzas y deseos en el contacto de
cuatro segundos, rezando por que Lobo lo

67
sintiera también.

Lobo rompió el beso y llevó a Jack más cerca de


Renaldo. “Los echamos de menos a los dos y
queremos seguir donde lo dejamos antes de la
muerte de María.”

Renaldo dejó caer el plato que estaba lavando en


el agua, salpicando de espuma todo el frente de
su impecable camisa de algodón blanco.

Jack tomó un trapo de cocina de la encimera de


mármol y comenzó a limpiar el lío. Trató de
apartar los ojos, sin saber lo que vería si veía a
Ren.

Las oscuras manos bronceadas de Renaldo

68
cubrieron las de Jack, presionando la toalla
contra su pecho. “Después de tanto tiempo, ¿por
qué ahora?”

Jack empezó a responder, pero Lobo habló antes


de que tuviera una oportunidad.

“Todo fue un malentendido.” Lobo continuó


diciéndole a Renaldo sobre la carta que Jack
había recibido.

“¿Martin hizo eso?” Renaldo preguntó,


claramente sorprendido por la noticia.

Jack vio las manos en el mostrador. Estaba tan


pálido como podría estar, en contraste con el

69
oscuro tono de la piel Latina de Renaldo. Se
diera cuenta o no lo que estaba haciendo, los
pulgares de Renaldo cepillaban todo el dorso de
los dedos de Jack.

“¿Lo conoces?” Preguntó Jack.

Renaldo asintió. “Por desgracia. Salimos por un


corto tiempo, pero eso fue hace años.”

“¿Crees que lo hizo para tratar de tenerte de


vuelta?” Lobo preguntó intensificando la presión
contra la espalda de Jack.

Moviendo en un sándwich a Jack insertado entre


los dos hombres. Una posición que había soñado

70
muchas veces en estar de nuevo.

“No. Le dije a Martín la última vez que hablé con


él que lo mataría si alguna vez intentaba ponerse
en contacto conmigo de nuevo. No
definitivamente no había una posibilidad de
reconciliación entre nosotros dos, lo que me lleva
a preguntarme cuál podría haber sido su motivo.”

Jack sacudió la cabeza. “No lo sé, pero te digo


que lo escrito en esa carta, era una letra casi
exacta a la de Lobo.”

Renaldo apretó las manos de Jack en la suya,


aún metiéndolas en su pecho. “No te olvides de
quién es este hombre. Martin Zarnic tiene
conexiones por todo el planeta. No sería nada
difícil para él contratar a un falsificador para
71
escribir la carta. Sin embrago, todavía tengo que
preguntarme por qué.”

Los brazos de Lobo envolvieron a Jack hasta las


caderas de Renaldo. “Yo ni siquiera lo conozco.
¿Por qué me escogió para la carta en vez de a ti
o a Carlo?”

“No puedo responder a eso. Como dije, no he


hablado con él en casi cuatro años.” Renaldo vio
la mano de Lobo en la cadera. “Tanto como
parte de mí lo quiere, no puedo pretender que el
año pasado no sucedió.”

Jack trató de retirar sus manos, pero Renaldo lo


agarró fuerte. “No estoy diciendo que no los
quiera chicos. Sólo estoy preocupado. ¿Qué

72
sucede cuando esta tarea haya terminado? Ni
siquiera hablamos la última vez y ve a donde
nos llevó. No sé si puedo pasar por eso otra vez.”

“¿Pero pensé que tú y Carlo ya habían trabajado


las cosas? ¿Por qué es diferente?” Preguntó
Jack.

Renaldo rozó un beso en los labios de Jack.


“Porque es más fácil con sólo dos. ¿En cuántas
asignaciones nos enviará a los cuatro?”

Renaldo tenía razón y Jack lo sabía, pero no por


eso era más fácil. Jack amaba a cada uno de
ellos, así que ¿cómo iba a olvidar lo bien que
estaban juntos sólo por un problema logístico?

73
“No quiero vivir sin ustedes tres más,” admitió
Jack. “Haré lo que sea necesario para que crean
eso.”

La expresión de Renaldo se suavizó. “No es que


yo no lo crea, Jack. Es que no estoy seguro de
que sea posible.”

Lobo retiró las manos de las caderas de Renaldo


y las envolvió alrededor de la cintura de Jack.
Besó en el cuello a Jack varias veces antes de
susurrar, lo suficientemente fuerte para que
Renaldo oyese. “No te preocupes, Bebé, yo
siempre estaré aquí para ti si me lo pides.”

Jack inclinó la cabeza hacia un lado para dar


más espacio a Lobo. Él siguió mirando a

74
Renaldo, tratando de averiguar lo que el otro
estaba pensando.

Finalmente Renaldo suspiró. “Déjenme ir a


buscar a Carlo y hablar con él.”

Antes de salir de la cocina, Renaldo se quitó el


delantal y le dio tanto a Lobo como a Jack un
beso. Jack se abrió a Renaldo inmediatamente,
saboreando el sabor de uno de sus hombres. Él
podía decir por la forma apasionada en que
Renaldo le dio el beso que el aspecto físico de su
relación no había sufrido en su tiempo de
separación.

Renaldo se apartó y meneó la cabeza con una


sonrisa. “Siempre has sido un caliente pequeño

75
hijo de puta.”

Con sus más de un metro ochenta, nadie había


llamado a Jack alguna vez pequeño, salvo las
tres bestias que amaba. “Tu pequeño hijo de
puta,” recordó Jack a Renaldo.

Renaldo sonrió en su camino hacia la puerta de


atrás. “Nuestro pequeño hijo de puta.”

****

Jack aplicó el oído a la puerta de Addy. Cuando


no oyó signos animales de salvaje sexo, giro la
perilla y metió la cabeza dentro de la habitación.

Las luces fuera de la ventana en el recinto eran

76
la única iluminación de la habitación. “Joe,”
susurró Jack.

Joe se incorporó de inmediato, tomando su arma.


“¿Quién está ahí?”

Jack entró aún más en la habitación y levantó las


manos. “Yo pensé en comprobar y ver si ¿Addy
va a necesitar una cuadrilla de vigilancia esta
noche afuera de su puerta?”

Joe puso la pistola de nuevo en la mesita de


noche y se acostó. “No. No pienso ir a ninguna
parte.”

“Vamos a salir. Llama a mi teléfono celular, si nos


necesitan. Buenas noches.”

77
“Buenas noches,” murmuró Joe, acurrucándose
alrededor de Addy una vez más.

Jack cerró la puerta y le hizo un guiño al Lobo.


“Creo que Addy esta en buenas manos por esta
noche.”

Lobo jalo a Jack a sus brazos y caminó hacia


atrás saliendo de la habitación de Addy.

Jack metió las manos en el pecho de Lobo,


tirando de los aros de plata mientras él se reía
entre dientes. “¿Estás tratando de pedirme que
pase la noche contigo?”

Lobo se detuvo y vio a Jack. “Mierda. Lo siento,


supongo que yo sólo...”

78
Jack se inclinó en un beso. “Yo estaba
bromeando.”

Jack trató de abrir la puerta del dormitorio. “Está


cerrada.”

“Oh, sí.” Lobo sacó de sus jeans las llaves. “Lo


siento por eso.”

Lobo metió a Jack en la habitación y dio un paso


atrás.

“¿Por qué está tu puerta con llave? Preguntó


Jack cuando empezó a desvestirse.

Lobo se encogió de hombros y tiró de la camisa


sobre su cabeza. “Porque aquí tengo cosas

79
personales y no quería a la gente pasando.”

Jack se quitó los zapatos con la punta del pie y


empujó sus pantalones abajo y hacia afuera,
llevándose sus calcetines con ellos. Aunque
había sido un tiempo que no había estado
desnudo frente a Lobo, Jack no tenía razón para
ser autocritico. Trabajó duro para mantenerse en
forma y mostró sus esfuerzos en los músculos
bien definidos de su cuerpo.

Encendió la pequeña lámpara de noche y dobló


la colcha azul marino, borgoña y rayas doradas.
Vio por encima del hombro para encontrar a Lobo
viéndolo fijamente. “¿Tienes cosas aquí?”

“Lubricante, pero nada más.”

80
Jack se frotó la parte de atrás de su cuello. No
joder después de soñar con estar con su gente
de nuevo, no era una opción. “Espera.”

Totalmente desnudo, Jack salió de la habitación


y entro en la antigua habitación de Lenny, en la
que todos se habían negado a dormir él encendió
la luz y se fue a la mesilla de noche. Sacudiendo
la cabeza, sacó la caja de condones. Las levantó
a la luz y se rió entre dientes. “Tienes buen
gusto, Lenny.”

A su regreso a la habitación, vio a Lobo apoyado


en el marco de la puerta de su dormitorio,
acariciando lentamente su pene.

“Creí que me habías dejado otra vez,” murmuró

81
Lobo.

Jack negó con la cabeza y lanzó la caja. Lobo la


atrapó en una mano antes de regalar a Jack la
primera sonrisa auténtica que había visto desde
antes de la explosión en Chile. “Trae tu culo de
nuevo a esa habitación.”

Jack le dio a Lobo un saludo juguetón mientras


lo empujaba para entrar al cuarto. Se dio cuenta
de que los medicamentos que usualmente
tomaba antes de acostarse, todavía estaban en
su habitación, pero decidió que ya había perdido
bastante tiempo. Él preferiría pasar cada
momento del resto de la noche en los brazos de
uno de los hombres que amaba.

82
Mientras yacía despatarrado en el centro de la
gran cama tamaño King, vio alrededor del cuarto.
“Entonces, ¿qué tipo de secretos escondes aquí
detrás de una puerta cerrada con llave?”

Lobo parecía un dios tribal con el suave


resplandor de la lámpara. Metió la mano en el
cajón al lado de su cama y sacó un álbum de
fotos. “No voy a ninguna parte sin él, pero la
mayoría de la gente no entendería mi necesidad.”

Era obvio por la expresión en el rostro de Lobo


de la importancia de lo señalado, era un álbum
encuadernado en cuero. Jack se escabulló hasta
el colchón para descansar la espalda apoyada en
la cabecera. Levantó el álbum. “¿Te importa?”

83
Lobo negó y se unió a Jack en la cama.

Jack esperaba que Lobo mirase el álbum con él,


pero su amante puso la cabeza sobre la
almohada al lado de la cadera de Jack.

La portada del álbum tenía dos palabras sencillas


en hoja de oro. Mi Familia. Jack abrió la tapa y
reprimió un grito de asombro. La primera página
era una de las muchas fotografías que María
había tomado de ellos. Cuatro hombres sin
camisa con sus brazos alrededor uno del otro.

Jack rápidamente hojeó el resto de las páginas.


Cada foto era de Carlo, Renaldo, Jack o Lobo en
recortes diversos, a veces todos juntos. En
ocasiones, un solo retrato. Los sentimientos
congelados de un determinado momento en un
84
maltratado álbum de piel, donde estaba la familia
de Lobo.

Jack cerró el libro y con mucho cuidado lo puso


sobre la mesa. Él se movió hacia abajo hasta que
compartió la almohada con Lobo. “Te amo.”

La humedad inundaba los ojos de Lobo.


“Supongo que piensas que es bastante cursi
empacar todo eso.”

Jack rozó los labios en la boca de Lobo. “¿Estás


bromeando? Es lo más emocionante que he visto
nunca.”

La mano de Lobo vagaba a la erección de Jack.

85
“He perdido contacto contigo.”

Jack gimió cuando el pulgar de Lobo presionó


contra la hendidura en la cabeza de su pene. “He
extrañado ser tocado.”

Lobo pasó los dedos hacia abajo, antes de


presionar contra el arrugado agujero de Jack.
“¿Ha habido alguien?”

Jack contuvo el aliento ante la invasión y negó.


“Nadie. No quería a nadie, sino a los chicos.”

“Yo tampoco, pero lo intenté una vez. Pensé que


si podía joder con otra persona eso me llevaría a
superar el bache, ¿sabes?” Lobo añadió otro

86
dedo.

“¿Así que no pudiste hacerlo?” Preguntó Jack. La


idea de Lobo besando a otro hombre le rompió el
corazón, pero saber que Lobo había jodido a
alguien más lo mataría.

“Terminó con un trabajo a mano es todo. Sólo no


pude hacerlo,” reconoció Lobo.

Jack tomó el lubricante y vertió algunas gotas en


la palma de su mano. Metió la mano entre ellos y
envolvió su mano alrededor de la erección
veteada de Lobo. “Hazme el amor.”

Cuando Lobo empezó a alcanzar el condón, Jack


negó con la cabeza. “¿Puedes confiar en mí?”

87
Lobo lo vio fijamente durante unos instantes
antes de insinuarse entre las piernas de Jack.
Jack estaba pidiendo más que la confianza de
estar limpio y ambos lo sabían. Lobo presionó la
cabeza de su pene contra la apertura de Jack.

“¿Cómo vamos a hacer que esto funcione esta


vez?” Preguntó Lobo justo antes de empujarse a
través del anillo exterior de músculos.

“No sé,” dijo Jack una vez que él pudo hablar a


través de la mordedura del dolor. “Tenemos que
averiguar lo que hicimos mal la última vez y
cambiarlo. No me refiero sólo a la carta. Si
nuestro vínculo era realmente tan fuerte como
pensé que era esa carta no nos hubiera
separado.”

88
Lobo asintió y comenzó a empujarse de nuevo,
esta vez hasta la empuñadura. Una vez
completamente dentro tan profundamente como
podía, Lobo se inclinó hacia abajo por un beso.

Jack cerró los ojos y se dejó consumir por Lobo.


El pene salía y entraba de él junto con la lengua
de Lobo tenía a Jack delirante de pasión en todo
momento. Sus manos lucharon por agarrarse,
por primera vez a las sábanas debajo de él. Era
bastante. Sentía como fácilmente pudiese volar.
Jack soltó la sabana y envolvió sus brazos
alrededor de Lobo. “No me dejes ir.”

“Nunca va a pasar, amor.” Lobo rodeó el pene de


Jack. “Córrete para mi.”

89
“Siiii,” susurró Jack, clavando las uñas en la
carne de la espalda de Lobo, mientras se corría.

Lobo duró unos cuantos empujes mas antes de


seguir a Jack sobre el borde. “Te amo.”

Jack dejó que las palabras a su alrededor, lo


envolviesen. Abrió la boca para la lengua de
Lobo.

Un golpe en la puerta interrumpió el beso que


Lobo plantaba Jack. Siendo el cuarto de Lobo,
gritó. “¿Quién es?”

La puerta se abrió y Renaldo y Carlo entraron.


“¿Hay lugar para dos más?”

90
“Siempre” dijo Jack, el pene de Lobo seguía
enterrado dentro de él. Tendió la mano hacia los
hombres. “Únanse a nosotros.”

Mientras Renaldo rápidamente se desnudó, Carlo


se tomó su tiempo. Con sus zapatos, calcetines y
camisa en el suelo, Carlo sacudió la cabeza y se
acercó para sentarse a su lado en la cama. “No
puedo regresar a la cama sin hablar de esto.”

Lobo se salio y se sentó sobre los talones.


“Déjame limpiarnos primero.”

“¿Me traes una toalla?” preguntó Jack.

Lobo se bajó de la cama y sacudió la cabeza.

91
“¿Ha pasado tanto tiempo que has olvidado lo
bien que yo siempre he cuidado de ti?”

“Lo siento.” Jack sopló a Lobo un beso y se echó


a reír.

Lobo entró en el cuarto de baño seguía


sacudiendo la cabeza. Jack sabía que su amante
no estaba realmente molesto, por lo que dirigió
su atención a Carlo.

Jack apretó el hombre más delgado en su contra.


“¿Pasa algo?”

A pesar de todavía tener sus jeans, Carlo se


acurrucó más y sacudió la cabeza. “No lo sé. He

92
estado pensando mucho las cosas.”

“¿Acerca de?” Jack presiono, pasando la mano


por la espalda de Carlo bajándola al culo.

“Cuando estábamos juntos antes, no creo que


pasamos suficiente tiempo uno a uno con los
demás.”

“Depende de lo que quieres decir por el tiempo.


Yo los amo a todos ustedes por igual. Pensé que
lo sabías.”

Carlo se desabrochó los pantalones vaqueros y


los empujó retirándolos mientras que Lobo
limpiaba a Jack. Una vez que todos estaban en la
cama desnudos, Jack jalo a Carlo de nuevo en

93
sus brazos, feliz de sentir el calor del cuerpo de
Renaldo apretándolo detrás de él.

La expresión del rostro de Carlo le dijo a Jack


que su amante estaba tratando de encontrar la
manera de explicarse. “Sólo tienes que escupirlo.
¿Qué necesitas?”

“No muy a menudo, pero a veces me gustaría la


oportunidad de conectar íntimamente con cada
uno de ustedes solos. Me ha sorprendido lo
mucho más cerca que me siento hacia Ren al
pasar algún tiempo juntos últimamente.”

La declaración se sentía como una bofetada en


la cara a Jack. “¿Estás diciendo que no te di
tiempo de calidad antes? Jesús, Carlo,

94
estábamos en medio de una selva de mierda. Yo
te di todo lo que tenía.”

Carlo colocó las manos en el pecho de Jack.


“Espera. No te pongas a la defensiva al respecto.
Todo lo que estoy tratando de decir es que creo
que nuestra relación sería aún más fuerte si
creamos enlaces individuales entre sí en lugar de
pensar y actuar siempre como grupo. De esta
forma si algo le pasa a uno de nosotros, no todos
nos derrumbaremos de nuevo, como lo hicimos
la última vez.”

Jack beso a Carlo. A medida que arremolinaba la


lengua en el interior de la boca de Carlo, se
preguntó si el hombre debajo de él alguna vez
realmente creyó que seguirían juntos.

95
Rompiendo el beso, él molió su erección contra
Carlo. “Te amo. A ti. No sólo porque estas en
este grupo de cuatro con nosotros, sino por quién
eres. Todos podemos pasar más tiempo juntos
como pareja, si eso es lo que necesitas para
hacerte entender eso.”

“Gracias. Puede sonar estúpido, pero aunque me


siento querido, cuando estamos todos juntos, no
necesariamente me siento especial. ¿Tiene
sentido eso? Como ahora, aunque me encanta
estar aquí con Renaldo y Lobo, me gustaría tener
toda tu atención. Estaría mintiendo si dijera que
no lo anhelo en ocasiones.”

La declaración golpeó a Jack entre los ojos. Él


salió de Carlo y se quedó mirando al techo. “¿Por
qué nunca he pensado en eso?”
96
Jack se frotó los ojos antes de girar la cabeza
hacia Carlo. “Lo entiendo. Comprendo
perfectamente lo que estás diciendo.”

Jack vio a Renaldo y a Lobo que estaban


envueltos uno alrededor del otro, escuchando
con atención la conversación. “¿Qué piensan
ustedes?”

Renaldo fue el primero en mover la cabeza. “Sé


de lo que Carlo está hablando. No puedo
explicarlo, pero me siento aún más cerca de él
después de pasar un tiempo juntos.”

Jack pasó una mano sobre la cadera desnuda de


Renaldo. “¿Así que tal vez debamos volver a
pensar todo esto?”

97
Lobo se incorporó. “No hay nada que repensar
en mi opinión. Los quiero a todos ustedes.”

Jack se incorporó y se inclinó sobre Renaldo


tomando el hermoso rostro de Lobo en la mano.
“Me has malentendido. Sólo quise decir que
tenemos que encontrar la manera de construir
relaciones más fuertes entre sí, así como hacer
que funcione como un grupo.”

Lobo asintió. “Muy bien. Voy a intentar lo que sea


necesario. Sólo sé que no puedo vivir sin los tres
de nuevo. No lo haré.”

“Vamos a averiguarlo. Es posible que acabemos


de dar con la única cosa que tendremos al
atravesar tiempos difíciles que estoy seguro que
tendremos.”

98
Capítulo Tres

Lon colgó el teléfono y fue a buscar a Taggert.


No había duda de que su compañero estaba en
algún lugar en la casa alquilada con Alec.
Durante años había trabajado y peleado con
Taggert. Habían intentado incluso trabajar en su
atracción mutua en varias ocasiones, pero en el
momento que su asignación terminaba, también
lo hacía su relación. Lon se había dado cuenta
de que no quería la etiqueta de nada más un rato
de diversión jodiendo al compañero de la misión.

Entonces llegó Alec Constentine. El hombre algo


más joven había pasado toda su vida adulta
encerrado en el armario por miedo de que su tío
o primo, Lenny, se enteraran de sus preferencias
sexuales. Libre de las limitaciones de su familia,

99
Alec había extendido sus alas en los últimos
cinco meses.

Lon recordaban vívidamente la primera vez que


Alec había estado con él. Fue sólo un mes
después de que habían llegado a la pequeña
casa de alquiler en las afueras de Alburquerque.

"¿Puedo usar el teléfono para llamar a Addy? Alec preguntó al


entrar en la cocina.

Lon levantó la vista desde el queso a la plancha que estaba


preparando. Habían cortado el servicio de teléfono celular de
Alec por razones de seguridad poco después de haber sido
llevado a Nuevo México desde Chicago. Lon destrabó el
teléfono de su cinturón y se lo entregó a Alec.

100
"¿Pasa algo?" Lon preguntó al hermoso hombre de pelo oscuro.

"Sólo me sentía solo. Pensé que tal vez Addy podría animarme",
respondió Alec.

Lon coloco su bocadillo en un plato y apagó la estufa. Era


evidente que el aislamiento forzoso empezaba a afectar a Alec,
pero Lon había tratado de mantener su distancia, prefiriendo
concentrarse en el trabajo. La atracción por un cliente no era
inteligente, y Lon quería a Alec con pasión.

