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Desarrollo de la Personalidad

Doménica Paucar, Evelin Quispillo, Naydelin Rosero, Nicole Tipán, Madelen Velasco, Alexa

Villafuerte y Mónica Yerbabuena

Carrera de Psicología Clínica, Facultad de Ciencias de la Salud, Universidad Nacional de

Chimborazo

Psicología de la Personalidad

Ps.Cl. Lilian Granizo MsC

15 de mayo del 2023


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1. Introducción

El ser humano es mucho más que un animal instintivo, herencia y entorno se entrelazan

para convertirlo en un animal socialmente responsable. La teoría de Adler afirma que hay algo

que trasciende más allá de lo que el ser humano es, reconoce que nace con un material

hereditario que lo predispone a vivir, tomando como único fin de su existencia superar el

sentimiento de inferioridad, la misma que al recopilar situaciones experienciales le conducirán a

formar su propia personalidad (Araujo, 2020).

Los bebés al observar su pequeña realidad notan que cualquier cosa es mejor que ellos,

más funcional y completa, por ello tratan de emular las acciones de otros, a medida que van

creciendo resulta trascendental que los cuidadores no sean totalmente consentidores o ausentes,

porque ambos polos provocan que el niño jamás logre superar este complejo. A través del self

creativo se confiere al individuo como un ser dinámico y predispuesto a cambiar su realidad,

mientras el self consciente lo hace capaz de reconocer su realidad y a partir de estos elementos

formular un estilo de vida y una personalidad adecuada (Mischel, 1988).

Adler y su teoría son trascendentales en la psicología, por lo que en este trabajo se

sintetizan sus aportes para una mejor comprensión del desarrollo de la personalidad a través de

los nuevos términos introducidos por el autor como elementos base y explicación del

comportamiento de cada individuo, donde lo reconoce como un ser único, de vida única y

totalmente diferente a cualquier otro por todas las características e historia individual que son

constituidas particularmente para él.


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2. Objetivos

2.1. Objetivo general

Construir el concepto de personalidad en base a la teoría expuesta por Alfred Adler y los

distintos elementos de los cuales se constituyen.

2.2. Objetivos específicos

• Comprender los elementos constitutivos de la personalidad a partir de una

revisión bibliográfica.

• Reconocer el origen de la personalidad desde de los factores hereditarios o

ambientales que influyen en el individuo.

• Determinar cómo el desarrollo de la personalidad se entrelaza con el desarrollo

biopsicosocial de cada individuo.

3. Desarrollo

3.1. Atmósfera familiar

Nuestra personalidad es única, y en ella intervienen una gran diversidad de factores:

biológicos, cognitivos, emocionales, motivacionales, entre otros. La personalidad es el producto

de un proceso de desarrollo que dura toda la vida, en este proceso ocupa un lugar de especial

importancia la familia en los primeros años de vida, puesto que la misma es el escenario donde

se viven estas influencias decisivas y es nuestro primer contacto con el mundo social (Dicaprio,

2001).
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Según Adler la atmósfera familiar es un concepto que designa globalmente todos aquellos

factores e influencias que partiendo de las personas más cercanas al niño actúan sobre él. En la

atmósfera familiar se incluyen padres, hermanos, parientes, amigos de la familia y todas las

relaciones entre ellos (Alfred, 1968).

Cada familia es única e irrepetible, y tiene características que permiten comprender sus

normas de convivencia y funcionamiento. Cuando una pareja decide unirse, establece pautas de

comportamiento en común, así como una serie de normas que les dan un estilo de convivencia

propio, estas normas pueden ser variadas e incluso cambian conforme el proceso de la vida

familiar transcurre a lo largo de la vida. Cada familia de acuerdo con las características de su

atmósfera emocional crea un “lema” que expresa, de manera consciente o inconsciente, su forma

de estar con el mundo.

