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El empleo de esta palabra se atribuye al pensamiento politeísta de la Antigua Grecia,

y a los filósofos griegos el siglo IV y el siglo V a. C. Este término fue usado por
primera vez por Platón en La República (año 379 a. C.)[2] para referirse a la
comprensión de la naturaleza divina por medio de la razón, en oposición a la
comprensión literaria propia de sus poetas coetáneos. Adimanto preguntó
a Sócrates cuáles serían las líneas generales de las razones que podríamos dar sobre
los dioses (οἱ τύποι περὶ θεολογιάς τίνες ἄν εἶεν;, Rep. II, XVIII, citado por Platón,
año 379 a. C.). Más tarde, Aristóteles (año 350 a. C) empleó el término en
numerosas ocasiones con dos significados:
 Teología al principio como denominación del pensamiento mitológico inmediatamente
previo a la Filosofía, en un sentido peyorativo, y sobre todo usado para llamar teólogos a
los pensadores antiguos no-filósofos (como Hesíodo y Ferécides de Siros).[3]
 Teología como una rama fundamental y la más importante de la Filosofía, también
llamada filosofía primera o estudio de los primeros principios, más tarde
llamada Metafísica por sus seguidores y que para distinguirla del estudio del ser creado
por Dios, nace la filosofía teológica que se la denomina también teodicea o teología
filosófica (véase Teodicea).[3]
San Agustín tomó el concepto teología natural (theologia naturalis) de la gran
obra Antiquitates rerum divinatum de Marco Terencio Varrón, como única teología
verdadera de entre las tres presentadas por Varrón: la mítica, la política y la natural.
[4][5] Sobre esta, situó la teología sobrenatural (theologia supernaturalis) basada en los
datos de la revelación y por tanto considerada superior.[6] La teología sobrenatural,
situada fuera del campo de acción de la filosofía, no estaba por debajo, sino por
encima de esta y la consideraba su sierva, que la ayudaría en la comprensión de
Dios.[6]
Teodicea es un término empleado actualmente como sinónimo de teología natural.
Fue creado en el siglo XVIII por Leibniz como título de una de sus obras: «Ensayo de
Teodicea. Acerca de la bondad de Dios, la libertad del hombre y el origen del mal», si
bien Leibniz se refería con teodicea a cualquier investigación cuyo fin fuera explicar
la existencia del mal y justificar la bondad de Dios. [7]
Las ramas de la teología son teología natural o racional, teología dogmática y revelada
y teología moral. A estas se las puede calificar de cristianas; «católicas»,
«protestantes», «ortodoxas», etc. Existe una retórica sagrada o cristiana, el Ars
Praedicandi, de importante desarrollo medieval. Ciertamente, gran parte de todas
estas disciplinas posee profundo desarrollo en los ámbitos correspondientes a las
distintas religiones, si bien es en las llamadas «religiones del libro», especialmente
en la cristiana, donde disfrutan de mayor especificidad. Dos distinciones
contemporáneas muy extendidas, que designan meramente corrientes de
pensamiento y no campos disciplinares, son teología de la liberación y teología
negativa. El término «ciencias eclesiásticas» (aun vigente a fines del XVIII en la obra
de Juan Andrés) englobaba la "teología", derecho canónico, derecho
eclesiástico, historia de la Iglesia y escriturística, que ahora caen bajo la teología.

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