"Podríamos jugar a las cartas", sugirió Lon. ¿En que problemas


podría meterse por jugar un juego de cartas amistoso?

Alec se encogió de hombros. “Muy bien. ¿Debo ir a preguntar a


Taggert si quiere jugar?”

101
Lon dio un mordisco a su sándwich. Si invitaban a Taggert a
unirse a ellos, tal vez ayudaría a Lon a mantener sus
pensamientos fuera del flexible cuerpo de Alec. “Claro que sí.
Voy a conseguir las cartas y me reuniré con los dos en el
comedor.”

Abrió el cajón del gabinete, Lon encontró un paquete nuevo de


cartas. Oía risas provenientes de la habitación contigua y se
preguntó qué había puesto de pronto a Alec en tan buen
humor.

Rápidamente terminó su bocadillo y agarró una botella de agua


de la nevera. Entrando en el comedor, se encontró con Alec con
las manos en Taggert, haciéndole cosquillas al hombre mucho
más grande.

"¿Qué está pasando?" Lon preguntó, tomando asiento.

102
"Tag trató de decirme que no era cosquilloso, pero me he
enterado que todo el mundo tiene al menos un punto sensible
en su cuerpo", explicó Alec.

Lon se mordió la lengua. Sabía exactamente dónde estaban los


puntos más sensibles de Taggert pero no dijo absolutamente
nada. “¿A que jugamos?”

Taggert vio a Alec, aún tratando de agarrar la mano del


hombre. “Elige tú.”

“¿En serio?” Preguntó Alec, renunciando a Taggert para


frotarse las manos. “¿Qué hay de strip poker?”

Lon gimió. Su peor pesadilla se hacía realidad. Alec hablaba


sobre el sexo como si no fuera ninguna amenaza para el control
de Lon y él lo sabía. “Elige otra cosa.”

103
Alec vio directamente a los ojos de Lon. “¿Asustado que yo
gane o no estás interesado en verme desnudo?”

“Tiene miedo de que no será capaz de mantener las manos en sí


mismo,” interrumpió Taggert con una respuesta.

“Vete a la mierda, Taggert” respondió Lon.

Taggert sonrió, mostrando los hoyuelos que habían dado sin


duda al hombre mucho juego en su vida. “Yo no tengo miedo.
Cuenta conmigo.”

Lon entornó los ojos. Taggert sabía exactamente lo que estaba


haciendo. De ninguna manera podía Lon no aceptar el desafío.
“Muy bien. Prepárense para desnudarse.”

104
“Oh, he estado preparado desde el momento en que puse mis
ojos en los dos,” Alec murmuró.

Lon trató de actuar como si no hubiera oído el comentario de


Alec, pero había puesto su pene endurecido sin duda.

Una hora más tarde en el juego, tanto Taggert como Lon


habían logrado sólo perder sus camisas y calcetines. Alec, sin
embargo, no parecía tener la misma suerte. Estaba en ropa
interior y sonriendo como una cabra. Lon se preguntó qué
estaba el hombre delgado tramando.

Lon miró por encima de sus cartas para estudiar a Alec. Con la
punta de su dedo, señaló a Alec perezosamente haciendo
círculos alrededor de una de sus areolas mientras fingía mirar
las cartas en la otra mano. Lon estaba casi al final de su
cordura. “A menos que desees conseguir ser tirado sobre la mesa
y jodido como nunca en tu vida, dejarás las burlas.”

105
Alec levantó la vista y lanzó sus cartas hacia abajo. “Tengo
una jodida mano. Supongo que pierdo.”

Con los movimientos de una bailarina de striptease de clase


mundial, Alec se levantó y lentamente se quitó su ropa interior,
mostrando una ingle completamente afeitada. El pene delgado
y largo apuntaba hacia arriba hacia la barbilla de Alec
mientras él se reía entre dientes. “Oops.”

Taggert fue el primero de ellos en hacer un movimiento. Él se


tambaleó sobre la mesa y agarró a Alec por la parte posterior
del cuello, tirando del joven en un profundo beso.

Lon estaba con su mano sobre su pene y observó cómo los dos
hombres rodaban y lamían su camino alrededor de la boca del
otro. Era más caliente que el infierno, pero triste al mismo
tiempo. Bueno, eso es todo, pues. Una de las expresiones

106
favoritas de su madre había sido si te duermes, pierdes. Lon
imaginó que eso era justo lo que había sucedido. Había
esperado demasiado tiempo para actuar en su atracción a Alec,
y ahora la posibilidad había sido sacada de sus manos.

Cuando Alec finalmente llegó a tomar aire, se volvió a Lon.


“No creas que me he olvidado de ti.”

Antes de que Lon pudiera protestar, un desnudo Alec se había


puesto a horcajadas sobre su regazo y lo besaba. Bien o mal,
Lon aceptó la lengua de Alec, correspondiéndole al hombre más
pequeño tan bien como podía. Lon podía degustar los rastros
de Taggert y se preguntó cómo podía recordar ese sabor en
particular, después de tanto tiempo.

Las manos de Lon parecían gravitar automáticamente hacia el


culo apretado y desnudo del hombre al besarlo. Esto era tan
equivocado, se dijo mientras su dedo medio recorría de arriba a

107
abajo el pliegue de Alec, deteniéndose para rozar el arrugado
agujero.

Alec soltó la lengua de Lon y gimió. Cuando Lon empezó a


retirar el dedo rozando contra el agujero de Alec, Alec sacudió
la cabeza. “Tócame. Ha pasado tanto tiempo.”

Alec se apoyó contra la mesa y señalo con el dedo a Taggert.


“Ven aquí, tú.”

Con una mirada de sorpresa en el rostro de ambos, Taggert


caminó hacia Lon.

Lon retiró la mano y la sostuvo delante de la boca de Alec. “¿A


qué juego están jugando?”

Alec bañó los dedos de Lon uno a uno, consiguiendo tres de

108
ellos húmedos antes de contestar. “No juego. Quiero a los dos.”

Taggert puso las manos sobre la mesa y se apoyó en el rostro de


Alec mientras Lon introdujo en el culo de Alec el primer dígito.

“Esto debería ser divertido,” respondió con una gran sonrisa en


su rostro.

“Yo no soy bueno en compartir,” gruñó Lon.

“Bueno, entonces será mejor que te acostumbres a ello, porque


me muero por tenerlos a los dos. Quién sabe cuánto tiempo
vamos a estar pegados en esta casa, y estoy planeando sacar el
máximo provecho de ello.”

Lon casi quitó el dedo de ahí. ¿Alec quiere el mismo tipo de

109
joder-al-compañero divertido como Taggert, o habría una
oportunidad para más que eso?

Añadió otro dedo en el culo de Alec mientras observaba a


Taggert besar a su cliente una vez más. Tan caliente como la
escena entre los tres era, Lon encontró una fuerte ola de
envidia recorrer su espalda. Alec era un hombre adulto y no era
como si Lon pudiera decirle qué hacer. Sin embargo, él no
estaba dispuesto a renunciar a la oportunidad de algo más con
Alec por completo. Con suerte, Alec eventualmente vería lo qué
Taggert buscaba.

Tomando una decisión, Lon retiró finalmente sus dedos y


habló. “Me encantaría joderte, Alec, pero no quiero verlos a los
dos juntos.”

Lon empujó la silla hacia atrás. Envolvió las manos en la


cintura de Alec y levanto al otro hombre. “Voy a limpiar la

110
cocina. Ven a buscarme cuando estés listo para un momento de
uno-a-uno.”

Lon sacudió la cabeza, sacándose él mismo el


recuerdo de ese día, de hace meses. Desde
entonces, había Lon gozado del cuerpo de Alec
todas las noches mientras Taggert se había
adoptado para dar tiempo de juego a su cliente
durante las horas del día. Era un sistema
estúpido, pero hasta ahora parecía que
funcionaba.

Eso fue hasta hace poco. Cuanto más tiempo


pasaba con Alec en sus brazos, más quería algo
más profundo que el sexo y la amistad. Cuanto
más quería, más comenzó a odiar lo que estaba
haciendo con Alec.

111
Lon siguió la voz de Taggert a la habitación solar
de atrás. A pesar de las sombras se habían
formado para mantener fuera los ojos curiosos, la
luz del sol de verano inundaba la habitación con
el calor. Alec, vestido sólo con un suspensorio
negro, estaba acurrucado contra el pecho
desnudo de Taggert mientras los dos jugaban al
videojuego favorito de Alec.

Lon apretó los dientes ante el cuadro frente a él.


Él sabía que los celos acabarían costándole el
hombre del que se estaba enamorado, pero no
había descubierto la manera de apagarlo. “Ese
fue Jack en el teléfono. Quería asegurarse de
que estuviéramos listos para mudarnos a
Chicago.”

Alec apretó un botón, para poner el juego en


112
pausa antes de sonreír hacia Lon. “Estoy casi
listo. No puedo esperar a ver Addy de nuevo.”

Lon asintió. “Supongo que probablemente


deberíamos discutir nuestro acuerdo antes de
irnos. ¿Vamos a ser francos al respecto con los
demás?”

“A Seb no le va a gustar,” recordó Taggert a Lon.

“Lo sé. Es por eso que creo que deberíamos


hablar de eso” respondió Lon.

Alec se frotó la mejilla contra el pecho de


Taggert, dejando que sus manos regresaran a
los pantalones de algodón que Taggert eligió
usar durante el día. Con Lon de pie ahí, la mano

113
de Alec cayó por debajo de la cintura de Taggert
a frotar abiertamente su pene.

Aunque Lon había tratado de advertir a Alec


acerca de Taggert, Alec no parecía creerle. Él
todavía tenía la ilusión de que todos ellos se
reunirían, algo que Lon sabía nunca sucedería.
A Alec le encantaba embromar a Lon. Sin duda
el hombre más pequeño pensaba que Lon estaba
sólo siendo un mojigato sobre un trío. Lon sabía
que no era la razón en absoluto. Si pensaba que
alguna vez Tag correspondería los sentimientos
que le daba, habría trabajado sobre el hombre
hace buen tiempo.

Lon sintió la vena en la sien comenzar a palpitar.


Se pasó una mano sobre la parte superior de su
cabeza afeitada y se giro para irse. “Hasta
luego.”

114
“Espera” dijo Alec.

Antes de que Lon pudiese salir de la habitación,


el cuerpo casi desnudo de Alec se apretó contra
su espalda.

“No te vayas.”

“No puedo...” Lon sacudió la cabeza. “No puedo


verlos a los dos haciéndolo. Tú lo sabes.”

Alec se movió alrededor del cuerpo de Lon, hasta


que se apretó contra su pecho. “Te hemos
pedido más de una vez unirte a nosotros.”

Lon ahuecó la mejilla del hombre magnífico

115
mientras su mirada revoloteó a Taggert. Con una
sonrisa satisfecha en su rostro, ni siquiera había
hecho a Taggert bajar su pene. Bastardo. Él sabe que
esto me está matando, y él está disfrutando de cada segundo de
esto.

Lon vio a Alec. Él le dio un beso en los labios,


tomándose un momento para deslizar su lengua
dentro. “Voy a empezar con el equipaje.”

Alec observó a su amante salir de la habitación.


Con su cabeza calva hacia abajo, Lon parecía un
cachorro golpeado.

Alec se volvió hacia Taggert. “Podías haber


hablado.”

116
Con su pene en la mano, Taggert se encogió de
hombros. “No estoy a punto de rogarle.”

Alec vio por encima del hombro en la dirección


que Lon había salido. “Está haciéndole daño. Tal
vez no sea tan buena idea.”

Taggert se inclinó hacia adelante y agarró la


mano de Alec, jalándolo de nuevo a su regazo. A
pesar de su preocupación por la expresión en el
rostro abatido de Lon, Alec se relajó en el abrazo
de Taggert. Quería a los dos hombres, pero
estaba cansado de amarlos por separado.

La mano de Taggert frotó la parte delantera del


suspensorio de Alec. “Es todo o nada con Lon.
Es la forma en que siempre ha sido. No vas a

117
hacer que cambie de opinión.”

Alec entrelazo sus dedos entre el cabello castaño


de Taggert. “¿Por qué no puede ser todo?”

“¿Eh?”

Alec se montó a horcajadas en el regazo de su


amante “¿Qué hay de malo en querer todo esto?”

“No hay nada malo en querer. Es el conseguir


esto, es lo que es casi imposible. Lon nunca
entendió eso. Él siempre presionó por las cosas
que puede ser por ejemplo el status quo.”

Alec estudió a Taggert. “¿Realmente no crees

118
que haya una posibilidad de que todos estemos
finalmente juntos?”

Taggert trató de jalar a Alec hacia un beso, pero


Alec lo frenó, necesitaba una respuesta a su
pregunta. Taggert finalmente suspiró. “Sólo han
pasado un par de meses. Exactamente ¿qué
estás esperando que suceda? Estamos teniendo
un buen momento, jodiendo. ¿Qué más se podría
necesitar?”

Wow. Hable acerca de una llamada de atención.


“Sabes, puedo ser algo real.” Alec se bajó del
regazo de Taggert. “Han pasado cuatro meses y
once días, pero ¿quién está contando? Voy a
seguir el ejemplo de Lon y empacar mis cosas.”

119
Alec salió de la habitación a pesar de la protesta
de Taggert de que no quería decirlo de la forma
en que había sonado. Entró en la habitación que
más a menudo compartía con Lon, para
encontrar al hombre sentado en el borde de la
cama. Lon tenía la cabeza abajo y la maleta a su
lado sólo medio llena. Alec comenzó a
preocuparse. ¿Había estado tanto tiempo con
esos hombres que se había enamorado?

Alec se apoyó en el marco de la puerta. “¿Estás


bien?”

Lon levantó la cabeza. “Sí.”

Alec entró en la habitación, su falta de ropa de


repente era embarazosa. Él se acercó a la
cómoda y sacó un par de pantalones de algodón.

120
Decidió hacer la conversación informal, con la
esperanza de conseguir que Lon se abriera.
“Sabes, que hasta que me mudé aquí, nunca
había tenido unos pantalones de algodón.”

“Sí. Recuerdo lo emocionado que estabas la


primera semana cuando Tag los trajo a casa para
ti,” dijo Lon.

Alec se giro y se dirigió hacia la cama. Sin una


invitación, él se sentó a horcajadas sobre Lon.
“Estoy seguro de que te acuerdas.” Alec apoyó la
frente contra el hombre más grande. “Te
acuerdas de todo. Es sólo una de las razones por
las que me he enamorado de ti.”

La cabeza de Lon se echó hacia atrás mientras

121
veía a los ojos a Alec. “¿Me amas?”

Alec asintió. “No pareces tan sorprendido. Eres


un hombre increíblemente fácil del que
enamorarse.”

Lon soltó un bufido. “No lo dices por mi


trayectoria.”

Alec envolvió sus brazos alrededor del cuello de


Lon y apoyó su mejilla contra la piel de color
marrón oscuro de su amante. “No sé cual sea el
problema con Tag, pero sinceramente no creo
que sea por nosotros. Tiene que haber algo
dentro de él que le detiene de admitir que tiene
sentimientos más allá del sexo.”

122
“¿Quieres decir como un corazón?” Preguntó
Lon.

Alec rió entre dientes. “No. Creo que tiene uno de


esos. Creo que éste debe estar encerrado en el
dolor.” Besó la cima de la cabeza de Lon. “Lo
siento mi amor si te herí. Al principio, todo fue por
tratar de alejar la soledad. Realmente no tenía
intención de enamorarme de cualquiera de los
dos, pero no pasó mucho tiempo, y ahora no
estoy seguro de qué hacer.”

Lon envolvió sus brazos alrededor de la cintura


de Alec y jalo de él con más fuerza a su pecho.
“¿Estás seguro de que es amor? Quiero decir, sé
que no era exactamente libertad lo que tenías en
Chicago. Tal vez estás confundido.”

123
“¿Me amas?” Preguntó Alec.

Tras unos segundos, Lon asintió. “Me da miedo.”

“Lo sé. ¿Crees que soy estúpido por soñar que


algún día todos podemos estar juntos?”

“¿Estúpido? No, yo solo se que nunca va a


suceder. Ya te lo he dicho, Tag y yo hemos
jodido de forma intermitente desde que nos
conocemos. Para mí, significaba algo, pero para
Tag, yo solo estaba... a mano. Yo no quiero que
te pase eso. Él piensa en el sexo de forma
diferente que yo. Para mí es algo más que
conseguir descargar mis erecciones, pero no sé
si el es capaz de ir más allá de eso.”

124
Las cejas de Alec se unieron. “Esta mañana,
habría discutido contigo sobre eso, pero ahora...”
Alec sacudió la cabeza. “Diablos, estoy tan
confundido.”

Lon jalo a Alec apretándolo contra su pecho.


“Pase lo que pase, quiero que sepas que te amo,
y no voy a ir a ningún lado sin ti. Ni voy a
interponerme en tu camino con Tag. ¿Quién
diablos lo sabe? Tal vez esta lleno de mierda y
en realidad tiene sentimientos por ti. Eso es algo
que ustedes dos tienen que trabajar juntos.”

A pesar de que el momento no podría haber sido


peor, alguien llamó a la puerta. Sin pedir permiso,
Taggert metió la cabeza dentro de la habitación.
“Seb llamó.”

125
Alec se quedó donde estaba, agarrado a la
comodidad que Lon siempre estaba dispuesto a
dar.

“¿Y?” Preguntó Lon.

Tag hizo un gesto a Alec. “¿Te importa si Lon y


yo hablamos a solas?”

Alec dio a Lon un breve, pero profundo beso


antes de salir fuera de su regazo. “Voy a ir a la
ducha.”

Lon asintió. “Está bien, bebé.”

Antes de desaparecer en el baño, Alec se detuvo

126
y le dio un rápido beso a Taggert también.
Cuando se giro, se dio cuenta de que Lon
tomaba sus cosas de su cómoda. Odiaba salir y
dejar a los dos hombres solos. Quién sabía en
qué clase de discusiones podrían entrar, pero
sabía que si alguna vez debían resolver sus
diferencias, Alec tendría que darles espacio.
Agarró una muda de ropa interior y entró en el
cuarto de baño.

Una vez que se cerró la puerta, Lon echó un


vistazo a Tag. “¿Qué quiere Seb?”

“Quiere desgarrarnos el culo. Evidentemente,


Alec le dijo a Addy acerca de nuestra arreglo, ella
se lo menciono al Agente Dunn y este
preocupado a Seb que piensa que vamos a
estar demasiado distraídos para hacer nuestro

127
trabajo.”

“Eso es mierda. Somos profesionales,” replicó


Lon.

Apoyado en la puerta, Tag inclinó la cabeza


hacia un lado. “¿Le diste permiso a Alec de
hablar de nosotros con Addy?”

“¿Permiso? La última vez que vi, Alec era un


hombre adulto. No tengo absolutamente ningún
control sobre lo que le dice a su prima.”

“Bueno, no me gusta. Nunca he sido de los que


les gusta abrir su vida sexual a otras personas
para diseccionar. Él debería haber mantenido la
boca cerrada.”

128
Lon guardo los pantalones que tenia en la mano
en la maleta. Se quedó viendo a Tag y sacudió
la cabeza. ¿Cómo diablos Alec no podía ver qué
clase de hombre era realmente Taggert? Lon dio
varios pasos hasta que estaba a una corta
distancia de él. “He intentado lo mejor para
permanecer fuera de tu negocio, pero estaría mal
si me quedo aquí y te permito hablar de él de
esa manera.”

Taggert se rió entre dientes y giro los ojos. “Eres


un jodido bobo a veces. Ten algo de pelotas,
hombre. No voy a discutir que el culo de Alec
esta para morirse, pero es realmente todo lo que
es ¿Es suficiente para arriesgar tu trabajo por
una jodida otra vez?”

“Sí,” dijo Lon en un santiamén. “El hecho de que

129
tu te lo estés cuestionando incluso me dice todo
lo que necesito saber de ti y de tus sentimientos,
o la ausencia de ellos, por Alec.

Una vez más, Tag se rió entre dientes y abrió la


puerta. “Hasta después, amigo.”

Lon estaba temblando para el momento que la


puerta se cerró de nuevo. Vio hacia el cuarto de
baño y por suerte oyó correr el agua de la ducha.
Gracias a Dios Alec no había oído hablar de él a
Tag. Por mucho que Lon quería que Alec
conociera la verdad, escuchar los comentarios
insensibles de Taggert no era la manera que
debía suceder.

****

130
Jack estaba desayunando cuando Carlo entró en
la habitación. Había dejado a los tres hombres
desnudos en la cama en caso de que el Agente
Dunn necesitara estar fuera de la casa temprano.

“Buenos días” saludó Carlo y se inclinó para


darle un beso profundo a Jack antes de cruzar a
la cafetera.

“Vamos a tener que conseguir una cama más


grande,” comentó Jack. Llevando el último
bocado de huevos revueltos a la boca y llevó su
plato al fregadero.

Apoyado en el mostrador, Carlo tomó un sorbo


de su café. “Vamos a tener que volver a estar de
dos en dos en la noche a menos que Joe este

131
aquí.

Jack se paro frente a Carlo. “Bueno, entonces


esperemos que Addy haga un buen trabajo de
convencer a Joe a hacerle una visita.”

Carlo dejó la taza sobre el mostrador y jalo a


Jack a un beso. De los cuatro de ellos, Carlo no
sólo era el mejor besador, sino en la mayoría de
lo oral. Él preferiría tener una pene en la boca
que en el culo, un concepto que era totalmente al
revés en la opinión de Jack.