De este modo se ponen de manifiesto las siguientes atmósferas familiares:

La atmósfera de rechazo: Los padres o los adultos dominantes tienen un estilo educativo

coercitivo que justifican por la importancia que conceden a la disciplina en la formación del

carácter del niño. Además, los padres rechazan a sus hijos por diversos motivos (por que los

perciben como una carga, porque les coarta la libertad, etc). El niño percibe el mundo como

hostil, distanciado, malo cruel y violento. La imagen de sí mismos suele girar en torno a sentirse

rechazados y si se sienten fuertes suelen usar la violencia con frecuencia para defenderse de los

otros. Estos niños se pueden convertir en delincuentes, niños difíciles, neuróticos o suicidas

(Cueli, 1990). El lema familiar es del tipo: "Cada uno sabe lo que le conviene", "Ese es su

problema"
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La atmósfera autoritaria: Se asemeja al anterior, pero en este caso la dureza y severidad

de los padres no conllevan rechazo incondicional. “El niño puede recibir afecto, siempre que se

doblegue a las exigencias parentales” (Cueli, 1990, p. 95). El niño percibe a los otros como duros

y prepotentes, y a sí mismo como débil, sometido y dependiente. Suelen mostrarse como tímidos

e inhibidos; y pueden mostrar síntomas de ansiedad como los tics, angustia y otros síntomas de

ansiedad. El lema familiar típico es: "El que quiere a sus hijos tiene disciplina con ellos", "Los

niños son tontos y deben obedecer”.

La atmósfera doliente: Para Cueli (1990) en este tipo de atmósfera uno de los padres se

presenta como mártir y sacrificado de una mala situación familiar. Los niños perciben una

atmósfera emocional de sufrimiento. Forjan una imagen del mundo y los otros como hostiles,

amenazantes y no fiables. Ellos mismos suelen desarrollar una imagen de sí mismos como

sufridores. El lema familiar es: "El mundo es ingrato y desagradecido", "El mundo es un valle de

lágrimas y la vida carece de alegría".

La atmósfera represiva: Es similar a la atmósfera autoritaria, pero además el niño es

controlado también en la esfera privada junto a las normas formales de conducta. Estos niños

desarrollan una sensación de estar actuando mal con frecuencia. Suelen percibir al mundo y a los

otros como injustos, malos y controladores, y a sí mismos como débiles e impotentes. En el

futuro suelen evitar las relaciones estables y suelen tener problemas de relaciones en la vida

íntima o de pareja (Cueli, 1990). El lema familiar es: "Hay que obedecer y no replicar", "Tienes

que seguir las normas de quien te da de comer".

La atmósfera desesperada: Los padres están en una situación socioeconómica o de salud

adversa o marginal (enfermedades crónicas, problemas económicos, marginación política, etc.)


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Que pueden conllevar problemas añadidos como el hambre, el alcoholismo, chabolismo, etc. El

niño desarrolla una imagen del mundo y los otros como esencialmente negativa y una imagen de

sí mismo básicamente insegura (Cueli, 1990). El lema familiar es: "Para nosotros no hay

esperanza", "El que tiene dificultades cada vez va peor".

La atmósfera humillante: Según Cueli (1990) los padres tienden a rebajar, despreciar o

desalentar con su actitud crítica persistente las conductas del niño. El niño desarrolla una imagen

del mundo-otros como represiva, autoritaria y de rechazo. La imagen de sí mismos suele ser

negativa. En su vida estas personas suelen ser solitarias o esquizoides en los casos extremos, y en

grado menor son pesimistas e hipercríticos de sí mismos y los otros. Intentan compensar sus

sentimientos de inferioridad rebajando a los demás. El lema familiar es: "Rebaja a los demás

para que ellos no te rebajen a ti".

La atmósfera de desavenencia: Los padres se dedican a la disputa entre ellos o con otros

allegados. Es frecuente que intenten fomentar alianzas con los hijos contra el otro padre. El niño

se percibe a sí mismo y a los otros bajo el prisma de la lucha y la discusión (Cueli, 1990). El

lema familiar es: "No hay que condescender y dar el brazo a torcer nunca".

La atmósfera competitiva: Los padres están excesivamente preocupados por la

productividad, el éxito y el rendimiento. El niño percibe a los otros como competidores y sí

mismo como buscador del éxito y competencia (Cueli, 1990). El lema familiar es: "En la vida

hay que hacer algo de provecho".

La atmósfera pretenciosa: Idéntica a la atmósfera competitiva, pero destacando la

relación entre el rendimiento y el prestigio o elitismo social. El niño percibe a los otros como
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rivales y a si mismo con tendencia a ser los mejores en sus empresas (Cueli, 1990). El lema

familiar es: "Nadie puede compararse con nosotros, tenemos que ser los mejores".

La atmósfera materialista: “También relacionadas con la productividad, pero más

interesada en la adquisición de medios materiales que de prestigio” (Cueli, 1990, p. 97). El niño

suele percibir a los demás como fríos, extraños y distanciados, y a sí mismos como seres

despreciables guiados por el afán de búsqueda de dinero y bienes materiales. El lema familiar es:

"El dinero gobierna el mundo y la vida, sin dinero la vida no vale nada".

La atmósfera sobreprotectora o mimosa: Los padres protegen y cuidan a sus hijos en

exceso, sin permitirles esforzarse en sus logros (Cueli, 1990). El niño suele percibir el mundo

externo a su familia como extraño, malo y peligroso, y se percibe a si mismo seguro solo si tiene

el cuidado y apoyo de los otros significativos. El lema familiar es: "Solo puedo sentirme seguro

con mi familia, los otros me decepcionarán".

La atmósfera de compasión: Es una variante de la atmósfera de mimo, y se suele

relacionar con la presencia de un niño con algún déficit corporal o psíquico (las llamadas

"inferioridades orgánicas" de Adler). El niño suele percibirse a sí mismo como impotente, débil o

deforme, y a los otros como fuertes, felices y sanos (Cueli, 1990). El lema familiar es: "Solo

nosotros nos compadecemos de los lisiados".

La atmósfera inconsecuente: Cueli (1990) menciona que los padres suelen ser

caprichosos e imprevisibles en el trato con el niño. El niño suele percibir el mundo y a los otros

como caóticos e imprevisibles, y a sí mismo como trastornados o deficitarios. Puede llevar a la

psicosis. El lema familiar es: "Los sentimientos nos pueden desbordar".


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La atmósfera democrática: Los padres diferencian entre las conductas y el carácter del

niño, y aunque orientan las conductas inadecuadas, continúan mostrando afecto por el niño.

Además, intentan no compararlos con los otros hijos en términos de cualidades absolutas,

fomentando la cooperación. El niño percibe el mundo y a los otros como iguales con los que

cooperar, y a sí mismo como dignos de existir (Cueli, 1990). El lema familiar gira en torno a:

"Hay que respetar a los otros, y distinguir entre su persona y sus actos".

3.2. Orden de nacimiento

El orden de nacimiento de los hijos de una familia establece condiciones diferentes que

pueden influir en la personalidad. Ser el hermano mayor o el pequeño implica diferentes

variables que pueden afectar a la manera en la que estos hijos se comportarán en el futuro, y es

donde se menciona a la teoría de Adler “La teoría del orden de nacimiento”. Quien en 1928

descubre que la personalidad de los hermanos era influenciada por la posición de nacimiento

(Irigaray, 2020).

El primogénito: El primogénito es el primer hijo en nacer y, por lo tanto, tiene un lugar

especial en la familia y una posición privilegiada. Adler sugiere que el primogénito tiende a ser

más perfeccionista, responsable y orientado a los logros, ya que a menudo son los primeros en

recibir la atención y expectativas de los padres. Debido a su posición en la familia, el

primogénito puede sentir una gran responsabilidad y presión para tener éxito y ser un modelo a

seguir para sus hermanos menores (Guerri, 2021).

Además, el primogénito puede ser más propenso a la ansiedad y al estrés, ya que a menudo se les

da más responsabilidad y se espera que sean los líderes de la familia. También pueden tener una
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necesidad de controlar y organizar su entorno, ya que se les ha enseñado a ser los encargados y

responsables de cuidar y proteger a sus hermanos más jóvenes.

Sin embargo, también puede haber aspectos positivos de ser el primogénito. Adler

sugiere que el primogénito a menudo tiene una gran autoconfianza y un sentido de propósito, ya

que son los primeros en recibir la atención y elogios de los padres. Además, el primogénito

puede ser un modelo a seguir para sus hermanos menores y puede sentirse más cómodo

asumiendo roles de liderazgo en situaciones sociales o laborales.

Segundo hijo o del medio: Los hijos del medio tienen una posición única en la familia

que puede influir en su personalidad y comportamiento. Los hijos del medio suelen sentir que

están atrapados entre el primogénito, que ha tenido la mayor atención y elogios de los padres, y

el hijo menor, que a menudo es el más mimado y consentido. Como resultado, los hijos del

medio pueden sentir que tienen que encontrar su propio lugar y hacer frente a los conflictos entre

los hermanos mayores y los más jóvenes (Guerri, 2021).