Carlo rompió el beso y comenzó a lamer su


camino por el cuello de Jack. A pesar del
entusiasmo por la mañana de su amante, Jack
sabía que la situación había sido muy difícil para

132
Carlo. Sin ningún familiar vivo, Carlo había
dejado su corazón por primera vez en una
relación de cuatro vías en Chile. De acuerdo con
Renaldo, Carlo había estado devastado cuando
las cosas se vinieron abajo. Había pedido las
misiones más peligrosas, simplemente diciéndole
a Renaldo en caso de morir él moría, pero al
menos el dolor se iría.

Jack hundió los dedos en el pelo negro de Carlo


mientras uno a uno los botones de la camisa de
Jack fueron desabrochados.

“Me vas a meter en problemas,” se quejó Jack


cuando Carlo comenzó a chupar uno de sus
pezones.

133
Carlo raspó sus dientes a través del nudo
sensible antes de soltarlo para ver hacia Jack.
“He decidido no volver a perder un momento de
nuestras vidas juntos.”

Jack cerró los ojos mientras Carlo se arrodillaba


y comenzó a trabajar en la cremallera de Jack.
Sabía que iba a tomar un montón de
conversaciones para convencer a sus tres
amante que podrían hacer su trabajo con la
inusual relación. Al igual que Renaldo, Carlo y
Lobo estaban convencidos de que las cosas
cambiarían de nuevo cuando su asignación
actual hubiese terminado.

Jack había prometido hablar con Bram y Mac,


dos de sus jefes, de la agencia de protección tres
socios, sobre el futuro de Perro Negro. En
134
opinión de Jack, su relación era más importante
que su trabajo, pero no podía tomar esa decisión
por el resto de sus hombres.

“Bueno, esto es nuevo,” dijo Addy, entrando en la


habitación.

Probablemente por primera vez en su relación,


Jack se sintió aliviado de que Carlo no tenía los
labios alrededor de su pene. “Buenos días,”

Carlo rápidamente metió el pene de Jack en su


ropa interior antes de cerrarla. “Buenos días.”

Carlo comenzó a huir de la situación, pero Jack


apretó al hombre ágil contra su pecho, sus
brazos apoyados casualmente alrededor de la

135
cintura de Carlo.

“¿Esto te molesta?" Jack le preguntó a Addy.

Addy sonrió. “¿Por qué lo haría? Yo sabía antes


que tú que los cuatro encontrarían el camino de
vuelta juntos. La única sorpresa fue el tiempo que
tomó.”

Joe se precipitó en la cocina, aún tratando de


ponerse su chaqueta. Se detuvo y le dio un beso
rápido a Addy. “Llego tarde, pero yo te llamo
después de la reunión.”

Addy asintió. Joe se volvió hacia Jack. Vio a los


dos hombres durante unos instantes antes de

136
encogerse de hombros. “Recibí una llamada.
Ellos fueron capaces de atar uno de los números
del teléfono celular oculto de Lenny a uno de sus
fuerzas de seguridad. Te dejaré saber cómo se
filtró. Mantengan sus ojos abiertos hasta que
capturemos al hombre.”

Jack asintió. “Lo haremos.”

“También tengo algunos obreros que vienen a


hacer algunas modificaciones de última hora a la
cochera. Hay un olor que no hemos podido
identificar, por lo que estamos trayendo un
equipo de limpieza. Diles a tus chicos para
mantener un ojo sobre ellos. Dudo que sean
ladrones, pero nunca se sabe.”

137
“Vamos a manejar las cosas aquí. Tu ve a ser de
súper agente.”

Joe le dio un último beso a Addy antes de salir


por la puerta trasera.

Jack le sonrió a Addy. “Espero que hayan tenido


una buena noche.”

Addy se rió y le sacó la lengua a Jack. “Ha sido


fantástico, pero apuesto a que tuvieron más
acción que yo.”

Dando a Addy la expresión más inocente en su


arsenal, Jack sonrió. “No tengo absolutamente
ninguna idea de lo que quieres decir. Todo lo que

138
hicimos toda la noche fue hablar. Usted es una
chica de mente sucia.”

Addy se rió aún más fuerte. Ella se acercó y le


pasó una mano por el costado del cuello de Jack.
“Creo que estos son los moretones de hablar
entonces. Wow. Eso debe haber sido un debate
serio.”

“Cállate.” Jack se rió entre dientes y alejo la


mano de Addy. La mujer se había convertido en
una hermana para él, y no había manera de que
él la dejara arruinar su buen humor.

Jack le dio al cuello de Carlo un tierno beso.


“¿Por qué no te vas a despertar a Lobo y
Renaldo? Quiero revisar cada centímetro del

139
complejo.”

“¿Por qué?” Preguntó Addy.

“Con trabajadores dentro y fuera de la forma en


que han estado durante los últimos días, quiero
asegurarme de que no haya sorpresas, barrer
todo el lugar en busca de micrófonos o cualquier
otro artefacto.”

Carlo salió de la habitación, y Addy empezó a


servirse una taza de café. Jack notó las manos
temblorosas de la normalmente fría mujer. “Hey,
¿estás bien?”

Addy ajustó la cafetera y sacudió la cabeza.


“Acabo de vivir la noche más feliz de mi vida.”

140
Addy vio a Jack. “Creo que me estoy
cuestionando por qué estoy poniendo mi vida en
la línea.”

“Debido a que Lenny tiene que pasar el resto de


su vida entre rejas,” Jack le recordó.

“Entiendo eso, pero por fin he consiguió un tiro


en algo real. Yo no lo tenía cuando accedí a ir en
contra de Lenny en la corte.”

Jack puso una mano consoladora en el hombro


de Addy. “No hay una sola persona aquí que no
pasara por delante de una bala para protegerte.”

La esquina de los labios de Addy le tembló. “¿Se


supone que me hace sentir mejor?”

141
“Estoy tratando de asegurarte que somos buenos
en nuestro trabajo. Te mantendremos lo
suficientemente segura como para joder con Joe
otro día.”

Addy se quedo con la boca abierta. “Oh, Dios


mío, no puedo creer que hayas dicho eso.”

Jack se llevó un dedo a los labios. “Shhh. Será


nuestro pequeño secreto.”

Addy se echó a reír. “Créeme, cuando se trata de


Joe Dunn, no hay absolutamente nada pequeño
al respecto.”

****

142
Después de que los obreros salieron de la
cochera, Jack tomó a Renaldo con él para revisar
el lugar con un peine de diente fino. “Esto es
lindo.”

Renaldo se acercó a la cocina y vio por encima


del hombro. “¿Hueles eso?”

Jack siguió a su amante a la cocina y abrió el


refrigerador. El interior brillaba, por lo que,
evidentemente, no era algo en mal estado.
“¿Podría ser un ratón muerto?”

“Tal vez. Aunque debe estar en las paredes


porque sé que el equipo de limpieza ha limpiado
este lugar de arriba a abajo.” Renaldo pasó la
mano por la espalda de Jack hacia abajo

143
acomodándola en el culo. “Cuanto más tiempo
estoy aquí, menos me preocupa sin embargo.”

“Voy a subir al desván,” dijo Jack.

Renaldo dio al culo de Jack un apretón. “Tal vez


te acompañe.”

Jack sonrió y se apretó contra Renaldo. “¿Y


cuándo crees que terminaremos el trabajo?”

Renaldo bajó la cremallera de Jack. “Tal vez


deberíamos encargarnos de algunas cosas
primero.”

Jack empezó a protestar, pero cuando la mano

144
de Renaldo envolvió su pene, cedió “Sala.”

En lugar de quitar la mano, Ren llevó a Jack por


el pene a la sala y tiró de él hacia abajo a la
gruesa alfombra. “¿No se que usar mi mano o la
boca?”

“Mano,” dijo Jack, desabrochando los pantalones


de vestir de Renaldo.

Renaldo estiró el brazo de Jack para usarlo como


almohada. “Entonces, ¿cómo crees que vamos a
gestionar el horario de trabajo?”

Con el pene de Renaldo en la mano, Jack


comenzó un ritmo lento. “No lo sé. ¿Qué piensas
tú?”

145
“Bueno, estoy de acuerdo con Carlo. Es poco
realista suponer que la agencia tendrá siempre
un lugar para que los cuatro trabajemos en
equipo. Yo digo que establezcamos un punto
inicial e ir de allí. Estoy seguro de que habrá
momentos en que uno o varios de nosotros nos
hayamos ido, pero sabiendo que tenemos un
lugar donde somos amados para volver ayudara.”

Jack no quería pensar en estar asignado lejos de


sus amantes, o Dios no lo quiera, estar en casa
solo mientras sus hombres estaban trabajando.
Podía sentir el comienzo de una nube oscura
sobre él para resolver incluso mientras Ren
agarraba su polla apretándola. Jack trató de
empujar lejos los pensamientos negativos y
concentrarse en dar a Renaldo el mismo placer
que estaba recibiendo, pero sabía por la

146
expresión en el rostro de Ren que se estaba
quedando corto.

“¿Qué te está pasando?” Preguntó Renaldo,


retardando sus jalones.

“Nada” respondió Jack. Si fuera posible en ese


momento, Jack se hubiera pateado el culo.
¿Cómo se atreve a permitir que un repentino
sentimiento de tristeza abrumadora amenazara
su momento con el hombre que amaba? Intentó
más duro empujar los pensamientos negativos a
la parte posterior de su mente mientras raspaba
ligeramente el pene en su mano con las uñas.

“Te sientes bien,” dijo al final.

147
“Lo hago. Soy más feliz de lo que he estado en
mucho tiempo” respondió Renaldo, aumentando
el ritmo una vez más.

El jalón casi brutal en su pene logró ahuyentar la


tristeza por el momento. Movió las caderas,
empujando su pene contra el puño de Renaldo y
se corrió, llenando la mano de su amante.

“Oh, mierda,” exclamó Ren después de un


momento, calentando la mano de Jack con su
semen.

Los ojos de Jack se cerraron, disfrutando de


cada gramo de su corrida. Renaldo lo sorprendió
a los pocos minutos rompiendo el silencio de la
habitación.

148
“¿Ahora vas a decirme que te deprimió?”

“¿Qué? Ya te dije, estoy bien. Pensé que


realmente necesitamos que esta cosa entre
nosotros funcione esta vez.”

“Lobo me dijo acerca de tus episodios de


depresión. Espero que sepas que puedes
acercarte a cualquiera de nosotros...”

Jack calló a Renaldo con un beso profundo. Lo


último que quería era que sus hombres se
preocuparan por su salud mental. Rompiendo el
beso, Jack vio a los ojos oscuros de Renaldo.
“Será mejor que vayamos a trabajar o Joe estará
aquí preguntando lo que nos está llevando tanto
tiempo.”

149
Jack se apartó y se puso de pie, con su mano
aún pegajosa. “Voy a agarrar una toalla húmeda.”

Empezó a caminar hacia la cocina, cuando


Renaldo lo llamó por su nombre. “¿Jack?”

Jack vio por encima del hombro. “¿Sí?”

“Estoy aquí para ti.”

Jack dio a Ren la mejor sonrisa que pudo reunir.


“Así lo espero.”

150
Capítulo Cuatro

A medida que la caravana se abría paso por las


calles de Chicago, llegando al complejo
Constentine, Lon comenzó a preocuparse por
Alec. Era la primera vez en su carrera que se
había enamorado de alguien por el que había
sido contratado para proteger, y le resultaba
molesto.

Con Alec intercalado entre Lon y Tag en el


asiento trasero del vehículo negro, Lon quería
nada más que jalar a su amante a su regazo y
envolverlo en la seguridad de sus brazos.
“¿Estás bien?”

Con los ojos muy abiertos, Alec lo vio y se


acurruco con Lon. “Pensé que se sentiría bien

151
regresar a casa.”

“¿Pero no es así?” Lon preguntó.

“Estoy rodeado de hombres con armas


automáticas, ¿qué te parece?” El tono era fuerte
en las palabras de Alec una prueba más de su
inquietud.

Lon comenzó a envolver su brazo alrededor de


Alec a pesar de la presencia de los agentes
federales asignados a llevarlo al complejo de
forma segura, pero se encontró el brazo de
Taggert. Compartió el ceño fruncido mutuo con
su pareja, antes de apoyar su mano sobre el
muslo de Alec.

152
“Las cosas parecerán más normales una vez que
lleguemos al lugar,” dijo, tratando de acomodar a
Alec.

Alec soltó un bufido. “Estoy seguro de que tienes


razón. Estoy acostumbrado a ver grandes armas
en los terrenos de la mansión Constentine.”

Lon vio por encima de la cabeza de Alec para


hablar con Taggert. “Una vez que lleguemos allí,
¿por qué no echas un vistazo al lugar donde va a
quedarse? mientras llevo a Alec a la casa
principal para ver a Addy.”

“No. ¿Por qué no echas un vistazo a la cochera?


y yo llevo a Alec adentro,” respondió Taggert.

153
La mano en el muslo de Alec se cerró mientras
Lon luchó por mantener su control. “Porque eres
mejor en detectar peligros potenciales.”

Lon vio a Alec. Confiaba en que Tag entendiera


lo que estaba buscando. Un ejército formado por
tiradores, Taggert tenía una manera de
determinar los lugares más peligrosos para un
cliente. Lon había visto a Tag en acción en
numerosas ocasiones en el pasado, estudiando
el diseño de un lugar, calculando hacia fuera
donde un compañero tirador podría ocultarse y
tratar de tomar su tiro.

Taggert entornó los ojos, evidentemente, llegó a


la misma conclusión. “Bien.”

154
Lon, vio como Tag se inclinó y besó la coronilla
de Alec. “Voy a llamar a Lon cuando todo este
revisado en el nuevo lugar.”

“Todavía no puedo creer por que voy a estar


viviendo en la casa de putas,” comentó Alec.

“¿Casa de putas?” Cuestionó Tag.

Alec se rió entre dientes. “La cochera es un


nombre elegante para nombrar el lugar en el que
Constentine alojaba a sus amantes.”

“¿Ahí mismo, en la misma tierra que sus


esposas?” Taggert sacudió la cabeza. “Maldición.
Para eso se necesitan pelotas.”

155
“Bolas de latón. Constentines no permitía que
una mujer le digiera lo que podía o no podía
hacer.”

Alec ladeó la cabeza y aceptó un beso real de


Tag. Lon rápidamente giro la cabeza y vio por la
ventana lateral.

“Ya casi estamos ahí,” dijo el agente en el


asiento delantero del pasajero. “Podría ser sabio
sacar a Alec fuera de la vista, por si acaso.”

Tag de inmediato empujó la cabeza de Alec


hacia su regazo. Lon empezó a protestar, pero se
mordió el interior de su mejilla en su lugar. No
permitiría que Taggert siguiera tirando de él en
las discusiones sobre la cantidad de tiempo que

156
cada uno de ellos pasaba con Alec. La sonrisa de
satisfacción en la cara de Tag le dijo que Taggert
sabía exactamente cómo molestar a Lon.

Lon sonrió cuando la mano de Alec se acercó a


él. Lon entrelazo sus dedos con los de Alec.
“Todo irá bien. Sólo queremos asegurarnos de
que nadie te vea entrar en el recinto.”

La noticia de que Lenny había estado en


contacto con uno de sus fuerzas de seguridad
había puesto a todos los involucrados en el
borde. Así, mientras que el FBI hacia todo lo
posible para tratar de ponerse al día con Bruno
Malatti, los equipos de Tres Socios se concentró
en mantener a Addy y Alec vivos.

157
La procesión de tres camionetas antibalas bajo la
velocidad, pero no se detuvo, cuando las puertas
de hierro pesado se abrieron. Al igual que
Taggert y el resto de los hombres, Lon estudiaba
su entorno, buscando cualquier cosa fuera de
lugar.

“¿Estaremos utilizando los túneles para llegar


desde la cochera a la casa principal?” Alec
preguntó con la cabeza aún apoyada en el
regazo de Tag.

Lon y Taggert se vieron. El vehículo se detuvo y


Lon puso a Alec en una posición sentada. “¿Qué
túneles?

La cabeza de Alec se inclinó hacia un lado. “Los

158
que corren por debajo del complejo. Están por
todas partes.”

“¡Joder!” Tag tomó su teléfono celular.

“¿Qué tiene de malo?” Alec preguntó a Lon.

“No sabíamos nada de ellos, así que nadie ha


estado vigilándolos,” explicó Long.

“¿Cómo se entra en los túneles de la casa


principal?” Taggert preguntó a Alec, mientras
estaba todavía en el teléfono.

“Por uno de los estantes de la oficina.”

159
Taggert transmitió el mensaje a través del
teléfono antes de abordar a Alec de nuevo.
“¿Cuál?”

Alec sacudió la cabeza. “Sería más fácil que te lo


muestre.”

Después de varios segundos de discusión, Tag


colgó el teléfono y lo guardó en el bolsillo. “El
Agente Dunn cree que va a estar bien. Una vez
que la entrada se encuentre, nosotros
pondremos a Addy y Alec en una de las
habitaciones seguras antes de comprobar los
túneles.”

Alec sacudió la cabeza otra vez. “Por todos los


medios, mantengan a Addy segura, pero conozco
esos túneles como la palma de mi mano. Tendré
160
que ir con ustedes. Es como un laberinto ahí
abajo. El abuelo Eduardo lo había construido
durante la prohibición y créanme, nunca la policía
tuvo una idea de que estaban allí.”

Una vez que los agentes del FBI estaban en su


lugar, Lon abrió la puerta y jalo de Alec hacia él.
Tag salio por la misma puerta y cubrió la espalda
de Alec, subieron rápidamente las escaleras del
frente de la mansión.

“Alec,” Addy gritó, corriendo a abrazar a su


primo.

Lon dio un paso atrás para dar a los miembros de


la familia la oportunidad de saludarse. Se dio
cuenta de la discusión de Taggert con el Agente

161
Dunn y los hombres de Perro Negro. Tag estaba,
obviamente, diciendo sobre el deseo de Alec por
guiarlos a través de los pasadizos secretos.

Cuando el Agente Dunn sacudió la cabeza, Lon


se acercó para unirse al grupo. No se perdió en
el camino que la mano de Lobo descansaba
casualmente en el culo de Jack. Evidentemente,
los hombres habían arreglado sus diferencias.

“Sé que es arriesgado, pero creo que es el


derecho de Alec. Quién sabe cuántos agujeros
tenía Eduardo Constentine construidos bajo este
lugar. Además, creo que sigues olvidando que
Alec nació en el mundo de la delincuencia
organizada. Se las arregló para mantenerse vivo
mientras espiaba a su familia. Creo que
deberíamos darle algo de crédito por eso,” dijo

162
Lon, manteniendo un ojo en un animado Alec
mientras hablaba con Addy.

“¿Qué estás diciendo?” Preguntó Dunn.

“Que le demos el brazo y lo dejemos ir con


nosotros,” respondió Lon.

“Los fiscales en el caso de Lenny me aplastaran


si se enteran que yo di el visto bueno a eso.”

“Entonces no se los digas. Lo importante es


asegurar cada túnel y escondite ahí.” intervino
Jack, claramente de lado de Lon y de Taggert.

“¿Quién va a quedarse con Addy?” preguntó Joe.

163
Los seis guardaespaldas se veían entre sí. Jack
se acercó y pasó una mano sobre el gran pecho
de Lobo. “Eres el más grande de nosotros. Creo
que deberías quedarte atrás. Estoy adivinando
que los túneles podría ser pequeños para ti.”

Lobo capturó la mano de Jack y lo llevó a la


boca. Él le dio un beso en la palma de Jack y
asintió. “Yo me encargo de ella.”

El Agente Dunn se limpio la garganta. “Voy a


buscar un arma para Alec. Ustedes dos terminen
de jugar con sus besos para que podamos irnos.”

Joe salió por la puerta principal.

Lon volvió al lado de Alec. “Joe ha ido por una

164
pistola, pero tienes que prometerme que
permanecerás entre Tag y yo.”

“¿Qué? ¿A dónde vas?” Addy preguntó a Alec.

“Voy a jugar en los túneles,” respondió Alec.

Las cejas de Addy se unieron. Era evidente que


ella no sabía nada sobre el laberinto subterráneo.
“¿Por qué hay túneles?”

Alec se encogió de hombros. “¿Debido a que


nuestro abuelo era un paranoico? Mamá me dijo
que él los utilizaba para mantener el licor y las
mujeres ahí abajo para sus reuniones especiales
la noche del viernes con sus compinches.”

165
Addy se estremeció. “Nunca pude estar al lado
de ese hombre. Supongo que ahora sé por qué.”

El Agente Dunn dio un paso atrás en el interior y


le tendió una pistola Sig Sauer. “¿Alguna vez has
disparado una de estas antes?”

Alec tomó el arma. Sorprendentemente, se veía


muy cómodo con el arma en la mano. “Si se
disparar, he disparado. Fui destetado en las
armas, no lo olvides.”

Lon tocó la baja espalda de Alec. Era fácil olvidar


la vida que Alec había vivido antes de haberlo
conocido. ¿Cómo se convirtió Alec en el hombre
que era en vez del monstruo que su familia trato
de crear lo asombraba?

166
Joe asintió y dio un paso atrás para hablar con el
resto de los hombres. Lon tuvo la oportunidad de
acercarse más y besar el cuello de Alec. “Te
amo.”

Alec giro la cabeza y Lon fue recompensado con


una de esas brillantes sonrisas. “¿Estás
diciéndolo porque estoy portando un arma?”

Lon se echó a reír. “Ya he visto como portas


armas y lo apruebo mucho.”

****

Jack encontró difícil de creer que no sabían nada


sobre el laberinto de túneles de circulación por
debajo del complejo entero de Constentine. El

167
hecho de que la electricidad fluía a través de los
túneles fue aún más sorprendente. Cuando
habían entrado en primer lugar, se hizo evidente
que los pasillos se habían utilizado hace poco
tiempo. Sacó su linterna de la cintura cuando
Alec pulsó un interruptor y el laberinto estaba
bañado de repente por una cadena de desnudos
focos.