Adler sugiere que los hijos del medio pueden desarrollar habilidades de negociación y

mediación, ya que a menudo tienen que encontrar formas de resolver conflictos en la familia.

También pueden ser más independientes y flexibles que los hijos mayores, ya que no tienen

tantas expectativas y presión de los padres. Como resultado, los hijos del medio pueden ser muy

buenos en trabajar en equipo y en colaborar con otros, lo que puede ser beneficioso en

situaciones sociales y laborales, además, los hijos del medio pueden tener una personalidad más

conciliadora y adaptativa, ya que han aprendido a lidiar con diferentes personalidades y puntos

de vista en la familia. También pueden ser más creativos y tener una mentalidad abierta, ya que
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han tenido que encontrar su propio camino y soluciones a los desafíos que enfrentan en la vida

(Irigaray, 2020).

El ultimo hijo: El hijo menor tiene una posición especial en la familia que puede influir

en su personalidad y comportamiento. El hijo menor es el último en nacer y a menudo recibe una

atención especial de los padres, ya que son los últimos en dejar el hogar familiar. Esto puede

hacer que el hijo menor se sienta más mimado y protegido que sus hermanos mayores.

Adler sugiere que el hijo menor puede ser más relajado y despreocupado que los

hermanos mayores, ya que han tenido una vida más fácil y sin tanta presión y expectativas de los

padres. Además, el hijo menor a menudo tiene más oportunidades de imitar y aprender de sus

hermanos mayores, lo que puede hacer que sean más adaptables y confiados en situaciones

sociales y laborales (Guerri, 2021).

Sin embargo, también puede haber aspectos negativos en ser el hijo menor. Adler sugiere

que el hijo menor puede sentirse inseguro y tener una necesidad de atención constante, ya que

han estado acostumbrados a ser el centro de atención en la familia. También pueden tener una

menor capacidad de tomar decisiones y resolver problemas por sí mismos, ya que han sido

protegidos y cuidados por los padres y hermanos mayores (Irigaray, 2020).


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Hijo único: El hijo único tiene una posición única en la familia que puede influir en su

personalidad y comportamiento. El hijo único no tiene hermanos y por lo tanto no tiene que

compartir la atención y recursos de los padres. Esto puede llevar a que el hijo único se sienta

muy especial y valorado por sus padres, lo que puede resultar en una mayor confianza y

autoestima (Guerri, 2021).

Por otro lado, el hijo único puede tener dificultades para socializar con otros niños y

puede sentir una presión extra para cumplir con las expectativas de los padres. Debido a que no

tienen hermanos, los hijos únicos pueden carecer de habilidades para compartir, cooperar y

trabajar en equipo, lo que puede afectar su capacidad para establecer relaciones interpersonales.

Además, los hijos únicos a menudo tienen un nivel más alto de responsabilidad y

autonomía que otros niños, ya que no tienen hermanos mayores para protegerlos y guiarlos.

También pueden ser más independientes y autónomos que otros niños, lo que puede ser

beneficioso en situaciones sociales y laborales.

3.3. Interés Social

Marín y Martinez (2012) mencionan a Adler como un autor significativo al hablar sobre

el interés social puesto que en un principio de su carrera, él creía que el poder y la necesidad,

eran las fuerzas motivadoras de las personas. Sin embargo, más tarde cambió de opinión y creo

el concepto en donde refiere que el interés social mueve a las personas más que las necesidades

de poder y dominio.
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Es decir, para Adler el interés social es fundamental para la supervivencia y protección de

los seres humanos, ya que siempre ha sido necesario que las personas cooperen y contribuyan

con la sociedad para alcanzar sus metas personales y comunitarias.

Es por esto que Adler precisa que la capacidad de cooperar con otros para alcanzar metas

personales y sociales es innata, pero su realización surgió de las primeras experiencias sociales

del individuo. Por lo tanto, el papel de la madre en el desarrollo del interés social del niño es

vital, ya que la madre puede fomentarlo o impedir que se desarrolle, según su conducta hacia el

bebé (Schultz y Ellen, 2010).

Además, de lo propuesto Maslow agregó que el interés social es una necesidad básica en

su teoría de la jerarquía de necesidades. Según Maslow, una vez que se satisfacen las

necesidades fisiológicas, de seguridad, de amor y de estimación, los individuos pueden comenzar

a preocuparse por el bienestar de los demás y por el mundo en general.