“¿Te diste cuenta de algo?” Le preguntó a


Renaldo.

Renaldo dirigió a Jack la mirada. “No hay


telarañas suficientes.”

“Exactamente.” Jack se acercó a Alec, siendo


fuertemente custodiado por Lon y Taggert.
“¿Lenny utilizaba estas?”

168
Alec se encogió de hombros. “Nunca le oí hablar
de ellos, pero sabía que estaban aquí.”

Llegaron a un cruce y se detuvo. Con tres


opciones, Jack se frotó la parte de atrás de su
cuello. “Está bien, supongo que aquí es donde
nos separamos. ¿Que estamos buscando
encontrar, Alec?

Alec señaló uno de los pasillos. “Bueno, si vas


por esa, llegaras a la casa del guardia. La de la
izquierda va a la cochera y este de la derecha es
un túnel de escape. Con el tiempo te llevará a
una escalera de crudo que saldrá justo dentro de
la esquina suroeste de la propiedad donde está
el cobertizo del jardinero, pero hay una gran
puerta pesada que bloquea la salida. Lo último
que supe, era que sólo el tío Ángelo tenía la
169
llave.”

Alec señalo con la mano todo. “Por supuesto que


todos tienen túneles que llevan fuera de ellos que
conducen a las salas de almacenamiento. La
gran sala que el abuelo utilizaba para las
reuniones estaba por este túnel, que conduce a
la cochera. Creo que sirve para esconder el licor
durante la prohibición en los otros cuartos.”

Jack vio al Agente de Dunn. “Tu dices.”

Joe asintió. “Bastante sencillo. Tres grupos. Jack,


¿por qué no vienes conmigo para comprobar el
túnel de salida?”

Joe se giro hacia el resto de los hombres.

170
“Asegúrense de echar un vistazo a cada
centímetro. Griten si necesitan ayuda. Regresen
aquí cuando hayan terminado.”

Jack les dio a sus dos amantes un guiño


tranquilizador mientras seguía a Joe por el túnel.
Aunque el pasaje estaba iluminado, Jack sacó su
linterna. A medida que caminaban lentamente
por el túnel artesanalmente construido, Jack
utilizo su linterna para asegurarse de que no se
le pasara nada.

“Esto es increíble,” comentó. “Cosas que lees en


los libros, no en la vida real.”

“Es seguro como el infierno que esto dice como


Constentine cimentó su lugar en la organización.

171
Este lugar debe haber sido una mina de oro
durante la prohibición,” respondió Joe.

Llegaron a la puerta por primera vez en la roca


tallada y al pasillo de tierra. Jack se sintió aliviado
al encontrar la puerta abierta. Una búsqueda
exhaustiva de la cámara pequeña mostró nada
más que unas cuantas botellas vacías, un
colchón y un nido de ratas. “Agradable. Así que
por lo menos sabemos que están alrededor.”

Jack odiaba a las ratas con pasión, pero no era


tan malo cuando sabía que podía saltar en
cualquier momento dado. Eran los que salían de
la nada lo que realmente le colmaban la
paciencia. Por supuesto que nunca lo admitiría a
Joe.

172
“Entonces, ¿cuál es la situación con tu equipo?”
Preguntó Joe.

Jack había estado esperando la pregunta. Era


justo ser honesto y directo con el hombre a
cargo. “Estamos trabajando la mierda. No te
preocupes, sin embargo, no afectará a nuestro
rendimiento.”

“No creí que lo haría. Yo no estaba preguntando


como agente, sino como un amigo.”

Jack vio a Joe y le sonrió. “En ese caso, puedo


decirte que estoy locamente enamorado de los
tres. Desde poco después de que fuimos
enviados a nuestro primer trabajo.”

173
Joe se limpio la garganta, evidentemente
incómodo.

Jack tuvo una muy buena idea de lo que Joe


estaba pensando. Fue lo mismo que él había
tenido que explicar a Kev la primera vez que
supo que su hermano estaba involucrado con
tres hombres. “Pregunta. Sé que lo deseas.”

“¿Cómo diablos te juntas con otras tres personas


en primer lugar? Quiero decir, ¿fue como una
orgía de situación y los sentimientos
desarrollados o qué?”

Sin soltar la linterna, Jack se frotó el sudor de la


frente con el dorso de su mano. “No estoy seguro
de cuánto sabes sobre nosotros, pero nos hemos

174
criado juntos por una razón específica. Mac
quería ver si cuatro amantes harían un mejor
equipo que cuatro personas. Todos sabíamos
que íbamos dentro ninguno de nosotros tenía
obsesiones sobre el sexo o compartir con
múltiples parejas.”

“¿Así que lo habían hecho antes?” Preguntó Joe.

“Claro que sí. Aunque no en la medida en que


nos vimos enfrentados súbitamente. Tomó
alrededor de un mes antes de que Lobo por fin
iniciara a nuestro círculo la primera sacudida.
Habíamos estado bebiendo, por lo que una cosa
llevó a otra y antes de que supiera lo que estaba
pasando, estaba rodeado de sexys hombres
desnudos, que yo sabía que me apoyarían si los
necesitaba. Después del primer par de veces, se

175
sentía natural, y alentó a María.”

“Estaba... Quiero decir, ¿verdad ...?”

“¿Unirse? No, ella había sido abusada por el


hombre que fue su guardia, pero parecía
emocionarse con nuestra naturaleza
abiertamente sexual.” Jack se encogió de
hombros. “Nunca estuvo en una posición en la
tuviéramos que ocultar nuestras crecientes
necesidades sexuales o sentimientos, así que
todavía no estábamos acostumbrados a ello.”

“¿Pero piensas que esta vez va a funcionar?”


Preguntó Joe.

176
“Espero que sí. Sé que he aprendido muchas
cosas de lo que sucedió en Chile.”

“¿Como?”

“Podemos ser gay, pero eso no significa que no


somos todavía machos alfa que no les gusta
hablar abiertamente sobre nuestros miedos y
sentimientos. Supongo que he aprendido a no
tomar el silencio como respuesta. Para empujar a
los hombres que se abran al amor. Creer que
podemos abrirnos en nuestro mundo si nos
esforzamos lo suficiente en ello. En cierto modo,
nuestro tiempo en Chile era como vivir en una
Isla. Una vez que nos enfrentamos con la
realidad, nuestras propias dudas nos
destruyeron. No voy a dejar que eso vuelva a
suceder.”

177
“¿Tú... mierda?" Joe dejó de caminar y vio una
puerta de hierro abierta.

Jack pasó la mano por la cerradura destruida. La


puerta tenía que pesar unos buenos doscientos
kilos, definitivamente construida para mantener a
la gente. El bloqueo fue volado abierto con algún
tipo de explosivo, como lo demuestran los hierros
retorcidos de todo el mecanismo. “Creo que oí un
soplete el otro día. Yo no sabía lo que era en ese
momento, pero definitivamente oí algo.”

“Mierda.” Joe sacó su teléfono celular y vio a la


pantalla. “No hay señal. Lo imagine.”

“Bueno, si esto es quemado, se puede adivinar


que hay en la parte superior. Me quedaré aquí.
Sube y haz lo que necesites,” dijo Jack.

178
“Muy bien. Puesto que sabemos que alguien ha
estado aquí, yo voy a traer a más hombres a
barrer este lugar en busca de cualquier
escondite. También tengo que averiguar qué
hacer con esto.” Joe pasó la mano por la puerta,
y sacudió la cabeza. “He estado en ese
cobertizo. No hay nada ahí, sino herramientas.
Yo ni siquiera pensé en poner guardias allí,
supongo que será mejor revisarlo.”

Después de que Joe desapareció por la escalera,


Jack utilizó su linterna para ver alrededor del
área inmediata. Se encontró en el suelo varias
colillas de cigarrillos, pero era difícil saber qué
tan recientes eran.

¿Por qué alguien la rompió? ¿Estaban buscando algo o


espiando?

179
“Hey, Jack” Joe llamó desde arriba.

“Sí.”

“Acabo de llamar a mis hombres. Están en


camino. ¿Por qué no vuelves a la intersección y
te reúnes con los otros?”

“Lo haré,” respondió Jack.

****

“Probablemente debes sentirte raro por estar


aquí, pero yo no,” dijo Alec. “Esta es la única sala
terminada.”

180
“Vamos a salir de aquí. Este lugar es
espeluznante,” respondió Taggert.

Lon no podría creer el tamaño de la cámara. “Es


como una especie de club.”

Alec se rió entre dientes. “Lo fue. Clandestino


propiedad del abuelo. Hizo una fortuna aquí
durante la prohibición. Entre el alcohol y las
prostitutas, que creó.”

“Como sea. No hay nada aquí. Vamonos,” Tag


dijo de nuevo.

Alec se acercó a una hilera de puertas. “Estas


son todas las habitaciones.” Alec abrió una de las
puertas mientras Lon iba con él. “Tío Ángelo...

181
Oh mierda.”

Al momento que Alec abrió la puerta, el pasaje


completo fue abrumado por el olor a carne
podrida. Antes de que Lon pudiese llegar a él,
Alec cayó al suelo y vomitó. Lon se cubrió la
boca con la parte inferior de la camisa y trató de
mover a Alec para poder cerrar la puerta.

Una sola mirada bastó para ver algunos de los


trabajos manuales de Lenny. Varios cuerpos en
diferentes estados de descomposición se
apilaban en un rincón de la habitación. Lon
consiguió cerrar la puerta contra el olor y se
agachó para ayudar a levantar a Alec.

“Vamos, bebé, vamos a salir de aquí.”

182
Antes de salir de la habitación, Lon se arriesgó y
reviso la habitación contigua a la de los cuerpos.
“¡Jodeme!”

Justo cuando decía las palabras, una luz a lado


de un montón de explosivos plásticos
comenzaron a parpadear. Se volvió y cogió a
Alec en sus brazos y corrió por el túnel. Taggert
debió de haber notado la urgencia de Lon porque
sin siquiera preguntar, él ya estaba corriendo.

Lon llegó al primer túnel y dejo a Alec en sus


pies. “¡Corre! ¡Hay una bomba a punto de
explotar!”

Alec corrió con Lon siguiéndolo. Podía oír a Tag


detrás de él justo antes de que la explosión se
produjera.

183
El impacto de la explosión lanzó a Alec hacia
delante de Lon mientras la sala detrás de ellos
explotó, disparando los desechos directamente
hacia ellos. Lon hizo todo lo posible por utilizar su
cuerpo como escudo para proteger a Alec de lo
peor de eso.

Después de la explosión inicial comenzaron a


levantarse, Lon se levantó. Se dio cuenta por el
calor que le corría por la espalda que estaba
herido, pero nada parecía roto. El túnel estaba
tan oscuro como la noche, las luces, obviamente,
quemadas en la explosión.

“¿Alec? ¿Estás herido?” Lon odiaba mover a su


amante en caso de que él hubiese sido herido en
la caída.

184
“Estoy bien” contestó Alec, poniendo sus manos
sobre el pecho de Lon.

Lon no podía dejar de dar a su amante un beso


rápido antes de volver la cabeza en dirección de
Taggert. “¿Tag?”

Cuando Taggert no respondió, Lon besó la cima


de la cabeza de Alec. “No te muevas.”

Se las arregló para ponerse de pie, pero golpeo


directamente a un pedazo grande de escombros.
El punto fuerte de lo que fuera, rompió los
pantalones de Lon directamente en el área de la
espinilla. Él silbó de dolor, pero no gritó. Alec
parecía bastante mal, Lon gritando como un bebé
no serviría de nada.

185
Lon lentamente se abrió camino a través de los
pedazos de muebles y roca hasta que
literalmente se tropezó sobre el cuerpo Tag.
“¿Tag?”

Lon respiró hondo y buscó el pulso, se sintió


agradecido cuando encontró el ritmo débil. “Está
vivo.”

“Voy a buscar ayuda,” dijo Alec.

“¿Todavía tienes tu arma?” Preguntó Lon.

“Sí” contestó Alec. Tras un momento, Alec se


dirigía a la salida del túnel. “Mantenlo con vida
para mí.”

186
Lon sentía a Taggert comenzar a moverse.
“Quédate quieto. Tenemos ayuda en camino.”

“¿Alec?” preguntó Tag.

“Él está bien.”

Taggert maldijo y Lon sabía cómo el hombre se


sentía. Habían estado tan cerca de perder a Alec.
¿En qué demonios había estado pensando al
llevarlo hasta los túneles?

“Yo era... ... ... demasiado lento,” jadeó Tag.

“Está bien. Estamos bien y vamos a salir de esto.


Quédate quieto.”

187
Lon pasó la mano por la espalda de Tag para ver
si tenía lesiones cuando se encontró con un gran
trozo de escombro que era obviamente, la fuente
del dolor de Taggert. No necesitaba ver para
saber la magnitud de la lesión de Tag. En un
segundo su mano estaba totalmente cubierta en
el calor de la sangre de su ex amante. “Tiene un
gran trozo de madera clavado.”

Podía oír voces que venían hacia ellos.


“¡Consigan una camilla!” Gritó.

Lon volvió su atención a Tag. No había duda en


su mente las lesiones de Taggert eran mortales.
Si no lo sacaban de aquí a un hospital en
cuestión de minutos, su compañero se
desangraría hasta morir.

188
“Mantente despierto por mí,” trató de
tranquilizarlo Lon. Pasó una mano sobre la
cabeza de Tag. Esto no debió haber sucedido.
Alec tenía que elegir a Lon, no quedarse con él.

“Tuve que hacerlo,” dijo Tag en voz tan suave


que Lon apenas lo oyó.

“¿Tuviste que hacer qué?” Preguntó Lon.

Tag tosió, el gorgoteo que sonaba que provenían


de Tag le dijo a Lon que la ayuda no iba llegar a
ellos a tiempo.

“¡Rápido!” Gritó Lon. “Quédate conmigo, Tag” le


susurró al oído de Taggert.

189
Capitulo Cinco

En cuanto subieron a Taggert a una camilla y lo


llevaron a la ambulancia, Jack corrió al interior de
la casa principal.

Encontró a sus tres hombres con Alec y Addy en


el centro de mando. “¿Que tenemos?” preguntó.

“Vamos a evacuar el complejo, mientras buscan


mas explosivos,” Lobo contestó, pasando su
brazo por la cintura de Jack. “¿Como esta
Taggert?”

Jack vio a Alec, quien era sostenido por Addy.


Va camino al hospital. Joe mando a Lon también.
Tiene algunas heridas que requerirán puntos.”

190
“¿Creía que Lon estaba bien?” Alec se puso de
pie y se dirigió hacia Jack.

Jack coloco su mano en el hombro de Alec,


reconfortándolo. “Te prometo que Lon solo
necesita que un medico atienda sus heridas, el
va a estar como nuevo.”

Renaldo sacó el teléfono. “Joe envía una


caravana de automóviles. Dice que empaquemos
y estemos listos para cuando lleguen.”

“¿A donde nos llevaran?” Jack preguntó. Podía


decir por la expresión en la cara de Renaldo que
había algo que no quería decir.

“Dijo, que el hizo los arreglos e informo al agente


a cargo de la caravana.”

191
“¿Que acerca de Lon y Tag? ¿Los recogeremos
de donde están? Alec preguntó.

Jack vio el cuerpo entero de Renaldo


estremecerse ante la pregunta. Joder. Jack había
estado en este negocio suficiente para saber que
algo serio sucedía. Tag estaba casi sin vida
cuando ellos llegaron. La reacción de Renaldo le
decía todo lo que necesitaba saber.

Jack había sido testigo de los genuinos


sentimientos que Lon tenía con Alec. Se
preguntaba si seria mejor dejar que Lon hablara
con Alec acerca de la muerte de Taggert. “Ellos
se quedaran con Lon. Estoy seguro que Joe les
dirá donde estamos cuando los den de alta.”

Jack junto sus manos. Necesitaba hablar con


Seb y pedirle instrucciones, pero sabía que no

192
podía hacer la llamada cerca de Alec. “Vayan a
empacar.” Jack se dirigió hacia Lobo. “¿Puedes
recoger mis cosas mientras voy con Addy?”

Lobo beso la sien de Jack. “Claro.”

“Alec, tu maleta ya esta empacada y en la puerta


porque no subes con Renaldo, Lobo y Carlo.”

Jack vio su reloj. “Nos encontramos en la base


de la escalera en diez minutos.”

****

Tan pronto como se quedo solo con Addy, tomo


el teléfono. “Necesito hablar con Seb.”

Addy se detuvo en el acto de sacar su maleta del


armario. “¿Sucede algo malo?”

193
“Taggert no lo logro.”

Addy se desplomo al suelo. Jack envolvió sus


brazos alrededor de ella, mientras ella lloraba.

“Shhh, estas a salvo,” Jack trato de calmarla.

Addy sacudió la cabeza. “Un hombre murió por


mi causa.”

“No. Un hombre murió haciendo su trabajo. No lo


tomes personal. Tag conocía los riesgos cuando
eligió esta línea de trabajo.”

Ellos todos lo sabían. Jack había siempre


pensado que la razón para ser guardaespaldas
era que parecía una vida apasionante. La muerte
siempre era un error lejano y vivían la vida de la
única manera que conocían.

194
****

Jack estudiaba el estéril alrededor y sacudió la


cabeza. “Nunca pensé que regresaría a una base
militar en mi vida.”

Renaldo presiono su cuerpo contra la espalda de


Jack. “¿Que tu vida con los marines fue tan
mala?”

“Diablos. No te equivoques, Amaba mi trabajo,


solo odie vivir cada día que estuve enlistado.”
Jack sacudió su cabeza y se giro en los brazos
de Renaldo. “Yo necesito joder al menos una vez
mientras este aquí. Mi propio pago personal por
los seis años de abstinencia. Espero que tengas
las cosas.”

195
Renaldo se rio y beso a Jack. Oyeron la puerta
del pequeño cuarto que les habían asignado a
los perros negros y se separaron. Antes de
poderse girar y ver quien entraba otro par de
fuertes brazos los envolvieron.

Jack se presiono contra el fuerte cuerpo de Lobo,


Feliz de estar en sándwich entre sus amantes.
“Ahora todos extrañamos a Carlo.”

Lobo lamió un lado de la cara de Jack. “El llegara


en un segundo. Se esta asegurando de que
Addy y Alec estén acomodados y bien
protegidos.”

“¿Alec ya lo sabe?” Renaldo preguntó.

196
“No. Addy cree que debemos esperar hasta de
Lon regrese. El viene en camino, así que solo
necesita estar con Alec un poco más,” Lobo dijo.

Jack sacudió la cabeza. El estéril lugar le


causaba aflicción. Entendía porque Joe los había
instalado en el centro de una base militar, pero el
no podía creer que no se les permitiera proteger
a sus propios clientes mientras estuvieran ahí.
Ellos fueron obligados a dejar las armas en la
puerta de la entrada.

Cuando Lobo movió su mano entre la ingle de


Jack y de Renaldo. El primer instinto de Jack fue
ver a las ventanas y asegurarse de que fuera un
lugar seguro. Cuando Lobo comenzó a
desabrochar los Jeans de Jack, Jack estaba muy
ocupado con los de Renaldo. “¿Debemos
esperar a Carlo?”

197
“No es necesario, estoy aquí,” Carlo dijo,
entrando al cuarto.

“Cierra la puerta,” Lobo gruño, quitándose su


ropa. “Una vez que empiece nada me detendrá.”

Lobo fue el primero en estar hermosamente


desnudo. Mientras Jack se desnudaba, veía los
músculos en la espalda de Lobo flexionarse
mientras quitaba el colchón de la cama individual
y los llevaba al piso creando una agradable cama
tamaño king. “Nosotros tenemos que estar de
lado de esa manera nos acomodamos todos.”
Lobo comento.

Desnudo Jack se lanzo hacia Lobo, cayendo


ambos en la improvisada cama. “Yo me acuesto
arriba de ti. Como esto”

198
Lobo tomo la cabeza de Jack y le dio un profundo
beso. Jack se abrió inmediatamente a la lengua
de Lobo que exploraba su boca. Jack se movía
entre su cadera, presionándose contra el duro eje
de Lobo.

Lobo quebró el beso y vio a Jack. “Me asuste


tanto cuando oí la explosión.” Lobo chupo el labio
inferior de Jack en su boca por un momento
antes de continuar. “No sabría que hacer si los
perdía de nuevo.”

Renaldo y Carlo se unieron a ellos en la cama a


cada lado de Lobo. Jack se sentó a horcajadas
en la ingle de Lobo, y pasó un mano en Renaldo
y otra en Carlo. “Amores, ayúdenme a convencer
a Lobo que no me voy a ningún lado.”

199
Carlo sonrió e inmediatamente ataco la boca de
Lobo. Ellos habían aprendido hace mucho tiempo
que era mas fácil hacer pares en la cama y luego
cambiar que tratar de coordinar ocho diferentes
brazos y piernas.

Cuando Lobo gimió dentro del beso, Jack se giro


hacia Renaldo. “¿Tienes las cosas?”

Renaldo asintió tomo el pene de Jack y Jack


enterró su cara en el cuello de Renaldo antes de
besar su camino hacia el oído. Lo último que
quería era matar el humor del cuarto, pero el
tenia que saber. “¿Como esta Alec?”

Renaldo se empujo contra Jack. “El esta


confundió, preocupado por Lon y Tag. Creo que
realmente los ama.” Renaldo limpio su garganta.
“Amaba, supongo. Quise decir todavía tiene a

200
Lon, pero no estoy seguro como logren manejar
la noticia.”

Carlo pasó sus dedos entre las nalgas de Jack


hacia el culo. Deteniéndose sobre el arrugado
agujero. “Suficiente de hablar. Vamos a joder.”

Renaldo tomo la botella de lubricante. Jack y


Carlo ambos extendieron la mano y Renaldo
vertió una buena cantidad en ambas manos.
Ellos habían estado juntos muchas veces así que
se movían como una cuidadosa coreografía de
ballet.

Jack regreso su atención en los labios de


Renaldo mientras pasaba su lubricado dedo por
el agujero de Carlo. Igual que una maniobra
perfectamente practicada, ellos entraron en el
otro al mismo tiempo. Jack sostuvo el aliento un

201
momento rompiendo el beso que habían
disfrutado. “Todos.”

El largo dedo de Carlo entraba en el culo de


Jack.

“Ahhh, joder,” Jack gimió.

Oyó el gruñido de Lobo. “Dáselo, Carlo.”

Carlo tomo la orden en serio y rápidamente


empujo otro dedo dentro de Jack. Tomando todo
lo bueno que podía, Jack acepto otro dedo de
Carlo. En segundos ambos estaban gimiendo y
empujándose hacia el hombre bajo ellos.

“Te necesito,” Jack jadeo. Oyó que el condón se


rompía. Una vez que el juicio terminara, Jack
esperaba haber demostrado que su relación

202
podía funcionar y se hicieran el examen.
Entendía la necesidad de condón, porque
Renaldo había admitido que había usado otros
hombres tratando de aliviar el dolor de la
separación anterior, pero Jack odiaba los
condones con pasión.

Lobo golpeo la mano de Jack. “Mi turno.”

Jack retiro sus dedos y regreso la atención a


Renaldo. Se movió lo suficiente para darle
acceso al pene de Renaldo. Antes de que
Renaldo colocara el condón en su hermoso eje,
Jack se inclino y lamió la corona. Gimió cuando
el presemen cubrió su lengua.

Un gruñido detrás de él capto su atención y vio el


grueso pene de Lobo empalar a Carlo. Jack
libero el pene en su boca y se giro entre Renaldo

203
y Lobo. Ver a sus amantes siempre lo excitaba.
Jack levanto sus piernas, Renaldo sabia que
estaba listo y suspiro mientras Renaldo se
acomodaba en su espalda.

“Voy a amarte tan bien,” Renaldo le murmuro al


oído a Jack.

Jack asintió. No tenía ni una duda en su mente


de lo que dijo Renaldo. Al parecer a Lobo y
Renaldo les gustaba joder duro y profundo.
“Hazlo.”

La cabeza del pene de Renaldo se presiono


contra el estirado agujero de Jack y se empujo a
su interior. La piel de Jack se erizo en piel de
gallina. Mientras su cuerpo luchaba por
acomodar el tamaño de la invasión.

204
Con sus ojos en el pene de Lobo que entraba y
salía del culo de Carlo, Jack deseo tener otro par
de manos. “Sostén mis piernas” le indico a
Renaldo.

Renaldo gruño e hizo lo que se le pidió, dejando


que la mano libre de Jack viajara por los dulces
cuerpos frente a él. Lobo giro la cabeza y beso
profundamente a Jack quien acepto la lengua
con entusiasmo.

A pesar de que el sexo siempre había sido


caliente, Jack sabía que era más que eso. Los
cuatro rara vez hablaban abiertamente sobre sus
sentimientos hacia los otros. Solo en la cama
permitían que sus corazones fueran vistos y
sentidos por los otros. Después de los eventos
de ese día, Jack sabía que ellos necesitaban

205
tiempo para reconectarse, reasegurarle a los
otros que todos estarían bien.

La mano de Lobo envolvió el pene de Jack. Jack


quebró el beso y gimió. Empujándose hacia
Renaldo que continuaba entrando en el. “Voy a
correrme,” Jack advirtió.

“Llena mi mano, bebé,” Lobo dijo, aumentando el


ritmo en el pene de Jack.

Jack se permitió correrse, disparando…


liberándose. Todo lo que el necesitaba estaba
ahí, envuelto en los brazos de los hombres que
amaba.

El cuarto se lleno de gruñidos y gemidos de


éxtasis, cuando cada uno de sus amantes

206
llegaba al borde. Ellos colapsaron en una pila de
jadeantes y saciados cuerpos y Jack no podía
ser más feliz.

****

Lon subió al asiento trasero junto con el Agente


Dunn y el negro vehiculo salio del
estacionamiento del hospital.

“¿Como estas?” Joe pregunto.

Lon se encogió de hombros. “Trabajamos juntos


muchas veces. Me tomara un tiempo superar que
se fue.”

Joe asintió.

207
Lon podría decir que Joe estaba molesto, pero no
sabía porque. “¿Crees que debería haber hecho
algo diferente?”

“No dije eso,” Joe contesto.

“Entonces ¿Que diablos esta sucediendo? Me


tratas como si fuera mi culpa.”

Joe sacó una bolsa del bolsillo trasero y se la dio


a Lon. “¿Reconoces esto?”

Lon tomó la bolsa y estudio el contenido. “Es un


control remoto de algún tipo.” Debido a los
acontecimientos del día, la respuesta estaba en
ante sus ojos. “¿Eso es lo que detono la bomba?”
Joe asintió.

“¿Donde lo encontraron?” Lon preguntó.

208
“¿No lo sabes?” Joe pregunto con las
mandíbulas tensas.

Lon exploto y golpeo con el puño el asiento.


“¡Detén el jodido carro!”

“No puede hacer tal cosa,” Joe le ordeno al


chofer.

“Te juro por dios que estoy a segundos de


golpearte la jodida cara si no me lo explicas.”

“¡Lo encontramos en la bolsa de los pantalones


de Taggert!” Joe le grito.

Silbo. El aire dejo los pulmones de Lon y el se


inclino tratando de recuperar el aire. “No.”
sacudió la cabeza. “Lo conocía. No podría…”

209
“Lo hizo.” Joe regreso el control remoto a su
bolsa. “Estamos investigándolo.”

Lon se froto la cara con sus manos. “¿Como?


Estaba conmigo y con Alec. ¿Como pudo alguien
dárselo? Y si el lo estaba haciendo, como pudo
hacerlo estando el mismo dentro... ¡joder!”

“¿Que?”

“Justo antes de que muriera, dijo que el había


sido demasiado lento y entonces dijo algo de que
había hecho esto. Supongo que no entendí lo
que estaba hablando en ese momento.”

Joe se froto la parte de atrás del cuello. “Estoy


bajo ordenes. No puedo permitirte que estés solo
con Alec, hasta que esto se aclare. Debe
tomarnos un día o dos. Lo siento.”

210
La idea de que el incluso pudiera dañar a Alec
empezó a molestarlo de nuevo, pero entonces el
se dio cuenta de que Joe estaba simplemente
protegiendo a Alec. Diablos, si alguien tenia a
Taggert, ellos podrían tener a cualquiera de ellos.

“Solo llévame con él,” Lon pidió.

“El no sabe acerca de Taggert. Todo el mundo


estuvo de acuerdo en esperar hasta que llegaras
con él.”

Lon se recostó contra el respaldo y vio al techo.


“Entiendo que necesitan asegurarse que este a
salvo, pero ¿podrían quedarse en una esquina
del cuarto o algo así? había algunas cosas entre
nosotros y no se como va a reaccionar ante la
noticia.”

211
“Claro.” Joe se seco el sudor en sus manos en
sus pantalones. “Tienes que dejar las armas
cuando entremos a la base. Hay guardias
armados alrededor de las barracas y enfrente del
cuarto.”

Lon levanto las manos. “Eres libre de revisarme,


pero ellos me quitaron el arma en la ambulancia.”

“No te estoy insultando, pero necesitamos


revisarte. Y te juro que no es personal. Pero
hasta que no investiguemos mas profundo las
cosas, no estoy seguro en quien confiar.”

“¿Hablaron con Seb?” Lon preguntó.

Joe asintió. “Amir, Bram y Seb están en un avión


en camino. Temo que ustedes cinco tendrán un
intenso interrogatorio por sus jefes.”

212
Lon gruño. Sabía que la decepción de Taggert
traería repercusiones a la buena reputación de la
agencia.

****

Lon siguió al Agente Dunn por el pasillo


maravillado por el número de guardias ante la
puerta de Alec.

“Addy esta aquí también,” Joe comento antes de


tocar a la puerta.

Addy salto de la cama y prácticamente se lanzo a


los brazos de Joe, mientras Alec permanecía en
la cama. No se había dado cuenta hasta que se
acerco que Alec dormía.

“Ha sido un día difícil,” Addy murmuro.

213
Lon asintió y se quito los zapatos. La cama era
estrecha, pero afortunadamente había suficiente
espacio para acostarse a lado del hombre que
amaba. Antes de despertar a Alec, Lon tomo la
oportunidad de ordenar sus pensamientos.
¿Como le diría a Alec no solo que Taggert murió,
sino que él los había engañado?

Se apoyo en su codo y vio a Joe. “Joe”

Joe quebró el beso con Addy. “¿Si?”

“¿Tengo que decirle acerca del control remoto?”

Joe sacudió la cabeza. “Es tu decisión, pero no


estoy seguro que ocultarle información sea lo
mejor ahora.”

214
Lon decidió jugar con el oído de Alec. Las
noticias iban a ser devastadoras. Lon no podía
imaginar como Alec se sentiría. Lon envolvió su
brazo alrededor de la cintura de Alec y lo beso
en los labios. “¿Alec?”

La reacción inicial de Alec fue acurrucarse contra


el pecho de Lon. Lon sostuvo a su amante más
cerca. “Despierta, bebé.”

Alec abrió los ojos y se quedo un momento


rígido, antes de abrazar a Lon. “Estas aquí.”

“Si,” Lon contesto, besando a Alec de nuevo.

“¿Como esta Tag?”

Lon trago el nudo en su garganta.

215
Cuando Lon no contesto, Alec se alejo lo
suficiente para verlo a los ojos. “¿Lon?”

“No lo logro, bebé. Lo siento. Sus heridas eran


demasiado severas.”

Alec sacudió la cabeza y se presiono contra el


pecho de Lon. “No. estas mintiendo.”

Lon utilizo su mayor fuerza y sostuvo a Alec en


su lugar. “Lo siento. Desearía poder cambiar lo
que sucedió pero no puedo.”

Alec colapso contra el pecho de Lon. Aunque


podía sentir el cuerpo de Alec temblar, no creía
que estuviera llorando lo que preocupo aun mas
a Alec. Froto sus manos en la espalda de Alec y
permaneció en silencio, rezando por que Alec lo

216
amara lo suficiente para que ambos atravesaran
los días por venir.

“Es mi culpa,” Alec finalmente murmuro contra el


pecho de Lon. “Nunca debería haberlos llevados
ahí.”

“No, bebé. No digas eso. Si tu no nos hubieras


llevado a los túneles, esos explosivos hubieran
detonado mientras te llevábamos a la casa y te
hubiéramos perdido.”

“En lugar de eso perdimos a Tag,” Alec murmuro.

Lon cerró los ojos. Deseaba saber como decirle a


Alec sobre la parte que jugo Taggert en su propia
muerte. Abriendo los ojos, Lon vio hacia Addy y
Joe, pidiendo en silencio ayuda.

217
Addy sacudió la cabeza y coloco un dedo en su
boca. Lon asintió. Captando el mensaje de que
no era el momento correcto. El acomodo su gran
cuerpo en la estrecha cama y siguió sosteniendo
a Alec. Podría sostener a Alec por el resto de su
vida si eso que se sintiera a salvo el hombre que
amaba.

218
Capítulo Seis

Jack se estremeció cuando el convoy se detuvo


en la mansión Constentine. Bram, Seb y Amir
estaban en los escalones, con los brazos
cruzados. “Mierda se están preparando para
saltar sobre nosotros.”

“Sí,” Lobo estuvo de acuerdo.

Con una respiración profunda, Jack abrió la


puerta y esperó a que sus hombres se unieran a
él. Cuando Lon se detuvo, Jack le hizo un gesto
para que siguiera. “Somos un equipo, no importa
lo qué suceda.”

Jack todavía no sabía lo que había pasado con

219
Taggert, pero él no tenía ninguna duda sobre la
inocencia de Lon. Los cinco caminaron juntos
para presentar un frente unido.

“Buenos días” saludó Seb.

“Buenos días” respondió Jack. Su mirada se


dirigió hacia los escombros de la cochera. Una
excavadora había sido contratada para ayudar a
eliminar algunos de los escombros. “¿Algo
nuevo?”

Amir sacudió la cabeza. “Tienen que deshacerse


de la casa antes de poder llegar a la sala de
abajo. Sin embargo la revisión de la casa esta
bien, así que vamos a pasar al interior.”

220
La mano de Carlo rozó la espalda de Jack
mientras se abrían camino hacia el centro de
mando. Una vez adentro, los cinco se sentaron
en el mismo lado de la mesa, frente a Seb, Amir
y Bram. La expresión sombría en el rostro de
Bram, junto con la carpeta de archivos que
continuamente golpeaba contra la mesa,
preocupó a Jack.

Por último, la carpeta de papel manila se abrió y


la arrojó sobre la mesa. “Parece que la amplia
verificación de antecedentes que realizamos en
nuestros agentes antes de ser contratados ya no
es suficiente,” comenzó Bram. Señaló hacia uno
de los documentos dentro del archivo. “Darren
Taggert se casó hace tres años en Italia. Nunca
presentó una licencia de matrimonio en los
Estados Unidos, así que de acuerdo con el

221
gobierno de los Estados Unidos, no está
legalmente casado. Él en ningún momento
notificó a la agencia que era un hombre casado.
Dio el nombre de su esposa como beneficiario en
su póliza de seguro de vida. Sin embargo, Rose
Marie Taggert figuraba como su hermana y no su
esposa.”

Lon inmediatamente se levantó. “Me disculpan.”

Jack sabía que el gran hombre estaba tratando


de dejar la habitación antes de explotar con una
prueba más del engaño de Tag. No había
ninguna persona en la habitación que no supiera
del pasado de Lon y Tag.

Después de que Lon salio del centro de mando,

222
Jack se dirigió a sus jefes. “El es inocente en
todo esto.”

“Espero que estés en lo cierto,” dijo Amir. “Joe


encontró un teléfono de prepago en la maleta de
Taggert, oculto bajo el forro. Hasta ahora el
número no coincide con ninguno de los que se
encontró en el teléfono de Lenny, pero tiene que
haber una conexión.”

Amir sacudió la cabeza y lanzo la carpeta de


archivo de nuevo frente a él. “No necesito decir lo
que esto va a hacer a nuestra reputación cuando
se corra la voz.”

“¿Has determinado cómo, y por qué, lo hizo


Tag?” Preguntó Lobo.

223
Bram, el investigador principal de la agencia de
protección los Tres Socios, sacudió la cabeza.
“Tengo a Mac investigando en todos los aspectos
de la vida de Taggert. Está llamando a todos los
que le deben un favor. Si Taggert tiene algún
esqueleto más en su armario, Mac lo
encontrara.”

“¿Sospechas que siempre estuvo sucio?”


Preguntó Jack. Viendo a Lobo. “Recientemente
hemos descubierto que algo raro pasó después
de la muerte de María. Creo que estoy
empezando a preguntarme si podría haber
Taggert desempeñado un papel en eso.”

Los ojos de Amir se estrecharon. “Explícate.”

****

224
Lon estaba sentado a la mesa de la cocina
cuando Carlo entró en la habitación. Se sentía
como una mierda, y lo último que necesitaba era
hablar de ello, pero sabía que había algunas
cosas que responder. “¿Te mandan aquí para
sacar todos mis oscuros secretos?”

Carlo tomo una botella de agua de la nevera y se


sentó al otro lado de Lon. “En realidad no. Están
hablando sobre lo que pasó después de la
muerte de María y si Taggert desempeñó un
papel o no.” Carlo sacudió la cabeza.

“Simplemente no podía más, así que pensé en


tomar un poco de agua y asegúrame que
estuvieras bien.”

225
“Yo no sabía nada de que Tag tenía una esposa,
aunque he estado aquí sentado pensando en
ello, y tiene sentido.”

“¿Cómo es eso?”

Lon se encogió de hombros. “En más de una


ocasión, Tag y yo estuvimos... involucrados.
Excepto que en cuanto la asignación terminaba,
nosotros terminábamos. Nunca lo entendí, pero
ahora sé que él tenía una esposa esperando en
casa.”

Aunque dijo las palabras como un hecho, por su


tono, le pesaba en el alma. “Todavía no le he
dicho a Alec que Tag estuvo involucrado en la
explosión. ¿Cómo voy a decirle que Tag estaba

226
casado?”

“Tendrás que decirle la verdad y estar ahí


mientras él lo maneja.” Carlo tomó un sorbo de
agua. “Eres realmente muy afortunado en ese
sentido. Sólo tienes un hombre para ayudar a
mantener junto a ti. Tengo tres. Después de la
muerte de María... No sé, supongo que lo que
teníamos no era suficientemente fuerte.”

“No creo que eso sea verdad” replicó Lon. “Los


he visto a los tres cómo se ven entre ustedes. Es
casi como que hay demasiado amor entre
ustedes.”

Carlo soltó un bufido. “¿Cómo puede haber


demasiado amor?”

227
Lon no era un experto en las relaciones, diablos,
bastaba con ver la suya, pero él sabía que era
amor cuando lo veía. “Los cuatro parecen estar
caminando con mucho cuidado alrededor de los
otros, como si estuvieran expectantes, esperando
a que algo les suceda y que se separen de
nuevo.”

“A lo mejor lo estamos. Es que todos sabemos


cómo se sentía la última vez. No creo que
ninguno de nosotros pueda manejar eso de
nuevo.” Carlo se levantó y terminó su agua antes
de arrojar la botella en el contenedor de reciclaje.
“Será mejor que regrese.”

“¿Carlo?” Llamó Lon cuando el hombre comenzó


a caminar hacia la sala.

228
Carlo se detuvo y se giro. “¿Sí?”

“Gracias por preocuparte por mí. Lo siento si te


hice enfadar por lo que he dicho. Sólo quiero que
lo de los cuatro pueda arreglarse esta vez.”

Carlo asintió, pero no hizo ningún comentario


antes de a salir de la cocina.

Solo, Lon sacó su teléfono y llamó a Addy.

“¿Hola?,” Respondió Addy.

“Soy Lon. ¿Cómo esta Alec?” Lon oyó suspirar a


Addy por teléfono. “No muy bien. Nos estamos
preparando para ir a una reunión con el fiscal, y

229
parece que no puede concentrarse en nada
durante más de unos minutos a la vez.”

“¿Puedo hablar con él?” Preguntó Lon.

“Claro, cariño. Espera.”

“¿Lon?”

Solo el sonido de la voz de Alec fue suficiente


para mejorar el estado de ánimo de Lon. “Oye,
bebé. ¿Cómo estas?”

“Bien, supongo. Y tú” preguntó Alec.

230
“Estaría mejor si estuviera contigo. En el lado
bueno es que la mansión ha sido limpiada, por lo
que nos traerán de vuelta aquí pronto.”

“Addy se alegrara. Se está poniendo un poco


insolente por estar limitada a esta sala.”

Lon oía a Addy negar la afirmación desde el


fondo.

“Deberías decirle que llame a Joe. Por lo que sé,


ella tiene algo con el agente a cargo.”

Alec se rió entre dientes. “Lo haré.”

Lon cerró los ojos y las lágrimas cayeron. “Te

231
necesito. Por favor, no dejes que esto destruya lo
que tenemos.”

Alec se mantuvo en silencio durante unos


instantes. “Si todo se reduce a alejarse para
mantenerte a salvo, lo haré.”

¡Carajo! Alec todavía se culpaba por la muerte de


Taggert. Era más importante que nunca que le
dijera la verdad a Alec. “¿Podemos hablar de eso
más tarde?”

“¿Hay alguien más en la habitación contigo?”


Preguntó Alec.

“No, pero prefiero esperar para hablar.” Debido a

232
sus años en el negocio, Lon era capaz de decir
más por las expresiones faciales de Alec que por
sus palabras.

“¿Lon?”

“Estoy aquí.”

“Sabes que aún te amo, ¿no? Quiero decir, yo


estoy pasando un momento difícil debido a lo que
pasó con Tag, pero no quiere decir que ya no te
amo.”

Lon se frotó el dolor en el pecho. “Gracias por


decirme eso. Si lo supiera o no, es bienvenido
escucharlo.”

****

233
Antes de finalizar la reunión, Joe había acordado
llevar a Addy y Alec a la mansión. Jack tenía una
fuerte sospecha de que la airada llamada
telefónica que había recibido de Addy
anteriormente, ayudo en adelantar las cosas ese
día.

Aunque la seguridad en todo el perímetro del


recinto se triplicó, al menos el FBI había
acordado permitir que los guardaespaldas
contratados de la agencia de protección Tres
Socios mantuviesen sus tareas.

“¿Puedo hablar contigo?” Carlo preguntó cuando


salieron del centro de mando.

“Claro que sí.” Jack se hizo a un lado y esperó a

234
que Carlo hablara.

“No aquí. ¿Puedes subir?”

Jack vio su reloj. Addy y Alec no llegarían hasta


dentro de dos horas. “Déjame decirle al resto de
los muchachos.”

“Sólo tú,” dijo Carlo antes de que Jack pudiera


alejarse.

“¿Eh?”

“Me gustaría hablar contigo a solas,” aclaró


Carlo.

235
“Está bien.” Jack sabía que Carlo necesitaba a
alguien en ese momento. “Tengo que decirles
dónde vamos a estar en caso de que seamos
requeridos.”

Carlo asintió. “Me reuniré contigo en tu antigua


habitación.”