Maslow creía que los individuos autorrealizados tienen un fuerte sentido de la

responsabilidad social y se sienten motivados para hacer contribuciones significativas a la

sociedad, también creía que el interés social se manifiesta en una mayor preocupación por el

medio ambiente, la justicia social, la paz y la armonía entre las culturas (Cabrera, 2011). En

resumen, el interés social es una parte importante de la autorrealización y del desarrollo humano

en general.

4. Conclusiones

Para concluir es de suma importancia que la personalidad esté compuesta por dos

elementos muy fundamentales como es el temperamento y carácter, el primero es de tipo social y


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el segundo es simplemente genético, esto quiere decir, que lo determinará el ambiente en el que

la persona se desenvuelva. Sin embargo, esto influye mucho en el desarrollo de la personalidad

ya que estos dos forman parte del mismo proceso de aprendizaje del individuo.

Del mismo modo se pudo reconocer que la personalidad en los individuos es muy

variada empezando por la herencia y el entorno en el cual se desenvuelvan , además es muy

importante el origen de esta ya que desde de los factores hereditarios y ambientales que

influyen como tal, el individuo no nacerá con una personalidad determinada si no con cierta

dotación que condicionará en parte al desarrollo posterior de cada persona de tal forma que

cambia con la edad, la profesión y las distintas ocupaciones que tenga el sujeto, a través también

de sus cambios en el medio y las condiciones heredadas que se complementan y se transforman a

través de las experiencias, el aprendizaje, la educación, la fuerza de voluntad y la convivencia.

Finalmente, el desarrollo de la personalidad e incluso el mismo carácter se va

desarrollando a través de la vida del ser humano, cuando ha conformado un conjunto de

situaciones neuropsíquicas de las actividades y actitudes que resultan de una progresiva

adaptación o regulación del temperamento a las condiciones del ambiente social que lo llevan a

un óptimo desarrollo de sí mismo y con su entorno. Además, la personalidad se pone de

manifiesto en todo lo que las personas piensan, dicen o hace. Por lo tanto, resulta ser la máxima

expresión de las cualidades psicológicas humanas que sale a relucir a cada paso y en cada

momento de la vida.

5. Recomendaciones
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Es fundamental realizar estudios empíricos que nos permitan comprender el

funcionamiento de la conducta humana a partir de la perspectiva que nos ofrece Adler en su

teoría, específicamente en niños de 4 a 6 años que se encuentran en el indicio de la formación de

la misma, de igual manera implementar herramientas mediante la psicoeducación que ayude a la

mejora de la personalidad.

6. Referencias bibliográficas

Alfred, A. (1968). Conocimiento del Hombre. Madrid: Espasa-calpe.

Araujo, I. (2020). Conceptos clave para entender la teoría de Alfred Adler.

Cabrera Barrios, L. de M. M. (2011). Gestión De Recursos Humanos Basada En Competencias

Y Motivación Laboral ( Estudio Departamento De Quetzaltenango ). Universidad Refael

Landívar.

Cueli, J. (1990). Teorías de la personalidad (3 ed.). México: Trillas.

Dicaprio, N. S. (2001). Teorías de la personalidad. México: McGraw-Hill.


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Guerri, M. (2021). Cómo afecta a nuestra personalidad el orden de nacimiento. Psicoactiva.com.

https://www.psicoactiva.com/blog/personalidad-orden-nacimiento/

Irigaray, L. (2020). ¿El orden de nacimiento afecta a la personalidad? Luciairigaray.com.

https://luciairigaray.com/el-orden-de-nacimiento-afecta-a-la-personalidad/

Marín, M., & Martinez, R. (2012). Introducción a la Psicología Social. Pirámide, 46-47.

Mischel, W. (1988). Teorías de la personalidad.

Schultz, D., & Ellen, S. (2010). Teorías de la. Gengage Learning, 9, 138-140.

7. Anexos

Anexo 1: Enlace del video introductorio a la temática

(149) PADRE DE LA PSICOLOGÍA INDIVIDUAL - ALFRED ADLER - COMPLEJO

DE INFERIORIDAD Y SUPERIORIDAD - YouTube


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Anexo 2: Elaboración del informe

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