Jack encontró a Lobo y Renaldo haciendo


bocadillos en la cocina. Con la cocina vacía, Jack
dio a cada uno de sus amantes un profundo
beso. “Carlo me pidió hablar conmigo a solas, así
que si alguien nos necesita, vamos a estar en mi
cuarto.”

Las manos de Lobo se apretaron. “¿Por qué


quiere hablar contigo a solas? ¿Hay algo que no
nos está diciendo?”

236
Jack negó y trató de calmar a Lobo con otro
beso. “No lo creo. Carlo probablemente sólo
necesita un poco de tiempo a solas conmigo. Eso
es todo.”

“No me gusta,” comentó Lobo “No debemos tener


secretos entre nosotros.”

“No te pongas molesto sobre esto hasta que


estemos seguros de lo que está pasando,”
advirtió Jack. “Sólo nos dan unos minutos. Voy a
llamarles si los necesito.”

Jack salió de la cocina sin darle oportunidad a


Lobo de discutir. No se había escapado a su
atención que Renaldo no había dicho nada
durante el curso de su conversación. Subió las

237
escaleras de dos escalones a la vez y abrió la
puerta de su habitación.

Carlo estaba en el centro de la cama,


ligeramente doblado sobre sí mismo. Jack se
quitó los zapatos y se unió a su amante, jalando
al hombre más delgado a sus brazos. “¿Pasa
algo?”

Carlo se acurrucó más y sacudió la cabeza. “En


realidad no. Tengo un dolor de cabeza y pensé
que tal vez podría convencerte de dormir
conmigo hasta que desaparezca.”

“¿Estás enfermo?”

“No lo creo. Es sólo unos días estresantes. Voy a

238
estar bien una vez que vuelva a comenzar a
dormir mejor una noche. Dime, por favor que
¿vamos a conseguir una cama lo suficientemente
grande para todos nosotros? Amo a los tres, pero
necesito más de treinta centímetros de espacio
para dormir.”

“Tal vez deberíamos dormir en parejas hasta que


podamos tener una cama para todos nosotros.”
Jack pasó la mano por la espalda de Carlo hasta
el culo.

Con los ojos cerrados, Carlo sonrió. “¿Qué tan


bien piensas que lo tomarían Ren y Lobo?”

Jack apoyó la cabeza en la almohada de Carlo y


besó la coronilla de su amante. “No sé, pero es

239
mejor que tenerte enfermo porque no estás
descansando adecuadamente.”

“¿Dónde vamos a vivir, Jack? Ni siquiera hemos


hablado de eso.”

“No lo sé. Quiero decir, mi apartamento es


demasiado pequeño, pero no me importa
venderlo. El lugar de Lobo no esta mal, es lo
suficientemente grande para todos.”

“¿Has estado ahí?” Preguntó Carlo.

“Sí, hace un par de años, antes de que nosotros


nos engancháramos. Le di un raid una vez
cuando tuvimos una tarea conjunta en Denver.

240
En realidad, ese lugar tiene muchas
posibilidades. Está a sólo unos diez minutos, por
lo que ir en coche al aeropuerto no es tan malo.
Lo que es aún mejor es que esta bastante
aislado.”

“¿Crees que le importaría que todos nosotros nos


mudáramos?”

“No. Lo heredo de su familia, así que estoy


seguro de que no lo quiere vender de todos
modos.”

“Nosotros no pasamos suficiente tiempo


individual entre nosotros.”

Carlo desabrochó la camisa de Jack y puso su

241
cabeza sobre el pecho de Jack. “Debemos hablar
con ellos sobre esto.” Carlo besó el pezón de
Jack. “¿Crees que Ren y Lobo entiendan acerca
de dormir de dos en dos? Lo último que quiero es
lastimar los sentimientos de alguien.”

Jack envolvió sus brazos alrededor de Carlo y le


besó la cima de la cabeza. “Creo que ellos van a
entender.”

****

Al segundo en que Alec entró en la casa, Lon fue


sobre él, levantándolo de sus pies para un
profundo beso. Alec envolvió sus brazos
alrededor del cuello de Lon y se abrió
voluntariamente. Las horas dedicadas a repasar

242
su testimonio habían sido un infierno, y todo lo
que él quería era lo que estaba recibiendo.

Lon no sólo hizo que Alec se sintiera seguro, sino


querido. Él rompió el beso y se quedó mirando a
los ojos de Lon. “Te he echado de menos.”

“Yo también.” Lon puso a Alec sobre sus pies.


“¿Has comido?”

Alec sacudió la cabeza. “Se ofrecieron a


llevarnos algo, pero Addy y yo sólo queríamos
estar aquí.”

Lon se dirigió a la cocina, jalando de la mano a


Alec. “Vamos a alimentarte para que puedas
estar a solas contigo.”

243
“Dado a elegir, yo prefiero ir arriba,” dijo Alec.

Lon abrazó y besó a Alec en la cima de la


cabeza. “Tienes que comer. Simplemente toma
un minuto calentar un poco las sobras. Podemos
llevarlas al piso de arriba si quieres.”

Era obvio que Lon no dejaría su intención de


alimentar a Alec. Resignado, Alec siguió a Lon a
la cocina. Mientras Lon trabajaba para llenar un
plato, Alec sacó dos botellas de agua de la
nevera.

Las preguntas antes con el fiscal todavía


rondaban en su mente. Él había sabido que
Lenny había sido más fuerte que el tío Ángelo,
pero hasta que el fiscal comenzó a hacerle
preguntas sobre exactamente lo que había
244
presenciado, Alec no tenía ni idea del largo
alcance o del salvaje reinado de Lenny.

“¿Han encontrado algo sobre los cuerpos en el


túnel?” preguntó.

Lon puso el plato en el microondas y lo encendió.


“No. No han sido capaces de llegar a ellos,
demasiada mierda en la parte superior tiene que
ser retirada.”

“Los cinco fueron muertos, al mismo tiempo.”


Alec tomó un sorbo de agua. “Han de haber
estado desesperados para ocultarlos ahí abajo.”

“Sí, estoy seguro de que tienes razón,” comentó

245
Lon.

Alec se pasó los dedos por el pelo. Los cuerpos


en descomposición aún estaban frescos en su
mente. Él dudaba que alguna vez la imagen
saliera de sus sueños. “¿Te diste cuenta que tres
de ellos vestían trajes? Eso me dice al menos,
que los tres estaban en viaje de negocios. Era
una regla de la casa que todos los negocios de la
familia, a pesar de la naturaleza, se discutían de
una manera profesional que incluía vestir traje.
No sé sobre los otros dos.”

Lon abrió el horno de microondas y retiró el plato.


Lo colocó sobre el mostrador y envolvió un brazo
alrededor de la cintura de Alec. Alec había
puesto su vida en la línea muchas veces por ir en
contra de su familia para pasar información a los

246
federales. “¿Te has dado cuenta de todo eso?
¿Tal vez estás en la línea equivocada del
trabajo?”

Alec se encogió de hombros y sonrió a su


amante. “Entender la táctica ayudó a
mantenerme vivo. Créame, yo soy bueno en
eso.”

El don de Alec para leer el lenguaje corporal le


decía que Lon no le estaba diciendo algo. Esa
era la razón por la que tenía que hablar en
privado con el hombre que amaba.

Una vez que el plato se había enfriado lo


suficiente, Lon lo tomo. “Vamos.”

247
Alec asintió y agarró las dos botellas de agua,
siguió a Lon a la escalera de servicio.

“Nos han dado esta área.” Lon indicó. “Es la que


Renaldo usaba.”

Alec asintió y abrió la puerta. Él tomó el plato de


Lon y lo dejo sobre el escritorio frente a la orilla
de las ventanas. “Realmente no tengo hambre.”

Lon se detuvo en el proceso de quitarse las


botas. “Desnúdate y tráelo aquí.”

Alec sonrió cuando empezó a desabrochar su


camisa. “¿Vas a darme de comer?”

248
“Si tengo que hacerlo.” Lon se despojó de su
ropa y retiro las mantas mostrando las sábanas
blancas.

Una vez desnudo, Alec tomo el plato y se unió a


Lon en la cama. “Voy a hacer un trato. Yo
comeré si me dices lo que realmente está
pasando.”

Lon se sentó y se enfrentó a Alec. “¿Qué quieres


decir?”

Alec ensarto un pedazo de brócoli con el tenedor


y lo sostuvo frente de su boca. “¿Qué no me
estás diciendo?”

En una muestra de buena fe, Alec se metió la

249
comida en la boca. Era obvio que Lon estaba
nervioso. Lo que significaba que los secretos que
mantenía debían ser de los grandes. Alec no
tenía ninguna ilusión de que Tag fuera perfecto.
Había sido testigo de ello, cada vez más,
mientras el tiempo en Nuevo México llegaba a su
fin, pero no podía imaginar que podría ser tan
malo que Lon se guardaba las cosas.

Lon señalo al plato de Alec. “Termina eso, y te


diré todo lo que sé.”

Alec vio al plato con una montaña de verduras


caliente, puré de patatas y pastel de carne. “No
podría terminar esto en un buen día. Voy a comer
todo lo que pueda.”

250
Mientras comía, la mente de Alec pasó por todos
los escenarios posibles. ¿Había sufrido Tag al
final? ¿Era eso por lo que Lon no estaba siendo
honesto? Después de varios buenos bocados de
cada cosa, se movió en la cama y puso el plato
de vuelta en la mesa antes de reunirse con Lon.
“¿Satisfecho?”

Lon jalo a Alec de regreso a sus brazos. “No


estoy tratando de ser mandón. Sólo me preocupa
que no estés cuidando de ti mismo. Lo sabes,
¿verdad?”

¿Cuánto tiempo había pasado desde que alguien


realmente le importara lo suficiente como para
preocuparse por él? Tía Teresa, la mamá de
Addy y de Gabe había llenado los zapatos
después de la muerte de su propia madre cuando
251
él era un niño, pero no creía que a nadie le había
importado una mierda si comía o no. Era una
cosa más que el amaba del hombre que lo
abrasaba.

“Hay cosas que hemos descubierto acerca de


Tag. Planeaba decírtelo, realmente lo quería.
Sólo que no se cómo,” comenzó Lon.

“Sólo tienes que decirlo.” El suspenso estaba


empezando a provocarle dolor de estómago.
Probablemente no debería haber comido todo lo
que había comido.

“Encontraron un dispositivo de detonación a


control remoto en el bolsillo de Tag, después de
su muerte. Él es el que activó la bomba.”

252
Todo el cuerpo de Alec se puso rígido. De todas
las cosas que él había sospechado, esta no era
una de ellas. “¿Él se mató?”

Lon se enroscó alrededor de su cuerpo en un


abrazo protegiendo a Alec. “Sí, pero lo más
importante, podría habernos matado.”

Alec pensaba en el hombre con el que había


pasado casi cinco meses. No podía concebir al
hombre que había compartido con él tratando de
matarlo. “¿Por qué? Mierda. ¿Cómo?”

“No lo sé todavía.” Lon rozó un beso en la frente


de Alec. “Pero hay una cosa más.”

253
Alec apretó los ojos cerrados. No estaba seguro
si estaba listo para otro golpe.

“Tag estaba casado.”

Los ojos de Alec se abrieron mientras él se


sentó. “¿Qué?”

Lon lo arrastró hacia abajo. “Evidentemente


Taggert tenía una gran cantidad de secretos de
los que ninguno de nosotros estábamos al tanto.”

Alec se mordió el interior de su mejilla. Se


preguntó de qué se trataba si el mismo hacía que
fuera fácil para la gente engañarlo. “¿Tienes
secretos que debería saber?”

254
Lon lo vio sorprendido. “¿Yo? No. Yo soy un libro
abierto. Cualquier cosa que quieras saber de mí,
solo pregunta.”

“¿Estas casado?”

Lon se rió entre dientes. “No. Ni siquiera he


salido con una mujer.”

Alec sabía que él estaba posponiendo hacer


frente a la traición de Tag, pero era demasiado
abrumador para pensar en eso en ese momento.
Decidió pasar un buen rato con el hombre que
amaba. “¿Alguna vez has usado rosa?”

Lon levantó la cabeza bruscamente hacia atrás y

255
entrecerró los ojos. “¿Qué? ¿Qué clase de
pregunta es esa?”

Alec levantó la mano. “Una muy importante. Así


que contesta, por favor.”

“Sí. Supongo que tengo. No como una camiseta


o cualquier cosa, pero tenía una camisa ligera de
vestir de color rosa,”

Alec sonrió. “Bien.”

“¿Bien? ¿Por qué, te gusta el rosa o algo así?”

Alec sacudió la cabeza. “Me dice que no dejaras


que las fuerzas externas traten de castrarte. Sé

256
que nunca lo he hecho, pero algún día, cuando el
juicio haya terminado, estoy esperando que me
pidas una cita real. Nunca he podido salir con un
hombre en público. Creo que me gustaría.”

Lon pasó el dorso de la mano por la mejilla de


Alec. “¿Así que te gustaría seguir viéndome
después de que todo esto termine?”

Era el turno de Alec para escandalizarse. “Por


supuesto. ¿Por qué piensas de otra manera?”

Lon se encogió de hombros. “Las experiencias


pasadas, supongo.”

Alec lo vio con asombro Lon. No sólo era


jodidamente hermoso, tenía un corazón como

257
ningún otro hombre que hubiera conocido. Alec
pasó la pierna sobre el cuerpo de Lon y se sentó
a horcajadas en su amante. “Quieres que yo sea
completamente honesto contigo, ¿no?”

“Sí.” Lon vio hacia a Alec, evidentemente,


dispuesto a verlo a los ojos.

“¿Dónde vives? Quiero decir, sé que dijiste que


estabas en Nueva Inglaterra, pero ¿dónde
exactamente?”

“Sullivan Harbor, Maine. Mi abuelo me dejó una


casa que tiene vista a la bahía. ¿Por qué?”

“Yo no quiero quedarme en Chicago. Pensé que

258
tal vez me permitieras mudarme a algún lugar
cercano.” Alec contuvo la respiración, esperando
la reacción de Lon a la solicitud. Fue un gran
paso, pero era uno para el que se sentía
preparado.

“Tengo una idea mejor. Parece que estoy en


Alburquerque tanto como estoy en Maine. Tal vez
podrías conseguir un apartamento ahí, y luego,
cuando tenga la oportunidad de llegar a casa,
sólo podrías venir conmigo.”

“¿En serio?”

“Claro que sí. Voy a compartir mi casa contigo sí


tú vas a compartir la tuya conmigo.”

259
“¿Como vivir juntos?” Alec no estaba seguro de
que escuchó lo que pensó que había oído.

“¿Por qué no? Ya comparto mi corazón contigo,


¿por qué no mi casa?”

Alec se derretía en el sentimiento. Bajó su cuerpo


para presionar toda la longitud de sí mismo en
contra de su amante. Él empezó a besar el cuello
de Lon, tomándose el tiempo para lamer trozos
de la caliente piel de Lon a lo largo del camino.
El amor nunca fue algo con lo que él había
contado, pero ahora que había pasado, tenía la
intención de disfrutar la sensación al máximo.

Las manos de Lon comenzaron a vagar sobre el


cuerpo de Alec mientras él ladeó la barbilla hacia

260
abajo para capturar la boca de Alec en un
profundo beso. Alec se abrió de inmediato,
gimiendo en las intensas emociones que un solo
beso podía evocar.

Cuando Lon empezó a hacerle cosquillas en las


nalgas a Alec con los dedos, Alec sabía que
necesitaba más. Acomodo sus piernas a ambos
lados de las caderas de Lon, dando pleno acceso
a su amante de su culo. “Tócame.”

Habían pasado dos días desde que había tenido


relaciones íntimas con Lon y, a pesar de todo lo
que estaba sucediendo alrededor de él,
necesitaba la cercanía que sólo con Lon podría
tener. “Hazme el amor.”

261
Lon envolvió sus brazos alrededor de la cintura
de Alec y rodó hasta que quedaron a lado. Metió
la mano debajo de su almohada y sacó una
botella de lubricante y un condón. “Espero que no
creas que estaba siendo demasiado
presuntuoso, pero yo esperaba pedírtelo.

Alec levantó la pierna y la enganchó en la cadera


de Lon. “No es demasiado presuntuoso para
nada.”

Los dedos trazaron su camino por la rendija de


su culo antes de detenerse al borde de abertura
de Alec. La intensidad en la mirada de Lon
estuvo a punto de hacer a Alec ver hacia otro
lado.

“Nunca voy a traicionarte,” susurró Lon, entrando


262
en Alec con un dedo.

Alec no pudo superar el grado de confianza que


Lon le estaba dando. No podía dejar de
preguntarse si todo eso tenía que ver con la
muerte de Tag. Aunque Lon había hablado
acerca de sus sentimientos por Alec antes de
que hubiesen llegado incluso a Chicago, parecía
haber un entendimiento más profundo entre los
dos desde la explosión del día anterior. ¿Y si Lon
se contuvo, temiendo que Alec elegiría a Tag
sobre él?

Mientras Lon continuó estirando el agujero de


Alec, Alec rezó por nunca hacer nada para que
Lon cuestionara su amor. Él alargó la mano y
agarró el preservativo, abrió el paquete con
experta facilidad.

263
“Te amo.” susurró, haciendo rodar el látex por el
pene de Lon.

Lon quitó los dedos y cubrió a Alec con su


cuerpo, insinuándose entre los muslos abiertos
de Alec. A pesar del amor evidente en la
expresión de Lon, Alec también detectó otra
cosa.

Él extendió la mano y frotó el pulgar sobre la


frente arrugada de Lon. “No te preocupes tanto.
Todo va a estar bien.”

Alec inhalo llenando los pulmones de aire


mientras Lon entraba lentamente en él.
Completamente dentro, Lon le dio otro profundo
beso a Alec. Ellos continuaron jugando con su

264
lengua mientras Lon empezó a moverse. Alec
gimió cuando el grueso pene de Lon se deslizaba
dentro y fuera de su cuerpo. “Es tan bueno.”

Lon hizo un ruido profundo de su garganta y


comenzó a aumentar el ritmo. Alec trató de
mover sus piernas alrededor de la gran cintura de
Lon. Al ver a su dilema, Lon se sentó sobre sus
talones y tomo la parte de atrás de las rodillas de
Alec para abrirlo.

Su nueva posición permitía a Lon entrar aún más


profundamente dentro del cuerpo de Alec,
llenándolo hasta el punto de casi la locura. El
continuo asalto contra su próstata tenía el efecto
deseado, Alec luchó para detenerlo, pero el
placer era demasiado grande. Se corrió sin tocar
su pene.
265
“¡Lon!”

Con las mandíbulas apretadas, Lon duró sólo


unos cuantos golpes más antes de seguir a Alec
sobre el borde. Lon enterró su pene lo más
profundo en Alec que pudo. Su expresión facial
reflejaba el doloroso placer que encontró al
correrse con la máxima satisfacción.

Lon soltó las piernas de Alec y colapso encima


de él. “Te amo.”

Alec envolvió sus brazos alrededor de Lon,


aferrándose a la única cosa en su vida que sentía
segura. En los próximos días, sabía que estaría
en duda una y otra vez por su participación en
asuntos de los negocios de la familia
Constentine, pero siempre que Lon estuviese a
su lado, sabía que podía atravesarlo.
266
Capítulo Siete

Tan pronto como llegaron a casa después de otro


largo día en la corte, Seb pidió a Jack que lo
acompañara a caminar.

“¿Qué sucede?” Jack le preguntó, siguiendo a


Seb a través del césped bien cuidado.

“Mac a encontrado unas cuantas cosas. Cuando


tratamos de cuestionar a la Agencia Central de
Inteligencia sobre nuestra búsqueda, se encontró
con una orden de mordaza,” comenzó Seb.

“¿Qué estás diciendo?”

267
“Taggert estuvo trabajando para ellos. Durante
los últimos seis años.”

“¿Tag era un espía?” Jack sacudió la cabeza.


“¿Por qué? ¿Por qué pretendía ser un
guardaespaldas, entonces?”

“Porque si lo piensas bien, era la tapadera


perfecta. Tres Socios tienen contratos con
algunas personas muy poderosas. ¿Qué mejor
manera de espionaje que seguirles a todas
partes bajo la apariencia de un guardaespaldas?”
Seb se encogió de hombros.

Jack sabía que Seb no había revelado todo.


“¿Qué más?”

268
“Pensamos que fue el responsable de la carta
que recibiste de Lobo.”

“¿Por qué demonios la CIA quería entrometerse


en mi vida amorosa?” Preguntó Jack.

“Debido a que se esperaba enviarlos a los cuatro


a Jurru para proteger el Príncipe Ali Zahar.”

“¿Y la CIA no quería eso?” Jack estaba tratando


desesperadamente de seguir el rastro de migas
de pan que Seb le lanzaba, pero seguro que no
era fácil.

“No. Querían a Taggert en esa posición, pero


jodimos sus planes al enviar a Jackie. Taggert se
ofreció como voluntario para esta tarea. Creo que

269
fue la segunda mejor opción a los ojos de la CIA.”

“¿Estás diciendo que hay una conexión entre


Jurru y su asignación en esto?” Preguntó Jack.

Seb se pasó las manos por el cabello y sacudió


la cabeza. “No podemos conseguir la
confirmación de nada. ¿Sabes cómo trabajan los
espías? Lo que sí sabemos es que un distribuidor
de armas árabe y un hombre blanco desconocido
sin huellas digitales se encontraron entre los
cuerpos en el túnel. Jackie y Mac dijeron que
Lenny debía de haber tratado de jugar con los
peces gordos. Si la CIA tenía un hombre en el
interior de la organización y Lenny se enteró de
ello, bueno...” Seb hizo un gesto con la mano
para indicar que una bala entre los ojos.

270
“¿Así que se le dijo a Taggert que volara el túnel
si descubrían los cuerpos para que no fuera
posible averiguar la conexión de la CIA con
Lenny?”

“No lo sé. Todo es una conjetura en este


momento.”

“¿Algo de esto afecta al juicio de Lenny?”


Preguntó Jack.

Habían pasado semanas de sesión ya sea dentro


o fuera de una sala de audiencias. Lo último que
Jack quería oír era que la CIA tiene previsto
tomar a Lenny y soltarlo en la última hora.

“No lo parece. Lo más probable es que ya tienen

271
a otra persona en su lugar. Ahí es donde tú
entras.”

“¿Yo?”

“Me gustaría confiar en ti con mi vida. Necesito


que te hagas cargo de la tarea en Jurru,”
explicaba Seb.

“¿Y el resto de mis hombres? ¿Vas a enviar a


todo el equipo Perro Negro a Jurru?”

“No. Mac y Bram creen que sería como lanzar


una bandera roja a la CIA. Tenemos que
averiguar qué diablos está pasando y por qué
nuestra agencia está siendo utilizada como chivo

272
expiatorio.”

Jack caminó varios pasos lejos de Seb y bajó la


cabeza. Le encantaba trabajar para los Tres
Socios, pero los grandes ojos marrones de Carlo
seguían viniéndole a la mente. No había manera
de que pudiera abandonar a sus hombres, viajar
al otro lado del mundo en una situación peligrosa
y aún tratar de convencerlos de que podían hacer
funcionar una relación de cuatro vías.

Jodida CIA. El único hombre que sabía que odiaba


a los espías más que él, solía ser uno de ellos.

Jack se dio la vuelta. “Lo siento, jefe, no puedo


hacerlo.”

273
“Es una misión, no una elección,” respondió Seb.

Jack se frotó las manos por la cara. Le debía a


sus hombres hablar con ellos antes de que
renunciar, pero, carajo, quería decirle a Seb a
dónde ir. “Vas a tener mi respuesta final en la
mañana.”

Sin dar a Seb la oportunidad de responder, Jack


se dio media vuelta y se dirigió de nuevo a la
mansión, con sus hombres. Necesitaba pensar.
Seguramente no había forma de hacer feliz a
Mac y Bram y aún así permanecer en suelo
estadounidense.

****

274
“Ahí estas” dijo Joe, entrando en la oficina.

Addy levantó la vista del ordenador y sonrió. “Sí.


Aquí estoy.”

Ella inclinó la cabeza para un beso,


complaciéndose cuando Joe le dio mucho más
que un beso. Acepto con satisfacción la lengua,
devolviéndosela. Rompiendo el beso, ella sonrió.
“Dios, lo necesitaba.”

Joe tomó a Addy y la puso en su regazo. “¿Mal


día?”

Addy apoyó la cabeza sobre el hombro de Joe.


Ella era lo suficientemente fuerte como para
admitir que estaba celosa de los otros hombres

275
que la acompañaron a la corte todos los días. Por
lo menos se tenían los unos a los otros para
apoyarse. Joe parecía tan ocupado yendo hacia
adelante y hacia atrás entre el cuartel general del
FBI y la investigación de la explosión. Él sólo
había sido capaz de asistir a pocos días del
juicio. Incluso cuando él estaba ahí, estaba
oficialmente en servicio y no podía sentarse y
sostener su mano.

“Cada día que tengo que sentarme y ver la cara


petulante de Lenny es un mal día,” explicó.

“Ya has declarado. Sabes que no tienes que ir


todos los días.” Joe pasó la mano sobre la
espalda de Addy.

276
“Le debo a mamá estar ahí. Creo que Alec se
debe sentir de la misma manera.”

Addy señalo la computadora. “Estoy tratando


frenéticamente de atar algunos cabos sueltos con
varias de las organizaciones benéficas con las
que he estado trabajando. Estoy pensando en
vender la casa y sólo desaparecer del lugar luego
de que el juicio haya terminado.”

Joe se enderezó y trasladó a Addy hasta que


estuvieron cara a cara. “¿Te vas?”

Addy dio un vistazo a la habitación. “No me gusta


esta casa. Pensé que una vez que llegué aquí y
empecé a hacer algo bueno con el dinero
Constentine, algo del dolor y la rabia se disiparía,

277
pero no es así.”

“¿A dónde vas a ir?” Preguntó Joe.

Addy no quería nada más que quedarse en


Chicago y continuar su relación con Joe, pero el
hombre obstinado no le había dado ninguna
indicación de que él estaba quería más de lo que
actualmente tenían.

“No estoy segura todavía,” respondió finalmente.


Pídeme que me quede, ella le rogó en silencio.

Joe se inclinó y la besó. “No te preocupes. Ya lo


sabrás.”

278
Addy se mordió el interior de su mejilla, tratando
desesperadamente de contener las lágrimas.
Había pasado todas las noches durante más de
un mes en los brazos de Joe. Tal vez había sido
ingenua al pensar que sus sentimientos hacían
juego con los de él. Mostrar debilidad, no era una
opción. Había sobrevivido por su cuenta durante
años. Si ella se veía obligada a hacerlo de nuevo,
iba a hacerle frente con dignidad. “¿Cuánto
tiempo antes de cerrar las declaraciones?”

“Si todo sigue según lo previsto, deberían


empezar el miércoles, la disolución de la prueba
el viernes.”

Addy dio otro beso rápido a Joe antes de


pararse. Había algo diferente en el hombre del
que se había enamorado, pero no podía poner su

279
dedo en la llaga. Él se está alejando, su
subconsciente le dijo. “Eso sólo me da unos días
más para terminar aquí. Supongo que será mejor
que lo haga.”

Joe dio un último beso a Addy, jalándola a sus


brazos, y sosteniéndola más profundamente.
Addy fue sorprendida por la intensidad teniendo
en cuenta su conversación anterior. Él está diciendo
adiós. Addy rompió el beso y vio a los ojos de Joe.
“¿Pasaras la noche?”

“Puedo, si quieres.”

Cuadrando los hombros, Addy negó. “Todo


depende de ti. Probablemente llegarías tarde a
trabajar.”

280
Joe pareció por un momento incómodo antes de
frotar la parte posterior de su cuello y limpiarse la
garganta. “Uff, está bien. Creo que voy a
quedarme un tiempo y ver cómo va.”

Addy, vio como Joe salió de la oficina. “Estúpido”.

****

Jack encontró a Lobo y Carlo de guardia fuera de


la oficina de Addy. Se detuvo y dio a cada uno de
sus hombres un beso profundo. “¿Esta Renaldo
con Alec?

“No. Alec y Lon están arriba,” dijo Carlo.

281
“Renaldo está preparando la cena. ¿Hay algo
que hacer? ¿Qué a dicho Seb?” Preguntó Lobo.

Jack deseó poder hablar con todos al mismo


tiempo, pero desde la muerte de Taggert, habían
estado divididos la mayor parte del tiempo. Él
respiró hondo y se deslizó por la pared para
sentarse en el suelo. “Ellos piensan que Tag era
de la CIA, que actúo bajo sus órdenes.”

Jack sacudió la cabeza. “Es todo bastante


complicado, pero lo voy a explicar más adelante.
Lo que debo discutir con los tres es esto, que he
sido, básicamente, me dio un ultimátum, voy a
Jurru o encuentro otro trabajo.”

“¿Qué? Él no puede hacer eso,” gruñó Lobo.

282
“Sí, él puede, y los dos lo sabemos.” Jack notó
que la noticia parecía tener un efecto opuesto en
Carlo. “No lo hagas” le susurró a Carlo cuando
pudo ver al hombre comenzar a alejarse de
nuevo. “Yo no me alejare de cualquiera de
ustedes.”

“Pero acabas de decir...” Carlo comenzó.

“Voy a dejar el trabajo, pero pensé que debía


decirles a los tres antes de entregar mi renuncia,”
explicó Jack.

“No puedes dejar de trabajar. Te encanta este


trabajo.” Lobo se adelantó y le tendió la mano a
Jack.

283
Jack tomó la mano de su amante y se puso de
pie y a los brazos de Lobo. “¿No lo entiendes
todavía? Los tres son más importantes para mí
que cualquier trabajo.”

“¿Por qué la agencia te hace esto?” Preguntó


Carlo.

“Porque necesitan a alguien en que puedan


confiar para prevenir al príncipe Zahar. Bram
cree que los espías están tramando algo, pero no
está seguro de qué.” Jack necesitaba
comentarles acerca de la teoría de Seb de la
participación de la CIA en la ruptura de Perro
Negro en Chile, pero él no lo haría hasta que
todos estuvieran juntos.

284
Los ojos de Lobo se estrecharon. “¿Seb piensa
que eres el único en toda la agencia en que se
puede confiar?”

Mierda. “No. Eso no es todo. Creo que quiere a


alguien, como yo, que ha tenido problemas con la
CIA en el pasado. Estoy pensando en hablar con
Seb y Bram de Gavin Burk. Si puedo encontrarlo,
él sería el hombre perfecto para enviar a Jurru.”

“¿Por qué la agencia estaba metida en su


camino?” Preguntó Carlo.

“Porque con un poco de suerte, voy a ser capaz


de salvar mi trabajo. Creen que soy el mejor
candidato, pero no han contado con Gavin.”

285
“¿Ese es el tipo del que me hablaste que te
encontró cuando te creían perdido en acción
después de un enfrentamiento con su jefe en la
Central de Inteligencia?” Lobo pasó sus manos
suavemente sobre la espalda de Jack.

“Sí. No sé si puedo hablar con Gavin para que lo


haga, pero creo que vale la pena intentarlo.” Jack
aceptó la lengua de Lobo en un beso profundo
antes de jalar y envolver a Carlo en sus brazos.
“No te preocupes. No voy a dejar que nadie nos
separe.”

Carlo vio a los ojos de Jack. “Sabes que este tipo


de situación va a llegar una y otra vez.”

“Lo se, pero con suerte, si lo hacen y nos envían

286
en misiones individuales, van a ser cortas y en
territorio americano. Si no, tal vez deberíamos
pensar en otra línea de trabajo.”

Lobo soltó un bufido. “Al igual que cualquiera de


nosotros no estamos capacitados para hacer
cualquier otra cosa.”

Jack vio a Lobo por encima del hombro de Carlo.


“Estoy en esto desde hace mucho tiempo, y haré
lo que sea necesario para mantenernos juntos. Si
no sientes lo mismo...”

Lobo le cerró la boca con un beso. “No he dicho


eso. No pongas palabras en mi boca.”

287
Jack asintió y soltó a Carlo después de darle otro
beso. “Voy a hablar con Renaldo. Nos vemos en
la cena.

****

Jack encontró a Renaldo con la mano metida


hasta la muñeca en un montón de queso
mozzarella rallado. Aunque su ánimo era menor
de lo que había sido en mucho tiempo, él hizo lo
posible para poner una sonrisa en su rostro.
“Mmm. ¿Significa esto que me está haciendo
lasaña?”

Renaldo giro la cabeza para un rápido beso. “Sí.


Addy me preguntó si quería hacerlo una vez más
antes de concluir el trabajo.”

288
Jack apoyó la cadera contra la mesa y cruzó los
brazos sobre el pecho. Decidió hacerlo bien y
rápidamente repitió lo mismo que él había dicho
a Lobo y Carlo momentos antes.

Renaldo continuó preparando la lasaña como si


tuvieran la misma conversación todos los días.
Cuando Jack terminó, Renaldo se enjuagó las
manos y metió la cazuela grande en el horno.

“¿Y bien? ¿Vas a decir algo?” Preguntó Jack.

Renaldo se encogió de hombros. “Nada que


decir. Sé cómo te sientes acerca de nosotros, y
sé que vas a tomar la decisión correcta. ¿Creo
que es una mierda? Claro que sí. Pero también
sé que todos vamos a tener que tomar esta

289
decisión en algún momento. Uno hace lo que
tiene que hacer. Estaré a tu disposición sin tener
en cuenta.”

Jack jalo a Renaldo en sus brazos. “Gracias por


confiar en mí.”

“¿A qué hora la cena estará lista?” Preguntó Joe,


entrando en la habitación.

Renaldo giro los ojos y vio el reloj. “Cuarenta y


cinco minutos más o menos. ¿Por qué? ¿Tienes
algún lugar al que ir?”

Con una mueca en su rostro, Joe avanzó hacia la


nevera y sacó una cerveza. “Sólo preguntaba,”
agregó.

290
Jack y Renaldo intercambiaron una mirada.
Aunque Joe tenía por lo general todas las
actividades fuera de la mansión, se había
mudado a la casa con Addy y los guardaespaldas
desde que él y Addy habían comenzado su
relación romántica. Jack sabía que algo tenía que
estar mal entre Joe y Addy. “¿Qué hiciste?”

“¿Yo? Addy acaba de informarme que se estaba


arrancando las estacas y seguiría adelante
después del juicio.” Joe tomó un largo trago de
su cerveza. “Pensé que por lo menos se
quedaría lo suficiente para ver si lo de nosotros
podría funcionar en circunstancias normales.”

Addy estaba loca por Joe, y Jack lo sabía. “¿Qué


te dijo?”

291
“Que iba a poner la casa a la venta. Cuando le
pregunté a dónde iba, ella me dijo que no sabía
aún,” explicó Joe.

“¿Cómo reaccionó cuando le pediste que se


quedara?” preguntó Renaldo.

“No lo hice,” admitió Joe. “Ella dijo que tenía la


intención de alejarse de la casa y el negocio
Constentine. Supongo que solo asumí...”

Jack y Renaldo ambos empezaron a reír. Jack se


acercó y golpeó el brazo de Joe. “Eres un
imbecil. Deberías haberle dicho lo que sientes.
Era la oportunidad perfecta.”

“¿Qué pasa si no se siente la misma manera?”

292
Preguntó Joe.

“Piensa en ello, Señor Sabelotodo. Ella ha


pasado toda su vida en la clandestinidad. Hasta
donde yo sé, nunca ha tenido una relación a
largo plazo. Tal vez ella no sabe cómo decirlo ni
siquiera si debería.”

“Ve a decírselo y deja que las fichas caigan


donde puedan,” ordenó Renaldo. “Por lo menos
sabrás que lo intentaste.”

Joe acabó con su lata de cerveza y la arrojó a la


papelera de reciclaje. “Si no hemos terminado a
tiempo para la cena, nos guardas un poco.”

“Lo haré,” dijo Renaldo.

293
Después de que Joe salió corriendo de la
habitación, Jack regresó al abrazo de Renaldo y
hundió el rostro contra el cuello de Renaldo,
oliendo los restos débiles de olor a madera de la
colonia. Cuanto más tiempo permanecía ahí, más
intensa eran sus emociones. El miedo comenzó a
recorrer su cuerpo. ¿Qué sería de él si él perdía
a sus hombres?

“Hey.” Renaldo beso la cima de la cabeza de


Jack. “¿Qué está pasando?”

Jack sacudió la cabeza. Nada. Sólo soy... no sé.


Tengo miedo de perderte.”

“¿Qué? No seas tonto.”

294
Jack apretó los dientes. “No es una tontería es
como me siento.”

“Tienes razón. Lo siento. Todo lo que puedo


hacer es decirle cuánto Te amo y lo mucho que
te necesito en mi vida.”

Jack asintió y volvió a su posición anterior. Él


sólo necesitaba unos minutos más en brazos de
su amante para centrarse.

****

“Está bien, no puedo manejar esto. ¿Qué diablos


está pasando?” Lon preguntó, dejando el
tenedor.

295
“Falta de lealtad,” ladró Seb, punzando otro trozo
de lasaña.

“Oh, vete a la mierda,” le contestó Jack. “No hay


manera de que dejes a Jarred para ir a una
peligrosa misión, así que ni siquiera trates de
sacar esa mierda conmigo.”

Las cejas de Lon se elevaron. Se volvió para


hacer frente a Seb. “¿Supongo que estas
pensando en romper el equipo de Jack? Eso es
bajo, hombre.”

“Una misión. Una. Eso es todo lo que pedí,” Seb


se defendió.

“Ya te dije que yo sé de un candidato mejor que

296
yo para ir a Jurru, pero no quieres escuchar.”
Jack apartó el plato y apoyó los antebrazos en la
mesa. “Gavin sería un infierno más útil para ti
que yo de todos modos.”

“Yo ni siquiera conozco a este tipo. ¿Por qué


debería contratarlo?” Preguntó Seb.

“Porque él estaba trabajando para los espías


cuando sus agentes compañeros lo jodieron y
encontró a su amante muerto. Te estoy diciendo,
Seb, Gavin es la última persona que puede estar
influenciado por la CIA. Además del hecho de
que él conoce a la mayoría de ellos, por lo que
no es como que puedan enviar a los hombres
encubiertos al interior de Jurru sin que Gavin los
localice.”

297
“Después de lo sucedido con Taggert, no creo
que...” la boca de Seb se cerró mientras sacudía
la cabeza. Preocupado sus ojos buscaron a Lon
y Alec. “Mierda. Lo siento.”

“No te preocupes por eso. Lon y yo hemos


llegado a un acuerdo con la traición de Taggert,”
dijo Alec, apretando el muslo de Lon.

Lon por debajo de la mesa entrelazo los dedos


con los de Alec antes de dirigirse a Seb. “Yo
estaba con Tag justo antes de morir, y
honestamente puedo decir que sentía
remordimiento por lo que había hecho. Si lo que
he oído acerca de él estando en la CIA era cierto,
estoy seguro de que sólo seguía órdenes. No
puede haber sido idea suya, pero dudo que fuera
fácil para él.”
298
Lon sacudió la cabeza. “Lo único que digo es que
no descuento nuestra lealtad a Tres Socios sólo
por Tag. No es justo, sobre todo para Jack. Lo ha
demostrado una y otra vez ante ustedes.
Escucha lo que dice o de lo contrario el resto de
nosotros puede empezar a cuestionar la lealtad
de la agencia para sus empleados, y los dos
sabemos que nada bueno saldrá de eso.”

Seb se levantó la cola de caballo y se frotó la


parte de atrás de su cuello. “Creo que es lo mas
que te he oído decir.”

“Hablo cuando algo es importante para mí.” Lon


hizo un gesto hacia los miembros de Perro
Negro. “Aparte de Alec, estos cuatro hombres
han llegado a ganar mi respeto con creces, y no
voy a guardar silencio si pienso que están
299
queriendo joderlos.”

Seb inclinó la cabeza hacia atrás y vio hacia el


techo. “Diablos. Ya veo que no voy a llegar a
ninguna parte con este grupo. Voy a llamar a la
oficina y hablar con ellos sobre este tipo Gavin.”
Seb vio a Jack. “¿Realmente crees que este
chico acepte trabajar para nosotros?”

Jack se encogió de hombros. “No lo sé. Si


recibes el visto bueno de preguntarle, me iré tan
pronto como el juicio haya terminado y hablare
con él.”

“¿Por qué no lo llaman?” Preguntó Lobo.

“No tiene teléfono. Hay sólo un puñado de

300
personas que saben donde vive. Sucede que soy
uno de ellos.”

“Si lo aceptan, necesito encontrarlo rápidamente.


Eso podría significar tenerlo tan pronto como sea
posible, incluso si el juicio no ha terminado.”

Jack vio a cada uno de sus amantes. No quería


hacer algo sin consultarlo antes con ellos
primero, pero no era el tipo de conversación que
quería tener frente a todos los demás.

“Lo hará,” Carlo contesto desde su lado.

“¿Estás seguro?” Preguntó Jack.

301
“No necesitamos que te anudes a la cadera.
Arregla el negocio y vuelve a nosotros tan pronto
como sea posible,” añadió Renaldo.

Jack asintió. “Puedo hacer eso.”

****

Lon gimió cuando él introdujo su pene


profundamente dentro de Alec. “Dios, Te amo.”

Alec envolvió sus brazos alrededor del cuello de


Lon y jalo de él hacia abajo para un beso. Lon se
abrió de inmediato, lo que permitió a Alec tomar
la iniciativa con cada embestida de su lengua. A
pesar de las preguntas sin respuesta que rodaron
la muerte de Tag, Alec parecía más que

302
dispuesto a pasar la relación con Lon al siguiente
nivel.

Nada hacía a Lon más feliz que el pensar en una


vida dedicada a proteger y amar al hombre bajo
él. Un fuerte golpe en la puerta interrumpió el
ritmo de Lon.

“¿Lon?” Gritó Jack a través de la puerta cerrada.

“Necesitamos que vayas a la planta baja para


una reunión.”

“Umm, estoy un poco ocupado ahora,” gritó Lon.

“Tres minutos.”

303
Lon giro los ojos. “Lo siento.”

Alec se rió entre dientes. “No te disculpes, sólo


ponte en movimiento.”

Lon separó los muslos de Alec aún más a


medida que aceleró el ritmo y se inclinó hacia
abajo por un beso. No pasó mucho tiempo antes
que Alec gritase, señalando su liberación. Los
músculos en el cuerpo de Alec se constreñían
con la fuerza de su orgasmo, la compresión de
su pene fue tan increíble que empujó a Lon
sobre el borde.

“Maldición.” jadeó, liberando las piernas de Alec.

“Con treinta segundos de margen” jadeó Alec a

304
cambio.

Una de las cejas Lon subió. “¿Te estás burlando


de mí?”

Alec se echó a reír. “No, en absoluto. Me alegro


de que siga órdenes tan bien. Voy a tener que
recordarlo para el futuro.”

Lon besó a Alec. Le encantaba oír hablar a Alec


sobre su futuro juntos. No es que se lo admitiera
a nadie, pero lo hacía sentir cálido y seguro.

****

Addy estaba en el borde. Ella había sabido que


algo andaba mal cuando se presentaron en la

305
corte sólo para enterarse de que las actuaciones
se habían aplazado. Cruzó las piernas y se
acomodó en la esquina del sofá. “¿Qué crees
que está pasando?”

Jack sacudió la cabeza. “Temo incluso adivinar,”


Jack apretó la mano de Addy. “Joe deberá estar
aquí en cualquier momento.”

Addy asintió. “Él me pidió que me quedara en


Chicago.”

Jack sonrió. “Pensé que lo haría. Estaba de un


humor como el infierno cuando pensaba que ibas
a vender este lugar y alejarte.”

“Tendría que acabar de decirme que me quería

306
en lugar de hacerme pensar en que lo que
teníamos estaba todo en mi cabeza.”

Jack dio a Addy una mirada de complicidad.

“Está bien, quizá deberías haberte adelantado y


decírselo a él también.”

“¿Eso piensas?”

Joe entró en la habitación, con la cara enrojecida


y las mandíbulas apretadas.

“Uh oh.” Jack se movió más, cuando Joe entro en


la habitación en caso de que quisiera sentarse al
lado de Addy.

307
Joe vio a su alrededor. ¿Dónde está Lon y Alec?

“Aquí mismo,” dijo Alec, entrando en la habitación


del brazo de Lon.

Lon tomó asiento en uno de las grandes sillones


y jalo a Alec a su regazo. Addy sonrió cuando se
dio cuenta que ambos estaban descalzos.

Joe sorprendió a Addy al tomar un asiento a su


lado. Normalmente, en una situación relacionada
con el trabajo, Joe era todo negocio. El hecho de
que cubrió su brazo alrededor de ella puso a
Addy aún más nerviosa. “¿Qué está pasando?”

“Los dos asesinatos para los que el fiscal fue


capaz de reunir pruebas suficientes para atrapar

308
a Lenny acaban de ser rechazados,” comenzó
Joe.

“¿Qué?” Alec saltó a sus pies. “Sé que cometió


aquello. Testifiqué ante el tribunal que lo escuché
en el teléfono jactándose sobre ellos.”

Joe mantuvo a Addy apretada. “Lo sé, pero


‘Donny El Barba’ entró en el recinto de la policía
local, esta mañana y confesó ambos asesinatos.
Incluso tiene un par de sus compañeros
matones que confirman la veracidad de su
historia, diciendo que Lenny se jactó de los
asesinatos después de que Donny los hiciera. Tú
y yo sabemos que pudo muy bien haberlo hecho
Lenny, cuando descubrió a los cabrones, pero
fue suficiente para que el fiscal retirare los
cargos.”

309
“¡Carajo! ¿Es eso para lo que Lenny tenía el
teléfono en su celda?” Preguntó Jack.

“Probablemente.”

“¿Así que es eso? ¿Solo van a dejar fuera a


Lenny?” Preguntó Alec.

“No exactamente. Todavía le queda la evasión de


impuestos contra él, y según el fiscal, estos son
de acero.”

“¿Cuánto tiempo seria?” Preguntó Addy.

“De diez a veinte años. Menos si se convierte en


elegible para libertad condicional antes,” admitió

310
Joe.

Addy no podía imaginar vivir en la misma ciudad


que Lenny. Ella vio a Joe. “¿Qué va a pasar
conmigo cuando salga?”

Joe sacudió la cabeza. “No vas a estar aquí. Ya


he hablado por teléfono con mi jefe pidiendo una
transferencia.”

“¿Una transferencia? Pero amas Chicago.” Addy


no podía creer que Joe se alejara de la ciudad
donde había crecido

“Es una ciudad, un puesto de trabajo. No se


puede comparar con los sentimientos que tengo
por ti. También he iniciado el proceso de

311
obtención de nuevas identidades tanto para ti
como para Alec.”

Sorprendida, Addy inclinó la cabeza a un lado.


“¿Quieres decir como en la protección de
testigos? No. Acabo de encontrar a Gabe, no voy
a irme lejos de mi hermano.”

“No es duro. Sólo quiero nuevos nombres,


nuevos números de seguro social. No puedo
prometer que Lenny no los encontrará si
realmente pone su mente a ello, pero al menos
podemos hacérselo más difícil.”

A Addy no le gustaba la idea de cambiar su


nombre, pero que suponía que iba a hacer si Joe
estaba dispuesto a renunciar a la ciudad que

312
amaba por ella, podría hacer sus propios
sacrificios. Por el momento, no le importaba lo
que tenía que hacer para cerrar este capítulo de
su vida. Una vez que saliera de Chicago, a ella
realmente no le importaba no regresar nunca.

“Entonces, ¿dónde nos deja eso?” Preguntó


Jack.

Joe vio a su alrededor. “Supongo que eso


depende de Alec y Addy. Si quieren terminar el
juicio, yo diría que todavía necesitan su
protección.”

“Ya he terminado. La evasión fiscal no es la


manera en que yo quería ver a Lenny pagar por
lo que le hizo a mi madre.” respondió Addy.

313
“Me siento de la misma manera,” Alec agrego. Se
volvió a Lon. “¿Me mostraras lo que es la vida en
Nueva Inglaterra?”

314
EPILOGO

Dos meses más tarde

“Sí, estoy entrando ahora,” Jack escaneó el área


en busca de Lobo entre los enjambres de
viajeros que esperaban su equipaje.

“Te veo,” dijo Lobo.

Jack sonrió cuando vio a su amante apoyado


contra un poste. “No puedo esperar a llegar a
casa.”

“No puedo esperar a estar en casa.”

315
Jack cerró su teléfono y lo metió en el bolsillo. Ya
no quería nada más que lanzar sus brazos
alrededor de Lobo y besarlo, pero sabía que no
sería adecuado con tantos niños corriendo
alrededor.

“Oye,” saludó Lobo, con una amplia sonrisa en


su hermoso rostro.

“¿Cómo te fue Florida?” Jack rozó la mano de


Lobo.

“Caliente. ¿Cómo está mi jardín? ¿Recordaste


regarlo?”

“Por supuesto. Debes tener tomates maduros en


cualquier momento. Ha sido una lucha del

316
infierno mantener a Carlo lejos de los verdes.”

Lobo sonrió y se movió para tomar su maleta


fuera del carrusel. “Vamonos.”

Jack asintió y abrió la marcha hacia el


estacionamiento. Al segundo que estuvieron
ocultos dentro de la seguridad del vehiculo Jack
se inclinó para un beso profundo. Él gimió
cuando la lengua de Lobo invadió su boca.
Rompiendo el beso, Jack negó con la cabeza.
“Tres semanas es demasiado tiempo para estar
lejos de ti.”

“Dímelo a mi. Pensé que iba a volverme loco. No


entendía una jodida de lo comentarios que decía
el ruso mientras lo custodiaba, pero creo que

317
hizo un montón de comentarios inapropiados
acerca de mí.”

Jack arrancó la camioneta y la sacó del


estacionamiento, para regresar a casa. “¿Carlo te
dijo que Joe y Addy se van a casar?”

“Sí, pero no dijo cuándo.”

“Octubre. Ellos van a hacerlo en el rancho de


Gabe. Addy dijo que estaba bien, que ella
prefiere estar rodeada de todos sus amigos en el
gran día,” explicó Jack.

“¿Y los Ángeles no tiene suficiente espacio para


nosotros?”

318
“No, no es eso. Ella sólo quiere que todos se
sientan cómodos. Addy sabe que podemos ser
nosotros mismos donde Gabe.” Jack alargó el
brazo y apretó el muslo de Lobo. “Dios, te he
echado de menos.”

“¿Cómo está tomando Carlo su nueva vida de


ocio?”

“Él la ama.” Con su arreglo de vivienda nueva,


todos habían decidido que sería agradable si un
miembro del equipo se encontraba en casa a
tiempo completo. Carlo se había ofrecido con
mucho entusiasmo para dejar la agencia de
protección los Tres Socios. Tenía mucho sentido
a Jack. Carlo parecía necesitar la estabilidad más
que los otros.

319
“Aunque hasta el momento, no ha tenido mucho
tiempo libre. Diablos, no creo que incluso tú
reconozcas el lugar.” Jack salió de la carretera
por un camino de asfalto de dos carriles que se
abría paso por el campo.

Condujeron el siguiente tramo en un silencio


cómodo, ambos deseosos de llegar a casa. Fue
difícil para Jack creer que él se había trasladado
sólo un mes y medio antes. Su vida con sus
hombres se sentían asentada. A pesar de que
todavía no tenían su cama de ensueño, habían
derrumbado una pared entre los dormitorios y
crearon una habitación lo suficientemente grande
como para que cupieran dos camas tamaño king.
Tenían una cama especial ordenada, solo que no
había sido traída todavía tardaría de tres a cuatro
meses antes de que la terminaran.

320
Saliendo de la carretera principal en el camino de
entrada de grava, Jack señaló un nuevo parche
de flores. “Precioso, ¿eh?”

Cuando Lobo no respondió, Jack se volvió a


estudiar a su amante. “¿Pasa algo?”

Lobo sacudió la cabeza, sus ojos se llenaron de


humedad. “Este lugar no ha tenido mejor aspecto
desde que mi madre estaba viva.”

“Te dije que Carlo ha tenido un duro trabajo.


Asegúrate de reconocérselo o él se pondrá
insolente.”

Jack se estaciono junto a la casa grande, con

321
entramado de madera cuando la puerta principal,
se abrió. Renaldo y Carlo salieron al porche con
sus brazos alrededor uno del otro. “Renaldo sale
a Las Vegas en tres días.”

“¿Tan pronto?” Lobo preguntó, saliendo de la


camioneta.

Jack esperó en la acera mientras Lobo sacó su


maleta de la parte posterior. “Esta es la forma en
que probablemente siempre será el tiempo que
estemos en el negocio que estamos.”

Lobo asintió. “Lo sé. No significa que me tiene


que gustar.”

Jack tomó la bolsa de Lobo y señalo a Ren y

322
Carlo. “Yo me encargo de esto, ve a decir hola.”

Después de saludar a Renaldo con un beso


profundo, Lobo se volvió a envolver sus brazos
alrededor de Carlo. “El lugar tiene un aspecto
fantástico.”

Los grandes ojos marrones de Carlo se


iluminaron. “Espera a ver el patio de atrás.”

“Muéstrame.” Lobo sonrió a Jack y Renaldo


mientras Carlo tiró de la mano de Lobo de nuevo
por las escaleras y por el lado de la casa.
Renaldo envolvió su brazo alrededor de Jack
mientras los dos caminaron dentro de la casa.
“Acabo de hablar por teléfono con Seb. Quiere
que lo llames.”

323
“¿Por qué no llamó a mi celular?” Preguntó Jack,
el coloco la maleta de Lobo abajo.

“Lo intentó. Debes de haber estado en ese punto


muerto entre aquí y el aeropuerto.” Renaldo se
sentó en el amplio sofá y abrió los brazos.

Jack no perdió el tiempo acurrucarse contra su


amante. “¿Qué quiere?”

“Gavin.”

“¿Gavin? ¿Qué quieres decir?” Jack rezaba que


no hubiera cometido un error al convencer a
Gavin para tomar el trabajo en Jurru.

324
“Ellos no pueden encontrarlo, o al jeque. Hubo
otro intento de atentado a la vida de príncipe Alí,
y desde entonces, nada. Seb pensaba que
podría haber estado en contacto con Gavin o
tienes alguna idea de dónde podría estar.”

Jack se rascó la mandíbula. “¿Así que creen que


Gavin tiene a Ali escondido?”

Renaldo asintió. “Si hubieran sido secuestrados,


tendrían noticias para ahora. Ha pasado casi una
semana.”

“Voy a llamar a Seb. Si Gavin piensa que el jeque


se encuentra en grave peligro, yo sé dónde lo ha
llevado, así al menos puedo darle la seguridad
que el cliente está a salvo.”

325
Carlo entró en la gran sala completamente
desnudo. “Hemos decidido remojarnos en el
jacuzzi antes de la cena si quieren unirse a
nosotros.”

Jack se echó a reír. “Como podría rechazar una


invitación así.”

Carlo señalo a Jack. “Tú no harás absolutamente


nada hasta que tomes tu medicamento. Vi la
tableta todavía al lado del vaso de agua que te di
antes.”

Jack entornó sus ojos. Desde que había pasado


varios días sin tomar su medicina y había
comenzado a caer en depresión, Carlo había
hecho de su trabajo ser la policía de las píldora.
“Sí, mamá.”
326
“Muérdete la lengua. Me estoy preparando para
ponerme desagradable con él. Una visión de tu
madre es lo último que necesito en mi mente.”
interrumpió Renaldo

Jack se levantó y levantó a Renaldo a sus pies.


“Voy a buscar la cerveza, trae el lubricante.”

En su camino a la cocina, Jack comenzó


quitándose la ropa. La belleza de la vida en
medio de setenta y dos hectáreas les hacía
capaz de caminar alrededor desnudo si así lo
deseaban, y Jack descubrió que parecía quererlo
mucho.

Lo primero que hizo fue agarrar la tableta


pequeña del mostrador y la metió en su boca.

327
Encontró la pileta pintada de color amarillo
brillante y empezó a llenarla con hielo y cerveza.
Metió un par de botellas de agua justo cuando
Renaldo regresó a la habitación. “Abre la puerta
para mí, ¿sí?”

Con la bañera pesada en sus brazos, fue incapaz


de detener a Renaldo de torturarlo, y Ren
siempre hizo un trabajo de esa maldita forma.
Con una de las manos de Ren acariciando
también su pene y la otra deslizándose hacia
arriba y abajo otra por la grieta de su culo, Jack
gimió.

“Voy a dejarme caer sobre ese jodido dedo si no


dejas de hacer eso.”

328
Renaldo se apoyó en su cuello y en broma
contestó a Jack. “En primer lugar, pagarían por
eso,” dijo, rodeando el agujero de Jack con la
punta de su dedo.

Jack se rió entre dientes. “Estoy seguro que hay


mucho de mí para todos.”

Renaldo retiró las manos y abrió la puerta de


atrás. Jack logró llegar a la cubierta y dejar la
cerveza al lado de la tina caliente antes de que
Renaldo regresara a jugar con él otra vez. Una
mirada a Lobo y a Carlo le dijo a Jack que
Renaldo conseguiría su deseo.

“Ellos comenzaron sin nosotros,” murmuró Jack,


señalando a la pareja. Lobo estaba de pie con los

329
brazos apoyados en el borde de la tina de
hidromasaje y Carlo estaba ocupado devorando
el pene de su amante.

“Carlo se perdió,” dijo Ren a Lobo, empujando a


Jack hacia el agua.

Jack empezó a entrar pero se detuvo. “Mierda.


Me olvidé de llamar a Seb.” Se dio la vuelta y le
dio un beso rápido a Ren. “Enseguida vuelvo.”

Mientras Renaldo hacía pucheros, Jack corrió


hacia la casa y encontró sus jeans. Sacó su
teléfono del bolsillo y llamó a su jefe.

“Ya era hora de que llamaras. ¿Renaldo te dio el


mensaje?” Seb preguntó.

330
“Hola a ti también.”

“Sólo tienes que responder a la pregunta. Tengo


dos gobiernos respirando en mi cuello en busca
de un príncipe perdido y su guardaespaldas
rebelde.”

“Gavin probablemente tiene al Príncipe Zahar en


un lugar que él sabe que puede mantenerlo a
salvo.”

“¿Dónde está eso?” Preguntó Seb.

“No puedo decirte eso. Gavin nunca me


perdonaría si expongo su santuario.”

“Eso es mierda. Tengo que decir a esta gente

331
algo,” gruñó Seb.

“Yo te puedo decir que Gavin y el Jeque se


encuentran en suelo estadounidense si eso
ayuda en algo, pero no obtendrás la ubicación de
mí. Dile a esos del gobiernos lo que tengas que
decirles, pero por lo que a mi respecta, no sé
dónde Gavin está.”

“¿Y si necesita ayuda?”

“Gavin conoce mi número. Me llamará si él me


necesita.”

Seb colgó, quejándose del guardaespaldas terco.


Jack sonrió y puso su teléfono en el mostrador.
La idea de un príncipe que vive en la salvaje

332
Alaska le hizo soltar una carcajada. Sólo podía
imaginar la pelea entre los dos hombres.

Poniendo a un lado los negocios, Jack regreso al


exterior. Mientras veía a sus tres hermosos
amantes besarse y tocarse unos a los otros,
abrió una botella de cerveza y bebió un trago
grande.

“¿Entras?” Lobo pidió, con una mano enterrada


en el cabello de Carlo mientras el hombre más
delgado chupaba y le mordía los pezones.

“En un segundo. Me encanta ver a los tres.”

“Bueno, mientras que estás viendo, ¿por qué no


te preparas para mí?” dijo Renaldo.

333
Jack agarró la botella de lubricante de la tina de
hidromasaje. Acercó una de las sillas anchas y
se sentó, enganchando las piernas sobre los
brazos. Así como le gustaba ver a sus hombres,
Jack sabía que disfrutaba a otros viendo cada
dedo mientras se estiraba.

Después de otro trago de su cerveza, soltó la


botella y vertió lubricante en su mano. Se frotó
las manos, para que se extendiera antes de
llevarla a su pene. Aunque Carlo estaba ocupado
tratando de lamer la carne del cuerpo de Lobo,
Renaldo y Lobo veían a Jack cuando él empezó
a jugar consigo mismo.

“Somos un grupo de jodidos enfermos,” dijo Jack


con una sonrisa. Metiendo en su culo dos dedos
profundamente de una sola vez.

334
“Joder” gruñó Lobo.

“Él ya fue jodido el día de hoy,” explicó Renaldo.

“¿Entonces por qué diablos tienes tanta prisa de


volverlo a hacer?” Preguntó Lobo.

“Porque no fui yo el que le jodio.” Renaldo señaló


hacia Carlo.

Carlo soltó el pezón perforado de Lobo y sonrió.


“Lo hice bien, también.”

“Sí, lo hiciste cariño,” coincidió Jack. No era


frecuente que Carlo sintiese la necesidad de
estar arriba, pero cuando lo hacia, era un animal.

335
“Entonces, ¿debo seguir haciendo esto hasta que
me corra?” preguntó Jack.

Las palabras apenas salieron de su boca antes


de que Renaldo saliera del agua, chorreando
gotas calientes sobre Jack. Renaldo levanto a
Jack y lo giró. Debía ser el día para los hombres
calientes. Por lo general, Renaldo prefería joder a
Jack cara a cara. La posición diferente sólo podía
significar una cosa. Ren estaba cerca de
correrse.

Jack apoyó las manos en el brazo de la silla y vio


por encima del hombro como Ren aplicaba
lubricante en su pene. “¿Qué? ¿No hay palabras
en voz baja de amor hoy?”

336
“Después” le contestó Renaldo mientras él
colocaba la cabeza de su pene en el agujero
estirado de Jack. “Te necesito.”

“Me tienes.” Un ruido de la tina caliente llamó la


atención de Jack. Estirando el cuello para mirar
alrededor de Renaldo, vio a Carlo rebotando
hacia arriba y hacia abajo de Lobo. Maldita sea,
Carlo era hermoso cuando estaba en la zona.

Renaldo agarró las caderas de Jack y se empaló


en el interior de un empujón. Jack sintió como si
sus ojos fuesen a salir de su cabeza mientras su
cuerpo luchaba por acomodar la longitud y
circunferencia de Ren.

“Mierda. Da al chico una oportunidad, ¿puedes?”

337
Dijo Jack, al respirar profundamente.

Renaldo se inclinó y besó el hombro de Jack. “Lo


siento.”

Jack movió el culo. “Es bueno que lo necesites.”

Renaldo se salió antes de empujar hacia adentro,


raspó la parte posterior del cuello de Jack con los
dientes. En ese momento Renaldo le recordó a
Jack el apareamiento de los lobos. Se imaginó
que la descripción era bastante exacta como las
caderas de Renaldo rompían de un lado a otro.

“Tócame,” suplicó Jack. En su posición actual, no


había manera de que Jack pudiera soltarse de la
silla, y él estaba en desesperada necesidad de

338
una mayor estimulación.

Gimió cuando la gran mano de Renaldo empuñó


su pene. “Sí. Más fuerte.”

Renaldo incrementó el agarre, de forma rápida


presionando a Jack sobre el borde. Bajó la vista
a tiempo para ver su semen cubrir parte de
Renaldo y disparar sobre el cojín de la silla. Huy.
Tendría que limpiar esto antes de Carlo lo viese.
Renaldo soltó el pene de Jack y utilizó ambas
manos para sostener a Jack por las caderas
mientras seguía su ritmo. Con un aullido fuerte, el
cuerpo de Renaldo se sacudió varias veces antes
de llenar el culo de Jack con la semilla blanca y
espesa.

Renaldo comenzó a hundirse hacia el borde y se


339
llevó a Jack con él. Terminaron envueltos uno
alrededor del otro sobre la superficie de madera
dura.

“Ven aquí” dijo Lobo desde la tina caliente.

Jack se sentía como un fideo mojado. “Necesito


una siesta primero.”

Cerró los ojos y apoyó la cabeza contra el pecho


de Renaldo. Minutos más tarde, se sintió cubierto
por un desnudo y mojado cuerpo detrás de él.

“Todos vamos a tomar una siesta rápida,” dijo


Lobo con un bostezo.

340
Jack levantó la cabeza y vio por encima del
hombro. Carlo estaba en cuchara contra él con
Lobo detrás de él.

Su familia puede no ser convencional, pero


estaba agradecido de que tenía a cada uno y a
cada hombre en su vida. Habría casos en los que
se verían obligados a estar separados por un
trabajo, pero incluso aquellas ocasiones serian
soportables, sabiendo que tenía algo especial al
regresar a casa.

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